Inmigración en Catalunya, la historia se repite

July 14, 2017 | Autor: A. Guerrero Vicente | Categoría: Inmigracion, Catalunya, Inmigración
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Descripción

Inmigración en Catalunya, la historia se repite

INDICE Introducción _____________________________________________________________________ 2 Pequeños datos estadísticos _________________________________________________________ 2 Opiniones públicas ________________________________________________________________ 3 Políticas públicas __________________________________________________________________ 4 Historias privadas _________________________________________________________________ 7 Conclusiones _____________________________________________________________________ 8

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Introducción ¿Son ellas “demasiadas”? ¿Son una amenaza? ¿Por qué vienen? ¿Les gusta vivir hacinadas? ¿Nos “roban” las ayudas sociales? Muchas personas de este país dirán que sí, que llegan demasiadas, que se meten veinte en cualquier piso de mala muerte, que traen enfermedades y saturan las consultas médicas, que trabajan por cuatro duros y perjudican a las españolas (o catalanas)… Algunas de las personas que piensan así es posible que emigraran a Barcelona, a Bilbao, a Madrid o a Alemania en los cincuenta o los sesenta. O es casi seguro que conocen a alguien que tuvo que hacerlo; o a sus padres o abuelos. Cuando me enteré hace poco de la existencia de un centro de detención y expulsión de inmigrantes “irregulares” en la Barcelona de los años cincuenta me propuse empezar a buscar los paralelismos entre aquellas migraciones y las actuales en el marco de Catalunya y más concretamente de su capital, Barcelona. No es más que un pequeño ejercicio realizado con algunas de las pocas fuentes que he encontrado y centrado en unos pocos aspectos. Tal vez se puede aducir que ahora se trata de inmigración proveniente del extranjero, mientras que en el franquismo las personas que venían eran españolas. Y que no es lo mismo. La intención es mostrar que la discriminación por nacionalidad, por haber nacido aquí o allá –además de que no tiene justificación ética, ni antropológica, ni biológica, ni filosófica, y es contrario a las decenas de tratados internacionales vinculantes firmados por España-, no es la razón que determina las cosas que somos, que hacemos o que padecemos, ni como somos o debemos ser vistas por las demás. El discurso oficial se ha basado siempre en oponer un “ellas” y un “nosotras”, pero cuidándose de condicionar ambos términos a las situaciones concretas. Así, “ellas” pueden ser senegalesas, pakistaníes, camboyanas, paraguayas… o murcianas, según convenga. Si podemos conseguir que las que estamos aquí no olvidemos de donde venimos y en qué circunstancias lo hicimos, y mostramos cómo antes y ahora el poder ha tratado de manera similar a las que llegan, tal vez podamos crear un poco de empatía hacia las situaciones y hacia las personas que migran hoy en día. 1

Pequeños datos estadísticos

Entre 2001 y 2010 la población catalana creció en 1.250.382 personas, para llegar a 7.512.381 personas. De ese crecimiento, poco más de un millón lo protagonizaron personas inmigrantes (bien fueran de otras partes del Estado o, principalmente, del extranjero). Durante la década de los cincuenta, la población catalana creció en más de 685.000 personas, de las que casi 440.000 eran migrantes. Para 1960 la población ascendía de 3.925.779 personas. Y en los sesenta, de un crecimiento poblacional de casi 1.200.000 personas (¡básicamente el mismo que entre 2001 y 2010!), el 60% (unas720.000) eran migrantes. Así, podemos calcular fácilmente que, en aquellos años de mitad del siglo XX, aproximadamente el 60% del crecimiento poblacional se debía al fenómeno migratorio, mientras que, durante el siglo XXI, este porcentaje ha sido de más del 80% hasta 2009. Gran cantidad de personas están convencidas (y el resto, a tenor de la propaganda oficial, deberíamos estarlo) de que hemos estado sufriendo una auténtica avalancha de inmigrantes única en la historia, que

