Introducción al estudio de las minas neolíticas de sílex de la Sierra de Araico (Condado de Treviño): Campaña de excavación del 2011

June 6, 2017 | Autor: A. Tarriño Vinagre | Categoría: Neolithic Europe, Flint Mining
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Descripción

ESTUDIOS DE ARQUEOLOGÍA ALAVESA

nº 27

4-81

VITORIA-GASTEIZ

2011

ISSN 1695-1611

INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LAS MINAS NEOLÍTICAS DE SÍLEX DE LA SIERRA DE ARAICO (CONDADO DE TREVIÑO): CAMPAÑA DE EXCAVACIÓN DEL 2011 Tarriño, A (CENIEH) (1)* Lobo, P.J (UPV/EHU, IAA) García-Rojas, M (UPV/EHU, IAA) (2) Elorrieta, I (UPV/EHU) (3) Orue, I (UPV/EHU) Benito-Calvo, A (CENIEH) Karampanglidis, T (CENIEH) Palabras clave: Minas neolíticas, Sílex, Recursos minerales, Treviño, Prehistoria. Gako hitzak: Neolithic mines, Flint, Mineral resources, Treviño, Prehistory. Key words: xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx RESUMEN: El sinclinal terciario surpirenaico de Miranda-Treviño posee carbonatos lacustres-palustres blanquecinos donde aparecen silicificaciones. Las capas afloran con una disposición homoclinal suave hacia el NW. Sus laderas presentan pendientes algo menores también hacia el NW. Esta disposición geomorfológica motiva que los estratos silicificados, que presentan encajantes poco consolidados puedan ser extraídos fácilmente. En ocasiones las labores mineras aparecen asociadas a escombreras donde se han ido acumulando los detritus. Diversas prospecciones arqueológicas en los años 50 se detectaron abundantes restos líticos, centenares de percutores y varias decenas de mazas de ofita, etc. Investigaciones recientes indican que la difusión de los sílex de Treviño durante la Prehistoria se ha realizado a yacimientos arqueológicos situados a varios centenares de kilómetros, tanto del Pleistoceno como del Holoceno. Con la actuación arqueológica llevada a cabo se confirma la existencia de una escombrera neolítica con una cronología comprendida entre 6000-5600 BP (sin calibrar), donde se constata un número elevado de restos líticos asociados a la extracción y primera manipulación del sílex, y de herramientas propias de cantería. Convirtiendo al yacimiento en una de las escasas minas de sílex prehistóricas identificadas en la Península Ibérica y una de las más antiguas de Europa. LABURPENA: El sinclinal terciario surpirenaico de Miranda-Treviño posee carbonatos lacustres-palustres blanquecinos donde aparecen silicificaciones. Las capas afloran con una disposición homoclinal suave hacia el NW. Sus laderas presentan pendientes algo menores también hacia el NW. Esta disposición geomorfológica motiva que los estratos silicificados, que presentan encajantes poco consolidados puedan ser extraídos fácilmente. En ocasiones las labores mineras aparecen asociadas a escombreras donde se han ido acumulando los detritus. Diversas prospecciones arqueológicas en los años 50 se detectaron abundantes restos líticos, centenares de percutores y varias decenas de mazas de ofita, etc. Investigaciones recientes indican que la difusión de los sílex de Treviño durante la Prehistoria se ha realizado a yacimientos arqueológicos situados a varios centenares de kilómetros, tanto del Pleistoceno como del Holoceno. Con la actuación arqueológica llevada a cabo se confirma la existencia de una escombrera neolítica con una cronología comprendida entre 6000-5600 BP (sin calibrar), donde se constata un número elevado de restos líticos asociados a la extracción y primera manipulación del sílex, y de herramientas propias de cantería. Convirtiendo al yacimiento en una de las escasas minas de sílex prehistóricas identificadas en la Península Ibérica y una de las más antiguas de Europa. SUMMARY: The south-Pyrenean tertiary synclinal of Miranda-Treviño has whitish lacustrine-palustrine carbonates where silicifications appear. The layers surface with a soft homoclinal layout towards the NW. Its mountainsides present slighter slopes towards the NW as well. This geomorphologic disposition causes the silicificated stratums which present not very consolidated surrounding rocks to be easily extracted. Occasionally the mining works appear associated to dumps where the detritus have been accumulating. Various archaeological prospections in the 50’s detected several lithic remains, hundreds of hammers and dozens of sledgehammers in ophite, etc. Recent investigations indicate that the circulation of Treviño’s flints during the Prehistory arrived to many archaeological sites, both of the Holocene and Pleistocene, located hundreds of kilometers away. The recent archaeological actuation confirms the existence of a Neolithic dump with a chronology between 6,000-5,600 BP (uncal.), where lots of lithic remains associated to the extraction and first shaping of flint were collected, as well as mining tools. All this makes the site one of the few prehistoric flint mines identified in the Iberian Peninsula and one of the oldest in Europe.

* Antonio Tarriño • [email protected]

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1. INTRODUCCIÓN La existencia de las silicificaciones en Treviño se conoce desde mediados de los años cincuenta cuando diversas prospecciones arqueológicas comenzaron a detectar abundantes restos líticos prehistóricos. La primera cita bibliográfica sobre la existencia de sílex en la zona de Treviño fue dada por Deogracias Estavillo (Estavillo, 1955: 172): “... Masas irregulares de pedernal se hallan impregnando margas y calizas, ya en forma de pequeños filones o lentejones sueltos, ya como nódulos, con rica gama de coloraciones (blancos, rosados, grises y negros, melados, etc.)...” Fruto de sus prospecciones recogió en la zona varios millares de objetos retocados según sus propias palabras (Estavillo op. cit: 177). Encontró más de medio centenar de mazos de cantera de ofita, la mayoría enteros y provistos de una ranura central para su enmangue. Utilizados para el laboreo de las vetas de sílex constituyen un valioso indicio de actividad minera prehistórica. También señala la aparición de más de un millar de núcleos, preferentemente localizados en los yacimientos denominados por él como talleres al aire libre. Algunos de estos núcleos aparecen reutilizados como percutores y retocadores también muy abundantes. Éstos ofrecen, en toda o en partes de su superficie, un astillado característico resultado de las numerosísimas huellas producidas por el sucesivo golpeteo. Los hay de todas dimensiones, desde microlíticos hasta de un kilo de peso. Otros materiales relacionados con los procesos extractivos del sílex citados por Estavillo (1957) son los denominados por él “picos y azadas”, con morfología prismática apuntada, preferentemente de sílex. También detectó sobre el terreno estructuras asociadas a los afloramientos que describió como pozos (Estavillo, 1975:19): “En el primero de estos cerros (nota 4) se halla una serie de hoyos circulares excavados en la misma cumbre, que cabría interpretar como antiguos pozos de cantera...” En otra ocasión este mismo autor (Estavillo, 1980:113) añade más observaciones de este tipo citando: “Aun pueden observarse hoy día, aunque disimuladas por mantos de pobre vegetación, las rústicas hoyadas en busca del sílex practicadas por elementales labores de zapa de aquellos primitivos mineros. Cerros de San Cristóbal (Grandival), La Galzarra (Treviño), Sierra de Busto (Busto) y los Asentaderos (Araico).” No todos estos indicios mineros se corresponderían con restos prehistóricos sino que este recurso mineral se ha estado explotando en la zona hasta épocas modernas (mediados del S. XX). En la década de los 80, dentro de las investigaciones arqueológicas que se realizaron en el valle del Río Rojo (afluente del Río Ayuda), se revisaron algunos de estos yacimientos (Ortiz et alii, 1990). Posteriormente se han detectado de modo patente labores mineras que, sobre el terreno, se identifican como pequeñas erosiones dispuestas siguiendo los niveles silicificados (Tarriño, 2001 y 2006). Más recientemente la aplicación de técnicas de prospección geoarqueológica con tratamiento de imágenes LiDAR (Tarriño et alii, 2011; Benito-Calvo et allii, 2011), ha puesto en evidencia una serie de pequeñas depresiones circulares cerca del collado entre el Alto de San Miguel (Grandival) y el Alto del Silo (Ozana). Parecen ser claras estructuras asociadas a la explotación de una de las variedades de nódulos de sílex de Treviño que más ha viajado durante la Prehistoria. (Fig.1)

2. CONTEXTUALIZACIÓN GEOGRÁFICO-GEOLÓGICA

El mejor afloramiento de sílex del Mioceno del sinclinal de Miranda-Treviño lo constituye el resalte topográfico que originan los estratos compactos de carbonatos lacustres-palustres de la Sierra de Araico (Treviño-Álava) y de la sierra de Cucho-Busto (Treviño). Las silicificaciones se encuentra en la unidad que el mapa geológico 1/50.000 (IGME, 1978) define como “Margas y calizas lacustres” del Mioceno inferior-medio. Los taludes de la carretera A-126 que comunica Treviño (Burgos) con La Puebla de Arganzón (Burgos), aunque incompletas, permiten buenas observaciones de estos materiales.

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Figura 1. Sistemática de la localización de las explotaciones mineras a través del LiDAR (Tarriño et Allii, 2011: 177)

Las cotas máximas de los afloramientos se sitúan en torno a los 900 m sobre el nivel del mar. Se trata de un resalte montañoso resultado de la mayor resistencia a la erosión ofrecida por las rocas encajantes de las silicificaciones (materiales calizos y dolomíticos) más compactos y resistentes. El resto de la unidad carbonatada miocena, eminentemente margosa, constituye las cotas bajas del valle del río Ayuda con unos 300 m de desnivel.

2.1. Las silicificaciones de la Sierra de Araico

Los materiales geológicos presentan una disposición homoclinal suave con buzamientos entre 10º y 30º hacia el NW. Sus laderas poseen pendientes algo menores, comprendidas entre 5º y 15º también hacia el NW. Esta disposición estructural es la responsable de que los estratos silicificados se dispongan aflorando a ras del suelo en muchos puntos de la ladera. Las silicificaciones están constituidas fundamentalmente por silcretas con morfologías estratiformes y menos abundantemente por niveles de nódulos incluidos en encajantes deleznables. La extracción de bloques silíceos no debía ser complicada. El método empleado sería la realización de zanjas y/o cubetas para limpiar los horizontes silicificados para proceder a la extracción y troceado de los niveles silíceos. Actualmente estos indicios se pueden observar sobre el terreno como zonas más o menos erosionadas y/o escombreras donde se han ido acumulando los bloques rocosos extraídos. Son silicificaciones que, aunque están muy bien representadas en el registro geológico, han pasado bastante desapercibidas en los estudios geológicos. Ramírez del Pozo (1973: 39) en su síntesis geológica de la provincia de Álava habla de su existencia por primera vez. Estas silicificaciones se engloban dentro de la potente unidad carbonatada que aflora en el el sinclinal. Su espesor puede superar los 1.000 m de espesor, -en Mijancas (Álava) se han medido 1.100 m,- compuestos fundamentalmente por margas y calizas lacustres (IGME, 1978). Se trata de un conjunto eminentemente carbonatado donde, aparte de los sílex, encontramos calizas y dolomías compactas, calizas dolomíticas y dolomías calcáreas con diversos grados de cementación. Algunos niveles presentan pequeñas cantidades de minerales de la arcilla y otros ricos en materia orgánica suelen estar asociados a silicificaciones (Tarriño, 2001). Autores como Siever (1962) proponen que la descomposición de la materia orgánica puede inducir a la formación de sílex en la diagénesis temprana.

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En cuanto al proceso de silicificación, tras el análisis de las litologías y las características petrológicas del sílex, se trata de ejemplos similares a los descritos por Arribas y Bustillo (1985) para carbonatos lacustres-palustres del paleógeno de la Cuenca del Tajo. Se interpretan dos modelos de silicificación: i) silicificación en ambiente freático vadoso relacionada con variaciones verticales del nivel freático y ii) silicificaciones bajo lámina de agua que se producen cuando la profundidad de la lámina de agua disminuye y por lo tanto la concentración de sílice aumenta (Tarriño, 2001). La sedimentación lacustre-palustre que encontramos en el Mioceno del sinclinal de MirandaTreviño sigue un modelo de facies carbonatada de lago poco profundo. Utilizando la clasificación de lagos carbonatados propuesta por Freytet (1973) los sedimentos estudiados se corresponderían con los de un lago con una franja palustre bien desarrollada. En estos lagos cualquier pequeña fluctuación del nivel de agua puede ocasionar la exposición de grandes áreas de fango calcáreo a los efectos de la diagénesis aérea, freática y a la pedogénesis. Este tipo de sedimentación está asociada a gran abundancia de materia orgánica. 2.2. Los sílex de la mina En la zona donde se ha realizado la actividad arqueológica aparecen silicificaciones nodulares. Se han identificado 6 estructuras en cubeta de unos 20-30 metros de diámetro. Remontan oblicuamente la ladera hasta la cima en dirección noroeste-sureste siguiendo la traza de las capas geológicas (Fig.2). La inferior de estas estructuras, donde se ha realizado la excavación arqueológica, presenta una morfología de escombrera en media luna con una pequeña depresión en su parte superior y una diferencia de cotas que alcanza los 7 metros de desnivel (Fig.3)

Figura 3. Panoramica del área de excavación al inicio de los trabajos.

