La autoridad epistemológica del documental

Patricia Rodríguez Aranguren Epistemología de la Comunicación Facultad de Comunicación, Universidad de Navarra

LA AUTORIDAD EPISTEMOLÓGICA DEL DOCUMENTAL Los primeros documentalistas del cine mudo fueron grandes exploradores que dieron la vuelta al mundo filmando culturas hasta entonces desconocidas.

Consagraron el

documental como una herramienta para el conocimiento de la naturaleza del hombre, descubriéndolo en un entorno exótico alejado de la civilización. Esta original búsqueda desapareció con la implantación de los medios de comunicación de masas, y nació la preocupación del comunicador por atraer al interés público abordando asuntos inmediatos. El objeto de la práctica comunicativa se sometía a un criterio utilitarista y los documentales fueron sustituidos por reportajes televisivos sujetos a una masiva y periódica renovación de productos rápidamente perecederos. El predominio del interés inmediato como criterio dominante en la sociedad de los estetas vitales de Kierkegaard, o lo que hoy entendemos por distraídos superficiales, implicó un abandono de las preocupaciones por lo duradero, por lo conocido a través de la inteligencia y la contemplación del brillo veritativo del ser. En este contexto en el que las televisiones compiten por atraer y aparentar interés, los documentalistas descubrieron que se podía filmar toda la verdad de la vida del hombre sin apenas salir de casa. Se le llamó “documental de autor” al gesto de mostrar la acción de la vida humana desde un punto de vista subjetivo del cineasta. En el género del documental no hay cabida para las miradas estoicas, escépticas o cínicas que se atienen a los asuntos efectivos y anulan su propia conciencia. Al tratarse de experiencias humanas la objetividad en el documental es inalcanzable, en su lugar la argumentación depende del poder de invención para generar la sensación de conclusión o evidencia, son las pruebas artística de las que hablaba Aristóteles. El documentalista en su argumentación práctica comunica una verdad también práctica, el bien vital. Hace la verdad, hace el bien, porque posee un saber poético y práctico. El estatuto de los saberes corresponde a la autoridad epistemológica que le ha sido otorgada a quien sabe, en un ámbito determinado, incluyendo las proposiciones de valor.

Bibliografía GARCÍA-NOBLEJAS, Juan José. Medios de conspiración social. Pamplona: EUNSA, 1997. COCK PELÁEZ, Alejandro. Retóricas del cine de no ficción en la era de la post verdad. UAB, 2012.