Introducción-Enfoques neo-liberal, estructural y clasista

June 30, 2017 | Autor: Denis Sulmont | Categoría: Neoliberalism, Neoliberalismo
Share Embed


Descripción

Carpeta VII ENFOQUES SOBRE EL TRABAJO EN EL PERU. NOTAS PARA UN DEBATE1

Esta  obra  está  bajo  una  Licencia  Creative  Commons  Atribución-­‐NoComercial-­‐SinDerivar  4.0  Internacional.  

LA CRISIS Y EL ROL DE LOS TRABAJADORES Desde mediados de los años 70, la crisis domina el panorama social peruano. Al acercarse el final de la década de los 80, no basta hablar de crisis; estamos en una violenta y trágica tormenta, sin perspectiva de tregua al horizonte. Tal es la situación en la que se ubica nuestra reflexión sobre el trabajo y los trabajadores en el Perú hoy día. Intentamos ahora hacer un balance, reflexionar sobre la práctica colectiva de investigación y acción en la cual estamos involucrados, explicitar sus alcances y límites en confrontación con otras vertientes de análisis y los nuevos problemas actuales, y despejar perspectivas teóricas y políticas acordes a los retos del momento. Nos preocupa fundamentalmente repensar, en medio de la difícil situación actual, el rol protagonista de los trabajadores y sus posibilidades de ser actores decisivos de un proyecto nacional. Nuestra reflexión se sitúa en el Perú, pero también esperamos contribuir a los debates sobre los movimientos laborales en los países latinoamericanos más afectados por la crisis. Partiendo de la realidad del trabajo y de los trabajadores, nuestra preocupación central es el problema nacional y las alternativas de desarrollo y de movilización social y política para enfrentarlo desde una perspectiva democrática y popular. ¿En qué medida los trabajadores organizados se constituyen en sujetos de un movimiento social de alcance nacional, capaz de resistir a la crisis y a la descomposición económica, social y política del país y de participar en la elaboración de políticas de desarrollo? ¿Las luchas laborales no se circunscriben más bien a la defensa de intereses fragmentados, subordinados a la acción del Estado, de los aparatos partidarios y de los grupos dominantes?                                                                                                                         1

  Texto   inédito   elaborado   como   parte   una   reflexión   crítica   a   los   diferentes   enfoques   de   análisis   de   la   problemática   laboral   en   el   Perú.   Departamento   de   Ciencias   Sociales   de   la   Pontificia   Universidad   Católica   del  Perú,  Lima,  1989.    

¿Las masivas y multifacéticas movilizaciones sindicales y populares de las últimas décadas pueden articularse en una nueva fuerza democrática o expresan un desborde popular que acelera la crisis del sistema político y la espiral de violencia? ¿Cómo se ubican los sindicatos, las comunidades laborales y otras modalidades de intervención colectiva de los trabajadores frente a la recesión económica y la crisis de alternativas del país? Tales preguntas nos llevan a interrogarnos sobre el carácter heterogéneo y combinado de las relaciones de trabajo y de los medios de subsistencia de los trabajadores, sus campos de acción y su relación con los demás actores sociales y políticos, en un país de capitalismo periférico sacudido por la más profunda y prolongada crisis de su historia moderna. CUESTIONAMIENTOS Nos encontramos interpelados por una serie de cuestionamientos que ponen en tela de juicio la vigencia del movimiento obrero, tanto en su expresión tradicional populista -dominada por el APRA hasta los años 60-, como en su más reciente expresión clasista, tal como ha ido afirmándose junto con los partidos de izquierda durante los años 70. Los efectos conjugados de la renovación tecnológica, de las políticas de precarización sindical y el peso de los asalariados de las empresas capitalistas. La crisis obliga a los trabajadores y sus familias a involucrarse en nuevas estrategias de sobrevivencia; lejos de desaparecer, la economía campesina y la economía informal urbana han adquirido una creciente importancia, abarcando a más del a mitad de la fuerza laboral del país, la proporción de los asalariados ha ido disminuyendo en términos relativos. ¿Quiere decir ello que el movimiento obrero resulta obsoleto como categoría de análisis y como fuerza social, y que el sindicalismo está destinado a desempeñar un papel marginal en las movilizaciones populares? Puede afirmarse, ¿cómo lo hacen no pocos analistas, empresarios y gobiernos, que los asalariados son privilegiados frente a la masa de trabajadores campesinos e informales? No sería estos informales los verdaderos promotores de un nuevo dinamismo popular e incluso de una alternativa empresarial? ¿No convendría centrar nuestra atención en nuevos movimientos sociales, definidos en base a categorías diferentes a las tradicionales clases sociales? Estos distintos interrogantes –provenientes uno de la derecha neoliberal, otros de las corrientes reformistas y nacionalistas y finalmente de los medios políticos e intelectuales marxistas o radicales- expresan una preocupación por redefinir las viejas categorías analíticas y políticas que han marcado el ciclo expansivo del capitalismo de los años 50 y 60, en torno a los temas de la modernización y del desarrollo por un lado, de la dependencia y del socialismo por otro. Asistimos en América Latina a la crisis de las políticas de industrialización sustitutivas de importaciones, y de los regímenes populistas; los socialismos reales pierden su fuerza como modelos de referencia para los sectores revolucionarios, con el viraje chino y el cuestionamiento del estatismo burocrático en el seno del bloque soviético; los dogmatismos marxistas se quiebran o exacerban. Junto a la experiencia de

