La Alcazaba de Archidona: Estudio de materiales, técnicas constructivas y criterios de restauración.
Descripción
La Alcazaba de Archidona: Estudio de materiales, técnicas constructivas y criterios de restauración
Trabajo monográfico Fin de carrera Alumno – Autor: Pablo Medina Córdoba
Tutor: Mariano Martín García
Junio 2015
LA ALCAZABA DE ARCHIDONA: ESTUDIO DE MATERIALES, TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS Y CRITERIOS DE RESTAURACIÓN MONOGRAFÍA DE INVESTIGACIÓN. ETSIE. UNIVERSIDAD DE GRANADA
Agradecimientos A mis padres y mi hermano. Por su apoyo incondicional y sempiterno, sin ellos no hubiera sido posible llegar hasta aquí. A Silvia Muñoz Medina. Por compartir su vida conmigo. A Mariano Martín García, mi tutor. Por introducirme en este apasionante mundo y hacer que cada vez disfrute más. Por los conocimientos regalados durante la tutorización, sus consejos, correcciones y paciencia. A Francisco Jiménez Aguilera, alcalde de Archidona. Por su amistad, sus conocimientos y su aporte documental a este trabajo. Al personal del Ayuntamiento de Archidona, en especial a Inmaculada Montero Gálvez, la arquitecta municipal. Por sus consejos y ayuda. A todos los investigadores que publican y colaboran en la revista Rayya, por el estudio y puesta en valor que realizan de Archidona y su comarca cada año. A Pedro Gurriarán Daza, de YAMUR. Arquitectura y Arqueología S.L. Por contribuir con el prólogo, así como por aportar sus infinitos conocimientos en restauración e historia medieval. A mis amigos. Por su paciencia. A todos, mi eterno agradecimiento. Pablo Medina Córdoba
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LA ALCAZABA DE ARCHIDONA: ESTUDIO DE MATERIALES, TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS Y CRITERIOS DE RESTAURACIÓN MONOGRAFÍA DE INVESTIGACIÓN. ETSIE. UNIVERSIDAD DE GRANADA
Prólogo Pedro Gurriarán Daza Arquitecto Las fortificaciones que coronan el cerro de la Virgen de Gracia de Archidona representan uno de los mejores ejemplos conservados de las defensas que jalonaban la Frontera del Reino Nazarí de Granada. Si bien la arqueología ha demostrado en fechas recientes que existen vestigios de una o varias fortalezas anteriores, las murallas que hoy observamos son, en gran medida, el resultado del impulso constructor del gran emir granadino Muhammad V. La configuración que adoptan es la de un doble recinto, como solía ser costumbre en el mundo andalusí: un recinto más amplio y bajo que protegería a la medina propiamente dicha, y uno más pequeño, elevado e inaccesible, en el que residiría la autoridad de la plaza, conocido como alcazaba. Es precisamente el estudio y conocimiento edilicio y conservador de la Alcazaba de Archidona el que nos propone en estas páginas Pablo Medina Córdoba. De forma sistemática y rigurosa, este trabajo centra sus pesquisas en el análisis del recinto alto, diferenciándolo del inferior, más intervenido. Para ello parte de un planteamiento previo con unas premisas metodológicas e informativas generales, seguido de una descripción ordenada de los elementos que configuran esta alcazaba. Como corresponde a la formación y carácter profesional de Pablo, el trabajo se preocupa especialmente en desgranar las técnicas constructivas de estas obras medievales, siguiendo con la definición patológica de las mismas. El fin último del estudio, como no podía ser de otro modo, trata de definir una serie de medidas que contrarresten y eliminen las patologías detectadas, culminando con la restauración de las estructuras y la puesta en valor general. En general, se aboga por unos criterios de intervención que parten del profundo conocimiento de las técnicas constructivas originales, y que tienden a definir una actuación discreta, respetuosa con el carácter arqueológico de los restos y reversible casi por completo. Seguiría, hasta cierto punto, la línea que planteamos en la reciente restauración del recinto bajo de las defensas de Archidona. Allí además, conocimos a Pablo y tuvimos el gusto de compartir su pasión, no sólo por las murallas de su pueblo natal, sino también por la historia y los vestigios de nuestro rico pasado. Espero que este trabajo que ahora ve la luz a nivel académico, acabe fructificando tarde o temprano en un verdadero proyecto interventor en esta interesantísima alcazaba. Culminaría, de este modo, la recuperación de las defensas medievales de Archidona, y pondría a disposición del visitante un lugar singular, no sólo por su importancia patrimonial, sino también por su valor ambiental y paisajístico.
En Rincón de la Victoria, a 29 de mayo de 2015 ‐ 3 ‐
LA ALCAZABA DE ARCHIDONA: ESTUDIO DE MATERIALES, TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS Y CRITERIOS DE RESTAURACIÓN MONOGRAFÍA DE INVESTIGACIÓN. ETSIE. UNIVERSIDAD DE GRANADA
Índice
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Prólogo por Pedro Gurriarán Daza, Arquitecto
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Índice
Agradecimientos
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I. Introducción
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1. Objetivos 2. Metodología
II. La Alcazaba de Archidona
1. Localización 2. Contexto histórico
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2.1. Desde los primero pobladores hasta la conquista árabe 2.2. Expansión musulmana y época dorada de al‐Andalus 2.3. Reino nazarí y conquista cristiana 2.4. Época cristiana hasta la actualidad
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3. Contexto hidrogeológico
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3.1. Marco climatológico 3.2. Marco geológico 3.3. Marco hidrogeológico
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4. Descripción de la Alcazaba
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4.1. Aljibe 4.2. Plataforma superior 4.3. Torreón 4.4. Puerta de la Fortaleza
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4.5. Lienzo 1 4.6. Lienzo 2 4.7. Lienzo 3 4.8. Lienzo 4 4.9. Lienzo 5 4.10. Lienzo 6 4.11. Lienzo 7 4.12. Lienzo 8 4.13. Lienzo 9 4.14. Lienzo 10 4.15. Lienzo 11 4.16. Torre 1 4.17. Torre 2 4.18. Torre 3 4.19. Torre 4 4.20. Torre 5 4.21. Torre 6 4.22. Torre 7 4.23. Torre 8 4.24. Torre 9
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III. Estudio de materiales
1. La piedra como material de construcción 2. La piedra como material geológico 3. Caracterización técnica de la piedra 4. Materiales que constituyen la Alcazaba 4.1. Calizas y dolomías 4.2. Ladrillo 4.3. Morteros de cal y cemento ‐ 6 ‐
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IV. Técnicas constructivas, patologías y
criterios generales de restauración
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2. Patologías. Aspectos generales
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2.1. Agentes agresivos, procesos y lesiones 2.2. Cinética de los procesos 2.3. Prevención y mantenimiento
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3. Patologías (procesos y daños). Actuaciones
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3.1. Intemperismo. Zonas expuestas 3.2. Humedades 3.3. Biocolonización 3.4. Patologías en las estructuras relacionadas con
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degradación de materiales 3.5. Patologías en los morteros de cal y cemento 3.6. Patologías en el ladrillo
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1. Técnicas constructivas 1.1. Construcciones en piedra 1.2. Construcciones en ladrillo
4. Criterios de restauración
4.1. Esquema de trabajo 4.2. Criterios generales de restauración 4.3. Restauraciones anteriores en la Alcazaba
5. Aplicaciones en la Alcazaba 5.1. Aljibe 5.2. Plataforma superior 5.3. Torreón 5.4. Puerta de la Fortaleza 5.5. Lienzo 1 5.6. Lienzo 2
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V. Conclusiones
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VI. Bibliografía
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5.7. Lienzo 3 5.8. Lienzo 4 5.9. Lienzo 5 5.10. Lienzo 6 5.11. Lienzo 7 5.12. Lienzo 8 5.13. Lienzo 9 5.14. Lienzo 10 5.15. Lienzo 11 5.16. Torre 1 5.17. Torre 2 5.18. Torre 3 5.19. Torre 4 5.20. Torre 5 5.21. Torre 6 5.22. Torre 7 5.23. Torre 8 5.24. Torre 9
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I. Introducción
Objetivos
Metodología
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I. Introducción 1. Objetivos El principal objetivo del que parte el presente monográfico de investigación se basa en la necesidad imperante de dar a conocer, estudiar y poner en valor la Alcazaba de Archidona. Nos encontramos ante un proyecto de cierta magnitud, ya que, por desgracia, no hay publicaciones que traten específicamente este conjunto poliorcético, partiendo prácticamente de cero en el estudio que nos ocupa. A lo largo de los años se ha denominado como Castillo de Archidona, en alusión a incluirlo junto con el recinto amurallado inferior, tomándolo todo como un ente único y restándole toda la singularidad que pudiera poseer, de hecho, en casi ningún escrito consultado se ha encontrado alusión alguna a la palabra Alcazaba, más bien se usa la definición anteriormente citada, Castillo. Tal es así que está inscrito como “Castillo ‐ Mezquita Ermita de la Virgen de Gracia”, denominándose también “Castillo árabe de la Sierra de la Virgen de Gracia” en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, poseyendo el régimen de protección B.I.C. (Bien de Interés Cultural), publicado en el BOE del 29 de Junio de 1985. Pero por su carácter diferenciador podemos anotar que la Alcazaba de Archidona es un elemento único y particular, de gran notoriedad y que pasaremos a disgregar en el siguiente proyecto. Se presentarán las principales patologías, así como las soluciones dadas a las mismas mediante criterios restauradores, comenzando antes por un estudio detallado de los materiales componentes de la Alcazaba. Por lo tanto, nos proponemos alcanzar como objetivos principales el conocimiento en profundidad de los materiales, las técnicas constructivas y los criterios de restauración de la Alcazaba de Archidona; haciendo de ello una publicación que sirva de guía para trabajos futuros.
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2. Metodología Para el siguiente proyecto monográfico se ha utilizado una metodología denominada de ciencias sociales, dícese de ella: “La metodología en las ciencias sociales es el conjunto de procedimientos racionales que se utiliza con el objetivo de obtener explicaciones veraces. La suma de métodos empleados para obtener conocimiento científico abarca una serie de procedimientos de recogida de datos, cuya naturaleza condiciona también los métodos de análisis. Se emplean la observación y la experimentación comunes en otras ciencias, pero gozan de mayor extensión otros más específicos como son la documentación (trabajo en biblioteca u otro centro de documentación), el análisis estadístico de datos secundarios y los métodos cualitativos.”1 De esta forma, la metodología adscrita a este proyecto se ha basado en una profunda labor documental, tanto histórica como técnica, para luego sacar conclusiones y resultados aplicando dichos conocimientos. En esta primera fase de recogida de información cada libro, artículo y publicación consultado ha sido reseñado en una libreta de campo, apuntando datos de los mismos, páginas en la que se hallan, etc. Así como notas de autor, hipótesis, croquis, mediciones y dudas a consultar posteriormente en tutoría. Tal es el trabajo inserto en ella que dicha libreta ha alcanzado más de sesenta y cinco páginas manuscritas de extensión. Se empezó haciendo un estudio histórico, del que el autor ha obtenido una minuciosa cronología documental. Esta nos servirá para datar la Alcazaba, hechos acontecidos en ella y por tanto técnicas constructivas según el periodo en el que ocurrieron dichos sucesos. Con ello lo que conseguimos es una comprensión en profundidad de la misma, para luego aplicar dicha información hacia una restauración lo más fidedigna posible a la construcción original. Todo esto se plasmará en los criterios de restauración adoptados. Luego de recopilar la información histórica, se continúa con la compilación de datos de tipo hidrogeológico, Una vez ubicada la Alcazaba en su contexto, se continúa con una descripción pormenorizada de cada elemento que la conforma. En ella, se ubica y describe cada torre, lienzo y elemento singular para que a lo largo del monográfico nos ubiquemos perfectamente. El siguiente paso es la finalización de recogida de datos, estudiando y recopilando apuntes y notas sobre materiales, técnicas constructivas y patologías. Ha sido una labor larga y tediosa, cuenta de ello es la bibliografía que compone el proyecto, contando con más de setenta publicaciones consultadas, ya que, tal y como se expuso anteriormente, no existe documentación que ataña específicamente a la Alcazaba. Otra labor de gran importancia ha sido la de efectuar un amplio reportaje fotográfico. En total se han realizado más de 900 fotografías. Cada lienzo y torre está ampliamente documentado mediante imágenes desde varios ángulos. Este trabajo lo que nos facilita es un mejor conocimiento e identificación de elementos que puedan pasar
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http://es.wikipedia.org/wiki/Metodologia_de_ciencias_sociales
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desapercibidos a simple vista y que al revisar cada fotografía resalten como datos significativos. Por último y una vez realizado toda la recogida de información, acompañando al trabajo de toma de fotografías ha sido la tarea de medición y análisis exhaustivo de la Alcazaba in situ. En este trabajo de campo se ha anotado cada dato reseñable que el autor ha observado y ha creído oportuno. También esta labor se ha apoyado en recomendaciones dadas por el tutor del proyecto, así como por personas con conocimientos del tema tratado e interesadas en el mismo. Con todo este trabajo realizado, tanto de campo como en biblioteca recogiendo información datos, se procede a la redacción del trabajo monográfico y acabar exponiendo las conclusiones a las que se han llegado. De gran extensión, es difícil calcular el número de horas dedicadas al mismo, por lo que puede considerarse como un buen tratado sobre la Alcazaba de Archidona.
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II. La Alcazaba de Archidona
Localización
Contexto histórico
Contexto hidrogeológico
Descripción
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II. La Alcazaba de Archidona 1. Localización Archidona se encuentra ubicada en la comarca nororiental de la provincia de Málaga (Nororma), prácticamente en el centro geográfico de Andalucía. Esto hace que la localidad se halle en una posición privilegiada. Por el norte la rodea la A‐92, por el sur la A‐92M, intersecándose estas dos autovías al este de la población y por el este la A‐45, cerca de Antequera, Localización de Archidona. IDEMAP conformando estas tres vías un triángulo dentro del cual se sitúa Archidona. Con una extensión de 187,05 km² es la cuarta comarca de la provincia después de Antequera, Ronda y Málaga1.
Contexto y situación de Archidona y la Alcazaba. SIGPAC
El núcleo de población se encuentra en la falda del Cerro de la Virgen de Gracia, nombre dado tras la conquista cristiana en 1462. Dicho cerro tiene una altura de 944 m.s.n.m. Este forma parte de la Sierra de Archidona, contando con puntos de más altura, como son el cerro del Conjuro con 1.014 m.s.n.m., el cerro de la Cueva de las Grajas con 1 VV.AA. (2009): Materiales para el estudio de la Comarca Nororiental de Málaga. Geografía y medio natural. ADR‐Nororma. Málaga. p. 10.
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966 m.s.n.m. y la loma de mayor altitud, coronando el paraje llamado La Ladera, con 1.024 m.s.n.m. Todo esto conforma La Hoya de Archidona, un recinto natural con una extensión total de 70 Ha. En ella se diferencian claramente una zona interior relativamente llana y el cinturón montañoso que la rodea, quedando tan solo una abertura natural al suroeste de 400 metros.2
La Hoya de Archidona. Foto del autor
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ACIÉN ALMANSA, Manuel (1989): “Prospección arqueológica en la hoya de Archidona (Málaga).” en Anuario Arqueológico de Andalucía. Tomo II. Actividades sistemáticas. Junta de Andalucía. Sevilla. p. 143.
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2. Contexto histórico 2.1. Desde los primeros pobladores hasta la conquista árabe Su historia se remonta, según los historiadores, a los primeros asentamientos de pueblos prehistóricos en la Cueva de las Grajas. Esta cueva ha sido estudiada sólo en una pequeña parte, según indica el investigador archidonés y director del Museo Arqueológico de Granada, Isidro Jorge Toro Moyano. El espacio conformado por esta y sus dimensiones se han delimitado casi en su totalidad, siendo los restos pictóricos de sus paredes y el potencial que hay en la excavación del suelo y de dos simas cercanas a la cueva las mayores bazas de estudio de la misma. La siguiente época reseñable y datada en la historia de Archidona se sitúa en la llegada de los cartagineses a la península ibérica unos años después de que los túrdulos poblaran esta zona. De este pueblo nos llegan las primeras referencias en cuanto a la toponimia se refiere, llamando a la población Escua u Oscua, que significa “cabeza principal”. No se sabe a ciencia cierta si tal población se situaba en la localización actual, ya que se tiene constancia de otro nombre, Arri Exi Dun A, “la que tiene cerco de piedra”, siendo probable que refiriéndose a Escua, los investigadores estuvieran citando a un asentamiento íbero localizado en el complejo “Las Capacheras”, situado a 2 km de Archidona. Por los escritos ya se sabe que la muralla que rodeaba toda la Hoya existía, pudiendo datarse esta anterior a la conquista cartaginesa, en el siglo V o VI a.C., siendo un importante baluarte de la época: “Esta población era importantísima en aquellos tiempos, por tener una fortaleza sólida, extensa, comprendiendo en su recinto las cimas de tres montañas que dominan todas las comarcas circunvecinas… En esta plaza tenía Asdrúbal víveres, municiones y 3 vestuarios…” . En este texto se sigue describiendo como el pueblo íbero ocupado por la fuerza cartaginesa se subleva y recupera la plaza, reconquistándola Asdrúbal de nuevo.
Muralla de la Hoya de Archidona. Se observa el montículo que conforma. Foto del autor
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LAFUENTE ALCÁNTARA, Miguel (1843): Historia de Granada. Granada. p. 25.
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Aún se conservan restos de dicha muralla, en la denominada Hoya de Archidona, pudiendo observarse un montículo alargado que rodea las tres sierras, a cuya falda se ven los materiales usados para su construcción, de mampostería a hueso, de formas irregulares. Esta primigenia muralla alcanza una extensión de más de 7 km de longitud, cerrándose en la Puerta de la Hoya y conformando un espacio de gran amplitud y extensión. Estas fortificaciones sirvieron de base para las posteriores fortificaciones cartaginesas, que se aprovecharon de la iniciativa y el trabajo de los íberos. De esta ocupación nos han llegado restos en forma de monedas representando elefantes.4 En trabajos realizados en años anteriores en los laterales del camino que cruza la Hoya para la canalización de aguas mediante acequias han salido a la luz diversas construcciones y restos arqueológicos de diversa índole. Desde arranques de muros y solerías, hasta elementos cerámicos.
Restos aparecidos en los trabajos de canalización. Foto de Francisco Jiménez Aguilera
El dominio cartaginés en la antigua Escua o Arri Exi Dun A se prolongó aproximadamente hasta el siglo III a.C., época en la que la República Romana la conquistó tras crudas batallas con pérdidas para ambos bandos. Tras una dominación de este facción romana que duró hasta el 31 a.C., el Imperio Romano se hizo con el mando de Archidona tras expulsar al anterior pueblo colonizador5. Muchos historiadores juegan con la hipótesis de que las actuales murallas del cerro de la Virgen de Gracia responden en sus cimientos a la tipología romana. Las anteriores murallas fueron terminadas y fortalecidas tras años de batallas y de destrucción de las mismas. Se organizaron aljibes, se empezaron a reformar los antiguos caminos transformándolos en vías más anchas, fomentando con estas medidas el comercio entre poblaciones, y la consiguiente proliferación del municipio. Nos han llegado bastantes vestigios de la ocupación romana de Archidona, tales como monedas, 4 5
CONEJO RAMILO, Ricardo (1973): Historia de Archidona. Archidona (Málaga). pp. 42‐45. CONEJO RAMILO, Ricardo (1973): ib., p. 47.
