\"Ir a tierra de infieles\". Impresiones sobre la cautividad y el martirio en Santa Teresa, el caso de fray Juan de Cordobilla

Share Embed


Descripción

“Ir a tierra de infieles”: impresiones e ideas sobre la cautividad y el martirio en Santa Teresa. El caso de fray Juan de Cordobilla Francisco Javier QUINTANA ÁLVAREZ

I. Introducción. II. Ida a los infieles, cautividad y martirio en los escritos de Santa Teresa. III. Fuentes para la vida de fray Juan de Cordobilla. IV. La ida a los sarracenos. V. Fama posterior de Cordobilla en Gibraltar y la Provincia Bética.

Santa Teresa y el mundo teresiano del Barroco, San Lorenzo del Escorial 2015, pp. 339-358. ISBN: 978-84-15659-31-0

I. INTRODUCCIÓN En la obra de santa Teresa los términos referidos a la cautividad suelen aparecer pocas veces en su sentido literal y generalmente lo hacen en un sentido metafórico, como conceptos místicos referentes a los sentidos, el conocimiento, el alma o la voluntad1. Por el contrario, los mártires y el martirio aparecen siempre como referencia literal a la idea precisa de la muerte violenta a causa de la confesión de la fe entre los enemigos de ésta2, lo que no impide que adquieran connotaciones diferentes según las experiencias concretas que en cada caso y en diferentes momentos nutren la idea. Estas experiencias o impresiones sobre el martirio que santa Teresa recibiría a los largo de su vida y que quedan reflejadas en sus escritos son al menos de tres tipos: la lectura de vidas de santos, los sermones y pláticas de otros religiosos y las noticias sobre personas allegadas que murieron a manos de infieles. Teniendo en cuenta la circunstancia de que se trata de impresiones reelaboradas en el recuerdo y revividas en la acción literaria, intentaremos en estas páginas establecer una relación temporal y causal entre ellas y sus reelaboraciones literarias para luego centrarnos más detalladamente en el caso de fray Juan de Cordobilla. II. IDA A LOS INFIELES, CAUTIVIDAD Y MARTIRIO EN LOS ESCRITOS DE SANTA TERESA Es conocidísima la anécdota que relata santa Teresa en su Vida sobre el intento de escapada en compañía de su hermano Rodrigo a tierra de moros con el fin de encontrar el martirio: Tenía uno casi de mi edad, juntábamos entramos a leer vidas de santos, que era el que yo más quería, aunque a todos gran amor y ellos a mí; como vía los martirios, que por Dios los santos pasaban, parecíame compraba 1

ASTIGARRAGA, L., Concordancias de los escritos de Santa Teresa, Editorial OCD, Roma 2000, vol. I (A-L), p. 449. 2 ASTIGARRAGA, L., Concordancias de los escritos de Santa Teresa, vol. II (M-Z), pp. 1555-1556.

“IR A TIERRA DE INFIELES”: IMPRESIONES E IDEAS SOBRE LA CAUTIVIDAD…

341

muy barato el ir a gozar de Dios, y deseaba yo mucho morir ansí, no por amor que yo entendiese tenerle, sino por gozar tan en breve de los grandes bienes que leía haber en el cielo y juntábame con este mi hermano a tratar que medio habría para esto. Concertábamos irnos a tierras de moros, pidiendo por amor de Dios, para que allá nos descabezasen, [...]3. Aunque se fecha el suceso en 1522, cuando santa Teresa tenía unos 7 años y su hermano Rodrigo tres4 lo que nos interesa es que el recuerdo infantil se produce en la edad madura cuando contaba ya alrededor de los cincuenta años, atendiendo a las fechas de redacción de su Vida, primero en 1562 y en un segundo momento entre 1565 y 15665. El padre Francisco de Ribera la vuelve a contar con más detalle en 1587, apenas cinco años después de la muerte de la santa, quizá en base a informaciones de familiares y nos dice que ella y su hermano llegaron a poner el plan en ejecución, aunque fueron detenidos antes de cumplirlo: [...] no se contentó con solos los deseos, sino començó a tratar luego con su hermano Rodrigo que medio avría para poner por obra aquel deseo, y alcançar luego una muerte gloriosa. En fin lo tornó tan de veras, que tomando alguna cosilla para comer se salió con su hermano de casa de su padre, determinados los dos de yr a tierra de moros donde le costasen las cabeças por Iesu Christo. Y saliendo por la puerta de Adaja, que es el río que pasa por Ávila, se fueron por la puerta adelante hasta que un tío suyo los topó y los bolvió a casa con harto contentode su madre que los hazía buscar por todas partes con mucha tristeza, y con miedo no uviesen caydo en una noria de casa y ahogádose6. Santa Teresa reconoce en su Vida que estas ideas ytravesuras infantiles se debieron a la impresión causada por la lectura de vidas de santos. Las que pudo leer en su infancia y juventud corresponden a los dos tradiciones castellanas impresas derivadas de la traducción medieval de la Leyenda áureade Jacobo 3

TERESA DE JESÚS (OCD), La Vida de la santa madre Teresa de Jesús y algunas de las mercedes que Dios le hizo, escritas por ella misma por mandado de su confesor, en Escritos de Santa Teresa, añadidos e ilustrados por don Vicente de la Fuente, Imprenta de Rivadeneyra 1861-1862, Madrid, Tomo Primero, p. 24. 4 MADRE DE DIOS, E. de la (OCD) y STEGGINK, O. (O Carm), Santa Teresa y su tiempo, Universidad Pontificia, Salamanca 1984, vol. 1, p. 114. 5 FUENTE, V. de la, “Introducción al Libro de su Vida”, en Teresa de Jesús (ocd), Escritos de Santa Teresa, Tomo Primero, pp. 3-4. 6 RIBERA, F. de (S.I.), La vida de la madre Teresa de Jesús, fundadora de las descalças y descalços carmelitas, compuesta por el p. doctor [...] de la Compañía de Jesús, y repartida en cinco libros. En Salamanca: en cassa de Pedro Lasso, 1590, pp. 53-54.

FRANCISCO JAVIER QUINTANA ÁLVAREZ

342

de la Vorágine7, por un lado la llamada Leyenda de los santos, con varias ediciones entre 1499 y 1579, y por otra el llamado Flos sanctorum renacentista atribuido conjuntamente a los padres jerónimos fray Gonzalo de Ocaña (1ª/2 siglo XV) y fray Pedro de la Vega (¿?-1541), que tuvo hasta dieciséis ediciones entre 1516 y 15808. Pero además de la lectura de las vidas de santos, no es difícil imaginar quea los niños Teresa y Rodrigo quedaran impresionados también por los grabados que las ilustraban9. Sin pretender aquí más que plantear una hipótesis que debería comprobarse o rechazarse a partirun estudio metódico y completo de estas ilustraciones, hemos acudido como muestra a la edición toledana de la Leyenda de los santos de 155410, cuyos grabados queremos suponer son los mismos que ilustraron otras ediciones anteriores, como la que pudo haber en el anaquel de don Alonso Sánchez de Cepeda. En ella, encontramos unos tipos iconográficos estereotipados que lejos de representar las circunstancias particulares de cada suplicio y los atributos de cada santo recurren siempre a unas mismas planchas, cuatro en concreto, para mostrarnos a los santos y santas en el inmediato instante anterior o posterior a ser decapitados por la espada de su verdugo ¿Tiene alguna relación esta reiteración estereotipada del martirio a que en el recuerdo infantil de santa Teresa se refiera a éste por antonomasia como descabezamiento? Santa Teresa recuerda esta idea infantil del martirio con un juicio negativo, pues no se debía “por amor que yo entendiese tenerle [a Dios], sino por gozar tan en breve de los grandes bienes que leía haber en el cielo” que pretendía así “comprar muy barato”. Por los mismos años en que redacta por segunda vez su Vida consideraba ya que la finalidad fundamental de la ida a tierra de infieles era la evangelización de éstos y el martirio una posible consecuencia del amor extremo hacía ellos, a imitación del amor que Cristo había mostrado por los que lo crucificaron. Sin embargo, de algún modo debían perviviren la madurez las impresiones provocadas por las lecturas infantiles de vida de santos y libros 7

