LA CIUDAD DESTIERRA A DIOS

June 7, 2017 | Autor: Clara Penna | Categoría: Religion, Cultural History, Architecture, Culture, Iglesia
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Descripción

"La ciudad destierra a Dios"
María Clara Penna



"LA CIUDAD DESTIERRA A DIOS"

Ponencia Seminario de formación humanística
"Los escenarios de la Nueva Evangelización"
Agrupación Milicianos



Mil. María Clara Penna
Ruca Tucun – Octava Generación





LA CIUDAD DESTIERRA A DIOS
"Las iglesias visibles no son simples lugares de reunión, sino que significan y manifiestan a la Iglesia que vive en ese lugar, morada de Dios con los hombres reconciliados y unidos en Cristo"
(C.I.C. 1147)
TEMARIO
Introducción.
Fe y Arte: La arquitectura al servicio de la Iglesia.
La arquitectura como reflejo de la espiritualidad humana.
Recorrido histórico: La presencia de Dios en la vida urbana.
"Dios conquista la ciudad".
Las Persecuciones S. I a S. III: Las Catacumbas y la predicación en la ciudad.
Un Período de paz – Continúa la expansión S. IV.
La Edad media: Teocentrismo s V a XV.
Catedrales: Altura y Luz.
Castillos: Dios en la vida del hogar.
Monasterios: Espacios de reflexión y de estudio.
La Conquista y evangelización en América: S. XV.
"La ciudad destierra a Dios"
El Renacimiento: Antropocentrismo S. XV – S. XVI.
Racionalización de la Fe – Nuevos edificios de culto.
El Barroco: Vehículo de la contrarreforma-
Contrarreforma – Plan de Sixto V, el primer urbanista.
Edad moderna.
Conclusiones.
La Inculturación.
La Evangelización.
La Comunidad.
Introducción.
El Concilio Vaticano II dedica todo el capítulo VII de la Sacrosanctum Concilium al arte y los objetos sagrados, destacando las afirmaciones siguientes: "Entre las actividades más nobles del ingenio humano se cuentan, con razón, las bellas artes, principalmente el arte religioso y su cumbre, que es el arte sacro... Por esta razón, la santa madre Iglesia fue siempre amiga de las bellas artes, buscó constantemente su noble servicio, principalmente para que las cosas destinadas al culto sagrado fueran dignas, decorosas y bellas, signos y símbolos de las realidades celestiales. Más aún: la Iglesia se consideró siempre, con razón, como árbitro de las mismas, discerniendo entre las obras de los artistas aquellas que estaban de acuerdo con la fe, la piedad y las leyes religiosas tradicionales y que eran consideradas aptas para el uso sagrado" (SC, 22).
Todos los lugares de la celebración, lo mismo que todos los elementos visibles y materiales de la liturgia, no tienen valor por sí mismos o como espacios de alguna manera acotados por la manifestación de una presencia divina o sagrado, como ocurría en el ámbito de las religiones pre-cristianas. Su importancia radica ahora en su carácter de signos y símbolos de la nueva realidad efectuada en la muerte y resurrección de Cristo. Siguen siendo mediaciones del misterio, de lo ´tremendo´ y ´fascinante´, pero solamente en la medida en que a través de ellos se comunica la fuerza santificadora del misterio pascual de Jesucristo con el poder del Espíritu Santo. Los templos cristianos por lo tanto no son necesarios. Pero nótese como su verdadero nombre es el de ´iglesias´ en referencia a las comunidades que se reúnen en ellas.
Por el mismo motivo y todos los lugares de la celebración y todos los restantes elementos y objetos al servicio de la liturgia son mediaciones requeridas por la condición corporal de los beneficiarios de la liturgia pero al mismo tiempo son, y esto es muy importante, ´signos y símbolos de las realidades celestiales´, como afirma el Concilio Vaticano II cuando asegura que la Iglesia, ´amiga de las bellas artes´, ha buscado siempre ´el noble misterio´ de las cosas destinadas al culto sagrado, para que sean ´en verdad dignas, decorosas y bellas, por los motivos apuntados antes'.


