Interferencias. La sala de cine en Caracas desde el espectador.

July 23, 2017 | Autor: Liliana Amundaraín | Categoría: Sociology, Film Studies, Architectural History, Architectural Theory
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Descripción

Universidad Simón Bolívar Departamento de diseño, arquitectura y artes plásticas Cine, ciudad y arquitectura DA 4445 Profesor : Lorenzo González-Casas Estudiante : Liliana Amundaraín 06-39155

Interferencias La sala de cine en Caracas desde el espectador

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L. AMUNDARAÍN

Introducción Este ensayo explora el conjunto de rituales sociales entorno a la proyección de películas cotejado con el paso de la ida al cine como un evento social importante hasta la informalidad completa con la que se asiste hoy a las salas. Apartando el contenido de la película exhibida, se analiza la convivencia de los espectadores dentro y fuera de la sala en esa intimidad compartida cuyo espacio ha sufrido múltiples transformaciones hasta casi extinguirse.

Los temas tratados abordan desde la perspectiva de la audiencia la relación entre el cine y la ciudad de Caracas; la cartelera ofertada en los circuitos y las actividades realizadas antes, durante y después de la función, así como también la experiencia del cine en el espacio doméstico.

Figura 1 SUGIMOTO, Hirogi (1991-2001) de la serie Theaters, EEUU.

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I.

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Cine y centro comercial El establecimiento de un cine en la ciudad se relacionó en sus inicios con la

comunidad a la cual brindaba una identidad, por lo que las salas se ubicaban de acuerdo con la accesibilidad sobre o desde los ejes vehiculares y peatonales de Caracas1. Actualmente, la ciudad ofrece un estilo de vida muy pobre en espacios públicos, equipamientos y sistemas de movilidad; en Caracas el tiempo de ocio se restringe a unos cuantos núcleos de actividades repetidas de acuerdo con los estratos socioeconómicos predominantes en la zona este, oeste y sureste de la ciudad. El centro comercial es el espacio donde se concentra el programa de recreación y servicios ausente en las calles de la ciudad, hoy actúa como el nuevo equipamiento urbano construido por el sector privado en tiempos de sucesivos períodos de pésima gestión urbana.

La apertura de un nuevo centro comercial en Caracas tiene como obligación tácita incluir un estacionamiento y, desde hace una década, un cine del bipolio Cinex-Cines Unidos. El cine está siempre presente en el programa, sin embargo, no se anuncia en la arquitectura de los mismos, se limita a insertarse bajo la forma de un local que ocupa gran espacio en planta, como podría ser un supermercado, tienda por departamentos o cualquiera de las grandes franquicias internacionales de ropa (ej: Zara, Pull&Bear, Bershka).

Figura 2 Lobby Cinex C.C. Tolón

Figura 3 Acceso Cines Unidos C.C. Sambil

                                                                                                                1

BARRIOS, 1992.

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Desde 1970’s el centro comercial se proyectó en Caracas a partir del modelo estadounidense replicado alrededor del mundo, el nuevo edificio ostentaba las ventajas de ser un refugio del clima y de la ciudad deteriorada. El éxito de los centros comerciales en la ciudad junto al decaimiento del circuito de cine, optó por incluir la proyección de películas en su oferta de actividades y volver una salida convencional la ida al cine. Las salas disminuyeron de tamaño para ofrecer más confort a una audiencia de mayor poder adquisitivo, la cual se alejaba de las salas por el impacto de la televisión2. Cuarenta años más tarde, el cine sigue siendo una oferta de entretenimiento en Caracas durante todo el año, inclusive en días feriados, a diferencia de la parca oferta cultural del Estado, la cual se ve paradójicamente reducida durante los días festivos.

                                                                                                                2 Idem.   enero-marzo 2012

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II.

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Tele-contacto Los posters o carteles de anuncio de las próximas películas a proyectarse en los cines

de Caracas, han perdido protagonismo. El conjunto de trailers ha adquirido mayor presencia, por lo que si no se es un usuario regular del cine interesado por las novedades, es muy difícil enterarse de los cambios en la cartelera semanal. También existe la opción secundaria de informarse por publicidad rodante, recomendaciones en la televisión y la radio, junto a algunas columnas de crítica de cine en la prensa nacional.

Las salas de cine independientes de Caracas dejaron de existir cuando hace más de diez años Cines Unidos, Cinex y Gran Cine las absorbieron, dejando libres solo a aquéllas pertenecientes al aparato cultural del Estado. La mayor parte de las salas de estas cadenas funcionan dentro de centros comerciales. La diferencia entre los dos primeros circuitos se reduce al color rojo o azul predominante en sus locales, ya que la cartelera de películas es idéntica en ambos. Gran Cine se distingue por ofrecer una cartelera alternativa, alejada cada vez menos del mainstream de Hollywood, se ubica en un complejo cultural privado dentro del C.C. Paseo Las Mercedes que incluye salas de exposición, teatro y restaurantes.

