La cofradía de Santa María de Rey Casto de Oviedo. Aproximación a su patrimonio urbano (siglos XII-XV).pdf

May 19, 2017 | Autor: Soledad Beltrán | Categoría: Historia Medieval de Asturias, Historia Medieval, Cofradías, Cofradias medievales
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Civitas bendita : encrucijada de las relaciones sociales y de poder en la ciudad medieval / coord. Gregoria Cavero Domínguez. – León : Universidad de León, Área de Publicaciones, 2016 271 p. : il., planos, tablas, gráf. ;24 cm Textos en castellano, italiano y portugués ISBN 978-84-9773-850-7 1. Ciudades medievales-Congresos. 2. Poder (Ciencias sociales-Historia-0500-1500-Congresos. 3. Relaciones humanas-Historia-0500-1500-Congresos. 4. Establecimientos religiosos y eclesiásticosHistoria-0500-1500-Congresos.5. Obras de beneficencia-Historia-0500-1500-Congresos I. Universidad de León. Área de Publicaciones. II. Cavero Domínguez, Gregoria 911.375.3”04/14”(063) 321.01”04/14”(063) 316.472.4”04/14”(063) 27-784”04/14”(063) 364.662-54”04/14”(063)

Construir la memoria de la ciudad: espacios, poderes e identidades en la Edad Media (XII-XV). Civitas Bendita: encrucijada de las relaciones sociales y de poder en la ciudad medieval Coord. Gregoria Cavero Domínguez Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte esta publicación pueden reproducirse, registrarse transmitirse, por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, se electrónico, mecánico, fotoquímico, magnético o electroóptico, por fotocopia, grabación o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de los titulares del copyright. Ministerio de Economía y competitividad. España Proyecto de investigación HAR 2013-46388-R Los trabajos de la presente publicación han sido sometidos a una doble revisión anónima (Peer Review) por parte del siguiente Comité Cientí co Internacional: Luis Miguel Duarte (Universidade do Porto), Paulo Charruadas (Université Libre de Bruxelles), Denis Menjot (Université de Lyon), Juan Francisco Jiménez Alcázar (Universidad de Murcia), José Sánchez Herrero (Universidad de Sevilla), Heraclio Bonilla (Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá), Marina Gazzini (Università di Parma), Gerardo Fabián Rodríguez (Universidad Nacional de Mar del Plata/CONICET) y Anna Esposito (Sapienza. Università di Roma). ©

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El autor Edita: UNIVERSIDAD DE LEÓN. Área de Publicaciones ISBN: 978-84-9773-850-7 Depósito Legal: LE-436-2016 Impresión: Grá cas Celarayn, S.A. - Políg. Industrial de León, PM 83 - León - www.celarayn.es Impreso en España / Printed in Spain Imagen de cubierta: Palacio Comunal de Siena. Alegoria del Buen Gobierno, Ambrogio Lorenzetti ( ca.1340)

Civitas Bendita: encrucijada de las relaciones sociales y de poder en la ciudad medieval

LA COFRADÍA DE SANTA MARÍA DE REY CASTO DE OVIEDO. APROXIMACIÓN A SU PATRIMONIO URBANO (SIGLOS XIII-XV)

Juan Ignacio Ruiz de la Peña Solar * Soledad Beltrán Suárez

(Universidad de Oviedo)

La cofradía de Santa María de Rey Casto de Oviedo. Aproximación a su patrimonio urbano (Sglos XII-XV)

LA COFRADÍA DE SANTA MARÍA DE REY CASTO DE OVIEDO. APROXIMACIÓN A SU PATRIMONIO URBANO (SIGLOS XIII-XV)

Esta aproximación al poder urbano de la cofradía del Rey Casto es un primer avance de un trabajo más amplio que tratará de abordar en su totalidad el conocimiento de una de las instituciones religiosas con más calado social de Oviedo en los siglos centrales de la Edad Media. La ciudad, que vive por entonces el momento de su plena expansión económica, da muestras igualmente de una enorme vitalidad social y se muestra muy receptiva a las nuevas corrientes religiosas que fluyen en este periodo en todas las latitudes. Ese fue el caldo de cultivo del que se nutrió la cofradía que estudiamos que, como todas las de su rango, supo responder a las demandas de la sociabilidad urbana, canalizar las nuevas ansias de participación de los laicos en la vida religiosa y calmar, en cierto modo, su inquietud más acuciante, la preocupación por el más allá, por la salud del alma de los difuntos, una de las “corrientes de fondo” que en lo espiritual atraviesa el periodo de los siglos XIII al XV1. De las muy diversas formas que adoptó esa expresión colectiva de la religiosidad2, nuestra cofradía debe adherirse al grupo de las asociaciones que, con todo Este es el último trabajo que tuve el honor de firmar con Juan Ignacio Ruiz de la Peña y sobre el que todavía discutimos algunos aspectos pocos días antes de su inesperado fallecimiento. No pudimos revisar juntos el texto final, que aunque contiene muchas de sus sugerencias y profundos conocimientos, carece de su prosa precisa y rica. Nos dejó de forma inesperada la mañana del 10 de mayo y no hay consuelo. Hasta siempre, maestro, amigo del alma…

*

1

En expresión de C. VINCENT, Église et societé en Occident. XIIIe-XVe siècle. Armand Colin. París, 2009, p. 139.

La bibliografía sobre las cofradías urbanas, de toda índole, es abrumadora y deudora en gran parte de la clásica obra de J. CHIFFOLEAU, La comptabilité de l’au-delà. Len hommes, la mort et la religión dans la región d’Avignon à la fin du Moyen Age. Ecole Française de Rome, 1980, que pone en relación el auge de estas ins-

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acierto, denominó C. Vincent cofradías de intercesión, aquellas cuya principal razón de ser, al margen de algunas funciones secundarias, es la plegaria por los difuntos3. Su enorme éxito, por lo menos hasta finales del siglo XIV, es signo inequívoco de que la cofradía fue capaz de encauzar esas aspiraciones colectivas. Fue instituida en un momento impreciso del primer tercio del siglo XIII4, por los capellanes de las cuatro parroquias de la ciudad (las de San Tirso, San Juan, San Isidoro y Santa María de la Corte) y de muchas de su entorno rural próximo, sumándose, sin grandes conflictos,–junto con los frailes menores, que por esas mismas fechas fundan el primer convento franciscano de Asturias5- , a las viejas instituciones eclesiásticas de arraigo antiguo en la ciudad, la propia catedral y los monasterios benedictinos. Entre todas las cofradías ovetenses cuyos fines se orientaron a la obtención de sufragios para la otra vida, la del Rey Casto fue la única cuya influencia se proyectó a todo el conjunto social. Porque en Oviedo, como en todas las ciudades para este mismo periodo, también proliferaron algunas otras pequeñas cofradías de vocación estrictamente religiosa pero cuya implantación social fue más restringida. Por ejemplo, la de los clérigos del coro, dependiente de la catedral, fue fundada por el más modesto sector no prebendado de su clero, constituido en una compannía del choro que, al contrario de lo que ocurrido en otras latitudes 6, tuvo tituciones con el desarrollo de las ceremonias funerarias, cada vez más aparatosas y con la mutación de las imágenes mentales concernientes a la muerte (vid. pp. 273-274). Más próximos a nuestro ámbito y conteniendo una amplia bibliografía, G. CAVERO DOMÍNGUEZ, Las cofradías de Astorga durante la Edad Media. Universidad de León, 1992. 3

C. VINCENT, ob.cit., 139-141.

La mención a una donación hecha por doña Velasquita Giráldiz (Libro de Regla de Santa María del Rey Casto, fol. 63v –en adelante cit. como L.R.), dama bien conocida en la diplomática ovetense, fallecida probablemente en 1232, nos puede situar en los momentos iniciales de la Cofradía (cfr. J. URÍA RÍU, “Doña Velasquita Giráldiz y la cofradía de los alfayates de Oviedo”, en Asturiensia Medievalia, 2, 1975, p. 100. Vid, en este mismo volumen M. ÁLVAREZ FERNÁNDEZ, “Sub vinculo confraternitatis. Santa María del Rey Casto, una cofradía urbana en el Oviedo medieval”. 4

5 F.J. FERNÁNDEZ CONDE, “La Orden franciscana en Asturias. Orígenes y primera época”, BIDEA., 130 (1989), pp. 397-447.

Sí jugó un papel más relevante este bajo clero catedralicio en otras latitudes. En León, por ejemplo, los capellanes del coro instituyeron la compañía de los bachilleres de los ciento de la catedral, “un subgrupo canonical con entidad propia, vinculado a los bachilleres del coro”, que respondieron a “la fuerte demanda por parte de los laicos de oraciones y misas en honor de los difuntos” , consolidándose en el siglo XIII como la Cofradía de los Bachilleres de los Ciento según G. Cavero y Mª E. MARTÍN LÓPEZ, “La Compañía de los bachilleres de los Ciento en León: el patrimonio inmueble a partir del Libro de Visitas (AHDL MS. 146)” en

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una vida poco relevante, oscurecida sin duda por la de los clérigos del rey Casto, al tener esta su sede en la capilla de ese nombre, contigua por entonces a la catedral, pero dentro de ella, como las fuentes bajomedievales insisten en precisar7. De hecho, ambas asociaciones parecen haber coexistido sin mayores conflictos durante toda la Edad Media8 y, finalmente, los clérigos del coro terminaron por integrarse en Rey Casto9. Otra modesta cofradía devocional fue la instituida por los capellanes de la parroquia de San Tirso, contigua a la catedral, de orígenes imprecisos, que tampoco rebasó en influencia los pequeños límites de su territorio. Al igual que ocurrió con la de los clérigos del coro, subsistió como entidad independiente hasta la baja Edad Media, siendo ocasionalmente beneficiada con algunos pequeños legados testamentarias y administrando un patrimonio muy modesto10. No obstante, los capellanes de San Tirso también formaban parte de la cofradía del Rey Casto, ostentando frecuentemente el cargo de abades11. Finalmente, la cofradía de la Cámara Santa, llamada también cofradía de San Salvador, fue fundada en la catedral por el obispo don Juan Sánchez el año 1344, con la finalidad específica de allegar recursos extraordinarios para reactivar la G. CAVERO (Coor.), Construir la memoria de la ciudad: espacios, poderes e identidades en la Edad Media (XII-XV). I. La ciudad publicitada: de la documentación a la arqueología. León, 2015, p. 250-251. “...nos los capellanes e clerigos conpanneros de la conpannia del Rey Casto, estando ayun[tados en el] sonberado del dicho Rey Casto que es dentro en la iglesia cathedral de Sant Salvador de Oviedo...” (ACO, serie A, carp. 30, nº 11, año 1454). 7

En era MCCCXVIIII Pedro Gutierriz clerigo del coro dio a los confrades de Recasto ochaenta morabetinos pora meter ennas casas novas de Santo Esidro que fezieron e devemos lli por ellas a fazer cada año una aniversaria de un moravedi. (L. R. fol. 33r).

