Introducción. Cartografías del movimiento Bosquejos de espacios creados por recorridos de individuos y artefactos

June 7, 2017 | Autor: Alejandra Lizardi | Categoría: Cultural Geography, Migration Studies
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Descripción

Cartografías del movimiento Bosquejos de espacios creados por recorridos de individuos y artefactos

Alejandra Guadalupe Lizardi Gómez Kenia Berenice Ortiz Cadena (Coordinadoras)

Universidad de Guadalajara Centro Universitario del Norte

Diseño de portada: Éctor Sandoval

Cuerpo Académico: Procesos Interculturales en Contextos Multiculturales Primera edición, 2012 d.r. © 2012, Universidad de Guadalajara Centro Universitario del Norte Carretera Federal # 23, km. 191 46200 Colotlán, Jalisco isbn: 978-607-450-653-2 Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico

Contenido

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alejandra Guadalupe Lizardi Gómez y Kenia Berenice Ortiz Cadena

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Migración de Tránsito por México: una cartografía del movimiento territorial. . . . . . . . . . . . . . . . . . Adriana González Arias Cartografías de atención a padecimientos crónicos por familias transnacionales. El espacio construido entre México y Estados Unidos a través de tres modelos médicos. . . . . . . . . . . . . Alejandra Guadalupe Lizardi Gómez Cartografiando los movimientos de San Cristóbal Magallanes. Identidad regional frente a la migración del norte de Jalisco y el sur de Zacatecas . . . . . . . . . . . . . . . Heather Brady

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Cartografía de una fiesta patronal: la relación entre el espacio local y una comunidad en diáspora . . . . . . . . . . . . . . Kenia Berenice Ortiz Cadena

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Participación argentina en la danza del Phujllay en Córdoba. Sentidos en la construcción de la bolivianidad . . . . . . . . . . 123 Akira Igaki ¿Cuál es la escala de un documento? Rastreando los movimientos de la ciencia y tecnología a partir del programa de manejo para un área natural protegida de México . . . . . . . . . . . Julio Antonio Díaz Cruz

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Movimiento ilícito internacional de objetos culturales latinoamericanos . . María Julia Ochoa Jimenez Acerca de los autores. . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Introducción Alejandra Guadalupe Lizardi Gómez Kenia Berenice Ortiz Cadena La idea de agrupar propuestas para hacer visibles fenómenos en movimiento, surgió de la necesidad de contextualizar algunas de las investigaciones de quienes hemos trabajado frente a los obstáculos para describir el recorrido de prácticas y símbolos utilizando únicamente mapas o cartas geográficas. Interpretar el espacio en que transcurren las experiencias de las personas en movimiento, desafía la idea de contención y permanencia para definir los lugares o puntos del espacio. Las discusiones teóricas sobre la conceptualización del espacio en esta era de fronteras difusas, son numerosas, pero escasean las propuestas sobre la forma que tendrían esas nuevas y diferentes formas espaciales. Para ejemplificar sólo algunos análisis sobre la necesidad de reconocer nuevos espacios y significados en lugares que no permanecen fijos, baste citar a Smith y Guarnizo (1998), Velasco (1998) y Perkmann y Sum (2002). Smith y Guarnizo llaman la atención hacia un espacio imaginario, localizado abstractamente, en el que se han representado las prácticas construidas por su movimiento entre naciones y territorios. Estas prácticas, según los autores, no pueden ser construidas como si estuvieran libres de ataduras o limitaciones y oportunidades impuestas por la contextualidad. De forma que, mientras conectan a colectividades localizadas en más de un territorio nacional, están personificadas en localidades situadas en tiempos determinados históricamente. La construcción de espacios que difuminan fronteras y por los que se movilizan discursos e identidades, es de acuerdo a Perkmann y Sum (2002), el resultado de estrategias implementadas por varias fuerzas sociales dentro y más allá de regiones fronterizas. Entre las estrategias, se encuentra la articulación de escalas nacionales y locales con significados completamente nuevos, en momentos de cambio en que se modifica la importancia y el papel de escalas geográficas. El proceso de cambio en los significados de las escalas, por las cuales sería posible visualizar el movimiento, se compone de tres niveles de transformación según Velasco (1998). El primero se conforma por los cambios en las relaciones estructurales de espacio–territorio local con sistemas sociales más amplios, es decir, en la forma que se establecen y negocian las relaciones de los espacios territorializados y aquellos que dejan de estarlo. El siguiente nivel, lo ocupa el sistema de prácticas que se modifica al incluir nuevas relaciones entre espacios ya existentes. Como último nivel, identifica al nuevo sentido que adquiere la conciencia colectiva de expresar nuevos proyectos culturales que desbordan el territorio local y nacional. 1

