La colección de lo intangible: la colección de Folklore del Museo de Etnología y Antropología de Chile

September 3, 2017 | Autor: Luis Alegria Licuime | Categoría: Museos y Patrimonio
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Descripción

III Congreso Chileno de Conservación y Restauración. Patrimonio, Conservación y Ciudadanía

Conclusiones Gracias al trabajo de documentación realizado, se cuenta con un completo dossier acerca de las colecciones ubicadas en los salones protocolares del Ejército de Chile, lo cual permite conocer el valor de uso, el valor formal y el valor simbólico-significativo de esos objetos. Estos valores deben ser entendidos dentro del contexto general del patrimonio y del bien cultural, pues no se trata de ‘valorar’ en el sentido de valía o de un valor especulativo o teórico, sino de que los objetos adquieran valor por el mérito de ser atesorados por alguien, por la utilidad que manifiestan o manifestaron, o por la necesidad de satisfacer o proporcionar bienestar o placer estético. Estos valores se reconocieron gracias al estudio teórico, práctico, experimental y de investigación. Así la información, desde cualquier punto de vista, obtenida especialmente por un trabajo

de investigación y conservación patrimonial, es por definición un activo potencialmente útil en cualquier momento. Esta utilidad, además, tiene una dimensión económica, aparte de la dimensión intelectual y/o científica, ya que está relacionada con la contratación de seguros dentro de la institución. Finalmente, queremos destacar el interés del Ejército por realizar este tipo de trabajo, que en definitiva tiende a resguardar un legado histórico generador de patrimonio que será digno de ser conservado el día de mañana.

Bibliografía INSTITUTO COLOMBIANO DE CULTURA. Manual para inventario de bienes culturales. Bogotá, Colombia, 1991. HALL, J. Dizionario dei soggetti e dei simboli nell’arte. Italia: Longanesi & C. Milano (IV Edizione), 1996. HOOPER-GREENHILL, E. Los Museos y sus visitantes. España: Ediciones Trea, 1998. 259 p.

Colección de lo intangible: la colección de objetos de folklore del Museo de Etnología y Antropología de Chile Luis Alegría, profesor de historia y geografía, Museo Histórico Nacional, DIBAM. Presidente ICOM-Chile.

Resumen El Museo de Etnología y Antropología de Chile (1912-1929) constituye una experiencia clave

culturas indígenas de Chile1; dicho museo correspondió a la Sección de Prehistoria del Museo Histórico Nacional creado en 1911 como resultado de los festejos del Centenario.

en los principios del siglo XX del proceso de patrimonialización de los testimonios de las

1

Alegría, 2004.

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En la transformación de sección a museo, le cabe un rol destacado al arqueólogo alemán Max Uhle, quien además contará con un conjunto de colaboradores entre ellos el también alemán sacerdote Martín Gusinde y el médico chileno Aureliano Oyarzún. Este último asumirá la dirección del museo al dejar su puesto Max Uhle. Este museo, además de poseer un carácter arqueológico, también desarrolló tareas etnológicas; dentro de este panorama, es posible citar la conformación de la colección folklórica. Representa todo un hito en las políticas de colección de una institución pública en el país ya que sería la primera colección con la tipología folklórica y porque en las razones de su gestación aparecen una serie de criterios

también se busca una discusión sobre las decisiones que se adoptan al momento de conservar o restaurar alguno de estos objetos. En este sentido, nuestra temática se vincula al título de este congreso, Patrimonio, conservación y ciudadanía, es decir, cómo se configura la ciudadanía, un concepto más bien político, con una acción de carácter cultural como es la recolección y conservación del patrimonio. Por ello, explicaremos los conceptos que guían nuestra propuesta de análisis, donde lo patrimonial y las acciones vinculadas a él pasan a constituirse en elementos centrales de la configuración de las sociedades. 1.

Patrimonialización: proceso de producción cultural que consiste en dotar de una condición especial a ciertos objetos por sobre otros.

