J. A. Gómez Rendón. \"Miradas desde la Orilla\". En: Ecuador en las páginas de “Le Tour du Monde”. Consejo Nacional de Cultura. Quito: Imprenta Mariscal, pp. 15-58
Descripción
1 Magasine Pittoresque ha sido caracterizada en varias ocasiones como una suerte de “enciclopedia en desorden”, de lo cual da fe, sin ir tan lejos, el índice de contenidos del primer volumen, que incluyen temas sobre arquitectura, escultura, pintura, diseño, música, literatura, historia, administración, costumbres, estadística, historia natural, comercio, astronomía, geografía, y por supuesto, viajes y viajeros.
2 Tomo aquí el concepto de ‘inculcación’ de Bourdieu, en cuanto duración duradera, o sea, un habitus, como producto de la interiorización de los principios de una arbitrariedad cultural capaz de perpetuarse una vez terminada la acción pedagógica y, de este modo, perpetuar en las prácticas los principios de la arbitrariedad interiorizada” (Bourdieu y Passeron 1979: 72).
Viajero en poncho (Joseph Kolberg, Hacia Ecuador, 1881)
3 La estrecha relación entre caminar y pensar fue subrayada norteamericano Georges Santayana en su ensayo Filosofía del Viaje (1912) y ha reaparecido en un ensayo reciente que asocia el caminar – léase, el viajar – con el escribir: “Caminar escribiendo: expansión europea y literatura de viajes” (Lucena Giraldo y Puig Samper 2003).
4 Darío Lara (1996). Gabriel Lafond de Lurcy. Viajero y testigo de la historia Ecuatoriana. Colección Histórica XVI. Quito: Centro de Investigación y Cultura del Banco Central del Ecuador.
5 Jean Pierre Bacot (2005) menciona, por ejemplo, la versión italiana Il Giro del mondo, giornale di viaggi e costumi, publicada en Milán por el mismo Charton y un editor italiano, o la versión española que apareció entre 1861 y 1866 con el título La Vuelta del Mundo, y que más tarde se recogería en el enjundioso volumen de América Pintoresca (1884). Añádase a esto el hecho de que Le Tour du Monde, dada la enorme acogida que tuvo, era editada paralelamente en París, Londres y Leipzig, con un tiraje de 33 mil ejemplares.
Preparativos para el viaje (Joseph Kolberg, Hacia Ecuador, 1881)
6 Un tratamiento compendioso de estos viajeros aparece en la ya mencionada publicación de Gabriel Judde, El Ecuador en el siglo XIX. Historia y Naturaleza desde la visión de los diplomáticos y viajeros franceses (2011).
Panorama de la ciudad y puerto de Guayaquil junto al montículo de la Polverera. (Gaetano Osculati, Esplorazione delle Regioni Equatoriali lungo il Napo ed il Fiume delle Amazzoni, 1854)
7 Según Bourdieu, la hexis que no es otra cosa que las estructuras de la conducta social.
8 Estas cifras provienen de la información que proporciona en su sitio web François Collin, dedicado coleccionista de Le Tour du Monde, que ha tomado a cargo la difícil tarea de realizar un registro de todos los artículos e ilustraciones aparecidos de la primera a la última entrega de la revista, según autores, países visitados y diseñadores. De acuerdo con Collin, el número total de artículos aparecidos durante los 54 años de la revista es de 951, que incluyen 34.710 ilustraciones entre grabados, fotografías, aparte de mapas y croquis, que llegan a 990. Por su enorme utilidad remitimos a dicho sitio al lector que desee tener datos más exactos y una breve reseña de la revista (en francés e inglés). URL: http:// collin.francois.free.fr/. Consultado en marzo 2011.
La Marimba. (fotografía)
La Marimba. (Grabado de Devos según la fotografía)
Balsa en el río Guayas. (Alexander von Humboldt, Vistas de las cordilleras y monumentos de los pueblos indígenas, 1824)
9 Las láminas de este último libro que corresponden a Ecuador han sido recientemente objeto de un bien documentado análisis por parte de Segundo Moreno Yánez y Christiana Borschart de Moreno (2010: 42-70). 10 Al respecto véase, por ejemplo, algunas de las descripciones que sobre los habitantes de la real audiencia ofrece Charles Marie de La Condamine en su Journal du voyage fait par ordre du roi (1751) o en las Noticias secretas de América (1826) de Antonio de Ulloa y Jorge Juan. Un valioso compendio de las imágenes sociales de Quito retratadas por los viajeros en el siglo de la Ilustración es el de Romero (2003), al que remitimos al lector para comparar algunas de sus descripciones con las que ofrecen los relatos de viajes recogidos aquí.
