Intervenciones en emergencia : situaciones catastróficas

Share Embed


Descripción

(esta página va en blanco)

INTERVENCIONES EN EMERGENCIA

Situaciones catastróficas

Los textos de este volumen han sido evaluados por el Comité Académico

El contenido de los trabajos publicados es responsabilidad exclusiva de los autores

Diego Benegas Loyo Ayelén Colosimo (editores)

INTERVENCIONES EN EMERGENCIA

Situaciones catastróficas

Timbó Ediciones

Benegas Loyo, Diego Intervenciones en emergencia : situaciones catastróficas / Diego Benegas Loyo y Ayelén Colosimo. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Timbó Ediciones, 2015. E-Book. ISBN 978-987-45882-0-3 1. Psicología. 2. Emergencia. 3. Catástrofes. I. Colosimo, Ayelén II. Título CDD 155.935

Fecha de catalogación: 03/06/2015

Cubierta y diseño: Ayelén Colosimo Primera Edición 2015 © Timbó Ediciones Buenos Aires – República Argentina Queda hecho el depósito que previene la ley.

Índice Comité Académico .....................................................................................................................................9 Llamado: situaciones catastróficas .................................................................................................. 10 I. LLEGAR........................................................................................................................................................... 13 1. Natalia De Avila Cuando el duelo lastima identidades .............................................................................................. 14 2. Daniela Fernández La catástrofe de Eric .............................................................................................................................. 23 3. Karina Di Benedetto No hay prevención del trauma........................................................................................................... 24 4. Nelly Velázquez Intervención psicológica en abuso sexual infantil desde la resiliencia.............................. 27 II. INSISTIR ....................................................................................................................................................... 30 5. Eduardo Viera Derecho a tener derechos – memoria e identidades para la lucha...................................... 31 6. Dinorah Otero Extranjeridades y silencios ................................................................................................................. 40 7. María Laura Romero La urgencia en salud mental: consideraciones desde el enfoque de derechos humanos ..................................................................................................................................................... 43 8. Romina Cuevas Argentinazo versus crisis orgánica 2001 ...................................................................................... 45 III. ESPERAR ..................................................................................................................................................... 46 9. Ayelén Colosimo Catástrofes, crisis y desastres: conceptualizando lo disruptivo en las ciencias sociales........................................................................................................................................................ 47 10. María Teresa Ravagnan y María Laura Zanatta Intervención temprana interdisciplinaria en personas damnificadas por la inundación en la ciudad de La Plata el 2-3 de abril de 2013.................................................. 49 11. Mariana Czapski, Gerardo Laube y Alejandro Palma Situaciones catastróficas: impacto en el psiquismo de las víctimas, descripción clínica e instrumentos diagnósticos ................................................................................................ 51 12. Estefania Berengan Mendaña La ciudad que desnudó el temporal................................................................................................. 53 13. Diego Benegas Loyo Catástrofe y red social: representaciones y prácticas en agrupaciones activas de Buenos Aires ............................................................................................................................................. 55

8

Situaciones catastróficas

IV. SALIR ........................................................................................................................................................... 56 14. Carina Tumini Castillo de Abelín: historias de juegos de construcción después de una explosión .................................................................................................................................................... 57 15. Carolina Thomaz da Fonseca La importancia y los cuidados con la comunicación en trabajos de intervención en emergencias ........................................................................................................................................ 65 16. Juliana Agustoni Catástrofe después de la catástrofe: reflexiones en torno a la problemática habitacional post terremoto en Haití .............................................................................................. 67 17. Carlos D. Russo Terremoto en Haití – experiencia sanitaria.................................................................................. 70 18. Walter Behobi Baudou y Tamara Zapponi La traumatización secundaria: definiciones y diferencias en daños a clínicos............... 71 19. Diego Benegas Loyo La primera estrofa: palabras para interrogar la catástrofe y el amor................................ 74 COLABORADORES............................................................................................................................................. 82

Comité Académico

Lic. Hebe Perrone Lic. Marina Vega Lic. Claudia Ruiz Lic. Claudia Huergo Dr. Diego Benegas Loyo Mg. Dinorah Otero Lic. Walter Behobi Lic. Javier F. Ruiz Lic. Juliana Agustoni Lic. Ayelén Colosimo Emiliano Vega

Llamado: situaciones catastróficas

Asistimos hoy a la presencia generalizada de situaciones que llamamos “catastróficas”. Por un lado, el campo del estudio de las emergencias y catástrofes es muy amplio y diversificado: distintas disciplinas estudian diversos tipos de catástrofes, las analizan cuestionan y exploran y hasta cuestionan su naturaleza. Por otra parte son varias las profesiones que intervienen en los primeros momentos de acontecimientos devastadores y proveen esa atención inmediata que no admite demora ni duda alguna. Entre las perspectivas macroscópicas de las ciencias sociales y la inmediatez de la respuesta eficiente de quienes atienden los desastres, la experiencia de la clínica introduce para nosotros una pregunta por la dimensión subjetiva en estos procesos. Exactamente en esa confluencia es donde intentamos abrir un espacio para el diálogo. Proponemos un encuentro donde discutir experiencias y propuestas desde esos tres ámbitos. Para ello planteamos grandes ejes que intentamos hacer converger: la intervención, la clínica y la crítica. La intervención, aquellas experiencias, prácticas y modelos de abordaje en emergencias y catástrofes, aquellos discursos, saberes y preguntas que nos vienen desde el punto de intervención, el lugar de impacto, aquellos que atienden la primera llamada de lo disruptivo. La clínica, con sus experiencias de de las catástrofes subjetivas, los derrumbamientos singulares y aquellos momentos donde todo deja de tener sentido, si bien para una sola persona. La crítica, investigación y reflexión sobre catástrofes y emergencias, sobre la historia, antropología y sociología de las catástrofes. Los trabajos aquí reunidos son, en algo que empieza a constituirse en tradición, de una heterogeneidad mayúscula. Una variedad desde muchos sentidos, donde tensamos quizás el límite de la inteligibilidad. Tenemos primeros esbozos de inquietudes y anhelos, inicios de preguntas en distintos lenguajes y en tiempo futuro que a la vez desafían los cánones y las certezas establecidas. Tenemos algunos que cuentan de procesos en su punto medio, con carreras de investigación y desarrollos de preguntas considerables, pero aún navegando para encontrar sentidos y rumbos. También acercamos escritos y presentaciones que responden a

Intervenciones en emergencia

11

trayectorias profesionales desarrolladas, donde los rumbos están establecidos al punto de transmitir enseñanza y comunicar experiencias maduras. Aquellos tres ejes que proponíamos, intervención, clínica y crítica, se han convertido en las cuatro partes de este volumen, al que hemos nombrado en términos de movimiento, y en términos de intervención: llegar, insistir, esperar, salir. La primera sección, “llegar”, engloba trabajos que cuestionan o expanden la clínica de las catástrofes subjetivas, y lo subjetivo de las catástrofes, allí se reúnen cuestiones sobre abuso sexual, sobre lo traumático en análisis y el análisis de lo traumático y sobre las posibilidades de una clínica en situaciones catastróficas. La segunda sección, “insistir”, nos lleva a una mirada que decididamente involucra lo social, cuestionando el devenir y el sobrevivir a la violencia social en su presentación más descarnada, pero también en sus versiones más establecidas y silenciosas, en aquellas formas estructurales de desigualdad y exclusión. Tenemos aquí preguntas sobre crisis sociales y el emerger del discurso de los derechos humanos, de alguna forma llamado a responder ante estas violencias. Nuestra tercera sección es una pausa, de allí “esperar”, y la pensamos desde la necesidad de agrupar otro tipo de contribuciones. Allí reunimos trabajos sobre inundaciones

y

sobre

estrategias

de

acción

comunitaria,

con

reflexiones

conceptuales sobre cómo pensar lo disruptivo y cómo conceptualizar e intervenir en lo subjetivo. La propuesta de las praxis de intervención de las agrupaciones activas viene aquí como un inicio de una respuesta posible. La última sección, “salir”, agrupa historias de intervención en situaciones de desastre, desde incendios en Córdoba a terremotos en Haití. Experiencias de contacto directo con estas catástrofes y la pregunta sobre los aspectos comunicacionales allí. El cuestionamiento sobre el cuidado de los cuidadores cierra esta sección y también nuestro volumen. Con todo, presentamos aquí secciones heterogéneas, materiales disímiles: un desparramo de preguntas, investigaciones, ideas y propuestas, todos fragmentos de distintos desarrollos. Sin embargo, distinto que en el terremoto, donde se acumulan los restos de lo que queda, en estos, nuestros textos nos asomamos a momentos fragmentarios, instantáneas de diferentes trayectos. Fotografías de

12

Situaciones catastróficas

distintos viajes, unos planes de viaje, otros de mochilas y algunas peregrinaciones. Son fragmentos de caminos, que se cruzan e intersectan. Son voces y sonidos, melodías y ruidos que esperamos generen en cada uno distintos acordes, aunque también disonancias. Pues si el tocar la misma música nos hace apreciar la belleza, las situaciones catastróficas son aquellas que desafían todo lo previsto. Y como imprevisto y como derrumbe ellas son siempre imperativas y así nos fuerzan a encontrar nuevos sonidos, nuevos acordes, nuevos sentidos. Agradecemos la ayuda de la Dirección de la Carrera de Psicología del IUCS Fundación Barceló, en todos los estadios de este emprendimiento. Agradecemos también el auspicio de la Secretaría de Relaciones Internacionales y de Relaciones Institucionales de la Fundación. Por otra parte, este trabajo ha sido posible gracias al apoyo del Instituto Universitario de Ciencias de la Salud Fundación H. A. Barceló para el Proyecto de Investigación “Trauma, Catástrofe y Redes Sociales”. Agradecemos a los compañeros y compañeras del Comité Académico que trabajaron en las diferentes instancias tanto de organización como de evaluación, corrección y edición para producir esto, y a las alumnas de la Cátedra de Interconsulta y Emergencia 2015 que aceptaron el desafío y nos confiaron su trabajo. A nuestros invitados que acudieron al llamado, algunos desde muy lejos, gracias por su expectativa. Y a quienes nos leen, agradecemos su interés, que nos compromete y motiva, y esperamos que recorriendo estas páginas encuentren entre estos fragmentos, materiales para sus propias reconstrucciones. Les damos nuestra mejor bienvenida.

I. LLEGAR

1. Cuando el duelo lastima identidades Natalia De Avila Introducción: La experiencia……. 8 de Mayo de 2009 Son casi las 9 de la noche, o las 10, más o menos… El básquet en Uruguay acababa de llevarse un golpe durísimo. Los hechos: Partido de la Liga entre dos cuadros rivales (25 de agosto y Nacional) con problemas previos de violencia en la cancha. La Federación de Básquet, decide que el partido se juegue en cancha neutral, neutral?... se designa la cancha de club Aguada, debido a la seguridad que la misma presenta ediliciamente (entradas separadas), los hinchas del club no están de acuerdo. Cerca de la hora mencionada un adolescente de 15 años, Rodrigo, jugador del Club, hincha de toda la vida, uno más en la comunidad Aguada y en el barrio del mismo nombre; sale del club después de un entrenamiento físico, con su camiseta puesta, y decide pasar por la casa de un amigo y compañero de equipo. A unos 50 metros del club, conversan en la puerta de la casa de este último. Javier, siente que del Club le gritan “vamos 25 de Agosto y Peñarol”, responde “Aguada y Nacional”, y cruza… Hechos confusos, Rodrigo recibe una puñalada frente a la mirada de sus amigos, corre, se encuentra con su hermano, parece decir algo, y el hermano lo lleva al hospital más cercano, a un par de cuadras (hospital especializado en embarazos y partos). Es trasladado rápidamente con una herida que le atraviesa la aorta. En el club, el partido empieza… Los amigos se juntan rápidamente, bajo la consigna de enfrentarse a él, o los asesinos…

Intervenciones en emergencia

15

Rodrigo, otro Rodrigo N, íntimo amigo del primero, llega al barrio, corridas, balazos, uno a él…muere, en el mismo hospital del barrio… Las 6 de la mañana del 9 de mayo, muere Rodrigo N. Hasta ahí los hechos. Acontecimiento: mueren asesinados dos amigos del mismo barrio, del mismo club, con los mismos amigos…y hasta con el mismo nombre… Una comunidad impactada, instituciones impactadas y cuestionadas… el deporte,

la

violencia,

las

hinchadas,

los

adolescentes….una

tragedia

mediatizada…uno de los asesinos, un menor de edad, es condenado a un régimen de privación de libertad que le permite “mostrarse” continuamente en espacios públicos…. Varias causas se han abierto con relación al proceso judicial vinculado a este caso… El otro… un asesinato que la justicia uruguaya aún no sentencia… ¿Qué se hace? El club convoca a un equipo de psicólogos. Tres por la Universidad. En este trabajo me propongo por un lado compartir las principales líneas de trabajo desarrolladas a partir de ese momento, identificando claramente dos momentos de la intervención: la intervención inmediata después de la situación crítica vivida y a un año de los acontecimientos. Partimos de pensar lo sucedido como una situación crítica, que interroga a una comunidad y la coloca frente a su propia identidad. Abordamos el trabajo desde un enfoque psicosocial, que considera el trauma como trauma psicosocial (Martín – Baró), reconociendo en ese sentido que, el efecto de un hecho de estas características moviliza la representación compartida de la realidad, impactando directamente en la forma en la que se procesan a nivel

individual los

acontecimientos. Trauma colectivo que, al decir de Pau Pérez “genera un tipo de discurso (o narrativa social) asumido por una mayoría del colectivo.” Narrativa que tiene relación con el carácter de los acontecimientos, el modo en el que se enfrentó así como las consecuencias del mismo. Trauma colectivo en tanto “es un proceso de interacción y de reinterpretación constantes con la narrativa social compartida que emerge de los procesos históricos (memoria histórica socialmente construida), de la

16

Situaciones catastróficas

situación presente (hechos de violencia extrema) y de la perspectiva compartida de futuro como individuos y como grupo.1” Es así que, los asesinatos de ambos adolescentes, pasa a ser narrado con detalles aún por quienes se encontraban lejos del lugar donde sucedieron. Al parecer, todos saben qué fue lo que paso y cómo. ¿Saben? En realidad, la claridad del cómo y desde dónde cada uno de los integrantes del club han vivido esta experiencia (y nos referimos con integrantes a todo aquel que se siente parte de este colectivo), comienza en el marco de la intervención a dejar ver, escuchar, sentir, los “sin sentido.” Como bien dice Sartre, no hay verdad, sino interpretaciones de hechos, y con eso nos encontramos. Con la interpretación de cada uno de los actores en juego, de lo sucedido. Verdades para cada uno de ellos, que producen distinto sentido. Y en este juego de verdades, una versión hegemónica, que intenta tapar los demás relatos. Con esto también hay que trabajar, lo cierto, son las muertes, los ruidos, los sentidos, varían. El derecho a sentir la muerte del otro es social…por más que desde el Club, y sobre todo desde los amigos, se reclame un derecho a sentir particular, que los define, los identifica, los mantiene unidos, y otra vez, separados del resto. Repetición de la misma lógica de la hinchada. En la primer etapa de la intervención se aposto a colectivizar los sentires, para proyectar apoyos y articulaciones intragrupales e intergrupales. Compartimos con M. Beristain que, “El apoyo social que valida y reconoce la experiencia traumática de las personas y que ayuda a entenderla y darle significado, parece ser muy importante para asimilar las catástrofes y los hechos traumáticos.2” Reconociendo también que “Construir la historia de lo sucedido constituye la mejor parte de luchar contra las peores expresiones del olvido: la injusticia, el acostumbramiento, y la indiferencia”3 Sin embargo no podemos dejar de realizar cada una de nuestras intervenciones recordando que, “Rescatar la memoria trabajar, los valores que

1

Pérez Sales, Pau. Trauma, culpa y duelo. Hacia una psicoterapia integradora. Biblioteca de Psicología. Desclée de Brouwer. 2006. 2 Beristain, Carlos Martín. Diálogos sobre la reparación. Qué reparar en los casos de violaciones de derechos humanos. Ministerio De Justicia y Derechos Humanos. 2009. 3 Romero, Graciela. Memoria y olvidos de nuestra identidad.

Intervenciones en emergencia

17

hagan más sana y vigorosa la sociedad, promover el conocimiento y el ejercicio fraterno de la defensa social de los derechos humanos, difundiendo y aprovechando las experiencias anteriores, son tareas imprescindibles pero que indefectiblemente requieren para su implementación la conciencia colectiva y del compromiso socialmente asumido.”4 En esta línea nos propusimos trabajar con los diversos grupos que fuimos identificando. El club (en tanto institución) posiciona los afectados directos como los familiares y compañeros de los chicos asesinados. Algo cierto, sin duda… pero ¿sólo ellos?.. En lógicas deportivas rápidamente comienzan a hacerse escuchar otras voces, esas que están acostumbradas a ser escuchadas cuando hay un problema: los chicos de la hinchada. Un grupo de amigos, adolescentes todos, posicionados desde un lugar de victimas ¿víctimas? Entendemos como víctimas directas, los adolescentes asesinados, sin embargo dadas las implicaciones psicosociales que el concepto de victima supone apostamos a un trabajo que los posicione desde otro lugar. Pensarse desde el lugar de “víctima” supone hacer foco en el dolor y en el sufrimiento dejando limitado la capacidad de afrontar lo vivido. (Sin dejar de reconocer como plantea M. Beristain que “El reconocimiento de víctima alude más bien a la violación de sus derechos y a su derecho a la reparación”) Enfrentados a un proceso de duelo, que supone asumir la pérdida como algo irreversible, se vuelven necesarios los espacios para expresar los sentimientos que van apareciendo (dolor, culpa, impotencia, tristeza, angustia), la “escucha de otro” y entre pares es valorada, y la necesidad de esclarecer lo sucedido y de hacer justicia son necesarios. Duelo y melancolía (1917): Aquí define Freud al duelo así: "es la reacción frente a la pérdida de una persona amada, o de una abstracción que haga sus veces, como la patria, la libertad, un ideal, etc." Caracteriza Freud al duelo por el talante dolido, la pérdida de interés por el mundo exterior en todo lo que no recuerde al muerto, la incapacidad o limitación para el trabajo productivo. Fácilmente se comprende nos dice Freud que esta inhibición y este angostamiento del Yo expresan “una entrega incondicional al duelo que poco o nada deja para otros intereses”. 4

Romero, Graciela. Memoria y olvidos de nuestra identidad.