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Los datos de población provienen de dos fuentes. Los del siglo XX de: Martí Marín Corbera, "Ritmes y composició migratoris: les cifres d'un fenomen complex" (a partir de A. Cabré y Pujades, "La població: inmigració i explosió demogràfica", Historia económica de la Catalunya contemporánea, vol. 5, Barcelona: Enciclopedia catalana, 1989), L’Avenç, nº 298, enero 2005. Los del siglo XXI de la web del IDESCAT: http://www.idescat.cat/pub/?id=aec&n=245

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son demasiados. Sin embargo, estos pocos datos presentados indican que caben algunas matizaciones, al menos demográficas. En primer lugar, en Catalunya, cifras de crecimiento poblacional similares a las del siglo XXI se producían en la década de los años 60. Podría sorprendernos el elevado número total, aunque hemos escuchado muchas veces historias sobre las migraciones a Catalunya, Madrid, el País Vasco, Alemania, Suiza o Francia. Por otra parte, las ratios entre población y migración (el porcentaje del total de la población que representan las llegadas de migrantes, que tal vez podríamos denominar “presión migratoria”) son muy similares en ambos periodos, algo que tal vez nos extrañe un poco más. Por último, en los años cincuenta y en los sesenta, Catalunya tenía un crecimiento natural de población – nacimientos menos defunciones- mayor en términos absolutos al de hoy día. Entre 1951 y 1960 el crecimiento natural fue de 245.592 personas, entre 1961 y 1970 de 476.346 personas y entre 2001 y 2010 ha sido de 199.755 personas. Sin duda este factor es también determinante en el hecho de que hoy día el crecimiento poblacional debido a la inmigración sea porcentualmente superior. La migración no es por tanto un fenómeno nuevo a nivel demográfico y ya en épocas pasadas fue tan relevante como ahora. Pero las coincidencias no son solo estadísticas. Como veremos a continuación, tampoco ha cambiado el discurso oficial, ni las técnicas empleadas para tratar de gestionar, siempre con enorme cortedad de miras y métodos exclusivamente punitivos, estos grandes movimientos de personas. Opiniones “públicas” “(…) asistimos a la construcción de un prejuicio hacia el otro al que se imputará toda suerte de tachas, desde la desorientación social, la ignorancia, la inmoralidad o la mendicidad profesional, hasta la peligrosidad política o incluso la delincuencia.” “”Las provincias pobres del Levante español nutren las hordas de mendicidad en Barcelona, aportando de continuo nuevos elementos. El mangante de oficio o el predestinado a convertirse en pedigüeño profesional, rehúye del paisaje natal y se evade hacia las grandes aglomeraciones urbanas. (...) Nadie debe extrañarse pues que el mayor contingente de mendigos que llenan los ficheros de la Comisaría de 2 Beneficencia barcelonesa sean originarios de las provincias de Almería y Murcia (…)”” . “Mariano Rajoy, ministro del Interior y vicepresidente primero del Gobierno, destacó ayer que el porcentaje de extranjeros en la población reclusa española no ha dejado de crecer y que sólo en el mes de mayo el 90,34% de los nuevos ingresos de presos preventivos fueron extranjeros. Al pormenorizar este 'notable' aumento de los reclusos extranjeros, Rajoy aseguró que no pretendía 'criminalizar a los 3 inmigrantes', sino sólo informar a la sociedad con 'datos que no pueden ser ocultados'.” “(…) «entre la avalancha de inmigrantes irregulares» que tratan de entrar en España a través de Ceuta y Melilla «se cuelan también terroristas yihadistas». «Es evidente que entre esas avalanchas de inmigrantes 4 irregulares se cuelan también terroristas yihadistas, vamos a decirlo claramente»” Llama poderosamente la atención la enorme similitud entre los discursos de antes y los de ahora. O quizás no tanto. El recurso a la criminalización, a presentar a “las otras” como delincuentes peligrosas que vienen a arrebatarnos lo que es nuestro, es una de las estrategias preferidas del poder cuando el problema requiere un poco más de “materia gris” que la habitual. Se obvian los análisis, los estudios, las 2

Jaume V. Aroca, “Cuando la barcelona franquista expulsaba a los inmigrantes: la inmigración del silencio, los años negros (19481957)”, Andalucía en la historia, n° 28, abril 2010. El segundo párrafo es parte de un artículo de opinión –no el único- escrito en los años 40 por el periodista José Esteba Vilaró en la revista Destino. 3 http://elpais.com/diario/2002/06/26/espana/1025042402_850215.html. 4 http://www.abc.es/espana/20141106/abci-fernandez-diaz-inmigrantes-201411061745.html.

