Justicia ambiental internacional: Un asunto de responsabilidad global.

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Descripción

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Justicia ambiental internacional: Un asunto de responsabilidad global.
Seminario de Relaciones Internacionales


04/05/2011
Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México ITESM-CCM
María Blancas Larriva A01124175



Índice
Preguntas de investigación y objetivo general………………………………………3
Introducción……………………………………………………………………………....4
Antecedentes……………………………………………………………………………..5
Concepto de justicia ambiental………………………………………………………..11
El Protocolo de Kioto y sus errores……………………………………………………19
El problema de 'tragedia de los comunes'……………………………………………26
COP 16: Un avance hacia la 'justicia global'…………………………………………26
Conclusiones: Términos de para una solución.......................................................27
Referencias……………………………………………………………………………....30


Objetivo general:
Definir maneras de aceptación de responsabilidad por parte de los grandes emisores de CO2 en la contribución al problema del calentamiento global, así como la definición de mecanismos para que los pequeños países vulnerables al fenómeno puedan exigir el cumplimiento de los lineamientos de reducción de gases de invernadero.
Preguntas de Investigación:
-¿Cómo pueden los pequeños países vulnerables al calentamiento global (islas) exigir cumplir las reducciones a los grandes emisores de CO2?
-¿Qué mecanismos pueden utilizar estos países para que los grandes emisores sean responsables y que haya equidad de importancia hacia el problema?
-¿Cómo puede generarse una responsabilidad colectiva internacional para generar justicia ambiental?
-¿Cómo pueden los protocolos o bien convenciones manejarse en sanciones para que los responsables de la mayoría de las emisiones cumplan con lo prometido?
-¿Qué indicadores de error hay en el Protocolo de Kioto?








El tema de calentamiento global es un tema de dimensiones que, hasta este momento han sido medibles a través de las diferencias de temperaturas en diferentes partes de la tierra. Hay estudios que determinan a los fenómenos de la Niña y el Niño como responsables de estos cambios tan extremos de temperatura, en lugares donde normalmente se creía que había un rango de temperatura fijo, ahora hay una oscilación con diferencias de diez o más grados en diferentes estaciones del año, lo que hacen que las temperaturas sean insoportables para ciertas poblaciones.
En el caso de los países cercanos a los polos son el ejemplo más común para demostrar estos cambios tan radicales en el clima. El caso de Rusia el año pasado con incendios en sus bosques hizo que tanto Moscú como San Petersburgo estuvieran cubiertos de humo, pero el fenómeno de estos incendios fue derivado del calor, en donde las temperaturas oscilaron entre los 30 y los 40 grados Celsius durante el verano 2010, lo cual causó estragos de salud de los habitantes por el calor y también por el humo que duró días en las ciudades, cuando en veranos anteriores las temperaturas eran de máximo 25. Los polos también están desapareciendo, aparte de la fragmentación de los glaciares, también el aumento de agua en los océanos ha hecho que haya países más vulnerables que otros específicamente por esto. Por otro lado, por los cambios tan súbitos y extremos de temperatura, la producción de alimentos está en riesgo, así como la salud de los habitantes del planeta por los cambios extremos.
El presente trabajo tratará de señalar cuáles han sido las fallas en el diseño de los Protocolos de Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y también determinar cómo los países vulnerables al cambio climático pueden exigir que se cumplan con los lineamientos de emisión, así como también utilizar el concepto de justicia ambiental global para que la comunidad internacional tome conciencia del problema y lo vea en su exacta dimensión basándome en el marco del impacto para generaciones futuras y el destino de los países más vulnerables.
El problema del calentamiento global fue un tema cuya relevancia no surgió hasta los últimos años del siglo XX y básicamente a principios del XXI es cuando está tomándose más en serio el problema. El cambio climático es atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante periodos de tiempo comparables (Hernández, Salgado, 2002:92).
En los estudios realizados en estos periodos de tiempo se ha descubierto que hay ciclos climáticos de largo plazo como lo fueron en su momento las glaciaciones que se le atribuía a los cambios que realizaba la tierra sobre su órbita, en donde las temperaturas oscilaban por su inclinación. Posteriormente, también se descubrió que estos cambios podían haber sido provocados por la reducción de radiación solar derivada de las constantes erupciones volcánicas que arrojaban ceniza. Hay periodos más cortos de cambio climático en donde se involucran las explosiones en el sol, que se les conoce como manchas solares (Ídem).
A finales del siglo XX comenzaron a verse fenómenos episódicos inusuales como el aumento de temperatura del agua que se le asoció con el fenómeno de El Niño (Oscilación del Sur ENOS), y al buscarse una explicación de este fenómeno se llegó a la conclusión de que se debía a una interacción caótica entre los movimientos de la atmósfera y los del océano, esto significa que el sistema regulador de la temperatura de la Tierra está alterado. Para corroborar esta alteración en el sistema natural de autorregulación de temperatura terrestre, se utilizaron fotos satelitales y efectivamente, había una alteración en los ciclos de circulación de la atmósfera.
Después de analizar la información de estos ciclos anormales que seguía la atmósfera, se vio que en los últimos cien años ha habido un aumento de temperatura entre 0.3°C y 0.6°C, que fue provocado y fue creciendo más por la industrialización y los transportes que por los combustibles que utilizaban en ese entonces, aumentaron en dióxido de carbono en un 29%. Este aumento ha derivado en que los glaciares están derritiéndose y ha habido elevación del nivel del mar, se estima que alrededor de 1 a 2 milímetros por año. En la siguiente gráfica se puede ver los aumentos de temperatura desde los últimos 160,000 años (ANTARKOS, 2007:8):

