La arqueología y las comunidades. Interpretación temática para la conservación del patrimonio cultural

June 24, 2017 | Autor: M. Guevara Chumacero | Categoría: Gestión Cultural, Gestión comunitaria del patrimonio, museos comunitarios
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Descripción

Guevara Chumacero, Miguel y Michelle Valdespín Valdés (2010), “LA ARQUEOLOGÍA Y LAS COMUNIDADES. INTERPRETACIÓN TEMÁTICA PARA LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL”, Memorias del I Congreso Iberoamericano sobre Patrimonio Cultural, San José Costa Rica.

LA ARQUEOLOGÍA Y LAS COMUNIDADES. INTERPRETACIÓN TEMÁTICA PARA LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL Miguel Guevara Chumaceroi Michelle Valdespín Valdés Resumen: El presente trabajo tiene por finalidad mostrar la forma en que se está trabajando la conservación del patrimonio arqueológico en la zona sur del Estado de México a través del trabajo con las comunidades locales, con la intención de que éstas participen en la conservación de esos bienes. Lo anterior mediante el desarrollo de una estrategia de interpretación temática que tiene por intención la concientización resaltando los valores que estos bienes contienen. Abstract: The present work has for purpose show the form in which one is working the conservation of the archaeological heritage in the south zone of the State of Mexico across the work with the local communities, with the intention of which these take part in the conservation of these goods. The previous thing by means of the development of a strategy of thematic interpretation that the concientización takes as an intention highlighting the values that these goods contain.

1. Antecedentes El presente trabajo, tiene como objetivo general y sustantivo presentar la forma en que se ha trabajado la gestión del patrimonio cultural arqueológico en el sur del Estado de México, enfocado a conservar y a crear conciencia de los valores de los recursos patrimoniales. Lo anterior bajo un enfoque de desarrollo sustentable que permita su uso adecuado a través de la regulación de los factores de afectación, evitando que se ponga en riesgo la facultad de satisfacer necesidades presentes y futuras. De esta forma se concibe la realización de lo que se conoce como proyectos comunitarios, que involucran la participación activa de las comunidades en la conservación de estos bienes patrimoniales.

Para el presente proyecto se considera trabajar con el patrimonio arqueológico de los Municipios de Tenancingo, Malinalco y Ocuilan en el sureste del Estado de México. Se ha elegido esta región debido a que, a través de la Universidad Autónoma del Estado de México, hemos efectuado labores de investigación arqueológica en los últimos cinco años, lo que nos ha ofrecido importantes datos sobre el grado de conservación y de las problemáticas particulares que presentan los vestigios arqueológicos. Estos Municipios, se localizan en el sureste del Estado de México ocupando en su conjunto una extensión de 690km cuadrados. La región es una zona transicional, localizada al norte de la provincia de la Depresión del Balsas, perteneciente a la Región Caribea del Reino Neotropical, caracterizada por diversas formas de relieve con gran variación de altitudes y estructuras geológicas. En general pertenece al ecosistema del bosque tropical caducifolio, en asociación con otras especies

vegetales

inducidas

(Pérez

y

Delfino

2005:

54-55).

Estas

municipalidades limitan con municipios del Estado de México como lo son Xalatlaco, Santiago Tianguistenco, Joquicingo, Zumpahuacán, Tenango del Valle y Villa Guerrero, así como con el Estado de Morelos. En esta región de gran diversidad geográfica se han reportado un total de 94 sitios arqueológicos, 32 en Ocuilan (De la Peña 2009; Jaramillo 1987; DRPMZ, INAH), 36 en Malinalco (Galván 1975; Jaramillo 1987) y 26 en Tenancingo (Palma 2009; DRPMZA, INAH), los cuales se ubican temporalmente con ocupaciones de grupos cazadores recolectores que se asentaron en los valles de Malinalco y Chalmita alrededor del año 3000 a.C. hasta 1521d.C., cuando la región estaba densamente poblada y dominada bajo el imperio tenochca. Lo anterior nos habla de una ocupación prehispánica continua de cuando menos 4500 años. Los antecedentes en materia de conservación del patrimonio arqueológico en esta zona del sureste del Estado de México se inician con la intervención del Estado en la restauración de la zona arqueológica del Cerro de los Ídolos en Malinalco, en la década de los años treintas. En la década de los ochentas con recursos del Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Fondo de Desarrollo Turístico de la Dirección General de Turismo del Estado de México se efectúan labores de

