La acomodación lingüística en el léxico académico de inmigrantes españoles en Estados Unidos

September 4, 2017 | Autor: Claudia Francom | Categoría: Hispanic Linguistics, Spanish in contact with other languages, Hispanic Studies, Inmigracion, Acomodación
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III Congreso Internacional del Español en Castilla y León Salamanca (España) 26, 27 y 28 de junio de 2013

LA ACOMODACIÓN LINGÜÍSTICA EN EL LÉXICO DEL ÁMBITO ACADÉMICO DE INMIGRANTES ESPAÑOLES EN LOS ESTADOS UNIDOS Claudia Francom Anais Holgado Lage Wake Forest University

RESUMEN: Este artículo presenta una investigación comparativa realizada con españoles residentes en EEUU, cuya profesión es la enseñanza de español, y profesores de ELE de Salamanca. El objetivo central es demostrar la acomodación léxica en un contexto donde la convivencia de diferentes variedades del español produce una situación en la que se hace necesario seleccionar un léxico común a todos los hablantes. El presente estudio se compone del marco teórico, que provee un acercamiento al estudio de la acomodación lingüística, las motivaciones que mueven a los hablantes a efectuar un cambio de habla, y ejemplos de trabajos previos. En el apartado metodológico se detallan los aspectos relacionados con el diseño de investigación, y finalmente, se presentan el análisis y la conclusión. 1. Marco teórico La identidad está presente en distintos acercamientos al estudio de agregados humanos tales como redes sociales, comunidades de práctica, grupo socioeconómico, grupo etario, género, etc. La manifestación de la identidad en aspectos lingüísticos existe tanto en comunidades bilingües como en comunidades monolingües. En contextos bilingües se expresa por diferentes procesos como la alternancia de código, la elección de lengua, etc. En cambio, en comunidades monolingües esta relación se expresa por medio de la acomodación, el estilo o la variación -condición sine qua non de una lengua-, entre otros fenómenos. En su trabajo, Zentella (1990) distingue la importancia de la relación entre uso lingüístico e identidad, analizando cómo se puede incluir o excluir a un hablante de un grupo determinado. La autora estudia acomodación léxica entre puertorriqueños, dominicanos, colombianos y cubanos en Nueva York. En su análisis, describe cómo los hablantes tienden a asimilar los términos regionales de otras comunidades lingüísticas con las que están en contacto, produciéndose así acomodación lingüística1. Es importante recalcar que, según muestra su trabajo, si la comunidad goza de poco prestigio sus vocablos no serán adoptados por otros grupos2. Por tanto, sus resultados resaltan el impacto que tienen las variables sociales en el proceso de acomodación léxica, en este

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Como indica Silva-Corvalán (2001), de acuerdo a la Teoría de la Acomodación (Giles y Powesland, 1975) se espera que el hablante modifique su conducta lingüística ya sea para acercarse o alejarse de la de su interlocutor (orientación convergente o divergente), o que mantenga sus patrones lingüísticos sin que haya intentos de acomodación. 2 En este caso la comunidad con poco prestigio era la de los dominicanos.

