La Calderería, Fábrica de Alternativas, una experiencia práctica de creación colectiva.

June 15, 2017 | Autor: Mijo Mik | Categoría: Autogestión, Economía Social, Procesos Colaborativos, Decrecimiento, Economia Critica
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Descripción



http://www.laciv.org/

http://comboialafresca.arquitecturascolectivas.net/

http://www.laciv.org/

http://comboialafresca.arquitecturascolectivas.net/



http://www.lacaldereria.org/

http://www.collectifetc.com/
MIQUEL, Mijo, De las prácticas transversales a las investigaciones extradisciplinares: la constitución del Outsite, en I Congreso Internacional de Arte y Entorno, Ed. Universidad Politécnica de Valencia, Valencia, 2009.
http://multitudes.samizdat.net/_Multitudes_
MOULIER-BOUTANG, Yann, L'abeille et l'économiste, Ed. Carnetsnord, Paris, 2010.
http://www.59rivoli.org/, http://www.le6b.org, http://www.mainsdoeuvres.org, http://www.freres-poussiere.com/.


Título: La Calderería, Fábrica de Alternativas, una experiencia práctica de creación colectiva.
Autora: Mijo Miquel Bartual
Universidad Politécnica de Valencia
Facultad de Bellas Artes de San Carlos

Resumen: En este artículo, pretendemos analizar la experiencia práctica que compartimos durante año y medio (julio 2011-diciembre 2012) en Valencia un equipo profesional multidisciplinar: la Coordinadora de Iniciativas Vecinales (CIV). LaCIV se constituyó como tal tras la organización conjunta del encuentro de Arquitecturas Colectivas en Valencia en julio de 2011, con la intención de dar continuidad al trabajo realizado en este encuentro, y consolidar un equipo transversal que pudiera cartografiar necesidades, generar posibilidades de transformación e impulsar prácticas de intercambio y colaboración con la participación ciudadana como motor del proceso. Puso en marcha un espacio de cultura emergente y economía social denominado La Calderería que estuvo en funcionamiento durante un año.
Palabras clave: Autoformación, autogestión, procesos colaborativos, cultura emergente, economía social.

En este artículo, pretendemos analizar la experiencia práctica que compartimos durante año y medio (julio 2011-diciembre 2012) en Valencia un equipo profesional multidisciplinar: la Coordinadora de Iniciativas Vecinales (CIV). LaCIV se constituyó como tal tras la organización conjunta del encuentro de Arquitecturas Colectivas en Valencia en julio de 2011, con la intención de dar continuidad al trabajo realizado en este encuentro, y consolidar un equipo transversal que pudiera cartografiar necesidades, generar posibilidades de transformación e impulsar prácticas de intercambio y colaboración con la participación ciudadana como motor del proceso. El trabajo de LaCIV estuvo orientado a la producción de modelos culturales emergentes, actuando como catalizador e intensificador de las dinámicas preexistentes en el territorio, al potenciar la transferencia de recursos y conocimientos entre actores sociales múltiples. Pretendió ser bisagra entre vecinos, Universidad y Administración Pública, desarrollando propuestas legales de mediación urbana.
El equipo estaba constituido por Daniel Atienzar (arquitecto), Miguel Angel Bauxauli (cineasta), Lluís Benlloch (sociólogo), David Estal (arquitecto), Alberto Flores (diseñador e ingeniero Técnico industrial), Inés García Clariana (arquitecta e ingeniera de la edificación), Tania Magro (arquitecta), Paula Roselló (arquitecta), Domingo Mestre (artista visual), Mijo Miquel (artista y gestora cultural), Francisco Pallardó (abogado), Adrián Torres (arquitecto), con lo que cubría un amplio espectro de capacidades y conocimientos.
Como primer proyecto, recién constituidos y aún envueltos en la organización del Comboi a la fresca, recibimos un encargo del Ayuntamiento para la redacción del proyecto básico que desarrollara la museología y los correspondientes soportes fijos y audiovisuales museográficos del equipamiento socio-cultural que se tendría que ubicarse en la calle Guillem de Castro nº 38, una vez construido el pasaje de conexión de la Plaza del Pilar con la primera ronda de circunvalación. Por ello, aceleramos el proceso de constitución legal de la CIV, lo que producirá muchos desplazamientos en nuestras relaciones y funcionamiento, ya que pasamos de estar implicados desde un voluntariado absoluto y con intenciones políticas, a formar parte de un equipo profesional retribuido que debe cubrir sus propósitos, adaptándolos en este caso al lenguaje de la Administración.
Más allá de la propuesta museográfica que nos interesaba relativamente, negociamos la transformación de este espacio en un centro de proximidad que pudiera llevar a cabo las tareas de mediación entre ciudadanos y Ayuntamiento que nos habíamos propuesto. Propusimos una institución polivalente de proximidad, puesta al servicio del desarrollo cultural del barrio de Velluters y, por extensión, del conjunto de la ciudad de Valencia. La misión del centro sería la dinamización cultural de barrio a partir de la transferencia bidireccional del saber y del conocimiento sobre el contexto, al tiempo que se fomentara la puesta en valor, como recurso, de todas las potencialidades del lugar.
El concepto de centro que aplicamos era el de un espacio transdisciplinar con cabida para diversas iniciativas culturales sin olvidar su contexto más inmediato, abriendo puertas a la historia de Velluters, tanto en su vertiente vinculada al patrimonio artístico y cultural del entorno, como en aquella que se relaciona con la memoria, la historia oral y las identidades del territorio. Un espacio expositivo, lúdico y de formación desde el que diseñar actividades cuyo objetivo fuera fomentar el aprendizaje y la relación entre los vecinos. Un centro donde se pudieran encontrar diferentes ventanas de acceso a la información, es decir, distintos niveles de recursos que dieran cabida a las iniciativas vecinales. Este nuevo equipamiento cultural podría ser percibido como un punto de partida, como el inicio de un recorrido que afectara al barrio mediante la intervención en el entorno, contribuyendo a la integración del mismo en la ciudad, su puesta en valor y la creación de beneficios tanto materiales como intangibles.


