La Ambición de Hermes: Los Juegos Olímpicos y su discurso tecnologíco de producción y difusión audiovisual

August 24, 2017 | Autor: E. Fernandez Peña | Categoría: Media Studies, Sports History, Olympics and Olympism, 2012 London Olympics
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Descripción





VII

LA AMBICIÓN DE HERMES: LOS JUEGOS OLÍMPICOS Y SU DISCURSO TECNOLÓGICO DE PRODUCCIÓN Y DIFUSIÓN AUDIOVISUAL

Emilio Fernández Peña (Centre d'Estudis Olímpics i de l'Esport de la U. Autónoma de Barcelona-España-)
Nati Ramajo Hernández (Centre d'Estudis Olímpics i de l'Esport de la U. Autónoma de Barcelona-España-)


1. Introducción

Desde el primer congreso inaugural del moderno Movimiento Olímpico en la Universidad de la Sorbona en 1894 hasta la actualidad, la cultura olímpica se ha diseminado al socaire de los desarrollos en materia de comunicaciones y los Juegos Olímpicos han sido centro de experimentación y también de promoción de nuevas tecnologías de la comunicación (Moragas et al, 1995; Llinés y Moreno, 1999). Los Juegos Olímpicos son el principal mega evento deportivo en las sociedades contemporáneas. Es su alcance global el que los convierte en el espectáculo mediático más seguido y son las tecnologías de transmisión, principalmente de telecomunicaciones, las que hacen llegar la señal de televisión y los servicios de internet a los hogares de todo el globo y las tecnologías de producción audiovisual, las que crean los contenidos que son transmitidos a esos hogares.
En el presente trabajo profundizaremos en el discurso que sobre la tecnología de producción y difusión audiovisual (radio, televisión e internet) se ha construido en torno a los Juegos Olímpicos de la era moderna, iniciados en Atenas en 1896 y cuya última edición ha tenido lugar en Londres en 2012. Propondremos una cronología de los diferentes estadios en la incorporación de las tecnologías a los Juegos, analizando la visión que de la tecnología se proyecta desde el discurso institucional de los Juegos Olímpicos.

2. Una tecnología humana

El inicio del pensamiento occidental en la antigua Grecia marca la primera de las grandes reflexiones entre la tecnología audiovisual y los seres humanos. La alegoría de la caverna de Platón (Platón, 2005) constituye el primer eslabón de la creación teórica en torno a las tecnologías de la representación, la construcción de la realidad por los medios, la creación y la reproducción de mundos virtuales y el conocimiento. Los seres humanos viven en un mundo de sombras, reflejo indirecto en un muro de la luz de una hoguera de estatuas, de figuras, que alguien a quien no pueden ver los cautivos, les va pasando. No aprecian la realidad en su esencia, sino una visión mediada, indirecta y artificial de ella. Cuando un hombre consigue desatarse de las cadenas que le atenazan, salir de la cueva y contemplar directamente el mundo iluminado por el sol, es consciente de las limitaciones del mundo de sombra en el que vivía y que sus excompañeros siguen interpretando como la verdadera realidad. En ese punto, trata de volver a la cueva para liberarlos de sus cadenas, para que puedan contemplar el conocimiento directo y reflexivo del mundo inteligible, contrapuesto al mundo sensible contemplado en la caverna. Esta alegoría platónica ha encontrado una moderna representación audiovisual en la película Matrix (1999) de Larry y Andy Wachowski, una prueba más de que las respuestas a nuestros problemas actuales están en los clásicos.
Para Molinuevo, "el drama hoy de la caverna digital es que tampoco somos capaces de conocerla porque no la reconocemos. Vivimos en un mundo de imágenes sin saberlo. Porque, después de Platón, la civilización occidental ha sido educada escolar y académicamente en un mundo de esencia y no de apariencias. Pero la educación sentimental, fuera de ese ámbito, hace tiempo que consiste básicamente en una educación en las imágenes. Hace tiempo ya que quien educa es la palabra, pero quien forma es la imagen" (Molinuevo, 2004. Pág. 22 y 23). Creemos, sin embargo, que en las sociedades actuales las imágenes diseminadas por los medios tienen un poder mucho mayor que el otorgado por Molinuevo. Desafortunadamente la palabra educa mucho menos de lo que Molinuevo postula. Los medios, banalizadores y simplificadores de una realidad cada vez más compleja, han contribuido como un elemento más a la ruptura del canon educativo occidental humanístico, tal y como señala Sloterdijk (2006) quien, por otra parte, pone en severa cuestión la vigencia del término y sus conceptos esenciales. Sin embargo, este debate nos desviaría demasiado de nuestro tema.
El pensamiento de Heidegger con respecto a la tecnología está profundamente relacionado con su teoría matriz del ser. El autor se pregunta por la esencia de la tecnología que es diferente a lo tecnológico. De hecho, Heidegger habla en una primera acepción de tecnología como de medios para nuestros fines. Esta razón instrumental no es equivocada, pero no nos lleva a la esencia respecto a lo que es la tecnología. Para el autor alemán la esencia de la tecnología está en todas nuestras actividades para propuestas tecnológicas, éstas que ocurren en nuestro mundo donde todo está encuadrado como parte del almacén de las cosas disponibles. Encuadre (enframing en el original inglés; gestell en alemán) es entonces la esencia de lo tecnológico. Para Heidegger esa búsqueda frenética de metas definidas a través de la razón tecnocientífica es el gran peligro de nuestra época (Scharff y Dusek, 2003). A pesar de la complejidad del concepto de Heidegger, de sus dificultades de interpretación y su carácter sistémico, vinculado con sus conceptos base de ser y tiempo, nos parecía interesante mencionarlo, siquiera como una aproximación reciente de ir más allá, de interpretar en clave humana un fenómeno que nos envuelve y del que la razón práctica, tan presente en estos días, nos limita sobremanera en el intento de trascender más allá de lo que vemos, usamos o nos influye.