restauración, mantenimiento y re-acondicionamiento de la zona arqueológica de Malinalco. Esta intervención se debió para solucionar los daños que los elementos arqueológicos habían sufrido en las últimas décadas debido principalmente por factores ambientales y a la afluencia de visitantes. A nivel Municipal, como parte del Plan de Desarrollo Municipal de Malinalco 20012003, se tenía la pretensión de efectuar un Parque ecológico-cultural que incluyera los cerros Tepolica y La Ladrillera, en donde quedaría integrada la visita a las pinturas rupestres de Los Diablitos. A pesar de que este proyecto no prosperó, algunas de estas pinturas, en especial las pinturas rupestres de Las Caritas y Los Diablitos, son promocionadas para su visita turística en folletos turísticos de Malinalco, así como en la página web de promoción turística del Municipio (http://www.malinalco.net/espanol/turismo/intrepidos/intrepidos.htm)

y

por

empresas dedicadas a brindar recorridos ecoturísticos (http: //www.malinalco.net/ espanol/comercio/tepeyolotli.htm). La expresión rupestre en Malinalco es muy importante, no solo por su notable abundancia y valor estético, sino también porque es evidencia de la primera ocupación humana en la región. A la fecha no existen análisis profundos sobre el número de pinturas rupestres en Malinalco, solo se cuenta con un inventario parcial elaborado por Galván (1975) quien reporta seis conjuntos de pinturas rupestres en abrigos y cuevas de los cerros que rodean al valle. En el Municipio de Ocuilan se efectuaron estudios para la catalogación de sitios a lo largo del río Chalma (Jaramillo 1987), y a finales de la década de los ochentas se efectuó un proyecto por parte de Instituto Mexiquense de Cultura para la restauración y rehabilitación

del ex-convento (De la Peña 1989). En 2005 se

comenzaron las investigaciones arqueológicas por parte de la Licenciatura de arqueología de la UAEMex. El Municipio tiene un proyecto ecoturístico en el parque Tlatucapa, donde se localiza un importante sitio arqueológico, en donde las autoridades del Municipio están trabajando en colaboración con la Licenciatura de Arqueología. El Municipio de Tenancingo es aquel que muestra menor desarrollo en materia de patrimonio arqueológico. Solamente el Plan de Desarrollo Municipal de

Tenancingo 2006-2009 considera al cerro de La Malinche, como patrimonio cultural

y

por

tanto

queda

como

zona

protegida

(http://www.edomex.gob.mx/legistelfon/doc/pdf/bdo/bdo090.pdf). Además de estas labores, existen escasos estudios académicos en esta región enfocados a la evaluación del impacto del patrimonio cultural en la vida social y económica de estas comunidades (Guevara 2005; Muñoz 2007) y los cuales coinciden en que hay una escasa vinculación entre las poblaciones locales y el patrimonio arqueológico con el cual conviven diariamente. Así, este proyecto pretende atender el objetivo general vinculado a la protección del patrimonio arqueológico siguiendo como antecedente y eje de investigación a los proyectos comunitarios (para la definición de objetivos del proyecto véase el punto 4.1), que se han aplicado con éxito en trabajos de conservación del patrimonio cultural tangible. Un proyecto comunitario se enfoca especialmente en la toma de conciencia de la población local sobre la importancia de los restos patrimoniales y hace partícipe a la población sobre la conservación del patrimonio. Si consideramos que uno de los objetivos primordiales de la conservación del patrimonio arqueológico es que las poblaciones puedan conocer, mantener y recuperar su identidad histórica, entonces debemos trabajar en la ejecución de proyectos incluyentes, en los que se promueva la participación activa de la comunidad en la que se alojan los bienes arqueológicos. Las acciones excluyentes pueden conducir a un desinterés o incluso el rechazo hacia la colaboración. En muchos casos el patrimonio cultural suele resultar algo ajeno, o se le aprecia como un recurso económico complementario. Por el contrario cuando una comunidad se ha visto adecuadamente involucrada y se ha difundido los valores que éste encierra, pueden participar activamente en la conservación de su patrimonio. Esto lleva a la posibilidad de tomar en cuenta a esas comunidades dentro del quehacer de la conservación, con la necesidad de escuchar los puntos de vista de dichas poblaciones que, finalmente son los depositarios de los bienes culturales. Cuando el grupo está convencido de ser partícipe de esta expresión cultural, iniciará, por sí mismo los procesos de