8

Por una Regla de castigo para un compañero vevido, contenida en el Libro de Regla de la Cofradía, sabemos que los clérigos del coro catedralicio formaron parte de la misma en el siglo XV: Assí foe que estando Martín Ferrández abbat e los otros clérigos de la confrería e todos los clérigos de la compañía del coro... fol. 82, r.] Sobre la conpannía de los clérigos del coro ver F. J. FERNÁNDEZ CONDE, La clerecía ovetense en la baja Edad Media, p. 63. 9

De la documentación de Rey Casto pueden extraerse noticias referidas indirectamente al patrimonio de la parroquia de San Tirso, con la que compartían algunos intereses: “...la casa de la Noceda que dizen de Fernán Miguéliz de que yera e la media nuestra e la otra media oviémosla de los clerigos de San Tisso en concambia por el heredamiento del Estanco (L.R., fol. 39v). En 1358 una donación a Rey Casto imponía la salvaguarda de que si el obispo o el cabildo de la catedral intentaran embargar los bienes donados “que todas estas cosas ia dichas e cada una dellas que llos do, que las ayan el capellán e clérigos que foren para sienpre enna eglesia de Santo Tiso de Oviedo, a que los mando, e do, e que cunplan e fagan las dichas aniversarias en cada mes en cada un anno para sienpre segun se de suso contién” (A.C.O., Serie A, carp. 20, nº16).

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construcción de la catedral ovetense, que avanzaba muy lentamente. Estuvo abierta a todos los fieles del obispado, de cualquier condición, dispuestos a contribuir con sus limosnas a esa finalidad, obteniendo, a cambio, mil e quatro annos e ses quarentenas e media de perdón, pese a lo cual va a caer prácticamente en el olvido hasta mediados del siglo XV es que el cabildo intentará reanimarla sin demasiado éxito12. Frente al carácter restrictivo de estas modestas asociaciones de clérigos y feligreses, limitadas, como las cofradía de carácter profesional, a los miembros de una misma condición, feligresía u oficio, la de los clérigos del Rey Casto, pese a que en ella las funciones de dirección, estaban reservadas en exclusiva a los capellanes de las parroquias, fue una gran fraternidad de carácter mixto e interclasista en la que se implicó el conjunto de la sociedad urbana, laicos y eclesiásticos de todos los niveles económicos, hombres y mujeres, nobles y miembros de la alta y baja burguesía, como también algunos campesinos, se integraron en ella como cofrades, sin más exigencia, al parecer, que el pago de una cuota de entrada y unas modestas cotizaciones anuales13, y la favorecieron con generosas donaciones. Por otra parte, tal como hemos señalado, no parece que, al menos en su primer siglo de existencia, la cofradía entrara en conflicto con los intereses de la clerecía de la Iglesia de San Salvador14, ni tampoco con los capellanes que servían a las cuatro parroquias de la ciudad o de los que estaban al servicio de la comunidades monásticas femeninas de San Pelayo y de Santa María de la Vega de Oviedo, dado que era precisamente ese clero el que formaba el núcleo fundacional de la cofradía, y constituía sus órganos directivos turnándose anualmente en el desempeño de los mismos15. Y tampoco parece que haya habido motivos de fricción entre Santa María de Rey Casto y los dos centros monásticos locales de San Francisco y de San Vicente. Si bien no hemos hallado donaciones procedentes de frailes franciscanos y monjes benedictinos, sí han quedado suficientes evidencias de las buenas relaciones de estos con la cofradía. En lo que respecta a los primeros, sabemos por el Libro de Regla que los capellanes de Rey Casto conS. SUÁREZ BELTRÁN, “La cofradía de la Cámara Santa de Oviedo”, Asturiensia Medievalia, 7 (1993-94), pp.165-177.

12

13 En las cofradías de esta naturaleza no se imponen condiciones que impidan la entrada en el grupo, “salvo la buena reputación, tanto en materia de fe como en costumbres”, C. Vincent, ob.cit., p. 140. 14

ver infra, n. 83.

15

M. Álvarez Fernández, “Sub vinculo confraternitatis”, en este volumen.

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celebraban con los franciscanos las vísperas de San Francisco, en sobrepellizas en el dicho monesterio, en el coro, con los frayles16; y por lo que se refiere a los benedictinos, su vinculación con la cofradía era aún más estrecha porque, de hecho, a mediados del siglo XIV estos, en su conjunto, fueron recibidos como cofrades de Rey Casto, a perpetuidad, quedando exentos de cualquier pago y siendo beneficiados con todos los servicios espirituales que la cofradía dispensaba a sus miembros, salvo un desembolso anual, colectivo y simbólico, de unos pocos maravedíes, si querían que les fueran ofrecidas misas de sufragio17. La vida de la cofradía de Santa María de Rey Casto, ha dejado una amplia huella en la documentación local ovetense: no menos de medio millar de pergaminos, que le afectan directa o colateralmente, donde han quedado ampliamente recogidos la multitud de actos jurídicos que plasma los diversos negocios relativos a la constitución y gestión de su amplio patrimonio; además, a sus muchas noticias pueden añadirse las numerosas y expresivas informaciones que brinda el Libro de Regla de dicha Cofradía, su propio Liber capituli, un códice muy similar a los libros de Kalendas elaborados por el cabildo catedralicio que, como estos, reúne un variado conjunto de documentos litúrgicos, conmemorativos -anniversarias- y referidos a su gestión económica y administrativa, que cubre el amplio periodo de tiempo que va desde mediados del siglo XIII a finales del XV18. Entre otros muchos aspectos, la documentación de la cofradía permite pues, reconstruir con inusual detalle su patrimonio, las vias de formacion del mismo y los negocios juridicos ligados a su explotacion, aspectos estos a los que dedicamos esta primera aproximación.

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L. R., fol. 144r.

“Contrato con los monjes de San Viçente (...) Estas son las condiçiones quel abbat, prior e convento del monesterio de San Viçenti de Oviedo fezieron connusco e nos con ellos tan bien por nos como por nuestros subçessores para siempre en esta manera: que nos que resçebimos e avemos a resçebir por nuestros confrades a todos los que ora hy sson e serán de aquí adelantre e ellos deven afazer juramento enna nuestra riegla quando los resçebiren como fazen los otros nuestros confrades e depos el nostro chantre deve los a escrevir todos por personas en el quaderno que traen e los nuestros vicarios e ninguno de los que ora hy sson e seran que de aquí adelantre non han de pagar ninguna cosa de entrada e el dia que dellos passar deste mundo deve el nuestro abbat e todos los clérigos deven ayr sobre el al dicho monesterio a traerlo a la eglesia e al so sotierro e dezirlli vigilia (...)”, cfr. L.R., fol. 91v. 17

Ha sido descrito y anali zado detalladamente por Mª J. SANZ FUENTES, “El Libro de Regla de Santa María del Rey Casto de Oviedo”, en Mundos medievales. Espacios, sociedades y poder. Homenaje al Profesor José Ángel García de Cortázar y Ruiz de Aguirre. Universidad de Cantabria, 2012, vol. II, pp. 1.889-1.900. Sobre los libri capituli catedralicios ver V.M. RODRÍGUEZ VILLAR, Libro de Regla del Cabildo (Kalendas I). Estudio y edición del manuscrito nº 43 de la catedral de Oviedo. Oviedo, 2001.

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Los miembros de la cofradía y sus benefactores. Ese carácter integrador de la cofradía, que venimos señalando, fue determinante de la general implicación de todo el vecindario ovetense en los procesos de formación de su patrimonio y en el hecho de que aparezcan recordados en su obituario gentes de toda condición, desde obispos y miembros de la alta nobleza hasta los más modestos hortelanos de los arrabales, donando, claro está, en proporción a su riqueza. Ahora bien, el sector más ampliamente representado corresponde a las capas medias de la sociedad urbana. De los 340 benefactores de la cofradía que hemos podido reconocer para los siglos XIII-XV, en los que está encarnada la totalidad del espectro social, podemos establecer, grosso modo, tres grandes categorías básicas: la de los eclesiásticos, que representan el 23% de los donantes, la de los burgueses19, que suponen el 71% y un tercer grupo más diverso internamente, formado por algunos pocos miembros de conocidas familias nobiliarias (Solís, Bernaldo de Quirós) o de la pequeña aristocracia rural -caballeros, escuderos- que, prácticamente en todos los casos, donan bienes rurales. Representan la categoría menos numerosa, sólo el 6% del total, lo que hace resaltar lo evidente: la inmensa mayoría de los donantes está formada por los sectores eclesiásticos y laicos de la ciudad, que suman el 94% de las donaciones, porque, ya se dijo, Santa María de Rey Casto, es la cofradía de los ovetenses. Pero todavía puede afinarse un poco más ese análisis social introduciendo el matiz del género, porque llama poderosamente la atención la gran implicación de las mujeres, de todo rango, en la vida de nuestra cofradía. Así, de las 78 donaciones que recibe Santa María del grupo de los eclesiásticos, 22 son efectuadas por monjas, mayoritariamente de San Pelayo, monasterio muy ligado desde sus orígenes al culto de esta iglesia20 y de las 242 donaciones procedentes del grupo de la burguesía, 103 las realizaron mujeres solas21, viudas o sencillamente mujeres que aparecen actuando sin el refrendo de sus maridos o padres. Suponen Las escuetas anotaciones del Libro de Regla, de donde hemos extraído la mayoría de las referencias, se detienen pocas veces en facilitar detalles sobre oficio o dedicación de los donantes, aunque podemos deducir, por la entidad de los bienes que entregan -porciones de casas o huertos- su domicilio urbano.