Desde hace dos años, los circuitos de cine se han visto impactados por el régimen cambiario para la distribución de los títulos de acuerdo con su estreno en otras partes del mundo, principalmente en EEUU. Las películas pueden proyectarse con varios meses y hasta años de atraso. Las ceremonias de premiación más reconocidas como el Oscar y los Globos de Oro no son motivo suficiente para exhibir sus películas nominadas al tiempo de su premiación.

El interés de las cadenas por su audiencia parece ser muy poco, cada reforma en los servicios prestados en las salas de cine implica reducir el contacto del personal con los espectadores en una búsqueda sin frutos por aumentar la eficiencia y la calidad de la experiencia en sus salas. La taquilla personalizada ha comenzado a sustituirse por máquinas de autoservicio, en consecuencia el contacto de la audiencia con el personal se limita al control del acceso a la sala y a la caramelería. El ticket desaparece progresivamente, éste identifica a la sala de cine con su gráfica particular y ahora se reproduce en una larga tira de

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papel de facturación que se desecha junto con todos los comprobantes de compra acumulados en el fondo de billeteras y bolsos.

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III.

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Preparativos Durante el apogeo de la arquitectura de los cines en el período 1920-1930, el cine

tuvo el rol de ser un hito urbano en diálogo constante con el espacio exterior. Las películas proyectadas conjugaron desde entonces las vivencias cotidianas junto con los deseos de quienes asistían a las funciones3. La situación actual de los cines de Caracas da dos posibilidades para el acceso de los posibles espectadores a las salas: por vehículo particular o a pie si se está en las cercanías de una estación de metro, se encontrará el multiplex después de recorrer al menos la mitad del centro comercial. Una excepción dentro del manejo anónimo de la arquitectura de los cines en los centros comerciales de la ciudad es el complejo Cines Unidos del C.C. Millenium; éste ocupa un lugar protagónico en la arquitectura del edificio, su lobby de acceso es el remate desde el cual se ofrece un completo dominio de las vistas hacia el exterior durante el recorrido desde la entrada al cine hasta la salida de las salas de proyección.

Una vez que el posible espectador está en el centro comercial, tiende a dar algunas vueltas de paseo en su acartonadas calles artificiales para finalizar yendo al cine a escoger una película cuya disponibilidad se agota con rapidez. Los boletos pueden comprarse fuera de la sala, via aplicaciones móviles, línea telefónica o página web del circuito al que pertenece la sala; esta condición reduce el tiempo de permanencia en el cine, ya que el espectador puede llegar a la sala justo antes de comenzar la función. El boleto es cada vez más caro, tanto como una comida en una cadena de comida rápida, no obstante es común toparse con funciones copadas que misteriosamente dejan espacio para la reservación de salas para fiestas y reuniones privadas.

El cine como lugar de socialización dentro de la ciudad dio pie a la proyección de edificios y recorridos espaciales sugestivos en su totalidad4, el desplazamiento desde la taquilla pasando por la sala de descanso hasta alcanzar la sala de proyección estuvo colmado de referencias iconográficas tanto en la configuración de los espacios como en el decorado5.                                                                                                                 3

PEHNT, 2004 Idem. 5 BARRIOS, 1992.   4

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Los cines caraqueños, en consonancia con la desaparición del cine-hito urbano, hoy cuentan con austeras áreas de espera previa a la función constituyen en su mayoría un espacio con un grupo de asientos entre la caramelería y las salas de proyección. El espacio queda inserto en un lugar de mucha circulación peatonal, donde al reposo y el encuentro los sustituye una espera ansiosa por el comienzo del acceso a la sala. La selección de butacas, estandarizada en la ciudad hace menos de cinco años, ha disminuido las colas de gente impaciente por tomar el mejor puesto disponible. Los espectadores ahora pueden tomar de antemano el lugar que más les atraiga dentro de la distribución de las butacas de la sala.

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IV.

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La experiencia ausente Los aspectos técnicos a cargo de los prestadores de servicio tampoco se cumplen como

requisito mínimo de la relación entre los circuitos y los espectadores. La calidad de la proyección de las películas en las salas de cine de Caracas es cuestionable, muchas veces las copias exhibidas están rayadas y se proyectan fuera de foco o en un formato incorrecto. Entre las bromas de proyeccionista se cuenta la alteración en el orden de los rollos de alguna película o la siesta nocturna sobre los equipos que dejó paralizada la última función, en ninguno de los casos el reembolso del boleto fue ofrecido.

