Insistir y persistir en el estudio de la filosofía antigua: un esbozo de la actualidad del élenchos

July 6, 2017 | Autor: C. Valenzuela Issac | Categoría: Plato, Socrates, Ancient Philosophy, Platón
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Descripción

Universidad Nacional del Litoral – Facultad de Humanidades y Cs. Sociales I Simposio Nacional de Filosofía Antigua: Metafísica, Lenguaje y Conocimiento en torno a las Filosofías de Platón y Aristóteles en: XI Jornadas de Comunicación de Investigación en Filosofía: Verdad, Lenguaje y Acción: problemas en torno al conocimiento y la sabiduría. Santa Fe. 2011

Insistir y persistir en el estudio de la filosofía antigua: un esbozo de la actualidad del élenchos Cristian Emiliano Valenzuela Issac (UBA) El élenchos socrático se presenta como un tema de actualidad para los estudios de filosofía antigua. Dicho interés por la temática es demostrado, sin duda, por el “largo y escabroso camino” que la Prof. Fierro ha sintetizado 1, y por el hecho de que hoy nos encontremos aquí con la inquietud de no haber encontrado una respuesta que satisfaga la pregunta por el qué es del élenchos. La intención de la presente intervención no será seguir escarbando en los terrenos de este hacer socrático, sino focalizar la atención en una instancia previa a esta pregunta filosófica. Situándonos en el plano de las motivaciones de nuestra investigación, y de la problematicidad que estas motivaciones implican, queremos compartir la reflexión sobre los fines de nuestro quehacer filosófico. Nuestra inquietud será, de algún modo, pragmática, y podría formularse en el siguiente enunciado: ¿desde qué lugar seguimos preguntándonos por el élenchos socrático? Dicha pregunta es intencionalmente ambigua, y puede ser desdoblada, con fines prácticos, en dos interrogantes que articulan nuestro trabajo, a saber: (i) ¿en qué medida nos insertamos en el largo camino de la tradición hermenéutica sobre el élenchos?, y (ii) ¿qué sentido puede tener hoy la pregunta por una temática que parece tan antigua como el élenchos socrático? i. El sentido de seguir interpretando el élenchos Es inevitable re-exponer, en este punto, una parte de la historia de las interpretaciones sobre el élenchos. De todos modos, deseamos situarnos nuevamente en la antesala del trabajo hermenéutico y empezar por rever aquel clásico en estudios del élenchos en el ámbito anglosajón de 1953, Plato’s earlier dialectic, de Richard Robinson. La primera parte de la obra, denominada ELENCHUS, trata sobre el élenchos como el método socrático en los así llamados diálogos tempranos, pero recién el segundo capítulo lleva el nombre del método, mientras que el primero tiene carácter de introducción y establece en seis sencillas páginas algunas premisas sobre la interpretación en los estudios sobre Platón. Al concluir este capítulo, Robinson señala:

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La intervención de la Prof. Fierro se encuentra en sintonía con anteriores estados de la cuestión presentados en el marco de otras instancias académicas. Cf. Fierro 2010; 2011

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El interprete moderno de Platón tiene la tarea, entonces, de elucidar el pensamiento platónico en donde nosotros, hoy en día, aunque lo leyéramos directamente del griego antiguo, corremos el riesgo de tener una comprensión errónea (o una comprensión nula) de sus palabras debido a las diferencias entre nosotros y la audiencia que él tenía en mente; la tarea del intérprete es restaurar la impresión que Platón quiso dar cuando el paso del tiempo puede hacer parecer que su intención era otra. (Robinson 1953: 5) De este modo, queda sentado el rol del intérprete como un mediador entre el autor y los nuevos destinatarios de la obra platónica. El intérprete, si usara correctamente las reglas de un correcto método hermenéutico que Robinson esboza en esas breves páginas, puliría las impurezas que el paso del tiempo pudieran causar para lograr una comprensión lo más fiel posible del autor. Hoy nos encontramos, prácticamente, con distintas interpretaciones del élenchos, y hasta con las sospecha de si existe o es un invento de los mismos intérpretes. En esta coyuntura, decidimos hacer una lectura singular que, como toda lectura, está impregnada por las intenciones del lector. En principio, entonces, sabemos que nuestra lectura está signada inevitablemente por nuestro contexto 2, pero también nuestra lectura es motivada por este mismo contexto en el que como investigadores nos vemos insertos. De este modo, no sólo el pasado es leído desde el presente, sino que el presente mismo es resignificado en virtud de las categorías del pasado. En palabras del historiador de la filosofía Wolfgang Wieland: La filosofía antigua demuestra su actualidad, en todo caso, si no permanece tan sólo como objeto de investigación histórica, sino si puede además efectuar un aporte a la elucidación de nuestros problemas, cuando es interrogada de modo pertinente. (Wieland 1988: 12) En suma, nos sabemos lectores de filosofía antigua desde una coyuntura particular espacio temporal y social, y reconocemos la actualidad de las temáticas que indagamos. Queda esclarecer, entonces, en qué consistiría la actualidad del élenchos socrático. ii.

