Iquique Ballenero

October 1, 2017 | Autor: Damian Lo | Categoría: Chile, Whaling, Iquique, Cazadores De Ballenas Y Lobos, REGION DE TARAPACA, Ballenas
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Descripción

Iquique ballenero: la planta INDUS de Caleta molle (1956-1965) Damián Lo Chávez

Foto de portada: Cachalotes en cancha de descuartización de Molle. Sin fecha ni datos exactos.

Presentación El presente trabajo tiene por objeto rescatar del olvido una industria y modo de vida que fue parte de la economía chilena y de las vivencias de muchas personas dedicadas a dicha actividad. Se trata de la caza industrial de Ballenas, actividad que se practicó en Chile desde finales del siglo XIX hasta19831. Incluso podemos rastrear la caza y uso del cetáceo en los tiempos precolombinos según cuentan relatos de cronistas y etnógrafos. Este estudio ofrece una mirada al pasado de una actividad que hoy los criterios éticos imperantes repudian, pero que sin embargo fue la fuente de sustento de numerosas familias en un contexto histórico y cultural diferente al actual. Específicamente pretendemos rescatar la memoria de la caza y faena industrial de ballenas en la planta de la Compañía Industrial, INDUS, en Caleta Molle, ubicada al sur de la ciudad de Iquique. Esta historia es necesaria en tanto nos permite reconstruir un pasado de vivencias colectivas en torno a la ballena, y proyectar un futuro de un entendimiento más racional entre el ser humano y la naturaleza. El mismo cierre de las plantas balleneras en Chile es un proceso que nos invita a reflexionar sobre ello. Debemos entender la dinámica del desarrollo económico en su contexto histórico especifico, y acercarnos a la cotidianidad del trabajador o tripulante ballenero haciendo el esfuerzo por ver y sentir lo mismo que el experimentó. Por último, la historia de la ballenera INDUS de Caleta Molle se enmarca en el conjunto de la historia regional tarapaqueña, particularmente en un periodo que no ha sido tan extensivamente estudiado como son las décadas posteriores al fin del ciclo de expansión del salitre. Es justo y necesario reivindicar la memoria histórica de las iquiqueñas e iquiqueños de aquel periodo marcado por el abandono estatal y la depresión económica. Mis agradecimientos al antropólogo Daniel Quiroz por colaborar con diversos datos para esta investigación y al fotógrafo Luis Pita por permitirnos utilizar las fotografías de su padre. También, quiero agradecer a los ex balleneros que nos dieron su testimonio: doña Cecilia Vargas, don Celedonio Contreras y don Luis Guerrero. Especiales 1

La empresa ballenera chilena, y luego chileno-japonesa, Macaya Hmnos. fue una de las de más larga duración, comenzó como una empresa familiar a fines del siglo XIX y cesó sus actividades a comienzos de los ochenta por el encarecimiento que implicaba la disminución de la ballena y las legislaciones restrictivas al respecto. Este dato permite tener una idea de la duración de la caza de la ballena en Chile.

agradecimientos a doña Cecilia Vargas que colaboró con varias de las fotografías presentes en este texto. Agradecemos a la Ilustre Municipalidad de Iquique, al Museo Regional de Iquique y a CORMUDESI, instituciones desde las cuales emana esta investigación. Iquique Invierno de 2014.

Introducción Esta investigación pretende reconstruir la historia de la Planta Ballenera INDUS, que funcionó desde diciembre de 1956 hasta 1965. Esta monografía pretende abarcar diversos temas de interés sobre la planta y las personas que allí trabajaron. El desarrollo de estas temáticas tendrá por objetivo brindar al lector una visión completa del funcionamiento y vida al interior de dicho establecimiento. El objetivo que subyace a esta investigación es la valorización y difusión del patrimonio histórico de la ciudad de Iquique con el fin de enriquecer el conocimiento de los ciudadanos de Iquique respecto de su pasado, generando a su vez un aporte en la constitución de la identidad regional. Para materializar los fines señalados, esta investigación será un aporte a un proyecto mayor: desarrollar un museo en el sitio de la ex ballenera, que permita la reconstrucción museográfica, dirigida a la comunidad, de las faenas balleneras, y reacondicionar sus instalaciones para la investigación científica en los campos de la biología marina y la oceanografía. Para desarrollar los objetivos principales recién expuestos, debemos dividir nuestro estudio en los siguientes aspectos: 1-Un contexto histórico que explique el surgimiento de la caza industrial de ballenas en Tarapacá y las políticas que favorecieron su desarrollo. En el plano local, es necesario destacar como la caza de ballenas es una actividad que se ha realizado desde los tiempos precolombinos, y como la ballenera representa una fase industrial de dicha actividad, propia de dicho espacio geográfico a lo largo del tiempo. Este contexto histórico debe explicar la realidad concreta de la provincia, su situación política, económica y social con el objeto de entender la percepción de la ciudadanía iquiqueña respecto de la Planta INDUS. 2-La historia del capital de la Compañía Industrial, INDUS S.A, y de su temprano funcionamiento, hasta la apertura de su planta en Iquique. 3-Una explicación del funcionamiento de la planta en función del proceso de caza, captura y procesamiento de los cetáceos. Es decir reconstruir el que, como y porque de cada espacio de la planta, de cada maquinaria, herramienta, edificio etc. Esta parte de la investigación dice relación con las metodologías propias de la arqueología industrial y

las concepciones sobre patrimonio industrial. Estos estudios aportan a la construcción de un marco teórico que es aplicable a nuestro objeto de estudio, a pesar de que la cronología del desarrollo industrial es diferente en los países anglosajones, donde se originan dichos estudios, en comparación con América Latina. 4-Las relaciones humanas y sociales al interior de la planta. Las maquinarias y embarcaciones las dirigían seres humanos de carne y hueso que desarrollaron una serie de nexos entre sí, asociatividad, sindicalismo, practicas recreacionales etc. Para el desarrollo de este punto, debemos rescatar nombres, personajes, relatos, testimonios y experiencias de vida. Este cumulo de información nos permite reconstruir la historia de los trabajadores balleneros y la historia de una actividad económica que la legislación nacional e internacional ha relegado al pasado. 5-Finalmente hay que estudiar y exponer las causas del fin de la explotación ballenera en Caleta Molle. Estas causas son variadas. Van desde situaciones económicas que afectan a los capitales balleneros, situaciones legales, es decir la creciente adhesión de Chile a las iniciativas internacionales de control y restricción de la caza de ballenas, hasta cambios éticos y culturales en la percepción de la industria del cetáceo en las últimas décadas del siglo XX. Hemos hecho alusión a conceptos claves para entender el desarrollo de este trabajo. 1-Arqueologia industrial: Es “el descubrimiento, la catalogación y el estudio de los restos físicos del pasado industrial, para conocer a través de ellos aspectos significativos de las condiciones de trabajo, de los procesos técnicos y de los procesos productivos” 2, señala uno de los padres de esta disciplina, el británico Kenneth Hudson. 2-Patrimonio industrial: “El patrimonio industrial comprende las edificaciones, materia prima, productos, medios de transporte, caseríos industriales y todos los archivos de las empresas, siendo todos estos importantes para el conocimiento acerca de este patrimonio”3. 3-Valor patrimonial: Este concepto está vinculado a uno de los principales objetivos de esta investigación, es decir la puesta en valor del patrimonio histórico de Iquique. Este

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Kenneth Hudson, Industrial Archaeology: an introduction, Ney York, Humanities Press, 1966. Mapica, S. y Sánchez, A. “La conservación del patrimonio industrial en México” en Boletín del comité mexicano para conservación del patrimonio industrial, 1998. 3

valor no puede otorgárselo el proceso económico y la maquinaria en torno a la caza de ballenas por si solos. Para tener un verdadero valor patrimonial, deben unificarse los factores materiales con los testimonios y estilos de vida en dichas faenas. Estos conceptos tienen relación con la necesidad de desarrollar una historiografía regional, basada en las vivencias de los seres humanos que a lo largo de siglos han desarrollado sus vidas en la provincia y región de Tarapacá. Es por esto que este estudio hace suya la necesidad de la reconstrucción de una memoria colectiva basada en identidades y representaciones sociales propias de la región, que no han tenido cabida en una historiografía tradicional regida por un criterio centralista hegemónico 4. La historia de la planta ballenera INDUS de Caleta Molle está relacionada con la historia de Tarapacá en las décadas de 1950 y 1960. Las representaciones sociales juegan un rol importante en esta investigación en tanto el investigador debe adentrarse en una época con criterios diferentes a los actuales. Las representaciones sociales constituyen sistemas cognitivos en los que es posible reconocer la presencia de estereotipos, opiniones, creencias, valores y normas que suelen tener una orientación actitudinal positiva o negativa. Se constituyen, a su vez, como sistemas de códigos, valores, lógicas clasificatorias, principios interpretativos y orientadores de las prácticas que definen la llamada conciencia colectiva, la cual se rige con fuerza normativa en tanto instituye los límites y las posibilidades de la forma en que las mujeres y los hombres actúan en el mundo 5. Hoy, la caza de ballena es considerada una actividad inmoral, y la opinión pública internacional ha sido muy crítica con los países que se han mostrado reacios a abandonar del todo esta actividad o se han demorado más que el resto de los miembros de la Comisión Ballenera Internacional. Debemos por ende, abordar esta historia sin juzgar de acuerdo a los principios éticos actuales. Estos principios también han ido transformándose a medida que el ecosistema marino y la población de cetáceos fueron alterados de forma negativa por la escaza regulación que tuvo esta actividad durante mucho tiempo. La caza de ballenas fue considerada en su momento un trabajo honrado, una fuente de empleos y de productos útiles para la economía nacional y para el consumo de la población. La planta INDUS de Caleta Molle se construyó en un momento en que Iquique comenzaba lentamente a 4

Véase Juan Vásquez Trigo, “Hacia una historiografía regional” en Camanchaca Nº15, Iquique, Taller de Estudios Regionales, 1994. 5 Sara Araya Umaña, Las representaciones sociales: ejes teóricos para su discusión en Cuaderno de Ciencias Sociales Nª127, Costa Rica, FLACSO, 2002.

recuperarse de la gran debacle económica tras el fin del ciclo de expansión del salitre, época caracterizada por una gran cesantía y decrecimiento demográfico de Tarapacá. Este contexto histórico explica perfectamente como lejos de ser mal vista, la planta fue recibida positivamente por la comunidad iquiqueña. El concepto de representaciones sociales aplicado de los ex balleneros debe entenderse dentro de un marco social de memoria específico, es decir la memoria colectiva que reconstruye el pasado acorde a una época específica y con los pensamientos dominantes de cada sociedad6. La etnografía se vuelve compleja dado el poco tiempo que funcionó la ballenera de Iquique. No generó una cultura colectiva fuertemente arraigada en torno al trabajo ballenero. Fue una experiencia importante para los individuos que trabajaron en la planta INDUS de Caleta Molle, pero no generó una identidad colectiva en la provincia como si fue el trabajo en la pampa salitrera. Caso diferente es el de otras plantas balleneras de Chile que funcionaron durante más tiempo, donde si existió, y aún pervive esta identidad, cultura y memoria colectiva. Utilizamos conceptos que sirven para explicarnos las etapas y características del desarrollo histórico de Iquique en función del auge y ocaso del salitre y los intentos de reactivación económica posterior a los años 30. Como metodología revisaremos prensa local de la época buscando la repercusión de las actividades de la ballenera en la opinión pública y revisaremos la documentación disponible generada por la misma empresa y por las autoridades encargadas de autorizar obras y entregar permisos.

Además, entrevistaremos de manera semi-estructurada en

torno a ejes temáticos a ex trabajadores balleneros como parte del proceso de reconstrucción histórica. La historia oral permite descubrir las motivaciones, el sentir y puntos de vista que son la base de las acciones de las personas 7.

