LA CASA DE LA ENCOMIENDA DE LA ORDEN DE SANTIAGO EN SOCOVOS
Descripción
Nº 6 · Año I
ierra V S
Periódico Comarcal de la Sierra del Segura
Ayna · Bogarra · Elche de la Sierra · Férez · Letur · Liétor · Molinicos · Nerpio · Paterna del Madera · Riópar · Socovos · Yeste
Precio 2 €
Ejemplar gratuito. Edición bimestral.
pág 33
especies endémicas de nuestra sierra
encierros, verbenas y actividades culturales
Fiestas
sierra del segura egura
en la
atalayas
Vigilantes de la historia pág 36
cañadillas
centro comarcal de emergencias pág 28
pág 24
J. Luis Sánchez
Tío Román
Joven corredor Molinicos referente circuito provincial.
Una vida ligada a la música tradicional en Nerpio y la Sierra.
Pag. 30.
Pag. 31.
TRADICIONES
DESARROLLO RURAL
El gran escultor Salzillo muy presente en la Sierra.
Mostramos rutas ligadas a la etnografía comarcal.
Rutas gps por la Sierra del Segura. Nueva Web comarcal.
Pag. 45.
Pag. 34.
Pag. 32.
CULTURA
ZOnas de BaÑO de nuestros ríos
pág 39
48
SierraV
JULIO AGOSTO 2012
la última
La Casa de la Encomienda de la Orden de Santiago en Socovos
Inicio de la excavación de 2010. Foto_J.L. Simón
J.L. Simón García Universidad de Alicante
Durante la Edad Media los castillos no solo fueron edificaciones militares para la defensa o el ataque de un territorio, o la protección de aquellos que moraban en sus proximidades. Sin eludir su función principal cumplieron con otras tareas que en muchos casos eran tan relevantes como las castrenses. La recaudación fiscal que recaía sobre todo en los vasallos y súbditos, mayoritariamente campe-
sinos y ganaderos, era una tarea que se efectuaba desde los castillos, con el fin de mantener las necesidades económicas de la corte, la administración, la iglesia y el ejercito. Los campesinos pagaban sus impuestos mayoritariamente en los tres productos típicos de la agricultura mediterránea, cereales, aceite y vino, que tenían la ventaja de poder ser almacenados, es decir, no eran productos perecederos a medio plazo, y posibilitaban a los señores feudales, entre los que se encontraba la Orden, con-
Contrapeso de la prensa de brazo de la almazara. Foto_J.L. Simón
Perdiódico Comarcal de la Sierra del Segura
V ierra S
Vista durante el proceso de excavación. Foto_J.L. Simón
trolar su valor de mercado, tanto en épocas de abundancia y buenas cosechas guardándolo y evitando la caída de precios, como vendiéndolo a buen precio en épocas de malas cosechas y escasez. De ahí que las ordenes militares, como el resto de los grandes terratenientes feudales, construyesen almacenes para la recaudación, custodia y posterior venta, financiando así su estructura y su poder. Con el fin de la conquista de todos los territorios musulmanes de la Península Ibérica, los castillos dejaron de jugar su papel militar, muchos de ellos de un costoso mantenimiento, por lo que poco a poco fueron abandonados. Para mantener las estructuras fiscales, la Orden de Santiago, una de las instituciones más poderosas de la época, casi un estado dentro del estado, construyo en cada una de las unidades administrativas en la que tenía dividió su territorio, y que se conocían como encomiendas, lo que se denomino como las Casas de la Encomienda, edificios de nueva construcción, en unas ocasiones junto a los castillos y en otras en un lugar destacado de la villa que ejercía como cabeza fiscal, para almacenar y en ocasiones transformar los productos
agrícolas de sus vasallos y de las cosechas de las tierras que gestionaban directamente. En esencia las casas de encomienda eran lagares, almazaras y graneros, con o sin estancias para la residencia del comendador o el vicario de la orden. En Socovos, junto a la muralla septentrional del castillo, se construyo a principios del siglo XVI la Casa de la Encomienda, un edificio de planta rectangular, que se adosaba a la muralla por su cara exterior, compuesto por un lagar en un tercio de su superficie, sobre el que se desarrollaba un segundo piso para almacén de grano, evitando la humedad y los roedores tan perjudiciales para su conservación, y el resto de espacio, en una sola planta, una almazara. El programa de recuperación del Castillo de Socovos, impulsado desde el ayuntamiento, conllevó la excavación de las ruinas del espacio que las fuentes documentales denominaban en 1619 como “Las casas de la Encomienda” y que popularmente se conoce como La Tercia. La intervención, desarrollada mayoritariamente durante el verano de 2010, dejo al descubierto los restos de la edificación. En el espacio cua-
drangular junto a la rampa de acceso al castillo, se registraron los restos del lagar, con su zona de pisado de la uva, sus balsas de decantación y un conjunto de tinajas encastradas en un banco corrido de obra. En el centro el pilar de apoyo del forjado del piso superior, dedicado a granero, y los umbrales y arranque de las jambas de las puertas de sillería, la que daba al exterior y en cuya clave se encontraba la cruz de Santiago, hoy conservada en la iglesia Vieja, y la puerta lateral que comunicaba con la almazara. En esta última se documentó la piedra de contrapeso de la viga del brazo de la prensa y las huellas de la estructura de madera. El abandono del conjunto, a finales del siglo XIX, supuso el expolio de los materiales constructivos del edificio, como tejas, vigas, sillares, puertas, marcos, etc, y su uso como corral, atestiguado por los pesebres, y posteriormente como vertedero de la limpieza de los huertos colindantes. Su rehabilitación y puesta en valor posibilitará el disfrute para los visitantes de un edificio singular que marco al vida y la economía de los moradores de la zona durante mas de trescientos años.
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