Recorrido histórico: La presencia de Dios en la vida urbana.
Yendo ahora al núcleo de la ponencia, haré dos consideraciones como presupuestos:
Las artes sacras están al servicio de la Iglesia, haciendo dignos los signos y símbolos mediadores del Misterio.
La arquitectura, entonces, manifestará la iglesia que vive en cada lugar y en cada tiempo, considerando como ecclesia a la comunidad que vive en ellas
"Dios conquista la Ciudad".
Persecusiones (s. I a III)
Durante los primeros siglos d.C., el cristianismo comienza su expansión primero por Europa hacia todo el mundo.
Comenzando desde abajo, los primeros "templos" de culto nacen en medio de la humildad, la sencillez y el amor.
Esas tres palabras caracterizan a las catacumbas cristianas, donde las primeras comunidades se reunían para encontrarse y celebrar el Santo Sacrificio.
Estos lugares eran decorados, ornamentados y cuidados con mucha dedicación por los cristianos.
Pero el cristianismo no se quedó en los subsuelos. Cristo necesitaba más. Quería darse a conocer.
La ciudad fue el núcleo urbano donde los apóstoles comenzaron a predicar y enseñar, donde el cristianismo comienza a florecer:
Los espacios públicos fueron claves escenarios para esta evangelización. Templos romanos, edificios de gobierno, mercados... Ellos se dirigían hacia la gente, llamaban su atención y daban testimonio en medio de su vida cotidiana.
Otro punto importante de los centros públicos de la ciudad fueron los testimonios de los mártires: "La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos" (Joseph Ratzinger "La Nueva Evangelización"). La predicación y el martirio fueron claves no solamente para terminar con la persecución, continuar la expansión y hasta determinar al cristianismo como religión oficial. De este modo también, los cristianos favorecían esta conquista de Dios en la ciudad.
Fuerte sentido de comunidad: sencillez, amor…"mirad cómo se aman", decían de esas primeras comunidades cristianas.

Edad Media
Desde el comienzo del "período de paz" y los comienzos de la Edad Media, llegamos a ver como Dios conquista la ciudad, tanto en la vida pública como en la vida privada del hombre.
Construcción de Catedrales: Las catedrales eran los edificios más altos, más imponentes, más importantes. Buscan la altura, buscan "llegar a Dios". Que la Catedral sea el edificio más alto de la ciudad denota que Dios era lo más importante de la ciudad y toda actividad estaba subordinada a Él (Ej: la Catedral de Reims de la imagen).
La entrada de la luz en estos edificios simboliza la entrada de Dios no sólo en el templo sino en la vida del hombre. Donde está la luz, está Dios: "Yo soy la luz del mundo".
Fuerte sentido de comunidad: la construcción del edificio era un compromiso de toda la ciudad, todos los hombres trabajaban y todos colaboraban en su edificación. Dios también era motivo de unión entre los ciudadanos, de nuevo aquí se denota un fuerte sentido de comunidad.
Evangelización por imágenes: Los vitrales no eran solo ventanas de colores bonitos, sino también medios de evangelización ya que mucha parte de la población era analfabeta. Además, la confección de los vitrales era muy cara, fruto de la donación de las clases más pudientes de la sociedad medieval. De nuevo observamos un compromiso de la sociedad por la evangelización y el crecimiento del Cristianismo.
El gótico presenta nuevos sistemas estructurales, que permiten construcciones en piedra de edificios muy elevados como las catedrales.
Castillos: Los castillos eran las viviendas de las familias medievales más ricas. En su interior siempre está presente la capilla, un lugar destinado exclusivamente a Dios. Acá podemos ver que no solamente Dios conquista la vida pública- Dios llega al corazón del hombre, a lo más íntimo: su casa.
Conquista y Evangelización de América: En las ciudades colonizadas en el Nuevo Mundo, en el centro del trazado de la ciudad se ubicaba la Iglesia, frente a la plaza. También se bendecían las tierras.
Una de los principales objetivos de las colonizaciones cristianas era justamente la colonización: llevar a Cristo a quienes no lo conocen.
No solamente vamos a destacar las Catedrales en este período donde se fortaleció tanto el cristianismo. No quedo solo en los templos: Los monasterios, donde las personas que entregaban su vida a Dios decidían vivir en comunidad y retirarse un poco de la ciudad para dedicar su vida al estudio y la oración. Aumenta la diversidad de vocaciones, donde cada persona dentro de la ciudad consagraba su vida a Dios de diferentes formas.
Universidades:



