Inconmensurables Objeciones: Una pálida historia de leyes con ‘perspectiva’ de géneros

July 23, 2017 | Autor: Maura Rivero | Categoría: Gender Studies, Violence, Socio-legal studies, Violence Against Women, Womens Rights & Gender
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Descripción

Inconmensurables Objeciones: Una pálida historia de leyes con ‘perspectiva’ de géneros

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“Hay que tener una fuerza de predilección para las cuestiones que ahora espantan a todos; poseer el valor de las cosas prohibidas: es preciso estar predestinado al laberinto. De esas soledades hay que hacer una experiencia. Tener nuevos oídos para una nueva música; nuevos ojos para las cosas más lejanas: nueva conciencia para verdades hasta ahora mudas.” Friedrich Nietzsche

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Maura Rivero | Marzo 2015

Más vale ley en mano que cien volando “Extrañamente, las palabras habladas son ofrendas corporales: pueden ser indecisas o convincentes, seductoras o retraídas o ambas cosas a la vez.” Judith Butler

Analizar el grueso de las políticas públicas en materia de géneros y sexualidades de manera breve y concisa me parece, como mínimo, una utópica pretensión. Pero vamos a hacer el intento con sobrada voluntad de examinar los avances y retrocesos que Argentina ha desarrollado respecto a estas cuestiones. Es innegable que en estos últimos 10 años ha habido cambios importantes respecto a las leyes que respaldan a las mujeres y sus derechos más básicos: se legislaron desde Derechos Sexuales y de Reproducción (Ley 26.862) hasta de Lactancia Materna (Ley 26.873), pasando por leyes como la de Matrimonio Igualitario (Ley 26.618) y aquella que reconoce Derechos para las Trabajadoras de las Casas (Ley 26.844). Sin embargo, estas leyes no han cambiado la situación que, de hecho, vivimos todos los días las mujeres que habitamos este país. Empiezo a escribir este análisis cuando las noticias refrendan una y otra vez el titular más triste y recalcitrante: Daiana García, que estuvo desaparecida las últimas 48 horas, fue encontrada muerta dentro de una bolsa en Lavallol. Otra joven que se hallaba con paradero desconocido y que días después apareció asesinada. Se hace cuesta arriba analizar los avances legislativos que protegen a las mujeres cuando se repiten este tipo de historias que involucran a chicas jóvenes que han sido abusadas, mientras periodistas y foristas dejan caer, livianos, un ‘así vestida, ¿qué querés?’ o un ‘se lo buscó’ como quien no quiere la cosa. Esto no deja más que un halo de hipocresía que se hace aún más presente al festejar -en un sentido político amplio- la Ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en los que se desarrollen sus relaciones interpersonales, ya que ésta ley no se aplica de manera integral y a las pruebas me remito: en nuestro país hay un femicidio cada 30 horas2. No solo no se está aplicando esta ley que data del 2010, sino que, también, se hace visible la reproducción del estereotipo clásico de mujer como víctima, estúpida y oprimida (Justo, Spataro: 2013), sumisa, callada y devota. Si usted, mujer del Siglo XXI, no porta estas características, entonces aténgase a las consecuencias porque no hay ley que la proteja. 2

Consultado el 30/03/2015: http://lacasadelencuentro.org/femicidios.html

Cronología Legislativa: Un paso adelante, otros tantos atrás "La náusea llegó pronto porque hace eco en otras arcadas, la memoria del cuerpo se tensa antes incluso que las palabras." 3 Marta Dillon, ¡Basta!, 2015