2.

Campo patrimonial: como un espacio social donde se ubican estratégicamente los distintos agentes sociales, conformando una red de relaciones objetivas entre posiciones, como un espacio de juego donde los agentes pueden actuar pero a su vez se encuentran limitados por las mismas reglas que conforman el campo2.

3.

Capital simbólico: transforma los bienes culturales en algo más que un simple resultado de la creatividad individual, en representación de una raíz o base de esencia colectiva.

que dan cuenta de los debates y discursos sobre lo nacional. Palabras clave: museo, colección, folklore, culturas indígenas.

Plano teórico Antes de abordar el tema del presente texto es necesario referirse a ciertos elementos teóricos que permiten una comprensión y problematización de la temática patrimonial. Desde esta perspectiva se busca abordar lo patrimonial como un ámbito de producción simbólica de la sociedad, es decir, entender cómo los objetos se constituyen en soportes de mensajes culturales desde su recolección para la conformación de una colección, constituyendo conceptualizaciones, representaciones y prácticas asociadas a los estilos de vida de los sujetos portadores de dichos objetos. Así 202

2

Bourdieu, 1990.

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4.

Etapas: la constitución de lo patrimonial como un “campo” permite problematizarlo como espacio donde confluye la producción, [circulación, distribución y recepción] de aquellos bienes que “caracterizamos” como patrimoniales.

Además de este entramado general sobre la problemática patrimonial, también es necesario precisar algunas ideas sobre el museo y la museología. De aquí que podemos identificar dos posturas frente a este tema. 1.

Visión restringida de museo: la museología sería una ciencia general aplicable a la institución museo con sus propios objetivos, su propia teoría y un método que le es propio. Posee un carácter interdisciplinar, al tener como base otras ciencias. El museo estaría conformado por el continente-edificio/ contenido-colecciones y público.

2.

Concepción amplia de museo como teoría del sistema museal. Desde esta perspectiva todo es museable. La museología debe entenderse como ciencia global de lo que es museable, ya que produce un enfrentamiento dialéctico entre el público y el museo, incluyendo el contenido mismo del museo; el objeto es un elemento esencialmente socializado. Por tanto, como el material básico de análisis procede de la realidad histórico-social, esto supondría un detenido estudio de la misma sociedad actual3.

3

León, 2000.

Por último, para culminar con la presentación de estos elementos teóricos, sólo esbozamos una discusión, que por cierto no está cerrada, sobre la dicotomía entre documento y monumento. Esto es clave en la medida que podemos identificar los objetos que constituyen una colección con uno u otro concepto de lo cual por cierto se derivan posiciones sobre posibles intervenciones, por ejemplo. En este sentido, asumir que los objetos que conforman una colección son monumentos o documentos nos permite descifrar la postura que frente a ellos se tiene. A partir de esto se entiende el acto conmemorativo caracterizado por la contemplación, lo que redunda en una mirada acrítica del objeto recolectado, conservado o expuesto. A diferencia de la postura que resignifica los objetos que constituyen una colección y la misma colección como documentos permitiendo una mirada reflexiva y crítica centrada en identificar los mensajes que poseen los objetos como artefactos culturales. Esta aclaración no deja de tener sentido, ya que hablaremos de una colección folklórica, donde los elementos de esencialismo y tradicionalismo tienden a ser una constante de mucha fuerza.

Metodología Para lograr este nivel de análisis se requiere contar con una metodología que permita abordar estos fenómenos y, más importante aún, los objetos. Para ello hemos realizado una adaptación de la propuesta de Alvarado y Azócar4, consistente en identificar un objeto

4

Alvarado y Azócar, 1991.