La gráfica indica el aumento de temperatura tomando como base la cantidad de CO2 en partes por millón, esta gráfica toma diferentes años para demostrar el cambio en la atmósfera. En 1910, la cantidad de CO2 era de 330 ppm, en 1950 rebasaba los 310 ppm, en 1975 ya eran 330 ppm, y en el 2000 se calculó que ya eran cercanas a 370 ppm, según estos cálculos, se estima el aumento a 440 ppm para el año 2020, que implicaría un cambio de temperatura atmosférica considerable (ANTARKOS, 2007:7).
Las erupciones volcánicas son parte integrante del cambio climático, ya que cada que un volcán hace erupción hay enfriamientos temporales, como en el caso del Pinatubo de Filipinas que enfriaron por 0.4°C. En el presente siglo, el océano ha subido entre 10 y 25 centímetros con variaciones de región a región, y es probable que este proceso se acelere con el ritmo de actividad actual de emisiones.
El calentamiento global también ha sido causado por la emisión de un grupo de gases conocidos como gases de efecto invernadero, porque crean una especie de domo que no deja escapar al calor, son gases con propiedades que no permiten el enfriamiento natural de la atmósfera y son: dióxido de carbono, metano, óxidos de nitrógeno, clorofluorocarbonos, y el ozono. Lo que hacen es provocar un efecto parecido a cuando la luz se refleja en un vidrio, y al final no deja escapar la misma cantidad de calor, por lo que la Tierra no radia la misma energía que el Sol le provee, y hace que la temperatura al interior de la tierra aumente.
El tema de la capa de ozono fue común durante los fines del S.XX, sobre todo en los ochenta. Este problema fue causado por clorofluorocarbonos (CFC) halogenados, y óxidos de nitrógeno mayormente. Este adelgazamiento se encuentra en la estratósfera entre 15 y 50 kilómetros que actúan como filtro natural que absorbe los rayos ultravioletas dañinos provenientes del Sol, que son los UVC (ultravioleta C) a los cuales se les atribuye el cáncer de piel.
Precisamente entre los efectos de la capa de ozono están el aumento de los casos de quemaduras solares y cáncer de piel, afecciones oculares como conjuntivitis y cataratas más otros trastornos y un debilitamiento del sistema inmunológico. En el caso de la naturaleza y la biodiversidad están la inhibición de fotosíntesis en las plantas, disminución progresiva de los rendimientos de diversos cultivos sobretodo de los cereales (que en el mundo hay un gran problema más que nada por la alimentación) y también alteración del fitoplancton en el mar y desaparición de ciertas especies de peces por su extrema vulnerabilidad (Hernández, Salgado, 2002:812).
Hay teorías que establecen que este adelgazamiento (que desde el espacio parece un hoyo) ya está cerrándose desde el año pasado, pero no es un motivo para sentirse liberados, sino que como este fenómeno provocaba que los vientos tuvieran otra velocidad, y esto hará que el calor se transporte a otras regiones y por consiguiente, que el calentamiento continúe. Es importante también tener presente que es muy posible que se estén adelgazando en otras partes de la tierra.