"La ciudad destierra a Dios".

Renacimiento
El Renacimiento fue fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo. El nombre «renacimiento» se utilizó porque este movimiento retomaba ciertos elementos de la cultura clásica. El término se aplicó originariamente como una vuelta a los valores de la cultura grecolatina y a la contemplación libre de la naturaleza tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad más rígida y dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, con nuevos enfoques en los campos de las artes, la política y las ciencias, sustituyendo el teocentrismo medieval por cierto antropocentrismo.
A partir de esta etapa el hombre retrae a Dios de la ciudad a los templos. La presencia de Dios en la ciudad comienza a limitarse. De aquí en adelante Dios no será un patrimonio esencial de la cultura sino uno más, como tantos otros, y hasta a veces ausente.

Las Nuevas Catedrales
Tienen nuevas características y nuevos objetivos, que acompañan la nueva concepción del hombre. El hombre se analiza, en vez de como ser creado a imagen y semejanza de Dios, como medida y referencia del Universo. Así, será el objeto central de la manifestación artística, con una importancia aún mayor que durante la Antigüedad clásica.
El humanismo, como corriente filosófica, se manifestó como un sentimiento comprometido con la representación del hombre en el Universo, que así reafirmaba su presencia. Propugnaba la filosofía humanista el estudio de la naturaleza como instrumento para llegar al conocimiento, más del Universo en conjunto, que de las cosas singulares.
La arquitectura renacentista se caracteriza por revalorizar elementos propios de la cultura clásica: como las columnas clásicas y las fachadas imitando los templos griegos.
La belleza de los templos se encuentra a través de la armonía, la simetría, el equilibrio, las proporciones que refleja la naturaleza. Son "edificios hechos a la medida del hombre" donde la atención no está puesta en lo trascendente y superior, sino en lo que atrae y agrada al hombre.

El Barroco: vehículo de la contrarreforma
El Barroco se forjó en Italia, principalmente en la sede pontificia, Roma, donde el arte fue utilizado como medio propagandístico para la difusión de la doctrina contrarreformista.
La Reforma protestante sumió a la Iglesia Católica en una profunda crisis durante la primera mitad del siglo XVI, que evidenció tanto la corrupción en numerosos estratos eclesiásticos como la necesidad de una renovación del mensaje y la obra católica, así como de un mayor acercamiento a los fieles.
El Concilio de Trento (1545-1563) se celebró para contrarrestar el avance del protestantismo y consolidar el culto católico en los países donde aún prevalecía, sentando las bases del dogma católico (sacerdocio sacramental, celibato, culto a la Virgen y los santos, uso litúrgico del latín) y creando nuevos instrumentos de comunicación y expansión de la fe católica, poniendo especial énfasis en la educación, la predicación y la difusión del mensaje católico, que adquirió un fuerte sello propagandístico —para lo que se creó la Congregación para la Propagación de la Fe—.
Este ideario se plasmó en la recién fundada Compañía de Jesús, que mediante la predicación y la enseñanza tuvo una notable y rápida difusión por todo el mundo, frenando el avance del protestantismo y recuperando numerosos territorios para la fe católica (Austria, Baviera, Suiza, Flandes, Polonia).
Otro efecto de la Contrarreforma fue la consolidación de la figura del papa, cuyo poder salió reforzado, y que se tradujo en un ambicioso programa de ampliación y renovación urbanística de Roma, especialmente de sus iglesias, con especial énfasis en la Basílica de San Pedro y sus aledaños.
La Iglesia fue el mayor comitente artístico de la época, y utilizó el arte como caballo de batalla de la propaganda religiosa, al ser un medio de carácter popular fácilmente accesible e inteligible.
El arte fue utilizado como un vehículo de expresión ad maiorem Dei et Ecclesiae gloriam, y papas como Sixto V, Clemente VIII, Pablo V, Gregorio XV, Urbano VIII, Inocencio X y Alejandro VII se convirtieron en grandes mecenas y propiciaron grandes mejoras y construcciones en la ciudad eterna, ya calificada entonces como Roma triumphans, caputmundi («Roma triunfante, cabeza del mundo»)
Este estilo arquitectónico se caracteriza por la presencia de curvas, juegos de luces y sombras, y el uso de diferentes texturas en las fachadas de los templos. Estas fueron algunas de las innovaciones que tuvieron las Iglesias de la época.

