La Agenda del Presidente de los Estados Unidos: Barak Obama

La Agenda del Presidente de los Estados Unidos: Barak Obama

"Esta nación, Dios mediante, tendrá un nuevo nacimiento de la libertad; y
que el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo, no perecerá en
la Tierra" .( Fragmento del Discurso de Gettysburg 1863)
Abraham Lincoln

Fernando Álvarez Simán*
http://mx.geocities.com/feralvarezsiman/



Después de dos años de campaña y millones de imágenes y mensajes enviados
por correo electrónico y teléfonos celulares, de millones de mensajes por
la red social de You Tube y otras; de miles de spots por televisión y
radio, inserciones en periódicos y hasta apariciones en juegos de video
interactivo, pero, sobre todo; de un costo total que superó los 2.5 mil
millones de dólares y cierto temor de que reaparecieran prejuicios
raciales, el pueblo americano eligió al senador Barack Obama como su
presidente número 44.

A 481 años del naufragio de Álvar Núñez Cabeza de Vaca y sus 300 hombres
frente a las costas de Florida, y que también arrojó al primer hombre de
color en suelo americano: "Estebanico", perdido en las costas del golfo
junto a Cabeza de Vaca y otros dos expedicionarios por casi ocho años, y a
siglo y medio de abolida la esclavitud, el senador Obama, de 47 años, se ha
convertido en el primer presidente afroamericano de los Estados Unidos.

El camino ha sido largo pero hoy la sociedad norteamericana se reconcilia
con su pasado y con una de las minorías que, desde la esclavitud primero y
después con la lucha por los derechos civiles, han forjado a la nación
americana moderna.

En 1863, bajo la presidencia de Abraham Lincoln se abolió la esclavitud,
con la llamada "Proclamación de Emancipación", que se concreta en la
Décimotercera Enmienda a la Constitución, en 1865. Se tuvo que pasar por el
doloroso proceso de la Guerra de Secesión o Guerra Civil entre 1861 y 1865,
que en el trasfondo, era una lucha entre dos tipos de economías, una
preindustrial que buscaba acabar con el esclavismo y otra agraria que
defendía el status quo. Lo que condicionó desde el principio la victoria
del Norte sobre el Sur fue su mayor desarrollo tecnológico y la mayor
población; así, la producción de armas, municiones y víveres fue una
ventaja para el Norte, ya que su economía crecía mientras la sureña se
hundía.


Casi 50 años después, Norteamérica pasa por un período conocido como el
Movimiento por los Derechos Civiles, caracterizado por una lucha que
buscaba terminar con la segregación y cuya figura emblemática es el
reverendo Martin Luther King. Este periodo inicia en el verano de 1955 con
las protestas por el asesinato de un adolescente de Chicago, Emmett Till, a
manos de dos hombres blancos, por silbarle a una mujer blanca en una
tienda. Según las crónicas, 50,000 personas pudieron ver el cuerpo del
adolescente durante el funeral. Para el invierno, la costurera Rosa Parks
rehúsa levantarse de su asiento en un autobús público para dejárselo a un
pasajero blanco. Fue arrestada, enjuiciada y sentenciada por su conducta,
cuando el incidente lo conoció la comunidad negra, ésta inicia un boicot a
los autobuses de la ciudad que dura 382 días. Con este hecho surge la
mítica figura de Martin Luther King. Para muchos estudiosos esta era
termina con el asesinato del reverendo Luther King en abril de 1968 en
Memphis, Tennessee.


Como dejamos escrito líneas arriba, esta fue una lucha larga, hoy con la
victoria de Barak Obama los norteamericanos pueden presumir de dejar atrás
su pasado, pero no deben echarse las campanas al vuelo ya que un elemento
central que catapultó al senador Obama hacia la Casa Blanca fue el
HARTAZGO. Según van apareciendo las cifras de esta elección por Barack
Obama votaron casi todos los afroamericanos, más de 70 por ciento de los
hispanos, cerca de la mitad del electorado anglosajón y muchos jóvenes.

Para entender cómo los americanos llegaron a hartarse de los políticos que
ante Obama podemos considerar "tradicionales" es necesario recordar que se
han olvidado de proteger al ciudadano común y corriente. En este sentido,
el salario real viene cayendo desde el gobierno de Ronald Reagan, pero más
grave aún; millones de trabajadores vieron sus fábricas establecerse en
otras partes del mundo buscando rentabilidad y han debido conformarse con
trabajos con menor salario; la educación pública está en crisis, gran parte
de la población carece de asistencia médica, muchos afroamericanos sufren
pobreza. De los hispanos no se diga, muchos menos si son ilegales porque
carecen de toda clase de derechos y son deportados.

Pero todo EXPLOTÓ CON LA ADMINISTRACIÓN DE GEORGE W. BUSH. No son pocos los
que piensan que las guerras en Afganistán e Irak han dejado en la ruina a
Norteamérica; además, durante su mandato la ausencia de reglas claras en
los mercados financieros desató la crisis internacional que ha provocado
que en poco tiempo miles de americanos se queden sin empleo y que millones
perdieran su vivienda. El reflejo inmediato de esta política internacional
de confrontación fue una alarmante baja del prestigio, poder e influencia
internacional de Washington. Sus efectos fueron la emergencia internacional
de China, India, Rusia y la aparición de un bloque opositor en Sudamérica
que se resiste cada vez más a la influencia de los Estados Unidos.