18

Situaciones catastróficas

El colectivo del club organiza marchas, reclamando justicia, acompañado de un número importante de uruguayos/as, en su mayoría adolescentes. Un reclamo de justicia recordando de alguna forma las tantas marchas de reclamos de justicia que, por décadas hemos llevado adelante, quienes defendemos los derechos humanos. Reclamo de justicia que supone cambios culturales, sociales, buscando algo que sabiéndolo difícil de lograr, seguimos creyendo y sosteniendo es necesario alcanzar… la lucha contra la impunidad. En cada uno de los espacios de trabajo, y sobre todo los adultos vinculados al club se sienten nuevamente (considerando nuestro pasado como uruguayos de miedo, dolor, violación de los derechos humanos e impunidad) posicionados ante estos temas… Se re actualizan situaciones, y se presenta las siguientes interrogantes en los adultos… ¿cómo transmitir a los jóvenes la necesidad de lucha constante por los derechos humanos y de lucha contra la impunidad? ¿Cómo lograr que estos jóvenes no naturalicen estos procesos de modos de vincularse, de resolver los conflictos? ¿Cómo hacer para que la Justicia (considerando sus omisiones) siga siendo el camino para la resolución de estos casos? ¿Cómo lograr entender la continuar violación de los Derechos Humanos? Se vuelve en este trabajo, necesario trabajar la lucha contra la impunidad, como plantea Graciela Romero no como un proyecto de pasado que mire sólo y exclusivamente hacia el pasado (ya sea reciente o lejano) sino como “un proyecto presente y futuro, enmarcado en la construcción democrática actual y en su fortaleza futura.” Esta vez, un ámbito diferente quizás desde donde se hace necesario condenar la impunidad y promover una actitud de lucha constante por la justicia. Sosteniendo con esta autora que, este proceso de construcción colectiva de una “cultura para la justicia y la dignidad” fortalece las instituciones democráticas. Siguen quedando más aspectos… que nos movilizan a seguir pensando en conjunto…En todo proceso de duelo y de afectación psico – social, como es lo referido a los procesos de simbolización. En lo que hace a la posibilidad de simbolización, nos parece importante, el surgimiento de, lo que luego se repetirá en otros lugares, marcas en el cuerpo. Marcas, tatuajes, rostros tatuados en cuerpos dolientes, la necesidad de que la

Intervenciones en emergencia

19

memoria no borre lo acontecido. El cuerpo, y sus marcas lo recordarán. Este fenómeno, se da casi como pasaje al acto, el lunes siguiente a las muertes ya habían aparecido. El más común de los tatuajes: la cara de los chicos, y la frase “nunca los olvidaremos, Los ángeles de Aguada”. En estas formas, no nuevas, más bien bastante antiguas, que han tenido la sociedades de sostener dolores, o acontecimientos varios, con marcas en el cuerpo, nos preguntamos, que sucede con lo que no está escrito?, obviamente, el paso del tiempo, y la afectividad ligada a los actos hacen su trabajo en la conciencia. Pero ahí están, las marcas, impidiendo o tratando de impedir, aquello que como sociedad hemos aprendido, y tanto ha lastimado, el olvido… Aquellos grupos de personas, con los que trabajamos en esta primera etapa, mostraban un repliegue sobre sí mismos, y sobre el club, no cómo Institución, sino como sentimiento común, incluso, compartido con los muertos. No lograban separarse, conciliar el sueño, compartir otras actividades que no fuera estar juntos para simplemente, y no tan simplemente…estar. Los adolescentes, se veían por todos los alrededores, en las esquinas, tantas veces compartidas, o en la plaza que frecuentaban. Ante la pregunta del porqué, la respuesta de que esos eran sus lugares de seguridad. Rescatamos la posibilidad de crítica y autocrítica, y con mucho trabajo el reconocimiento del dolor compartido que se hace carne en sentimientos de venganza, de bronca, de impotencia. La necesidad de hallar a los culpables, y la propia visión de encontrarse ellos mismos, entre los responsables. En estas frases significativas por demás: esto nos pasó (a todos), por no haber bajado 10 cambios en diciembre. Intentamos sostener algunos espacios de encuentro, trabajar sentimientos y sentidos, darle sentido a lo que obviamente, ellos encontraban sinsentido. Tarea difícil, el dolor adolescente, es un dolor en acto, dolor que piensa poco, pero que se mueve rápido. Dolor que no les permitía reírse, y se sorprenden al hacerlo con nosotros, recordando anécdotas, recuperando otras memorias. Por otro lado, adultos, adultos desmembrados, entre la responsabilidad y el dolor, y el sentimiento interno de sentirse felices porque no fue su hijo el que murió.

20

Situaciones catastróficas

Claro, muy oculto, porque genera culpa. La culpa y el autorreproche de qué no hice, que no vi, que no… Los adultos se muestran débiles ante la necesidad de sostén de los más chicos. Depositan sus carencias en el Club, y en nosotros. Hay un sentimiento de espera que los acompaña, algo así cómo veremos que hace los demás, porque yo no puedo… Así, y después de varios trabajos, un día de Jornada General en el Club, con consignas claras, y horas de análisis, nos vamos retirando. Esperando que se hayan empezado a tramitar duelos, y permitiendo que éstos sigan su cauce, como parte de procesos normales en la vida de los seres humanos. Un año después… el club nos vuelve a convocar…con objetivos de trabajo más amplios, que exceden los límites de este artículo… sin embargo... se vuelve necesario seguir acompañando el proceso de duelo del colectivo del club Aguada. Así en esta segunda etapa del trabajo, nos enfocamos en acompañar al colectivo en la búsqueda de medidas simbólicas, reconociendo que las mismas al decir de C. M. Beristain, “están dirigidas a reconocer la dignidad de las víctimas, fomentar el recuerdo de hechos históricos relevantes, expresar una crítica o sanción moral hacia los perpetradores, así como a señalar la importancia de la prevención; también tiene que ver con los procesos de duelo o las formas de recuerdo familiar o colectivo 5” En este trabajo sostenemos que, la importancia de la medida simbólica en el proceso de recuperación no ocurre a través del “objeto”, sino del proceso que se produce a través del objeto (Hamber, 2006). Nos proponemos acompañar entonces el proceso de “selección” de la medida simbólica que el colectivo del club sienta necesaria. Vamos trabajando en este proceso, identificando sensaciones algunas, se mantienen con igual intensidad a la que se manifestaba un año atrás, otras, en un proceso esperable van disminuyendo en intensidad. La bronca, el dolor y la tristeza, ya no están tan vivos, sin embargo la sensación de impotencia, se re significa en el día a día de la lucha contra la impunidad. Un grupo se propone “hacer algo”, a un año de los asesinatos. Pensando juntos no sólo el qué sino el por qué, aparece la necesidad de no olvidar, dejando 5

Beristain, Carlos Martín. Diálogos sobre la reparación. Qué reparar en los casos de violaciones de derechos humanos. Ministerio De Justicia y Derechos Humanos. 2009.

Intervenciones en emergencia

21

una vez más en evidencia como las medidas simbólicas que los colectivos elijen apuestan a que la sociedad mantenga viva su memoria colectiva, aprendiendo de cada experiencia. Acompañamos este proceso, entendiendo el mismo como un punto clave en el proceso de duelo, Sin embargo, no podemos dejar de diferenciar el impacto de esta medida en los diversos actores que construyen esta historia. Para el club, supone reforzar el compromiso social, “a la vez que minimiza el sentimiento de indefensión”, (Pau Pérez. P 233) sin embargo, para los familiares de las víctimas supone reactivar “memorias traumáticas” y con ellas la afectividad negativa puesta en juego. En este proceso, el colectivo del club resuelve llevar adelante una marcha, que finalizará con una breve “ceremonia” donde amigos y compañeros de los chicos asesinados leerán algunas “proclamas”, se colocará para finalizar una placa recordatoria en una plaza pública (punto de encuentro y reunión de los aguateros) “En un sentido más social, las medidas simbólicas son un testimonio de los hechos, una sanción moral de los responsables y una llamada de atención sobre la relevancia de la prevención de las violaciones” (Pau, Pérez, 2006, p.233) Trabajamos algunos aspectos calves ante esta propuesta. El nivel de exposición que resultaría de la colocación de una placa recordatoria en un espacio público. Sin embargo, no podes dejar de considerar y seguir apostando a que como proclaman diversos autores, estas expresiones deberían de ser cuidadas por los Estados, en este caso el Estado uruguayo, en tanto símbolos de la defensa de los derechos humanos. Un proceso lleno de aprendizajes…. Este ensayo un espacio más para continuar compartiendo sentires, saberes, pensares…… Referencias Beristain, Carlos Martín. 2009. Diálogos sobre la reparación. Qué reparar en los casos de violaciones de derechos humanos. Ministerio De Justicia y Derechos Humanos. Pérez Sales, Pau. 2006. Trauma, culpa y duelo. Hacia una psicoterapia integradora. Biblioteca de Psicología. Desclée de Brouwer. Romero, Graciela. Sf. Memoria y olvidos de nuestra identidad Viñar, M. y Viñar, M. 1993. Fracturas de Memoria: Crónicas para una memoria por venir. Montevideo, Trilce.

22

Situaciones catastróficas

Natalia De Avila. Licenciada en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Especialista en actuaciones psicosociales ante situaciones de violencia política y catástrofes, Universidad Complutense de Madrid. Profesora Adjunta Unidad de Extensión y Actividades en el Medio, Escuela de Nutrición y Profesora Agregada Asistente de Dirección Programa Apex-Cerro, UdelaR. Integrante equipo de Coordinación y Evaluación de Desastres y Consultora Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, ONU.

2. La catástrofe de Eric Daniela Fernández El caso de Eric nos permitirá diferenciar tres dimensiones de la catástrofe: la subjetiva, la universal, la estructural. A la manera del “trauma en dos tiempos” descripto por S. Freud, este paciente de 42 años comenzará presentando su “catástrofe” subjetiva, que tuvo lugar hace dos años, desencadenando el comienzo de sus “ataques de pánico” que lo llevaron a consultarme. La cadena significante que el sujeto producirá nos permitirá situar una segunda catástrofe, universal, anterior a la subjetiva. El relato que iremos construyendo a lo largo de las entrevistas, nos conducirá a ubicar la catástrofe estructural propia del ser hablante, que J. Lacan describe como la intrusión del goce para el ser hablante, el mal encuentro con el goce. Mediante dos operaciones analíticas ayudaremos a este sujeto a fabricarse un punto de apoyo para poder vivir su catástrofe sin tanto mal.

Daniela Fernández. Psicoanalista, miembro de la EOL, la ECF y la AMP. Master en psicoanálisis Université de Paris 8. Profesora en la materia “Psicoanálisis: Orientación Lacaniana” y en la especialización en clínica psicoanalítica, Facultad de Psicología Universidad de Buenos Aires. Libros publicados: “Mujeres de papel”, Buenos Aires: Grama, 2015; “Variaciones psicoanalíticas para pasar de un siglo al otro”, París: Ed. Michèle, 2012.

3. No hay prevención del trauma Karina Di Benedetto Llamaremos traumáticas a las excitaciones externas que poseen la fuerza suficiente para romper la barrera de protección antiestímulo”1, con esta definición Freud propone la abolición de la primacía del principio de placer pero además introduce la función lógica del trauma entendiendo que la misma quiebra el equilibrio propuesto por aquel. Dicho de otro modo más simple, lo traumático rompe con cierto bienestar o acomodación en la vida del sujeto. Expuesto así podría pensarse una clínica de la urgencia subjetiva subrayando la cualidad de subjetiva. Este remarcado evita la ecuación trauma igual a una catástrofe en el orden de la realidad ya que tiende a pensarse que lo traumático consiste en un acontecimiento de gran magnitud que afecta a muchos individuos a la vez. Lo traumático siempre es un accidente que provoca urgencia subjetiva ya que se altera la realidad del sujeto sea de la intensidad que sea el acontecimiento que la provoque. Teniendo como referencia la clínica lo que estalla es la homeostasis subjetiva por un episodio imprevisto para, a partir de allí comenzar un trabajo. Desde este punto de vista cómo pensar en la prevención cuando el trauma tiene el sentido de advenir ante lo inesperado. Inesperado significa que algo no puede anticiparse, por lo tanto, no sabemos qué es lo que puede provocar la ruptura del equilibrio. Freud continúa “ya no podrá impedirse que el aparato anímico resulte anegado por grandes volúmenes de estímulo, la tarea planteada es más bien esta otra: dominar el estímulo, ligar psíquicamente los volúmenes de estímulo que penetraron violentamente a fin de conducirlos, después, a su tramitación”2 Después, a su tramitación, no antes. La invasión es algo repentino y lo deja al sujeto sin algún sentido que hasta ahora lo sostenía, es luego de la ocasión cuando se iniciará su tratamiento.

1 2

Sigmund Freud, Más allá del principio de placer, Amorrortu, Buenos Aires, 1995,cap iv, pag. 29 Ibíd.

Intervenciones en emergencia

25

Indicación clínica Resalto esta cuestión ya que muchas veces nos encontramos en el marco de una terapia con algunos sujetos que piden evitar lo doloroso o recurren a la búsqueda de ciertas maniobras para no angustiarse. Hago un paréntesis y a modo de ejemplo, como modalidad extrema, manifiesto que las fobias son el intento forzado de prevención del imprevisto. Un sujeto que no se entrega a la ruptura de ese bienestar y cree que lo vital pasa porque nada le suceda, teniendo una firme creencia en el principio de placer Las intervenciones terapéuticas justamente deben apuntar a hacer soportable la irrupción de lo inesperado y darle un estatuto a que ello pueda ocurrir. No existen garantías porque la vida está cargada de episodios que de un momento a otro pueden cambiar el rumbo que habíamos tomado. Ese sentido que la vida tenía, de repente estalla por episodios que a veces parecen mínimos. Por eso, tanto el estupor como la angustia son efectos y respuestas al trauma. El primero, muestra la detención de las respuestas que elaboró el sujeto, es decir, el sentido que el aparato construía se ha interrumpido. Es así como podemos pensar en el fantasma o en el síntoma como modos de respuesta o de otorgamiento de sentido. La segunda, la angustia, da señal de que no hay saber ante lo que desestabiliza, que no hay solución pero es una vía para encontrarla e ir construyéndola aunque sea provisoriamente. Evitar ambos efectos es imposible porque es imposible evitar lo traumático. Son la manifestación de que algo en la vida ha ocurrido. Dejando de lado lo doloroso de la irrupción sostengo que es lo que permite que esa vida no quede falta de vitalidad. En definitiva el principio de placer no es más que esto: pura acomodación a una realidad teniendo como consecuencia la falta de potencia del deseo. Tengamos en cuenta que la aparición del mismo produce cierta incomodidad y desregulación propia del movimiento vital. Sólo lo menciono ya que ese tema merece un capítulo aparte. Por todo lo dicho en la superación de un trauma no es suficiente con la vía elaborativa menos aún pensada como racionalización sino en conducir al paciente a tomar posición frente al imprevisto y por consiguiente ante el deseo. De esta manera ya podemos afirmar lo siguiente: en definitiva el tratamiento del trauma como

26

Situaciones catastróficas

accidental es tratarlo también como estructural, es decir, rescatar su función lógica. Por vía de otorgar sentido a lo ocurrido calmamos la angustia que lo inesperado genera porque construimos un saber pero lo que se trata es la urgencia y no el trauma. Del trauma no hay cura, sólo ir transitando y pasando una y otra vez por situaciones que nos dejen sin sentido para ir construyendo cada vez uno nuevo que pueda volver a caerse. Lo vital se caracteriza por el movimiento, no por el placer como principio y esto, es estructural.

Karina Di Benedetto. Licenciada en Psicología. Psicoanalista. Miembro de Asociación Argentina de Salud Mental. Profesora de Educación Media y Superior en Psicología. Docente Universitaria. Adjunta de Cátedra de la materia Fundamentos de Filosofía de IUCS Fundación Barceló.

4. Intervención psicológica en abuso sexual infantil desde la resiliencia Nelly Velázquez El Abuso Sexual Infantil (ASI) se ha entendido de diferentes maneras. La Organización Mundial de la Salud, lo define como una situación en la que un niño es víctima de un adulto con fines de satisfacción sexual (OMS 1986). El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), indica que en 190 países del mundo, los niños con frecuencia sufren abuso sexual en sus propias comunidades, casas y escuelas. El presente trabajo pretende realizar una revisión de los aspectos teóricos y de los datos estadísticos sobre el abuso sexual infantil.