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razones… y se sustituyen por “carnaza” que los medios difundirán sin ningún tipo de contramedida. Para los años del franquismo podríamos tratar de explicar esos discursos basándonos en el rancio conservadurismo y el racismo del nacionalcatolicismo. Hoy tal vez no sea tan “políticamente correcto” hacerlo, aunque creo que mucho de ese chovinismo paleto persiste aún en nuestra sociedad. Sin embargo pueden existir también otras lecturas más profundas. 5

Dice Zygmunt Bauman, con obvia razón, que “El , (…), se bate hoy en retirada.” . Incapaz –no especifica si la incapacidad es sobrevenida o buscada- de defender a sus ciudadanos contra el mercado y la exclusión, se ve en la necesidad de “hallar o de construir una nueva en la que puedan apoyarse, en su lugar, la autoafirmación de la autoridad estatal y la 6 demanda de disciplina.” . Una vez que el Estado se decanta por esta lógica, “[l]as amenazas deben pintarse del más siniestro de los colores, de suerte que sea la no materialización de las amenazas (…) la que se presente ante el atemorizado público como un evento extraordinario y, ante todo, como el resultado de las artes, la vigilancia, la preocupación y la buena voluntad excepcionales de los órganos 7 estatales.” . No hay mucho que añadir. Es algo que en los últimos años se ha denunciado hasta la saciedad de las pretendidas razones de los gobiernos de EE UU para justificar la invasión de Irak, la de Afganistán, el apoyo a Israel… Con el fin de aumentar la capacidad de control social y de que se apoyen sin reparos excesivos auténticas barbaridades, se crean enemigos poderosísimos y amenazas inenarrables. Y por supuesto, parece que también es una buena herramienta para lidiar mediáticamente con asuntos más domésticos. Ya que nuestros gobiernos han decidido dejar de cobijarnos y es imposible defender con el discurso los recortes sociales o la subida del paro, al menos se jactan –y no dejan de repetírnoslo- de velar por nuestra cartera, por nuestra casa… por nuestras propiedades (cada vez más escasas). Otra muestra, más de andar por casa, se puede leer en los informes del Ministerio del Interior sobre inmigración irregular, donde predomina la idea de que las políticas del gobierno están obteniendo 8 “resultados” frente a la “fuerte presión migratoria” . Resultados que, en cualquier caso, no se nos han explicado previamente. Políticas “públicas” Planteado el panorama, aleccionada la opinión pública y descubiertas las intenciones, es el tiempo de las políticas. Que, como anunciábamos, presentan también muchas coincidencias. Probablemente más de las que cabría esperar por lo que sabemos, o creemos que sabemos, de las migraciones en la España franquista. Parece confirmado que el franquismo fomentó las migraciones hacia los polos industriales de dentro y de fuera de España. Pero también empiezan a aparecer datos de que eso pasó solo cuando interesó. Durante los años 40 y 50 ya se daban movimientos migratorios de enorme envergadura, como hemos esbozado al principio. Ese éxodo provocó en Barcelona primero la “alarma social”, con la proliferación de discursos xenófobos (algunos ejemplos hemos citado antes), y después, consecuentemente, la respuesta política, que de nuevo tiene enormes parecidos con las que hoy se implementan. El 6 de octubre de 1952, en pleno auge de la inmigración en Catalunya, el gobernador civil de Barcelona dicta una orden, publicada en el BOPB, en la que podemos leer: 5

Zygmunt Bauman, Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias, Paidós, 2013, pág. 118. Ibíd., pág. 119. 7 Ibíd., pág. 119. 8 Ver, por ejemplo, la página 12 del “Balance 2014 de la lucha contra la inmigración irregular”, disponible en http://www.interior.gob.es/documents/10180/3066430/Balance+2014+de+la+lucha+contra+la+inmigraci%C3%B3n+irregular.pdf 6

