Inglés como lengua vehicular en la construcción hegemónica del conocimiento

July 19, 2017 | Autor: M. Di Gesú | Categoría: Teaching English As A Foreign Language
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Descripción

Inglés como lengua vehicular en la construcción hegemónica del conocimiento

M. Gabriela Di Gesú Programa Universitario de Enseñanza de Lenguas Extranjeras Universidad Nacional de General Sarmiento.Inglés: Lenguaje, conocimiento.

hegemonía y

Resumen El inglés estándar, lingua franca, es la lengua vehicular utilizada para construir y reproducir el conocimiento científico - técnico, desarrollar negocios, actividades políticas y lúdicas. Esta comunicación tiene por objetivo desnaturalizar las concepciones subsumidas sobre la lengua inglesa desde su sentido político- comercial, un bien negociable, y religioso, un designio divino que es necesario cumplir. Hoy se ve cómo el proceso de globalización se apropia y la recrea transformándola en un sociolecto que adquiere características distintivas como dispositivo de comunicación según la comunidad de hablantes que se aparta de alguna forma de la comunidad original. Su ubicuidad habilita el cuestionamiento sobre su papel como modeladora de formas de pensamiento. Este trabajo releva, en la filogenia, su constitución como pieza clave en la construcción de la hegemonía, como vehículo portador del eurocentrismo y de actualización de muchos de los supuestos que parecían quedar de lado en la visión de un mundo global. Se enmarca en la perspectiva sobre la hegemonía (Laclau, E & Moufe, C, 1987), los análisis sobre inglés estándar (Crystal, D, 1987, 2010, Widdowson, 1994) y los estudios poscolonialistas (Boyle, 2003, Canaragarajah, 2004). Se decide por la perspectiva de la mente mediada (Valsiner, 2013, Lantolf, 2012) para el análisis de las entrevistas a distintos escritores no nativos de prosa inglesa disponible en el curso de acceso abierto, Global English, de Open University con el objetivo de ejemplificar la manera en que se ha construido esta lengua vehicular en distintas regiones del mundo. Considerar que inglés estándar es un signo semiótico global que homogeniza los distintos sociolectos y un objeto construido funcional a los propósitos pedagógicos institucionales implicaría el desarrollo de didácticas basadas en géneros con corpus de textos auténticos que habiliten a los estudiantes a alcanzar la literacidad en inglés en el área de incumbencia.

Introducción El inglés como lingua franca es el idioma más utilizado para difundir el conocimiento científico y entablar negociaciones en las sociedades contemporáneas. Su preminencia nos lleva a cuestionarnos su papel modelador de distintas formas de pensamiento y en el mantenimiento de la hegemonía. Sin embargo, en un mundo que pregona el fin del eurocentrismo (Ecco, 2013) puede verse cómo los procesos de globalización se apropian y recrean una lengua que lentamente va tomado características distintivas como dispositivo de comunicación entre comunidades no nativas de la lengua y que se aparta de alguna forma de la comunidad que la origina. El presente trabajo intenta explorar cómo el idioma inglés se ha constituido en una pieza clave en la construcción de la hegemonía y en vehículo portador del eurocentrismo y cómo su uso actualiza muchos de los supuestos que aparentemente quedan de lado en la perspectiva de un mundo global. En torno a la lingua franca El discurso se origina y se recrea en la vida social, a la que, a su vez modela. La persona tiene a sus disposición un repertorio comunicativo que puede estar constituido por una o varias lenguas o distintas variedades lingüísticas que elige en interdependencia del contexto de acción. El uso de una lengua distinta de la nativa implica una serie de mecanismos cognitivos, socioculturales y afectivos que se ponen en acto para poder transmitir aquello que se creó o se pensó en la lengua 1 (L1) o lengua nativa pero que necesita expresarse en la lengua 2 ( L2) o lengua extranjera 1. La elección que se hace de los elementos de la L 1 para la construcción del discurso cotidiano es generalmente inconsciente para el individuo, empero no suele ser así al tener que utilizar la L2 en contextos formales y elaborados o recreativos. La L1 permite que el sujeto modele su agencia y conciencia a nivel intrapersonal e interpersonal con los sujetos adultos en prácticas de construcción de significado indiciales, intertextuales y metadiscursivas ( Thibualt, 2004:19). En un proceso dinámico, el sujeto construye su conocimiento del mundo, su sistema de valores y creencias. La lengua internalizada habilita la jerarquización de conceptos, su destrucción y reconstrucción. En su externalización, la realidad social experimentada se construye, recrea, mantiene o se cambia Así, el sujeto opera en la construcción de valores y creencias propios y de otros individuos en una diálogo permanente (Valsiner, 2005). La lengua es un dispositivo poderoso que permea la concepción del mundo que posee el sujeto. 1

Para este trabajo consideramos Lengua 1 / L1 como la lengua de origen y Lengua 2/ L2 como las otras lenguas que habla el individuo.

