Josep Salvador, librero y editor del exilio en Toulouse. (El exilio republicano de 1939 y la segunda generación / coord. por Manuel Aznar Soler, José Ramón López García, 2011, ISBN 978-84-8472-666-1, págs. 921-930)

June 6, 2017 | Autor: J. Campillo Galmés | Categoría: Literatura Del Exilio, Exilio español 1939
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Descripción

Josep Salvador, librero y editor del exilio en Toulouse


Publicado en El exilio republicano de 1939 y la segunda generación / coord.
por Manuel Aznar Soler, José Ramón López García, 2011, ISBN 978-84-8472-666-
1, págs. 921-930


Resumen


El artículo expone la vida de Josep Salvador Puignau (Palafrugell, 1908 –
Toulouse, 1974), impresor y profesor de esperanto que, en febrero de 1939,
se exilia con el grueso de la "retirada" republicana. En 1946 Salvador
funda en Toulouse, con otros exiliados, como Antonio Soriano, y el francés
Louis Solères, la Librairie des Éditions Espagnoles, con la misión de
divulgar las obras españolas en Francia y de ayudar a la producción
intelectual de los escritores españoles exiliados. El estudio de las cartas
que se intercambiaron Soriano y Salvador entre 1947 y 1949 con motivo de la
marcha del primero para crear la sucursal parisina de la sociedad, permite
valorar la responsabilidad conjunta que ambos socios tuvieron en dicha
empresa. Se hace un detallado análisis de la producción editorial de la
librería con especial atención a la publicación de su Boletín Bibliográfico
LEE, durante el año 1947, y a la colección de cuentos La novela española,
publicados mensualmente entre los años 1947 y 1949, bajo la dirección
literaria de Antonio Fernández Escobés. Se hace mención a la labor
comercial de la librería y a los contactos que Salvador tuvo con españoles
exiliados de Francia e Hispanoamérica, así como con libreros españoles. Por
último, se incluyen datos sobre el contexto sociocultural en el que
desarrolló su labor Salvador, con referencias la organización de los Jocs
Florals de la llengua catalana que se celebraron en Toulouse en 1952.



Introducción


En febrero del presente año, se han cumplido siete décadas de la "retirada"
de 1939. Entre los cientos de miles de españoles que cruzaron la frontera
francesa en esa fecha, se hallaban personas de toda condición, instrucción,
ideología, edad y clase social. A la mayor parte de ellos les aguardaba por
igual un terrible periplo que les hizo conocer los campos de internamiento,
la reclusión, el confinamiento, la adscripción a cuadrillas de trabajos
forzados y, en el peor de los casos, la deportación a campos de
concentración. Todas estas circunstancias han sido bien estudiadas por
historiadores de ambos lados de los Pirineos, aunque no por bien
estudiadas dejan de ser olvidadas o ignoradas por las nuevas generaciones.

Cuando, en agosto de 1944, la liberación de Toulouse y París devuelve la
dignidad y el reconocimiento a las decenas de miles de exiliados que
decidieron permanecer en Francia (más por el miedo o rechazo que les
inspiraba el régimen franquista que por la acogida que habían tenido por
parte del gobierno galo), llega, para la gran mayoría, el momento de la
reconstrucción de una vida rota, de la creación de una familia, del
proseguimiento de la lucha política, de la búsqueda de un futuro laboral o
del mantenimiento de unos valores personales, de una lengua y de una
cultura.

Testigo de esa época convulsa, Josep Salvador Puignau se revela como una
figura del exilio en Toulouse que muy pocos conocen. Vivió de la cultura y
para la cultura. Ampurdanés y ciudadano del mundo, tuvo como medio de
expresión el catalán, el castellano, el francés y el esperanto. Pasó la
mayor parte de su existencia entre las imprentas, las rotativas y los
estantes de libros. Linotipista, librero y modesto editor, fue un
"enamorado de los libros, no sólo bien escritos, sino tipográficamente bien
hechos"[1].


Biografía

Josep Salvador nació en la localidad costera de Palafrugell, en la comarca
gerundense del Bajo Ampurdán, el 5 de mayo de 1908. Perteneciente a una
familia acomodada, su padre, Matías, era subdirector de una fábrica de
tapones de corcho y su madre, Teresa, venía de una familia de pescadores de
Port de la Selva.

Hasta la fecha de su exilio en Francia, a la edad de treinta años, pocos
son los datos que conocemos de su biografía, todos ellos provenientes de la
sucinta e inédita biografía que de él ha hecho su hija, Marguerite Salvador-
Aflallo[2].

A los dieciocho años, en plena dictadura de Primo de Rivera, decide viajar
a París, donde se forma en las artes de la impresión y donde estudia el
francés y el esperanto. Junto a los camaradas del Syndicat du livre, forja
sus convicciones políticas. Pero su experiencia parisina se trunca al ser
llamado a filas para hacer el servicio militar en los Pirineos.

En 1934 da clases de esperanto en el Ateneu Enciclopèdic Popular de
Barcelona[3], en el carrer del Carmen nº 30-32 de aquella ciudad.

En 1935 sabemos que monta, junto a otro socio, una imprenta en el número
228 de la calle Aribau de Barcelona. En esos años, Josep Salvador se casa y
funda una familia.

Tres años más tarde, el 28 de febrero de 1938, cuando ya la guerra civil
presagiaba una difícil salida para la II República, recibe la orden de
movilización para incorporarse a la que sería la última ofensiva del
ejército republicano, la batalla del Ebro.

En febrero de 1939, Salvador pasa la frontera de Francia, dejando atrás
padres, esposa y dos hijos. Se inicia para él y para cientos de miles de
compatriotas una dura etapa de confinamiento en los campos de concentración
de las playas de Argelès y Barcarès, cerca de Perpiñán. Su dominio del
francés le permite adquirir la categoría de secrétaire interprète auprès du
Commissaire Général du Camp, pasando a formar parte de la 156ème Compagnie
de Travailleurs Espagnols (CTE).

En mayo de 1940, Salvador es trasladado al Campo de Clairfont, en Portet, a
diez kilómetros al sur de Toulouse.

En el verano de ese mismo año, el régimen de Vichy decreta las primeras
leyes sobre los extranjeros residentes en Francia, enrolando a la fuerza en
los "grupos de trabajadores extranjeros" (GTE: groupements de travailleurs
étrangers) a los denominados "excedentes" (étrangers en surnombre dans
l'économie française). Salvador pasa a formar parte del Grupo departamental
561, más tarde convertido en el 512º Grupo de trabajadores españoles,
establecido en la localidad de Beaupuy, a quince kilómetros al este de
Toulouse, y más tarde destinado en Bourg-St-Bernard, a veintiséis
kilómetros al este de Toulouse. El grupo se dedica a tareas de interés
general (limpieza de fosas y riberas, saneamiento, desbroce) y se les paga
50 céntimos por hora, no pudiendo salir del cantón sin un permiso de la
Comisaría.

En 1941 recibe la autorización para emigrar a Venezuela, proyecto del que
desiste, a la vez que declina la invitación a alistarse en las Fuerzas
Francesas Libres en el frente de Siria. En septiembre, el Commissariat à la
lutte contre le chômage integra los grupos de trabajadores españoles en el
Groupe ravitailleur régional (Grupo abastecedor regional). El grupo de
Salvador queda establecido en el nº 4 de la calle Belfort, en Toulouse,
bajo el nombre de "Grupo 562 de trabajadores extranjeros". Se le concede
una tarjeta de identidad como trabajador extranjero que no le permite, sin
embargo, la libre circulación por la ciudad sin un permiso (ordre de
mission) renovable cada tres meses. Entre 1943 y 1944 trabaja como miembro
del GTE 562 en los talleres de aviación Breguet (Société Nationale de
Constructions Aéronautiques du Sud-Est, SNCASE). En esos años compagina su
condición de trabajador del GTE con pequeños trabajos por su cuenta, como
el de vigilante de hotel o el de empleado de la imprenta Castellvi, de
Toulouse[4], donde, según el testimonio de su hija, hará documentos de
identidad falsos para judíos y españoles. En 1944 es contratado como
linotipista en La République du Sud-Ouest, periódico que, a partir de 1947,
se convertiría en La Dépêche du Midi. El 25 de septiembre de 1944, un mes
después de la liberación de Toulouse, Salvador es dispensado de su
pertenencia al Grupo 562 de trabajadores extranjeros. Se pone así fin a un
periodo de gran incertidumbre y angustia.

Cabe recordar que, si ya bajo el régimen de Vichy las condiciones de los
españoles eran muy difíciles (trabajos forzados, confinamiento, limitación
de movimientos...), desde noviembre de 1942, con la ocupación de la
Wehrmacht de la parte francesa administrada por Vichy, la situación se
convierte en crítica: En febrero de 1943 se pone en práctica la política de
trabajo obligatorio (STO, Service du Travail Obligatoire) y se procede a la
deportación de miles de españoles dentro de la organización alemana Todt
(que tenía como misión principal la construcción de infraestructuras de
defensa y comunicación) hacia la zona norte para tareas de fortificación y
minado de la costa atlántica. Los refractarios serían deportados al campo
de concentración de Mauthausen y los refugiados republicanos españoles, en
general, serían objeto de una vigilancia reforzada por su probable
colaboración en caso de producirse un desembarco aliado.

Después de la Liberación, Salvador adquiere, de acuerdo con la normativa
que posteriormente establecería la Convención de Ginebra de 1951, el
estatuto de refugiado y apátrida, dependiendo del Ministerio de Asuntos
Exteriores francés. Más tarde, una tarjeta de "residente privilegiado",
renovable a los diez años, le dará una situación civil más estable. En 1961
vuelve a expedírsele pasaporte español, ostentando la nacionalidad española
hasta su fallecimiento, en Toulouse, el 12 de febrero de 1974.

