Justificación epistémica Internalista
Descripción
¿Pueden dos sujetos en los mismos estados mentales no‐fácticos diferir en términos de la justificación de sus creencias ? Ignacio Cea Jacques Seminario Internalismo y Externalismo Epistémicos Universidad Alberto Hurtado Introducción La epistemología tiene como objeto central de estudio el conocimiento y la justificación. Es aceptado globalmente que ambos están íntimamente relacionados de tal forma que para que haya conocimiento debe haber necesariamente una creencia verdadera justificada. El problema que ha permitido la proliferación de literatura en epistemología durante varias décadas es el prácticamente concluyente análisis de que las condiciones que se declaran necesarias, no son suficientes. Parecen faltan elementos que garanticen el conocimiento de una proposición determinada. En vista de la estrecha relación entre justificación y conocimiento, no es sorpresivo entonces que un gran foco del estudio epistemológico se haya volcado al análisis de las condiciones necesarias y suficientes para que una creencia este justificada. Esta tarea se ha polarizado, al igual que el debate acerca de otros importantes conceptos filosóficos en dos visiones opuestas: La internalista y la externalista. Una forma de resolver esta controversia es identificando si dos sujetos en los mismos estados mentales no‐ fácticos pueden diferir en términos de la justificación de sus creencias. Si lo anterior es posible, entonces la justificación doxástica depende de factores externos a los sujetos y por lo tanto el internalismo es falso. En este ensayo analizo uno de los experimentos mentales que mejor ilustran este dilema, tal como fue presentado por Cohen (1984), llegando a la conclusión de que lo anterior es imposible y que el internalismo esta a salvo como perspectiva más plausible de la justificación epistémica. Uno de los puntos centrales será identificar la justificación doxástica con la personal. El genio maligno esta de regreso A fin de consumar su proyecto de duda hiperbólica o el uso de la duda generalizada de todo como método filosófico para llegar a la verdad, Descartes propone en su primera meditación metafísica la posibilidad de que exista un genio maligno que, tan poderoso como Dios, este deliberadamente engañándolo de forma que sus percepciones del mundo exterior le conduzcan a creencias falsas acerca de este, es decir, no le informen de su estado real y en cambio le hacen ver las cosas de una forma que no es. En sus propias palabras: “Así pues, supondré que hay, no un verdadero Dios —que es fuente suprema de verdad—, sino cierto genio maligno, no menos artero y engañador que poderoso, el cual ha usado de toda su industria para engañarme. Pensaré que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las
figuras, los sonidos y las demás cosas exteriores, no son sino ilusiones y ensueños, de los que él se sirve para atrapar mi credulidad.” (Descartes 1977 , p.11)
Esta idea de un genio maligno todopoderoso ha sido tomada por Cohen (1982), ya no para enfatizar un método filosófico sino simplemente para presentar la siguiente situación: dos personas en dos mundos posibles distintos poseen exactamente los mismos estados mentales no‐fácticos, incluidas las mismas creencias del mundo exterior en base a experiencias idénticas de este. La única diferencia radica en que en uno de los mundos existe un genio maligno, que, al igual que en Descartes, se asegura de engañar a las personas usando sus artimañas de tal forma que toda la evidencia obtenida por medio de los sentidos en la experiencia es presa de una ilusión generalizada y lleva a formar creencias falsas. En ambos mundos las percepciones son idénticas, y por lo tanto las creencias acerca del mundo exterior, sin embargo en un mundo las creencias son verdaderas y en el otro son falsas pero intuitivamente ambos parecen estar igual de justificados en creer lo que creen. El confiabilismo, tal como es presentado por Alvin Goldman (1979), es la doctrina según la cual una creencia esta justificada si y solo si esta es producto de un proceso cognitivo confiable, esto es, un proceso cognitivo que habitualmente conduce