19

F.J. FERNÁNDEZ CONDE, “Orígenes del Monasterio de San Pelayo”, Semana de Historia del monacato cántabro-astur-leonés. Oviedo, 1982, pp. 99-115.

20

Debe tenerse en cuenta que no entran en este cómputo las muchísimas mujeres que donan junto con sus maridos y que se hallan encuadradas en la categoría genérica de los burgueses, cfr. L.R., passim.

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casi el 43% de las donaciones. Esta fuerte composición femenina de la cofradía, se explica sin ninguna duda por el hecho de que las mujeres podían ingresar en ella como cofradas en igualdad de condiciones con los varones, lo que les brinda una vía de participación social y una tibia forma de expresión de su religiosidad, menos rigurosa que otras soluciones coetáneas tan en auge por estos siglos como la reclusión o incluso el emparedamiento22. Gráfico nº 1.

Distribución social y de género de los cofrades y benefactores de la cofradía de Santa María de Rey Casto (siglos XIII-XV)

Formación del patrimonio. Ritmo de las donaciones.

El flujo de donaciones a la Santa María de Rey Casto será incesante casi desde los inicios de su existencia y los ritmos de crecimiento de su patrimonio, muy rápidos, dan una buena idea de la incrustación de la cofradía en la sensibilidad social. Sin embargo, no contamos por ahora con la totalidad de los datos que permitan seguir este proceso con exactitud porque las anotaciones sobre los donantes y los bienes ofrendados para sufragar sus exequias y misas no siempre detallan la fecha en que dichas donaciones fueron efectuadas. G CAVERO, Inclusa intra parietes. La reclusión voluntaria en la España medieval. Collection “Meridiennes”. Universidad de Toulouse, 2010, espec. pp. 123 y ss.

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Así, de las 347 donaciones que se documentan para este periodo, hemos podido datar con precisión sólo un poco más del 60%, bien porque se ha conservado el pergamino original de la donación o porque la anotación en el obituario de la Cofradía incluye, además del día de celebración de su anniversaria y el monto de los bienes donados para sostenerla, la data correspondiente a la donación. No obstante, esas 214 donaciones fechadas ofrecen una muestra que creemos suficientemente amplia23 para calibrar el ritmo de formación, incremento y consolidación del patrimonio de la cofradía y compararlo con el de los demás dominios ovetenses coetáneos. De esos datos por ahora manejables, se desprende que la cofradía del Rey Casto, cuyos primeros años de existencia nos llevarían, como antes apuntamos, al primer tercio del siglo XIII24, arraiga rápidamente y con fuerza entre los ovetenses a mediados de esta centuria. Consecuentemente, desde 1250 se incrementa de manera vertiginosa el ritmo de donaciones que recibe, que ofrece un pico altísimo, si bien efímero, entre 1250 y 1275, periodo durante el cual la cofradía recibe casi la mitad del total de las donaciones computadas25 con las que prácticamente consolida el grueso de su patrimonio en sólo 25 años. En los siguientes, el incremento patrimonial seguirá siendo sostenido pero se va desacelerando, hasta llegar a la segunda mitad siglo XIV, cuando el ritmo de las donaciones se desploma a niveles insignificantes que ya no vuelven a recuperarse.

Dejamos para un trabajo posterior una tarea más paciente de identificación de individuos que quizá permita datar con mayor justeza ese 38% de donaciones que ahora quedan fuera del cómputo, y que hará posible calibrar con más precisión aún las oscilaciones del incremente patrimonial. No obstante, no creemos que los resultados difieran mucho de los presentados aquí.

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24

Vid. supra, n. 4.

25

Entre los años 1250-1275 recibe Santa María el 48,5% de las 214 donaciones datadas.

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Gráfico nº 2.

El ritmo del incremento patrimonial desde 1250 a 1500.

¿Hay que achacar ese desplome a un enfriamiento del fervor de los fieles?, ¿a una pérdida de influencia social de la cofradía? Esto parece muy extraño en unos tiempos, de plena depresión, en que el temor a la muerte hace más necesaria que nunca las plegarias por la intercesión de los difuntos. Más bien debe atribuirse a las calamidades y pobreza de los tiempos que afectan por igual a todas las economías. Así, revisados los documentos del cabildo catedralicio, de San Vicente, de San Pelayo y de Santa María de la Vega de Oviedo que, además, se reducen drásticamente en número a partir de mediados del XIV, estos revelan por su naturaleza el práctico fin de la expansión de los patrimonios eclesiásticos y casi sólo testimonian los diversos negocios emprendidos para su mantenimiento y gestión26. Los documentos de San Pelayo pasan de ser 170 en el periodo 1326-1350 a sólo 89 en los siguientes veinticinco años, donde únicamente se consigna una donación, cfr.: F.J. FERNÁNDEZ CONDE, I. TORRENTE FERNÁNDEZ y G. de la NOVAL, El monasterio de San Pelayo de Oviedo. Historia y fuentes. II. Colección diplomática (1326-1379), Oviedo, 1981. En lo que respecta a la documentación urbana de San Vicente, que es la que hemos podido analizar hasta aquí, para esos mismos dos periodos, la reducción del número de pergaminos es de 25 a 17 (Archivo de San Pelayo. Fondo de San Vicente, passim, inéditos) y por lo que se refiere a la de Santa María de la Vega, esta se va a reducir más del 50%, cayendo sus documentos de 24 (en 1326-1350) a 11 para los años que van de 1351 a 1375, periodo durante el cual prácticamente no recibe donaciones pro anima, lo que va a agravar el estado de sus finanzas. Así lo pone de manifiesto la reducción del número de sus raciones que ordena el obispo don Sancho en 1354, porque las rentas non avondavan e (...) por ende se enpennavan los ornamientos del dicho monesterio: A. MARTÍNEZ VEGA, El monasterio de Santa María de la Vega. Historia (siglos XII-XIX). Oviedo,1994 (el doc. cit. es el nº 85). Sobre la grave crisis de donaciones, e

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Las modalidades fundamentales que revisten las donaciones a la cofradía y su motivación son las donaciones mortis causa, bajo la forma de mandas ejecutadas por los testamentarios del donante27 y, con mucha mayor frecuencia, los actos intervivos, las donaciones pro anima, que constituyen una parte importante del conjunto de las mismas. Otro gran bloque de las ofrendas que recibe Santa María son aquellas procedentes de las personas que desean ser admitidos como cofrades. Porque la entrada en la cofradía exigía el pago de una cantidad inicial, -cuatro mrs. a mediados del siglo XIII28- y de una cuota de tres sueldos anuales para “missas, ofrendas y gentares”29, pero con frecuencia, al menos los más pudientes, optaban por la donación de unos bienes de entidad suficiente30 como para cubrir de una sola vez el derecho de entrada y los pagos anuales “de la confrería e de missas e de cada un anno e de todas las otras cosas que deven dar para en toda sua vida31, quedando eximidos de por vida de todas estas obligaciones, salvo del mortuorium, o gastos derivados de la celebración de exequias que ofrecía la cofradía por todos sus miembros32. Del conjunto total de bienes que recibe Santa María del Rey Casto33, la parte ingresos en general, del cabildo catedralicio desde mediados de esta centuria, ver S. Suárez Beltrán, El cabildo de la catedral de Oviedo en la Edad Media, Oviedo, 1986, pp. 219 y ss. y cuadro general de la evolución del incremento patrimonial en p. 202. En no pocos casos la ejecución de esas mandas testamentarias se retrasaría voluntaria o involuntariamente algún tiempo por los herederos, siendo en este sentido un elocuente ejemplo el que ofrece cierta disposición a favor de la cofradía que hace el alcalde del rey Alfonso Nicolás, sin duda el personaje más poderoso e influente de la burguesía ovetense de los decenios finales del siglo XIII, fallecido en 1306 y que ejecutaría su nieto transcurridos casi 50 años después de ese fallecimiento: L. R., fol. 26r-v. La biografía de este conflictivo personaje la realizó J.I. RUIZ DE LA PEÑA SOLAR, “Alfonso Nicolás, burgués de Oviedo y alcalde del rey” en Asturiensia Medievalia, 2 (1975, pp. 113-176.

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28

Esa era la cantidad de entrada en 1263 (cfr. L.R., fol. 23r).

29

Cfr. L.R. fol. 72r (1267) y 73r (1270).

Algunos de los muchísimos ejemplos anotados en el Libro de Regla de Rey Casto: el tercio de una casa en Socastiello (1265, L.R., fol. 59r); un huerto (1275, fol. 47v); media losa en Posadiella (1277, fol.76v); media casa al forno del obispo (1277, fol. 46r); un cuarto de lagar con su huerto (1278, fol. 57v); un cuarto de casa en Socastiello (1280, fol. 62r); un octavo de casa (1289, fol. 50r); una casa en Cimadevilla (1290, fol. 46v).

