La aventura de Mateo Ricci en China

August 12, 2017 | Autor: L. Martin-merÁs V... | Categoría: Cultural History, Cultural Geography, History of Cartography
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Descripción

especial

los

jesuitas

en

la

exploración

del

mundo

La aventura de

Matteo Ricci

en China

E

Texto: M. L. Martín-Merás

l jesuita italiano Matteo Ricci fue uno de los más destacados viajeros del siglo XVI por Oriente. Fue el primero que hizo un mapa de China que llegó a Europa. Vestido con ropas budistas como un letrado chino, y acercándose a la cultura local, se ganó el respeto de los intelectuales del imperio y del propio emperador Wan Lin, gracias a su vida ejemplar y a la admirable entrega al estudio. Compuso veinte libros científicos y literarios en chino, entre ellos un catecismo y logró despertar el interés de los mandarines por la cultura occidental y en particular por la cartografía. A Ricci le siguieron otros jesuitas cartógrafos como los que participaron en las primeras décadas del siglo XVIII en el proyecto para trazar el mapa de los vastos territorios del Imperio o dinastía Qing.

Los

misioneros jesuitas que habían acompañado a los exploradores portugueses en Asia establecieron plataformas en Goa y Macao para, desde allí, entrar en China. El trabajo misionero jesuita en China es un interesante ejemplo de la sofisticada política y de ingeniería social de la Compañía. Para tener algún éxito en un país tan grande y tan diverso como China, los jesuitas creían que tenían que dirigirse a las elites de los mandarines confucianos. Esperaban que, como en la antigua Roma, la conversión del emperador chino daría lugar a la conversión de su imperio. Para lograr este fin la clase dominante tenía que percibir a los jesuitas como iguales, lo que significaba impresionar a los chinos con sus conocimientos para demostrar que no eran bárbaros, y restar importancia a los aspectos místicos de la doctrina Católica para evitar ser categorizados con el Taoísmo. Así pues optaron por vincular la superioridad científica occidental a la religión cristiana. En todo caso Matteo Ricci (1552-1610) siguió esta vía pues pensaba que una vez las elites chinas hubieran sido ganadas por la cultura occidental en matemáImagen de astrónomo chino. Siglo XVI.

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ticas, astronomía y cartografía se podían llegar a convertir. Así es como los mapas llegaron a ser una “empresa de seducción”. Matteo Ricci y el padre Ruggiero llegaron a Macao en 1582 y entraron en China el año siguiente, viajando a Shaoking en la provincia de Kwangtung. Dotado de una memoria prodigiosa y don de lenguas, Ricci no tardó a hacer amistad con algunos funcionarios locales chinos, los cuales vieron en la misión jesuita por primera vez un mapa del mundo. Este mapa era probablemente el mapa de Abraham Ortelius de su Theatrum Orbis Terrarum (1570). Los chinos quedaron tan impresionados que el gobernador pidió a Ricci que hiciera un mapa parecido para ellos. Así confeccionó el Mapa completo de las montañas y de los mares de la tierra (Yudi shan hai quantu) en 1584 que fue impreso a partir de bloques de madera. Se sabe que tres copias del mapa se enviaron a Europa, pero ninguno parece haber sobrevivido, aunque queda una reedición compilada por Zhang Huang, que se encontró con Ricci en 1595. Los chinos usaban ya cuadriculas para sus mapas y ayudas para trazar distancias y direcciones pero Ricci los introdujo en el sistema tolemaico. Ricci combinó fuentes occidentales y chinas ya que estaba realmente convencido de que los mapas realizados por los chinos eran más exactos que los europeos. El jesuita había entendido la necesidad de hacer concesiones culturales a los chinos a la hora de presentarles un conocimiento geográfico y científico radicalmente nuevo. La influencia de los mapas de Ricci fue más profunda en Europa que en China y contribuyó a cambiar la idea de la representación de ese país entre los europeos. Martino Martini (1614-1661) fue un misionero jesuita italiano, cartógrafo e historiador que trabajó en las misiones de China. Formado en la astronomía y las matemáticas que estudió con el también jesuita Athanasius Kircher, se embarcó hacia China en 1640 y llegó a Macao en 1642, donde estudió chino durante algún tiempo. En 1643 cruzó la frontera y se estableció en Hangzhou, provincia de Zhejiang, desde donde viajó para adquirir información científica, especialmente de la geografía del imperio chino, visitando varias provincias, así como Pekín y la Gran Muralla. En 1651 Martini dejó China por Roma como Delegado del superior de la misión de China. En su camino a Roma se reunió con impresores en Amberes para presentarles sus obras que fueron editadas, alcanzando gran repercusión. Su obra más importante es Novus Atlas Sinensis, que apareció como el volumen diez del Atlas Maior de Joan Blaeu, Amsterdam 1655. Esta obra, en folio con 17 mapas y 171 páginas de texto fue considerada la descripción geográfica más completa de China. En ella demuestra que el Cathay de los antiguos geógrafos era la China. 76 / SGE