11 Otra veta riquísima de estudio podría ser la comparación de las representaciones literarias y pictóricas que recogen los relatos de Le Tour du Monde con los del arte y la literatura ecuatoriana del diecinueve, donde los estudiosos han encontrado preciInvestigaciones en esta dirección son las de Blanca Muratorio, del Siglo XIX” (1994: 109-96), y más recientemente los artículos de Alexandra Kennedy Troya, “Formas de construir la nación ecuatoriana. Acuarelas de tipos, costumbres y paisajes 18401870” (2005: 25-62), y de Rosemarie Terán Najas, “Facetas de la historia del siglo XIX. A propósito de las estampas y Relaciones de viajeros” (2005: 63-82). 12 Estos son, de norte a sur: Chiles, Imbabura, Cotacachi, Cerro Encantado, Yana-Urcu, Cayambe, Corazón, Cotopaxi y Chimborazo.
13 El primer ascenso a un monte nevado, la montaña Titus, en el noreste de los Estados Unidos, se realizó apenas en 1744. La cima del Mont Blanc en Europa fue conquistada al año siguiente. El alpinismo en Europa nace con Horace-Bénédict de Saussure en la década de 1760. Aunque se ha encontrado que los nativos americanos fueron grandes andinistas – actividad que la practicaban asociada siempre con prácticas propiciatorias a sus dioses, pues en las cordilleras peruanas – los Andes debieron esperar al siglo siguiente para que los europeos conquistaran sus cumbres. De hecho, sólo a partir de Humboldt se difunde el ascensionismo andino en Europa y tienen lugar varios intentos, fallidos todos, de ascender a su cima más emblemática, el Chimborazo, que fue doce cumbres de los Andes septentrionales.
14 Basta leer la “Excursión de Quito a Cayambe” del botánico los, pero también de cosmovisión, con respecto a André, más castellana de este relato apareció en una compilación de relatos de viajeros en la región de Otavalo que el autor preparó hace una década. Véase, Jorge Gómez Rendón, Viajeros en la Región de Otavalo. Colección Otavalo en la Historia, Serie VIII Clásicos de la Bibliografía Otavaleña, Vol. 20, 2002, Otavalo: IOA. 15 Al respecto, el lector puede consultar el estudio de Pere Sunyer Martin, “Humboldt en los Andes de Ecuador. Ciencia ña”, Scripta Nova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Nª 58, 15 de febrero de 2000.
Carlos y Cumandá. “La Reina de los bosques” (Rafael Troya, 1907)
16 Lo que no se debe sino al haber permanecido más tiempo en la sierra del Ecuador del que permaneció en los bosques lluviosos de las estribaciones occidentales. Por el contrario, en su viaje por Colombia, André recorre las selvas de la región suroccidental, en los actuales departamentos del Cauca y Nariño, donde ofrece descripciones que en términos retóricos se acercan mucho a las El Amazonas y las Cordilleras. Véase, por ejemplo,
antes de entrar en nuestro país (Édouard André, Amérique Equinoxiale, 1883: 337-352). 17 Riou fue el ilustrador principal de los siguientes relatos de viajes en América del Sur: Paul Marcoy, Viaje a través de América , 1862-1867 (695 págs., 488 grabados); Jules Crevaux, Viaje a través de Nueva Granada y Venezuela: río Magdalena, Lesseps o Guaviare, Orinoco, Viaje a través de los llanos de Caura 1885, y Viaje a las fuentes del Orinoco 1886-7 (90 págs., 54 grabados). Otras exploraciones francesas ilustradas por Riou incluyen el viaje de Biard a Brasil (1861-2), los viajes de Thouar en busca de los restos de la misión Crevaux (1884), al delta del Pilcomayo (1885), la travesía de Buenos Aires a Sucre en Bolivia (1886), la misión al Chaco (1886-86), de Coudreau a la Guayana francesa (1887-1891) y de Veschuur a las tres Guayanas (1892). Nótese además que el relato de Basurco (1894) abre con un diseño de Riou.
Puente natural sobre el río Osayacu. Diseño de Vignal según boceto del autor.
18 Excepción hecha quizá precisamente del ángulo de visión al que nos referimos anteriormente, que en el caso de Humboldt producía un efecto de alargamiento vertical de los conos nevados, tropo pictórico que en la narrativa humboldtiana sirve de ícono de axis mundi y conexión entre los espacios terrenal y celeste.
