Juan Leon Mera: totalitarismo moral de un más acá de la virtud

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moral que el influjo de esas tendencias i m plican para América:

entorno natural o las voces de las personas que habitan la tragedia histórico-social que él quiere superar. Esa distancia entre el ideal Estas pinceladas de AimeMartin pintan bastany la realidad concreta sobre la que el ideal te bien el carácter de la escuela literaria que ha pretendía actuar es parte del fracaso de su cundido en Europa, que va infestando la América, y que los ingenios sensatos deben impugnarla proyecto. E n cambo, la preocupación reliy rechazarla sin descanso, como a peste que conta- giosa de Mera, se manifiesta como práctica mina y mata la moralidad de las costumbres, y la humanitaria de lo concreto, de compromiso espiritualy civilizadorafilosofía del cristianismo. con el entorno inmediato, en buena medida (390) como mecanismo de defensa. Re-asimilar L a caída en la materialidad, tal como está la materialidad del paisaje, reasignarle una expresada en estos fragmentos, es elemen- marca de trascendencia era su recurso para to que hace reaccionar al estro demonizador sostener una fe religiosa sin quiebres. L a de Mera a lo largo de los diecinueve capí- idealidad, menos racionalizada y más detulos de Ojeada histórico-crítica. L a reacción vota de Mera, lo empujaba a refrendar en conservadora de Mera se funda en princi- lo exterior la convicción de que Dios seguía pios mucho menos filosóficos o teóricos que ahí. Gracias a eso incursionará en el mundo los de José Eusebio Caro. M e r a en realidad indígena, en las manifestaciones populares manifiesta continuamente su desprecio por y en el esfuerzo por construir, con profunlos filósofos c o n t e m p o r á n e o s . Esa diferencia das contradicciones, una representación de básica del punto de partida de uno y otro lo americano. D e ahí que M e r a anticipe en conservador explica, en buena parte, c ó m o parte el realismo, pero justamente desde la de un contexto tan similar surgieron dos perspectiva opuesta de donde parte el realisplanteamientos conservadores tan diversos. mo social. Porque Mera está preocupado por Caro piensa en el conservatismo como me- asegurar que esos elementos de la realidad canismo de ordenamiento sobre el que la so- sean «cristianizados». Leídos en contrapunto ciedad ha de moverse hacia un conocimiento el esfuerzo crítico inquisidor y la necesidad científico de su entorno y de sí misma; M e r a de registro de la pluralidad de esa realidad parte del centro de la fe católica y al dirigir concreta se hace más ostensible la voluntad su pensamiento, ya sea a la poesía quichua, o de someter al orden justamente los espacios a la poesía popular o al paisaje americanista, en los que bullía la disconformidad con ese lo hace para cubrir esos objetos de interés mismo orden. Todo en M e r a es volver al i n terior del cerco religioso, llevarlo todo allí, con la uniformidad de su dogmatismo. a la «interioridad» de la nación hispánica y católica a salvo de lo externo contaminante. De esta diferencia básica se desprende la extrañeza total que pauta la distancia entre ambos. E l colombiano, positivamente Este retorno a la «interioridad» era un eco a preocupado por lo social, en la práctica lite- la llamada que hiciera Bello en «Alocución raria no manifiesta nunca un interés por lo a la poesía» de volverse al campo después de concreto, por los pobladores reales de C o - las luchas de Independencia, de regresar a un lombia; y tampoco le provoca en absoluto el entorno productivo que eludiera la mirada