El nacimiento de la Librairie des Editions Espagnoles (L.E.E.)

En agosto de 1946, Josep Salvador se pone en contacto con el Centre
d'Études Cooperatistes[5] con el fin de montar una librería en un amplio
local situado en la planta baja del nº 1 del Boulevard d'Arcole de
Toulouse, proyecto que se concreta el 21 de septiembre con la creación de
una sociedad limitada denominada Librairie des Éditions Espagnoles (LEE),
con un capital de 54.000 francos y formada Louis Solères, Fernand Vargas,
Josep Salvador, Antonio Soriano, y Amadeo Vives[6].

Muy posiblemente la decisión de la constitución de la librería habría sido
una idea que Salvador había concebido con antelación. De hecho, hemos
podido consultar un primer contrato entre Salvador y Louis Solères, con
fecha de 15 de mayo de 1946, en el que Solères aparece como propietario del
fonds de commerce de la librería y Salvador es nombrado "director técnico",
con plenos poderes de decisión y gestión. Salvador aporta a la sociedad
15.000 francos, obtiene un sueldo mensual de 3.000 y tiene derecho al
cincuenta por ciento de los beneficios. A partir de esta fecha y durante
muchos años Solères se mantendrá como gérant de la sociedad, con un pequeño
paquete de acciones, si bien la dirección y gestión seguirán a cargo de
Salvador. Todo parece indicar que el hecho de asociar a una persona de
nacionalidad francesa a la aventura empresarial le daba una mayor
legitimidad ante la posible clientela o ante las autoridades
administrativas locales[7].

Por un recorte de prensa que el propio Salvador conservó y que nos ha
proporcionado su hija, sabemos que la inauguración de la librería fue
reseñada por la prensa local y en él aparecen como "fundadores" el francés
Solères y el español Salvador. La noticia recoge los dos objetivos de la
librería: por una parte, favorecer la difusión de las publicaciones
españolas entre el público francés y, por otra, ayudar a los intelectuales
españoles exiliados mediante la edición de sus obras. Se dice incluso que
"cuando España sea libre, una casa análoga se abrirá más allá de los
Pirineos, lo que contribuirá a un activo intercambio intelectual entre
nuestros dos países."[8]

Es significativa la referencia a la idea de retorno, tan presente entre los
exiliados españoles de esa época. Dicha eventualidad había sido ya
contemplada en el contrato que firmaron Louis Solères y Josep Salvador, en
una cláusula liberatoria, que se aplicaría en caso de retorno de este
último a Barcelona.[9]

Lo cierto es que la empresa nace con una clara voluntad de difusión
cultural. Las hojas con membrete de la librería que se conservan son toda
una declaración de intenciones de los fondos y de la misión de la misma:
"Divulgation de la culture, des sciences et de l'art des pays ibéro-latins.
L'apport des intellectuels français à notre civilisation. Développement des
connaissances historiques, sociales & économiques par les livres. Aide à la
production intellectuelle des écrivains espagnols".

Son igualmente elocuentes las palabras de Salvador en una carta sin fecha
enviada a Soriano, poco después de la marcha de este último a París: "en
Vives és l'únic que ha comprès que LEE és un afer en el qual hi ha una
coincidencia entre les ventatges econòmiques i la satisfacció moral". De lo
que se deduce que, desde el principio, el ideal cultural y humanista
contaba tanto como el objetivo económico de la empresa. Empresa esta que, a
su vez, debió despertar la admiración de mucha gente.[10]

Esta admiración general, junto al posible vacío comercial en la
distribución del libro en español, a la firme voluntad de hacer de LEE una
empresa cultural y, sin duda, al carácter inquieto y emprendedor de sus
fundadores, debió ser acicate para sondear la implantación de una nueva
sucursal. Así, un año después, en septiembre de 1947, la sociedad decide
crear en el nº 48 de la rue Mazarine, en París, una "oficina con
posibilidades de venta al por mayor o al detalle", siendo Soriano la
persona encargada de desarrollar la sucursal.[11]

A partir de la marcha de Soriano a París, se inicia entre los dos socios un
constante intercambio de información comercial, impresiones y confesiones.
Marguerite Salvador-Aflallo conserva toda la correspondencia que, como
librero, recibió su padre de noviembre de 1946 a mayo de 1949, periodo que
marca el inicio de la aventura comercial de la casa LEE en París. En estas
cartas se percibe por igual un primer entusiasmo y una lógica incertidumbre
por la puesta en marcha del negocio.[12]

Soriano recibe el mandato de los socios accionistas de crear y desarrollar
una sucursal de LEE en París y, a partir de ese momento, las asambleas de
la sociedad se suceden anualmente. A la asamblea de enero de 1949, sucede
la de enero de 1950, en la que Vargas cede sus participaciones a Salvador y
a Soriano y se aprueba un incentivo del 5% a éstos, además de los
beneficios que les correspondían por sus acciones. En junio de 1951, se
produce una ampliación de capital de la sociedad (pasa de 54.000 a 200.000
francos) y sus accionistas son cinco: Josep Salvador (43,5 %), Antonio Moré-
Soriano[13] (43 %), Amadeo Vives (4,5 %), Josep Cardona (4,5 %) y Luis
Solères (4,5 %), este último constando como "gerente". En septiembre de
1951, Cardona cede sus acciones a Solères y en la asamblea de septiembre de
1956 Soriano comunica su deseo de que las dos librerías funcionen como
establecimientos independientes.[14]

Durante el verano de 1957, por razones legales, la sociedad procede a un
aumento de capital a razón de cuatro acciones nuevas por una antigua, hasta
llegar al capital exigido de 800.000 francos.[15]

En agosto de 1960, se materializa la escisión de las dos sucursales[16],
posiblemente bajo la fórmula de éclatement de société o scission, mejor que
la de dissolution, menos ventajosa fiscalmente, tal como había expuesto
anteriormente el contable, M. Grandt, en una carta dirigida a Soriano, en
julio de 1957.

Tras dicha separación, las acciones de la librería de Toulouse están
repartidas del siguiente modo: Salvador detenta 264 partes (88%) y Vives 36
(12 %).[17] En diciembre de 1965 se distribuyen las partes de la librería
entre Vives, Salvador, su compañera Georgette Kubler y la hija de ambos,
Marguerite Salvador. En 1970 Vives vende sus acciones y en diciembre de
1972 se disuelve la sociedad y se liquida la librería.

En lo que se refiere a su funcionamiento comercial, desde un principo la
librería recurre a varios canales de recepción de libros. Por una parte,
sigue importando libros de Andorra (de esos primeros años hemos podido
consultar correspondencia y albaranes de la Librería Internacional Josefina
Sánchez, en la localidad andorrana de Escaldes); por otra, se hacen pedidos
directamente a editoriales (muchos ejemplares de la colección Austral a
Espasa-Calpe, obras de Blasco Ibáñez, en gran número, a la editorial
Prometeo de Valencia, Quijotes y Mil mejores poesías a Joaquín Gil
Editores, de Barcelona) o a librerías, como la Librería Lara de Valladolid.


Sabemos también que se intentó, sobre todo desde la sucursal de París,
importar y distribuir publicaciones provenientes de Hispanoamérica, pero
los trámites de aduana, los aranceles y la fluctuación de los cambios
hacían la tarea especialmente difícil de gestionar.

Las vías de suministro no acaban aquí. En esos años de aislamiento
internacional y autarquía en España, los libreros, como difusores de
cultura, sorteaban las limitaciones como mejor podían. Por poner un ejemplo
documentado, sabemos que Salvador inicia una colaboración con Rafael
Tasís[18], dueño de la imprenta-librería barcelonesa Tasís (Rambla
Capuchinos, 33) con quien trueca libros y revistas franceses a cambio de
españoles bajo la apariencia de mutua donación[19]. Cabe decir también que
no sólo se dedicaba la librería al comecio de libro hispánico, sino que
también completaba sus ingresos con la venta de libros franceses y de
artículos de papelería.

Salvador, Soriano y la sucursal de L.E.E. en París

Dada la fama que adquirió la Librairie Espagnole de la rue de la Seine, en
París, fueron muchas las entrevistas que concedió Antonio Soriano a
periodistas y jóvenes estudiosos interesados por su experiencia como
librero exiliado. En alguna de estas entrevistas se pone de manifiesto que
Salvador y Soriano se habían conocido por su común pertenencia al Ateneu
Enciclopèdic Popular durante los años treinta[20] y que es probable que el
primero hubiera ayudado al segundo cuando se refugió en Toulouse, durante
la desbandada que supuso la debacle militar francesa de mayo-junio de 1940.


El propio Soriano cuenta que, una vez refugiado en Toulouse, trabajó en el
mercado de Arnaud Bernard[21], donde también lo hizo Salvador. Y ya
liberada la ciudad de Toulouse, los dos amigos participan o colaboran en la
creación de un Centre d'Études Toulouse Barcelone[22], una especie de
ateneo en el que se realizaban conferencias, con sede en el nº 1 del
Boulevard d'Arcole[23].

El Centro de Estudios Toulouse-Barcelona, antes de su cierre definitivo,
organizó en 1946 un homenaje multitudinario a los españoles supervivientes
de los campos de concentración nazis. Según palabras de Soriano, es en ese
momento cuando los dos amigos deciden crear la librería LEE y para
satisfacer la fuerte demanda local de libros en español, Soriano se
abastece en Andorra, a donde hace "varios viajes por semana" (sic).

