Juan Moreira, un héroe romántico y popular

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Descripción

Juan Moreira, un héroe romántico y popular

En el día 28 de noviembre de 1879, comienza a publicarse en La Patria
Argentina una novela folletinesca llamada "Juan Moreira", de la mano del
"primer novelista profesional argentino" Eduardo Gutiérrez. Esta novela por
entregas cuenta la historia del gaucho Juan Moreira, descrita a través de
la pluma de Gutiérrez como un relato de hazañas e injusticias que captarían
la atención de una gran cantidad de nuevos lectores. Este nuevo grupo está
conformado por personas que leen prensa (incluyendo el folletín que se
publicaba regularmente en el diario) y que no están versados en la lectura
de obras cultas, por lo que pertenecen a un sector que la crítica llama de
los "lectores populares", o en palabras de García Merou, "la plebe". La
gran popularidad del folletín se debe a varias razones: En primer lugar, el
protagonista de la novela no es inventado sino que es una persona que
existió, por lo que la novela a su vez se configura como una autobiografía.
Gracias a esto la gente puede identificarse con el protagonista, al
pertenecer este a la provincia de Buenos Aires y pertenecer al mismo grupo
social. En segundo lugar, esta ubicación del gaucho en la sociedad y su
constante lucha contra la injusticia permite que se constituya como un
héroe dentro la cultura popular, como dice Laera: "el gaucho de la campaña
entra en contacto con el pueblo de la ciudad [...], transformando un
conjunto de referencias tradicionales en un objeto cultural disponible para
el consumo masivo." (Laera 2012: 13) Y es a partir de esta constitución de
Juan Moreira como una figura dentro de la cultura popular que se produce la
gran difusión de la obra y su posterior reproducción.
Planteadas estas cuestiones, es pertinente hacerse las siguientes
preguntas: ¿Cómo se estructura la figura de Moreira dentro de la novela
para terminar siendo este héroe de la cultura popular? y ¿de qué manera
afecta esto al fenómeno de reproducción que se da a partir de la aparición
de la obra? La respuesta a esta primera pregunta radica en reconocer en
Juan Moreira un héroe romántico trágico que no solo lucha por sus ideales
sino que también lo hace hasta el final, pero siempre desde una perspectiva
nacional, con sus paisajes y escenas propias. Se produce así un fenómeno de
apropiación de la figura del héroe romántico por parte de la novela popular
con gauchos, ubicando al personaje de Moreira mucho más cercano al lector y
como un representante de los sufrimientos e injusticias de la clase
popular. No obstante, como héroe romántico, el gaucho también incitaba a la
lucha contra aquellas injurias, lo cual lo hacía mucho más atrayente para
el lector popular pero más peligroso según los ojos de los cultos.
Y con respecto a la segunda pregunta, la figura del héroe romántico y la
apropiación de esta por parte de la cultura nacional es un mecanismo que se
puede evidenciar en cada una de las obras que surgen a partir de la novela
de Gutiérrez. Tanto en el teatro, como en el cine y más posteriormente en
la historieta se resaltan las características de Juan Moreira como un héroe
trágico romántico a modo de herramienta de apelación a un público más
amplio, y en su mayoría a uno más popular. Acerca de esta difusión, Laera
escribe "la figura de Juan Moreira, con su pasional historia de injusticia,
venganza y coraje, no sólo resultó maleable para circular en formatos y
medios muy diversos a lo largo de todo el ciclo criollista, sino que
demostraría ser altamente reciclable y actualizable en diversas coyunturas
del resto del siglo XX." (Laera 2012: 10-11)