Mapa de China. Siglo XVII. SGE / 77

Ricci mostró a los funcionarios chinos un mapa del mundo por primera vez en su vida. Quedaron tan impresionados que el gobernador pidió a Ricci que hiciera un mapa parecido para ellos. Así confeccionó en 1584 el Mapa completo de las montañas y de los mares de la tierra (Yudi shan hai quantu). Matteo Ricci en: Hamy, Alfred. Gallerie illustrée de la Compagnie de Jesus, Paris, Chez L´Auteur, 1893.

Los Padres matemáticos en China En las primeras décadas del siglo XVIII, un pequeño número de misioneros europeos en China participaron en un proyecto para trazar los vastos territorios del Imperio o dinastía Qing. La mayoría de ellos eran jesuitas franceses que habían sido enviados a China como “Mathématiciens du Roi”, un título otorgado por Louis XIV y su Académie Royale des Sciences. La falta de uniformidad en los métodos de representación de los cartógrafos chinos obstaculizaba la producción de un registro geográfico integral como el emperador había previsto. En 1698 el misionero jesuita Dominique Parrenin examinó varios mapas provinciales encontrando errores en las prefecturas, condados y ciudades, por lo que el emperador pidió al jesuita Joachim Bouvet reclutar en Francia a más misioneros para ir a China a realizar un levantamiento general del imperio. El objetivo declarado de la misión jesuita francesa, además de las preocupaciones religiosas, era la exploración y el estudio de una amplia gama de aspectos científicos rela78 / SGE

cionados con China, incluyendo, sobre todo, su geografía. Sin embargo, el levantamiento cartográfico del Imperio Qing fue primero y ante todo un proyecto del emperador Qing y de su administración. Participaron en el proyecto los padres jesuitas Bouvet, Regis y Jartoux además del jesuita alemán, Ehrenbert Xavier Fridelli, el portugués João Francisco Cardoso, y el padre agustino francés Guillaume Fabre-Bonjour .

La influencia de los mapas de Matteo Ricci fue más profunda en Europa que en China y contribuyó a cambiar la idea de la representación de ese país entre los europeos.

Los equipos estaban formados, además de los jesuitas, por representantes del palacio, la administración central, la Dirección de la astronomía y de la Guardia Imperial. Por otro lado, los dos o tres misioneros europeos que formaban parte de cada

Llegada de Francisco Javier a Japón. Detalle de biombo “namban” del siglo XVI.

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equipo aportaron la metodología científica necesaria para la correcta realización del proyecto. 1 Por esta colaboración al Imperio Qing, los jesuitas esperaban obtener la protección imperial para su misión religiosa, mientras que la Academia Francesa estaba ansiosa por un mejor conocimiento del Lejano Oriente. En resumen, los diferentes equipos de topógrafos propusieron un mapa de Manchuria, Mongolia y las quince provincias de China, con un número limitado de observaciones astronómicas en combinación con métodos de triangulación. A los misioneros no se les permitió acceder al Tíbet, Corea y este de Turkestán y los mapas de estas regiones se elaboraron sin la ayuda europea. En 1717 un atlas titulado “Huangyu quanlan tu” (Mapa de una visión completa del territorio imperial) fue presentado al emperador. Los mapas del atlas están realizados con una proyección trapezoidal y se elaboraron a una escala de 1:400.000 a 1:500.000. El meridiano de Beijing fue adoptado como primer meridiano en lugar del de Greenwich, en parte para evitar errores en la longitud. La primera edición fue impresa en China con bloques de madera y consistió en veintiocho mapas. En 1719 se hizo una versión manuscrita con treinta y dos mapas. Esta versión se dividió en cuarenta y cuatro planchas de cobre grabadas por el jesuita Matteo Ripa, que produjo un atlas a una escala de 1:1.400,000. En 1735, una obra en cuatro volúmenes de China, considerada como uno de los relatos más completos sobre la zona, titulada Grand Description géographique, historique, chronologique, politique et physique de l’Empire de la Chine et de la Tartarie chinoise, fue publicado en París. Los volúmenes fueron compilados por el jesuita francés Jean-Baptiste du Halde (1674-1743), que había recibido la responsabilidad de la edición y publicación de la rica información que llegaba de los jesuitas franceses de la misión de China. Una de las características más destacadas de la Description son los 41 mapas que contienen del conjunto de las provincias de China, Tartaria, Tíbet y Korea. La mayoría de estos mapas, como du Halde indica en el prefacio, eran adaptaciones de los originales chinos que se habían producido a instancias del emperador de China y con la ayuda de los misioneros europeos. Las adaptaciones fueron ejecutados por Jean-Baptiste Bourguignon d’Anville, un joven cartógrafo que había rehecho los cuatro mapas generales de du Halde. Después de su publicación en el atlas, los mapas de d’Anville de China contribuyeron en gran medida a los conocimientos geográficos europeos del Este de Asia y fueron reeditados con frecuencia durante más 1

