INVERSIONES EXTRANJERAS EN AMERICA LATINA

July 8, 2017 | Autor: K. Olivera Apaza | Categoría: Economy
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Descripción

"INVERSIONES EXTRANJERAS EN AMÉRICA LATINA"

El presente trabajo tiene como objetivo dar a conocer que es la Inversión Extrajera Directa (IED) y cuales han sido sus implicancias en Latinoamérica durante el período 2010 – 2014 respecto a cuales han sido los principales inversores, los montos captados y el porcentaje que constituye para la región.

La Inversión Extranjera Directa (IED) consiste en la inversión de capital por parte de una persona natural o de una persona jurídica (instituciones y empresas públicas, empresas privadas, etc.) en un país extranjero. En el país de destino, esta entrada de capitales puede realizarse mediante la creación de nuevas plantas productivas o la participación en empresas ya establecidas para conformar una filial de la compañía inversora.
La inversión extranjera directa constituye la entrada neta de inversiones para obtener un control de gestión duradero (por lo general, un 10% o más de las acciones que confieren derecho de voto) de una empresa que funciona en un país que no es el del inversionista. Es la suma del capital accionario, la reinversión de las ganancias, otras formas de capital a largo plazo y capital a corto plazo, tal como se describe en la balanza de pagos.
Según la OCDE, la IED tiene por objeto ejercer un control a largo plazo sobre la empresa adquirida o participada, y el criterio establecido para definirlo es que la propiedad adquirida por la sociedad matriz sea, como mínimo, del 10% de la filial.
Según el paradigma capitalista, la IED es uno de los motores del desarrollo, especialmente para las economías receptoras. Empezó a cobrar mayor relevancia a partir de finales de los años ochenta, cuando el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial promovieron en los países periféricos la aplicación de las medidas propugnadas por el CONSENSO DE WASHINGTON: PRIVATIZACIONES, reducción de la inversión del sector público y liberalización comercial y financiera. La IED, a partir de entonces, pasó a convertirse en una de las principales fuentes de financiación de los países empobrecidos. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), entre 1996 y 2001 los flujos de IED que entraron en la región superaron ligeramente el 4% del PIB, mientras en 2007 este porcentaje aumentó un 8% de promedio; en 2011, en plena crisis financiera y económica, la IED descendió hasta el 5,8%.
El crecimiento de la IED durante el siglo XX ha sido exponencial, sobre todo tras la crisis energética y financiera de los años setenta. La apertura de las fronteras al comercio y a las transacciones financieras, junto con la creciente FINANCIARIZACIÓN de la economía mundial, provocan una expansión tal que en 2007 la IED había alcanzado un valor equivalente a 137 veces el de 1970. En el panorama de crisis económica y financiera actual, sin embargo, la IED mundial ha sufrido una cierta contracción, que fue especialmente marcada en 2009, año en el que las salidas globales de inversión hacia otros países se redujeron alrededor de un 43%. Pero experimenta una ligera recuperación a partir de 2010, y en 2011 la IED ya crece un 17% con respecto a 2010, si bien no está clara cuál será su evolución en próximos ejercicios.
A nivel mundial, España fue el sexto país inversor en 1999, año en el que el 66% de sus inversiones se concentraron en América Latina. La entrada masiva de IED española en la región coincide con la PRIVATIZACIÓN de empresas estatales en los países latinoamericanos durante la década de los noventa, máximo que no ha vuelto a repetirse desde entonces, puesto que las compañías públicas únicamente pueden privatizarse una vez. Con todo, la presencia de las MULTINACIONALES ESPAÑOLAS en la región se ha afianzado en la última década y, según datos de 2011, España es el segundo país inversor en la región (14% del flujo), sólo superado por Estados Unidos (18%).
La crisis económica y financiera que se inició en 2007 ha marcado una nueva tendencia en las corrientes de IED, con un aumento importante de la cuota de participación de las economías periféricas, como emisores y también como receptores mundiales de IED.
En el caso de América Latina se pueden identificar 4 grandes categorías definidas por el tipo de IED greenfield:
Extractivas y sus primeras etapas de transformación (1,9 puestos/ millón de dólares); las cuales se dan en países con tradición extractiva POCO DIVERSIFICADOS, tendencia a efectos distributivos regresivos – Importancia de la fiscalidad.
Manufacturas intensivas de en empleo (6,5 puestos/ millón de dólares); las cuales se dan en países con ventajas de costos laborales, Estructuras duales: las actividades menos complejas de bajos salarios se localizan en la región.
Manufacturas más complejas (3,9 puestos/ millón de dólares); estas se dan en países con base manufacturera previa.
Servicios (4,6 puestos/ millón de dólares); los mismos se dan en países con otras ventajas como: potencial turístico, financieras, de logística, entre otras.
Concretamente, los países de América Latina y Caribe realizaron inversiones en el extranjero en 2010 por valor de 43.000 millones de dólares, un récord histórico para la región, lo que demuestra el creciente poder de las empresas translatinas. A su vez, la llegada de IED a la región muestra una tendencia de marcado crecimiento, así en 2010 aumentó un 40% con respecto al año anterior y en el año 2011 lo hizo en un 31% más.
En el caso de América Latina, coincidiendo con la entrada de los capitales europeos y, más concretamente, españoles, las transnacionales adquirieron las empresas estatales de servicios que se privatizaron en condiciones muy ventajosas y a precios por debajo de su valor real. Actualmente, si bien continúan produciéndose importantes fusiones y adquisiciones en el ámbito de los servicios, se comprueba una tendencia al alza en la inversión en la explotación de recursos naturales, principalmente en la región sudamericana, donde este rubro supuso el 43% del total de la entrada de IED en 2010 y el 57% en 2011, excluido Brasil. Se trata de inversiones en la explotación de materias primas para la exportación, fundamentalmente minería metálica, hidrocarburos y alimentos, impulsada por los altos precios de estas commodities en el mercado internacional. En cuanto a Centroamérica y el Caribe, las inversiones se concentran en los sectores manufacturero (54%) y de servicios (41%), según datos de 2011. En 2014 la región recibió 158 803 millones de dólares de IED: un 16% menos que en 2013.


