Juventud, Ciencia y Tecnología

July 19, 2017 | Autor: J. Rivera Palomino | Categoría: Juventud, Ciencia, Tecnologia, Ciencia y tecnologia
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JUVENTUD, CIENCIA Y TECNOLOGIA

Autor: Juan Rivera Palomino



Una encuesta aplicada en la Unión Europea hace un par de años a 25,000
jóvenes entre 15 y 25 años de edad, mostró que una gran mayoría manifestaba
un gran interés por la ciencia y tecnología y tenía una opinión positiva
acerca de los beneficios que éstas reportan a la sociedad. El 90% estaba
interesado en noticias de cultura y ocio, el 67% en las deportivas, el
mismo porcentaje en ciencia y tecnología y el 45% en economía y política.

La mala noticia fue que eran pocos los jóvenes que finalmente optaban por
estudiar una carrera científica (www.madeimard.org). Si bien ellos
consideraban que la ciencia tiene más beneficios que desventajas, como
mejorar la calidad de vida, el 75 por ciento consideraba que la
investigación actual está demasiado determinada por la obtención de
beneficios económicos, y os jóvenes europeos decían que la ciencia debía
servir para el desarrollo del conocimiento. Así las cosas, se mostraron
poco interesados en estudiar carreras científicas. Solo el 13% manifestó su
interés por estudiar biología y medicina, el 19% por las ciencias sociales
y la política, solo un bajo 11% por estudiar ingeniería, 10% por las
ciencias naturales y sólo un 8% por las matemáticas.

Además de expresar su preocupación por las diferencias de interés entre
géneros (los hombres se interesaban más que las mujeres por las noticias de
ciencia y tecnología), el Comisario de Ciencia y Tecnología, Janez
Potocnick, mostró su preocupación por el escaso interés por los estudios de
ingeniería y ciencia, porque para él es importante contar con cerebros
cultivados y de talento como recurso fundamental para que la UE pudiese
enfrentar el nivel de competitividad mundial. .

Otro estudio realizado en España por la Universidad Oviedo mostró
resultados similares, en el sentido de que los jóvenes muestran un
creciente desinterés por los estudios de ciencia y tecnología. Y para
finalizar con los estudios europeos, otro realizado en Noruega por los
científicos Sven Sjoverg y Camila Schreiner señala que los jóvenes no están
interesados en estudiar carreras científicas por el problema del empleo y
porque se les incita a estudiar carreras que mejoren la competitividad del
país. Asimismo, muestran su desacuerdo con el hecho de que tengan que
elegir una carrera en función de lo que quieren los adultos, el gobierno,
las empresas o el Estado. Piensan que los puestos de trabajo para
científicos o ingenieros no son gratificantes, además de que los estudios
son largos y exigentes en comparación con otros que son más fáciles y
divertidos.

La interpretación que le dio a estos resultados la profesora Schreiner es
interesante. Afirma que los jóvenes piensan más en la persona que quieren
ser y no en el profesional que otros desean que ellos sean, es decir, están
preocupados por la construcción de su identidad personal. Para el profesor
Sjoverg, que los jóvenes muestren interés por la ciencia y la tecnología
pero no por las carreras científicas o de ingeniería se debe a que el
sistema educativo y universitario no permite cuestionar, criticar la
texbook science.

Algunos científicos europeos creen que a mayor crecimiento económico en los
países menos interés por las ciencias y la tecnología, y a la inversa, que
a menor tasa de crecimiento económico más interés. ¿Es así?

En las últimas décadas, parte importante del crecimiento económico ha
estado determinado por el aumento de la productividad proveniente de la
aplicación de las tecnologías de la información (tics), lo cual requería, a
su vez, el desarrollo del conocimiento tecnológico vía investigación
tecnológica y científica y el desarrollo del capital intelectual y humano
vía institutos y centros de investigación ubicados en las universidades y
en las empresas. Una consecuencia no prevista fue la sobrevaloración de la
tecnología en desmedro de la ciencia básica. Esta situación se refleja en
la oferta de las carreras de las universidades, que en su mayoría son
tecnológicas o de ingenierías. Las carreras científicas son relegadas a un
segundo plano, las universidades asumen las concepciones y los modelos
tecnocráticos que se expresan en el currículo por competencias y en la
didáctica y la evaluación, así como también en la gestión trastocada basada
en la gerencia educativa.

En las universidades basadas en el modelo tecnocrático se entrenan a los
futuros profesionales técnicos poli funcionales y polivalentes, pero no se
les enseña las bases científicas de la tecnología o de la técnica, ni
tampoco los fines u objetivos de las mismas. Es decir, se entrena técnicos
cajanegristas. Este tipo de entrenamiento empieza desde la etapa escolar y
continua hasta la educación superior. A esto habría que añadir la visión e
imagen distorsionada que trasmite y difunde el sistema educativo sobre la
ciencia, la forma en la que se le enseña en la etapa escolar y en la
universidad, donde predomina el enfoque lógico deductivo y no el
heurístico, o de descubrimiento e histórico.

Se ha dado, pues, una tecnologización de la educación científica y la
correspondiente "ingenierización" de las carreras profesionales como
consecuencia de la sobrevaloración económica y el modelo tecnocrático que
predomina.

Además, tal como señala el profesor Jean Marc Lévy Leblond, los
profesionales de la ciencia son cada vez más técnicos y menos
intelectuales, y los momentos de creación y crítica no se dan tanto en la
educación escolar como en la educación universitaria.

En relación a la educación escolar, el investigador Rolf Londuce afirma que
la física se enseña a menudo como si estuviera muerta. Al respecto
recomienda que hay que enseñarla con sus misterios, contarle a los
estudiantes historias acerca de las propiedades de la materia y del
universo.

Para el caso de Latinoamérica, hay un estudio realizado por la OEI, FECYT y
RICYT, que consistió en aplicar una encuesta a niños desde los 6 años para
adelante. Con excepción de Caracas y Bogotá, se encontró bajó interés y
falta de información por temas de ciencia y tecnología. Asimismo: bajo
porcentaje de jóvenes en cuanto a búsqueda de información científica por
internet, siete de cada diez nunca lee revistas de divulgación científica,
y de vez en cuando conversan sobre temas científicos y consideran que son
poco atractivas las carreras científicas.

En términos generales, los factores explicativos son similares que para los
casos de Europa y EE.UU., pero hay factores específicos como el
subdesarrollo científico y tecnológico, la ausencia casi total de cultura
científica, la brecha digital, de transferencia y de dependencia
tecnológica. Asimismo, la falta de medios para la difusión, divulgación y
popularización del conocimiento científico, como se hace en otros países.

Asimismo, a la mayoría de jóvenes no les interesa en su mayoría estudiar
carreras científicas porque no consiguen inmediatamente empleo, no se les
paga de acuerdo a sus expectativas sino de acuerdo a las leyes de mercado
(donde se privilegian los costos laborales). Tanto el Gobierno, los
empresarios y las autoridades no valoran la creatividad, el talento, la
capacidad de invención de los jóvenes ni se les permite participar en la
toma de decisiones de las políticas científicas y educativas que tienen que
ver con ellos.

¿Qué haremos en adelante? O seguimos en la barbarie o nos transformamos en
una sociedad civilizada, científica, y con orientación social y humana.
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