Socialmente, Velluters es, ahora mismo, un barrio con una importante diversidad, donde vecinos de clase alta conviven con colectivos marginales e inmigrantes de diversas procedencias. De ahí que la principal premisa debiera ser la de promover las relaciones entre unos y otros para alentar una transformación orientada de sus hábitos, dado que existe una necesidad de interacción —de compatibilidad, en definitiva— que resulta vital para solucionar los problemas de convivencia. Son estos problemas específicos del barrio los que se pretendía abordar desde la concepción de un Centro de Iniciativas Vecinales para Velluters. Un proyecto sociocultural orientado a los vecinos y usuarios en proximidad, que los hiciera promotores de su programación y coautores de sus logros. Así, un espacio de estas características podría servir para impulsar la participación ciudadana, entendida como vehículo para la interacción entre el vecindario y la Administración con el fin de impulsar la transferencia bidireccional del conocimiento, revitalizando el empleo a través del emprendizaje (emprendimiento - aprendizaje) y creando nuevas redes de proximidad.



Lamentablemente, a pesar de haber entregado este proyecto al Ayuntamiento y negociado la puesta en marcha del centro, dudamos mucho de que, vista la situación económica del Ayuntamiento y del país en general, se lance a construir un nuevo centro cuando los que ya lanzó permanecen vacíos en gran parte, carentes de contenidos y de financiación. Por ello, damos por cerrada esta etapa, contentas de haber experimentado en carne propia lo desagradable que supone tener que maquillar con eufemismos las intenciones y hasta qué punto resulta negativo este tipo de trabajo porque absorbe toda la energía y transforma paulatinamente el punto de vista, limitando cualquier autonomía de pensamiento posible.








De forma simultánea al encargo del Ayuntamiento, recibimos una propuesta de una empresa inmobiliaria de Valencia que había sabido de nosotras por las noticias editadas en diferentes periódicos. Dada la delicada situación por la que pasa el sector inmobiliario, la promotora Invergi2 SL propuso a LaCIV el encargo profesional para la elaboración y gestión de un plan de activación y renovación de usos de una nave vacía de su propiedad local situada en los nº 88, 90 y 92 de la C/ Jerónimo de Monsoriu de Valencia en el barrio de Ayora, junto a la estación de metro Marítim-Serrería.

El edificio fue construido a mediados del siglo pasado y estaba dedicado en origen a la fabricación de calderas, silos y demás tipos de contenedores metálicos. La edificación se compone de una nave, diáfana en planta baja y con altillo, cuya superficie total es de cerca de 1.000 m2, y sobre ella, se encuentran situadas las viviendas de los antiguos trabajadores de la empresa. Con este proyecto de activación se buscó facilitar, de esta forma, la consolidación de un innovador clúster de proyectos sociales y colectivos, basados en la cultura de la creatividad y la solidaridad, que posibilitara el establecimiento de nuevas conexiones entre agentes locales múltiples que fueran capaces de generar sinergias y oportunidades de colaboración.
La Calderería, denominada Fábrica de Alternativas, pretendió ser un laboratorio de cultura emergente y de economía social. Para conseguir estos objetivos, LaCIV diseñó una estrategia de activación y de cogestión colectiva en base a una convocatoria de proyectos de usos y aprovechamientos temporales del espacio, dirigida a creadores y colectivos relacionados con la cultura emergente y la economía social. A partir de esta convocatoria, se propuso la cesión a los proyectos seleccionados de una serie de espacios ubicados en esta antigua nave. Así nos imaginamos este espacio que iba más allá del co-working, pretendiendo generar en otro barrio de Valencia un polo atractor de transformación social.


La convocatoria tuvo como objeto seleccionar una serie de proyectos cuyo carácter creativo y cuya voluntad de implicación colectiva facilitaran la creación de nuevas redes de colaboración entre agentes sociales y culturales relacionados con la economía social. Para ello, se ofertaron diferentes espacios de producción ocupables, de forma temporal o permanente, en régimen de masovería urbana. Establecimos la condición de que pudieran participar en la convocatoria todas aquellas propuestas que mantuvieran algún tipo de relación con la economía social y las diversas formas de producción cultural emergente para orientar el centro en convergencia con nuestros planteamientos de manera que fuera más allá de un espacio compartido de trabajo y pudiera consolidar una creación de común. Para ser más precisos en nuestras intenciones, habría que especificar que entendemos por economía social el conjunto de actividades de las diversas entidades de trabajo en las que se prima el interés general sobre el particular, y en las que la toma de decisiones se realiza de modo democrático y participativo, prevaleciendo siempre el valor del trabajo sobre el del capital.
En cuanto a la propuesta de participación de otros colectivos, la masovería urbana se propuso como un mecanismo de trueque no económico entre propietarios y personas con necesidad de utilizar un espacio. Por medio de un contrato de masovería urbana, el propietario de una vivienda o espacio cede su uso por un tiempo acordado y a cambio, los masoveros o cesionarios asumen las obras de reforma, mantenimiento o/y reactivación. En este caso, el propietario nos cedía el espacio a cambio de la mejora y reactivación del mismo y nosotros pretendíamos extender este tipo de relación a los nuevos agentes implicados así como a todos aquellos que nos propusieron actividades puntuales de uso del espacio. Por aportación al espacio, consideramos dos modalidades posibles:

Capital Económico
Reformas directas en el espacio
Conservación y mantenimiento de la propiedad
Intercambio dinerario: cuando haya beneficios, se compartirán con los propietarios

Capital Simbólico
Visibilidad pública y revalorización del espacio
Publicidad indirecta para todos nuestros apoyos
Contribución al cumplimiento de la responsabilidad social de las empresas

Por último, entendimos como cultura emergente las prácticas colectivas vinculadas a procesos sociales de transformación y a nuevas formas culturales colaborativas e inclusivas, que configuraran un paradigma de cooperación cultural múltiple y emergente. El concepto emergente explica la totalidad cualitativa de los cambios que son generados espontáneamente por un sistema. Las propiedades de este comportamiento se deben a las interacciones entre las diferentes partes del sistema.
Paralelamente a la convocatoria, hicimos un estudio sociológico del barrio en el que nos estábamos insertando para identificar los diferentes agentes que pudieran hacer de nuestra presencia un elemento integrado e integrador. Investigamos el contexto del barrio en varias direcciones: la historia del barrio de Aiora, su marco urbanístico y social así como un análisis estadístico de la población. Igualmente, hicimos un mapa del tejido asociativo que nos pudiera orientar también en lo referente a las necesidades de los actores.