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que se acuñaban en la propia colonia, medallas, esquelas, y restos arquitectónicos, como columnas, viviendas y una necrópolis6. Alrededor del año 400 d.C., año de entrada del pueblo bárbaro en la península ibérica, el dominio de esta ciudad cambió de manos de romanos a estos últimos. Esta ocupación no duró mucho, pues en el 456 d.C. los godos, capitaneados por Teodorico, expulsaran al último pueblo bárbaro que quedaba en la península, los suevos. Archidona se sublevó, junto con las demás poblaciones de Málaga, Jaén, Almería, Córdoba y Murcia, en contra de los godos que abrazaban la herejía arriana, a favor del rey Atanagildo. Alrededor de los años 570 a 572 d.C. Leovigildo se propuso desalojar militarmente estas sublevaciones, por lo que dichas fortalezas hubieron de sufrir los embates de este rey godo, que una vez muerto, dejaron la persecución religiosa hasta entonces reinante, alcanzando una época pacífica bajo el mandato del rey Recaredo7. El siguiente periodo en la historia de Archidona es precisamente en el que alcanza mayor esplendor; y se trata de la llegada árabe a la península ibérica.
2.2. Expansión musulmana y época dorada de al‐Andalus Es a partir de esta época es cuando se tiene más constancia documental y gráfica de la historia de Archidona, debido a los múltiples textos en los que se hace referencia a esta población. Los musulmanes entran en la península en el año 711 d.C. expandiéndose de forma muy rápida por toda ella, lo que según historiadores desmonta la posterior teoría de la “Reconquista Cristiana”. Esto no se debe a una conquista en sí, sino más bien a una expansión de los territorios musulmanes, dada su rapidez, hay que recordar que en tan sólo dos años llegan a Zaragoza. Archidona cae en el año 712, tomando posesión Zaide ibn Kesadi. Debido a la gran controversia de religiones en Malaka (Málaga) durante esta época, la capitalidad de la Cora de Rayya se trasladó a Archidona en el año 7438, denominada Medina Arxiduna por los musulmanes, bajo el reinado de Uqba Ben al Hachchach al‐Saluti, gobernador que llevó a cabo una gran reforma y una gran reorganización de esta región. Esta época fue llamada la de los gobernadores.
Mapa de las “coras” en la marca inferior del emirato de Córdoba. Año 920 aprox. Wikipedia
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CONEJO RAMILO, Ricardo (1973): Historia… op. cit., p. 49. CONEJO RAMILO, Ricardo (1973): ib., pp. 52‐68. 8 MARTINEZ ENAMORADO, Virgilio (2003): Al‐Andalus desde la periferia. La formación de una sociedad musulmana en tierras malagueñas. Siglos VIII – X. Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga. Málaga. p. 342. 7
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Un hito en la historia de Archidona y en al‐Andalus es el que ocurre el día 8 de Marzo de 756, haciendo su entrada en Arxiduna con todos los honores Abd al‐Rahman ben Muawiya, príncipe omeya que consiguió escapar de las matanzas de Damasco y que con el apoyo de la gran mayoría de walíes de las provincias de los alrededores, fue proclamado Emir de al‐Andalus en la musalla: “Allí, en Arxiduna, Yidar ben Amral‐Qaysi, que ostentaba la jefatura de los árabes de la Cora de Rayya, hizo que el jatib dejase la mención de Yusuf proclamando a Abd al‐Rahman ben Muawiya como nuestro emir”9. Dicha musalla, posiblemente no se encontraría en el lugar en el que se levanta la mezquita actual, ya que la que hoy en día corona el cerro se edificó alrededor del siglo IX. A modo de hipótesis personal, probablemente Abd al‐Rahman, tras su proclamación, mandara erigir la actual mezquita reconvertida a ermita. Durante los siglos IX y X se sucederían en Al‐Andalus una serie de disputas entre el emirato omeya, mozárabes y otras facciones musulmanas, siendo estos tiempos convulsos en la capital de la Cora de Rayya, Medina Arxiduna. En dicha época ocurren varios cambios de mando en la ciudad, debido a las revueltas del mozárabe Omar ibn Hafsun contra el estado Omeya. Ibn Hafsun era originario de Archidona, tal y como cita al‐Istajri: “entre las ciudades famosas de al‐ Andalus está Rayya, una Cora grande y fértil cuya madina10 es Archidona; de ella era originario Omar ibn Hafsun el que se rebeló contra los omeyas”11. Este la conquista en el año 883, dejándola al mando de Aysun, conocido por al‐Jayr, siendo sitiada y retomada por al‐Mundir, ajusticiando a los cabecillas tras su rendición. Aysun sería crucificado entre un perro y un cerdo. Sería alcaide de Archidona durante cinco años Muhammad ben Danin (888‐893). Ibn Hafsun volvió a retomarla en el año 893, pasando a manos andalusíes por última vez en el año 907, conquistándola Musawir ben Abd al‐Rahman. A partir de esta última cita, las referencias a la población van cayendo, Archidona pagó cara su apoyo a la fitna hafsuní12. Esta alternancia de poder en la villa viene dada principalmente por el apoyo del pueblo residente por aquel entonces en Medina Arxiduna. Se habla que este ayudaba a unos y otros a conquistarla desde dentro, no sufriendo la ciudad grandes asedios para su conquista. En lo que concierne a la alcazaba durante este periodo se puede deducir que para que una ciudad sea nombrada capital de una Cora o “provincia árabe”, debe disponer de un poder militar, estratégico y administrativo para llevar a cabo tal tarea, por lo que la Alcazaba de Archidona existiría desde el inicio de esta época. La primera mención que refiere a la fortaleza específicamente data del año 942, cuando al‐Himyari habla de “un castillo que domina la ciudad y de monumentos antiguos”. La capitalidad de la Cora de Rayya pasa de nuevo a Malaka en el año 977, según cita ibn Hawqal. Por lo tanto, Arxiduna fue capital de la misma durante nada más y nada menos que 234 años, un periodo nada desdeñable y que confirma la importancia histórica de la ciudad. Así pues, puede decirse que Medina Arxiduna fue una ciudad que ayudó a sentar las bases de al‐Andalus durante el emirato de Córdoba y el posterior califato. 9
MARTINEZ ENAMORADO, Virgilio: Al‐Andalus… op. cit., p. 342. Madina tiene aquí el significado de capital. Es interesante destacar la nota del editor, quien afirma que en uno de los manuscritos, tras el nombre de Archidona, figura la expresión qasba Rayya. 11 MARTINEZ ENAMORADO, Virgilio (2003): ib., p. 346. 12 MARTINEZ ENAMORADO, Virgilio (2003): ib., pp. 368‐370. 10
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Durante los años siguientes de tranquilidad no hay más reseñas que citen a Arxiduna ni a su alcazaba. Hasta que se cita sobre el año 1150 d.C., cuando aparece en los textos a raíz de los disturbios en la península llevados a cabo por Almanzor, Archidona se despuebla.
2.3. Reino nazarí y conquista cristiana No sería hasta el año 1238 cuando experimentará de nuevo un crecimiento económico notable, momento en el que se integraría en el reino Nazarí de Granada. La fisonomía de la alcazaba hoy visible corresponde históricamente a la última reconstrucción de Arxiduna (Archidona) en época nazarí. Ibn al‐Jatib habla así de Archidona a mediados del siglo XIV: “‐ ¿Y Archidona? ¡Malo, malo! Como un monumento del que solo subsistiera un muro, que entristece a quien contempla tal ruina. Carece de agua y esto fastidia a sus habitantes, los cuales son gente mendaz, que no alaba a Dios. Los ancianos parecen machos cabríos con cuerpo humano, pues comen, ellos y sus hijos, alimentos propios de tales machos y becerros. Su tierra produce abundante grano. La característica de sus habitantes es la envidia y el odio”13. De estas palabras se puede deducir el estado ruinoso de la ciudad a mediados del siglo XIV. Se descarta así una teoría tomada por historiadores y estudiosos, en la que hablan de que la primera reforma se lleva a cabo con Alhamar, en el siglo XIII (125714). Por lo que con total seguridad la forma actual de la alcazaba se debe al programa constructivo de fortificaciones que habría acometido Muhammad V en la segunda mitad del siglo XIV, sobre el año 1365, con la intencionalidad de reorganizar el sistema defensivo fronterizo del Reino de Granada, interviniendo en veintidós tûgur (enclave fronterizo) entre ellos el de Archidona. En este caso particular, en la alcazaba se reforzaron sus construcciones defensivas para protegerlas mejor de los ataques con lombardas y otras piezas de fuego artillero15. Así podemos Torreón poligonal tras la reforma de Muhammad V. Foto del autor decir que, por ejemplo, 13
KAMAL CHABARA, Mohamed (1977): Mi´yar al‐ijtiyar. Ibn al‐Jatib. Instituto Universitario de la Investigación Científica de Marruecos. p. 57. 14 REQUENA, Fermín (1957): Medina Raya. Gráficas San Rafael. Antequera. p. 23. 15 JIMENEZ AGUILERA, Francisco (2011): “Referencias históricas de la fortaleza de Archidona. Asedio y conquista de su castillo en 1462” en Rayya. Revista de investigación de la comarca nororiental de Málaga. Instituto de patrimonio de Archidona (Málaga). p. 52.
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la barbacana que puede deducirse de sus restos, así como la Puerta de la Fortaleza y el torreón datarían de esta época de reformas nazaríes, no siendo estas anteriores. En el marco ya de la conquista cristiana, tras la conquista de Antequera por el Infante Don Fernando en 1410, Archidona recibió a parte de su población musulmana, aumentando su valor estratégico como plaza fronteriza en la Guerra de Granada; sin embargo, hasta 1462 no será conquistada por don Pedro Girón, Maestre de la Orden de Calatrava, tras varios y frustrados asedios. Al Basti, considerado el último poeta de al‐ Andalus, lamentaba amargamente en este poema la pérdida de Archidona, recopilado y traducido por Concepción Castillo Castillo16. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.
9. 10. 11. 12. 13.
“Dije, también, cuando el enemigo [cristiano] tomó el castillo (ḥiṣn de Archidona), ¡tórnenosla Dios!17: Los indicios de esta situación anuncian la destrucción, nuestra humillación decretan y el predominio de la Cristiandad. El territorio entero de los musulmanes, [ocupando] esta región, lo abarca ya sin duda el enemigo, que distribuye a la población entre la muerte o la prisión, y nadie de una de estas dos situaciones se libre: aquel cuyo sino es la muerte, ya descansó de penas, aquel cuya suerte es el cautiverio, sin rescate permanece. La toma de Archidona, tórnase su posesión, [de otro] con más poder, ha despejado cualquier duda. Antes de Archidona, el castillo de Alicún profanaron, y desde “el Monte de la Victoria” escogieron la perla del collar. Nosotros seguimos la senda de la desunión, pretendieron los bienes de nuestros correligionarios o el poder. ¡Imposible es lograr un derecho con falacias y fraude, engaño, calumnia o falsía! En todo esto hay cosas que rechazamos: la violación de nuestra dignidad, el derramamiento de sangre imparable. Una vida es que si a la razón complaciera, se asustaría, pues quien ha de soportarla, se halla en la máxima estrechura. Sólo nosotros aceptamos esta opción, mas no nos sirvió ni para evitar el Destino ni para escapar. ¡Lástima que se descuidara el cumplimiento de la religión, que lo sagrado fuera expuesto a escándalo y desvergüenza, que destruidos fueran sus pilares18, que se abatieran con descaro!
16
CASTILLO CASTILLO, Concepción (1991): “La pérdida de Archidona poetizada por al‐Basti” en Homenaje al profesor Jacinto Bosch Vilá. Departamento de estudios semíticos. Universidad de Granada. Granada. pp. 3‐4. 17 Dīwān, pieza nº 232, 363‐364. Rima –Ki y metro Ṭawīl. Véase también Ben Šarīfa, 173‐175. Citado por Concepción Castillo Castillo. 18 Mabānī‐hi, “los cinco pilares de la Fe”, es decir, se incumplieron los preceptos religiosos. Citado por Concepción Castillo Castillo.
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14. 15.
¡Aún empeoraron con toda la destrucción y ruina que mostraban! ¡Despertad! ¡Despertad! ¡Dejad el sueño! ¡Verídico relato es el que os hago y cuento!: Quien hasta ahora lágrimas solo haya derramado, bermeja sangre deberá llorar desde ahora”
Pero no adelantemos acontecimientos. Los antecedentes de esa definitiva conquista fueron los siguientes: durante unos veinte años, 1412 a 1430 hubo un largo período de treguas renovadas entre ambos reinos, únicamente alteradas por algunos incidentes debidos a iniciativas de los capitanes fronterizos de ambas partes. Pero a partir de 1431 comenzaron más insistentes acometidas por esta zona, y un ejército cristiano al mando del condestable Don Álvaro de Luna taló, sin hallar resistencia, la tierra de Archidona19. Un nuevo intento castellano, bajo las órdenes de Don Gutierre de Sotomayor, maestre de Alcántara, fue fallido, ya que los musulmanes lo derrotaron matando y prendiendo a muchos cristianos en el año 1435. Nuevamente, en 1445, la orden de Alcántara intentó un nuevo avance hacia Archidona, siendo repelido por los musulmanes. El infante Abu Nasr Sa´d, nieto de Yūsuf II, a quien los castellanos llamaban Ciriza, con el apoyo de los Abencerrajes y de Juan II de Castilla, se apoderó, en 1454 de una parte de la provincia de Málaga y estableció su corte en Archidona. Controlaba la guarnición africana de Ronda y fue proclamado en la Alcazaba de Archidona Rey de Granada con el apoyo de los abencerrajes20. El 25 de Abril de 1455, el propio rey Enrique IV decidió tomar la villa con un ejército de 300 jinetes y con la ayuda del marqués de Villena, saliendo de Écija y andando durante todo el día y noche, al amanecer cuando vio la fortaleza de Archidona y su gran conjunto poliorcético, cambió de opinión, limitando su acción de guerra a hacer todo el daño posible en sus terrenos de labor, el resto de la jornada la dedicó a la actividad cinegética, a monte y mata detrás de los jabalíes y los ciervos. En el mes de Mayo del mismo año, Enrique IV levantó su real sobre Málaga para trasladarse de nuevo a Écija. A su paso por el territorio de Archidona, ordenó a uno de sus capitanes, Rodrigo de Marchena, que se quedara con 100 soldados a caballo para proteger a la retaguardia. Los musulmanes de Archidona, salieron de la Alcazaba y mataron a algunos de estos rezagados, robándoles todo lo que llevaban y regresaron a su fortaleza sin recibir daño alguno. El 2 de Junio de 1458, Narváez, el alcaide de Antequera, comunicó que la ciudad se encontraba fuertemente amenazada por las correrías de los pobladores de Archidona y además los caballeros de Granada se abastecían de sus cosechas. El alcaide propuso a Juan Ponce León, que acudiera a los campos de Archidona para evitar que estos se juntaran y durante toda la jornada estuvieron asolando los sembrados, destruyendo huertas y molinos, y emprendiendo escaramuzas con la guarnición de Archidona21. 19
CASTILLO CASTILLO, Concepción (1991): “La pérdida de Archidona… op. cit., p. 1. CALERO SECALL, M. I.; MARTINEZ ENAMORADO, Virgilio (1995): Málaga, ciudad de Al‐Andalus. Málaga. p. 370. 21 JIMENEZ AGUILERA, Francisco (2011): “Referencias… op. cit., p. 52. 20
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En 1461, Enrique IV nombra a Pedro Girón, Capitán General de sus ejércitos, concediéndole toda clase de poderes para reclutar gente de todos sus reinos. Rápidamente, envío a sus capitanes a diferentes ciudades para poner bajo su mando un gran ejército22. En sus sueños de grandeza, Pedro Girón pidió la mano de la futura reina Isabel la Católica, planteándose como objetivo conquistar Archidona como favor23. Seguidamente cruzó la frontera Nazarí, hasta llegar a Archidona en Julio de 1462. El ejército de Pedro Girón se vio reforzado con las siguientes tropas: ‐ ‐ ‐
Diego Fernández de Córdoba, segundo conde de Cabra, con sus banderizos. Fadrique Manrique, hermano de los condes de Paredes y Castañeda y frontero de Écija, con 200 caballos y 400 peones. En vanguardia marchaban: los caballeros de Calatrava, seguidos de las banderas y las gentes de Osuna, con Luis Pernía, la de Morón con Diego Figueredo, la de Arjona con Pedro de Valdivia, cerraba la retaguardia las fuerzas del comendador Fadrique24.
Los musulmanes cuando vieron el gran despliegue militar en la Vega de Archidona, salieron de la alcazaba a plantar batalla, pero al verse superados, después de sufrir algunas bajas se replegaron al castillo. Tras diferentes escaramuzas, el asedio comenzó a finales de Julio del año 1462. Los sitiados contaban con bastantes provisiones y suministro de agua, debido a los diferentes aljibes que poblaban la ciudad, alguno de ellos hoy en día en pie. Después de un mes sin lograr la toma de la ciudad, el desánimo y los murmullos cundían entre los atacantes. Mandó entonces Pedro Girón emisarios a Osuna para que a su costa reforzaran el contingente cristiano con piezas de artillería de gran calibre, tales como lombardas, trabucos y mantas, molinillos para fabricar pólvora, armazones para transportar la artillería y todos los artilugios necesarios para derribar las defensas de Arxiduna. El sitio elegido para la descarga de la artillería fue el contiguo cerro del Conjuro. Washington Irving cuenta en “Cuentos de las Alhambra” la historia a modo fantasioso de que para la subida a dicho cerro por el abrupto terreno que lo circunda, la Virgen de Gracia iluminó a los castellanos por una senda oculta a la vista de los archidoneses, hasta llegar a un punto elevado y favorable para el ataque. Tras dos meses de asedio, ni las descargas de artillería, ni el hambre ni la sed minaron la moral de los sitiados, que seguían resistiendo. El maestre agotó todas sus municiones y solo le quedaba la esperanza de un asalto a vida o muerte. Pedro Girón fue el primero en lanzarse contra las murallas del primer recinto fortificado, dando ejemplo a sus soldados. Después de sortear flechas y piedras lanzadas desde lo alto de las torres del castillo, llegó a la Puerta del Sol, ubicada en la parte más oriental del recinto. Afianzó su escala, pudiendo alcanzar solamente la primera parte de la subida, ya que fue alcanzado por una piedra y cayó herido, al tiempo que el resto de 22
JIMENEZ AGUILERA, Francisco (2011): “Referencias… op. cit., p. 53. RICHARD, J.A. (2000): Luces y tinieblas (Historia de la orden militar de Calatrava). Chiclana, Cádiz. p. 64. 24 JIMENEZ AGUILERA, Francisco (2011): “Referencias… op. cit., p. 53. 23
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sus hombres consiguieron penetrar las férreas defensas y entrar en el primer recinto amurallado25.
