LA BRECHA SALARIAL POR RAZÓN DE GÉNERO: COMO UN PROBLEMA GLOBAL

La globalización se ha convertido en la última década en el tema de mayor debate, los problemas creados por las políticas globalizadoras se van cruzando y su repercusión sobre la situación de las mujeres se profundiza por ejemplo, cuando se habla de la incorporación de las mujeres al ámbito laboral, casi siempre se habla del aumento de la tasa de actividad laboral de las mujeres, tanto a nivel mundial como a nivel de  países, debido al final de la II Guerra Mundial, se menciona la importancia que tuvieron las guerras en este hecho y se dice que tras la II Guerra Mundial, las mujeres “ya no regresan a casa”. Pues bien, en opinión de algunas historiadoras se trata de un estereotipo ampliamente difundido, sobre todo a partir de los años 60 en algunos países, como Francia o Alemania y de los años setenta en adelante cuando las tasas de actividad femeninas experimentan un crecimiento espectacular. La prosperidad económica ejercitada en los países occidentales a partir de los años sesenta va a ofrecer simultáneamente la oportunidad de trabajar fuera de casa a unas y la posibilidad de dedicarse exclusivamente al trabajo doméstico a las otras, de hecho la integración plena de las mujeres en la economía sigue siendo una preocupación importante dada la significativa discriminación de la mujer en el ámbito laboral y buena prueba de ello es el esfuerzo efectuado en  casi todos los países en el mundo.  El desafío de la brecha salarial no es factible, debido a la complejidad de un tema que está relacionado con las políticas de igualdad, como el valor asignado al trabajo, reparto del tiempo y las identidades de género y debido también a que se ve condicionado por las políticas económicas, productivas, de empleo, educativas y sociales sea a nivel nacional o global