Para conseguir el objetivo final de activación del espacio, se establecieron las condiciones de cesión temporal y se llevo a cabo parte de la rehabilitación y el acondicionamiento del espacio. Para la visibilización del espacio el equipo de LaCIV programó el encuentro Caldeando. Comboi al Marítim, que se celebró en junio y julio de 2012. El modelo de activación se inició con una jornada de puertas abiertas en la que los interesados en los espacios de La Calderería tuvieron la oportunidad de visitar el espacio. En él, hicimos la presentación del proyecto general de La Calderería aclarando dudas y contestando preguntas, así como diferentes actividades lúdicas que nos permitieron disfrutar de día en común. A continuación, lanzamos las diferentes actividades del encuentro en sí con el que empezamos nuestra andadura. Siguiendo los pasos de 'Comboi a la fresca', el encuentro programó varias actividades durante dos semanas. A continuación, tenemos el detalle de las actividades.

Inauguración Fiesta de San Juan



Inauguramos La Calderería "caldeando el ambiente" y que mejor día para hacerlo que el día más largo del año. El día en que la ciudad arde por los cuatro costados y la playa se enciende, por lo menos en nuestras tierras. Empezamos temprano para disfrutar de un día en familia con refrigerio, actividades para niños, música, buen ambiente y alguna sorpresa. Fue una manera agradable y lúdica de presentarnos en el barrio abriendo el espacio a todos los vecinos que sintieran curiosidad por saber quiénes éramos y lo que planeábamos hacer en ese espacio sin que hiciera falta ningún protocolo, ya que hicimos actividades tanto dentro como fuera del espacio de manera que resultara cómodo establecer el primer contacto. Igualmente, hicimos extensa nuestra invitación a cualquier colectivo o interesado que quisiera acercarse a celebrar con nosotros de manera que la presentación fuera también a nivel de ciudad.




Taller de autoconstrucción con madera














Del lunes 25 de junio al viernes 29 de junio de 2012, organizamos un taller de autoconstrucción con madera cuyo objetivo era adquirir conocimientos prácticos en el empleo del tablero de madera como material constructivo ensamblado en seco a la vez que experimentar en la construcción a escala 1:1 las posibilidades de este material en la construcción de espacios y elementos multiuso para La Calderería. Con ello, continuábamos la línea de autoconstrucción que habíamos iniciado en el Solar Corona a la vez que intentábamos paliar las carencias de mobiliario cara a las siguientes actividades que habíamos programado en el espacio.

Jornadas de autoformación de Economía y Urbanismo críticos
26 de junio al 10 de julio 2012 - La Calderería



















Siguiendo con la línea de trabajo que asocia ciudad y ecosistema, dentro de lo que luego describiremos como el proceso de activación de la Calderería, organizamos un seminario doble que atiende por una parte a la idea de la metrópolis como espacio simultáneo de lucha y de creación en el postfordismo y por otra, a la necesidad imperante de alcanzar una vida sostenible, lo que incluye obviamente conceptos como el hábitat o la economía. Consideramos que era interesante hacerlo doble porque nos permitía enlazar con todo el trabajo que estuvimos haciendo el verano anterior en el Comboi a la fresca, en torno a la noción de tejer redes y crear ciudad.

Hacia una ciudad sostenible

En este primer seminario, nos parecía interesante vincular las posibilidades existentes hoy en día de abordar la idea de ciudad sostenible e intentamos introducirla a través de tres ejes:

1. El urbanismo participativo en la medida en que supone el encuentro entre la arquitectura, el urbanismo, la sociología y la sociedad civil. De hecho, plantea la disolución de fronteras entre disciplinas al emplear un enfoque holístico en su análisis y permite entrar en otro tipo de procesos urbanísticos totalmente diferentes de los aplicados por la Administración española. Para cubrir este frente, hicimos venir a Philippe Verdier que es un especialista francés en este tipo de proyectos, sociólogo y urbanista, y que introdujo nociones y posibilidades concretas de practicar un urbanismo participativo, lo que a nuestro parecer, resulta esencial para poder hablar de sostenibilidad urbana. Igualmente, tuvimos la suerte de poder hacer un análisis conjunto del proyecto que en ese momento nos llevábamos entre manos, La Calderería, en el que hizo especial hincapié en la necesidad de aplicar una planteamiento inclusivo que contara con todos los habitantes del espacio en el que proyectábamos un centro de dinamización vecinal.
2. Por otra parte, como ya hemos comentado en la tesis, nos parece importante valorar el papel que, en la actualidad, pueden jugar los centros culturales o sociales en tanto atractores casi en su sentido físico, como generadores y dinamizadores de procomún. Se ha observado claramente su acción en barrios pauperizados, gentrificados, con la identidad perdida, en procesos prolongados de estancamiento que cambia de signo cuando se introduce un centro de proximidad similar que permite articular energías. Para analizar posibles metodologías de acción en relación a nuestro proyecto de La Calderería, invitamos a Maud Le Floch para que nos hiciera una presentación de Le Polau (http://www.polau.org/), laboratorio de proyectos artísticos y urbanos que actúa como interfaz de investigación y de experimentación entre actores artísticos, culturales y urbanos.
Con un planteamiento de vinculación intrínseca de prácticas artísticas y proyectos urbanos, su sede a 250 km de París en un solar industrial que comparte con una compañía muy importante de artes de la calle, OFF, funciona también como residencia de investigación para artistas y colectivos de urbanistas, con un laboratorio de investigación, con lugares y talleres de creación, asumiendo también su difusión. La ocupación de este espacio es una práctica de economía mixta, ya que recibe financiación pública parcial consistente en ayudas a la creación que se desplazan a proyectos urbanos ya que el acuerdo lo tiene con el Ministerio de Cultura y con fondos regionales. Esta situación responde a una visión estanca que no contempla las lógicas interdisciplinares de la actualidad necesarias para la transformación de la sociedad, ni atiende a las nuevas hibridaciones y registros. Si ese es el caso en Francia, aunque encuentre una salida a través de la desviación reconocida de fondos culturales a proyectos urbanos, mejor que no comentemos la distancia a la que se encuentra el panorama español donde el reconocimiento mismo de grupos interdisciplinares más convencionales plantea problemas.
No obstante, no habría que dejar de cuestionar el trabajo de equipos de arquitectos y artistas que intervienen en la ciudad sin tener en cuenta a sus habitantes, que a veces no piden nada y son usados como un bello pretexto a nivel social, solidario incluso como marco de vida. En estas intervenciones, se produce a menudo una mezcla de tensiones entre generosas y egoístas. Las intervenciones en la ciudad son siempre un lugar de trabajo político en donde chocan inevitablemente múltiples intereses y no solamente económicos por lo que hay que estar especialmente atentas a planteamientos falsamente mesiánicos (en el caso de conflictos exacerbados por la propia intervención) o al contrario, intervenciones que acallan las tensiones sin llegar a resolverlas. Por otra parte, Maud Lefloch nos sugirió al respecto de los funcionamientos asamblearios de diferentes colectivos que comparten la gestión de un centro que, entre la línea vertical y la horizontal, está la línea oblicua que permite acortar los largos plazos asamblearios, mantener operativo el funcionamiento sin renunciar a la cogestión.
3. El tercer eje a través del que intentamos analizar la ciudad sostenible fue el del decrecimiento aplicado al urbanismo, un decrecimiento enfrentado por una parte al crecimiento cero utópico, adoptando una posición radical, y por otra parte a la lógica de la austeridad no como optimización de la inversión sino como recorte de lo público. Esta idea de decrecimiento asociada a la ciudad supone cuestionar los modelos urbanísticos asociados a la expansión mediante un posicionamiento a favor de generar calidad, generar trama urbana, lo que supone recuperar espacios en desuso, expandiendo la creación de espacios públicos, es decir, invertir la deriva que se ha mantenido durante los últimos treinta años en nuestro país. Para hablarnos de ello ilustrándonos con ejemplos, hemos invitado al colectivo Etc, compuesto por jóvenes arquitectos que proponen actuar experimentalmente sobre el espacio público de una manera creativa e implicando a los distintos actores de la escena urbana que intervengan a diferentes escalas: construyendo estructuras y objetos, organizando encuentros y talleres o planteando intervenciones más artísticas sobre la ciudad.


Los doce miembros activos del colectivo Etc, once arquitectos y una diseñadora gráfica, han iniciado a partir del mes de octubre de 2011 un recorrido en bicicleta por toda Francia. Le llaman Le Détour de France en una extraña combinación de Tour de France y détournement situacionista. El viaje es flexible en su organización, dura un año y sirve para proponer, documentar y analizar las prácticas de participación en la creación de proyectos urbanos. En muchas ciudades de Francia, están surgiendo iniciativas que implican a los ciudadanos en la gestión y la planificación de sus ciudades. Este fenómeno plantea la necesidad de pensar conjuntamente el futuro de nuestras ciudades, como un medio para la democracia efectiva y el empoderamiento social. Estas iniciativas vienen de personas muy diferentes: los habitantes, asociaciones, comités, artistas, profesionales, instituciones, políticos. El objetivo de Etc es integrar a estos diferentes "actores", participar con ellos en la "construcción urbana ciudadana" y buscar una posible evolución de la arquitectura hacia una práctica más social.
Por último, realizamos un seminario abierto sobre modelos de gestión de centros y proyectos en los que reunimos a nuestros invitados, Maud Lefloch (Le Polau), Kelly Ung y Julien Abitbol (Etc) junto con otros agentes activos en la ciudad. Cuando traemos a gente como Maud Lefloch o a colectivos emergentes de arquitectos que están saliendo ahora de la universidad y vemos cómo se plantean su profesión, asistimos a la aplicación práctica de ese Outsite, que pertenece a todas las disciplinas y las excede en igual medida. En un momento como el actual ni los arquitectos ni los artistas pueden seguir planteándose su intervención en el mundo bajo las mismas premisas.
Las nociones participativas tiene que integrarse necesariamente en los nuevos modelos de creación de ciudad, de planificación urbana, de la misma manera en que los agentes de la economía social no se limitan a ajustarse a propuestas económicas sino que se inventan nuevos modelos de hibridación-conciliación que superan los modelos legales impuestos y las categorías típicas de emprendizaje para adaptar a sus vidas la actividad económica, sobre todo cuando se trata de colectivos de mujeres que, inevitablemente, tienen que plantearse conciliaciones laborales y familiares diferenciales. Cuando asistimos a la presentación de los proyectos de estas gentes, observamos que de la misma manera en que nosotros trabajamos durante el Comboi a la fresca en un ámbito híbrido entre la arquitectura, la sociología, el arte y la sociedad civil, hay muchos colectivos que están realizando lo mismo por toda Europa. En nuestro caso podemos citar a Coloco, Bruit du Frigo, Exytz, l'Age de la Tortue, Bazar Urbain, Frères Poussières, entre algunos de los colectivos que hemos invitado, con los que hemos trabajado y seguimos teniendo relación.
Por utilizar una metáfora artística de la evolución de la arquitectura, podríamos aplicarle las dos premisas que caracterizaron la transformación contemporánea de la escultura: su pérdida de pedestal y tras la liberación de ese emplazamiento fijo y autorial, la consecución de su campo expandido, la impregnación mutua hasta la progresiva disolución de disciplinas artísticas, sociales y políticas. Si esta transformación la sumamos a los cambios económicos introducidos por el postfordismo, especialmente en lo referente a la ausencia de distinción entre lo público y lo privado, veremos cómo en la mayoría de casos, estos proyectos o centros emergentes se apoyan en ambos ejes: su economía suele ser mixta con fuentes de financiación tanto públicas como privadas y con situaciones paradójicas como la percepción de ayudas a la creación por parte del Ministerio de Cultura, junto con su reorientación a proyectos de transformación urbana, lo que no hace más que ser un fiel reflejo de las lógicas interdisciplinares que la animan.
Frente a la estafa. De las miradas críticas a las alternativas económicas