a creencias verdaderas. Esta perspectiva es externalista pues esta comprometida con elementos externos al sujeto, en el sentido de que un proceso confiable necesita estar conectado con el estado real del mundo, al menos con alta probabilidad o frecuencia. De esta perspectiva entonces, pese a que ambos sujetos posean la misma evidencia, las mismas experiencias y las mismas creencias con respecto al mundo exterior, uno de ellos esta justificado y el otro no, pues en el mundo donde opera el genio maligno los procesos cognitivos que producen las creencias no son confiables pues conducen a creencias falsas. Esto contradice la intuición de que ambos sujetos están igualmente justificados, lo que conduce a pensar que la confiabilidad de los procesos cognitivos que originan las creencias no son necesarios para la justificación epistémica y por lo tanto el confiabilismo es falso. Una de las estrategias del externalista confiabilista puede ser la de afirmar que la intuición de que hay justificación epistémica en el caso anterior sí es compatible con el confiabilismo en el sentido de que la intuición es acerca de la justificación personal que ambos sujetos en los diferentes mundos posibles tienen y que en cambio, la necesidad del proceso confiable es un requisito para la justificación doxástica. El experimento en cuestión no desecharía entonces al confiabilismo, pues ambos apuntarían a cosas diferentes. El externalista puede compartir la idea de que ambos sujetos están personalmente justificados pero no doxásticamente justificados. Ambos poseen los mismos estados mentales y la misma justificación personal en creer lo que creen pero difieren en cuanto a su justificación doxástica. El externalismo se mantendría vivo de esta manera. Intentaré ahora demostrar que dicha distinción es falsa, al menos dentro del contexto que aquí se presenta.
Justificación personal y doxástica La justificación personal alude a los deberes epistémicos con los que se enfrenta una persona y el grado en que una creencia se sostiene o se crea en relación al cumplimiento o no cumplimiento de dichos deberes. En la medida en que efectivamente cubro todas las posibilidades o medios a través de los cuales podría verificar el carácter de verdad de cierta proposición y en base a ello creo en dicha proposición, entonces estoy satisfaciendo mis deberes epistémicos y con ello la justificación personal. La justificación doxástica en cambio esta relacionada con el estatuto justificacional de la creencia misma, ¿esta justificada tal o cual creencia para el sujeto S? es la pregunta cuya respuesta nos informaría acerca de la justificación doxástica. No es problemático aceptar de que la justificación doxástica implica justificación personal, pues difícilmente S va creer justificadamente que P, es decir, la creencia que P difícilmente va estar justificada para S, si en primer lugar S no esta justificado en creer que P, pero si esta relación también se da en sentido inverso, entonces la intuición de que hay justificación para ambos sujetos en ambos mundos posibles derribaría al externalismo, al menos en su variante confiabilista. Goldman (1986) a argumentado que la justificación doxástica se da si y solo si la creencia es mantenida de forma permisible. La permisibilidad debe evaluarse en relación al grado en que la formación o mantención de la creencia se ajusta a un sistema determinado de normas epistémicas, las cuales están basadas en la necesidad de una relación confiable entre procesos cognitivos y el estado del mundo. Es claro que si fundamentamos la permisibilidad de la formación o mantención de una creencia en términos de confiabilidad estamos dando por supuesto que el confiabilismo es verdadero, pero mi posición es que en ambos mundos las creencias son mantenidas por ambos sujetos de forma permisible en igual medida. No es controversial admitir que, por ejemplo, una acción es permisible, en la medida que no se opone a ninguna ley que obligue lo contrario. De igual manera, podemos sostener que una creencia es sostenida de forma permisible en la medida en que no se opone a ningún principio, regla o norma epistémica que obligue lo contrario, es decir, a abandonar dicha creencia. En el caso del mundo del genio maligno, no hay norma epistémica alguna que obligue a abandonar las creencias falsas. Claramente al hablar de que en dicho mundo para un sujeto S, no esta permitido sostener la creencia B, solo sobre la base de que en dicho mundo la relación entre percepción y mundo ha sido trastocada, no tiene mucho sentido. ¿quién no lo permite?