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Véase Maurice Halbwach, Los marcos sociales de la memoria, España, Anthropos Editorial, 2004. 7 Ronald Fraser, Recuérdalo tú y recuérdalo a otros. Historia oral de la Guerra Civil Española, Barcelona, Editorial Crítica, 2007. pág.8.

Caleta Molle en la historia La planta ballenera de Caleta Molle funcionó entre 1957 y 1965. Fue una de las 8 plantas balleneras de que funcionaron a lo largo del litoral nacional. Se ubica en una pequeña bahía al sur de la ciudad de Iquique, región de Tarapacá. Esta bahía, entre la caleta propiamente tal y Punta Larga, se dibujó junto con el accidentado litoral del que forma parte, mediante una serie de solevantamientos y erupciones volcánicas durante el periodo terciario. Es decir hace 65,5 millones de años 8. El clima corresponde al Desértico Costero, caracterizado por temperaturas bajas y homogéneas. Se reconoce por sus "camanchacas", alta humedad, bajas precipitaciones y escasa oscilación anual. Durante los tiempos pre-colombinos, estas costas fueron pobladas por chinchorros, camanchangos, aymarás, cultura Arica y por colonias marítimas de Pica, Tarapacá y de Tiwanaku. También fue parte del Tahuantinsuyo, el Imperio Inca, cuando el soberano Túpac Inca Yupanqui expandió el imperio hacia el sur en la década de 14709. El sector específico donde se construyó la planta ballenera el 31 de marzo de 195510, Caleta Molle es parte a su vez del área conocida como Bajo Molle, área que limita con el Cerro Dragón hacia el norte y con el Cerro Alto Molle y la Caleta Molle hacia el sur. Esta última tiene las siguientes coordenadas: 20º18`Lat.S. Molle es el nombre vulgar del pimiento y viene del quechua “molli”, árbol muy importante para los pueblos originarios que usaban su madera y fabricaban una bebida alcohólica con él11. Los camanchangos fueron diestros pescadores que dejaron a lo largo de estas costas vestigios materiales como entierros y conchales, es decir montones de conchas de moluscos, basurales de sus asentamientos. Fueron también precursores de la caza de la ballena en la zona. Sus balsas de cuero de lobo marino les permitían intrépidas excursiones de pesca lejos de la costa. El relato más antiguo que disponemos del uso alimenticio de la ballena viene del sacerdote carmelita y cronista español Antonio 8

Luis Velozo Figueroa y Marcela Sánchez Martínez, “Características geo-morfológicas. Área litoral: Iquique-Caleta Molle” en Revista de Geografía Norte Grande, Nª18, Santiago, Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, 1991. 9 No existe una certeza al respecto debido a que los cronistas no coinciden plenamente sobre el nombre del soberano en cuestión y el desarrollo de dicha expansión, véase Leonardo León, “Expansión inca y resistencia Indígena en Chile, 1470-1536” en Revista Chungará Nª10, Arica, Universidad de Tarapacá, 1993. 10 El Tarapacá, Iquique, 31 de marzo de 1955. 11 Juan Van Kessel, Diccionario de pesca artesanal, Iquique, Facultad de Antropología Cultural de la Universidad Libre de Ámsterdam y Centro de Investigaciones de la Realidad del Norte, 1986. PP. 167168.

Vasquez de Espinoza, aproximadamente en el año 1618, que señala como se arponea una ballena y se espera a que , una vez herida, vare en la costa: “…su principal comida y bebida es aceite de ballena, para lo cual matan muchas, de que hay gran cantidad en aquella costa…” “…y así están (los pescadores que acaban de arponear la ballena) de centinela hasta que la ven parar (vararse) a donde va luego toda aquella parcialidad y parentela que ha estado con cuidado a la mira; juntos todos con los amigos y vecinos para el convite le abren por un costado donde están comiendo unos dentro (de la ballena) y otros fuera 6 y a 8 días, hasta que de hedor no pueden estar allí…”12 Un mapa confeccionado por el arquitecto Patricio Advis, en base a los resultados del destacado arqueólogo Lautaro Núñez, muestra el “Ique-ique” de los pescadores pre hispánicos con sus rutas de navegación, cementerios y asentamientos en torno a Caleta Molle13. Los arqueólogos a.Nielsen y R.Schaedel y postularon en 1957, en base a sus excavaciones de tumbas y conchales en el sector de Caleta Molle, que existió una asentamiento chinchorro de 3000 a.c , y una ocupación de Pica hacia el 1500 d.C. con un serie de asentamientos intermedios. Estos asentamientos se explican por la presencia de una fuente de agua dulce o aguada, hoy perdida, en dicho sector. Posiblemente la aguada, que abastecía a los antiguos veleros de los comerciantes británicos, dejó de funcionar en 1868 a consecuencia de un terremoto14. Caleta Molle fue, durante el siglo XIX, uno de los varios puntos de embarque de salitre en la costa Tarapaqueña, desde los tiempos en que Tarapacá era provincia peruana. Según una síntesis histórica publicada por la Ilustre Municipalidad de Iquique, la insuficiente capacidad portuaria de Iquique durante los comienzos del ciclo de expansión del salitre15 obligó a crear una red de puertos alternativos, hoy en ruinas, 12

En Compendio y descripción de las Indias Occidentales citado por Patricio Advis, “El Ique-Ique de los pescadores” en Camanchaca Nª11, Iquique, Taller de Estudios Regionales, 1990. 13 Véase Patricio Advis op.cit. 14 Lautaro Núñez y Juan Varela, “Sobre los recursos de agua y el poblamiento prehispánico de la costa del Norte Grande”, en Estudios Arqueológicos Vol 3-4, Antofagasta, Universidad de Chile, 1967-1968. PP. 12-13. 15 Ciclo que se inició según el Sergio González Miranda, bajo dos criterios: “ uno, desde los primeros embarques durante las primeras décadas del siglo pasado bajo la administración peruana y con el sistema de paradas como tecnología de explotación o, dos, desde la instalación de sistema Shanks hacia fines de la década de los setenta de ese siglo, que además coincide con la administración chilena” véase

como Caleta Buena, Junín, Mejillones del Norte y Caleta Molle 16. Guillermo Billinghurst, destacado político y empresario peruano, cuenta sobre Caleta Molle en los tiempos previos a su incorporación al territorio chileno: “La Caleta molle se sitúa al pie del cerro del mismo nombre y en la latitud 20º 19’20’’ es una de las caletas más abrigadas de la costa. Sin embargo las corrientes que predominan en ella son peligrosas. El 19 de noviembre de 1877 se perdió yéndose encima de una roca, la barca inglesa “Miami”. Existían, hasta hace poco, en la parte alta de la caleta, los cables de alambre que sirvieron en 1859 para el andarivel que construyó, en ese punto, don Jorge Smith17 para bajar desde la cumbre el salitre que se transportaba desde las oficinas. El andarivel no dio buen resultado,-hubo que abandonar este sistema de acarreo. Molle fue el primer punto de la costa donde se beneficiaron, mediante amalgamación, los minerales de Huantajaya 18. En años pasados se exportaba por esta caleta casi todo el salitre de las oficinas de la Nueva Soledad” 19. El sistema de transporte del salitre que se utilizó en realidad fueron las caravanas de mulas, para cuyo descenso se usó el antiguo camino zigzagueante cuyos restos aún son visibles en la ladera del cerro Molle. Este camino conectaba la Caleta con la estación de Santa Rosa y las oficinas salitreras de su entorno. Sin embargo, cuando Billinghurst escribe este relato, Caleta Molle llevaba en desuso algunos años. Según cuenta el capitán de fragata Francisco Vidal Gormaz, la caleta tuvo varios muelles destinados al embarque de salitre, pero para el año en que el escribe, 1880, estos habían desaparecido por el abandono y solo quedaba en pie uno, el muelle de Ugarte20. Según el marino, en las inmediaciones había varios entierros indígenas, aseveración confirmada por los descubrimientos de Lautaro Núñez señalados en el mapa prehispánico de Patricio Advis. Existen algunos datos adicionales sobre Caleta Molle salitrera por parte del destacado ingeniero y cartógrafo Alejandro Bertrand. La compañía que construyó el

Sergio González Miranda, “El ciclo de expansión del salitre”, en Camanchaca Nº3, Iquique, Taller de Estudios Regionales, 1987. 16 PLADECO de Iquique, Iquique, Ilustre Municipalidad de Iquique, 2006. P.4. 17 Destacado empresario salitrero de origen inglés. 18 Explotaciones mineras incaicas y luego coloniales próximas a la comuna de Alto Hospicio. 19 Guillermo E. Billinghurst, Estudio sobre la geografía de Tarapacá, Santiago, El Progreso, 1886. P.77. 20 Francisco Vidal Gormaz, Estudio sobre el puerto de Iquique, Santiago, Imprenta Nacional, 1880. P.4.

mencionado muelle fue la casa Ugarte, Cevallos y Cía., que también construyó unos almacenes para el depósito de Salitre que al parecer aún existían para 187921. Otra reseña histórica de la provincia de Tarapacá señala que: “Algunos salitreros obtuvieron del gobierno peruano la habilitación de caleta de Molle, donde se construyeron especies de malecones, cuyas murallas han resistido hasta hoy el embate de las olas y la acción destructora del tiempo. En efecto, todavía pueden verse esos murallones y los cimientos de un edificio que sirvió de aduana” 22. A ese dato, en se misma obra se señalan dos cifras de habitantes para la Caleta Molle, que corresponde a censos bajo la administración peruana: 28 habitantes en 1862 y 25 en 1872 23. A modo de síntesis podemos señalar que Caleta Molle fue un espacio de actividad económica, portuaria e industrial de modestas proporciones. Tendría que pasar casi un siglo para que la Caleta y su pequeña bahía volviesen a ver la actividad económica a mayor escala.

Mapa de Molle prehispánico hacia 1535. El trazado de puntos corresponde a rutas terrestres, el de líneas a rutas marinas. Los puntos negros son cementerios indígenas y los círculos negros son

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Alejandro Bertrand, Departamento de Tarapacá. Aspecto jeneral del terreno su clima i sus producciones, Santiago, Imprenta de la República, 1879. P. 13. 22 Carlos Alfaro Calderón y Miguel Bustos González, Reseña histórica de la provincia de Tarapacá, Iquique, Imprenta Iquique, 1936. P. 16. 23 Ibíd. P.20.

asentamientos24. Las líneas diagonales en la bahía corresponden a una aguada, un brote de agua dulce mencionado también por Vidal Gormaz.

Mapa publicado por orden del Ministerio de marina y la Oficina Hidrográfica en 188025. Nótese el lugar del naufragio del “Miami” y el último muelle de Ugarte, Cevallos y Cía.

Petroglifo prehispánico de la quebrada de Médano, al norte de Taltal, segunda región de Antofagasta. Esta quebrada fue habitada por camanchangos y cultura Arica tardía. Si bien la

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Patricio Advis, op.cit. Publicado en Francisco Vidal Gormaz, op.cit. P.25.

fecha es objeto de debate, lo que sí es claro es que numerosas escenas representan ballenas cazadas desde balsas de cuero de lobo. Esta representa la caza de un cachalote26.