En el artículo de Morro Casas, así como en el de Lourdes Toledo, Soriano
acapara todo el protagonismo de las iniciativas emprendidas por la
Librairie des Éditions Espagnoles hasta que, en el verano de 1947, recibe
una carta de la cuñada de Luis Buñuel, Georgette Rucar, en la que le invita
a hacerse cargo de los fondos de una antigua librería cerrada que surtía
de publicaciones españolas a la Sorbona: la librería Sánchez Cuesta, del nº
10 de la rue Gay Lussac, en París. En ese momento, Soriano, suponemos
también que con el acuerdo de su socio Salvador, se instala en el segundo
piso del nº 48 de la rue Mazarine, donde crea oficialmente la sucursal
parisina de la LEE.[24] Allí desarrollará su labor de librero hasta que, en
1950, se instale definitivamente en los locales del nº 72 de la rue de la
Seine.

Aunque los artículos que tratan sobre la vida de Soriano (basados en su
propio testimonio) no vuelvan a mencionar ni a Salvador ni la sede de
Toulouse, las dos librerías forman parte legalmente, hasta 1960, de una
misma sociedad y las ediciones de sello editorial de la LEE siguen
apareciendo con la doble mención de lugar Paris-Toulouse.

Lo cierto es que Josep Salvador tuvo un papel tan activo como el de Soriano
en el proyecto de creación de la librería de París. Podemos acudir
nuevamente a la correspondencia que ambos intercambian desde el momento en
que Soriano se desplaza a París, en el otoño de 1947. En dichas cartas, que
van de noviembre de 1947 a mayo de 1949, Soriano pone a Salvador al
corriente de sus primeras gestiones con la administración francesa, las
aduanas, las librerías, las editoriales, la universidad, los hispanistas…
Los dos amigos se escriben en catalán y el tono de las cartas de Soriano es
siempre afable y cariñoso.

Transciende de ellas la responsabilidad que Salvador tuvo que asumir en
solitario como gestor de la librería de Toulouse, coordinador de todos los
pedidos y envíos a París, encargado de la atención a la clientela local y
supervisor del Boletín Bibliográfico y de las primeras publicaciones que
aparecieron bajo el sello editorial LEE, mientras que Soriano, recién
llegado a París, se ponía en contacto con las librerías y editoriales
parisinas (Garnier, Hispano-Americana de Ediciones, etc.) y sondeaba el
mercado del libro en español. En esos primeros momentos, el Boletín
Bibliográfico le sirve a Soriano de preciosa tarjeta de visita (reparte 100
ejemplares en una conferencia de Jean Cassou y otros tantos en una
exposición de la Bibliothèque Nationale, durante el mes de diciembre de
1947).

En esos meses los dos socios valoran la urgencia de editar una geografía
española (que se publicará en 1950 y tendrá una reedición en 1955). Son
momentos de precariedad, de darse a conocer y de búsqueda de la primera
clientela, ya que la sucursal parisina se encuentra en un piso y no goza de
la suficiente y necesaria visibilidad comercial[25].

Soriano emprende toda una ronda de visitas a los principales hispanistas de
la capital: Jean Babelon (con el fin de conseguir un prefacio de éste para
el libro sobre Goya de Domènec de Bellmunt), Delpy (director del Institut
d'Études Hispaniques), Fouchet y Bouzet (profesores en la misma
institución), Darmangeat (quien ya le ha dado a Soriano el consentimiento
para dirigir la colección de Clásicos Españoles LEE), Pena (Presidente del
Ateneo Hispanista y profesor de español en la École des Hautes Études
Commerciales) y Jobit (autor de Les éducateurs de l'Espagne). Todos ellos,
según palabras de Soriano se muestran interesados por los proyectos de la
naciente librería[26] .

En todo lo que se refiere a los proyectos editoriales, Soriano confía en la
experiencia de Salvador como impresor y especialista en artes gráficas:
intercambia impresiones sobre recientes publicaciones de libros en español,
le conmina a que se encargue de las cubiertas, le traslada los comentarios
de los hispanistas colaboradores... [27]. De todo ello se deduce que
Soriano encarga a Darmangeat la edición literaria de los clásicos para que
luego sea Salvador el que supervise su edición impresa.

Por las mismas fuentes, sabemos que la LEE de París organiza en febrero de
1948 una "Exposición del Libro Español" de tres meses de duración, en un
local cercano a la sede, en el nº 58 de la rue Mazarine. A lo largo de ese
año, la sucursal de París se va asentando pero, al mismo tiempo, rebaja sus
ambiciosas pretensiones[28]. En sus cartas, Soriano sigue pidiendo consejo
a Salvador para todo y se reafirma en la continuidad del trabajo común[29].
En octubre de ese año, Soriano pide ayuda económica a sus socios para hacer
frente a todos los gastos que conlleva la instalación de la librería en su
nuevo local de la rue Mazarine, en el que permanecería hasta 1950, fecha de
su traslado a la sede definitiva del nº 72 de la rue de la Seine.

A partir de este momento, no se conserva y, por lo tanto, no hemos podido
consultar, la posterior correspondencia entre los dos socios.


Labor editorial


Parte de la correspondencia de Salvador a la que hemos podido acceder,
atestigua sus contactos con exiliados que desean ver publicada alguna de
sus obras, cumpliendo uno de los objetivos de LEE: "aide à la production
intellectuelle des écrivains espagnols". La empresa, con los medios
económicos y humanos de la librería, debía, por fuerza, ser selectiva, ya
que la labor editorial exigía de Salvador un considerable trabajo de
preparación y supervisión[30]. Por otra parte, al hecho de que la creación
del sello editorial "LEE" fuera de una de las misiones "morales" de la
librería, se sumaba la obligada calidad que Salvador, como buen
linotipista, exigía en toda producción impresa[31].

Fruto de ese trabajo preparatorio, la LEE publica, en el prolífico año
1947, Tres mesos i un día a Nova York, de Josep Mª Poblet, el estudio Goya
: sa vie, son oeuvre, son temps, son influence, précédé d'un résumé de
l'histoire de la peinture espagnole, de Domènec de Bellmunt, la colección
La Novela Española y sus Boletines Bibliográficos, a los que nos
referiremos en apartados especialmente dedicados a ellos. Ese primer año de
vida de LEE confirma el dinamismo editor de sus fundadores[32].

En el año 1948, se editan, en octavo y rústica, El burlador de Sevilla de
Tirso de Molina, Obras de Garcilaso de la Vega y Don Juan Tenorio de José
Zorrilla. Las tres fueron prologadas por Rodrigo Fonseca y pertenecían a
una colección dirigida por el hispanista Pierre Darmangeat. En 1950 se
publica la primera edición de la Geografía de España de Henri Joan. Hasta
aquí todas las publicaciones de la LEE salen de imprentas de Toulouse, por
lo que suponemos que Salvador se encargaría de supervisar personalmente su
edición.

En 1951, la sucursal de París publica la primera de tres conferencias (Les
conférences du monde hispanique) de unas 30 páginas,[33] que conservan la
mención de edición: "París – Toulouse : Librairie des éditions espagnoles".
En 1953 LEE edita Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, en cartoné y
bellamente ilustrado por Baltasar Lobo[34]. En dicha publicación, impresa
en París, todavía consta la dirección de la rue Mazarine. A partir de ese
año, comprobamos que, al menos en los aspectos de la edición e impresión,
cada sucursal parece tener una cierta autonomía a la hora de llevar a cabo
sus proyectos editoriales.

En 1955, otro año especialmente fructífero, ven la luz una cuidada edición
de El Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, Pedro Salinas et "La voz
a ti debida", de Pierre Darmangeat, así como la Geogafía de España y países
de lengua española y una nueva edición de la Novísima geografía de España y
sus regiones, de Henri Joan. Las dos geografías se imprimen en Toulouse,
mientras que el libro de Darmangeat y El Quijote aparecen en París,
constando en el pie de imprenta del último la dirección de la librería en
el nº 72 de la rue de la Seine.

Con el tiempo, la librería de París se fue convirtiendo en un privilegiado
centro de irradiación de la cultura española con mayor proyección
internacional y la sede de Toulouse siguió suministrando libros a la
colonia española e hispanista de la región tolosana[35]. Podemos pensar que
durante los últimos años cincuenta siguió habiendo una colaboración
editorial[36] entre las dos sucursales pero que dicha colaboración se fue
mitigando y, con el paso de los años, los dos antiguos socios se fueron
distanciando. Nos consta la presencia del sello editorial "Librairie des
éditions espagnoles" por última vez en 1961, consumada ya la separación de
las dos librerías, en la obra de René Durand La poésie d'Andrés Bello,
editado en París. Antonio Soriano siguió editando bajo el nombre de "Club
del Libro Español", "Librairie Espagnole" y, sobre todo, "Librería
Española".

Pero volvamos de nuevo a ese año Cervantes de 1947 y a la dinámica labor
editorial de la librería LEE recién constituida.


L.E.E. Boletín Bibliográfico


En marzo de 1947, seis meses después de su constitución legal, la librería
imprime su primer L.E.E. Boletín Bibliográfico: publicación mensual de la
Librairie des Éditions Espagnoles, "fiel a su propósito inicial,
consecuente en la trayectoria seguida desde su fundación, que no ha sido
otra que la que pudiera mejor servir a estrechar los lazos entre Francia y
España tomando el libro como pretexto". En su presentación, la librería
muestra su voluntad de mantener informados a "los franceses amantes de
España, así como los dados a los estudios hispánicos, o aquellos que
observan con curiosidad, desde los más diversos puntos de vista, lo que
acontece más allá del Pirineo, o los que sencillamente por conocer la
lengua española, prefieren seguir la producción literaria de aquel país, en
el idioma original". Por otra parte, en la misma presentación, se afirma
que "L.E.E. ha pensado también en los millares de españoles emigrados en
Francia, deseosos de leer libros publicados en su lengua madre, o de
conocer aquellos otros que aun no habiendo sido impresos en español tratan
de asuntos españoles, o que son debidos a la pluma de sus
compatriotas"[37].

