KAZEMIR MALÉVICH Y LA CONSAGRACIÓN DEL SUPREMACISMO.

May 24, 2017 | Autor: G. Driéguez Mallén | Categoría: Art History, Contemporary Art, Abstract Art, Kasimir Malevich, El Arte Abstracto
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Descripción

Máster en Estudios Comparativos de Literatura, Arte y Pensamiento Año académico: 2016/2017 Universitat Pompeu Fabra

ASIGNATURA: ARTE Y VANGUARDIAS

KAZEMIR MALÉVICH Y LA CONSAGRACIÓN DEL SUPREMACISMO ANÁLISIS Y ESTUDIO DE: “ESCRITOS” DE MALÉVICH

GEORGINA DRIÉGUEZ MALLÉN. U139373 – DNI: 47662760K

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KAZEMIR MALÉVICH Y LA CONSAGRACIÓN DEL SUPREMACISMO Decía Kazemir Malévich (Rusia 1878- 1935) que “es estúpido empujar a nuestro tiempo hacia las formas viejas del tiempo pasado” y en este sentido es interesante estudiar a Málevich en el contexto de la vanguardia artística1. Una vanguardia artística que durante la primera década del siglo XX y especialmente en artes pictóricas se consolida hacia una creación no figurativa poniendo la propia pintura como motivo principal y no la representación mimética de una realidad exterior. Malévich es uno de los principales representantes del movimiento artístico nacido en la Rusia de 1915-16 llamado Supremacismo. El Supremacismo es un movimiento de arte abstracto que podemos considerar dentro de esta evolución del arte no mimético, comprendiendo que será con la abstracción cuando la pintura tomará una dimensión propia y una conciencia de ella mismo como sujeto. El arte abstracto rechaza cualquier referencia a la realidad externa y representa una ruptura tanto con la representación de modelos naturales de manera más o menos mimética, siendo así una ruptura con la tradición pictórica occidental. Contra esta tradición pictórica arremete el mismo autor en su artículo-manifiesto «Del Museo» (1919) que se muestra como un alegato anti tradición y a favor de un nuevo arte “grande y sabio”. El Supremacismo representa de esta manera, un movimiento artístico enfocado en formas geométricas fundamentales - en particular, el cuadrado y el círculo – que se formó en Rusia aproximadamente en los años 1915 y 1916 y surgió de manera paralela al Constructivismo. Destaca dentro de este movimiento Kazimir Malévich quien promueve, tal y como iremos viendo la abstracción geométrica y el arte abstracto en búsqueda de la supremacía de la nada y la representación del universo sin objetos. Malévich rechaza la idea de dimensión espiritual propia en el arte presentada por otro pintor Vasili Kandinsky (Rusia 1866- Francia 1944) que hablaba de la pintura y el arte como una “necesidad interior” que expresaba mediante los colores que constituían el contenido mismo del arte2. Aunque sí habla de la importancia de la creación y de aportar novedades en el mundo del arte: “crear significa vivir, forjar eternamente cosas siempre nuevas”3. Para Malévich la creación artística no debe suponer un reflejo del mundo, afirmando el derecho a la creación autónoma y totalmente independiente de toda otra fuente de inspiración que no sea su propio material. Malévich aporta un

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MALÉVICH, Kazimir. «Del cubismo y el futurismo al Supremacismo. El nuevo realismo pictórico.» (1916) En Escritos. Malévich. trad. de Miguel Etayo, Madrid, Síntesis, 2008, p. 238. 2 KANDINSKY, Vasili. De lo espiritual en el arte. Barcelona, Paidós, 1996, p. 33. 3 MALÉVICH, Kazimir. Escritos, p. 240.

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nuevo estatus ontológico de la obra de arte oponiéndose a la pura voluntad creadora nitzcheniana. Dentro de esta idea de la importancia de la creación, el artista, divide en tres grandes categorías la actividad creadora. Dos de ellas, según su concepción, promueven el progreso ya que se realiza algo totalmente nuevo – invención-, o cuando se transforma la realidad existente – combinación-. Sin embargo, se posiciona contrario a una tercera actividad creadora – la imitación- la cual se limita a reproducir la realidad y no aporta interés intelectual ninguno. Comenta Malévich que toda expresión artística portadora de una novedad artística que destruya el orden estético, impuesto por la Academia, se expone a recibir críticas, desprecio o ignorancia por el mero hecho de alterar ese orden. También comentó lo mismo Nadiezhda Mandeltam en sus memorias de la siguiente manera: “La gente que se sirve de fórmulas generales aceptadas universalmente se siente ofendida por fuerza cuando se enfrenta a una idea nueva, angulosa, en estado todavía bruto”4. Haciendo hincapié en esta crítica ya histórica a la Academia por parte de los artistas vanguardistas, Malévich comenta en otro de los párrafos de sus escritos que: “la academia es una cueva cubierta de moho donde flagela el arte”5. Decía Shatsikikh que “Malévich fue el sujeto y el objeto de su propio arte”6. Recogiendo esta misma idea el mismo Malévich: “el Supremacismo no puede tratar de una cuestión de pintura. La pintura pereció hace mucho tiempo”7. Estas ideas y experiencias pictóricas fueron precedidas por la representación de Victoria sobre el Sol en 1913. En esta obra, donde el artista participó como escenógrafo, vemos el intento utópico de instaurar una nueva era con el rapto del astro rey (simbolizando el poder autocrático) así como referencias a nuevos conceptos de espacio y tiempo, muy importes en la estética “malevicheana”. El sol representa la victoria sobre el mundo de los objetos y proclama la destrucción del viejo orden cultural y describe una nueva concepción de la realidad y de la manera de entenderla, así como del arte8. Sobre esta metáfora que se representa a la obra y lo revolucionario de esto escribió Kruchenij en sus memorias de la siguiente manera: “Los futuristas quieren zafarse el orden del mundo, de sus vínculos, pero permaneciendo en él. Quieren sumir el mundo en el caos, romper en pedazos los sentidos establecidos y, a partir de esos pedazos, crear nuevos valores, articulando nuevas generalizaciones, descubriendo vínculos nuevos, 4