A partir de diferentes

artículos de investigación y leyendo la ley Nacional N° 25.087 de delitos contra la integridad sexual, se propone abrir un espacio de reflexión. Pensamos esta como una situación traumática, y desde un enfoque terapéutico de resiliencia, enfatizamos los aspectos saludables del psiquismo. El ASI se encuentra dentro de los delitos contra la libertad sexual. La ley Nacional N° 25.087, impone prisión para quien abuse sexualmente de una persona “cuando, ésta fuera menor de trece años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso” o cuando por cualquier causa la persona no haya “podido consentir libremente la acción”. El ASI sucede en todos los niveles sociales, ocurre de manera reiterada, crónica y no es una cuestión accidental; es una forma de abuso físico y psicológico. El ASI es una situación en la que la infancia se ve violentamente quebrantada, en tanto el niño queda como objeto del goce sexual de un adulto. Así, la sexualidad adulta irrumpe en el campo del niño con una modalidad de goce ante la cual el mismo no cuenta aún con recursos para responder (Raimundi, 2009). Se considera que es fundamental contener a las víctimas, desde la intervención judicial y clínica, ya que las circunstancias traumáticas suelen llevar a las víctimas a estados de conmoción de tal magnitud que requieren de cuidados especiales.

28

Situaciones catastróficas

Algunos autores resaltan el hecho de que la coerción emocional y física que ejerce el abusador sobre la víctima tiene como fin garantizar su silencio. Para ello la labor psicológica debería brindar un espacio donde pueda poner palabras a esa situación traumática, donde algo de lo simbólico pueda ponerse en juego (Ruiz, 2014). Desde la física, resiliencia es la capacidad de los materiales de volver a su forma cuando son forzados a deformarse. En psicología entendemos resiliencia como la capacidad humana para enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido o transformado por las experiencias de adversidad (Grotberg, 1995). El enfoque desde la resiliencia en psicología, nació en el Hemisferio Norte, con Rutter en Inglaterra y Werner en Estados Unidos. Ellos trabajaban con personas que padecieron grave estrés en situaciones de guerra y evolucionaron favorablemente. Se propicia un enfoque terapéutico donde se favorece el afianzamiento de los vínculos interpersonales y la búsqueda en conjunto de un sentido a su padecimiento (Melillo y Suárez Ojeda 2008). Entonces, se trata de conducir a estas víctimas hacia una nueva fase de la existencia en la que las cicatrices de los traumas se integren en un nuevo crecimiento, priorizando la vida a pesar de las experiencias dolorosas (Vanistendael y Comte. 2000). A partir de este recorrido, pensamos que el Abuso sexual infantil afecta de forma profunda la vida cotidiana de las personas, por eso es necesario que se conozca en profundidad este tipo de problemáticas. El enfoque desde la resiliencia nos brinda una perspectiva esperanzadora en el afrontamiento de esta problemática. Referencias Carmona Arango, Piluca. 2015. Arte entre cenizas: una historia de resiliencia. Cuadernos de Crisis y Emergencias 14 (1): 61-72. Ferrari, Lucia Haydee. 1998. La urgencia en la intervención judicial en el abuso sexual de niños. Psicoanálisis y el Hospital 13: 100- 102. Galo, María Emilia. 2014. Trastorno por Estrés Postraumático: Un enfoque terapéutico desde la resiliencia, en Intervenciones en emergencia: Encuentros Interdisciplinarios, ed. Diego Benegas Loyo, 33-35. Buenos Aires: Timbó Ed. Raimondi, M. 2009. La urgencia en niños, en Intervenciones y dispositivos clínicos, en Perspectivas de la clínica de la urgencia, 156- 161. Buenos Aires: Grama Ed. Ruiz, Claudia. 2014. La emergencia en la urgencia, en Intervenciones en emergencia: Encuentros Interdisciplinarios, ed. Diego Benegas Loyo, 15- 17. Buenos Aires: Timbó Ed.

Intervenciones en emergencia

29

Melillo, A. y E. N. Suárez Ojeda. 2008. Resiliencia: Descubriendo las propias fortalezas. Buenos Aires: Paidós. Sarmiento, Varela. 2005. Violencia Familiar, en La psicología en el campo Jurídico, Buenos Aires: E.U.A. Vanistendael, S. y J. Lacomte. 2000. La felicidad es posible. Despertar en niños maltratados la confianza en sí mismos: construir la Resiliencia. Barcelona: Gedisa. Nelly Velázquez. Estudiante de último año de la Licenciatura en Psicología en el IUCS Fundación Barceló. Intereses académicos incluyen psicología evolutiva, de emergencias y psicoterapia sistémica. Objetivos profesionales incluyen el trabajo con niños y adolescentes y las problemáticas de violencia familiar, maltrato y abuso sexual infantil.

II. INSISTIR

5. Derecho a tener derechos – memoria e identidades para la lucha Eduardo Viera Primera imagen, obreros tirados en la vereda (banqueta) de las calles de mi barrio con las manos en la nuca y fusiles apuntándoles; las sirenas de las fábricas llamando a lucha y alerta; la camiseta blanca de mi primo manchada de sangre traída “gentilmente” por las fuerzas conjuntas en una reunión familiar; los comunicados en la radio y en la tele.... Y la indignación actual cuando un líder popular -al que queremos y reconocemos mucho, el “Pepe” Mújica- cree que “esto se va a acabar cuando nos muramos todos los que estuvimos en eso”; una indignación mucho más profunda cuando nuestro presidente, representante de la izquierda nacional –que tanto costó lograra llegar a gobierno- plantea la posibilidad de reunir a los viejos líderes del movimiento guerrillero y a los mandos del ejército para una charla que permita construir la paz; indignación que prosigue cuando se habla del día del Nunca Más con desfiles militares conmemorando el natalicio de nuestro prócer histórico, el libertador libertario José Gervasio Artigas. En fin, muchas imágenes que vinieron, de antes y de ahora, que permiten comprender que no hay tiempos lineales, desde la propia vivencia. Reconocimiento de las elecciones de praxis que elijo desarrollar en mi tarea como psicólogo. Encuentros con el dolor, la bronca y la esperanza de que hay mundos posibles y necesarios por conquistar. Sentimiento convencido e implicado de que es imprescindible integrarnos cada vez más los países latinoamericanos para hacer real los nunca más y para pelear el día a día contra las violencias a los derechos humanos que se siguen realizando con los oprimidos de siempre, los vulnerados a quienes se llama vulnerables, marginados, excluidos. Sentimiento e idea de que los derechos humanos deben dejar de ser lindas declaraciones de intenciones “pour la gallerie”. Ganas que todas y todos los que creemos que hay que luchar por una justicia real –no de papeles y trámites burocráticos- estemos cada vez más unidos/as para apoyarnos y construir una paz verdadera, no sostenida en la impunidad a tanto dolor provocado por proyectos políticos, filosóficos, económicos, donde las personas pasan a ser números o costos sociales a favor de los $.

32

Situaciones catastróficas

Se hizo mucho en nuestra historia, se hace mucho aún y hay mucho por hacer. “Pero al hablar de trauma psicosocial se quiere subrayar también otros dos aspectos, que con frecuencia tienden a olvidarse: (a) que la herida que afecta a las personas ha sido producida socialmente, es decir que sus raíces no se encuentran en el individuo sino en su sociedad, y (b) que su misma naturaleza se alimenta y mantiene en la relación entre el individuo y la sociedad, a través de diversas mediaciones institucionales, grupales e incluso individuales. Lo cual tiene obvias e importantes consecuencias a la hora de determinar qué debe hacerse para superar estos traumas.” En este planteo se juntan diversas vivencias y consideraciones importantes para la temática del post conflicto que deseamos trabajar ahora: la dictadura en nuestro país, Uruguay1 Una “huella desfavorable” ha quedado en cada uno de nosotros/as y esto no depende de las lógicas de un tiempo lineal. Pensamos que las situaciones socio-políticas deben pensarse en un sentido genealógico donde aquello vivido tiene efectos actuales y los sucesos no tienen “fecha de cierre”. Mucho de lo que nos sucede o actuamos como ciudadanos actualmente seguro tiene componentes de lo sufrido y aún por elaborar. Nos preocupan las dificultades para la participación (convocatoria, eficacia, logro, posibilidades); nos cuestionamos la instauración de un cierto individualismo y de vínculos competitivos (“sálvese quien pueda”); el policía, el militar ha quedado signado en la imagen de la desconfianza y el represor; la justicia con una balanza no fiable; las utopías como un sueño idealista para los “loquitos”... Tantas cosas, tanto por conocer, por asumir, por develar. El mismo hecho de asumir que hubo una derrota, que el movimiento social fue arrasado en un momento histórico, que se perdieron batallas cargadas de muchos sueños2 . Como plantea Elizabeth Lira trabajando la memoria de la dictadura en Chile: “...ampliar el conocimiento del pasado contribuyendo a que la memoria de ese pasado no quede anclada únicamente a la represión política y sus consecuencias”3. 1

Trabajaremos sobre el trauma psicosocial específico en nuestro país, aunque consideramos que debemos hacernos cargo de la situación vivida en todo el continente, apropiarnos de nuestros dolores y esperanzas colectivas pues sólo así también podremos encarnar un NUNCA MAS que deberá ser del continente agredido y explotado desde hace demasiado tiempo 2 Pero no se perdió la guerra. 3 Lira, Elizabeth, “Chile: Dilemas de la memoria política” en Coloqui Memorial Democratic: Politiques Publiques de la Memória.

Intervenciones en emergencia

33

Creemos que importa considerar todo lo vivido, asumir las contradicciones, no hacer una lectura simplista de “héroes y malditos”4 que nos hace daño para enfrentar la lucha por el Nunca Más de estas situaciones vividas, pero también para la construcción de proyectos colectivos hacia mundos posibles y necesarios. En nuestro país la instauración del régimen dictatorial tuvo resistencias y complicidades, análisis visionarios y visiones ingenuas. Se creyó en militares progresistas (“peruanistas”) que iban a enfrentar a la oligarquía y romper con la corrupción económica y política. Se peleó y se negoció. Aún hoy quedan dudas y sospechas sobre las posiciones y posicionamientos de cada uno: el que denunció, el que no soportó la tortura y confesó, el que “vendió” una huelga, el que decía una cosa y hacía otra, el que pudo haber sido “tira”5 , el político que se acomodó, el que se fue, el....La dictadura como tal instauró espacios de sospecha y miedo6 La sospecha, el miedo, son un excelente insumo para cualquier proyecto neoliberal que apuesta a la libre competencia y el individualismo. El otro es una alteridad rival, no un Compañero para co-operar en un proyecto colectivo. Entonces, luego hablamos del “post conflicto”. Nos preguntamos si resulta adecuado ese término. ¿Será que ya no estamos en el conflicto? o ¿hay un conflicto reprimido, ocultado, que insiste desde lo no resuelto? Torturados, exiliados, detenidos-desaparecidos, un país entero encarcelado, categorizado, controlado. Un país con miedo y des-esperanzado. En este país surgen naturalizaciones como que vivimos tiempos donde “la violencia se ha acrecentado de forma alarmante, de una forma nunca vista antes”7 quedando fuera de registro que durante 12 años -y con varios años previos- de enfrentamientos

urbanos,

acciones

paramilitares,

asesinatos

y

golpizas,

apresamientos, cierres de medios masivos de comunicación, etc.. El país vivió situaciones de violencia en todos los planos en los que podemos definir a ésta8 4

Usamos esta expresión pues refiere a una reciente confrontación de ideas con un compañero guatemalteco referido a lo vivido en nuestro continente. 5 Término utilizado para los miembros de las fuerzas conjuntas infiltrados en los movimientos populares y clandestinos. 6 Lira, Elizabeth, “Chile: Dilemas de la memoria política” en Coloqui Memorial Democratic: Politiques Publiques de la Memória, p. 10. 7 Comentario habitual referido por los medios de comunicación y repetido a-críticamente por personas de diversas pertenencias y formación educativa. 8 A este respecto dice Elizabeth Lira: “La violencia delictual y callejera y el aumento de las denuncias de violencia doméstica fueron aspectos destacados en algunos países al término de las dictaduras.

34

Situaciones catastróficas

Como dice Paul Ricoeur: “Podemos hablar de un olvido de huida, como estrategia de la evitación, como empresa de mala fe, que hacen del olvido una empresa perversa. Es la obstinación de no saber...”9 El primer presidente, culminada (¿culminada?) la dictadura fue Julio María Sanguinetti, del Partido Colorado, uno de los partidos tradicionales de derecha en nuestro país. La consigna electoral de su candidatura era “Por un Cambio en Paz” y en su discurso, ya presidencial, nos recomendaba “No tener los ojos en la nuca”10 Algo del orden del no recuerdo, de no querer volver a revivir situaciones traumáticas, ha quedado instalado en nuestra cotidianeidad. De hecho, durante mucho tiempo, se siguió utilizando de forma subrepticia o evidente el recurso al miedo, a la posibilidad de “que podían volver”. Por ello, se pudo establecer en el país una ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado, refrendada en las urnas, por miedo. Trauma psicosocial no elaborado que sigue insistiendo desde sus silencios ruidosos. Consideramos que la última dictadura militar uruguaya ha producido y produce efectos en las personas afectadas directamente, y en la sociedad toda, y marcó y marca huellas indelebles de atropellamiento a los derechos humanos. La aplicación de un régimen de terrorismo de Estado, y estrategias como la desaparición forzada, la prisión política prolongada, la aplicación sistemática de la tortura y el exilio, se utilizaron como forma de control social, y se dirigieron como una amenaza abierta contra el conjunto de la sociedad, para que se advirtiera el horror de lo siniestro como realidad concreta. Acordamos con Lira que “la elaboración

Se podría pensar que los efectos de la guerra y la represión política habían sido factores que habían influido en la exacerbación de otras formas de violencia, pero se hace difícil distinguir los efectos específicos de la represión en los distintos grupos sociales, y entender estas formas de violencia como desplazamientos o secuelas de la violencia política. El discernimiento se hace más complejo aún al combinarse el empobrecimiento, el desempleo, las distintas formas de exclusión, el alcoholismo, las drogas, las discriminaciones de diverso tipo, la represión política como tal y en algunas partes, los efectos de la desmovilización de los ex combatientes y una gran disponibilidad de armas entre los civiles” (Lira, E. “Consecuencias psicosociales de la represión política”) 9 Ricoeur, Paul, “Mémoire, oubli, pardon” en Alain Houziaux, 1998, La religion, les maux, les vices, Presses de la Renaissance, Paris, p 197; citado en Lira, E; Morales, G., Derechos humanos y reparación. Una discusión pendiente, Lom Ediciones 10 Entre otras cosas porque con los ojos en la nuca también podíamos reconocer su propia acción en tiempos de la dictadura siendo el autor de una ley de educación que reprimió toda acción colectiva de transformaciones posibles.

Intervenciones en emergencia

35

social del pasado conflictivo implica un proceso político y psicosocial, requiere: Verdad, Reparaciones para las víctimas, y Justicia”11 En el caso uruguayo, consideramos que los efectos se continúan (y se agudizan) por la “solución” que los dirigentes políticos propusieron, y que “el pueblo refrendó en las urnas”. Este intento de “clausura del pasado” con la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado (Ley Nº 17.848), y la modalidad de aplicación sistemática que han asumido los gobiernos de turno, al legalizar la ilegalidad y alentar las políticas de desinformación de lo sucedido, subvierte el orden democrático y profundiza el daño psicosocial. “(…) el daño no es algo que cese porque la causa haya cesado con la terminación de las dictaduras y el terror de Estado, sino algo que sigue aconteciendo sustancialmente como efecto de la impunidad y la no reparación y la consiguiente frustración en relación a los ideales de Justicia, con la repercusión que esto tiene en las expresiones subjetivas”12 Estos elementos afectan a la institucionalidad y la socialización a través del descrédito, la desconfianza y “sensación” de peligrosidad de los proyectos colectivos. Efectos que la resistencia social ha intentado sistemáticamente combatir, y que políticamente se han intentado abordar desde lógicas diversas en la última década. Oficialmente, es con la Comisión para la Paz (2002) que se reconoce la existencia de desaparecidos en Uruguay, y con diversos mecanismos legales se intentan “saldar” los vacíos legales producidos (fundamentalmente ligados a las situaciones de los afectados directos). Desde 2005, comienzan a aparecer ciertos atisbos de aplicar la justicia y reconstruir la verdad: inhumación de restos de detenidos desaparecidos, procesamientos judiciales de algunos de los más conspicuos torturadores, asesinos y delincuentes; creación de Museos de la Memoria, etc. Sin embargo, nuestro país que se ha caracterizado por firmar diferentes acuerdos internacionales en materia de Derechos Humanos incluso en plena etapa 11

Lira, E. Material modulo Memoria, Justicia y … Scapusio, Miguel. Transgeneracionalidad del Daño. En. VII Jornadas de Psicología Universitaria. Diez años de la creación de la Facultad de Psicología. Tradinco. Montevideo, 2004.