Sobre el terreno encontramos gran cantidad de nódulos de colores oscuros (en la gama de los marrones) indicativo de un importante contenido en materia orgánica, incluso cuando se fracturan, desprenden un olor fétido por la volatilización de hidrocarburos. Aquí se encuentran dos tipos de nódulos cuya principal característica discriminante viene dada por córtex. Los más habituales presentan un grueso córtex de 2 a 5 mm de espesor. Sus colores son ligeramente más oscuros (marrón gris oscuro) y, en su interior, en la mayoría de los casos presentan zonas centimétricas de silicificación incompleta con presencia de huecos y de impurezas carbonatadas. Este motivo provoca que dichos sílex tengan escaso interés para la talla, se desechen en gran cantidad y, por ello, aparecen en cantidades importantes sobre el terreno como bloques rocosos desechados. La otra variedad, de mucha mejor calidad, presenta un córtex finísimo que se manifiesta como una pátina de color azulado (calcedonia), cuando se encuentra fresco (Fig.4) Son de una gran homogeneidad y finura de grano con un mínimo contenido en impurezas carbonatadas (Fig.5) La roca encajante es una caliza lacustre blanquecina con algo de dolomita, poco cementada con abundantes ostrácodos. Al tratarse de carbonatos poco cementados motiva que los nódulos se liberen muy fácilmente del encajante y propicie que las labores mineras de extracción prehistórica se hayan podido instalar sobre estas silicificaciones.

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Figura 2. Esquema geomorfológico de la zona de excavación donde se aprecia el trazado del nivel de sílex nodulares explotados (marcado en amarillo). Modificado de Benito-Calvo et alii (2010).

Figura 4. Afloramiento de los sílex nodulares de muy buena calidad, sin córtex, incluidos en las calizas lacustres poco cementadas.

Figura 5. Difractogramas donde se puede apreciar la composición mineralógica del sílex nodular con córtex (ARK-01SX.CTX) con presencia de impurezas carbonatadas (calcita) y trazas de moganita (mog); sílex sin córtex (OZN-05SX) sin apenas presencia de impurezas y trazas de moganita (mog); y, del encajante carbonatado (OZN-05RC) que se trata de una caliza (cal) con escaso contenido de dolomita (dol).

A nivel microscópico se trata de sílex de grano muy fino (micro y criptocristalino) muy puros con cierto contenido en materia orgánica y relativa abundancia en presencia de ostrácodos (Fig.6) En zonas próximas de la cresta de la sierra se han identificado grandes nódulos de tamaños que pueden rebasar el medio metro (meganódulos), generalmente con una textura superficial, al tacto, más grosera

Figura 6. Aspecto microscópico de los sílex nodulares. Presentan una textura de grano fino, micro-criptocristalino con presencia de Ostrácodos y pequeñas concentraciones de materia orgánica. A. Luz normal y B. Luz polarizada. Ancho de la foto 7 mm.

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3. CONTEXTUALIZACIÓN ARQUEOLÓGICA

3.1. Yacimientos arqueológicos del entorno. (Fig.7) Los trabajos de prospección en la zona se iniciaron en los años 50 del siglo pasado por D. Deogracias Estavillo. Encontró una gran cantidad y variedad de evidencias arqueológicas. Su labor se centró en la sierra de Araico, en el cercano monte de Cucho y en parte de la cuenca media del Río Ayuda. Debido al módulo macrolítico de gran parte del utillaje recogido y a la aparición de herramientas de tipo tranchet la identifica, de modo global, como perteneciente a un neolítico de facies Campiñense (Estavillo, 1955, 1956, 1975). Juan Maluquer de Motes relaciona las industrias de Araico con las estudiadas décadas atrás por Salvador Vilaseca en el Priorato Tarraconense (Vilaseca, 1936), aunque ya las sitúa culturalmente dentro de un neolítico local con talleres de sílex y poblados sin fortificar similares a los aparecidos en La Rioja y Navarra (Maluquer de Motes, 1957, 1966). Un impulso fundamental al estudio de este fenómeno en Álava es aportado por Enrique Vallespí, A partir de su experiencia en el Bajo Aragón (Vallespí, 1959a, 1959b), diferencia dos grupos de asentamientos al aire libre: talleres de sílex o estacionescantera, y estaciones-hábitat. Culturalmente sitúa su inicio en el Neolítico con una ocupación masiva en el Calcolítico, extrapolando estas características a todo el Valle del Ebro (Vallespí, 1967, 1968, 1972). Siguiendo la estela de Vallespí, a principios de los años 80, se iniciaron varios proyectos de prospección de yacimientos al aire libre de la Prehistoria Reciente financiados por el Consejo de Cultura de la Diputación Foral de Álava. El proyecto del río Ayuda fue uno de ellos. Se inició en el año 1979 y terminó definitivamente en 1992. El grueso del estudio se centró en los lugares de habitación al aire libre del Neolítico Final, Calcolítico y Bronce de la zona media del Río Ayuda. Se localizaron indicios de la existencia de numerosos yacimientos arqueológicos (Ferreira et alii, 1984; Ortiz et alii, 1990). Algunos ellos fueron objeto de trabajos monográficos como en el caso de los asentamientos de El Albardón y Los Cascajos (Tobera) (Lobo, 1984; Ortiz y Vivanco, 1986) o el del poblado de La Renke N. (Mijancas-Santurde) donde se realizaron varias campañas de excavación durante los años 1983-1989 (Ortiz, 1984-1990). Paralelamente a esos trabajos, otros prospectores como Félix Murga, Juan Antonio Madinabeitia o Tomás Urigoitia, localizaron indicios de la existencia de otros puntos de interés arqueológico en la sierra de Araico como el de Ventestales (Mijancas). Con estos antecedentes, hemos individualizado un conjunto de yacimientos de diverso tipo que, por proximidad u otras circunstancias podrían estar en relación con la explotaciones del material silíceo de Araico. Para su enumeración se han dividido en tres tipos de conjuntos: Los asociados a manchas oscuras del terreno; los que ocupan superficies de cierta entidad y los conjuntos en los que exclusivamente se han recuperado restos de talla lítica. 3.1.1. Conjuntos con materiales superficiales asociados a manchas oscuras del terreno. Se han identificado 6 áreas de extensión discreta, en los que se ha recuperado materiales de tipo doméstico. La mayoría podrían enmarcarse en un Calcolítico genérico. Camino de La Sierra (Santurde): Situado bajo la ladera S. de la sierra de Araico, en el acceso a los afloramientos de silex de Ventestales. Gran parte de su ajuar podría asimilarse a un pequeño taller de sílex (Ortiz et alii, 1990: 50-51). El Rincón I y II (Villanueva de Tobera): Se sitúan a mitad de camino entre el Río Rojo al sur y la ladera meridional de la sierra de Araico, al norte.Presentan una fuerte presencia de elementos de taller, en especial núcleos (Ortiz et alii, 1990: 81-83). Ripa N. (Caricedo): Es el asentamiento más cercano al San Miguel-Alto del Silo. Se ubica a unos 500 m. al sur de la misma, en un rellano de la ladera meridional de la sierra (Ortiz et alii, 1990: 181-83). ). A juzgar por su ajuar, parece tratarse de un lugar de habitación, Ripaldi (Grandival): Tres concentraciones de materiales junto al pueblo de Grandival (Informes IAA, 1989). Periquín (Grandival): Situado en la misma zona que los anteriores. En sus cercanías se localizan nódulos naturales de sílex. Conjunto con escasos materiales arqueológicos (Informes IAA, 1989). 10

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Figura 7. Mapa de localización de la cantera de San Miguel-Alto del Silo y de los asentamientos cercanos.



3.1.2. Áreas arqueológicas que ocupan superficies de cierta entidad

Se caracterizan por la gran cantidad y variedad de elementos muebles recuperados. Son 19 conjuntos repartidos en ambas vertientes de la sierra. Cartacelos (Muergas): Área situada en la segunda terraza de la margen derecha del río Ayuda, a 1 km. al SE del pueblo de Muergas (Informes IAA, 1989), aunque parte del mismo podría corresponder al yacimiento que Estavillo denomina como Zurbalday. Cenáculo (Araico): Posiblemente formaría parte de lo que Estavillo denomina como Los Llanos (Informes IAA, 1988). Se localiza junto al camino que une Araico y Grandival, al pie de la ladera norte de la sierra. Hay un predominio de los restos de actividades de talla, en especial en su zona más occidental (La Perica) en donde además se solían asentar hasta los años 60 del pasado siglo los trilleros. Puede asignarse a una cronología del Calcolítico avanzado ya que se recogen algunos fragmentos de cerámica campaniforme, aunque no es descartable la existencia de niveles más antiguos. El Capón N. (Caricedo): Se trata de un asentamiento situado al pie de la vertiente sur de la sierra de Araico, al oeste del desaparecido pueblo de Caricedo. Se trata del asentamiento complejo más cercano al cordal superior del monte y por tanto a los afloramientos de silex natural que se ubican en el mismo. Se recoge abundante cerámica que podría asignarse a una cronología Calcolítica indefinida (Ortiz et alii, 1990: 71-72). La Magdalena (Mijancas): Se ubica en un punto estratégico al NW y sobre la desembocadura del río Rojo en el Ayuda. (Ortiz et alii, 1990: 98-100). Se trata de un conjunto que se podría asignar cronológicamente a finales del Calcolítico o inicios de la Edad del Bronce. La Quintana (Mijancas): Situado al sur del anterior, sobre una terraza de la margen izquierda del río Ayuda, muy cercana a la desembocadura del río Rojo (Ortiz et alii, 1990: 104-107). Probablemente abarque varios momentos crono-culturales aunque parecen corresponder genéricamente al Calcolítico. La Renke N. (Santurde-Mijancas): Se trata del poblado más complejo de los estudiados en la zona. (Ortiz et alii, 1990: 109-118), junto con los cercanos La Renke S y Pariguri I, II y III. Se excavó entre los años 1983-89 (Ortiz, 1984-1990) poniendo en relieve la existencia de unas 20 estructuras arqueológicas que abarcaban cronológicamente todo el tercer milenio BC, desde un Neolítico Final hasta un Calcolítico Campaniforme (Lobo, 1997). Langurria (Caricedo): Es uno de los asentamientos de mayor extensión y riqueza de materiales de la zona, en especial en útiles de piedra pulimentada (hachas). Ocupa una amplia zona amesetada. La aparición de cerámica de pastillas indica una fechación del lugar en el Calcolítico, a finales del tercer milenio BC (Ortiz et alii, 1990: 101-104). Las Tejeras (Araico): Fue localizado en 1955 por Deogracias Estavillo quien realizó además algunas catas en el mismo (Estavillo, 1975: 76). Se ubica en una pequeña meseta dominante sobre las vaguadas que descienden desde la zona del Alto San Miguel-Alto del Silo. Cronológicamente se podría asignar al Calcolítico aunque probablemente pu más antiguos (Informes IAA, 1986). Los Cascajos N. (Tobera): Es un asentamiento situado en un alto amesetado dominante y al SW de la desembocadura del arroyo de La Toba en el río Rojo, en el límite entre los municipios de Berantevilla y Treviño. Fue descubierto por J.A. Madinabeitia en 1976. En 1980 se realizó un sondeo (Ortiz y Vivanco, 1986: 113-147). Se trata de un conjunto complejo y alterado, que podría asignarse a una cronología Calcolítica. Los Cascajos S. (Tobera): Localizado al pie de la ladera norte de la sierra de Tobera, en una zona amesetada sobre la margen izquierda del arroyo de La Toba, al SE del asentamiento anterior, realizándose también un sondeo el mismo año (Ortiz y Vivanco, 1986: 113-147). Por los materiales recogidos se documenta una ocupación datable en el Paleolítico Medio (Núcleos y lascas Levallois…) y otra más reciente de finales del Calcolítico e inicios de la Edad del Bronce. (Ortiz et alii, 1990: 151-158) Los Llanos (Araico): Se sitúa en una pequeña elevación en la margen izquierda del arroyo Gorceta, al NW del pueblo de Araico. Estavillo recogió en su superficie algunas puntas de pedúnculo y aletas (Estavillo, 1975: 28). Fue prospectado posteriormente (Informes IAA, 1988) y podría asignarse al Calcolítico.