En línea con esta perspectiva, sin embargo, la lengua 2 puede considerarse como un signo con el que el sujeto negocia distintos significados. Puede ser la lengua de herencia (heritage language). Puede representar la lengua del progreso social, que habilita la inserción a una comunidad imaginada o deseada, o que genera crispación ante la obligación de dominarla (Cassen, B 2003). También puede ser la lengua homogeneizante, que habilita el acceso a otros conocimientos y a la interacción con el Otro fuera de su comunidad de habla. Esta negociación de estos posibles significados se tamiza y se filtra a través de la L 1. El idioma inglés suele ser considerado como lingua franca. En sus orígenes, este término se utilizaba para denominar a una lengua hablada en el Mediterráneo, una especie de italiano con rasgos de francés, griego y árabe, utilizado en las transacciones comerciales (Boyle, 2003). En la actualidad, Firth define a ELF (English as a lingua franca / Inglés como lengua franca) como la lengua de contacto que los individuos que no comparten una lengua o una cultura eligen como medio de comunicación (Firth, 1996 en op.cit) Boyle lo considera una forma de inglés estándar usado como medio adecuado de comunicación internacional (op.cit). Es una variedad dialectal que lentamente va adquiriendo ciertas particularidades que lo diferencian del idioma hablado por los nativos. Permite la comunicación de ideas y el intercambio de información entre pueblos que no hablan inglés y conlleva un mensaje altruista de promoción del lenguaje y la cultura (Caneragarajah, 1996:406 en op cit). Sin embargo, también es visto como momento en el imperialismo lingüístico, como el paradigma de la difusión del inglés (Phillipson & Skutnann-Kagan, 1996 en op cit) o como una lengua distribuidora de desigualdad (Pennycook, 1994: 255 en op cit.). Esta semiosis, como proceso complejo de construcción de significados, modifica tanto al signo, el idioma inglés, como al sujeto, que necesita hablarlo. Hegemonía, cultura y eurocentrismo. Inglés al servicio de la hegemonía. La metáfora lingua franca, o esa lengua en la todos pueden entenderse refiere también, el concepto de hegemonía. Laclau & Mouffe argumentan que la hegemonía alude a una totalidad ausente. En el devenir histórico, Gramsci la define como el concepto clave para la comprensión del tipo mismo de unidad existente en toda formación (Laclau & Mouffe, 1987: 15). El inglés ocupa el lugar vacante del latín e insinúa esa reminiscencia a la unidad de la cultura griega o la mítica Torre de Babel. En el mundo occidental, esta ilusión de comunidad universal comunicada canaliza la búsqueda de una unidad perdida (Laclau & Mouffe, 1987:106) que permite, en apariencia, vencer la fragmentación que imponen las lenguas locales. Hölderlin habla de dos ideales de existencia. La simplicidad como ideal en que necesidades, acuerdos y poderes se armonizan según la organización de la naturaleza y el otro refiere al acuerdo entre necesidades y poderes que se diversifica y fortalece en la organización que nosotros podamos darnos a nosotros mismos ( Laclau & Mouffe, 1987:106). El idioma inglés, como lingua franca, se ajusta a este ideal hölderliano.