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Otros muchos ejemplos en L.R., fols. 23r, 28r , 38r, 47v, 50r, 57r, 57v, etc.

Sub era MCCCVIIII Joves XI dias andados setembre. Dominga Martíniz, filla de Martiannes, çapatero, dio el quarto de la sua casa en que mora (…) e por esta donaçión que fezo nos, confrades clérigos, recebímosla sen otra entrada por confrada e devemosla escusar de todos los costos de la confreria salvo el mortuor e depús sos días devemos fazer anniversaria por ella e por so padre e por sua madre (L.R., fol. 67v)

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Hemos podido documentar un número total de 356 lotes de bienes adquiridos mediante donaciones

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más abundante (con un 57% de total) la constituyen, naturalmente, los bienes urbanos, casas, hórreos y lagares, huertos y solares, enteros o muy frecuentemente fracciones de los mismos: un ochavo, un “sesmo”, un cuarto de casa o media casa, según el valor del inmueble, que eran como vimos34 bienes de entidad suficiente como para ser recibido como cofrade y satisfacer de una vez el resto de los requisitos que exigía la cofradía. Por ello, las propiedades urbanas de Santa María estaban muy fraccionadas, compartidas con el cabildo catedralicio y los monasterios, las corporaciones parroquiales y muchos particulares (cfr. tabla nº 2). Dentro del reducido perímetro murado de la ciudad -el recinto intramuros de Oviedo contaba sólo con 11 ha., aunque su caserío desborda ya ampliamente desde el siglo XIII estos estrechos límites-, estos inmuebles donados se sitúan en la práctica totalidad de las calles intramuros, tanto en las principales (Cimadevilla, Socastiello, Ferrería, Gascona, Solazogue, Rúa de las Tiendas o Rúa de los Cambiadores, San Isidoro), como en otras callejas secundarias. Y, asimismo, van a ser muy abundantes las propiedades de casas con huertas y hórreos de la cofradía en los arrabales inmediatos a la ciudad (Los Estancos, Santa Clara, Campo de Santa María, Rosal, Fontán y Regla). En ocasiones, el objeto de la donación lo constituyen “solares que fueron casas”, que se hallaban situados con frecuencia en las principales vías de acceso a Oviedo: el camino de León, que tenía su prolongación urbana en la calle Cimadevilla, dentro y fuera de la cerca; el barrio del Carpio, por el que discurría también otra ruta alternativa a León que se fusionaba muy cerca de la ciudad con la antes descrita; y el “camino a Santiago” que arrancaba de la puerta de Socastiello. Por lo que se refiere a la entidad de los bienes rurales, si bien mucho más exigua, todavía supone casi un 12% de los que recibe la cofradía, que forjó a lo largo de estos siglos un modesto patrimonio ubicado más allá de los arrabales urbanos, en su mayor parte en parroquias rurales del alfoz más próximas a la ciudad y también en algunos concejos cercanos a Oviedo35, Siero, Llanera, Langreo o Corvera, donde se localizan casas con sus hórreos, huertas e incluso algún palacio que pasaría a engrosar por donación el patrimonio de Santa María36. Estos bienes entre los años 1252 y 1485. 34

Vid. n. 30.

Esporádicamente también en algunos muy alejados, como el de Teverga donde la cofradía recibe unas viñas de “Sancha García filla que foe de don Garcia González, que foe archediano de Vabia (cfr. L.R. fol. 115r).

35

36

Estevan Pérez, capellán de la eglesia de Santa María de Naranco, (...) do (...) hun palaçio de piedra techado de tella que 161

Civitas bendita: encrucijada de las relaciones sociales y de poder en la ciudad medieval

rurales, que exigen, por su alejamiento, un mayor esfuerzo de control y gestión, suelen ser cuidadosamente inventariados en el Libro de Regla de la Cofradía 37. La tercera categoría de bienes donados a Santa María la constituyen los objetos muebles imprescindibles para la celebración de la liturgia en la capilla de Rey Casto: mantos, sábanas para el altar, incensarios, breviarios,…38. Aunque los que hemos podido documentar representan un número insignificante en el conjunto general -14 donaciones que suponen apenas un 4% del total-, no hay duda de que las ofrendas de este tipo debieron de ser mucho más numerosas a juzgar por los diversos inventarios de ornamientos que los vicarios de la cofradía elaboran a cada cierto tiempo39, y que ponen de relieve que esta era propietaria de un rico y variado ajuar litúrgico (cruces de plata, vestiduras de altar, libros litúrgicos, mantos, sobrepellices, estolas, casullas), imprescindible para revestir con cierta dignidad a sus capellanes y celebrar con boato la liturgia en los tres altares de su antigua y venerable iglesia, el principal de Santa María, y los secundarios, dedicados a san Esteban y a san Julián40. Finalmente, las donaciones en dinero recibidas por nuestra cofradía revisten una gran importancia. Tanto las que suponen la entrega de dinero contante y sonante, como las asignaciones de censos y rentas de carácter perpetuo cargadas sobre casas y huertos, entregadas con el fin de garantizar las celebraciones estipuladas. Esta modalidad fue cada vez más frecuente41. Porcentualmente, este yo he que está en San Cloyo. E más, vos do la mía losa que dizen de la Granda con todos los otros heredamientos, techos e lantados que yo he e aver devo e me pertenesçen en qualquier manera por qualquier razón en la felegresía de San Cloyo. (1379: A.C.O, serie A, carp. 24, nº 1). Renenbrança. Sia a todos los conpanneros que son e serán de aquí adelantre en la conpannýa desta casa de nuestra señora Santa María de Rey Casto en como en cada año para syempre sean de dezir las anniversarias ayuso seguientes por los conpanneros ayuso nombrados por los bienes seguyentes: primeramente por los bienes de Andorzio, so la canpana de San Iohan de Ables et por los bienes a Santa Olalla de Colloto, en Las Felgueras et por los bienes de Villamar, so la campana de San Cloyo et por los bienes de Basallana, so la campana de Santa María de Limanes los quales los conpanneros (...) para las dichas aniversarias compraron (cfr. L.R., fol. 45v).

37

38

Cfr. L.R., fols. 51v, 57r, 63r, 73v, 77v, 84r.

39

Cfr. los recogidos en el L.R., fols. 10r, 12v, 167v, 173v y 177r.

Hay diversas referencias que indican que esta era, en efecto, la distribución y advocación de los altares de Santa María del Rey Casto: Otrosý, el nuestro conpannero que for penado e fuera de la confrería, por nos e por nuestro abbat, se se querellar a algúnt ome o muller del conçello o de la iglesia, que sea fuera de la confrería por quarenta días e que pague trinta maravedíes para vestimentas para en Santo Estevano e para en San Iulián, (L.R., fols. 156v-157r, año 1340). En otro momento se alude a las vegilias que son estableçidas de resar a los altares de Santo Estevano e de San Julian (cfr. L.R. fol 29v).

40

41

Sobre la generalización en los medios urbanos de estos censos perpetuos asignados a la remuneración de

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tipo de ofrendas monetarias o censos a perpetuidad representan casi el 30% de las totales (ver gráfico nº3) y, aunque naturalmente oscilaron mucho en función del nivel social de los donantes42, suponen un flujo constante de dinero que se suma a los ingresos habituales, difíciles de computar, obtenidos de las cuotas de entrada y permanencia anual de los cofrades en la hermandad. Gráfico nº 3.

Tipología de los bienes donados a Santa María de Rey Casto (en %). Siglos XIII-XV.

Esta gran disponibilidad de numerario permitía sufragar las pitanzas anuales para todos los cofrades y asegurar las distribuciones entre los capellanes que acudían a concelebrar la liturgia de la cofradía, además de satisfacer el pago de los salarios bastante generosos de vicarios y contadores, responsables de una gestión cada vez más compleja, como veremos. las plegarias prescritas, ver C.Vincent, ob.cit., p. 137. Entre los grandes benefactores de la cofradía podemos citar al obispo don Juan de Oviedo que en 1332 donó 3.000 maravedís para meter en possessiones para sufragar misas perpetuas ante el altar de San Julián (L.R., fol. 36r). Ese mismo año y el siguiente la cofradía compra una huerta grande y unas tierras junto a la ciudad, por 320 y 60 maravedíes respectivamente (cfr. A.C.O. serie A, carp. 16, nº 7 y nº 13) y sendos cuartos de casas en Cimadevilla, y Socastiello, dos de las principales calles de Oviedo, por 200 y 210 maravedís respectivamente (cfr. A.C.O., serie A, carp. 16, nº 10 y nº 11). Sabemos que por esos mismos años 150 maravedís ya eran una donación muy generosa, como la que hace García Fernández, criado del deán don Martín López, para sufragar una misa perpetua para él mismo y por su señor, el deán. Con ese dinero la cofradía adquirió “una taza de pie y un vaso de plata” (cfr. L.R. fol. 65v, año 1332).