El héroe trágico romántico
Antes de caracterizar al gaucho Juan Moreira como un héroe romántico sería
prudente definir primero qué es lo que se entiende por este concepto.
Para empezar, esta figura está llevada por la exaltación de las pasiones, o
sea que lejos de tomar decisiones basadas en su racionalidad, esta clase de
héroe seguirá siempre a su instinto al enfrentarse a una situación
peligrosa, por más que esto signifique su muerte; este, a menudo, preferirá
sucumbir heroicamente antes que estar seguro o protegido. Por esta razón es
que la figura del héroe romántico, llena de pasión y emoción, se contrapone
con la del burgués, la cual es desapasionada, precavida y orientada a la
utilidad. Clarke dice en su artículo que "El héroe trágico romántico es el
que vive en persona las historias que los hombres prudentes sólo leen en
las novelas." (Clarke 2010: 5), haciendo evidente esta oposición entre
héroe romántico y burgués.
Otro punto importante se encuentra en el hecho de que la figura del héroe
trágico romántico está atravesada por la tragedia, generalmente a partir de
una lucha de valores en la cual los negativos siempre vencen a los
positivos, como cuando el canalla derrota al héroe o este último fracasa.
Sin embargo, no siempre la muerte del héroe se computa como una derrota, ya
que el morir peleando o de una forma poética y heroica constituye para este
una victoria sobre la muerte, la única verdadera victoria.
Y esto lleva a otra característica del héroe trágico romántico: la
creencia. Con respecto a esto Clarke hace algunas aclaraciones al decir que
"El héroe [...] no puede ser un escéptico extremo ni un nihilista, debe ser
un hombre de fe, pero su fe no tiene que dirigirse a los dioses reconocidos
ni a los valores de la mayoría." (Clarke 2010: 8) En muchos casos este
individuo ocupa él mismo el lugar de la deidad, por lo que esta figura
nunca se configura en una posición atea.
Con respecto a su personalidad, Scheler lo describe como un ser con
"audacia, valentía, presencia de ánimo, decisión, amor a la lucha y el
riesgo [...] además de la capacidad de sufrimiento y de resistencia"
(Scheler 1961: 95). Básicamente, el héroe trágico romántico es un luchador
y siempre buscará defender sus ideales, y sobre todo elegir la forma de
morir, la cual radica en la muerte heroica, irse luchando.
Por último, este personaje siempre estará en busca de una moral que se
escapó de sus manos, la cual muchas veces está depositada en su amada o en
su familia. Estas representan lo Absoluto para el héroe, la felicidad, y
por lo tanto su fin último será buscar recuperar o unirse a estas personas.
Pero acerca de esto Clarke advierte que "Existe en el héroe trágico una
pasión por lo ausente y lo inalcanzable. Una imposibilidad de ser feliz,
una sensación de haber llegado demasiado tarde para todo y de saber que el
pasado, irrecuperable, guarda siempre los mejores momentos." (Clarke 2010:
13), por lo tanto al tener acceso a aquella moral alejada de él, el héroe
entrara en conflicto: seguir sus pasiones y vivir en la gloria de las
memorias pasadas, o unirse a su amada o a su familia y alcanzar el
Absoluto.