MANDELSTAM, Nadiezhda. Contra toda esperanza. Trad. Lydia Kúper. Barcelona, Acantilado, 2012, p. 362. MALÉVICH, Kazimir. Escritos, p. 471 6 Íbidem 7 Íbidem, p. 292 8 Es interesante comentar que es en ésta escenografía dónde aparece por primera vez el famoso cuadro negro de Málevich 5

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inesperados e invisibles. Aquí está el sol, un valor de antaño y quieren derrocarlo. El proceso de derrocar el astro es el argumento de la obra”9. De toda la obra escrita y artística de Kazimir Malévich analizada a través de la lectura de su obra Escritos quiero centrarme en el análisis de tres ideas principales, la primera ha sido la comentada hasta ahora, la abstracción y el Supremacismo de Malévich como superación de la tradición pictórica. A partir de esta idea comentaré brevemente las ideas de La no objetividad en la obra de Malévich. Cuadro negro y el Cuadrado blanco sobre fondo blanco y la inmaterialidad pura. Una nueva creación no objetiva: el cuadrado negro (1915) Malévich comprende el Supremacismo dentro de diferentes estadios o fases, el Supremacismo del color; el negro (primera manifestación de la superficie-plano) y el blanco (no objetividad pura). En referencia al cuadrado negro, presentado en 1915, Malévich expresa su voluntad de construir en un tiempo-espacio que no dependa de una belleza concreta, de una estética concreta y de una subjetividad concreta. Es interesante leer el propio Malévich Para comprender el significado del cuadrado negro como representación de la no-objetividad el cual lo narra de la siguiente manera: “Yo me he metamorfoseado en el cero de las formas, he llegado más allá del cero, a la creación, es decir al suprematismo, nuevo realismo pictórico, creación no objetiva. El suprematismo es el inicio de una nueva civilización: el salvaje ha sido vencido, como ha sido vencido el mono. Cuanto más amor al relamido paisajito, más amor en cuyo nombre traicionar la verdad del arte. El cuadrado no es una forma subconsciente. Es la creación de la razón intuitiva. ¡La cara del arte nuevo! El cuadrado es un recién nacido vivo y majestuoso. El primer paso de la creación pura en el arte. Antes de él había desfiguraciones ingenuas y copias de la naturaleza”10. El contenido en el arte para Malévich hay que buscarlo en lo material de la obra, en sus medios formales. Es por esta razón los supremacistas rechazan que en sus obras aparezcan referencias al mundo exterior así como referencias históricas, literarias o psicológicas. Éste es una de las razones que alejan al pintor ruso de los futuristas, a los que critica la incapacidad de liberarse del objeto.

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KHAN-MAGOMEDOV, Selim. Heroes of Avant-garde. Kazimir Malevich, Sergey Gordeey. 2011, pag. 31 MALÉVICH, Kazimir. Escritos. p. 253.

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El cuadrado negro representa un acto de autoafirmación, un paso más en el estudio del arte supremacista, aunque ciertamente un paso importante. El mismo artista respondiendo a una crítica negativa a Aleksandr Benois comentaba como – tanto el cuadro negro, como la mala crítica de éste- le permitían ir más lejos de “la naturaleza vacía”, es decir, de la copia mimética de la realidad, y que será en ese punto (más lejos de la naturaleza) donde se producirá la verdadera transformación. Evidentemente, la presentación pública de la obra Cuadro negro sobre fondo blanco fue un revulsivo para la crítica y la sociedad, hemos comentado ya la reacción de Benois y es un tema ampliamente tratado en diversos escritos de la época. Dice Rafael Argullol que la pintura carga con la presunción de ser esencialmente representación, y este punto es clave para comprender la novedad de una representación pictórica no objetiva11. En el Cuadro negro sobre fondo blanco vemos que el autor nos presenta una cuestión de dimensión pictórica y no una cuestión geométrica. El negro nos presenta (y representa) una superficie- plano coloreada y no variaciones geométricas que representarían algo figurativo y simbólico. El Supremacismo representa lo no-objetivo, es decir el mundo sin objeto. El mismo Malévich habla sobre la reacción del público al ver su obra de la siguiente manera: “Todo aquello que siempre hemos amado se ha perdido: estamos en un desierto… ¡tenemos ante nosotros un cuadrado negro sobre fondo blanco!” [...] A la crítica y a la sociedad, aquel cuadrado les pareció algo incomprensible y peligroso. Ciertamente, no cabía esperar otra cosa”12. Finalmente, parece ser que la propia creación de Cuadrado negro fue un acontecimiento importante para Malévich según cuenta una de sus pupilas Anna Lepsork, el artista ruso estuvo durante días sin poder comer, beber o dormir tras realizar su obra pictórica. Shatkikh, habla de la concepción del icono supremacista haciendo referencia a la acción de crear y la importancia de ésta de la siguiente manera: “Cuadrado negro se materializó durante la creación de otro cuadro abstracto, policromático y multiforme. Pasó de repente y pilló a Malévich desprevenido. Ni tenía un lienzo en blanco ni tiempo para preparar uno. El artista tuvo que utilizar uno con el que ya había trabajado: el plano negro se pintó encima de una composición abigarrada a partir de elementos geométricos. [...] En sus composiciones fevralistas, los «planos» irracionales eclipsan parcialmente los elementos del mundo objetual, y los detalles y 11 12