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“6°. Por los señores alcaldes, Jefe Superior de Policía de la Provincia, Comandantes de Puesto de la Guardia Civil y comisarías Locales existentes se impedirá en lo sucesivo la entrada y subsiguiente permanencia en sus respectivos términos municipales de aquellas personas que por no tener domicilio tuvieren que recurrir a la debiéndolos remitir a este Gobierno civil para su evacuación por el Servicio que se encuentra 9 a este efecto establecido.” De nuevo sorprende la semejanza con lo que, más de medio siglo después, encontramos en el BOE, 10 dentro de la Ley Orgánica sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros : “Artículo 53. Infracciones graves. 1. Son infracciones graves: a) Encontrarse irregularmente en territorio español, (…). b) Encontrarse trabajando en España sin haber obtenido autorización de trabajo (…).” “Artículo 57. Expulsión del territorio. 1. Cuando los infractores sean extranjeros y realicen (…) conductas graves de las previstas en los apartados a), b), c), d) y f) del artículo 53.1 de esta Ley Orgánica, podrá aplicarse, (…) la expulsión del territorio español, (…).” “Artículo 58. Efectos de la expulsión y devolución. (…) 6. Cuando la devolución no se pudiera ejecutar en el plazo de 72 horas, se solicitará de la autoridad judicial la medida de internamiento prevista para los expedientes de expulsión.” 11

Resumiendo: si no tienes papeles de vivienda, de identificación, o de trabajo , vamos a proceder a devolverte al lugar del que has venido, porque aquí “le quitas” oportunidades a las personas autóctonas, que tienen por ello más derechos. El Pabellón de las Misiones Resulta que para hacer realidad las “evacuaciones”, ya se utilizó en Barcelona el mismo sistema que está sirviendo ahora para proceder a las “expulsiones”: un centro de detención. La función que realiza hoy el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zona Franca se llevaba a 12 cabo en los años cincuenta en el Pabellón de las Misiones de Montjuïc . Inaugurado para la exposición universal de 1929, debe su nombre a que albergaba una muestra de las misiones evangélicas de España por el mundo. Tras la guerra civil se convierte en una de las numerosas extensiones de la cárcel Modelo y en el año 45 en Centro de Clasificación de Indigentes del ayuntamiento de Barcelona. A partir de la publicación de la orden de octubre de 1952, hay evidencias del uso continuado de las instalaciones del Pabellón hasta 1957. “Se comunica la evacuación definitiva, apelando a la represión de la mendicidad. Se detallan las fechas en las que se produce ese retorno forzoso. Y, calculado al céntimo, se

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Se puede leer en la edición del 5 de octubre de 1952 del diario “La Vanguardia”, accesible en su hemeroteca online. Por ejemplo, http://www.exteriores.gob.es/Portal/es/Ministerio/EscuelaDiplomatica/Documents/2013-LOEX-Ref[1].pdf 11 La Ley de 13 de noviembre de 1957 sobre el Plan de Urgencia Social de Madrid, que luego se “exportó” a Barcelona o a Bilbao, exigía “la previa demostración de poseer medios de vida suficientes, vivienda adecuada, ocupación estable y permanente (…)”. 12 Existen también referencias de otros de estos centros en Sevilla y en Madrid. 10