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Marifanzón (Araico): Situado sobre una colina amesetada a unos cientos de metros al norte del asentamiento anterior. Fue localizado por D. Estavillo (Estavillo, 1975: 27). En prospecciones posteriores apenas se encontraron evidencias arqueológicas (Informes IAA, 1988). Masega N. (Caricedo): Se ubica sobre una pequeña colina a medio camino entre el río Rojo y la ladera sur de la sierra de Araico, al SE del pueblo abandonado de Caricedo. Se trata de un cojunto arqueológico asignable a la Edad del Bronce (Ortiz et alii, 1990: 161-162). Palaciaran I (Villanueva de Tobera): Localizado en una zona llana elevada sobre la margen derecha del río Rojo, a unos cientos de metros al E. del límite entre los municipios de Berantevilla y Treviño. Se trata de un conjunto que podría asignarse al Calcolítico. Ribera (Ozana): Conjunto poco significativo que se ubica en la primera terraza del río Ayuda en su margen derecha, a un kilómetro al norte del pueblo de Ozana. Santa María I (Tobera): Descubierto por D. Estavillo (Estavillo, 1975: 76). La zona fue objeto de una prospección en profundidad (Ortiz et alii, 1990: 197-200) quedando definido como un asentamiento de cierta importancia que podría asignarse cronológicamente a un Calcolítico Pleno. Sarpadura N. (Villanueva de Tobera): Situado en una zona llana sobre la margen derecha del río Rojo, a medio kilómetro al NW del pueblo de Villanueva de Tobera. Se han encontrado restos líticos que se podrían asignar al Paleolítico Medio (Ortiz et allii,1990: 207). Sequilza (Araico): Conjunto localizado sobre la margen derecha del arroyo Gorceta, a pocos metros al SE del pueblo de Araico. Estavillo que señala la aparición de molinos de mano (Estavillo, 1955). En prospecciones posteriores (Informes IAA, 1989) se determinó la existencia de un asentamiento que podría asignarse al Calcolítico. Tierras Prietas (Caricedo): Conjunto localizado sobre una elevación dominante que se alza a medio camino entre el cauce del río Rojo, en su margen derecha, y la ladera sur de la sierra de Araico. Se identifica actividad de taller de sílex. Podría datarse en un periodo avanzado del Calcolítico (Ortiz et alii, 1990: 210-213).

3.1.3. Áreas donde se identifica únicamente una actividad de talla



Son 13 conjuntos en los que el trabajo del sílex parece ser la actividad dominante. Ahito (Mijancas): Yacimiento de gran extensión situado estratégicamente en un llano dominante al SE de la desembocadura del río Rojo en el Ayuda y al pie de la ladera norte de la sierra de Araico. Fue descubierto por Estavillo, citándolo con el topónimo de Urarte, señalando la aparición de un hacha pequeña de diorita. Fue prospectado posteriormente (Ortiz et alii, 1990: 39-41). Basalde (Dordóniz): Situado bajo la ladera oriental de la sierra de Araico, en la zona llana situada bajo el pueblo de Dordóniz. Sólo se recogen restos líticos relacionados con la talla del sílex (Informes IAA, 1990). El Albardón (Tobera): Se sitúa sobre un cerro amesetado que se levanta al pie de la ladera meridional del la sierra de Araico, próximo a las canteras de San Miguel-Alto del Silo. Se realizó un sondeo y se recuperaron materiales que podrían asignarse al Neolítico (Lobo,1984: 63-112) (Ortiz et alii, 1990: 60-64). El Bosque (Tobera): Localizado en la margen izquierda del río Rojo, al oeste del pueblo de Santurde. El material de sílex es muy abundante y la tipología de los núcleos localizados parecen indicar una cronología del Paleolítico Superior (Ortiz et alii, 1990: 64-66). El Prado (Burgueta): Aunque se encuentra fuera del área más cercana a la sierra de Araico, su relación con los afloramientos de sílex de la misma son muy evidentes. Se localiza en la margen izquierda del río Zadorra, a 1 km al NE del pueblo de Burgueta, en una terraza fluvial. Fue descubierto en 1999 por Juan Antonio Madinabeitia y Tomás Urigoitia. Se trata de una amplia zona de talla de sílex de Araico asignada al Gravetiense (Sáenz de Buruaga et alii, 2005: 51-68). Los Asentaderos (Araico): Se localiza sobre una zona de ladera en la ribera oriental del arroyo Gorceta y sobre el pueblo de Araico. Fue descubierto en los años 50 del pasado siglo por D. Estavillo quien recogió en su superficie algunas mazas y percutores (Estavillo, 1975: 66).

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Palaciaran VI (Tobera): Se ubica sobre un cortado que se eleva en la margen derecha del río Rojo, al este de la ermita de Santa María de Tobera. Se recogen gran cantidad de núcleos y restos líticos sin que se observen otras evidencias (Ortiz et alii, 1987: 169-170). Palaciaran VII (Tobera): Localizado en una zona llana al NW del anterior. El material aparece disperso en una superficie muy amplia, recogiéndose bastantes núcleos y restos de talla (Ortiz et alii, 1987: 170-171). Ripa S. (Caricedo): Situado al pie de la ladera sur de la sierra de Araico, en un paso natural que da acceso a la parte alta, bajo la zona de las canteras de San Miguel-Alto del Silo. Los restos localizados son casi exclusivamente líticos (Ortiz et alii, 1990: 183-184). Santillos (Araico): Se ubica en una planicie elevada al NE del pueblo de Araico y que domina el paso del río Ayuda en la zona del balneario de Cucho. Fue descubierto por Deogracias Estavillo (Estavillo, 1975: 77). No aparece cerámica y el material lítico está formado por “lascas de sílex de formas atípicas”. También se recogen algunas puntas de flecha de pedúnculo y aletas por lo que este yacimiento podría asignársele una cronología Calcolítica. Turubia (Villanueva de Tobera): Se ubica junto a la desembocadura del río de La Toba en el río Rojo, en la margen izquierda de éste último, junto al límite de los municipios de Berantevilla y Treviño. Se caracteriza por la aparición de gran cantidad de núcleos cuya factura son similares a los del Paleolítico Superior. (Ortiz et alii, 1990: 213-215). Ventestales (Mijancas): Se localiza en el collado más occidental de la sierra de Araico. Fue descubierto por J.A. Madinabeitia. En prospecciones se han recuperado materiales exclusivamente líticos (Ortiz et alii, 1990, P. 221). Zurbalday (Ozana): Se trata de un conjunto situado en la segunda terraza de la margen derecha del río Ayuda, al NW de Ozana. Fue descubierto por Deogracias Estavillo quien lo definió como un taller de sílex debido a la aparición de mazas y percutores (Estavillo, 1975: 76). En prospecciones posteriores se individualizaron zonas con restos de talla y otras con cerámica campaniforme. Podría asignarse a una cronología del Calcolítico (Informes IAA, 1989). 4.1. Difusión de los sílex en yacimientos arqueológicos (Fig.8)

Figura 8. Mapa de la difusión del sílex de Treviño identificada en yacimientos arqueológicos de la cornisa cantábrica y Pirineo occidental.

Investigaciones recientes sobre procedencias de materias primas líticas indican que la difusión de los sílex de Treviño durante la Prehistoria del Pirineo Occidental se ha realizado a numerosos yacimientos arqueológicos (mapa ), unos son del Pleistoceno: Antoliñako Koba (Gauteguiz-Arteaga, Bizkaia) con un 14,5% de los sílex analizados (Tarriño, 2001); Bolinkoba (Abadiño, Bizkaia) con al menos un tercio de su industria lítica (Tarriño y Aguirre, 1997); Urratxa-III (Orozko, Bizkaia) con importante contribución de estos sílex (Tarriño, 1997); Labeko Koba (Arrasate-Mondragón, Gipuzkoa) con un tercio de los efectivos líticos (Tarriño, 2000); Isturitz (Pirineos Atlánticos, Francia) y Brassempouy (Landas, Francia) con

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porcentajes significativos en torno al 2-3%; Mugarduia (Sierra de Urbasa, Navarra) en estudio, El Linar, Las Aguas Cualventi, Altamira (Santillana del Mar, Cantabria) y Las Caldas (Oviedo, Asturias); y otros del Holoceno: Mendandia (Sáseta, Treviño) donde alcanza casi un tercio del efectivo lítico recuperado, Tarriño (2002); Kanpanoste Goikoa y Atxoste (Arraia-Maestu, Álava) con una representación importante, (Tarriño, 1998); Los Cascajos (Los Arcos, Navarra), Las Yurdinas-II (Peñacerrada-Urizaharra, Álava), con la práctica totalidad de los sílex (Tarriño, 2003), etc. Se detecta un transporte importante del sílex de Treviño a distancias que llegan a 250 km como en el caso de Brassempouy (Landas, Francia) o superar los 300 km, como en el caso de Las Caldas (Asturias). Lo que pone de manifiesto movilidades importantes relacionadas con los modos de vida de las poblaciones prehistóricas. 4.2. La minería del sílex Los métodos y estrategias de aprovisionamiento de recursos líticos están íntimamente ligados a la evolución cultural y técnica de los humanos. Esta actividad, al igual que otros comportamientos, ha tenido una notable evolución desde el aprovisionamiento de materias primas sin estrategias definidas que afloraban en superficie, hasta los sistemas complejos de excavación que revelan un importante nivel de organización social. Los materiales que afloraban en superficie, meteorizados y muchas veces de mala calidad, van a dar paso a las explotaciones mineras en las que se busca materia prima de calidad y en gran cantidad. La primera minería subterránea documentada se encuentra en Egipto en los yacimientos de Nazlet Safaha (37200 ± 1300 BP) (Vermeersch et alii.: 1997), en Taramsa I (38100 ± 1400 BP) y en NazletKhater (35100 ± 1100 BP), con sistemas de pozos, galerías y zanjas. En Europa desde el Mesolítico se constatan explotaciones mineras de sílex, como el yacimiento de Krumlov Forest (Moravia) (Oliva, 2011), pero éstos no dejan de ser fenómenos aislados y puntuales de los grupos cazadores – recolectores (Terradas, 2000). A partir del Neolítico es cuando el fenómeno minero se va a generalizar y a intensificar en Europa unido a las crecientes necesidades de las sociedades productoras (Fig.9) La mayor parte de las explotaciones mineras documentadas se concentran en Centroeuropa y en la zona norte de Francia y sur de Inglaterra. La mina neolítica más antigua documentada es la de Defensola situada al sureste de Italia, en la península de Gargajo (Di Lernia et alii, 1995). Ésta es una mina con galerías interconectadas y distribuidas en dos niveles, a las que se accede desde la ladera y con la datación más antigua de 6990 ± 80 BP. Cronológicamente, a este yacimiento le seguiría el complejo minero de Casa Montero (Díaz-del-Río et alii, 2011), con estrechos pozos verticales, algunos de ellos interconectados y con la datación más antigua de 6500 ± 40 BP.

Figura 9. Mapa de Europa con la situación de minas prehistóricas de sílex (puntos rojos).