En el mundo antiguo, una vez desaparecida la cultura griega, el latín permitió la comunicación de ideas en el mundo laicos y religioso. Cruzó las fronteras geográficas en distintas áreas de conocimiento y mantuvo el pensamiento hegemónico en Europa. Los distintos acontecimientos que acompañaron la irrupción de Lutero y su prédica en la lectura individual de la Biblia en lenguas locales conmovieron el orden imperante, contribuyeron a la fragmentación de la Iglesia y con ello, al quiebre del pensamiento hegemónico. Este quiebre condujo a la validación de las lenguas vernáculas como constructoras del conocimiento y al surgimiento de una multiplicidad de voces. Así, las lenguas europeas se “especializaron” según la disciplina. El francés fue en algún momento el idioma de la diplomacia y las artes, el alemán la lengua de la filosofía como decía Heidegger, el italiano, la lengua de las artes y de la música. En este devenir histórico, Gran Bretaña se autoimpuso cierto deber moral. En el apogeo del imperio británico, Thomas DeQuincey argumentaba que el inglés cumplía un rol al que había sido destinado, avanzar hacia su misión última de devorarse, como el bastón de Aaron a todas la otras lenguas 2 (Pennycook, 1994: 73, en Boyle, 1997). De este modo, este mandato religioso se encabalga al rol de transmisor de relaciones de producción capitalistas (Laclau & Mouffe, 1987: 115) en el que tienen lugar distintas y variadas prácticas y discursos. Hacia fines del siglo XX, el British Council3 consideraba el idioma inglés como un recurso que la naturaleza le da a Gran Bretaña para que su explotación, una commodity, pero también lo percibía como la expresión de una voluntad divina que era necesario cumplir. Una suerte de elaboración del sentido misionero y altruista que impregnó la enseñanza de inglés, en especial en Asia, …“nuestro lenguaje es un bien mayor, aún más que el petróleo del Mar del Norte, es inagotable, y es más, aun cuando no tenemos el monopolio, nuestra marca en particular es considerablemente cotizada y necesitamos invertir en él y explotar al máximo este beneficio que Dios nos dio (British Council, 1983:4). Al reconocer que no tienen el monopolio, la idea de una variedad lingüística recurso natural explotable, inacabable, regalo divino, en competencia con otras variedades se conjuga en la idea de una lengua como bien de transacción y exportación que es imperioso explotar. Si bien esto que puede ser visto como un suceso del pasado, el afiche del British Council de Argentina difundido en ocasión de la semana del inglés 2013 actualiza la idea. Inglés se propone como instrumento de comunicación y como “ gateway”, es decir la entrada o puerta ( exitosa) a otras culturas4.

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Traducción para este trabajo. British Council: Organismo internacional del Reino Unido para las oportunidades educativas y las relaciones culturales. 4 El diccionario Collins define gateway: a means of entry or access ⇒ Mumbai, gateway to India. 3

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Podemos entonces decir que como organización, el idioma inglés articula o media una sociedad fragmentada. En palabras de Laclau & Mauffe, un intento poderoso para domesticar las diferencias en una sociedad industrial avanzada con crecientes niveles de asimetría y de dificultad lo que obstaculiza su fijación por la práctica social como momentos dentro de una estructura articulatoria estable (Laclau & Mouffe, 1987:109). De este modo, su rol como instrumento de la organización que supimos darnos a nosotros mismos se suma al carácter natural de su existencia. Según Mc Arthur, “el inglés, … con su base impresa es, al final del siglo XX, un logro marcado al servicio de toda la raza humana como la primera lengua franca global de alto nivel. Si tal entidad no existiera todavía, la aldea global hubiera tenido que inventarla (Boyle, 2003). Esta pretensión de instrumento de articulación de culturas e idiosincrasias se plasma en una política de inversión y de expansión que acompañó al período colonial y se prolonga en el poscolonialismo. Si inglés era el bien deseable e importable para convertir a sujetos y comunidades en la comunidad deseada, en el poscolonialismo se continúa en la práctica articulatoria que constituye y organiza las relaciones sociales (Laclau & Mouffe, 1987: 109). Hacia el interior de la lengua, su fin hegemonizante se diluye, en las fragmentaciones que se producen en las variables dialectales y sociodialectales y hacia el exterior, su presencia acentúa las diferencias sociales y al acceso a la información global entre quienes la hablan y quienes no. Lograr que el inglés se convierta en una lengua exportable, constructora de hegemonía ha requerido una intervención sobre una lengua no regulada por una institución como tiene el español en la Real Academia Española. Como productos de esa intervención, surgen el inglés estándar y el inglés académico. Como todo producto, pueden mercantilizarse a 5

El slogan juega con las palabras Inglés es grande / inglés es Gran Bretaña.