12

36

Situaciones catastróficas

dictatorial, ha omitido en muchos casos dar cumplimiento efectivo de estos avances legales, en el ordenamiento interno tanto a nivel de la incorporación de figuras legales como a nivel de dar la más amplia difusión a los ciudadanos. Sigue pesando sobre el aparato judicial una ley de impunidad o de “Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado” que ata las manos, los ojos, la palabra a tanto dolor que construye la memoria a construir, y que limita las posibilidades de reparación integral a los afectados directos y la sociedad toda.13 “A nuestro juicio, nada de lo que se destruyó se logrará recuperar en las mismas condiciones como se perdió. Nadie podrá dar vida a los muertos, hacer reaparecer a los detenidos-desaparecidos, eliminar la experiencia de la tortura de la mente de las personas que la sufrieron. Tenemos que intentar reparar, pero sin la ilusión, como se expresa en las palabras respectivas en idioma alemán, que se podría recuperar lo perdido”14 Los intentos de reparación a las víctimas, se reducen a tenues aspectos jurídicos, y la asistencia psicosocial continúa -como desde la re apertura democrática- a cargo de organizaciones civiles. En diversos ámbitos, fundamentalmente en el político- mediático, continúa pesando la “teoría de los dos demonios”, las ideas de “eso era una guerra” (idea mantenida por sectores castrenses); y la idea fuerza que “esto se arregla cuando se mueran los actores directos” (idea sostenida públicamente por José Mujica, miembro de la dirigencia del Movimiento de Liberación Tupamaros, rehén de la dictadura militar, diputado, senador, y ex ministro del actual gobierno nacional). Hay ciertas “banderizaciones” que continúan vigentes, al tiempo que nuestros sistemas educativos costosamente incorporan algunos elementos del pasado reciente, y el bombardeo mediático poco colabora con las posibilidades de construcción de memorias. Carlos Madariaga, trabaja el concepto de retraumatización de la impunidad, señala que “la impunidad es el mecanismo fundamental de esta recurrencia del

13

Actualmente la organización sindical de los trabajadores PIT - CNT, junto con organizaciones de familiares y ex presos políticos y otras organizaciones sociales se encuentran abocadas a una campaña para anular dicha ley. 14 Becker, David; Calderón, Hugo. “Traumatizaciones extremas, procesos de reparación social, crisis política”, pp. 67-75

Intervenciones en emergencia

37

trauma; cada nueva circunstancia o suceso que pone en evidencia la impunidad en la conciencia de las víctimas y sus familiares opera como gatillante del sufrimiento psíquico”.15 Y sin embargo, los procesos desarrollados por grupos y asociaciones de personas afectadas directamente, y sus profundos intentos de dar testimonio, sostienen la lucha por la verdad, la justicia y el “nunca más”. Adolfo Pérez Esquivel decía, respeto a los relatos orales: “La memoria nos ayuda a iluminar el presente y a generar el futuro en la vida de los pueblos y en nuestras propias vidas. La historia es memoria de la vida de los pueblos, que se fue construyendo en el tiempo, entre luces y sombras, entre el dolor y la resistencia.” (8 marzo 2006) Creemos que es responsabilidad de la Psicología universitaria aportar desde su especificidad tanto en el proceso de reconstrucción de la memoria colectiva, que aparece como imprescindible a más de veinte años de finalizada la dictadura, y luego del intento infructuoso e imposible de cancelar, un pasado que todavía es presente en nuestra sociedad. Porque vivimos en un país donde la pobreza, el desempleo, la discriminación de género, niñ@s adolescentes y adult@s en situación de calle, violencia doméstica, cárceles desbordadas espacial y jurídicamente, parecen irse naturalizando. Porque los derechos humanos –no sólo singulares, sino los derechos de colectivos y de pueblos- siguen siendo una constante búsqueda por construir más allá de cualquier acuerdo internacional firmado. Porque también se producen ese tipo de catástrofes puntuales, donde comunidades enteras sufren el dolor de la ruptura drástica de su cotidianeidad y donde los propios agentes encargados de la acción urgente, cuentan con muy pocos recursos materiales y simbólicos para sostener y apoyar. Pensamos a la Universidad, y específicamente a nuestra Facultad en tanto ámbito social y de salud, como un imprescindible espacio para extender, investigar, producir conocimientos; sensibilizar, multiplicar y fomentar la acción y generación de agentes aptos para trabajar y enfrentar el tipo de situaciones antes enunciadas. 15

Madariaga, C. Modernidad y retraumatización: lo público y lo privado en el sujeto social chileno. CINTRAS, EATIP, GTNM/RJ, SERSOC. Paisajes del dolor, Senderos de esperanza. Salud Mental y Derechos Humanos en el Cono Sur. Buenos Aires: Ed. Polemos, 2002.

38

Situaciones catastróficas

Nuestro compromiso es aportar desde lo profesional y ciudadano en las tareas necesarias para lograr que los derechos humanos, en su dimensión de defensa, protección y promoción de la dignidad humana, sean realmente parte de la vida cotidiana de las personas. – Desde estos marcos de referencia: la tarea es liberar de los efectos de la violencia y liberar de los opresores internalizados que oprimen la acción hacia “mundos posibles” siempre necesarios. Como un referente de estas luchas históricas en búsqueda de esas liberaciones queremos culminar esta reflexión con José Luis Rebellato: “El gran desafío de hoy en día es la construcción de la esperanza, no como ideal abstracto, sino como alternativa, donde los sectores populares sean real y efectivamente protagonistas. La tarea es enorme, pues el modelo neoliberal persiste con su fuerza, arrogancia y dogmatismo. Más aún, está encontrando caminos para darse un rostro social y humano. Los organismos internacionales – como el Banco Mundial- han tomado nuestras banderas y hablan de combate contra la pobreza, de investigación – acción, de alianzas, de participación, de empoderamiento. Se requiere de nosotros una profunda exigencia y rigurosidad en expresar lo que realmente buscamos construir cuando utilizamos esas categorías. Pero, sobre todo, se requiere una fidelidad creativa a un proyecto donde los sectores populares, sus organizaciones, sean fuente inspiradora y protagónica. Vivimos tiempos de crisis, de desafíos, de esperanzas. Vivimos tiempos de encrucijadas históricas. Esto requiere de nosotros lucidez, entrega a una tarea liberadora, adhesión a la utopía mediatizada en proyectos efectivos. Requiere resistencia y propuesta, radicalidad y sentido del límite. Requiere adhesión a un proyecto de autonomía que encuentra en la construcción del desarrollo local y sostenible, basado en los poderes de los sectores populares, una tarea de importancia insustituible, pero que busca proyección a nivel continental y mundial. Requiere construir una globalización de signo contrario a la globalización neoliberal. Una globalización de la solidaridad. Una verdadera internacional de la esperanza. Un mundo donde quepan todos los mundos” Noviembre. 1991

Intervenciones en emergencia

39

Bibliografía CINTRAS, EATIP, GTNM/RJ, SERSOC. 2002. Paisajes del dolor, Senderos de esperanza. Salud Mental y Derechos Humanos en el Cono Sur. Buenos Aires: Ed. Polemos. Lira, E. sf. “Consecuencias psicosociales de la represión política” Lira, E., “Chile: Dilemas de la memoria política” en Coloqui Memorial Democratic: Politiques Publiques de la Memoria. Lira, E; Morales, G. sf. Derechos humanos y reparación. Una discusión pendiente, Lom ediciones. Rebellato, J. L. 2000. Ética de la Liberación. Montevideo: Nordan / Comunidad. Riquelme, H., ed.1990. Era de nieblas. Derechos humanos y terrorismo de Estado y salud psicosocial en América Latina, editorial Nueva Sociedad, Venezuela. Scapusio, M. 2004. Transgeneracionalidad del Daño. En. VII Jornadas de Psicología Universitaria. Diez años de la creación de la Facultad de Psicología. Tradinco. Montevideo. SERPAJ. 1991. Vale la pena. 10 años por la paz y los derechos humanos, Serpaj, Uruguay Eduardo Viera. Licenciado en Psicología y Magíster Estudios Latinoamericanos, Universidad de la República, Uruguay. Diplomado y Especialista en Intervenciones en Violencia Política y Catástrofes, Universidad Complutense de Madrid. Profesor Adjunto, Instituto Psicología de la Salud, Facultad de Psicología, Coordinador investigación “Derecho a la ciudad e inseguridad”, UdelaR. Responsable intervenciones en coordinación con Ministerios, Red contra Violencia y Maltrato y la ONU.

6. Extranjeridades y silencios Dinorah Otero Walter Benjamin (1936) sitúa un quiebre en la tradición narrativa desde la “Gran Guerra”; nota que los que regresan de la misma lo hacen enmudecidos, sin historias que contar, sin la posibilidad de narrar1. Así pensaba también yo, en mi práctica clínica, ante lo que podría bautizar como “pequeñas guerras” relativas a posibles efectos subjetivos de la segregación y el racismo. No escuchaba, había solamente silencios, quienes llegaban a consulta tampoco parecían tener historias para narrar. ¿Pero es que no había historias para contar o no había espacio para la escucha? ¿Había un silenciamiento de las voces? ¿Se trataba de silencios o sorderas? Del silencio fueron emergiendo voces. Cuando las primeras voces se alzaban o cuando las pude empezar a escuchar, cuando de los silencios o de las sorderas surgieron voces, se escuchaba que ellas nombraban, enunciaban, producían dichos que daban cuenta de un malestar, que denunciaban sufrimientos. Esas voces revelaban distintas maneras de subjetivar lo que socialmente los atravesaba. De acuerdo al psicoanálisis, existe una dimensión social del síntoma. Cada voz iba contando de manera diferente modos de vivir las extranjeridades. Teniendo en cuenta que lo social/cultural es constituyente del sujeto, no se puede desconocer que cuando se padece del racismo y la segregación, cuando se sufre el rechazo del Otro social, cuando lo extranjero no es alojado, produce efectos subjetivos. Nuevamente, la manera de subjetivar ese rechazo es singular. ¿Cómo pensar la segregación, el racismo? Si desde el psicoanálisis se las puede considerar como formas que adopta el malestar en la cultura, pienso que en el marco de los desarrollos de Walter Benjamin, pueden ser asociadas con catástrofes. De este modo se refiere a un cuadro de Paul Klee que se titula Angelus Novus: “En él se muestra a un ángel que parece a punto de alejarse de algo que le tiene paralizado. Sus ojos miran fijamente, tiene la boca abierta y las alas extendidas; así es como uno se imagina al Ángel de la Historia. Su rostro está 1

Benjamin distingue entre la transmisión “boca a boca” de aquella que tiene que ver con la escritura de libros acerca de la guerra.

Intervenciones en emergencia

41

vuelto hacia el pasado. Donde nosotros percibimos una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única que amontona ruina sobre ruina y la arroja a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado, pero desde el Paraíso sopla un huracán que se enreda en sus alas, y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras los escombros se elevan ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso” (Benjamin, publicado en 1942). Las palabras de Benjamin resuenan para mí con aquellas de Jacques Lacan del año 1973 en "Televisión", cuando es interrogado acerca del racismo: “¿De dónde le viene a usted la seguridad de profetizar un ascenso del racismo? ¿Y por qué diablos decirlo?” A lo cual Lacan responde: “Porque no me parece divertido y sin embargo es verdadero”. Cuando uno “se mezcla”, el otro aparece como el intruso, el invasor. La intolerancia es en relación con el goce del Otro. El odio, el no soportar la extranjeridad conduciría a extremos como la reducción del otro a la condición de resto. Así, Lacan anticipa en el porvenir las formas más extremas del racismo, formulando la posibilidad amenazante del retorno de un “pasado funesto”. La segregación apunta a eliminar la diferencia. Siguiendo a Freud (1921), el extranjero, en su alteridad introduce lo extraño, conmoviendo en el sujeto su posición respecto del Ideal del yo. Recordemos, también, las referencias freudianas acerca de lo siniestro (1919) como ello que sale a la luz cuando “ciertos complejos infantiles reprimidos son reanimados por una impresión exterior”. Una de las referencias de Lacan acerca de la segregación la encontramos en la “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela”, cuando hace mención de los campos de concentración: “Lo que vimos emerger, para nuestro horror, representa la reacción de precursores en relación con lo que se irá desarrollando como consecuencia del reordenamiento de las agrupaciones sociales por la ciencia, y especialmente de la universalización que esta introduce en ellas. Nuestro porvenir de mercados comunes encontrará su contrapeso en la expansión cada vez más dura de los procesos de segregación”. La universalización conlleva, así, un borramiento de la singularidad, invisibilizando y/o silenciando lo propio, lo singular.

42

Situaciones catastróficas

De acuerdo a Walter Benjamin, la Creación y la Caída/la catástrofe pertenecen a un mismo momento, entonces la única salida posible es trabajar a partir de -y con- la catástrofe. ¿Y cómo pensarlo desde el psicoanálisis? Si los silencios o las sorderas se relacionan con efectos de segregación y racismo; el contar y el escuchar aparecerían como maneras de nombrar el malestar, de cernirlo, alojando la diferencia, la extranjeridad. Y, creo yo, esa es la apuesta de aquel en posición de analista. Referencias Benjamin, Walter. 2000. “El Narrador”, Ed. Metales pesados, Santiago de Chile. Benjamin, Walter. 2009. “Sobre el concepto de historia” en Conceptos de filosofía de la historia, Terramar Ediciones, Buenos Aires. Freud, Sigmund. 1989a. “Lo siniestro” en Obras Completas, Vol. XVII, Amorrortu, Buenos Aires. Freud, Sigmund. 1989b. “Psicología de las masas y análisis del yo” en Obras Completas, Vol. XVIII, Amorrortu, Buenos Aires. Lacan, Jacques. 2012a. “Televisión” en Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires. Lacan, Jacques. 2012b. “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela” en Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires. Dinorah Otero. Licenciada en Psicopedagogía (Universidad CAECE), Master en Social Work (New York University), Maestranda en Psicoanálisis (UBA). Se desempeña en el área clínica y educativa. Autora de artículos, docente en el nivel terciario, profesora en el IUCS Fundación Barceló y capacitadora de profesionales psicopedagogos, psicólogos, trabajadores sociales y docentes. [email protected]

7. La urgencia en salud mental: consideraciones desde el enfoque de derechos humanos María Laura Romero El presente trabajo tiene como objetivo reflexionar sobre la urgencia en salud mental desde el enfoque de derechos humanos, siguiendo los lineamientos de la ley nacional 26.657, de salud mental. Allí la salud mental es definida como: “un proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona”. Entendiendo la salud mental como un proceso multideterminado, en las intervenciones en situaciones de urgencia en salud mental es necesario tener en consideración la complejidad y la particularidad de cada situación en su contexto. En la urgencia se pueden distinguir distintas dimensiones (Sotelo 2005, 100) Las ligadas a la gravedad del caso, implica el cuidado y la promoción de mejora de la salud mental. Las de orden social y jurídico: vinculadas a derechos y responsabilidades. La de orden psíquico: vinculada a las vivencias subjetivas. Un abordaje adecuado de la urgencia en salud mental que tenga en cuenta estas dimensiones puede facilitar que la crisis resulte una oportunidad para favorecer el bienestar mental y evitar que se altere de manera significativa las condiciones de vida preexistentes. La intervención en las urgencias de salud mental puede resultar determinante en la evolución de la salud por eso desde el enfoque de derechos humanos se plantea brindar una atención pronta, digna, receptiva y humanitaria. En los lineamientos para la atención de la urgencia en salud mental (MSAL 2013), el Ministerio de Salud de la Nación Argentina, define la urgencia como: Toda situación transitoria que irrumpe y altera las funciones psíquicas, el desempeño habitual y que supone un alto nivel de padecimiento, de tal manera que

44

Situaciones catastróficas

la persona, el entorno y/o el personal sanitario, consideran que requiere atención inmediata. Implica una crisis que puede tener causas orgánicas, psíquicas y/o sociales y constituye una ruptura del equilibrio vital. La urgencia es un emergente del estado de malestar. No es un acontecimiento aislado sino parte del proceso de salud-enfermedad, en el que la persona debe ser asistida de manera integral (biopsico-social) en el ámbito socio-sanitario y requiere de un seguimiento para evitar la recurrencia. Teniendo presente las consideraciones sobre la urgencia en salud mental, urgencia que “convoca a respuestas siempre urgentes” (Benegas Loyo 2014,10) y siguiendo el enfoque de derechos humanos que “supone la presunción de capacidad de todas las personas así como el respeto de sus derechos ciudadanos como requisito para el desarrollo y sostenimiento del bienestar mental” se puede concluir la presente reflexión invitando a pensar la urgencia como una oportunidad espaciotemporal para el trabajo en equipo interdisciplinario. Este es entonces, un trabajo en el que las responsabilidades son compartidas, ya que cada situación es particular, compleja y está atravesada por múltiples determinantes. Se trata de un trabajo en el que cada profesional se implica humanamente en la tarea y se nutre en el intercambio de manera tal que cada situación de urgencia resulta un aprendizaje constante que provee de mejores instrumentos para un abordaje eficaz y, porqué no, exitoso. Referencias Benegas Loyo. 2014. Manifiesto urgente, en Intervenciones en emergencia: encuentros interdisciplinarios, ed. Diego Benegas Loyo, 10-12. Buenos Aires: Timbó Ed. MSAL (Ministerio de Salud de la Nación – Argentina). 2013. Lineamientos para la atención de la urgencia en salud mental. Buenos Aires: Ministerio de Salud de la Nación. Disponible en: http://www.msal.gov.ar/saludmental/ images/ stories/ info-equipos/ pdf/2013-10_lineamientos-atencion-urgencia-salud-mental.pdf (1/6/2015) Sotelo, Inés. 2005. La invención de un lugar para la urgencia, en Tiempos de urgencia: estrategias del sujeto, estrategias del analista, comp. Inés Sotelo, 97-104. Buenos Aires: JCE. María Laura Romero. Estudiante de quinto año Licenciatura en Psicología IUCS Fundación Barceló. También cursó estudios en Psicopedagogía y en Sistemas en la Universidad Nacional de la Patagonia Austral. Ayudante en proyecto de investigación. Intereses en psicoanálisis y psicología social y comunitaria.

