Invitacion a publicar Revista No. 8 MEC-EDUPAZ
Descripción
COMITÉ EDITORIAL Revista No. 8
Es$mad@ colega, Tenemos el gusto de comunicarte que hemos venido trabajando arduamente en favor de la calidad de la Revista de Patrimonio (MEC-‐EDUPAZ) de la UNAM. Ya desde los números 5, 6 y 7, hemos demostrado que la potencialidad temáOca, rebasa el papel de una publicación cienQfica tradicional, y permite repensar sus posibilidades de divulgación, y consolidar opciones dirigidas a nuevos públicos. Nuestra estrategia, no sólo se ha encaminado a ser reconocida por el Catálogo del CONACYT. También, en ampliar su marco de divulgación -‐ahora con nuevos formatos-‐ entre los que estamos contemplando uno impreso y ágil. No obstante, por el momento, esto aun representa una planeación a mediano plazo. Por lo pronto, y con la idea de ir planificando los contenidos para su próximo número, esperamos que con tu orientación y posible colaboración oportuna, nuevamente la Revista MEC-‐EDUPAZ, alcance su 8ª edición final, el próximo 16 de sepOembre. Para esta nueva publicación, hemos seleccionado que el tema eje, lo consOtuya el “paisaje espiritual”. Comprendido como espacio de bienestar individual y colecOvo cuyo espíritu éOco, -‐además de valores esté$cos y ambientales-‐, se apoya en el senOdo del bien común y la sustentabilidad. Por la comprensión dinámica de la cultura, sus repercusiones sociales, patrimoniales y económicas, impactan la propia escala de idenOdad local, regional y nacional. Hablar de paisaje espiritual significa por tanto, comprender la construcción material e inmaterial que ha producido la sociedad, dentro de un contexto histórico-‐espacial. Y que para su preservación, ha sido transmiOdo de generación en generación. Y si a la fecha, ya tenemos tres familias de paisajes ya clasificados como culturales (*): • Los creados por el hombre, a través de grandes obras del genio creaOvo y modelado por el hombre. • Los producOvos: paisajes antrópicos como: paisaje agavero, viñedos, arrozales, terrazas, el renacenOsta. • Los asociaOvos: El hombre le ha otorgado un significado espiritual a lo largo de su historia, y ha venido estableciendo puntos de referencia para su vida anímica. Tal paisaje natural, refiere la carga que se le puede haber atribuido a un rio, montaña, lago, etc. Ya que este Opo de paisaje, no está intervenido por el hombre, simplemente es asociaOvo por la carga simbólica que tal cual, ha tenido para las culturas.
***Cultural landscapes fall into three main categories Opera>onal Guidelines 2008, Annex3) 1
A parOr de las conclusiones establecidas por la XVIII Asamblea mundial del ICOMOS en Florencia 2014, claramente situadas en torno a los valores propiamente construidos social y culturalmente, surgió la posibilidad de avanzar en el concepto de « paisaje espiritual » como tema por desarrollarse. ¿Porqué referirse a esta nueva categoría de valores patrimoniales? Responder a su contextualización, implicaría parOr del horizonte de la sustentabilidad en sus tres dimensiones complementarias: social, económica y medioambiental. Y también, comprender históricamente, el ¿hacia dónde? se fueron albergando la simbolización y creación de estos nuevos lugares, que a la vez respondieron a formas espaciales de conceptualizar el mundo, el futuro y el dialogo con el cosmos, o en casos, a trazas y ciudades. Desde nuestra perspecOva, existen temas que aun quedan pendientes de completar el marco histórico que requiere concebir los valores patrimoniales como paisaje, por lo que hacen más que sugerentes este apelaOvo de espiritual. La significación y construcción social de estos nuevos referentes, no podrán estar alejados de una determinada forma espacial. Por esta razón, deducimos que un paisaje espiritual, también refiere a la concreción aspiracional de los sueños colecOvos por construirse, en el plano de un paisaje diverso, conspicuo y sustentable. De ser así, este concepto, iría más allá de una caracterización de natura, para quedar ubicado en el marco de la cultura y su construcción social. Capaz de abrir horizontes sugerentes, situar escalas, simbolizar perímetros y producir socialmente escenarios peculiares de territorialidad. Para hacer visibles sus referentes, muy bien responderían a los más altos y disOntos imaginarios colecOvos. Todos orientados a imprimirle un nuevo senOdo espiritual al habitar un lugar, en este siglo que precisa de una nueva conquista e inauguración de la palabra pública. Esta categoría, a su vez, nos permiOría diferenciar « paisajes » de los que no son « paisajes espirituales ». Y con ello, también cuesOonar si el perfil que la inequidad que ha traído consigo en el crecimiento anárquico de las megalópolis, permiOría ser conceptualizado como un paisaje espiritual del S. XXI. ¿O porqué no? Si el uso de siOos y ciudades históricas en una versión frívola orientada a un turismo de masas, podría formar en sí misma, una modalidad de paisaje espiritual. Y también, si la triada del « vandalismo »-‐« especulación financiera »-‐ y-‐« armamenOsmo » es el nuevo paisaje que drásOcamente estamos viviendo, -‐entre otras, por las prác$cas del Estado Islámico-‐, para destruir los bienes culturales de la anOgüedad. Si llegáramos a estar en lo correcto, este marco histórico, bien podría a estar orientado a presumir la capacidad organizaOva y parOcipaOva de los grupos e individuos de un lugar, para generar sus propios espacios de futuro. Mas allá de los thrillers Hollywoodenses y la espectacularidad técnica de la Guerra de las Galaxias.
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Por el contrario, hablar de escenarios de futuro para crear un paisaje espiritual, implicaría por ejemplo, pensar en: A) Una historia de vida que cosechó la gesOón de una serie de generaciones a lo largo de un siglo. B) La organización parOcipaOva para la recuperación de un barrio. C) La definición de esquemas regulaOvos para afianzar derechos culturales. D) El desarrollo de ciudades educadoras o estrategias recreaOvas para fomentar el manejo del Oempo libre orientado a la sustentabilidad del lugar De llegar a un consenso, ¿cada uno de estos ejemplos, podría orientarnos a consolidar un nuevo paisaje espiritual ? Apelar a tu consideración como amigo del Consejo Editorial de la Revista e interlocutor, es fundamental. Solicitar tu parOcipación y apoyo para contribuir, a abordar estos nuevos ámbitos del patrimonio y la cultura, en una forma transversal e interdisciplinaria, es sustanOvo. Convocarte para que moOves a los miembros de tu comité cienQfico y comunidad, académica, con objeto de que contribuyan a publicar en este numero de la revista, será crucial. Los retos de la sociedad actual y los excesos que se están mulOplicando en detrimento de los bienes socio-‐culturales, así lo requieren . En espera recibir tu orientación, recibe a nombre del Consejo Editorial, nuestros sinceros reconocimientos y más cordiales saludos! “POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU” Ciudad Universitaria, D.F., a 5 de julio, 2015 A t e n t a m e n t e Consejo Editorial, Revista MEC-‐EDUPAZ UNAM
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