Campanario (antiguo alminar) culminado por una veleta con la representación de Pedro Girón y el pendón con la Virgen de Gracia. Foto del autor
Los sitiados que pudieron se refugiaron en la alcazaba, siendo pasados a cuchillo los que no. Los cristianos lanzaron su ataque final, falleciendo según las crónicas 1600 archidoneses, masacrando los cristianos a los supervivientes. La conquista de la ciudad había finalizado, después de dos meses largos de asedio, el 30 de Septiembre de 1462. Se dice que Pedro Girón se lanzó a las murallas portando un pendón en el que había un lienzo, la Virgen de Gracia, desde entonces Patrona de Archidona.
2.4. Época cristiana hasta la actualidad El rey Enrique IV de Castilla, en 1463, donó la Villa a Alonso Téllez Girón y en 1468 concedió franquicias y privilegios a sus pobladores. Los Reyes Católicos confirmaron la donación a favor de Juan Téllez Girón y en 1478 otorgaron una “Carta de Confirmación y Privilegio”, lo cual se repitió con los sucesivos monarcas, cuanto menos hasta Felipe IV (1621‐ 1665). Es precisamente en la otorgada por Felipe II en 1581, conservada en el Archivo Municipal, donde se conserva la representación más antigua conocida del escudo municipal de Archidona, en el cual queda simbolizada la fortaleza. En 1562, Felipe II otorga a Pedro Girón, V Conde de Ureña, el privilegio 25
JIMENEZ AGUILERA, Francisco (2011): “Referencias… op. cit., p. 55.
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Escudo de Archidona
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de ser Duque de Osuna, quedando así Archidona adscrita a dicho Señorío. Tras la conquista cristiana de 1462 coexistirían en un primer momento episodios de ocupación del antiguo recinto amurallado con la progresiva expansión de la nueva Villa en la parte baja del Cerro de Gracia, origen del casco antiguo de la actual ciudad, entrando pronto la Villa Alta en un proceso de abandono. Las estructuras de su arquitectura defensiva, por su pérdida de función, cayeron en una progresiva degradación; tan solo el espacio y estructura de la mezquita existente al pie de la alcazaba asegurarán su pervivencia activa gracias a su reconversión como Ermita de la Virgen de Gracia, lo que permitió en siglos posteriores que se mantuviera un vínculo activo de relación entre la nueva villa moderna y la ya despoblada villa medieval. No obstante, el protocolo de dignidades siguió evocando el antiguo estatus de la “fortaleza” y así se documenta el título de Alcaide del Castillo y Fortaleza de la Villa de Archidona hasta la segunda mitad del siglo XVIII, según consta en documentos de la época. Una vez consolidado el reinado católico y conquistada Granada, Archidona experimentó un constante crecimiento, el cual obligó a expandir la villa extra‐muros, y trasladar los habitantes a la villa baja o arrabal, donde se sitúa la actual población. En este tiempo se construye y se genera una gran parte del patrimonio histórico‐artístico, como la Parroquia de Santa Ana en 1519, o la Iglesia de la Victoria, antigua ermita de Santa Catalina en 1555, aunque esta adoptará la forma actual alrededor de 1624. La representación más antigua conservada de la fortaleza se encuentra en las panorámicas de Archidona (fechadas en 1564) incluidas entre los famosos grabados de Joris Hoefnagel insertos en la emblemática obra Civitates Orbis Terrarum, de Georg Braun y Frans Hogenberg (1572‐1597); en 1657, Johanes Janssonius publicó de nuevo los
Representación de Archidona. Civitates Orbis Terrarum. Año 1564.
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grabados de las ciudades españolas en un volumen titulado Theatrum Hispaniae Urbes; el texto que acompañaba a los grabados reseñaba cómo ya en esa época el castillo mostraba cierta ruina. Un manuscrito anónimo, con texto referido a 1774, describe como “al presente sólo subsisten el Castillo y la Muralla y algunos restos de las obras fuertes como barbacanas y aljibes, aunque todo deteriorado por extremo: el único edificio que queda íntegro de aquellos tiempos es lo que fue Mezquita (…)”26. Otra curiosa representación de la Alcazaba es la imagen que nos da un exvoto anónimo realizado en favor de la Virgen de Gracia, donde se puede apreciar la fisionomía del conjunto poliorcético. En ella se observa la muralla inferior, la ermita con el patio del siglo XVIII y la Alcazaba en sí, apreciándose la Puerta de la Fortaleza íntegramente y los caminos de acceso a esta. No obstante, no se puede tomar como un dato 100% fidedigno, pero sí como bastante orientativo y esclarece un poco la tipología edilicia de la construcción medieval.
Exvoto dando gracias a la Virgen de Gracia. Año 1780. Fuente: Jacinto Muñoz Nuevo
La gran obra de la época anteriormente referida fue la Plaza Ochavada, construida en 1786, siendo una de las principales actuaciones del barroco andaluz. Durante el siglo XIX se experimenta un considerable descenso demográfico debido a la fundación de nuevas villas y pueblo en los alrededores. En su Diccionario Geográfico‐Estadístico‐ Histórico de España (1845‐1850), Pascual Madoz describe así la alcazaba: “La fortaleza termina en la misma cúspide de la sierra donde hay un segundo recinto que forma una explanada de 200 pasos a la cual se sube por una agria pendiente y se entra por la puerta de otro torreón que, aunque va cediendo ya a las injurias del tiempo, es admirable por su solidez y bien entendida construcción: en esta explanada se halla perfectamente conservado 1 aljibe con 3 depósitos para recoger y clarificar las aguas; en su brocal aún 26
Noticias históricas de la villa de Archidona.
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se ven algunos ladrillos cuyo diámetro y extensión los hacían muy a propósito para el pavimento”. En el capítulo de las leyendas referidas al castillo, mencionar las recogidas en sus Cuentos de la Alhambra por Washington Irving, diplomático y escritor estadounidense del siglo XIX, de cuya “Ruta” de la Fundación Pública “Legado Andalusí” forma parte Archidona. En 1901 se le concede el título de ciudad a Archidona, y en 1980 es declarada Conjunto Histórico Artístico. En años recientes se han ido recuperando y consolidando diferentes partes de la muralla del recinto bajo, gracias al programa 1% Cultural, promovido por el Ministerio de Fomento, que tras su intervención resultan un referente paisajístico y ambiental indudable, dada la estrecha relación existente con el conjunto histórico y casco urbanos situado a los pies del Cerro de Gracia. Debido a los trabajos de arqueología, se han podido rescatar los inicios de los muros, solería y definición de la planta de una vivienda nazarí, así como los restos de otras viviendas circundantes y de atarjeas de desagüe salientes de la vivienda que se ha excavado en su totalidad. Dicha vivienda se encuentra adosada a la muralla del primer recinto, tipología denominada “casa‐muro”, dato reseñable ya que no se solían construir de esta manera las casas. Esta vivienda nos indica el nivel al que se situaban las edificaciones, unos 3 metros por debajo del nivel actual del cerro, de ahí que se pueda deducir que este es todavía un filón arqueológico, lo que nos podría ayudar a comprender y poner en valor el gran potencial del que dispone Archidona, la antigua capital de la Cora de Rayya, Medina Arxiduna.
Reciente descubrimiento de una vivienda nazarí. Foto de Francisco Jiménez Aguilera
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3. Contexto Hidrogeológico La Sierra de Archidona se halla situada al noreste del pueblo, en la parte septentrional de la provincia de Málaga. Presenta una forma alargada en dirección NE‐ SO, con unos 7 km de longitud, y en ella destacan dos relieves localizados en los extremos de la sierra: el más meridional, en cuya falda se asienta parte de Archidona, tiene su punto culminante a 1.012 m (vértice Conjuro) y el más septentrional a 887 m (El Morrón)27.
3.1. Marco Climatológico La precipitación media anual de la zona se sitúa en torno a los 550 – 600 mm, según se deduce de los datos registrados en la estación pluviométrica del municipio. Las precipitaciones máximas ocurren en los meses de noviembre a febrero, mientras que los meses más secos son julio y agosto28. La temperatura media anual en la misma estación meteorológica es de 16ºC, con mínimos medios mensuales de 7ºC en enero y máximos medios mensuales de 27ºC en agosto. El valor medio anual de la evapotranspiración potencial asciende a 850 mm29. Nos encontramos por tanto con veranos calurosos e inviernos muy fríos, con heladas frecuentes. Los valores extremos llegan a temperaturas típicas del clima mediterráneo continentalizado, superando normalmente los 40ºC de máxima en verano y bajando de 0ªC con relativa frecuencia en invierno30.
Precipitaciones anuales, media y umbrales. Gráfico de Francisco Manuel Medina Córdoba
27
LINARES GIRELA, Luis (2007): “Sierra de Archidona” en Atlas Hidrogeológico de la provincia de Málaga. Diputación de Málaga. p. 85. 28 MEDINA CÓRDOBA, Francisco Manuel (2013): Estudio hidrogeológico de la Sierra de Archidona. Trabajo Fin de Máster. Universidad de Málaga. p. 10. 29 LINARES GIRELA, Luis (2007): “Sierra… op. cit., p. 86. 30 MEDINA CÓRDOBA, Francisco Manuel (2013): Estudio… op. cit. p. 9.
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3.2. Marco Geológico El marco de estudio se sitúa en la zona nororiental de la provincia de Málaga. Dicha zona se halla en la parte centro‐occidental de la Cordillera Bética, esta representa el extremo más occidental del conjunto de cadenas alpinas europeas. Se trata, conjuntamente, con la parte norte de la zona africana (el Rif), de una región inestable afectada en parte del Mesozoico y durante gran parte del Terciario por fenómenos tectónicos mayores31. Las arcillas de edad triásica, que incluyen enclaves de carniolas y yesos (Trías de Antequera), constituyen el substrato geológico de la región, sobre el cual se sitúan los materiales del Jurásico que forman la Sierra de Archidona. En posición estratigráfica inferior hay una formación atribuida al Lías Inferior‐Medio, con un tramo inferior constituido por dolomías, de 200 m de espesor, y otro superior de calizas, que puede alcanzar una potencia de 150 m; separados por un contacto de dolomitización, a veces impreciso. Encima de esta formación hay calizas con sílex, calizas margosas, calizas nodulosas y calizas micríticas que alternan con margas grises, en un conjunto que es atribuido al Lías Superior‐Dogger. El Jurásico Superior está representado por una microbrecha de escasa entidad. Una potente formación de margas y margocalizas de colores blanco y salmón, atribuida al Cretácico‐Paleógeno, culmina la serie estratigráfica32. La Sierra de Archidona presenta una estructura geológica plegada, con dirección NE‐SO. En el borde oriental se desarrolla un núcleo sinclinal apretado, vergente hacia el noroeste, en relación con el cual llega a invertirse la serie. En el sector más septentrional (El Morrón), la estructura es más suave y sólo se detecta una serie monoclinal buzante hacia el noroeste. Los bordes de la sierra, en su mayor parte, están constituidos por fallas que hunden las áreas adyacentes; en el occidental la estructura plegada rompe y las formaciones carbonatadas del Jurásico se superponen tectónicamente sobre los materiales cretácicos. En la parte central de la misma se han originado fosas tectónicas, en cuyos bloques hundidos se han preservado los términos superiores de la serie mesozoica33. Como rango geomorfológico más interesante se puede destacar que la estructura geológica compleja ha desarrollado importantes escarpes34 y farallones35. De igual manera también son observables signos de disolución kárstica superficial, pequeños lapiaces poco desarrollados, cuevas y oquedades, ligadas fundamentalmente a las zonas de los escarpes36. Se puede observar la estratigrafía de la zona en cuestión, así como del marco general de la región, en las siguientes imágenes: 31
MEDINA CÓRDOBA, Francisco Manuel (2013): Estudio… op. cit. p. 20. LINARES GIRELA, Luis (2007): “Sierra… op. cit., p. 86. 33 LINARES GIRELA, Luis (2007): ib., p. 86. 34 El escarpe o escarpa es una vertiente de roca que corta el terreno abruptamente. La pendiente es mayor a 45º, aunque sea solamente una parte de la vertiente. 35 Promontorio rocoso. 36 MEDINA CÓRDOBA, Francisco Manuel (2013): Estudio… op. cit. p. 23. 32
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Hoja 1024 serie MAGNA50 (ITGE)
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ARCHIDONA
Estructura geológica de Archidona. Hoja 1024 serie MAGNA50 (ITGE)
3.3. Marco Hidrogeológico Las dolomías y calizas del Lías inferior‐medio constituyen el acuífero principal de la masa de agua subterránea de la Sierra de Archidona con una superficie de formaciones carbonatadas ligeramente próxima a los 7,5 km².37 Esta masa de agua queda limitada, al norte y oeste, por el contacto de las dolomías y calizas del Lías inferior‐medio con los materiales cretácicos. Al sur y este, los materiales carbonatados de la sierra están limitados por las arcillas triásicas. En planta, la geometría del acuífero es alargada, en dirección NE‐SO, y se estrecha hacia el NE, mientras que en profundidad debe tener un gran desarrollo, debido a la potencia de la serie carbonatada y al acortamiento estructural provocado por el plegamiento que ha sufrido38. En las siguientes secciones y cortes se pueden ver dichos plegamientos y morfología geológica de la zona de la Sierra de Archidona. Estas imágenes son una forma simplificada de la Hoja 24 del MAGNA50.
37 38
MEDINA CÓRDOBA, Francisco Manuel (2013): Estudio… op. cit. p. 25. LINARES GIRELA, Luis (2007): “Sierra… op. cit., p. 86.
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Mapa geológico de la Sierra de Archidona y sección 1 – 1´. Atlas Hidrogeológico de la provincia de Málaga
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Sección 2 – 2´. Atlas Hidrogeológico de la provincia de Málaga
La alimentación de la masa de agua de la Sierra de Archidona tiene lugar por infiltración de las precipitaciones sobre el afloramiento de materiales carbonatados jurásicos, que presentan una elevada permeabilidad por fisuración y karstificación. En régimen natural, la descarga se producía por numerosos manantiales y fuentes situadas en el extremo meridional de la sierra, que dieron origen a la masa travertínica sobre la que se asienta el núcleo urbano de Archidona. Hasta época reciente, la descarga del acuífero se producía por las galerías, situadas aproximadamente a cota 700 m.s.n.m, que eran aprovechadas para abastecimiento del pueblo. Sin embargo, en la actualidad, esta descarga está muy afectada por las nuevas captaciones realizadas en las afueras de la población con el mismo fin. Las galerías de Archidona, antes de la puesta en funcionamiento de los sondeos, tenían un régimen de descarga con caudales comprendidos entre 25 y 90 L /s aproximadamente. A partir de principios de la década de 1980, los bombeos próximos han alterado este régimen de descarga, que ahora se encuentra prácticamente regulado, con frecuentes y largos periodos de desecación total y otros de recarga excepcional en los que vuelven a surgir. Después de estas recargas el descenso de caudal es rápido y continuo hasta una nueva desecación, de manera que, en la actualidad, los bombeos destinados a satisfacer la demanda urbana han hecho desaparecer la práctica totalidad de estas surgencias39. La reciente construcción del túnel de la línea de alta velocidad Bobadilla – Granada ha provocado que se produzca otra descarga en régimen natural en su boca sur, a causa del drenaje producido por el mismo. Esta descarga puede llegar a tener un caudal importante dependiendo de las condiciones del acuífero y no llega a desecarse completamente en época estival. Sin embargo no se dispone de ningún registro de caudales40. Las cotas de la superficie piezométrica demuestran que el flujo subterráneo tiene lugar desde el noreste hacia el suroeste, desde El Morrón hacia Archidona, aunque los puntos de bombeo en el sector de El Morrón podrían alterar, localmente, el flujo natural, induciendo una circulación hacia el extremo noreste del acuífero. Las medidas del nivel piezométrico en los sondeos de los que se posee un historial más largo muestran periodos de carácter plurianual con clara tendencia al descenso que se suceden con otros de ascenso, perfectamente correlacionables ambos con el régimen pluviométrico. Los periodos de recarga del acuífero por precipitaciones superiores a la media, provocan ascensos que permiten incluso alcanzar las cotas de surgencia de las galerías, momento 39 40
LINARES GIRELA, Luis (2007): “Sierra… op. cit., p. 88. MEDINA CÓRDOBA, Francisco Manuel (2013): Estudio… op. cit. p. 30.
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en el cual disminuyen o cesan los bombeos, favoreciendo más aún el efecto de recuperación piezométrica. Cuando el régimen de precipitaciones baja y los bombeos se incrementan, de nuevo, vuelve a producirse el descenso piezométrico. En los últimos tiempos se ha observado un descenso generalizado de la superficie piezométrica del acuífero, cuya magnitud puede superar los 20 m, dependiendo de la proximidad a los centros de bombeo41. Las aguas del acuífero de la Sierra de Archidona son de mineralización ligera, con una conductividad eléctrica variable entre 370 y 580 μS/cm y facies bicarbonatada cálcica, debido a la naturaleza carbonatada de los terrenos por los que circulan. Todos los datos disponibles indican que los parámetros hidroquímicos están por debajo de la concentración máxima admisible por la legislación vigente, para aguas de abastecimiento urbano, incluso por debajo de los niveles guía. Así, los contenidos en bicarbonatos varían entre 143 y 290 mg/L, los de cloruros entre 10 y 20 mg/L y los de sulfatos están comprendidos entre 30 y 70 mg/L. Por tanto, se trata de aguas de una buena calidad química natural para abastecimiento urbano. No obstante, cabe señalar que la concentración de nitratos en el sector próximo a las captaciones de abastecimiento a Archidona es superior a 20 mg/L, lo cual se interpreta como un indicio de contaminación por las actividades humanas cercanas. En este sentido, es importante mencionar que un sondeo destinado al abastecimiento urbano de Villanueva de Tapia, en el sector norte de la sierra, por problemas derivados de la presencia de nitratos, ha debido ser sustituido por otro cercano en el que, al parecer, la concentración de este componente químico es más baja42. En la actualidad, la mayor parte del agua bombeada de este acuífero es aprovechada para abastecimiento de las poblaciones de Archidona (incluyendo sus pedanías Huertas del Río, Estación de la Romera y Salinas) y Villanueva de Tapia. El primero de estos municipios utiliza aproximadamente 0,65 hm³/año y Villanueva de Tapia 0,15 hm³/año. En el sector más septentrional de la sierra hay otras captaciones destinadas a regadío, de las cuales no se dispone de información precisa sobre el caudal que se explota43. Los recursos hídricos de este acuífero se han estimado en 1,2 hm³/año, procedentes en su totalidad de la infiltración del agua de lluvia producida sobre los afloramientos de materiales carbonatados de la sierra. Las salidas del sistema se estima que alcanzan 1,2 hm³/año que, en condiciones medias, se distribuyen así: 0,7 hm³/año de captaciones para abastecimiento urbano, 0,2 hm³/año de captaciones para uso agrícola y 0,3 hm³/año de surgencias y bombeos no controlados. Puede deducirse de este balance que existe un equilibrio entre entradas y salidas y que la práctica totalidad de los recursos se encuentran explotados, por lo que debe recomendarse que no se incrementen las extracciones de agua subterránea, para evitar su sobreexplotación. La propuesta que parece más razonable es que el acuífero de la Sierra de Archidona debe protegerse y reservarse exclusivamente para el abastecimiento a las poblaciones próximas, siempre que no se produzca un crecimiento urbanístico excesivo44. 41
LINARES GIRELA, Luis (2007): “Sierra… op. cit., p. 88. LINARES GIRELA, Luis (2007): ib., p. 88. 43 LINARES GIRELA, Luis (2007): ib., p. 88. 44 LINARES GIRELA, Luis (2007): op. cit., p. 88. 42
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4. Descripción de la Alcazaba La antigua ciudad puede dividirse en dos recintos amurallados perfectamente diferenciables. Está compuesta de una zona inferior, el primer recinto, una muralla que corta el cerro a tres cuartos de subida, separando la falda del mismo de la parte superior. Este primer recinto murario consta de 16 lienzos, de 15 torres y de 2 puertas de acceso, la Puerta del Sol y la Puerta de la Ciudad. Estas dos puertas son de acceso en recodo simple, de grandes dimensiones, una orientada a la zona oriental del cerro (la menos pronunciada), estando la otra orientada a la zona urbana de Archidona, justo en línea con la parroquia del pueblo. Esta muralla, según ha salido a la luz en las excavaciones arqueológicas previas a su restauración, en un inicio tenía un espesor de 0,50 metros, para pasar tras la reforma de Muhammad V a un espesor medio de 1,75 metros. Este cambio de espesor se puede deber a que en un principio la labor de esta era meramente separativa de la parte inferior del cerro de la superior, para transformarse después en un conjunto poliorcético en su totalidad, pasando su función a ser más defensiva. En las recientes excavaciones se han hallado viviendas de tipología nazarí adosadas al muro, las denominadas casas‐muro, cosa que no es muy habitual en medinas y ciudades musulmanas. La principal hipótesis de esta causa es la que defiende que estas casas se adosaban para aprovechar más el espacio existente entre la muralla y la alcazaba. Una de estas casas se ha restaurado y puesto en valor, cerrándola con una cubierta y dejándola vista con un cerramiento acristalado al nivel del cerro, dos metros por encima de la vivienda. Casi en coincidencia con las curvas de nivel pueden verse a lo largo del cerro arranques y cimientos de edificaciones, calles y bancales que poblarían y conformarían la antigua Medina.
