Jürgen, Habermas. Joseph, Ratzinger. Entre razón y religión: Dialéctica de la secularización.

Jürgen, Habermas. Joseph, Ratzinger. Entre razón y religión: Dialéctica de la secularización. Traducción de Pablo Largo/Isabel Blanco. Fondo de Cultura Económica. Colección Cenzontle.2008. 55 páginas. ISBN 978-968-16-8436-5 8 (rústica) 978-968-168604-8 (empastada)

Después de cuatro años vio la luz en las entrañas de la editorial Fondo de Cultura Económica y gracias a la traducción de Largo y Blanco; uno de los diálogos de mayor intensidad para la filosofía contemporánea. Nos referimos al texto denominado Entre razón y religión: Dialéctica de la secularización. Se preguntará el lector de esta reseña ¿Cómo puede ser tan significativo para la filosofía, un texto que hable del movimiento de la secularización en el siglo XXI? La respuesta no se hace esperar cuando notamos que los autores son El filósofo liberal secular Jürgen Habermas y El teólogo cristiano católico de la contemporaneidad Joseph Ratzinger. Muy a pesar del dicho popular de que nadie es profeta en su tierra estos dos personajes oriundos de Alemania se reunieron invitados por la Academia Católica de Baviera en una conversación alrededor de los fundamentos prepolíticos y morales del Estado. Desde los títulos de las ponencias se atisba la intensidad del texto, ya que, mientras Habermas va a hablar de fundamentos, Ratzinger lo hará de cohesiones. Mientras el primero hablará del Estado democrático el segundo lo hará del Estado liberal. Intitulando sus disertaciones como ¿Fundamentos prepolíticos del Estado democrático de derecho? (Habermas, 2008) Y Lo que cohesiona al mundo. Los fundamentos morales y prepolíticos del estado liberal (Ratzinger, 2008). El filósofo liberal secular nos invita a poner en duda la capacidad del Estado constitucional democrático de recurrir a sus propias fuentes para renovar sus fundamentos normativos (Habermas, 2008, pág. 9). Esta afirmación la divide en dos reflexiones a considerar: la cognitiva y la

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relacional. La cognitiva en cuanto se plantea como una duda, si puede siquiera alcanzarse un poder político de justificación secularizada que sea viable para garantizar la estabilidad - más allá del modus vivendi - de una sociedad pluralista (2008, pág. 10) y la relacional en cuanto un ordenamiento liberal necesitaría siempre de la solidaridad de sus ciudadanos como fuente, y de que ésta fuente podría desaparecer completamente a causa de un secularización “descarrillada” de la sociedad (2008, pág. 10) De ello Habermas deriva la primera premisa en el encuentro de Baviera al proponer el proceso de secularización cultural y social como un doble proceso de aprendizaje que fuerce tanto a las tradiciones de la Ilustración como a las enseñanzas religiosas a una reflexión sobre sus respectivos límites (2008, pág. 11). Bajo este postulado se precisa que en las fuentes de la razón práctica para la fundación del Estado constitucional secular se de un proceso de validez del derecho positivo dependiente de un anclaje en las creencias éticas prepolíticas de comunidades religiosas o nacionales (2008, pág. 15) en cuanto - el estado - es incapaz de autolegitimación a partir de sus procedimientos jurídicos generados democráticamente. Habermas no deja de preguntarse ¿Cómo se reproduce la solidaridad ciudadana?, ya que, bajo los esquemas de la democracia, cualquier mínimo intento de obligatoriedad que no sea autónoma sería una ilegitimación del propio estado, por ello, observa en las formas prepolíticas o - como el mismo les llama - fuentes espontáneas (2008, pág. 17) la posibilidad de insertar el estatus ciudadano en la sociedad civil alimentado por los ideales éticos y los matices culturales. Hay que ser cuidadoso de la exacerbación que las formas de beneficio propio han alcanzado en la actualidad al haber provocado un desgarramiento en el vínculo social, pues en el marco de una modernidad desgastada solo podrá ayudarla salir del atolladero en que se encuentra una orientación religiosa hacia un punto de referencia trascendental (Habermas, 2008, pág. 23) Este fenómeno significa una auténtica

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provocación cognitiva, de la cual la filosofía tiene que hacerse cargo, entre el discurso laico; que busca ser accesible a todos, y el religioso; que se basa en las verdades reveladas. Así Habermas nos acerca a un doble proceso secularizador situando en el pensamiento postmetafísico la moderación en lo concerniente a lo ético y la ausencia de cualquier concepción generalizante acerca de una vida buena y ejemplar (2008, pág. 26) que permita dar paso a la construcción de las sociedades postseculares y plurales del siglo XXI. Una postsecularización que implica la aceptación pública de las comunidades religiosas por su aporte a las formas de solidaridad y la búsqueda en esas formas éticas de una obligatoriedad moral autónoma y legítima para un Estado conformado por creyentes y no creyentes (2008, pág. 29). El siglo XXI precisa establecer el camino que dialogue entre la historia de la salvación y la historia de la legitimación y sea así una historia de dignidad y derechos humanos. En todo ello Ratzinger nos recuerda que la trasformación radical de la imagen del hombre y del mundo ha brotado del incremento de los conocimientos científicos que han desempeñado un papel esencial en demoler las viejas certezas morales (2008, pág. 37) en este contexto han surgido también pretensiones, que si bien responden a un anhelo humano, corren el peligro de retornar a los modelos anteriores universalistas. Dar a la Naturaleza del ser humano la posibilidad de ser la generadora de estos valores permitiría convertirlos en intocables en todos aquellos que participan de dicha naturaleza (2008, pág. 40) y establecer en la dialéctica de la secularización la limitación recíproca de los poderes y el miedo a sucumbir…ante un terror omnipresente capaz de actuar y golpear en todas partes (2008, pág. 41) y es que el ser humano del siglo XXI ha llegado a tocar los abismos del poder mas allá de ideologías descendiendo a las fuentes propias de la existencia. ¿Cómo evitar que las pretensiones universalistas se conviertan en abstracciones frente a realidades humanas que desgarran el tejido

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social? Ratzinger afirma que habría que encontrar una correlación necesaria de razón y fe, de razón y religión, que están llamadas a depurarse y regenerarse recíprocamente, que se necesitan mutuamente y deben reconocerlo (2008, pág. 53) sin olvidar o desentenderse de las demás culturas. El siglo XXI pide una auténtica correlación polifónica en la que se abran a la esencial relación complementaria de razón y fe, de modo que pueda crecer un proceso universal de purificación en el que al final puedan resplandecer de nuevo los valores y las normas que en cierto modo todos los hombres conocen o intuyen, y así pueda adquirir nueva fuerza efectiva entre los hombres lo que cohesiona al mundo (2008, pág. 54). Sólo nos resta la gratitud ante la invitación a continuar el quehacer filosófico que este texto – desde sus autores - nos invita a realizar. El encuentro de Baviera quedará inscrito en la historia de la cultura occidental como el gran momento dialógico entre las tradiciones Judeo Cristiana e Ilustrado Racional en los albores del siglo XXI. Bibliography Habermas, J. (2008). Fundamentos prepoliticos del estado democrático de derecho. México: Fondo de Cultura Económica. Ratzinger, J. (2008). Lo que cohesiona al mundo. Los fundamentos morales y prepolíticos del estado liberal. México: Fondo de Cultura Económica.