Iquique: del fin del Ciclo de expansión del salitre a la reactivación económica de la provincia. El fin del Ciclo de expansión del salitre en 1930 fue una verdadera catástrofe para Iquique, cuyo principal eje económico era un puerto basado en la exportación salitrera. La provincia de Tarapacá, de acuerdo con Sergio González era un enclave económico desde un punto de vista técnico: su economía estaba absolutamente subordinada al mercado salitrero y no generó ninguna otra fuente de desarrollo económico alternativa a la explotación salitrera27. En base a la premisa anterior podemos explicar como la gran crisis de 1930 no solo abarcó a la ciudad de Iquique. El conjunto de la provincia de Tarapacá tenía una actividad económica y una inversión técnica e industrial vinculada directa o indirectamente a la mono producción salitrera. El comercio, los servicios y las importaciones también estaban orientados a abastecer a una población cuyo volumen dependía directamente de la actividad salitrera. De modo que la crisis salitrera provocó un gran impacto en la demografía de la provincia. Por ejemplo, en el Departamento de Pisagua, los centros poblados para 1920 eran 110, 74 en 1930 y para 1940 solo 8. En 1927 la única actividad industrial no salitrera se desarrollaba en dos fábricas textiles, tres maestranzas, dos barracas, 5 imprentas y 6 fábricas de alimentos y bebidas28. La cesantía aumento drásticamente en la década de 1930. El Estado ofreció soluciones paliativas como albergues, la construcción de caminos y regadíos, la construcción del puerto y él envío de obreros a la zona central. Ninguna de estas medidas modificó la situación. En términos económicos se intentó vanamente restaurar el auge perdido de la 26

José Berenguer, “Las pinturas de Médano, norte de Chile,: 25 años después de Mostny y Niemeyer”, Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino Vol. 14, Nº2, Santiago, Museo Chileno de Arte Precolombino, 2009. P.78. 27 Sergio González Miranda, Hombres y mujeres de la pampa salitrera, Tarapacá en el ciclo de expansión del salitre, Santiago, Universidad Arturo Prat, Centro de Investigaciones Barros Arana y LOM, 2002. P.124. 28 Carlos Donoso Rojas, “Una iniciativa de desarrollo precursora para la región salitrera. El Instituto de fomento minero e industrial de Tarapacá” en Sergio Gonzales (comp.), La Sociedad del Salitre. Protagonistas, migraciones, cultura urbana y espacios públicos. Santiago, Universidad Arturo Prat y RIL Editores, 2013. P.455.

industria salitrera, no así fomentar otro tipo de industria 29. El decrecimiento demográfico y sus cifras negativas es un dato que refleja esta situación y habla de la emigración producto de la depresión económica. Durante la década de 1930 Iquique perdió un 34% de su población y en 1952 se registró una emigración negativa de un 14,82 % de su población. Por otra parte, el Estado, implementó políticas que fueron contradictorias con la perspectiva de un resurgimiento industrial de la provincia. En el primer lustro de la década de 1950, estas políticas fueron conocidas como el “Despojo de Tarapacá”. Dicho despojo consistía en la remoción de la infraestructura industrial y ferroviaria de la provincia que había caído en desuso tras el fin del Ciclo de expansión del salitre pero que eventualmente podría servir para nuevas actividades mineras e industriales. Una muestra del alcance de aquella nefasta política: en 1954 el alcalde Alejandro Valencia Joo protestaba ante el Ministerio de Obras Publicas y Vías de Comunicación, en el diario El Tarapacá: “…aparte de haberse llevado materiales valiosos, entre ellos más de 40 kilómetros de vía férrea, un torno trasladado a la maestranza de Ovalle, un ascensor llevado a Coquimbo, tres coches pulman de acero, cuatro locomotoras Santa Fe, tres locomotoras de otros tipos, 113 carros calicheros y diez carros petroleros con capacidad de 35 toneladas cada uno, de que di cuenta al Centro para el progreso en reunión del viernes , ahora se piensa levantar los 83 kilómetros de vía férrea del ramal de Carpas a la oficina salitrera Aguada , lo que constituye un despojo que impedirá el resurgimiento económico de la provincia…”30. El “Despojo de Tarapacá” incluyó la tentativa frustrada de desmantelar el sistema judicial de la provincia y trasladarlo a Antofagasta, como fue el caso de la Corte de Apelaciones en 1954. La sociedad civil iquiqueña jugó un rol importante en la reactivación de la economía tarapaqueña, proceso lento con logros y fracasos, pero que evitó que Iquique se volviera otro pueblo fantasma o semi-fantasma típico del norte salitrero. La idea que recorrió las décadas de 1930, 40 y 50 fue una mayor autonomía provincial respecto del centralismo capitalino en la toma de decisiones y la gestión de recursos. Existieron, como ya señalamos, organizaciones nacidas del seno de la sociedad civil Tarapaqueña como el Gran Comité pro Defensa de la Región Norte, 29 30

Ibíd. P. 456. El Tarapacá, Iquique, 15 de agosto de 1954.

liderado por el obispo Carlos Labbé en 1933. El Instituto de Fomento Minero e Industrial para las provincias de Tarapacá y Antofagasta (1934-1953), fue un intento de desarrollar una entidad regional que por diversas razones financieras, burocráticas y políticas no tuvo los resultados esperados. Estas agrupaciones políticas y sociales del pueblo de Tarapacá tuvieron una influencia relevante en la discusión sobre el futuro de la provincia en la década de 1950. El Centro para el Progreso de Tarapacá, fue una instancia desde la cual se exigieron políticas estatales destinadas al mejoramiento de la provincia. En la década de 1950 destacaron las gestiones del alcalde Alejandro Valencia Joo, el senador Salvador Allende y el diputado Juan Checura. Estas personalidades, y el Centro para el Progreso de Tarapacá, presidido por el abogado Raúl Kinast, consiguieron que el 4 de agosto de 1953, siendo presidente Ibáñez del Campo, se promulgara el Decreto Ley 375, que otorgaba privilegios tributarios y aduaneros a las industrias que se instalasen en Tarapacá 31. En 1954 estas mismas personalidades evitaron que el Decreto-Ley 375 fuera reemplazado por la Reforma Tributaria de Ibáñez que lo dejaba sin efecto. Una Política de Zona Franca Industrial vino a consolidar y expandir las ventajas comparativas proyectadas para el resurgimiento económico de la provincia. Esta reforma incluía la libre internación de maquinaria y otros beneficios32. En el marco de esa misma política, en 1960 se implementó el Plan de Fomento Pesquero que otorgaba facilidades para incentivar el desarrollo de esta industria 33. Recién en 1969 se implementó el conjunto de privilegios tributarios que hoy conocemos como Zona Franca y que han permitido un resurgimiento económico sostenido. Junto con los problemas de carácter administrativo y tributario, la ciudad tenía un problema estructural de servicios básicos. La infraestructura para la distribución de agua y de luz eléctrica era pobre y anticuada. En la década de 1950, esto fue preocupación constante de los iquiqueños, que tenían acceso a ambos servicios de manera racionada y con frecuentes cortes. Evidentemente este problema logístico desincentivaba la inversión industrial en la provincia. Recién en 1955, tras años de quejas de las autoridades locales ante la capital, la Empresa Nacional de Electricidad S.A. ENDESA, 31

Concretamente eliminaba el arancel de la internación de maquinarias y rebaja considerablemente los impuestos por 10 años siempre y cuando se usara materia prima nacional. Diario Oficial Santiago, 5 de agosto de 1954. 32 El Tarapacá, Iquique, 12 de enero de 1957. 33 PLADECO, op.cit. P.9.

comenzó la construcción de una planta moderna en el sector de El Colorado al norte de Iquique para la cual hubo de importar dos motores de Suiza. Esta planta tardó mucho en comenzar a funcionar debido a la demora de la internación de los dos generadores siemens adquiridos en Suiza para aumentar el deficiente servicio. Solamente a fines de abril de 1957, ENDESA, reemplazó completamente a la antigua Compañía de Alumbrado y Gas de Iquique. El suministro de agua y la red de alcantarillado tampoco fue re adecuado a las necesidades de una población creciente hasta 1965. Este conjunto de medidas lograron reactivar la economía de la provincia, no sin dificultades y polémicas. El crecimiento demográfico refleja dicho proceso: para 1960 la población de Iquique había subido a 50.655 habitantes y la ciudad había crecido hacia el norte para fines industriales y hacia el sur debido a las necesidades habitacionales 34. Sin embargo las leyes en favor de la provincia siempre tenían una demora que dependía del tira y afloja entre las autoridades locales y la capital. La puesta en práctica de dichos beneficios también era lenta, dado que sin la infraestructura adecuada era engorroso y difícil el desarrollo de nuevas industrias. Otro gran problema que tiene relación con el proceso de instalación de la INDUS en Iquique es la falta de carne en la ciudad. Constantemente los precios subían, había mercado negro y especulación en torno a dicho producto y al pescado. Esto se debía a la reducción del transporte marítimo hacia Iquique y a la irregularidad con que arribaba el tren longitudinal norte35. Este conjunto de problemas se agravaban con una creciente cesantía originada en el cierre de varias de las ya pocas oficinas salitreras remanentes entre los años 1953 y 1957, a pesar del Referéndum Salitrero de 1954 que incluía participación estatal y beneficios tributarios a la moribunda industria salitrera. En mayo de 1957, como gesto de protesta, el Municipio de Iquique se negó a asistir a las celebraciones del 21 de mayo, respaldado por la Central Unitaria de Trabajadores y el Centro para el Progreso de Tarapacá. Se colocaron las banderas chilenas a media asta en toda la provincia. Como respuesta, el gobierno de Ibañéz del Campo declaró el estado de emergencia en la provincia y procesó a toda la dirección del municipio de Iquique, alcalde José Rodríguez Vergara y regidores (concejales), con la Ley de Defensa Permanente de la Democracia 36. En la prensa santiaguina se habló de elementos subversivos y separatistas en el norte, dando pie a 34

Ibíd. Carlos Donoso, op.cit. P.478. 36 Instrumento jurídico promulgado en septiembre de 1948 y vigente hasta agosto de 1958 que castigaba con cárcel las actividades políticas y huelguísticas consideradas comunistas o subversivas. 35

una verdadera batalla política donde incluso la Federación de Estudiantes de Chile en Santiago se manifestó a favor de la alcaldía iquiqueña. Finalmente los acusados fueron absueltos, pero este episodio quedó como botón de muestra de lo complejo que fue en términos políticos y económicos la reactivación económica de Tarapacá37. Este contexto histórico explica, como veremos más adelante, la buena recepción de la planta INDUS en la provincia de Tarapacá.

La Compañía Industrial INDUS y la caza de ballenas. La historia de la Compañía Industrial S.A. abarca aproximadamente ochenta años de la vida económica nacional. Fundada por empresarios de origen alemán en diciembre del año 1900, INDUS fabricaba numerosos productos químicos, jabones, aceites, detergentes y fertilizantes38. Muchos de estos productos podían fabricarse con materia prima obtenida del beneficio de ballenas, actividad que la INDUS no practicaba debiendo importar parte de su materia prima lo que encarecía sus costos de producción. Con el paso de los años la Compañía fue adquiriendo otras empresas menores del rubro del aceite y los jabones. En la década de 1930, sus actividades quedaron establecidas en dos grandes complejos industriales, uno en Santiago y otro en Valparaíso 39. Para autoabastecerse de materias primas, la empresa decide incursionar en la caza industrial de ballenas, actividad cuyos pioneros en Chile fueron balleneros noruegos40. Estos pioneros noruegos, llegados a finales del siglo XIX, Adolf Adressen y August Christensen establecieron empresas que fueron las primeras en utilizar el cañón-arpón moderno y el proceso de beneficio de la grasa, carne y huesos de ballena. Parte de los bienes de sus empresas serian traspasados a la INDUS mediante compra en 1935 y 1936. El primer buque factoría, construido para cazar, faenar y procesar la ballena en alta mar, sin depender exclusivamente de una planta terrestre, y los primeros cuatro 37

El desarrollo de este incidente está en El Tarapacá, Iquique, 19-26 de mayo de 1957. Véase INDUS, 50 años al servicio del país (1901-1951), Valparaíso, Imprenta y Litográfica Universo, 1951. 39 Daniel Quiroz y Paula de la Fuente, Las operaciones balleneras de la INDUS en aguas patagónicas: años iniciales (1936-1939), Proyecto Fondecyt 1110826. 40 Para los comienzos de la actividad ballenera industrial en Chile véase Luís Pastene y Daniel Quiroz, “Outline of the History of Whaling in Chile”, International Symposium Report Nº 1, International Center for Folk Culture Studies (eds.). Human Culture from the Perspective of Traditional Maritime Communities, Kanagawa, Kanagawa Shimbun Press, PP. 73-98, 2010. 38

cazadores fueron originalmente propiedad de la Comunidad chileno-noruega de pesca donde participó Adressen. El buque factoría, construido en Escocia, se llamó originalmente “Presidente Alessandri” , y cuando la INDUS los compró paso a llamarse “INDUS BF”. Los primeros buques cazadores, es decir que cazan y traen el cetáceo para ser procesado en tierra, los INDUS 1, 2, 3 y 4 fueron originalmente los “Chile”, “Noruega”, “Scott I” y “Samson”, construidos en Noruega, eran también de la mencionada compañía Comunidad Chileno Noruega de Pesca41. Así mismo las instalaciones balleneras de Corral, cerca de Valdivia, fueron adquiridas en el mismo periodo a la Sociedad ballenera de Corral de Jorge Andwanter. También existió en Chile la caza tradicional de ballenas, método no industrial practicado con embarcaciones ligeras y arpones propulsados manualmente. El registro más antiguo de esta actividad es en Talcahuano, 185442. Es el cañón-arpón el elemento que hace la diferencia entre caza artesanal y caza industrial. Este cañón, inventado por el capitán noruego Sven Foynd en 1864, dispara un arpón con una fuerza y precisión mortífera contra el cetáceo y tiene en su punta un pequeño explosivo, similar a una granada, que asegura la muerte del objetivo. Con el método tradicional, el cetáceo herido, pero aún vivo, podía incluso arrastrar hacia al fondo a la embarcación o embestir a esta última provocándole serios daños, situación que inspira la célebre novela Moby Dick. El desarrollo de los métodos industriales de caza de ballenas, con poderosos barcos, primero a vapor y luego a diésel, equipados con los cañones arpones, produjo el brusco descenso de la población de ballenas a nivel mundial en el transcurso del siglo XX.