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especifica el coste de cada viaje. Finalmente aparecen, con nombres, apellidos, edad y lugar de origen, los 13 emigrantes a los que se expulsa. En muchos casos, familias enteras.” . “Según nuestras estimaciones, creemos que entre 1952 y 1957 fueron evacuadas desde Misiones unas 14 15.000 personas (…).” . Si, con todas las reservas imaginables, hacemos un seguimiento de las notas, que durante los primeros años de entrada en vigor de la orden, publica el diario La Vanguardia, y tomamos en cuenta que, al menos desde Hospitalet, se realizaron también algunas expediciones de “repatriación” de personas que no pasaron por Misiones, podríamos aventurarnos a elevar esa cifra aún más. En cualquier caso, se trata de un número que posee dos características fundamentales: considerando que en el periodo 1952-1957 15 pudieron llegar a la provincia más de doscientas mil personas , es claramente ineficaz como medio para combatir la inmigración; sin embargo, se convierte en una cifra suficientemente importante como para permitir una buena propaganda mediática y crear un clima de inhibición y miedo, que, obviamente, resultó infructuoso. De nuevo podemos contrastar aquellas prácticas con las actuales. Según el Ministerio del Interior, entre 2001 y la actualidad han llegado o han intentado llegar a España de manera irregular unas 210.000 16 personas extranjeras solo a través de las costas . Un número mucho mayor lo intenta por vía aérea. Desde su inauguración en 2005, por el CIE de Zona Franca han pasado menos de 20.000 personas. De 17 ellas, aproximadamente la mitad habrían sido expulsadas . En este periodo, la población catalana, como decíamos en el primer apartado, ha crecido en más de un millón de personas fruto de la inmigración. ¿Qué sentido tiene entonces el uso de los CIE? A efectos de control numérico de personas ninguno, por descontado. Pero resulta ser una herramienta que en conjunción con otras resulta llamativa. Ha tenido buena prensa entre un gran sector de la sociedad –algo que afortunadamente está cambiando-, porque el discurso oficial siempre ha pretendido hacernos creer que quienes eran encerradas en el CIE eran delincuentes. Y a la vez que funciona como elemento de legitimación, permite crear un clima de miedo e inseguridad, haciendo más difícil aún si cabe la vida de las personas recién llegadas. Las redadas racistas Para “llenar de contenido” estas verdaderas cárceles, había (hay) que salir a buscar “ilegales”. En los años cincuenta, en Barcelona, esto “significará el despliegue de un aparato represivo de la inmigración que no tendrá en los barrios de barracas su objetivo principal, sino que también actuará en los puntos de llegada 18 de los inmigrantes, fundamentalmente las estaciones de ferrocarril y el puerto de Barcelona.” . La mayoría de las personas llegaba a bordo del “sevillano”, un tren que tardaba tres días en hacer el recorrido desde la capital andaluza. Como ya sabían de la existencia de las redadas, buscaban maneras de evitarlas, como podría ser apearse del tren, aún en marcha, antes de llegar a la estación. “Una noche vinieron, nos sacaron de la cama, nos llevaron a Montjuïc. Un policía le dijo a mi madre que se llevara mantas si las tenía porque íbamos a Misiones y allí hacía mucho frío. Era una nave muy ancha, muy grande. Había gente a los dos lados y en una parte de un lado había como unas pequeñas celdas. *…+. Y allí había corros de personas, familias enteras, arrimadas a la pared, con su miedo y sus historias, 19 porque aquello era… teníamos mucho miedo, no sabíamos porqué ni porqué no, te habían metido allí.” . 13

“La vida en una maleta”, Informe Semanal, 17 de octubre de 2009; disponible en http://www.rtve.es/alacarta/videos/informe-semanal/informe-semanal-vida-maleta/607147/ 14 Imma Boj y Jaume V. Aroca, “El Pavelló de les Missions: la repressió de la immigració”, L’Avenç, nº 298, enero 2005. 15 Extrapolando los datos presentados al inicio del presente documento y en consonancia con otros publicados en el artículo citado en la nota 1. 16 Balances del Ministerio del Interior disponibles en http://www.interior.gob.es/es/web/interior/prensa/balances-e-informes e informe de la APDHA, http://www.apdha.org/media/Informe_FS2010-11.pdf. 17 Estimaciones propias e informes de Defensoría del pueblo: http://www.defensordelpueblo.es/es/Mnp/Defensor/anuales.html 18 Imma Boj y Jaume V. Aroca, “El Pavelló de les Missions: la repressió de la immigració”, L’Avenç, nº 298, enero 2005. 19 “Barraques, l’altra ciutat”, 30 minuts, TV3, 5 de abril de 2009; disponible en http://www.tv3.cat/pprogrames/30minuts/30Seccio.jsp?seccio=reportatge&idint=1243