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Los resultados de los análisis de C14 obtenidos en el yacimiento de Araico han revelado que nos encontramos ante la segunda explotación minera más antigua de Europa, junto a yacimientos como los polacos de Tomaszów (Lech, 1995). Realizar una tipología de las explotaciones mineras no es sencillo, ya que cada una presenta peculiaridades propias condicionadas por la geología. Philippe Soulier (1973) divide estas explotaciones en dos grandes categorías: i) las que se encuentran a cielo abierto y, ii) las subterráneas. Dentro de las primeras se encuentran diversas formas, como fosas, zanjas, etc. En la segunda categoría entrarían los yacimientos en los que a partir de la base de un pozo se desarrollan explotaciones de los estratos de manera horizontal siguiendo la veta. Respecto a la morfología de los yacimientos mineros, todos los autores coinciden en que la forma y el método de explotación minera están condicionados por la geología del terreno (Villalba, 2000). Los diferentes tipos de suelo, la disposición del estrato o estratos con materia prima, la profundidad y el espesor de los mismos son los que determinan la forma y el método de explotación. Esta actividad se realiza en canteras o en pozos, que pueden llegar a los 15 metros de profundidad, como ocurre en Grimes Graves (Inglaterra) y a los 16 metros en Spiennes (Bélgica); en ocasiones pudiendo interconectarse entre ellos, o formar amplios complejos con importantes sistemas de galerías. En algunos lugares, como la mencionada mina belga, todos los sistemas de explotación se compaginan. Spiennes es uno de los mayores yacimientos de minería de sílex de Europa con más de 100 hectáreas y también el primero con estas características tipológicas en ser descubierto (en el año 1867). Fue hallado fortuitamente cuando se realizaban las obras para la construcción de un ferrocarril (Lech, 1997). Paralelamente, entre los años 1867 y 1868 se realizarán excavaciones en Cissbury (Inglaterra), y entre 1868 y 1870 en Grimes Graves (Inglaterra) por Augustus Henry Lane-Fox y Canon William Greenwell (Russell, 2000), arrancando a partir de aquí la investigación de la minería del sílex. En el periodo entre las dos Guerras Mundiales las excavaciones de estos yacimientos van a tener una notable importancia. Las herramientas utilizadas en las actividades mineras son habituales en todos los yacimientos, aunque condicionadas por la geología (Mangado, 2000) Entre ellas podemos encontrar picos (asta de ciervo y sílex), mazas, cuñas, cinceles, etc. Asimismo se utilizarían herramientas sobre materiales que no se han conservado; aunque hay casos excepcionales, como las minas de sal del yacimiento de Hallstatt (Austria) de la Edad del Bronce, en los que se han hallado herramientas de madera (palas…), cestería para transportar el mineral o ropa de los mineros, como abrigos, etc. Otro tipo de herramientas, que aparecen en estos yacimientos son raederas, raspadores, denticulados, etc., que servirían para trabajos de acondicionamiento y preparación del instrumental extractivo. En las minas también podemos encontrar elementos que nos evidencian la utilización de técnicas o estructuras como en Spiennes (Bélgica), donde se conservan marcas de surcos de cuerdas, o en Grimes Graves (Inglaterra), que encontramos huecos para colocar algún tipo de andamiaje (Villalba, 2000). Gran parte del material arqueológico, que aparece dentro de estas explotaciones, se explicaría por las diferentes labores que se darían en la propia mina y su entorno. Nódulos testados, lascas, núcleos, etc., son productos que aparecen en los rellenos (Capote et alii, 2011 y 2008). La explicación general es que, tras finalizar la explotación, estos pozos son rellenados con los escombros extraídos o con los que se están sacando en un pozo contiguo, manteniendo la consistencia del suelo (Villalba, 2000). Algunos de los restos arqueológicos hallados evidencian la especialización, en la que se transformaba la materia prima de estas minas, como el caso de las hachas, interpretado para esta época por una gran demanda ante las grandes labores de roturación. Este tipo de yacimientos suscitan muchas preguntas en torno al emplazamiento de los lugares de habitación, y a las relaciones sociales y comerciales que se darían en torno al mundo minero. El trabajo y el acceso a la materia prima podrían haber estado regulados y controlados, estableciéndose algún tipo de poder. Respecto a las zonas de habitación parece, que éstas estaban fuera de las zonas de explotación, no apareciendo materiales arqueológicos de tipo doméstico en éstos, aunque las zonas de habitación no debían estar alejadas (Villalba, 2000). La sedentarización y una mayor demanda de materia prima explicarían este gran desarrollo de la minería neolítica europea (Villalba, 2000). De alguna manera, entender y explicar el fenómeno minero del sílex es importante para comprender las actividades neolíticas y las complejas relaciones sociales que se van a comenzar a establecer entre los diferentes grupos. La explotación intensiva y la manufacturación a gran escala requerirían grupos especializados que dirigirían estas actividades.

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Esta minería intensiva del sílex, bien documentada, se desarrolla durante todo en Neolítico y el Edad Bronce, siendo testigos de todo este periodo algunas de las minas más grandes de Europa. En la Edad del Hierro, el metal irá sustituyendo al sílex, aunque alguna mina perdurará en este tiempo, como la de Malmö (Suecia). Se puede decir, que la minería no desaparece, sino que se reconvierte en la búsqueda de otra materia prima.

5. DESCRIPCIÓN DEL YACIMIENTO

5.1. Escaneado y procesado de datos del yacimiento de Araico Previo a su excavación, durante el mes de septiembre de 2011 se procedió al escaneado tridimensional del yacimiento de San Miguel-Alto del Silo. Este escaneado fue realizado con un escáner láser 3D, de tecnología LiDAR y captura de textura fotográfica (Escáner Láser C10 de Leica), con el objetivo de documentar en tres dimensiones las características del yacimiento antes de su excavación en la campaña de 2011. LiDAR (Light Detection And Ranging), hace referencia a la tecnología que permite determinar la intensidad y la distancia a un objeto o superficie usando pulsos láser. Esta tecnología permite capturar de manera discreta pero a muy alta resolución cualquier elemento en tres dimensiones (3D), de modo que pueda ser analizado digitalmente en un entorno CAD, SIG o BD. El escáner láser C10 de Leica, corresponde a un escáner con tecnología de tiempo de vuelo, que calcula de la distancia en función del tiempo transcurrido en recorrer el haz de luz láser el doble de la distancia entre el emisor y el objeto. La velocidad de toma de datos es de 50.000 pts/sg, alcanzando distancias de hasta 300 m. El equipo dispone de un sistema de espejos rotatorios y servomotores que direccionan la trayectoria del haz tanto en el plano vertical como en el horizontal.. El escáner cuenta con un campo de visión horizontal de 360º y un campo de visión horizontal de 270º. En este campo de visión el equipo cuenta con una cámara fotográfica de 4 mpx, que dispara 230 fotogramas construyendo una visión panorámica de 920 mpx, calibrada respecto a la nube de puntos del láser. Utilizando este equipamiento el yacimiento fue escaneado a resolución centimétrica, y con captura fotográfica, desde distintas perspectivas para evitar la presencia de huecos generados en las zonas de sombra. De este modo se realizaron tres escaneados de la zona de excavación para capturar la cata de excavación y la zona de alrededor, donde se pudieran desarrollar futuras excavaciones. Estos escaneados se tomaron cada uno de ellos con coordenadas relativas y la presencia de dianas de referencia. En el programa Cyclone, se procedió a la descarga de los datos y al proceso de registro, consistente en situar todos los escaneados en un único sistema de referencia local. En el proceso de registro se obtuvo una error cuadrático de 0,001 m. A estas nubes de puntos registradas le fueron aplicados los datos de la cámara fotográfica, para adquirir la textura del yacimiento, capturada en colores RGB. A partir de las nubes de puntos registradas se procedió a su unificación para generar una única nube de puntos, que fue creada con una resolución de 1 mm. Esta nube de puntos fue limpiada de puntos aislados en la zona de excavación, que pudiesen generar errores a la hora de la modelización tridimensional. Las nubes de puntos registradas fueron utilizadas para generar diversos productos cartográficos óptimos para la cartografía de elementos o la realización de medidas o capturas tridimensionales. De este modo se generaron ortofotografías y la modelización 3D del área de excavación utilizando el programa 3DReshaper (Fig.10) de donde se obtuvieron las curvas de nivel y las secciones longitudinales y transversales del área de excavación. A parte de estos elementos cartográficos también se generó una base de datos interactiva 3D en formato html, que se puede consultar en el explorador Explorer de windows, usando el módulo gratuito TruView. Utilizando este programa, se pueden visualizar el yacimiento desde cualquiera de los puntos escaneados y navegar tridimensionalmente, además de facilitar la realización de mediciones métricas, la captura de imágenes, la cartografía de elementos y la inclusión de etiquetas de textos (Fig.11)

5.1. Metodología de la excavación

Se ha escogió como zona de excavación una escombrera con morfología superficial de suave depresión de unos 20 m de diámetro, ubicada en el collado entre el Alto del Silo y el Alto de San Miguel, junto al antiguo camino que unía los pueblos de Grandival (Treviño) y Santurde (Berantevilla) (Fig.7) Se

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Figura 10. Modelización de la zona de excavación, incluyendo las curvas de nivel.

Figura 11. Detalle de la base de datos iteractiva donde se recoge el escenario del yacimiento, con textura fotográfico y propiedades métricas.

sitúa en una zona prospectada por Estavillo en los años 50 del pasado siglo (Estavillo, 1975) y por el Equipo Río Rojo en los años 80 del siglo pasado (Ortiz et alii, 1990: 42) descrita entonces como “zona de explotación directa del sílex o cantera” y denominada como Alto de San Miguel-II. En dicho lugar se situaban los restos de una antigua y pequeña cata realizada probablemente en aquella misma época.

Sus coordenadas UTM (Huso 30N – Datum ETRS89) son:



- X: 517.972



- Y: 4.727.839



- Z: 812

Una vez conseguido el oportuno permiso de excavación, con fecha 7-IX-2011, los trabajos de excavación se iniciaron el dia 2 de Octubre, finalizando el 3 de Noviembre, aunque se giraron visitas al lugar a lo largo del resto de éste último mes y durante el de Diciembre.

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El primer objetivo de los trabajos fue la realización de una zanja que permitiera localizar los posibles límites de la explotación minera y comprender la dinámica de formación del yacimiento, ya fuera en pozo, cubeta o cantera. Para ello se planificó una retícula de 1 X 1 m. orientada N-S siguiendo las directrices del sistema cartesiano propugnado por G. Laplace (Laplace y Meroc, 1954a y 1954b). Se ubicó sobre al antiguo sondeo. Precisamente se tomó como punto Ø de la retícula el vértice SW de la cata, aunque debido a su orientación NE-SW, parte de la misma quedó fuera del área marcada. Desde ese punto hacia el N. los cuadros quedaron nombrados por números pares (Bandas 2-4) y hacia el S. por números impares (Bandas 3-5-7) Se prescindió de la banda 1 que quedó asignada a los cuadros del antiguo sondeo. Hacia el Oeste las bandas se nombraron como A y B. La toma de coordenadas se llevó a cabo mediante una estación total Leica TPS1200 que nos proporcionaba una localización global de los hallazgos y situaba con exactitud la retícula dentro de la topografía general del entorno. El propio aparato controlaba la coordenada Z manteniendo un plano Ø común para la excavación y dicho entorno. También guardaba la referencia de cada hallazgo mediante un código único asignado al mismo. La apertura de los cuadros se llevó a cabo mediante la eliminación del nivel superficial. Esta apertura se segmentaba por cuadros y finalizaba tras alcanzar el techo del nivel 2. Todo el sedimento fue cribado en criba con rejilla de 3 mm. Mientras la estructura del sedimento lo permitió, la excavación del nivel 2 se llevó a cabo mediante el levantamiento de tallas de 10-15 cm hasta alcanzar el techo del nivel inferior y seguir su relieve. La localización del primer nivel de grandes bloques (Nivel 3) nos obligó a cambiar de estrategia ya que en ellos era casi imposible mantener el sistema de tallas. Además, debido a la densidad de hallazgos, nos vimos en la imposibilidad de excavar en su totalidad la superficie abierta y nos obligó a centrar nuestros trabajos en el extremo norte del área (Cuadros A2-B2 / A4-B4). La sistemática del trabajo pasó ahora a centrarse en la limpieza de cada capa de bloques, fotografiado y dibujo de la misma y levantamiento de las rocas, para repetir la operación en la capa subyacente. Esta estrategia se mantuvo hasta alcanzar la profundidad máxima excavada esta campaña que es de – 483 cm respecto al plano Ø, es decir, unos 250 cm de profundidad desde la superficie. En este punto quedó suspendida la excavación hasta próximas campañas ya que, a la falta de tiempo disponible, se unió la imposibilidad de tomar cotas desde la estación total y la peligrosidad que entrañaba el trabajar bajo unos cantiles de esa altura sin tomar medidas de apuntalamiento. Se tomaron muestras de cada nivel de cara al estudio sedimentológico y alguna más destinada a la flotación para la extracción de muestras de microfauna, carbones y semillas. También se recogieron carbones directamente en la excavación y en el proceso de cribado. En el caso concreto del hallazgo del fragmento de asta de ciervo, debido a su mal estado, se procedió a fotografiarlo en la posición de su hallazgo para posteriormente extraerlo junto con el sedimento que le rodeaba y guardarlo en un recipiente rígido que impidiera su deterioro en el transporte hasta su restauración.

5.3. Estratigrafía del yacimiento (Fig. 12 y 13)

5.3.1. Nivel 1 (Clastos con bloques y matriz limo-arcillosa negra) Nivel superficial que alcanza su mayor potencia (31 cm) en el cantil oriental de la excavación (Cuadros A2/A3). No obstante presenta un espesor bastante uniforme en el resto de los cuadros, con una media de unos 23 cm. Se caracteriza, al igual que el estrato inferior, por una gran densidad de pequeños clastos calizos planos de tamaño centimétrico con una matriz oscura, algo arenosa y con gran cantidad de materia orgánica. En su base encontramos algunos bloques de tamaño decimétrico. 5.3.2. Nivel 2 (Clastos con matriz arenosa negra) Presenta una potencia media de unos 16 cms de distribución muy irregular ya que, debido al buzamiento general de la zona (SE-NW), su espesor oscila entre los 6-7 cm al S (Cuadro A7) y 28 cm al N (Cuadro A4). A techo los clastos calizos presentan una disposición vertical y según avanzamos en profundidad van asentándose horizontalmente. La matriz arenoso-limosa oscura de este estrato se va haciendo arcillosa y disminuye a medida que profundizamos, observándose presencia de pequeños carbones y algunos sílex craquelados por alteración térmica. En su suelo comienzan a aparecer algunos bloques.