41

Ibíd. P. 14. Daniel Quiroz, La caza tradicional de ballenas, Santiago, Centro de Documentación de Bienes Patrimoniales, 2012. P.2. 42

Cañón arpón del INDUS 7, 195343.

Las primeras incursiones de la INDUS en la industria ballenera fueron cazando en alta mar con el buque factoría “INDUS BF”. Durante esta etapa la INDUS dejó en desuso sus primeras plantas balleneras localizadas en Huafo y San Carlos de Corral cerca de Valdivia. Estas plantas fueron parcialmente desmanteladas y vendidas en 1943 para trasladar y concentrar sus actividades balleneras en la caleta de Quintay, pequeña caleta y pueblo de pescadores, cerca de Valparaíso44. La planta de Quintay es quizá la mejor conservada y documentada de las que hubo en Chile. Inició sus faenas en 1943 y, según la fundación de la Universidad Andrés Bello que es dueña de su patrimonio, ese año llegó a capturar 1600 ballenas y producir 5000 toneladas de aceite de ballena 45. Dicha planta cerró en 1967, en una época de debacle de la actividad ballenera en Chile. Parte

43

Foto de Luis Pita Sanclaudio. Contable de INDUS en Quintay entre 1953-1955. Su hijo, destacado fotógrafo, tiene un archivo virtual con numerosas fotografías. http://www.luispita.com/ficha.php?menu_id=2&jera_id=1139 44

Daniel Quiroz, “Crónica de la cacería de ballenas en Valdivia (1906-1936)”, en Revista Austral de Ciencias Sociales Nº19, Valdivia, Facultad de Filosofía y Humanidades, Instituto de Ciencias Sociales, Universidad Austral de Chile., 2010. 45 http://ballenerosdequintay.unab.cl/

de las instalaciones de dicha planta fueron construidas con las maquinarias del “INDUS BF”, desmantelado para concentrar el esfuerzo en la actividad de buques cazadores 46. Para funcionar, la industria ballenera requirió de un marco legal que permitiera el desplazamiento de los buques balleneros y el aprovechamiento legítimo de la riqueza marina. Para esto fue necesaria la promulgación de las 200 millas marinas de Zona Económica Exclusiva, adoptada unilateralmente por Chile el 23 de junio de 1947 y posteriormente, en 1982, consagrada por la ONU. Un excelente estudio de la Fundación Quintay señala que personeros de la INDUS fueron importantes lobistas a favor de esta iniciativa. Entre estos destaca Agustín R. Edwards, presidente del directorio de la INDUS, y el abogado de la compañía, Fernado Guarello Fitz-Henry47. El poder de la Compañía fue tal que Agustin R. Edwards fue el representante de Chile ante la Comisión Ballenera Internacional, organismo regulador integrado por los países balleneros en 1946, y se retiró de esta al no obtener la cuota de caza deseada de 1000 ballenas anuales para Chile. Chile solo ratificaría este acuerdo en 1979 cuando solo quedaba una industria ballenera en el país, ya en franca decadencia, Macaya Hmnos. Este nuevo marco jurídico ideado por Chile fue compartido por diversos países ribereños del pacifico sur en 1952, año en que se crea el acuerdo denominado Comisión Permanente del Pacifico Sur, persona jurídica de derecho internacional integrado por Chile, Perú, Ecuador y Colombia. Este organismo se diseñó para coordinar y establecer criterios comunes respecto de explotación y conservación de recursos, investigación científica y marcos jurídicos48. La INDUS tuvo una flota de 19 barcos, llamados todos INDUS 1, 2, 3 etc. El barco ballenero de tipo cazador era un barco no muy grande con un motor lo más poderoso posible, que le permitiera una velocidad aceptable para perseguir al cetáceo y fuerza para cargar con él una vez muerto y capturado. Los primeros INDUS fueron barcos a vapor, adquiridos a otras empresas como ya señalamos. Posteriormente la empresa adquirió barcos con motores diésel, vendiendo los primeros, desarmándolos o hundiéndolos como fue el caso del INDUS IV hundido deliberadamente en las costas de Tarapacá durante el periodo de Molle, debido a que estaba obsoleto y no tenía sentido 46

Entrevista a Luis Guerrero, ex ingeniero químico de la INDUS en Iquique. Entrevistador: Damián Lo Chavéz, Iquique, 3/06/2014. 47 Ibíd. 48 http://www.cpps-int.org/index.php/site-map/memoria-institucional/historia-cpps

gastar en su mantenimiento49.

Los últimos INDUS fueron vendidos a la empresa

Macaya Hmnos. cuando la INDUS abandonó las faenas balleneras en 1967, tras el fin de una asociación con capitales japoneses. En 1954 la empresa se asoció con la multinacional Unilever, acuerdo del que nació la denominación INDUS-LEVER. Unilever era famosa por el detergente Rinso y el jabon Lux entre otros productos. En 1982 Unilever compró el total de las acciones de la INDUS dando fin así a esta importante empresa de la industria nacional.

50

Planta ballenera de San Carlos de Corral, 1930 .

49

Entrevista a Luis Guerrero, Iquique, 4 de junio de 2014, entrevistador: Damián Lo Chávez. Luis Guerrero fue ingeniero químico industrial de la INDUS. Entró a trabajar un par de años después de la apertura de la planta y se retiró en 1965, poco antes del cierre de esta. 50 Daniel Quiroz, La caza moderna de ballenas en Chile (1905-1983), Santiago, Centro de Documentación de Bienes Patrimoniales, 2014. P.13.

Cancha de descuartización de Quintay, primera fase del proceso de la ballena en tierra. Nótese la pértiga rematada con un cuchillo curvo utilizada en el proceso de descuartizamiento del cetaceo51.

51

Foto de Luis Pita Sanclaudio.

Logo de la Compañía Industrial52.

INDUS BF, ex “Presidente Alessandri”53. Nótese la maquinaria para la fabricación de harina bajo cubierta.

INDUS 1. Naufragó en el Archipiélago de Chonos en la región de Aysén en septiembre de 1939.

52 53

http://ballenerosdequintay.unab.cl/historia-de-la-compania-industrial-indus/ Daniel Quiroz y Paula de la Fuente, op.cit. P.31.

INDUS 254.

Instalación de la Planta INDUS en Caleta Molle. Con el objetivo de ampliar el alcance de sus operaciones, la Compañía Industrial analiza a comienzos del año 1954 la posibilidad de instalar una planta beneficiadora de cetáceos en el norte grande del país, es decir la provincia de Antofagasta o la de Tarapacá. Esto permitiría a la empresa expandir su producción de productos derivados aprovechando la numerosa población de ballenas en las costas nortinas de Chile. En mar abierto frente a la costa de Tarapacá aparecen por lo menos diez clases de ballenas registradas: la ballena franca (Eubalaena australis); la ballena jorobada o jubarta (Megaptera novaeangliae); la ballena boba o rorcual (con este nombre vulgar se indican en realidad tres clases: Balaenoptera acutorostrata; Balaena physalus y Balaenaborealis); la ballena piloto (Globicephala scammonii); la ballena asesina (Orcinus orca); la ballena nariz de botella (Myperoodon planifrons); la ballena de Cuvier (Ziphius cavirostrins) y la ballena de Sowerby (Mesopodon layardi) 55.

54 55

Daniel Quiroz y Paula de la Fuente op.cit. P.31. Juan Van Kessel, op.cit. P. 40.

La empresa consideró la instalación de su planta en varios lugares posibles. Finalmente la compañía decidió que Caleta Molle, en una pequeña bahía en el sector de Bajo Molle, al sur de Iquique seria el lugar más indicado. La empresa descartó Mejillones, Taltal, Pisagua y Huasco, una vez que las autoridades locales le prometieran a sus representantes, enviados a Iquique en diciembre de 1954, suministrar el agua y la energía eléctrica necesarias para el funcionamiento de la planta. El Centro para el Progreso de Tarapacá, organización de la que ya hablamos, gestionó ante las autoridades las garantías que necesitaba la INDUS para instalarse en la provincia. El presidente de dicho centro, señor Alfredo Urizar Otárola, se entrevistó con el ingeniero de Obras Sanitarias (institución pública encargada del suministro de agua), Humberto Slachwsky, quien le aseguró que la distribución de agua mejoraría por que el fisco intervendría la Compañía de agua inglesa, la empresa encargada del agua en Iquique desde los tiempos salitreros, cuya red de servicios ya era claramente insuficiente56. La opinión pública iquiqueña recibió con mucha alegría la decisión de la INDUS de instalar la planta al sur de la ciudad. Ya hemos reconstruido el contexto histórico en que llegó la INDUS a la ciudad, de modo que una fuente laboral nueva era más que bienvenida. Además la INDUS traía al comercio una serie de productos derivados de la ballena, aparte del aceite industrial que era su fuerte. Carne, de la cual la ciudad estaba escaza, jabón, detergentes, harina para alimento de animales, fertilizantes, productos de uso cotidiano derivados de huesos, barbas y cartílagos etc. Es debido a esta visión de progreso económico respecto de la INDUS lo que motiva una defensa cerrada ante cualquier posible crítica a esta industria en esta etapa. Un intercambio epistolar en el diario El Tarapacá, en agosto de 1954, quedó como testimonio para comprender la mentalidad de la época, es decir las representaciones sociales, en torno a esta nueva industria. Este intercambio se dio entre un crítico de la ballenera por la posibilidad de contaminación en las playas con potencial turístico y la posibilidad de malos olores, y los defensores de la planta, entre los que destaca Raul Kinast, abogado y presidente del centro para el progreso de Tarapacá en 1954. El crítico anónimo, señaló que era mejor colocar la planta al norte de Iquique en Punta Negra o El Colorado arguyendo que, de instalarse al sur, en Bajo Molle, las corrientes de viento traerían malos olores y las corrientes de mar desperdicios a las playas. El primero en recoger el guante fue un

56

El Tarapacá, Iquique, 3 de diciembre de 1954.

