Introducción al sentido del trabajo

Carpeta X: El sentido del trabajo

sábado, 03 de octubre de 2015

ANTOLOGIA DENIS SULMONT CARPETA X

EL SENTIDO DEL TRABAJO INTRODUCCIÓN Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

INTERROGANTES SOBRE EL TRABAJO ¿Que entendemos por trabajo? El trabajo ocupa un lugar central en los diferentes sistemas de interpretación de la sociedad. Sin embargo, en los debates actuales sobre las perspectivas de la sociedad, encontramos bastante confusión en lo que se refiere al significado y la importancia del trabajo: ¿Vamos hacia la desaparición o la redefinición del trabajo? ¿Tiene vigencia esta categoría más allá de sus avatares históricos? Resulta sintomático que autores importantes que reflexionan críticamente sobre la “modernidad” dedican poca atención al problema del trabajo e incluso tienden a eliminarlo como categoría de su análisis.1 Sin embargo, la palabra “trabajo” no desaparece de nuestro lenguaje común, ni mucho menos, y la usamos con diversas connotaciones. Nos sirve para hablar de un “empleo”, una actividad económica remunerada; pero al mismo tiempo, no dejamos de llamar “trabajo’ a aquellas tareas realizadas gratuitamente: trabajo doméstico de los padres de familia, trabajo realizado en forma autónoma para nosotros mismos, trabajo benévolo, etc. Para muchos, el trabajo se reduce a una necesidad de subsistencia, una forma obligada de ‘ganarse la vida’; para algunos, ofrece una posibilidad de realización personal y de desarrollo cultural. En suma, los sentidos del trabajo no son unívocos y varían de acuerdo a los individuos, grupos y clases, así como a los contextos nacionales y culturales. Es indisociable de concepciones religiosas, que la relaciona con el sentido de la vida. La actividad del trabajo tiene un doble sentido: por un lado supone un esfuerzo, un desgaste que lo lleva a ser considerado como una actividad penosa asociada al castigo y la alienación. Por otro lado el trabajo es valorado como forma de realización 1

Es el caso de Jürgen Habermas, quien, en su obra ‘Teoría de la acción comunicativa” (Taurus, Madrid, 1987) prácticamente no usa la noción del trabajo. En su análisis de las diferentes categorías de acción, este autor distingue fundamentalmente entre la acción regulada por metas (teleológica), la acción regulada por normas, la acción expresiva (actuar dramatúrgico) y la acción comunicacional (actuar de sujetos capaces de intercomprehensión). Desde nuestro punto de vista, es necesario mostrar como el trabajo atraviesa cada una de estas categorías.

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del ser humano, de despliegue de sus capacidades creativas y su desarrollo como actor social. La cuestión del trabajo conduce a tratar aspectos fundamentales de la condición humana. Involucra al trabajador como sujeto humano, portador de derechos. Reivindica el valor de la persona humana. El trabajo añade valor, nos introduce en el corazón de la realidad económica y social. Responde a la necesidad de subsistir y al mismo tiempo al progreso. El trabajo nos conduce al problema de la división social y la cooperación. Trae consigo el problema de la dominación, la explotación y la lucha por la emancipación y la libertad. La reflexión teórica sobre el trabajo debe integrar dos perspectivas: una de orden socio-histórico, que busca captar las situaciones concretas de lo que llamamos el mundo del trabajo, entender su sentido específico e interpretar su evolución; otra de orden filosófico que apunta a desentrañar el significado genérico y ontológico del trabajo en la vida humana. No podemos aislar la reflexión sobre el trabajo de los grandes cambios en el desarrollo mundial: la extensión de la pobreza y de la desigualdad social, la precarización del empleo y la desocupación, la negación de los derechos y en general el deterioro de las capacidades productivas y de dominio sobre las condiciones de existencia. Asistimos, sin pausa, a gigantescas y complejas transformaciones: una revolución tecnológica que incrementa considerablemente la capacidad del hombre de intervenir sobre sus condiciones de existencia; una profunda reestructuración productiva internacional; una crisis del estado de bienestar y una redefinición de la hegemonía en la órbita capitalista; una vertiginosa crisis de los socialismos reales; y un estancamiento crítico de la mayoría de las economías de periferia. La historia parece haberse acelerado y seguir su ritmo resulta muy exigente. Los rígidos esquemas y categorías conceptuales se revelan insuficientes para entender tan importantes cambios. No podemos dejar de referirnos a la visión judeo-cristiana marcada por la ambivalencia entre el trabajo como forma creativa y la figura del pecado. Al trabajo de las mujeres y su relación con el ámbito privado y las tareas domesticas. A la transformación del trabajo producto de la modernidad, la revolución industrial y la expansión capitalista, recalcando los aportes de A. Smith, Hegel y Marx. Y finalmente incorporamos en el análisis del trabajo los cambios, la crisis de paradigmas, y los nuevos aportes sobre la evolución del trabajo en la era llamada post-industrial, incluimos aquí especialmente los aportes de Chenu, Marcuse, Gorz, Zarifian, Meda y Hannah Arendt. Las notas que ofrecemos a continuación tienen como propósito renovar nuestra concepción general del trabajo y sus significados para los sujetos sociales2. Planteamos la conveniencia de ampliar la manera de entender la producción; de enfocar el trabajo como una dimensión fundamental del hacer humano, indisociable no sólo de las necesidades de la vida material, sino también del desarrollo mismo de estas necesidades de acuerdo al ejercicio de la libertad en los espacios privados y públicos de la vida.

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Estas notas son parte de un trabajo mayor que hemos iniciado con el apoyo de FOMCIENCIAS y que debe ser publicado por la Asociación Laboral para el Desarrollo

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Estos planteamientos nos llevan a revisar las utopías del trabajo provenientes de la tradición liberal, el socialismo y el humanismo, y a reexaminar las vías que permitan garantizar un dominio común sobre la organización social y la racionalidad instrumental de la producción; nos llevan finalmente a formular algunas pistas que permitan construir una nueva “utopía concreta” concebida fundamentalmente a partir de los actores múltiples del mundo del trabajo enfrentados a los retos del desarrollo y de la democracia. Abordaremos estas reflexiones a partir de temas que nos parecen centrales: La relación del hombre con la naturaleza. La división social del trabajo. La racionalidad económica del trabajo. Y la tensión entre la necesidad y la libertad.

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