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Figura 12. Corte estratigráfico E-W. Cantil S (Bandas 2-3)

Figura 13. Corte estratigráfico N-S. Cantil W.

5.3.3. Nivel 3 (Bloques con matriz arcillosa negra) (Fig. 14) Sólo se excavó en los cuadro A2/B2 y A4/B4. Se trata de un potente nivel que llega a alcanzar espesores de 120 cm en la zona oriental de la excavación (Cuadros A2/A4), con una media de 95 cm. Presenta un menor espesor en el ángulo NW (65 cm, cuadro B4), ya que en este punto su base se apoya sobre un nivel brechificado que se inicia a esta profundidad y del que hablaremos más abajo. Se caracteriza por la presencia de bloques calizos decimétricos con intercalación de algunos clastos similares a los del nivel superior y una matriz arcillosa oscura. A techo los bloques forman una capa bastante compacta que se va haciendo menos densa a medida que profundizamos mientras aumenta el tamaño de las piedras.

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Figura 14. Planta de la excavación en el techo del nivel 3.

5.3.4. Nivel 4 (Bloques con matriz limos gris carbonatada) (Fig.15) Al igual que el anterior, este nivel se excavó en los cuadro A2/B2 y A4/B4. Desconocemos su potencia total, ya que la profundidad alcanzada por la excavación y las características del terreno nos impedían continuar con los medios de que disponíamos en esta campaña Presenta una potencia máxima de 81 cm, algo menor en la zona W (70 cm, cuadros B2/B4). Se trata de un nivel caracterizado

Figura 15. Planta de la excavación en la talla 3 del nivel 4.

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por la presencia de grandes bloques tabulares calizos, decimétricos a métricos, y que en algunos casos presentan nódulos de sílex encajados (Fig 16). La escasa matriz limoso-arcillosa de color gris claro deja amplios huecos de aire entre las piedras, más amplios en los cuadros A2/B2 y a medida que se profundiza. Todo el estrato aparece entremezclado con gran cantidad de restos de descalcificación de color blanco. Sobre las zonas planas de los bloques se acumulan costras carbonatadas de espesor milimétrico. El ángulo NW del cuadro B4 aparece ocupado por una brecha calcárea de color blanco formada por bloques algo menores que los descritos y algunos clastos cementados por capas de carbonatos. No ha sido excavada (Fig. 17).

Figura 16. Nódulos de silex con su roca encajante entre los bloques del relleno (Nivel 4)

Figura 17. Vista de la excavación desde el NW. Cuadros A2-B2/A4-B4. Nivel 4.

5.4. Dataciones La excavación del yacimiento que nos ocupa nos ha permitido recuperar algunos materiales orgánicos, en escasa cantidad, pero que han sido suficientes para datar de forma absoluta (C14-AMS) al menos el Nivel 4. Se han seleccionado dos muestras de diferente material (asta y madera carbonizada) que han sido procesadas por el laboratorio Beta Analytic de Miami (Florida, Estados Unidos) que han ofrecido los siguientes resultados : Material y localización de la muestra

Fecha B.P.

Cal. BC 1 sigma

Cal. BC 2 sigma

Beta-312351 – ARC Fragmento de Asta. 11A Nivel 4. Cota: -445 cms.

5640 ± 30

4500- 4450

4540-4440 4420-4400 4380-4370

Fragmento de carbón Beta-312352 – ARC (Quercus Robur sp.) 11C Nivel 4. Cota: -480 cms.

6050 ± 40

5000-4910 4860

5050-4840

Nº Muestra

Tabla 1. Dataciones obtenidas para el fragmento de asta de ciervo y para un fragmento de madera de Quercus Robur Sp. carbonizado (determinación realizada por L. Zapata). Base de datos utilizada: INTCAL09 Referencias de la base de datos: Heaton et All. (2009); Reimer et All. (2009); Stuiver et alii (1993); Oeschger et allii (1975). Base matemática de la calibración: Talma y Vogel (1993)

No tenemos muchos datos de dataciones radiocarbónicas publicadas con fechas próximas a las obtenidas en Araico que permitar integrar el yacimiento en un contexto en torno a mediados del V milenio BC. Entre los yacimientos de habitación al aire libre, Los Cascajos (Los Arcos, Navarra) ha ofrecido diez dataciones comprendidas entre el 6185 y el 5100 BP (García Gazólaz, 2001) y Herriko Barra (Zarautz, Gipuzkoa) (Iriarte et alii, 2003) presenta unas fechas C14 de 5800±110 BP y 5730±110 BP. Ambos sitios neolíticos son excepcionales y únicos ante el vacío arqueológico que se tiene de los asentamientos al aire libre. El segundo de los conjuntos de dataciones lo componen los yacimientos en cueva o abrigo de la Sierra de Cantabria. Así, los abrigos de Peña larga o los Husos I y II han ofrecido dataciones en torno a la mitad del V milenio BC. A día de hoy están publicados: el nivel IV de Peña Larga con fecha de 5830±110 BP; Los Husos I, nivel XV con una datación de 5630 ±60 BP y Los Husos II, niveles VI y VII 22

con fechas de 5520±20 BP y 5790±40 BP respectivamente (Fernández-Eraso, 2007-2008). Para poder establecer una relación más sólida entre estos yacimientos y el de Araico se necesitaría una revisión de las materias primas, para constatar la presencia del sílex explotado en estas minas, aunque la cronología y la proximidad podrían adelantarnos una importante relación. En Europa podemos encontrar algunas minas de sílex con dataciones radiocarbónicas próximas a las de Araico. La más próxima, documentada con datación C14 y que estaba en explotación en torno al 6000-5600 BP, es la mina francesa de Bretteville-le-Rabet (Calvados) (Manolakakis et alii, 2011), que fue explotada entre 4800 y el 3974 BC. En Polonia tenemos el yacimiento de Tomaszów con dataciones desde el 6260±210 BP y 6145±70 BP, hasta el 3230±40 BP, entre las que tenemos una datación del 5700±70 BP (Lech, 1995). A la luz de los datos cronológicos, podríamos concluir, que los yacimientos mineros de estas fechas no son tan abundantes como lo van a ser unos 300-400 años más tarde. Por otro lado, para este momento, la explicación de la explosión agrícola no es tan evidente, como para la minería que se va a dar en Europa a partir del comienzo del V milenio BC (Villalba, 2000). Los datos que tenemos para el País Vasco sobre granos datados ofrecen una horquilla en torno al 4400-4000 BC, para los yacimientos de Pico Ramos, Kobaederra y Lumentxa. En Herriko Barra tendríamos las evidencias más antiguas de polen de cereal en torno al 5200-4600 BC. En los Cascajos las evidencias de agricultura las tenemos en torno al 5300-4860 BC (Zapata, 2005). Se hace necesario seguir la pista de las materias primas explotadas, para poder entender la dinámica de estos grupos y las razones, que les llevaron a explotar estas minas, teniendo como referentes los yacimientos neolíticos, tanto de la vertiente mediterránea como cantábrica, datados en el V milenio BC.

6. MATERIAL LÍTICO RECUPERADO EN LA CAMPAÑA DE EXCAVACIÓN 2011

En esta campaña de excavación se han estudiado un total de 2.100 restos líticos realizados en sílex y ofita repartidos en cuatro niveles arqueológicos. Estas piezas y artefactos líticos presentan unas características específicas que reflejan, en gran medida, la particularidad de la actividad desarrollada en el sitio. Como se ha venido indicando hasta ahora, la sierra de Araico fue escenario de una actividad minera, dilatada en el tiempo, que ha ido construyendo un yacimiento arqueológico único en la zona, al igual que su registro material. Para abordar el estudio del conjunto lítico recuperado se han tenido que salvar varios inconvenientes. El primero de ellos son las escasas referencias arqueológicas que en ámbito peninsular se pueden encontrar y, como consecuencia de esto, la falta de un procedimiento definido para el análisis de este tipo de yacimientos y sus industrias. En este sentido, las referencias que manejamos son los trabajos realizados en Casa Montero (Vicálvaro, Madrid) (Castañeda, 2009) y La Venta (Orce, Granada) (Ramos Millán et alii, 1993; Ramos Millán, 1996). El segundo problema está relacionado con los sistemas tipológicos actuales, diseñados para definir una serie de artefactos específicos y con unos caracteres morfo-técnicos estandarizados que corresponden con unos contextos socio-económicos y temporales que distan de los que contemplamos en este trabajo. Son varias las voces de atención que se han venido lanzando, en la última década, en torno al vacío metodológico existente para el estudio de los conjuntos líticos que se escapan a contextos y cronologías paleolíticas y post-paleolíticas, y de la creciente dificultad que implica efectuar este tipo de estudios según nos acercamos a momentos más reciente de la Historia (Nota 5). Por estas razones y puesto que el yacimiento que nos ocupa se encuentra en pleno proceso de excavación, solo se realizará una descripción de los materiales líticos, intentando ilustrar las características propias del conjunto, pero advirtiendo de antemano al lector, que los resultados producidos de este análisis deben entenderse como una aproximación provisional y que de ningún modo pueden ser tomados como una interpretación definitiva, ya que la información que se contempla en la actualidad está sujeta a variaciones posteriores tanto a un nivel cuantitativo como cualitativo. 6.1. Análisis del registro lítico Como ya se ha indicado, la carencia de un corpus metodológico para el estudio de estos conjuntos industriales nos ha obligado a realizar una elección de criterios para la descripción y clasificación de los restos líticos, basándonos en las características particulares tanto del yacimiento cono de su registro. 23

El esquema seguido es el siguiente: 6.1.1 Criterios de descripción En primer lugar se ha analizado el conjunto denominado productos brutos que aglutina los productos de debitado, los núcleos, los avivados, los cachos y los nódulos naturales. Los productos de debitado, incluyen todos aquellos productos enteros, es decir los que posean una cara dorsal, una cara ventral y un talón, y aquellos fragmentados, siendo proximales los que conserven únicamente la parte del talón, distales los que tienen el rebote y, sin ningún tipo de evidencia, los mediales. Se consideran núcleos todas las evidencias que presenten planos de percusión y planos de lascado bien diferenciados. Los avivados son productos de acondicionamiento tecnológico que presentan un plano de percusión en confluencia con un plano de lascado en una de las caras del producto de debitado. Hemos diferenciado crestas, tabletas, cuñas y flancos. Entendemos como cachos aquellos productos que mantienen evidencias de una manipulación humana, pero su carácter informe impide reconocer planos de percusión o de lascado claros y por consiguiente se escapan de las categorías anteriores. Se ha tenido en cuenta la existencia o no de negativos de extracción, esto es, aquellos cachos que presentan planos producidos por una acción de talla pero sin entidad suficiente como denominarlos núcleos, de aquellos que presentan diaclasas, fracturas o formatos tabulares que pueden ser o no fruto de un desbastado intencionado. En este último grupo se ha prestado especial interés a las alteraciones, entre las cuales destacan las cúpulas térmicas y la coloración grisácea debida a la exposición al fuego, quemados y rubefactados.

Los cantos naturales de sílex con uno o dos golpes se han clasificado como nódulos testados.

En segundo lugar se tratarán los productos retocados, para su estudio se han seguido los principios propuestos desde la Tipología Analítica (Laplace 1956, 1957, 1964a, 1964b, 1966, 1968, 1974, 1987). El conjunto de instrumentos retocados puede dividirse, a su vez, en dos subconjuntos. Por un lado el formado por artefactos que difícilmente pueden adscribirse a un tipo determinado. En estos casos, se ha optado por realizar una descripción tanto de los retoque y sus articulaciones como de los soporte. Por otro, útiles que presentan unos caracteres morfo-técnicos más estandarizados, que son susceptibles de ser definidos a partir de criterios tipológicos conocidos. Creemos que las pautas de análisis propuestas desde la Tipología Analítica son las que mejor se ajustan para poder reflejar las peculiaridades morfo-técnicas que presenta este registro, ya que permiten describir y definir tanto formas conocidas, como aquellos formatos más heterogéneos. Por último, se ha individualizado un último grupo como herramientas de extracción, separadas según las materias primas sobre las que están realizadas: sobre ofita, las mazas y fragmentos de las mismas; sobre sílex los percutores y cuñas y, sobre asta, los picos. Finalmente se tendrán en cuenta el resto de evidencias que no pueden ser incluidas en ninguno de los apartados anteriormente mencionados. Por otro lado, contamos con un número considerable de productos que presentan alteraciones mecánicas post-deposicionales (pseudo- retoques mecánicos ASA). Estos se han diferenciado porque presentan retoques con pátinas diferentes o una disposición anárquica de estos y no seguir un patrón de desarrollo o de articulación. Por esta razón no se han contabilizado como retoques.

