Karl Marx. Su método como herramienta integradora del conocimiento

June 30, 2017 | Autor: Jorge Vázquez | Categoría: Education, Reflexivity (Sociology), Ciencia Politica, Ciencias Sociales
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Descripción

KARL MARX - SU METODO

COMO HERRAMIENTA INTEGRADORA DEL

CONOCIMIENTO

Jorge Vázquez Marx en las Ciencias Sociales. Marzo 2015

Introducción El pensamiento de Karl Marx (1818 – 1883), o intentando ser mas rigurosos, lo que de él conocemos a través de las obras que hasta el momento han sido publicadas, nos transmite una mirada integral de la realidad; pero no de un todo superficial, aparente, sino la de un todo contenedor de las complejidades de sus componentes, siendo a la vez una totalidad mayor a la simple suma de sus partes; lo cual implica según nuestra comprensión, un todo cualitativamente diferente ya que no sólo nos muestras sus componentes, sino las relaciones entre ellos, y el intento permanente de explicar las causas y los efectos de esas relaciones. Es desde esta mirada que entendemos, que esa búsqueda incesante de la explicación material del desarrollo de las diferentes sociedades, pudo y puede ser animada y posible, sólo desde la integración de todas las disciplinas que hacen a la cotidianeidad del género humano. La idea que motoriza este trabajo es la de poner en discusión, a través de partes de la obra de Marx, su mirada integradora de la realidad, y el método que ha desarrollado para alcanzarla, que entendemos, tiene hoy un singular valor cuanto menos para advertirnos que, ante cada análisis, ante cada investigación, tenemos la posibilidad de echar mano a una herramienta que nos prevenga de la especialización a ultranza al punto de no poder vincular nuestro objeto de estudio con la sociedad en su conjunto y en toda su dimensión, las relaciones que encierra y la nuevas relaciones que se pueden establecer; una herramienta que nos recuerde que antes de toda conclusión, podemos utilizarla como lupa que nos permita buscar las conexiones mas sutiles, a simple vista imperceptibles. Consideramos que el mundo de hoy, es un mundo que torna imprescindible una “mirada multidimensional de la totalidad”, es decir una mirada del mundo físico y del mundo social, desde la política, las ciencias, la filosofía, la economía, la psicología, las artes y de todas

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aquellas prácticas del hombre en sociedad. Marx se nos presenta en este sentido, “no como un estudioso interdisciplinar, sino como un investigador que integra todas las disciplinas”. (Hobsbawn, 2011: 22). No es propósito de este trabajo, poner en discusión si hubo un “final del marxismo” o si acaso estamos transitando un “posmarxismo”; pero sí adherimos a la mirada que nos dice que “lo esencial es afirmar un principio de método: la condición para reabrir productivamente el archivo marxista es la suspensión; la desactivación de las reglas de enunciación y de los procedimientos que han regido su formación”. (Mezzadra, 2014: 18). Explicitada ya la intención de este trabajo, intentaremos ahora algunas reflexiones que pongan en relación el método de trabajo de Karl Marx, y en él su mirada integradora del mundo, a través de un recorrido por capítulos de sus obras que, respondiendo en cada caso a un análisis específico, nos muestran sistematicidad en el método y la concepción de una totalidad compleja y determinada por sus partes. Asimismo nos proponemos incluir aportes documentales que, pongan en discusión la idea sobre el determinismo económico en Marx, de la que abundan interpretaciones y docencia. Con este propósito e intentando ordenar la lectura del trabajo, lo hemos estructurado en un apartado sobre el método en Marx, que sintetiza el concepto e intenta mostrar su presencia a través de un ligero recorrido por algunas de sus obras; luego sigue un apartado sobre el método en el abordaje de sus investigaciones, en el cual nos proponemos observar su metodología de trabajo en dos de sus escritos, en un sub apartado, haciendo un recorrido por su investigación sobre la mercancía, y en otro, intentando poner en diálogo a Marx con E.P. Thompson, respecto del estudio de las clases1; en un tercer apartado analizamos algunos conceptos de Marx en la introducción de los Manuscritos de 1844, donde observamos contundentes argumentos contra la idea de un determinismo económico en su propuesta, al tiempo que incluimos una carta de Engels, donde refiere explícitamente a este problema. Por último a manera de conclusión exponemos algunos conceptos que hacen necesaria a nuestro entender, una nueva re-valorización de la obra de Karl Marx, no sólo desde la voluntad de los

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Thompson, E.P. (1989). La Formación de la Clase Obrera en Inglaterra. Crítica S.A.