MOREL-FATIO, A., “Les lectures de Sainte Thérèse”, en Bulletin Hispanique, 10 (1908) 17-6. El estudio sobre estos florilegios pretridentinos ha avanzado bastante desde 1908, para orientarnos en este género hagiográfico hemos acudido a ARGÜÉS ALDAZ, J., “Para el estudio del “Flos Sanctorum Renacentista” (I): la conformación de un género”, en Marc VISTE (ed.), Homenaje a Henri Guerreiro. La hagiografía entre historia y literatura en la España de la Edad Media y del siglo de Oro, Madrid-Frankfurt, Universidad de Navarra-Iberomaricana-Vervuert, 2005, pp. 97-147, y del mismo autor “Los Flores Sanctorum medievales y renacentistas. Brevísimo panorama crítico”, en FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, N. y FERNÁNDEZ FERREIRO, M. (eds.), Literatura medieval y renacentista en España: líneas y pautas, Salamanca, Sociedad de Estudios Medievales y Renacentistas, 2012, pp. 349-361. 9 ETCHEGOYEN, G., L´Amour Divin. Essai sur es sources de Sainte Théreèse, Feret&Fils, Bourdeaux 1923, p. 36. 10 Entre estas, Leyenda de los santos que vulgarmente Flos sanctorum llaman: agora de nuevo corregida y en muchos y diversos passos donde del verdadero entendimiento estaba elongada [...]: nuevamente con figuras adornado. En Toledo: por Iuan Ferrer, 1554. 8

“IR A TIERRA DE INFIELES”: IMPRESIONES E IDEAS SOBRE LA CAUTIVIDAD…

343

de caballería así como las de su representación a través del juego y las travesuras con que ella y su hermano habían pretendido encarnar la experiencia de los mártires y para hacerlas propias. La fuerte carga emotiva y afectiva del recuerdo de estas vivencias junto a su hermano más cercano y querido, no podían ser ajenas a que en la mente de santa Teresa se llegara forjar la peculiar idea de que Rodrigo encontró por fin el martirio en las Indias, donde había partido en buscas de gloria y fortuna como casi todos los hermanos Cepeda de Ahumada, pues murió en defensa de la fe luchando contra los indios idólatras11, así lo refiere la madre María de San José en sus Recreaciones de 158512. Santa Teresa no abandonó nunca el gusto por la lectura de vidas de santos, incluso la recomendaba a sus monjas en las Constituciones de Carmen descalzo13.Por el padre Ribera conocemos las devociones de santa Teresa según un billete que ella misma tenía en su breviario; entre sus santos preferidos encontramos los apóstoles, los padres de la Iglesia, los del Carmelo, fundadores de órdenes religiosas, varias santas fundadoras y escritoras y muchos santos mártires pero pocas santas, excepto santa Úrsula (cuyas once mil acompañantes no cita) : Sus vidas leya de muy buena gana y se consolava y animava mucho con ellas, y en su breviario traya una lista de aquellos a quien tenía más particular devoción, la que la porné aquí por la orden que ella traya escrita, porque sé que avrá quien guste de saber esta particularidad. Nuestro Padre, S. Alberto, S. Cyrilo, todos los santos de nuestra orden, los ángeles y el de mi guarda, los patriarchas, S. Ioseph, S. Mª Magdalena, los Diez Mil mártyres, S. Juan Baptista, S. Juan Evangelista, S. Pedro y S. Pablo, S. Agustín, S.Domingo, S. Gerónymo, el Rey David, S. Francisco, S. Andrés, S. Bartolomé, el S. Iob, S. Gregorio, S. Clara, S. María Egypciaca, 11 Las noticias sobre su muerte son contradictorias; según PÉREZ, J., Teresa de Ávila: Y la España de su tiempo, ed. Algaba, Madrid 2007, p. 32, pasajero a Indias el 3-VIII-1535 se enrola en la expedición de Pedro de Mendoza y muere el 10-VIII-1557 luchando contra los araucanos en Chile. Por su parte, DONOSO, S., “Familia Sánchez de Cepeda: su descendencia en Chile y Ecuador”, en Genealogía Hispana, http://www.euskalnet/laviana_hispana/cepeda2.htm[27/05/2015], apunta que pudo morir en el Río de la Plata en 1537 o que pudo pasar al Paraguay y morir hacia 1543. 12Aunque hay varias ediciones españolas de las Recreaciones, sólo hemos accedido a una reciente edición inglesa: SAN JOSÉ, Mª (OCD), Book forthe Hour of Recreation, introduction and notes by Alison Weber, translation by Amanda Powell, University Chicago Press, 2002, p. 104. Cf. MADRE DE DIOS, E. de la (OCD) y STEGGINK, O. (O Carm), Santa Teresa y su tiempo, vol. 1, p. 125. Pudo comenzar a redactarlas en Sevilla en 1583, cf. MANERO SOROLLA, Mª P., “Diálogos de carmelitas: Libro de Recreaciones de María de San José”, en VILANOVA, A. (coord.), Actas del X Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, Barcelona 21-26 de agosto de 1989, Barcelona 1992, vol. 1, pp. 501-515. 13 MOREL-FATIO, A., “Les lectures de Sainte Thérèse”, p. 22, así aparece en las Constituciones teresianas y en la deposición durante el proceso de beatificación de la madre María de San Francisco en Medina del Campo.

FRANCISCO JAVIER QUINTANA ÁLVAREZ

344

S. Catharina de Sena, S. Estevan, S. Hilarión, S. Sebastián, S. Úrsula, S. Ana, S. Isabel de Ungría. El sancto de la suerte. S. Angelo14. No podemos más que suponer que estas lecturas maduraron con los años y que las impresiones recibidas y las ideas forjadas a parir de ellas no se parecían ya a las de la infancia. Pero a las lecturas, los recuerdos y la noticia de la muerte de su hermano vinieron a sumarse una experiencia nueva, el encuentro con un religioso que manifestaba los mismos anhelos martiriales. Se trata del franciscano descalzo fray Juan de Cordobilla, al que la santa se refiere sin nombrarlo en los Conceptos del Amor de Dios: Y agora en nuestros tiempos conozco yo una persona, y vosotras la vistes, que me vino a ver a mí, que la movía el Señor con tan gran caridad, que le costó hartas lágrimas no poderse ir a trocar por un cautivo. Él lo trató conmigo (era de los descalzos de fray Pedro de Alcántara) y después de muchas importunaciones, recaudó licencia de su general, y estando cuatro leguas de Argel, que iba a cumplir su buen deseo, le llevó el Señor consigo15. Probablemente santa Teresa conocía la vida de san Paulino de Nola, quien en el siglo V se ofreció a ser cautivado y llevado a África por los godos de Alarico a cambio del hijo único de una viuda, por algunas de las traducciones castellanas de los Diálogos de san Gregorio, obra a la que no se refiere en ningún momento pero que no quiere decir que no la hubiera leído ya que tan aficionada y devota era de su autor16. Como decimos, se trataría de una lectura de madurez, nada que ver con aquellas vidas de santos de la infancia. Pero más que el parangón entre el fraile alcantarino y san Paulino nos interesa llamar la atención sobre algunas expresiones con las que santa Teresa se refiere a la entrevista con el franciscano descalzo. Aunque fray Efrén de la Madre de Dios sitúa en el convento de la Encarnación de Ávila hacia 1561, en el contexto de la frecuente 14