Sorprende la variedad de la oferta bibliográfica de la sección "Resumen de
catálogos": obras de arte en español o en francés (Picasso, Dalí,
Velázquez, Goya, Valdés Leal, El Greco, Aristide Maillol, el Museo del
Prado, etc.), clásicos (El Cantar del Mío Cid, Mateo Alemán, Balmes, Bretón
de los Herreros, Calderón, Góngora, Estebán González, Moratín, Quevedo, La
Celestina y, cómo no, una gran presencia de libros de Cervantes en español,
en francés y en edición infantil), literatura "contemporánea" en lengua
original o en su versión francesa (Alberti, Azorín, Blasco Ibáñez, Josep
Carner, Joaquín Costa, García Lorca, Machado, Pi y Margall, Valera, Valle
Inclán, Unamuno), Geografía, "España en el libro francés" (obras de Georges
Bataille, Carlos Cardo, Théophile Gautier, Ortega y Gasset, Lucien
Greffier, Arthur Koesler...), libros para la enseñanza del español, libros
infantiles, obras en catalán (Jaume Aiguader, Artís Gener, Domènec de
Bellmunt, Víctor Català, Pompeu Fabra, Verdaguer), autores grecolatinos,
literatura europea en español (Balzac, Dumas, Diderot, Gorki, Hugo, Marx,
Shakespeare, Stendhal, Voltaire) y revistas tanto en español (El Quijote,
L'Espagne Républicaine, Heraldo de España, Mi Revista, Meduse y Cabalgata)
como en catalán (Quaderns, La Nostra Revista y Tramontana).

El Boletín se hace eco en la sección "Noticiario L.E.E." de todas las
noticias culturales que tienen relación con la cultura española: una
exposición bibliográfica en la propia librería sobre "España en el libro
francés", una exposición de arte español en el exilio, organizada en
Toulouse por la sección de cultura del Movimiento Libertario Español,
exposiciones bibliográficas en México o la noticia de la constitución del
Comité commémoratif franco-espagnol du quatrième centenaire de la naissance
de Miguel de Cervantès", un concierto de la pianista Mercedes Bebia en
París, una exposición de arte del Casal Català de Toulouse, la conferencia
"La medicina de los árabes en España", impartida por el profesor Díaz
Sánchez en la Facultad de Medicina de Toulouse, un homenaje de la ciudad
de Foix a Pablo Casals, la celebración de los Jocs Florals de la Llengua
Catalana en Bogotá, etc.

El Boletín nº 2, de abril de 1947, en su editorial, valora como
satisfactorio el número de suscripciones solicitadas, a la vez que recoge
(y eso será una constante durante los escasos seis números de vida de la
publicación) comentarios de felicitación y aliento desde diferentes puntos
de Francia y sus colonias (Marruecos, Argelia). En ese número, la
publicación se define "más que un catálogo de libros en venta, un ensayo de
documentación que se apoya sobre una justa base comercial que cubre los
gastos de edición". Y en él se informa de que "en el futuro, podremos
contar con la colaboración de eminentes figuras de las letras españolas y
francesas que nos han prometido interesantes trabajos".[38] Las páginas del
boletín se duplican (pasan de 8 a 16) y se llenan de críticas de libros de
reciente aparición. Especial presencia tienen las obras de hispanistas
franceses y las versiones de clásicos españoles, así como las publicaciones
de escritores e intelectuales exiliados: Journal d'un expatrié catalan, del
Conde de Güell, Quatre ans à Paris de Victoria Kent...

En sus páginas, se informa de las medidas de censura a la libre publicación
y de la represión cultural del régimen franquista ("Mientras en España se
prohíbe la circulación de libros incluidos en el índice (...) en Francia se
editan nuestros clásicos...", en referencia a la publicación de Calderón,
la dévotion à la croix, de Georges Pillement, publicado en la colección
dirigida por Albert Camus "Poésie et Théatre" de la editorial Charlot).

A partir del nº 2 se incluyen pequeñas notas publicitarias de libros y
revistas y la sección "Avisos Importantes" revela el afán que movía el
trabajo de Salvador y sus socios así como las dificultades que formaban
parte de su modesta labor como libreros. En ella se informa de que uno de
los objetivos de LEE es la centralización de la mayor parte de las
ediciones que la intelectualidad española produce en todos los países, por
lo que se pide a todos los editores, escritores, particulares y
agrupaciones culturales que les hagan conocer sus obras enviándoles una
noticia bibliográfica o un ejemplar de las mismas. También se avisa de que
las novedades editoriales provenientes de América tienen un hueco en la
oferta bibliográfica, si bien las formalidades de cambio y aduana sólo les
autorizan recibir un escaso número de ejemplares de cada obra, por lo que
se invita a reservar los ejemplares con celeridad[39].

En todos los números del Boletín merecen una especial atención las
publicaciones de hispanistas franceses que, a su vez, colaboran con sus
reseñas y artículos en la publicación (entre ellos se hallan hispanistas de
las Universidades de Toulouse como M. Calmette, o de Burdeos, como C. V.
Aubrun.)

En octubre de 1947, el número 5 del Boletín se dedica íntegramente al
cuarto centenario del nacimiento de Miguel de Cervantes. La librería quiere
así contribuir con este número extraordinario (tal como indica el editorial
de la cubierta) a "celebrar la memoria del gran escritor que amó su país y
el mundo entero, con un sentido de la Universalidad que sólo el genio
posee".

Se trata de un alarde tanto en presentación (20 páginas con una treintena
de ilustraciones de Cervantes y del Quijote) como en contenido. Incluye un
artículo sobre las traducciones francesas de Cervantes elaborado por Madame
Kravtchenko, bibliotecaria jefe de la Biblioteca Municipal de Toulouse, un
florilegio de textos de Cervantes representativos de su pensamiento,
artículos sobre Cervantes y Barcelona, El Quijote en Inglaterra, el teatro
de Cervantes, un artículo de J.J. Bertrand, antiguo profesor de la
Universidad de Barcelona, una exposición de portadas de ediciones del
Quijote en diferentes países y lenguas, así como una antología de textos
que reproducen opiniones de intelectuales sobre la figura y la obra del
escritor alcalaíno (Ortega, Madariaga, Azaña, Miquel dels Sants Oliver,
Nicolau d'Olwer, Unamuno, Américo Castro, Navarro y Ledesma, Azorín, Paul
Hazard, Jean Cassou, Víctor Hugo y Augusto d'Halmar). La elaboración de
este monográfico conmemorativo debió requerir especialmente las energías de
Josep Salvador como librero y como impresor. La redacción de los contenidos
estuvo a cargo "de un grupo de intelectuales, amigos de LEE". Y para su
financiación, se debió buscar la colaboración de comerciantes de Toulouse,
la mayoría de origen español, ya que, fuera de paginación, se incluyen ocho
páginas con treinta y tres insertos de publicidad. Es significativo el
hecho de que, por primera vez, figura en la cubierta la doble dirección de
la librería, en Toulouse y en la rue Mazarine de París, y desaparece la
mención "publicación mensual".

Tras el éxito del número dedicado a Cervantes, el sexto y último número
(cuya presentación, ilustración y tipografía han mejorado) se presenta bajo
el título de "La légende de Don Juan". En su texto de cubierta se hace
mención del interés que en la literatura española y en la producción
hispanística ha merecido dicha figura y la librería anuncia que convoca un
concurso de trabajos inéditos sobre la citada leyenda.

Seis fueron, pues, los números del Boletín con el que la Librairie des
Éditions Espagnoles se dio a conocer durante el año 1947. No nos consta que
en el cuarto de siglo siguiente, dicha publicación tuviera continuidad. En
todo caso, respondió a la doble voluntad de dar a conocer la recién creada
librería y difundir las iniciativas editoriales de las que era promotora. A
nosotros, precisamente, nos ha llegado otro ejemplo de ambicioso proyecto
de difusión cultural, contemporáneo del Boletín, esta vez dentro del
terreno del relato corto: la colección "La Novela Española".

La Novela Española

El año de la conmemoración del cuarto centenario del nacimiento de
Cervantes permitió galvanizar diferentes contribuciones literarias
convocadas en un proyecto editorial con voluntad de difusión de autores
clásicos y contemporáneos. Había llegado el momento de poner en práctica un
deseo que desde el primer momento había inspirado a los intelectuales
refugiados en territorio francés.

Tal como indica Martínez Rus[40], ya en los primeros momentos del exilio,
en 1939, nace la idea de mantener viva la cultura española entre la
diáspora, si bien esta labor de difusión cultural, después del largo y
cruento paréntesis de la guerra mundial, no se materializaría hasta que, en
1947, la Librairie des Éditions Espagnoles decidiera la edición mensual de
una pequeña publicación (16 x 12 cm.) de entre 30 y 50 páginas a doble
columna, bajo la dirección de Antonio Fernández Escobés.[41]

El primer número, Rinconete y Cortadillo, de Cervantes, sale a la luz en
marzo de 1947 al precio de 25 francos y en la contracubierta se cita como
colaboradores a Mario Aguilar, Víctor Alba, Domènec de Bellmunt, Juan B.
Bergua, Alfonso Camín, Luis Capdevila, Alejandro Casona, Mercedes
Comaposada, Ezequiel Endériz, Antonio Espina, Ángel Ferrán, Roberto Madrid,
el doctor Félix Martí Ibáñez, Álvaro de Orriols, José María Puyol, Mateo
Santos, Ramón J. Sénder, Arturo Serrano Plaja y Eduardo Zamacois. Este
elenco de colaboradores se mantendría igual durante los dos años de
publicación, incluyendo en el año 1948 los nombres de Francisco Contreras
Pazo, J. García Pradas, Gregorio Oliván y Emmanuel Robles. Cuando, a raíz
de la muerte de Fernández Escobés, Ezequiel Endériz se hace cargo de la
dirección de la colección, en el número 17 (1948), Escobés aparece como
"Fundador" de la misma. El dibujante, a cuyo cargo estarán el diseño de las
cubiertas, las ilustraciones y los retratos de los autores, será, a lo
largo de toda su andadura, Antonio Argüello[42]. El administrador de la
revista fue D. Torres y su sede social tolosana se hallaba en nº 10 de la
rue du Languedoc hasta el número 3, de 1948, en el que la dirección cambia
al 17 de la rue Dieu.