3. Postmodernidad y tecnología

El fin de los grandes relatos (Sloterdijk, 2010) o de la idea de progreso ha marcado el inicio de la llamada posmodernidad en las décadas finales del siglo XX. Constituye un hecho paradójico que, justo cuando la humanidad alcanza el mayor grado de desarrollo tecnológico, se instale un pensamiento pesimista que cuestione esa idea de progreso constante, gracias al desarrollo de la técnica y el conocimiento. Pero esa visión pesimista no deja de estar conectada con la falta de trascendencia, esa falta de conexión entre el avance tecnológico y lo humano, sus reales necesidades, sus anhelos y la nula vinculación con lo más profundo del ser que se produce en las sociedades actuales. En esta línea, los medios como extensiones de los sentidos que propugnaba McLuhan encierran un intento teorizador que busca destacar el carácter humano de los desarrollos tecnológicos a la hora de comunicar. Sin embargo, "el ser humano se ha entendido no desde sí mismo, sino desde fuera" (Molinuevo, 2004. Pág. 16) y quizás esté ahí la base de la falta de humanización de las tecnologías que nos rodean y que nos moldean.
Bajo el paraguas de hipermodernidad, Lipovetsky y Sébastien (2006) hablan de un proceso de individualización que se plasma en el consumo mediático y en un gusto inusitado por todo lo que represente una novedad, lo que los autores definen como neofilia. Consumimos todo lo que es nuevo, por el mero atributo de su novedad. Manovich (2001) establece una salvedad entre los viejos y los nuevos medios. Conectando con Lipovetsky y Sébastien, Manovich dice que frente a la estandarización de los contenidos producidos por los medios tradicionales, los nuevos medios apuestan por una personalización de los productos mediáticos producidos por las tecnologías, una personalización en la que, sin embargo, los ordenadores tienen un papel preponderante, pero que permite a los individuos recibir información de su gusto y crearla desde sus perfiles personales, en una visión optimista de unos nuevos medios que siguen, de momento, sin humanizarse, a pesar de que han traído notables avances.
Para Vicente Verdú (2003) -que bautiza la posmodernidad con el nombre de Capitalismo de Ficción- vivimos en una sociedad en la que la imagen que se proyecta, las apariencias de una realidad construida por los medios, es más importante que la propia realidad, retomando una vez más el idealismo platónico del mito de la Caverna. Verdú es, sin duda, heredero del pensamiento de Baudrillard (2005) para quien, en una primera fase, el fin de la era postindustrial sustituyó la importancia de la producción de bienes por un nuevo esquema de simulación, de signos, en el que los medios adquirieron un papel preponderante. Baudrillard evoluciona más tarde hacia una visión extrema de la nueva sociedad implementada por los medios y la virtualización: "the saturation of the world, the technical saturation of life, the excess of possibilities, of actualization of needs and desires, how are we to believe in reality once its production has become automatic" (Baudrillard, 2005. Pág. 19). Una visión pesimista de las distintas mutaciones fruto de la técnica que lleva del poder de los símbolos a la eliminación de la realidad y su sustitución por una realidad virtual en la que la sustancia simbólica ha sido aniquilada y cambiada por una realidad de hechos, un universo positivo desencantado, un mundo que es "as factual as ready-made"(Baudrillard, 2005. Pág. 25).