6.1.2. Clasificación según los tamaños

A la hora de tratar los productos brutos hemos considerado necesario hacer una relación de tamaños. Para ellos hemos creado tres rangos o tallas: • Talla 1 que agruparía los elementos más pequeños, es decir aquellos que se encuentran por debajo de los 16 mm;

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• Talla 2, el tamaño mediano, entre los 16 y 64 mm de longitud; y, • Talla 3, aquellos mayores de 64 mm. La toma de medidas de las evidencias líticas completas se ha realizado tomando el talón como punto de orientación de la pieza, mientras que para aquellas que no tienen talón, ya sea por ser cachos o núcleos, se tomará el lado mayor como medida mayor. 6.2. Descripción por niveles Se han estudiado todos los niveles excavados en la campaña de 2011; no obstante, en el nivel 1 y 2 se ha seleccionado el material correspondiente a los cuadros A2, A4, B2 y B4, de manera que la secuencia coincida con los niveles inferiores que únicamente fueron excavados en los cuadrantes mencionados. 6.2.1. Nivel 1 De este primer nivel se han estudiado 709 evidencias, clasificadas según sus características en los grupos que se muestran en la tabla 2. CACHOS SIN EXTRACCIONES Total Talla 1 173 85 100% 49,1% CACHOS CON EXTRACCIONES Total Talla 1 117 33 100% 28,2%

Talla 2 84 48,6%

Talla 3 4 2,3%

Talla 2 70 59,8%

Talla 3 14 12%

Tabla 2: Reparto del material recuperado en el nivel 1. *Estas tres piezas se han computado como productos retocados.

El primero de los grupos en los que hemos dividido el análisis de los materiales corresponde a los productos brutos que integran los subgrupos que a continuación pasaremos a analizar. El total de este conjunto es de 664 evidencias. 6.2.1.1. Los productos de debitado El nivel 1 del yacimiento de Araico presenta un conjunto de productos de debitado que alcanza los 356 ejemplares, siendo el más numeroso del nivel. Las evidencias que se han mantenido completas son 124, mientras que los fragmentos son 232

Figura 18. Los productos de debitado del nivel 1 distribuidos en fragmentos y completos.

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Los restos de debitado que se encuentran enteros se distribuyen según los tamaños en la talla 1 con 9 evidencias, en la talla 2 con 104, y con 11 en la 3. Observando la presencia de sílex en los productos completos se deduce una preferencia por los corticales de tamaño mediano o talla 2

Figura 19. Representación gráfica de los productos de debitado completo distribuidos según las tallas de tamaño y la presencia o no de córtex.

Figura 20. Distribución de los fragmentos en corticales y no corticales, nivel 1 de Araico.

En los fragmentos la corticalidad es también importante, puesto que 148 de los 232 tienen córtex Los núcleos y avivados Entre el material del nivel 1 se han identificado dos núcleos, uno de ellos de formato prismático y planos de percusión ortogonales. El segundo es de morfología piramidal. En relación a los productos de preparación tecnológica controladas, se han identificado 10 avivados con las siguientes particularidades: − 9 tabletas, una de ellas con retoque, y todas incluidas en el rango mediano correspondiente a la talla 2. − 1 flanco de núcleo de la talla 3 y cortical.

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Los cachos El nivel 1 presenta gran cantidad de restos indeterminables o cachos, según la clasificación que hemos realizado 173 evidencias no poseen negativos de extracción, frente a 117 que sí. En cuanto al tamaño hay 118 unidades de la talla 1, 154 de la talla 2 y 18 de la talla 3. CACHOS SIN EXTRACCIONES Total Talla 1 253 136 100% 53,8% CACHOS CON EXTRACCIONES Total Talla 1 26 2 100% 7,7%

Talla 2 116 45,8%

Talla 3 1 0,4%

Talla 2 20 76,9%

Talla 3 4 15,4%

Tabla 2: Reparto del material recuperado en el nivel 1. *Estas tres piezas se han computado como productos retocados.

Nódulos naturales Los nódulos que se han encontrado en este nivel son 6, aunque incluiremos aquí uno más que posiblemente sea una cuña. Por lo tanto si no tenemos en cuenta este último ejemplar, hay 6 nódulos de sílex de córtex grueso y de la talla 2, todos ellos testados con el fin de comprobar la calidad y posibilidades del sílex. 6.2.1.2. Productos retocados El número de productos que presentan algún tipo de retoque en este nivel asciende a 45 soportes, que sirven de base sobre los que se desarrollan 57 útiles tipológicos.

Atendiendo a esto se agrupan de la siguiente manera:

Raederas Este grupo está compuesto por un total de dieciséis raederas. Doce se clasifican como raedera lateral (R1), de ellas, seis son simples (una raedera un soporte), tres son dobles y una se encuentra en composición con un buril sobre truncadura. El resto son dos raederas transversales (R2) y una raedera latero-transversal (R3). Las raederas laterales simples presentan un retoque con amplitud profunda, al igual que las raederas latero-transversales y transversales. En cambio, dentro de las raederas dobles (R1 · R1), solo una mantiene ambos retoques profundos, siendo las otras dos restantes una combinación de retoque marginal opuesto a muy marginal. En cuanto al soporte de estas piezas, todas salvo dos raederas dobles, están configuradas sobre lascas corticales, variando el número de negativos que presentan en su cara dorsal, desde uno o dos, hasta múltiples negativos (este último es el más representado). Además todas presentan córtex y diedros laterales o transversales. En cuanto a las dos raederas dobles restantes, destacar que se encuentran realizadas sobre láminas con un negativo en su cara dorsal y presencia de córtex configurando un diedro, adecuándose unos de los retoques al propio diedro. El tamaño de estas piezas se enmarca dentro de la talla dos, salvo la raedera latero-transversal que es de un tamaño mayor correspondiente a la talla 3. Raspadores Este grupo está compuesto por cinco piezas, clasificadas como raspadores frontales (G11). Una realizada sobre nódulo de sílex y cuatro realizadas sobre lámina no carenada y con ausencia de córtex. La amplitud de su retoque es profunda para todos los casos y presentan a su vez fracturas proximales. El tamaño de los útiles realizados sobre lámina son de las tallas 2 y 1. El raspador realizado sobre nódulo de sílex se caracteriza por ser un canto tallado con la base reservada. El retoque se describe de la siguiente manera: CT G11 K p [S bl c cvx]. Complementariamente, 27

presenta unos astillamientos sobreimpuestos al retoque, que se asemejan a un ecaillage. El tamaño de este es de tipo 3 (Fig.21). Estas características morfo-técnicas nos inducen a pensar que este tipo de pieza pudo ser empleado a modo de pico-percutor para desempeñar labores extractivas en los procesos de explotación minera.

Figura 21. Raspador sobre nódulo de sílex con astillamientos sobreimpuestos al retoque que se asemejan a un ecaillage.

Denticulados Este grupo está compuesto por catorce evidencias. Ocho se corresponden con muescas (D1), cuatro con espinas (D2) y dos con raederas denticuladas (D3). Todas ellas son útiles simples y presentan un retoque profundo, a excepción de una espina que presenta en su lado opuesto una fractura de tipo burinoide. En relación a los distintos soportes que albergan estos temas tipológicos, las muescas se asientan sobre lascas con uno, dos o ningún negativo en su cara dorsal. En cinco de los casos soportes quedan evidencias de córtex. Todos presentan un diedro lateral o transversal, el cual puede ser configurado de forma natural, manteniendo córtex, o a partir de una extracción anterior. Estas muescas se relacionan con los diedros, al ubicarse sobre dicho plano o de forma opuesta, o incluso en composición latero-transversal con éstos. En cuanto al índice de carenado, cuatro son carenados y uno no. El tamaño de estas piezas se encuadra dentro de la talla 2. Se han identificado dos muescas que se ubican sobre formatos nucleiformes de gran tamaño (talla 3), uno de morfología prismática con múltiples planos de percusión y de lascado dispuestos de forma ortogonal, y otro con una forma tendente a lo piramidal. De las cuatro espinas controladas, tres están construidas sobre lascas excepto una, realizada sobre lámina (la cual presenta un fractura burinoide). Todas son corticales y tienen diedros laterales o transversales. Al igual que para el caso de las muescas, estos tipos presentan una relación con los diedros laterales, articulándose sobre estos o de forma opuesta. En cuanto al tamaño, todos están dentro de la talla 2. Las dos raederas denticuladas están configuradas una, sobre lasca, y la otra, sobre un fragmento medial de lámina. Esta última, a diferencia de la lasca, no es carenada y no mantiene córtex. Ambas presentan el mismo tamaño (talla 2). Truncaduras Contamos con dos truncaduras transversales distales (T1). Ambas están realizadas sobre láminas corticales no carenadas. A diferencia del resto, la materia prima empleada para fabricar estos útiles se corresponde con el sílex de tipo fino. El tamaño es de tipo 2.

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Puntas de Dorso Se trata de un único ejemplar clasificado como punta de doble dorso (PDD21), que se encuentra quemada (tornándola de color rosáceo). Su soporte es una lasquita con diedro lateral, el cual se ha aprovechado para acondicionar uno de los dorsos. Mantiene talón liso y cortical. Geométricos Al igual que en el caso anterior, existe un único elemento geométrico, definido como un fragmento distal de segmento en doble bisel (F4), configurado sobre sílex de tipo fino. Buriles Contamos con un buril sobre truncadura (B22) con una raedera lateral opuesta (R1), sobre un fragmento de núcleo. 6.2.1.3. Elementos no Tipologizables En este apartado introducimos todas aquellas piezas que presentan algún tipo de retoque susceptible de ser descrito analíticamente, pero que carecen de entidad morfo-técnica en relación al desarrollo, delineación o articulación de dicho retoque, lo que impide adscribirlos a un tipo primario concreto. En este sentido, contamos con siete ejemplares dentro de este grupo. Cuatro de ellos presentan un retoque simple. En primer lugar una lámina no carenada y cortical configurando un diedro lateral donde se ha articulado un retoque simple, inverso, continuo y rectilíneo, en composición latero-transversal con otro retoque similar al anterior. En segundo lugar, una lasca carenada con diedro lateral cortical, en el cual que se ha desarrollado un retoque simple directo y continuo. Igualmente, una cresta con extracciones bilaterales y no cortical. Presenta un talón diedro amplio y tumbado en su cara dorsal. En composición con este talón se articulan un retoque simple, directo, continuo y transversal; más un retoque simple, directo y continuo, lateral izquierdo. De forma opuesta a estos retoques simples, se localizan dos golpes bilaterales transversales y distales. También una lasca cortical con un retoque simple, inverso y continuo en uno de sus laterales, en composición con un abrupto directo, continuo y transversal. Por último, otra lasca cortical total presenta un retoque abrupto directo continuo opuesto a otro retoque de las mismas características. Como elementos que destacar dentro de este grupo se individualizan dos piezas significativas: Un nódulo de sílex cortical total, que presenta una fractura, en uno de sus extremos, configurando un plano rectilíneo. Sobre éste una extracción que invade una de sus caras. Este plano rectilíneo mantiene marcas de haber sido golpeado. En el extremo opuesto y manteniendo el córtex del propio núcleo, se localizan golpes bilaterales que recuerdan a un retoque écaillé. La morfología general del nódulo es alargada con un estrangulamiento central (Fig.22)

Figura 22. Fragmento de nódulo con marcas de golpeteo en sus aristas distales

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La otra pieza es un fragmento proximal de lasca con un negativo de una extracción anterior en su cara dorsal, diedros laterales corticales que mantienen la forma del nódulo matriz. La fractura que presenta en su parte distal es burinoide y mantiene restos de un retoque abrupto en sus laterales. En el talón también se identifican marcas de haber sido golpeado. Ambas piezas, debido a sus características morfo-técnicas y el tipo de marcas que conservan, se han interpretado como un tipo de cuña que posiblemente pudieran haber sido empleadas en las labores de cantería, al igual que el raspador realizado sobre un nódulo de sílex descrito en líneas anteriores. 6.2.2. Nivel 2 El total de las evidencias recuperadas en el nivel 2 asciende a un total de 958; desglosado en los siguientes grupos CACHOS SIN EXTRACCIONES Total 6 CACHOS CON EXTRACCIONES Total 63 100%

Talla 1 2

Talla 2 3

Talla 3 1

Talla 1 4 6,4%

Talla 2 36 57,1%

Talla 3 23 36,5%

Tabla 3: Cachos con y sin extracciones divididos por tallas y su porcentaje (nivel 1).