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museológico, es decir, un objeto que forma parte de una colección de museo, como un documento, el cual puede ser motivo de lectura y que puede ser recorrido en la información de la cual es depositario. Desde lo inductivo, el patrimonio (material e inmaterial), a lo deductivo, las representaciones y prácticas, las políticas y los sustentos museológicos o (ideológicos) que se encuentran en toda colección patrimonial. En su propuesta Alvarado y Azócar (1991) nos hablan de dos tipos de información contenidos en los objetos patrimoniales, éstos son: –

Contenido inherente, definido como toda aquella información que se relaciona al aspecto material.



Contenido conjuntivo, aquella información extrínseca al objeto, es decir, aquellos datos que pueden ser obtenidos teniendo como referente el objeto.

Resultados La colección de folklore chileno (1912-1929) El Museo de Etnología y Antropología de Chile se conformó el año 1912, cuando es contratado por el Estado chileno el arqueólogo alemán Max Uhle, para hacerse cargo de la Sección de Prehistoria del Museo Histórico Nacional fundado recién el año 1911. Desde ese momento, Uhle recorrió el territorio y organizó una importante colección arqueológica, lo que

y Aureliano Oyarzún, además de un número significativo de investigadores colaboradores como Carlos Reed, Ricardo Latcham, Rodolfo Lenz, entre otros5. El Museo de Etnología y Antropología desarrolló una fructífera labor de rescate de colecciones arqueológicas y etnográficas por esta última vía y poco a poco se fue dando importancia a las materias folklóricas. A contar del año 1917, la dirección de dicho museo quedó en manos de Aureliano Oyarzún, destacado discípulo de Uhle, época en que el museo comienza a publicar sus Boletines (en adelante BMEA). En estas publicaciones se exponían las actividades del museo, además de los resultados de las investigaciones tanto de sus profesionales como de sus colaboradores. En los números 3 y 4 del tomo IV del año 1927 aparece publicado el texto del profesor Carlos Reed Catálogo de objetos del folklore chileno, existentes en el Museo de Etnología y Antropología de Chile. Este simple hecho marca un hito no menor en la museología del país, pues se trata de una colección que es completamente conformada desde el museo, como se afirma en el mismo texto: “Los materiales que conforman la colección detallada en el presente catálogo, han sido reunidos, casi en su totalidad, desde el 15 de mayo del año 1924, fecha en la cual se creó en el Museo una sección especial para reunir y conservar objetos que sean exponente de la cultura material, es decir de la ergología, del pueblo chileno”6.

redundó en la creación del Museo de Etnología. Durante su residencia en el país contó con la colaboración de destacados profesionales

5

Alegría, 2004.

funcionarios del museo como Martín Gusinde

6

Reed, 1927: p. 173.

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Esta suerte de misión de la recién creada

ocupado de formar una colección metódica de

sección de folklore marca un punto de

los objetos antiguos y modernos, producidos

inflexión sobre los estudios folklóricos en

por la industria casera chilena”8.

el país. Muy probablemente influirá en su creación un contexto de época marcado por el

Definición de la colección

nacionalismo de principios de siglo. “Después

Otro dato relevante del catálogo lo constituye

de casi un siglo de republicanismo liberal y

la definición de la colección: “En esta sección

conservador, laten las tensiones entre lo rural,

sólo tendrán cabida los objetos genuinamente

que pierde paulatinamente significación, y las

chilenos, con exclusión de lo araucano o de

ciudades (sobre todo Valparaíso, Santiago,

cualquier otra raza aborigen. Tampoco se

Iquique y Concepción) convertidas en polos

incorporarán a esta sección objetos que se usan

de dinamismo; entre una elite oligárquica que

tal como han sido importados, pero sí aquellos

tiene el dominio del país y los sectores medios

que han sufrido modificaciones que los hagan

y populares que van a reclamar cada vez con

notablemente diferentes del similar exótico”9.

más énfasis un espacio político e identitario

De esta forma se configura un conjunto de

(…) Chile un país que debido a triunfos

objetos articulados por un discurso que les da

militares aumentó el territorio, necesita por

una significación especial, situándolos primero

ende –cuando todavía hay problemas de límites

entre dos realidades contrapuestas, una, la

pendientes– consolidar un sentido de cohesión

realidad aborigen y la otra, lo hispano o todo lo

y de poderío nacional”7.