Europa y Estados Unidos siguen siendo las principales fuentes de IED en la región. La IED intra - regional es más importante en Colombia y Centroamérica

Entre 2003 y 2013 la IED en la región se ha multiplicado por 4 pero hoy es necesaria una reflexión sobre sus efectos
Existe un peligro de vulnerabilidad externa latente asociada a:
Renta de IED, que es el principal rubro negativo del balance de cuenta corriente. En algunos países los egresos por renta de IED son mayores que los ingresos por flujos de IED.
El superávit del balance de bienes es cada vez menor y esto está asociado a la incapacidad de la estructura productiva de responder al incremento del consumo que genera un flujo creciente de las importaciones.
La creación de empleo directo es modesta, y depende de la especialización sectorial de la IED.
Frente a este escenario hay que revisar el papel de la IED en el desarrollo de los países.
La rentabilidad ha caído fuertemente en los últimos años, pero la renta de IED total se mantiene alta:
El acumulado de IED en la región es muy alto y continúa creciendo,
La renta de inversión es el principal causante del déficit de cuenta corriente (La renta de IED es el principal componente de la renta de inversión),
La caída en el superávit de bienes ha agrandado el déficit por cuenta corriente.
Las utilidades de las empresas transnacionales en términos absolutos son muy elevadas gracias a que el stock de IED en la región es alto.

KRISTEL OLIVERA APAZA UNIVERSIDAD ANDINA DEL CUSCO
012200722G INVERSIÓN Y POLÍTICA DE CRÉDITOS



La Dirección General de Inversión Extranjera (DGIE) es la Unidad Administrativa de la Secretaría de Economía encargada, entre otras cosas, de emitir resoluciones administrativas bajo la Ley de Inversión Extranjera, administrar y operar el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras (RNIE), elaborar y publicar estadísticas sobre el comportamiento de la IED en el territorio nacional, fungir como Secretaría Técnica de la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras, representar a México ante los foros internacionales de inversión, coadyuvar en la promoción y atracción de inversiones, difundir información y estudios sobre el clima de inversión en el país e instrumentar lineamientos de política pública en materia de IED.
En cuanto a la IED española, ha sufrido una rápida evolución desde los años noventa, pasando de representar el 3% del PIB en 1990 a suponer el 20% en 2000 y el 47% en 2010.



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