4. El momento de la deshumanización

El surgimiento de los paradigmas científicos en el siglo XVII producen, de acuerdo con Tarnas (2007), un gran cambio de mentalidad basado en la separación entre los humano y su entorno, la naturaleza. Este cambio se basa en un modelo racional científico y mecanicista, explicado en un modelo lineal de causa y efecto, conocido como modelo cartesiano. Es por ello que el mundo, siguiendo a Tarnas, se desencanta, pierde su dimensión espiritual. Redundando en este hecho, Gebser (2011) dice que es el surgimiento de la cultura artesana el momento clave de esta separación entre el hombre y su entorno. El ser humano agricultor y ganadero, en contacto con la naturaleza, "desplaza el acontecer viviente a la materia, a las cosas palpables y aprensibles espacialmente (...) el hombre formaba al ser vivo: a los animales y a las plantas; como artesano, el hombre sólo formaba objetos o herramientas muertas. La cultura natural se ve sustituida por la cultura artificial" (Gebser, 2011. Pág. 438). El mundo anterior a la revolución científica es animado: es el imperio de los signos y símbolos. En esta visión precientífica existe una continuidad o correspondencia entre el mundo exterior y el mundo interior." La psique humana está engastada en la psique del mundo"(Tarnas, 2007. Pág.43)
El Olimpismo moderno se incardina en dos mundos. Sus símbolos y ritos, el fuego que se enciende en Olimpia con la luz del sol y se traslada a la ciudad organizadora de los Juegos, los ritos de homenaje a los campeones en la entrega de medalla, son elementos de ese pasado pre-artesano, en el que existe una continuidad entre el microcosmos del hombre y el macrocosmos del universo. El marketing, la tecnología de creación y distribución audiovisual, se queda del lado de la modernidad postindustrial y deshumanizada. En el discurso oficial domina, de momento, la visión moderna, aunque el sustrato simbólico, ritual y de los valores positivos del deporte olímpico mantienen la esperanza de una humanización moderna que quizás esté por llegar.

5. Juegos Olímpicos y tecnología: una propuesta de cronología

La cronología aquí expuesta sigue una visión práctica y se construye a partir de las narraciones institucionales del Comité Olímpico Internacional en todas sus manifestaciones, tales como informes de márquetin y de medios o secciones de historia del Olimpismo ofrecidas en la página web del Comité Olímpico Internacional (Olimpic.org). La cronología propuesta es la siguiente:
En primer lugar, la prensa, el cine, la radio y el revival de los Juegos Olímpicos (1894-1932); a continuación, el nacimiento de la televisión y el camino hacia la internacionalización mediática de los Juegos (1936-1960); en tercer lugar, los Juegos Olímpicos globales (1964-1992); para terminar con la era de los nuevos medios y la profundización en la comercialización (1996-2012).