El problema del hoyo en la capa de ozono fue dirigido hacia el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y en su tarea de buscar acciones concretas para preservar y proteger el entorno terrestre de las agresiones intrínsecas, cuyo primer logro fue el Convenio de Viena para la protección de la Capa de Ozono que fue de 1985 a 1988 que fue cuando entró en vigor.
Este Convenio tiene como base el principio 21 de la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en conformidad con la Carta de las Naciones unidas y los principios de Derecho Internacional:
"…los Estados tienen el derecho soberano de explotar sus propios recursos en aplicación de su propia política ambiental y la obligación de asegurar que las actividades que se llevan a cabo bajo su jurisdicción o control no perjudiquen el medio de otros Estados o de zonas situadas fuera de toda jurisdicción nacional" (Hernández, Salgado, 2002:813)
El principio citado arriba es indispensable mencionarlo debido a que constituiría la base para acuerdos y protocolos posteriores en la misma materia del medio ambiente. Este Convenio continuó su proceso con el Protocolo de Montreal relativo a las substancias agotadoras de la capa de ozono, la Conferencia Especial de Londres, la Declaración de La Haya y posteriores ratificaciones sobre las resoluciones resultantes de estas, al final de las implementaciones respectivas en los 178 países firmantes, realmente sólo la Unión Europea logró reducir sus emisiones en 30%.
Una de las cumbres climáticas de gran importancia fue la Cumbre para la Tierra de Río de Janeiro del 3 al 14 de junio de 1992 que también estuvo basada en el principio 15 de la Declaración del Medio Ambiente, que establece que:
"Con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados deberán aplicar ampliamente el criterio de precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño grave p irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente." (Hernández, Salgado, 2002:94)
El tema de la capa de ozono y de los resultados del Convenio dio origen a las posteriores cumbres climáticas y subsecuentes protocolos. La palabra protocolo, que en este caso sería un protocolo basado en un tratado marco es un instrumento que prevé obligaciones de fondo determinadas y pone en práctica los objetivos generales de una convención-marco previa. Permiten acelerar y simplificar los procesos de concertación de los tratados, este tipo de protocolos son los más utilizados en materia ambiental.
Ambos acuerdos vinculantes resultantes tanto del Convenio como de la Cumbre prácticamente tenían un gran parecido en los objetivos, dentro de los cuales se establecía que debían reducirse los clorofluorocarbonos y otros gases de efecto invernadero. El problema fue acrecentándose a pesar de que algunos países, muy pocos realmente, habían logrado la reducción de estos gases, que prácticamente formularon la pauta para los posteriores acuerdos referentes al cambio climático y al medio ambiente en general.
El ver el problema a largo plazo puede determinar la gravedad de impacto que podría tener: la atmósfera al responder de manera violenta mediante un su sistema de natural de regulación interna de la temperatura por medio de radiación-turbulencia, los eventos meteorológicos tendrán mayor violencia y mayor aleatoriedad, dificultarán su predicción. Los efectos que pueden esperarse son los siguientes (ANTARKOS, 2007:8):
-Habrá mayor frecuencia de olas de frío y calor con carácter alternativo.
-La precipitación aumentará por el crecimiento del nivel de vapor en la atmósfera, pero la distribución de las lluvias será errática y torrencial, lo cual provocará sequías y a episodios de lluvias de intensidad elevada, por el origen conectivo de las barreras geográficas, habrá aparición de vórtices huracanados y tendrán efectos catastróficos.
-Por ser más elevada la temperatura, la evapotranspiración también aumentará y por ende reducirá el recurso hidráulico (los cuerpos de agua continental pueden desaparecer).
-Los sembradíos presentarán problemas al reducirse el agua subterránea, y a la vez aquellos lugares en donde las lluvias sean torrenciales el agua acabará con los cultivos al arrastrarlos.
-La tasa de erosión de las cuencas fluviales también aumentará, por lo que la calidad del suelo se verá afectada, y al modificarlo también puede alterarse el movimiento del agua para el riego.
-Los ecosistemas y la biodiversidad se verán severamente afectadas, ya que se moverán hacia otras latitudes en donde las condiciones para su sobrevivencia se cumplan, esto implica también la extinción de especies animales y vegetales. La consecuencia de este movimiento de ecosistemas es la aparición de plagas que antes eran inexistentes y hasta de nuevas enfermedades.
-Las olas de calor incrementarán los incendios forestales, y tanto los cultivos como las especies animales tendrán florecimiento temprano y por ello estarían indefensas ante una eventual ola de frío.
Hay un problema muy grande en torno a la disparidad de prioridades nacionales en donde se involucra el concepto de 'justicia' y en particular la idea de 'justicia global'. El reto más grande, según Mostafa K. Tolba después de la firma del Protocolo precisamente era el de convencer a la comunidad internacional acerca de la realidad del calentamiento global, la clarificación de las brechas existentes y las ambigüedades respecto al mismo Protocolo, y el llegar a su ratificación a tiempo para disminuir el problema ambiental más serio que enfrenta nuestro planeta (K. Tolba, 1998: 96).
Para poner en términos concretos el reto que menciona este autor, es importante mencionar que 'justicia global' es un concepto que puede abarcar varias y complejas interpretaciones que son dependientes del contexto y punto de vista de quien o quienes la definan, en muchos casos lo que es justo para una persona es injusto para otra, y dentro del contexto del cambio climático, hay quienes ven la distribución de las emisiones y las obligaciones establecidas y adquiridas por los acuerdos internacionales.
La justicia global ambiental la definiría como aquella que incluye la aceptación de responsabilidad por parte de los culpables de la mayor parte de las emisiones, que en este caso son los países desarrollados, y que estos a su vez permitan a los en vías de desarrollo obtener una vía diferente y sustentable hacia su progreso mediante la cooperación, poniéndole fin a largo plazo al problema de la racionalidad colectiva.
Los países del Anexo I pueden reducir las emisiones, sin embargo los mecanismos de cumplimiento son complicados de establecer debido al carácter no vinculante que se les ha dado a los acuerdos internacionales sobre cambio climático, y esto se deriva en parte también porque no hay incentivos. Hay un Programa de Desarrollo limpio en el que los países desarrollados proveen de fondos para que los países en vías de desarrollo inviertan en proyectos de crecimiento sustentables con el fin de evitar que estos países aumenten la cantidad de emisiones en el futuro. Este programa a primera vista se ve razonable, sin embargo comienza a ser éticamente cuestionable cuando se ve por el lado de que los países desarrollados estén apoyando esta iniciativa para que ellos puedan emitir más.

El autor Matthew Pearson (2001:120) presenta diferentes maneras de ver el concepto de una 'justicia global' en torno al problema del calentamiento global, en donde plantea cuál sería la ubicación de una cantidad justa de costos para prevenir el calentamiento global y las inevitables consecuencias sociales, también cuál sería la ubicación en términos de riqueza que permitiría que estos costos fueran distribuidos justamente junto con las emisiones de gas.

Las respuestas vienen enfocadas en el responder por los propios actos (es decir por las propias emisiones), así como el responder por los efectos ocasionados por las mismas y ver la manera de combinar esto con la preservación del status quo y la distribución justa de las emisiones.
El autor entonces responde con los conceptos de la justicia retributiva, que establece que "aquellos que causen un problema tienen la responsabilidad de hacer las correcciones necesarias para resolverlo" (Pearson, 2001:121) y es bajo esta lógica que los países en vías de desarrollo no están obligados a reducir sus emisiones. Por otro lado plantea la idea de la justicia distributiva que es la que está bajo cualquier esquema que involucre la distribución de costos o beneficios entre las partes de forma interdependiente.
En el mundo todo tenemos derecho a tener una calidad de vida en todos los aspectos, y el medio ambiente es una parte importante para ello, por lo que el derecho a un clima estable no se traduce fácilmente en obligaciones para los individuos, los estados u otras instituciones (ídem). En esta parte es fácil deslindarse de la responsabilidad, pero si se ve por el lado de los derechos de la humanidad en torno a las generaciones futuras, la perspectiva del problema cambia, porque los que vienen delante no tendrán las mismas condiciones que las generaciones previas (serán peores), por lo que surge un concepto de 'justicia intergeneracional' y de esta forma las promesas se vuelven obligaciones en torno al tema del calentamiento global. Para este efecto las preguntas que se hacen las generaciones actuales en torno a la justicia hacen que la relación entre las partes sea más asimétrica.