42

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Pero, aunque las exequias y los servicios post mortem fueran su primera razón de ser también se prodigaba la cofradía en atender otras obligaciones caritativas y asistenciales, porque, como acertadamente nos recuerda G. Cavero, “la caridad desplegada es el orgullo de la cofradía, porque permite a sus miembros situarse en un plano de superioridad (y) la cofradía se muestra, ante su entorno social, como un medio para ejercer la beneficencia”43. En este sentido la caridad de los cofrades de Santa María se materializaba, fundamentalmente, en el cuidado a los leprosos de la ciudad y su comarca, con la manutención y total supervisión44 de la malatería ovetense de Paniceres, cuyos malatos tenían derecho a ración como los capellanes de Rey Casto45 y que, según una constitución del siglo XIII, tenían asignada, además, la tercera parte de las oblaciones obtenidas de los cofrades difuntos; otro tercio sería destinado a los pobres46. Además de Paniceres, también la malatería de Cervielles, si bien no dependiente directamente en su administración de Santa María, recibía de esta cierto sostenimiento material47. Pese a todo, todavía debía de haber, al menos en los buenos tiempos del siglo XIII, remanente suficiente en las arcas de los cofrades como para mantener una dinámica política inversora enfocada al crecimiento y conservación de su patrimonio inmueble y a sostener y aumentar el nivel de sus rentas. Por ahora, no podemos calibrar con toda justeza el porcentaje de sus recursos que dedica la cofradía a la ampliación y mantenimiento de su patrimonio, incluso mediante la construcción de nuevas viviendas48. Las compras que he“La proyección benéfica es la labor que inserta a estas asociaciones en su medio, que las pone en contacto con los problemas que afectan a la ciudad...”: G. CAVERO DOMÍNGUEZ, Las cofradías de Astorga, p. 52

43

En las constituciones de mediados del XIV se regulan, entre otras cuestiones, el régimen de visitas de la cofradía al llamado conviento de Paniceres (L.R., fol. 155v).

44

45

L.R., fol. 13r.

L.R. fol. 22r. Además la cofradía había asignado algunas rentas de casas y suelos a los malatos (cfr. L.R., fol. 136v) y tenía establecido que ssy algún clérigo confrade desta confrería descobrir fuera los sobredichos estableçimientos, fablas e poridades que se lli for privado que peche por cada vegada çinco maravedíes para pan para los malatos de Panizeres (L.R., fol.154 r).

46

La malatería de Cervielles, situada también en Oviedo, aparece muchos menos representada en la documentación de la Cofradía, pero hay constancia de que sus malatos estaban incluidos en la pitanza anual de Santa María de Septiembre, como los otros cofrades: que los nuestos vicarios dian a Panizes (sic) e Çervielles la pitançia por Santa Maria de Setiembre assý como han acostumbrado: L.R. fol. 156v. Estas dos malaterías ovetenses también fueron las más beneficiadas por el clero catedralicio en sus mandas testamentarias, según analiza F.J. FERNÁNDEZ CONDE, La clerecía ovetense en la baja Edad Media. Estudio socioeconómico. Oviedo, 1982, p. 63.

47

48

Assignamos los X sueldos (?) que nos dio Loba Velez por los solares que están so la cerca de Santo Esidro en que feziemos

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mos podido documentar con cierta seguridad a lo largo de este periodo de los siglos XIII al XV suponen un número bastante elevado, 64 dentro del conjunto de las 404 adquisiciones computadas, lo que representa el 18% del total, pero por referencias poco precisas contenidas en el Libro de Regla, podemos suponer que fueron muchas más y se vieron favorecidas, precisamente, por el alto número de donaciones en numerario, donaciones que muchas veces conllevaban la condición expresa de que los dineros entregados fueran destinados a la compra de posesiones con cuyas rentas quedase garantizada la celebración de misas a perpetuidad; y la cofradía parece que cumplió fielmente con ese compromiso49. Por otra parte, también animaba a la inversión ese alto porcentaje de inmuebles fraccionados que recibe Santa María de Rey Casto, por lo que algo más de la mitad de las compras que efectúa se orienta a completar la propiedad de inmuebles en los que ya tenía participación50, adquiriendo a otros copropietarios fracciones de casas y huertos, que son en ocasiones minúsculas51. Sin embargo, casi la mitad de las compras que la cofradía efectúa en Oviedo son casas enteras, localizadas algunas, además, en las calles más importantes y caras de la ciudad, Portal52 y Cimadevilla53 o Solazogue54 y Gascona55. Por lo demás, la Cofradía no muestra demasiado interés en la inversión en bienes rurales. Hemos podido documentar la adquisición de algunas pocas huertas y tierras situadas en el entorno rural más

las casas novas por sua anniversaria (L.R., fol. 25r, año 1254). Item posiemos en faser la casa de çima de villa que disen de Sancti Spíritus noveçientos e çinquenta maravedíes (L.R., fol.122r, año1268) 49

Valga como ejemplo la donación que hace el obispo don Juan en 1332, comentada en la n.42.

Devemos fazer anniversaria por Yllana Rodríguez e por sua filla María Pérez húltimo dia de genero por el medio orto que compramos a Iohan Pérez, palombero, de que ela dicha María Pérez feso la paga; el qual orto está en Possadiella de que ye el orto medio nuestro que nos dexó María Iohan, mullier que foe deste dicho Iohan Pérez para sua anniversaria e por la media casa que la sobre dicha María Pérez compró de Iohana Rodríguez, filla de Rodrigo Yáñez de Trassantisso ela qual casa está enna Gasconna, de que ye la otra meatad de Sant Salvador (cfr. L.R. fol. 35 v).

50

En 1302 compra la mitad de los dos tercios de un suelo en Cimadevilla (A.C.O., serie A, carp.12, nº 8); en 1310 se hace con un cuarto de casa en Gascona de la que poseía los tres cuartos restantes (A.C.O., serie A, carp. 14, nº 1); en fecha indeterminada adquiere la quinta parte de una casa en Socastiello (L.R., fol. 110r); otros tres octavos de casa en la misma calle (....) y los cinco ochavos de una huerta en Regla (L.R., fol. 77v).

51

52

L.R., fol. 107v y 124r.

53

L.R., fol. 57r.

54

L.R., fols. 37v. y 54v.

Cfr. L.R., fol. 55v. Una aproximación al precio de la vivienda y de los alquileres en estas rúas principales de Oviedo a finales del medievo en M. ÁLVAREZ FERNÁNDEZ y S. BELTRÁN SUÁREZ, Vivienda, gestión y mercado inmobiliarios en Oviedo, en el tránsito de la Edad Media a la Modernidad. el patrimonio urbano del cabildo catedralicio. Vitoria, 2015, pp. 52 y 59.

55

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próximo a la villa (los arrabales de Regla y Mercado56), pero sólo cuatro compras de heredamientos en lugares del alfoz de la ciudad o en concejos cercanos al de Oviedo57. En una visión de conjunto, podemos afirmar que, a fines de la Edad Media, el patrimonio inmobiliario que disfrutaba Santa María del Rey Casto en la ciudad y su entorno más próximo cedía solamente en importancia al de la Iglesia y cabildo de San Salvador, superando ampliamente a los modestos patrimonios de las cofradías de oficio -hortelanos, pelliteros, zapateros, herreros, y alfayates-; al de las instituciones benéfico-asistenciales de la ciudad y su entorno próximo; al de las cuatro iglesias parroquiales e incluso al de los centros monásticos, de San Vicente, San Pelayo, Santa María de la Vega, Santa Clara y San Francisco. La gestión del patrimonio urbano: de la expansión a la crisis. Como todos los grandes propietarios urbanos Santa María de Rey Casto explotaba su patrimonio urbano mediante las modalidades de cesión habituales en la época58, es decir, mediante contratos que solían ser vitalicios o de dos o tres vidas en la mayor parte de los casos, siendo estas unas fórmulas que funcionaron bien hasta mediados del siglo XIV cuando más del 70% de los contratos urbanos se atenían a estas dos modalidades (cfr. gráfico nº 4). A falta de un análisis cuantitativo en profundidad, podemos aventurar, por ahora, que estos alquileres no eran muy elevados, entre otras razones, porque muchos de los arrendatarios de las casas de Santa María, pertenecientes a la totalidad de los grupos urbanos (cfr. tablas nº 5 y nº 6) eran miembros de la cofradía59. También porque muchas de las casas donadas seguían estando en posesión

Cfr. A.C.O., serie A, carp. 16, nº 5 y 6, año 1332: compra unas huertas grandes en la pedrera que va al Mercado. Compra de una huerta en Riegla, por 500 mrs. (L.R., fol. 110r, s.f.).

56

57 L.R. fols. 70r (½ huerta en Posadiella, Oviedo); fol. 41r (heredamientos en Vaqueros, Oviedo; fol. 120v (heredamientos en Llanera).

Ver M. ÁLVAREZ FERNÁNDEZ y S. BELTRÁN SUÁREZ, ob.cit., p. 44 y ss. también H. CASADO ALONSO, La propiedad eclesiástica en la ciudad de Burgos en el siglo XV: el cabildo catedralicio. Valladolid, 1980, p. 122 y ss.

58

“Damos a vos, Alffon Martíniz, nuestro compañero, toda la nuestra parte de la casa que está en Socastiello (...) e que diedes cada año a nos de la nuestra parte por alluguer a cunta de XVIII morabetinos” (L.R., fol. 89r, año 1295). “... avemos aver dies maravedíes por las casas del Carpio (...) que ora de nos tien allugadas Alfon Fernández de la Ferrería, nuestro conpannero” (L.R., fol. 95v). Allugamos a vos Fernán Iohanes, clérigo, nuestro confrade, la nuestra casa (...) que esta enna Viña (...) por en toda vuestra vida e devedes dar cada año por rienda dolse maravedíes ...” (L. R., fol. 14v, año 1315).