¿bajo que criterio?. Perfectamente podríamos estar nosotros ahora en un mundo como tal y no tendríamos posibilidad alguna de darnos cuenta, y, en tal situación, ¿cómo podríamos juzgar la permisibilidad de nuestras creencias?. Para un cerebro en una cubeta le es permitido lo mismo que a una persona en el mundo ordinario por la sencilla razón de que la permisibilidad necesariamente debe aplicarse en relación a las obligaciones epistémicas del sujeto cognitivo. Las normas epistémicas no son equivalentes a las leyes del derecho, por ejemplo. El estado cognitivo de un sujeto es primordialmente privado e imposibilitado de acceso público, mientras que las leyes que rigen nuestros comportamiento se ajustan a acciones que son en relación a los otros y por ende, son públicamente accesibles. El carácter privado del estado cognitivo de un agente
epistémico impide la aplicación de criterios normativos objetivos que den cuenta de la permisibilidad de una creencia bajo un punto de vista descontextualizado. Bajo esta perspectiva, la normatividad que rige a la hora de evaluar la permisibilidad de sostener cierta creencia es necesariamente en relación al contexto del agente epistémico y esto corresponde a las obligaciones epistémicas de dicho agente. Una creencia esta permitida para S en la medida que S cumple sus obligaciones epistémicas. Es libre de controversia que si el sujeto en el mundo ordinario esta doxásticamente justificado en creer que P, necesariamente esta justificado personalmente y por ende, a cubierto sus obligaciones epistémicas. Si en el mundo del genio maligno S esta justificado también en creer que P, es debido a que a cumplido también con sus obligaciones epistémicas. Al identificar el cumplimiento de dichas obligaciones, con la permisibilidad de sostener las creencias disponibles al cumplimiento de dichas obligaciones, las creencias del sujeto en el mundo del engaño, así como las del sujeto de un cerebro en una cubeta, están justificadas doxásticamente. El hecho de que hayan diferencias externas que trastoquen la relación entre la percepción y el verdadero estado del mundo no hace realmente ninguna diferencia en términos de justificación epistémica. Conclusiones El confiabilismo resulta ser falso también en relación a la justificación doxástica, lo que deja fuera de terreno a una de las más importantes doctrinas de externalismo de la justificación. Tarea pendiente es anular otras vías de externalismo. De todas maneras a partir del trabajo realizado hasta aquí se hace bastante plausible admitir que las condiciones que determinan la justificación de una creencia para un sujeto son únicamente internas a este. Bibliografia ‐Alston, William P. (1989). The Deontological Conception of Epistemic Justification, in Epistemic Justification: Essays in the Theory of Knowledge (Ithaca/London: CornellUniversity Press, 115‐152). ‐Cohen, S. (1984). Justification and Truth, Philosophical Studies: An International Journal for Philosophy in the Analytic Tradition, Vol. 46, No. 3 (Nov., 1984), pp. 279‐295. Springer. ‐Descartes, R. (1977). Meditaciones metafísicas, Madrid: Alfaguara. ‐Goldman, Alvin . (1979). What Is Justified Belief? in G. Pappas (ed.), Justification and Knowledge, Dordrecht: Reidel. Reprinted in A. Goldman, Liaisons: Philosophy Meets the Cognitive and Social Sciences, Cambridge, MA: MIT Press (1992). ‐Goldman, Alvin . (1986). Epistemology and Cognition, Cambridge, MA: Harvard University Press.
‐Goldman, Alvin. (2011). Reliabilism, The Stanford Encyclopedia of Philosophy, Edward N. Zalta (ed.), URL =. ‐ Steup, Matthias. (2012). Epistemology, The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Winter 2012 Edition), Edward N. Zalta (ed.), URL .
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