En el aspecto de la asimetría, el contexto internacional ha estado determinado siempre por esta característica cuando hay negociaciones internacionales, siempre han habido países más poderosos que otros en su poder de decisión por su poder económico, financiero, comercial, de recursos, etc. y por ello tienen la facultad de decidir por los demás en aras del 'bien común', sin embargo, irónicamente aquellas naciones en 'peligro de extinción' tales como las islas del Pacífico o Islandia no son países con estas características.
Hay un nuevo problema actualmente respecto a las economías emergentes, y esto hace que se invalide el principio de justicia ambiental mismo porque la realidad es diferente. El que haya nuevas potencias emergiendo como China hace que haya otra nueva discusión en torno al desarrollo nacional, porque ahora China es el que más emite, ya está por arriba de Estados Unidos, quien había predicho que en algún momento China iba a hacerlo y por ello no ratificó el Protocolo por considerar esta parte algo injusto. Aparte, hay también hay otro problema en torno a la incertidumbre de cómo va a configurarse el nuevo orden internacional respecto a la estructura de poder, por lo que la parte de los mecanismos vinculantes se vuelven ambiguos por no haber forma concreta de obligar, la pregunta de cómo obligar a Estados Unidos o China a cumplir es complicada. Las nuevas potencias climáticas emergentes como Brasil, China, India y Sudáfrica han demostrado el ascenso de sus emisiones y su responsabilidad en torno a ellas al haber negociado ellas mismas como BASIC en Copenhague con Estados Unidos.
El aumento del agua en los océanos es uno de los riesgos que más preocupan a los países rodeados o cerca del mar, ya que el aumento general de temperatura ambiente provoca un aumento inmediato de descarga líquida glaciar, y al ocurrir esto, el nivel del mar asciende porque se van llenando, y se calcula que si toda la masa glaciar continental se derritiera, el nivel del mar podría aumentar hasta los 70 metros, y cuando la tierra estaba bajo los máximos glaciares (cuando ocupaban tres veces la extensión actual) en nivel del mar estaba de 120 a 130 metros más abajo que en la actualidad (ANTARKOS, 2007: 8).

En la información básica de estos países que posee el CIA World Fact Book en la sección de peligros naturales está el cambio climático como algo que puede llevarlos a una catástrofe sobre todo por el aumento de agua de los océanos. Nueza Zelanda está preparando un programa especial de refugiados para los habitantes de Tuvalu que serán desplazados por este problema (CIA World Fact Book, 2011), por lo que otra consecuencia del calentamiento global indudablemente también será el problema de los desplazados de los países que quedarán bajo el agua por el aumento del nivel del mar.
En ese sentido de las relaciones asimétricas, lo ideal sería que hubiera equidad en torno a responder al problema. La equidad es un valor indispensable, y dentro del calentamiento global se trata de distribución, en todos aquellos asuntos primordiales que consistirían en el reparto de algo, a quien y de acuerdo a qué reglas, incluyen el principio de la justicia en la asignación de este reparto.
Según Ellen Wiegandt, determinar qué es lo justo es uno de los tres grandes retos en el proceso de alcanzar la equidad., el segundo es el determinar qué reglas darán el resultado deseado, y el tercero consiste en asegurar que las reglas se apliquen y que indefectiblemente conduzcan al resultado deseado (Wiegandt, 2001:131). Precisamente el consenso para las distribuciones adecuadas y en cómo alcanzarlas es una fuente de grandes desacuerdos entre los países y que constantemente caracteriza las divergencias fundamentales.
Este tipo de desacuerdos al llevarse al ámbito internacional, hace que el problema mismo del medio ambiente junto con sus causas y los impactos del mismo cambio climático así como la interrogante de cuáles estrategias para mitigarlo son las más efectivas hace que se complique aún más llegar a un acuerdo.
El problema de la calidad de vida para las generaciones futuras surge como el objetivo de la convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. La investigación de los factores que lo causan ha permitido también ver qué es lo que está al alcance del ser humano para cambiarlo. En este sentido, los aspectos redistributivos comienzan a importar porque los aspectos negativos de ciertas tendencias climáticas significan que el clima deja de ser un bien puramente público porque en algunas regiones unos lo han sobreexplotado más que otros, y junto con esto le han quitado a otros los beneficios que pueden obtenerse, por lo que el tema del calentamiento global y la consecuencia del cambio climático representa un factor de rivalidad entre países y regiones.
En este sentido, los mayores emisores han deteriorado el clima y con ello han acarreado una serie de problemas en sus respectivas regiones y/o países o bien han fomentado al problema y por ende han dejado que los efectos del fenómeno se transporten a otros lugares, entonces una de las principales preguntas formuladas en la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático de cómo acomodar las reducciones de emisiones se derivó de este aspecto.
Según Ellen Wiegandt, el responder por los actos es el siguiente paso para poder enfrentar el reto de reducir el impacto del cambio climático. La comunidad internacional comparte la calidad de la atmósfera, y la distribución de los gases de efecto invernadero es prácticamente igual en todos lados, entonces, la atmósfera misma es indivisible, pero los efectos en los cambios atmosféricos no tendrán los mismos efectos en todos lados. Establecer un límite claro entre las emisiones en relación a su proporción de contribución al cambio climático en base a un país o región es prácticamente imposible (Wiegandt, 2001:133).
Por otro lado, lo que se está gestando en este momento y lo que se ve del fenómeno sí es una consecuencia de las emisiones en el pasado, por lo que hay un grado de responsabilidad, el cual depende de dos maneras diferentes de ver los índices: el total de emisiones por país o los índices per cápita. Las emisiones per cápita identifican más la responsabilidad del estilo de vida en los países industrializados, y el total de emisiones refleja la creciente contribución de las mismas en términos de la cantidad población para determinar la cantidad de las futuras, y de esta forma identificar de una forma más precisa la contribución de los países en vías de desarrollo por ser los que presentan una mayor concentración de población. Hay otros argumentos en torno a porqué no pueden dividirse tan fácilmente las emisiones.