Puerta de la Ciudad. Foto del autor
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Plano topográfico del castillo de Archidona. Elaboración propia, basado en levantamiento planimétrico previo. Junta de Andalucía
En la siguiente imagen podemos observar todo el conjunto poliorcético situado en el cerro de Virgen de Gracia.
En definitiva, a la vez que se despejan viejas incógnitas surgen nuevos interrogantes. Es decir, ahora conocemos que el recinto del Cerro de la Virgen contaba con un acceso anterior a la conocida Puerta de la Ciudad, sin embargo, se plantea la
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necesidad de indagar en el significado de dicho acceso junto con sus correspondientes lienzos y torres1. No nos entretendremos más en estudiar este primer recinto, ya que no es motivo de nuestro estudio.
Vista aérea de los recintos amurallados del cerro. Foto aérea de Mario Ortiz
La otra zona en la que se divide el cerro es la Alcazaba, que es la que nos ocupa. Se sitúa en la cúspide del cerro de la Virgen de Gracia, nombre dado a este a partir de 1462 cuando conquistara la Medina Don Pedro Girón, Maestre de la Orden de Calatrava. En los textos antiguos siempre se referían a esta zona como Arxiduna o Medina Arxiduna, no teniendo un nombre propio en sí dicho accidente geográfico. La cima de este cerro es muy escarpada, tal y como se puede comprobar en su cara Norte, un tajo denominado del Moro con una caída de 40 metros en vertical. La zona superior se encuentra a una media de 940 metros sobre el nivel del mar teniendo una longitud total de aproximadamente 126 metros y una superficie interior de 1.662 metros cuadrados. Debido a orografía del terreno, nos llaman la atención las dimensiones alcanzadas por la Alcazaba y las dificultades constructivas que tendrían sus constructores, así como el grado de complejidad de suministro de materiales y su colocación. Está formada por varios paños y torres de mampostería de distinta morfología que conservan en su mayor parte sus características constructivas originales. Sin embargo, el paso del tiempo, los factores ambientales y la propia acción humana han dado lugar a 1 CUMPIÁN RODRÍGUEZ, Alberto; SÁNCHEZ BANDERA, Pedro Jesús; MARFIL LOPERA, Conchi; LÓPEZ CHAMIZO, Sonia (2012): “El recinto fortificado andalusí del Cerro de la Virgen de Gracia, Archidona. Algunas consideraciones desde la arqueología” en Rayya. Revista de investigación de la comarca nororiental de Málaga. Instituto de patrimonio de Archidona (Málaga). p. 17.
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importantes daños y pérdida de material a lo largo de la misma, así como problemas de consolidación estructural y desaparición de los morteros de agarre. No cabe duda del interés patrimonial y arqueológico de este recinto fortificado, que constituye uno de los conjuntos monumentales más importantes de Archidona, así como una muestra de este tipo arquitectónico singular característico de las principales ciudades andaluzas de época nazarí. Así bien, esta edificación de carácter defensivo y militar se ha ido deteriorando progresivamente como consecuencia del abandono y falta de uso de dichas construcciones, lo que le infiere un carácter primordial a la actuación necesaria para la conservación y puesta en valor de este conjunto poliorcético. Cabe reseñar la localización de tres antenas de TV, radio y telefonía colocadas en la parte superior de la Alcazaba. Se situarían aproximadamente sobre los años 60, cuando la Alcazaba no se había reconocido todavía como Bien de Interés Cultural (BIC). Existe también un aljibe de construcción moderna incrustado en la parte interior del lienzo 6. Estos dos elementos reseñables nos indican el nivel de transformación y dejadez que el bien ha sufrido por la acción humana. La Alcazaba está formada por los siguientes elementos: un torreón poligonal de cuatro paños exteriores y uno interior que conforman una forma pentagonal, cuatro torres semicirculares, cinco torres de base cuadrada, once lienzos de muralla, una barbacana, la torre que se usaba como puerta de entrada en la fortaleza y un aljibe subterráneo en el interior del recinto con acceso a través desde uno de los paños de muralla, además se aprecian hundimientos que reflejan otros restos o dependencias no identificadas en su parte superior. En la parte norte se localiza un tajo denominado el Moro que hace de defensa natural. En las recientes visitas e investigaciones se han descubierto una suerte de dos torres más justo en el tajo anteriormente citado. Se conservan de estas cuatro hileras aproximadamente de mampuesto, si bien nos da otro punto sobre el que indagar, ya que no se sabía de estas dos torres o de referencias a ellas en textos o investigaciones anteriores. En la planta general que se acompaña en la página siguiente pueden observarse las partes en las que se divide la Alcazaba, así como lugares reseñables de la misma, como puedan ser las torres anteriormente descritas o la zona que se considere que tenga mayor potencial arqueológico. También se pueden apreciar los dos camino de acceso que hay hacia la plataforma superior, el primero de ellos a través de la Puerta de la Fortaleza y el segundo flanqueando la misma. Descrita ya de forma general, vamos a hacer una descripción pormenorizada de los elementos que componen la Alcazaba de Archidona, respondiendo a su localización, descripción singular, etc.
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Planta general de la Alcazaba. Elaboración propia, basado en levantamiento planimétrico previo. Junta de Andalucía
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4.1. Aljibe 4.1.1 Localización El aljibe se sitúa en la zona este‐ sureste de la Alcazaba, encuadrado en las esquinas que conforman el lienzo 1 y 2. A su vez en su esquina derecha superior se halla el torreón descrito anteriormente. Tiene una entrada en la parte este, accesible peatonalmente y varias entradas de aguas en la zona superior.
4.1.2 Descripción
Aljibe. Elaboración propia
Uno de los elementos de mayor importancia dentro de la Alcazaba de Archidona. Se trata del aljibe. Consta de tres naves de 2,30 metros de ancho y 5,10 metros de largo, conectadas entre sí mediante dos arcos de medio punto de 2,30 metros de ancho y 2 ,40 metros de altura. Las naves, con bóvedas de cañón, tienen una altura de 4,15 metros desde la solería actual. La superficie útil de almacenamiento de agua llega hasta el arranque de las bóvedas, 3 metros desde el nivel del pavimento, por lo que podemos calcular que tiene 112,50 metros cúbicos. Esto nos da un volumen total de 112.500 litros. Si contamos las bóvedas nos saldría un volumen total de 122.700 litros para el almacenaje de agua.
Arcos del aljibe. Foto del autor
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El aljibe tiene una entrada realizada a posteriori por acción humana, probablemente con la intención de expoliar. Esta entrada se encuentra en esquina inferior derecha, en el lienzo 1 y cercana a la torre 1. La solería es cerámica, la actual se fecharía en época cristiana. Debajo de esta, en las zonas donde se ha perdido, se localiza una torta de mortero para su agarre. A su vez, debajo del mortero se localizan otras piezas cerámicas de distintas dimensiones con respecto a la visible actualmente. La solería presente está compuesta Solería actual del aljibe. Foto del autor de piezas irregulares, en el mayor de los casos rectangulares, sin orden prestablecido alguno, a diferencia del dibujo que nos encontramos en la cubierta del aljibe. Una cosa que nos llama la atención y que puede datarnos la solería es la ausencia de medias cañas en el encuentro entre las paredes y la solería, para evitar las infiltraciones de agua en esas zonas. Sí se pueden ver los restos de estas medias cañas en las esquinas de las naves. Su altura no llega al nivel de arranque de la bóveda, sino que se quedan en 2 metros de longitud. Al no encontrar estos elementos en el suelo puede indicarnos que fue sustituido u ocultado por la solería colocada a posteriori. En época musulmana estuvo recubierto hasta la altura de arranque de las bóvedas mediante una capa de cal y almagra, una pintura rojiza que procede Media caña esquinera, obsérvense los restos de del óxido de hierro y de arcillas rojizas, almagra en los dos paramentos. Foto del autor cuya función es la de impermeabilizar y sellar el aljibe. Se conservan algunas zonas de este revestimiento, si bien es verdad que se halla deteriorado. La mayor parte de este podemos encontrarlo en las zonas superiores de las naves, debajo del arranque de las bóvedas.
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Como curiosidad podemos apuntar que en la época de la conquista cristiana cuando estos ocupaban un lugar con aljibe le hacían una o varias cruces en las naves del mismo para “purificar” el agua. Así ocurre en el de la Alcazaba, se encuentra dicha cruz en la nave central. La primera nave, empezando desde el lienzo 1, consta de 5 sumideros cuadrados de 15 cm de lado. Las dos restantes constan con 3 sumideros y un brocal cada una, los sumideros con las mismas medidas que los de la nave 1, teniendo los brocales 40 cm de diámetro. Cruz en la nave 2 (derecha de la imagen). Foto del autor
Los brocales están fabricados en la apertura de las bóvedas mediante un anillo cerámico que las abre la parte norte de las naves. En ellos habría colocados sistemas para extraer el agua del aljibe, normalmente cubos de zinc sujetados por cuerdas, llamados acetres. La cubierta del aljibe se puede apreciar desde la parte superior de la Alcazaba. Su función principal sería la de patio de armas, ya que se encuentra a los pies del torreón y cercano a unos restos de cimientos y muros que posiblemente serían establos o viviendas de los guardias. Puede apreciarse la formación de pendiente Cubierta del aljibe, posible patio de armas. Naves 1, 2 y 3 (de mediante la torta de mortero izquierda a derecha). Foto del autor remanente. Están vierten las aguas hacia el centro de las naves, donde se encuentran los sumideros, para que penetraran en el aljibe. En algunas zonas los brocales no se situaban a la altura de la cubierta, sino que estaban elevados sobre esta. Todavía quedan restos de baldosas cerámicas en la cubierta, dibujando estas una formación en espiga. El aljibe tiene unas dimensiones nada desdeñables por lo que abastecería de agua a bastante población, así como evitaría la sequía un tiempo durante un asedio. Solería cerámica en espiga de la cubierta. Foto del autor
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Rotura en el lienzo 1, que funciona a modo de entrada en el aljibe. Foto del autor
Entrada al aljibe (izquierda) y paramento de la nave 1. Foto del autor
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Paramento de la nave 2, flanqueado por los dos arcos. Foto del autor
Paramento de la nave 3; el revestimiento a la almagra se conserva en gran parte. Foto del autor
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4.2. Plataforma superior de la Alcazaba 4.2.1 Localización
Zona superior de la Alcazaba. Elaboración propia
Se extiende en toda la explanada que ocupa la cima del cerro. La conforman los muros que componen la Alcazaba en los lados sur, este y oeste, cerrando por su parte norte el llamado Tajo de Moro. Este corta de forma vertical la plataforma, actuando de defensa natural, de ahí que no haya muros en esta zona, al menos a priori.
4.2.2 Descripción Es la plataforma que compone la zona superior de la Alcazaba de Archidona. Tiene unas dimensiones de 120 metros aproximadamente de largo por 7,5 metros de anchura media, variable esta debido a la irregularidad de la cresta de la zona norte. Tiene un perímetro total de 255 metros, cerrando un área total de unos 1280 metros cuadrados.
Zona superior de la Alcazaba, desde el pie de las antes hacia el torreón. Foto del autor
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Todas estas medidas son de manera lo más aproximada posible debido a la imperfecta morfología de la explanada. Hay varios elementos a reseñar debido a su caracterización particular. El primero de ellos lo hemos incluido en el apartado del aljibe, puesto que se trata de su cubierta y por lo tanto parte constituyente del mismo. En un principio y a modo de hipótesis, la zona que delimitaría la cubierta sería el patio de armas de la Alcazaba, ya que se encuentra en el pie del torreón principal, espacio que solían ocupar estos lugares.
Patio de armas, vistas desde el torreón. Foto del autor
Justo al lado de dicho patio se encuentran restos de inicios de muros, conformando estos en un principio algún tipo de edificación por determinar. Se pueden determinar dos estancias, como mínimo, perfectamente diferenciables a causa de la zona que demarcan. La primera de ellas, anexa al aljibe, mantiene las mismas dimensiones en dirección sur‐norte que el aljibe. Actualmente tan solo puede observarse el perímetro de la edificación. Uno de los muros está adosado al lienzo 2 y la torre 2, por lo que el espesor de la fábrica en esta zona es bastante considerable. La segunda construcción, justo al lado de esta primera mencionada, se encuentra en peor estado. La vegetación ha colapsado totalmente los restos, que se hallan anexos al lienzo 3. Se pueden observar restos de un enfoscado de cal en algunos de los arranques murarios, incluso una fábrica de ladrillo en la parte junto a los muros de la Alcazaba. Realizando un examen minucioso se ha encontrado una línea, unos 40 centímetros por debajo del nivel actual de la plataforma en esa zona, en la que se observa un pavimento cerámico. Está en línea con la cubierta del aljibe, por lo que podemos definir esta como la cota de la explanada.
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Con estos datos y referencias se pueden plantear una hipótesis. Pueden observarse perfectamente los arranques de lienzos de unas edificaciones que no sabemos su uso, a no ser que una prospección arqueológica nos lo definiera. Lógicamente, estas construcciones tendrían como mínimo una planta de altura, lo que puede añadir unos 2 metros aproximadamente a la cota. De esto podemos deducir que los muros de la Alcazaba sobrepasaban esta altura para formar el adarve, con el pretil que conformarían los merlones y las almenas. Así, la altura exterior de los muros superaba fácilmente los 11 metros.
Restos junto al aljibe. Foto del autor
Un dato que no podemos pasar por alto es la ausencia de restos de mampostería de los muros que cierran la plataforma superior de la Alcazaba. No hay escombros ni en la zona baja de los lienzos ni en la zona que estamos tratando. Puede que esto tenga una explicación y es que, tal y como ocurre en algunos conjuntos poliorcéticos datados en la época nazarí, los primeros metros de muro solían ser de mampostería, rematando la parte del pretil con tapial. Si este no es muy sólido, puede disgregarse, o caer y confundirse con el terreno. Esto podría ser una explicación plausible a la falta de restos considerables de mampostería derruidos a lo largo del tiempo y la acción humana. Otra justificación de esto podría ser el expolio, pero es menos probable. Solamente la tan citada intervención arqueológica arrojaría algo de luz a nuestras hipótesis. Junto a estos restos y siguiendo en línea con los paramentos norte del aljibe y de los lienzos que acabamos de comentar se encuentran dos hoyos que a primera vista no nos aportan nada. Pero no es así. Al observar uno de ellos se aprecia un murete de ladrillo que parte de su interior, que además facilita el acceso al interior del agujero. Una vez dentro se diferencian claramente tres pasillos distintos en tres sentidos distintos.
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Uno de ellos es el que sigue la dirección del aljibe, encontrándose por el camino el otro hoyo mencionado anteriormente y que se topa en su camino hacia el aljibe con las construcciones descritas. Otro sentido es el opuesto a este último. Ambos pasillos están colapsados. El último y más interesante de los túneles es el que va en sentido del lienzo 4, tiene una dirección descendente y con una especie de giro hacia la derecha. Encima de este giro se puede ver una superficie plana a modo de techo. Se observan con facilidad las superficies que forman este paramento. Es ejecutado con una suerte de hormigón o mortero con un árido de una granulometría aproximada que ronda los 3 ‐ 4 centímetros. Obviamente se trata de un elemento original de la época medieval. Este pasillo esta colmatado también con tierras y escombros. Es una de las zonas donde la intervención arqueológica sería de mayor utilidad, puesto que limpiar esta parte nos acercaría muchos conocimientos en caso de que tuvieran profundidad estos pasillos. Techo del pasillo descendente. Foto del autor
Todo este compendio de elementos singulares se halla en la zona este de la Alcazaba de Archidona, a partir de la Puerta de la Fortaleza. El siguiente elemento excpecional que nos encontramos es el aljibe moderno construido durante las restauraciones realizadas sobre los años 70. Se halla entre la torre 5 y el lienzo 6. Existe una rotura entre ambos, realizada a posteriori para alojar este elemento y sus instalaciones. Se pueden apreciar en la rocas situadas junto a la puerta de entrada unos taladros ejecutados para romper la piedra y poder construir el aljibe. Las instalaciones del aljibe siguen una linea descendete hacia unas casetas situadas en la prolongación de la carretera que da acceso a la ermita de la Virgen de Gracia.