Durante el 2014 se distribuyeron desde Presidencia de la Nación unos folletos de divulgación explicitando las políticas públicas que se han realizado en cuanto a géneros y sexualidades desde 2003 hasta la actualidad. La pieza propagandística es muy informativa pues explica que se ha avanzado sin pausa en derechos ‘feministas’, incluso en su tapa reza la frase “Década ganada en políticas de género”. Hete aquí que cualquier/a lector/a poco informadx de las reales condiciones de las mujeres (y más aún de las mujeres en situación de vulnerabilidad social) podría tragarse el discurso del folleto, sin masticarlo siquiera y, así, considerar que la mujer, luego de diez años de medidas y leyes direccionadas, ya no está en una situación desigual respecto al varón: que la mujer cobra el mismo salario que el varón por hacer la misma tarea, que la mujer puede decidir sobre su cuerpo y su maternidad, que la mujer está protegida por el Estado, que la mujer está representada en los medios masivos de comunicación de forma verosímil y empoderada, que la mujer ya no es violentada en la vía pública o asesinada por usar un short muy corto. Pero siguen desapareciendo Daianas, Melinas, Maritas, Ángeles y sus historias se presentan como si no hubieran responsables. Los medios titulan sus noticias sin adjudicar responsabilidades, tal publicó Clarín, “El horror de Daiana, otra chica que aparece muerta”4. Nótese la utilización del ‘aparece’ como si hubieran sido los duendes del bosque los que metieron el cuerpo de Daiana simpáticamente en una bolsa de basura -como si éste fuera, justamente, un pedazo de carne descompuesta -; en tanto recurso narrativo, el sujeto tácito le sienta mucho mejor a la literatura. Por supuesto, en el recuento de las políticas públicas de este folleto aparece que, en el 2008, se aprobó la Ley 26.364 de Prevención y sanción de la trata de personas y asistencia a sus víctimas que fue, posteriormente, reforzada por la Ley 26.842 que le otorga aún más derechos a las víctimas del delito de trata. Ambas importantísimas medidas con el objetivo de erradicar la trata de personas en el territorio nacional. Sin 3

Consultado el 21/03/2015: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-9586-2015-03-22.html Consultado el 21/03/2015: http://www.clarin.com/policiales/horror-daiana-chica-aparece-muerta_0_1322267833.html 4

embargo, el Estado aplaza el dar sentencias firmes a los responsables del secuestro, la trata y el posterior asesinato de Marita Verón5. Otro golpe al estómago para Susana Trimarco quien, pareciera, se tendría que dar por satisfecha con que se hayan declarado culpables a estos sujetos luego que en 2013 fueran absueltos por la justicia tucumana 6. La persistencia de esta madre buscando justicia para su hija y su nieta consiguió llegar más lejos que el mismo sistema judicial que reproduce la estructura patriarcal y misógina en sus acciones. No queremos palabras muertas que son meros adornos de folletos, queremos letras bailando al son de cambios palpables, de sentencias firmes y precedentes concretos. Pero, ¿qué podemos esperar de un Estado que se jacta ampliamente de sus políticas en derechos humanos y, especialmente, con perspectiva de géneros, pero les niega a las mujeres su derecho a decidir sobre su cuerpo propio y la interrupción del embarazo? Triste es que nada de esto nos sorprenda, porque en el devenir de nuestra cultura todavía no se discute sobre el cuerpo femenino como autónomo y responsable. Ahí mismo radica el quid de la cuestión cuando de aborto legal, seguro y gratuito se habla: ¿Qué debate dará un Estado que, año a año, ha cajoneado los proyectos que diversas organizaciones feministas han presentado? ¿No sería hora de empezar a pensar no sólo en un Estado que legitime prácticas que ya se presentan como cotidianas -y en muchos casos fatales-, sino que también discuta la emancipación y el derecho a la decisión de esos cuerpos propios? Lo que sabemos con certidumbre es que de este Estado se puede esperar, entonces, una amplia sanción y promulgación de leyes que da apariencia a “Década ganada” pero que se esfuma al primer análisis, ya que no resiste ningún archivo ni comprobación de trabajo de campo. Tal vez el error sea más profundo y radique en considerar a los géneros y las sexualidades como una ‘perspectiva’, como si le pusiéramos una lente a los acontecimientos cotidianos y entendiéramos ahora -permítaseme la ironía- que el gobierno tiene una ‘perspectiva de género’, es decir, se dio cuenta que la mujer es también un sujeto de derecho. “¡Eureka!” nos da ganas de gritar, aunque explicamos a quien guste escucharnos que los géneros y las sexualidades son una suerte de matriz que nos atraviesa desde que llegamos a este mundo. Asimilable a un horizonte de expectativas que crea las posibilidades de inteligibilidad que nos permiten relacionarnos en sociedad. Esta matriz nos precede y será posterior a nuestro devenir, sólo en el aquí y ahora podemos 5

