JESUS NO PUDO COMPARECER ANTE CAIFAS Y PILATO

HE LEIDO LA PALABRA DE DIOS.

Mateo, 14: 3-4: Porque Herodes había prendido a Juan, y le había encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; porque Juan le decía: No te es lícito tenerla."
Mateo, 26:57: "Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos."
Mateo, 27:11-14: "Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices. Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió. Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho."
En la reunión de nuestra Sociedad Escéptica Racionalista del pasado viernes 30 de agosto, tratamos el tema de la imposibilidad de la comparecencia de Jesús ante Caifás (Mateo, 26:57-68) y Pilato (Mateo, 27:11-26).
La información histórica que hoy en día tenemos a disposición, no aporta aval alguno para lo dicho por el autor de Mateo, en los capítulos 26 y 27 arriba citados. No es posible que el Jesús de los evangelios haya comparecido ante Caifás, y tampoco que Pilato lo haya enjuiciado. Para nuestro corto análisis, nos apoyaremos en Flavio Josefo, el historiador del siglo I e.c. que con más detalles aborda la historia judía del primer siglo de la era común.
Vitelio, nombrado en el 35 e.c. gobernador de Siria, provincia de la que dependía Judea, destituye a Caifás como sumo sacerdote en la pascua del 36 e.c. (Antigüedades Judaicas, libro XVIII, capitulo IV, sección 3), nombrando a Jonatán (idem), quien duró hasta la pascua del 37 e.c., cuando es sucedido por su hermano Teófilo (Idem, libro V, sección 3).
En el 36 e.c. Vitelio posesiona a Marcellus (Ant. Jud., cap. IV, sección 2) para dar por terminado el mandato de diez años de Poncio Pilato como "prefecto/procurador de Judea" (Herod the Procurator, Richard Carrier).
En la citada obra de Flavio Josefo, en el libro XVIII, cap. 5, sección 2, el autor dice que Juan el bautista es ejecutado por Herodes Antipas, "quien temía que la gran influencia que Juan tenía sobre el pueblo lo impulsara a levantar una rebelión (pues ellos parecían listos para hacer cualquier cosa que él pudiera aconsejar), pensó que era mejor quitarle la vida, para prevenir cualquier travesura que él pudiera causar, y no meterse en dificultades perdonando a un hombre, quien podría hacerlo arrepentir cuando fuera demasiado tarde".
En la misma sección 2 del capítulo 5, Flavio Josefo dice: "Ahora algunos de los judíos pensaban que la destrucción del ejército de Herodes vino de Dios, y eso muy justamente, como un castigo por lo que él hizo contra Juan, que era llamado el bautista, y era un buen hombre, Herodes lo asesinó."
Fuera de nuestro presente interés, este pasaje, lo mismo que el anterior, da un mentís a Mateo, 11:18, quien ofrece un marco escénico de firme base en los antípodas: "Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Demonio tiene." Si Juan tenía gran influencia en el pueblo, y si la destrucción del ejército de Herodes Antipas era vista como castigo de Jehová por la muerte del bautista, "demonio tiene" no es una expresión que el pueblo hubiese usado para describirlo.
El ejército de este Herodes fue hecho añicos en la guerra contra el rey nabateo Aretas IV, la que tuvo lugar antes de la fiesta de pascua del 37 e.c. (Antigüedades Judaicas, libro XVIII, cap. V, sección 3). El evangelio de Mateo ubica la muerte del bautista en esta misma época, aunque hace un esfuerzo por distorsionar la causa por la que Juan es ejecutado por el hijo de Herodes el grande. Mientras este evangelista dice que esto sucedió debido a la petición de Salomé (Mateo, 14:8), la hija de Herodías y Filipo, hermano de Antipas, Josefo dice que el motivo de la muerte del que bautizó a Jesús fue el temor de que "la gran influencia que Juan tenía sobre el pueblo lo impulsara a levantar una rebelión." O sea, Elías (que era Juan, según Jesucristo en Mateo, 11:14, siendo su venida la señal del principio del fin del mundo) sufrió muerte violenta por razones políticas, no por práctica de santidad.
El relato de Mateo, 14:3-4 y siguientes, establece un enlace histórico del que podemos partir: "Porque Herodes había prendido a Juan, y le había encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; porque Juan le decía: No te es lícito tenerla." (Versión Reyna-Valera). Dado que Juan muere por su crítica a la unión de Herodes Antipas con Herodías, su muerte debió acaecer en el 36 e.c., año en que sucede este regio vínculo (Ant. Jud., libro XVIII, cap. V, sección 1).
Si Jesús sufrió martirio después de la muerte de Juan, digamos que unos dos años después, no pudo ser antes del 38 e.c. Si compareció ante el gran Sanedrín, no lo hizo ante Caifás (sumo sacerdote desde el 18 e.c. hasta el 36; Antigüedades Judaicas, libro XVIII, capítulo II, sección 2), sino ante Teófilo, quien presidió la más alta instancia de la ley judía entre el año 37 y el 41 e.c. (Idem, cap. 5, sección 3). Y si el destino del hijo de María fue determinado por el prefecto (o procurador) romano, con toda seguridad el titular no era Pilato, destituido en el 36 e.c., antes de la fiesta de pascua (Idem, cap. IV, secciónes 2 y 3), sino Marcellus, procurador de Judea entre el 36 y el 39 e.c. (Idem,)
Ahora bien, si el desconocido autor del llamado evangelio de Mateo coloca la muerte del bautista después de la unión marital de Herodes Antipas con la esposa de su hermano Filipo, Herodías, hecho acaecido en el año 36 e.c., interesante resulta entonces, lo que él mismo dice en el verso 12 del capítulo 11 de su dudoso escrito: "Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan." (Versión Reyna-Valera).
En nuestro país, Republica Dominicana, en lugar de "desde los días", decimos "desde los tiempos" o época, y esta expresión siempre se refiere a mucho tiempo: "desde los tiempos de Lilís"; "desde los tiempos de Trujillo"; "desde los tiempos de Balaguer", pero este último con menos fuerza por la cercanía temporal, una cercanía que se resuelve en unos cómodos diecisiete años.
Si usamos esta expresión concediéndole solo una carga minimizada de su verdadero alcance, y tomamos 10 como número de años transcurridos, estaríamos en el 46 e.c. En esta fecha, la realidad que toma el juicio de Jesús se desenvuelve en un marco histórico en que todos los actores del tiempo de Pilato, todos sin excepción posible, eran ya parte de la historia.
Lo que hemos analizado aquí es una muestra de los avatares a los que se expone un extranjero, escribiendo de oídas y sin información suficiente sobre una realidad que desconoce. De ser testigo presencial, el autor de Mateo no hubiese cometido un error tan evidente, y de manera distinta, la realidad habría brotado de su estilo en forma natural y objetiva.





Amaury Fernandez Jorge
1 de Setiembre - 2013




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