\"Julio Zárate\" en Diccionario de la Independencia de México

July 21, 2017 | Autor: Rodrigo Moreno | Categoría: Historiografía, Biografías, Independencia de México
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Descripción

DICCIONARIO DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO Alfredo Ávila Virginia Guedea Ana Carolina Ibarra Coordinadores

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Comisión Universitaria para los Festejos del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución Mexicana

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den político al económico mediante el cual las clases privilegiadas buscaron beneficiarse de las riquezas de la Nueva España sin compartirlas con la metrópoli. Así, estos grupos procuraron impedir en lo posible la transformación del orden tradicional, aunque la caída del Imperio en 1823 abrió las puertas para que las clases medias llevaran a cabo su proyecto. No sería, sin embargo, ése el momento. La solución preterista y la futurista permanecerían en conflicto durante el siglo xix y, si bien no se adelanta cuál grupo se impondría, el hecho de que la protagonista de La revolución de Independencia fuera la clase media, permite adivinar su final triunfo. Así, la historia contada por Villoro se sustenta en una metahistoria que le da sentido y que, como señalé, le ha permitido trascender las décadas. Alfredo Ávila

Orientación bibliográfica

Ávila, Alfredo y María José Garrido Asperó, “Temporalidad e independencia. El proceso ideológico de Luis Villoro, medio siglo después”, en Secuencia. Revista de Historia y Ciencias Sociales, núm. 63, septiembrediciembre de 2005, pp. 77-96.

Garrido Asperó, María José, “Por caminos desacostumbrados”, en Álvaro Matute y Evelia Trejo, coords., Escribir la historia en el siglo XX: treinta lecturas. México, unam, Instituto de Investigaciones Históricas, 2005, pp. 207-222. Villoro, Luis, “El sentido de la historia”, en Historia ¿para qué? México, Siglo XXI Editores, 1980, pp. 35-52. Villoro, Luis,“Hidalgo: violencia y libertad”, en Historia Mexicana, vol. ii, núm. 2, octubre-diciembre de 1952, pp. 223-239. Villoro, Luis, “La revolución de Independencia”, en Historia general de México. Versión 2000. México, El Colegio de México, 2000, pp. 489-523. Villoro, Luis, “Las corrientes ideológicas en la época de la independencia”, en Estudios de historia de la filosofía en México. México, unam, 1963, pp. 203-242. Villoro, Luis, El proceso ideológico de la revolución de Independencia, 2a. reimp. de la 3a. ed. México, Conaculta, 1999. (Cien de México) Villoro, Luis, La revolución de Independencia. Ensayo de interpretación histórica. México, unam, Consejo de Humanidades, 1953. (Ediciones del Bicentenario del Nacimiento de Hidalgo, 1)

+ZÁRATE, JULIO + Nació en Xalapa en 1844 y murió en la ciudad de México en 1917. Fue abogado de profesión titulado por el Colegio Carolino de Puebla y tuvo por ocupaciones principales la política, la docencia y el periodismo. Fungió como diputado federal en varios periodos (el primero de ellos en 1862, cuando apenas contaba con 18 años de edad) por los estados de Puebla, Veracruz y el Distrito Federal. También ocupó diversos cargos en el Ministerio de Relaciones Exteriores que incluso llegó a dirigir

de diciembre de 1879 a febrero de 1880, justo cuando finalizaba el primer periodo presidencial de Porfirio Díaz. Más tarde colaboró como secretario del gobierno de Veracruz (1884-1886), ministro de la Suprema Corte de Justicia (1896) y senador (1912). Contribuyó en diversas publicaciones como El Eco del País, de Atlixco (opositor al Imperio de Maximiliano) y El Siglo Diecinueve, del cual fue editor entre 1870 y 1875. Fue profesor de Historia en la Escuela Nacional Pre-

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paratoria desde 1896. Su obra escrita es pobre y desconocida, se tiene noticia de que elaboró tres textos escolares (Catecismo geográfico del estado de Puebla, Elementos de historia general, Compendio de historia general) y algunas monografías históricas (Don Carlos de Sigüenza y Góngora, Episodios mexicanos 1862-1867: Jalapa.Velada en la conmemoración del cuarto centenario de la muerte de Cristóbal Colón, Don Luis deVelasco, el segundo virrey de México y Monografía del estado de Veracruz); sin embargo, su gran aportación historiográfica fue La guerra de Independencia, tomo tercero de la magna obra colectiva coordinada por Vicente Riva Palacio que llevó el emblemático título de México a través de los siglos. Editado originalmente por Santiago Ballescá en Barcelona entre 1884 y 1889, el México a través de los siglos suele considerarse como la consagración de la versión liberal de la historia mexicana, como la culminación de una interpretación integradora, esencialista y progresista, muy acorde con los albores del porfiriato. En completa sintonía con el espíritu de la obra, Zárate concibió “la historia del levantamiento del pueblo mexicano contra la dominación española que imperó tres siglos en la antigua tierra de Anáhuac”; es decir, la narración épica de un triunfo disputado a lo largo de once años: el triunfo de un pueblo dominado y previamente constituido en contra de su opresor; triunfo, al fin, de la libertad y el progreso. De cierta forma, la versión de Zárate es un guión teatral provisto de héroes y villanos que se desenvuelve en un escenario —el campo de batalla— y que goza de un final feliz. La importancia de La guerra de Independencia consiste en haberse erigido como la narración canónica de este complejo proceso histórico. Zárate convirtió la copiosa y muchas veces contradictoria tradición historiográfica de la Independencia en un relato coherente, lineal y monolítico, dotado de personajes principales, secundarios, tensión dramática y