http://www.telam.com.ar/notas/201503/97564-susana-trimarco-marita-veron-busqueda-justicia.html Consultado el 27/03/2015: http://www.lanacion.com.ar/1536071-conmocion-sin-culpables-en-el-juicio-por-marita-veron 6

hacer algo para modificar aquello que nos exacerba los cuerpos. Aprobar leyes no es suficiente, sí necesario, pero no alcanza para reflexionar con el fin de modificar una estructura tan cimentada como es la del patriarcado. Haciendo una analogía fácil entre el planteo que E. P. Thompson desarrolla respecto a las clases sociales y la noción de “lucha de clases”, donde explicita que “las clases no existen como entidades separadas, que miran en derredor, encuentran una clase enemiga y empiezan luego a luchar” (Thompson, 1981: 37), podemos decir que lo mismo sucede con la autopercepción del género, la orientación sexual y su lucha por vivirlas tanto libre como fraternalmente. Agrega Thompson respecto a la lucha de clases: “las gentes se encuentran en una sociedad estructurada en modos determinados […], experimentan la explotación […], identifican puntos de interés antagónico, comienzan a luchar por estas cuestiones y en el proceso de lucha se descubren como clase, y llegan a conocer este descubrimiento como conciencia de clase” (Thompson, 1981: 37), entonces, el género y la conciencia sobre el lugar que éste ocupa en la urdimbre de relaciones sociales y patriarcales en la que estamos inscriptos, es la última fase del proceso real histórico. No hay mejor momento para analizarlo y pujar por una estructura contraadiestrada que aquí y ahora. No estamos buscando cambios que sólo vean las futuras generaciones porque, sencillamente, esto significaría que nosotrxs, lxs del presente, no importamos, que las mujeres del siglo XXI podemos seguir desapareciendo sin más consecuencias que fugaces titulares amarillistas. Porque, tal como explica Judith Butler, analizar el lugar que ocupa cada género -sea varón, mujer, trans, bi, queer, entre otras categorías- en nuestra sociedad actual, es lo que permite hablar del proceso que atraviesa el sujeto en su devenir, “el género no siempre se establece de manera coherente o consistente en contextos históricos distintos, porque se intersecta con modalidades raciales, de clase, étnicas, sexuales y regionales de identidades discursivamente constituidas.” (Butler, 2001: 35) Esta última reflexión es la que permite pensar al género como una categoría de análisis más amplia, es la que nos abre el camino para pensar en la mutabilidad de los géneros en su relación dialógica con la coyuntura. Más específicamente, nos permite analizar los cambios en las estructuras que nos estructuran. Entonces, se hace necesario y urgente hacer hincapié en la educación sexual integral de cada agente, ya que es la escuela en tanto institución, la que contribuye a reproducir la estructura del espacio social (Bourdieu, 2003: 95) y es, a la vez, pura potencia para conseguir ese contraadiestramiento, la metamorfosis del habitus, de las prácticas y sus representaciones. En este último