5.1. La prensa, el cine, la radio y el revival de los Juegos Olímpicos (1894-1932)

Sería imposible entender el Olimpismo moderno, su expansión mundial, sin la relación de simbiosis entre los medios y el Movimiento Olímpico desde un primer momento (Fernández Peña et al., 2011). Las reflexiones teóricas, la labor pedagógica de Pierre de Coubertin (Müller, 2011) y la celebración de los Juegos Olímpicos se apoyan desde los inicios en el papel de los medios como soportes y difusores de la iniciativa. Coubertin (1894) califica a quienes se reúnen en el primer congreso Olímpico, en el que se crea el Comité Olímpico Internacional y se acuerda la celebración de los primeros Juegos Olímpicos modernos, como "rebeldes" que intentan romper con las dinámicas conservadoras de la vieja academia. Al final de su discurso, Coubertin agradece a la prensa su apoyo: "we are rebels and that is why the press which has always supported beneficent revolutions has understood and helped us - for which, by the way, I thank it with all my heart" (Coubertin, 1894. Pág. 394).
Otra tecnología de comunicación, que nace de forma casi simultánea a la creación del Comité Olímpico Internacional, el cinematógrafo (1895), será la primera tecnología en registrar y reproducir imágenes en movimiento de los Juegos Olímpicos, poniendo las bases del lenguaje y las formas de expresión de la televisión. De los primeros Juegos Olímpicos en Atenas en 1896 no se conocen imágenes grabadas de cámara de cine alguna, aunque sí se registraron imágenes de los Juegos de París en 1900, a pesar de que el Comité Olímpico Internacional no disponga de ellas, y de los de Atenas en 1906 (Ginés y Moreno, 1998. Págs. 15-17). Londres 1908 nos dejó el primer registro de dos pruebas deportivas, el lanzamiento de disco de Martin Sherindan y la prueba de salto de altura de George Andre (COI, 2013). La primera película de los Juegos como evento deportivo se realiza en Estocolmo 1912, de los que el Comité Olímpico Internacional ofrece en su página web 24 vídeos de corta duración, todos ellos de diferentes pruebas deportivas.
La radio, que había comenzado emisiones en diversos países en los primeros años 20, no se asienta en los Juegos de forma definitiva hasta los Juegos Olímpicos de 1936, momento de la primera retransmisión televisiva, con emisiones regulares y transoceánicas, aunque en Ámsterdam 1928 y Los Ángeles 1932 existen retransmisiones radiofónicas. La primera razón de esa carencia es de índole técnico, la inexistencia de cables transoceánicos y de una tecnología de emisión desarrollada para largas distancias. La segunda, y quizás más importante, fue la presión de los editores de periódicos en el Reino Unido y de los estudios de Hollywood, junto a las restricciones del comité Organizador, temerosos de que la presencia en directo de la radio restase peso a la venta de entradas (McVoy, 1997; Ginés y Moreno, 1998).

5.2. El nacimiento de la televisión y el camino hacia la internacionalización mediática de los Juegos (1936-1960)

Los Juegos Olímpicos de Berlín marcan el inicio de la era de la televisión. Con tres cámaras en el estadio Olímpico de Berlín se realiza una transmisión en circuito cerrado a 21 auditorios situados en el mismo Berlín, Potsdam y Leipzip. Es un visionado colectivo de la nueva tecnología audiovisual, que se parece en eso al cinematógrafo. Sin embargo, ya asistimos al concepto de telecomunicación: el envío de imágenes a distancia a través de ondas hertzianas, que responde a su significado etimológico, a la visión de lejos. Se había inventado la tecnología, que debía ser perfeccionada, pero los usos sociales del medio no se asentarán hasta más de dos décadas después. Las innovaciones no vienen solas y, paralelamente, la realizadora alemana Leni Riefenstahl realiza la película Olimpia (1938) donde introduce innovaciones de expresión audiovisual que serán trasladadas más tarde a la televisión: colocación de cámaras cenitales, utilización de la cámara lenta y uso de cámaras que en su movimiento siguen la progresión de los deportistas. Éstas son algunas de las innovaciones que más adelante serán consideradas estándar en las retransmisiones televisivas deportivas.
Tras la interrupción de los Juegos por la Segunda Guerra Mundial continua el desarrollo del medio, no sólo gracias a su mejora tecnológica, sino porque se convierte por primera vez en una fuente de ingresos para la familia Olímpica. Así, en Londres 1948 se retransmiten los Juegos a través de ondas hertzianas a un reducido ámbito alrededor del estadio Olímpico (50 millas). La gente ya podía ver la televisión en sus hogares, aunque eran pocos los británicos que disponían del aparato (la cifra se sitúa alrededor de los 80.000 hogares). Ese año, la BBC pagó por primera vez en la historia 80.000 guineas por retransmitir los Juegos.
Italia es el centro del Olimpismo a finales de la década de 1950. Los Juegos de Cortina d'Ampezzo son los primeros de invierno en ser retransmitidos por televisión. En 1960, en los Juegos de Roma, las retransmisiones comienzan a ser internacionales. En total, 18 países europeos recibieron las señales en directo a través de Eurovisión y esos mismos Juegos pudieron verse en diferido en Estados Unidos, Canadá y Japón, sólo horas después. Los Juegos de Roma son los Juegos de otra gran innovación: el magnetoscopio, que permite grabar y reproducir sonidos y ofrecer repeticiones de la actividad registrada.