8. Argentinazo versus crisis orgánica 2001 Romina Cuevas La ocurrencia de grandes y drásticos cambios en las estructuras conocidas, que en otros ámbitos llamamos “catástrofe”, es referido en los estudios histórico-sociales de diferentes formas, como “crisis”, “rebelión” o incluso “revolución”. En el presente trabajo abordamos diferentes lecturas, análisis e interpretaciones que se han hecho sobre la crisis política-económica-social del 2001 ocurrida en la Argentina. Ponemos a dialogar dichas interpretaciones construidas por diversos sectores políticos, protagonistas fundamentales de los acontecimientos que cristalizaron el fin del neoliberalismo en la Argentina. Por un lado, destacamos la interpretación y accionar de los partidos de la izquierda trotskista, como el Partido Obrero (PO), el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), como así también por el Partido Comunista Revolucionario (PCR) y la Mesa Nacional Piquetera que han calificado a los sucesos de diciembre de 2001 como una rebelión popular, llamándolo “Argentinazo”. Por otro lado tenemos la interpretación de estos acontecimientos como una “crisis orgánica” que también acompañó el accionar de los partidos de izquierda y que abordaremos desde lo producido teóricamente. Argumento que esas interpretaciones determinaron los modos de intervención sobre la realidad material-concreta que estos diversos actores políticos desarrollaron durante el periodo de esa crisis. Destaco fundamentalmente una cierta la dificultad para articular con otros sectores, o con el conjunto de la sociedad movilizada, la posibilidad de construir una alternativa política que diera una respuesta “superadora” a tal crisis; es decir los obstáculos para la construcción en ese contexto de una alternativa política de izquierda.

Romina Cuevas. Estudiante de Licenciatura en Historia en el Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo (IUNMa) [email protected]

III. ESPERAR

9. Catástrofes, crisis y desastres: conceptualizando lo disruptivo en las ciencias sociales Ayelén Colosimo

48

Situaciones catastróficas

Ayelén Colosimo. Licenciada en Historia (IUNMa), especializando en Gestión Cultural y Políticas Culturales (UNSAM), docente universitaria. Investigación sobre construcción de la memoria colectiva en la historia argentina reciente. Integrante equipo de investigación “Trauma, Catástrofe y Redes Sociales”, IUCS Barceló. [email protected].

10. Intervención temprana interdisciplinaria en personas damnificadas por la inundación en la ciudad de La Plata el 2-3 de abril de 2013 María Teresa Ravagnan y María Laura Zanatta El presente trabajo describe la experiencia de una intervención temprana interdisciplinaria realizada en un grupo de 30 empleados del Correo Oficial de la República Argentina, damnificados por la inundación de la ciudad de La Plata el 2-3 de abril de 2013, por el equipo de Salud Mental de la Gerencia de Salud y Seguridad Ocupacional de la misma empresa. Se refiere la finalidad del diseño acordado: –la prevención de patologías psicológicas-psiquiátricas, derivadas del impacto traumático inmediato y –la promoción del fortalecimiento de los recursos potenciales hacia la salud. Se señala la metodología utilizada para cumplir los objetivos: -una evaluación del impacto traumático inmediato a través del Cuestionario de Estrés Inmediato, de L. Crocq, D. Cremnitier y J. M. Coq; -una orientación médica-psicológica-psiquiátrica, -un seguimiento hasta el año de todos los empleados, incluso de los no afectados inicialmente y –un acompañamiento en la etapa de reconstrucción. Se describe la importancia de las visitas domiciliarias iniciales, durante las cuales se efectuó una escucha empática, que favoreció la expresión afectiva de lo vivido. Y también la facilitación de una guía escrita de orientación frente a las catástrofes, (realizada por el Grupo de Emergencias del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid). Posteriormente se refieren las entrevistas de manera individual y grupal en los lugares de trabajo y en los consultorios, con la administración de cuestionarios especialmente diseñados para el cotejo de la evolución. Se menciona dentro de la población afectada (6 mujeres y 24 hombres) un porcentaje del 52 % de impacto traumático inmediato, dentro del cual el 50% presentó una intensidad leve, el 42% una intensidad moderada y un 8% una intensidad alta. Se aclara que el 8% estaba atravesando al momento de la catástrofe una situación adversa personal (separación matrimonial, pérdida de familiares, etc.).

50

Situaciones catastróficas

Se reseña también el acompañamiento realizado durante la etapa de reconstrucción material y recuperación emocional, a través de las entrevistas grupales. Como resultados se refiere que la totalidad de los empleados retomaron a los pocos días sus puestos de trabajo, logrando una creciente adaptación, sin registrarse a la fecha síntomas de estrés post-traumático. Se concluye entonces la contribución de este tipo de intervención para la prevención de sintomatología en el área de la salud mental y la posibilidad de un futuro desarrollo resiliente, dependiendo éste último de otros factores intervinientes.

María Teresa Ravagnan. Licenciada en Psicología UB. Especialista en Psicodiagnóstico de Rorschach. Docente asociada en la Universidad del Salvador. Docente adjunta en la Fundación Barceló y Docente titular en Asappia. Investigadora Asociada en la Universidad del Salvador. Colaboradora en el Equipo de Salud Mental del Correo Oficial de la República Argentina. María Laura Zanatta. Licenciada en Psicología U.B.A. Psicóloga de Servicio de Salud de Correo Oficial. Colaboradora de investigación “Persona bajo la lluvia y Wartegg” de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador. Práctica clínica en consultorio particular y Centro Dos.

11. Situaciones catastróficas: impacto en el psiquismo de las víctimas, descripción clínica e instrumentos diagnósticos Mariana Czapski, Gerardo Laube y Alejandro Palma

52

Situaciones catastróficas

En el trabajo se parte del concepto de situación catastrófica para pensar que uno de los impactos posibles en el psiquismo es el trauma, que deviene en uno de los diagnósticos posibles como Trastorno por Estrés postraumático. Se realizó una búsqueda bibliográfica de los instrumentos diagnósticos. Y se concluye poniendo énfasis en la importancia del diagnóstico temprano y la orientación a un tratamiento adecuado.

Mariana Czapski. Doctora en Psicología, Especialista en Psicología Clínica, Docente Titular del IUCS Fundación Barceló – Facultad de Medicina en grado, maestría y doctorado. Psicóloga de Guardia y Becaria del Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz. Gerardo Laube. Médico infectólogo, pediatra. Director de posgrado IUCS Fundación Barceló. Profesor Titular de Microbiología e Infectología Facultad de Medicina IUCS Fundación Barceló. Jefe de Guardia Hospital F. J. Muñiz Pablo Alejandro Palma. Médico especialista en Psiquiatría y Medicina Legal. Diplomado en Bioética. Vicedirector de la Maestría en Neuropsicofarmacología Clínica, Profesor Titular de Salud Mental I y Profesor Adjunto de Salud Mental II Facultad de Medicina del IUCS Fundación Barceló.

12. La ciudad que desnudó el temporal Estefania Berengan Mendaña

54

Situaciones catastróficas

La ciudad que desnudó el temporal: Un estudio de caso en el que se describen los modos de organización y participación territorial de las Brigadas Solidarias Hugo Chávez del Barrio de Los Hornos de la ciudad de La Plata, conformadas en el marco de la trágica inundación del 2 de abril de 2013 en la ciudad de La Plata. Se describen y analizan las prácticas y las representaciones asociadas a la participación y a la intervención comunitarias.

Estefania Berengan Mendaña. Estudiante tesista en la Licenciatura en Sociología, Universidad Nacional de La Plata. Trabaja en la Subsecretaría de Tierras, Urbanismo y Vivienda de la Provincia de Buenos Aires. Docente en el Liceo Víctor Mercante y en el Rafael Hernández, colegios preuniversitarios de la UNLP. Participación en proyectos de extensión universitaria vinculados a Salud Campesina y Salud Comunitaria.

13. Catástrofe y red social: representaciones y prácticas en agrupaciones activas de Buenos Aires Diego Benegas Loyo

Diego Benegas Loyo. Psicólogo clínico, docente e investigador social especializado en trabajo con víctimas de violencia, trauma y población transnacional. Doctorado en New York University, Licenciado en Universidad Nacional de Córdoba. Profesor Titular “Interconsulta y Emergencia” IUCS Fundación Barceló. Director proyecto de investigación “Trauma, catástrofe y acción colectiva”; [email protected].

IV. SALIR I.

14. Castillo de Abelín: historias de juegos de construcción después de una explosión Carina Tumini “Soy bombero y no tengo miedo.” Así se expresaba un niño que horas antes había hablado de su miedo a la explosión. Tras un rato de dibujar temores, ocultarlos con telas sumado a hacer carreritas y saltos de sustos les propusimos a los niñ@s presentes atar miedos. En el patio había tirados varios pedazos de cintas, abandonados por los diferentes agentes de seguridad actuantes en la zona (defensa civil, bomberos, policías). Fue un instante de mirarnos con David, quien prestamente fue en búsqueda de un rollo nuevo. A lo que en cada viaje fue sumando objetos: cascos, guantes, mochilas apaga fuego. El entusiasmo se desplegó. Nos habíamos convertido en una dotación de bomberos dispuestos a salvar nuestro territorio. El jueves 6 de noviembre de 2014 cuando la ciudad de Córdoba se aprestaba para dormir fue sacudida por un estallido que se oyó en gran parte de la metrópoli. Un depósito de la firma Raponi Industrial Química SRL. sufrió primero un incendio y luego una explosión, cuya onda expansiva causó graves destrozos en la mayoría de las viviendas cercanas. “La explosión de Barrio Alta Córdoba” tuvo varias consecuencias, entre ellas una mujer fallecida, 66 personas heridas, una veintena de viviendas destruidas y otro medio centenar con daños.1 Desde el primer momento de lo ocurrido empieza a intervenir en el lugar la Dirección General de Emergencias, comúnmente denominada Defensa Civil Municipal.2 La misma cuenta con una psicóloga, acompañada de un equipo de intervención en crisis con entrenamiento en primeros auxilios emocionales. Los mismos realizaron diversas tareas: contención emocional, visitas domiciliarias, asistencia en la carpa municipal, derivaciones y asesoramientos varios. Desde el gobierno se planteó un radio de afectación de nueve manzanas. El Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba en función del convenio que tiene con Defensa Civil (DC) se pone a disposición de la misma

1

Para mayores datos consultar en www.lavoz.com.ar; http://www.infobae.com/2014/11/07/1607338asi-fue-la-explosion-del-deposito-productos-quimicos-cordoba. 2 Cabe destacar que fueron diversos los sectores del estado provincial y municipal intervinientes, no voy a desarrollar aquí dicha participación sino que me voy a abocar a lo estrictamente vinculado a esta experiencia puntual.

58

Situaciones catastróficas

con lo cual algunos psicólogos comienzan a colaborar en dichas acciones, siendo mi función coordinar la participación del Colegio en la zona. Uno de los dispositivos que desarrolló la Lic. Vega, junto a su equipo de DCmunicipal más el aporte del área operativa, fueron reuniones grupales donde se aplicó la técnica de Debriefing. Todas las tardes en el Hogar de día “El hornero” (centro de actividades para adultos mayores perteneciente a la Municipalidad de Córdoba) durante aproximadamente una semana se acercaban personas que necesitaban un espacio para compartir lo vivido. Varias madres asistían con sus niñ@s, otras expresaban su inquietud sobre cambios en las conductas habituales de los pequeñ@s. Al estar pensada la dinámica para adultos debimos implementar un espacio separado donde los menores pudieran estar entretenidos. Acompañando y dando continuidad a esta propuesta de intervención planteada por Defensa Civil Municipal desde el Colegio de Psicólogos, junto a otros sectores y profesionales, organizamos y brindamos un espacio de expresión y recreación para los niños y niñas vecinos de la explosión durante el mes siguiente (diciembre- 2014). A dos semanas de la explosión las demandas de los padres eran recurrentes: los niñ@s habían dejado de controlar esfínteres, tenían alteraciones en el sueño –no podían conciliarlo, pesadillas, querían pasarse al lecho paterno-, no querían alejarse de los padres, hipersensibilidad a luces o ruidos, hiperactividad entre otras enumeraciones. En los diálogos con las familias se evidenciaba un cambio de hábito en la rutina de las mismas. Un ejemplo de esto fue una consulta por una pequeñina ofuscada, cuyo carácter estaba alterado. Invitamos a la niña de tres años a que dibujáramos sobre un afiche, el papel fue poblándose de seres y colores (arco iris, mariposas, árboles, princesas, etc.) Al conversar con la mamá se percató que ya no había más idas a la plaza, a lo de la abuela; las palabras con los vecinos, en la mesa familiar, en la televisión y al celular tenían un solo eje: la explosión y sus daños. Los niñ@s ya no salían a jugar ni a pasear no sólo por sus propios temores sino porque sus padres ahora estaban esperando a que pasaran las asistentes sociales, vidrieros, herreros, etc. sumado al temor a los robos al estar las viviendas expuestas. Además observábamos que en las filas frente al camión del Registro civil, a la carpa municipal, a la oficina móvil de Desarrollo Social estaban adultos con niñ@s de diferentes edades. La continuidad de un espacio para los más pequeñ@s del barrio fue vista como una posibilidad de seguir dialogando con los padres acerca

Intervenciones en emergencia

59

de sus preocupaciones y permitir a los jóvenes un retorno al juego y el esparcimiento. Diseñar una propuesta implica pensar en destinatarios, modalidad, lugar a desarrollarse entre otras cuestiones. Esta propuesta fue un entretejido donde ordenar la narrativa de una manera lineal y consecutiva se me dificulta. Recuerdo un momento clave donde la Lic. Passamonte, psicóloga vecina de Alta Córdoba se ofrece para colaborar, trayendo con ella su trayectoria por escuelas, su amor por el origami, sus saberes en juegos cooperativos y otras herramientas de inclusión social. Ella sugiere la labor de una artista brasilera: Flavia Mielnik. Sobre su obra leímos “En las paredes de una casa demolida -que permanecen a espera de una futura construcción- Flavia encuentra la posibilidad de entrar en contacto con residuos de historias sobrevivientes a través del dibujo, busca formas de acercar el espacio arquitectónico con el espacio de la memoria, reconstruyendo atmósferas hipotéticas de ambientes vividos -experimentado por los humanos- siempre habitantes de algún lugar”3 Fue así que dimos inicio a una idea interdisciplinaria. A la psicología se sumó la arquitectura y el arte4. Surge un primer esbozo, un recorrido por el barrio, recolección de fotografías, impresiones personales y fragmentos de materiales (vidrios, maderas, etc.) posibles de ser incorporados a alguna producción. Finalmente se suma al equipo un grupo de profesores de Educación Física del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia. Tras algunas vueltas entorno al lugar Defensa Civil realizó las gestiones para que pudiésemos usar el predio del Club Sportivo Unión Alta Córdoba, ubicado a unos metros de la cuadra critica. Al recorrer el barrio fuimos dialogando con vecinos, con los expertos intervinientes, observando daños, alteraciones de la cotidianeidad espacio público. Varias cuadras estaban cercadas al acceso de automóviles, se habían convertido en peatonales por las que caminaban aquellos que iban a realizar sus reclamos; los 3

Para ampliar texto e imágenes se puede consultar en http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/02171269/arte-y-arquitectura-obras-en-dialogo-flavia-mielnik 4 Esta primer parte del equipo se conforma desde la psicología con la Lic. E. Boatti (terapeuta de niños), Lic. S. Passamonte, la estudiante A. Machado y yo, Lic. C. Tumini. Desde la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, la Cátedra de Morfología IIA con su titular Arquitecto-docente D. Ceconato y las arquitectas-docentes M. Inardi, L. Resnik y C. Delfino. Aportaron su experiencia en talleres de arte para niños la arquitecta V. Quaranta y la Lic. en artes S. Gonzalez (vecina del barrio).