Taladros modernos en la roca. Foto del autor
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Encima de este aljibe, cubierta esta zona por vegetación, se halla una arqueta de 30 por 30 centímetros totalmente ocluida por tierras, por lo que no se sabe su uso ni su funcionalidad. Un poco más al oeste de esta parte se halla la zona de antenas. Se trata de tres antenas colocadas sobre unos cimientos de cemento, tensadas para evitar su vuelque mediante cables de acero, a forma de vientos, anclados a la roca mediante sistemas de anclaje regulables. Estas antenas tienen la función de telefonía, internet, televisión y tadio, estando dos de estos usos en la misma torre. La antena más occidental de las tres se encuentra junto a una caseta realizada para albergar las instalaciones de la misma. En cuanto a las de las otras antenas, se puede observar claramente que descienden por encima del lienzo Zona de antenas, oeste de la Alcazaba. Elaboración propia 7, mediante unas bandejas metálicas colocadas sobre unos postes también metálicos. Las antenas causan un gran impacto visual, además de que están ubicadas en un BIC (Bien de Interés Cultural). Casi a la redacción de esta monografía se tubo conocimiento de que la Administración local tenía pensado presentar el proyecto básico de restauración y puesta en valor de la Alcazaba de Archidona. Dentro de esta documentación estaban los contratos que tenían las empresas propietarias de las torres, así como sus fechas de vencimiento. Se tiene constancia de que no se van a renovar dichos contratos, caducando el último en 2017, por lo que una vez no haya relación contractual, se desmontarán las antes y sus instalaciones. La última zona que podemos destacar es la vía ferrata que atraviesa el lienzo 8. Se trata de un itinerario que sube desde la La Hoya hasta la Alcazaba. Este recorrido consta de barras de acero corrugado en forma de U ancladas a la roca mediante resina epoxi distanciadas entre sí que funcionan a modo de escalera para la ascensión al cerro. Junto a esta escala se sitúa un cable de acero a modo de línea de vida, donde se anclarán los usuarios en su ascensión. Este cable de acero se encuentra anclado en la zona superior de la Alcazaba a los mampuestos de la torre 7, lo que nos hace tener un uso para el cual no ha sido concebida la Alcazaba. Atraviesa los restos del lienzo 8 para luego anclarse de nuevo a la caseta valla metálica de la torre de telefonía. Actualmente la vía ferrata se encuentra en estado de funcionamiento, por lo que los usuarios siguen atravesando el lienzo.
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Puerta del aljibe. Al fondo las antenas. Foto del autor
Agujeros en la zona oriental de la Alcazaba. Foto del autor
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Antenas, obsérvese la bajada de las instalaciones a la izquierda, por el lienzo 7. Foto del autor
Vistas desde el torreón hacia las antenas. Foto del autor
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4.3. Torreón 4.3.1 Localización El torreón se encuentra en la parte más oriental de la Alcazaba. Cierra el conjunto poliorcético por lado del tajo del Moro. Junto a él se encuentra el aljibe de tres naves y conecta con el lienzo 1 por la parte sur del torreón. Se sitúa en la parte más elevada del recinto, dominándolo en su totalidad.
4.3.2 Descripción Se trata de un torreón poligonal de cuatro lados exteriores y uno interior, conformando así una forma pentagonal claramente diferenciable.
Torreón. Elaboración propia
Debido a su situación, domina todo territorio que circunda a Archidona, salvo en un punto, hacia el que mira la punta de la quilla que conforma. Este punto es el Cerro del Conjuro, con una altura de 1.014 m.s.n.m. que domina la vertiente este del terreno. Esto nos podría indicar que en este cerro habría una atalaya o inclusive una fortaleza, así lo atestiguan los restos que hay en la cima del mismo.
Torreón, lienzos 1 y 2 (TO1 y TO2). Foto del autor
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Para una mejor identificación del torreón lo dividimos en unidades menores, denominando así TO1, TO2, TO3 y TO4 a los paramentos que lo constituyen. El primer lienzo es el TO1, dándole la cara este al tajo que hay bajo él y en dirección a la Hoya de Archidona. Mide 9,40 metros de largo, si bien el cimiento del muro se va adaptando al terreno y por lo tanto su longitud, ya que esta va decreciendo conforme vamos bajando en su altura. Esta, su altura, es máxima en el encuentro con el TO2 llegando a 8,30 metros aproximadamente. Hay que tener en cuenta que estas medidas son tomadas en los lienzos con el estado actual de conservación, lo que indica que no son regulares en todo el paramento que se estudia. El TO2 es uno de los lienzos de este torreón monumental que conforma la quilla que comentábamos anteriormente. Con 6,50 metros de longitud y 8,50 metros hasta los últimos mampuestos que se conservan, este paramento pierde ligeramente la verticalidad en su parte superior. Como dato anecdótico, justo en el Arranque de la esquina entre TO2 y TO3. Foto del autor arranque de la esquina que forma con el TO3 se halla una piedra de gran tamaño. No se sabe cuál es su sentido exacto, tal vez un estudio pormenorizado de los 22 tûgur reformados por Muhammad V nos será de utilidad. A continuación del TO2 y acabando de conformar la quilla de la Alcazaba se encuentra el TO3. Tiene unas medidas de 6,80 por 7,25 metros hasta el último mampuesto, aunque el núcleo sigue detrás de este e iguala la altura con los otros lienzos del torreón. El último lienzo que conforma por su parte exterior el torreón es el TO4, concordando este con el TO3 y el lienzo 1 de la Alcazaba. Es el menor de los paramentos, con 5,10 metros de longitud y 4,60 metros de altura hasta último mampuesto. Desde la parte superior del torreón, accesible desde la plataforma que conforma el aljibe pueden observarse el espesor de los muros. Tienen una potencia de 3 metros, lo que los hacen los muros más gruesos de toda la Alcazaba. Esto se debe a que es la zona más vulnerable a los ataques con máquina de asedio por estar en la parte que pudiera ser más accesible al radio de acción de estas. Los paramentos del torreón encuadran una habitación rectangular observable desde la zona superior, con una profundidad hasta el suelo (probablemente se trata de un relleno de restos colmatados) de 1,80 metros de media y 3,45 por 5,60 metros de dimensiones interiores. Puede tratarse desde una habitación propia de la habitación
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hasta un aljibe interior que existiera antiguamente, solamente una intervención arqueológica nos sacaría de dudas.
Habitación del torreón. Foto del autor
Torreón, encuentros de TO3 y TO4. Foto del autor
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4.4. Puerta de la fortaleza 4.4.1 Localización La Puerta de la Fortaleza se encuentra justo en la mitad sur de la Alcazaba. Es la zona de nexo entre la parte inferior de la barbacana y la plataforma superior que conforma el bien. Se halla entre los lienzos 4 y 5.
4.4.2 Descripción Se trata de una puerta en recodo simple, aunque si consideramos que para salvar el desnivel de la zona inferior a la zona superior hay otro, se especularía con que fuera de doble recodo.
Puerta de la fortaleza. Elaboración propia
Es una puerta de grandes dimensiones que serviría como único acceso a la Alcazaba. Las alturas de los elementos que la compondrían como arcos, bóvedas, etc. no se pueden averiguar, ya que debido al paso del tiempo y a las patologías no se conservan estos elementos. Tiene la entrada junto al lienzo 4, con unas dimensiones de 2,30 metros de ancho aproximadamente.
Puerta de la Fortaleza, desde abajo. Al fondo las antenas. Foto del autor
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Para una mejor comprensión y definición de la puerta de la fortaleza vamos a dividirla en cuatro lienzos, denominados PF1, PF2, PF3 y PF4. Estas son las cuatro caras que la conforman. El primero de ellos es el lienzo 1 de la puerta, denominado de aquí en adelante PF1. Incluiremos en el recodo completo que forma la puerta de entrada. Se trata de un paramento con 8 metros de profundidad por 7,50 metros de altura hasta la última cota conservada. El muro que crea el recodo mide 2,30 metros por 5 metros también hasta la zona conservada. Esto crea una cámara interior de entrada de 8 metros por 2,30 PF2 en primera plana, con el lienzo 4 a la derecha. Foto del autor metros, es decir, 18,40 metros cuadrados de superficie de entrada. En el lienzo cuatro, justo en línea con la esquina de entrada existen las dovelas remanentes del primer arco de entrada de la puerta. Son tan solo tres piezas las que siguen embutidas en el lienzo, por lo que no se puede sacar el ángulo de giro exacto que tendría el arco ni su morfología. De este lienzo arranca la barbacana, que se dirige en dirección al antiguo alminar. Dos metros por detrás de estas, se aprecian otras piezas de las mismas características que formarían el segundo arco de la Puerta de la Fortaleza. Aún quedaría el tercer arco tras el recodo, pero ha desaparecido totalmente. El PF2 es el lienzo que conforma el frontal de entrada de la puerta. No se sabe si su aspecto actual se asemeja al primigenio, debido a que fue restaurado por una escuela taller a tenor de la tipología de la intervención. Tiene 5,30 metros de anchura. En la zona de entrada tiene una altura de 7,50 metros, midiendo 10,50 metros el talud. Este forma
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un ángulo de 68º con la horizontal. Al ir ascendiendo para la entrada por la puerta se observa el desnivel causado por los restos y escombros que hay a los pies de este lienzo. Puede que se trate en un principio de una reforma cristiana, tras lo cual en los años 60 o 70 se restauraría siguiendo la forma remanente. Decimos que es cristiana debido a que solían ataluzar las defensas para que estas no sufrieran derrumbes con el empuje creado por la artillería al disparar. El PF3 es el paramento que conforma el talud de la Puerta de la Fortaleza. Mide 10,30 metros de ancho, por 14,80 metros en prolongación recta desde el pie del talud hasta la última zona conservada. Esto nos da una idea de las grandes dimensiones que tiene esta puerta que accede al conjunto poliorcético. En la parte trasera de la puerta se sitúa el PF4. Con las mismas medidas que el PF1, salvo porque no tiene acceso a la zona superior de la alcazaba. Conecta con el lienzo 5. Cerca de este lienzo se encuentran restos de bancadas para igualar el terreno, ya fuera para edificación de viviendas u otro elemento. La Puerta de la Fortaleza es uno de los pocos lados donde nos encontramos mechinales. Estos se hallan en frente del PF1, en el lienzo que sustenta el arranque de los arcos y en el PF2 casi arriba del paramento. Los primeros actualmente se encuentran a 10 cm del terreno, lo que nos puede hacer una idea de hacia dónde debe de estar el suelo primigenio, aproximadamente 1,50 metros por debajo del nivel actual, puesto que los mechinales eran usados para la colocación de los andamios que se usaban en aquella época. Puede apreciarse, aunque de manera muy somera el arranque de la bóveda que cubriría la entrada de la puerta. Tan solo pueden observarse algunos ladrillos del mismo, siendo esto algo que no nos ayuda mucho en la investigación. Debido a que esta zona está colapsada totalmente del derrumbe de parte de la puerta puede que al realizar las tareas arqueológicas aparezcan elementos que nos permitan definirla mejor.
PF4 de la Puerta de la Fortaleza. Foto del autor
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Puerta de la Fortaleza, acceso. Foto del autor
Mechinales debajo de las dovelas del arco de entrada. Foto del autor
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PF3 desde el pie del talud. Se observa la dimensión del mismo. Foto del autor
Interior de la puerta, PF1. Estado muy deficiente. Foto del autor
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4.5. Lienzo 1 4.5.1 Localización El lienzo 1 se encuentra en la parte este de la Alcazaba de Archidona. Conecta con el torreón y es perpendicular a los lienzos que vienen desde la Puerta de la Fortaleza. En su vertiente sur conecta con la torre 1. Existe una abertura en este lienzo que da acceso al aljibe.
4.5.2 Descripción
Lienzo 1. Elaboración propia
Se trata de un lienzo de unos 11 metros de longitud, desde el torreón hasta la torre 1. Tiene una altura máxima en este punto de 6,30 metros, aunque esta es irregular debido a que el lienzo se asienta sobre la roca madre. En su conexión con el torreón la altura conservada es de 2,65 metros. Existe una abertura a 8 metros midiendo desde el torreón, esta da acceso al aljibe medieval de tres naves. Esta apertura en el muro está hecha a posteriori, ya que no tiene sentido un hueco en un aljibe, perdería su función. La abertura se realizaría con el fin de buscar elementos de valor, ya que desde arriba el acceso tan solo puede ser por los estrechos brocales.
Lienzo 1 con la torre 1 a la izquierda. Foto del autor
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En este lienzo se puede observar como el terreno es abrupto, cimentando sobre la roca madre. En la apertura comentada anteriormente puede observarse una oquedad circular de 1,50 metros de longitud proveniente desde la torre 1. No se encuentran restos de madera en ella, pero con probabilidad se trataría de los agujeros practicados para la colocación de los andamios de la torre 1 y del lienzo 2, es decir, los mechinales. Otra hipótesis para Agujero paralelo al muro. Foto del autor este caso es que estos agujeros se ejecutaron para realizar la conexión muro‐torre y así hacerlos más solidarios, a modo de llave. La coronación del muro se encuentra a la altura de la cubierta del aljibe, habiendo perdido los elementos superiores. El grosor del muro puede medirse tanto desde el hueco comentado, como desde la parte superior, siendo este de 2 metros. Para el acceso al aljibe se construyó un camino de acceso con unas escaleras que por su tipología podemos datar en la restauración de Escuela Taller. Se puede apreciar en la plataforma creada para su acceso mortero de cemento, así como la mampostería de colocación no cuidada y aleatoria. Encontramos un material un tanto extraño en este lienzo. Se trata de una roca de ofita. Este material no se halla en toda la Alcazaba, ya que las canteras de ofita se encuentran a 5 km de distancia, siendo el acarreo tedioso. La única explicación plausible es que se trate de material de aprovechamiento. En toda la Hoya de Archidona podemos encontrar este Mampuesto de ofita. Foto del autor material en forma de proyectil, debido a que fue utilizado para el asedio de las murallas situadas en dicho lugar. Como se puede observar en la imagen esta roca tiene unos contornos redondeados, lo que nos confirmaría su procedencia de uso y por lo tanto que sea un material de reaprovechamiento. A este lienzo se encuentra adosado el muro de fábrica de ladrillo del aljibe, lo que nos da una idea de la potencia del mismo. Este paramento sería la defensa del mismo, por lo que el espesor es importante. Al ser este el punto por el cual era más fácil el ataque, debería de ser uno de los más reforzados y gruesos para aguantar el impacto de proyectiles de todo tipo, ya fuera con catapultas o bombardas.
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Conexión entre el lienzo 1 y el torreón. Foto del autor
Rotura en el lienzo 1 vista desde abajo, con la plataforma creada a posteriori. Foto del autor
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4.6. Lienzo 2 4.6.1 Localización El lienzo 2 se encuentra en la parte este de la Alcazaba de Archidona. Se halla situado entre la torre 1 y la torre 2. Conjuntamente con el lienzo 1 funciona a medio de envolvente del aljibe, estando rodeado este en dos lados por los citados lienzos.
4.6.2 Descripción
Lienzo 2. Elaboración propia
Este lienzo se encuentra restaurado hasta tres cuartas partes de su altura. La intervención, realizada por José Sancho Roda, está fechada en el año 1973. Tiene un espesor de más de 2 metros, debido a que tras el lienzo se encuentra el aljibe, reforzando así este punto al ser uno de los más críticos. Mide 10,50 metros de largo por 5,60 hasta la altura restaurada, siendo la total de 8 metros aproximadamente hasta la última cota conservada, coincidente con la cubierta del aljibe.
Lienzo 2. Foto del autor
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Tiene dos meones realizados con lajas de piedra por la que desaguar las aguas filtradas desde la parte superior. No se aprecian elementos canalizadores que desemboquen en estos desagües. Quizás el significado de estos sea la interpretación que se le daría al restaurar el paramento. Puede ser que en esos puntos se ubicaran mechinales, dejando estos huecos en muro a modo de vestigio. Desde los pies de este lienzo puede verse la potencia de los muros de la Alcazaba. Es una vista imponente, teniendo en cuenta que sería todavía más alta.
Lienzo 2. Foto del autor
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4.7. Lienzo 3 4.7.1 Localización El lienzo 3 se ubica en la parte donde estaría la barbacana, a la derecha de la Puerta de la Fortaleza. Se halla situado entre la torre 2 y la torre 3. Forma parte de los lienzos y torre restaurados en el siglo XX.
4.7.2 Descripción Este lienzo se encuentra restaurado Lienzo 3. Elaboración propia hasta tres cuartas partes de su altura, al igual que el lienzo 2. La intervención, realizada por José Sancho Roda, está datada en el año 1973. Tiene un espesor de más de 1,80 metros. En la plataforma superior, justo por encima del paramento estudiado se ubican los restos del arranque de muretes. Sobre estos estaría edificada algún tipo de construcción, por lo que la altura total de este lienzo debía de ser considerable. Mide 11,20 metros de largo por 5,60 hasta la altura restaurada, siendo la total de 8,20 metros aproximadamente hasta la última cota conservada.
Lienzo 3, con la torre 3 a la izquierda. Foto del autor
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Tiene cuatro meones realizados con lajas de piedra por la que desaguar las aguas filtradas desde la parte superior. No se aprecian elementos canalizadores que desemboquen en estos desagües. Quizás el significado de estos sea la interpretación que se le daría al restaurar el paramento. Puede ser que en esos puntos se ubicaran mechinales, dejando estos huecos en muro a modo de vestigio. Están distanciados verticalmente 2 metros de altura una línea con respecto de la otra; y separados entre sí horizontalmente 4,30 metros la línea inferior y 3 metros la superior. Al contrario de lo que ocurre en el lienzo 2, se conservan trozos del lienzo original por encima de la zona restaurada. Estos tienen una morfología especial, no estando alineados paralelamente a la cara que forma por ejemplo la zona intervenida anteriormente.
Lienzo 3 a la izquierda, torre 2 en el medio y alminar y mezquita a la derecha. Foto del autor
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4.8. Lienzo 4 4.8.1 Localización El lienzo 4 se encuentra en la parte media de la Alcazaba de Archidona, en la región sur. Se halla situado entre la torre 3 y la Puerta de la Fortaleza. Parte de este lienzo se adentra en la puerta, componiendo parte del interior, justo en la zona de entrada, donde se sitúan los arcos que dan accesos al conjunto superior de la Alcazaba. Lienzo 4. Elaboración propia
4.8.2 Descripción Es uno de los lienzos de mayores dimensiones en cuanto a la longitud se refiere, si contamos dentro de el a la zona del paño que se adentra en la Puerta de la Fortaleza. Mide 15,50 metros desde la torre 3 hasta el recodo que conforma, siendo esta longitud de 11,20 metros sin añadir este último tramo. Tiene una altura aproximada de cinco metros, sin poder definirla exactamente debido a la irregularidad de la coronación del muro.
Lienzo 4, con la Puerta de la Fortaleza a la izquierda y la torre 3 a la derecha. Foto del autor
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Puede diferenciarse como hacia la torre 3 hay una especie de rampa, no se sabe si por acceso a la misma o por derrumbe de los elementos del paño. La zona que más nos interesa es la que se encuentra incluida en la Puerta de la Fortaleza. No se ha incluido en esta ya que al estar rota la morfología de la puerta que la pudiera contener en su descripción, es más consonante describir este tramo en el lienzo 4 puesto que es su continuación. Es uno de las zonas más interesantes debido a elementos especiales que no se encuentran en otras regiones del bien.
Tramo del lienzo 4 que forma parte de la Puerta de la Fortaleza. Foto del autor
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Entre dichos elementos especiales cabe la mención de las dovelas que formarían los arcos de entrada hacia la explanada superior. Por los restos de caliza de travertino que aún quedan en las jambas de los arcos puede deducirse que este material se dispuso hasta el nivel de entrada. Dichos arcos tienen una separación de 2 metros de distancia. En el primer arco puede observarse un ligero curvamiento en las dovelas, pero no se aprecia lo suficiente como para poder determinar la curvatura entera del arco y por lo tanto su tipología. Otro elemento relevante y que no se halla en otras zonas son los mechinales que están a la altura de la entrada actual. Sobre estos se sustentaría el andamiaje medieval sobre el que se apoyarían para la construcción de las zonas del lienzo de mayor altitud.
