LA BATALLA TRAS EL REFERENDO EN VENEZUELA

August 14, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Venezuela
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Descripción

LA BATALLA TRAS EL REFERENDO EN VENEZUELA

Fernando Álvarez Simán*

[email protected]

La estadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos
coches y yo ninguno, los dos tenemos uno.
George Bernard Shaw

Este 15 de agosto el presidente de Venezuela el general Hugo Chávez ha
obtenido la votación más alta que jamás haya tenido un mandatario
venezolano. Tras la victoria de Chávez seguramente se envalentonará la
izquierda continental (pudiendo ganar las presidenciales uruguayas), y se
mejoraran las posibilidades de Brasil y Argentina para privilegiar un
bloque sudamericano ante el Alianza para el Libre Comercio en las Americas.
Para los partidarios del No quedan dos opciones, los sectores militantes
demandarán 'profundizar la revolución' exigiendo nacionalizaciones o no
pagar la deuda externa. Chávez, quien no quiere ello, busca tender la mano
a sus contrincantes invitándoles a garantizar cierta 'estabilidad
democrática' para frenar extremismos de uno y otro lado. La oposición está
ante una disyuntiva. Pueden persistir en desconocer los resultados, pese a
que la OEA y Carter le han avalado, o promover una salida violenta, tal
como lo pide el ex mandatario Carlos Andrés Pérez. De otro lado pueden
aceptar su derrota y la legalidad para tratar de ir moderando a Chávez y
prepararse para las elecciones generales del 2006.
El jefe de la misión de observación electoral de la Organización de Estados
Americanos en Venezuela, Valter Pecly Moreira, expuso que desde las siete y
media de la noche del 15 de agosto conocía, por medio de controles internos
de la OEA, las primeras proyecciones que daban ganador al presidente Hugo
Chávez. Comentó que, junto al secretario general del organismo, César
Gaviria, pudo observar que los porcentajes no variaron a partir de ese
momento. Consideró que la OEA desempeñó un papel constructivo para la
aceptación de los resultados en el ámbito nacional e internacional. En este
sentido, Gaviria destacó que la auditoria practicada al proceso sirvió para
aclarar cualquier duda, pues dijo que puede asegurar que la muestra fue
aleatoria y se controló todo el sistema. Sin embargo, señaló que está por
analizarse la teoría de los topes por el "Sí" que maneja la oposición y
manifestó que continúan abiertos a recibir pruebas de esta anomalía
estadística. Las miraremos con cuidado para ver si ese comportamiento
matemático tuvo lugar", expresó.

La oposición reclama que ella forzó al gobierno a aceptar que había
cumplido con el requisito del mínimo de firmas necesarias para pedir el
referendo. El oficialismo acusaba a la derecha de utilizar documentación
falsa o de fenecidos para inflar sus peticiones. Chávez pudo haber querido
seguir encontrando razones para negar que sus contrincantes cumplieran con
los requisitos para ello pero optó por la decisión de aceptar el reto. Por
una parte estaba la enorme presión interna e internacional (en particular
de Estados Unidos y de la mayor parte del continente) y por otro está su
idea de aprovechar estos comicios para derrotar por octava vez a sus
contrincantes y de demostrar la superioridad de su "democracia
participativa".
Para los duros en el campo revolucionario aceptar el referendo fue errado y
peligroso pues se pudo haber repetido un escenario similar al de Chile,
Nicaragua o Haití en el cual Washington aprovecho el caos o el desencanto
de varios sectores populares para forzar el desplome del gobierno ya sea
por medios constitucionales, golpistas o de intervención armada extranjera.
La oposición se centraliza tras la Coordinadora Democrática. Esta está
compuesta de un amplio abanico que va desde conservadores hasta
sindicalistas y algunos antiguos izquierdistas. Están desde federaciones
empresariales y dueños de canales de TV hasta la Confederación de
Trabajadores de Venezuela, y desde los partidos tradicionales del viejo
orden (como Acción Democrática y el COPEI socialcristiano) hasta partidos
que se reclaman izquierdistas como Bandera Roja, Causa Radical y un ala del
Movimiento Al Socialismo.