RIBERA, La vida de la madre Teresa de Jesús..., p. 425. TERESA DE JESÚS, Conceptos del Amor de Dios sobre algunas palabras de los Cantos de Salomón, en Escritos de Santa Teresa, Vicente de la FUENTE (ed.), Tomo I, p. 397. 16 Los Diálogos del bienaventurado papa sant Gregorio sacados de latín en romance: nuevamente: por el reverendo padre fray Gonçalo de Ocaña prior de nuestra señora de Sisla: de la diocesi de Toledo. En Toledo: por Juan Varela de Salamanca vezino de Sevilla, 1515. Otra en Sevilla: por Juan Cromberguer, 1532, cf. MILLARES CARLO, A., Libros españoles y portugueses del siglo XVI impresos en la península o fuera de ella, Madrid, Real Academia de la Historia, 1977, pp. 177-178. MADRE DE DIOS, E. de la, Santa teresa y su tiempo vol. 1, p. 165, apunta a la edición sevillana de 1532 de los Diálogos como una de las lecturas de santa Teresa, en base al cap, V de su Vida, pero la santa se refiere a la vida de Job de las Morales. Vid. MOREL-FATIO, A., “Les lectures de Sainte Thérèse”, p. 49, y ETCHEGOYEN, L´Amour Divin. Essai sur es sources de Sainte Théreèse, pp. 13-14. 15

“IR A TIERRA DE INFIELES”: IMPRESIONES E IDEAS SOBRE LA CAUTIVIDAD…

345

relación de Santa Teresa con san Pedro de Alcántara17, el “y vosotras la vistes, que me vino a ver a mí” nos sugiere que el encuentro pudiera haberse producido más tarde, ya en el convento de San José pues en éste comenzaron a ser escritos los Conceptos del amor divino entre 1566 y 1567 y la alocución no puede estar dirigida sino a las mismas monjas que fueron testigos del encuentro18. En cualquier caso, es posible que haya que pensar en una relación prolongada en el tiempo entre fray Juan de Cordobilla y santa Teresa y que hubo más de una entrevista. “Él lo trató conmigo” da a entender que el fraile visitaba a quien ya sabía que compartía un mismo interés por la “ida a tierra de moros” y el deseo del martirio. Seguramente las conversaciones con el fraile avivaron aquellos recuerdos infantiles y suscitaron un especial interés en santa Teresa, que debió estar muy pendiente del desarrollo y resultado de la empresa pues sabía que “recaudó licencia de su general, y estando cuatro leguas de Argel, que iba a cumplir su buen deseo, le llevó el Señor consigo”, entendiendo Argel como escenario del cautiverio por antonomasia pues en realidad fray Juan de Cordobilla murió en Gibraltar en 1566. A finales del verano de 1566, el mismo año de la “ida a los sarracenos” de Cordobilla, se produce en el convento de San José de Ávila otro encuentro de santa Teresa con un franciscano que resultará fundamental para el desarrollo de su pensamiento sobre las misiones. Nos referimos al observante fray Alonso de Maldonado Buendía que en este caso no iba sino que venía de tierra de infieles tras estar en México entre 1551 y 1561 y que pretendía presentar ante al Consejo de Indias un memorial denunciando los abusos cometidos por los conquistadores españoles con los indios chichimecas, a los que reducían a esclavitud y confiscaban sus propiedades aduciendo guerra justa por tratarse de idólatras19. Denuncia por cierto que entraba en contradicción con la consideración de mártir que santa Teresa tenía de su hermano Rodrigo, lo que no fue obstáculo para que quedara impresionada con el sermón de Maldonado y la idea de las miles de almas que podían perderse por falta del Evangelio. Obsérvese en el relato que 17

MADRE DE DIOS, E, de la, Tiempo y vida de Santa Teresa, BAC, Madrid 1996, p. 226. Se conocen bien las circunstancias en que fue escrita la obra, en dos momentos distintos, entre 1566-1567 en el convento de San José de Ávila y entre 1574 y 1574 pero su confesor el dominico Diego de Yanguas aterrorizado porque una mujer comentase los Cantares le mandó quemase los manuscritos aunque alguna copia se salvó y fray Jerónimo Gracián de la Medre de Dios los publico en Bruselas en 1611, cf. Efrén de la MADRE DE DIOS, “Introducción” a las Meditaciones sobre el Cantar de los Cantares, en TERESA DE JESUS, Obras Completas, BAC, Madrid 1954, pp. 577-585, y ÁLVAREZ, T. (dir.), Diccionario de Santa Teresa, editorial Monte Carmelo, Burgos 2006, 2ª ed., pp. 158-162. 19 CARRILLO CAZARES, A., Debate sobre la guerra chichimeca, 1531-1585. Derecho y política en Nueva España, Colegio de Michaocán-Colegio de San Luis, Zamora, Michaocán 2000, en concreto el capítulo titulado “Memoriales de fray Alonso Maldonado Buendía (15611562), vol. I, pp. 213-218. 18

346

FRANCISCO JAVIER QUINTANA ÁLVAREZ

hace hacia 1573 en el libro de las Fundaciones sobre aquel encuentro que por encima de la idea del martirio se impone ahora la de la evangelización y aunque ambas siguen asociadas, también otra vez a través de la lectura de vidas de santos, la primera será consecuencia del fin principal de la conversión de las almas y no, como en su pensamiento infantil, un fin en sí mismo. A los cuatro años, me parece era algo más, acertó a venirme a ver un fraile francisco, llamado fray Alonso Maldonado, harto siervo de Dios, y con los mesmos deseos del bien de las almas que yo, y podialos poner por obra, que le tuve yo harta envidia. Este venía de las Indias poco había: comenzóme a contar de los muchos millones de lamas, que allí se perdían por falta de doctrina, e hízonos un sermón y plática animando a la penitencia, y fuese. Yo quedé tan lastimada de la perdición de tantas almas, que no cabía en mí: fuime a una ermita con hartas lágrimas, y clamaba a nuestro Señor, suplicando diese medio como yo pudiese algo, para ganar algún alma para su servicio, pues tantas llevaba el demonio, y que pudiese mi oración algo, ya que yo no era para más. Había gran envidia a los que podían por amor de nuestro Señor emplearse en esto, aunque pasen mil muertes: y ansí me acaece, que cuando en las vidas de los santos leemos, que convirtieron almas, mucha más devoción me hacen y más ternura y más envidia, que todos los martirios que padecen, por ser esta inclinación que nuestro Señor me ha dado, pareciéndome, que precia más un alma, que por nuestra industria y oración le ganásemos, mediante su misericordia, que todos los servicio que le podemos hacer20. Además de la lectura de las vidas de santos y de los encuentros citados con Cordobilla y Maldonado, en los años siguientes las ideas de santa Teresa sobre la “ida a los infieles” debió nutrirse con las impresiones que pudieron causarle los casos de dos personas cercanas. En 1569 el dominico García de Toledo, que había sido su confesor, partiría al Perú y al año siguiente lo hacía su pariente Francisco Pérez Godoy, quien junto a otros cuarenta jesuitas que se dirigían desde Lisboa a Brasil fue acuchillado y lanzado al mar por piratas hugonotes el 15 de junio de aquel año frente a las costas de Tazacorte, en la isla canaria de La Palma, y que, según el testimonio del jesuita Baltasar Álvarez, Teresa vio subir al cielo junto a sus compañeros mártires antes de que la noticia pudiera llegar desde Madeira a la Península21. 20 TERESA DE JESÚS, Libro de las fundaciones de su reformación que hizo en España la gloriosa

virgen santa Teresa de Jesús, en Escritos de Santa Teresa, la FUENTE (ed.), vol. 1, p. 182. 21 Sobre el beato Godoy, PUENTE, L. de la (SJ), Vida del padre Baltasar Álvarez, religioso de la Compañía de Jesús, compuesta por el padre [...], en Madrid: por Luis Sánchez, 1615, pp. 84-86. Sobre la visión de santa Teresa, FERNÁNDEZ DE MENDIOLA, Domingo, “Misiones” en ÁLVAREZ, T. (dir.), Diccionario de Santa Teresa, pp. 1035-1042. También J. ESCALERA, “Pérez