La limpieza de las salas y el mantenimiento de las butacas pueden ser desde regulares hasta malos, al parecer la oscuridad de la sala encubre los malos hábitos de los espectadores, quienes dejan abandonados todo tipo de envoltorios de comida.

El comienzo del disfrute de la película se dilata con suerte hasta el último tráiler cuando el mesonero improvisado o butaquero lleve el pedido desde la caramelería hasta el asiento del espectador, debido a las largas colas que frecuentemente se forman antes de la función. Si se trata una sala de modalidad V.I.P. el pedido incluirá una copa de vino adquirida en el kiosko exclusivo de la sala.

La disminución del aforo de las salas de cine en aras de prestar un mejor servicio al cliente, solo ha derivado en interiores austeros con mejores butacas. La permanencia corta de los espectadores en la sala de cine, entre 90 y 180min de duración de una película, ¿es acaso el factor que avala el poco diseño de los espacios interiores de las salas? No, espacios de servicio como los sanitarios son claves en el diseño de restaurantes y locales nocturnos de la ciudad, allí los clientes esperan llevarse una agradable sorpresa con la decoración de última tendencia.

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  Figura 3 MENDELSOHN, E. (1926-1928) Cine Universum, Berlin.

Uno de los principios de diseño para el Cine Universum de Mendelsohn fue el uso de la iluminación dentro de la sala para enfatizar la pantalla de proyección6. Cualquier sala de cine ofrece una oportunidad para que la audiencia pueda sumergirse en la película proyectada, tanto por las dimensiones de la pantalla como por el sistema de sonido envolvente y la ausencia de iluminación del espacio. El problema surge cuando la película no obtiene el interés de la audiencia, los espectadores tienen un espacio que les permite realizar actividades que no harían en público: dormir, besarse.

  Figura 4 WEEGEE (ca. 1943) Amantes en el Movie Palace con lentes 3D

                                                                                                                6

PEHNT, 2004.

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La sala Cinex V.I.P. del C.C. Paseo El Hatillo-La Lagunita ofrece butacas de semi-cuero reclinables que permiten al espectador acostarse mientras ve la película. Esta posición imita la actitud doméstica de echarse en la cama o el sofá para ver la película en total comodidad. Los espectadores han llevado cobijas para hacer frente al sistema de aire acondicionado o rendirse ante la canción de cuna de la película exhibida. Otros lugares de socialización con iluminación casi nula, como los teatros, salas de concierto y discotecas siguen recibiendo a una audiencia cuidadosa de su comportamiento en sociedad, así como de su vestimenta. La apariencia ante los ojos del otro es importante especialmente en los momentos extraordinarios dentro de la rutina de los individuos, en este aspecto, la ida al cine como salida convencional parece impactar el disfrute de la audiencia así como también la proyectación de las salas de cine.

Figura 5 Sala convencional del circuito Cinex

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Figura 6 Sala premium del circuito Cines Unidos

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V.

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Cine en casa Desde 1980 el cine inició la competencia contra formas de recreación doméstica

como el videojuego el video-reproductor y la parabólica. Los costos de construcción y operación de las salas de cine fueron muy elevados, por lo que el cierre de salas en Caracas continuó de forma acelerada llevándose buena parte del espacio de socialización de las comunidades7. Con la proliferación de la piratería de películas, los espectadores han optado por ver los films en casa antes de que se estrenen en las salas, ya sea porque han comprado el disco a algún buhonero o porque las han descargado via Internet.

La sala de cine se ha vuelto secundaria para la proyección de películas. Los dispositivos portátiles como los iPods, las tabletas, y las computadoras permiten al espectador ver la película de su preferencia en cualquier lugar, sin publicidad, con las pausas que crea conveniente y el número de veces que desee.

Ver una película en casa es una actividad recreativa que puede hacerse en cualquier lugar de la misma, sin importar su carácter público, privado o de servicio, solo es necesario alguno de los reproductores de películas fijo o portátil. La película se ve sin hacer ninguna de las colas habituales del cine de centro comercial, no hay que comprar boleto ni chucherías, así como tampoco habrá que pagar el estacionamiento. Aunado a esto, el espectador se encuentra a sus anchas y ni siquiera debe cumplir con los códigos de vestuario y comportamiento típicos de los espacios públicos.