59

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de los herederos de los donantes60 y es de suponer que a todos ellos se les otorgase un trato de favor. Y, además, porque muchas de sus casas eran compartidas con otros copropietarios, como se vio (cfr. tabla nº 2), o se localizaban en los campos ovetenses del Carpio, Rosal, Fontán, de Santa María, Regla y Socastiello fuera de la muralla, barrios por los que Oviedo se iba extendiendo rápidamente, pero en los cuales las rentas que corrían eran sensiblemente inferiores a las que podían exigirse en los barrios del interior de la muralla , tal como puede apreciarse en el pequeño muestreo que ofrecemos (cfr. tabla nº.4). Por lo que hemos podido corroborar para los años que van desde finales del XIII a mediados del XIV, las cuantías de las rentas anuales solían oscilar entre los 5 y los 15 mrs. sobrepasando raramente los 20 maravedís61, cantidades modestas que contrastan agudamente con los cientos de maravedíes que la cofradía podía desembolsar en el mantenimiento de los inmuebles, necesitados de continuas reparaciones62. Estas, si eran de poca entidad, solían correr a medias con el inquilino63, pero las reparaciones mayores que afectasen a la estructura del edificio o que implicaban una total reconstrucción, “por quema o caeda”, corrían siempre a cargo del propietario64. Son muchísimas las referencias contenidas en el Libro de Regla que dan cuenta de este gran desajuste contable, poniendo en evidencia que las grandes cuantías que requería el mantenimiento de los inmuebles estaban lejos de poder saldarse con los exiguos ingresos que aportaban los alquileres

“...avemos a ffazer aniversaria por las almas de Pedro Martínez, mercador e de Pedro Pérez, so padre y de María Pérez, sua madre, por la media casa en que él morava en Çimadevilla, la qual casa deve tenerla sua madre en sua vida sin alluguero e depoys de vida de sua madre, dévela a morar María Pérez, sua muller y dar cada anno ocho maravedíes (L.R., fol. 132r).

60

“...allugamos la nuestra casa de la Gascona (...) con so orto a Alffon Yánnez por en todos sos dias por XX morabetinos de los de Sancto Esidro a XVI dineros el maravedí a salvo” (1290, L.R., fol. 90v). “...avemos a fazer anniversaria por Alfon Martínez, canónico, e este día avemos a aver diez maravedíes (L.R., fol. 92r). “Este dia avemos a aver quinze maravedíes por la casa del canto de Santo Ysidro” (L.R., fol. 92r.) “...avemos a aver diez maravedíes por la casa que dizen de María Iustiz e avemos de a aver quatro maravedíes por el quarto de la casa que está a San Cebriano (L.R., fol. 93r).

61

62 “...avemos afazer aniversaria por don Roy Garçía archediano que foe de Tineo (...) por dosçientos maravedíes que nos lexó que metiemos en adobar e en refazer casas (...) e esti día avemos a aver dies maravedíes por el somberado de la casa de Cima de Villa (L.R., fol. 126v); este día avemos aver quinse maravedíes por la casa del cantón del Fontán la qual casa posiemos quatroçientos maravedíes (L.R., fol. 113r)

Doña Velasquida Geráldiz dio a los clérigos confrades de Recasto ela casa que avía en Socastiello (...) e esta casa an siempre los vigarios dela confrería allugarla e adobarla de por medio (con el inquilino) e encensarla (L.R., fols. 63r-64v).

63

Otrossí devo mantener e reparar la metat de la dicha casa por el dicho tienpo de todo lo que conplir, salvo de viga alguna, se quebrar e ovier mester o de quema o caeda de que la Dios guarde (A.C.O., serie A, carp. 25, nº 10, med. siglo XIV).

64

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y censos65. El siguiente texto puede dar una idea de los gastos que conllevaba corrientemente la reparación de una casa: Item, costó adobar la casa en que mora el judío: madera grande, veinte e ocho maravedíes. Item, costó dosçientos e nueve priegos de tavular, çiento maravedíes e quatro dineros. Item, a dos carpenteros que estovieron adobándola hun dia, ses maravedíes. Item, costó una colonna, hun maravedi. Item, hun quartarón de tavuela quatro maravedíes y medio. Item, hun quartarón de ripia, catorse dineros. Item, otro dia suegras de tavuelar y de ripiar, çinco maravedíes y quatro dineros. Item, este dia hun carpentero, tres maravedíes. Item, a quien techó la casa en que mora “la fromosa”, que se derramaran las tellas, ses dineros. Item, carretar el barro para el muro detrás, quatro maravedíes y ocho dineros. Item, al que lo colleó al muro, ses dineros. Item, al que adobó el muro, dies e seys dineros. Item, vino a los carpenteros en todos estos dias que y estedieron, quatro maravedies66.

Al descenso acusadísimo del número de donaciones que, como hemos comentado casi se detienen desde mediados del siglo XIV, le sigue también una fuerte caída de las ya de por sí menguadas rentas urbanas, descenso que una serie de novaciones contractuales de los años 1362-63 permiten estimar en algo más del 50% (cfr. tabla nº 1). Ya desde el año 1351 existen referencias explícitas a las grandes mortandades e despoblación de la tierra, ocasionadas por esa primera oleada de peste que el segundo brote, del año 1362, no haría sino agravar, tal como denuncian las Constituciones del obispo Don Gutierre de Oviedo, obligado por esas circunstancias a efectuar un fuerte reajuste de las economías catedralicias67.

“Devemos fazer anniversaria por Pedro Moro de Teverga, por cien maravedíes que nos dio que metiemos en adobar las casas de Socastiello” (L.R., fol. 65r, año 1320). “...quinientos maravedíes que nos lexó el dicho Menén Suáriz que metiemos en adobar y en refaser casas” (L.R., fol. 144v). “Lexó Fernán Rodríguez de Pandenes, escolar, cien maravedíes de los dineros del Rey don Fernando a la confrería de Recasto e estos maravedíes meteólos ela confrería en refazer e adobar las casas de la confrería aquellas que conplía (L.R., fol. 52v, año 1310). “Posiemos dusientos maravedíes en reparar la casa del Rosal (...) que nos quemó el conde. Item posiemos máes en esta casa de Sancti Spiritus sobredicha, ochenta e çinco maravedíes (L.R., fol. 122r., año 1368).

65

L.R, fol. 61r-v (mediados del siglo XIV). Debemos a María Álvarez y a Raúl González, estimadísimos colegas y amigos, su enorme generosidad al cedernos las transcripciones del Libro de Regla y de muchos de los pergaminos del fondo catedralicio que, ambos, en un trabajo incansable, tenían elaboradas y que nos facilitaron en gran medida la elaboración de esta primera aproximación al tema. Es de rigor reconocer la deuda de gratitud contraída con ambos.

66

F.J.FERNÁNDEZ CONDE, Gutierre de Toledo, obispo de Oviedo (1377-1389). Reforma eclesiástica en la Asturias bajomedieval. Oviedo, 1978, pp. 331-332 y del mismo autor, La clerecía ovetense en la baja Edad Media. Estudio socio-económico. Oviedo, 1982, pp. 164-166.

67

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Tabla nº 1. Bien arrendado

ant. a 1362

1362-63

era en el Fontán

20 mr

10 mr

huerto en Regla

15 mr

7 mr

casa

10 mr

5 mr

huerta

10 mr

5 mr

casa

10 mr

5 mr

casa

14 mr

4 mr

La caída de las rentas de la Cofradía. Los contratos del año 1362-6368.

Estos datos concretos y muchas otras referencias indirectas69, ponen de relieve la gravedad de la incidencia de la peste en Asturias y, concretamente, en Oviedo, donde empiezan a menudear las menciones a suelos despoblados, que eran casas, antes de la muerte o abandono de sus habitantes. A este proceso de ruina y despoblación, también contribuyeron los ataques de Enrique de Trastámara que, en 1351, incendia los barrios extramuros de la parte meridional de Oviedo (Carpio, Cimadevilla fuera, Fontán...70). No sabemos cuánta casas de la cofradía se vieron afectadas por estos ataques resultado de los intentos del bastardo por tomar la capital, pero sí podemos intuir la gravedad del episodio por la lentitud y dificultad con que se emprenden las reedificaciones71 y por verdadera psicosis por el fuego y la ruina que trae consi68

L.R, fols. 166v-167v.

Recogemos algunas evidencias en S. SUÁREZ BELTRÁN, El cabildo de la catedral de Oviedo, pp. 111 y ss. y en AA.VV., “Asturias en 1388”, Los orígenes del Principado de Asturias y de la Junta General. Oviedo, 1998, pp.43 y ss.

69

“…suelo que foe casa que nos avemos que iaz en Oviedo a Çima de Villa, fuera la çerca (...) que iaz en tales términos: de la parte de çima, suelo que foe casa de Julián Pérez, requero, e de la parte de fondos, suelo de casa de Diego Suárez, mercador (...), el qual suelo foe casa e quemó por la quema que fizo en Oviedo el conde don Enrique (cfr. A.C.O., serie A, carp. 20, nº 1, año 1352). Sobre los ataques de Enrique Trastamara a Oviedo en el año 1351, en el contexto de su primer levantamiento contra Pedro I, ver J.I.RUIZ DE LA PEÑA SOLAR, Historia de Asturias. Baja Edad Media. Salinas, 1977, pp. 29-32 y M. ÁLVAREZ FERNÁNDEZ, Oviedo a fines de la Edad Media. Morfología urbana y política concejil. Oviedo, 2009, pp. 130-132. La autora observa la gran presencia de solares vacíos en el entorno de Oviedo, sobre todo, “desde los años cincuenta de esta centuria, y en el aumento considerable de obras de construcción sobre estos lugares “vacíos”, situación que debe ponerse inevitablemente en relación con el contexto político de esos años” (ibid. p. 133)

70

“Item, posiemos dusientos maravedíes en reparar la casa del Rosal que nos dexó María Martínez filla de (?) Martínez que nos quemó el conde”; “…casa en que moró la sierpa, que disen de Sancti Spiritus, la qual casa quemó quando vieno aquí Pedro Suárez e Diego López de tierra de León e acharon que despendiera el dicho Pero Alfon en lavrar esta casa noveçientos e çinquenta e ocho maravedíes e medio” (L.R., fol 122r, año 1368). “Viernes despuys de Santa Cathalina avemos affazer aniversaria por Iohan Pérez dicho Iohan de la Gasconna e este dia avemos a aver lo que rendier el orto de