ciudadano identificado como Albino Blanco, quien además de definir como “sentimentalismos tontos” los reparos del crítico, señaló: “Dejemos de lado el blanco de las playas y busquemos el humo negro de la industria, que no llenara de hollín la ciudad, sino que de la llenaran de billetes verdes, colorados, grises y hasta de abundante chafalonía de aluminio” 57. Otro comentarista, anónimo, replicó en favor de esta opinión: “He tenido ocasión de oír las opiniones del ingeniero técnico de la INDUS que estuvo hace poco tratando de buscar la mejor ubicación para la Planta. Determinó que aun cuando la zona de El Colorado y Punta Negra, como la de tener a mano la corriente eléctrica de la nueva planta de la ENDESA, de contar con agua y combustibles, pero ofrecía el inconveniente insalvable de que todo ese sector son playas bravas, con oleaje incesante y no como se necesitan, con roqueríos de acceso a aguas profundas para poder deslizar las ballenas sobre las rampas de los remolques de las embarcaciones, operación que no podía hacerse en aguas agitadas. En cambio el sitio ideal lo encontró en los roqueríos al sur de la ensenada o Caleta de Molle, donde antiguamente existió un embarcadero. Los vientos reinantes tienen dirección constante a los cerros. Estimo, señor director, que el Centro para el Progreso debe intervenir para evitar desaliento a la Empresa, que tan oportunamente viene a proporcionarnos algo de lo que estamos pidiendo, y que si, lejos de encontrar estímulos en sus iniciativas solo encuentran dificultades y obstáculos, concluirán por instalarse en otra parte. Como bien lo decía Albino Blanco, antes de tener lindas y solitarias playas preferiríamos tener un cielo cubierto de humos provenientes de fábricas y usinas” 58. En esta carta destacan las razones que tuvo la INDUS para escoger Caleta Molle y el recuerdo del embarcadero salitrero de tiempos peruanos. La palabra final la tuvo el destacado abogado Raúl Kinast, presidente del Centro en 1954, quien aportando una serie de elementos contribuyó a darle forma a la opinión mayoritaria del momento: “(…) Como de costumbre hay muchos que con argumentos falsos y errados, y sin ningún conocimiento de causa, dan su opinión sobre el lugar y las mayores o

57 58

El Tarapacá, Iquique, 9de agosto de 1954. El Tarapacá, Iquique, 24 de agosto de 1954.

mejores comodidades que nuestras playas puedan prestar a la instalación de esta Fábrica. (…) Sin embargo ahora, cualquier habitante se cree con derecho a botar los desperdicios de su casa a la calle y nadie reclama ni protesta. Sin embargo, ahora que piensa instalarse una industria moderna, que beneficia todos sus productos, que no emite ninguna clase de olores, nace el sentido de olfato en muchos iquiqueños. (…) La Fábrica de El Colorado59 no parece que fuera una fábrica de conservas de pescados; no despide ninguna clase de olores, ni aun en la sección harina de pescado,

por la sencilla razón de que todos sus

procedimientos son modernos tal cual lo serán en la fábrica ballenera. (…) Hoy día es una cosa distinta, es una industria nueva, moderna dotada de maquinarias que vendrá a beneficiar los intereses económicos de una buena parte de la población, mayor trabajo, mayor movimiento para el comercio. Los iquiqueños deberíamos taparnos las narices y

pedir que se establezcan fábricas con

cualquier clase de olor, aunque sea en la Plaza Prat. Lo que necesitamos es tener medios de vida y los malos olores los podemos soportar usando el jabón que con el aceite de ballena va a fabricar la industria interesada en instalar esta nueva Fábrica. (…) Hay que crear trabajo, aun cuando represente algunas incomodidades, porque lo que necesitamos es producir engrandecer nuestra economía regional para bien de nuestra provincia. Ahora años atrás, una sociedad quiso construir un oleoducto entre Iquique y Oruro 60; esto fue en el año 1932. Muchos iquiqueños se opusieron porque se iban a ensuciar las playas y porque se iban a dejar unos cuantos obreros sin trabajo, en situación que la atención del oleoducto iba a demandar el doble o el triple de obreros que podían quedar cesantes en el puerto. En Concón se está construyendo la Refinería Nacional de Petróleo, cuyas emanaciones van a perjudicar a Viña del Mar, pero los viñamarinos prefieren tener plata y trabajo que olor a esencia de azahares. A los mismos que ahora hacen una campaña contra la instalación de la fábrica ballenera nunca los he oído hablar o hacer una campaña para suprimir los abrómicos y esos sí que son olorcitos”61.

59

Fábrica de harina y conservas de pescado. Durante décadas las relaciones económicas entre Iquique y Oruro, Bolivia, fueron vistas como una posibilidad concreta de recuperación económica. Nótese como Kinast compara la planta ballenera con dicha posibilidad frustrada. 61 El Tarapacá, Iquique, 25 de agosto de 1954. 60

Abrómico es un concepto poco utilizado hoy en día. Se refiere a barriles usados para depositar las aguas servidas domesticas con desperdicios humanos, comunes en una época en que Iquique no disponía de un alcantarillado moderno y eficiente. Estas opiniones, vertidas en la prensa de la época, nos hacen comprender como en el pensamiento predominante de la época, la contaminación de origen industrial no era mal vista en general y menos en el caso de Iquique, ciudad caracterizada por la depresión económica en las décadas posteriores al fin del ciclo salitrero. No existía una conciencia social y política al respecto. Por ende, tampoco era posible que hubiese voces de peso que tuviesen argumentos de carácter ético contra la caza de cetáceos. Finalmente, desde la gerencia general de INDUS en Santiago llegó un telegrama destinado al abogado de la compañía en Iquique, René Vigneaux, señalando que la ballenera trabajaría de manera higiénica y moderna, aprovechando toda la ballena, y que beneficiaría a la ciudad con empleos62. En diciembre de ese año, vino a Iquique Helmuth Heisen, gerente general de la INDUS, a finiquitar los últimos aspectos legales y disposiciones necesarias para la construcción de la planta. Finalmente, en marzo de 1955, comenzó la construcción de

la

planta que

duró

casi

20

meses.

En ella trabajaron

ininterrumpidamente 350 obreros bajo la dirección del administrador José Alegría y el ingeniero Humberto Slachwsky. La construcción tardó mucho porque no solo era una planta que procesaría la ballena para hacer aceite de uso industrial, además fabricaría algunos productos derivados como el jabón Le-sancy, el jabón Gringo, jabon Comadre, productos populares de uso doméstico en la época. Tras 7 meses estaban en estado avanzado el pequeño molo de abrigo, los 6 tanques de acero con capacidad para 2000 toneladas de aceite cada uno. El slip o plataforma para varar ballenas, las bodegas, la maestranza, la sala de calderas, la sala de jabón anhidro, la planta para beneficiar huesos, que producía cola para carpintería y fertilizantes, las casas para los empleados, la planta de harina, comedores y servicios para operarios63. En una visita oficial, el intendente subrogante, coronel Antonio Encina de la Torre, comprobó el estado de avance de esta construcción, agregando el dato de que los cocinadores, ubicados debajo de la cama de descuartización encima del slip o plataforma que recibe la ballena, tendrían la capacidad para procesar cuarenta ballenas diarias 64. Todas las noticias de

62

Ibíd. El Tarapacá, Iquique, 11 de noviembre de 1955. 64 El Tarapacá, Iquique, 9 de junio de 1956. 63

esta época resaltan que esta sería una de las plantas balleneras más modernas de Sudamérica y del mundo. En noviembre de 1956 comenzaron a llegar los barcos cazadores para iniciar las actividades en la planta. El INDUS 12 llegó de Quintay, y fue el primer buque destinado a Caleta Molle. Este buque cazador fabricado en Sandjeford, Noruega, en 1937, fue el primero en entrar en funciones aún antes de la fecha oficial de la inauguración de la planta, el 9 de diciembre de 1956. Su primera excursión, un 26 de noviembre, tuvo como resultado la captura de dos ballenas, dando inicio no oficialmente, a la industria ballenera en Iquique65. Este buque, junto con su gemelo el INDUS 14, era uno de los más modernos de la época, al ser el primero de los INDUS en contar con radar. El mes anterior ya habían contratado personal para las oficinas administrativas. En octubre de ese año fue contratada doña Cecilia Vargas, secretaria taquígrafa dactilógrafa, secretaria de gerencia durante los primeros años de funcionamiento de la planta66. Por regla general, al comenzar sus operaciones la planta tenía un componente de personal experimentado traído de Quintay. Los jefes de turnos y de secciones que capacitaban y enseñaban los oficios a sus neófitos colegas iquiqueños solían ser de Quintay. Para inaugurar la planta, quizá una de las mayores inversiones privadas realizadas en la provincia en esos años, se esperaba la visita del mismísimo presidente de la república, Carlos Ibáñez del Campo y tres de sus ministros, el 9 de diciembre de 1956. La gerencia general de la INDUS, presente también para la ocasión, agasajaría al mandatario con un almuerzo y con el espectáculo de presenciar el descuartizamiento de una ballena y su procesamiento. Sin embargo, el mandatario canceló su viaje debido a problemas políticos en el congreso. En su reemplazo asistió el ministro del interior, Benjamín Videla Vergara y los ministros de economía y agricultura, señores Alejandro Lazo y Oscar Aravena respectivamente. Por parte de la INDUS estaban sus máximos directivos, gerente general Helmuth Heisen y presidente de la firma, Gustavo Olivares. Esta inauguración fue todo un evento. El diario El Tarapacá, reflejó el entusiasmo reinante en la opinión pública por la instalación de la nueva planta INDUS: “La INDUS, que hace solo unos meses tiñera el cielo con sus humos de progreso industrial los cielos, 65

El Tarapacá, Iquique, 26 de noviembre de 1956. Entrevista con Cecilia Vargas, ex secretaria de la gerencia de INDUS en Iquique. Entrevistador: Damián Lo Chavéz, Iquique, 26/04/2014. 66

en el agonizante Iquique, convertida en realidad, inaugura sus actividades mañana”67. La ceremonia propiamente tal contó con la asistencia de 135 personas entre las que se encontraban destacadas autoridades civiles, el almirante de la armada chilena y de la armada peruana, Jorge Escobedo y Luis Edgardo Llosa respectivamente, autoridades religiosas, personalidades empresariales a nivel nacional y local. La presencia del almirante peruano se debía a que este era el secretario de la Comisión Permanente del Pacifico Sur. En dicha ocasión el obispo de Iquique, monseñor Pedro Aguilera bendijo la planta, acto seguido el ministro Oscar Aravena dio unas palabras en nombre del presidente ausente y el ministro del interior Benjamín Videla procedió a cortar la banda tricolor ubicada entre la cama de descuartización y el slip o rampla usada para subir las ballenas. El público pudo apreciar como una ballena era izada desde un buque INDUS y faenada en la cama de descuartización por primera vez en Caleta Molle. Si bien Iquique expermimentó un fuerte decrecimiento demográfico a raíz del fin del ciclo salitrero. Pero eso no significa que todos los ex trabajadores vinculados al salitre hayan abandonado la provincia. En Tarapacá, el ciclo salitrero operó como una propuesta de desarrollo económico a nivel psicosocial que trascendió en las capacidades laborales de quienes trabajaron el salitre. De modo que la industria ballenera y la industria pesquera tuvo entre sus mejores trabajadores calificados y sindicalistas a ex pampinos68. Esta expectativa de que la ballenera absorbiera parte de la cesantía postsalitrera se ve reflejada en un testimonio recogido por Sergio González de un ex pampino, Artemio Fernandez, que efectivamente paso del salitre a la ballenera. Artemio recuerda que, después de un largo peregrinar por varias oficinas en proceso de cierre: “El 13 de Diciembre de 1956 llegué a Iquique; aquí gestione por un lado y por otro y no había nada de eso que le llaman ahora pesqueras, lo único que estaba era la ballenera, entonces ahí me encontré con un amigo Leónidas Ríos, y entré a trabajar en la ballenera el 4 de enero de 1957”69.

67

El Tarapacá, Iquique, 8 de diciembre de 1956. Sergio González Miranda, Hombres y mujeres de la pampa salitrera, Tarapacá en el ciclo de expansión del salitre, Santiago, Universidad Arturo Prat, Centro de Investigaciones Barros Arana y LOM, 2002. P.122. 68

69

Ibíd. P.149.