Los home theaters o teatros caseros introducen un mejor sistema de sonido para aquéllos que quieran una pequeña sala de cine en casa. Los televisores y reproductores de películas en alta definición (HD) superan la calidad de la proyección en las salas de la ciudad, estos equipos se vuelven cada vez más el estándar de los hogares caraqueños. La televisión satelital y nacional aún no transmite su señal en alta definición, como es corriente en EEUU y otros países, por lo que para aprovechar el sistema de video y audio instalado en casa el cine y los videojuegos son el formato ideal.                                                                                                                 7

BARRIOS, 1992.

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VI.

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Punto de retorno La ubicación de los cines dentro de los centros comerciales se vincula con las zonas de

restaurantes o feria de comida, según el tipo de comensales, estos locales permiten una estancia prolongada en espacios de encuentro que sustituyen la visita a la fuente de soda del cine antes o después de la función.

Los horarios de trabajo y de clases tienden a aumentar la afluencia de espectadores en las funciones posteriores a las 5pm. Al salir de una función nocturna no hay servicios ofertados en los centros comerciales, cuyo horario de cierre es de 7 a 9pm. Para comentar las impresiones sobre la película vista queda el intrincado pasillo de salida de la sala y el recorrido hasta hacer la cola para pagar el ticket del estacionamiento. Los comentarios, de producirse, ocurrirán en algún otro sitio de socialización fuera del centro comercial.

Las películas para niños se proyectan en horarios matinée desde el mediodía en época de vacaciones escolares, en este caso la oferta de actividades del centro comercial continúa abierta después de la función. La función de medianoche ha desaparecido de las carteleras, esto se asocia a la inseguridad creciente en Caracas especialmente durante la noche; si se considera que el horario del resto de las actividades sociales también se ha recortado, es muy probable que espectador nocturno no tenga opciones para continuar su salida.

A pesar de la restricción del horario nocturno en las funciones, la vulnerabilidad de las salas de cine se hizo latente en el atraco perpetrado a todos los espectadores dentro de una sala de Cinex C.C. Concresa a mediados del año pasado8.

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IGLESIAS, 2011.

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Conclusiones La interacción problemática entre los espectadores y la sala de cine en Caracas se compone de varias dimensiones: la pérdida del espacio de socialización del cine; la actitud generalizada de asistir a las proyecciones como una actividad cotidiana; la cual es estimulada por la baja calidad de los espacios y el servicio prestado por los circuitos. En estas circunstancias, la sala de cine se ha transformado de un lugar con identidad comunitaria a un no lugar metropolitano; frente al deterioro de la calidad de vida en la ciudad, rescatar el carácter teatral de la ida al cine estimularía una mejor respuesta de la audiencia.

La reapertura a finales de 2011 del Teatro Cesar Rengifo en Petare9 y del Teatro Catia en febrero de este año10 anuncia un reconocimiento por parte de los gobiernos municipales de la asociación entre identidad urbana y espacio de encuentro, este factor tiene mayor importancia en los sectores más densos, pobres y violentos de Caracas. Otras aproximaciones que refrescan la oferta de salas en la ciudad son las minúsculas iniciativas de cine al aire libre en el Centro de Arte Los Galpones y el complejo Trinidad Cultura, éstas se relacionan con el tedio creciente hacia los centros comerciales, en ambos casos, la audiencia de clase media es invitada a llevar su propia silla y refrigerios para disfrutar gratis de la proyección de una película en sus jardines.

BIBLIOGRAFIA ALCALDIA DEL MUNICIPIO SUCRE (2011) El teatro de Petare César Rengifo reabre sus puertas. Disponible en: http://www.alcaldiamunicipiosucre.gov.ve/contenido/el-teatro-cesar-rengifo-reabre-sus-puertas/

BARRIOS, Guillermo (1992) Inventario del olvido. Inventario del olvido. La sala de cine y la transformación metropolitana de Caracas. Caracas: Cantv/Fundarte. DAVIES, Vanessa (2012) En nueve semanas se logró hacer de nuevo el Teatro Catia. Diario Correo del Orinoco, edición digital del 14-2-2012. Disponible en: http://www.correodelorinoco.gob.ve/caracas/nueve-semanas-se-logro-hacer-nuevo-teatro-catia/

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ALCALDIA DE SUCRE, 2011. DAVIES, 2012.

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IGLESIAS, María Isoliett: Asalto masivo en cine del sureste. Diario El Universal, edición digital del 5-7-2011. Disponible en: http://www.eluniversal.com/2011/07/05/asalto-masivo-en-cine-del-sureste.shtml

PEHNT, Wolfgang (2004) “Fantasía que no locura” en: Ángel Fernández Alba y Soledad del Pino Iglesias (eds), Cine Universum, 1926-28. Madrid, Editorial Rueda, pp. 19-49. SIDORKOVS, Nicolás (1994) Los cines de Caracas en el tiempo de los cines. Caracas: Armitano Editores.

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