“IR A TIERRA DE INFIELES”: IMPRESIONES E IDEAS SOBRE LA CAUTIVIDAD…

347

Fray Jerónimo Gracián de la Madre de Dios en sus comentarios sobre la Vida de santa Teresa interpretó los impulsos infantiles de Teresa de Cepeda por ir a tierra de moros a buscar el martirio como la premonición de que el Carmen Descalzo no debía limitarse a la vida contemplativa, que debía acudir a las misiones para convertir infieles y la luchar contra la herejía: [...]se determinó la santa niña Teresa a dejar el mundo, y hacía ermitas en el huerto de su padre, como si fueran monasterios; habiendo salido poco antes con un hermano suyo, movidos con decir que hay eternidad, a buscar martirio, por dilatar la fe; [...] De aquí se sigue, que el fin por el que se fundó esta Orden, y el celo con que la madre la fundó, fue para resistir a los herejes y convertir gentiles e infieles [...] rogando a los religiosos, que se ejercitasen en este ministerio como principal vocación22. Como primer provincial de la orden, todavía en los últimos meses de vida de santa Teresa y en los años inmediatos, impulsó las misiones al Congo desde 1582 y en 1585 la “hermandad” con los descalzos carmelitas y franciscanos en la empresa de las conversión de las almas en todo el mundo, a los que exhortó a ir a tierra de infieles y herejes con el Estímulo de la Propagación de la Fe publicado en 158623. Hasta qué punto la obra de Gracián respondía al cumplimiento fiel de los deseos de la fundadora del Carmen descalzo o a su propia idealización de las impresiones recibidas en las conversaciones, confesiones y lecturas con ella es un tema que se nos escapa. El caso es que otros dentro del Carmen teresiano interpretaron lo contrario y decantaron el carisma de la orden hacia la contemplación con la expulsión de fray Jerónimo Gracián de la descalced carmelita en 1592. Curiosamente, su propia experiencia como cautivo en Túnez entre 1593 y 1594 volcó estas inquietudes misioneras hacia los cautivos, a los que por comisión pontificia llevó el jubileo a Tetuán en el año 1600 y a los que dedicó un Tratado de la redempción de captivos24 para concienciar a los cristianos sobre la necesidad de acudir en su auxilio. Godoy, Francisco”, en O´NEILL, Ch. (SJ) y DOMÍNGUEZ, J. Mª (SJ), Diccionario histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico-temático, Universidad Pontifica de Comillas, Madrid 2001, Vol. III p. 3095. Fueron reconocidos mártires de la fe en 1623 y 1742 por Gregorio XV y en 1742 por Benedicto XIV y beatificados por Pío IV en 1854. 22 MADRE DE DIOS, J. G., “Declaración en que se trata de la perfecta vida y virtudes heroicas de la beata madre Teresa de Jesús, y de las fundaciones de sus monasterios”, en V. de la FUENTE en “apéndices a los Escritos de Santa Teresa vol. II, pp. 489-490. 23 FERNÁNDEZ DE MENDIOLA, “Misiones”, en Diccionario de Santa Teresa, pp. 10351042, sigue fundamentalmente a Severino de SANTA TERESA (OCD), Santa Teresa de Jesús por las misiones, 1959. 24 MADRE DE DIOS, J.G., Tratado de la redempción de captivos. En que se cuentan las grandes miserias, que padecen los christianos, que están en poder de los infieles, y quan santa obra sea la de s rescate. Por [...] de la Orden de Nuestra Señora del Carmen, natural de Valladolid, que fue captivo de Mammi Corzo Baxá de Túnez. En Brusselas: en cassa de Juan Momarte, 1609.

FRANCISCO JAVIER QUINTANA ÁLVAREZ

348

III. FUENTES PARA LA VIDA DE FRAY JUAN DE CORDOBILLA La fuente principal para la vida de fray Juan de Cordobilla es del año 1584, solo dos años después de la muerte de santa Teresa, se trata de una Crónica de nuestra Provincia de Sant Joseph25, obra manuscrita que se atribuye a fray Ángel de Badajoz26. El autor pudo conocer personalmente a fray Juan de Cordobilla o a testigos directos de su vida pues en varias ocasiones se refiere a que “casi todo lo vimos y tratamos y son vivos los testigos de quanto diré”27 o “escrivo cosas que (como digo) las vimos y oímos y tocamos con las manos”28. Treinta años después, en 1615 fray Juan de Santa María dio a la imprenta la primera parte de una nueva Chrónica de la provincia de San Joseph de los descalços29que para la vida de Cordobilla, sigue ad litteram la Crónica de 1584 con la particularidad de que santa Teresa había sido beatificada el año anterior y aquí aparece ya identificado como el franciscano alcantarino al que se refería la nueva beata en los Conceptos del amor divino30. Entre estas dos crónicas y con posterioridad a ellas aparecen un buen número de obras en las que se habla de Cordobilla, por lo general sin aportar nada nuevo31.

25

BN, Ms. 1173, Crónica de nuestra Provincia de Sant Joseph de la religión de San Francisco, desde el año de su fundación, hasta el año de ochenta y quatro, recopilada por mandato de nuestro reverendísismo padre fray Francisco de Gonzaga generalissimo [...] de toda la orden. 253 hojas, 22x18 cmts. 26 CASTRO, M. de, Bibliografía de las bibliografías franciscanas españolas e hispanoamericanas, Publicaciones de Archivo Ibero-Americano, Ed. Cisneros, Madrid 1982, cf. ROEST, B., and VAN DER HEJDEN, M., Franciscan Authors, 13th-18th century: a Catalogue in Progress, http://users.bart.nl/~roestb/franciscan/index.htm [15/01/2015]. 27 BN, Ms. 1173, Crónica de nuestra Provincia de Sant Joseph..., fol. 1v. 28 BN, Ms. 1173, Crónica de nuestra Provincia de Sant Joseph..., fol. 2v. 29 SANTA MARÍA, J. de (OFM Disc), Chrónica de la provincia de San Joseph de los descalçosde la Orden de Menores de Nuestro Seráphico Padre San Francisco y de las provincias y custodias descalças que della han salido y son sus hijas, compuesta por fray [...], predicador, padre de la misma provincia. Parte Primera [-Segunda]. Madrid: en la Imprenta Real, 1615 [-1618]. 30 SANTA MARÍA, Chrónica de la provincia de San Joseph... I, pp. 205-206. 31 JIMÉNEZ, J. (OFM Disc), Crónica del beato fray Pasqual Baylón de la Orden del P. S. Francisco, hijo de la Provincia de San Juan Baptista de los frayles descalços del Reyno de Valencia. Por fray [...] custodio de la misma Provincia [...]. Impressa en Valencia junto al Molino de Rovella, 1601, pp. 82-85. De aquí parece tomarla BAREZZI, B. (1560-1543), para Delle Chronice dell´ordine de´Frati Minori, cuya primera edición con varias ediciones y ampliaciones entre 1582 y 1606, manejamos la edición francesa Quatriesme partie des Choniques des Frères Mineurs, diviséean dix livres [...] composée par [...] et [...]traduite en françois par RPF Jean Blancerne. Paris: R-Fouet, 1627, pp. 740-741. PANES, A. (OFM Disc), Chrónica de la provincia de San Juan Bautista, de religiosos menores descalzos de a Regular Observancia de Nuestro Seráphico Padre san Francisco, en Valencia: por Jerónimo Vilagrasa, 1665, vol. I, pp. 60-75. ALCALÁ, M. de (OFM Disc), Chrónica de la santa provincia de San Joseph [...]. Primera Parte [-Segunda]. En Madrid: en la imprenta de Manuel Fernández, 1736 [-1738], I, pp. 453 y II, pp. 127-136.