60

Situaciones catastróficas

empleados municipales y provinciales encargados de relevamientos, seguridad, construcción, etc. Las instituciones de la zona estaban llenas de nuevos habitantes y roles. Tanto en las calles como en las viviendas convivían la explosión, la demolición y la construcción. Vidrios rotos por doquier, persianas quebradas, escombros, contenedores, pilas de arena, ladrillos, palets. Este escenario nos interpeló acerca de los sentidos de una vivienda. Inquilinos de años, usurpaciones, propietarios, techos

volados, muros

derrumbados,

ventanas

rotas

nos

generaron

una

multiplicidad de preguntas. ¿Cuáles son los límites entre lo público y lo privado? ¿Qué veo del otro, que muestro? ¿Qué es una vivienda: qué funciones cumple, cuándo es un hogar? ¿Qué significa, que consecuencias trae ver-tener dañado o perder el lugar a donde vivo? El desastre como una posibilidad de vernos. Una de los relatos oídos era acerca de una señora que había donado la ropa de su madre fallecida tiempo atrás, dono para aquellos que necesitan. Una acción que muchos hemos hecho en algún momento de nuestras vidas. Sin embargo en esta ocasión los que necesitaban no eran “otros”, lejanos, ajenos, diferentes. La señora quedó impactada al cruzarse con una vecina que tenía puesta la ropa de su madre. Al ropero de donaciones no habían acudido los “otros” sino la vecina.5 Salimos a invitar. Nos sentamos con algunos niños que seguían viniendo al Hogar a armar afiches con la información y a pegarlos por el barrio. Imprimimos unas hojas con los datos del taller y a repartir casa por casa. Dimos aviso en la escuela, en la carpa, en los negocios. Aquí tuvimos algunos dilemas éticos y teóricos. ¿A quién invitábamos y cómo? Necesidad de espacios de recreación para niños y jóvenes es una recurrente en muchos barrios. En un relevamiento que nos facilitó Desarrollo Social había más de 300 jóvenes y niños en las manzanas afectadas. Ofrecimos entonces un turno mañana y otro a la tarde, dividimos en días para niños y otros para adolescentes. La realidad fue que sólo vino una adolescente con lo cual ocupamos los días previstos para jóvenes en continuar trabajando con los pequeños. Si nuestro presupuesto teórico era que no podíamos hablar de un daño a priori no podíamos hablar de daño en la invitación (niños víctimas, afectados, etc.) Razón por la cual salimos a invitar a los niños ‘vecinos’ de la explosión, como un modo de referenciar de qué hablamos, qué radio geográfico abarcábamos. 5

La otredad, el extranjero, son conceptos ampliamente abordados, debatidos desde la antropología y la psicología. Para ampliar se puede consultar www.antropologiasyc-106.com.ar/constructores.htm; antropologiasyc-106.com.ar/constructores/22cap4_balbi.pdf

Intervenciones en emergencia

61

Diagramamos entonces una posible propuesta desde el arte, la arquitectura y la psicología que iba a ser complementada con actividades deportivas. Con objetivos:

Desde la Psicología: 1- Posibilidad de los niños de expresarse, compartir, comunicar lo vivido. 2- Recuperar la vivencia de un lugar seguro (casa-barrio). 3- Pasar de rol pasivo a rol activo a través del juego. 4- Rescatar aspectos positivos, afortunados del hecho o de sus acciones, que hicieron bien. 5- Trabajar con los niños como “multiplicadores” de estas experiencias en sus familias. 6- Acompañamientos en casos de niños que ya vienen con dificultades adaptativas (de lenguaje, de integración, etc.). 7- Asesoramiento a padres.

Desde la Arquitectura y el Arte: 1- Trabajar una reconstrucción lúdica- afectiva del habitar la casa, de su espacio de intimidad y cobijo. Interpelar la relación público- privado, la ventana, mirar a través de, ser mirado. El cobijo, refugios para otros. La pared, el muro. La calle como espacio de rituales colectivos. Reconstruir huellas y memoria. 2- Trabajar desde materiales reciclables y su posibilidad de transformación/ reconstrucción. 3- Transferir contenidos desarrollados en la cátedra Morfología IIA, FAU-UNC, desde la Unidad temática 1: “La casa fenomenológica. Habitar tópico. El espacio lugar”. Y desde parte del equipo del Proyecto de Investigación- Subsidio 2014/ 2015- SECyTUNC. “Derivas del habitar contemporáneo: espacio doméstico/ público en Latinoamérica”. Subgrupo: “Atopías y Utopías emergentes en el espacio doméstico.

62

Situaciones catastróficas

Las formas espaciales como dispositivos tecnológicos en la delimitación públicoprivado”.

A tal fin pensamos para la primera semana Taller “Filtros. La ventana, mirar a través. Objetos lúdicos”, para la segunda Taller “El muro, el cobijo, refugios para otros” y para la tercera “Construcción colectiva en el espacio público: la calle, el barrio”. El dinamismo de los niñ@s hizo que los tres talleres convivieran cada semana y a su vez se sumaran nuevas proposiciones. Desde el primer instante los asistentes se vieron atraídos hacia los materiales, inmediatamente sin mayores consignas se ponían a dibujar o pintar. Dimos inicio con una visualización, en la cual la consigna era recordar algún momento placentero vivido o deseado en sus casas o la de algún pariente. ¿Cómo es ese momento, en qué lugar es, qué luz tiene, hace frío o calor, etc.? y luego plasmar ese momento en un dibujo. Para una niña esto era el jardín de la casa de la abuela, para un jovencito la cancha para ir a ver Talleres. Continuamos con la tarea de armado de filtros ¿si viéramos el mundo que color tendría? Verde! Azul!! Así que ahí estuvimos viendo objetos y personas color “azul Talleres”. Dibujaban y luego colocábamos encima celofanes de colores y observábamos como cambiaba el dibujo a través de cada filtro. Días soleados, azulados… Construir filtros (la reconstrucción de la ventana), capas de materiales translúcidos, de colores, planas, con figuras y superponerlas y en la superposición aparecen figuras insólitas, inesperadas que abren el campo del imaginario del habitar la casa. Algunos retazos de nuestras bitácoras diarias: “Pintaron, encintaron, miraron. Hubo fútbol, básquet. Armamos ventana grande tricolor: idea de uno de ellos. Una contó que en la escuela habían armado antejo de color azul un lente y rojo el otro, así que ahí fuimos... Pidieron hacer máscaras. Ahí están las caras de pizza! Uno empezó a inventar cascos, así que las cajas de helados se convirtieron en guerreros. Una cámara de fotos inventada. Ruidos de tormenta con las hojas de acrílico más duro. Para finalizar empezaron a sacar las telas, aparecieron las princesas y todo terminó en una obra de teatro que una de las pequeñas narraba donde había princesas y guerreros. Fuimos compartiendo a los

Intervenciones en emergencia

63

padres lo que los chicos habían producido. Dos pequeñinas se largaron a llorar al irse, les dimos tarea para la casa, algunas temperas, y objetos para pintar así no nos extrañan. Felices del agotamiento.” “D. (2 años), quien se asusta mucho ante dos ruidos que se producen (caída de un tablón-tiraje de cadena del baño) abrazando con fuerza al adulto que tenía cerca. No llora, pero se mantiene abrazada y alerta.” “Hola, les cuento q hoy jueves por la mañana fueron 5 chicos. Hicimos los ATRAPASUEÑOS, quedaron bellísimos. Adaptamos el diseño a: los materiales que había y la edad de los chicos que fueron. Cortamos en 10 minutos los círculos de cartón, sacamos hilos, pinturas y largamos. Como viene sucediendo, los chicos se engancharon al toque. Tanto que algunos hicieron más para regalar, para cuidar el sueño de hermanitos. También hubo básquet, disfraces, jugaron en la casita de cartón, luchitas... Les comparto algunas fotos...saludos!!” “Este día fue el día más caótico (no por ello un mal día). Llegaron a ser 20 chicos por lo cual encausar a todos en una tarea en común fue complicado. Se logró sólo por momentos. La tarea del día fue trabajar los miedos y elaborar tarjetas para colgar en los árboles dedicadas para aquellos que han tenido miedo o que tienen miedo. También se hicieron casitas para proteger a los pájaros asustados y darles refugio. Se jugó al fútbol, se hicieron cascos, se disfrazaron e hicieron una obra de superhéroes que salvaban a las princesas. Hermoso día” “Hola, esta mañana con lluvia y todo fue un solo niño: M. Pintamos e hicimos guirnaldas y en la última media hora comenzamos a construir un castillo sobre el palet. La idea es que lo sigan mañana con los que estén. Seguir levantando los muros, más ventanas, pintarlo, ponerle techo... M. está entusiasmadísimo y yo también. Usamos cajas chicas y tubos como ladrillos, los pegamos y atamos con hilos. Para las ventanas usamos las bandejas que me diste ayer Cari. Nos quedamos sin cajas, si tienen lleven! “Guau se dio con el gusto!! el viernes cuando le dijimos del cierre del taller y de la obra dijo que quería hacer un castillo de madera!! vos y él unos genios. M. arquitecto!!” “Me preguntó si el año que viene seguíamos. Está

64

Situaciones catastróficas

muy entusiasmado. Se sabe los días y horarios de cada taller mejor que nadie. ¡Es el guardián del castillo! pusimos unos personajes que son los habitantes y él les empezó a recortar ropa, quiere ponerle filtros a las ventanas y está muy preocupado pensando en cómo techarlo.”

Carina Tumini. Licenciada en Psicología Universidad Nacional de Córdoba. Diplomado en Actuaciones Psicosociales, Violencia Política y Catástrofes, Grupo Acción Comunitaria, Universidad Complutense de Madrid. Con el Archivo Provincial de la Memoria investigación sobre terrorismo de Estado, acompañamiento en exhumaciones, juicios de lesa humanidad e historias de vida de desaparecidos. Con el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba tareas de articulación e intervención en los últimos desastres de la provincia 2014 y 2015. Coautora de “Marcas que no se borran: cartografías de la memoria”. Córdoba: Ediciones del Pasaje, 2011.

15. La importancia y los cuidados con la comunicación en trabajos de intervención en emergencias Carolina Thomaz da Fonseca Este trabajo pretende aclarar la importancia de los cuidados con respecto a la comunicación en trabajos de intervención en emergencias. Una revisión bibliográfica evidencia las fallas ocurridas en el pasado y se buscan alternativas de solución y cuidados posibles. La comunicación está constantemente presente en nuestras vidas, y de ella depende la organización de todo plan de acción que se desarrollará en cualquier evento. Es primordial para empezar cualquier trabajo, sobre todo en emergencias, donde hay urgencia en empezar porque hay personas en sufrimiento extremo y muchas veces en situación de riesgo. Por ejemplo,

Humberto Marín Uribe relata la llamada “Operación San

Lorenzo”, un dispositivo de apoyo psicosocial a familiares de los 33 mineros encerrados en la Mina San José, en Chile en 2010. En este caso hubo un trabajo inicial de ordenamiento comunicacional, porque al principio estaban siendo prestados los mismos servicios por más de un equipo, justamente por fallas en la comunicación. Otro cuidado que se tuvo con la comunicación y fueron tareas esenciales en esta operación, fueron la disminución de la incertidumbre y el cuidado por el respeto de la privacidad de los afectados, creando rutinas comunicacionales, en que los profesionales tenían primero una reunión con los familiares y sólo después con la prensa. Eso para que los familiares fueran los primeros en saber las novedades del proceso de búsqueda, tuvieran la posibilidad de resolver dudas con los expertos de la perforación y con ello disminuir espacios para la aparición de rumores, lo que les causaba aún más angustia. Con ello, uno puede concluir que si hay fallas con esa potente herramienta, se puede no solamente dejar de ayudar como empeorar el escenario. O sea, la eficiencia de todo el trabajo de intervención puede verse mejorada o perjudicada por la comunicación.

66

Situaciones catastróficas

Referencias: Marín Uribe, Humberto. 2015. Operación San Lorenzo 2010, dispositivo de apoyo psicosocial a familiares de los 33 mineros encerrados en la Mina San José. Cuadernos de Crisis y Emergencias 14: 24-35.Online en www.cuadernosdecrisis.com. Albert, Hugo Daniel. 1998. La interconsulta médico-psicológica en el hospital general. Psicoanálisis y el Hospital 14: 71-75. Lorente i Gironella, Ferran. 2009. Gestionar el caos. Cuadernos de Crisis y Emergencias 8(2): 10-19. Online en www.cuadernosdecrisis.com. Carolina Thomaz da Fonseca. Estudiante de Licenciatura en Psicología Centro Universitario San Camilo, San Pablo, Brasil y en el IUCS Fundación Barceló, Buenos Aires. Curso de atención humanizada a los mayores, Centro de Humanización de la Salud San Camilo, Madrid, España. Acompañante Terapéutica, expositora en Congreso de AT, Universidad Católica del Uruguay.

16. Catástrofe después de la catástrofe: reflexiones en torno a la problemática habitacional post terremoto en Haití Juliana Agustoni El terremoto, de 7,3, ocurrió el 12 de enero de 2010 en Puerto Príncipe, Haití, una ciudad saturada de gente, aproximadamente 2 millones de personas, que sobrevivían hacinados y obligó a poner en marcha una de las mayores operaciones humanitarias de la historia. Cinco años después del devastador terremoto de Haití, que dejó más de 200.000 fallecidos y 300.000 heridos, y afectó a otros 2 millones de haitianos, de los que 1,5 millones se vieron obligados a desplazarse, aproximadamente 80.000 personas (de 21.218 familias) siguen viviendo en 105 campamentos de desplazados ubicados en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, según los últimos datos proporcionados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), de las Naciones Unidas. El jefe de misión de la OIM en Haití, Gregoire Goodstein, ha señalado que el número de haitianos desplazados se ha reducido en un 94% y el de campamentos ha caído un 93%, pero ha añadido que la comunidad internacional no debe olvidarse de las casi 80.000 personas que continúan esperando su oportunidad de reconstruir sus vidas con un techo digno sobre sus cabezas. Los programas de regreso a casa, liderados por el Gobierno de Haití en colaboración con la OIM y otras organizaciones, han permitido el cierre de 475 campos y la reubicación de 259.200 personas (75.500 familias) desde 2011. La organización destaca que los desalojos forzosos son un problema constante en el país. Según sus datos, más de 60.000 personas habrían sido desalojadas a la fuerza de sus refugios levantados en campos improvisados desde 2010, y a la mayoría no se les habría ofrecido un lugar alternativo donde reasentarse. Por otro lado, Cruz Roja Española ha subrayado que en Haití continúa siendo necesaria la ayuda humanitaria cinco años después del terremoto para que el país supere las dificultades derivadas del terremoto y otras relacionadas con su situación

68

Situaciones catastróficas

de pobreza. La falta de infraestructuras y servicios, enfermedades como el cólera y los altos índices de contaminación son algunos ejemplos. El 12 de enero de 2010, la mayoría de los hospitales en la zona afectada por el terremoto quedaron destruidos o gravemente dañados. A día de hoy, decenas de miles de haitianos reciben atención médica de calidad y gratuita en los hospitales gestionados por Médicos sin frontera (MSF), y la posibilidad de que la organización pueda traspasar estas actividades a las autoridades haitianas parece aún lejana. Cuatro años después de la aparición del cólera, el sistema de salud de Haití todavía se enfrenta a la escasez de financiación, de recursos humanos y de medicamentos. Este hecho demuestra la falta de preparación de las autoridades ante epidemias que ya son de sobra conocidas y previsibles En Haití, la epidemia de cólera es particularmente grave durante la temporada de lluvias. Durante los últimos años la población ha ido perdiendo lentamente su inmunidad a la enfermedad, y en comparación con el mismo período del año 2013, el número de casos atendidos este año por MSF casi se ha duplicado. La falta de infraestructuras sanitarias y la ausencia de medidas de saneamiento de agua adecuadas hacen que la epidemia se agrave. "No podremos erradicar el cólera si no tomamos medidas drásticas para prevenir y tratar esta enfermedad. Es necesario asegurar que el nivel de cloración del agua distribuida en los barrios es el adecuado para evitar la propagación de la enfermedad", explica Oliver Schulz. "Las autoridades de Haití, en colaboración con sus socios internacionales, deben activar una respuesta de emergencia e integrar rápidamente las medidas para la gestión de los casos de cólera en sus estructuras de salud.” Por su parte, se ha indicado que una gran parte de niños haitianos aún tienen un acceso limitado a la educación, algunos son sometidos a la explotación y violencia sexual, muchos continúan mostrando signos de estrés emocional y psicológico, necesitando asistencia y protección. La ONG Plan Internacional apuntó que sigue siendo necesaria una inversión continuada en las comunidades para aumentar su resistencia a los desastres y romper el círculo de la pobreza, especialmente entre los niños. Y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), de las Naciones Unidas, trabaja actualmente junto al gobierno de Haití para construir un país fuerte que pueda soportar futuros desastres naturales.

Intervenciones en emergencia

69

Muchos niños y niñas haitianos siguen mostrando signos de estrés emocional y psicológico, y permanecen en una situación de vulnerabilidad y necesitan ser protegidos. Los niños y niñas que han perdido a uno o ambos de sus padres, que no están acompañados de ningún miembro de la familia, o que siguen viviendo en campamientos para los desplazados internos, se encuentran particularmente en riesgo de explotación. La violencia sexual contra menores de edad es un problema común debido a la problemática habitacional en Haití.

Juliana Agustoni. Licenciada en Psicología (Universidad Católica Argentina), cursando la Especialidad en Psicoterapia Individual y Grupo en la Fundación Aiglé. Se ha desempeñado en Hospital Garrahan, Hospital Fernández, Fundación Huésped, Fundación San Agustín, FASAM. Coordinadora de Ateneos, Profesora JTP “Interconsulta y Emergencia” y asistente Comité de Ética de Investigación, IUCS Fundación Barceló.

17. Terremoto en Haití – experiencia sanitaria Carlos Russo

Se describe la experiencia del equipo de salud en el desastre siguiendo los lineamientos óptimos en esa tarea y la adecuación del grupo humano de trabajo en circunstancias adversas. Haciendo hincapié en la actitud individual y grupal para conformar una tarea satisfactoria. Por último se concluye con el perfil considerado ideal que deben tener los participantes en los desastres con víctimas múltiples.