En los últimos meses, nos hemos cansado de escuchar, leer y debatir los análisis sobre las causas, las consecuencias o las transformaciones de la crisis. Nos hemos familiarizado con conceptos como "financiarización", "sociedad propietaria", represión monetaria, deuda legítima y un largo etc. Desde Autoformato, consideramos que los procesos de autoformación en torno a este ámbito empiezan a presentar signos de agotamiento, dada la abundancia de espacios y sinergias utilizados para este enfoque. Las jornadas sobre "Economías críticas" tratan de explorar y potenciar la elaboración de alternativas económicas en el presente contexto de crisis a la vez que profundizan en los análisis sobre la misma así como en torno a las formas de acumulación del capitalismo contemporáneo.
Por tanto, se trata de combinar dos narrativas diferentes, pero relacionadas entre sí. La primera de ellas, basada en prácticas actuales, gira en torno al campo de la economía solidaria, e indaga en las experiencias, estrategias y nuevos planteamientos que, desde este ámbito, se generan como salidas a la situación económica. Articulado con el anterior, el segundo bloque tiene un carácter más bien analítico y teórico al centrarse en el marco conceptual de los investigadores de la revista Multitudes, referentes en el pensamiento crítico francés. Como siempre, partimos de unas sesiones abiertas preparatorias, en las que trabajamos los textos teóricos confrontándolos con nuestras prácticas para encuadrar dentro de una trayectoria real, los análisis críticos y propuestas prácticas alternativas.

Mesa de experiencias alternativas

Abrimos esta segunda parte del seminario con una mesa de experiencias alternativas en la que nos centramos en las propuestas prácticas que, desde diferentes puntos de partida, están contribuyendo a crear modelos económicos alternativos, desde la autofinanciación hasta el modelo de gestión único cooperativo, pasando por la imbricación en el contexto, ya sea este rural o urbano. Todos estos ejemplos prácticos demuestran con su quehacer la concreción real de las alternativas así como su plena integración en el territorio.

Mercado de Economía Social (MES) – Madrid
(www.konsumoresponsable.coop/mercado-social-madrid)


El mercado social integra actores muy diferentes y se extiende por todo el territorio español con una plataforma conjunta que permite localizar en cada una de las comunidades los lugares de venta. En este caso, fueron los compañeros de Madrid que llevan más tiempo funcionando los que asistieron a esta mesa abierta para contarnos su experiencia. Nos contaron que el objetivo del mercado social es superar las reglas negativas del mercado convencional para establecer un mercado alternativo que opere bajo criterios y relaciones económicas justas.
También pretende ser un espacio de cooperación que una a las empresas productoras y distribuidoras de la economía social, junto a los colectivos y personas implicadas en el movimiento del consumo responsable. Se trata de construir redes de comercio y consumo con criterios de funcionamiento alternativos como la cooperación, la transparencia, la participación, el compromiso con el entorno y las economías locales, la promoción del empleo y de oportunidades económicas para personas y colectivos excluidos del mercado así como el rechazo a la maximización de beneficios como único fin. Para ello, se intenta crear en un territorio un mercado en el que las entidades y empresas de economía social y solidaria cooperen para subsistir, crecer y ser alternativas económicamente realistas.

Som energia
http://www.somenergia.coop/

El objetivo de Som Energia es ser una cooperativa sin ánimo de lucro que reúne a miles de personas en torno al deseo de cambiar el modelo energético actual y trabajar de forma conjunta para alcanzar un modelo de consumo energético basado totalmente en las renovables. Este equipo que opera fundamentalmente en Cataluña vinieron a La Calderería a contarnos que es posible superar a Iberdrola y sus subidas retroactivas de tarifas amparadas por el Estado y sus ex presidentes que hallan pronto acomodo como consejeros de la nada. Celebramos ampliamente que haya iniciativas legales constituidas para este tipo de asuntos cuando los monopolios ocultos nos atrapan como clientes cautivos en cuestiones que todos sabemos que no hubieran tenido que dejar nunca de ser públicas.

Sostre Cívic
http://www.sostrecivic.org/es


La vivienda es un tema candente hoy en día, tan candente que es una de las primeras causas de suicidio en nuestro país. Frente a una sociedad que se ha construido sobre la burbuja inmobiliaria, que se ha endeudado enladrillando, SostreCívic es una asociación sin ánimo de lucro que tiene como objetivo ofrecer propuestas y soluciones aplicables a nuestra sociedad para hacerla más justa y respetuosa con las personas y el entorno a través de valores aplicados a un urbanismo y un acceso a la vivienda no especulativos. Promueve un nuevo camino de acceso al habitat basado en Modelos de Cooperativas de Uso (MCU) según el cual la propiedad de las viviendas siempre reside en manos de la cooperativa y donde sus miembros participan y disfrutan de un uso indefinido de la vivienda a través de un derecho de uso asequible.

Cooperativa Integral Valenciana (Valencia)
http://cooperativaintegralvalenciana.es/

La Cooperativa Integral es un proyecto que busca la emancipación del sistema capitalista mediante la autogestión. Con este propósito trata de crear red entre los proyectos autogestionarios existentes (grupos de consumo, bancos de tiempo, monedas sociales…) así como de facilitar la formación de nuevos proyectos. Es una propuesta constructiva de desobediencia y autogestión generalizadas para reconstruir la sociedad desde abajo (en todos los ámbitos y de manera integral) y recuperar las relaciones humanas afectivas, de proximidad y basadas en la confianza. Forma parte de una red territorial de cooperativas integrales que surgen como herramientas para formar contrapoder desde la base, partiendo de la autogestión, la autoorganización y la democracia directa y participativa. A raíz de esta invitación, hemos continuado implicándolos en proyectos posteriores como el encuentro sobre el decrecimiento y esperamos, por la cercanía de nuestros intereses y la similitud de nuestros modos, que podamos seguir colaborando en el futuro.
De esta manera, no nos limitamos a teorizar sobre posibles modelos económicos sino que proponemos directamente alternativas prácticas desde el ámbito del consumo, la energía, la vivienda y la moneda. No por ello podemos darle la espalda al hecho de que siguen siendo propuestas minoritarias, que asustan por lo novedoso de sus planteamientos, de manera que muchas persona temen dar el paso en elementos tan importantes como estos prefiriendo ajustarse a propuestas menos radicales como mercados de consumo locales o acuerdos privados de mancomunidad.