Juan Moreira como héroe trágico romántico
Como se mencionó al principio de este trabajo, se construye en la novela de
Gutiérrez la figura de un gaucho que se posiciona en el lugar de héroe
romántico, pero tomando aquella figura y apropiándose de ella para
convertirla en un objeto de la cultura popular. Esta construcción de
Moreira como tal no solo lo acerca al pueblo y a la cultura masiva nacional
(por el sentimiento de lucha y la identificación con el personaje del
lector popular) sino que la caracterización del protagonista como un héroe
romántico también hace que el personaje pueda apelar a otras culturas, por
la originalidad del mismo y la clara pertenencia a la cultura argentina; y
esto es mencionado por Rubén Darío en su revista España Contemporánea
(1964). Ludmer dice al respecto que "Para Darío, en plena modernización de
la literatura, y en plena globalización, Moreira es un héroe exportable."
(Ludmer 1994: 110). Europa puede reconocer a esta figura como parte del
patrimonio cultural argentino.
Entonces, para terminar de responder a la pregunta planteada en las
primeras líneas de este trabajo, se pasará a decir que la figura de Moreira
se construye en el texto tanto como la de un héroe romántico como la de una
víctima de las injusticias de la sociedad de la época. Y esta dicotomía,
que podría ser un poco contradictoria en realidad, cobra sentido al
analizar el aspecto de cómo se identifica el lector popular con el
protagonista de la novela con gauchos. Esta clase de lector, al pertenecer
a las clases más bajas, a menudo sufre muchas injusticias, a raíz de su
condición social. La figura de Moreira, al sobreponerse y luchar contra
ellas genera un sentimiento de empatía en el público lector que
automáticamente ve a este como un héroe, que tiene circunstancias de vida
similares a la de ellos. Por este motivo, el protagonista de la novela de
Gutiérrez siempre pelea o con las partidas, o con gauchos matreros, o
incluso una vez con los indios, porque son todas representaciones de "lo
otro" que oprime las condiciones de vida tanto del gaucho protagonista como
de los lectores de la novela.
Ahora bien, para poder sostener que la figura de Moreira se configura como
un héroe romántico hay que centrarse en cuatro aspectos muy importantes que
se dan a lo largo de la novela y estas son: La personalidad pasional del
héroe, la fijación por lo inalcanzable y la infelicidad, la influencia de
la tragedia en su vida y la búsqueda de la muerte heroica.
En cuanto al primero, en todos los capítulos (pero más en los primeros)
todas las características que Scheler da sobre el héroe se manifiestan
materialmente una y otra vez, además de la exaltación de los detalles
físicos en forma cuasi poética que hace Gutiérrez al describirlo: "Su
hermosa cabeza estaba adornada de una tupida cabellera negra, cuyos
magníficos rizos caían divididos sobres sus hombros..." (Gutiérrez 1980:
12). La aparición de las características de Scheler se evidencian más en
las escenas de lucha contra las partidas o en los duelos con otros gauchos,
en dónde Moreira nunca daba pasos hacia atrás y siempre mantenía las
posiciones de lucha. Es claro que Gutiérrez lo pone del lado de lo pasional
y lo romántico al hacer incluso paréntesis en la narración, como el
siguiente pasaje: "Hombre de grandes pasiones, de corazón ardiente y
espíritu vigoroso, se había sentido empujar en aquella rápida pendiente y
se había entregado por completo a la fatalidad que lo guiaba." (Gutiérrez
1980: 64) Este pasaje da cuenta del hecho de que el protagonista se dejaba
llevar no solo por la intuición sino por aquella sensibilidad romántica que
siempre era de fatalidad.
Por parte del segundo aspecto, la fijación por lo inalcanzable y la
infelicidad, Moreira toma este camino al separarse de Vicenta y su hijo
Juancito después de matar a Sardetti, por dejarse llevar por sus pasiones
románticas, y continúa con esta decisión hasta el momento en que se reúne
de nuevo con ellos en casa de Giménez. En un sentido, la familia de Moreira
representaría lo Absoluto y la reticencia de este a reunirse con ellos
refleja el conflicto del héroe trágico romántico que se describió
anteriormente: la obtención de la felicidad con su familia o la
satisfacción en los recuerdos pasados y el seguimiento de sus pasiones.
Aunque dentro de este aspecto se denota un procedimiento de Gutiérrez, al
introducir una especie de "vuelta de tuerca" a la figura de héroe romántico
con el personaje de Julián. Este, hasta cierto punto, parecería que pudiera
cumplir con el papel de la amada de Moreira y funciona, además, como lugar
de la moral del héroe (siempre lo aconseja y trata de que no se desvíe del
camino) y permite el seguimiento de las pasiones del mismo, ya que se
conocen desde niños y siempre terminan volviendo a encontrarse. Se podría
sostener esto también como un proceso de apropiación de la figura del
héroe, por medio de dos escenas. La primera: "Es imposible pintar con
palabras la emoción de Julián y Moreira al hallarse frente a frente.
Aquellos dos hombres valientes, con un corazón endurecido al azote de la
suerte, se abrazaron estrechamente, una lágrima se vio titilar en sus
entornados párpados y se besaron en la boca como dos amantes..." (Gutiérrez
1980: 113) y la segunda "Julián quedó inmóvil al lado del palenque, mirando
el punto por donde había desaparecido Moreira. [...] y llevó la mano a la
cara. Enjugaba silencioso un par de lágrimas que surcaban sus pómulos
agudos. - ¡Qué mi Dios no lo abandone! – murmuró, y se tendió bajo el alero
del rancho." (Gutiérrez 1980: 138). Estas dos escenas, aparte de tener
muchas características románticas, dan cuenta de la relación altamente
pasional y sentimental de Julián y Moreira y posicionan a Julián junto a la
familia del héroe protagonista como lugares en los que se encontraría lo
Absoluto.
En cuanto al tercer aspecto, la vida del gaucho de la novela de Gutiérrez
se ve atravesada por la tragedia desde el mismo inicio en el que los
valores negativos de Don Francisco triunfan por sobre los positivos de
Moreira, por ejemplo al hacerle pagar multas por infracciones inexistentes
o al colocarlo en el cepo injustamente. Incluso hacia el final de la
novela, al producirse la muerte de Moreira, la tragedia se hace presente
con la forma en que muere el gaucho: por una herida que le propician por la
espalda. Sin embargo, la muerte no es necesariamente trágica en sí, ya que
el protagonista no muere rendido sino que como acto final dispara contra su
atacante y asume una posición de lucha, lo que da lugar al siguiente
aspecto: la muerte heroica.
Con respecto a esta elección de no entregarse y de preferir morir peleando
es un hecho a lo largo de toda la novela, y como se vio anteriormente, una
característica del héroe romántico trágico. Así, el protagonista está en
constante búsqueda de la muerte heroica, la cual significa una victoria
sobre la muerte misma y una protesta contra entregarse a las partidas. En
todo caso, el héroe siempre conserva sus ideales y lucha por ellos hasta el
final. En el pasaje en el que el gaucho salva a Marañón se presenta una
reflexión acerca de la posterior muerte heroica de Moreira: "Marañón se
quedó meditando tristemente sobre el destino de los hombres, que [...] son
empujados por la fatalidad a una pendiente cuyo límite es la muerte trágica
que puso fin a aquella existencia desventurada."
En suma, por estas razones puede entenderse a Juan Moreira como un héroe
romántico que se convierte en un héroe popular dentro de la cultura social,
gracias a su pertenencia de clase y sus acciones de algún modo
"justicieras".

