La actualidad de Maquiavelo

July 22, 2017 | Autor: Ely Orrego Torres | Categoría: Machiavelli, Niccolò Machiavelli, Machiavellianism
Share Embed


Descripción

La actualidad de Maquiavelo Ely Orrego

Publicado originalmente en Realismo Visceral el 3 de mayo de 2013. http://www.realismovisceral.cl/verarticulo.php?id=201

Maurizio Viroli en “La sonrisa de Maquiavelo” apela a una anécdota para comenzar y concluir su biografía sobre el florentino: se dice que en su lecho de muerte, Nicolás Maquiavelo tuvo un sueño. En él, se veía a dos tipos de hombres que tomaban caminos diferentes: los primeros, vestidos con ropas harapientas, representaban a los santos y beatos, y aunque se veían sufrientes decían que iban al paraíso. Los segundos, vestidos elegantemente, entre los cuales se encontraban reconocidos filósofos, iban camino al infierno. Según él, y como le comentó a sus amigos cercanos, prefería ser de aquellos que iban al infierno para poder conversar de política con ellos. La anécdota anterior, nos remite a un personaje que desde el Renacimiento ha sido polemizado, así como leído en sentido negativo. Asimismo, interpretado desde diversas corrientes y receptores. No es tampoco curioso que se llame “maquiavélico” a quien acciona astutamente o para apelar a un prejuicio negativo. Tampoco es extraño, que a partir de sus escritos hayan surgido insólitas interpretaciones como “Maquiavelo para mujeres” o “Maquiavelo para madres” o se hayan realizado series de televisión basadas en la Italia renacentista del autor (“The Borgias”). Y es que el pensador italiano, –de quien hoy 3 de mayo se cumplen 544 años de su natalicio y este año se conmemoran los 500 años de su más famoso libro “El príncipe”–, aún persiste en la actualidad. Basta recordar los acontecimientos de los últimos días, en donde nuestra política nacional se ha impregnado de la realpolitik. No es suficiente ser admirado popularmente si dentro de tus “enemigos”, estará la visión de acabar contigo o con tu campaña, apelando a medios para asegurar la mantención en el poder o para lograrlo. Así como conformar un equipo enfocado en pensar y elaborar una nueva constitución, con una visión republicana para lograr la unidad del país. Por ello, es que en una semana marcada por el “maquiavelismo”, podemos aún rescatar el pensamiento de un autor que hasta el día de hoy tiene sus repercusiones. “El príncipe”, su libro dedicado a Lorenzo de Médicis vislumbra tanto en forma como en contenido lo que Maquiavelo piensa sobre lo que es gobernar. Escrito durante su exilio, después de perder su cargo como canciller, surge como un testimonio de lo que fue su vida como parte del poder, para así aconsejar a otros. Como estrategia política, dedica dicho texto a uno de los Médicis (de la misma familia que le había exiliado), porque su idea era volver a la política. Se dice que es un texto dedicado a las autoridades, pero vemos en su argumento consejos tanto para ellos como para los ciudadanos. Y como Maquiavelo había formado parte tanto de la naturaleza de los pueblos (llanuras) como de los gobiernos (montañas), su texto no

remite a un ideal. En él, alude tanto a cómo debe comportarse un gobernante como a los pueblos que esperan ser gobernados. Dentro de sus planteamientos encontramos alusión a los enemigos, así como a obtener el poder y mantenerlo. No basta con lograr el poder fácilmente (fortuna o suerte), si éste no es acompañado de buenas políticas y leyes para los ciudadanos. Es una de las advertencias que hace Maquiavelo para quienes deseen ostentar gloria y poder frente a sus gobernados. Porque el gobernante no sólo debe procurar alcanzar su cargo, sino que ser capaz de sostener un buen gobierno en el tiempo establecido. Y puede ser la advertencia que hoy entrega Maquiavelo a quienes están postulando como candidatos, donde no basta sólo obtener la “corona”, sino que investirla con honor. Vemos hoy cómo el foco se ha puesto en la figura política, más que en las propuestas que incluyen su proclamación. Y es por eso que pensar en el florentino, siglos después, nos vuelve nuevamente la mirada en el contenido más que en la forma de la política. Por otro lado, pareciera que nuestros políticos han aprendido del teórico político sólo el actuar frente a los enemigos, más que el actuar con la ciudadanía. Sobre el primero, se busca eliminar o quitar de la carrera cuestionándolo en términos “éticos”, por ejemplo, criticando los abusos o el patrimonio de su contrincante. Sin embargo, no basta sólo con ello, sino que el poder implica una cuota de gloria y reconocimiento, la que no necesariamente se logra sólo dejando fuera a los enemigos. Implica un accionar que contempla ser reconocido por el pueblo y por quienes serán sus gobernados, generando una complicidad entre ambos. Hoy se habla mucho de las acciones no-éticas de quienes disputan el poder, y aunque Maquiavelo avala el aprender a ser “no bueno”, tampoco implica una práctica indiscriminada. Como el pueblo es el testigo de sus acciones, debe evitar ganarse el odio y desprecio del mismo. La prudencia como principio normativo es el que conllevaría a un buen gobierno. Así es como nos volvemos a cuestionar sobre el uso transparente de la información, que en el último tiempo ha sido el recurso de caídas y críticas a candidatos como a políticos. Según Maquiavelo, el gobernante debe ser como zorro y como león: “Así pues, hay que ser un zorro para conocer las trampas, y un león para amedrentar a los lobos” (cap. XVIII). En estos animales encontramos dos cualidades: la fuerza y la astucia. El gobernante debería ocupar la fuerza cuando la ley no reina, pero también ser hábil fingiendo y disimulando. Es la última técnica la que ha garantizado que aún no caigan soldados en la batalla, así como resguardando una opción presidencial. Lo anterior, va unido con las cualidades que éste debería demostrar frente a sus enemigos como ante el pueblo: mostrar seguridad en sí mismo, así como no temer al enemigo. Lo que aún persiste en Maquiavelo y más allá de la visión sobre los gobernantes, es su espíritu republicano, del cual como ciudadanos somos partícipes. Ese anhelo de libertad, así como de ser sustentada en leyes otorgadas por el mismo cuerpo. Por ello, es que la discusión sobre una nueva constitución y asamblea constituyente toman preponderancia en el discurso de los candidatos, así como en el propio. Porque no se trata de entregar todo en mano de los gobernantes, sino en ser parte del poder que nos pertenece y del cual sólo ellos son representantes. Es por ello, y como proclamación final, que Maquiavelo nos dirá: “Dios no quiere hacerlo todo, para no quitarnos el libre albedrío y la parte de gloria que nos corresponde” (cap. XXVI). Y he ahí las razones por las cuales Maquiavelo vuelve una y otra vez,

para decirnos que la política es común, que no se trata de personalidades, sino de comunidades.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.