Carlos D. Russo. Subsecretario de Atención Integrada de Salud del Ministerio de Salud Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Médico recibido en la Universidad de Buenos Aires (1976), Especialista en Clínica Médica, Atención Primaria de la Salud, Emergentología y Homeopatía Unicista. Miembro Voluntario de Cascos Blancos ONU misiones en Haití, Palestina y Malvinas. Presidente de la Sociedad Científica de Emergentología Argentina (SCEA).

18. La traumatización secundaria: definiciones y diferencias en daños a clínicos Walter Behobi Baudou y Tamara Zapponi En los últimos años, la investigación sobre los riesgos y daños de la práctica clínica ha aumentado de manera sostenida. Se han aislado síndromes específicos que están directamente relacionados con la atención a personas, especialmente el burnout, la traumatización secundaria y el síndrome de fatiga crónica. El presente trabajo intenta definir estas tres entidades y compararlas para contribuir a una mayor precisión diagnóstica sobre daños a clínicos, detallar herramientas de evaluación, y aumentar la conciencia de los clínicos de la necesidad de aprender estrategias de prevención de dichos cuadros. Desde su misma concepción, la psicoterapia ha sido vista como una profesión difícil o riesgosa. El propio Freud (1937) la coloca dentro de las “profesiones imposibles”. Más allá de diversas concepciones y teorías de la mente ligadas a las formulaciones de determinado modelo terapéutico, es claro que los clínicos en general y los psicólogos clínicos en particular están expuestos a daños y riesgos emocionales derivados de la práctica de su trabajo. Los daños a clínicos están comprendidos dentro de los riesgos laborales conocidos. Los más conocidos son el Burnout (Freudenberguer, 1974; Pines, Aronson, Kafry, 1989), y la traumatización secundaria. Mientras que el síndrome de Burnout está bien establecido, existen numerosos cuadros que se solapan entre sí y generan confusión terminológica, especialmente en lo que refiere a la traumatización secundaria. El Burnout, (síndrome de "estar quemado"), es una manifestación del desgaste personal del trabajador resultado de la interacción diaria, entre el trabajo que realiza y sus especiales circunstancias que lo distinguen como persona. Crea una gran insatisfacción con el trabajo realizado y constituye un agotamiento en todos los niveles del yo interior (Acinas, 2012). El sujeto experimenta un estado de agotamiento físico, emocional y mental causado por el involucramiento en situaciones emocionalmente demandantes durante un tiempo prolongado (Pines, Aronson, Kafry, 1989).

72

Situaciones catastróficas

Además, el Burnout tiene una serie de efectos o de relación con el desgaste por empatía puesto que afecta negativamente a la resiliencia del trabajador, haciéndolo más susceptible al Desgaste por Empatía (Compassion Fatigue) y favorece la respuesta silenciadora (Baranowsky 1997; Danieli, 1984) que es la incapacidad para atender a las experiencias de los consultantes, que resultan abrumadoras, redireccionando al cliente a material menos estresante para el profesional. Existe además una correlación inversa con la traumatización secundaria puesto que padecer traumatización secundaria reducción de la competencia para establecer relaciones sólidas con los pacientes (Pastore, Gambert, Plutchik, & Plutchik, 1995) y aumenta el riesgo de padecer Burnout (Spickard, Gabbe, & Christensen, 2002). Charles Figley (1995), define que el estrés traumático secundario son las conductas consecuentes naturales como consecuencia de los conocimientos acerca de un evento traumático experimentado por un otro significativo. Es el estrés resultante de querer ayudar a una persona traumatizada o sufriendo. Los síntomas son similares al estrés postraumático (APA, 2013) con la diferencia que el origen no está en experimentar la situación traumática, sino en ser testigo de otros que han recibido el trauma de primera mano. En general, las personas en situación de riesgo de desarrollar traumas secundarios son aquellos que tienen la responsabilidad de brindar atención a una persona que ha tenido algún tipo de crisis. Históricamente, las personas con mayor riesgo son aquellas en las profesiones de servicios de emergencia: policías, bomberos, técnicos médicos de emergencia, policías, bomberos, trabajadores de crisis como enfermeros, y el clero. En los últimos años esa lista se ha ampliado para incluir una amplia gama de profesionales que trabajan con niños y familias en crisis. Se incluyen en esta lista los pediatras, psicólogos, psiquiatras, abogados de la familia, adultos profesionales de la salud mental, los trabajadores de servicios de protección infantil, guardias de prisiones, agentes de libertad condicional de menores, padres adoptivos, y maestros. (Perry, 2014) Aunque ambos cuadros parecen ser similares y suelen encuadrarse bajo el término de “estrés laboral”, las diferencias entre burnout y traumatización secundaria son variadas y deben ser reconocidas por los clínicos, sus supervisores y sus pares,

Intervenciones en emergencia

73

puesto que son síndromes diferentes y requieren intervenciones específicas para mejorarlos. Bibliografía Acinas, M. P. 2012. Burn-out y desgaste por empatía en profesionales de cuidados paliativos. Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia, 2(4), 122. American Psychiatric Association (APA). 2013. Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.).Washington, DC: APA. Baranowsky, A. 1997. The silencing response in clinical practice: On the road to dialogue. (Vol. II). New York: Brunner/Mazel. Daniel, Y. 1984. Psychotherapist’s participation in the conspiracy of silence about the Holocaust. Psychoanalytic Psychology, 1 (1), 23-42. Figley, C. 1995. Compassion Fatigue: Secondary Traumatic Stress Disorders from Treating the Traumatized. New York: Brunner/Mazzel. Freud, S. 1937. Análisis Terminable e Interminable. Vol XXIII. Buenos Aires: Amorrortu. Freudenberger, H. J. 1974. Staff burnout. Journal of Social Issues, 30 (1), 159-165. Pastore, F. R. 1995. Empathy Training for Medical Students. New York Medical College. Perry, B. D. 2014. El Costo de Cuidar El Estrés Traumático Secundario y el Impacto del Trabajo con Niños de Alto Riesgo y Familias. 10/05/2015, de The ChildTrauma Academy Sitio web: www.ChildTrauma.org Pines, A. Y. 1988. Career Burnout: Causes and cures. New York: The Free Press. Spickard A, G.S. 2002. Mid-career burnout in generalist and specialist physicians. JAMA, 288 (12), 1447-1450. Tamara Zapponi. Licenciada en Psicología, IUCS Fundación Barceló. Profesora Ayudante en “Psicoterapias” y forma parte del equipo de investigación “Inteligencia emocional y estrategias de autocuidado en ciencias de la salud”. Estudiante de la especialidad en psicoterapia, Fundación Aiglé. Walter Behobi Baudou. Licenciado en Psicología, Universidad de Buenos Aires, Especialista en Psicoterapia, Fundación Aiglé. Profesor Titular Cátedra “Psicoterapias”, IUCS Fundación Barceló y Profesor Adjunto en “Clínica de Adultos y Tercera Edad”. Director proyecto de investigación “Inteligencia emocional y estrategias de autocuidado en ciencias de la salud” Buenos Aires y La Rioja.

19. La primera estrofa: palabras para interrogar la catástrofe y el amor Diego Benegas Loyo “Una catástrofe es la primera estrofa en un poema de amor”, así Jean-Luc Godard hace decir a un personaje de su película Pasión, de 1982. Será tan interesante esa formulación para el propio director que dos décadas después creará un corto basado principalmente en esa frase para la Viennale en 2008. No nos interesa investigar aquí la cinematografía de Godard, un proyecto de por sí complejo. Sí nos importa sin embargo utilizar esa genial expresión como un aglutinante de algunas ideas para poder analizarlas desde la tensión allí planteada. Nos preguntamos las razones de su fuerza semántica, es decir, ¿por qué nos llama la atención? ¿Qué se dice allí que impacta como novedoso? Ése es el punto que me interesa interrogar. No sólo para meditar sobre la labor de los psicólogos frente a la catástrofe, sino más bien para destacar una de las dimensiones fundamentales de nuestro trabajo, objeto de nuestra increíble habilidad para inventar nombres técnicos y prosaicos, y que los poetas llaman “amor”. Voy a recorrer algunos artículos de investigación sobre desastres tanto desde la intervención psicosocial como desde la sociología de la ciencia y la tecnología para poder situar allí una pregunta por la subjetividad y el trabajo con lo subjetivo. Voy a recorrer algunas investigaciones sobre catástrofes para terminar planteando un ejemplo de trabajo comunitario con la catástrofe del cual quizás podamos extraer alguna noción que ayude. Empezamos por una línea de trabajo que plantea la catástrofe como oportunidad. Una línea de trabajo es la de Médicos del Mundo (Pérez-Sales et al. 2011; Kohan et al. 2010). Ellos plantean tomar las catástrofes humanitarias como una ocasión para no sólo solucionar lo urgente, sino también interrogar y replantear los sistemas de salud. Señalan cómo algunas situaciones de desastre han significado una crisis que deja ver las falencias de los sistemas de salud y de seguridad. Así, las catástrofes desnudan y evidencian lo que ya estaba desde antes, aunque no era evidente para todos. Por otro lado, estas mismas situaciones de destrucción y crisis, muchas veces han llevado a los estados nacionales a prestar atención a diferentes aspectos estructurales que hasta entonces no habían sido tenidos en cuenta. En el campo de los sistemas de salud, entonces, las relaciones

Intervenciones en emergencia

75

entre sistemas estatales y catástrofes son complejas y van en ambas direcciones, tanto los sistemas afectan el desenlace de los desastres como su complementario, ya que las catástrofes pueden afectar el desarrollo de los sistemas de salud. En una línea similar encontramos algunos estudios sociales sobre ciencia y tecnología que investigan la forma en que las catástrofes afectan el desarrollo de líneas científicas. Gómez González y otros (2014) por ejemplo proponen considerar la electrónica como “catástrofe silenciosa”. Esta categoría de “catástrofe silenciosa” es interesante para nosotros porque subvierte lo que usualmente definimos como catástrofe. Comúnmente llamamos catástrofe a una destrucción que es a la vez súbita y llamativa. En el caso que estudian Gómez González y otros, la electrónica, no tiene una irrupción súbita ni tampoco llamativa, por el contrario, se integra a la cotidianeidad y no llama demasiado la atención del público. Sin embargo, sus efectos son igualmente devastadores. Estos autores no son tan optimistas en cuanto a que las catástrofes impulsen cambios y crecimientos. Si bien afirman que a veces los desastres fomentan una línea de investigación, también ellos pueden incidir determinando su detención o abandono. Las interacciones entre desastres y tecnologías son complejas y sus influencias son mutuas. Aún otra línea de investigación es la que plantea la investigación psicosocial, que también aborda las catástrofes, aunque desde otro punto de vista. De la Yncena y Ruiz (2013) investigan estrategias, fortalezas y buenas prácticas de las comunidades en relación con desastres. Su caso es de comunidades costeras de Pinar del Río, Cuba. Si bien el abordaje más común de las investigaciones sobre memoria colectiva es aquel que busca en la memoria trazos de las marcas que como trauma han quedado de una catástrofe o una masacre, en el caso que estudian De la Yncena y Ruiz, buscar allí las buenas prácticas y el saber hacer de las comunidades. Es decir, aquello que la comunidad aprendido históricamente y que transmite a través de sus formaciones culturales. En este sentido, mucho de lo que encuentran es mencionado por los pobladores en términos de “solidaridad”. Ellos describen un sentimiento de confianza que se distribuye en redes ya sea lazos familiares, de amistad o de vecinazgo y que en el caso que estos investigadores abordan llega también al Estado nacional. Este punto es significativo, especialmente desde dónde lo estamos leyendo. Es decir, es significativo para nosotros por el contrapunto con nuestra memoria colectiva, en otras latitudes de Latinoamérica. Allí

76

Situaciones catastróficas

ilustramos refiriendo a los procesos que reportan las realidades tanto de México como de Argentina. En un reporte reciente Bezanilla y Miranda (2014; 2015) nos muestran casi en forma contemporánea el proceso de descomposición de la confianza en el Estado. Están en un momento de la elaboración teórica, o del desarrollo del proceso de violencia en el que dudan en las categorías analíticas a emplear en su afán de documentar y a la vez comprender lo que ellos nombran como “violaciones graves a los derechos humanos”, una categoría que parece querer traducir la extrema preocupación por un proceso social cuyos resultados los autores no arriesgan aventurar. Preguntan estos autores sobre la forma en que los sujetos incorporan, asimilan y se adaptan a ese rol ambiguo, contradictorio del Estado frente a hechos de violencia extrema. Estos hechos son silenciados en base al terror y también son excluidos del debate público. Por otro lado también son invisibilizados por su cotidianeidad. Es decir ya no son sorpresivos pues su multiplicación los torna cotidianos y ya no son escandalosos principalmente por la existencia de una intención de ocultamiento. Entonces, en estos casos estamos más cerca de lo que pensábamos de las situaciones planteadas por aquellas “catástrofes silenciosas”, a la vez invisibles y cotidianas, de las que hablábamos más arriba. Y aunque aún no hay acuerdo en cuanto a la nominación de este proceso, los hechos de violencia y los discursos que los actores producen en relación con ellos los asemejan a otros casos de terrorismo de estado en Latinoamérica, por ejemplo el argentino. Nuestra experiencia argentina con la violencia estatal está documentada en diversas investigaciones, pero es el ámbito de los estudios sobre la memoria y la memoria colectiva, donde se ha desarrollado esta discusión (Calveiro 1998; Vezzetti 2002). Kordon y otros (2005) analizan varias décadas de un proceso que ya no dudan en llamar “terrorismo de estado”. Los autores documentan y teorizan las consecuencias de este proceso de violencia estatal en la descomposición del tejido social. La destrucción de confianza significa un desmembramiento de las redes de solidaridad comunitaria y es tal vez una de las repercusiones más extendidas y persistentes del terrorismo de estado. También es una de las consecuencias que en mayor medida incapacita a las comunidades para responder a lo imprevisto de otras catástrofes.

Intervenciones en emergencia

Querría

utilizar

estos

77

elementos

enumerados

en

estas

diversas

investigaciones para poder sostener dos argumentos, uno sobre otro. Una línea a tener en mente es aquella que va desde la catástrofe como destrucción a la catástrofe como construcción, también ejemplificada con la idea de los desastres como crisis y como oportunidad de cambio (Pérez-Sales et al. 2011; Kohan et al. 2010; Gómez González et al. 2014). Sobre esa línea planteada por estas investigaciones, necesitamos desarrollar una pregunta sobre la especificidad de la dimensión afectiva, pues es ella la que nos interesa. Más precisamente, sobre la dimensión pasional de la catástrofe. De esa manera me gustaría tener en mente esas indicaciones sobre qué es lo que se afecta socialmente en una catástrofe, es decir, en qué formas afecta al cuerpo social esa destrucción que llamamos catástrofe. Y allí aparece la idea de “solidaridad y confianza”, mencionada tanto en su presencia por De la Yncena y Ruiz (2013) como en su destrucción por Bezanilla y Miranda (2014; 2015) y también por Kordon y otros (2005). Y ahí me gustaría precisar la cuestión sobre la forma en que la catástrofe, en tanto ocurrencia de lo inusitado depende de un desgarramiento, rompimiento, o al menos un corrimiento de lo que es esperado. Querría plantear que esto del suceso inesperado y cuantitativamente masivo tiene su impacto no solamente en el plano de lo empírico sino en algo que es una materialidad formada por afectos, expectativas, confianzas. Ese tejido afectivo constituye la red social, y es esa materia la que se ve afectada. Por supuesto, no es que no haya otras consecuencias más graves, más patentes, y más desgarradoras, pero esas ya tienen quien las documente. Yo querría dar cuenta de esos mundos sutiles que sin embargo construyen nuestra relación con el mundo más concreto. Ahora, si es ese tejido el que se ve afectado, entonces la reconstrucción tendrá que pasar por un trabajo de re-tejido, que en este sentido significa, un trabajo de re-afectación. Y esto, para decirlo una vez más, es la pasión. O mejor dicho, son las pasiones las que entrelazan ese tejido una vez más. Y entonces llegamos al tema del amor. Porque después de todo, empezamos este escrito para poder hablar de un poema de amor. No sé si la frase del personaje de Godard, aquello de la primera estrofa, será científicamente cierta: quizás no siempre una catástrofe es la primera estrofa de algo. Sí creo que la definición describe una relación entre destrucción y construcción que es la que estábamos ilustrando, dos polos o dos