“IR A TIERRA DE INFIELES”: IMPRESIONES E IDEAS SOBRE LA CAUTIVIDAD…

349

Fray Juan fue un labrador acomodado, natural de Cordobilla, aldea de Mérida, que al enviudar, casó a su hija y entró en el convento de Loriana (Trujillo, Cáceres) junto a un hijo pequeño llamado Francisco, que criado entre frailes profesó en la orden y fue destinado a la provincia de Santiago donde murió con 21 años, ordenado de diácono y fama de santidad32. Fray Juan de Santa María dice que el niño tenía siete años cuando entró en Loriana con su padre y trae su vida entre la de los frailes que murieron en la década que va de 1570 a 157933, una fuente mucho más tardía fecha su muerte 156834. Apurando los cálculos y suponiendo que murió al principio de la década llegaríamos a la conclusión de que nació entre 1548-1550 y que el ingreso en el convento de Loriana junto a su padre se produjo en torno a 1555 ó 1557. Si es así, fray Juan de Cordobilla permanecería entre los franciscanos descalzos alrededor de una década, pues moriría, como ya se ha dicho en 1566. En cualquier caso, parece evidente que la vocación de Juan de Cordobilla se inscribe en el marco de la reforma alcantarina y en los orígenes de la custodia descalza de San José en 1559, provincia sujeta a los franciscanos conventuales desde 1561. Tras su noviciado en Loriana, el lego fray Juan de Cordobilla pasó por los conventos alcantarinos de Nuestra Señora del Rosario en Oropesa (Toledo, fundado en 1557), Arenas de San Pedro (Ávila, 1561) y el de Cadalso de los Vidrios (Madrid, 1562) y en alguno de estos llegó a ser guardián, pero las fuentes no especifican en cual. Cuando se creó la custodia de San Juan Bautista en el reino de Valencia fue enviado como primer guardián al convento de Nuestra Señora de Lorito en Monforte (Alicante), de cuya ermita tomaría posesión en 1561 junto a al padre predicador fray Melchor de Villanueva y al confesor fray Alonso Manzanete35; sabemos además que de sus manos recibió el hábito el primer fraile que profesó tras su noviciado en este convento, fue el 20 de diciembre de 156236. Desgraciadamente, no es habitual que las crónicas se preocupen por establecer una secuencia cronológica de hechos en la vida de les frailes virtuosos y lo que nos presentan son una serie de anécdotas ejemplares que raramente se ubican en un lugar concreto. En el caso de fray Juan de Cordobilla nos muestran un perfecto modelo de fraile descalzo, en obediencia y humildad, ayuno y abstinencia, penitencia y oración. También un perfecto guardián que con la experiencia de quien ha sido padre de familia gobierna a sus frailes a la 32

BN, Ms. 1173, Crónica de nuestra Provincia de Sant Joseph..., fols. 128r-129r. SANTA MARÍA, Chrónica de la provincia de San Joseph...I, pp. 388-391. 34 SAN ANTONIO, J. de (OFM Disc), Chrónica de la santa provincia de San Pablo de más estrecha regular observancia de nuestro seráphico padre san Francisco [...]. Primera Parte. En Madrid: en la imprenta de Santa Cruz, 1728, cf. ALCALÁ, Chrónica de la santa provincia de San Joseph..., II, p. 178. 35 PANES, Chrónica de la provincia de San Juan Bautista... I, p. 35. 36 PANES, Chrónica de la provincia de San Juan Bautista... I, pp. 11-12. 33

FRANCISCO JAVIER QUINTANA ÁLVAREZ

350

vez que los cuida y sirve en el refectorio. Esta perfección logra alcanzarla en permanente lucha con los demonios, que mediante insinuaciones y hasta con violencia física intentan que no pueda cumplir las obligaciones cotidianas más simples, tañer la campana o trabajar en el huerto, y sobre todo desconcertarle en la oración, para lo que llegan jugar un partido de pelota en la iglesia mientras fray Juan está en el coro. El caso es que en la ejemplar vida de fray Juan de Cordobilla, la presencia demoniaca se vuelve también ejemplar a contrario sensu; así, siendo guardián de Lorito fray Juan aleccionaba a sus frailes contándoles como un día antes de entrar al coro vio un demonio siendo azotado por otro de mayor jerarquía que le reprendía por no cumplir con su obligación de tentar a los frailes y que como castigo lo emparedó entre los muros del convento37. IV. LA IDA A LOS SARRACENOS Según sus hagiógrafos, Cordobilla había llegado a tal punto de perfección que no le quedaba más que alcanzar el martirio, “porque el martirio es la obra en que más se muestra la perfección de la caridad” y “el martirio padecido con caridad es el más perfecto entre todos los actos humanos”38. Resuelto a pasar a tierra de infieles para encontrar el tormento y la muerte pidió permiso al provincial39, pero [...] para disimular algo su virtud, le dixo como su deseo erahazer algún servicio a Dios, en beneficio de los infieles y de los fieles, que estavan cautivos, y enseñarles el camino del cielo, porque de su parte no se perdiesen aquellas almas, que tan afectuosamente amava en Iesu Christo, y que para poderse mejor emplear e esto, pensava trocarse por algún esclavo que viesse en peligro de dexar la Fe”40. Por tanto, el verdadero fin era el martirio y la asistencia a los cautivos el medio para alcanzarlo. ¿No merecería esta idea del cronista el mismo juicio que santa Teresa de sus propios deseos infantiles de martirio?: “No por amor que yo entendiese tenerle [a Dios], sino por gozar tan en breve de los grandes bienes que leía haber en el cielo”. El caso es que solo podemos entender este 37

SANTA MARÍA, Chrónica de la provincia de San Joseph... I, p. 198. SANTA MARÍA, Chrónica de la provincia de San Joseph...I, p. 202. 39 SANTA MARÍA, Chrónica de la provincia de San Joseph... I, p. 223. Por muerte del provincial fray Francisco de la Oliva se celebró capítulo en Pentecostés de ese año en el convento de Cadalso, presidido por el comisario general fray Francisco Guzmán, salió electo fray Bartolomé de Santa Ana. Pero según otras noticias estaba celebrando capítulo general de la Observancia en Valladolid, véanse las notas 48 y 57. 40 SANTA MARÍA, Chrónica de la provincia de San Joseph... I, p. 203. 38