Según Paul Baer, algo que representa un recurso de propiedad colectiva no puede dividirse entre todos los países, que en este caso sería la atmósfera, entonces es éticamente cuestionable que se dividan las emisiones en una cantidad igual para todos los países, y más cuando hay exclusiones de quienes sí y quiénes no. La cantidad de emisiones tampoco puede heredarse en el sentido de seguir emitiendo de la misma forma antes de las restricciones, esto se asocia principalmente por los niveles de riqueza de los grandes emisores y también porque no todos los países tienen el mismo nivel de emisiones (Baer, 2002:400).
El mismo autor también explica que las emisiones no pueden acomodarse de acuerdo al producto interno bruto de cada país porque a todos aquellos países que tengan un PIB alto quiere decir que tendrían derecho a emitir más, esto daría permisos adicionales a los países con PIB alto y también sería éticamente cuestionable por concretamente aumentar la inequidad.
La propuesta de este autor, que no sería éticamente cuestionable es la reducción en torno al criterio de emisiones per cápita porque, como ya se mencionó previamente, la atmósfera es propiedad colectiva y por ello aquellos países con grandes cantidades de población pueden contribuir a la reducción del problema, sin embargo representa un gran inconveniente por su poca practicidad y por su impacto torno a sus posibilidades de desarrollo, aparte es una medida un tanto complicada de determinar (Baer, 2002:401). Por otra parte, en aquellos países en donde los métodos de conteo de población no son efectivos es un factor que también juega en contra.
Según esta perspectiva, las cantidades de emisiones podrían venderse. Los países que emiten pocas cantidades de gases de efecto invernadero podrían 'vender' sus cantidades a los que son grandes emisores (no es igual al de Desarrollo Limpio), sin embargo ese mecanismo sólo ha resultado ser parcialmente efectivo en la Unión Europea. En la siguiente gráfica puede verse las reducciones esperadas por la aplicación del Protocolo en torno al parámetro de las emisiones per cápita, toma en cuenta el crecimiento de población que tendrían los países del Anexo I para el año 2010 con 1990 como base (Meyerson, F. A. B., 1998:121):



Los principios de proporcionalidad entonces, no fueron tan claros en el Protocolo de Kioto porque las medidas adoptadas para la reducción no tuvieron los mismos efectos y que las diferencias en estructuras de impuestos, recursos y etapas de desarrollo conduciría a resultados sustancialmente diferentes e ineficientes. Si la uniformidad no conduce a los resultados deseados, entonces deben adoptarse otros criterios. El único criterio definido con 'claridad' fue el de determinar cuáles gases deberían reducirse, sin embargo por términos de practicidad, fue más fácil poner un año meta y reducir las emisiones en base al total de cada uno de los países signatarios de 1990 como base.
El otro problema con la asignación de emisiones per cápita es el de la incertidumbre de cómo se irán las tendencias de crecimiento de población en todos los países, y es que lo mostrados en la gráfica tienen en común que no tienen una gran cantidad de población, salvo el caso de Estados Unidos y Japón. En todo caso, la tendencia de crecimiento de población en grandes proporciones es más común en los países en vías de desarrollo, por lo que también se puede tornar cuestionable el hecho de que los países industrializados, a quienes se les responsabiliza del problema en sí, por lo que sería injusto para los otros.
El asunto del crecimiento de la población sí puede ser un asunto de importancia para el futuro en lo concerniente a emisiones, porque las personas finalmente consumen las energías, y hasta que no haya una política efectiva en torno al uso de las energías renovables, es difícil que el objetivo de usarlas totalmente en un país entero pero, en el caso del crecimiento de la población, el futuro puede enfrentarse en esta materia con políticas públicas eficientes (Meyerson, F. A. B., 1998:128).
El Protocolo de Montreal fue el primer intento de consolidar este concepto de justicia ambiental global mediante la iniciativa de los países emisores y representó un éxito en torno a resolver un problema de racionalidad colectiva. El conflicto de la capa de ozono, tuvo una naturaleza diferente porque la reducción de los clorofluorocarbonos no tenía una repercusión económica de grandes dimensiones como es el caso de la reducción de los gases de efecto invernadero, ya que el dejar de usar productos como los aerosoles implica una nueva forma de formulación de un producto, más no la disminución o erradicación del mismo, porque disminuir las emisiones derivadas de combustibles fósiles implica una reducción drástica del total de la producción.
Para propósitos de este trabajo, se utilizará el protocolo que precisamente ha causado más controversia por todos los efectos colaterales que ha tenido en la comunidad internacional precisamente porque los dos países más emisores no lo han querido firmar: el Protocolo de Kioto. Este protocolo fue firmado el 11 de diciembre de 1997 en Kioto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero Lo primero y más importante dentro de este punto es que el problema principal con el Protocolo de Kioto es que no se ha cumplido en su totalidad por los países que lo ratificaron al principio. El Protocolo de Kioto fue un intento por consolidar el concepto de justicia ambiental internacional mediante la configuración del Anexo I en donde los países desarrollados se posicionan como los responsables del problema por sus emisiones, sin embargo hay una serie de detalles que hacen que el protocolo no se haya convertido en una cuerdo vinculante y que no generó los efectos deseados.
. El protocolo fue creado y firmado por casi todos los países dentro de la categoría de 'industrializados' precisamente por presión de las mismas Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, debido a que estos países en su conjunto son los responsables de la mayor parte de las emisiones por el desarrollo industrial que han tenido desde el siglo XIX mayormente. La idea inicial era 'con miras a reducir el total de sus emisiones de esos gases a un nivel inferior en no menos de 5% al de 1990 en el período de compromiso comprendido entre el año 2008 y el 2012' (UNFCCC, 1998).
Este acuerdo repite lo acordado en el previo Protocolo de Montreal en el que la idea de reducir las emisiones de complementa con la promoción y el apoyo para el uso de energías renovables así como también el apoyo a la investigación para conseguir crearlas. Por otro lado, promueve que esta reducción sea en todos los sectores: transporte, gestión de desechos y producción de energía y también el cuidado a los bosques mediante conservación y reforestación. Los países firmantes también se comprometían a reducir sus emisiones en un porcentaje de los índices de emisión de 1990 (ver siguiente gráfica con las emisiones totales desde 1950 a 1995). Adicionalmente, cada una de las partes participantes demostraría en el año 2005 los resultados de la implementación de estas medidas para la reducción.