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sentido: la independencia como necesidad fatal y justa del pueblo mexicano. Zárate buscó menos explicar que narrar, y fijar mucho antes que debatir. Con pretensiones de exhaustiva definitividad, persiguió agotar las polémicas y construir una versión concluyente y total en la que quedara claro el principio y el final de esa empresa cuya mejor denominación debía ser “guerra de Independencia”. Zárate echó mano principalmente de Alamán y de Bustamante para construir su relato, aunque también se apoyó en Mora, Robinson, Mier y Zavala, entre otros, además de algunos documentos como los que muy recientemente acababa de publicar Hernández y Dávalos en su Colección. Cabe señalar que la presencia de la obra de Alamán en Zárate llama de forma particular la atención no sólo por la constancia con que es citado sino más bien por la persistencia con que Zárate intentó refutarlo. Empero, un análisis detenido puede mostrar que la Historia de Méjico es la base de La guerra de Independencia en términos de contenido y de estructura, no así de sentido general o interpretación. El uso y abuso de la obra de Alamán se vuelve doblemente significativo toda vez que Zárate se empeñó en rebatir, contradecir y casi reprender a Alamán; sin embargo, al final no logró ocultar con la suficiente pericia que la Historia de Méjico había sido su materia prima. Más que una teleología soterrada, la historia de Zárate es la paulatina anunciación de un gran triunfo nacional. Cada uno de los capítulos que conforman los tres libros van construyendo la imperiosa victoria independentista. Las circunstancias y los actores son, en el tomo central del México a través de los siglos, instrumentos del patriotismo fecundo y consciente del pueblo mexicano. De Dolores a Iguala, la noble causa (una y la misma) ganó al país tras once años de guerra de Independencia. Zárate asume la responsabilidad de grabar con letras perennes el doloroso parto de un México in-

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dependiente ya constituido, heredero y epígono del colonial y, sobre todo, del prehispánico, ese México que transita casi incólume a través de los siglos. Testigo en carne propia de los traspiés de la República decimonónica, Zárate encuentra en la gesta independentista el germen (o quizá el primer fruto) del verdadero impulso de México o, en otras palabras, la primera expresión de su auténtica forma de ser: liberal y popular, antípoda de la opresión y de los intereses oligárquicos. De tal suerte que si la Independencia es para Julio Zárate el impulso creador, popular y sobre todo patriótico que logró transfigurar a la Nueva España en el México independiente, ese angustiante pero glorioso trayecto recorrido es, entonces, fuente inagotable de ejemplos edificantes. Es por ello que Zárate escribe para aleccionar y se dirige en particular a la “juventud mexicana” con el objeto de que el recuerdo venerable de sus padres fortalezca el culto a las “eternas causas de la patria y de la libertad”. El último párrafo de su voluminoso relato sintetiza con nitidez la interpretación del autor, se trata del colorido remate a su grandiosa puesta en escena: “Había triunfado al fin el gran movimiento insurreccional que inició en Dolores el inmortal Hidalgo, que una generación fecundó con su sangre y sus sacrificios sin cuenta, que conservó en las montañas del sur el indomable Guerrero, y que el genio extraordinario y el admirable esfuerzo de Iturbide llevaron a felicísimo remate. La revolución de Independencia tuvo en sus varios periodos héroes y mártires que parecen

personificarla y que atraen irresistiblemente la atención y las miradas del historiador; pero detrás de esas gloriosas figuras estaba siempre el pueblo, pródigo de su sangre y resuelto a conquistar su puesto entre las naciones libres de la Tierra. La Nueva España acababa de convertirse en México independiente; no arredraba a sus hijos el porvenir, porque a la sombra de la libertad se sentían fuertes para emprender la tormentosa peregrinación hacia el progreso; y celebraban con delirio su propia obra, y al contemplarla, veían que era buena”. De esta forma, Julio Zárate logró una visión nacionalista del proceso independentista sumamente coherente con las pretensiones de su tiempo, interpretación que de muchos modos se convirtió en el fundamento de la tradición historiográfica que con los años llegó a conocerse como historia oficial. Rodrigo Moreno

Orientación bibliográfica

Ortiz Monasterio, José, México eternamente. Vicente Riva Palacio ante la escritura de la historia. México, fce/Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, 2004. Zárate, Julio, Elementos de historia general. México, E. Sánchez, 1894. Zárate, Julio, México a través de los siglos.Tomo tercero. La guerra de Independencia. 10a. ed. Vicente Riva Palacio, dir. México, Cumbre, 1973.

+ZAVALA, LORENZO El Ensayo histórico de las revoluciones de México desde 1808 hasta 1830 que Lorenzo de Zavala publicó en dos tomos (París, 1831, y Nueva York, 1832) le hizo ganar un sitio indiscutible

DE +

entre los grandes historiadores de México del siglo xix. Sus alcances y trascendencia se deben en parte a la intensa actividad política que desarrolló durante los últimos años de la etapa

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