La actualidad del élenchos

Charles Taylor propone dotar de sentido a la investigación histórico-filosófica a partir del desarrollo de la génesis de nuestras prácticas sociales, o sea, de las formas en que reconocemos o señalamos la realidad, formas que compartimos por vivir en comunidad y que transmiten explícita o implícitamente distintos tipos de valores. La perspectiva de Taylor acuña una intención no meramente teórica, dado que confía que mediante la reflexión puede generarse algún cambio. La indagación filosófica, en este sentido, combate contra el sentido común de las prácticas sociales que hemos heredado: 2

Reconocemos, sin embargo, la polemicidad de nuestra posición. Entre otros, Pierre Aubenque, en nuestra línea, sostiene que no es posible no ser anacrónico al interpretar filosofía antigua, pero exije “que simplemente el anacronismo sea consciente (Cf. 1994: 24).

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Porque, si éste [el sentido común heredado] nos retiene por hallarse inserto en nuestras prácticas, entonces, para neutralizar sus efectos, tenemos que hacer explícito lo que ellas encarnan. De otro modo, seguiremos estando aprisionados, por así decir, en el campo de fuerzas de un sentido común que frustra todos nuestros intentos por tomar una posición crítica respecto de sus supuestos básicos. […] Para tomar cierta distancia respecto de él, debemos formular lo que hoy se halla tácito. (Taylor 1997: 39-40) La pregunta por el élenchos, por ende, es también la pregunta por lo que aún persiste del élenchos entre nosotros. 3 Para ilustrar mejor nuestra percepción respecto a la actualidad del élenchos, proponemos hacer uso del lenguaje cinematográfico. Tomemos, por ejemplo, una escena de la película de Stephen Daldry El Lector (The Reader, 2008), en la que la protagonista es acusada en un juicio oral. El contexto de la escena es el siguiente: la protagonista había sido guardiana en un campo de concentración en Auswichtz y se la acusa de no haber abierto las puertas a las prisioneras cuando el campo de concentración fue atacado e incendiado , por lo cual la mayoría de las prisioneras murieron. En el diálogo, las demás acusadas la hacen responsable del hecho, aludiendo que ella fue quien escribió un informe que negaba el conocimiento de las circunstancias del incendio, lo cual sería una prueba de que ella misma estaba al mando de las demás implicadas en la causa. El juez: - ¿Por qué no las abrieron? Se lo he preguntado a todas y ninguna me ha respondido. Dos de las víctimas están en esta sala y merecen una respuesta. Este es el informe de la CCC, todos tienen copias. Es el informe que redactaron, aprobaron y firmaron todas ustedes inmediatamente después del suceso. En el informe escrito todas afirman que no se enteraron del incendio hasta después de que ocurriera. Pero eso no es verdad. No es verdad. La acusada: - No sé lo que me pregunta. El juez: - Lo primero que le pregunto es por qué no abrieron las puertas. La acusada: - Es obvio. Teníamos un motivo. No podíamos. El juez: - ¿Por qué no podían? La acusada: - Éramos guardianas, nuestro trabajo era vigilar a las prisioneras. No podíamos dejar que escaparan. El juez: - Entiendo. Porque, si lo lograban, las culparían, las acusarían y hasta podrían ejecutarlas... La acusada: - ¡No! ¡No! El juez: - Entonces, ¿qué? La acusada: - Si hubiéramos abierto, habría sido el caos, ¿cómo hubiéramos restablecido el orden? Sucedió muy rápido: Las bombas, las llamas. Había llamas por toda la aldea. Los

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Además de la práctica social que ilustraremos a continuación, podríamos señalar otras prácticas en las que perviven resabios del élenchos, como, por ejemplo, la terapia psicoanalítica o la enseñanza constructivista.