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A día de hoy, y bajo el paraguas de “legitimidad” de la Ley de Seguridad Ciudadana, las ilegales redadas se extienden también por numerosos lugares: por los barrios donde se concentra la población inmigrante; por locutorios o bocas de metro, por estaciones de tren y de autobuses. De nuevo se puede deducir que la finalidad no es condicionar los flujos migratorios, sino ejercer medidas de control, de miedo, que impidan desarrollar una vida normal. “Yo estaba trabajando en Soria, en la limpieza, en tres casas, y luego, cuando bajaba la escalera, me cogieron cerca de mi piso, me cogieron a mí y me dijeron que tenía no sé cuántas horas para presentar un 20 precontrato de trabajo. Mi jefa, como me quiere mucho, presentó todo, y al final no me sirvió de nada.” . Las “devoluciones” El mismo tren utilizado para llegar a Barcelona, el “sevillano”, era el medio por el cual se devolvía a las personas (“En muchos casos, familias enteras.”) al lugar del que habían partido. “El que ya lo sabía, sabía que había un señor que se llamaba ‘el gravao’, que era la policía municipal de aquí, de Barcelona. Y estaba esperando que viniéramos los emigrantes para cogerlos y llevarlos a 21 Misiones, pelarlos y mandarlos para su pueblo.” . Hoy día el proceso es algo más complejo, pues los orígenes de las personas son más lejanos y más diversos, y bastante más violento. Aquí sí que podemos decir que existen evidentes diferencias. Un relato completo, detallado y estremecedor de las actuaciones policiales en estos viajes de deportación nos lo ofrece el libro “Paremos los vuelos. Las deportaciones de inmigrantes y el boicot a AirEuropa”, publicado 22 por El Local Cambalache y disponible en su web . Y también las historias son mucho más duras de las que generalmente habíamos escuchado contar… “Nos detuvieron y metieron en los camiones, nos llevaron a Oujda. Allí había mucha gente y empezaron a separarnos. La gente gritaba porque separaban a las madres de sus hijos, a parejas. Sentíamos que algo estaba pasando, algo que no era normal, y después nos empujaron de nuevo a los autobuses y después a los camiones. Los hombres iban esposados. Nos abandonaron en el desierto por la noche. A las mujeres les dejaban una botella pequeña de agua y algunos militares nos pedían perdón por lo que estaban haciendo. Estaba oscuro y comenzamos a oír disparos. Todo el mundo corría, era una avalancha de africanos. Perdí a mis hijos en el tumulto, en la oscuridad, en el caos, en el miedo. Parecía como si estuviese de nuevo en Congo bajo el fuego; era lo 23 mismo y el terror se apoderó de mí.” Historias privadas Después de haber hecho un superficial repaso por las actuaciones oficiales, nos queda dejar que hablen las personas. Cuáles eran (y son) sus razones para migrar, cómo se las arreglaban y cómo se las arreglan para hacerse un hueco en una sociedad cuanto menos desconfiada… Y volvemos a encontrar consonancias evidentes. “He salido de mi país en el año 2000. Los ruandeses entraron en casa, mataron a mi marido y violaron a mi primera hija delante de mis ojos. En ese momento, fui a esconderme con mis hijos. Busco un país con 24 derechos, la Europa del asilo, la Europa de los derechos humanos.”

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Voces desde y contra los CIE, Ferrocarril Clandestino, octubre de 2009, pág. 23. Nota 14 22 http://descargas.localcambalache.org/paremos_los_vuelos.pdf 23 “Los derechos de las mujeres migrantes. Una realidad invisible”, Women’s Link Worldwide, 2009. 24 Ibíd. 21