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proceso los hablantes se identifican con aquellos de variedades con cierto prestigio y no con los que carecen de él. El hecho de que existan diferentes repertorios lingüísticos presupone una relación entre el uso de la lengua y su estructura social (Gumperz y Cook-Gumperz, 1982: 12). En este estudio, los autores concluyen que los hablantes pueden moverse de un registro a otro para identificarse con diferentes grupos de personas. Algunos años antes, Giles, Bourhis y Taylor (1977) habían propuesto que el valor utilitario de la lengua es un instrumento lo suficientemente rico y flexible para expresar exclusión. De acuerdo a lo postulado, la lengua puede servir como herramienta para excluir a aquellos que no son considerados miembros de una comunidad, o por lo contrario, para incluir a aquellos que sí son considerados miembros de la comunidad. La idea central del trabajo anteriormente mencionado es relacionar tres propuestas: la primera propuesta es la Teoría de la Identidad Social (Tajfel, 1974), que propone que las relaciones intragrupales están compuestas por cuatro elementos básicos: la categorización social, la identidad social, la comparación social y la distinción psicológica. Todos estos factores, según el investigador, son los que en conjunto hacen que un individuo y su membresía a un grupo sean evaluados positivamente por él y por los miembros de dicho grupo. La segunda propuesta es la Taxonomía de la Vitalidad Etnolingüística (Taylor y Hudson, 1972), la cual describe una serie de componentes que son los responsables de que una lengua se preserve o se pierda. Estos componentes son el estatus asociado a la lengua, la demografía del grupo que habla dicha lengua y el apoyo institucional. La tercera propuesta es la teoría de Acomodación del Habla de Giles (1973; 1977), la cual se refiere al hecho de que siempre hay motivaciones y consecuencias sociales que mueven a los hablantes a efectuar un cambio de estilo de habla; estos elementos pueden verse reflejados en el hecho de que cada persona habla de una manera diferente dependiendo del contexto, del tema y de la persona con la que interactúa. Los autores unen estas tres propuestas y afirman que por medio de la unión de ellas se puede dar cuenta de la vitalidad de una lengua. El nivel de vitalidad de una lengua dada se puede mejorar por medio de la autoevaluación positiva de una comunidad y por medio de las relaciones intergrupales, donde los hablantes convergen en el estilo de habla, de acuerdo a los rasgos lingüísticos que comparte dicha comunidad. Al hablar de estilo de habla, Giles, Bourhis y Taylor (1977) se refieren a las variantes situacionales que hacen que una persona cambie su manera de hablar, por medio de la producción de ciertos rasgos lingüísticos. El aparato teórico de la psicología social siguió utilizándose para estudiar la identidad lingüística durante la década de los años setenta. Al principio de los años ochenta lingüistas como Giles (1977), Gumperz (1982), Gumperz y Cook-Gumperz (1982), Milroy (1980), Edwards (1985) y Le Page y Tabouret-Keller (1985) comenzaron a cuestionarse la relación entre lengua e identidad. Gumperz exploró el hecho de que existen diferentes repertorios y esto presupone una relación entre el uso de la lengua y su estructura en la esfera social.

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Los otros modelos para el estudio de identidad que se desarrollaron en los años ochenta son la ya mencionada Acomodación de Habla y los Actos de identidad (Le Page y Tabouret-Keller, 1985). En ellos se percibe al hablante como un individuo con agencia (o poder de acción que puede distanciarse o acercarse a su interlocutor a través de la expresión de rasgos lingüísticos. En la actualidad se estudia dicho fenómeno desde una perspectiva postmoderna, cuya idea fundamental es que el hablante tiene el poder de ejercer su voluntad (Ochs, 1993) en el momento mismo de la interacción; de esta forma, la relación entre lengua e identidad social de un hablante no es un proceso unilateral, sino una relación que está mediada por lo que el hablante entiende y conoce como el aparato ideológico conformado por las convenciones sociales. En la década pasada se dotó de agencia al participante y se relacionó la acomodación lingüística con la identidad3. Ahora bien, dentro del ámbito de los estudios hispánicos en Estados Unidos, además del ya mencionado de Zentella, se encuentra el trabajo de Ghosh Johnson (2005) cuya aportación es hacer hincapié en el hecho de que la existencia de redes sociales es una condición esencial para que pueda efectuarse el contacto dialectal. La autora estudia la ausencia de contacto entre estudiantes de origen mexicano y de origen puertorriqueño de un instituto de Chicago. Los resultados apuntan a que las interacciones entre los estudiantes se organizan en base a la etnicidad, y por lo tanto la integración social entre ambos grupos es inusual. En este estudio veremos que la acomodación lingüística en contextos académicos donde se unen dos o más variedades del español se produce con bastante facilidad y en muchas ocasiones no se selecciona la variante del territorio peninsular. 2. Metodología En nuestra investigación analizamos ciertas palabras usadas en el ámbito académico de los Estados Unidos y cuyo uso no es prototípico de la variedad de español estándar de España, tales como enseñar –como verbo intransitivo-, tomar clases, calificar, disertación, etc. Aunque la gran mayoría de estas palabras son conocidas en el territorio peninsular, no forman parte del léxico que los hablantes españoles normalmente seleccionan para los contextos analizados. No obstante, para las personas que han residido durante un largo periodo de tiempo en el país norteamericano, son un elemento más de su léxico habitual. Por medio de una encuesta que constituye nuestro instrumento metodológico, y con una muestra formada por 16 personas, ocho residentes en Estados Unidos4 (grupo experimental) y ocho en España (grupo control), estos últimos residentes en la zona de