Esta "edición de bolsillo" reproduce un formato que había tenido gran
aceptación desde principios de siglo. El mismo Fernández Escobés había
trabajado profusamente en el formato corto durante los años 20 y 30, en los
suplementos literarios de La Revista Blanca, y muchos de los colaboradores
de La Novela Española habían ayudado a desarrollar este género.[43] En la
colección, junto a Cervantes, Lope de Vega y Quevedo, se publicarán dos
antologías de García Lorca y Machado, poetas considerados mitos
aglutinadores del exilio. El resto del repertorio[44] lo configurarán obras
de los ya fallecidos Unamuno, Gabriel Miró, Eugenio Noel, Joaquín Dicenta o
figuras de la diáspora intelectual como Alejandro Casona, Ramón J. Sénder,
Eduardo Zamacois, Víctor Alba, Félix Martí Ibáñez, Juan Bautista Verruga,
Alfonso Camín o Antonio Zozaya.

La publicación que, como hemos dicho, nació con periodicidad mensual, se
convirtió en bimensual a partir de enero de 1948, gracias al éxito recabado
y a los deseos de sus lectores[45]. En ese momento nace la segunda serie y
el sello editorial "L.E.E." cede su lugar al de "La Novela Española"[46].

La presentación y maquetación de los números de La Novela Española, a pesar
de la modestia del proyecto editorial y del formato de bolsillo, se ven
dotadas del atractivo de las portadas diseñadas e ilustradas por Argüello.
Las cubiertas y contracubiertas posteriores incluyen publicidad a toda
página, destinada al público español exiliado, que da testimonio de la
actividad social y cultural de aquellos años de efervescencia. Así, en las
cubiertas posteriores se promociona la publicación L'Espagne
Républicaine[47] ("Un semanario para todos"), se insta a la adhesión a la
Cruz Roja Española (con sedes en París y Toulouse), se piden donativos
para la Ligue des mutilés et invalides de la guerre d'Espagne (con sede en
París) o se publicitan números atrasados de la propia colección o novedades
editoriales en lengua española[48]. En las contracubiertas posteriores se
hallará información de la Librairie des Éditions Espagnoles, de su boletín
y de algunas de sus publicaciones, así como una selección de opiniones de
lectores que elogian y felicitan a la publicación.

La Novela Española llegará incluso a convocar un concurso literario que,
bajo el nombre de Antonio Zozaya, ofrecerá al ganador un premio de diez mil
francos y la publicación de la novela corta premiada[49]. El ganador fue el
escritor Andrés María del Carpio que concursó con la narración titulada "El
Españolito". La obra, si bien no se podía calificar, según el jurado, de
novela corta, fue considerada como la poseedora de "mejores calidades
literarias y mayor originalidad"[50].

Todo indica que la muerte de Fernández Escobés fue un duro golpe para la
continuidad de la publicación. En el último número publicado (el nº 17, de
1949) se avisa a lectores y suscriptores de que la nueva editorial Mare
Nostrum se hará cargo del envío de los números pendientes de publicación, y
de que, a partir de ese momento, La Novela Española pasaría a constituir
una sección de la revista trimestral de selecciones que dicha editorial iba
a comenzar a publicar bajo el título de Paris-Madrid. No parece que dicha
revista llegara a publicarse.

Los números atrasados de la Novela Española se podrían seguir solicitando
al precio de 50 francos a la nueva dirección de la publicación y en la
Librairie des Éditions Espagnoles, en sus dos sucursales de Toulouse y
París.

Finalizaba así La Novela Española su corta e intensa andadura editorial. La
colección fue un ejemplo de voluntad de divulgación de la cultura literaria
española en el exilio y en ella Josep Salvador estuvo desde el primer
momento implicado prestándole su primer impulso como editor y su
colaboración como librero.


La vida cultural: El Jocs Florals de la Llengua Catalana de 1952


Como hemos visto, finalizada la segunda guerra mundial, se inicia una etapa
que va desde 1945 hasta 1955, de gran efervescencia social, política e
intelectual por parte de los españoles refugiados en Toulouse. Son los años
de la esperanza, de la inminencia del regreso y de la desilusión.

Según cuenta Marguerite Salvador-Aflallo[51], durante esos años en la
librería se organizaron lecturas literarias, teatrales, veladas poéticas,
conferencias, así como los inevitables debates políticos que escenificaban,
ya en un contexto menos violento que el de antaño, las agrias diferencias
entre socialistas, republicanos, comunistas y anarquistas.

Más alla de las reuniones o tertulias políticas, Josep Salvador seguía en
estrecho contacto con la colonia de exiliados, y en especial medida, con
sus paisanos catalanes. El 1 de octubre de 1950, se hace socio de la Llar
de Germanor Catalana[52] y nos consta que es también miembro de la Union de
Catalans Roussillonnais de Toulouse "Les amis du Roussillon".

Gracias a los fondos provenientes de la librería que la hija de Salvador ha
donado recientemente a la biblioteca del Instituto Cervantes de Toulouse,
vemos que hay dos fechas importantes en la actividad cultural de
aquellos años: Una es la conmemoración del cuarto centenario del nacimiento
de Cervantes, en 1947, que se celebra con la publicación de un número
monográfico del Boletín Biblioráfico L.E.E.; otra es la organización de los
"Jocs Florals de la Llengua Catalana", en la que participó activamente
L.E.E., por ser destinataria de todas las composiciones poéticas, teatrales
y en prosa que, provenientes de las comunidades de catalanes de todo el
mundo, participaron en dicho evento.

De hecho, Salvador ya había colaborado con la organización de los Jocs
Florals. En el primer número del Boletín, se había publicitado la
celebración de los juegos florales de Bogotà de 1947. Y una colaboración
más concreta se deduce de una carta de junio de 1948, en la que Pierre
Louis Bertrand y Ferran Canyameres, presidente y secretario de la comisión
organizadora de los Jocs Florals de la Llengua Catalana de ese año en
París, piden a Salvador las direcciones de catalanes de la región y una
posible colaboración económica de LEE para la organización del evento o
para la dotación de los premios.

En esta ocasión, los juegos florales de Toulouse toman el testigo de los
celebrados el año anterior en Nueva York y tienen lugar en el Palais des
Beaux Arts, el 7 de diciembre de 1952. La comisión organizadora tuvo dos
presidentes: el francés Maurice Rouy y el catalán Joan Álvarez de Luna,
antiguo alcalde de Sabadell, siendo M. Galcerán el secretario. El comité de
honor estuvo formado por André Marie, ministro de Educación Nacional;
Raymond Badiou, alcalde de Toulouse; Josep Irla, presidente de la
Generalitat en el exilio. El Jurado debía ser presidido, en un primer
momento, por Jesús María Bellido, médico exiliado y catedrático de la
Universidad de Barcelona, pero la muerte de éste durante el mes de agosto,
hace que la presidencia recaiga en Nicolau d'Olwer.

Lo perentorio de los plazos de presentación y, sobre todo, la gran cantidad
de trabajos presentados (310), provenientes del Rosellón, Cataluña,
Valencia, Mallorca, el Languedoc y de otros lugares de Europa y América,
obligan a aplazar la gala prevista hasta el mes de diciembre. El día 6 de
diciembre, en la víspera de los Juegos Florales, la librería LEE inaugura
una exposición de libros catalanes. Al día siguiente, domingo, un baile de
sardanas, una recepción en la Académie des Jeux Floraux de Toulouse y la
inauguración de un monumento al músico occitano Déodat de Séverac,
completarían los actos de la solemne celebración de los Jocs. Con la Flor
Natural sería premiado el poeta Joan Barat[53]. En las fotos que
conservamos de dicho encuentro poético podemos identificar a Josep Salvador
entre las personas destacadas de la organización.


A modo de epílogo





De manera continua, Salvador compaginará la regencia de la librería con su
profesión de linotipista, empleo al que accederá en 1944, cuando es
contratado por el periódico local de Toulouse, La République du Sud-Ouest,
que en 1947 recobraría el nombre de La Dépêche du Midi. Su profundo
conocimiento de la lengua francesa le permitirá ascender a la categoría de
corrector, trabajando de noche en La Dépêche y haciéndose cargo, por las
tardes, de la librería, hasta su jubilación en 1970, fecha en la que el
diario le otorgaría la medalla al mérito laboral.


La década de los cincuenta, vivida bajo la amenaza de la guerra fría, ve
cómo la esperanza del retorno se desvanece y empieza una nueva etapa de
integración consciente. El ingreso de la España franquista en la
Organización de las Naciones Unidas se materializa en abril de 1955 y en
Francia la guerra de Indochina da paso a la de Argelia.

En 1959 la Federació comarcal de Catalunya organiza un referéndum
confidencial, para sensibilizar a la comunidad de exiliados catalanes, con
vistas a la redacción de una declaración por la independencia. En 1963
Frédéric Rossif estrena Mourir à Madrid, que supone una llamada a la
memoria de un drama que en sólo 24 años corre el peligro de caer demasiado
fácilmente en el olvido. En los años 60 la región de Toulouse recibe nuevos
contingentes provenientes de la Península Ibérica. Esta vez será el turno
de la inmigración económica.