través de libros comerciales y su fijación a estándares determinados, los aleja del dinamismo cambiante propio de la lengua hablada. El inglés estándar, en sus orígenes, constituyó uno de los muchos dialectos ingleses típicos del área oriental de Gran Bretaña. Su prestigio deriva de sus usuarios y de la representación como “el inglés correcto”. Es un sociolecto típico de la clase alta inglesa y de la realeza hablado en ambientes formales que se aleja del inglés hablado en la sociedad en su conjunto no sólo en el nivel léxico sino también en la gramática, ortografía, puntuación (Crystal, 20126). Esta variedad comercializada a través de libros destinados a cursos de idioma también genera diferencias al interior de la lengua. Constituye un instrumento articulador con características más similares a la lengua escrita que a la oral. Un instrumento con carácter artificial (Laclau & Mouffe, op cit) de toda recomposición. Su artificialidad como dispositivo la torna más fácilmente apropiable, permite la comunicación entre individuos de distintos orígenes y de distintos lugares del mundo, incorpora la variedad de acentos propios de quien la habla. No obstante, cuando individuos que hablan inglés como L2 se implican en una conversación con nativos de inglés surgen dificultades en la comprensión mutua. Laclau & Mouffe definen a la articulación como la práctica que establece una relación tal entre elementos que la identidad de éstos resulta modificada como resultado de esa práctica (Laclau& Mouffe, 1987:119). En esta perspectiva, en las sociedades donde el inglés es una lengua extranjera, sólo hablada en contextos formales, la relación individuo /conocimiento en inglés, individuo / individuo extranjero se articula a través del inglés estándar en tres pasos en los que cada integrante de la tríada se modifica como resultado del proceso.

Individuo

Individuo

Lengua 1

Lengua 1

inglés

inglés

conocimiento

conocimiento

El individuo utiliza el idioma inglés para apropiarse del conocimiento no escrito en su L1, para comunicar sus hallazgos o con fines recreativos. Pone en juego una serie de mecanismos que implican no sólo conocer la lengua, sino también una serie de negociaciones de significado al interior y al exterior del sujeto. En un proceso de 6

Conferencia

internalización y externalización (Valsiner, 2013), el sujeto dialoga con lo que sabe, con sus expectativas de logro, con su percepción de sí mismo, con su conducta orientada a futuro y con su fisiología es decir su capacidad de audición y de pronunciación de ciertos sonidos. La L1 como tamiz del proceso opera en distintos planos según la capacidad comunicativa del sujeto en la inglés. Los hablantes inexpertos necesitan de la mayores recursos de memoria para traducir cada vez que necesiten comunicar algo mientras que este procedimiento se hipergeneraliza en el hablante experto. Pero, aun de manera no conciente, todos recurren a la L1 para construir el conocimiento. De este modo, la recreación continua de la práctica de procesamiento del discurso modifica cada componente de la triada. Colonialismo y poscolonialismo Hacia el siglo XIX, la cultura europea, con su carácter de particular, pasa a cumplir funciones de universal y por ende deseable e importable (Laclau, 1996) por miembros de otras culturas consideradas antagónicas a ese ideal civilizador que Europa reflejaba. La necesidad creada de transmitir ese universal deseable transformó los intentos imperialistas europeos en una misión evangelizadora hacia los pueblos pensados sin historia o con una historia distinta a la considerada culta. La presencia de resistencia se consideraba como parte del proceso colonizador. El antagonismo planteado entre civilizados e incivilizados se suturaba con la imposición de la cultura europea en un proceso articulador a través de la enseñanza del inglés y del francés. Empero, el inglés de 1877 era mucho más homogéneo que el de hoy debido a la escasa movilidad social imperante que tornaba muy difícil la interacción con otros acentos o dialectos (Crystal, 2002). La necesidad creada de comunicarse en una lengua distinta de la L1 o también distinta dentro de la familia de dialectos bajo el nombre de idioma inglés implica la reflexión sobre cómo el individuo percibe esta demanda y la resistencia que le genera. En la sociedad del conocimiento y la tecnología, hablar en inglés estándar en palabras de Bourdieu es el capital cultural necesario para el desarrollo, el éxito y el avance social. Es el inglés de trabajo, el académico, de los medios. Se enseña tanto en la academia angloparlante como fuera de ella. La carencia de esta competencia se percibe como una hándicap negativo, como una restricción al acceso a la tecnología y a la participación en la discusión mundial (Unesco, 1994). Podría hablarse de una lengua “disglósica” que mantiene las características del inglés estándar como vehículo de comunicación junto con las variedades locales que pueden tornarse ininteligibles para el hablante angloparlante al mezclarse con la L1 como es el caso del Singlish — inglés de Singapur (Crystal, 2002). Así la lengua, ahora universal genera particularidades que pueden articularse entre sí y conviven en apariencia en forma paralela. La reificación del inglés estándar como una mercancía genera un sinfín de dispositivos que mantienen una estructura que resiste al cambio y a la variación. Diccionarios y libros de