5.3. Los Juegos Olímpicos globales (1964-1992)

En Tokio 1964 se produce la primera retransmisión por satélite de los Juegos, paso hacia lo que podría considerarse como los Juegos globales. Durante esos Juegos también se realizaron las primeras experiencias de televisión en color. También son los Juegos de la repetición en cámara lenta, gracias al desarrollo de los sistemas de grabación magnética con magnetoscopios. En Munich 1972 los avances en la tecnología permiten tener cámaras más ligeras y de menor tamaño. El inicio del mandato de Juan Antonio Samaranch en 1980 es la apuesta por la comercialización de los Juegos Olímpicos mediante el aumento de la capacidad recaudatoria por derechos televisivos a través de la televisión norteamericana. Para imprimir estabilidad a los ingresos, independientemente de la ciudad de celebración, Samaranch decide negociar acuerdos a largo plazo y, siempre que fuera posible, antes de que se supiese el nombre de la ciudad organizadora de los Juegos, al menos siete años antes de esa fecha (Fernández Peña, 2009). Se introducen cámaras robóticas que posibilitan nuevos planos, más cercanos a los deportistas, lo que permite hacer llegar a los hogares la emoción de la competición y enriquecer con nuevas perspectivas la creación audiovisual del deporte para la televisión. Siguiendo con los avances de la técnica, en Los Ángeles 1984 se usa la fibra óptica para transmitir la señal desde el lugar en que se desarrolla el acontecimiento deportivo al centro de control de televisión, y ya en Barcelona 1992 se utilizan vídeos digitales y se introduce la alta definición.