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estudiosos y docentes, sino desde la propia institucionalidad, que nos prevenga de futuras disecciones arbitrarias del conocimiento dentro de las ciencias sociales. 1 - El método en Marx La obra de Marx fue realizada en un contexto en que Capitalismo y Estado Moderno emergían como nuevas forma de organización social, en el plano de la economía y en el de la política; allí fue donde Marx desarrolló su obra, y con ella la visión de un mundo complejo determinado por múltiples esferas, relacionadas todas en una unidad de la cual no sólo forman parte la economía, y la política, sino todas las acciones humanas pasadas y presentes que, se condicionan unas a otras como factor de posibilidad en un proceso dinámico, y en el cual, la separación de la esfera de lo político y lo económico fue condición necesaria para desplegar las fuerzas del mercado tal como el desarrollo del capitalismo exigía. Esto fue lo que Marx criticó a lo largo de su obra. (Míguez, 2009). Esa concepción de la totalidad está presente en la Miseria de la Filosofía2, escrito en 1847 durante su estadía en Bruselas, pero siendo que esta fue una obra centrada en la crítica o polémica con Pierre Proudhon y su obra La Filosofía de la Miseria, el despliegue de la idea aparece fragmentada, según la opinión algunos autores3; aunque a nuestro entender, mas allá de cuan fragmentada pueda aparecer, la propuesta es muy clara en relación a la totalidad, a la integralidad a la que Marx hace referencia; es una totalidad dialéctica, en la cual las contradicciones se presentan como contradicciones objetivas, materiales, y no como morales o de valor tal como le critica a Proudhon. Es en el prólogo4 de los Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844,

donde

encontramos la presentación por parte de Marx de esa visión totalizadora, tanto como de los ejes metodológicos para el abordaje de la realidad material. En unos pocos párrafos nos señala que los “resultados han sido alcanzados mediante un análisis totalmente empírico” desde perspectivas diferentes de enfoques y que refieren a la “conexión de la Economía Política con el Estado, el Derecho, la Moral, la Vida civil, etc., en la medida que la Economía Política misma, ex profeso, toca estas cuestiones”, diciéndonos además que por último 2

Capítulo 2. Apartado 1. El Método (1973). Cartago. Mayo, A. y Gómez Di Vicenzo, J. (2009) 4 El prólogo fue escrito a final y en la edición consultada fue colocado al comienzo refiriendo una cuestión de orden. 3

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elaborará un trabajo final, en el que pueda exponer “la conexión del todo, la relación de las distintas partes entre sí, así como la crítica de la elaboración especulativa de aquel material”. Cinco líneas le bastaron a Karl Marx, para exponer un método de trabajo en el análisis de la realidad como un todo, bucear en sus componentes, encontrar en ellos las relaciones que las apariencias nos ocultan, y con un nuevo conocimiento volver a la totalidad de la realidad material que, sin duda ya será otra. La dialéctica de Marx, parte de la dialéctica de Hegel, pero se para en el terreno de las formas de producción y su historia, y ya no en el campo de la historia de la ideas; la realidad circundante, las cosas en sí mismas, son de existencia anterior e independientes de la idea que el hombre tenga de ellas, la dialéctica en Marx es la totalidad y sus partes, es el ir permanente de lo concreto a lo abstracto y de allí a lo concreto nuevamente; pero “el resultado de lo abstracto sólo puede ser considerado verdadero si reproduce la unidad de lo diverso, la síntesis de las múltiples determinaciones que se encuentran en lo concreto”. (Mayo y Gómez Di Vicenzo, 2009: 5-8) De las mismas líneas del prólogo de los Manuscritos, podemos también extraer, una idea de la mirada de Marx sobre otros de los aspectos que nos proponemos poner en discusión en este trabajo, tal como expresamos en la introducción, y que tienen que ver con algunas críticas pasadas y presentes sobre el supuesto determinismo económico de Marx, pero por una cuestión de orden en la organización de este trabajo, retomaremos el tema en el apartado específico. 2 - El método en el abordaje de sus investigaciones Hemos intentando trazar en el apartado anterior, un breve recorrido por aquellas ideas de Marx que, nos muestran su concepción de la realidad, tanto como las premisas de las que parte para su estudio. En el presente apartado desarrollaremos sintéticamente el modo en que Marx utiliza ese método en un análisis concreto, en este caso el capítulo I del Capital, la mercancía; luego hemos tomado ex profeso el capítulo LII, las clases, ya que estando inconcluso, nos permite una comparación metodológica entre lo elaborado por Marx y, lo hecho por Edward P. Thompson, un siglo después desde la historiografía británica; proceso