La vida de José Salvador prosigue entre su familia, la librería, su trabajo
en La Dépêche y su pequeño barco de vela, anclado en Sète, hasta que la
enfermedad se lo lleva en febrero de 1974. Sus restos reposan en el
cementerio municipal de Bourg St. Bernard, cerca de Toulouse.

Domènec de Bellmunt le dedicó un bellísimo artículo en la revista mensual
Avui, en julio de 1974, en el que le considera un "maestro linotipista, un
deportista y un buen librero. Su placer como tal consistió en montar una
espléndida sección catalana en la librería, en organizar en Toulouse actos
culturales y en colaborar en todas las actividades catalanas de Toulouse. Y
sin alharacas, discretamente, haciendo patria, sin presumir".[54] Sirva
este artículo de homenaje a su persona y a la labor de difusión de la
cultura que desarrolló entre la comunidad de exiliados de Toulouse.
Bibliografía




-

n - Aisa, Ferran , p. 285 y 301, Una història
de Barcelona, Ateneu Enciclopèdic Popular, 1902-1999, Barcelona: Virus
Editorial, 2000.

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UNED; Toulouse : Université de Toulouse Le Mirail, 1994.

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réfugiés espagnols: La fille de Josep Salvador remet à l'Institut Cervantès
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du Midi ,Toulouse, 16/11/2007.
[Consulta:
23/06/2008].

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En: Avui. Servei d'Informació Català. 27/07/1974.

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En: El exilio republicano español en Toulouse. Alicia Alted, Lucienne
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pp. 173-209.

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cultura del exilio español de 1939 en Francia, Alicia Alted Vigil y Manuel
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- Faulí, Josep. El jocs florals de la llengua catalana a l'exili (1941-
1977). Barcelona: Edicions de l'Abadía de Montserrat, 2002.

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"Fui contrabandista más que librero": Hommage a Antonio Soriano. París:
Oficina Cultural de la Embajada de España, 2007, pp. 69-91.

- Marqués, Salomó. Nuevas aportaciones al exilio de los maestros
republicanos. [en linea]
http://clio.rediris.es/exilio/maestros_republicanos.htm . [Consulta:
23/06/2008].

- Martinez Rus, Ana. Antonio Soriano, una apuesta por la cultura y la
democracia: La Librairie Espagnole. En: Litterae. Cuadernos sobre cultura
escrita, nº 3-4, 2003-2004, pp. 327-348.

- Morro Casas, José Luis. Antonio Soriano: los libros, su vida. En:
Literatura y cultura del exilio español de 1939 en Francia / coord. por
Alicia Alted Vigil, Manuel Aznar Soler, 1998, Madrid : AEMIC (Asociación
para el Estudio de los Exilios Migraciones Ibéricas Contemporáneas : GEXEL
(Grupo de Estudios del Exilio Literario Universitat Autònoma de Barcelona),
1998., pags. 391-404.

- Salvador-Aflallo, Marguerite. Figure de l'exil, (inédito), Toulouse:
[s.n.], 2007. [19] p.


- Sánchez Moreno, Alejandro. El hospital Varsovia, obra social de los
republicanos españoles en Toulouse. Congreso La Guerra Civil Española 1936-
1939. Madrid: Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales [edición
electrónica], 2006. 14p.
http://www.secc.es/media/docs/31_4_ALEJANDRO_SANCHEZ_MORENO.pdf .
[Consulta: 23/06/2008].

- Soriano, Antonio. Éxodos: Historia oral del exilio republicano en Francia
1939-1945. Barcelona: Crítica, 1989.

- Toledo, Lourdes, "Entrevista a Antonio Soriano", Lletres Valencianes,
Revista del Llibre Valencià, València, n.º 5, Tardor 2001, p. 2-7. También
en [Consulta: 23/06/2008].







































INDICE


Josep Salvador, librero del exilio en Toulouse



Introducción 1


Biografía
2


El nacimiento de la Librairie des Editions Espagnoles (L.E.E.)
4


Salvador, Soriano y la sucursal de L.E.E. en París
7


La editorial LEE
10


L.E.E. Boletín Bibliográfico
12


La Novela Española
14


La vida cultural: El Jocs Florals de la Llengua Catalana de 1952
17


A modo de epílogo 19


Bibliografía 21














-----------------------
[1] Bellmunt, Domènec de. "Josep Salvador i Puignau" (Morts a l'exili,
148). En: Avui. Servei d'Informació Català. 27/07/1974.
[2] Salvador-Aflallo, Marguerite. Figure de l'exil. Toulouse: [s.n.], 2007.
19 p.
[3] La condición de profesor de esperanto y ateneísta de Salvador está
documentada en el libro de Ferran Aisa, Una història de Barcelona, Ateneu
Enciclopèdic Popular, 1902-1999, p. 285 y 301, donde afirma que en los
programas de los cursos del AEP hay constancia de la participación de Josep
Salvador en dos secciones: la de Pedagogía y la de Esperanto, coincidiendo
en esta última con insignes esperantistas barceloneses como Joan Amades,
Jaume Grau, Francesc Serinyax, Amparo Labrador y Delfí Dalmau. Salvador
formó parte, pues, durante el curso 1933-1934 de la sección de Esperanto
bajo la presidencia de Dalmau.
Véase también http://antoniosoriano.iespana.es/entrevistasoriano.htm:
"(Antonio Soriano) En 1934, ejerce como bibliotecario del Ateneo
Enciclopédico Popular; en el Centro imparte clases de esperanto, el
profesor D. José Salvador, con quien compartirá importantes actividades
culturales en Toulouse años después. El Ateneo es el lugar donde toma su
primer contacto con la cultura, naciendo su verdadera pasión por la obra
impresa, acrecentada definitivamente por la lectura de la Galaxia
Gutemberg."

[4] La Imprimerie du Sud-Ouest, de los hijos de Josep Castellvi, en el nº 6
de la rue Sainte Ursule, llevará a cabo la impresión de algunas
publicaciones de la librería de Salvador, como Goya de Domènec de Bellmunt
(1947), El burlador de Sevilla (1948), Don Juan Tenorio (1948), y Obras de
Garcilaso de la Vega (1948).
[5] "En el bulevar d'Arcole se había creado una «Escuela Cooperativista» en
la que diversos profesores de universidad realizaban conferencias, y aunque
la asistencia no era muy numerosa, Soriano acudía con la misma convicción
de siempre" (Morro Casas, p. 397).
[6] La constitución de la sociedad se publicó en Les Annonces légales de la
Haute-Garonne del 28 septiembre 1946.
[7] "[Soriano] junto a su amigo José Salvador, funda la Librería de
Ediciones Españolas, ubicada en la rue D'Arcole número 1. No sin problemas,
lograron que un amigo ciudadano francés de origen español, Luis Sureres
(sic), gestor de profesión, se prestara a regentarla." (Morro Casas, p.
399)
[8] El recorte de prensa conservado dice así: "Samedi, a été inaugurée, 1,
boulevard d'Arcole, la librairie d'etudes (sic) espagnoles L. E. E., en
présence de nombreuses personnalités du monde des lettres françaises et
espagnoles. Les fondateurs de cette librairie, un Français, M. Solères, et
un Espagnol, M. Salvador, expliquèrent leur but : favoriser la diffusion
des oeuvres espagnoles parmi le public français ; apporter une aide aux
intellectuels espagnols exilés en leur permettant d'éditer leurs oeuvres.
Quand l'Espagne sera libre, une maison analogue s'ouvrira au delà des
Pyrénées, ce qui contribuera à un actif échange intellectuel entre nos deux
pays."
[9] "Pour le cas où les événements permettraient à Monsieur SALVADOR de
rentrer en Espagne, celui-ci aura la mission de créer et de diriger une
succursale à Barcelone" (Toulouse, 15 de mayo de 1946)
[10] En una carta sin fecha, muy posiblemente de finales de 1947, Salvador
escribe a Soriano: "Jo quedo atònit al veure amb quin interés la gent ens
admira i la nostra empresa es veuria concorreguda amb capitals abundants a
la primera petició nostra."
[11] "Les membres de la société à responsabilité limitée : LIBRAIRIE DES
EDITONS ESPAGNOLES, société constituée par acte sous signatures privées…
ont pris la décision suivante : Pour donner une plus grande extension à la
société, les partis ont décidé de créer a Paris, rue Mazarine, numéro 48
(chez mademoiselle Rucar) un bureau avec possibilité de vente en gros et en
détail. Monsieur MORÉ-SORIANO est chargé d'installer et développer cette
succursale au mieux des intérêts de la société". Annonces légales de la
Haute Garonne, 25 de octubre de 1947.
[12] Más tarde, una auditoría encomendada al abogado Jean Fontaine, que
tuvo como objeto de estudio la gestión de los primeros veintidós meses de
vida de la librería, confirmaría la viabilidad de la empresa.