(Meryerson, F. 1998:116)
El Protocolo fue firmado por Estados Unidos sin ratificar, tampoco por China en su momento por ser un país en desarrollo. Hasta el año 2009, 187 países son los que han firmado el Protocolo. La mayoría ya han reducido sus emisiones en diferentes porcentajes sin embargo, otros las han aumentado por diversas razones, siendo la más predominante de ellas la del desarrollo.
Estados Unidos es uno de los más controversiales en el aspecto de su relación con el Protocolo. El Protocolo ya fue firmado por el país, pero no ha sido ratificado por el Senado. La razón más fuerte que presenta Estados Unidos es que el reducir sus emisiones de esa forma de manera tan rápida afectaría el desarrollo de sus plantas de producción de diferentes productos, y que el producir menos haría que las compañías tuvieran pérdidas.
China por su parte argumenta que es un país en desarrollo, y como todos los países del mundo, tiene derecho a desarrollarse y crecer tanto como país como economía, siendo esta la más importante. La idea general del Protocolo era que los países considerados como desarrollados redujeran sus emisiones precisamente porque se les considera como los responsables de la mayor parte del problema gracias a la inversión de recursos en su desarrollo, y con ello el aumento de emisiones. Bajo este argumento, entonces China no estaría incluida a pesar de ser responsable de la mayor parte de las emisiones a nivel mundial, argumento que ya genera controversia, y generó más cuando las olimpiadas al notarse en las transmisiones el nivel de contaminación que tiene el país al menos en el aire.
Por otro lado, hay países que por alguna u otra razón no han cumplido con lo estipulado por el Protocolo. La Unión Europea se había comprometido a reducir las emisiones en un 8%, que distribuiría entre todos sus miembros. Hay países que han logrado reducirlas en gran medida como Luxemburgo, otros que están igual como Francia y Finlandia, pero otros las han aumentado, tal es el caso de Grecia, y hay otros que las han aumentado bastante, como España en un 53% y Portugal con un índice similar (gráfica).

(Fuente: Energía Renovable, 2006)
Estos puntos determinan que hay errores tanto de redacción como de inclusión de qué países debían reducirlas, así como también un problema de contextos temporales, ya que los países del hemisferio norte tienen responsabilidad mayoritaria por su desarrollo, por lo que hay una cuestión de justicia hacia el desarrollo involucrada en el debate de si el Protocolo debía ser más incluyente o no, porque en este punto tarde o temprano el sur también sería responsable de emisiones para lograr su completo desarrollo. Este problema del Protocolo se tratará más a detalle en el siguiente punto.
El primer problema radica en el contexto temporal en que se redactó, y se firmó. El problema que se venía gestando con los fenómenos climáticos descritos con la modificación de la temperatura atmosférica hizo que la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático iniciara presión sobre los países desarrollados por ser estos los más responsables de las emisiones en el curso de su desarrollo desde la Revolución Industrial, que se acentuaba continuamente por los problemas que surgieron por los drásticos cambios en le temperatura atmosférica.
La forma de definición de qué países debían responsabilizarse no fue la correcta porque el calentamiento global y las emisiones no sólo es estrictamente un problema exclusivo de los países que están en el Anexo I del Protocolo. Esta presión repentina no dio tiempo a los países aludidos de planear de mejor forma cómo podrían afrontar el problema, razón por la cual no dieron los resultados esperados en su totalidad.
En este sentido, los países vieron que al reducir las emisiones también representaría reducir su productividad en industrias base cuya prioridad compone muchas de las partes fuertes de sus economías. Hay naciones que no están dispuestas a ceder ni su crecimiento ni sus utilidades para cumplir con las directrices del Protocolo, esta es la razón más fuerte tanto para Estados Unidos como para China, hay que recordar que ambos países son fuertes en producción industrial.
Por otro lado, está el problema de la distribución de las emisiones proporcional a su población. La mayoría de los países en el Anexo I no cuentan con la cantidad de personas con las que cuentan los países en vías de desarrollo. En este caso, a China le correspondería una parte considerable de las reducciones con la población de 1, 330, 141, 295 millones de personas, junto con la India con 1,173, 108, 018 millones de personas harían que la cantidad de personas en cualquiera de los países del Anexo I no tuvieran el grado de responsabilidad que tendrían estos países si firmaran el Protocolo.