Había comenzado oficialmente la caza industrial de ballenas en Tarapacá. En los capítulos que siguen trataremos aspectos sobre la infraestructura, faenas y finalmente el cierre de la planta con el ocaso de la caza de ballenas en Chile.

Despedida de la tripulación del INDUS 12 que retornó a Quintay tras traer el bueque a Caleta Molle, noviembre de 195670.

70

Foto de Héctor Mendieta, disponibles en el portal www.flickr.com.

Popular jabón gringo de INDUS, producto de uso masivo previo a la difusión de las lavadoras automáticas en Chile a partir de la década de 197071.

71

http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-100559.html

Cartel de la CORFO que muestra en extenso los subproductos de la ballena, esta etapa de la historia económica de Chile se caracteriza por un impulso a la industrialización y apoyo estatal a la industria 72.

72

http://ballenerosdequintay.unab.cl/historia-de-la-compania-industrial-indus/productos-derivados/

La Planta INDUS de Caleta Molle: infraestructuras y funciones. El acto de inauguración con el que cerramos el capítulo anterior sirvió para que los representantes de la INDUS contaran con un poco más de detalle en que consistían las instalaciones de la nueva planta ballenera de Caleta Molle. Un total de 22 hectáreas obtuvo de concesión de terrenos fiscales, en las cuales edificó sus instalaciones divididas en tres áreas: 1-Sector norte: retén de carabineros para cumplir con la ley seca estipulada para esa zona en particular. Los empleados de INDUS tenían prohibido el consumo de alcohol en terrenos de la compañía, misma política que se aplicaba en Quintay. Este retén aún existe. Además hay tres casas habitación para los mayordomos de las secciones industriales y un dormitorio con capacidad de alojar a 53 trabajadores. 2-Sector fábrica: tiene un edificio de dos pisos en el cual funcionaban oficinas, una bodega de materiales y la clínica. La presencia de una clínica se debía a que era común que hubiese accidentes, caídas y cortes en las faenas. En el segundo piso de dicho edifico estaban las oficinas administrativas. En otro edificio de este sector está la sala de energía, maestranza (reparación de maquinarias) y salas de caldera. Otros edificios del sector fábrica eran la cancha de descuartización de ballenas, planta de elaboración de aceite y planta de recuperación de aceite y fabricación de harina, planta para extracción de aceite de huesos, planta de saponificación anhidra, sección jabonería y compuestos para lavar. En el límite mismo con el mar se ubica un muelle de 50 metros con un muro de defensa contra marejadas y la rampa que sube las ballenas hacia la cancha de descuatización. 3-Sector sur: finalmente, y fuera de sector de la fábrica propiamente tal se encuentran 3 casas para alojamiento de personal, un pabellón para alojamiento de personal y un casino-comedor para empleados. Otros dos factores importantes para que toda esta infraestructura descrita funcionase era el abastecimiento de agua y energía eléctrica. Recordemos que para la empresa estos factores fueron una gran preocupación. Para llevar el agua dulce fue necesario construir un sistema de cañerías de 8 pulgadas de 7650 metros de largo desde los estanques de la Dirección de Obras Sanitarias, entonces fiscales, de agua de Iquique, que aún se ubican en la zona sur en la actual avenida La Tirana, junto a lo que hoy es el sector Las Dunas.

Para ciertas funciones como el lavado de la cancha de descuartizamiento, que quedaba cubierta de sangres y restos orgánicos, la lubricación de la rampa o slip por la que ascendían las ballenas y para el enfriamiento de los motores se usaba agua de mar. Esta era sacada del mar con dos bombas capaces de sacar 150 toneladas de agua de mar por hora, agua que se almacenaba en estanques de cemento desde los cuales se distribuía a donde fuera necesaria. La energía eléctrica la suministraba la ENDESA con un tendido que iba desde Iquique hasta la planta, con un total de 8 kilómetros de tendido eléctrico y dos transformadores de 350 kilovatios cada uno. Recordemos que en ese entonces Iquique llegaba hasta el sector de playa brava. Como hemos mencionado más de una vez el servicio de energía eléctrica fue deficiente la ciudad en este periodo. Si bien la planta de la ENDESA con sus nuevos motores importados de Europa fueron una considerable mejora, el servicio no dejó de presentar fallas y caídas periódicas por lo cual la INDUS dispuso en su planta de un sistema propio en caso de corte de suministro compuesto por un grupo eléctrico Rustón de 150 kilovatios y una máquina de vapor Spilling de 120 kilovatios73. Según relata Celedonio Contreras, constructor civil y jefe de turno de INDUS, la planta nunca debía quedar sin suministro de energía ya que esta funcionaba 24 horas de corrido, divididas en 3 turnos de 8 horas cada uno 74. Esto se debía a que un buque cazador podía llegar a cualquier hora con ballenas y estas debían ser faenadas de inmediato sin demora. Los generadores eléctricos mencionados eran, en términos sencillos, motores autónomos comunes en hospitales, industrias o lugares alejados con suministros inestables de corriente. El proceso comenzaba al llegar el buque cazador con las ballenas atadas a sus costados. Estas eran cazadas y eran subidas por el slip o rampla, previamente mojado con agua de mar, mediante un poderoso huinche, es decir un motor provisto de un cable de acero y un gancho con capacidad para 120 toneladas y que podía ser asistido por 5 huinches menores75. Una vez arriba de la cancha de descuartización, un equipo de descuartizadores procedía a cortar lonjas de carne y grasa de ballena para arrojarlas en las bocas de los cocinadores de la planta productora de aceite, ubicada estratégicamente debajo de la cancha de descuartización. Esta sección, una de las más importantes de toda la planta, contaba con 4 cocinadores, cuyas bocas se comunican directamente con la cancha de descuartización. Además había 4 separadores de aceite y 3 centrifugas 73

La mayor parte de estos datos son de El Tarapacá, Iquique, 10 de diciembre de 1956. Entrevista con Celedonio Contreras. Entrevistador: Damián Lo Chávez, Iquique, 2/04/2014. 75 Ibíd. 74

utilizadas para separar los restos solidos del aceite de ballena 76. Este conjunto tenía la capacidad de faenar una cantidad aproximada de 8 a 9 ballenas azules, 19 a 20 ballenas de aletas conocidas como finbacks y de 30 a 40 ballenas de esperma conocidas comúnmente como cachalotes77.

Rorcual o ballena azul, es la criatura viviente más grande sobre la tierra. Pertenece a la categoría de ballenas de barbas. Estas barbas son tejidos resistentes y flexibles en el hocico que filtran el plancton, krill y peces pequeños presentes en el agua. Estos cartílagos eran usados para la corsetería y las varillas de las sombrillas y paraguas.

76 77

Entrevista con Luis Guerrero, op.cit. El Tarapacá, Iquique, 9 de diciembre de 1956.

Esta lamina del Centro de Conservación de Cetáceos es bastante completa. Se puede agregar que los cachalotes physteriade son los depredadores más grandes del mundo78.

Lamina publicada por el diario argentino El Día de La Plata, con motivo del varamiento de una ballena de aleta, finback o rorcual común en dicho país79. La carne de esta ballena es comestible y fue uno de los varios productos de la INDUS.

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Centro de Conservación Cetácea de Chile, http://www.ccc-chile.org El Día de La Plata, La plata, argentina, 8 de mayo de 2009.

La INDUS contó con una flota ballenera de 19 embarcaciones a lo largo de su historia, de distinto nivel tecnológico según la época en que estos se desempeñaron. Así tenemos los primeros INDUS 1, 2, 3 y 4 de principios de siglo, impulsados con vapor, para posteriormente pasar a buques más modernos como los INDUS 12 y 14 equipados con radar y motores diésel. Aún más eficientes fueron los INDUS 18 y 19, de origen nipón, aportados a la compañía tras asociarse con una empresa japonesa denominada Nitto Whaling Co., entre 1963 y 1967. Del mar al cocinador: el comienzo proceso de beneficio de cetáceos Todo comienza con el buque ballenero en mar abierto. El buque recorría un espacio que tenía como centro la planta terrestre. En el caso de Molle, esta planta le permitió a la INDUS expandir sus faenas entre Coquimbo y el límite norte del país en Arica 80. Cuando un buque ballenero divisaba un cetáceo debía aproximarse lo suficiente a él para tener un buen ángulo de disparo desde el cañón-arpón. Normalmente el cetáceo recibía el disparo y moría rápidamente al ser impactado por el proyectil explosivo del arpón. Una vez sucedido esto, desde el buque, se le enterraban unas mangueras de plástico conectadas al motor del buque que le inyectaban aire para que flotara y le clavaban un banderín, de modo que la ballena muerta quedaba como una boya en el mar cercano a la planta mientras el barco proseguía su jornada de caza que podía durar desde uno a varios días81. Estas ballenas convertidas en boyas eran recogidas por embarcaciones ligeras denominadas pangas para acercarlas al slip 82. Al retornar a la planta las ballenas eran amarradas con cadenas a los costados del barco. La señora Cecilia Vargas recuerda en una ocasión haber visto hasta 12 ballenas amarradas a los costados de uno de los INDUS a su regreso a Molle 83. Los buques cazadores INDUS tenían capitanes chilenos y europeos. Entre estos últimos había alemanes, suecos y noruegos. Entre estos destacó el comodoro Paul Lennard 84, alemán, hombre de mucha experiencia y antigüedad, por lo cual la compañía le ascendió a la categoría de comodoro y tuvo bajo su mando varios buques con sus respectivas tripulaciones. Por su parte podemos recordar capitanes chilenos como el capitán Luis Vásquez del INDUS 11 quien asombró a toda la provincia al capturar 70 millas frente a la costa de Pisagua una 80

El Tarapacá, Iquique, 18 de diciembre de 1954. Entrevista a Celedonio Contreras, op.cit. 82 Este dato de las pangas en particular proviene de una entrevista realizada por Daniel Quiroz en Cazadores modernos de ballenas en las costas de Chile (1905-1983) op.cit. 83 Entrevista a Cecilia Vargas, op.cit. 84 También es mencionado como Lenartz. 81

gigantesca ballena azul de 23,5 metros de largo y 79 toneladas en diciembre de 1956, pocos días después de la inauguración de la planta85, y al capitán del INDUS 19, Oscar Mendieta, cuyas fotos personales han sido publicadas por su hijo Héctor. Para comprender el funcionamiento de la INDUS, debemos tener presentes que esta industria trabajaba con un recurso que se renueva lentamente y que estaba sometido a cuotas, y por ende estos buques y este personal laboraba en Molle y en Quintay por temporadas o de manera alternada. Una vez que el buque retornaba a la planta ballenera, las ballenas encadenadas eran subidas por la rampla o slip utilizando una grúa ubicada al final del slip, en la cancha de descuartización. Esta grúa era conocida popularmente como “donkey” y al final de la cadena de dicha grúa había una gran tenaza llamada popularmente “jaiba” que tomaba la ballena de la cola para la ascensión de esta a la cancha de descuartización. El slip debía estar húmedo para permitir el ascenso de la ballena lo que se lograba mojándolo con agua de mar sacada mediante unas bombas y almacenada en unos estanques de cemento. El equipo de trabajadores encargados de la tarea de traer las ballenas del barco al slip y subirlas por el e llamaba “cuadrilla de izamiento”86. Terminada la entrega de las ballenas, el buque cazador retornaba al puerto de Iquique donde un equipo de trabajadores de la INDUS le hacían mantención y lo reabastecían de víveres y combustible. Una vez en la cancha, obreros premunidos de pértigas con cuchillos curvos procedían a destazar la carne de ballena, cortando las lonjas de grasa conocidas como “tocino”, cortar la carne que fuese comestible y separar los huesos. Con el mismo método que se mojaba el slip se lavaba la cancha de descuartización que no debía quedar con vestigios dado que estos se descomponían rápidamente 87. Para completar su equipo, el descuartizador tenía unas botas altas con clavos en las suelas para poder pararse sobre la ballena. En el caso de los huesos estos eran cortados con unas sierras especiales. Los descuartizadores iquiqueños tenían jefes venidos de Quintay que los dirigían y entre estos incluso hubo chilotes. Estos últimos tuvieron una larga tradición en las faenas balleneras localizadas en el sur del país. Muchos de ellos trabajaron para la