extranjero. Esta noción clasificatoria enuncia la

Pero además, este dato nos muestra la acción

fase taxonómica de la nación, es decir, establece

de coleccionar surgida desde la institución

el punto crítico donde lo nacional es capaz de

museal, un caso atípico, pues en su gran

ser ordenado, configurado en objetos y por

mayoría los museos se ven enfrentados a

sobre todo representado en una materialidad

colecciones organizadas por algún particular

que se exhibe.

que luego termina legándolas a la institución.

Además, es importante destacar cómo el

Por tanto, esta colección ya nos muestra una diferenciación que es interesante de reforzar al hablar de la acción de colectar desde el museo, como una institución activa, que sale y no espera. En este accionar es que se nos presenta un discurso proactivo: “…ha sido el Museo de Etnología y Antropología de Chile

discurso, la noción o concepciones anteceden a la colección, se establecen los lineamientos clasificatorios de los objetos, pero más importante aún, es un discurso que emerge desde una matriz crítica de los estudios clásicos de lo folklórico, cosa que como se verá no fue nada fácil. “El origen de los estudios

el primer museo nacional chileno que se ha

7

Subercaseaux, 2007: p. 26.

8

Reed, 1927: p. 17.

9

Ibíd.

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sobre folklore en Chile, se suelen remontar al trabajo realizado por Rodolfo Lenz, filólogo alemán que en 1890 se incorporó al Instituto Pedagógico de Chile como profesor de francés, inglés e italiano. Se considera a este autor como precursor de los estudios sobre el folklore, en la medida que generó instancias de agrupación e impulsó una metodología para la investigación de este género. Antes de su llegada, hubo escritos de viajeros, novelistas e investigadores que aportaron material de gran valor histórico, pero que se basan en descripciones de las formas de vidas populares sin un interés científico, como lo planteó Lenz hacia 1900”10. Sin embargo, la relación que este investigador estableció con algunos de los científicos de la época no fue de lo mejor, ya que para la mayoría de ellos este tema no era digno de estudio, pese a ello “luego de la publicación de varios estudios y de la realización de cursos e investigaciones en el Instituto Pedagógico, Lenz junto a otros compañeros de labores, crearon la Sociedad del Folklore Chileno (1909), (…) en ella es muy importante destacar la presencia, desde los orígenes de la Sociedad, del estudio de la cultura mapuche, se optó por la cultura indígena basándose en que las particularidades de las tradiciones del pueblo chileno estaban dadas por la influencia indígena, reconociendo con ello el carácter mestizo del folklore”11. Donoso (2006) caracterizará los orígenes sobre los estudios de lo folklórico en Chile como una batalla entre la noción de escándalo 10

Donoso, 2006: p. 20.

11

Op. cit.: p. 26.

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social y cientificidad. En esta batalla el Museo de Etnología y Antropología cumple un rol trascendental, no sólo al crear una colección folklórica, sino también al dar cuerpo y contenido a lo que significa lo folklórico como lo efectivamente chileno. Ahora bien, como todo ejercicio discursivo y representacional, éste se constituye desde un componente de exclusión, es decir, al definir lo que es, también se define lo que no es; en esta opción se ve un componente etnológico, cuya mirada se caracteriza por una argumentación historicista que hace surgir correlaciones sincrónicas en formas culturales actuales 12 de la sociedad chilena. “Aquí se excluye el arpa, la guitarra, el rabel y el guitarrón, aun cuando su uso está muy generalizado en el pueblo, por ser de origen exótico. Tampoco se incluye la trutruca, el cultrún y la pifilca, por ser instrumentos de los araucanos”13. El listado de los objetos de la colección de folklore chileno se dividió en 19 grupos o secciones, separados preferentemente por su materialidad 14 ; esta práctica fue muy

12

Foucault, 2002.