acercamiento que, bien asesorados, puede llevar a resultados favorables (Cama 2001). Así lo que se pretende llevar a cabo de actividades de acercamiento que propicien un interés en las comunidades que lleve a la revaloración y recuperación de su patrimonio cultural y que pueda ayudar a la conservación de estos bienes (Noval 2003). A esta forma de trabajo se le denomina proyecto comunitario y para su realización se requiere de condiciones muy especiales, particularmente de una buena comunicación entre los especialistas y la comunidad, así como de organización y compromiso por parte de los involucrados (Schneider 2003). Vale la pena mencionar que la aplicación de esta clase de proyectos comunitarios han tenido buena aceptación y los resultados han sido alentadores.

2. Justificación El patrimonio arqueológico es un bien cultural no renovable. Su deterioro o destrucción significa la pérdida irremediable de los valores que contiene. En el país, se han documentado hasta el momento 40 000 sitios arqueológicos convirtiéndose en unos de los patrimonios históricos más ricos de la humanidad. Desafortunadamente este patrimonio se ha visto seriamente amenazado en las últimas décadas por distintos factores. Entre estos podemos citar el crecimiento demográfico que ha llevado a un acelerado proceso de urbanización, la tecnificación de los sistemas agrícolas y las prácticas de saqueo, lo cual ha conducido a que el deterioro y destrucción de los sitios arqueológicos sea una de las problemáticas presentes a nivel nacional. Como un ejemplo de este grave problema, podemos señalar que en los años sesentas se efectuaron investigaciones arqueológicas en la cuenca de México que documentaron cerca de 4000 sitios arqueológicos (Sanders et al. 1979). Sin embargo, veinte años después, este mismo equipo de trabajo realizó una evaluación del estado de conservación de estos asentamientos prehispánicos registrándose que cerca del 90% de éstos fueron sustancialmente modificados o totalmente destruidos.

El patrimonio arqueológico del Estado de México por supuesto no está exento de esta misma problemática. Los estudios de investigación arqueológica que hemos venido efectuando dentro de la UAEM en los últimos cinco años en el sureste del Estado de México, nos han permitido apreciar la gran riqueza arqueológica que posee esta zona del estado, pero también hemos podido observar el delicado estado en que se encuentran gran cantidad de los asentamientos. Hemos notado que hay deterioros significativos en las últimas décadas y esta situación avanzará si no se formulan o ponen en práctica programas de manejo que constituyan una alternativa. Hasta ahora, los proyectos arqueológicos efectuados en la Licenciatura de Arqueología de la UAEM han tenido por finalidad el registro e investigación, pero no se ha integrado un proyecto específico que englobe las estrategias para la conservación y protección de esos bienes patrimoniales. Por tal motivo se pretende que este proyecto cubra la necesidad de desarrollar estrategias y metodologías (las cuales expondremos posteriormente en el punto 5.1.-5.2.) que propicien la conservación del patrimonio arqueológico en el sur del Estado de México, específicamente en los Municipios de Tenancingo, Malinalco y Ocuilan. Dada la amplitud de este patrimonio, el presente proyecto se enfocará a aquellos recursos patrimoniales cuyo estado presenta mayor riesgo de destrucción dentro de un plazo corto. Malinalco Las pinturas rupestres de Malinalco son los bienes arqueológicos que se encuentran en un estado precario de conservación y en riesgo de destrucción. Ya habíamos señalado las pinturas de Los Diablitos y Las Caritas se ofertan como atractivo turístico en el Municipio. El espacio alrededor de las pinturas rupestres es utilizado por habitantes de la región de manera escasa para la convivencia o recreación, además de ser uno de los puntos visitados por compañías que ofertan actividades eco-turísticas Sin embargo no existe una infraestructura y planeación para la visita a estos motivos, además de que carecen de cualquier tipo de información para el visitante.