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El Tarapacá, Iquique, 25 de diciembre de 1956. Violeta Berrios Huss, Recuerdo y olvido como parte de una historia: la ballenera de Quintay, Memoria para optar al título de antropóloga social, Santiago, Universidad de Chile, Facultad de ciencias sociales, Departamento de antropología, 2010. P. 71. 87 Entrevista con Celedonio Contreras, op.cit. 86

INDUS en Quintay y por supuesto en Molle 88. Entre los chilotes destacados por la INDUS a Iquique estuvo el capitán Humberto Olavarria, originario de Quellón, sirvió en la caza de ballenas desde los tempranos tiempos de la Sociedad de Corral ya mencionada. Fue el primer chileno en ser nombrado capitán ballenero por sus maestros europeos. Falleció producto de un ataque cerebral en Iquique en abril de 196189 No esta demás señalar que las faenas incluían ciertos peligros dado que los suelos eran resbaladizos y las herramientas cortantes. No sabemos de qué alguien haya fallecido, pero si eran comunes caídas y heridas de menor y mediana gravedad para lo cual la INDUS tenía una enfermería atendida por un enfermero de apellido Millones que revisaba al lesionado y lo derivaba a un médico de ser necesario 90. El material era arrojado a las bocas de los cocinadores, conectados con la cancha de descuartización. Había dos cocinadores para la grasa y dos para la carne y las vísceras. Estos cocinadores procesan la grasa de ballena a altas temperaturas para fabricar aceite y se ubican en una sala justo debajo de la cámara donde también están ubicadas unas grandes centrifugas que terminan por separar los restos solidos del aceite líquido 91. Lamentablemente no hemos podido conseguir fotografías de esta sala de cocinadores y centrifugas, probablemente porque fuera un entorno de altas temperaturas, intenso ritmo de trabajo y vapores poco amable con un potencial fotógrafo. Este era el primer y principal proceso al que era sometida la ballena al ingresar en la planta. De él se derivan la fabricación de jabones, detergentes, velas y harinas para fertilizantes y alimento para ganado. Recordemos que, como señalaba la gerencia de la INDUS en el debate sobre el impacto ambiental de la industria, y como nos confirmará luego Luis Guerrero, la Compañía procesaba absolutamente toda la ballena. Sigamos con el proceso de la grasa de ballena. El sólido, húmedo, sacado de la centrifuga en la planta de aceite, debajo de la cancha de descuartización, pasaba a una planta de secado. En esta ingresaba en unas maquinarias denominadas ciclones a las cuales ingresaba aire caliente a gran presión que secaba estos restos solidos transformándolos en harina. Esta harina de alto contenido proteico era otro de los varios 88

Véase Daniel Quiroz y Paula de la Fuente, Los chilotes en la ballenera de Quintay, Proyecto Fondecyt 1080115. 89 El Cavancha, Iquique, 5 de abril de 1961. 90 Entrevista a Cecilia Vargas, op.cit. 91 Entrevista a Luis Guerrero, op.cit.

productos INDUS para el ganado. El líquido remanente que quedaba en los cocinadores también era procesado para elaborar otro tipo de harina, “denominada de solubles” de alto valor proteico y comercial92. En un comienzo los huesos no se utilizaban, se cocían para eliminar los restos de tejidos y botaban en los roqueríos que rodean la planta. Sin embargo, la cocción no era muy completa de modo que quedaban pequeños restos adheridos al hueso que atraían moscas, gusanos y mal olor. Debido a esto la compañía optó por incinerarlos para generar fosfato de calcio. Este producto era vendido a la Compañía Chilena de Fertilizantes, que explotaba guano en Iquique, y mejoraba su producto mezclándolo con el fosfato de calcio. Además, el hueso al ser sometido a una mayor cocción junto con la carne generaba otro tipo de harina de menor valor proteico, pero rica en calcio que también servía para el ganado. Es por esta razón que no hay en torno a la planta y ni siquiera bajo el mar restos óseos de cetáceos93.

INDUS 12 recalando en Molle con una ballena amarrada a su costado 94.

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Ibíd. Entrevista a Luis Guerrero, op.cit. 94 Fotografía de Héctor Mendieta. 93

Slip o rampla de ascenso de ballenas a cancha de descuartización de Molle.

La cancha de descuartización de Molle. Según la información de Hector Mendieta, estos trabajadores serian iquiqueños con un jefe de Quintay que enseña el oficio95. Al fondo se ven los contenedores de aceite.

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Foto de Hector Mendieta.

Bocas de los cocinadores en la cancha de descuartización de Molle.

La “jaiba” en el izamiento de una ballena rayada en Quintay96.

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Foto de Luis Pita Sanclaudio.

El aceite era sometido a un proceso denominado “Saponificación” que significa hacer jabón. En términos sencillos, esto significa mezclar el aceite de ballena con hidróxido de sodio conocido comúnmente como soda caustica. Primero se hacía un jabón básico denominado “pasta esperma” que se usaba como base para productos más elaborados como jabón Rococó, Le-sancy y jabón Gringo, muy popular para lavar ropa. Todos los días de trabajo en la planta comenzaban a las 8 de la mañana. Se reunían los jefes de cada una de las áreas de la planta para informar de su trabajo, novedades y necesidades. La señora Cecilia Vargas, como secretaria de gerencia, tomaba notas de estas cesiones y redactaba un informe que era enviado todos los días a Viña del Mar donde se ubicaba la casa matriz de la empresa. Al final de esta misma reunión, el gerente se comunicaba por radio con el gerente general de la INDUS para comentarle las novedades, la situación y estado de los buques cazadores y el balance de producción de la planta. Año a año la planta entraba en un receso al cumplirse las cuotas por especie acordadas por la Comisión Permanente del Pacifico Sur. Durante este receso se hacían mantenciones en las instalaciones y en la flota. Los trabajadores de INDUS: sindicalismo, producción y recreación. Ahora que tenemos un panorama claro de las faenas que se desarrollaban en la planta nos centraremos en el sujeto trabajador y empleado y en como este se desenvolvía entorno al trabajo y la vida social. La INDUS enfrentó en Iquique algunos conflictos sindicales menores durante sus años de funcionamiento. Posteriormente, como veremos más adelante, hubo problemas de mayor envergadura pero vinculados al cierre de la planta, ante factores que estaban fuera del control de los actores involucrados. Al poco tiempo de comenzar a funcionar, la INDUS, despidió a 33 obreros de maestranza para dejar plazas destinadas a un contingente de quintainos de confianza según se dijo por parte de los trabajadores despedidos. Estos además señalaron que se les contrataba con plazo de 3 meses para evitar la formación de un sindicato. José Alegría alegó que el despedido era una decisión tomada desde la gerencia general y que él no podía hacer más. Esto suscitó quejas ante las autoridades pero no paso a mayores, dado que los afectados no fueron muchos y la opinión pública en general estaba muy entusiasmada con la nueva industria que venía a resucitar la moribunda economía tarapaqueña 97. Lamentablemente ninguno de nuestros tres entrevistados estuvo afiliado al sindicato que 97

El Tárapaca, Iquique, 10 de marzo de 1957.

se generó poco después, de modo que al no decir nada más, no queda claro en que termino dicho conflicto o si hubo otros sin contar los que tuvieron lugar a raíz del proceso de cierre de la planta. Sin embargo, y a pesar de este episodio lamentable, el sindicato se constituyó y fue la instancia de representación oficial de los balleneros de Molle ante las autoridades y en la liga comercial de futbol que agrupaba a los equipos de los diversos gremios de la ciudad. El 26 de abril de 1957 los trabajadores balleneros debutaron en la liga comercial de futbol venciendo 2 a 1 a “Dos Estrellas”, pero como dice El Tarapacá, su campaña no prosperó debido a lo falto de entrenamiento del recién creado equipo98. Luis Guerrero recuerda que la empresa despedía la temporada de caza de cetáceos con un día de recreación en que obreros y empleados se juntaban a hacer competencias deportivas entre empleados y obreros, y entre las distintas secciones. Ese día era de recreación, se almorzaba y confraternizaba. Esta fecha no era fija dado que las ballenas se desplazaban y a veces pasaba que había semanas sin captura99. La INDUS fue una empresa que intentó generar la idea y ambiente de “empresa familia” muy común en formas europeas modernas de capitalismo y estado de bienestar. Los salarios eran satisfactorios, además de facilidades de atención médica y vivienda otorgadas por la empresa. Esta realidad queda latente en las publicaciones de la empresa consultadas en esta investigación: 50 años al servicio del país: 1901-1951 y Breve historia de la Compañía Industrial 1900-1964100 donde se explican los elementos recién mencionados. Luis Guerrero recuerda a un empleado de confianza de la firma que le contó que trabajaba desde muy joven con la Compañía y que esta incluso lo había educado y enseñado a leer101. Este suerte de “estado de bienestar” interno que promueve la empresa evita potenciales conflictos sindicales y tienden a estimular la producción. Entre 1956 y los primeros años de la década de 1960 la CORFO tuvo una política conocida como “Estimulo al trabajo” que consistía en premios en dinero a los mejores obreros y empleados de las empresas a nivel provincial. Para seleccionar, CORFO enviaba a cada intendencia un formulario que era repartido a cada empresa de la provincia y que incluía desde datos globales de la empresa como cuantos trabajadores 98

El Tárapacá, Iquique, 27 de abril de 1957. Entrevista a Luis Guerrero, op.cit. 100 Indus-Lever, Breve historia de la Compañía Industrial 1900-1964, Santiago, Imprenta Lord Cochrane, 1964. 101 Ibíd. 99

habían trabajado ese año, cuantos días había estado activa la industria etc. y los criterios para evaluar a los trabajadores y empleados. Estos criterios para calificar evaluaban puntualidad, asistencia, sindicalismo responsable (es decir no conflictivo), amabilidad en el trato, iniciativa en el trabajo etc. Para gestionar la selección se reunía un comité que incluía al intendente, a un representante obrero de la provincia, uno de empleados y un representante empresarial. El relacionador público de esta comisión era un representante oficial de carabineros. En 1960 fueron premiados dos trabajadores de la INDUS el obrero Freddy Rangel Lazo y el empleado Carlos Pino Gata, jefe de la sección maestranza. La importancia relativa de la INDUS en la provincia la evidenciamos en el hecho de que un representante de su sindicato, el Sindicado Industrial Compañía Industrial Planta Ballenera Molle, fue parte de esta comisión como representante obrero según consta en un informe de la intendencia con fecha de 8 de septiembre de 1961. En él, el vocal obrero es Alamiro González Fuenzalida quien figura como presidente del sindicato de la planta ballenera Molle102. Doña Cecilia Vargas tuvo una experiencia particular. Las faenas balleneras eran territorio exclusivamente masculino y no faltaba quienes pensaran incluso que la presencia de una mujer en las instalaciones podía traer mala suerte y afectar la productividad de la empresa. Sin embargo, al desecharse esta superstición, ella se ganó la simpatía de los trabajadores de la planta. Incluso conoció a su marido entre los empleados con los que trabajaba. Las vivencias en la planta han marcado a nuestra entrevistada, “la secretaria ballenera”, como le ha puesto la prensa local en dos oportunidades. Entre las numerosas anécdotas que pudo compartirnos, esta una que nos llamó la atención dado su carácter jocoso y cuasi legendario. En una ocasión un capitán ballenero europeo, ella no recuerda nacionalidad exacta ni nombre, ya de cierta edad, había salido en una jornada de caza. El capitán parado en la cubierta del barco estornudó y su dentadura postiza salió proyectada hacia el mar. Acto seguido, la jornada que debía alargarse hubo de durar menos y por radios e aviso que el capitán retornaba a Molle con una sola ballena, dado que no podía continuar al serle imposible comer. De inmediato de la planta pidieron un dentista a Iquique que fabricara otra dentadura. En ese entonces la planta quedaba lejos de la ciudad de modo que no era tan sencillo. Mientras todo esto