“IR A TIERRA DE INFIELES”: IMPRESIONES E IDEAS SOBRE LA CAUTIVIDAD…

351

anhelo de Cordobilla desde de una interpretación radical del espíritu originario de la regla franciscana, propia del movimiento descalzo. El mismo san Francisco mostró interés por ir a tierras del Islam para propagar el evangelio y tras dos intentos frustrados de dirigirse a Siria y a Al-Ándalus, llegó a entrevistarse con el emir en Egipto en 1220, encuentro que los cronistas coetáneos valoraron de diversa forma pero que en la hagiografía franciscana siempre se relacionó estrechamente con el interés de Francisco por la conversión de los infieles y, a ejemplo de Cristo, la búsqueda del martirio como la mayor muestra de amor hacia éstos41. Sería en 1221 a la vuelta de este primer encuentro con los musulmanes cuando introdujo en la Regla el capítulo que dictaba que Cualesquier hermano que quiera ir a entre sarracenos y otros infieles, vaya con licencia de su ministro y siervo. Y el ministro deles licencia y no se oponga, si los ve idóneos para ser enviados, pues tendrá que dar cuenta al Señor, si en esto o en otras cosas precediera sin discernimiento. Y los hermanos que van puede comportarse entre ellos espiritualmente de dos modos. Un modo consiste en que no entablen litigios ni contiendas, sino que estén sometidos a toda humana criatura por Dios y confiesen que son cristianos. El otro modo consiste en que, cuando vean que agrada al Señor, anuncien la palabra de Dios, para que crean en Dios omnipotente, Padre, e Hijo y Espíritu Santo, creador de todas las cosas, y en el Hijo, redentor y salvador, y para que bauticen y hagan cristianos, porque, a menos que uno renazca del agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el Reino de Dios42. Se trata por tanto de vivir bajo la tolerancia de las autoridades y que el ejemplo de vida conmoviera a los infieles a la conversión o de emprender la predicación pública, lo que inmediatamente sería considerado una provocación a dichas autoridades y conllevaría el martirio. En plena época de Cruzada, enfrentamiento bélico entre la Cristiandad y el Islam que se mantenía en el Mediterráneo en el siglo XVI, muchos hermanos menores debieron sentir esa inspiración de Espíritu para ir a los infieles por lo que en los años siguientes el papa Honorio III promulgó varias bulas referente a la evangelización “in regnum Miramolini”, entre éstas se aconsejaba a los que iban a tierra de los sarracenos que no llevasen hábito ni tonsura, que se dejaran la barba, que no vivieran de la limosna sino que manejaran su propio peculio43. Esta debía ser 41 MICÓ, J. (OFM Cap), “La evangelización entre los infieles”, en Selecciones de Franciscanismo, 63 (1992), 329-259; también en Temas básicos de espiritualidad franciscana en [http://www.franciscanos .org/temas/micotemas12.htm], (última visita, 13/05/2015). Regla no bulada de San Francisco [Rnb=1R] [Forma A], en DIRECTORIO FRANCISCANO, Escritos de san Francisco de Asís, www.franciscanos.org/esfa/rnb1.html [20/05/2015]. 43 “Ex parte vestra”, cf. Bullarium Franciscanum Romanorum Prontificum constitutiones, epistolas, ac diplomatae continens tribus ordinibus minorum, clarissarum, et poenitentium

352

FRANCISCO JAVIER QUINTANA ÁLVAREZ

la forma en que Cordobilla pretendería vivir entre los infieles y cautivos y llegado el momento, emprendería la predicación pública pues “con este deseo se dio de apreender vocablos arávigos y aprendió tantos en tan poco tiempo que parecía cosa increíble, mayormente de un hombre simple y sin letras”44. Sin embargo, como el provincial no consideró idóneo a Cordobilla y le denegó licencia para ir a tierra de infieles, fray Juan decidió ir en busca del comisario general fray Francisco Guzmán “y hallolo que estava teniendo capítulo a la Provincia de Andalucía”45. Fray Francisco Guzmán, que como fray Juan de Cordobilla era extremeño, de Feria en Badajoz, hijo de la provincia de San Miguel, había sido guardián del convento de Cáceres, provincial entre 1554 y 1557 y comisario general de la familia franciscana ultramontana en dos ocasiones; la primera entre 1554 y 156046 y la segunda desde el capítulo general de Valladolid celebrado en Pentecostés del año 156647. Esta última parece la fecha más acomodada a la cronología de la vida de nuestro fray Juan de Cordobilla, por lo que ese capítulo andaluz debió celebrarse poco después de mayo-junio de 156648. El caso es que Cordobilla llegó tarde, por lo que tuvo que seguir al comisario hasta Escalona. La primera reacción de fray Francisco Guzmán fue reprender públicamente a Cordobilla. El comisario conocía muy de cerca a los descalzos, siendo procurador general en 1561 había negociado sin éxito con el propio san Pedro de Alcántara su sujeción de la provincia de San José a la Observancia. Los descalzos se habían integrado en la Observancia en 1563, después de la muerte de san Pedro, pero fueron vistos con recelo, se consideraba que su modo de vida era un “esfuerzo innecesario carente de credibilidad y perjudicial para la unidad de la orden e hicieron serios esfuerzos para neutralizarlos”49. Como fuera, Guzmán consideró finalmente idóneo a Cordobilla para ir a vivir entre los infieles y predicar el Evangelio y le otorgó licencia para ir a Berbería. PatriarchaSancto Francisco institutis concessa ab alliorum exordio ad nostra usque tempora [...] studio et labore frater Joannis Hyacinthi Sbaraleae [...] Tomus I, ab Honorio III ad Innocentium IIII. Romae, typis Sacrae Congregationis de Propaganda Fide, 1759, pp. 25-26: 44BN, Ms. 1173, Crónica de nuestra Provincia de Sant Joseph..., f. 135r. 45 BN, Ms. 1173, Crónica de nuestra Provincia de Sant Joseph..., f. 136r. 46ABAD PÉREZ, A. (OFM), “Extremeños en la Comisaría General de Indias de Madrid”, en Coloquios Históricos de Extremadura, 1977 en http://www.chdetrujillo.com [25/05/2015]. 47 SALAZAR, P. de (OFM), Crónica y historia de la fundación y progresos de la Provincia de Castilla, de la orden del bienaventurado padre san Francisco, compuesta por el padre [...]. En Madrid: en la Imprenta Real, 1612, p. 89. 48 Sin embargo, la noticia no casan bien con las que encontramos en otras crónicas. El provincial que salió de ese capítulo debió ser fray Juan Navarro, guardián del convento Casa Grande de Sevilla, que parece ya era provincial en marzo de 1566 cuando acude a la fundación del convento de Cádiz, véanse notas 39 y 57. 49 CASTRO Y CASTRO, M. (OFM), “Supresión de los franciscanos conventuales en la España de Felipe II”, Archivo Ibero-Americano 42 (1982) 245-251 y 256-257.

“IR A TIERRA DE INFIELES”: IMPRESIONES E IDEAS SOBRE LA CAUTIVIDAD…

353

Se trasladó entonces a Sevilla, “aprestado su viage, y esperando ocasión para embarcarse”50. No se trataba simplemente de buscar un puerto cercano a Berbería, sino una vez conseguida la licencia del comisario general, Cordobilla debía ponerse ahora bajo la autoridad del guardián del convento de San Francisco de Sevilla, quien al menos desde 1532 actuaba como una especie de vicecomisario de las misiones en ultramar, especialmente las americanas, con facultades para negociar despachos, licencias, embarques, avituallamientos51. El caso de Cordobilla debía parecer de poca monta en el contexto del gran esfuerzo logístico, administrativo y económico que desde el convento debían realizar para proveer las necesidades de los entre cien y doscientos misioneros con destino a la decena de provincias que desde principios de siglo los franciscanos tenía allí de las diecisiete que llegarían a tener en aquel siglo52. El caso es que Sevilla no fue bien tratado por los frailes, que [...] para provar su paciencia le dieron muchas reprehensiones, y dixeron grandes injurias y dio el tal muestra della, que se quedaron confusos y admirados, díxoles algunas cossas de Dios con tanto ardor de espíritu, que muchos dellos afirmaron después que le havían visto fuego por la boca quando las decía53. Parece que lo que se juzgaba por parte de los frailes sevillanos seguía siendo el tema de la idoneidad y de discernir los motivos de sus deseos de ir a Berbería, si por inspiración del Espíritu Santo o si por motivos espurios. Existía además le temor y la sospecha que muchos de los que se instalaba entre los musulmanes terminaban renegando54. Para despejar cualquier duda a los lectores, los cronistas ofrecen bastantes pruebas de la inspiración del Espíritu que animaba las acciones de Cordobilla; así, “dezía algunas cosas de Dios con tanto fervor de espíritu , que unos quedaban confusos, otros admirados”, “muchos afirmaron le avían visto, quando hablava, salir centellas por la boca”, “vieron los frayles en él cosas maravillosas” y en su celda por la noche, a pesar de no tener lumbre, vieron que “salía tal gran resplandor que parecía estar dentro toda la esfera del fuego”55. El caso es, que frente las ingentes complicaciones logísticas que tenían que afrontarse desde el convento sevillano para proveer de hombres y materiales 50