Dado que ni China ni India están dentro, es importante señalar que Estados Unidos tiene 310, 232,863 millones de habitantes y si se tomara en cuenta las emisiones acorde a la población, entonces el país con más responsabilidad del Anexo I es Estados Unidos, esta es otra de las razones por las que no ratifican el Protocolo.
En este sentido también está el artículo 24, número 2, que dicta que "Las organizaciones regionales de integración económica que pasen a ser Partes en el presente Protocolo sin que ninguno de sus Estados miembros lo sea quedarán sujetas a todas las obligaciones dimanantes del Protocolo" (UNFCCC, 1998), surge otro problema con la distribución de porcentajes y también de responsabilidad en torno al problema, ya que dentro de esta integración puede haber países que no emitan mucho y que el que se les imponga reducir puede afectar su desarrollo y su economía.
Según el Protocolo, la misma organización de integración se le deja la responsabilidad de repartir las emisiones, que es tarea complicada por los intereses que involucraría que van más allá del medio ambiente y dan pié a un problema de inconformidad entre los miembros.
En el punto concerniente a industrias e intereses, está el punto de que no hay la misma proporción de producción industrial de los productos e infraestructura en todos los países incluidos en el Anexo I es la misma, por lo que hay desigualdad en este punto del inciso b del artículo 2: "Las Partes incluidas en el anexo I procurarán limitar o reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no controlados por el Protocolo de Montreal generadas por los combustibles del transporte aéreo y marítimo internacional trabajando por conducto de la Organización de Aviación Civil Internacional y la Organización Marítima Internacional, respectivamente" (Ídem). No todos los aeropuertos son del mismo tamaño, y no todas las carreteras o ferrocarriles tienen la misma extensión, por lo que un lineamiento como este afecta a la industria de transporte mediante sus restricciones, y de esta manera los canales de distribución.
El otro problema también radica en la forma en la que el Protocolo declara la reducción de las emisiones, ya que como lo explica Mostafa K. Tolba, el Protocolo tenía la idea de reducir las emisiones en 5.2% en el periodo de 2008 a 2012 con base al índice de 1990, y este compromiso debían ratificarlos al menos 55 países con los países desarrollados incluidos (K. Tolba, 1998:96).
Bajo esta propuesta, algunos de los países podían aumentar sus emisiones, pero el problema más grave en este aspecto radica en la incertidumbre de qué métodos se usarán para la implementación conjunta, el cumplimiento de los lineamientos y el comercio de emisiones de manera correcta. Por otro lado, tampoco indica la forma de cómo las necesidades tecnológicas y financieras de los países en vías de desarrollo que quisieran entrar al Protocolo pudieran atenderse para que los países pudieran cumplir efectivamente.
En el aspecto de estas diferencias, el artículo 12 establece que "El propósito del mecanismo para un desarrollo limpio es ayudar a las Partes no incluidas en el anexo I a lograr un desarrollo sostenible y contribuir al objetivo último de la Convención, así como ayudar a las Partes incluidas en el anexo I a dar cumplimiento a sus compromisos cuantificados de limitación y reducción de las emisiones contraídos en virtud del artículo 3." (FCCC, 1998). Se entiende que debe dársele fomento a las energías alternativas y sustentables pero, lamentablemente este tipo de energías son sumamente caras y muy poco costeables para los países en vías de desarrollo. El utilizar combustibles alternativos como el etanol es una buena medida para reducir las emisiones, sin embargo es sumamente costoso producirlo, este costo depende de país a país y se basa en los recursos disponibles.
En general cualquier tipo de energía alternativa, tanto eólica como solar cuentan con infraestructura que es sumamente cara y también complicado conseguirla así como instalarla. En los países en donde no hay tantos meses de sol como los cercanos al Ecuador, los paneles solares se vuelven sumamente imprácticos, por lo que también hay que invertir tiempo y dinero en estudios para su eficacia, aparte de la obtención de su infraestructura.
El problema del cambio climático no es un asunto exclusivamente nacional de ningún país, al ser un fenómeno interméstico se convierte en un asunto de responsabilidad colectiva. En este aspecto, las naciones desarrolladas se les señala como los responsables del problema, y hoy en día esta premisa está más dirigida hacia Estados Unidos y China, que son los consumidores de combustibles más grandes del mundo. Al año 2005 las emisiones más grandes provenían de Estados Unidos, China, Japón, Rusia, India y la Unión Europea (BBC, 2005):


El problema principal de la obtención de resultados de la implementación del Protocolo de Kioto ha sido el de orden de prioridad que le han dado los países signatarios. Es muy probable que a ellos no les cause malestar alguno no reducir al pié de la letra las reducciones pero a otros países sí. El problema de que los mayores emisores no tomen la iniciativa o bien no asuman la responsabilidad en la parte del problema hace que éste crezca y que otros países se vean más afectados, principalmente por su ubicación geográfica. El imponerles a los países en vías de desarrollo reducir las emisiones tampoco sería una buena medida porque retrasaría su progreso como naciones.
Los países argumentaban que su desarrollo industrial y económico se vería minado por estas medidas, por lo que han dejado el problema de lado y no han adoptado las medidas en su totalidad, por lo que el asunto se convierte en una tragedia de los comunes: a todos en la comunidad internacional les afecta, pero simplemente hay otros aspectos nacionales que merecen más atención que el calentamiento global. Los países que son grandes emisores, medianamente emisores y que no emiten en grandes cantidades son los siguientes (UNFCCC; 2009):