lucha contra las dictaduras militares, estos cuestionamientos han ido desplazando el terreno de los grandes debates ideológicos y políticos; el tema de la democracia tiende a sustituir el del socialismo; el rol del Estado, de su relación con la economía y con la sociedad, se convierte en una preocupación central; la cultura, la vida cotidiana, el problema de la violencia y de los derechos humanos también cobran una gran importancia. Los optimismos sobre el desarrollo, el progreso y la modernidad también se encuentran resquebrajados. El agravamiento de la situación del Tercer Mundo frente a los países centrales, que la deuda externa pone de manifiesto de manera tan visible, revela la debilidad y los límites de la industrialización en las estructuras nacionales dependientes y sus efectos perversos en cuanto a la distribución desigual de la riqueza y atención a las necesidades básicas de la población, particularmente en países tan periféricos y desclasados como el Perú. El “mito del progreso” que movilizó tanto a las elites industrializantes como a los sectores medios y a las masas populares choca con una situación de desencanto y desasosiego. La fuga de capitales y de talentos, el surgimiento de antiguos y nuevos mesianismos, la rabia contenida de los jóvenes y el desencadenamiento de la violencia, además del auge de un fenómeno tan pernicioso como el narcotráfico, son las manifestaciones de la profunda crisis moral y cultural que acompaña la frustración de las expectativas y la carencia de alternativas nacionales. La crisis, sin embargo, no presenta sólo este panorama de desesperanza. Al mismo tiempo significa una renovada movilización de fuerzas sociales, de organización y de conciencia nacional, coloca a la mayoría de los actores sociales –particularmente en el campo popular- ante ineludibles retos que estimulan su capacidad creativa de sobrevivencia, y la elaboración de alternativas de desarrollo, de movilización social y política y de afirmación cultural. No podemos dejar de relevar, en los últimos diez años, la notable capacidad de resistencia y de iniciativa de los sindicatos, de las organizaciones de pobladores, de los frentes de defensa regionales y sectoriales, y de las asociaciones profesionales e intelectuales; el creciente protagonismo de las mujeres: la vitalidad de la creación cultural y el dinamismo de los partidos y de los procesos de renovación ideológica y de centralización política. Llama también la atención la importancia de la experiencia de los gobiernos locales y de las movilizaciones populares en torno a ellos. No menos significativo resulta la precaria pero persistente coordinación gremial y política expresada en los frentes regionales y en la Asamblea Nacional Popular. La sociedad peruana, frente al deterioro de la economía y del Estado, ha adquirido y mantiene una densidad organizativa y una gran pujanza, en su base popular. Debemos reconocer en ello un innegable movimiento de democratización social. Dicho movimiento coexiste con la espiral de violencia; coexiste también con la crisis del Estado y del sistema político, presionando para cambiarlos. Presentar el Perú de los años 80 como un escenario dominado exclusivamente por la descomposición social, la violencia y guerra, oculta las posibilidades de transformación de una sociedad a partir de sus protagonistas y en particular de los trabajadores. PLAN DE TRABAJO

El presente trabajo se propone abordar polémicamente los principales enfoques analíticos y políticos vigentes en el Perú respecto a la problemática laboral. Lo hemos ordenado en torno a tres enfoques:

 

-

El enfoque neoliberal, en especial su énfasis en el problema de la flexibilización de las relaciones de trabajo y los planteamientos del Instituto Libertad y Democracia sobre la informalidad.

-

El enfoque estructuralista, a partir del cual discutimos los planteamientos desarrollistas y de la dependencia, la perspectiva aprista, el análisis de la heterogeneidad estructural, y los estudios referidos a la pobreza, la economía campesina, la marginalidad y el llamado sector informal urbano.

-

Y el enfoque del protagonismo social, que nos permite hacer una evaluación de la experiencia del llamado movimiento clasista y sus perspectivas actuales.  

ABRIENDO EL DEBATE Las principales reflexiones aquí presentadas forman parte de un proceso de reflexión colectiva vinculada a mi quehacer universitario, como una práctica de investigación, de capacitación y asesoría con el mundo laboral. Entre las múltiples personas que contribuyeron a discutir y enriquecer este balance, debo mencionar especialmente a Alfredo Silva, Carmela Vildoso, Jorge Tineo, Javier Iguiñiz, Isabel Yépez, Ana María Yañez, Jorge Bernedo y Peri Paredes. Agradezco también a Alain Touraine y Daniel Pecaut, quienes me ofrecieron la oportunidad de presentar y discutir el primer borrador de este trabajo a un conjunto de estudiantes latinoamericanos en el Ecole Pratique des Hautes Etudes en Sciences Sociales de París, a fines de 1988. No puedo dejar de mencionar además el aporte de los estudiantes del curso “Temas en Sociología” en la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Debo señalar finalmente, que el presente trabajo no hubiera sido posible sin el apoyo que me brindó FOMCIENCIAS2, y el semestre sabático otorgado por el Departamento de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, mayo 1989                                                                                                                         2

 Este  proyecto    inicial  fue  presentado  a  fines  de  1986  bajo  el  título  “Alcances  del  movimiento  laboral  en   el   Perú   (balance     1956-­‐1986)”,   en   el   marco   del   Concurso     de   Proyectos   de   Investigación   en   Ciencias   Sociales     organizado   por   FOMCIENCIAS.   El   presente   balance   es   parte   de   los   resultados   de   dicho   proyecto.            

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.