71

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go que se instala entre los ovetenses, gravemente afectados por esta violencia72. Los intentos por salvar la situación: reorganización administrativa, recorte de gastos y nueva política patrimonial. Las primeras ordenaciones que tratan de buscar soluciones a todos estos desajustes económicos se promulgan en el año 1327 cuando ya empiezan a acusarse los síntomas de los graves dificultades que estaban por venir. A partir de ese año y durante lo que queda del XIV una serie de rápidas y tajantes medidas, promulgadas en 1346, 1350, 1356, 1361 y 1368, atenderán a una reorganización en profundidad de las formas de gestión patrimonial y de centralización de la toma de decisiones económicas, restando todo poder ejecutivo a los vicarios y chantres de la cofradía y disponiendo que cualquier decisión había de ser adoptada corporativamente por todos los clérigos de la cofradía73. Otras de la medidas adoptadas van encaminadas a garantizar sus ingresos74 y a limitar los gastos corrientes, como el coste de sus pitanzas75 y los gastos de gestión, poniendo topes al número de contadores de las rentas y al de los visitadores de la malatería de Paniceres y también a los emolumentos y raciones percibidos por los mismos76, que quedaron restringidas a “tres picheles de bon vino de lo mellor que acharen por Belvis que nos el dexó e el suelo de la casa que quemó que ias al Rosal con sua orta de tras” (L.R., fol. 115v). Año 1352: “Otrossí veniendo venturia enna dicha casa por quema o caeda o en otra manera porque non fosse casa que nos fique la dicha casa con el edeffiçio que en ella estevier e so huerto de que fagamos nra. veluntat non la queriendo vos o vros. herederos o heredero lavrar e reparar” (A.C.O., serie A, carp. 20, nº 2). Año 1353: “...e acaesçiendo que la dicha casa quemasse que se vos quisierdes, que fagades en el suelo otra casa e ajades la meatat della e de so suelo en la manera que dicho ye. E non lo queriendo asi fazer, que dique annos el dicho suelo entregamientre sin enbargo alguno...” (A.C.O., serie A, carp. 20, nº 4). Otros ejemplos en A.C.O., serie A, carp. 20, nº 3 (año 1371) y A.C.O., serie A, carp. 22, nº 15 (año 1373).

72

1327: “…que el chantre que non escriva ninguna cosa enna riegla ata que primeramentre sea dicho enna confrería e mandado por todos que se escriva” (L.R., fol. 154v). 1352: “Regla sobre arriendos (…) que en adelante los vicarios no tengan poder de arrendar casas nin huertas nin otra cosa...Si alguna cosa arriendan, que non valga” (Libro de Regla, fol. 11r)

73

74

Item el anno que for abbat alguno que non arriende ninguna cosa salvo como aquel que maes dier” (L.R. fol.154v)

Item que otro día de Santa María de setembre quando fazemos abbat que ayamos una pitançia de quinze maravedíes que nos dian nuestros vicarios de la dicha confrería (L.R., fol. 154v).

75

Item los que foren a la cunta que ayan C sueldos e non maes e non vaya allá salvo aquel que for llamado e sy alguno for allá e non for llamado que peche diez maravedíes para la confrería (...) Item quando foren a Panizeres que non vayan allá salvo el abbat e el chantre e dos omes bonos por la confreria e non vayan alla ningun vicario e los que foren ayan çinco maravedíes e non maes. (L.R., fol. 154v). “...que quando for el abbat e el chantre visitar a Panizeres que non ayan los que alla foren maes de çinco maravedíes e se alguno o algunos cayeren en pena de los del conviento que sea sy non para refazimiento e provecho del conviento de Panizeres por mandado e por loo del abbat e de la confrería de Rey Casto

76

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dineros e la cunta fecha quellos dian sennos picheles de vino en dineros e non maes e non vayan a la cunta abbat nin offiçiales nuevos por que ye costa e non provecho77. En los años siguientes se irá limitando, asimismo, el número de las raciones que generosamente se repartían entre los malatos de esta leprosería, y que venían siendo distribuidas incluso entre aquellos que estaban sanos78. También se recortará el monto y número de las asignaciones percibidas por los vicarios o administradores de la cofradía, cargo hasta entonces espléndidamente remunerado79 y por cuyo desempeño empezaban a sucederse frecuentes disputas; en 1346, la cofradía decidía, finalmente, que la administración fuera llevada por un único vicario que traga el quaderno, et esto fesiéronlo por tirar escándalo que se seguía entre los conpanneros que lo querían ser80. Los conflictos de toda índole debieron de sucederse en este periodo de tantas dificultades. Se acusan, por primera vez ahora, las dificultades de la cofradía por atender sus cada vez mayores obligaciones litúrgicas, muy probablemente debido al aumento de los sepelios y a la disminución del número de clérigos oficiantes y empieza a denunciar y a penalizar el absentismo de sus capellanes, disponiéndo, en 1361, que los conpanneros de la dicha confreria que deste día fasta trinta días primeros siguientes veniessen morar continuadamientre aesta dicha çibdat y servir por sí mismos la dicha confrería et esto que lo mandava e porque no avían ni podían servir la dicha confrería de los divina ofiçios por menguas de los dichos conpanneros81. La entrada en sus filas de novicios díscolos y poco deseados -algunos clerigos criados de los señores del cabillo- que van buscando la participación de las raciones de la cofradía sin someterse a sus normas y obligaciones, es otra de las debilidades que se acusan en estos complicados tiempos cuando una constitución del año 1346 los acusa de que “non querían levar la crus nin los çirios nin venir a las proçesyones nin yr a los entierros de los confrades nin venir resar las vegilias que son estableçidas

(L.R. fol. 155v, año 1350). 77

L.R., fol. 156r.

Era de mill e trezientos e ochaenta e nove annos mando el abbat con consello de la confreria e consentimiento de los omes bonos del conviento de Panizeres que daquí adelantre que ningun sano del convento, que non aya parte de los mortuorios de los malatos que finaren en el conviento (L.R. fol. 155v).

78

“... que los nuestros vicarios que agora son e seran de aquí endelantre que non ayan dobla de ninguna cosa que nos ganáremos…. nin de entrada de clerigo que entra por prinçipante, nin de otra cosa que sea, salvo de los maravedíes que arrecaldaren de la confreria de casas e de ortas …. e otrossy que los vicarios que non ayan doblas de los mortuorios que nos dexaren los nuestros confrades que finaren, salvo ata venti maravedíes e dende a arriba non ayan nada…” (L.R., fol.155r, año 1339).

79

80

L.R., fol. 158v.

81

L.R., fol. 159r. 171

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de resar a los altares de Santo Estevano e de San Julian nin querian guardar la regla nin fazer mandado de nuestro abbat”82. Finalmente, otra fuente de problemas para Santa María, provendrá del obispo y el cabildo de la catedral, sus “hermanos mayores”, con quienes durante el siglo XIII las relaciones –si hemos de juzgar por la gran cantidad de donaciones que había recibido la cofradía del clero catedralicio, habían sido, más bien cordiales. Probablemente será la apetencias de las rentas de la cofradía lo que lleva a la clerecía de San Salvador a intentar fiscalizar y apropiarse de los bienes donados a la cofradía pues a partir de 1348 son varias las donaciones que ponen como condición que si el “obispo e cabildo de la eglesia de Oviedo tomasen o resçebisen o enbargasen por sí o por otri los dichos bienes o apoderasen dellos, dicha donación quedaría sin efecto y los bienes revertirían a la familia de los donantes83. El patrimonio de la cofradía del Rey Casto, si bien concentrado fundamentalmente en Oviedo y en su entorno rural próximo, se hallaba, como vimos, muy fragmentado84, lo que añadiría un grado de complejidad a sus formas de gestión. Pero las reformas administrativas adoptadas desde comienzos del siglos XIV, sobre todo, la centralización de la toma de decisiones, se traducirán en una administración más ágil que supo responder rápida y eficazmente a tantas circunstancias negativas, como el abandono y el grave deterioro de su patrimonio edificado, cuando no su total destrucción, y a las muchas oscilaciones del mercado urbano que se van a suceder en este convulso periodo de fines de la Edad Media. En una crisis similar, la pesada maquinaria administrativa del cabildo catedralicio se mostró incapaz de ingeniar mecanismos de reconstrucción patrimonial tan efectivos como la cofradía y su crisis de rentas fue mucho más profunda y larga85. La cofradía de Rey Casto se va a adaptarse con prontitud a las adversas condiciones económicas modificando en profundidad las formas de explotación de su rico patrimonio urbano. Así, las modalidades de cesión más habituales y que perdurarán hasta la segunda mitad del siglo XIV, los alquileres a corto plazo y los arrendamientos vitalicios -hasta entonces más del 70% del total, como vimos- van a ser desplazados 82

L.R., fol. 29v.

Cfr. A.C.O. serie A, carp. 19, nº 1 (año 1348). Como observa C. VINCENT para la generalidad de las cofradías su “riqueza y autonomía les valió la suspicacia de la autoridad eclesiástica” (ob.cit., p. 141). Podemos observar otros ejemplos en A.C.O. serie A, carp. 20, nº 7 (año 1354) y A.C.O., serie A, carp. 20, nº 16 (año 1358).

83

84

Vid. supra n. 51 y tabla nº 2.

85

M.ÁLVAREZ FERNÁNDEZ, S. BELTRÁN SUÁREZ, ob.cit., p. 49 y ss.

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progresivamente por los foros perpetuos, que de representar sólo el 19% de los concertados en el periodo 1351-76, pasan a ser la mitad de los contratos en los siguientes veinticinco años, suponen casi el 70% en los primeros del siglo XV y se vuelven abrumadoramente mayoritarios desde mediados de esta centuria, en tanto que desaparecen totalmente los alquileres a corto y medio plazo (ver gráfico nº 4 y tabla nº 3). Gráfico nº 4.