Lo anterior es debido en gran medida a que no hay análisis profundos por parte de los investigadores sobre su función o significado. Además el inventario elaborado por Galván (1975) es parcial y varias de las pinturas permanecen sin registro. La documentación sobre ellas con que cuenta el INAH es muy general y carecen de registro fotográfico. Sin embargo, lo más preocupante es el acentuado deterioro que presentan ya que en la actualidad no hay medidas de conservación que detengan el deterioro provocado por vandalismo, y por factores biológicos y ambientales como lo son microorganismos y escurrimientos de agua, a tal grado que varios de los motivos que Galván registró en los años setentas hoy en día han desaparecido completamente. En un estudio que realizó Muñoz sobre la importancia y significado que le otorgan las personas de Malinalco a los bienes culturales de la municipalidad, las pinturas rupestres ocuparon el penúltimo lugar en la importancia asignada, lo cual se refleja al ser el lugar que presenta la mayor frecuencia de personas que nunca lo han visitado en la lista de bienes patrimoniales. Son elementos que parecen no cobrar ninguna importancia para los pobladores de la comunidad (Muñoz 2007: 125). Tenancingo El sitio arqueológico de La Malinche es el asentamiento prehispánico más importante de esta municipalidad además de haber sido la cabecera indígena original de este territorio. El sitio no había sido sistemáticamente estudiado sino hasta este año que la Universidad Autónoma del Estado de México lleva a cabo un proyecto de investigación regional que incluye a este sitio (Palma 2009). Entre los aspectos significativos del sitio se encuentran construcciones arquitectónicas monolíticas talladas en la cantera del cerro (las cuales son escasas en Mesoamérica) y extensos relieves tallados en las paredes del cerro, sobresaliendo el petrograbado conocido como La Malinche, que es una representación monumental de la diosa Matlacueye. A pesar que el Municipio y el INAH han tenido la intención en variadas ocasiones de realizar trabajos de deslinde y protección del sitio, nunca se ha concretado. El asentamiento es recurrentemente visitado en especial por las fiestas del día del 3 de mayo y en años recientes se ofertan vuelos en parapente a escasos 300m de los límites del sitio arqueológico.

Los monumentos se encontraban en buen estado de conservación, sin embargo recientemente el grabado de La Malinche fue motivo de actos vandálicos y fue pintado en su base. La necesidad de difusión de la importancia de estos vestigios y el ordenamiento de las áreas de circulación para las visitas cada vez más constantes por las nuevas ofertas turísticas, es una necesidad apremiante en este sitio para conservar íntegras las características de los que fuera la cabecera prehispánica de Tenancingo. Ocuilan El sitio arqueológico del Castillo de la Reina es uno de los más importantes de la región. Se ubica en la cima del cerro del mismo nombre y había sido reportada su existencia por Romero Quiroz (1979) en los años setentas. Fue reportado en los estudios del Proyecto Malinalco por Jaramillo (1987) pero no se realizó un estudio amplio y sistemático hasta la intervención del proyecto Ocuilan por parte de la UAEMex (De la Peña et al. 2008). La problemática del sitio es grave. A pesar de ser un asentamiento monumental que posee plazas, escalinatas de acceso y edificios piramidales, ha sido motivo de innumerables saques. La pirámide principal, que en los reportes de Romero identifica esculturas de cabeza de serpientes rematando las alfardas de su escalinata, en la actualidad está totalmente destruida por pozos de saque, conservándose solo el 30% de la pirámide. Las esculturas también desaparecieron. Aún fragmentos de escultura que registramos en 2005, para 2008 habían desaparecido. Es apremiante establecer medidas de prevención con las autoridades y delegados del poblado de Chalmita, la comunidad más cercana, quienes han mostrado un notable interés por la conservación del sitio. Otro sitio importante en la región es Tlatucapa. Este asentamiento fue dado a conocer hace

cuatro años por las autoridades municipales, quienes están

desarrollando el Proyecto Eco-turístico Tlatupaca. Dado los profundos problemas sociales que existen en el Municipio debido a la tala clandestina, el Municipio inicio el proyecto contempla agroturismo, ecoturismo, torres de observación de aves, practicas de tiro y deportes extremos, entre otros atractivos, con fondos Federales.