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“Bueno, pues cuando nos vinimos a Barcelona fue porque en el pueblo (…), pues mi padre ayudaba a los maquis. Y así pues a consecuencia de aquello, a mi padre lo cogió la Guardia Civil y lo mataron. Y a nosotros pues nos metieron en la cárcel. Estuvimos no se si fueron 10 o 15 días a pan y agua.”. “Llegamos aquí, nos meten en la barraca y aquello fue indigno. Y no nos volvimos porque no teníamos dinero para podernos volver para Jaén otra vez.”. “La barraca era muy pequeñita, de madera. (Eran 3 metros cuadrados). Cabía la cama justa. Tú y la mama, y la Carmen, dormíais dentro, y nosotros en la playa, porque no se cabía, hasta que la hicimos más grande.”. “Ahora se habla mucho del ocupa. Pero es que mi madre en aquella época ya hizo de ocupa. *…+. Le dio una patada a la puerta (…) y nos metimos ahí. Y era la barraquita que no tendría ni cuatro metros cuadrados. Primero vivíamos todos, todos, en los mismos metros cuadrados. No teníamos agua, no teníamos luz, no teníamos nada.”. “Y que si ibas a pedir trabajo, si decías ‘vivo en Somorrostro’ [uno de los barrios de barracas de Barcelona en los años cincuenta] ya no te cogían. Eso era por descontado.”. “La gente de barraca éramos como… (un mundo aparte)… sí, era como si fuéramos los malos de la película. vivir en una barraca significaba que te marginaran, que te… Como si viviéramos aquí por 25 capricho, porque éramos unos maleantes. Sí, sí, era así.” . “Lo peor es ser negro. Hasta ahora cuando veo a la policía me piden papeles. Hay sitios donde sabes que siempre hay policía. Pueden sacarte del tren o del metro para pedirte papeles. Dicen: ‘Estamos buscando 26 delincuentes’, pero delincuente no es ser negro. Hacen selecciones de razas sobre la piel.” Conclusiones Como hemos visto, proliferaban y proliferan los discursos abiertamente xenófobos, identificando inmigración con delincuencia o, cuando menos, con vagancia, dejadez, suciedad. Se construía y se construye una legislación especial, para controlar el problema se decía y se dice, cuando no hay una gestión real posible en términos policiales. Se buscaba y se busca a las personas en las estaciones de tren, en la calle, en las plazas donde espera(ba)n encontrar algún trabajo informal. Imagino que ayer, como hoy, eran en general fácilmente identificables, quizás entonces no tanto por el color de la piel, pero seguro que por las marcas profundas de la vida campesina. Las buscaban también en los barrios de barracas para sacarlas de sus casas; hoy en los barrios degradados, convenientemente “guetificados” para practicar la represión con mayor impunidad. Sin posibilidad de protesta, se apelaba y se apela a las leyes para encerrarlas, convirtiendo el encierro en un castigo sin delito. Se las desterraba y se las destierra sin preocuparse de si allá de donde eran, de donde son, corrían o corren peligro, o les quedaba o les queda algo con que mantenerse… Atizando el miedo, el rechazo, la concepción de que aquí (un “aquí” que puede tranquilamente cambiar, hacerse más grande o más pequeño, tener unas u otras características) éramos y somos más civilizadas, más respetuosas con el prójimo y con las leyes, era y es posible justificar todo eso. Con este pequeño trabajo he intentado mostrar que las leyes xenófobas se aplicaban y se aplican, tanto en los franquistas años cincuenta como en el “democrático” siglo XXI, a personas de la misma nacionalidad o de otras, indistintamente, de forma coyuntural, lo mismo que se aplicaban y se aplican en 25 26

Nota 20. “Parad el racismo, no a las personas. Perfiles raciales y control de la inmigración en España”, Amnistía Internacional, 2011.

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muchos sitios leyes que discriminan a personas de distintas creencias, opiniones u orientaciones sexuales. Por no hablar del sexo/género. Me gustaría que este pequeño ejemplo sirviera para cuestionarnos la aparentemente sólida identificación entre ciudadanía y derechos que tan apegada está a nuestra sociedad actual y que tanto se encargan de fomentar los poderes. En su aparición, con la revolución francesa, el concepto de ciudadanía excluía a las mujeres y a las personas sin propiedades. Durante el franquismo una idea similar servía para encarcelar y expulsar a personas de otras regiones del país. Hoy día, en esta Europa en la que conviven el espacio Schengen de libre circulación de personas (europeas, por supuesto), el dispositivo FRONTEX de control de las fronteras exteriores y los CIE, las redadas y las deportaciones como sistema de legitimación de un supuesto control de los flujos migratorios, la “ciudadanía” se ha convertido en el más preciado “don” que tenemos quienes hemos tenido la suerte de nacer a este lado de la frontera, pero que excluye a quienes lo han hecho más allá. 27

Como dijo Martin Niemöller : Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista, Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata, Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista, Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío, Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.

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http://es.wikipedia.org/wiki/Martin_Niem%C3%B6ller#Frases_c.C3.A9lebres

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