La figura de Moreira como héroe romántico en los medios masivos
Para responder a la segunda pregunta planteada al principio del trabajo, es
necesario rastrear las obras que surgen a partir de la novela de Eduardo
Gutiérrez, las cuales van desde obras de teatro hasta historietas. Sin
embargo, se tomarán en cuenta (por razones de espacio) tres obras
principales: La obra de teatro escrita por José J. Podestá en 1886, la
película de Leonardo Favio de 1973 y la historieta escrita entre 1983 y
1984 por José Massaroli.
Al igual que la novela de Gutiérrez, estas tres obras hacen uso de la
figura del héroe romántico al reversificar la historia del gaucho Juan
Moreira, además de establecer un mecanismo de apropiación de esta figura
como parte de la cultura popular, al igual que la primera. Sin embargo,
aunque resaltan algunas características de esta figura siguiendo el modelo
de la novela, muchas de ellas toman una dirección diferente.
La obra de teatro de José J. Podestá (1886) se escribió con la corrección y
seguimiento de Eduardo Gutiérrez, hecho que, podría decirse, establece una
correlación bastante sólida con la novela original. No obstante, en el
texto de Podestá la primera escena de la obra es la discusión entre Don
Francisco y Moreira por el dinero que le debía Sardetti a este último. Esto
es un claro indicio de las características que le interesa resaltar a
Podestá, las cuales son la lucha contra la injusticia que sufre el gaucho
(lo cual, como se dijo antes, apela al lector popular) y la predominancia
de las pasiones en el héroe romántico, con la muerte de Sardetti por
Moreira (muerte que acarreó toda una serie de consecuencias para el
gaucho). Otro punto en el cual esta obra de teatro se separa grandemente de
la novela es en las escenas de batalla, ya que solo mantiene las peleas con
Sardetti, con las partidas de Don Francisco, con los asesinos por encargo
que iban a matar a Marañón y la pelea con Navarro. En este recorte se dejan
de lado tanto las peleas con otros gauchos, como Córdoba o el "Pato
Picaso", como el período en que vive con los indios, resaltando el aspecto
de Juan Moreira como luchador en contra de la injusticia ejercida por las
autoridades; este hecho acrecienta el valor heroico pero en un plano más
cercano al pueblo, concordando con los sentimientos políticos de la cultura
popular.
Quizás la película de Favio (1973) es la que más se aleja de la novela de
Gutiérrez, aunque sigue utilizando la imagen del héroe trágico romántico
para construir el personaje de Moreira, solo que de forma diferente en
algunos aspectos. En primer lugar la creencia del protagonista se basa en
Dios, al contrario del libro en el que el lugar de la deidad de Moreira lo
ocupa su propia reputación, ambas características del héroe trágico
romántico. En segundo lugar, en esta adaptación cinematográfica, la voz de
Moreira es una voz que denuncia explícitamente (hecho que en el libro tiene
una naturaleza más encubierta) la condición del indio más allá de la
frontera y no solo las injusticias sino la corrupción por parte de las
autoridades. En la escena en la que Moreira mata al teniente alcalde Don
Francisco se devela una coima que Sardetti pagaba a este. Así, el
protagonista se posiciona como un personaje que denuncia las condiciones
sociales. Por lo tanto, la figura del héroe romántico se difumina un poco y
se vincula más con la del héroe popular más puro, como en la obra de
teatro, pero de forma explícita e inclusiva (por incorporar la denuncia por
el indio). Por último, en la película de 1973 el hijo de Moreira muere,
haciendo que la tragedia que atraviesa la figura del gaucho aumente.
Sin embargo, hay un punto de encuentro muy importante entre el libro y la
película que es la búsqueda de la muerte heroica. En una escena donde están
reunidos Julián y Moreira, el primero hace referencia a poder obtener
aquella muerte por lucha que lo separaría de ser "una simple osamenta".
Consecuentemente, tanto en el libro como en la película colocan la escena
de la muerte del protagonista cargada de elementos románticos: en el libro,
Moreira termina muriendo después de tratar de seguir peleando, y en la
película, la escena final no termina con la muerte del gaucho, sino con
este en posición de batalla luego de recibir la herida mortal de Chirino.
La adaptación cinematográfica elige informar de la muerte de Moreira en las
escenas de apertura, para recalcar la figura de héroe romántico que
conquista la muerte que transmite el último fotograma.
Y para finalizar, la historieta de José Massaroli (1983-1984) vuelve a las
raíces al estar más acorde con el libro de Gutiérrez y con la obra de
teatro de Podestá. En esta se tratan los mismos temas románticos que en la
obra de Podestá, tanto el sentido de injusticia por parte de la autoridad
como el seguimiento de las pasiones del gaucho, añadiendo las peleas con
Leguizamón, Córdoba y la muerte de Chirino (Moreira le disparaba en la
cabeza). Dos puntos interesantes de la historieta los constituyen la
búsqueda de la muerte heroica constante, al poner tanto énfasis en las
batallas y la forma en que se desenvuelven (Figuras 1 y 2), y el hecho de
retomar del libro la exaltación de los rasgos de Moreira al dibujarlo de
una forma agradable y estética (Figura 3). Por lo tanto, puede decirse que
la historieta retoma los mismos temas del héroe romántico que el libro pero
de una forma más plástica y estética, aprovechando las nuevas tecnologías
que constituyen la nueva cultura popular; si bien con las mismas figuras
literarias de apropiación que se utilizaban más de un siglo atrás.