Como parte de la visita se expone el sitio arqueológico que está enclavado en la sierra. Sin embargo para las labores de visita, el Municipio realizó la limpieza de vegetación en el sitio arqueológico exponiendo la arquitectura, lo cual puede traer problemas de estabilidad de los restos arquitectónicos. En la actualidad estamos trabajando con asesorías para la estabilidad del sitio y con la elaboración de cédulas informativas, mini-guías y cursos de orientación para los guías y custodios del parque en materia del patrimonio arqueológico.

3. Hipótesis o planteamiento del problema Partimos del principio que debe existir la identificación, valoración y apropiación del patrimonio por parte de las comunidades locales, solo entonces puede ocurrir la participación activa de la comunidad para que la conservación del patrimonio arqueológico sea posible. Las comunidades en la que se alojan los bienes arqueológicos deben observarse como una parte fundamental para estas labores de conservación. Por tal motivo debe conformarse en ellos un sentido de pertenencia vinculado a su comunidad y a su patrimonio, y con ello garantizar el interés por su desarrollo y conservación. Lo anterior solo será posible si como especialistas logramos difundir en ellos el valor que estos bienes poseen, a través de difusión, orientación y educación (véase el punto 5.1. y 5.2. de estrategias-procedimientos). Una vez que las comunidades se identifican con estos valores y reconocen la importancia de su conservación, entonces es posible el aprovechamiento del patrimonio cultural en beneficio del desarrollo económico y de la identidad de las comunidades. La preservación física y el entendimiento de los valores que le dan significado e importancia a estos bienes patrimoniales, pueden entonces permitir que sea una fuente de beneficio económico sostenible y compatible con su conservación, y en donde los habitantes locales pueden ser los primeros beneficiados, tanto cultural como económicamente. De esta manera promovemos la ejecución de proyectos incluyentes, en los que se promueva la participación activa de los grupos locales bajo la perspectiva de que

una adecuada protección del patrimonio arqueológico implica la planeación y ejecución de esta clase de proyectos integrales. 4. Objetivos: General y particulares Objetivo general 4.1. Promover la creación y desarrollo de alternativas para el uso y manejo del patrimonio cultural arqueológico bajo el enfoque de conservar estos recursos patrimoniales, especialmente mediante la creación de conciencia sobre los valores que este patrimonio contiene. Lo anterior bajo un enfoque de desarrollo sustentable que permita su uso adecuado a través de la regulación de los factores de afectación, evitando que se ponga en riesgo la facultad de satisfacer necesidades presentes y futuras. Objetivos particulares 4.1.1. Atender las tareas vinculadas a la protección del patrimonio arqueológico por medio de un Proyecto Comunitario que estimule la toma de conciencia sobre la importancia de los restos arqueológicos y haga partícipe a la población local sobre la protección de este patrimonio. 4.1.2. Fomentar la identificación entre las comunidades y su legado cultural, con la finalidad de que tomen conciencia de su riqueza y promuevan su conservación. 4.1.3. Proporcionar

una

serie

de

disposiciones,

tanto

legales

como

la

implementación de asesorías y acciones que permitan usar más eficientemente los recursos además de atender las problemáticas principales que ponen en riesgo la integridad de los sitios. 4.1.4. Trabajar con las organizaciones y autoridades municipales y locales para definir políticas y estrategias en pro del turismo cultural pero bajo ejes de desarrollo sustentable. 4.1.5. Reforzar la formación académica de los estudiantes de las licenciaturas de arqueología y turismo de la UAEM a través de la participación activa en las distintas etapas del proyecto. 4.1.6. .Fortalecer el programa educativo de la licenciatura en arqueología que imparte en la UAEM.

4.1.7. Obtener como resultados de la investigación la producción de tesis por parte los alumnos, organizar conferencias y seminarios, así como la presentación de los resultados en simposios, congresos y artículos.