El bien de la humanidad debe consistir en que cada uno goce al máximo de la
felicidad que pueda, sin disminuir la felicidad de los demás.
Aldous Huxley

Esta es una alianza muy contradictoria. La derecha acusa a Chávez de querer
hacer otra Cuba mientras que sus aliados socialistas en la Coordinadora
cuestionan al Presidente por su autoritarismo. Sin embargo, la Coordinadora
no puede ofrecer un programa de gobierno alternativo.
Pese a todo lo dicho contra él Chávez está en su puesto de la presidencia
de su país por la decisión de las urnas y él mantiene "libertad de mercado
y partidos". El define a su "revolución" como "humanista" y rechaza al
comunismo por estar contra la empresa privada que él defiende y alienta.
Venezuela, si bien es una sociedad de mercado con una fuerte intervención
estatal en la economía, tiene una amplia gama de transnacionales operando
en su suelo. Pese a sus discursos contra la oligarquía, Chávez no ha
expropiado a ningún sector rural o urbano de ésta.
Lo que al presidente de los Estados Unidos de Norteamérica George Bush
molesta no es el supuesto autoritarismo o castrismo de Chávez, sino que la
principal potencia petrolera sudamericana sigue teniendo una fuerte
participación estatal en la producción del oro negro y en el mercado. La
Casa Blanca tiene un modelo ideológico y político que pretende ir
imponiendo en la parte sur del continente y que se basa en el "consenso de
Washington". Según éste las Americas (Norte, Centro y Sur) deben irse
unificando en un sistema de liberalización económica y política
continental.
La revolución bolivariana el gran fondo no es ni socialista ni
anticapitalista. Se enmarca en la tradición histórica del nacionalismo
castrense latinoamericano (en la cual están el general Juan Domingo Perón,
el peruano Velasco, las juntas bolivianas de 1936-39, 43-46 y 69-71 o el
panameño Omar Torrijos) que tratan de desarrollar un modelo de capitalismo
nacional. Este modelo dista de la apertura al capital extranjero (al cual
buscan poner limitaciones) y al de una economía socialista.
El discurso proteccionista de Chávez es tanto crítico a las oligarquías y
al imperialismo como también al comunismo. Es más, juegan entre ambos
polos. Contra la derecha utilizan la presión popular (a la cual buscan
controlar) y contra los marxistas utilizan unas Fuerzas Armadas unidas y la
necesidad de mantener un Estado al servicio de una economía de mercado.
La oposición venezolana tiene varias alternativas contra Chávez. Los más
ultras, de cualquier ideología política quisieran derrocarlo aunque sea vía
un cuartelazo. Algunos sectores continúan acusando el referendo aduciendo
que fue un gigantesco y verdadero fraude. El gobierno ha denunciado un
complot con paramilitares colombianos e incluso la posibilidad de un
magnicidio.

En el campo bolivariano existen desde quienes estarían dispuestos a
conciliar con la oposición aceptando un "chavismo sin Chávez" hasta quienes
quieren acentuar la polarización para radicalizar al proceso. La extrema
izquierda toma la palabra presidencial que propone luchar contra el
imperialismo, formar milicias e ir hacia una reforma agraria para realizar
y radicalizar éstas. Promueven asambleas y milicias populares para lanzar
tomas de tierras y empresas y plantear la nacionalización de grandes
compañías y latifundios.
Chávez preferiría reconciliarse con la derecha antes que ir a esta salida.
El apuesta hacia ser una bisagra entre ambos extremos de su movimiento así
como para evitar una mayor confrontación interna. Los márgenes de giro a la
izquierda que podría dar Chávez se ven limitados por la escena
internacional. Ya no existe la Unión Soviética ni hay un polo de países de
economía planificada que pudiesen cubrirlo. La tendencia de todos los
anteriores gobiernos nacionalistas tercermundistas (desde la Libia de
Khadafi hasta la Cuba de Castro) es la de buscar reconciliarse con la Unión
Europea para reinsertarse en la economía global.
Igualmente Chávez no quiere ser desbordado por un levantamiento popular que
para él sería sinónimo de caos. El, al fin de cuentas, es un hombre del
viejo Ejército y que está a favor de una economía basada en la iniciativa
privada.
La batalla electoral venezolana ha de influir en toda la región, incluyendo
en los comicios presidenciales norteamericanos. Una victoria del "no"
alentará las protestas sociales contra el neoliberalismo y permitirá a
Castro, Lula y Kirchner un mayor margen de maniobra frente a las presiones
de Washington. Una victoria del "sí" fortalecerá a las fuerzas que
promueven el ALCA, la liberalización continental y una política dura ante
la guerrilla colombiana.

*Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas
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