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en el que intentaremos poner en diálogo al Marx del capítulo Las Clases, con E.P. Thompson a través de su prefacio de “La Formación de la Clase Obrera en Inglaterra”.5 2.1 – La mercancía Marx escribe El Capital, cuyo primer libro, editado en 1867 es el único que se publica antes de su muerte; siendo que los libros II y III, fueron publicados posteriormente gracias al trabajo de Friedrich Engels (1820 -1895); y en él propone una crítica de la economía política tal como expresa en el propio sub-título del libro I. Lo que pone en discusión no son sólo los aspectos puramente económicos del capitalismo y sus relaciones de producción, sino el ocultamiento que se hace de esas relaciones de producción a través de la economía política, fundamentalmente lo que en ella está naturalizado, la relación de explotación de una minoría capitalista sobre una mayoría asalariada, proletaria; muestra las relaciones de poder y las formas que esas relaciones adquieren en la sociedad burguesa. Propone abordar esa crítica con un método, analizar la forma mínima de expresión del modo de producción capitalista, que identifica en la mercancía, y que define como la forma en que se materializa el resultado de esa relación de producción. Con este propósito establece categorías analíticas que permitan comprender y desnaturalizar las relaciones que están ocultas en las mercancías; comenzando con valor de uso, hace una mención general a las necesidades humanas, independientemente del tipo que éstas sean, el proceso de satisfacción de esas necesidades, concluyendo que “La utilidad de una cosa hace de ella un valor de uso”; sirviéndose para esta definición de una obra de John Locke de 1691. (Marx. 2008: 44). Advierte no obstante que el valor de uso se efectiviza únicamente en el uso o el consumo; y en ese proceso las mercancías son a la vez portadoras de un valor de cambio; luego amplía el concepto al remarcar que, el valor de cambio se presenta siempre como una relación cuantitativa, que está en permanente estado de modificación a través del tiempo y el espacio, agregando que, independientemente de la cantidad de valor de cambio que tenga una mercancía, siempre se presenta en relación a una cantidad de valor de cambio de otra mercancía; así, las mercancías en tanto valor de uso, siempre son diferentes en cuanto a calidad; mientras que en tanto valores de cambio, van a ser diferentes en cuanto a cantidad. 5

(1989) Ed. Crítica S. A.

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Prosigue su análisis con la consideración de que el valor de cambio es la forma de expresarse el valor en una mercancía y, hace de este concepto a su vez un análisis de su composición; cuyo proceso pasa por “extraer” a la mercancía su valor de uso, y con ello se abstrae también el trabajo humano que la transformó para su uso, quedando simplemente una cantidad de trabajo abstracto; ese gasto de trabajo indiferenciado es el valor; y se manifiesta en la relación de intercambio de las mercancías, o en lo que define como valor de cambio. Luego Marx nos dice que, el valor se mide por su magnitud, y esta es la cantidad de trabajo socialmente necesario, es decir lo que la sociedad “valida” como el tiempo de trabajo promedio necesario para la producción de una determinada mercancía; esa magnitud para Marx, tiene historicidad, es decir un contexto concreto y específico, que al variar, hará variar la magnitud de trabajo necesaria. Se nos presenta así, lo que podría ser una visión específicamente económica de realidad, tanto como una cuestión estrictamente política; entonces lo que está presentando no es otra cosa que una mirada conceptual abarcadora de múltiples aspectos en los que se presentan las relaciones en el marco del capitalismo, es una mirada sociológica, de la cual surge también que la fuerza de trabajo, es en el capitalismo una mercancía mas y, en consecuencia como tal debe tener un valor de uso; ese valor de uso es generar mas valor y plus valor. En ese proceso analítico, otra categoría que introduce es el de las fuerzas productivas que, al estar condicionadas por su historicidad, hace que, variando las condiciones de producción, con la misma magnitud de trabajo, se obtengan diferentes resultados; de manera que la magnitud de trabajo necesaria para mantener resultados de producción, en contextos donde las fuerzas productivas decrecen, será mayor. En el progreso del análisis, vemos como Marx parte de la unidad mercancía, y a través de un proceso de desocultamiento de las relaciones de producción, nos muestra los aspectos mas generales de la sociedad burguesa y el capitalismo, para luego volver al análisis de la unidad mercancía, la cual ya será analizada desde una perspectiva completamente diferente que en su inicio; profundizando la desnaturalización para llegar a nuevos rasgos en ella naturalizada; así es que introduce nuevas categorías analíticas como forma simple o singular

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de valor, en el desarrollo del cual presenta a su vez la de la forma relativa de valor y forma equivalente de valor, de la cuales hace una detallada caracterización y definición. Continúa luego complejizando la abstracción en el análisis, introduciendo mas categorías analíticas tales como: forma total o desplegada de valor, forma relativa de valor desplegada, forma particular de equivalente, hasta llegar a la forma general de valor. Del continuo proceso de establecer relaciones, llega a la transición de la forma general de valor a la forma de dinero; que define como la mercancía de forma equivalente general, de la cual el oro era una mas de esas mercancías al igual que otras y que poco a poco pasó de ser un equivalente singular, a ser un equivalente general, con lo cual “solo a partir del momento en que ya se ha convertido en tal mercancía dineraria, ... la forma general de valor llega a convertirse en forma de dinero”. Avanzado ya en el análisis de lo que está “naturalizado” en la mercancía, entiende que respecto a su valor de uso, la mercancía parece una cosa simple, que no presente mayor dificultad o complejidad para su comprensión; “pero no bien entra en escena como mercancía, se trasmuta en cosa sensorialmente incomprensible”. A la pregunta sobre la procedencia del carácter fetichista de la mercancía y su secreto, Marx propone que del análisis previo de mercancía, surge que la forma de relación entre los hombres, adquiere una forma de relación entre cosas. Así, los hombres al equiparar mercancías entre sí, están equiparando recíprocamente sus trabajos, que son específicos y diferentes, como trabajo humano en tanto mercancía. Finalmente desarrolla una serie de supuestos de la economía política, a los que responde con la argumentación que surge del análisis hecho respecto de las mercancías y, concluye en que esta forma mística en que se presentan las mercancías solo será pasible de ser aclarada en procesos de producción integrados por hombres libremente asociados que sometan el propio proceso productivo a una permanente planificación y control; cuya base material de desarrollo será producto de una evolución. (Marx 2008: 86- 90) Prescindamos en este párrafo de la prosa para dejar en primer plano la sistematicidad del método al que nos hemos referido en el apartado anterior:

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Análisis de la realidad como un todo - Análisis de cada uno de sus componente Determinación de las relaciones entre ellos - Desarrollo de un nuevo conocimiento - Verificación empírica de la reproducción de una nueva unidad - Propuesta de principios de transformación. 2.2 Las clases El capítulo LII en el libro III del Capital, marca el final de la obra de Marx, si es que acaso esto puede representarse en un capítulo o en un determinado momento dentro de la vastedad y la complejidad de su producción; pero lo cierto es que así es como termina El Capital, y quizás no como fue planificado, el corte es abrupto y el capítulo inconcluso; pero los cinco párrafos de los que consta le permitió a Marx dejar, un breve pero claro concepto respecto de las clases, y dos preguntas cuyas respuestas, bien podrían aproximarse a las propuestas hechas por E.P. Thompson respecto de las clases.6 Entre los conceptos que Marx propone está el de la existencia de tres grandes clases, diferenciadas por las fuentes de su ingreso, el salario, ganancia y la renta; aunque explicita que hay grados intermedios y de transición que, a medida que las sociedades se complejizan, es decir se vuelven mas heterogéneas, la posibilidad de identificar las diferencias se hace cada vez mas difusa. Son dos las preguntas que Karl Marx deja planteadas: “¿Qué forma una clase?” y “¿Qué hace que trabajadores asalariados, capitalistas y terratenientes, formen tres grandes clases sociales?” Nos dice que en principio hay una cuestión de “identidad y fuente” de réditos entre los que diferencia al salario como forma de valorización del trabajo, la ganancia como forma de valorización del capital y por último la renta como forma de valorización de la propiedad de la tierra; luego complejiza el análisis con el planteo sobre diferentes grupos sociales, con fuentes de réditos iguales. Interpretamos que Marx, con sus dos preguntas nos lleva a buscar respuestas por diferentes caminos; la primera, la responde en breves líneas diciendo que son “la identidad y la fuente de rédito”. A la segunda pregunta, no le ha dado respuesta 7; es aquí donde proponemos ponerlo en diálogo con Edward P. Thompson, en lo referente a la clase obrera.

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(ibid) Hacemos referencia al texto del Capítulo Las Clases en “El Capital”.

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El historiador inglés nos propone una serie de ideas en el prefacio de su trabajo, en las cuales encontramos un cierto nexo en el método para abordar el problema de las clases en general y en particular el de la clase obrera inglesa en su formación. Son dos los aspectos a nuestro entender característicos del método de análisis en Marx, la dialéctica y el materialismo histórico. Nos dice Thompson: “La clase obrera no surgió como el sol, a una hora determinada. Estuvo presente en su propia formación.” Para él, merece ser subrayado que clase es el “fenómeno histórico que unifica una serie de sucesos dispares y aparentemente desconectados, tanto por lo que refiere a la materia prima de la experiencia, como a la conciencia” Por experiencia Thompson entiende, las condiciones de vida en la que los hombres nacen, o a las que se incorporan involuntariamente, y éstas están fuertemente determinadas por las relaciones de producción; mientras que, por conciencia entiende, la forma en que los hombres incorporan esas experiencias a través de la cultura, las tradiciones y las diferentes formas de organización institucional. Es a partir de ese recorrido analítico que el historiador nos devuelve el concepto de clase, ahora para confrontarlo con la realidad empírica y comprobar la inexistencia de normas que nos permitan palpar la clase; ya que, son las experiencias las que están determinadas por las relaciones de producción, pero las formas en que esas experiencias se incorporan en cada individuo y en cada grupo social, responden a las particularidades de cada momento y lugar. Volviendo a Marx y su método, encontramos en este diálogo que hemos construido a partir de las preguntas de Marx y las propuestas de Thompson (con las particularidades del caso y entendiendo los diferentes contextos de producción que hemos puesto en relación), una gran similitud en ese ir de lo concreto a los abstracto que nos permita el análisis y la relación entre sus partes, y volver luego, con una síntesis del conocimiento producido, a un nuevo abordaje de la realidad material. 3. La idea de determinismo económico En principio no abonamos a la idea de determinismo económico en la propuesta teórica que encontramos en la obra de Karl Marx, debemos entonces exponer los argumentos que, una cuestión de espacio nos obliga a sintetizar todo lo posible, lo que impone explicar desde dónde lo hacemos. Entendiendo que un análisis minucioso de toda la obra de Marx

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como dijimos, sería imposible sobre todo en este trabajo, consideramos válido preguntarnos sobre la perspectiva del propio Marx en relación al problema del determinismo, antes que replicar opiniones de tantos autores que, inscriptos o no dentro de los marxismos hayan elaborado al respecto. Y en esta aproximación se nos imposibilitan varios de los caminos que podríamos recorrer, ya que la distancia temporal que media entre el contexto de producción y el presente, nos deja casi como única opción la elaboración documental. Aún así, la vastedad de la documentación hace necesario un recorte y hemos optado por dos escritos; el primero del propio autor, el segundo una carta de Friedrich Engels. Al primero lo hemos mencionado ya, son las propias líneas del prólogo de los Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844, encontramos allí, una referencia explícita sobre el tema de lo económico y su relación con otras esferas del quehacer humano, en la que Marx nos dice: “(…) Haré, pues, sucesivamente, en folletos distintos e independientes la crítica del derecho, de la moral, de la política, etc., y trataré por último, de exponer en un trabajo especial la conexión del todo, la relación de las distintas partes entre sí, así como la crítica de la elaboración especulativa de aquel material. Por esta razón en el presente escrito sólo se toca la conexión de la Economía Política con el Estado, el Derecho, la Moral, la Vida civil, etc., en la medida en que la Economía Política misma, ex profeso, toca estas cuestiones.” Consideramos que abundar en el análisis de estas líneas, no harán otra cosa que impedir al lector el suyo propio; sólo las presentamos con ese propósito, animados en la idea que, lo sencillo y explícito del argumento, tanto como su brevedad, lo vuelven un importante punto de partida, para responder a quienes ven determinismo económico en la propuesta de Marx, ya que él mismo refiere que sólo toca la conexión de la esfera económica con otras de la organización social, debido a la conexión “ex profeso” que ha hecho la Economía Política. Veamos ahora a la carta de Engels a la que hicimos referencia: “(…) Según la concepción materialista de la historia, el factor8 que en última instancia determina la historia es la producción y la reproducción de la vida real. Ni Marx, ni yo hemos afirmado nunca más que esto. Si alguien lo tergiversa diciendo que el factor económico es el único determinante, convertirá aquella tesis en una 8

En el texto de la edición citada figura la palabra actor, la que hemos considerado inexacta, y encontramos el mismo texto en Della Roca, M (2014: 37) en el cual figura la palabra factor, la cual preferimos incluir en el presente texto.

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frase vacua, abstracta, absurda. La situación económica es la base, pero los diversos factores de la superestructura que sobre ella se levanta – las formas políticas de la luchas de clases y sus resultados, las Constituciones que, después de ganada la batalla, implanta la clase triunfante, etc., las formas jurídicas, e incluso los reflejos de todas esas luchas reales en el cerebro de los participantes, las teorías políticas, jurídicas, filosóficas, las ideas religiosas y el desarrollo ulterior de éstas hasta convertirlas en un sistema de dogmas – ejercen también su influencia sobre el curso de las luchas históricas y determinan, predominantemente en muchos casos, su forma. Aquí está presente la interacción de todos estos actores, en la cual, a través de toda la multitud infinita de casualidades (es decir, de cosas y acaecimientos cuya conexión interna es tan remota o tan difícil de probar, que podemos considerarla como inexistente y no hacer caso de ella), acaba siempre imponiéndose como necesidad el movimiento económico. De otro modo, aplicar la teoría de una época histórica cualquiera sería mas fácil que resolver una simple ecuación de primer grado.” “(…) Que los discípulos hagan a veces mas hincapié del debido en el aspecto económico, es cosa de la que, en parte tenemos la culpa Marx y yo mismo. Frente a los adversarios, teníamos que destacar este principio cardinal que se negaba, y no siempre disponíamos de tiempo, espacio y ocasión para dar la debida importancia a los demás factores que intervienen en la interacción. Pero, tan pronto como se trataba de exponer una época histórica, y, por lo tanto, de aplicar prácticamente el principio, cambiaba la cosa, y ya no había posibilidad de error. Desgraciadamente, ocurre con harta frecuencias que se cree haber entendido totalmente y que se puede manejar sin mas una nueva teoría por el mero hecho de haber asimilado, y no siempre es exactamente, sus tesis fundamentales. Esto se lo puedo reprochar a muchos de los nuevos “marxistas” y así se explica que hayan surgido tan tremendas confusiones.” F. Engels a J. Bloch, 21 – 22 de septiembre de 1890. 9

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Marx, K y Engels, F. 2009. Sobre el Arte. Pp. 56 y 57

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Tampoco consideramos necesario en el análisis de este documento agregar demasiado, priorizando una vez mas el análisis del lector; no obstante hay algunas manifestaciones que nos parece interesante señalar a manera de brindar perspectivas particulares desde donde abordarlo, sobre las cuales no queremos abundar, sino listarlas:  La explícita mención de la producción como factor de última instancia.  En el texto, Engels habla en nombre propio y en nombre de Marx.  Menciona el factor económico, en tanto único determinante, como una tergiversación.  Asume una autocrítica, en la que incluye al propio Marx, por no haber hecho mayor hincapié respecto de este problema, argumentando que las prioridades y dinámica de los diferentes contextos, así lo imponían. Claro está que es una carta de Engels y no de Marx, no obstante por el vínculo que los unió y del cual surgió buena parte de la producción teórica de Marx, entendemos que es un documento cuyo valor en el análisis sobre la problemática de la idea de determinismo económico, es sustancial. Conclusión Finalmente y en el intento de sintetizar nuestra propuesta, retomamos aquellos puntos que, en la introducción definimos como propósito de este trabajo, el cual esbozamos como la idea de poner en discusión la mirada integradora del mundo físico y social y el método para abordarla, como una posibilidad presente, como una herramienta que nos permita encontrar decíamos, las conexiones mas sutiles entre los diferentes componentes de la realidad. El principio de totalidad que encontramos en Marx, no es el de aquella totalidad que se puede explicar porque todo está determinado; sino una totalidad que encierra todos los aspectos del saber humano, pasados, presentes y que serán nutridos con nuevos saberes futuros, que tiene como premisa la incertidumbre del devenir, al tiempo que tiene como certeza que ese devenir no será otra cosa, que la acumulación de experiencias humanas siempre en tensión.

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Nuestra propuesta no es novedosa, hace décadas ya que muchos científicos y estudiosos de las relaciones del hombre en sociedad, vienen llevando adelante una formidable tarea, en el sentido de recuperar la mirada totalizadora, integradora de los fenómenos de la vida social, tal como W. Mills propuso iniciada la década del ´60; planteaba elaborar y re-elaborar los documentos históricos, ya que en cada época mutan, a partir de nuevos documentos, aportes, descubrimientos o de nuevos puntos de interés, las posibilidades y las necesidades para abordar la realidad; y lo importante, nos decía, es que el investigador conozca los métodos de investigación histórica, aunque tan sólo sea para mejorar sus criterios de selección. (Mills, W. 1961) Es indudable que este desafío no puede ser encarado desde la voluntad individual de los investigadores y docentes, consideramos que es necesario anclar las condiciones de posibilidad desde la institucionalidad, desde la academia; lo cual implica un compromiso consciente y denodado de todos y todas quienes componen el mundo académico por recuperar a Marx en toda su dimensión, en el intento de ser intelectualmente coherentes con su propuesta transformadora, declinando concienzudamente la práctica de incluir su obra y su pensamiento de una manera tangencial en los planes de estudio; algo que, por lo menos genera la sospecha de que aún no hemos podido librarnos de ciertos prejuicios que en ocasiones conducen a confundir las propuestas de Marx, con el marxismo; y luego llevan a reduccionismos tales como confundir las críticas al marxismo, que varios pensadores han formulado a lo largo de la historia de las ciencias sociales, como críticas al pensamiento propio de Marx. Necesitamos de la práctica transformadora de la academia, que se puedan superar los vestigios que aún quedan de “cientificismo” (Wallerstien, 2005:20), de aquellos que, por temor a “impregnarse” de ideología, se resguardan activamente en el “pedestal” del conocimiento, sin comprender que, la falta de compromiso del conocimiento con la transformación positiva de la sociedad, es en sí misma una forma de ideología. Conservadora. Debemos interpelarnos sobre lo que hacemos cuando leemos y re-leemos a Marx, debemos interpelarnos sobre lo que hacemos cuando elaboramos y re-elaboramos sobre Marx. Debemos asimismo interpelarnos, si cuando hacemos, es todo lo que podemos o

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podríamos hacer. Debemos interpelarnos sobre si el estudio de Marx no debiéramos encararlo con la mira puesta en el sentido y la posibilidad transformadora del conocimiento. Quisiéramos expresar mucho mas de lo que el espacio, tanto como el conocimiento y la creatividad nos permiten, en el sentido de señalar la huella que el pensamiento de Marx a dejado en la historia de las ciencias; y por ello para sintetizar conceptualmente el sentido de las ideas vertidas en este trabajo sobre la huella de Karl Marx, y principalmente sobre su actualidad, recurrimos a una “postal literaria” de Eric Hobsbawn, que escribió: “Entremos en el cementerio de Highgate, donde están enterrados los decimonónicos Marx y Spencer – Karl Marx y Herbert Spencer10 -, cuyas tumbas están curiosamente una a la vista de la otra. Cuando ambos vivían, Herbert estaba reconocido como el Aristóteles de la época, y Karl era un tipo que vivía en la parte baja de la ladera Hampstead del dinero de su amigo. Hoy nadie sabe siquiera que Spencer está allí, mientras ancianos peregrinos de Japón y la India visitan la tumba de Karl Marx, y los comunistas iraníes e iraquíes exiliados insisten en ser enterrados a su sombra”11

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Herbert Spencer (1820-1903), ilustre pensador positivista, dedicó sus estudios a la sociología y la antropología, al estudio de la naturaleza, a la psicología y la filosofía. Se lo considera de los primeros investigadores en la utilización de las categorías estructura y función, y su pensamiento filosófico hizo que se lo vincule al darwinismo social. 11 Del capítulo Marx Hoy de la obra Como Cambiar el Mundo.

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Bibliografía Della Rocca, M. (2014). Gramsci en la Argentina. Los desafíos del Kirchnerismo. Ed. Dunken. Hobsbawn, E. (2011). Cómo Cambiar el Mundo. Crítica S.L. Marx, K. (1973). La Miseria de la Filosofía. Respuesta a la “Filosofía de la Miseria” del Señor Proudhon. Cartago. Marx, K. (2001). Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844. Biblioteca Digital “Espartaco” Marx, K. (2008). El Capital – Crítica de la Economía Política. Libro I. Siglo XXI. Marx, K. (2009). El Capital – El Proceso Global de la Producción Capitalista. Libro III. Siglo XXI. Marx, K. y Engels, F. (2009). Sobre el Arte. Recopilación de escritos y correspondencia. Traducción Drucker, A. Claridad S.A. Mayo, A y Gómez Di Vicenzo, J (2009). La Cuestión del Método en los Grundrisse y en el Prólogo de 1859. Una Aproximación al Estudio del Papel de la Dialéctica en la Obra de Marx. Instituto de Investigaciones Gino Germani. Ponencia: 5° Jornadas de Jóvenes Investigadores. Mezzadra, S. (2014). La Cocina de Marx. El Sujeto y su Producción. Ed. Tinta y Limón. Míguez, P. (2009). El Nacimiento del Estado Moderno y los Orígenes de la Economía Política. Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas, N° 22. Universidad Complutense de Madrid. Mills, Ch. W. (1961) La Imaginación Sociológica. México. Fondo de Cultura Económica. Parrilla Sotomayor, E. (2001). Reseña de Karl Marx de Francis Wheen. Revista de Humanidades: Tecnológico de Monterrey. N° 10. Thompson, E.P. (1989). La Formación de la Clase Obrera en Inglaterra. Crítica S.A. Wallerstein, I. (2005) Las Incertidumbres del Saber. Gedisa

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