5. Metodología Siendo conscientes de que una intervención de la conservación patrimonial comunitaria debe generar confianza, promoción social, participación para la preservación, diálogo entre la comunidad y los investigadores, organización y trabajo conjunto (Tenopala 2001), la propuesta central de este proyecto comunitario es la de hacer partícipe a la población en la conservación de su patrimonio. Por otro lado en la actualidad es cada vez mayor la forma en que diversos grupos sociales demandan una participación activa en el tratamiento y administración de los bienes patrimoniales que son considerados como un recurso estratégico para el desarrollo económico de las comunidades (Álvarez 2006: 32). En estos términos pensamos que la gestión puede resultar un instrumento metodológico operativo para el desarrollo sustentable del patrimonio arqueológico. En el caso del patrimonio cultural, hay una vertiente que llega a considerarlo como una categoría económica que debe ser administrada únicamente como un recurso. El presente proyecto se apega a una visión distinta que vincula la explotación y el crecimiento económico y social de estos recursos, pero conjugados con objetivos de conservación, postulando lograr una conservación racional y equilibrada de los recursos mediante el desarrollo sustentable. El desarrollo sustentable es definido como según el Informe Bruntlend de la ONU (1990: 9) como “la capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”. Así se estipula la capacidad de usar y gozar de un recurso sin degradar la capacidad de su disfrute presente y futuro, entendiendo que la mejor manera de conservar un recurso es utilizarlo racionalmente (Álvarez 2006: 35; Tudela 1997: 66). De esta manera el proyecto

promueve

la

gestión

de

bienes

patrimoniales,

arqueológicos, bajo un enfoque de desarrollo sustentable.

en

este

caso

Consideramos las siguientes dos estrategias-procedimientos como fundamentales para una gestión óptima para el patrimonio arqueológico de la región que estudiaremos: 1. La incorporación de planes de manejo de sitios patrimoniales. 2. La integración de tesis interpretativas-temáticas.

5.1.Planes de manejo El plan de manejo tiene por objetivo metodológico integrar y supervisar todas las actividades que se realizan en el sitio, desde la investigación, conservación, difusión, presentación y atención a los visitantes, hasta los procesos sociales y económicos involucrados. Los planes de manejo tiene su origen en las propuestas de la llamada Carta de Burra, adoptada por el ICOMOS Australia (1999). En este documento se destaca el papel de la conservación de los sitios que presentan un contenido cultural como un proceso social dependiente de los valores que le dan significado e importancia para las sociedades, y se propone que estos deben ser conservados debido a que enriquecen la vida de los pobladores al establecer vínculos de comunicación entre la comunidad y el paisaje del pasado y el presente. Además, los planes de manejo buscan establecerse como instrumentos operativos de la sustentabilidad. Dado que el reconocimiento de los valores y su conservación sustentable, son los ejes rectores para la toma de decisiones a partir de este instrumento es necesario enfatizar estos aspectos a través del segundo recurso metodológico.

5.2. Tesis interpretativas-temáticas Uno de los aspectos fundamentales de un proyecto comunitario es, como hemos señalado, el reconocimiento de los valores que contiene un bien y la plena identificación de las poblaciones con el patrimonio. Lo anterior significa que debemos realizar una labor de difusión precisa para hacer, en primer lugar, comprensible los bienes patrimoniales y posteriormente ser capaces de crear una noción de conciencia, reflexión y compromiso. Requerimos entonces una

estrategia que nos permita sintetizar la complejidad que generalmente encierra esta forma de patrimonio para hacerla difundible de manera exitosa. Debido a que es necesario que la difusión de los valores que deseamos resaltar se realice de manera eficiente (Jiménez 2001: 99), esta estrategia

de tesis

interpretativa temática permite traducir los conocimientos del ámbito científicoacadémico hacia el lenguaje de los receptores. Es una estrategia que fue desarrollada por Tilden (1977) para la conservación de recursos forestales en Norteamérica y se ha introducido en arqueología a raíz de la necesidad de involucrar al público usuario en la conservación del patrimonio arqueológico (Gándara 1998). De esta manera al comprender los contenidos, los receptores, en este caso los pobladores de las comunidades, pueden crear nuevos vínculos de valoración sobre los elementos que el patrimonio cultural arqueológico. En resumen, la planificación para la gestión sustentable de los sitios siguiendo estos elementos incluye el siguiente esquema de actividades (basado en Magar y Orea 2002: 327): 1. Identificar los objetos de conservación y fijar las metas vinculada a ellos. 2. Definir los marcos (ecológicos, humanos, culturales) en que se encuentran los objetos. 3. Determinar las fuentes y los efectos de las amenazas que pesan sobre los bienes. 4. Evaluar la postura de los grupos o individuos (análisis de actores) que hacen uso de los objetos o influyen en ellos, así como reconocer los valores que la sociedad le asigna a los bienes culturales. 