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gritos se iniciaron entonces y todo iba de mal en peor. Todas hubieran salido en tropel. Nuestra obligación era que no escaparan. No podíamos. Éramos responsables de ellas. El juez: - De modo que sabían lo que pasaba. Lo sabían y tomaron una decisión: dejar que murieran en lugar de dejar que escaparan. Las demás implicadas han hecho una acusación. ¿Ha oído dicha acusación? Dicen que usted estaba al mando. La acusada: - Eso no es cierto. Sólo era una guardiana más. Las demás implicadas: - Ella estaba al mando. Lo estaba. Fue idea suya. Claro que lo estaba. El juez: - ¿Escribió usted el informe? La acusada: -¡No! No, hablamos sobre lo que vivíamos. Todas lo escribimos juntas. Las demás implicadas: - Fue ella quien escribió el informe. Sí, escribió. Quiso hacerlo. El juez: - ¿Es verdad? Las demás implicadas: - Sí, lo escribió ella. Es la verdad. El juez: - Necesito ver una muestra de su letra. La acusada: -¿Qué? ¿Mi... mi… mi letra? El juez: - Sí, necesito aclarar quién escribió el informe. El abogado: - Señoría, lo siento, pero no creo que sea lo más apropiado. Han pasado casi veinte años. ¿Cómo van a comparar una letra de hace veinte años con…? El juez: - Abogado, acérquese al estrado. La acusada: - No es necesario: yo escribí el informe… (El Lector [The Reader], 2008) Esta escena cinematográfica es claramente un ejemplo de resabio del élenchos en una práctica social moderna como es el juicio oral y público, con antecedentes en las prácticas griegas porque esto de ser acusado y defenderse era propio de las cortes de justicia atenienses. La presencia de un individuo que pregunta, examina y acusa, y de un individuo que responde y debe justificar su respuesta; la mirada de un público implicado directamente en la discusión; la búsqueda de la consistencia en las respuestas sostenidas, y el afán de llegar a la verdad mediante un diálogo; el momento en el cual uno debe decidir qué postura seguir sosteniendo y asumir las consecuencias de defender una posición y no otra; el destino de una persona que pende del hilo de su palabra. En síntesis, un élenchos comprometido con el plano del conocimiento y de la acción. Pero eso no es todo. Cabe destacar que la escena también demuestra la falencia de la palabra para llegar a la verdad, puesto que aunque la protagonista haya afirmado haber escrito el informe que la hacía responsable de homicidio, el espectador sabe que eso no es cierto, puesto que la guardiana era analfabeta. Por un lado, al momento de defender una postura ante la mirada y el juicio de los demás, el plano emocional de los interlocutores no se encuentra relegado. En este caso, el componente de la vergüenza y de la incapacidad de la protagonista de autoafirmarse como analfabeta juegan un rol crucial para dotar de sentido al enunciado que se sostiene al concluir el diálogo: decir la verdad, en este contexto, podía ser emocionalmente perturbador para 4

la protagonista. Para comprender que un diálogo no es sólo una comunicación verbal, basta exceder el ámbito de las palabras y atender también a la acción y a la emoción en su contexto dramático, tanto en los élenchoi socrático-platónicos como en el ejemplo que hemos desarrollado aquí. En conclusión, el camino a través del élenchos sigue siendo escabroso, pues su complejidad radica en que dicho camino puede ser abordado desde los relieves de la reflexión epistémica, ética, psicológica, e incluso estética 4. Además, el camino andado sigue siendo largo, y parece no tener intenciones de concluir, un camino con componentes tan sencillos y actuales como el hacernos responsables de las palabras que acompañan nuestros actos y nuestras emociones.

Bibliografía Taylor, Ch. (1997), “La filosofía y la historia” en: Rorty, R. et al. (comps.) La filosofía en la historia. Ensayos de historiografía de la filosofía, Barcelona, Paidós, 31-47 Wieland, W. (1988), “La actualidad de la filosofía antigua”, Méthexis I, 3-16 Robinson, R. (1953), “I.I. Introduction: the interpretation of Plato” en: Plato’s Earlier Dialectic, 1-6, Oxford: Oxford University Press Fierro, M. (2010), “El poder de ‘no saber’ en el élenchos socrático” … Fierro, M. (2011), “El enigma del élenchos: preguntas en torno al interrogatorio socrático”, II Jornadas de Pensamiento Antiguo: Expresar la phýsis: conceptualizaciones antiguas sobre la naturaleza, UNSaM, 13 y 14 de Mayo de 2011 Nussbaum, M. (1995), “Interludio I: El teatro antitrágico de Platón” en: La fragilidad del bien, Madrid, Visor, 177-192 Aubenque, P., “Sí y no”, en: Cassin, B. (ed.), Nuestros griegos y sus modernos. Estrategias contemporáneas de apropiación de la antigüedad, Manantial, 19-31

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Martha Nussbaum propone una paralelismo entre la estructura de la tragedia y la estructura del élenchos que podría resultar altamente fecunda en los estudios platónicos desde una óptica puesta en los diálogos como obras con componentes dramáticos (Cf. 1995: 185)

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