SANTA MARÍA, Chrónica de la provincia de San Joseph... I, p. 204. ABAD PÉREZ, A., “Extremeños en la Comisaría General de Indias de Madrid”... 52 Ibidem 53 BN, Ms. 1173, Crónica de nuestra Provincia de Sant Joseph..., fol. 136r. 54 SANTA MARÍA, Chrónica de la provincia de San Joseph de los descalços..., I, p. 204. 55 SANTA MARÍA, Chrónica de la provincia de San Joseph de los descalços..., I, pp. 204-205. 51

FRANCISCO JAVIER QUINTANA ÁLVAREZ

354

a las misiones americanas, la limitación de la misión del lego descalzo fray Juan de Cordobilla parecería cuanto menos un caso extravagante, individualista. Del alcance material de la misión de Cordobilla de idea su humilde bagaje: Cargó de muchas cosas de que le parecía que podrían estar necesitados los miserables captivos, que la Charidad le avía ado por hijos, como son vestidos, medicinas, agujas, dedales, alesnas, quentas benditas y cartillas para la doctrina, con otras muchas jarcias deste jaez; llevava la palabra de muchos señores del Reyno que ayudarían para el rescate de los captivos que él avisasse que quería rescatar por estar empeligo o cossa semejante56. Del convento de Sevilla pasó al de Cádiz. Este dato es muy interesante ya que el convento de San Francisco de Cádiz había comenzado a labrarse el 25 de marzo de 1566 después de que el provincial fray Juan Navarro obtuviera la licencia del obispo García de Haro57. Por una parte prueba que la cronología de fray Juan de Santa María está más ajustada que la de fray Ángel de Badajoz. Por otra parte, nos preguntamos si nuestro fraile pasó a Cádiz precisamente con motivo de la nueva fundación en compañía, o quizá bajo observación, del provincial Navarro ya que éste eligió este nuevo convento como su residencia permanente hasta poco antes de su muerte en 1590 en que se trasladó al de Jerez58. Como fuera, desde Cádiz se trasladó a Gibraltar porque “dixeronle que allí estava más cerca de las tierras de infieles, y hallaría más presto ocasión de embarcarse para allá”59. El autor de la Crónica de 1584 cuenta que no era voluntad de Dios que fray Juan de Cordobilla pasara a tierra de infieles así que, embarcado ya y en medio de la travesía, enfermó de unas calenturas al tiempo que a la nave tuvo que volverse a puerto a causa del temporal y “volvieron al puerto y el siervo de Dios se fue a curar en la ciudad de Gibraltar a [...] el convento de nuestro padre san Francisco, a donde recibidos los sacramentos descansó en el Señor, recibiendo el premio de tanto como se havía cansado y trabajado por su amor. Y no se puede creer sino que también lo recibió del martirio, pues su coraçón y su cuerpo estavan tan dispuestos a ello, que por los tormentos quedó y no por él, o por mejor decir, quedópor la voluntad de Dios, que satisfecha de la de su siervo se 56

BN, Ms. 1173, Crónica de nuestra Provincia de Sant Joseph..., fols. 136v-137r. HOROZCO, A. de, Historia de la ciudad de Cádiz compuesta por [...]. La publica el Excmo. Ayuntamiento de Cádiz [...]: en la Imprenta de don Manuel Bosch, 1845, pp. 258-260. Se compuso esta Historia en 1598 pero se mantuvo manuscrita hasta esta primera edición. Sobre nuestras dudas sobre el capítulo provincial en que salió electo fray Juan Navarro véanse las notas 39 y 48, 58Ut supra 59 SANTA MARÍA, Chrónica de la provincia de San Joseph de los descalços..., I, p. 205. 57

“IR A TIERRA DE INFIELES”: IMPRESIONES E IDEAS SOBRE LA CAUTIVIDAD…

355

contentó con los trabajos pasado, para darle tan aventajado premio como deve tener en el cielo. Falleció año de mil y quinientos y sesenta y cinco y está sepultado en San Francisco de Gibraltar.”60 Más ajustada nos parece la fecha que da fray Juan de Santa María: “Renunció en manos del guardián todo lo que llevaba a su cargo; pidiole por amor de Dios, le concediesse un hábito para enterrarse. [...]. El año de mil y quinientos sesenta y seis fue el postrero de su visa y el primero de su descanso y gloria61. V. FAMA POSTERIOR DE CORDOBILLA EN GIBRALTAR Y LA PROVINCIA BÉTICA Aunque la hagiografía de Cordobilla ocupo un lugar destacable en la tradición literaria de las crónicas de los franciscanos descalzos, fuera de los límites de las provincias descalzas y de la erudición teresiana no parece haber levantado ningún interés. Fray Ángel de Badajoz se queja de que nadie se haya dirigido a Cádiz a inquirir sobre las circunstancias de su muerte62 y fray Juan de Santa María de que desde la provincia de Andalucía nadie diera noticia de la santidad de Cordobilla tras su paso por Sevilla, Cádiz y Gibraltar63. Lo más seguro es que en Gibraltar Cordobilla no suscitara ningún especial interés ni en el momento de su embarque hacia Berbería ni en el de su muerte y sepultura en el convento de San Francisco. En la primera década del siglo siguiente nadie lo recordaba, como se colige por lo que cuenta el jurado don Alonso Hernández del Portillo en la Historia de Gibraltar que compuso hacia 1607, que cuando preguntó los frailes de San Francisco sobre la historia del convento, nadie pudo decirle cosas relativas a cuarenta años antes64, lo que nos sitúa justo en la época de la muerte de Cordobilla. Pero esta situación cambiaría tres décadas después, cuando Artur du Munstier (1586-1662), un clérigo normando nacido en la diócesis de Ruan incluyera a Juan de Cordobilla y a su hijo Francisco en el Martyrologium franciscanum que publicó en París en 1638 y que firma en condición de fraile recoleto de la provincia de San Dionisio65. Du Munstier no 60

BN, Ms. 1173, Crónica de nuestra Provincia de Sant Joseph..., fols. 136v-137r. MARÍA, Chrónica de la provincia de San Joseph de los descalços..., I, p. 205. “Cordobilla, Alonso de” en ÁLVAREZ (dir.), Diccionario de Santa Teresa, p. 829, troca el nombre de Juan por Alonso, trae literalmente la referencia de los Cometarios yfecha su muerte en Gibraltar el 28 de octubre de 1566, sin citar fuentes. 62 BN, Ms. 1173, Crónica de nuestra Provincia de Sant Joseph..., fol. 125v. 63 SANTA MARÍA, Chrónica de la provincia de San Joseph de los descalços..., I, pp. 204-5. 64 BN, Ms. 5579; HERNÁNDEZ DEL PORTILLO, A., Historia de la muy noble y más leal ciudad de Gibraltar, fol. 105r. 65 MONSTIER, A. du (OFM), Martyrologium franciscanum, in quo sancti, beati, aliique servi Dei, martyres, pontifices, confessores, acvirgines, quitum vitae sanctitate, tum miraculorum 61SANTA