3 Bailey (2000), Mendoza-Denton (2002), Torres y Gafaranga (2002), Sankoff y Blondeau (2007) o Bucholtz y Hall (2010), por citar algunos. 4 La mayoría de estos encuestados procedían de universidades de Carolina del Norte, sin embargo, también tenemos resultados de otros estados, lo que indica una homogeneidad en el léxico seleccionado para la acomodación lingüística. Aunque no tenemos datos sobre las variedades que conviven en cada uno de los departamentos, sabemos que en Wake Forest, donde trabajan algunos de los encuestados, convergen las variedades española, mexicana, argentina, venezolana, colombiana y puertorriqueña.

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Salamanca y alrededores5, demostramos que los españoles que trabajan en un contexto académico de Estados Unidos aceptan estas palabras como algo natural que no llama la atención, que además usarían de forma habitual y no son consideradas incorrectas6. Debe tenerse en cuenta que en muchas ocasiones esta acomodación dialectal es un proceso inconsciente, por lo que decidimos incluir numerosos distractores en nuestra encuesta. Esta se compone de nueve oraciones, cada una de ellas consta de dos opciones, una con un elemento incorrecto gramaticalmente que funciona como un distractor –leísmo, laísmo o loísmo- y la otra correcta en el plano gramatical. Sin embargo, las dos oraciones cuentan con un elemento léxico que resulta extraño para el hablante español que no ha estado en una situación de contacto entre diferentes variedades del español durante un periodo extenso de tiempo. También se incluyeron dos oraciones con elementos léxicos comunes, libro y compañera, para que el elemento léxico no llamara la atención de la persona que realizaba la encuesta. Todos los participantes en la encuesta son hombres y mujeres mayores de edad, cuya profesión es la enseñanza de español para extranjeros en el caso de España o para angloparlantes en el caso de Estados Unidos, en ambos casos en el ámbito universitario. Se les pidió a los participantes que rellenaran dicho cuestionario, preguntándoles en cada caso lo natural que les sonaban las oraciones y cuál era la probabilidad de que ellos produjeran dichas oraciones en su vida diaria. La lista de los elementos léxicos analizados en las encuestas y su preferencia en la variedad estándar del español sería la siguiente: −

Composición ! Redacción



Enseñar7 ! Dar clase



Tomar clase ! Ir a clase



Calificar ! Corregir



Oficina8 ! Despacho



Enojado9 ! Enfadado



Disertación ! Tesis doctoral

5

Aunque la investigación trata sobre variantes léxicas no prototípicas en todo el territorio nacional, nos interesaba mostrar una cierta homogeneidad en el grupo control, por lo que seleccionamos encuestados de la zona centro de la península, mayoritariamente de la ciudad de Salamanca. 6 Véase el apéndice para el cuestionario completo. 7 Utilizado como verbo intransitivo: enseño a las tres. 8 Para referirse al lugar de trabajo de los profesores universitarios. 9 A pesar de que esta palabra obviamente no guarda relación con el ámbito académico, finalmente decidimos introducirla en la encuesta, ya que es un vocablo que se asocia muchas veces con algunas variedades del español no pensinsular, por lo que es un caso de acomodación dialectal muy claro.