El movimiento por tanto, puede tener un papel central en la creación de un espacio. El espacio que configuran los individuos en su constante transformación como actores sociales o el que ocupan los objetos durante sus diversas ordenaciones hacia el artefacto ideal. De esta forma, así como lo escribe Pandya (1990), el espacio puede dejar de conceptualizarse como una estructura contenedora, y comenzar a verse como el movimiento conjunto de experiencias y lenguaje. La idea de conceptualizar el espacio como movimiento resulta convincente, sin embargo, una vez que se adopta, se dificulta hacerla visible. Al intentar establecer sus escalas, los puntos de articulación, sus alcances y dimensiones, en los estudios actuales se hace evidente la escasez de figuras gráficas que permitan ejemplificar este espacio. Identificar esas figuras como cartografías resulta útil si pensamos que, una cartografía se caracterizan por ofrecer una imagen idealizada de un vasto espacio que sirve para localizar lugares y rutas, y visualizar los contornos y dimensiones de los lugares en forma diagramática (Rodríguez, 2009). Aún con una minoritaria presencia, es posible encontrar cartografías en las que el espacio dibujado -por compleja que sea su construcción-, permite ubicar los fenómenos del movimiento sin utilizar mapas, sino a través de interpretaciones cartográficas de reconfiguraciones entre geografía, percepción, discurso y significados. Algunas de estas propuestas son las de Carling (2003), y Voigt-Graf (2004). Los dos autores son estudiosos de fenómenos transnacionales, por ello, reconocen que las dimensiones o escalas con que se intenta mostrar la existencia de comunidades o espacios transnacionales son insuficientes, dada su constante reordenación. Una reordenación que resulta de la magnitud, la dinámica y el sentido de aquellos que construyen comunidades o espacios de esa naturaleza con sus acciones. Carling (2003), diseñó la estructura geográfica de una práctica transnacional con una representación cartográfica de datos estadísticos. El número de personas viviendo fuera del lugar de origen, la cantidad de remesas enviadas y el deseo de emigrar fueron la base para establecer sus escalas. Voigt-Graf (2004), abandonando las metáforas espaciales y haciendo uso de escalas globales -conformadas por flujos de personas, ideas u objetos y por elementos sujetos a un lugar-, representó una comunidad transnacional. Para ello tomó en cuenta los lugares que son considerados el centro cultural de una diáspora, los puntos de destino, los nodos creados por el transito incesante, y la motivación del flujo de un punto a otro, así como la estabilidad del flujo. Ante tal insuficiencia de propuestas, no sólo se hace difícil visualizar un espacio, si no también profundizar en las propuestas mismas, complementarlas, debatirlas, objetarlas o fortalecerlas. La intención de esta obra -una suma de propuestas cartográficas-, es la de hacer más abundantes las representaciones visuales de espacios o recorridos, y describir 2