356

FRANCISCO JAVIER QUINTANA ÁLVAREZ

fue muy riguroso a la hora de componer su Martyrologium pues catalogó como siervo de Dios, venerable o beato a cualquier fraile que apareciera como tal en las crónicas franciscanas aparecidas en cada rama o provincia de la orden seráfica a lo largo del siglo XVI y primeras décadas del XVII sin atender a las disposiciones dadas por Urbano VIII entre 1625 y 1634 respecto a la prohibición de considerar, llamar o representar para el culto público como beatos, santos o mártires a aquellos que no hubieran sido declarados como tales en un proceso canónico en su diócesis y en Roma, excepto en aquellos casos que pudiera demostrarse un culto inmemorial de más de cien años, lo que no era el caso de Cordobilla, ni por tiempo ni por popularidad. El analista Lucas Waddingo advertía sobre el Martyrologium de Du Musntier, que no todos los que traía a título de beatos lo era nique podían tomarse con fiabilidad las fechas de fallecimiento que daba66. El caso es que la inclusión de fray Juan de Cordobilla en el Martyrologium tuvo el efecto de difundir su relación con Gibraltar y que el interés hagiográfico por este fraile descalzo superara las páginas de las crónicas de su propia provincia para pasar a la de los observantes de Andalucía y convertirse en un tópico más en la escasa literatura franciscana sobre convento calpense. Así, ocho años después, en 1646, fray Alejo de Carvajal (1602-1666), natural de Gibraltar y conventual en San Francisco de Sevilla67, compuso una Memoria de las cosas notables que ay que advertir que no están en el Chrónicon en los conventos de nuestro padre San Francisco y Santa Clara de Gibraltar, brevísima obra que le ocupó un solo folio, firmada en Gibraltar el 8 de noviembre de aquel año junto a fray Pedro de Ribera y que debieron gloria, claruere, in universo Ordine Fratri Minorum, toto Orbe Terrarum cunctis usque nunc saeculis; per omnes provincias observantium, discalceatorum, recollectorum, etc, concentualium, capucunorum, etc, monaliu, clarissarum, urvanustarum, etc, nec non utriuques exustam secularium, quam regularum tertiarorum, recesentur [...], cura et labor, R.P. Arturi A Monasterio, rthomagensis, recolleti Provincia sancti Dionisio Conciniatoris [...]. Parisiis: apud Dionysium Moureau, 1638. [editio secunda, Parisiis: apud Edmundun Couterol, 1653], p. 494 [p. 528]. 66 WADDINGUS, L. (OFM), Scriptores Ordinis Minorum. Quibus accessit Syllabus illorum, qui ex eodem Ordine pro fide Christi fortiter occubuerunt […]. Romae: Typographia Francisci Alberti Tani, 1650, págs., pp. 41-47 y advierte también que su Vitae multorum sanctorum et beatorum, Paris en 1627, con varias ediciones posteriores es una adaptación casi literal del Flos Sanctorum del padre Rivadeneyra. SBARELEA, Hyacinthus (OFM Conv.), Supplementum et castigatio ad Scriptores triumor dinum Francisci a Waddingo, aliisve descriptos, Roma 1806, p. 100. 67 Dimos unas notas biográficas, en QUINTANA ÁLVAREZ, “Breves notas biográficas sobre franciscanos gibraltareños (ss. XVI-XVIII)”, en PELÁEZ DEL ROSAL, M. (Dir.), “Aportaciones al Diccionario biográfico franciscano de España, Portugal, Iberoamérica y Filipinas”, en Actas del Congreso Internacional y XIX Curso de Verano de la AHEF, Priego de Córdoba-Baeza, 24 a 26 de julio de 2013, AHEF, Priego de Córdoba 2014, pp. 219-236. Ahora conocemos la fecha de su muerte: APB, Códice 1º, Centuria Bética o Descripción y Colección de noticias de la Provincia de Andalucía de la Regular Observancia de Ntro. Sco. Padre San Francisco, desde su erección en provincia y separación de la de Castilla, conforme a los documentos existentes, por el R. P. Fr. Manuel Íñiguez, Ex-Secretario de la Provincia, 1860, p. 439.

“IR A TIERRA DE INFIELES”: IMPRESIONES E IDEAS SOBRE LA CAUTIVIDAD…

357

depositar en el archivo provincial68. La intención, como se advierte, es completar las noticias que había podido recopilar el general fray Francisco Gonzaga en 158769 y no descartamos que se pretendiera enviarlas a Roma para que se incorporaran a los Annales minorum que Waddingo estaba ya cerca de dar sus últimos volúmenes a la imprenta70. Como fuese, fray Alejo declara que había hecho todas las diligencias posibles “en orden a indagar e inquirir y preguntar a personas fidedignas, y memoriosas, de esta ciudad y no he podido sacar a la luz ni descubrir más de lo referido en este memorial” y es que lo que añade sobre el convento de San Francisco es realmente poco: una referencia a la existencia de las cofradías de los Nazarenos y del Santo Entierro, a la capilla de la Purísima Concepción y que [...] se ha de advertir que, en este convento, reposa en el Señor un siervo de Dios de santa provincia de San Joseph, que passava a África; a padecer martyrio: cuyo nombre, y calidades se hallarán en la primer parte de las chrónicas de la provincia de San Joseph: y en el martyrologio franciscano; en el índice: verbo Calpe, o Gibraltar71. Como vemos, Carvajal no debió ver la tumba de Cordobilla, al que conoce sólo por referencias literarias y no porque quedara verdadera memoria de él en Gibraltar. Siglo y medio después, a finales del XVIII, fray Fernando Díaz Valderrama, autor de la Centuria Bética, única crónica franciscana de la provincia de Andalucía72, volvía a recordar a Cordobilla a partir de referencias literarias. “En este convento está sepultado el venerable padre fray Juan de Cordobilla, hijo de la santa provincia de San José, que murió el año de 1566 cuando intentaba pasar a África a predicar las católicas verdades”73. En realidad, la sepultura no existía ya, excepto el presbiterio, convertido en capilla anglicana, todo el cuerpo de la iglesia conventual calpense hacía décadas que habían sido convertidas en dependencias y oficinas de la residencia del gobernador británico. 68

APB legajo 57/138: 1646 noviembre 8 Gibraltar, 1 fol. GONZAGA, F. de (OFM), De origine seraphicae religione Franciscanae eiusque progressibus, de Regularis observanciae institutione, forma administrationis ac legibus, admirabilique eius propagatione, Romae, ex typographia Dominici Basae, 1587, p. 901; sobre el convento de Santa Clara no podía dar ninguna noticia porque se fundaba ese mismo año. 70 WADDINGUS, L. (OFM), Annales Minorum: in quibus res omnes trium Ord. a Sancto Francisco institutorum ponderosius et ex fide asseruntur, et praeclara quaeque monumenta ab obliuione vendicatur. Authore R.P. Fr. Luca Wadidngo […]. Tomus septimus. Nunc prium in lucemprodit […].Lugduni, Sumptibus Ioannis Baptista Deuenet, 1648, en este vol. la fundación de San Francisco de Gibraltar. 71 APB, leg. 57/138: 1646 noviembre 8 Gibraltar, fol. 1r. 72 Es más conocido por el pseudónimo Fermín ARANA DE VARFLORA con que firmó sus obras impresas más conocidas como Hijos de Sevilla ilustres en santidad, letras, artes o dignidad de 1791 y otras. 73 APB, Códice 1º, Centuria Bética…, p. 205. 69

358

FRANCISCO JAVIER QUINTANA ÁLVAREZ

Santas y santos descabezados, según los grabados que ilustran la Leyenda de los santos que vulgarmente Flos sanctorum llaman, Toledo: por Juan Ferrer, 1554. Superior izquierda: Santas Anastasia, Agueda, Cristina, Eufemia, Susana, Eulalaia de Mérida, Fe y una anónima virgen de Antioquía. Superior derecha: Santas Daría, Inés, Julita, Juliana, Cecilia y hasta san Crisógono.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.