Miradas a la crisis

Por último, terminamos este seminario doble con unas intervenciones que, desde el ámbito teórico, nos permiten ampliar el horizonte de lo posible y apostar por una radicalidad en la transformación que ya veníamos anunciando desde los diferentes seminarios de autoformación en los que participamos. Empezamos con la intervención de Yann Moulier-Boutang, militante político, ensayista, economista e investigador, en la actualidad es profesor de Economía en la Universidad de Compiégne y en el Institut d'Études Politiques de París. En el marco del Laboratoire Isys-Matisse del CNRS-Université de París I, continúa sus estudios sobre la historia del movimiento obrero, la esclavitud y el trabajo asalariado, las migraciones internacionales, las transformaciones actuales del capitalismo en la globalización y en Europa, los nuevos modelos productivos en la empresa y los territorios a la luz de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y su impacto sobre los derechos de propiedad intelectual.
En su conferencia, Capitalismo cognitivo, polinización y renta básica, nos introdujo el tema fundamental de su último libro en donde desde sus conocimientos como teórico de la economía, introduce la necesidad fundamental de operar un cambio en el modelo de acumulación y redistribución de nuestras sociedades, modelo que tenga en cuenta todas las externalidades positivas no reconocidas situadas en la base así como la necesidad de fomentar que este tipo de polinizaciones se siga produciendo a través de mecanismos como la renta básica. A continuación, Anne Querrien, de la que ya hemos hablado en relación con los procesos de recuperación en barrios sometidos a una tensión gentrificadora intensa, como fue el caso de Belleville en París, retomó nociones como la multitud y su posible papel transformador en las metrópolis postfordistas. Finalmente, Madeleine Hersent, que ha colaborado en diferentes proyectos con los coeditores de Multitudes, hizo una presentación de herramientas y estrategias de difusión de la Economía Social bajo una perspectiva de género, orientadas a grupos invisibilizados y especialmente precarizados como pueden ser las mujeres. En un momento en el que pretendíamos lanzar un centro de Economía Social como La Calderería, resultó fundamental para nosotros empezar a establecer y difundir nociones de base solidas que permitan este tipo de enfoques de emprendizaje con una perspectiva fundamentalmente social, que enlaza directamente con nociones como control del consumo como modelo paradójico de reactivación económica.
Para terminar con este bloque de economía crítica, disfrutamos de la participación de Paco Álvarez, economista, presidente de ETICA Family Office y ex presidente de la Bolsa de Valencia, su clara implicación en el intento de transformación conceptual desde el ámbito económico, piedra angular de todo cambio que podamos pretender en la actualidad, y que nos ofreció una introducción a la Economía del Bien Común tal y como la viene planteando Christian Felber, aplicando criterios como sostenibilidad, comercio justo, respeto del medio ambiente e integración local.

Seminario sobre el decrecimiento
15 de octubre de 2012 – La Calderería




A la vuelta del verano y dentro de la misma línea de activación de La Calderería, organizamos un seminario interno sobre decrecimiento con la presencia de Serge Latouche y entidades locales (Cooperativa Integral Valenciana, Greenpeace Valencia, etc.) coordinado por Autoformato en La Calderería. Esta noción se centra en dos visiones complementarias de la economía que implican la modificación de los parámetros de riqueza, con lo que ello supone de visibilización de otros criterios tanto sociales como económicos a nivel estatal, incluyendo una visión de la economía que abarque no solo la producción sino también el ámbito de la reproducción. Por otra parte, la noción de decrecimiento resulta clave en el siglo XXI y consideramos fundamental incluirla como uno de los ejes de cambio propuestos.
Por todo ello, invitamos a Serge Latouche a una tertulia en La Calderería junto con sociólogos, arquitectos, ecologistas y jóvenes interesados en el modelo del decrecimiento. Tras la comida, el encuentro siguió el modelo de conversación que ya habíamos utilizado previamente, animada por la presencia de especialistas en decrecimiento como Ernest García, sociólogos combatientes como José Manuel Rodríguez Victoriano, economistas aterrados como Paco Álvarez, ecologistas como José Albelda o representantes de propuestas como la Cooperativa Integral Valenciana (que intenta llevar a la práctica el círculo virtuoso propuesto por Latouche como alternativa a la situación actual). Esta crisis que, según los presentes, es una crisis y es una estafa, exige plantearse respuestas revolucionarias y no únicamente posturas reactivas que no asuman la urgencia del momento. Se trataría, por tanto, de elegir entre un decrecimiento organizado o un decrecimiento sin orden ni concierto, como el que, desde las instancias políticas, nos están ofreciendo. El encuentro terminó evaluando las posibles vías para forzar un cambio responsable ante la irracionalidad de las respuestas vigentes.

Investigación sobre centros autogestionados en París
12-18 de noviembre de 2012

Por último, hicimos un viaje a París dentro del proyecto subvencionado por el Fonds D'Alembert para hacer una investigación de campo sobre diferentes modelos de gestión y financiación de centros autogestionados con una orientación similar a La Calderería. Dentro de la serie de centros visitados estuvo el célebre 59RueRivoli, centro de producción artística anteriormente ocupado y autodenominado aftersquat, por su condición subvencionada actual (lo que, en este caso, supone que se encuentra desactivado), que nos interesó como proceso de institucionalización derivado en una neutralización de su potencial transformador; el complejo le6d, situado en Saint-Denis, con más de 150 residentes y una orientación clara de centro multidisciplinar autogestionado al mismo tiempo que desarrolla actividades inclusivas con los habitantes de las chabolas situadas al otro lado del canal. Es un centro para nosotros de referencia ya que combina la acción en el territorio con propuestas laborales propias como gabinetes de arquitectos, despachos de abogados, etc., funciona con financiación propia, aplica un sistema de gestión por comités diferenciales, y tiene una orientación general claramente de proximidad. Otro de los centros que visitamos fue Main d'oeuvres, centro de creación con talleres y residencias que inició su camino como espacio autogestionado aunque en la actualidad, disfruta de numerosas subvenciones estatales, hecho que ha transformado indudablemente su carácter; o por último el teatro restaurado del colectivo Frères Poussière que funciona con criterios similares a los de le6b pero en menores dimensiones, y con el que estamos lanzando en la actualidad un proyecto europeo de intervenciones urbanas en colaboración con Encajes Urbanos.
Con este último seminario sobre decrecimiento y el viaje que realizamos para establecer vínculos a nivel internacional con otros centros, damos por cerrado el apartado dedicado a las actividades de autoformación y activación del centro e intentaremos a continuación hacer una especie de resumen de nuestros rasgos diferenciales. LaCIV actuó como mediador del conocimiento aplicando la siguiente pauta:

1. A partir de una oportunidad táctica, tramar una estrategia. En este caso, plantear un marco de análisis que no se limitara a un espacio determinado (la oportunidad concreta que supone el espacio de la Calderería), sino generar un marco de análisis de carencias y deseos que dinamizara las energías hacia un proceso de empoderamiento físico generalizado: los diferentes espacios por los que se podría optar, inventando herramientas y abordando las realidades jurídicas de ocupación de espacios en desuso.

2. Igualmente importantes consideramos las posibilidades de empoderamiento laboral desde las diferentes modalidades de emprendizaje hasta las alternativas económicas que no utilizan el dinero como moneda de cambio, como fue el caso del seminario de economía crítica que desarrollamos posteriormente y el proyecto en sí de La Calderería.

3. Por último, las diferentes opciones de soberanía alimentaria propuestas en el debate sobre agroecología urbana así como los diferentes debates sobre decrecimiento, ecología y energías renovables, nos permitieron trabajar las posibilidades de empoderamiento ecológico, más que perentorio hoy día.

Deseamos poder hacer extensibles al máximo estos tres ejes. Pensamos que la recuperación de espacios en desuso para su colectivización, la implicación de grupos muy diversos en la creación del común y la transformación de la ciudad hacia una propuesta más cercana al slow living con criterios ecológicos son tres elementos fundamentales en las transformaciones que deseamos. De esta manera, se entiende mucho mejor la pertinencia de los temas abordados: una introducción a la construcción de modelos económicos alternativos al dominante aplicables al presente más inmediato, profundizando en el debate que permitiera perfilar y detallar alternativas. Con estas jornadas, terminamos la segunda fase de activación de La Calderería y pasamos a abrir el centro a actividades puntuales propuestas desde el exterior. Al mismo tiempo, intentamos cerrar el modelo de gobernanza que proponíamos al propietario, redactando un contrato tipo que nos permitiera abrir la gestión a las diferentes propuestas presentadas de manera que pudiéramos funcionar con una gestión horizontal e independiente. Esto nos llevó a mantener numerosas negociaciones con todas las partes implicadas al mismo tiempo que seguíamos aceptando actividades puntuales que fueran, poco a poco, mejorando el espacio.

El cronograma de nuestra relación de actividades en relación con La Calderería quedaría como sigue:

Septiembre 2011: INVERGI 2SL se reúne con LaCIV para mostrarle La Calderería y hacer la primera propuesta de usos.
Noviembre 2011: INVERGI 2SL contrata a LaCIV para realizar un estudio básico de activación de La Calderería.
Enero 2012: reuniones con entidades vecinales del barrio para redactar el primer mapa de relaciones.
Febrero 2012: entrega al propietario del estudio básico de activación de La Calderería.
Fin de la primera fase de activación.
Marzo 2012: nuevas incorporaciones a LaCIV. Formación de grupos de Comunicación, uso, viabilidad, acondicionamiento y coordinación.
Mayo 2012: reforma previa de patologías.
Junio 2012: Jornada de Puertas Abiertas.
Caldeando. Comboi al Maritim.
Lanzamiento de la convocatoria de uso.
Fin de la segunda fase de activación.
Septiembre 2012: primeras actividades puntuales.
Conferencia ¿Crisis en la Movilidad Sostenible? Ideas y soluciones en el contexto de la Semana Europea de la Movilidad Sostenible, a cargo de Ole Thorson, presidente de la Asociación Internacional de Viandantes.
Presentación del Taller 3 de Proyectos Arquitectónicos de la ETSAV-UPV.
Octubre 2012: Tertulia sobre decrecimiento con Serge Latouche, ya reseñada en el apartado de Autoformato.
Exposición (En)Cuadre, Espacialidad Ciudadana, organizada por el Máster de Fotografía de la Universidad Politécnica de Valencia. Taller de elaboración de pan.
Noviembre 2012: TEDxValenciaWomen. Hacia la soberanía alimentaria.
Diciembre 2012: III encuentro creación escénica contemporánea: ¿A qué estamos jugando?
Punt a part. Taller de punto para principiantes.
LaBarracaFleaMarket, mercadillo de trueque.