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3. Análisis de resultados Al analizar los resultados, lo primero que llama la atención es la gran cantidad de españoles que residen en Estados Unidos y que no tienen ningún reparo en adscribir la nota más alta en las dos situaciones (frase que suena natural y que producirían de forma normal) a todas las oraciones. De hecho, excepto dos de los ocho encuestados, todas las personas del grupo experimental que respondieron al cuestionario dieron la máxima puntuación a cada una de las oraciones en las que no había ningún problema gramatical. De las dos personas que no siguieron este esquema, una solamente ha residido en Estados Unidos durante el último año10, y la otra mostraba dudas en absolutamente todas las respuestas, por lo que parece que la acomodación lingüística no se da en todos los casos con la misma fuerza, como ya señaló Silva-Corvalán (2001) y como analizaremos con más detalle en el próximo apartado. De hecho, los resultados de esta encuesta específica son muy similares o incluso rechaza con más fuerza estos vocablos que los del grupo control, que son personas que nunca se han encontrado en una situación que propiciara la acomodación lingüística. Así pues, podemos decir que, por lo general, la mayoría de encuestados del grupo experimental no tuvieron ningún problema o reparo en reconocer las palabras del vocabulario seleccionado como parte de su léxico habitual, otorgándoles la nota más alta posible. El siguiente gráfico11 resume los resultados de este conjunto: Participante Composición1 Composición2 Enseñar1 Enseñar2 Tomar clase1 Tomar clase2 Calificar1 Calificar2 Oficina1 Oficina2 Enojado1 Enojado2 Disertación1 Disertación2 Media

1-20 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10

2-36 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10

3-25 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10

4-1 10 10 10 10 10 10 10 10 4 4 10 10 4 4 8.2

5-¿? 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10

6-12 5 5 3 3 5 5 1 1 3 1 5 1 1 1 2.8

7-9 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10

8-7 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10

Media 9.3 9.3 9.1 9.1 9.3 9.3 9.1 9.1 8.3 8.1 9.3 9.1 8.1 8.1 8.9

Por el contrario, los resultados de los encuestados en España son un poco más irregulares, si bien debe tenerse en cuenta que todas son palabras o expresiones del español, incluidas en el Diccionario de la Real Academia (Real Academia Española, 2001), por lo que no es extraño que los participantes muestren un mayor o menor rechazo a estos términos dependiendo de lo expuestos que hayan estado a ellos en el pasado, o de su propia capacidad o predisposición para adquirir nuevos elementos léxicos. Sin embargo, mientras que los resultados del grupo experimental variaban entre el 8 y el 9.3, en el grupo control solamente pasaron de 8 en dos ocasiones, con los 10

La única información personal que se pedía a los participantes era que facilitaran el número de años residiendo en el país en el que viven. 11 Al lado del número de participante se representa el número de años que dicho participante lleva en Estados Unidos. Por otra parte, para cada término se le hacían dos preguntas, si la oración le sonaba natural (primera parte, ejemplo oficina1) y si la utilizaría en su vida normal (segunda parte, ejemplo oficina2).

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términos oficina y composición, ante la pregunta sobre la naturalidad de una oración –es decir, no ante la pregunta de si dirían esa oración, en la que la puntuación fue más baja-, y mostraron resultados tan bajos como un 2.6 en la pregunta sobre si producirían una oración con la palabra disertación. La media total fue un 6, mientras que en el primer grupo la media era prácticamente un 9. En el gráfico siguiente se pueden comprobar los resultados del grupo control:

Participante Composición1 Composición2 Enseñar1 Enseñar2 Tomar clase1 Tomar clase2 Calificar1 Calificar2 Oficina1 Oficina2 Enojado1 Enojado2 Disertación1 Disertación2 Media