gramática muestran sus usos y solo unos pocos, atienden las variaciones gramaticales o léxicas que tienen lugar según se hable. En los textos, se escuchan distintos acentos pero las nuevas voces suelen ser identificadas como extranjeras. El advenimiento de las tecnologías de la comunicación ha permitido el desarrollo de los diccionarios en línea. El aporte de los usuarios ha habilitado y legitimado el ingreso de las variedades. Si lo universal y particular se muestran en un juego continuo de cambio de posiciones, las identidades que se asocian también se encuentran en constante cambio. Hacia el 1995, Laclau postula que cada identidad es diferencial y relacional. Su existencia depende de la presencia de otras identidades y un espacio global en el que se desarrollan esas diferencias. Las relaciones que se dan entre ellas constituyen relaciones de poder ya sea de subordinación o exclusión, como también la posibilidad de desarrollos separados, que admite las diferencias pero ignora las relaciones de poder que las mantienen (Laclau, 1995: 54). En el caso del idioma inglés, las relaciones de identidad nacionales con respecto de la lengua estándar en el poscolonialismo se dan en forma dispar entre los países del ex imperio. En el Hong Kong del siglo XIX, la educación escolar se impartía en chino con un fuerte énfasis en la enseñanza de inglés. Era conducida por misioneros angloparlantes que también aprendían chino. El desarrollo de la colonia impulsó a las familias a educar a sus hijos en inglés y originó la percepción del inglés como la lengua del éxito económico: las familias preferían la educación religiosa anglicana impartida en inglés por sobre la educación laica. Este debate sobre el vehículo de instrucción escolar, la prevalencia del inglés sobre el chino, motivó que al retirarse Gran Bretaña en 1998, distintos movimientos sociales obligaron a dar marcha atrás a políticas educativas que intentaban volver a colocar al chino como lengua escolar obligatoria y hasta impulsó la emigración familiar ante la posibilidad de que sus hijos no fueran educados en inglés. (Boyle, 2003) En otras excolonias, se dan distintas situaciones. El Ministerio de Educación de Nueva Zelanda reconoce que la instrucción en inglés del pasado generó entre los neozelandeses esa sensación de inseguridad lingüística de no saber si hablan en forma correcta ( Ministry of Education, Nueva Zelandia, 1996). Hoy establece cuál es su propio inglés estándar en el ámbito escolar. En cambio, el hablante anglocanadiense, consciente de los elementos distintivos del inglés canadiense, no está dispuesto a admitir que usa mal la lengua, a pesar de no encontrar las palabras que usa en algún diccionario de inglés estándar británico o americano. Como tampoco asumen los hablantes de otros dialectos de inglés que cometen errores cuando usan una palabra o una pronunciación desconocida (Fee & Mc Alpine, 2007)7.