78

Situaciones catastróficas

momentos de un mismo proceso, que tensionan la realidad hacia ambos lados y la dinamizan, y son por esto mismo inseparables. Pero hay otro nivel de significación, es una relación entre devastación y apasionamiento. Éste es el sentido que me gustaría que ilumináramos. Para pensar en esto necesitamos traer a colación el trabajo de las baldosas de la memoria, un trabajo que realizan organizaciones que colectivamente se llaman Barrios por Memoria y Justicia. Estas agrupaciones están realizando este trabajo desde 2006 y consiste en una intervención en distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires y de algunos barrios del conurbano, y ha sido documentado tanto por los propios actores (Barrios 2014) como por artistas (Guarini 2013). La intervención tiene distintos pasos: comienza con una investigación sobre una persona desaparecida por el terrorismo de estado en Argentina en la década de 1970, especialmente poniendo atención a sus redes sociales y a sus espacios, sus lugares y sus recorridos en el barrio. Continúa con un trabajo de articulación con distintos colectivos, familias, amigos y personas que se por cualquier motivo se sientan cercanas a ese vecino desaparecido o asesinado. Luego se produce el evento de la construcción colectiva de una placa de cemento en la que se incrustan letras y vidrios de colores. Y finalmente el acto de colocación de la baldosa de la memoria que reemplaza a una baldosa común de la vereda y que marcará “aquí vivió” o “aquí fue secuestrado” o “aquí trabajó” esta persona en particular. Esta baldosa quedará allí y se integrará al paisaje de la ciudad (Benegas Loyo, Colosimo y D’Alessio 2014; Benegas Loyo 2013; 2014a; 2014b). Esta actividad, esta intervención, es uno de los procesos de concretización y de apasionamiento más significativos de los que puedo dar cuenta. Se produce allí una intervención sobre las redes sociales, se tensan los afectos, se recuerda, se comparte, se decide entre todos. Por supuesto, esto aviva los conflictos y las pasiones se exacerban. No es tarea fácil darle lugar a los desaparecidos. Pero a lo largo de este proceso se construyen, se crean objetos que quedan cargados de significados, de simbolismos, que hacen cosas con los pedazos de lo que quedó y que anudan retazos de sentimientos. Alguna gente literalmente conoce en estos eventos a miembros de su familia que no conocía y algunas familias se constituyen y reconstituyen. No vamos a abundar mucho más en esta experiencia, documentada en otros escritos, sino en tanto y en cuanto nos sirve para replantear los términos de

Intervenciones en emergencia

79

cómo y dónde intervenir en la catástrofe. Estas intervenciones de los vecinos nos guían a pensar nuestras intervenciones por la vía de la pasión. Pero aún hay otra vuelta para plantear nuestro rol y en eso, una vez más volvemos a nuestra frase inicial. Es que un poema de amor no es necesariamente lo mismo que enamorarse. Un poema es más bien, un canto, una incitación a enamorarse. Deberíamos preguntarnos si quizás nos quede bien la posición del juglar. Es decir, el juglar como aquel que se dice embajador de un mundo donde el amor es posible. Quizás sea un lugar interesante o potente para ocupar en relación con la intervención en la catástrofe. Acota Fanny Seldes, experta baldosera por cierto, que los juglares de la Edad Media europea cantaban sobre un amor que no conocían, y lo cantaban a aquellas que no lo conocerían tampoco. El amor tal vez en estos casos funciona en tanto ilusión, como el espejismo que nos hace cruzar el desierto. Tal vez ese lugar de semblante no sea una posición para ocupar todo el tiempo, y tampoco sé si ese es un lugar analítico. En cierta forma, pienso que hay que preguntarse si hay algo para analizar en el momento de la destrucción. Lo que sí creo es que hay una función analítica en la indicación de lo pasional de ese arrasamiento. Aquí responde Dinorah Otero que el amor de transferencia nos hace atravesar un psicoanálisis. Y allí, en la función psicoanalítica de ocupar por un tiempo ese espacio de amor debemos dejar este escrito. La cuestión está ahí hasta ahora: una catástrofe como primera estrofa de un poema de amor. Resumo retomando las imágenes más cotidianas de los desastres. Usualmente representamos la catástrofe como el final de algo, el punto donde todo se destruye. Godard nos invita a sentirla como la primera estrofa, el principio de otra cosa. Mirada desde ese punto, podemos pensar esa destrucción generalizada que significa el desastre también como un momento de potencia. Potencia en términos de la pasión que allí se desata, pero más interesantemente para indicar aquello que allí germina, de lo que podría crecer en ese lugar, de eso que existe aún solamente como potencial. Eso está así, en potencial, de lo que podría advenir. Lo que nos queda es ver qué hacemos con eso.

80

Situaciones catastróficas

Referencias Barrios (Barrios x Memoria y Justicia). 2014. Baldosas x la memoria 3, IEM. Benegas Loyo, Diego, Ayelén Colosimo y Antonella D’Alessio. 2014. Baldosas de la Memoria como intervención político subjetiva, en Integración latinoamericana, hegemonía y Estado, ed. A. Bresler, et al. 76-83. Buenos Aires: Madres Plaza de Mayo. Benegas Loyo, Diego. 2013. Aquí vivieron: baldosas de la memoria y las deudas de la democracia, en La democracia como realidad y como proyecto inconcluso, ed. D. Michelini et al., 65-69. RC: Icala. Benegas Loyo, Diego. 2014a. Escribir tu nombre o el cuidado de un otro ausente, en El cuidado del otro, ed. D. Michelini et al., 35-38. RC: Icala. Benegas Loyo, Diego. 2014b. Memoria traumática y corporizada: el terrorismo de estado en su perduración social. Onteaiken: prácticas y estudios de acción colectiva 18: 1-8. Bezanilla José Manuel y María Amparo Miranda. 2014. Violaciones graves a derechos humanos y su impacto psicosocial (1ª Parte). Cuadernos de Crisis y Emergencias 13(2): 19-36. Bezanilla José Manuel y María Amparo Miranda. 2015. Violaciones graves a derechos humanos y su impacto familiar (2ª Parte). Cuadernos de Crisis y Emergencias 14(1): 7-15. Calveiro, Pilar. 1998. Poder y desaparición: Los campos de concentración en Argentina. Buenos Aires: Colihue. De la Yncera Hernández, Nadiosly y Alexis Lorenzo Ruiz. 2013. Proyecto de desarrollo sociopsicológico para el manejo de situaciones de desastres dirigido a comunidades de Pinar del Río, Cuba. Cuadernos de Crisis y Emergencias 12(2): 7-23. Godard, Jean-Luc, dir. 1982. Passion, 88 min. Francia: Sara Films. Godard, Jean-Luc, dir. 2008. Une catastrophe, 1 min. Austria: Viennale. Gómez González, Francisco Javier, Guillermo Aleixandre Mendizábal, Santiago Cáceres Gómez y Cristina Durlan. 2014. La electrónica como catástrofe silenciosa: del excepcionalismo a la evaluación de impacto social de la tecnología. Revista CTS 25 (9): 181-203. Guarini, Carmen, dir. 2013. Calles de la memoria, documental, 65 min. Buenos Aires: Cine Ojo. Kohan, I., Pau Pérez-Sales, M Humani, R. Chirinos, R. Pérez-Langa, M Rivera, B Cid y A Silva. 2010. Las emergencias humanitarias y catástrofes como oportunidades estratégicas de cambio en los sistemas de salud mental. El caso del Plan Regional de Salud Mental de Huancavelica (Perú). Cuadernos de Psiquiatría Comunitaria 10(1): 49-57. Kordon, Diana, Lucila Edelman, Darío Lagos y Daniel Kesner. 2005. Efectos psicológicos y psicosociales de la represión política y la impunidad. De la dictadura a la actualidad. Buenos Aires: Madres de Plaza de Mayo. Pérez-Sales, Pau, Alberto Fernández-Liria, Florence Baingana y Peter Ventevogel. 2011. Integrating mental health into existing systems of care during and after complex humanitarian emergencies: rethinking the experience. Intervention 9(3): 345-357. Vezzetti, Hugo. 2002. Pasado y Presente: Guerra, Dictadura y Sociedad en la Argentina. Buenos Aires: Siglo XXI.

Intervenciones en emergencia

81

Diego Benegas Loyo. Psicólogo clínico, docente e investigador social especializado en trabajo con víctimas de violencia, trauma y población transnacional. Doctorado en New York University, Licenciado en Universidad Nacional de Córdoba. Profesor Titular “Interconsulta y Emergencia” IUCS Fundación Barceló. Director proyecto de investigación “Trauma, catástrofe y acción colectiva”; [email protected].

Colaboradores

Juliana Agustoni. Licenciada en Psicología (Universidad Católica Argentina), cursando la Especialidad en Psicoterapia Individual y Grupo en la Fundación Aiglé. Se ha desempeñado en Hospital Garrahan, Hospital Fernández, Fundación Huésped, Fundación San Agustín, FASAM. Coordinadora de Ateneos, Profesora JTP “Interconsulta y Emergencia” y asistente Comité de Ética de Investigación, IUCS Fundación Barceló. Walter Behobi Baudou. Licenciado en Psicología, Universidad de Buenos Aires, Especialista en Psicoterapia, Fundación Aiglé. Profesor Titular Cátedra “Psicoterapias”, IUCS Fundación Barceló y Profesor Adjunto en “Clínica de Adultos y Tercera Edad”. Director proyecto de investigación “Inteligencia emocional y estrategias de autocuidado en ciencias de la salud” Buenos Aires y La Rioja. Diego Benegas Loyo. Psicólogo clínico, docente e investigador social especializado en trabajo con víctimas de violencia, trauma y población transnacional. Doctorado en New York University, Licenciado en Universidad Nacional de Córdoba. Profesor Titular “Interconsulta y Emergencia” IUCS Fundación Barceló. Director proyecto de investigación “Trauma, catástrofe y acción colectiva”; [email protected]. Estefania Berengan Mendaña. Estudiante tesista en la Licenciatura en Sociología, Universidad Nacional de La Plata. Trabaja en la Subsecretaría de Tierras, Urbanismo y Vivienda de la Provincia de Buenos Aires. Docente en el Liceo Víctor Mercante y en el Rafael Hernández, colegios preuniversitarios de la UNLP. Participación en proyectos de extensión universitaria vinculados a Salud Campesina y Salud Comunitaria. Ayelén Colosimo. Licenciada en Historia (IUNMa), especializando en Gestión Cultural y Políticas Culturales (UNSAM), docente universitaria. Investigación sobre construcción de la memoria colectiva en la historia argentina reciente. Integrante equipo de investigación “Trauma, Catástrofe y Redes Sociales”, IUCS Barceló. [email protected]. Romina Cuevas. Estudiante de Licenciatura en Historia en el Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo (IUNMa) [email protected] Mariana Czapski. Doctora en Psicología, Especialista en Psicología Clínica, Docente Titular del IUCS Fundación Barceló – Facultad de Medicina en grado, maestría y doctorado. Psicóloga de Guardia y Becaria del Hospital de Infecciosas J. F. Muñiz. Natalia De Avila. Licenciada en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Especialista en actuaciones psicosociales ante situaciones de violencia política y catástrofes, Universidad Complutense de Madrid. Profesora Adjunta Unidad de Extensión y Actividades en el Medio, Escuela de Nutrición y Profesora Agregada Asistente de Dirección Programa Apex-Cerro, UdelaR. Integrante equipo de Coordinación y Evaluación de Desastres y Consultora Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, ONU. Karina Di Benedetto. Licenciada en Psicología. Psicoanalista. Miembro de Asociación Argentina de Salud Mental. Profesora de Educación Media y Superior en Psicología. Docente Universitaria. Adjunta de Cátedra de la materia Fundamentos de Filosofía de IUCS Fundación Barceló. Daniela Fernández. Psicoanalista, miembro de la EOL, la ECF y la AMP. Master en psicoanálisis Université de Paris 8. Profesora en la materia “Psicoanálisis: Orientación Lacaniana” y en la especialización en clínica psicoanalítica, Facultad de Psicología Universidad de Buenos Aires. Libros publicados: “Mujeres de papel”, Buenos Aires: Grama, 2015; “Variaciones psicoanalíticas para pasar de un siglo al otro”, París: Ed. Michèle, 2012. Claudia Huergo. Psicoanalista, Licenciada en Psicología, Profesora Asistente Cátedra de Psicoanálisis, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba. Integrante de la Mesa de Trabajo en Salud Mental y Derechos Humanos de Córdoba. Integrante de Casandra Asociación Civil.

Intervenciones en emergencia

83

Gerardo Laube. Médico infectólogo, pediatra. Director de posgrado IUCS Fundación Barceló. Profesor Titular de Microbiología e Infectología Facultad de Medicina IUCS Fundación Barceló. Jefe de Guardia Hospital F. J. Muñiz Dinorah Otero. Licenciada en Psicopedagogía (Universidad CAECE), Master en Social Work (New York University), Maestranda en Psicoanálisis (UBA). Se desempeña en el área clínica y educativa. Autora de artículos, docente en el nivel terciario, profesora en el IUCS Fundación Barceló y capacitadora de profesionales psicopedagogos, psicólogos, trabajadores sociales y docentes. [email protected] Pablo Alejandro Palma. Médico especialista en Psiquiatría y Medicina Legal. Diplomado en Bioética. Vicedirector de la Maestría en Neuropsicofarmacología Clínica, Profesor Titular de Salud Mental I y Profesor Adjunto de Salud Mental II Facultad de Medicina del IUCS Fundación Barceló. Hebe Perrone. Licenciada en Psicología (UBA). Directora de la Carrera de Psicología en el Instituto Universitario de Ciencias de la Salud Fundación Barceló. Secretaria Científica Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA). María Teresa Ravagnan. Licenciada en Psicología UB. Especialista en Psicodiagnóstico de Rorschach. Docente asociada en la Universidad del Salvador. Docente adjunta en la Fundación Barceló y Docente titular en Asappia. Investigadora Asociada en la Universidad del Salvador. Colaboradora en el Equipo de Salud Mental del Correo Oficial de la República Argentina. María Laura Romero. Estudiante de quinto año Licenciatura en Psicología IUCS Fundación Barceló. También cursó estudios en Psicopedagogía y en Sistemas en la Universidad Nacional de la Patagonia Austral. Ayudante en proyecto de investigación. Intereses en psicoanálisis y psicología social y comunitaria. Claudia Ruiz. Licenciada en Psicología (Universidad Nacional de Córdoba). Profesora Titular de “Interconsulta y Emergencia” y Profesora Adjunta de “Clínica con Niños” y “Psicopatología II” en la Licenciatura en Psicología del IUCS Barceló La Rioja. Psicóloga Clínica en el Hospital de la Madre y el Niño de La Rioja. Javier Fernando Ruiz. Licenciado en Psicología (Universidad del Salvador), doctorando en Ciencias de la Salud, IUCS Fundación Barceló. Especialista en adicciones con trabajo clínico en instituciones y consultorio particular en Capital y Provincia de Buenos Aires. Profesor Adjunto de Interconsulta y Emergencia en el IUCS Fundación Barceló; [email protected]. Carlos D. Russo. Subsecretario de Atención Integrada de Salud del Ministerio de Salud Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Médico recibido en la Universidad de Buenos Aires (1976), Especialista en Clínica Médica, Atención Primaria de la Salud, Emergentología y Homeopatía Unicista. Miembro Voluntario de Cascos Blancos ONU misiones en Haití, Palestina y Malvinas. Presidente de la Sociedad Científica de Emergentología Argentina (SCEA). Carolina Thomaz da Fonseca. Estudiante de Licenciatura en Psicología Centro Universitario San Camilo, San Pablo, Brasil y en el IUCS Fundación Barceló, Buenos Aires. Curso de atención humanizada a los mayores, Centro de Humanización de la Salud San Camilo, Madrid, España. Acompañante Terapéutica, expositora en Congreso de AT, Universidad Católica del Uruguay. Carina Tumini. Licenciada en Psicología Universidad Nacional de Córdoba. Diplomado en Actuaciones Psicosociales, Violencia Política y Catástrofes, Grupo Acción Comunitaria, Universidad Complutense de Madrid. Con el Archivo Provincial de la Memoria investigación sobre terrorismo de Estado, acompañamiento en exhumaciones, juicios de lesa humanidad e historias de vida de desaparecidos. Con el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba tareas de articulación e intervención en los últimos desastres de la provincia 2014 y 2015. Coautora de “Marcas que no se borran: cartografías de la memoria”. Córdoba: Ediciones del Pasaje, 2011. Emiliano Vega. Estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Argentina de la Empresa. Forma parte del Taller de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Se desempeña en periodismo gráfico y en producción radiofónica. [email protected]

84

Situaciones catastróficas

Marina Vega. Licenciada en Psicología, Universidad Nacional de La Plata. Docente de la Facultad de Trabajo Social, Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Directora Provincial de Políticas Reparatorias de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires. Nelly Velázquez. Estudiante de último año de la Licenciatura en Psicología en el IUCS Fundación Barceló. Intereses académicos incluyen psicología evolutiva, de emergencias y psicoterapia sistémica. Objetivos profesionales incluyen el trabajo con niños y adolescentes y las problemáticas de violencia familiar, maltrato y abuso sexual infantil. Eduardo Viera. Licenciado en Psicología y Magíster Estudios Latinoamericanos, Universidad de la República, Uruguay. Diplomado y Especialista en Intervenciones en Violencia Política y Catástrofes, Universidad Complutense de Madrid. Profesor Adjunto, Instituto Psicología de la Salud, Facultad de Psicología, Coordinador investigación “Derecho a la ciudad e inseguridad”, UdelaR. Responsable intervenciones en coordinación con Ministerios, Red contra Violencia y Maltrato y la ONU. María Laura Zanatta. Licenciada en Psicología U.B.A. Psicóloga de Servicio de Salud de Correo Oficial. Colaboradora de investigación “Persona bajo la lluvia y Wartegg” de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador. Práctica clínica en consultorio particular y Centro Dos. Tamara Zapponi. Licenciada en Psicología, IUCS Fundación Barceló. Profesora Ayudante en “Psicoterapias” y forma parte del equipo de investigación “Inteligencia emocional y estrategias de autocuidado en ciencias de la salud”. Estudiante de la especialidad en psicoterapia, Fundación Aiglé.

ISBN 978-987-45882-0-3

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.