Mario Cams, The China Maps of Jean-Baptiste Bourguignon d’Anville: Origins and Supporting Networks, Imago Mundi 2014, Vol. 66, Part 1: 51-69

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Matteo Ricci pensaba que una vez las elites chinas hubieran sido ganadas por la cultura occidental en matemáticas, astronomía y cartografía se podían llegar a convertir.

El levantamiento cartográfico del Imperio Qing fue primero y ante todo un proyecto del emperador Qing y de su administración, en el que participaron diversos padres jesuitas y agustinos. A cambio de su colaboración, los europeos esperaban obtener la protección imperial para su misión religiosa.

Mapa de Japón de Girolamo de Angelis (1621) 82 / SGE

de medio siglo, a veces en ediciones piratas, logrando así una amplia difusión y son la fuente autorizada de información primaria geográfica en la región hasta bien entrado el siglo XIX.2

Japón La llegada de San Francisco Javier a Kagoshima en 1549 marcó el inicio de un período de influencia jesuita en Japón que abarcó un siglo. Esta influencia se hizo sentir no sólo en la religión, sino también de las artes y las ciencias. La introducción en Japón de la prensa de impresión, la medicina europea y los métodos quirúrgicos, el arte de la pintura con aceites y el grabado de planchas de cobre se puede atribuir a ellos. A su vez, los jesuitas estudiaron todos los aspectos de la sociedad y del gobierno japonés: la ley, la religión, método de imposición, el sistema de medidas, el lenguaje, en suma, todo lo que les permitiría crearse una imagen del país y de sus formas de vida, enviando sus descripciones a Europa. El primer mapa de Japón, hecho por un jesuita es el de Ignacio Moreira, nacido en Lisboa en 1538, que vivió durante varios años en Macao, y que acompañó en su calidad de cartógrafo a la Embajada de los jesuitas de Japón en 1590-1592, dirigida por el padre Alejandro Valignano. El mapa combinaba observaciones de campo con fuentes locales. Los resultados dejaron tan impresionado a Valignano que incluyó una copia reducida del mapa en su manuscrita Historia de la Iglesia en Japón (1601), aunque ninguna de las copias existentes contiene el mapa. El mapa de Japón grabado por Christopher Blancus en 1617 es el ejemplar más antiguo conocido de la descripción de Moreira del Japón. Otros mapas que se basan en el de Moreira son los Ginnaro (1641), Cardim (1646), Dudley (1646), y Briet (1650). El mapa de Moreira probablemente influyó también en el mapa manuscrito del jesuita Girolamo de Angelis, (1621). De Angelis había llegado a Japón en julio de 1602 donde pudo conocer la obra de Moreira. ● 2

J ean-Baptiste du Halde, Description géographique, historique, chronologique, politique, et physique de l’empire de la Chine et de la Tartariechinoise, 4 vols. (Paris, Le Mercier, 1735). Nouvel atlas de la Chine, de la Tartarie chinoise et du Thibet (Amsterdam, Barthelemy, 1785). Jean-Baptiste Grosier, Atlas général de la Chine pour servir à la Description générale de cet Empire (Paris, Moutard, 1785).  tlas général de la Chine, de la Tartariechinoise, et du Thibet. Pour servir aux différentes A Descriptions et Histoires de cet Empire (Paris,Dezauche, 1790?). SGE / 83

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