En China durante la Revolución cultural, el inglés era la lengua del malo y hello (hola) era considerada una mala palabra. Sin embargo, se enseñaba inglés en las escuelas con textos y traducciones locales. Esto dio lugar a situaciones de comunicación extrañas. Así recuerda la escritora Jung Chang8 Nos enseñaban inglés con textos escritos por profesores chinos. En chino, el saludo inicial es ¿a dónde vas? ¿ qué comiste? y por ende, los chinos usábamos esta frase traducida al inglés para saludarnos en esta lengua. Cuando pude viajar a Londres, anduve de un lado al otro saludando a la gente de ese modo, sin darme cuenta de lo que decía. Hoy, en la nueva apertura china inglés, inglés se percibe como la lengua de negocios y su enseñanza es furor, junto con la contratación de profesores extranjeros, la importación de lingüistas para capacitar el profesorado universitario y la posibilidad de intercambio docente para la capacitación de los profesores chinos en universidades británicas o americanas. El caso sudafricano tiene otra arista. Laclau señala que el argumento de mantener identidades puras en el discurso del apartheid, no solo es parte del discurso del dominante sino que también alcanza al oprimido (Laclau, 1996: 58). Afirmarse como oprimido es reconocer la diferencia que lo aleja del grupo opresor. La lógica del nosotros no somos ellos sirve para unos y otros. Las identidades en el posapartheid se invierten pero mantienen esta lógica de dominación; el grupo oprimido pasa a ser opresor y la manera de superarlo sería según Norval colocar al mismo apartheid en el lugar del otro. Con esta lógica de marco, el uso del idioma inglés como lengua vehicular es parcialmente aceptado. Inglés no es visto como la lengua del opresor, como es el afrikáans, sino como lingua franca en un contexto multilingual, elegido por razones prácticas al interior del país y en el mundo global. Neville Alexander9 explica que los niños tienen el derecho de hablar en su lengua madre o afrikáans como también tienen el derecho de hablar inglés como pasaporte al mundo global y crecimiento. Considera que el multilingüismo reconoce el valor de cada lengua particular y el rol de inglés como vehículo del conocimiento. Según Alexander, da la posibilidad de la opción10, en otras palabras, emancipa. No obstante, Mutombo plantea que sólo las lenguas africanas son aptas para la enseñanza del currículo escolar y que cualquier otra lengua no dará cuenta de la complejidad africana (Mutombo, 2007). Laclau menciona que la proliferación de identidades étnicas, nacionales, sociales y políticas no implica la desaparición del sujeto sino la consideración de un sujeto 8

Jung Chang es una escritora británica nacida en China. Extracto de la entrevista publicada en el curso en línea “Global English, the language of controversy?” The Open University. Traducción para este trabajo. 9 Neville Alexander, director del LANGTAG, organismo creado para la planificación lingüística en Sudáfrica. 10 Entrevista publicada en el material del curso en línea. Global English, the language of controversy? The Open University, 2012 accesible en iTunesU

multifácetico en constante construcción en su interacción con el ambiente. Así la universalidad del sujeto, en cierta manera, no puede ser diferenciada de la particularidad que las identidades muestran. Estos ejemplos permiten ver cómo la tensión existente entre grupos étnicos y culturales en África en reafirmar sus diferencias podría conducir al autoapartheid que señala Laclau. Pero también implica el establecimiento de jerarquías de dialectos como el caso de Nueva Zelandia o a la aceptación de la existencia del otro reconociendo las diferencias como el caso canadiense. Hablar inglés ¿Un significante vacío? Entonces, la expresión “sé inglés” puede significar muchas cosas, sé gramática, leo inglés, hablo inglés, lo escribo. Mouffe propone que un significante vacío puede surgir si la significación en cuanto tal está habitada por una imposibilidad estructural y si esta imposibilidad solo puede significarse a sí misma como interrupción de la estructura del signo (Mouffe, 70). El análisis anterior permite ver cómo la expresión “sé inglés” puede actuar como un signo a cuyo interior una cadena de significados queda subsumida en el proceso de significación. Podría hablarse de un límite neutral continuo que se desandaría en otros significados específicos

¿Qué variedad dialectal?

Sé inglés

¿Qué competencia? ?

También podría hablarse de la cancelación de las diferencias, que llevaría a pensar en la existencia de un solo inglés universal con solo dos variedades dialectales reconocidas como legítimas e irreconciliables, inglés americano o británico, pero se cancelan los otros dialectos. Si seguimos el desarrollo conceptual de Rosa Luxemburgo, la función de del significante vacío es renunciar a sus diferencia a los efectos de representar la identidad puramente equivalencial de un espacio comunitario. Su presencia como SV es condición de la hegemonía ya que se lo presenta a la sociedad como como el agente que realizará objetivos más amplios, la puerta exitosa a otras culturas o metáfora de la lingua franca, lengua de encuentro entre culturas que oculta las diferencias que se dan al interior y al exterior de la cada lengua y cultura.