13

Reed, 1927: p. 18.

14

El listado de la serie es el siguiente: 1. Objetos de piedra; 2. Objetos rocas arcillosas; 3. Alfarería; 4. Objetos madera; 5. Objetos hechos con frutos; 6. Objetos hechos con fibras vegetales; 7. Objetos hechos con plumas de aves, escamas de peces y crines de caballo y de vacunos; 8. Objetos hechos de astas; 9. Objetos de cuero; 10. Tejidos de lana; 11. Utensilios para fumadores de tabaco; 12. Instrumentos musicales chilenos; 13. Amuletos diversos; 14. Objetos de culto católico; 15. Preparaciones destinadas a servir de medicamentos; 16. Trabajos hechos con fieltro de lana y pelos; 17. Trabajos de herrería y orfebrería; 18. Productos alimenticios; 19. Habitaciones y anexos; 20. Varios.

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utilizada en el siglo XIX y principios del XX para la organización de exposiciones, como la Histórica del Coloniaje (1873) y las exposiciones Internacional de Bellas Artes e Histórica del Centenario (1910), cuando las colecciones se piensan más bien desde la lógica de la exhibición que de su conservación; quizás en este caso, por las características de la colección, nos parece que se establece una mayor rigurosidad en la selección de los objetos recolectados, para lo cual se aplicarán los criterios de: autenticidad, originalidad, trabajo artesanal, calidad, peculiaridad, objeto vernáculo.

Conclusiones Destacar que el Museo de Etnología y Antropología (1912-1927) realizó una importante labor, ya que esta institución en su corta existencia logró desarrollar fructíferas actividades de investigación, conservación y difusión del patrimonio en Chile; además proyectó a la institución museo como una instancia activa en los debates científicos de la sociedad. Por ello, esta ponencia alude a la idea de un coleccionar lo intangible, ya que en definitiva lo que hizo el Museo de Etnología y Antropología de Chile fue un ejercicio museológico bastante extraño en el campo patrimonial al definir el carácter de la “colección” desde el propio museo, y desde ese eje implementar una sostenida política de conservación de los elementos constitutivos de lo chileno. Lo que deseamos destacar al evidenciar los límites conceptuales y patrimoniales de una

colección de objetos, es comprender los procesos de patrimonialización como procesos complejos, en donde lo tangible e intangible podrían constituir un continuo más que dos realidades opuestas. Con esto las nociones que permiten definir una colección e implementar políticas de recolección y conservación son variables claves para futuras intervenciones sobre los objetos. El catálogo de objetos del folklore chileno es una evidencia de cómo los elementos intangibles se materializan en la cultura material.

Bibliografía ALEGRÍA, L. Dialéctica del campo patrimonial. El caso del Museo de Etnología y Antropología de Chile. Revista Mapocho Nº 56, 2004. pp. 139-156. ALVARADO, M. y AZÓCAR, M. A. El objeto arqueo-etnográfico y su mensaje. Revista Museos N° 11, 1991. pp. 8-11. Boletín del Museo de Etnología y Antropología (BMEA), Tomo IV. Santiago, Chile: Imprenta Universitaria, 1927. BOURDIEU, P. Sociología y cultura. México D.F.: Editorial Grijalbo, 1990. 317 p. DONOSO, K. La batalla del folklore: Los conflictos por la representación de la cultura popular chilena en el siglo XX. Tesis para optar al grado académico de Licenciada en Historia. Santiago, Chile: USACH, 2006. FOUCAULT, M. Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas. México D.F.: Editorial FCE (2ª reimpresión español), 2002. 375 p. LEÓN, A. El Museo: teoría, praxis y utopía. Madrid, España: Editorial Cátedra (7ª edición), 2000. 378 p. SUBERCASEAUX, B. Historia de las ideas y la cultura en Chile. Nación y Cultura, Tomo IV. Santiago, Chile: Editorial Universitaria, 2007.

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