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Archivo de la Intendencia Regional de Tarapacá Nº2017, en adelante ITAR.

se hacía, los descuartizadores trabajaban en la ballena que se había alcanzado a capturar en el viaje de regreso. En el estómago de esta encontraron la dentadura del capitán. Doña Cecilia indico que la dentadura fuera lavada con mucho cuidado y entregada al mismo capitán quien nunca supo lo que había sucedido y terminó sus días creyendo que un dentista en Iquique le había fabricado a toda prisa una dentadura nueva. Si bien esta historia puede ser difícil de creer a primera oída constituye parte del conjunto de vivencias propias de las relaciones humanas en una Industria que hoy solo se analiza en términos críticos, deshumanizando a quienes vivieron y trabajaron en ella. Mientras existió la ballenera, la INDUS promocionó sus productos en la prensa local y llamo a concursar por premios juntando determinada cantidad de envases de sus jabones. Una vez al año los iquiqueños aficionados al ciclismo hacían la “vuelta a la ballenera” en la cual los participantes partían desde la Plaza Prat hasta la planta. El fin de la era ballenera en Iquique: cierre de la planta ballenera de Caleta Molle Los datos revelados por la misma empresa demuestran que hay una baja en la productividad y en la cantidad de días trabajados y personal total en los años 60. Por ejemplo, en el año 1960 la planta trabajó 290 días, con 210 obreros y 46 empleados. Al año siguiente, la INDUS en Tarapacá operó 273 días con 180 obreros y 45 empleados103. Los números presentados en las publicaciones de la compañía evidencian otro tanto. Las tablas presentes en el documento Breve historia de la compañía industrial 1900-1964 indican lo siguiente: en 1961 habían 1266 empleados, en 1962, 597 y en 1963, 583. De 1962 a 1963 las ventas totales de la compañía, en escudos, moneda de la época, caen de Eº27.540.763 a Eº16.693.416. El problema de la INDUS radicaba precisamente en la producción vinculada a la ballena, dado que otros índices de producción como el aceite vegetal, rubro que la Compañía también abarca muestra mejoras. De producir 113 toneladas de aceite de ballena en 1961 la producción cae a 60 en 1963104. Hay diversos elementos que explican esta caída. El principal es la sobre explotación del recurso que provoca una disminución considerable de la presencia de

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Ibíd. Estos valores están expuestos en forma de tablas en Indus-Lever, Breve historia de la Compañía Industrial 1900-1964, op.cit. 104

ballenas en las costas chilenas105. Cada vez se hacía más difícil dar con ballenas y los buques recorrían largas distancias generando un gran gasto de combustible y trayendo las ballenas con cierto grado de descomposición que disminuía considerablemente la calidad del producto. Esto obligó a la INDUS a adquirir una avioneta y los servicios de un piloto que realizara prospecciones sobre la superficie oceánica y pudiera dar por radio la ubicación de cetáceos a los buques cazadores. Esta labor la realizó Pablo Phinthon, ex oficial de la Fuerza Aérea. A pesar de ello, la caza de ballenas comenzó a ser percibida como una actividad poco lucrativa y que englobaba muchos costos que no se justificaban con productividad y ganancias, lo que hizo a la compañía volcar sus esfuerzos en otros productos como el aceite vegetal. Los sueldos mermaron y se debió proceder a la reducción de personal en las plantas balleneras. Luis Guerrero recuerda que incluso un año, antes del cierre definitivo, la planta de Molle permaneció cerrada y que el mismo cambió de trabajo a otra industria que ofrecía un mejor salario 106. A finales de 1964, la empresa anuncio el cierre de la planta de Molle que se efectuaría al año siguiente en marzo. Este cierre, ocurrido en marzo de 1965, no fue declarado como definitivo pero el sindicato y la opinión pública temían que así fuese y fue un periodo de expectación dado el silencio de la empresa. El año anterior, la INDUS, se había asociado con una industria japonesa, país de reconocida y polémica tradición ballenera, la Nitto Whaling Co. que trajo a Chile dos buques cazadores y un equipo de trabajadores nipones. Sin embargo esta alianza no logró reactivar la actividad ballenera y el cierre de la planta iquiqueña se prolongó a lo largo de todo el año 1965. Ante esta incertidumbre el sindicato recurrió al intendente para que intercediera en su favor. Ese mismo año finalizó la breve existencia de la firma INDUSTONE, pesquera construida al norte de la ciudad en 1963, alianza entre la INDUS y una pesquera multinacional llamada Owenstone South-west Investement Ltda. El fin de la ballenera en Iquique coincide con la crisis de la industria pesquera en la provincia debido al abuso y consiguiente escasez de la anchoveta, especie utilizada en la fabricación de harina de pescado. El cierre de la ballenera y la crisis pesquera trajeron de vuelta el fantasma de la cesantía, deprimente flagelo del pueblo iquiqueño en las décadas posteriores al fin del ciclo del salitre. El 17 de marzo de 1965 se notificó el desahucio de los trabajadores y

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Un interesante análisis de esta problemática es José Betancourt Ordenes, Una industria en crisis: ensayo sobre la industria ballenera, tesis para optar al grado de profesor de historia, geografía y educación cívica, Santiago, Pontificia Universidad Católica, 1963. 106 Entrevista a Luis Guerrero, op.cit.

empleados de la INDUS107 y a partir del 1 de abril comenzaron a pagarse los finiquitos de los 150 obreros y 50 empleados de la planta108. El sindicato se acercó a la CUT, al intendente, sus dirigentes viajaron a Santiago para hablar con el ministro del trabajo pero todo fue en vano. En septiembre el subgerente de la empresa, Jorge Silva anunció que la planta no trabajaría ese año ni el siguiente debido a la escasez de materia prima109. En octubre comenzaron a desmantelar, en medio de la polémica, la planta llevándose una centrifuga Quintay110. La planta cerró de ese modo, en medio de la angustia de los trabajadores cesantes sin que la empresa se dignase a dar una información oficial y definitiva. La INDUS estaba en proceso de abandonar sus faenas balleneras y dos años después, en 1967 le tocaría a la planta de Quintay terminar sus operaciones. Las ruinas de la planta iquiqueña, relativamente bien conservadas serán reutilizadas después de décadas de abandono y olvido para rescatar la historia de una época pasada, de las vivencias de los trabajadores y de una industria que hoy es considerada casi criminal y va en rápido retroceso en todo el mundo. Conclusiones y reflexión final Al finalizar esta investigación podemos señalar que los objetivos han sido cumplidos. Pudimos reconstruir fidedignamente el trabajo al interior de la planta, el proceso de beneficio del cetáceo y las labores en el mar, a su vez como un marco cronológico exacto de la construcción, funcionamiento y fin de la planta ballenera Molle. Los testimonios y vivencias que pudimos rescatar tienen características comunes que ponen de manifiesto el carácter pasajero de esta industria en la región. A diferencia de otras tradiciones balleneras en otros lugares de Chile, los balleneros iquiqueños solo lo fueron durante algunos años. Ninguno de los tres entrevistados trabajo a lo largo de los 7 años que efectivamente funcionó la planta. Todos cambiaron de trabajo por diversas razones. Por ende el espacio estudiado no ofrece la posibilidad de hacer un análisis etnográfico o mostrar un concepto de “comunidad ballenera” dado que no existe esa identidad vinculada exclusivamente al trabajo ballenero, identidad desarrollada a lo largo de generaciones y vidas enteras en otros puntos del país. Sin embargo podemos corroborar varios elementos señalados en la introducción. Existe una representación social propia de la época que en ningún momento cuestiona o pone en tela de juicio la caería de 107

Cavancha, Iquique, 17 de marzo de 1965. Cavancha, Iquique, 1 de abril de 1965. 109 Cavancha Iquique, 29 de septiembre de 1965. 110 Cavancha, Iquique, 20 de octubre de 1965. 108

ballenas. Es simplemente otra fuente de trabajo y de desarrollo industrial más. Cualquier valoración con sesgo critico es hecha en retrospectiva, es decir la memoria es reconstruida y reconfigurada desde otro contexto histórico y cultural. Es el caso de Luis Guerrero que recuerda las faenas balleneras con cierta pena, dado que eran “animales hermosos que tenía una especie de sonrisa en la cara”111. Por breve que haya sido la ballenera de Molle es parte de la historia de Iquique y de las vivencias de sus habitantes en un periodo particular. Una época de angustias, miserias pero también de esperanzas y oportunidades. Sin embargo toda oportunidad tiene cierto costo, y la rehabilitación económica de la provincia tuvo como resultado que por muchos años no se vieran cetáceos en nuestras costas. Eran parte un pasado olvidado junto con los humos de la planta ballenera y la carne de finnback en el comercio. Sin embargo la naturaleza tiene un ciclo que es inevitable y la legislación restrictiva, y prohibitiva, de la caza de ballenas, a la que Chile adhirió a partir de 1979 ha tenido su efecto y las ballenas han retornado, quizá con cierta timidez, a las costas tarapaqueñas. El primer avistamiento de ballenas en Tarapacá, a millas del puerto, fue un 23 de mayo de 1984 112 y fueron adquiriendo cierta regularidad en el tiempo como resultado de la aplicación de la moratoria internacional asumida por la mayoría de los países de la Comisión Ballenera Internacional. No podemos juzgar desde nuestro presente las acciones del pasado en este caso en particular. Hoy por hoy, prima en la opinión pública internacional el rechazo a la caza de ballenas y el anhelo de ver los océanos repoblados de cetáceos tras un siglo de una guerra desigual entre el ser humano y el cetáceo, guerra de la que los hombres de la planta de Molle fueron parte. Es de esperar que el lento e incipiente éxito de la moratoria internacional sea mucho mayor que las bajas que sufren las ballenas a mano de industrias japonesas que por tradición y costumbre se han negado a acatar la moratoria.

111 112

Entrevista con Luis Guerrero op.cit. El Mercurio, Santiago, 23 de mayo de 1984.

Anexo fotográfico

La grúa apunto de izar una ballena en Molle, fecha indeterminada113.

La jaiba, conectada al donkey, asciende la ballena por el slip en Molle, fecha indeterminada114.

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Foto cedida por RTC Televisión. Ibíd.

Foto un poco deteriorada que muestra a doña Cecilia Vargas con don Jorge Schrader, segundo administrador de la planta después de José Alegría. Probablemente 1958115.

Jefes de secciones y de turnos, secretarias y capitanes balleneros. Don Luis Guerrero es el quinto de la última fila de derecha a izquierda. Al centro doña Cecilia Vargas junto a Blanca Meric, la otra secretaria. El segundo de derecha a izquierda, primera fila, es el comodoro Paul Lennard. Probablemente 1958116.

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Foto cortesía de doña Cecilia Vargas. Ibíd.

Jefes de personal de la INDUS en Iquique hacia 1962117.

INDUS 15 entrando en Molle con ballenas amarradas a su costado. Este barco, construido en Noruega, tuvo una historia que incluye una expedición a la Antártica y su uso como patrullero durante la Segunda Guerra Mundial118.

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Foto de Héctor Mendieta.

Plano del INDUS 17, construido en 1945 en los astilleros de Smith’s Dock, Inglaterra119.

Capitán sueco Edvanson del INDUS 7120.

118

Foto de Héctor Mendieta. Foto de Héctor Mendieta. 120 Foto de Cecilia Vargas. 119

Esta fotografía y las dos de abajo corresponden a la cancha de descuartización de Molle en pleno funcionamiento hacia 1960121.

121

Fotos cortesía de Luis Guerrero.

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Entrevista a Celedonio Contreras, constructor civil, ex jefe de turno de la INDUS. Entrevistador: Damián Lo Chávez, Iquique, 2/04/2014. Diarios El Tarapacá El Cavancha El Día de La Plata El Mercurio Diario Oficial

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