Inglés en Argentina Según Allieud, el nuevo orden social de fines de siglo XIX reclamaba a la escuela de educación del pueblo y la transmisión de la cultura considerara “legítima”, neutralizando así la influencia percibida como negativa de la familia de menores ingresos y la familia inmigrante. La importación de inmigrantes considerados como poseedores de los conocimientos idealizados, George Stearns y las docentes estadounidenses, marcó el inicio de la estructuración del sistema escolar argentino con la fundación de las escuelas normales. Al replicarse el sistema escolar bostoniano, los libros escritos en inglés se traducen al español por estas mismas docentes a medida que aprenden la lengua vernácula (Allieud, 1993). El idioma inglés y la cultura bostoniana del orden, la limpieza , con rasgos militares quedan subsumidas en un sistema escolar cuyo currículo oculto todavía refleja trazas y remembranzas de este origen. Estos primeros docentes fueron los formadores de los pedagogos “normalizadores” quienes luego sentarían las bases metodológicas, políticas y didácticas. Según Dussell, el magisterio estadounidense consideraba que las escuelas de fin de siglo XIX estaban desorganizadas y por eso, la uniformidad era necesaria, y esa uniformidad se dio en la implementación de una vestimenta obligatoria (guardapolvo blanco), el diseño de una arquitectura de aula, la asignación de espacios y la prescripción de movimientos que volvían a los niños en sujetos dóciles y a la escuela en un lugar de pulcritud en donde se limaban las diferencias que solo podían notarse según el rendimiento individual. Notas finales Cuando comenzamos este trabajo, buscamos problematizar un significado aparentemente aceptado como es el inglés como lingua franca que comunica pueblos y culturas, un vehículo del progreso social. Es innegable el valor agregado que trae consigo hablarlo y entenderlo, como también lo es que la comunidad académica lo utiliza en sus variedades dialectales y en su jerga especializada como la lengua para la construcción y la difusión de conocimiento. En un encuentro reciente con académicos de distintas universidades del mundo, esta doctoranda les preguntó en que idioma construían el conocimiento. Quienes hablan inglés con fluidez, respondieron prontamente en inglés, para luego reconocer que si tuvieran que expresar sus ideas en su L1 carecerían del vocabulario adecuado. Otros manifestaron utilizar su L1 para entender esas expresiones que no se expresan en inglés con claridad. Y otros, muy pocos señalaron como la homogeneización de los conceptos ocultaba la riqueza de una investigación, como es el caso de las distintas formas de blanco que posee la lengua esquimal. Por otro lado, si la lengua modela la estructura mental y las estructuras mentales se traducen en dispositivos que modelan las sociedades, reconocer al inglés como el idioma

del origen del sistema educativo argentino permitirá vislumbrar porqué ciertas prácticas aún perduran como “buenas” y “deseables” en la mente de varios docentes y en la representación que algunos sectores sociales conservan de la escuela. Inglés quedó subsumido en los libros que formaron a las docentes de las primeras escuelas normales. En cuento a la lengua en sí misma, la toma de conciencia de la riqueza multicultural del inglés permitirá que los docentes de lenguas extranjeras reconozcan la existencia de varios dialectos de inglés. Esto podría ayudar a aceptar la existencia de una riqueza multicultural que acercaría el idioma, hoy parte de la currícula escolar obligatoria a poblaciones escolares que aún lo perciben como el lenguaje de los Otros, o como decían nuestros abuelos, el lenguaje de los piratas y los gringos. Referencias Allieud, A (1993) Los maestros y su historia: los orígenes del magisterio argentino. Ediciones Granica S.A. Boyle, J (1997) Imperialism and the English Language in Hong Kong en Journal of multilingual and multicultural development Vol. 18, No. 3, 1997 Boyle, J (2002) Dos conferencias sobre la hegemonía cultural de la lengua inglesa. En Revista Realidad 88, pag 481-509. Ultimo acceso octubre 2013. http://www.uca.edu.sv/revistarealidad/archivo/4d3709b5a1844dosconferencias.pdf Crystal, D (2002) A brave new linguistic world. 125 Trinity: assessing the performance arts since 1877. June 2002, 18-19(London: Trinity College) Crystal, D (1994) What is standard English? In Concord. English Speaking Union. 24-26 Dussel, I ( 2004) Inclusión y exclusion en la Escuela Moderna Argentina: Una perspectiva postestructuralista” Cadernos de Pesquisa. Vol 34 N122, maio/ago. Ecco, U (2013) Francisco es el papa del mundo de la globalización. Entrevista de Elissbeta Piqué en http://www.lanacion.com.ar/1624017-umberto-eco-francisco-es-el-papa-del-mundode-la-globalizacion. 28/09/2013

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