1-27 7 2 6 2 4 2 4 2 6 4 4 2 4 2 3.6

2-28 10 10 4 2 10 8 10 10 9 9 9 1 8 2 7.2

3-¿? 3 2 9 10 10 10 3 2 8 8 5 5 3 1 5.6

4-28 9 8 5 4 4 1 3 2 8 9 9 2 3 1 4.8

5-27 9 9 8 8 8 8 9 9 9 9 8 6 6 3 7.7

6-28 9 7 10 10 4 3 10 9 10 10 10 10 8 8 8.4

7-28 10 10 6 2 6 2 6 2 7 3 7 2 7 1 5

8-31 10 10 6 6 6 2 2 1 10 10 7 7 4 3 6

Media 8.3 7.2 6.7 6.5 6.5 4.5 5.8 4.6 8.3 7.7 7.3 4.3 5.3 2.6 6

Mientras que en el grupo experimental la ordenación de los resultados (de mayor a menor aceptación) no resulta especialmente interesante, debido a que prácticamente en todos los casos se aceptaban todas las palabras12, sí resulta interesante observar cómo algunos de estos elementos producen más rechazo que otro en el grupo control. Así, oficina es la más aceptada, quizás por su extenso uso en contextos no académicos, seguida por composición, enojado y enseñar (como verbo intransitivo), todas ellas palabras utilizadas en el territorio peninsular en ciertos contextos o con usos diferentes. Después aparecerían tomar clase, calificar y finalmente disertación, la más rechazada, cuyo uso en España es muchísimo más reducido que las demás. Esto muestra la lógica en las irregularidades de las encuestas del grupo control, con respecto a la homogeneidad general del grupo experimental. 4. Conclusiones Efectivamente, en las situaciones académicas de Estados Unidos se produce una acomodación léxica, que, si bien más marcada cuantos más años lleva la persona en el país, comienza a aparecer durante el primer año de estancia. Las razones por las que esto ocurre son similares a las detalladas en el marco teórico, es decir, cuando conviven diversas variedades de la lengua, lo natural es que haya una acomodación y que los hablantes utilicen las mismas palabras para referirse a los mismos elementos.

12

Quizás habría que mencionar disertación y oficina (como lugar de trabajo de un profesor universitario) como las únicas que producen rechazo en dos de las encuestas, en los demás casos se da la puntuación máxima a todas las palabras en siete de los ocho encuestados.

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Consideramos, sin embargo, que la elección de los elementos léxicos analizados en este estudio, que no son los prototípicos de la variedad española, no se debe tanto a que la variedad española tenga menos prestigio sino a la gran influencia del lugar donde se está, Estados Unidos, muy alejado físicamente de España. Así, algunas de las palabras utilizadas son calcos del inglés (disertación, tomar clase...), mientras que otras se toman de variedades del español mucho más cercanas al territorio estadounidense y con mucha más representación allí, como la mexicana (es el caso de calificar o enojado, entre otros). Otra conclusión a la que hemos llegado tras analizar los resultados es que aunque la acomodación lingüística es un proceso que sucede como norma general en ciertos contextos, algunos hablantes presentan una gran reticencia a cambiar su léxico, como se observa en el encuestado número seis del grupo experimental. Pese a llevar doce años en Estados Unidos, rechaza absolutamente todas las palabras seleccionadas de forma incluso más tajante que los encuestados del grupo control. A pesar de que no podemos asegurarnos de que este encuestado efectivamente no utiliza nunca estas palabras de forma inconsciente en su vida diaria, parece que algunos hablantes se resisten a acomodar su lengua al contexto. También es interesante observar como los encuestados del grupo control plantean dudas en muchos casos, produciéndose irregularidades en sus respuestas, mientras que en seis de las ocho encuestas del grupo experimental se da la nota máxima a todas las preguntas, sin presentar ninguna variación. Está claro que estos elementos ya forman parte de su repertorio léxico habitual. En resumen, los resultados prueban que el léxico disponible del español cambia no solo entre los diversos dialectos, sino también cuando un número de variedades conviven en un país no hispanohablante, como lo es Estados Unidos, produciéndose una acomodación lingüística para facilitar así la intercomprensión de los hablantes. BIBLIOGRAFÍA BAILEY, B. (2000): «Language and Negotiation of Ethnic/Racial Identity Among Dominican Americans», Language in Society, 29(4), Cambridge University Press, 555-582. BUCHOLZ, M. Y K. HALL (2010): «Locating Identity in Language», Language and Identities, Edinburgo: Edinburgh University Press, 18-28. EDWARDS, J. (1985): Language Society And Identity, Oxford/Nueva York: B. Blackwell/A. Deutsch. GILES, H. (1973): «Accent Mobility A Model And Some Data», Anthropological Linguistics, 15(2), 87-105. GILES, H. (1977): Language Ethnicity And Intergroup Relations, Nueva York/Londres: Academic Press. GILES, H., R. Y. BOURHIS y D. M. TAYLOR (1977): «Towards a theory of language in ethnic group relations», Language, ethnicity and intergroup relations, London: Academic Press, 307-348. GILES, H., y P.F. POWESLAND (1975): Speech Style and Social Evaluation, Londres: Academic Press.

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