En este punto es importante identificar al receptor dado que hay que adecuar el lenguaje y el sistema de valores mediante el cual conciben al Patrimonio Arqueológico. Para ese fin es necesario realizar estudios de público o de los actores que nos permita conocer ese perfil. Lo anterior implica la elaboración de encuestas y entrevistas dirigidas.

5. Desarrollar estrategias de conservación para combatir las fuentes de amenaza y contrarrestar sus efectos. Este punto estaría conformado por las siguientes actividades: 

Detener el efecto negativo que pueda propiciar el entorno cultural inmediato con base en estudios de efecto.



Realizar talleres de reflexión y capacitación para los habitantes de la zona.



Marco legal, en donde se difundirán y pondrán en efecto los elementos legales que protegen esta forma de patrimonio. Esto se logrará mediante la coordinación entre diversas instancias de gobierno y sociedad civil. Serían labores encaminadas al trabajo conjunto entre las secretarías, instituciones y asociaciones civiles y culturales con miras a la creación de convenios que permitan el conocimiento y ejercicio de las normas establecidas por el INAH a nivel general y particular, bajo los lineamientos de la Ley Federal de 1972 sobre protección de bienes arqueológicos y su reglamento.



Conocer la calidad de la infraestructura y servicios en los sitios y si son apropiados para los requerimientos de conservación. Si no existen estos medios, promover su desarrollo e implementación mediante la creación de infraestructura necesaria para cada sitio, esencialmente en cuanto a protección física de los bienes y las rutas de acceso.



Incorporar a las comunidades en la vigilancia y el mantenimiento del sitio, haciéndolas concientes del valor del mismo. Lo anterior se pretende

mediante

juntas

informativas

con

los

miembros,

representantes y autoridades de la comunidad y creando lazos con la población a través de los cursos y talleres especialmente con la población joven. De igual manera trabajar mediante asesorías con las organizaciones civiles que hemos contactado en algunas comunidades y

que

están

arqueológico.

interesadas

en

la

conservación

del

patrimonio



Varios de los recursos y medios que utilizaremos para la difusión del valor de estos recursos culturales son los siguientes: juntas informativas, cursos, talleres, conferencias, exposiciones mediante carteles, así como la elaboración de guiones, miniguías y cédulas de visita. Para que estos recursos tengan efectividad en la creación de conciencia, reflexión y que además motiven la participación, se realizarán bajo tesis de la interpretación temática.



La difusión de información de actividades de conservación podrá realizarse mediante guiones de tesis temáticos-interpretativos que se presentarán en medios impresos y también multimedios. Los medios impresos se difundirán en espacios públicos como módulos de turismo, en

escuelas,

instituciones

públicas,

y

en

los

propios

sitios

arqueológicos que ya son visitados. La difusión multimedia ocurrirá a través de la creación de blogs que contendrán la difusión de la información de los sitios y expondrá los valores que se desean resaltar y conservar. De igual manera se contribuirá en blogs y páginas web que existen en las comunidades en donde se exponen los recursos culturales y bióticos que estas poblaciones contienen. 

Difundir y dar a conocer estos bienes patrimoniales a la sociedad mediante programas controlados de visitas. Tales visitas, están enfocadas a distintos grupos sociales y de edad de las propias comunidades con la finalidad de sensibilizarlos mediante experiencias de primera mano (Tilden 1977) sobre el valor de la protección de los sitios.



Generar un programa de manejo del sitio aceptado por los actores relacionados con la preservación de los recursos, vinculando a la población local con éstas y otras actividades que se desarrollen en el sitio (como lo es actualmente el turismo de deporte extremo, turismo de aventura,

ecoturismo

y

senderismo),

y

aplicar

los

beneficios

económicos obtenidos en tareas de mejoramiento de la región.

Estas acciones pueden permitirnos formular proyectos viables de desarrollo que den a las comunidades aledañas opciones y alternativas para el aprovechamiento racional de los recursos culturales con los que cuenten.

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