5.4. La era de los nuevos medios y la profundización en la comercialización (1996-2012)

El nacimiento de la World Wide Web en 1993 deja a los Juegos de Barcelona sin el concepto de internet popular que constituye la web. Pero el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 ofrece ya una página web con resultados deportivos e información útil que recibe 185 millones de visitas durante esos Juegos. El Comité Olímpico Internacional había creado su página web un año antes. Sin embargo, no será hasta los Juegos de Atenas en 2004 cuando se ofrezca finalmente audiovisual por la red. La cadena norteamericana NBC comenzó a ofrecer a través de su página web resúmenes de las competiciones y clips que podían ser recibidos a través de internet. El mandato de Rogge, sucesor de Juan Antonio Samaranch a partir de julio de 2001, es el de la promoción de la competencia en la pugna por los derechos televisivos (Payne, 2006) y la vuelta de los consultores y asesores a Laussane, ante la complejidad de la nueva situación de enorme competencia, sobre todo en el caso de un mercado norteamericano con cinco networks en liza. También es el periodo de la introducción de la apuesta de las televisiones en la promoción de los valores Olímpicos y sus símbolos. Un compromiso que aporta un nuevo valor cualitativo en la competición por la adquisición de los derechos audiovisuales.
Por otra parte, es el de la combinación de derechos de televisión y esponsorización: NBC ofrece en la negociación de 2003 la entrada de su accionista General Electric como TOP Sponsor con una propuesta de 200 millones de euros hasta 2012 (Payne, 2006. Pág. 63). Ha sido también la fase de aumento de la cobertura de los Juegos, con una adaptación al entorno multicanal de los grandes grupos multimedia, combinando las retransmisiones en los canales generalistas con otras en canales especializados en deportes, que en el caso norteamericano se extiende mucho más. En concreto, la cadena norteamericana NBC ha utilizado 9 canales de televisión diferentes para la retransmisión de las ceremonias y las distintas pruebas deportivas: NBC, CNBC, MSNBC, USA, Telemundo (en español), Universal HD, Oxygen, y dos nuevos canales multiplexados digitales de la propia NBC que en ocasiones ofrecían la misma programación durante diferentes momentos del día.
En Pekín 2008, gracias al acuerdo con Youtube, el Comité Olímpico Internacional ofrece la retransmisión en abierto de todos los Juegos a través de esta plataforma de Google a 78 países de África y Asia, países en los que ningún broadcaster había mostrado interés a la hora de comprar los derechos audiovisuales. Son los Juegos también de la primera retransmisión totalmente en alta definición. En Vancouver 2010 la familia Olímpica se estrena en las redes sociales, inaugurando sus páginas en Facebook y Twitter. Finalmente, Londres 2012 se convierten en los Juegos de la consolidación de la familia Olímpica en la llamada internet social y la creación del llamado Hub de deportista que centraliza las presencias en Facebook y Twitter de todos los competidores en los Juegos. En materia de televisión, los Juegos de Londres son los primeros retransmitidos en 3D, en concreto, se realizan 300 horas de retransmisión con esta tecnología.

6. El discurso tecnológico y la esencia del Olimpismo

La visión institucional de los medios del Comité Olímpico Internacional se construye a través de los informes de las diferentes ediciones de los Juegos, en primera instancia, y de las más recientes publicaciones de marketing, en las que se explica el papel de las televisiones en la difusión de los Juegos, su financiación y la distribución de los ingresos, entre otras cuestiones. La historia de los Juegos que ofrece el Comité Olímpico Internacional es una historia cronológica de hitos, deshilvanados, orientada por la narrativa de las primeras veces: la primera retransmisión de televisión, la primera vez que se cobra por los derechos televisivos… Es un conjunto de ítems que acompaña los documentos de marketing y aquellos destinados a los medios de comunicación y que también está presente en su página web Olympic.org.
Esta visión institucional igualmente se ha vertido en exposiciones organizadas en el Museo Olímpico, como la titulada "Broadcasting the Olympics" (1998), organizada en Lausana entre el 20 de octubre de 1998 y el 18 de abril de 1999. Es una visión de la evolución de las tecnologías de la televisión que se centra también en hitos y explica el funcionamiento técnico de los nuevos aparatos: las tecnologías de telecomunicaciones, de grabación, de almacenaje, de distribución. Más adelante se detiene en las novedades tecnológicas introducidas en cada edición de los Juegos Olímpicos. El discurso de los ingenieros y de los centros de marketing de la organización se filtra en cada una de las manifestaciones institucionales de la organización. En poco se diferencia este discurso oficial del de una organización empresarial global cualquiera. Sin embargo, con estas afirmaciones no postulamos aquí una vuelta a los tiempos de Coubertin, un retorno a la "pureza" de los orígenes, sino una sabia combinación de las estrategias funcionalistas y pragmatistas, que han dado extraordinarios resultados desde el punto de vista económico, de eficiencia, incluso de diseminación de los ideales Olímpicos, mediante el uso de los medios audiovisuales con una humanización del enfoque que a ellos se da. En este sentido, la academia, las universidades podrían ayudar mucho. Esta visión funcionalista y pragmatista ha borrado todo interés desde la organización por aquel tipo de investigación que no tenga una aplicabilidad directa y unos resultados inmediatos y palpables en el funcionamiento diario del Movimiento Olímpico. El discurso sobre las innovaciones tecnológicas y el uso de la tecnología audiovisual no es más que un continuo de clima cultural pragmatista en el que se ha envuelto el Olimpismo. Más reflexión, una apuesta por la investigación básica y por el pensamiento humanístico sería necesaria para compatibilizar la ineludible modernización de la gestión del Movimiento Olímpico, que desde 1980 ya se está produciendo, con la búsqueda de recursos financieros indispensables que ayuden al desarrollo del deporte base, sobre todo en los países en vías de desarrollo, y con una visión humanizada que conecte la brillante gestión funcionalista del presente con las raíces culturales del Olimpismo para seguir ayudando a mejorar al orbe a través del deporte.

