La agonía de Leviatán

OPINION

LA AGONÍA DE LEVIATÁN Larosi Haidar

El monstruoso aparato represor del régimen feudal marroquí se debate entre la vida y la muerte, se asfixia, le falta el aire y ya es sólo cuestión de tiempo, muy poco tiempo, para que lo veamos retorcerse en su último suspiro... el último suspiro del moro. Sus zarpazos dados a ciegas, sus vómitos y sus ojos inyectados de sangre, son la mejor señal de su grata caída. Caída que, por otra parte, ha sido esperada con tanta ilusión y con tanta fe durante tantos años y tras tantos cientos de víctimas saharauis que el leviatán majzení no dudó en pasar por las armas, la tortura y el terror, que únicamente huelga decir: "se lo tiene bien merecido". Llevamos ya casi un mes observando perplejos el ensañamiento de los esbirros majzeníes con la indefensa población saharaui de los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental. Ensañamiento que tuvo lugar en localidades saharauis como El Aaiún, Esmara, Bojador o Villa Cisneros; en ciudades históricamente saharauis, como Tan Tan, Gleimim o Asa; así como en ciudades propiamente marroquíes en las que residen ciudadanos saharauis, principalmente estudiantes, como es el caso de Rabat, Agadir o Marrakech. En definitiva, allí donde había un alma beduina de genuino ciudadano saharaui dispuesto a manifestarse pacíficamente para hacerse escuchar, aparecían rebuznando al unísono las fuerzas del desorden marroquíes y empezaban a repartir a diestro y siniestro porrazos, matracazos, culatazos, puñetazos,... ... para luego llevarse a cuantos podían de los desamparados manifestantes a sus madrigueras de acuartelamiento y aplicarles los más humillantes y vejatorios métodos de tortura. El último episodio tuvo lugar el otro día, en El Aaiún ocupado, cuando los indefensos saharauis conmemoraban pacíficamente la histórica manifestación del 17 de junio de 1970. La represión fue brutal y desmesurada, algo que indignó a los activistas saharauis de Derechos Humanos y, por ello, se convocó otra manifestación a las 17 horas como condena al vergonzoso modus operandi utilizado contra los manifestantes de la mañana. Sin embargo, si la salvaje intervención de los esbirros majzeníes fue desmesurada contra los primeros manifestantes, contra los segundos su acción represiva fue más allá de lo imaginable. De hecho, fue una clase magistral sobre la represión y el desprecio al ser humano al que pueden llegar ciertas fuerzas ocupantes cuando se huelen la proximidad de su vuelta a casa. Sobre todo en sus represalias sádicas y rabiosas contra aquellos que más daño les están haciendo, aquellos que les están poniendo en evidencia ante el mundo entero; aquellos que pacíficamente les están obligando a quitarse la máscara para mostrar su asquerosa y terrible figura de despiadado monstruo torturador e insaciable violador de los derechos humanos en los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental. Me refiero a los activistas saharauis de Derechos Humanos en los Territorios Ocupados, ese puñado de valientes y abnegados incondicionales de la lucha por los derechos humanos de su pueblo que, metidos en la boca del lobo y con el real riesgo de ser masticados y devorados por el leviatán de represión majzení, osan levantar la voz y la cabeza para escupirle a bocajarro a sus verdugos ocupantes: "hagáis lo que hagáis, aquí estaremos para denunciar vuestra barbarie,

vuestras extorsiones y vuestras sádicas irrupciones en los hogares saharauis; aquí estaremos para denunciar las continuas violaciones de los derechos humanos en los Territorios Ocupados del Sáhara Ocidental; aquí estamos y estaremos porque ya no os tenemos miedo; porque ya se acabó el pánico y el temor a ser torturados; aquí nos tenéis para saciar vuestra sed de sangre, ... pero no callaremos ni miraremos hacia otro lado mientras vuestros esbirros uniformados pisotean nuestros derechos, nuestra dignidad y nuestro honor. No, esa sí que no se la vais a contar a los vuestros, así que ya podéis inventaros algo para inflar vuestra vanidad; aunque, de hecho, no os costará mucho fantasear pues esa es una de vuestras especialidades majzeníes. Se acabó, ya podéis ir cerrando el chirringuito porque aquí caben sólo dos soluciones, no hay lugar para una tercera: o nos aniquiláis a todos, solución que no debe desagradaros mucho por ser una de las líneas básicas de vuestra política palaciega más putrefacta; o recogéis vuestros hatillos y bártulos y volvéis por donde vinisteis, solución lógica, razonable y justa". Y es que era de esperar, nadie con un ápice de dignidad y por muy débil que fuera, puede aguantar tanta extorsión y tantas vejaciones por parte de un esbirro foráneo uniformado que se pasea a sus anchas por tu propia casa e intenta, para más inri, hacerte callar para que el resto del mundo no se entere de lo que verdaderamente está ocurriendo en los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental. No, eso ya se acabó, y como decía el jamaicano: "puedes engañar a unos cuantos durante algún tiempo pero no puedes engañar a todo el mundo durante todo el tiempo". Y yo me permito la licencia de cambiar una palabra para decir: "puedes aterrorizar a unos cuantos durante algún tiempo pero no puedes aterrorizar a todo el mundo durante todo el tiempo". Así están las cosas. Todo el mundo está al tanto, todo el mundo está al loro, nadie quiere que se le pase ni un solo detalle de las atrocidades que están sufriendo los ciudadanos saharauis por parte de los sicarios del régimen marroquí para, llegado el momento, hacer lo necesario con el fin de que cese la barbarie y podamos evitar la masacre masiva de todo un pueblo; un pueblo cuyo único pecado es querer vivir en paz, libre y democráticamente sobre su propia tierra. El régimen feudal marroquí debe entender el mensaje; debe saber que por muchas intimidaciones, asesinatos o torturas realizadas a genuinos ciudadanos saharauis como Lidri Elhoucine, Fatma Ayach, Lahoussine Moutik, Aminatu Haidar o Hmad Hammad, el volcán de la intifada saharaui no se apagará. Y esto es sólo el principio. 19/06/05