Mechinales en el lienzo 4. Foto del autor
Toda esta zona de entrada que hemos comentado está totalmente colapsado por restos de las construcciones, lo que hace que una buena intervención arqueológica podría aportarnos muchos datos sobre los que investigar y aplicar a la comprensión de la Alcazaba.
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4.9. Lienzo 5 4.9.1 Localización El lienzo 5 se halla al pasar la Puerta de la Fortaleza. Se sitúa entre la citada puerta de entrada a la Alcazaba y la torre 4. A partir de este lienzo empezamos a ubicarnos en la parte occidental del monumento.
4.9.2 Descripción Tiene unas dimensiones de 7,80 Lienzo 5. Elaboración propia metros de longitud, midiendo entre la zona exterior de la torre 4 y el ángulo formado por el encuentro de la Puerta de la Fortaleza y el lienzo 5. Mide 3,30 metros de altura de promedio, ya que su coronación y arranque están muy deteriorados. Justo en el ángulo que hemos comentado anteriormente, el formado por el lienzo y la puerta de entrada a la Alcazaba, nos encontramos con un hueco en el mismo de unas dimensiones considerables. A simple vista no podemos apreciar el porqué de semejante socavón, ya que si hubiera sido a causa de un colapso de las tierras situadas encima de este el muro hubiera sucumbido de otra forma.
Hueco en el ángulo del lienzo 5 con la Puerta de la Fortaleza. Foto del autor
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Debajo de este lienzo pueden apreciarse una serie muretes a modo de zarpa, puede que para edificar viviendas en esos puntos o para otra finalidad desconocida.
Lienzo 5. Foto del autor
Lienzo 5, a la derecha la Puerta de la Fortaleza. Foto del autor
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4.10. Lienzo 6 4.10.1 Localización El lienzo 6 está ubicado entre la torre y la torre 5. Se encuentra justo tras el corte en el muro que da acceso a la explanada superior por el camino que rodea la Puerta de la Fortaleza. En la hoja interior del muro encontramos adosado el aljibe de moderna construcción.
4.10.2 Descripción
Lienzo 4. Elaboración propia
Tiene unas dimensiones de 11 metros de longitud, medido desde la rotura del lienzo hasta la torre 5. Mide 3,70 metros de altura de promedio, ya que su coronación y arranque están muy deteriorados siendo irregular su acabado Este lienzo se encuentra roto en la conexión con la torre 4. A través de esta fractura se introduce un camino que llega a la explanada superior. Dicha senda viene desde la zona de aparcamiento existente anexa a la ermita. Es un camino de tierra, señalado tan sólo por la falta de vegetación en él. Probablemente se abriría esta quiebra en el muro alrededor de los años 60 o 70, al realizar las obras del aljibe y de colocación de antenas.
Lienzo 6. Foto del autor
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A través de esta rotura del lienzo salen las instalaciones del aljibe en dirección a las casetas ubicadas a los pies la Alcazaba en la zona suroeste Dicho aljibe tiene una puerta metálica soldada al bastidor que la enmarca, lo que hace imposible su acceso, aunque sea solamente para mantenimiento.
Rotura entre el lienzo 6 y la torre 4, se aprecia en primer plano el camino. Foto del autor
Debajo de este lienzo pueden apreciarse una serie muretes a modo de zarpa, puede que para edificar viviendas en esos puntos o para otra finalidad desconocida. Este lienzo, así como los siguientes a partir de él, son los que tienen un acceso más difícil de toda la Alcazaba. Se encuentran en la zona más escarpada, por lo tanto, menos accesible. Esta puede ser la razón de que sean los lienzos que se conservan en un mejor estado. El único enemigo de estos es el tiempo, ya que su ataque con maquinaria que pudiera hacer daño en los paramentos es imposible o muy poco probable.
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4.11. Lienzo 7 4.11.1 Localización El lienzo 7 se encuentra en la zona oeste de la alcazaba, entre la torre 5 y la torre 6. Justo por encima bajan las instalaciones de las antenas. Es totalmente inaccesible desde su vertiente inferior, debido al terreno rocoso tan escarpado existente.
4.11.2 Descripción
Lienzo 7. Elaboración propia
Mide 12,60 metros entre las dos torres que flaquean. Su altura es de 4,50 metros en la zona más desfavorable. Por encima de este a unos 30 centímetros de distancia de la coronación del muro se encuentran las bajantes de las instalaciones de las antenas ubicadas en la plataforma superior. Lo hacen mediante bandejas metálicas sustentadas a su vez por postes metálicos también, en dirección a la caseta situada debajo. Este lienzo es totalmente inaccesible. Se halla en la zona más escarpada y con mayor pendiente de la Alcazaba en su vertiente suroeste. Su buen estado podría deberse a que es una zona inexpugnable y de un difícil ataque.
Lienzo 7, en primer plano a la derecha la torre 5. Foto del autor
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4.12. Lienzo 8 4.12.1 Localización El lienzo 8 se encuentra en la zona oeste de la alcazaba, entre la torre 6 y la torre 7. A través de él pasa una vereda que procede de la zona escarpada al suroeste del paramento.
4.12.2 Descripción Mide 10 metros entre las dos torres que lo flanquean. Su altura es de 3 metros en las zonas donde se conserva.
Lienzo 8. Elaboración propia
Estamos tratando del único lienzo casi en su totalidad de la Alcazaba que se ha perdido. Tan sólo se conservan los arranques del muro en su conexión con las torres. A través de él puede diferenciarse una senda desprovista de vegetación por la cual se accede a la zona superior. Este camino existía ya, teniendo muy poco uso. En la actualidad es bastante transitado, ya que por el sube el cable de acero de la ya explicada vía ferrata. En la siguiente imagen se ha resaltado dicho cable por la poca visibilidad que ofrece. Esto hace poner en peligro el lienzo 8, ya que se está erosionando del paso de usuarios de la vía.
Lienzo 8; camino de acceso y cable de acero de la vía ferrata (en rojo). Foto del autor
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4.13. Lienzo 9 4.13.1 Localización El lienzo 9 está ubicado, entre la torre 7 y la torre 8. Está ubicado en una zona de difícil acceso a la cual solo se puede alcanzar rodeando la torre con cuidado y afianzando bien cada pisada.
4.13.2 Descripción Mide 9,20 metros entre las dos torres que lo flanquean. Su altura es de 3,50 metros aproximadamente.
Lienzo 9. Elaboración propia
Se conserva del lienzo sólo la esquina inferior derecha, donde conecta con la torre 7. Según la morfología de la zona oeste de la Alcazaba, así como la coloración de los mampuestos nos da la sensación de que esta región se construyó en época anterior, ampliándose luego con la reforma de Muhammad V en la segunda mitad del siglo XIV. La roca madre caliza del cerro aflora aquí, sobre todo en la zona donde se unen el lienzo 9 y la torre 8. En estos sitios la altura alcanzada es menor como puede deducirse. Estamos hablando de una zona donde el ataque es prácticamente inviable, es un terreno muy abrupto y cuya defensa es fácil.
Lienzo 9. Foto del autor
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4.14. Lienzo 10 4.14.1 Localización El lienzo 10 se encuentra ubicado entre la torre 8 y la torre 9. Nos encontramos ante el lienzo menos accesible de toda la Alcazaba, ya que corta por un tajo. De hecho, las fotografías de este paramento se han tenido que realizar desde el cerro de las Grajas, justo en frente que se encuentra a unos 500 metros aproximadamente. Lienzo 10. Elaboración propia
4.14.2 Descripción Para medirlo nos hemos basado en la planimetría que poseemos. Mide 13,70 metros de manera aproximada de longitud por 2 metros de altura. Junto con el lienzo 9 forma otra quilla, tal y como se ha comentado en el torreón. De modo que los dos extremos de la alcazaba tienen forma saliente. Estamos hablando de un elemento totalmente inaccesible. En la imagen se aprecia el tajo de roca caliza que hay bajo el paramento. No podemos entrar más detalles, ya que debido a la comentada inaccesibilidad no se han podido recabar más datos.
Lienzo 10, encuadrado entre dos líneas rojas. Foto del autor
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4.15. Lienzo 11 4.15.1 Localización El lienzo 11 es el que cierra por la parte norte la Alcazaba de Archidona. Se encuentra ubicado entre la torre 9 y el talud que da a la Hoya. Nos encontramos ante el segundo lienzo menos accesible de toda la Alcazaba, ya que corta por el tajo. De hecho, las fotografías de este paramento se han tenido que realizar desde una zona por encima del tajo desde que es accesible visualmente.
Lienzo 11. Elaboración propia
4.15.2 Descripción Para medirlo nos hemos basado en la planimetría que poseemos al igual que en el lienzo 10. Mide 5 metros de manera aproximada de longitud por 2 metros de altura. Es el último lienzo de la Alcazaba. Aquí se cierra el conjunto poliorcético de la cima del cerro sobre el que se asienta el actual núcleo de población. Es un paramento de difícil acceso a no ser que sea desde la parte superior descendiendo por el muro. No podemos entrar más detalles debido a que no podemos acceder a estudiar el lienzo.
Lienzo 11. Foto del autor
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4.16. Torre 1 4.16.1 Localización La torre 1 se encuentra en la parte sur‐este de la Alcazaba de Archidona. Conecta con el lienzo 1 y perpendicular a este último con el lienzo 2. Frente a la torre se halla el antiguo del alminar de la mezquita de Archidona.
4.16.2 Descripción Se trata de una torre cuya base Torre 1. Fuente: Propia tiene forma más o menos semi‐circular según se puede apreciar en los restos remanentes que hay en su pie. Hasta su coronación mide 7 metros de altura que es la cota máxima, siendo su base de unos 4 metros aproximadamente. Debido a los restos que hay no se puede definir una dimensión exacta en este sentido, ya que están dispersos en toda su base. De hecho parece más un desprendimiento de los elementos que la componen que su forma original. Sólo una buena labor arqueológica podría aclarar esto. Al apreciar esta forma irregular de la torre han surgido varias hipótesis sobre su morfología y función.
Torre 1, en dirección al campanario, antiguo alminar. Fuente: Propia
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Debido a su situación en dirección al antiguo alminar así como la forma un poco alargada se podría deducir que más que una torre se tratara de un lienzo murario que cerrara en el alminar. Podría tratarse de la puerta de entrada a la barbacana, que si trazamos una línea recta sigue la misma dirección y cierra en el alminar. Esto nos sugeriría un cambio de orientación tal y como concebimos la Alcazaba en época moderna. El acceso se haría por esta zona, en vez de por el camino situado a los pies de la Puerta de la Fortaleza.
Murete en dirección al alminar. Fuente: Legado Temboury
En una imagen del Archivo Temboury se observa un muro que conecta con el alminar y que procede de la parte que estamos tratando.
En ella se aprecia incluso una especie de portón. Hay que tener en cuenta tal y como se ha repetido varias veces, que esta zona era la más vulnerable a un ataque con proyectiles, por lo que la gran mayor parte de las construcciones ubicadas en este lugar han desaparecido o se han modificado en su forma, así que solo podemos lanzar hipótesis sobre todos los lienzos y torres ubicados en este espacio. En el caso de que en los expedientes restauradores de los años 70 se encontraran fotos de esta zona sería de una gran utilidad en tanto en cuanto a su comprensión se refiere. Como comentamos en el apartado anterior, junto con la plataforma superior de la Alcazaba, esta zona es de una gran importancia arqueológica. De ahí que solo podamos conjeturar hipótesis sobre su morfología, tan solo hacer una excavación controlada por personal arqueológico nos aclararía este misterio.
Dirección de la torre vista desde la zona superior del aljibe. Fuente: Propia
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Torre 1 vista desde su base, con el lienzo 1 de fondo. Fuente: Propia
Torre 1 vista desde su base, con el lienzo 2 en primer plano. Fuente: Propia
Conexión entre torre 1 y lienzo 2. Fuente: Propia
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4.17. Torre 2 4.17.1 Localización La torre 2 se halla entre los lienzos restaurados, los lienzos 2 y 3, en la parte sur‐este de la Alcazaba de Archidona. Forma junto con estos la restauración llevada a cabo en 1973.
4.17.2 Descripción Se trata de una torre cuya base es semi‐circular según se puede apreciar.
Torre 2. Elaboración propia
Hasta la coronación de la restauración mide 3,80 metros de altura, cota que no es la máxima. La cota hasta la parte sin restaurar y que puede apreciarse que compone la torre es de 9,20 metros. La base de la torre mide 4,10 metros de diámetro. Torre que fue objeto en la restauración que fue llevada a cabo por José Sancho Roda en el año 1973. La intervención que se realizó dejó la torre 2,50 metros por debajo de la altura alcanzada por la misma en los lienzos 2 y 3. Por encima de la zona restaurada se aprecia como continúa el núcleo de la torre hasta llegar a la cota de coronación en la explanada superior de la Alcazaba.
Torre 2, flanqueada por los lienzos 2 y 3. Foto del autor
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Sería muy interesante investigar en la documentación de la intervención mencionada anteriormente por si hubiera algún testigo fotográfico que mostrara el estado previo de la torre a la restauración.
Torre 2, obsérvense por encima los restos de la torre original. Foto del autor
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4.18. Torre 3 4.18.1 Localización La torre 3 se ubica entre el lienzo restaurado 3 y el lienzo 4, justo antes de llegar a la Puerta de la Fortaleza. Se encuentra justo por debajo de la zona donde se sitúan los socavones que hay en la zona superior de la Alcazaba.
4.18.2 Descripción Se trata de una torre cuya base no Torre 3. Elaboración propia forma un semi‐circulo, sino que más bien mantiene una forma rectangular con las esquinas redondeadas. Es una torre de grandes dimensiones, que domina y guarda la entrada por la Puerta de la Fortaleza. Hasta la coronación de la parte que se conserva mide 3,90 metros de altura, teniendo un ancho en paralelo a la dirección de los lienzos que la rodean de 8,20 metros. Esta torre sale esta línea 4,90 metros. Hasta la plataforma superior tiene una altura de 9,40 metros. A pesar de encontrarse justo al lado de la restauración de los años 70, no ha sufrido intervención alguna
Torre 2, con el núcleo de la misma al fondo. Foto del autor
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Torre muy imponente, no encontramos similitud con otro elemento que tenga el mismo fin en toda la Alcazaba. La barbacana pasaría cerca de esta, dejando un pasillo que sería de unas dimensiones más bien pequeñas para ser una zona de entrada a una fortaleza, lo que puede tener más bien un sentido defensivo, al cerrar y crear un embudo en el que las tropas atacantes se estancaran.
Torre 3, con la Puerta de la Fortaleza al fondo. Foto del autor
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4.19. Torre 4 4.19.1 Localización La torre 4 se sitúa en la zona occidental, tras pasar las Puerta de la Fortaleza. Se encuentra entre el lienzo 5 y la rotura previa al lienzo 6, justo antes del aljibe moderno.
4.19.2 Descripción Se trata de una torre cuya base es un semi‐circulo, si bien no podemos Torre 4. Elaboración propia asegurar que esta sea su forma original, ya que al igual que el lienzo 6, la rotura realizada para la construcción del aljibe afecta a la torre. Debido a la dirección que siguen los restos del núcleo podemos afirmar que se trataría de una torre de unas grandes dimensiones, pero al romperla junto al lienzo anexo perdería sus medidas originales. Hasta la coronación mide 4,70 metros de altura, teniendo un ancho de 3,50 metros aproximadamente. Sería interesante encontrar alguna documentación fotográfica de la torre en caso de que se hubiera realizado al construir el aljibe.
Torre 4, vistas desde el pie de la misma. Foto del autor
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Torre 4, con la Puerta de la Fortaleza al fondo. Foto del autor
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4.20. Torre 5 4.20.1 Localización La torre 5 se sitúa entre los lienzos 6 y 7, en la zona oeste de la Alcazaba. Se encuentra en la zona más escarpada de la parte occidental del conjunto poliorcético.
4.20.2 Descripción A partir de esta torre cambian las tipologías de las mismas. Pasan de tener Torre 5. Elaboración propia una base semi‐circular a tener una base cuadrada. Puede que esto se deba a que no han cambiado su forma desde el origen de la construcción de la Alcazaba y que las torres que han adoptado forma semicircular se debieran a la reforma de Muhammad V. Esta torre sale considerablemente de la línea que forman los lienzos del bien. Mide más de 5 metros de altura, con 4,20 metros de ancho. Debido a las dificultades de acceso no se ha podido medir la distancia que separa la cara más alejada de los lienzos a los que está adosada la torre. Esta torre domina la zona escarpada del lado occidental del cerro de manera imponente debido a sus grandes dimensiones.
Torre 5, vistas desde el pie de la misma, a la izquierda el lienzo 7. Foto del autor
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Torre 5, con las antenas al fondo. Foto del autor
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4.21. Torre 6 4.21.1 Localización La torre 6 se encuentra ubicada entre el lienzo 7 y el desaparecido lienzo 8. Forma un ángulo entre ambos, adaptándose así la morfología de la Alcazaba al terreno del cerro.
4.21.2 Descripción Es una torre cuadrada al igual que la torre 5.
Torre 6. Elaboración propia
Volvemos a encontrarnos un elemento de grandes dimensiones a pesar de su situación poco accesible, apreciables mejor desde la zona de la torre 5. Es inaccesible desde su vertiente sur, pudiendo apreciarse tan solo desde el lado en que el lienzo 8 está roto o desde la torre 5. Esta torre sale considerablemente de la línea que forman los lienzos del bien. Mide aproximadamente 4 metros de altura, siendo el ancho de la misma de 3,80 metros. Debido a las dificultades de acceso no se ha podido medir la distancia que separa la cara más alejada de los lienzos a los que está adosada la torre.
Torre 6, vistas desde la rotura en el lienzo 8. Foto del autor
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Torre 6, con la instalación de las antenas en primer plano. Foto del autor
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4.22. Torre 7 4.22.1 Localización La torre 7 se encuentra ubicada entre el desaparecido lienzo 8 y el lienzo 9. Al igual que en la anterior torre, forma un ángulo entre ambos lienzos, adaptándose así la morfología de la Alcazaba al terreno del cerro.
4.22.2 Descripción Se trata de una torre cuadrada.
Torre 7. Elaboración propia
La torre 7 se ubica en el ángulo suroeste de la Alcazaba, dominando así junto a la torre 8 la visión de la Vega de Archidona. Mide 5,70 metros de altura, siendo el ancho de la misma de 3,80 metros. La cara paralela a los lienzos de esta torre se adelanta 3 metros con respecto a los mismos. Al contrario que las dos torres descritas anteriormente, el acceso a la misma es más practicable a causa de la rotura en el lienzo 8, a través de la cual pasa un sendero que baja hasta los pies del lienzo 9, donde enlaza con la subida de la vía ferrata. El cable de
Torre 7, vista desde la rotura del lienzo 8. Obsérvese el cable de acero de la vía ferrata. Foto del autor
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acero que sirve como línea de vida de la misma atraviesa este lienzo. Uno de los anclajes de la vía esta realizado sobre un mampuesto de la hoja exterior de la torre.
Torre 7, vista desde los pies del lienzo 9. Foto del autor
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4.23. Torre 8 4.23.1 Localización La torre 8 se encuentra ubicada en el extremo más occidental de la Alcazaba. Forma un ángulo entre el lienzo 9 y el lienzo 10. Al igual que en la anterior torre, forma un ángulo entre ambos lienzos.