la forma en que se diseñaron. De tal manera que, se brinden elementos que faciliten entender el espacio como movimiento y vislumbrar sus posibles transformaciones, ya sea por acciones de individuos o colectivos, o por el tránsito o configuración de objetos materiales. En contraste con un sistema cerrado, en donde la cartografía no requiere de otros fenómenos o procesos fuera de sí misma para existir o explicarse, Díaz (2009: 190) concibe una cartografía como un sistema abierto, cuya construcción e interpretación “es inseparable de prácticas tecnológicas, económicas, políticas y sociales y en cuanto es inseparable de otras estrategias de representación del mundo como el arte, la escritura, los números, el teatro, la danza o el ritual”. En esta obra se agrupan cartografías que buscan constituirse como sistemas abiertos, de tal manera que los trabajos muestran solo una de las múltiples posibilidades para cartografiar espacios siguiendo el movimiento de personas, objetos y manifestaciones culturales. Algunas propuestas se concretan en un gráfico, mientras que otras identifican los elementos fundamentales con que se podrían definir las escalas para su diseño gráfico. Quienes colaboramos en estos capítulos, tenemos diversas formaciones. Sólo uno de los autores se especializa en geografía, y es el único que aborda el asunto -el espacio de transformación de un documento científico- sin aludir a nociones geográficas. El resto de los autores, desde disciplinas sociales variadas, aludimos a nociones como localidad y fronteras para dar cuenta del movimiento de personas – predominantemente hablamos de migrantes- de manifestaciones culturales y de artefactos. Sabemos que a los expertos en la elaboración de cartografías tradicionales, nuestras propuestas les parecerán osadas, a sus ojos podríamos recibir los calificativos de geógrafos naive (Brosset, Calarmunt y Saux, 2008) o geógrafos de perfomance (Crampton y Krygier, 2006). Nos hemos permitido no obstante, representar la vida social, siendo la mayoría de nosotros inexpertos en geografía, pero reconociendo el potencial de esa ciencia para llenar los vacios a los que nos enfrentamos, algunos de ellos ejemplificados al inicio de esta introducción. Hemos elaborado entonces, cartografías para conocer el espacio que delimitan algunas personas con sus acciones, algunas manifestaciones culturales con sus alcances y algunos artefactos en su función. Partiendo del orden de estas últimas ideas, exponemos la secuencia en que se integraron los capítulos que conforman este libro. Los primeros tres capítulos aluden al movimiento de migrantes y a la ubicación y significado de sus acciones. Es frecuente que al aludir al movimiento de personas, vengan a la mente los migrantes. De entre todas las características con que se ha definido a distintos tipos de migrantes, sobresalen esas que los identifican por los cruces entre fronteras; pueden reconocérseles como migrantes asimilados porque no vuelven a sus lugares de origen y se apropian de las costumbres de los lugares de destino; como migrantes de retorno porque regresan y permanecen indefinida3

mente en los lugares de origen; migrantes de tránsito porque se sitúan fuera del origen, sólo de forma temporal en algunos lugares hacia su destino; y migrantes transnacionales porque diluyen las fronteras en sus posibilidades ilimitadas de ir y venir. El capítulo de Adriana González aborda el tema del recorrido por migrantes de tránsito en México. Dentro de ese recorrido, a la autora interesa principalmente identificar las relaciones que se crean entre espacio y sujeto. En esta investigación los migrantes comparten una condición de irregularidad en territorio mexicano, lo que los hace particularmente vulnerables. La situación en vulnerabilidad es la base que estructura las condiciones de riesgo, para disminuirlas los migrantes crean relaciones que les permiten elegir las rutas a seguir, el medio de transporte a utilizar, los mecanismos de financiamiento a conseguir. Una de las preguntas centrales de González es: ¿cómo se configura el país a partir de una migración de tránsito irregular? Ante esta pregunta, puede venir a la mente lo escrito por Denis (1997), quien considera que las acciones y los paisajes son las unidades fundamentales que estructuran la descripción de rutas. Brosset, Calarmunt y Saux (2008) aluden a tales estructuras utilizando el término de wayfinding, o búsqueda del camino, con lo que se describe el espacio desde el sentido común de las personas que lo habitan. ¿Cómo es entonces, la búsqueda del camino de los migrantes hacia la frontera con Estados Unidos? Podemos comprenderla mejor con el trabajo de González. En su capítulo, la autora toma en cuenta únicamente escalas geográficas para señalar los puntos donde los propios migrantes perciben mayor vulnerabilidad. Esos puntos se señalan en un mapa como un primer y fructífero ejercicio hacia una cartografía que integre mayores elementos subjetivos en la interpretación del espacio. El mapa de los puntos vulnerables en un recorrido de migrantes por México, puede verse como un mapa geopolítico, en el que se correlacionan numerosos fenómenos y factores, incluida la percepción del individuo. La segunda colaboración de este libro, se enfoca en los migrantes transnacionales y en sus familias como los actores centrales en la construcción de un espacio. En este caso, tratándose de migrantes que viven con padecimientos crónicos, el espacio que se describe en el trabajo de Alejandra Lizardi, es el espacio de atención. Para ello, se consideró a la familia como unidad de análisis, dado el predominio de acciones de atención al padecimiento a su interior. Las estrategias de atención dentro de los diferentes modelos médicos, con que se hace frente a las múltiples enfermedades y a las diferentes formas de funcionamiento de los sistemas de salud, son los que permitieron establecer la escala con la que se diseñaron las cartografías. Para representarlas se identificaron los puntos geográficos de los lugares de residencia de los migrantes, de los sitios donde reciben atención médica, y de los puntos de procedencia del apoyo para la atención, pudiendo provenir de familiares o 4

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