Evolución de los contratos urbanos de la cofradía del Rey Casto (1350-1480).

La opción por esta modalidad de cesiones a muy largo plazo o a perpetuidad escogida por los clérigos de la cofradía a finales del trescientos, está motivada indiscutiblemente por la necesidad de repoblar sus viviendas y de reconstruir aquellas, muy numerosas, dañadas o arrasadas por el incendio provocado por Enrique de Trastámara en sus intentos por tomar la ciudad, en 1351, ya antes aludido86. Los cuantiosos desembolsos que supondrían estas edificaciones se dejan a la inversión de sus ocupantes a cambio de unos censos muy reducidos -entre 4 y 10 maravedíes en la mayoría de los casos- que, para esa época, no tienen más que un significado simbólico87. La única condi86

Cfr. n. 70.

1360 (L.R. fol.162v) se da a Martín Fernández, carpintero un contrato vitalicio para construir casa en los “suelos de la torre”, que fueron casas, por 4 maravedíes al año. Hay diversos ejemplos muy similares: ver A.C.O. serie A, carp. 23, no 5 y 11 (1376), nº 15 (1377) y A.C.O. serie A, carp. 24, nº 5 (1383); en todos ellos se alude a suelos “que fueron casas”.

87

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ción que se impone es construir una casa, que “el suelo non estía calvo nin despoblado”88, aunque con ello se resienta muchas veces la calidad de lo edificado, que no siempre vuelve a erigirse en piedra; la carestía de estos materiales y la pobreza de los tiempos sólo permite en ocasiones la edificación de simples cabañas o casas de madera que nunca han desaparecido del modesto paisaje urbano del Oviedo bajomedieval89. Una modalidad específica de contrato para reactivar la recuperación patrimonial es aquella que los mismos administradores denominan a lavoría, cuya condición es siempre la construcción o reconstrucción de los inmuebles a cargo de los foratarios en suelos que la cofradía cede gratuitamente mientras dura la edificación de la casa. Una vez rematadas las obras, la mitad de lo edificado pasa a ser de posesión perpetua del foratario a cambio de unos censos también muy reducidos; la otra mitad de la casa queda a la plena disposición de la cofradía90. Es una fórmula mucho más ventajoso para los intereses de Santa María que por este sencillo y barato expediente de promoción urbana, edifica un gran número de viviendas en los arrabales de la ciudad, fundamentalmente en los barrios de Socastiello y Carpio. En ellos se concentraba la mayoría de los solares pertenecientes a la cofradía, unos espacios que pronto se revalorizarían por la fuerte demanda de vivienda que va a experimentar la ciudad en su lento tránsito a la modernidad. Sin embargo, la cesión generalizada de suelos e inmuebles mediante foros enfitéuticos perpetuos, muy difíciles de rescatar, y a cambio de unas rentas bajísimas, impiAsí lo expresa un contrato de 1404 por el cual se da a foro perpetuo a Gutier Fernández, tondidor, un suelo de casa para hacer una casa “al canto de la Vainería, que cayó”, pagando 4 maravedíes de censo anual, luego rebajado a sólo 2 maravedíes perpetuos “por el hedefiçio que avedes de facer en el dicho suelo (Cfr. A.C.O., serie A, carp. 26, nº 6).

88

En 1371 la cofradía cede un suelo en Socastiello a Pedro Alfonso, clérigo, para hacer una casa que sea de bona madera (A.C.O., serie A, carp. 22, nº 10). En 1372 se cede a Alfonso Juan, hortelano, un suelo para que “lavredes en el dicho suelo casa o cabanna”, dando a cambio de la modesta suma de dos maravedíes anuales (A.C.O., serie A, carp. 22, nº 13). En 1374 dan a Alfonso Juan un suelo que fue casa, fuera de la cerca, en par del horno de la Ferrería y al lado de otro solar también arrasado, por seis maravedíes al año, a perpetuidad; también debe edificar una casa de buena madera (A.C.O. serie A, carp. 23, nº 2). Sobre la calidad del caserío bajomedieval de Oviedo ver M. ÁLVAREZ FERNÁNDEZ, S. BELTRÁN SUÁREZ, Vivienda, gestión y mercado inmobiliario, p. 65 y ss.

89

Cfr. A.C.O., Serie A, carp. 20, nº 3 y nº 4 (año1353): sendos contratos a lavoría para edificar en el Carpio y Socastiello. A.C.O. serie A, carp. 22, nº 10 (año 1371): otro contrato para edificar igualmente en Socastiello, en los Solares. A.C.O., serie A, carp. 22, nº 15 (año 1373): se ceden dos suelos a Juan Fernández, techador, para labrar dos casas, en el Carpio de buena madera. Otros ejemplos A.C.O., serie A, carp. 25, nº 8 (año 1370); A.C.O., serie A, carp. 24, nº 3 (año 1382); A.C.O., serie A, carp. 26, nº 8 (año 1405)

90

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La cofradía de Santa María de Rey Casto de Oviedo. Aproximación a su patrimonio urbano (Sglos XII-XV)

dió a la cofradía del Rey Casto ser partícipe de los beneficios de la expansión urbanística que experimentará la ciudad a lo largo del siglo XVI91. Tabla nº 2. Fraccionamiento de la propiedad en el Oviedo bajomedieval ½ casa en la Rúa de los Cambiadores / otra media de particulares ¼ casa en Gascona/ la otra parte de San Salvador ¼ casa en Socastiello /? ½ casa en Socastiello / ½ de San Tirso ½ casa en Socastiello / ½ de particulares ½ losa en el Fontán /? ¼ casa en Ferrería / otro ¼ de particultar /la ½ de particulares ½ casa en Socastiello / otra ½ el cavallero ½ casa en el Fontán / otra ½ monasterio de la Vega ¼ casa en Gascona / ¾ del cabildo ½ suelo en ? / otra ½ de San Tirso 1/3 casa en Socastiello / 2/3 de particulares ½ casa en Carpio / otra ½ de particulares ½ casa en el Portal /la ½ de San Tirso ¼ casa en Gascona / ¾ de San Salvador ½ casa Rúa de los Cambiadores / ½ de particulares ¾ casa en Cimadevilla / ¼ part. 1/3 casa en Socastiello / 1/3 San Pelayo / 1/3 La Vega ½ casa en Socastiello / ½ de particulares ½ casa en el Carpio / ½ de San Tirso ½ casa en Rosal ½ de San Isidoro ¼ casa en Ferrería / ¾ de particulares ½ casa y ½ huerta en Gascona / ¼ de los alfayates, / ¼ de San Vicente

Tabla nº 3. Evolución de los contratos urbanos de la Cofradía del Rey Casto. (Med. s. XIV-XV) 1350-1375 Alquiler corto

1376-1400

1401-1425

1426-1450

1451-1480

16,6

Arr. vitalicio

62

33,3

12,5

Foro perpetuo

19

50

68,7

62

89

Foro 2 ó 3 vid.

0,1

16,6

18,7

37

11

Tal como ya pudimos observar para el caso del cabildo catedralicio, pese a ser los mayores propietarios del suelo urbano, su papel como agentes económicos en la ciudad moderna fue muy secundario: M. ÁLVAREZ FERNÁNDEZ, S. BELTRÁN SUÁREZ, ob.cit., p. 47 y ss.

91

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Civitas bendita: encrucijada de las relaciones sociales y de poder en la ciudad medieval

Tabla nº 4. La cuantía de las rentas de casas de la Cofradía de Rey Casto en el Oviedo intramuros y en los arrabales (1400-1450). Casa en barrio extramuros

Renta media

176

Renta en mr

Casa en calle intramuros

Renta en mr

Carpio

20

Cimadevilla

112

Carpio

15

Cimadevilla

100

Carpio

15

Cimadevilla

80

Carpio

9

Portal

90

Rosal

10

Cambiadores

32

Rosal

8

Gascona

30

Socastiello fuera

6

Ferrería

30

Santa Clara

4

Ferrería

28

Regla

5

Socastiello

27

Regla

1

Gascona

25

Gascona

20

Socastiello

20

Socastiello

20

Socastiello

18

Socastiello

15

9,3 mr

Ferrería

12

Socastiello

10

Gascona

10 37,7 mr

La cofradía de Santa María de Rey Casto de Oviedo. Aproximación a su patrimonio urbano (Sglos XII-XV)

Tabla nº 5. Los arrendatarios de la Cofradía de Rey Casto y su distribución sociotopográfica en el Oviedo bajomedeval. Calles intramuros. Calle

Dedicación socioprofesional

Cimadevilla

mercader mercader carnicero mercader sastre tendero

Portal

oriz oriz

Rúa de los cambiadores

zapatero especiero tundidor

Gascona

capellán de San Juan sochantre mercader carpintero canónigo

Ferrería

cuchillero carpintero mercader mercader

Socastiello dentro

hijo de notario capellán de san Juan clérigo alfayate capellán San Isidoro racionero del cabildo

Solazogue

carpintero

San Isidoro

capellán de Latores

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Civitas bendita: encrucijada de las relaciones sociales y de poder en la ciudad medieval

Tabla nº 6. Los arrendatarios de la Cofradía de Rey Casto y su distribución sociotopográfica en el Oviedo bajomedeval. Calles y barrios extramuros.

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Calle/barrio

Dedicación socioprofesional

Socastiello fuera

clérigo alfayate capellán de San Juan hortelano

Cimadevilla fuera

capellán de San Tirso

Carpio

capellán de San Isidoro lavandera hortelano techador albardero carpintero

Rosal

hortelano tendero hortelano

Santa Clara

hortelano recuero cantero

Regla

sirvienta de canónigo hortelano pellitero

Fontán

carnicero

Foncalada

hortelano

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