7. Bibliografía

Libros:

Baudrillard, Jean (2005): The intelligence of evil of the lucidity pact. Berg. New York.
Comité Olímpico Internacional (1999): Broadcasting the Olympics. Diffusion des Jeux Olympiques. IOC. Lausana.
Fernández Peña, Emilio; Cerezuela, Berta; Gómez Benosa, Miquel; Kennett, Chris y Moragas, Miquel (Eds.) (2011): An Olympic Mosaic: Multidisciplinary Research and Dissemination of Olympic Studies. CEO-UAB: 20 Years. CEO-UAB y Ajuntament de Barcelona. Barcelona.
Gebser, Jean (2001): Origen y Presente. Atalanta. Girona
Lipovetsky, Gilles y Sébastien, Charles (2006): Los Tiempos Hipermodernos. Anagrama. Barcelona.
Manovich, Lev (2001): The language of New Media. MIT. EE.UU.
Moragas, Miquel de; Riverburgh, Nacy K.; Larson, James F. (1995). Television in the Olympics. John Libbey. Londres.
Molinuevo, José Luís (2004): Humanismo y Nuevas Tecnologías. Alianza. Madrid.
Müller, Norbert (2011): Pierre de Coubertin (1863-1937): Olimpismo. Selección Textos. Comité Internacional Pierre de Coubertin. Lausana
Payne, Michael (2006): Olympics Turnaround. Greenwood Publishing Group. Estados Unidos de América
Platón (2005): La República. Alianza. Madrid.
Scharff, Robert C. y Dusek, Val (2003): Philosophy of Technology: The technological Condition. Blackwell Publishing: EE.UU.
Sloterdijk, Peter (2006): Normas para el parque humano. Una respuesta a la carta sobre el humanismo de Heidegger. Siruela. Madrid.
Sloterdijk, Peter (2010): En el mundo interior del capital: Para una teoría filosófica de la globalización. Siruela. Madrid.
Tarnas, Richard (2007): Cosmos y Psique: Indicios para una nueva visión del mundo. Atalanta. Girona
Verdú, Vicente (2003): El Estilo del Mundo: La vida en el capitalismo de ficción. Anagrama. Barcelona.

Capítulos o artículos en libros o revistas en papel:

Llinés, Montserrat y Moreno, Ana Belén (1999): "The History of Radio and Television coverage of the Olympic Games". En Televisión in the Olympic Games. The New Era. International Symposium. IOC. Lausana.
McVoy, John (1997): "Radio Sports Broadcasting in the United States, Britain and Australia, 1929-1956 and its influence on the Olympic Games". Journal on Olympic History. Vol.5 No 1.

Artículos en publicaciones web:

Comité Olímpico Internacional (2013): Olympic.org. Videos. Disponible en: http://www.olympic.org/videos/london-1908-martin-sheridan. Consultado el 20 de julio de 2013.
Coubertin, Pierre (1894): "Speech by Baron Pierre de Coubertin at the Paris Congress held at the Sorbonne 16th-23rd JUNE 1894". Disponible en: http://library.la84.org/OlympicInformationCenter/OlympicReview/1969/ore22/ore22n.pdf. Consultado el 19 de julio de 2013.
Fernández Peña, Emilio (2009): "Juegos Olímpicos de Verano y derechos audiovisuales. Evolución y retos en el entorno New Media", en Revista Latina de Comunicación Social, 64. Universidad de La Laguna. Tenerife. Disponible en http://www.revistalatinacs.org/09/art/876_Barcelona/77_144_Fernandez.html. Consultado el 12 de septiembre de 2013.


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