Como ya se ha dicho con anterioridad en el nivel 2 se estudiará únicamente el material correspondiente a los cuadros A2, A4, B2 y B4, lo que supone el análisis de un total de 676 evidencias. 6.2.2.1. Productos brutos Los productos brutos agrupan los productos de debitado, los núcleos, los avivados, los cachos y los nódulos naturales. Este conjunto estudiado suma 615 restos líticos, representando la mayoría del material del nivel. En cuanto a la materia prima estamos hablando de sílex en el 100% de las evidencias, utilizándose en todos los casos sílex del lugar, y predominando una variedad que destaca por poseer un córtex grueso. En este nivel son pocos los restos silíceos de alta calidad, es decir, los que clasificamos como la variedad con córtex fino (algunos productos de debitado completos). Productos de debitado Se han diferenciado los productos de debitado entre aquellos completos y los que se encuentran fragmentados. El grado de fragmentación entre los restos de debitado supone un 60% (Fig.23)

Figura 23. Representación de los porcentajes de completos y fragmentos de los productos de debitado en el nivel 2 de Araico.

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Se ha estudiado el tamaño de los productos de debitado según las categorías de las que hablábamos anteriormente (Talla 1, Talla 2, Talla 3), obteniéndose la siguiente información: de la talla 1 hay 23 restos, de la talla 2, 79 unidades y de la 3 un total de 4. La corticalidad en estas evidencias es muy alta, se ha interrelacionado el tamaño de los productos con la presencia de córtex en ellos (Fig.24) y se observa un claro predominio de los elementos de talla media (talla 2), especialmente los corticales, seguidos de los no corticales y, en tercer lugar, los de tamaño pequeño (talla 1) no corticales.

Figura 24. Distribución de los productos de debitado completos según las tallas y su corticalidad (nivel 2).

En los restos de productos fragmentados la cantidad de piezas que presenta córtex es elevada, al igual que ocurría con los productos completos (Fig.25) lo que indicaría un intenso trabajo de desbastado o decorticado.

Figura 25. Representación gráfica de los porcentajes de corticalidad en los fragmentos de productos de debitado (nivel 2).



Los núcleos y avivados

En el nivel 2 se han clasificado como núcleos un total de 6 evidencias; a partir de sus características podemos mencionar la existencia de: 3 núcleos de planos ortogonales: uno de ellos con negativos evidentes de extracción de lascas, siendo difícil certificar las extracciones de los otros dos. Los tres están configurados sobre los nódulos de sílex de córtex grueso mayoritario entre los materiales extraídos de la excavación; 1 núcleo prismático, o más bien de tendencia prismática, con un único plano de percusión. En este caso el sílex presenta un córtex fino. La pieza tiene un retoque intencional que sirvió para la creación de una cresta que no pudo ser extraída.

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2 núcleos de difícil clasificación, podría decirse que amorfos, uno de ellos posiblemente ortogonal que se encuentra muy agotado. Los avivados identificados son 13 para este nivel, repartidos de la siguiente manera: 2 láminas crestas, con negativos bidireccionales y alternos, ambas no corticales, una de ellas incluida en el rango de tamaño 3 y otra en el 2 1 tableta parcial, dentro del rango 2 y cortical; 3 flancos de núcleo, uno cortical y los otros dos sin córtex, incluidos en la talla 2. Una de las evidencias presenta dudas sobre su clasificación como flanco puesto que se encuentra rota. 7 lascas de avivado, de las cuales 4 tienen retoque y 3 no lo poseen.. Entre las primeras, todas corticales, tres son medianas (talla 2) y la restante de la talla 3; mientras que las que no retocadas se encuentra en el rango 2, siendo 2 corticales y una no cortical. Los cachos Los cachos se han agrupado en dos grupos: uno que incluye los que poseen extracciones, y otro que carece de ellas, teniendo también en cuenta la corticalidad de los ejemplares. En total se han contabilizados 279 cachos, de los que 253 no presentan signos de extracción. Este conjunto puede reagruparse según los tamaños CACHOS SIN EXTRACCIONES Total Talla 1 16 3 100% 18,75% CACHOS CON EXTRACCIONES Total Talla 1 107 22 100% 20,6%

Talla 2 12 75%

Talla 3 1 6,25%

Talla 2 72 67,3%

Talla 3 13 12,1%

Tabla 5: Cachos con y sin extracciones del nivel 2 distribuidos por tamaños.

La razón de que se encuentren tan representados los cachos sin extracciones, especialmente en la talla menor, es debido al alto grado de alteración que presentan: están totalmente quemados; lo que provoca que el sílex se fracture y salten cúpulas térmicas de pequeño tamaño. Haciendo una breve referencia al grado en el que aparece córtex entre los cachos, podemos decir que la corticalidad es un rasgo característico de este grupo, especialmente en aquellos incluidos en la talla 2 sin extracciones; mientras que la mayoría de evidencias no corticales se sitúan en la talla 1 sin extracciones, debido a las alteraciones que acabamos de mencionar. Los nódulos naturales Al tratar los nódulos naturales en el nivel 2 únicamente podemos mencionar la existencia de nódulos de sílex de córtex grueso que han sido testados. El total de elementos de estas características es de 5, todos ellos con morfología y tamaños similares, a excepción de uno de ellos que sería más correcto identificar como una cúpula formada a partir de una rotura natural del propio sílex al ser expuesto a temperaturas extremas, en este caso por el frío posiblemente. 6.2.2.2. Los productos retocados Este segundo nivel está constituido por 53 artefactos que presentan algún tipo de retoque sobre los cuales se determinan 61 útiles tipológicos. Al igual que en el nivel anteriormente descrito, aparecen dos grupos de utensilios. Uno que puede ser clasificado en grupos tipológicos conocidos y otro que sólo puede ser descrito de una manera analítica pero sin llegar a determinar un tipo.

De esta manera el material lítico retocado queda agrupado de la siguiente manera:

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Raederas Este grupo está compuesto por un total de 21 útiles tipológicos realizados sobre 19 soportes. De estos 14 son piezas simples, nueve raederas laterales (R1), tres raederas transversales (R2) y dos raederas latero-transversales (R3). Contamos con un útil doble, siendo una raedera lateral opuesta a otra raedera lateral (R1· R1) y seis compuestas; una raedera lateral opuesta a raedera denticulada (R1· D3), una raedera lateral opuesta a una espina (R1 · D2), otra raedera lateral opuesta a un abrupto continuo (R1 · A2) y por último dos raederas laterales opuesta a una muesca (R1 · D1). Los soportes en los que están confeccionados estos útiles son diversos y no parece que exista una relación tipo de soporte con un tipo de útil, estando ubicados tanto en lasca como en lámina. Aún así, todos los productos presentan trazas de cortes y la presencia de diedros laterales. El tamaño de estas piezas corresponde con la talla 2. Denticulados Son 20 útiles tipológicos que corresponden a este grupo, siete son muescas (D1), una espina (D2) y ocho raederas denticuladas (D3). Además tenemos cuatro elementos compuestos, una raedera lateral opuesta a raedera denticulada (R1· D3), una raedera lateral opuesta a una espina (R1 · D2), y dos raederas laterales opuesta a una muesca (R1 · D1). Los soportes de estas piezas presentan las mismas características que el grupo anterior, dominando las lascas sobre las láminas y manteniendo diedros laterales y zonas corticales. A su vez, todas tienen un tamaño mediano (Talla2). Raspadores Dentro de este grupo tenemos siete piezas, tres raspadores frontales (G11), tres raspadores con retoque lateral (G12) y un raspador despejado (G22). Estas piezas están confeccionadas sobre láminas sin cortes y sin diedros laterales, a excepción de un raspador frontal con retoque lateral realizado sobre una lasca carenada y con una fractura longitudinal que hace la función de diedro lateral. Ésta a diferencia del resto presenta un tamaño mayor. Abruptos Son cuatro piezas que presentan un retoque abrupto sobre tres soportes, uno corresponde con una truncadura transversal dispuesta en la parte distal del soporte (T1), dos abruptos continuos dispuesto en un soporte, uno opuesto a otro (A2 · A2) y una pieza compuesta raedera lateral opuesta a un abrupto continuo (R1 · A2). Perforadores Dentro de esta categoría se han identificado cuatro perforadores realizados a partir de un retoque abrupto transversal en composición con una muesca abrupta (Bc2).

Los soportes de estas piezas son lascas sin córtex y sin diedro lateral, estando todas quemadas.

6.2.2.3. Elementos no Tipologizables Al igual que en el nivel anterior contamos con cuatro artefactos que, aun presentando un retoque en uno de sus bordes, carecen de entidad como para adscribirlos a uno de los grupos descrito en líneas anteriores. Por esta razón solamente se ha descrito el retoque. Siendo para todos los casos un retoque simple, directo profundo y continuo, localizado en uno de sus lados en la parte distal o proximal. Como ya se ha comentado estos retoques parecen estar en relación con diedros transversales o con talones amplios. 6.2.2.4. Las herramientas de extracción La única herramienta utilizada (Nota 6), posiblemente, para la extracción de materia prima identificadas en el nivel 2 es una pieza de morfología triangular con presencia de córtex en su parte distal y tres negativos de extracciones anteriores en su cara dorsal (Fig.26) En origen este soporte bien

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pudiera haber sido un flanco; sobre él, que se encuentra ligeramente reflejado, se ha identificado un retoque astillado definido como [E bl mult rct · E bl mult rct]. En la parte proximal, junto al ecaillage hay una extracción longitudinal, ésta en lugar de tener el contrabulbo propio de un negativo presenta el punto de percusión con un bulbo bien marcado, es decir a la inversa que cualquier extracción.

Figura 26. Pieza de morfología triangular con retoque astillado a modo de cuña.

Esta acumulación de caracteres particulares hace pensar que se trata de una cuña de cantero, relacionada con algún método de extracción propio de esta labor, relacionable con las piezas descritas en el nivel anterior. 6.2.2.5 Otras evidencias Entre el material que no puede incluirse dentro de los grupos analizados anteriormente encontramos tres fragmentos de cerámica: uno es un fragmento de borde de una sigillata con figuraciones de caballos en hilera, y los otros dos de cerámica modelada a mano con gran cantidad de desgrasantes y que no superan los 3 cm. También se ha recogido un trozo de metal y tres restos óseos (dos posiblemente de microfauna o fauna mediana; y otro de macrofauna). 6.2.3. Nivel 3 El nivel 3 de Araico ha dado el material que se recoge en la Tabla 6; con un total de 498 evidencias ha ofrecido una datación precisa a partir de una de las herramientas recuperadas, un fragmento de asta de ciervo. MATERIAL ESTUDIADO Productos debitado (completos y fragmentos) Núcleos Avivados Cachos Nódulos de sílex Productos retocados Herramientas de extracción Otras evidencias TOTAL

356 2 10 290 6 45 2* 709

Tabla 6: Material recuperado en el nivel 3.

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6.2.3.1. Los productos brutos Los productos brutos suman 489 unidades, agrupados en productos de debitado, tanto completos como fragmentados, núcleos, cachos y nódulos de sílex. En el nivel 3 no se han identificado avivados, singularidad que no se da en ninguno de los otros niveles, al igual que el elevado número de productos de debitado que supera con creces al resto de conjuntos. Los productos de debitado Como acabamos de mencionar, los productos de debitado son el conjunto más representado en el nivel 3 con 395 evidencias, muy por encima de los cachos que son protagonistas en los demás niveles. El número de productos completos está en este caso muy por debajo de los productos fragmentados, 92 completos frente a 303 fragmentos, lo que supone un 77% de fragmentación

Figura 27. Productos de debitado del nivel 3 representados por sus porcentajes.

En cuanto a los tamaños y la corticalidad de estos productos enteros se observa un predominio de la talla 2 con córtex, siendo los no corticales un conjunto pobre junto con los soportes más grandes.

Figura 28. Representación gráfica de los porcentajes de corticalidad en los fragmentos de productos de debitado, nivel 3.

La corticalidad es también relevante entre los elementos de debitado fragmentados con poco más del 80%.

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Figura 29. Porcentajes de fragmentos de productos de debitado sin retocar divididos en cortical y no cortical (Nivel 3).