ARGULLOL, Rafael. Maldita perfección. Escritos sobre el sacrificio y la bellesa. Barcelona, Acantiladom 2013, Pag. 9. MALÉVICH, Kazimir El mundo no objetivo, trad. de Juan Pablo Larreta, Sevilla, Doble J, 2007, p. 70-71.

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fragmentos todavía asoman. Con la aparición de la figura principal, el «eclipse parcial» se transformó en un instante en un «eclipse total»; el cuadrado negro bloqueó la lámpara de la naturaleza. «Los objetos se desvanecieron como el humo» [...]. La más importante creación de la vanguardia rusa se le reveló como el resultado de una poderosa tensión espiritual, en un momento de iluminación extática”13. Cuadrado blanco sobre fondo blanco y la inmaterialidad pura. Una de las representaciones más conocidas del Supremacismo es el Cuadrado Blanco sobre fondo blanco, una de las obras más importantes de la historia del arte del siglo XX ya que representa uno de los objetivos del Supremacismo, investigar las posibilidades expresivas de la nada, una realidad no objetiva dónde el espectador contemple las formas geométricas puras sin distracciones. En ésta obra resalta el valor del cuadrado, considerada la forma más perfecta y pura y el color blanco, la máxima pureza cromática. En la ausencia de objetividad encontramos una condición positiva. Declaraba el mismo autor que la pintura había perecido y que el Supremacismo hacía referencia a algo más que una cuestión pictórica y esa idea la encontramos en el cuadro blanco, puesto que para Malévich el blanco simboliza “acción pura”, “la inmaterialidad absoluta” y “la superación de la materia”14. En 1919 en El supremacismo. La declaración de lo incoloro, el artista considera el Supremacismo como “un sistema presico según el cual se ha efectuado el movimiento [la evolución] del color”. Más adelante hablará de “sistema filosófico del color” para concluir que “el blanco [constituye] la verdadera representación del infinito”15. Para llegar al infinito exige la libertad absoluta del navegante filosófico. Y es en éste sistema filosófico del color dónde el color blanco es la verdadera representación del infinito y en consecuencia, la mejor manera de representar la idea de libertad. El Supremacismo significa la supremacía del sentimiento puro del arte, un sentimiento con el que pretende liberar al arte del lastre de la objetividad. La abstracción para Malévich es liberarse de la representación para simplemente presentar, ya que el lienzo supremacista blanco es “una ventana por la que descubrimos la vida”.

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SHATSKIKH, Aleksandra. Black Square. Malevich and the Origin of Suprematism. Yale University Press, 2009.

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MALÉVICH, Kazimir. «Declaración (Manifiesto Blanco.» (1918) En Escritos. 2008, p. 275 MALÉVICH, Kazimir. «El Supremacismo (Declaración sobre lo incoloro.» (1919) En Escritos. 2008, p. 283

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Bibliografia consultada: ARGULLOL, Rafael. Maldita perfección. Escritos sobre el sacrificio y la bellesa. Barcelona, Acantiladom 2013, Pag. 9. MANDELSTAM, Nadiezhda. Contra toda esperanza. Trad. Lydia Kúper. Barcelona, Acantilado, 2012, p. 362. MALÉVICH, Kazimir. El mundo no objetivo. trad. de Juan Pablo Larreta, Sevilla, Doble J, 2007, p. 70-71. MALÉVICH, Kazimir. Escritos. trad. de Miguel Etayo, Madrid, Síntesis, 2008 KANDINSKY, Vasili. De lo espiritual en el arte. Barcelona, Paidós, 1996, p. 33. KHAN-MAGOMEDOV, Selim. Heroes of Avant-garde. Kazimir Malevich, Sergey Gordeey. 2011 SHATSKIKH, Aleksandra. Black Square. Malevich and the Origin of Suprematism. Yale University Press, 2009. SHATSKIKH, Aleksandra. The Life of Art. Yale University Press, 2007.

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