[13] En las actas de las asambleas generales de la Sociedad L.E.E hasta
1955, aparece el nombre de Antonio Moré-Soriano. A partir de 1956, este
último constará como Antonio Soriano.
[14] En una carta de 29 de junio de 1957, Salvador le dice a Soriano que
tiene presente la necesidad de escisión de las dos librerías, pero ésta
debe hacerse con las garantías necesarias: "En effet, Toulouse assume pour
les deux maisons la responsabilité de signer les bilans et celle de
recevoir les hussiers, et a subi, depuis cinq ans plusieurs saisies… J'ai
donc intérêt que cette scission s'effectue pour ne plus avoir à supporter
toutes les difficultés que Paris a créées à Toulouse en plus d'innombrables
soucis personnels d'ordre moral et matériel. Mais il faut qu'elle se fasse
dans de bonnes conditions."
[15] Así, Salvador es propietario de 348 partes por valor de 348.000
francos, Soriano de 344 partes por valor de 344.000 francos, Solères de 72
partes por valor de 72.000 francos, y Vives de 36 por valor de 36.000
francos.
[16] La escisión se publica en los anuncios legales de la Gazette des
Tribunaux du Midi del 17 de agosto de 1960.
[17] Hemos podido tener acceso, gracias a la amabilidad de Marguerite
Salvador-Aflallo, a las actas de las asambleas generales de la Librairie
des Éditions Espagnoles, celebradas en Toulouse en 1947, 1950, 1951, 1955,
1956, 1960, 1963 y 1965.
[18] Rafel Tasis (Barcelona,1906 – París,1966) fue un escritor y político
catalán. Colaboró en "La Publicitat", "Mirador", "Revista de Catalunya",
"Serra d'Or", etc. Fue secretario general de la juventud de Acció Catalana
y Director General de los Servicios Correccionales de la Generalitat. Como
novelista, fue un cronista literario de la vida barcelonesa: Vint anys
(1931), Sol ponent (1953), És hora de plegar (1956), Abans d'ahir (1956) y,
sobre todo, Tres (Mèxic 1962), espejo de una generación. Publicó también
novela policiaca, estrenó y publicó obras de teatro, y sobresalió en la
divulgación histórica con obras como Episodis de la Història: Històries de
coneguts (París 1945), La vida del rei en Pere III (1954), Joan I, rei,
caçador i músic (1958) i Barcelona. Imatge i història d'una ciutat (1962).
Se exilió en 1939, retornó en 1948 y se convirtió en corresponsal de los
exiliados, a la vez que colaboró asiduamente bajo el pseudónimo de Pere
Bernat o Blanquerna en revistas de México, Francia y Argentina. Fue
librero, impresor y catalizador de iniciativas culturales.
[19] En una carta de 23 de septiembre de 1948, Tasís explica a Salvador que
quiere ampliar su oferta con libros franceses e ingleses porque Bergé ha
desaparecido de la Rambla y la Librería Francesa está muy abandonada.
[20] Toledo, Lourdes. Entrevista a Antonio Soriano.
[21] Morro Casas, José Luis. Antonio Soriano: los libros, su vida. En:
Literatura y cultura del exilio español de 1939 en Francia / coord. por
Alicia Alted Vigil, Manuel Aznar Soler, 1998, Madrid: AEMIC: GEXEL, 1998.,
pags. 391-404.
20 El 12 de octubre de 1944, Salvador se hace socio (el nº 116) del Centre
d'Études Toulouse Barcelone. El carné de socio está firmado por Soriano,
como Secretario General del Centre.
[22] "Soriano, junto a un viejo amigo del Ateneo Enciclopédico Popular,
José Salvador, crearon el Centro de Estudios Económicos Toulouse-Barcelona,
una especie de Ateneo en el que se realizaban conferencias, cuyo éxito fue
tal que la gente casi vivía pendiente de las mismas. Allí hablaron
hispanistas como Cassou, Henri Lefèvre, Bruinstard,... " (Morro Casas, p.
398).
[23] Martínez Rus, Ana, p. 339-340.
[24] Soriano reconoce que es difícil atraer a los refugiados españoles a un
segundo piso, con las "condicions irregulars amb les que hem començat
(manca de visibilitat dels nostres llibres a l'exterior)". Carta de Soriano
a Salvador, 07/12/1947.
[25] "La narració es faria interminable i tots els centres d'ensenyament
d'espanyol, tot el profesorat ha estat vivament interessat per les nostres
coses". Ibidem.
[26] "Totes les edicions en marxa a París (pel moment la sola colecció
"Clásicos españoles LEE") te les faré veure, car jo sé que ningú més que tu
es capaç per a orientar una creació perfecta" (07/12/1947).
Soriano pide a Salvador que tenga en cuenta las cubiertas de los libros,
para que éstas sean de calidad "com una casa capaç de ser comparable a les
millors cases de París i per què no?, d'América... He quedat meravellat de
les il.lustracions que fan en Fontseré i en Grau Sala per algunes
edicions..." (11/12/1947). Un mes después, Soriano opina que "els nostres
llibres seran (pel moment) els millors del mercat a França. No és un
imposible que segons com resulti el primer llibre et pregui que tu hi
aportis la teva tècnica i t'en cuidis de tot a Toulouse. D'aquí vendria el
finançament i digua'm el que tu creguis possible" (20/01/1948)
[27] Soriano informa a Salvador, en una carta de 15 de septiembre de 1948,
de que todos los libreros de París (Didier, Deux Mondes, etc.) reciben
libros de España. En otra carta, de 24 de septiembre, el mismo escribe:
"Amic Salvador, (...) vaig pujar a París completamente desmoralitzat i ara
et faré saber com han evolucionat les coses. Durant l'any passat jo m'he
imposat una tasca per damunt de les nostres possibilitats".

[28] Propone, incluso, que Solères y Salvador hagan un viaje a París, con
la mitad de los gastos cubiertos por él (por Soriano). Si Salvador no puede
con los pedidos, correos, etc , pide que delegue en él. (5/10/1948).

[29] Así, Pedro Pagès (más conocido por su seudónimo, "Víctor Alba") le
pide que le envíe el contrato de edición de su cuento "Sócrates Pérez",
cuyas condiciones ya le ha transmitido el "amigo Escobés". Desde Bayona se
cartea con el escritor almeriense Francisco Contreras Pazo que, si bien no
conseguiría publicar en LEE, sí lo hará en París y, más tarde, en su exilio
uruguayo. Nicolás López, desde Le Cluzeau (Dordoña), le agradece en abril
de 1947 la atención prestada a su manuscrito de poesías, cuya publicación
ha sido, sin embargo, desestimada por el "Comité técnico de lectura".

[30] En septiembre de 1948 Salvador se lamenta, en una carta a Josep María
Poblet, de la poca profesionalidad de su impresor en la composición de las
galeradas de Tres mesos i un dia a Nova York. Afirma que errores del mismo
tipo ya aparecieron en la obra de Domènech de Bellmunt (Le fleuve
ensorcellé) y que no querría que pasara lo mismo: "Car l'editor es té de
fer un nom amb las calitats (sic) literàries, morals i ortogràfiques dels
llibres que porten el seu nom i també amb la fabricació tècnica acurada i
de bon gust de presentació. No cal únicamente mirar el present, cal també
preveure el demà i, amb això suposo que estereu d'acord amb mi. Tant
l'autor com l'editor que no volen tenir en compte aquest principi i
emportats per la barroeria i el delit de fer surtir un llibre, no importa
com; pero el cas és que surti, i depressa, amb tota la impaciencia d'un
infant, s'obstaculitzen el camí per tal que un segon i un tercer llibre
siguin considerats pel públic i agafin crèdit i confiança entre el
lectors"... Si voleu deixar fer els senyors Portes i San José que us surtin
el vostre llibre no importa de quina manera, nosaltres amb sentiment
tindrem que dir-vos, distinguit i volgut amic Poblet, que ens retireu
l'anagrama L.E.E. de la vostra publicació, cosa que ens sabria molt de
greu."
[31] En una carta de 7 de diciembre de 1947, Soriano escribe a Salvador:
"Si som prudents i rapits (sic) a l'acció ens anem a consagrar com la gran
editora de llibres espanyols a França i això t'ho dic sense il.lusionismes"
[32] "Les conférences du monde hispanique" fueron: La lengua y la cultura
de Hispanoamérica (1951) de Ángel Rosenblat, El sentido del Lazarillo de
Tormes (1954) de Marcel Bataillon y El romancismo y el siglo XX (1955) de
Pedro Salinas.
[33] El propio Antonio Soriano reconoció que guardaba esta edición de
Platero y yo "como el mayor tesoro del mundo". Cfr. Lourdes Toledo.
[34] Entre los testimonios de exiliados en el sur de Francia, recogidos en
el trabajo videográfico de Alicia Alted, Benito Bermejo, Pierre Laboire,
Pedro Risco y Gilbert Rigaud, Exils: refugiados españoles en el Mediodía de
Francia, se recoge un comentario que, sin duda, hace referencia, de manera
tácita, al trabajo de Josep Salvador como librero. El exiliado Emilio Valls
cuenta: " Yo estaba en contacto con una librería muy importante que estaba
en Toulouse que el propietario era un refugiado, un catalán. Allí se
editaba todo, de todos los refugiados, allí aprendí a descubrir a Luis
Capdevila, a descubrir a Madariaga, a descubrir a muchos autores catalanes
y españoles que estaban aquí, residiendo aquí o en México o en Brasil,
repartidos por el mundo entero, pero esta librería vendía las obras de
todos esos autores que era, se puede decir, lo mejor que tenía la
República…"
[35] La librería de Soriano seguía imprimiendo en Toulouse algunas de sus
publicaciones. Así, L'homme et le réel dans Antonio Machado (1956) y Jorge
Guillén ou le Cantique émerveillé (1958), ambas de Pierre Darmangeat, Le
docteur Laguna auteur du "Voyage en Turquie" (1958) de Marcel Bataillon, la
famosa versión española de la Historia de España (1959) de Pierre Vilar y
el Panorama actual de la economía española de Manuel Tuñón de Lara,
salieron de la Imprimerie Régionale, sita en el nº 59 de la rue Bayard de
Toulouse.
[36] LEE: Boletín Bibliográfico, Año I, nº 1, marzo 1947.
[37] LEE: Boletín Bibliográfico, Año I, nº 2, abril 1947.
[38] LEE: Boletín Bibliográfico, Año I, nº 3, mayo 1947.
[39] "El primer intento de publicar obras en español en París respondió a
un proyecto del agregado cultural de la Embajada española, Max Aub, y del
presidente del Gobierno de la República, Juan Negrín, para fundar en 1939
una colección literaria de clásicos españoles con la editorial francesa
Gallimard, así como otra de obras sobre la Guerra Civil con el editor Léon
Pierre Quint. (…) La idea de publicar obras y autores españoles fue
retomada en México por la editorial Séneca, vinculada a la Junta de Cultura
Española y dirigida por José Bergamín con fondos del Servicio de Evacuación
para los Refugiados Españoles. El objetivo era mantener viva la cultura
española entre la diáspora y reinvindicar la causa republicana". Martínez
Rus, Ana; p. 336.