La COP 16 de Cancún representa el siguiente paso para la reducción del problema, y dados los resultados se le considera como relevante en materia de acuerdos, compromisos y acciones. En esta convención hubo acuerdo y compromiso de los países industrializados en torno a mitigar sus emisiones, aunque Japón y Rusia se negaron a un nuevo compromiso después de 2012 que representa el fin del plazo que daba el Protocolo de Kioto, y que también se había establecido en el Acuerdo de Bali de 2007, este asunto se le dio pausa y se trataría el próximo año.
El tema dentro de las negociaciones de la COP 16 es el financiamiento para los países en vías de desarrollo en torno al tema de las energías renovables con la transferencia de tecnologías limpias por parte de los países desarrollados para que puedan también mitigar los en vías de desarrollo sus emisiones a largo plazo, por lo que esta Conferencia sí puede considerarse como un éxito, entre los acuerdos de la Conferencia, se encuentran los siguientes (UNFCCC, 2009):

-Los objetivos de los países industrializados se comprometieron a crear planes y estrategias de desarrollo bajas en carbono y evaluarán la mejor manera de realizarlos.
-Las acciones de los países en vías de desarrollo para reducir las emisiones se reconocieron a nivel multilateral y se establecerá un registro un registro con el fin de relacionar y registrar las acciones de mitigación de los países en desarrollo con el financiamiento y soporte tecnológico brindado por los países industrializados, y reportarán los avances alcanzados cada dos años.
-Las partes que se reunieron cuando el Protocolo de Kioto acordaron continuar con las negociaciones para no interrumpir su trabajo y asegurar que no hay ninguna brecha entre el primer y segundo periodo de compromisos.
-Los mecanismos de Desarrollo Limpio se han fortalecido para realizar inversiones mayores junto con tecnología en proyectos ambientalmente seguros y sostenibles de reducción de emisiones en los países en vías de desarrollo.
-Hubo un conjunto de iniciativas y de instituciones para proteger a las personas vulnerables al cambio climático y para distribuir los recursos monetarios y tecnológicos que los países en vías de desarrollo necesitan para planear y construir sus futuros individuales sustentables.
-Se acordó que se destinarán 30 mil millones de dólares para financiamiento de arranque rápido por parte de las naciones industrializadas para apoyar las acciones contra el cambio climático hasta el 2012 y recaudar un fondo a largo plazo de 100 000 millones de dólares para el 2020.
-Se estableció un proceso en torno al financiamiento para un Fondo Verde para el Clima bajo la Conferencia de las Partes que cuente con una junta en donde la representación deberá ser en términos de igualdad entre los países desarrollados y subdesarrollados.
-Se estableció un Nuevo "Marco de Adaptación de Cancún" para permitir una mejor planeación e implementación de los proyectos de adaptación en los países en desarrollo a través de un mayor financiamiento y soporte técnico.
-En torno a las materias de deforestación y degradación de los bosques, se acordó el fomentar acciones para frenar las emisiones con soporte tecnológico y financiamiento.
-Por último se creó un mecanismo de tecnología con un Comité Ejecutivo de Tecnología, junto con un Centro y la Red de Tecnología Climática para aumentar la cooperación tecnológica para apoyar la acción sobre adaptación y mitigación.
Las decisiones tomadas en la COP16 demuestran un paso hacia el concepto de la justicia ambiental global que comenzó el Protocolo de Kioto, y los acuerdos pueden traer buenos resultados si se llevan a cabo paulatinamente. El problema del cambio climático, entonces debe verse como una cuestión de largo plazo por ser sus efectos prácticamente visibles en grandes lapsos de tiempo.
Los países vulnerables al cambio climático no son sólo aquellos cuya estructura física se basa en glaciares o grandes extensiones de hielo, o los países cercanos a las costas o las mismas islas, sino que en general todos están en peligro en diferente medida, porque los efectos de este fenómeno no son necesariamente visibles en los mares, sino también en los drásticos cambios en el clima mismo porque en muchos casos los países no están preparados para enfrentar ya sea grandes olas de calor o grandes heladas.
Esta idea de la vulnerabilidad a nivel internacional nos regresa a la idea que se ha venido planteando a lo largo del ensayo en donde se demostró lo complejo del problema con el concepto de justicia ambiental, y finalmente podría definirse como la actitud internacional de responder por los actos ambientales previos en la medida en que han contribuido al problema del cambio climático por medio de la toma de conciencia en base al legado para generaciones futuras.
Por último, si se toma de punto de referencia para la cooperación en este tema lo del legado hacia las generaciones futuras, que representa una de las opciones probables, entonces puede ser posible que finalmente el cambio climático deje de ser la tragedia de los comunes y las partes pudieran fijar compromisos más vinculantes al ser este fenómeno una cuestión que afectará la vida de sus habitantes y hasta la existencia de su país en el futuro.
Es una cuestión de conciencia más que de mecanismos coercitivos, porque es muy difícil obligar a Estados Unidos o a China a hacer algo pero, los pequeños países tienen el derecho de exigir con este argumento el que se cumplan las reducciones por ser un problema que les afecta más a ellos en el corto plazo pero que a la vez pueden demostrar que los demás países pueden estar en la misma situación pero en una forma diferente no necesariamente en el corto plazo (llámense heladas, olas de calor, o vías de comunicación paralizadas). En términos prácticos, la solución comenzaría en ver los efectos a largo plazo, porque los mecanismos coercitivos en lugar de hacer el cumplimiento sencillo, pueden resultar en lo contrario y es indispensable seguir con las cumbres climáticas para poder darle seguimiento al problema y así poder resolver los problemas que vayan presentándose de una forma atinada y a la vez tener vías de comunicación eficiente (frente a frente).



























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