SIXTO V el primer urbanista
La razón del nuevo trazado urbanístico es resolver un problema pendiente en Roma: crear un trazado cómodo para permitir a los peregrinos visitar cómodamente las 7 basílicas principales de Roma (San Pedro, Santa María la Mayor, San Juan de Letrán, Santa Cruz de Jerusalén, San Lorenzo Extramuros, San Pablo Extramuros, San Sebastián), lo cual condiciona el carácter integrador del trazado.
El urbanismo se fundamenta en calles amplias, la principal es la StradaFelice, recta ("tirada a cordel"), amplia ("hasta cinco coches"), que parte de la Puerta del Popolo (la cual recibe la mayor afluencia de gente), así en esta plaza se conecta la avenida con las calles anteriores (Babuino, Corso, Leonina); al llegar al monte Pincio se planea (no llega a realizarse eneste momento) salvar el desnivel con una escalinata. En el cruce con la Strada Pía se configuran conducciones de agua para fuentes en los cuatro chaflanes (Cuatro Fontani). En la Plaza de Santa María Maggiore se abre una vía, Panisperna (Sixto V) que comunica con la Strada del Corso y con la ciudad medieval. Se monumentalizan los espacios con fuentes, o con las columnas Trajana y Aureliana. Una calle cruza la muralla aureliana hasta San Lorenzo, se proyectó otra calle más (que no se llegó a realizar) para comunicar San Lorenzo. La vía Gregoriana comunica Santa María Maggiore con San Juan de Letrán, esta vía es remodelada por Sixto V. La StradaFelice se prolonga después de Santa María la Maggiore hasta Santa Cruz de Jerusalén. Se proyectó una calle, que no llegó a realizarse, comunicando Santa Cruz con San Juan. Además se comunicó San Juan con el Coliseo y se pensaron dos calles que hubieran unido San Juan con la plaza Quirinal y con Santa Sabina. Una última calle en proyecto hubiera comunicado San Juan con San Pablo y San Sebastián. Largos ejes perspectivos direccionales caracterizan esta remodelación, las calles se ensanchaban para crear plazas ante las iglesias, marcando el carácter sacro.


Modernidad

Para referirnos al período moderno, pondremos como ejemplo la Catedral Metropolitana de San Sebastián, Rio de Janeiro, Brasil. Esta obra es un claro ejemplo de la concepción del templo en nuestro tiempo.
Como dijimos anteriormente, desde el antropocentrismo concebido en el Renacimiento no solo se extiende sino se profundiza hasta nuestros días.
Desde el exterior poco se puede percibir que es un edificio religioso, patrimonio cultural de la Iglesia Católica.
Es un edificio que se destaca por su innovación arquitectónica, por su excéntrica forma, y su innovadora concepción del espacio. Está en el centro de la ciudad, entonces no debe pasar desapercibido, debe destacar.
Ahora bien, si uno ingresa en este exuberante templo podemos ver como es en el interior donde se devela todo el esplendor religioso, que desde el exterior no se percibe, permanece "oculto".
En el interior lo más llamativo son los ventanales que ostentan vitrales con escenas bíblicas que dejan pasar la claridad coloreando el interior con la intensidad de la luz del día.