4.23.2 Descripción Se trata de una torre cuadrada. La morfología de la misma puede apreciarse Torre 8. Elaboración propia desde la zona superior de la alcazaba. Junto con la torre 9 son las únicas donde ocurre esto con claridad. La torre 8 se ubica en el ángulo occidental, es el extremo de la Alcazaba en este lado. Sólo se puede acceder a un lateral de la misma, el que conecta con el lienzo 9. Al igual que ocurría con el lienzo 10, para fotografiar la torre ha sido necesario desplazarse al cerro de enfrente, a 500 metros de distancia. Mide 4.20 metros de altura, siendo el ancho de la misma de 3 metros desde la cara de los lienzos. La torre se adelanta 3 metros con respecto a los lienzos.
Torre 8, vista desde la rotura del lienzo 9. Foto del autor
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Morfología de la torre apreciable desde la plataforma superior. Foto del autor
Torre 8 la derecha del paramento. Foto del autor
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4.24. Torre 9 4.24.1 Localización La torre 9 se encuentra ubicada en la zona noroccidental de la Alcazaba. Forma un ángulo entre el lienzo 9 y el lienzo 10. Es la última torre de la que se tiene constancia.
4.24.2 Descripción Se trata de una torre cuadrada. La morfología de la misma puede apreciarse Torre 9. Elaboración propia desde la zona superior de la alcazaba. Junto con la torre 8 son las únicas donde ocurre esto con claridad. Es la única torre a la cual no se puede acceder por ningún lado, tan sólo se podría si se descendiera por el lienzo 11, algo muy arriesgado. Mide 2,50 metros de altura desde el lado más desfavorable de la roca hasta la coronación actual. Su ancho es de 3,20 metros, en ambas direcciones. Por su inaccesibilidad solo se puede fotografiar desde la plataforma superior o visualmente desde un acceso que bordea el lienzo 11.
Torre 9 a la derecha. A la izquierda el lienzo 11. Foto del autor
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Morfología de la torre 9 apreciable desde la plataforma superior. Foto del autor
Torre 9. Foto del autor
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La piedra como materia de construcción
La piedra como material geológico
piedra
III. Estudio de
Caracterización técnica de la
Materiales que constituyen la Alcazaba
materiales
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III. Estudio de materiales1 Antes de adentrarnos en el estudio pormenorizado de los materiales que componen la Alcazaba de Archidona, deberemos asimilar unos conceptos previos y necesarios para la comprensión de los mismos, empezando desde la historia hasta las propiedades de los materiales.
1. La piedra como material de construcción Aunque desde un punto de vista cualitativo sus usos tradicionales son, básicamente, análogos a los contemporáneos existen importantes variaciones en la intensidad de sus usos, mientras que la piedra sin labrar se utiliza en palacios, edificios militares y religiosos desde tiempos remotos, las técnicas de cantería se desarrollan entre 3000 y 5000 años a.C. en Egipto, no es sino hacia el año 2600 a.C. cuando aparecen los primeros monumentos en piedra labrada. Desde allí pasan a Fenicia y Grecia, dando origen a edificaciones como el Partenón (447 a 432 a.C.) o Ampurias (575 a.C.). La piedra es un material que trabaja muy bien a compresión, pero presenta mucha menor resistencia a flexión y a tracción. Para cubrir o salvar espacios utilizando piedra se desarrollan el arco y la bóveda. Se debe a la arquitectura caldea, en Mesopotamia, en el tercer milenio a.C., la aportación fundamental que constituye el descubrimiento de estas estructuras. Desde allí pasan a los etruscos y de estos a los romanos. Estos últimos lo difunden por el Mediterráneo, permaneciendo durante la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco hasta nuestros días. Los romanos utilizaron la piedra, no sólo como material estructural, sino también como material ornamental en Mezquita de Córdoba. Foto del autor revestimientos. Se desarrolla al mismo tiempo un importante comercio de piedra de calidad, principalmente mármol (hasta entonces se utilizaban fundamentalmente materiales locales). Este período de esplendor decae con el fin del Imperio. La entrada de los árabes significó la explotación intensa de la piedra como material ornamental, tal y como puede observarse en edificaciones tan señeras como La Alhambra, la Mezquita de Córdoba o Medina Azahara. 1
Datos obtenidos de: GARCIA DE MIGUEL, José María (2009): Tratamiento y conservación de la piedra, el ladrillo y los morteros en monumentos y construcciones. Consejo General de la Arquitectura Técnica de España. Madrid.
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Posteriormente, los métodos de cantería se van perfeccionando durante el Renacimiento y el Barroco, sin que experimenten ningún cambio trascendental hasta la Revolución industrial. Esta implica un cambio sustancial en la manufactura y la colocación de la piedra, cuál es la disposición de energía eléctrica, aire comprimido, explosivos y maquinaria pesada para arranque, transporte, corte y labrado. Hoy en día, España constituye un país exportador, comenzando a desarrollarse la piedra como industria en los años sesenta y alcanzando los mercados internacionales en los ochenta. La desaparición de los aranceles con entrada en la CEE supuso un fuerte impulso a la exportación a países europeos. En la actualidad, la piedra española se está utilizando en regiones tan lejanas como China, EEUU o Japón. Mientras que tradicionalmente ha predominado el uso estructural de la piedra sobre el ornamental, actualmente ocurre lo contrario, al haber sido sustituida por el hormigón y otros materiales para tal función. Este uso ornamental de la piedra parece deberse tanto a la añoranza por la naturaleza en un mundo enormemente tecnificado que ha hecho aflorar el gusto por los materiales “vistos”, como a la disponibilidad de fuentes de energía más allá de la animal y humana, lo que permite labrar, con relativa facilidad, un material duradero y de calidad. La demanda de prestaciones entre una u otra forma de ser utilizada la piedra (la tradicional y la actual) ha llevado a diferentes criterios de selección del material en los distintos tiempos. Mientras que, históricamente, cuando el transporte se tenía que hacer en carretas de bueyes la distancia primaba sobre la calidad, hoy en día esta ecuación ha invertido sus términos. Estructuralmente hablando, en la antigüedad nunca hubo problemas en cuanto al cumplimiento de los materiales en su función se refiere, ya que se sobredimensionaban, de forma que casi cualquier piedra cumplía ampliamente los requerimientos de resistencia. Tampoco debía inquietar la baja calidad en lo que a capacidad del material para soportar la agresividad de los agentes de degradación nos referimos. Simplemente, dicha baja calidad del material local se compensaba recubriendo la piedra de capas, pátinas, pinturas o jabelgas2, consideradas como el acabado de la obra arquitectónica y cuya función era tanto protectora y sacrificial, como ornamental. Solamente en elementos arquitectónicos muy singulares (ornamentos, esculturas y portadas) o en zonas más expuestas a la alteración como esquinas, marcos de huecos arquitectónicos, zócalos, etc., se podía asumir el mayor coste inherente a piedra de mayor calidad. Hasta el Renacimiento, en que se comienza a valorar el Patrimonio Histórico como testigo de nuestras señas de identidad, no es de extrañar que la piedra, un material costoso de extraer y labrar, se viniera reutilizando. Son numerosos los monumentos construidos con elementos preexistentes, por ejemplo, la Alcazaba de Almería se eleva con sillares romanos o visigóticos reutilizados. No es raro encontrar, por ejemplo, piezas de mármol labradas con otro objetivo, utilizadas como sillares. Tampoco no es nada inusual encontrar elementos balísticos tales como proyectiles de piedra usados para la 2
Mezcla de cal, polvo de mármol y agua, muy similar al estuco, pero a diferencia de este la consistencia de aplicación no es la de un mortero o pasta sino la de una pintura.
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reconstrucción de lienzos murarios. Claro ejemplo de ello es un proyectil de ofita usado en el asedio a las murallas de la Hoya, donde estos se encuentran en abundancia, reaprovechado para la reconstrucción del lienzo 1 de la Alcazaba de Archidona.
Proyectil de ofita reaprovechado en la Alcazaba de Archidona. Foto del autor
1.1. Métodos de extracción y labrado 1.1.1. Introducción La metodología de extracción y manipulación de la piedra de cantera para su uso posterior como material de construcción u ornamental, ha sufrido un cambio drástico desde la mitad del siglo XX. Este cambio ha sido motivado por los requisitos de productividad exigidos en las diversas operaciones a las que se somete a la roca antes de la puesta en obra. Se ha pasado de la extracción de los bloques con cuñas metálicas o de madera, a los modernos procesos de corte con hilo diamantado o con chorro de agua a presión; del acabado manual, al empleo de martillos neumáticos. En general, los diversos procesos a seguir para transformar la piedra de un macizo rocoso en un producto comercial terminado se pueden agrupar en tres fases:
Extracción de la cantera.
Escuadrado y aserrado.
Acabado superficial.
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1.1.2. Extracción Para la extracción de la piedra, tanto ahora como antiguamente, los pasos son los mismos con pocas diferencias. Estas residen, únicamente, en la disponibilidad actual de medios más potentes. La primera operación consiste en limpiar y dar forma a los frentes de arranque, para seguidamente extraer los bloques. Para esta última labor, los canteros tradicionales taladraban con maza y escoplo una serie de orificios alineados a lo largo de la línea de corte, normalmente coincidente con una dirección del diaclasado natural. En esos orificios se colocaban cuñas de hierro o madera que, convenientemente golpeadas con mazas, separaban el bloque del cuerpo del afloramiento. Hoy en día esta labor se realiza por distintos medio, entre los que se encuentran los explosivos, el cemento expansivo, la lanza térmica y el corte con hilo de diamante. Grabado de extracción de piedra Fuente: historiayarqueologia.com
1.1.3. Escuadrado y aserrado Una vez extraído el bloque, los antiguos canteros lo segmentaban en sillares o mampuestos al tamaño apropiado por el método ya descrito de las cuñas. De ser necesario, las caras se aplanaban mediante maza y cincel. Hoy en día los bloques se fragmentan y escuadran a tamaños adecuados en la misma plaza de cantera y se transportan a los telares donde se cortan en tableros u otras formas.
1.1.4. Acabado Bajo la denominación de acabados se reúnen todos aquellos procesos que proporcionan a las piezas se aspecto final una vez que su tamaño y forma son las requeridas para su uso. Dependiendo de éste, la pieza se puede dejar con la superficie tal como ha quedado con el corte o proporcionarle una apariencia diferente. Algunos acabados actuales coinciden con los tradicionales, la única diferencia consiste en que actualmente se utilizan, en la labra, herramientas neumáticas o eléctricas con distintas bocas de trabajo. No todas las variedades de piedra admiten cualquier acabado. El pulido es el acabado más exigente. En la antigüedad este método no se usaba. Únicamente los granitos, mármoles y algunas calizas son susceptibles de recibir este tratamiento.
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2. La piedra como material geológico Excepto los vidrios volcánicos en los que el rápido enfriamiento de la lava impide la cristalización, las rocas son, geológicamente, agregados de minerales formando masas importantes en la arquitectura de la corteza terrestre. Las propiedades de las rocas derivan de su composición mineral y de su textura, es decir, de la forma en que los granos minerales se imbrican3 unos en otros. La dureza, por ejemplo, depende básicamente de su composición mineral, mientras que si porosidad es una consecuencia de su textura. Otras propiedades, como la resistencia mecánica, se encuentran influidas por ambas características. Como consecuencia de lo anterior, para conocer las rocas es necesario hacerlo en primer lugar con sus componentes, los minerales. Este conocimiento, aunque de forma muy somera, ocupará las líneas que siguen.
2.1. Características
interesantes en restauración y construcción de los minerales que forman rocas
2.1.1. Composición química Existen más de 2.000 especies minerales en la naturaleza, sin embargo, los minerales que integran las rocas, como especies fundamentales, son relativamente pocos. Algunas de sus características más importantes en construcción y restauración aparecen en la siguiente tabla, nos referiremos a los principales minerales que intervienen en el proyecto: Mineral
Composición
Dureza Mohs
p.e.
Calcita
CaCO₃
3
2,6 – 2,8
Dolomita
CaCO₃ MgCO₃
3,5
2,85 – 2,95
2.1.2. Dureza de los minerales La dureza es una propiedad importante de la piedra para determinar cómo va a comportarse frente a la limpieza con abrasivos y también es responsable de su comportamiento en pavimentos y otros usos en los que pudiera estar sometida a desgaste y abrasión. Además, es básica cuando se trata de perforación de túneles o sondeos para establecer el tipo de herramienta a emplear y el desgaste de la misma. En realidad no se puede hablar, propiamente, de la dureza de una piedra pues al estar compuesta por minerales cada uno de ellos tiene su propia dureza, sino de su resistencia 3
Disponer una serie de cosas iguales de manera que queden superpuestas parcialmente
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a la abrasión, la que dependerá fundamentalmente de su mineralogía, pero también de su textura y grado de alteración. La definición de dureza más extendida se establece como la resistencia que ofrece la superficie lisa de un mineral a ser rayada o penetrada. La dureza depende de la estructura cristalina, cuanto más fuerte es la dureza de enlace entre átomos, más duro es el mineral. La dureza de rayado es el procedimiento más simple para establecer esta propiedad de los minerales ya que apenas se requiere equipamiento para estimarla. Se conoce como dureza de Mohs y consiste en tratar de rayar el mineral con una serie de 10 minerales comunes, de menos a mayor dureza, que se toman como referencia. La dureza se establece entre por cuál es rayado y a cuál raya. La serie de minerales de referencia son los siguientes: 1) Talco laminar. Se raya con la uña fácilmente. Es el jaboncillo usado por los sastres. 2) Yeso cristalizado. Se raya con la uña con dificultad. 3) Calcita. Se raya con una placa de cobre y con la navaja con facilidad, pero no con la uña. 4) Fluorita. Se raya con la navaja pero no con una placa de cobre. 5) Apatito. Se raya con el vidrio. Se raya con dificultad con la navaja, pero fácil con el vidrio. 6) Ortosa. Mantiene una dureza parecida al vidrio, así que se raya con mucha dificultad con el vidrio y también raya a este, si bien con dificultad. 7) Cuarzo. Raya el vidrio con facilidad. 8) Topacio. Mineral raro, muy duro. A veces con calidad de gema. 9) Corindón. Mineral extraordinariamente duro. Se ha utilizado como esmeril y papel de lija en herramientas de pulido. Zafiro y rubí son variedades nobles de esta especie. 10) Diamante. El mineral más duro, aunque frágil. Raya a todas las sustancias.
Según esta escala, el vidrio tendría una dureza de 5,5, el acero de una navaja de 3,5 y la uña 2,5. El procedimiento es tan simple que llevando, en obra, una navaja, un trozo de vidrio y fragmentos de cuarzo, se puede realizar una estimación de la dureza de los minerales más frecuentes. Por este método se pueden diferenciar rápidamente, por ejemplo, calizas, mármoles y dolomías de rocas silíceas, como cuarcitas y pizarras, con las que a veces se pudieran confundir. En realidad la escala no es proporcional; el intervalo de dureza aumenta a medida que avanzamos en la misma. En los laboratorios se estima la dureza por otro procedimiento más exacto. Se trata de dejar caer una punta de diamante con un peso determinado sobre una superficie pulida de la muestra. La dureza se estima por el tamaño de la huella que ha dejado el impacto, que se mide con un microscopio. La forma de la punta determina el tipo de ensayo: dureza Rockwell (en cono o bola), Brinell (bola) y Vickers (pirámide de diamante). La dureza es una característica importante, sobre todo cuando se trata de limpiar la piedra. Como las rocas están compuestas de minerales, las limpiezas con abrasivos rayan a aquellos en los que su dureza es inferior a la del abrasivo.
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2.2. Clasificación petrográfica de las rocas Las rocas se clasifican por la manera de generarse en: ígneas, metamórficas y sedimentarias. Las primeras en formarse, cuando la Tierra era todavía líquida, fueron las rocas ígneas, por enfriamiento y generación de la primera corteza. Esta corteza se erosionó y los materiales resultantes se acumularon en cuencas de sedimentación. Su cementación y compactación dio origen a las rocas sedimentarias. Los movimientos verticales de ciertos sectores de la corteza terrestre provocan que los sedimentos puedan quedar soterrados a profundidades donde reinan temperaturas y presiones mucho mayores que las de la superficie terrestre. Las rocas reaccionan a las nuevas condiciones, transformando su mineralogía, así como su textura, a fases minerales más estables en el nuevo ambiente. De esta forma se da paso a las rocas metamórficas. En la construcción de la Península Ibérica, del abundante cortejo de rocas existentes sólo se han utilizado las siguientes:
Rocas ígneas, fundamentalmente granitos utilizados tanto en la construcción monumental como contemporánea, de las que los denominados granitos negros (en realidad se trata de otras rocas ígneas) son normalmente importados y no se han utilizado históricamente.
Rocas sedimentarias, calizas, areniscas y calcarenitas, de uso tanto histórico como contemporáneo.
Rocas metamórficas, entre las que destacan los mármoles, históricamente utilizados como material de ornamentos, suelos y esculturas. Actualmente también se utilizan extensamente. Las pizarras se han utilizado, tanto tradicionalmente como actualmente, para techar. Las cuarcitas sólo aparecen históricamente como mampuestos con otras rocas, pero hoy en día cada vez adquieren mayor uso como solados y chapados rústicos e incluso como baldosa pulida en algún caso.
3. Caracterización técnica de la piedra La piedra se caracteriza mediante ensayos y análisis que informan sobre sus propiedades. Estos ensayos se pueden realizar con dos objetivos:
En obra nueva: averiguar la calidad del material respecto a ciertas características según el uso que se le va a dar y predecir su comportamiento.
En análisis de patologías, en obra construida y Patrimonio Histórico: diagnosticar la causa de las mismas y testar el tratamiento para detenerlas.
En el primer caso, los ensayos y análisis se sujetan a normas que permiten comparar calidades de los materiales entre sí y con un estándar. En el segundo se trata más bien de investigar cómo está respondiendo el material a ciertos procesos de degradación y cómo influirán las modificaciones o tratamientos que se puedan introducir para detenerlos.
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3.1. Caracterización según usos en obra nueva De acuerdo con la utilización que se pretenda dar a la piedra, ésta ha de presentar ciertas características y propiedades en cuanto se refiere a resistencia mecánica, resistencia al desgaste, a la alteración, al agua, etc. Actualmente es obligatorio que los productos de piedra natural dispongan del marcado CE. Mientras que unas normas abordan los ensayos a realizar sobre cada material según los usos a los que se destine, otras describen dichos ensayos normalizados. Si lo que se pretende es diagnosticar patologías y tratamientos, sin embargo, los ensayos a realizar pueden diferir de la norma, ya que se realizan con distinto objetivo. En las líneas que siguen se describe el fundamento de unos y otros. Muchas veces, la única diferencia estriba en las especificaciones (tamaño de probetas, tiempo a que se les somete a unas determinadas condiciones, etc.); otras veces, el ensayo para diagnóstico y tratamiento es más complejo ya que se requiere obtener información adicional que el ensayo normalizado no proporciona.