Como podemos ver, pronto se hizo obvio que la ciudad de Valencia estaba más que necesitada de contar con un espacio similar en el que poder realizar actividades autogestionadas de todo tipo. Se multiplicaban las propuestas de actividades puntuales más o menos en la línea del centro, como se puede ver en el cronograma, pero la situación empezaba a convertirse en insostenible. Nos veíamos obligadas a gestionar continuamente un espacio que aún no contaba con las condiciones mínimas de ocupación. Pudimos poner en marcha un baño gracias a la persona que realizó el taller de pan, teníamos la luz pinchada a la escalera de la finca porque habían robado todo el cableado del espacio y la arqueta no estaba dada de alta. El seguro llegaba a su fin y nos veíamos incapaces de gestionar el flujo continuo de demandas. Por otra parte, las negociaciones con el propietario no iban por buen camino ya que este se negaba a firmar un contrato horizontal con los 7 colectivos que iban a continuar la gestión del espacio y nosotros nos negábamos a seguir realizando estas tareas de administración general no retribuida que nos impedían realizar nuestros propios proyectos. Los demás colectivos estaban impacientes por lanzar sus propios proyectos y ocupar los diferentes espacios. El contrato temporal de un año que habíamos firmado con el propietario llegaba a su fin.
El 31 de diciembre de 2012, La Calderería cerró sus puertas un año después de haberlas abierto a la ciudad y a las iniciativas de sus ciudadanos, colectivos, asociaciones y demás agrupaciones. Sí, cerramos puertas con tristeza, dejando atrás esta etapa en la que creímos posible poner en marcha un centro de estas características en una zona periférica de la ciudad, sin recursos pero con ganas. No obstante, a raíz de los últimos acontecimientos, quisimos cerrar este proceso de la mejor manera posible informando de los motivos de cese del espacio, del proceso que seguimos y el desenlace final que tuvo, por si a alguien le pudiera servir esta experiencia acumulada para su propio caminar.
Una cuestión fundamental fue el hecho de que el propietario se mostró reticente a firmar un contrato de alquiler en " masovería urbana" individualizado con los proyectos presentados a la convocatoria, así como, en segundo término, también al ofrecimiento de una gestión horizontal de la cesión de uso temporal en la que se hallaba desde el inicio. Ante esta continua negativa desestabilizadora, intentamos negociar recordándole la motivación de nuestras propuestas que se basaba en las firmas de varias asociaciones que se hacían responsables de un espacio tan grande y con tantos condicionantes. En la misma medida, sabemos que, detrás de esa negativa a la horizontalidad, se encontraba la oferta de una empresa interesada en ocupar el espacio mediante un contrato de alquiler al uso. Sinceramente, nos sentimos un tanto defraudados en nuestro esfuerzo durante todo este año por adecentar y activar un espacio con la promesa de un acuerdo de masovería prolongado durante tres años que hiciera sostenible la gran inversión, ya iniciada, en tiempo, dinero y esfuerzo que exigía el espacio.
La experiencia nos lleva a reconocer que nuestras aspiraciones iniciales de constituirnos como mediadoras urbanas que respondieran a la necesidad de intervenciones transversales a nivel de ciudad a través de LaCIV, fue cooptada por un proceso de diseño de un Centro de Proximidad en Velluters que, además de obligarnos a renunciar a nuestro contenido más político, generaba una ilusión de profesionalización inexistente como inexistentes son los dineros del Ayuntamiento. Este conflicto entre la necesaria retribución laboral y los espacios y los tiempos para la producción militante se repite frecuentemente entre los colectivos, al no haber métodos de retribución alternativos a este trabajo de creación de valor social.
Por otra parte, el segundo error que podemos detectar fue dejarnos arrastrar por un proyecto cuyas dimensiones y estado nos superaba (La Calderería,) que prácticamente eliminó cualquier otro proyecto posible que se planteara LaCIV al canalizar todas nuestras energías. De esta manera, el propietario se benefició de las externalidades positivas que generamos en torno a su centro al visibilizarlo y permitirle así relanzar el espacio revalorizado en el mercado. La teoría de Richard Florida llevada a la práctica de la peor de las maneras posibles, como el propio autor ha reconocido últimamente en una declaración pública de retractación. A cambio, tenemos muchos elementos positivos que contraponer, nuestra apertura a nuevos agentes, la continuidad y multiplicación de nuestros procesos de empoderamiento que hemos conseguido dinamizar en muchos ámbitos y que seguimos proyectando.
El tercer error fue no contar desde el principio con una participación de los propios vecinos, llevando a cabo de antemano un programa de inclusión en el contexto más allá de las investigaciones que realizamos previamente sobre agentes sociales, distribución poblacional, historia, etc. En La Calderería, este proceso quedó en suspenso, se prolongó una comunidad ajena que perdía afectos y que no estaba territorial ni afectivamente implicada en el espacio. Hubiera debido producirse la cesión a una nueva agrupación horizontal de implicados, funcionando como el centro de proximidad que se suponía que iba a ser y actuando como bisagra de articulación entre dos barrios: Cabanyal y Ayora. La interrupción se produjo por motivos ajenos (la imposibilidad de cerrar un acuerdo horizontal con el propietario), pero también por la disolución progresiva de los vínculos y una ausencia de implicación en el entorno. Funcionamos como si estuviéramos en un espacio neutro, hablando para una determinada clase de intelectuales y activistas pero sin dedicar esfuerzos a la conexión con los habitantes del propio edificio y del barrio. Bien es verdad que lo tuvimos en cuenta y pensábamos realizarlo en una segunda fase, pero nunca acabó de llevarse a cabo ni fue una prioridad insoslayable como hubiera debido serlo para evitar actuar como agentes gentrificadores que revalorizan una propiedad ajena introduciendo actividades culturales completamente descontextualizadas del espacio.
Pensamos que el deterioro de las relaciones entre nosotros fue igualmente un efecto secundario del cambio de estatuto interno de nuestro colectivo, puesto que pasamos de ser una plataforma puntual reunida en torno a un encuentro (Comboi a la fresca), realizado sin retribución alguna y con una temporalidad cerrada, a la constitución de una entidad jurídica con propósitos profesionales. Nos enredamos en burocratizaciones varias, en propuestas unificadas, en orientaciones generales, y la comunidad se fue deshaciendo: empezaron a funcionar los términos diferenciales, la inclusión matizada y los raseros, los conflictos por las posiciones de poder y el agotamiento que se produce cuando no hay aportaciones ni afectivas ni económicas que compensen la balanza.
Por una parte, nos queda la satisfacción de haber sabido visibilizar y activar un espacio tal y como nos comprometimos y en un tiempo récord. Por otra, la decepción de ver cómo el funcionamiento mercantilizado clásico se impone a cualquier beneficio social en unos tiempos en que éste debiera ser una prioridad en muchos frentes. Hemos aprendido muchas cosas por el camino, pero nos queda la añoranza de lo que hubiera podido llegar a ser ese espacio con el potencial que pudimos percibir, la necesidad que pudimos constatar y la calidad de las respuestas que por parte de tantos hemos recibido. Por eso, pensamos que sería maravilloso que este proyecto o muchos otros similares se multiplicaran por la ciudad y ocuparan activándolos la mirada de espacios en desuso que alberga.

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