Ruinas de la iglesia y del cementerio de Huaca. Diseño de Slom según un boceto de E. André
19 La representación interna de la vivienda se constituye en el espacio privado que sirve como lugar de las escenas domésticas y en tal medida pertenece más a las escenas y los tipos sociales. Desde otro análisis, sin embargo, el espacio interno de la vivienda se genera como ‘rincón’, lugar de la intimidad en la poética espacial bachelardiana. Aun entonces, el ‘rincón’ no llega a ser objeto de la literatura de viajes, por ser ésta una mirada desde la orilla. 20 Estoy pensando en la Gedächtniskirche o Iglesia de la Memoria en Berlín, monumento formado por las ruinas de una iglesia destruida en la segunda guerra mundial, conservada en memoria de sus millones de víctimas; o en la teoría del “valor de las ruinas” de Albert Speer, arquitecto del Tercer Reich, según la cual las construcciones de la Alemania nazi debían realizarse de tal manera que transcurridos miles de años, quedaran de ellas ruinas estéticamente agradables que dieran fe de la grandeza del proyecto hitleriano, a la manera de las ruinas clásicas de Grecia y Roma.
Ruinas de la iglesia de La Compañía en Ibarra. Diseño de H. Clerget según una fotografía.
21 Huaca es una población del Carchi ubicada aproximadamente a 100 kilómetros de Ibarra, lo que nos da una idea del alcance del terremoto.
Ruinas de la catedral de Ibarra. Diseño de Riou según un boceto de André
22 Pratt analiza, por ejemplo, la retórica del sentimiento en el libro de Mungo Park sobre sus viajes africanos, donde “el insufrible – asigna valor a los acontecimientos. La información es textualmente relevante (tiene valor) en la medida que afecta al locutor-viajero y su búsqueda” (Pratt 1997: 142). 23 La obsesión de Charton por exaltar y retratar lo pintoresco tiene como resultado una dramatización no del viaje en estricto sentido, sino de la naturaleza y la sociedad.
24 Véase, por ejemplo, el relato de Frederick Hassaurek, Cuatro Años entre los Ecuatorianos (1997 [1867]) o el de Joseph Kolberg, Hacia el Ecuador (1996 [1897]).
Sendero abierto por la expedición cerca de la sierra de Guacamayo. Diseño de Vignal según un boceto del autor.
Escalera improvisada en una garganta cerca de Baeza. Diseño de Vignal según una fotografía.
25 Por nombrar unos pocos, los sunos y los cotos (pueblos tucanos) o los záparas. Sobre estos últimos, por ejemplo, Trujillo señala que “las redes del caucho operaban básicamente en las riberas del Putumayo, Napo y Curaray [JGR: territorio záparo traTigre, el Conambo y el Pastaza [JGR: también explorados por el
ron como esclavos en las haciendas caucheras en las riberas del Napo y el Curaray” (Trujillo 1998: 460). La denuncia del genocidio de los pueblos amazónicos por la actividad cauchera se difundió tardíamente en los círculos europeos y norteamericanos con la Putumayo, The Devil’s Paradise (1913), y el informe del cónsul británico Roger Casement, The Putumayo Black Book (1910). 26 Entiendo aquí por doxa, siguiendo a Bourdieu, el conjunto de creencias y prácticas sociales consideradas normales en un contexto social, las cuales son aceptadas sin cuestionamientos, de manera que “el orden del mundo tal cual es sea respetado, y más aún, que el orden establecido, con sus relaciones de dominación, se perpetúe de manera tan fácil (aparte de ciertos accidentes históricos) y que las más intolerables condiciones de existencia aparezcan como aceptables e incluso naturales” (Bourdieu 1993, mi traducción). 27 Al respecto véase todo el debate en torno a la naturaleza del hombre americano en la obra de Antonello Gerbi intitulada La Disputa del Nuevo Mundo: historia de una polémica 1750-1900 (1993).
Chalupa bajando por el Samiria. Diseño de Vignal según boceto del autor.
28 No puedo dejar de pensar al escribir estas líneas cuán cerca estamos todavía de este pensamiento, hoy en pleno siglo veintiuno, cuando los últimos representantes de esa alteridad que creemos subhumana sólo tienen sentido en cuanto adornan el mosaico étnico de nuestro país, pero pierden cualquier valor de la Valette cuando escribía trece años después de visitar nuestro país que “en verdad no es en la selva ecuatoriana donde se ha de buscar a los salvajes” (1925: 58).
29 Recordemos que las relaciones interétnicas entre la población indígena de Esmeraldas y la población de origen africano se remontan al naufragio de un barco negrero en 1533 y a la creación del gobierno independiente de Esmeraldas a cargo de Alonso de Illescas y otros sobrevivientes del naufragio, que entablaron estrechos vínculos políticos y alianzas matrimoniales con los aborígenes. Al respecto véase las notas introductorias del autor a la versión castellana del relato de Basurco aparecida en la revista del Consejo Nacional de Cultura (No. 14, 2008). 30 “Yo soy los otros, cualquier hombre es todos los hombres”. Jorge Luis Borges, ‘La forma de la espada’ (Ficciones 1944).
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