[40] Fernández Escobés (¿ - 1948) había colaborado en La Revista Blanca,
publicación quincenal de sociología, ciencias y artes, fundada por Federico
Urales, impresa en Madrid de 1898 a 1905 y en Barcelona de 1923 a 1936.
Concretamente, colaboró en el suplemento El Luchador (1931-1936) y en las
colecciones literarias La novela libre y La novela ideal, todas editadas
por La Revista Blanca. En su segunda época, durante los años 20 y 30,
Fernández Escobés publicó en la colección La novela libre: Yugo, El amor
que ríe y Crisis. En la colección La novela ideal aparecieron, del mismo
autor, los siguientes números: Para que el hijo sea nuestro (nº 84), El
eterno problema (nº 91), ¡No, no; eso no!: romance de una pesadilla (nº
112), Historia de la Cisca (nº 122), La farsa torpe (nº 141), La nobleza y
los pergaminos (nº 149), ¿De quién eres tú? (nº 166), La Psiquis y la carne
(nº 186), Trini la pura (nº 201), El supremo placer de los dioses (nº 222),
La vida puede más (nº 309, 1932), Ruidos de la ciudad (nº 327, 1932),
Moneda falsa (nº 350, 1933) y Los nuestros (nº 502, 1936). De julio de 1937
a enero de 1939 dirigió la revista Umbral, publicada en Valencia y, a
partir de 1938, en Barcelona. Ya en Francia, fue pluma de otras revistas
del exilio como El Heraldo de España (París).

[41] Antonio Argüello (Madrid, 1911 – Toulouse, ca.1989) era dibujante,
humorista gráfico y cartelista. Colaboró durante los años de exilio en la
publicación CNT «Boletín Interior del Movimiento Libertario Español en
Francia», editada en Toulouse, y pintó los grandes murales que decoraron
los mítines de socialistas y anarquistas en esta ciudad a finales de los
años cuarenta. Cfr: Violeta Izquierdo, El arte del exilio republicano
español, en Literatura y cultura del exilio español de 1939 en Francia, p.
41-46, y Raquel Pelta Resano, La mirada ácida: humoristas libertarios
españoles en el semanario CNT de Francia, en Literatura y cultura del
exilio…, p. 453-464.

[42] Dreyfus- Armand, Geneviève. Les cultures de l'exil espagnol en France,
1939-1975: de la sauvegarde de l'identité à l'ouverture. En: Literatura y
cultura del exilio español de 1939 en Francia, Alicia Alted Vigil y Manuel
Aznar Soler (eds.). Madrid: AEMIC: GEXEL, 1998, p. 53.

[43] La Novela Española publicó: Primera Serie (1947): 1 – Rinconete y
Cortadillo de Miguel de Cervantes, 2 – Marieta de Juan B. Verruga, 3 – La
otra de A. Fernández Escobés, 4 – Romancero gitano y otros poemas de
Federico García Lorca, 5 – La canción sin palabras de Félix Martí Ibáñez, 6
– Diálogo sin testigos de Víctor Alba, 7 – Flor de leyendas de Alejandro
Casona, 8 – Nada menos que todo un hombre de Miguel de Unamuno; Segunda
Serie (1948/1949): 1– ¿Para quién te pintas los labios Marilena? de A.
Fernández Escobés, 2 – El hotel de Eduardo Zamacois, 3– Campos y hombres de
España de Antonio Machado, 4 – Arena de Mateo Santos, 5 – Fuenteovejuna de
Lope de Vega, 6 – La muerte falsificada de Víctor Alba, 7 – El allegretto
de la sinfonía VII de Eugenio Noel, 8 – El vado de Ramón J. Sénder; 9 – La
vida del Buscón (libro I) de Francisco de Quevedo, 10 – La vida del Buscón
(libro II) de Francisco de Quevedo, 11 – Geórgica de Javier Valcarce, 12 –
El hijo santo de Gabriel Miró, 13 – Rosa de Natahoyo de Alfonso Camín, 14 –
Galerna de Joaquín Dicenta, 15 – Guingul o El rodar de las almas de José
María Puyol, 16 – El pequeño Edison de Antonio Zozaya y 17 – El cautivo de
Argel de Ezequiel Endériz.

[44] En la p. 31 del nº8 (Nada menos que todo un hombre de Miguel de
Unamuno) de 1947 aparecía la nota:"La Novela Española a la vez que agradece
a sus lectores la predilección que le dispensan, tiene la satisfacción de
anunciarles que, accediendo a la demanda de la mayoría, aparecerá
quincenalmente desde el 1 de enero de 1948", a la vez que se anunciaba la
publicación de obras inéditas de Alfonso Camín, F. Contreras Pazo, Ramón J.
Sénder, Ezequiel Endériz, J. García Pradas, José María Puyol, una antología
de Antonio Machado y la gestión de los derechos para otras antologías
poéticas de Gabriela Mistral y León Felipe.

[45] En el nº 2 de la 2ª serie (El hotel de Eduardo Zamacois), aparece como
editorial Ediciones Franco-Españolas, pero a partir del nº3 hasta el 17
aparece La Novela Española como responsable de la edición.

[46] L'Espagne Républicaine, "hebdomadaire politique et littéraire" fue una
publicación de la Junta Española de Liberación (órgano que reagrupa a todas
las corrientes del exilio a excepción de los comunistas), que nace en
Toulouse, en junio de 1945, y se publica en dicha ciudad hasta 1948, de ahí
que la publicidad sobre ella apareciera sólo a principios de la primera
serie de La Novela Española. Cfr: Dreyfus-Armand, Geneviève. « Les cultures
de l'exil espagnol en France, 1939-1975»

[47] Así en el nº 14 se anuncia la aparición de una Antología gráfica del
exilio, en gran formato, con setenta láminas de Argüello, publicada por La
Novela Española; en el nº 15 se informa de la inminente aparición de Otro
Platero (Poema nostálgico) de F. Contreras Pazo, editado por I.B.E.R.O, y
en el nº 17 se publicita el libro Fiesta en España, de Ezequiel Endériz,
obra con la que Mare Nostrum inicia su andadura editorial.

[48] En la cubierta posterior del nº 12 se lee: "Acontencimiento Literario.
Continuando su obra de divulgación de la cultura española, para
corresponder al favor creciente que recibe de sus numerosos lectores y para
excitar la producción literaria dando a los jóvenes escritores la
oportunidad de darse a conocer, La Novela Española, de acuerdo con un
prestigioso periódico del exilio, estudian las bases de un Concurso
Literario que llevará por título el nombre del insigne escritor, Antonio
Zozaya, rindiendo así un merecido homenaje a esta figura señera del
periodismo y de la literatura española contemporánea". Las bases del
concurso se publicaron en el nº 14 y la fecha de admisión de las obras
acababa el 15 de febrero de 1949.

[49] El fallo del jurado del premio se publica en las páginas 2 y 3 del nº
17 de la colección (El cautivo de Argel, de Ezequiel Endériz). Sus miembros
fueron Aurelio Viñas; César Calderón, Presidente de la Agrupación de
Periodistas Españoles; Francisco Díaz Roncero, redactor jefe de la Sección
Española de la Radiodifusión francesa; Ricardo Gasset, director de
L'Espagne; Antonio Pena, Presidente del Ateneo Hispanista; Antonio Porras,
escritor y, Ezequiel Endériz, director de La Novela Española. El jurado,
según dice la noticia, se reunió en las oficinas de la agencia Ider Press
de París y, tras varias citas, decidió otorgar el premio el día 18 de
agosto de 1949 a Andrés María del Carpio, "escritor español, agudo y
original, muy conocido y apreciado en la vida literaria de París", estando
"seguros de que no es éste el último triunfo que obtendrá".
[50] Salvador-Aflallo, Marguerite. Figure de l'exil. p. 12
[51] "La Llar nació en 1950 como consecuencia de una escisión del Casal
Català, que ocurrió por motivos políticos, pues muchos socios consideraban
que el Casal estaba manipulado por los comunistas. Los de Esquerra
Republicana y Acció Catalana –mucho más que los socialistas, ya que casi no
los había, o los militantes del POUM- deciden entonces separarse y fudan la
Llar. Algunos miembros del Casal como Domènec de Bellmunt, Ana Peris, los
Tresseras, o Enric Bertrán, se van definitivamente por incompatibilidad
ideológica,…" Domergue, Lucienne. Los catalanes exiliados en Toulouse entre
1939-1975. En: El exilio republicano español en Toulouse. Alicia Alted,
Lucienne Domergue (coord.). Madrid: UNED, Presses Universitaires du Mirail,
2003. pp. 173-209.
[52] Faulí, Josep. El jocs florals de la llengua catalana a l'exili (1941-
1977). Barcelona: Edicions de l'Abadía de Montserrat, 2002, p. 69-72.
[53] Bellmunt, Domènec de. "Josep Salvador i Puignau" (Morts a l'exili,
148). En: Avui. Servei d'Informació Català. 27/07/1974.
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