4. Materiales que constituyen la Alcazaba 4.1. Calizas y dolomías Se trata de la mayor parte de los materiales que componen la Alcazaba, podemos decir que son el 90% de la misma, todo esto es a causa de que el cerro en el que se asienta es un yacimiento de calizas y dolomías. El mismo desmonte del cerro para la construcción de las bancadas en las que se asentarían las viviendas de la Medina así como el rebaje de la piedra para la edificación de la Alcazaba sirven como materiales aprovechables en forma de mampuestos para el levantamiento de esta última en la cima de la colina. Los lienzos murarios, las torres y el núcleo de los muros están compuestos por elementos de calizas y dolomías, si bien tienen alguna intromisión de otros materiales como pudieran ser margocalizas, ofitas, ofita, etc.
4.1.1. Naturaleza y propiedades Las calizas son rocas sedimentarias cuyo componente principal, y casi exclusivo, es el carbonato cálcico cristalizado como calcita. Íntimamente asociadas con ellas se encuentran las dolomías, donde el mineral es dolomita (carbonato cálcico magnésico). En realidad, muchas dolomías proceden de la transformación de calizas preexistentes por introducción de iones de magnesio sustituyendo a los de calcio. Las calizas y dolomías de todos los tipos han sido ampliamente utilizadas como piedra histórica de construcción. Las variedades compactas aparecen como sillares, mampuestos o zócalos, mientras que las finamente granulares, más porosas, se han usado como piedra de labra. Hoy en día, las variedades compactas (que admiten pulido) se explotan ampliamente, comercializándose y con las mismas formas de utilización.
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Geológicamente, las calizas utilizadas en la construcción en España pueden pertenecer al Mesozoico (Era Secundaria) o al Terciario. La mayoría de las calizas más antiguas, pertenecientes al Paleozoico, han sido recristalizadas a mármol por procesos metamórficos.
Comparativa zonas geológicas y cerro. Hoja 24 serie MAGNA50 (ITGE), (izquierda). SIGCPAC, (derecha).
LEYENDA 8. Arcillas y carniolas triásicas.
12. Dolomías.
14. Calizas blancas.
15. Caliza nodulosa roja
17. Margocalizas, calizas grises y 21. Radiolaritas y margas con margas. radiolarios.
35.Conglomerados, arcillas
40. Tobas calcáreas.
42. Arcillas, arenas y cantos
Las calizas y dolomías mesozoicas son abundantes en la denominada España calcárea, integrada por las cadenas Béticas, el sistema Ibérico, la costera Catalana, el Prepirineo y la parte central y oriental de la cordillera Cantábrica. Las regiones más importantes son la región bética y alicantina, aunque existen canteras de caliza para roca ornamental en muchas otras localidades de la España calcárea. La porosidad y resistencia pueden variar ampliamente de unas a otras variedades desde alta resistencia y baja porosidad en calizas compactas a los travertinos, tobas calcáreas y bioconglomerados, donde los términos aparecen invertidos. En calizas y dolomías son frecuentes las oquedades de distinta naturaleza. Puede tratarse de porosidad móldica, así denominada por corresponder a antiguos organismos que fueron cubiertos por lodo calcáreo que posteriormente desaparecieron al pudrirse o inherentes a las partes blandas de los organismos. Otro tipo de porosidad es fenestral, rompiendo la textura de la roca como si fueran ventanas practicadas en su seno. La porosidad intragranular, más fina normalmente, se debe a la disolución o ausencia de cemento entre los granos. Finalmente, todas estas porosidades son frecuentemente agrandadas por fenómenos de disolución kárstica a partir de aguas subterráneas, que también pueden precipitar cristales de calcita en las oquedades formando geodas o cegándolas totalmente. Este proceso no es sino una versión a pequeña escala del que da lugar a grutas con formaciones estalactíticas, y como se ha explicado en el apartado anterior, se debe a la buena solubilidad del carbonato cálcico en el agua, en condiciones ácidas.
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En general, este tipo de porosidad de las calizas no aumenta su alterabilidad ya que, o bien no se encuentra comunicada, o su tamaño es lo suficientemente grande como para que la cristalización de sales y hielo encuentre espacio libre. Además, si bien el agua entra con facilidad en estos poros, también encuentra la misma facilidad para abandonarlos. Los travertinos son rocas bastantes resistentes a la alteración, manteniendo una enorme porosidad móldica (a veces superior al 60% del volumen).
4.1.2. Alterabilidad y procesos de degradación Las calizas son poco resistentes a la alteración química en medio ácido. El carbonato cálcico que las compone reacciona fuertemente con los ácidos desprendiendo anhídrido carbónico. Las dolomías, al estar formadas por dolomita, son más resistentes, pero, si bien atenuados, sufren los mismos procesos de degradación. Ya se ha explicado en el capítulo anterior que el agua de lluvia presenta una cierta acidez al disolver anhídrido carbónico (CO₂) de la atmósfera para formar ácido carbónico. En ambientes contaminados, el pH del agua puede reducirse considerablemente aumentando la velocidad de ataque. El efecto es la formación de caries por disolución y la pérdida de relieve, pero sin que la piedra presente la típica arenización de las areniscas, más bien la superficie permanece dura y consistente pero con sensible pérdida de volumen. Las calizas y dolomías, al igual que los mármoles, suelen ser mucho menos sensibles al ataque por sales y heladas que las areniscas. Ello se debe, en las variedades travertínicas, muy porosas, a que los poros son demasiado grandes para que los procesos descritos puedan tener un efecto destructor. En las variedades compactas, en cambio, su baja sensibilidad a estos ataques es debida a una microporosidad muy reducida combinada con una macroporosidad fenestral, demasiado grande para que, al igual que en los travertinos, los ataques puedan ser efectivos. Las más sensibles a los ataques por sales y heladas son las variedades margosas, debido al contenido en arcilla. Esta fracción arcillosa acumula la humedad en su fina porosidad y es susceptible de levigado de la fracción arcillosa por la expansión hídrica de las laminillas de estos minerales. Su alterabilidad y procesos de degradación son muy similares a los explicados para el mármol y suelen ser mucho más resistentes que las areniscas.
4.1.3. Tipos de calizas 4.1.3.1 Calizas compactas Se llaman calizas compactas o marmóreas a aquellas calizas en las que los distintos elementos constitutivos forman un continuo de carbonato cálcico sin que, a primera vista, se aprecien, individualizados, los elementos texturales que los integran. Debido a su textura, suelen admitir pulido y comercialmente se denominan mármoles, aunque petrográficamente no lo sean. A diferencia del mármol, sin embargo, muchas de estas calizas compactas suelen presentar porosidad fenestral.
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Por su textura, las calizas compactas suelen presentar una mayor resistencia mecánica y a la alteración que los otros tipos, aunque se fractura concoidea impedía, en muchos casos, su labra fina con las herramientas históricas. Es por ello por lo que para filigranas y elementos delicados se utilizaron otros tipos finamente granulares y sacaroideos, tales como la variedad de caliza travertínica.
Calizas en el lienzo murario 9. Foto del autor
Al igual que en el mármol, la alteración más manifiesta se suele producir por disolución. Como la disolución es un proceso muy lento, se pueden considerar poco alterables. Muchas veces, la superficie presenta un tono distinto de fractura fresca de la roca. Esto es debido a un proceso de disolución superficial irregular produciendo tonos blancuzcos y agrisados. Otras veces la disolución deja como residuo óxidos de hierro que le proporcionan con el tiempo un tono ocre. A veces, sin embargo, existen piezas con microfisuras ocupadas por calcita y material arcilloso. Estas microfisuras constituyen zonas de discontinuidad por donde el agua puede acceder a la masa de piedra. El material microfisurado, mucho más sensible al ataque por sales y heladas, suele pasar inadvertido en cantera y en obra. La apertura de las fisuras por los procesos descritos (cristalización de sales en las fisuras o congelación del agua), pueden llevar a la fragmentación intensa de las piezas, una vez colocadas en obra, mientras se aprecia cómo las contiguas, del mismo material, no microfisuradas en origen, apenas aparecen afectadas.
4.1.3.2 Calizas bioclásticas y bioconglomerados Se trata de calizas constituidas por acumulación de fragmentos fosilíferos, generalmente conchas (lumaquelas), muchas veces escasamente cementadas.
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Generalmente, son rocas extraordinariamente porosas, pero el rango de poro las hace poco sensibles a los ataques por sales y heladas. La alteración suele progresar a partir de la disolución del cemento que deja sueltos los granos. En las variedades más compactas, como la piedra de Hontoria, la disolución del cemento provoca una rugosidad en la superficie resaltando el contenido fosilífero, menos soluble.
4.1.3.3 Travertinos y tobas calcárea Son calizas extraordinariamente porosas que han sido utilizadas abundantemente en el Patrimonio Histórico debido a sus buenas características y facilidad para el corte y labra. Tal y como se puede observar en la imagen tres páginas atrás, la masa travertínica de la que se han extraído los materiales hallados en la Alcazaba se encuentra a los pies del cerro, Archidona se asienta sobre un afloramiento de travertino. Por esta razón, no es necesario buscar canteras por la zona. Se puede comprobar como en la Alcazaba su uso sólo se ha reservado para las esquinas del torreón situado en el extremo este en forma de sillares, así como en las dovelas remanentes en el inicio de los arcos de la Puerta de la Fortaleza. También, se puede apreciar su uso fuera de la Alcazaba en el cinturón de murallas inferiores, concretamente en la Puerta de la Ciudad, donde también se usa para refuerzo en las esquinas, así como en diferentes edificios y monumentos de Archidona. La mezquita‐ermita es otro claro ejemplo de su uso, en forma de sillares, que se pueden apreciar debido a la excelente restauración llevada a cabo por César Olano Gurriarán.
Sillares de calizas travertínicas ubicados en las esquinas del torreón. Foto del autor
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Característicamente, contienen una elevada porosidad móldica, normalmente de tallos de algas. Su origen hay que buscarlo en la precipitación de bicarbonato por un cambio de temperatura u otra causa que provoque el desprendimiento de anhídrido carbónico, según el proceso descrito en apartados anteriores. El lodo calcáreo precipitado cementa las algas, que al morir y sufrir putrefacción, dejan el hueco que ocupaban. A pesar de su elevada porosidad, los travertinos son poco sensibles a los ataques por sales y heladas. Ello se debe a su gran tamaño de poro, donde los cristales de los compuestos salinos pueden crecer libremente sin producir lesiones. El agua, por otro lado, es tan rápidamente absorbida por estas rocas, como eliminada. Además, debido también a la morfología de los poros y el efecto bóveda que provocan, mantienen una buena relación, resistencia a compresión/densidad. Hoy en día se utilizan como rocas ornamentales, incluso en solados y revestimientos de baños, para los que tienen que ser resinadas tapando la porosidad. Para solados, al igual que ocurre con el resto de las calizas, no son, sin embargo, muy adecuadas debido a su baja resistencia a la abrasión.
4.1.3.4 Dolomitización, dolomías Al igual que ocurre con los mármoles, algunas rocas carbonatadas, con el mismo aspecto y uso que las calizas, están formadas por dolomita (carbonato cálcico magnésico), en lugar de por calcita (carbonato cálcico), denominándose dolomías. Por lo demás, las características de las calizas y dolomías son muy similares en cuanto a resistencia mecánica. Las dolomías son menos solubles y alterables que las calizas.
Dolomías situadas en el lienzo 11, se observa la poca diferenciación con las calizas. Foto del autor
En ambiente contaminado, el comportamiento diferencial entre calizas y dolomías es evidente. La dolomía es mucho menos sensible al ataque ácido. Esto se pone de manifiesto sin más que echar una gota de ácido clorhídrico sobre la piedra. Mientras que la calcita produce una fuerte reacción efervescente con los ácidos, la dolomita sólo es susceptible de ataque por los ácidos en caliente, o muy lentamente, lo que constituye un
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método de diagnóstico entre estos tipos de piedra, cuyo aspecto, por lo demás, es idéntico. En el ataque por la lluvia ácida a la dolomía, además del sulfato cálcico, se producen sulfatos de magnesio, mucho más móviles y dañinos para los materiales de construcción.
4.1.3.5 Margas y calizas margosas Las margas son rocas mixtas entre las calizas y las arcillas. Contienen, aproximadamente, un 50% de cada uno de esos componentes, existiendo todos los tránsitos posibles entre los extremos (calizas margosas, margas y arcillas margosas). Podemos encontrar estos minerales en el interior de la Hoya de Archidona, prácticamente toda su extensión está compuesta de margocalizas.
Margocaliza inserta en el lienzo 4 de la Alcazaba. Foto del autor
En cantera, los bancos de calizas más o menos arcillosas se encuentran interestraficados con los de caliza pura. Hoy en día se realiza una cuidadosa selección del material que se lleva al telar para su comercialización, explotándose únicamente los bancos potentes de caliza más o menos pura. Además, todos los procesos de corte y labra industrial utilizan agua abundante, por lo que un contenido alto en arcilla sería revelado en estos procesos, a través de la debilidad de la roca frente al líquido elemento. Históricamente, sin embargo, la selección no debió de ser tan meticulosa. En la sillería utilizada en paramentos es frecuente encontrar piezas ricas en arcilla que muestran una elevada degradación diferencial, con respecto a las contiguas, más puras. Las margas y calizas margosas, en cambio, son adecuadas para la fabricación de cemento, donde se requiere un cierto contenido en arcilla, que en calizas puras sería necesario agregar.
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4.2. Ladrillo El ladrillo es un componente importante en la Alcazaba de Archidona. Se ubica tanto en la puerta de la fortaleza como en el aljibe, así como se haya en inicios de los paramentos de los restos arqueológicos que hay en la zona superior junto a la cubierta del aljibe. Todo este aljibe está construido con ladrillos, tanto en paredes y arcos como en bóvedas. También se puede apreciar en reformas posteriores a la edificación primigenia cuando se reforzó la Puerta de la Fortaleza con ladrillos en la zona de entrada, justo en línea con las dovelas de travertino.
Ladrillo en la Puerta de la Fortaleza. Foto del autor
Ladrillo en las naves del aljibe. Foto del autor
4.2.1. Reseña histórica El ladrillo se ha obtenido históricamente a partir de la cocción de tierras ricas en minerales arcillosos amasadas con agua, sobre todo en zonas donde la piedra era escasa. Una vez dada forma a las piezas, éstas eran secadas al sol hasta que adquirían la consistencia requerida, con lo que eran trasladadas a hornos artesanales para su cocción. La industria ha homogeneizado los procesos para obtener ladrillos estandarizados en cuanto a medida, cocción y coloración uniforme, que facilitan su colocación y puesta en obra. El ladrillo se conoce desde muy antiguo, siendo ya utilizado 7.000 años a.C. en Jericó, Mesopotamia y Palestina, ante la escasez de piedra. Secado al sol y recubierto de ladrillo cocido, a veces esmaltado, fue utilizado, también, por sumerios y babilonios. En la Edad Media y en el Imperio Bizantino, el ladrillo se empleaba tanto como elemento decorativo como funcional, donde la piedra era escasa. Lo testimonia la gran profusión de formas ornamentales en la colocación de las piezas, siendo el ladrillo rojo templado, mate, el más usado por el islam en España, desarrollando figuras en punto de espina, lazos flamencos, tejido de estrellas, etc.
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También en América el ladrillo era conocido antes de la llegada de los colonos. Los olmecas, mayas y otras civilizaciones construyeron pirámides de ladrillo recubierto de piedra, mientras que el adobe se utilizaba en las regiones más secas. En América del Norte no fue utilizado hasta la llegada de los colonos europeos.
4.2.2. Características y alteración La arcilla, que constituye la materia prima para la fabricación del ladrillo, es la roca sedimentaria más abundante en la corteza terrestre. Su disponibilidad es prácticamente universal. Por ello, en España, el uso tradicional del ladrillo no se restringe a las cuencas miocenas castellanas, sino que es posible encontrarlo en otros muchos periodos geológicos y en todas aquellas regiones en que la piedra no abunda. La industrialización ha extendido el uso del ladrillo, prácticamente, a todas las regiones. Las tierras arcillosas con las que se elaboraron los ladrillos de la Alcazaba provienen de toda la parte sur‐sureste de la Sierra de Archidona, tal y como se observa en la imagen de la hoja 24 de la serie MAGNA50. Las arcillas están formadas por minerales arcillosos y cuarzo muy fino. Las arcillas se depositan en medios tranquilos, tales como cuencas marinas o lacustres, así como en los tramos bajos de los ríos.
8. Arcillas. MAGNA50 (ITGE)
En muchas construcciones el ladrillo se combina con piedra compacta y resistente, utilizándose esta última en los elementos más expuestos, mientras que el ladrillo integra las áreas más protegidas. A veces se proporciona al ladrillo una resistente capa de cocción para su uso exterior (ladrillo visto) pero históricamente con mayor frecuencia, se utilizaban enlucidos revocos o revestimientos cerámicos para protegerlo. Como es bien conocido, el ladrillo es un producto cerámico industrial obtenido mediante la cocción de tierras arcillosas. Sus características y calidad dependen de la composición mineralógica de los materiales utilizados para su fabricación, así como del grado y forma de cocción. Mineralógicamente, el material de partida está constituido por filosilicatos de tipo illítico o illítico‐caolinífero, con determinados contenidos de cuarzo y feldespato. Estos últimos se emplean como fundentes, es decir, para reducir la temperatura de cocción y ahorrar costes energéticos. Para acondicionar la pasta se puede agregar chamota como desengrasante (materiales cerámicos cocidos, molidos y reducidos a granos de diámetro variable). El cuarzo y feldespato que acompañan a la arcilla también juegan un papel desengrasante, mientras que la mica actúa como plastificante. Los desengrasantes se agregan para reducir la plasticidad de la pasta y su retracción en el cocido.
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La mejor composición de la materia prima para la obtención de ladrillo debería mantener las siguientes características:
Alúmina (Al₂O₃) alrededor del 25%. Como las arcillas son silicatos de alúmina, el contenido en esta última está expresando la proporción en minerales arcillosos. Un exceso en arcilla aporta excesiva plasticidad con los consiguientes problemas de retracción y agrietamiento de las piezas; el defecto disminuirá la cohesión de la pasta. No todas las arcillas proporcionan la misma propiedad grasa a la pasta. Las de tipo illítico son mucho menos grasas que las esmectitas. Estas últimas deberían encontrarse por debajo del 15%.
Sílice (SiO₂) alrededor del 55%. La sílice se encuentra combinada en los minerales arcillosos, como silicatos de alúmina o como sílice pura en los granos de cuarzo que componen la arena. Si se descuenta la sílice combinada, la proporción de arena de cuarzo debería encontrarse cerca del 35% en la pasta. El cuarzo de la arena constituye el componente desengrasante principal. Su efecto sobre la pasta es el opuesto al de los minerales arcillosos; el exceso reduce la cohesión del ladrillo una vez cocido y el defecto implica agrietamiento durante este proceso.
Esto en lo que se refiere a los componentes principales. Además, existen otras prescripciones respecto a componentes que pueden aparecer en menores proporciones. El contenido en sales solubles, dañinas para los materiales de construcción (cloruros, sulfatos y nitratos) debería ser el menor posible. Estas sales provocarían daños en el ladrillo una vez colocado en obra, por mecanismos suficientemente explicados en otros apartados de este mismo texto. Los límites admisibles dependen de las diferentes normativas, aunque, como aproximación se pueden considerar las siguientes proporciones máximas:
CaSO₄
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