Los núcleos y avivados

El nivel 3 es escaso en núcleos, únicamente se han identificado dos: 1 núcleo, sobre un trozo de nódulo se sílex de córtex grueso, con un plano de percusión y otro de lascado con tres extracciones de láminas; y, 1 núcleo con un frente de explotación, en el lado opuesto presenta marcas de golpeo y es cortical en los laterales. Por lo que a los avivados se refiere ya se mencionaba que no se ha reconocido ninguna evidencia de estas características. Los cachos Son 69 las unidades que componen el conjunto de los cachos en este nivel. Como hemos realizado en el nivel 2, se han dividido los cachos entre aquellos con extracciones y los que no poseen huellas de extracción. Por un lado los cachos con extracciones suponen un 91%, siendo el tamaño mediano el más representado El grupo de cachos sin extracciones es muy escaso. Por otro lado, los restos que presentan córtex en alguna de sus caras supone casi la totalidad del conjunto. CUADROS: Productos debitado (completos y fragmentos) Núcleos Avivados Cachos Nódulos de sílex Productos retocados Herramientas de extracción Otras evidencias TOTAL

A2-A4 B2-B4

A(3,5,7) B(3,5,7)

TOTAL

312

77

389

6 13 279 5 53 1 7 676

5 7 138 2 50 3* 282

11 20 417 7 103 4 7 958

Tabla 7: Cachos con y sin extracciones del nivel 3 distribuidos por tamaños.

Nódulos naturales Los nódulos de sílex naturales son 23, todos ellos con golpes de haber sido testados y presentando un córtex muy grueso, a excepción de dos ejemplares que no tienen córtex¾ lo que indica que es un sílex de buena calidad¾. Los nódulos se mueven entre los rango de tamaño mediano y grande, al igual que ocurría en los niveles anteriores.

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6.2.3.2. Los productos retocados Solamente contamos con dos piezas que presentan retoque: 1 raedera denticulada (D3) realizada sobre una lasca de tamaño talla 3, sin presencia de córtex y no carenada. 1 buril de paños latero-transversales (B21) realizado sobre un fragmento de lasca cortical y carenada. 6.2.3.3. Herramientas de extracción A diferencia del nivel 2, el nivel 3 tiene herramientas o fragmentos de herramientas sobre otras materia primas diferente al sílex, concretamente: 1 maza de ofita con una lasca que remonta 5 lascas de la misma litología. 6.2.4. Nivel 4 La tabla que a continuación se expone recoge todo el material recuperado durante la excavación del nivel 4 en todos los cuadros profundizados (A2, A4, B2 y B4), donde se han contabilizado 224 evidencias. MATERIAL RECUPERADO Productos debitado (completos y fragmentos) Núcleos Avivados Cachos Nódulos de sílex Productos retocados Herramientas de extracción (y fragmentos de las mismas) Otras evidencias TOTAL

CANTIDAD 395 2 69 23 2 7 498

Tabla 8: Material recuperado en el nivel 4.

6.2.4.1. Los productos brutos El cómputo total de evidencias dentro del conjunto de los productos brutos es de 221. Se han analizado diferenciando los distintos grupos al igual que en los niveles anteriores. El sílex empleado es por lo general el de córtex grueso, aunque se han identificado varias evidencias sobre el sílex de córtex fino, especialmente en productos retocados o más configurados. Los productos de debitado Siguiendo los esquemas de los anteriores niveles de Araico, nos encontramos con un porcentaje entre los productos completos y los rotos donde destacan los completos (Fig.30). Este dato es singular para el conjunto industrial de este yacimiento, puesto que en los demás niveles los restos fragmentados eran superiores en número frente a los productos completos. Si analizamos el debitado que se encuentra sin romper a partir de sus medidas, obtenemos un gráfico (Fig.31) donde se aprecia la representatividad de los distintos rangos de tamaño frente a su corticalidad. En primer lugar destaca la inexistencia de productos de debitado grandes, los correspondientes a la talla 3, y de productos corticales pequeños de la talla 1. Los elementos corticales son superiores a los que no tienen córtex. Entre los fragmentos, las evidencias sin córtex son mayoritarias, a diferencia de lo que sucedía con los artefactos completos

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Figura 30. Representación de los porcentajes de productos de debitado completos frente a los fragmentados (fragmentos longitudinales, distales, mediales y proximales) correspondientes al nivel 4 de Araico.

Figura 31. Distribución de los productos de debitado completos del nivel 4 según su corticalidad y tamaño.

Figura 32. Representación de los porcentajes de corticalidad entre los fragmentos de productos de debitado (Nivel 4)



Los núcleos y avivados

Se han recuperado en el nivel 4 un total de 6 núcleos, han sido clasificados a partir de sus características tecnológicas:

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3 núcleos prismáticos, uno con un plano de percusión y una cara de extracciones, incluido en el rango 2 de tamaños y con córtex; los otros bipolares, sin córtex y de la talla 2 y 3 respectivamente; 1 núcleo tendente a piramidal, con un plano de extracción, dentro de la talla 3; y, 2 núcleos amorfos, uno de ellos sin córtex y de la talla 3, siendo el último de tamaño mediano (T2). En referencia a los avivados únicamente se han identificado como tal 3 evidencias: 2 lascas de avivado, una de ellas con retoque; y, 1 cresta posiblemente, todos ellos dentro del rango 2 de tamaños. Los cachos Los fragmentos indeterminados o cachos suman un total de 123 en el nivel 4, siendo el conjunto más representado. Partiendo de la existencia de extracciones en alguna de las caras de estos cachos podemos decir que un 87% sí presenta negativos de extracción. La Tabla 9 muestran cómo es la distribución de estos restos según los tamaños, donde son mayoritarios los de la talla 2 tanto en el grupo de los cachos sin extracciones como en los de extracciones. En comparación con el nivel 2, los negativos de extracción están presentes en la mayoría de los cachos y no presentan alteraciones. MATERIAL RECUPERADO Productos debitado (completos y fragmentos)

64

Núcleos

6

Avivados

3

Cachos

123

Nódulos de sílex

25

Productos retocados

2

Herramientas de extracción

1

Otras evidencias

-

TOTAL

224

Tabla 9: Cachos con y sin extracciones del nivel 4 distribuidos por tamaños.

Las evidencias con córtex son numerosas, el 76% de los cachos es cortical; comprobándose una vez más las actividades de extracción de sílex y de posible configuración previa de núcleos para ser transportados desde la mina. Nódulos naturales La cantidad de nódulos de sílex encontrados en el nivel 4 asciende a 25 ejemplares. Las características comunes a todos ellos son la presencia de un grueso córtex y un tamaño generalmente mediano, lo que obligaría a los grupos que explotarían la cantera a desechar este tipo de nódulos debido a su poco provecho. Se han podido clasificar como: 7 nódulos brutos sin signos de explotación, todos ellos dentro del rango 2 de los tamaños, excepto uno dentro de la talla 3; y, 18 nódulos testados, 11 de la talla 2 y 7 de la talla 3. 6.2.4.2. Los productos retocados En este último nivel se caracteriza por la presencia de dos piezas: 1 raedera lateral (R1) con retoque profundo realizada sobre un flanco de núcleo cortical 1 pieza con una truncadura oblicua distal (T1) sobre un fragmento de lasca con diedros laterales corticales.

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Ambas tienen una tipometría similar, adscritas a la talla 2. 6.2.4.3. Herramientas de extracción Se ha localizado un fragmento de asta de ciervo, identificado como un posible pico o hendedor, aunque no se ha podido realizar un análisis en profundidad debido a que se encuentra en proceso de restauración. Sí podemos adelantar que se encuentra fracturado en uno de los extremos, mientras que el otro presenta un bisel (Fig.33)

Figura 33. Fragmento de asta de ciervo relacionado con las labores extractivas del sílex.

Se recoge un bloque de ofita de módulo prismático plano y de dimensiones grandes (talla 3). Presenta alteración de sus caras mayores y marcas de percusión en los planos menores, más evidentes en los diedros que los delimitan (Fig.34)

Figura 34. Bloque en bruto de ofita de morfología tabular que ha sido empleado como maza. Figura 35. Percutor sobre sílex de morfología prismática.

Se ha identificado un percutor sobre sílex, de dimensiones grandes (dentro de la talla 3), Presenta unas extracciones previas a modo de crestas que le configuran una morfología prismática, sobre los extremos y el contorno lateral presenta marcas de haber sido golpeado reiteradamente (Fig.35)

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7. CONCLUSIONES



Las conclusiones que podemos extraer a partir de este estudio son: Los afloramientos carbonatados lacustres-palustres de Treviño (Sierra de Araico-Montes de Cucho y Busto) se revelan como silicificaciones importantes que han sido objeto de explotación minera desde la Prehistoria. Se identifica una de las variedades nodulares de sílex como el objeto de estas explotaciones que han generado labores mineras como escombreras y zanjas de gran entidad con dimensiones de varios centenares de metros de longitud que van siguiendo los niveles geológicos silicificados. Son sílex nodulares de color oscuro (alto contenido en materia orgánica), de gran pureza (escasas impurezas de carbonato), grano fino (micro-criptocristalino), homogéneos (sin fisuras ni estructuras internas que condicionen su fractura) y con un córtex finísimo (grosor micrométrico que favorece que se suelten fácilmente del encajante calcáreo). Ha sido precisamente en una de estas estructuras mineras de tipo cubeta-zanja-pozo (todavía sin determinar por no haber llegado a la base del yacimiento) ubicada en el collado situado entre el Alto de San Miguel y el Alto del Silo, a unos 850 msnm, donde se ha ubicado la excavación sobre una estructura de relleno (escombrera con morfología de media luna) colmatada a modo de pequeña depresión de 20-30 m de diámetro. Las dataciones realizadas sobre un fragmento de madera (Quercus Robur sp) carbonizada y un fragmento de asta de ciervo, revelan una antigüedad importante (6040±40 y 5640±30 BP respectivamente) que las sitúan como una de las minas neolíticas más antiguas de Europa. A nivel cuantitativo, la gran cantidad de productos de debitado y cachos frente a los productos retocados, núcleos y avivados de núcleo. La casi totalidad de los productos presentan córtex. Los nódulos de sílex con golpes poseen las mismas características morfológicas y volumétricas, lo que interpretamos como un testeo de estos para comprobar la calidad y posibilidades de los mismos. A nivel cualitativo advertimos que nos encontramos con varios grupos; un utillaje destinado a la explotación minera, percutores, picos y cuñas. Otro de características más estandarizadas y comunes a cualquier contexto prehistórico, como pueden ser raederas, raspadores, denticulados etc. Y por último un grupo de artefactos que se escapan de las clasificaciones tipológicas que podemos interpretarlos como útiles de fortuna, donde parece que se buscan soportes robustos y con diedros laterales para desempeñar alguna labor, posiblemente vinculada a la labor de cantería.



8. AGRADECIMIENTOS

Este trabajo ha sido desarrollado dentro del Proyecto Ondare del Instituto Alavés de Arqueología (IAA) y subvencionado por el Ministerio de Cultura. Asimismo quisiéramos agradecer la ayuda y orientaciones metodológicas e interpretativas prestadas por el Dr. Javier Fernández Eraso a la hora de abordar en estudio del material lítico; a la Dra. Lydia Zapata Peña por la identificación de los carbones y la elección de la muestra para el análisis de C14; y al Dr. Joxean Mujika Alustiza por su involucración en este proyecto. Por último mencionar la colaboración de trabajo de campo y tratamiento del material en laboratorio a: Mónica Alonso Eguiluz, Aitor Sánchez López de Lafuente, Marta Sánchez, Javier Molina, Tomás Urigoitia, Isidoro Montaña; y al equipo de restauración del CENIEH. Por último señalar que el trabajo de gabinete se ha desarrollado en los laboratorios del Servicio de Cartografía (SGIKER) y del departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la UPV, a los que agradecemos su colaboración.

9. NOTAS

1) Investigador del Programa Ramón y Cajal: RYC-2007-01626 del Ministerio de Ciencia e Innovación con recursos procedentes del Fondo Social Europeo (FSE) y del proyecto HAR2008-05797 del Ministerio de Ciencia e Innovación. 2) Becaria predoctoral de la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV-EHU).

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3) Becaria predoctoral del Gobierno Vasco (FPI). 4) Se refiere al Alto de San Miguel, Sierra de Araico. 5) En este sentido cabe destacar los trabajos realizados para el estudio de las piedras de chispa, las piedras de fusil o de industrias líticas procedentes de contextos medievales (Barandiarán, 1974; Roncal et alii., 1996; Fernández Eraso, 2012). 6) Se ha mencionado la existencia de tres percutores sobre sílex localizados en los cuadros no estudiados. Éstos útiles formarían parte de las herramientas de extracción de la materia prima. Sucintamente podemos decir que se trata de elementos con similares características, sobre núcleos no muy configurados o amorfos.

10. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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