Todo lo anterior fue aprovechado por un afroestadunidense con sólo seis
años de experiencia política y dos de campaña para la presidencia, pero que
ha demostrado desde el inicio del proceso electoral un gran oficio político
pues logró imponerse a quienes eran la más poderosa pareja política del
Partido Demócrata, Hillary y Bill Clinton, y enfrentarse con un veterano
político, y por si fuera poco, héroe de guerra. Habrá que reconocer que
aventarse al ruedo político no parecía una buena idea, pues todo el mundo
suponía que la guerra en Afganistán casi estaba terminada y era el centro
del debate político; además, no había crisis financiera. Un cuadro
diametralmente opuesto a lo que vimos casi al final de la campaña.

Los americanos jamás vieron una ofensiva electoral como la que encabezó el
hoy presidente electo Obama, conformada por una extensa red de oficinas y
equipos de promoción del voto por todo el país y una saturación
publicitaria. Pero ¿quién es Barack Obama?, ¿qué hace y cuál es su
pensamiento político? Responder estas preguntas va a permitirnos conocer
los aspectos principales de su futura agenda política americana e
internacional. Durante los próximos días esta incógnita va a irse diluyendo
poco a poco.

Su nombre completo es Barack Hussein Obama Jr. Nace en Honolulú, Hawai, el
4 de agosto de 1961. Antes de las elecciones presidenciales era el quinto
legislador afroamericano en el Senado de los Estados Unidos y el primero
del Partido Demócrata. Es abogado especialista en derecho civil por la
Universidad de Harvard, sus padres fueron Barack Obama, Sr., originario de
Kenia, África, y Ann Dunham, procedente de Wichita, Kansas. En sus memorias
definía a sus padres de la manera siguiente: "…mi padre era negro como el
alquitrán y mi madre más blanca que la leche".



Lo que más se oyó durante su campaña fue la palabra "esperanza", porque
sobre esta promesa de algo nuevo, diferente, que rompiera con el pasado
tanto histórico y reciente estaba basada. El problema es que su
administración va a iniciar en la peor crisis económica desde la Gran
Depresión, tal y como lo reconoció el propio Presidente electo en su
primera conferencia de prensa el pasado viernes 7. Pero también tendrá que
considerar en este orden a las dos guerras (Afganistán e Iraq), las otras
crisis: la energética, la de infraestructura y la ambiental, y por último
la migración. Lo que procede en este momento es la integración del
gabinete. Pero quienes se mencionan proceden del equipo de los esposos
Clinton, por lo que en Washington se comenta, ya medio en serio medio en
broma que los Clinton "perdieron la presidencia, pero ganaron el gobierno".
De cualquier forma, lo realmente de fondo es saber si su equipo de trabajo
cumplirá con las expectativas de cambio.

Todo esto ha desatado un intenso debate sobre cómo gobernará en
Norteamérica, pero también en el resto del mundo, Muchos creen que en el
suyo no veremos a un gobierno progresista, sino centralista. Otros
recuerdan que entre los donantes a la campaña estaban el sector financiero-
industrial hoy en crisis y se preguntan qué querrán. Otros siguen
ilusionados y creen que aunque será pragmático, el enorme apoyo de todos
los sectores populares logrará que recuerde sus compromisos.

Una amplia gama de organizaciones sociales y políticas ya están enviando
mensajes al presidente electo a través de declaraciones y boletines de
prensa, desde agrupaciones de derechos humanos, hasta los que proponen que
la prioridad sea el combate a la pobreza mundial, como el boletín de la FAO
el pasado jueves. También están quienes creen que lo más importante es el
cambio climático y el peligro ambiental. En fin, le piden que lo más pronto
posible haga realidad las promesas de combatir el calentamiento global y
que el personal militar regrese a sus casas.

En este sentido, el desafío es cómo manejar las expectativas populares,
enormes, de una abrumadora mayoría que espera un cambio de dirección e
indicaciones de que la situación económica, como la de la guerra, entre
otras, mejoren cuanto antes. Por eso en su discurso la noche de su triunfo,
Obama intentaba recordar que los grandes desafíos del país no se podrán
resolver de inmediato. Pero hay impaciencia en un país al que se le ha sido
prometido un cambio.

Si Obama no da pasos que lo lleven a replantear el papel de Washington en
el concierto mundial, dejando atrás el mesianismo, entonces la elección de
un presidente negro en un país anglosajón será mera anécdota. Por ejemplo,
en política internacional por lo menos debe preguntarse si las dos guerras
actuales son éticas. La ventaja es que Obama es, a final de cuentas, un
hombre del sistema y del aparato, sino no habría llegado hasta donde se
encuentra hoy, y que debe buena parte de su empuje mediático al capital
privado. Pero también podría ser la peor desventaja sobre todo para los que
depositaron su esperanza en el; todo dependerá de lo que los americanos
estén dispuestos a cambiar o a permitir, sin que menoscabe la HEGEMONÍA
MUNDIAL que aun conservan precariamente. Ahora empieza lo más difícil para
Obama y su equipo de trabajo: CUMPLIR con el cambio prometido a lo largo de
esta contienda.

Por ello, al conocer los resultados, el actor afroamericano Samuel L.
Jackson dijo: "Este triunfo significa que la mentira que nos dijeron todos
estos años, que en este país podíamos llegar a ser lo que quisiéramos,
incluso presidentes, tal vez ahora pueda ser verdad". Sólo el tiempo dirá
si estas palabras serán la realidad americana o si Obama, como Estebanico,
deambulará perdido ya no en la selva, sino entre las intrigas palaciegas de
Washington.
*Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas