JUVENTUD SIN FUTURO : PRECARIEDAD, SUBJETIVIDAD Y ACTIVISMO

May 24, 2017 | Autor: A. Alvarez-Benavides | Categoría: Social Movements, Social Activism, Activism, Movimientos sociales, Activismo
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Descripción

JUVENTUD

SIN

FUTURO

:

PRECARIEDAD,

SUBJETIVIDAD

Y

ACTIVISMO.

Antonio Álvarez-Benavides Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) Centre d’Analyse et d’Intervention Sociologique CADIS [email protected]

Resumen: En este texto se pretende analizar al colectivo alter-activista Juventud Sin Futuro, que tiene como objeto central de sus reivindicaciones la precariedad de la juventud. Este colectivo fue creado unas semanas antes del famoso 15M o movimiento de los Indignados, por lo que muchos (della Porta, 2015; Marzolf y Ganuza, 2016) le consideran una de sus fuentes principales. En el texto analizaremos los rasgos fundamentales de este colectivo desde la sociología de los movimientos sociales, enmarcado en el activismo post-2010. Igualmente expondremos cómo los nuevos procesos de subjetivación dentro de estas iniciativas tienden hacia nuevas formas políticas, que no solo pretenden influir, transformar o ser una alternativa dentro de la política tradicional, sino acabar con ella. Palabras clave: juventud, movimientos sociales, subjetividad, indignados

Alter-activismo, subjetividad y la nueva política El año 2011 fue un año importante en muchos sentidos y en muchos lugares, pero para la sociología, de la que muchos anunciaban su muerte desde hace al menos dos décadas (Pérez-Agote, 1995; Wieviorka, 2007), fue un año especial. En un contexto de triunfo del neoliberalismo surgen una serie de nuevos movimientos

sociales, como la primavera árabe, el 15M-Indignados y los distintos occupys1. Todos ellos inevitablemente relacionados, imbricados, con propósitos y en contextos diferentes, pero con ciertas similitudes que nos hacen hablar de un cambio real. Este texto tiene dos grandes objetivos. El primero de ellos es encuadrar a Juventud Sin Futuro dentro del análisis de los movimientos sociales post-2010, tanto en relación con el activismo y los movimientos sociales españoles, como con la situación de los movimientos sociales globales. La primera parte del texto abordará el nacimiento y la evolución de este colectivo, el contexto social y político en el que surge, así como sus características principales desde la óptica de la sociología de los movimientos sociales. Como segundo gran objetivo se analizarán las articulaciones políticas de la subjetividad presente en los nuevos movimientos sociales y, concretamente, en Juventud Sin Futuro. En otras ocasiones he analizado los procesos de institucionalización de algunos movimientos sociales a través de la formación de nuevos partidos políticos, como es el caso del 15M y Podemos (Álvarez- Benavides, 2015). En esta ocasión, la hipótesis central del artículo será comprobar si este alteractivismo, estos procesos de subjetivación presente en estos nuevos movimientos post-2010, se plantea desde el punto de vista de la juventud, de las nuevas generaciones, como acciones políticas sustantivas, reales, alejadas definitivamente y sin vuelta atrás de la política representativa clásica de los grandes partidos. De esta manera, no se tratará tanto de señalar nuevas formas alternativas de hacer política, o cómo estas nuevas formas de hacer política se institucionalizan, a través de los nuevos partidos, sino de comprobar si esta política es ya una forma real de política, que ha venido para quedarse, y que no pasa por la adquisición de las formas, los procesos y las características de la política convencional. Metodología. Para realizar este texto se ha utiliza como técnica principal de investigación la netnografía, también conocida como etnografía digital, etnografía virtual (Hine, 2004) 1 El “occupy movement” nación en Nueva York el 17 de septiembre de 2011 en el distrito de Wall Street a través de una serie de manifestaciones y acampadas en el parque Zuccotti. Este movimiento se inspiró principalmente en el 15M en sus demandas de anti-austeridad, y llegó a extenderse a 951 ciudades en 82 países del mundo (Karla Adam, The Washington Post, 15/10/2011).

o ciberantropología (Vázquez, 2008). La netnografía es una técnica de corte antropológico de análisis de redes que se utiliza para el estudio de las comunidades, grupos, interacciones, conflictos, problemas, etc., y que tiene como su campo de acción social Internet. El término netnography fue utilizado por primera vez en 1997 por Kozinets, quien después ha sido el máximo representante en el desarrollo de esta metodología. Aunque esta técnica suele relacionarse con los estudios de mercado y de marketing (Kozinets, 2010), su extensión ha sido muy rápida a otros campos de la investigación social, como la antropología social y cultural, la psicología y la sociología. La técnica es similar a la etnografía clásica pero adaptada al contexto de la Red, siendo la observación participante uno de sus elementos centrales. Desde el nacimiento y desarrollo de las redes sociales se ha vuelto una herramienta casi imprescindible para analizar este tipo de comunidades y sus interacciones. En España se utiliza de manera activa para el análisis de redes y comportamientos en internet, pero también para la intervención social, siendo notables sus aplicaciones en el campo del trabajo social (del Freso, 2011) Se ha optado por la netnografía porque Juventud Sin Futuro nace en el entorno de las redes sociales y su presencia es más activa a través de estos canales que a través de los tradicionales. Juventud Sin Futuro es necesariamente un producto de la globalización, de la postmodernidad, que no se entiende sin la Red, y por tanto, es desde la Red desde donde se ha decidido hacer el análisis. A los pocos días de su nacimiento, ya estaba presente en los principales redes sociales, aunque en este caso nos centraremos en su presencia en Facebook, Twitter y YouTube. En la actualidad2 la cuenta principal de Juventud Sin Futuro en Twitter (#juventudsin), ya que hay distintas iniciativas locales asociadas, tiene 80.365 seguidores, 30.900 tweets publicados desde su apertura en el 23 de marzo de 2011, unos 20-30 al día, con puntos de incluso 100 en acontecimientos importantes. En Facebook, tienen 117.968 seguidores desde su creación el 7 de abril de 2011. En Youtube, cuentan con 1280 subscriptores, 82 vídeos y 473.950 visualizaciones desde su creación el 3 de abril de 2011. La mayoría de los vídeos colgados son de producción propia, y consisten en entrevistas, vídeos reivindicativos, grabaciones de reuniones, debates, asambleas y de producción artística muy variada, pero también de 2 Este artículo se escribió entre noviembre de 2015 y febrero de 2016. Durante el proceso de

revisión sufrió una serie de modificaciones debido a las elecciones generales españolas de diciembre de 2015 en la que Podemos obtuvo 69 diputados.

otros colectivos relacionados, entre los que destaca el programa “La Tuerka”, cuyos presentadores, Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, fundaron y son los líderes principales de Podemos. Aunque el autor de este texto es subscriptor de los distintos canales mencionados, por lo que el seguimiento de las actividades de Juventud Sin Futuro en las distintas redes sociales ha sido continuado desde su nacimiento, entre noviembre de 2015 y febrero de 2016 se ha realizado una sistematización de los principales tweets, mensajes, vídeos y recursos web, en relación con acontecimientos, demandas o acciones políticas especialmente significativos y que serán mencionados a lo largo del texto.

1. Nuevas reivindicaciones, nuevas formas de activismo. Los nuevos movimientos sociales no son tan nuevos como parecen, o al menos, hablar de nuevos movimientos sociales lleva siendo una constante en la sociología desde los 70’. Michel Wieviorka (2008) señala tres momentos clave en los movimientos sociales: hasta los 70’, en los que el movimiento obrero sienta las bases de la sociología de los movimientos sociales; finales de los 60’ y principios de los 70’, cuando surgen y se desarrollan nuevos movimientos sociales de carácter étnico, cultural y ecológico; y los movimientos globales, propios de los 90’. Además de estos tres momentos o estas tres grandes agrupaciones de movimientos sociales, un buen número de expertos (Pleyers and Glasius, 2013; Fuster, 2012) señalan un cuarto tipo, en el que se inscribirían la primavera árabe, Juventud Sin Futuro, el 15M y los distintos occupys. Son los llamados “movimientos post-2010” y tienen una serie de características comunes entre sí: - Una infraestructura de recursos, que se concreta en el trabajo en red, reuniones e intercambios producidos durante la última década. Los propios actores se sienten hermanados o inspirados por otros movimientos similares. - El impacto que ha tenido la globalización sobre ellos, cuyo ejemplo más claro es la crisis económica mundial. Los activistas pertenecen a una generación precaria (Pleyer and Glasius, 2013: 552), han crecido en un ambiente neoliberal de inseguridad laboral, de reducción de los servicios públicos y finalmente de una crisis

financiera global. Pertenecen a un generación global, que utiliza internet y las redes sociales de manera habitual y también para sus movilizaciones. - Una serie de demandas comunes: democracia, justicia social y dignidad. Es precisamente en estas demandas donde podemos ver las diferencias más significativas respecto a los movimientos antiglobalización de hace unos años. Un aspecto importante es el énfasis en la justicia social a nivel local, a nivel nacional. En estos movimientos el contexto del Estado-nación es más fuerte que hace una década (Pleyers, 2013) puesto que aunque las reivindicaciones tienen un componente o un enemigo internacional similar, el triunfo del neoliberalismo, o situaciones comunes, como la corrupción o la falta de una verdadera democracia, tienen un claro anclaje local, nacional.

Los nuevos movimientos sociales en España. Los movimientos sociales en España tienen un marco distinto al de otros movimientos sociales occidentales, puesto que la dictadura franquista no permitió ningún tipo de contestación o alternativa al dogma nacional catolicista. De esta manera, los primeros movimientos sociales, que surgen con la transición a mediados de los 70’, tienen un fuerte componente local, vecinal, para reclamar derechos políticos, pero sobre todo bienes y servicios. Con la democracia y las primeras elecciones estos movimientos dejan de tener un carácter homogéneo y vecinal, muchos de ellos se institucionalizan en las nuevas estructuras del Estado y en los nuevos partidos políticos. Desde el punto de vista del activismo esto no significa que desaparezcan las movilizaciones sociales, sino que éstas se fragmentan, surgiendo muchas más movimientos y asociaciones, pero siempre con una fuerte relación institucional. Un tercer escenario serían los 90’ y estaría caracterizado por la presencia de movimientos sociales fuertemente institucionalizados (Alberich, 2007), el llamado asociacionismo subvencionado, y por la continuidad de ciertos movimientos radicales, como los okupas o movimientos de extrema izquierda y extrema derecha. Pero al mismo tiempo nacen los nuevos movimientos sociales de carácter cultural e identitario, que tienen una clara aspiración política y de reconocimiento como parte de la ciudadanía. Algunos ejemplos son el movimiento gay y lésbico, los movimientos contraculturales y las primeras reivindicaciones de

tipo étnico (musulmanes, gitanos). Otros movimiento sociales, como el ecologista y los movimientos antiterroristas, aunque surgen en los 70’, experimentan su mayor desarrollo e influencia social en los 90’, siendo las iniciativas sociales que más manifestaciones convocan durante esta década (Adell, 2000)

La juventud (sin futuro) entra en escena. Una década después, y en sintonía con lo que pasaba en el resto de los países de nuestro entorno, surgen los movimientos globales. El contexto nacional cambia, se diversifica, y surgen nuevos temas en las movilizaciones. En su mayoría jóvenes, se movilizan ante la globalización neoliberal, participando activamente en los foros mundiales y en las manifestaciones ante las reuniones internacionales del G7, Dabos, etc. Otro acontecimiento fundamental fueron las manifestaciones contra la guerra de Irak, con un claro componente internacional, pero también nacional. Esta doble dimensión local-global, nacional e internacional, comienza a estar presente en todas las movilizaciones. Resulta interesante que estos movimientos sociales surgen en un momento de crecimiento económico notable, de desarrollo del sector servicios, en el que el mercado inmobiliario español se vuelve el más importante de Europa y en el que España se convierte en la séptima economía del mundo (El País, 01/07/2007)3. En este contexto, de aparente bonanza, hay una serie de sectores y actores excluidos, las clases trabajadores, que a pesar de que hubiera tasas de paro más bajas que las actuales se mueven en un mercado laboral desregularizado, precario y flexible, y en el que los jóvenes formados tienen muchísimas dificultades para independizarse económicamente y de sus familias. Los sueldos son bajos, pero sobre todo el precio de la vivienda se dispara, por lo que el acceso de los jóvenes a ellas se hace imposible o a través de hipotecas abusivas que conceden sin mucha preocupación los bancos, pero que condicionan el futuro de esta nueva generación con hipotecas de hasta incluso 40 años4. 3 “España es ya la séptima economía mundial, según el Banco de España”: El País (01/02/2007) http://elpais.com/diario/2007/02/01/economia/1170284412_850215.html 4 La juventud española se vio especialmente afectada por la “burbuja inmobiliaria”. El precio de la vivienda creció entre 1998 y 2005 casi un 160% en un periodo de crecimiento económico acelerado, al que se unió una reducción de los intereses (casi del 4%) debido a la creación de

Este es el caldo de cultivo de Juventud Sin Futuro y del 15M. Desde la transición, España ha vivido un proceso incrementativo respecto a los derechos sociales y al desarrollo económico. Aunque durante los 90’ hubo una crisis económica importante lo cierto es que ni las tasas de paro, ni el retroceso en derechos sociales se experimentaba de una forma tan acusada como en la actualidad. La generación perdida, la generación sin futuro, la generación neoliberal, no ha tenido ni las oportunidades ni las expectativas de sus padres. Este nuevo movimiento responde sin duda a nuevas formas de alienación en un nuevo mundo globalizado dominado por el capital financiero (Perugorría and Tejerina, 2013: 425). Acciones para dentro y para fuera. Tanto Juventud Sin Futuro como el 15M constata que el neoliberalismo no tiene contestación a nivel internacional, pero sobre todo a nivel nacional, y es la falta de alternativas políticas a nivel interno lo que sin duda es el pistoletazo de salida de estos movimientos indignados. Si los movimientos antiglobalización españoles querían ser una contrapartida al influjo del neoliberalismo a nivel internacional, los movimientos post-2010 constatan que el neoliberalismo ha triunfado a nivel global y que la crisis ha sido el culmen de la revolución neoconservadora (Álvarez-Benavides, 2012). Juventud Sin Futuro tiene un referente local claro, en el momento de mayor desarrollo y crecimiento económico, los jóvenes, que además representan la generación más preparada, la generación mejor formada, que no ha tenido que experimentar las renuncias que vivieron sus padres durante la dictadura franquista, no nuevas cajas y de una competencia entre los bancos (Bernardos, 2009). En ese mismo periodo los salarios, que coincide que con mayor crecimiento de la economía española en el s. XX, el aumento de los salarios ronda el 30% (Osorio, 2013)y las tasas de paro juvenil no bajan del 15%, disparándose al 50% en el momento más álgido de la crisis para el colectivo entre 16 y 14 (RuízGálvez, 2012). Este crecimiento es una tendencia histórica, ya que entre 1990 y 2008, el precio de la vivienda en España ha aumentado entre una media de 500% (BBVA, 2010). Además, como señala Bernardos (2009: 24): en la creación de la burbuja, la Administración tuvo un importante papel. En ningún momento supo detener su formación y crecimiento, ya fuera por incapacidad o por desinterés. Esta situación ha sido especialmente grave en España por cuestiones culturales, como han señalado Romero (2015) o Miranda (2010), al preferir de manera mayoritaria la adquisición de viviendas en vez del alquiler. Así, en el año 2001 el porcentaje de viviendas en propiedad en España era del 84,5% mientras que el de viviendas en alquiler era del 9,6% (El País, 23/11/2015). En 2016 el porcentaje de los menores que viven en casa de sus padres supera el 80% (El País, 29/12/2015)

tienen oportunidades de desarrollar ese futuro, esos estudios, esa inversión de sus padres. La generación mejor formada se vuelve la generación perdida. Juventud Sin Futuro es un movimiento nacional, es decir, que hay una vuelta al marco nacional en cuanto a las reivindicaciones (Pleyers, 2012: 549) pero con claras referencias globales. Este internacionalismo se ve principalmente a través de acciones colectivas, como “No nos vamos, Nos echan”5, surgida el 7 de abril de 2013, dedicada a la emigración forzosa de los jóvenes españoles que no encuentran trabajo, es decir, internacional pero sin perder el referente nacional. Esta imbricación de lo nacional y lo internacional siempre va a estar presente desde su manifiesto fundacional: queremos recuperar nuestra capacidad para ser actores de un motor de cambio, combatiendo un país de precariedad, desempleo y privatización de nuestra educación. Somos además conscientes de que la movilización y la lucha tienen sentido, pero sobre todo de que son necesarias. Italia, Francia, Grecia o Islandia nos enseñan que la movilización es indispensable. El mundo árabe nos demuestra que la victoria es posible. Por eso llamamos a un ciclo de movilizaciones que recuperen la voz de la juventud en la calle, y lo hacemos extensivo a la sociedad civil. Nosotras no nos fiamos, sabemos que esto sólo lo solucionamos sin los que causaron esta crisis. Instamos a emprender la movilización colectiva, a reivindicar nuestro derecho a disentir, a reconstruir nuestro futuro.6 Por otra parte no solo la iniciativa “no nos vamos nos echan”, ha posibilitado la puesta en contacto de todos los exiliados laborales españoles a través de la creación de un mapa interactivo en el que aparecen los lugares en los que está viviendo, sino previamente gracias a la creación de iniciativas locales en España, pero también en

Austria, Francia, Reino Unido,

Dinamarca, México, etc. También en la redacción y presentación pública de sus reivindicaciones7 hay una clara referencia nacional. Aunque están más ampliamente desarrolladas 8 y votadas9 en la asamblea virtual del 15M10, se agrupan en cinco ejes (vivienda, ámbito 5 No nos vamos, nos echan: http://www.nonosvamosnosechan.net

Manifiesto de Juventud Sin Futuro, publicado el 7 de marzo de 2011: http://juventudsinfuturo.net/manifiesto-jsf/ 7 Reivindicaciones de Juventud Sin Futuro, publicado el 13 de mayo de 2011: http://juventudsinfuturo.net/tabla-de-reivindicaciones-jsf/ 8 Tabla resumen con las principales reivindicaciones de Juventud sin Futuro: https://drive.google.com/file/d/0B65mTZ_CWhNUN2Q1ZWM2ZGYtOTBlZS00NmM2LTk2YmItZ DM4N2U4ZjRiMmFm/view 9 Votaciones sobre las reivindicaciones de Juventud sin Futuro: http://15m.virtualpol.com/votacion/1824 6

laboral, pensiones, educación y redistribución de la riqueza) y se resumen en: el alquiler social universal, como medida para permitir a los jóvenes el acceso a una vivienda digna; la derogación de la reforma laboral y de las pensiones, la revisión del marco contractual vigente y el control de la brecha salarial; la paralización de los recortes en educación y de lo modelos de enseñanza elitistas (bachillerato de excelencia); una reforma fiscal eficaz y progresiva para que “quien más tiene, más pague”11. Sin embargo no faltan las referencias globales, como una política europea y global distinta en ámbitos centrales como la educación, el comercio internacional, el gravamen de capitales, la política de refugiados, etc. Además Juventud Sin Futuro no ha dejado nunca de lado su anclaje local, como movimiento nacido en el activismo madrileño. Entre las iniciativas locales destaca “No es Ciudad para Jóvenes”12, que bajo el lema “sin transporte, sin casa, sin servicios públicos, sin ocio, sin curro” y a través de asambleas, entrevistas y videoarte, se preguntan y preguntan a la ciudadanía qué tipo de Madrid se quiere. En este sentido, Juventud sin Futuro tuvo un papel crucial en la victoria de Ahora Madrid, coalición de distintos partidos de izquierdas y de movimientos sociales madrileños, en las elecciones municipales de 201513. Igualmente hay delegaciones y experiencias similares en Zaragoza, Barcelona, Mallorca, etc.

2. De la subjetivación a la acción política. Juventud Sin Futuro surge como colectivo en abril de 2011 a partir del manifiesto señalado más arriba firmado por 18 activistas del mundo universitario, periodístico y artístico español, fundamentalmente madrileño. Este manifiesto fue 10 Asamblea Virtual del 15M: http://15m.virtualpol.com

11 La mayoría de las medidas que propone JuventudSinFuturo hacen referencia a políticas locales

y estatales que se llevaron a cabo entre 2008 y 2015, especialmente sobre la reforma laboral, que ha permitido la flexibilización laboral, con el aumento, entre otras cosas de los contratos temporales que actualmente ocupan el 92% de las contrataciones (Público 05/01/2016). Otras medidas tienes que ver con la vivienda, ya que durante la crisis económica se han producido al menos 600.000 desahucios, la vivienda social en España solo alcanza el 1% y el 30% de todas las viviendas vacías de Europa se encuenta en España (El Mundo, 23/06/2015). Además, la nueva ley de educación y la crisis y la consecuente subida de tasas ha reducido el número de matriculados en las universidades públicas españolas en 1,3 millones de estudiantes y las becas se han reducido casi un 30% (El Diario 26/08/2015). 12 No es ciudad para jóvenes: http://www.noesciudadparajovenes.com 13 Ahora nosotras, ahora Madrid: http://juventudsinfuturo.net/ahora-nosotrs-ahora-madrid/

suscrito por unas 10.000 personas en menos de 6 meses desde su publicación14. Los activistas venían a su vez de distintos colectivos sociales, la mayoría de ellos de las universidades madrileñas, y decidieron unirse justo en el momento más álgido de la crisis económica y de los recortes sociales iniciados en el gobierno del PSOE y llevados al extremo por el gobierno con mayoría absoluta del PP. En este contexto había un colectivo que se sentía especialmente vulnerado: los jóvenes. Anteriormente existían movimientos sociales en los que participaban de manera activa los jóvenes (movimientos estudiantiles, feministas, ecologistas, etc.) pero cuyo centro de reivindicación no tenía por qué ser la juventud. Sin embargo no se había creado una plataforma o no existía un activismo centrado en los derechos y reivindicaciones de los jóvenes como un colectivo claramente excluido de manera multidimensional. Como relata uno de sus fundadores, Pablo Padilla15, todo comenzó por el plan Bolonia, de sus manifestaciones surgió el Piquete Precario, y de éste la necesidad de “hacer algo más”. Juventud Sin Futuro organizó su primera manifestación, a la que acudieron 5000 jóvenes, en Madrid el 8 de abril de 201116. El lema central era “ sin casa, sin curro, sin miedo”. Poco después, y ante el éxito de la manifestación, Juventud Sin Futuro, Democracia Real Ya y otros colectivos decidieron convocar la gran manifestación del 15 de Mayo, surgiendo así un nuevo movimiento social, el movimiento de los indignados. Es la primera ocasión en que en España se producen procesos de subjetivación, nacidos de este nuevo activismo, que no se articulan a partir de una ideología concreta, de una identidad, o de un partido político, ni siquiera de un activismo concreto, sino a través de problemas y necesidades comunes, y sobre todo de ser jóvenes, sin oportunidades, sin futuro y sin la posibilidad de desarrollar un proyecto de vida (Perugorría and Tejerina, 2013: 435). Estos nuevos procesos de subjetivación que surgen de la precariedad, plantean un nuevo tipo de activismo, en un contexto en que la forma y los lugares de hacer

14 Firmantes del manifiesto de Juventud Sin Futuro:

https://docs.google.com/spreadsheets/d/1Kxh69sSegL8Mokl3mYHCWoFVGBuK7pZzIk8SE0CLO8/edit?authkey=CNC8oNwG&hl=en_US&rm=full&authkey=CNC8oNwG#gid=0 15 Entrevista con Pablo Padilla: https://www.youtube.com/watch?v=ICWk6VB5ZRw 16 Primera manifestación del Juventud sin Futuro: http://www.lavanguardia.com/vida/20110408/54137102765/juventud-sin-futuro-lanza-a-5000-jovenes-a-reivindicar-su-futuro-en-madrid.html https://www.youtube.com/watch?v=CpSoc3GqODU

política son distintos, plurales. Hay sin duda una nueva relación con la política, con lo político, tanto a nivel interno como externo.

Dos mundos en los que se hace política. Son muchos los autores y las investigaciones que hablan de una nueva forma de hacer política (Pleyers, 2013; Tejerina, 2005; Sassen, 2003), en la que lo público y lo privado se vuelven difuso. Podemos constatar a través del trabajo etnográfico que lo fundamental en estos nuevos movimientos juveniles es que las reivindicaciones se realizan en la cotidianidad, a través de las prácticas diarias, proponiendo nuevos modelos de vida. Como decíamos más arriba, Juventud Sin Futuro reconoce la victoria del neoliberalismo, en sus propias palabras: “Somos la juventud condenada al paro, la precariedad o el exilio producto de políticas injustas impuestas por la élite económica y política.” Pero esto no produce inmovilismo, sino todo lo contrario, un activismo cotidiano, en la calle, en las plazas, en los espacios públicos, pero también un cyberactivismo claro y pretendido. Evidentemente Juventud Sin Futuro es un movimiento de jóvenes, y es donde están los jóvenes, en las redes sociales, en el entorno digital, donde su actividad es más intensa. Todo ello, nos hace constatar que se han formado de manera definitiva dos grandes campos en los que se realiza la política, el primero, el institucional, el de los partidos políticos, de la democracia liberal representativa, en el que los cambios se producen de una manera lenta e incluso con procesos de involución. Otro mundo, subordinado, en el que también se hace política, en el que se experimenta continuamente y cuyos intereses parecen no influir en la política convencional. Una de las cuestiones que se han planteado tanto desde dentro de Juventud Sin Futuro, como desde fuera, es la manera en la que estas movilizaciones podrían transformar, cambiar, influir a la política institucional. Sin embargo esta nueva política no pasa por los partidos tradicionales, como muestran los lemas: No nos representan, o PSOE y PP la misma mierda es. También parece que los partidos políticos tradicionales no han sabido, no han podido o no han querido atraer a los activistas de los nuevos movimientos, por lo tanto, al igual que en otros países de nuestro entorno, han surgido nuevos partidos o iniciativas políticas relacionadas de

alguna manera y con distinta intensidad con estos movimientos post-2010, entre las que destaca Podemos

La institucionalización de los nuevos movimientos sociales: Podemos. Podemos no es el partido de Juventud Sin Futuro, aunque siete de los sesenta y dos candidatos miembros de su directiva pertenecen a este colectivo. Ni siquiera es el partido del 15M, como afirma su número dos, Juan Carlos monedero17, aunque muchos de sus miembros participaran activamente en las movilizaciones de los indignados. El éxito de las coaliciones que ganaron en Madrid y en Barcelona radica precisamente en esa pluralidad y en la inexistencia de una política de partido. Aún así, no cabe duda de que Podemos es un partido cercano, que pretende legítimamente transformarse en una alternativa local y nacional de contrapoder dentro de la política institucionalizada. Sin embargo, en su intento de extender sus reivindicaciones a otros sectores de la población y en su claro interés por derrocar a las dos fuerzas políticas preponderantes

y

acabar

con

el

poder

instituido,

Podemos

ha

acabado

institucionalizándose. Su programa tanto económico como social se ha ido matizando, reduciendo sus aspiraciones de transformación. Su discurso se ha ido suavizando y ha realizado pactos de gobierno con el PSOE, la vieja política, algo impensable en sus inicios. También sus prácticas, la forma de hacer sus listas o sus programas, que lejos de la nueva democracia dentro los movimientos post-2010, ha optado por lo necesario y ha reducido de una forma importante su propia democracia interna. Juventud Sin Futuro no ha sido ajeno a estos cambios, y por supuesto ha realizado sus críticas. En este sentido cabe destacar el artículo del periodista y activista Samuel Pulido. Entre sus reflexiones afirma que "Podemos es más democrático que otros partidos, pero se ha ido consolidando un modo de funcionamiento en el que las decisiones tienden a partir de un centro para ser refrendadas por lo que inicialmente eran nodos con cierta capacidad de autonomía propositiva" 18 . Esta distancia entre Juventud Sin Futuro, el 15M y Podemos cada vez es más notable. Venimos del 15M pero no somos el 15M, somos la politización de sus argumentos http://www.publico.es/politica/partidos/monedero-venimos-del-15-m.html 18 La metamorfosis de podemos: http://www.eldiario.es/zonacritica/metamorfosisPodemos_6_362273807.html 17

La transición de Juventud Sin Futuro y del 15M, activismo también esencialmente de jóvenes, a un partido político que aspira a gobernar a nivel nacional y que para ello quiere simpatizar con otro tipo de electorado, ha pasado por la utilización de formas y preceptos tradicionales de hacer política, pero sobre todo por su institucionalización. Las prácticas políticas de las plazas, de los movimientos de ocupación se traducen de una manera muy lenta y muy poco visible en la política convencional. Hay un recelo excesivo por los aspectos estéticos pero poco contenido programático. No solo por los contenidos, sino por la falta de espacios en los que discutir, proponer y programar esos programas políticos. Si el 15M en ocasiones se reconocía como excesivamente deliberativo, asambleario, Podemos ha optado por ir cerrándose poco a poco tanto los militantes como a los debates internos y a las propuestas creativas de iniciativas reales. La primera gran crítica surgió por parte de 721 cargos de Podemos que hicieron un documento público, firmado también por más de 5000 simpatizantes, en el que criticaban el sistema de primarias, aprobado por la dirección del partido y no de manera deliberativa entre cargos y simpatizantes (Nueva Tribuna, 07/07/2015). Algo mismo sucedió previamente con la Junta directiva del Partido, decidida por Pablo Iglesias a “dedo”, aunque luego fuera sometida a votación (El País, 15/11/2015). Sin embargo, el giro más notorio se producido después de las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015. Durante las negociaciones para formar gobierno, al no haber un claro vencedor en las elecciones, Pablo Iglesias (candidato de Podemos) a propuesto a Pedro Sánchez (candidato del PSOE) formar un gobierno de coalición en el que el presidente sería el líder del PP. Más allá contradecir el principio articulador del 15M, supone traicionar sus propias palabras puesto que el objetivo principal del nacimiento de Podemos era desbancar a la “casta19”, y sobre todo el espíritu deliberativo de este partido de izquierdas al no someter a votación con sus bases esta propuesta de tan importante calado. «Nos habéis quitado demasiado, ahora lo queremos todo»

19 Desde el año 1982 se han alterando en el gobierno de España el PSOE y el PP. El término

además señala las vinculaciones de ambos partidos con las élites financieras y económicas del país.

De esta manera podríamos afirmar que existen dos escenarios, dos campos separados cuyas conexiones todavía no están claras, son difusas e intermitentes. En los dos se hace política pero la influencia de la política convencional, de partidos, todavía es mucho más poderosa que la política que se hace en los nuevos movimientos sociales. A pesar de ello, es importante destacar que aunque estas comunicaciones sean difusas, Juventud Sin Futuro, el 15M, “las mareas ciudadanas”20 o movimientos afines, han conseguido objetivos políticos y sociales visibles, palpables y de tremenda importancia, como detener un buen número de desahucios, que los tribunales paralicen la privatización de la sanidad pública y que se investigue e impute a varios políticos y banqueros corruptos, incluso al exministro y exdirector del FMI Rodrigo Rato. Es más, incluso acceder al poder de grandes ciudades como Madrid o Barcelona, eso sí, esta vez no a través de un gran partido, sino de dos grandes coaliciones de movimientos políticos y sociales, algo más parecido a lo que fue el 15M, en los que la cabeza visible, las nuevas dos alcaldesas, no pertenecen a Podemos. Aunque Podemos forma parte de estas dos coaliciones, Barcelona en Común y Ahora Madrid, la pluralidad de los integrantes de los nuevos gobiernos municipales, parece que ha permitido esquivar algunas de las rigideces propias de los partidos institucionalizados. Parece que la estabilidad21 de estas agrupaciones tan plurales reside en que el proyecto político ha superado al institucional, los dogmatismos y estructuras rígidas de participación de los partidos tradicionales, cada vez más presentes en Podemos y en su cúpula directiva, se sustituyen por el trabajo colectivo y la visibilización pública de nuevas formas de hacer y de entender la política. Desde el punto de vista de la implicación de la ciudadanía, el Ayuntamiento de Madrid ha abierto la web “decide.madrid.es” como parte de la iniciativa “gobierno abierto”, en el que se plantean propuestas, debates e iniciativas sobre las necesidades de Madrid, para someterse a votación y posteriormente llevarse a cabo. Se ha roto con las agencias de calificación de la deuda pública pero, al mismo tiempo, se han 20 Las mareas han constituido una serie de movilizaciones ante recortes sociales en distintos

ámbitos públicos. La primera de ellas, nacida en Madrid en 2011, fue la marea verde, en defensa de la educación pública, al año siguiente surgió la marea blanca (en contra de la privatización de los hospitales públicos madrileños), posteriormente la violeta (recortes en políticas de igualdad), la granate (contra la emigración forzada), la naranja (recortes en Servicios Sociales), etc. Desde el 2013 todas ellas se agrupan en la “Marea Ciudadana”. https://www.facebook.com/MareaCiudadana 21 Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, Manuel Carmena, alcaldesa de Madrid y Joan Ribó, presidente de la Comunidad Valenciana, son los políticas mejor valorados de sus comunidades autónomas (Barómetro de opinión política del CIS, 15/07/2015).

reducido el déficit en un 19,1%, ha aumentado el gasto social en más de un 30% en menos de un año y se han paralizado todos los desahucios en curso. Hablaríamos de nuevas fórmulas presentes en los nuevos movimientos sociales y basadas en la dignidad, la justicia social y la democracia (Pleyers, 2013). Sin embargo, Juventud Sin Futuro, como colectivo, a través de su activismo en las redes, en los nuevos canales de comunicación, parece que ha dado un paso más allá que implica renunciar a esas formas tradicionales que también parece representar Podemos. Si comenzaban su manifiesto afirmando que frente a la salida de la crisis por la derecha, nosotras y nosotros, la generación precaria, señalamos a los culpables y reivindicamos ser escuchados, después de plantear una serie de reclamaciones concretas concluyen que «Nos habéis quitado demasiado, ahora lo queremos todo». Más allá de lo simbólico de la última afirmación, lo que podemos observar es un proceso de subjetivación que les convierte en nuevos actores políticos que no aspiran a ocupar el espacio que les ceda la política convencional de partidos, sino a sustituirla de manera definitiva. Estamos ante nuevos sujetos políticos que hacen política local, nacional e internacional en contra de la violencia de género22 , a través de la modificación y apropiación ciudadana de los espacios públicos 23 , defendiendo la enseñanza y la educación pública 24 , la sanidad, las pensiones, reclamando el voto emigrante25, apoyando a los refugiados sirios, etc.

Conclusiones.

Juventud Sin Futuro y los llamados movimientos post-2010 presentan una serie de características comunes que tienen que ver con la globalización, con el triunfo planetario de la economía neoliberal y la consecuente precarización de sus vidas. Es un movimiento pacifista que plantea formas novedosas de hacer política tanto dentro del propio movimiento como fuera. Es un movimiento que reclama más

22 Hombres, hablemos de violencias machistas: https://www.youtube.com/watch?v=ixnXkjIbjgU

Os queremos Vivas: https://www.facebook.com/juventudsinfuturo/videos/938748492828198/ 23 Juventud SIN Futuro rebautiza la Plaza Margaret Thatcher: https://www.youtube.com/watch?v=ZPyQ238QZO8 24 La educación que nos une: http://laeducacionquenosune.org/author/juventudsinfuturo/ 25 Voto rogado, voto robado: https://twitter.com/juventudsin/status/669121655034281984

democracia, dignidad y justicia social, que tiene un importante componente simbólico y una fuerte relación con otros movimientos transnacionales, pero que también plantea reivindicaciones concretas en el ámbito nacional y local. Los nuevos movimientos sociales responden a una nueva concepción de la ciudadanía, a una nueva forma de hacer y de entender la política, sin embargo esto no se traduce en partidos políticos con el mismo componente simbólico y con esta nueva manera de entender la nueva política. El partido más importante que ha surgido del 15M y relacionado también con Juventud Sin Futuro ha sido Podemos, que poco a poco ha ido distanciado sus prácticas y sus propuestas del contenido o de la identidad indignada. La institucionalización de Podemos está pasando por la adopción de los procedimientos y la estructura de los partidos clásicos. Todo ello hace plantearnos que existen dos campos diferenciados donde se hace la política, el convencional y el de los nuevos movimientos sociales. Esto también parece que se traduce en diversas formas de plantearse la ciudadanía, la participación en lo público, en lo social y en lo político. Las formas tradicionales de lo político y de la ciudadanía conviven con nuevas ciudadanías y nuevos modos de hacer política, estas dos realidades no se tienen que dar necesariamente en una relación dicotómica, pero los trasvases entre un campo y otro son todavía poco frecuentes e intermitentes, y la primacía de lo tradicional, de lo convencional, sigue siendo incuestionable a nivel institucional. Además parece que esa falta de acercamiento y permeabilidad entre un campo político y otro ya no se justifica exclusivamente por el inmovilismo de los partidos y la clase política tradicional, sino por una verdadera intencionalidad por parte de movimientos sociales como Juventud Sin Futuro, que lejos de intentar participar en el juego político institucionalizado, pretende acabar con esas formas tradicionales, es decir, sustituir de manera definitiva un tipo de política por el otro. La juventud precaria, la juventud sin futuro, la generación perdida, se ha convertido en un sujeto político considerable, en una Juventud Sin Miedo.

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