Conclusiones
En suma, se evidencia por todas las razones presentadas que la novela de
Gutiérrez hace uso de la figura del héroe romántico trágico para apelar a
un público lector que puede identificarse con las injusticias que sufre
este y el sentimiento de lucha que florece en Moreira a partir de su
levantamiento contra estas. También, en la novela se produce un proceso de
apropiación de esta figura al trasladarla no solo a un paisaje nacional
sino a aquella cultura denominada "popular" por medio de operaciones
literario-sociales. Como consecuencia de esta apropiación por parte de la
cultura popular, hubo una gran difusión de la novela que culminó en un
proceso de reproductibilidad de la obra en muchos otros medios masivos,
como el teatro, el cine y la historieta. Y así como el libro, todas las
nuevas versiones de Juan Moreira utilizarían esta figura del gaucho como un
héroe trágico romántico con el fin de aumentar y diversificar el público
que consume la obra.

Bibliografía
Clarke, George (2010). "El héroe trágico romántico". Universidad de
Toronto. University of Toronto Press.
Gutiérrez, Eduardo (1980[1880]). Juan Moreira. Buenos Aires: Centro Editor
de América Latina S.A.
Laera, Alejandra (2012). "Prólogo", en Eduardo Gutiérrez. Juan Moreira.
Buenos Aires: Eudeba. (pp. 9-24)
Ludmer, Josefina (1994). "Los escándalos de Juan Moreira". Las culturas de
fin de siglo en América Latina. Rosario: Beatriz Viterbo Editora. (pp. 102-
112)
Massaroli, José (2010 [1983-1984]. Juan Moreira. Buenos Aires: Historieta
Patagónica (Blog), "Los duendes".
Podestá, José J. (1886). Juan Moreira. 1º presentación: Teatro de
Chivilcoy, Buenos Aires.
Favio, Leonardo (1973). Juan Moreira (película). Buenos Aires: Producciones
Centauro. Producción: Tito Hurovich, Juan Sires y Leonardo Favio.



Anexo

Figura 1



















Figura 2


























Figura 3
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