Conclusiones
"Las iglesias visibles no son simples lugares de reunión, sino que significan y manifiestan a la Iglesia que vive en ese lugar, morada de Dios con los hombres reconciliados y unidos en Cristo"
(C.I.C. 1147)

La Inculturación.
Se entiende por inculturación el encuentro de la Fe y de la Revelación con el hombre y la cultura que éste concreta en su acción en el mundo. Por medio de la inculturación la cultura adquiere una dimensión espiritual que eleva al hombre por sobre los límites de su naturaleza e impregna todas sus manifestaciones: la ciencia, el arte, la moral, etc.
En este sentido es claro que en las primeras comunidades cristianas y en el Medioevo la Fe era constitutiva de la cultura, en especial del arte y la arquitectura.
Pero mientras que en esta segunda etapa, comenzando por el Renacimiento y continuando en la modernidad, la cultura quiso prescindir de la dimensión del misterio. Y esto se vio reflejado en sus obras de arte, en particular, en la arquitectura sacra. Replegando a Dios hacia la mera interioridad y, en lo moral, a la vida privada.

La Comunidad.
Las nuevas comunidades cristianas, sin renunciar a la belleza del arte y la arquitectura, deberán, en un mundo secularizado, destacarse, cual verdaderas catedrales góticas, por su elevación a Dios en el testimonio del amor.
La Nueva Evangelización.
Como se dijo anteriormente, el hombre contemporáneo limita y repliega su relación con Dios a la interioridad. Y este no es un dato menor. Ya que la Nueva Evangelización se verá obligada a comenzar y recorrer un nuevo camino de inculturación, reconociendo este dato histórico-cultura. No vivimos en el medio evo ni nos toca evangelizar esa cultura. Será momento de construir y proyectar "nuevas catedrales".
Estas nuevas Iglesias, al menos en estos tiempos de nuevas catacumbas, no serán innovaciones arquitectónicas ni geniales espacios sino esencialmente comunidades construidas sobre los cimientos de la humildad, la sencillez y el amor.
La modernidad nos ha empujado de nuevo a las catacumbas, que son nuestras parroquias, movimientos y que no hacen demasiado ruido en la gran ciudad moderna
Pero resulta que Pedro y Pablo, desde las catacumbas, tampoco hacían ruido en Roma. Entendieron que para llevar a Cristo tenían que salir. Salir a la ciudad y predicar el mensaje del amor.
Justamente esto nos pide nuestro Papa Francisco. Que salgamos, que hagamos ruido. Este es nuestro primer paso en la Nueva Evangelización. Ser nuevos Pedros y Pablos que prediquen y conviertan y fundar nuevas comunidades cristianas que, como en aquellos tiempos, hagan que como en aquellos tiempos hagan que los demás simplemente exclamen: "Mirad como se aman".

Bibliografía consultada
Fosbery, Anibal E. "La Cultura Católica", Editorial Vórtice, 1999
Anaya, Juan "El templo en la teología y la arquitectura", Universidad Iberoamericana, Centro de información académica, 1996
Juan Plazaola, "Arte e Iglesia: veinte siglos de arquitectura y pintura cristiana" Editorial NEREA, 2001
Corral, Carlos Salvador "La Urbanística del culto" , Universidad Pontificia Comillas de Madrid, 2004
"Catecismo de la Iglesia Católica", Segunda Parte: La celebración del misterio cristiano



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