sentido, se torna fundamental aplicar consecuentemente la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral que establece en el artículo 1º que todos los educandos tienen derecho a recibir Educación Sexual Integral en todos los niveles educativos y en todas las modalidades del sistema educativo público de gestión estatal y privada. A sabiendas que esto se está cumpliendo de manera fragmentada y no integralmente 7, el pesimismo acerca de la efectiva aplicación de estas políticas públicas es mayor que el optimismo de la voluntad de quienes ponemos nuestros cuerpos en la llaga. Que mis palabras no sean malinterpretadas. Todas las leyes que se han aprobado en estos últimos 10 años marcan una voluntad política de discutir cuestiones inherentes a la sociedad en su conjunto y, especialmente, a las mujeres. Pero no han sido sólo producto de esa voluntad política sino, y sobre todo, de una persistente militancia y compromiso de personas que luchan -desde hace varias décadas- por la liberación femenina. Ya sea desde escritorios de diferentes organismos (gubernamentales y no gubernamentales), desde aulas de diferentes niveles educativos, desde casas con bibliotecas envidiables y/o desde movimientos sociales más o menos espontáneos, todos y cada uno han dado una lucha interminable que encontró, en estos últimos años, un Estado dispuesto a dialogar con algunas de esas reivindicaciones. Silvana Palermo explica en referencia a la legislación del voto femenino, instaurado allá por 1947, que “la ausencia de derechos políticos no debe ser confundida con la ausencia de actividad política” (Palermo, 2011: 48). Pienso que, hoy por hoy, por más que no contemos con la estructura que necesitamos urgente y tajantemente para construir otras maneras de relacionarnos, no desistimos de luchar, sino que sostenemos esta actividad política quienes prefiguramos un mundo donde ya no sea necesario hablar de géneros ni de derechos ampliados, donde haya naturalidad ante la disidencia y la diversidad.

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Pertenezco al equipo de talleristas de la ONG SexSalud, una de las cinco ONGs que componen el convenio que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha subcontratado para dar talleres en las escuelas públicas, una ‘nueva forma’ de tercerización de políticas públicas.

Reflexiones finales: Las Otras "No es fácil ser libre: huir de la peste, organizar encuentros, aumentar la capacidad de actuación, afectarse de alegría, multiplicar los afectos que expresan o desarrollan un máximo de afirmación." Gilles Deleuze

Nosotras lloramos sin vergüenza -con rabia y tristeza- cada femicidio que se torna de público conocimiento, mientras sabemos que otros tantos siguen sucediendo en oscuras esferas privadas. Deseamos que las potentes leyes que existen se cumplan con todo el peso de la justicia, pero esa balanza se sigue inclinando hacia el lado de ‘lxs opresorxs de siempre’ mientras el equilibrio se desdibuja de la existencia. Si no criticamos aquello que ya no queremos, ni para nosotras ni para las que vendrán, ¿cómo alcanzar aquello que sí queremos? Si bien las leyes analizadas no han logrado su máximo alcance, han dado un paso al frente para poner ‘manos a la obra’ en materias que la sociedad tenía postergadas o silenciadas. Pero la historia nos demuestra que aún faltan manos para las tantísimas obras incompletas. Nos-Otras, muchas Otras, que tenemos en las manos la punta del ovillo, las que no estamos en la bolsa de basura todavía, las otras que somos también amazonas, luchadoras galácticas, guerrilleras con furia en las manos, gritamos ¡Basta! Hay cadáveres, pues esto no hace más que alimentar este coraje que permite alzar, al unísono, un mismo grito de hastío que sale de todos los cuerpos propios, cuerpos más revolucionarios o maltrechos, cuerpos orgásmicos o disruptivos -o todo a la vez-, que cuestionan, que duelen, que desean, cuerpos que transforman, que desobedecen, que se manifiestan, cuerpos, al fin y al cabo, que importan.

Bibliografía

Butler, Judith (2001) “Sujetos de sexo/género/deseo” en El género en disputa. México: Paidós. Bourdieu, Pierre (2003). “El nuevo capital. Introducción a una lectura japonesa de La Nobleza de Estado” en Capital cultural, escuela y espacio social. Buenos Aires: Siglo XXI Editores. Justo von Lurzer, Carolina y Spataro, Carolina (2013): “Tontas y víctimas. Paradojas de ciertas posiciones analíticas sobre la cultura de masas”, en Revista La trama de la Comunicación. Anuario del Dpto. de Ciencias de la Comunicación. Escuela de Comunicación Social. Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Universidad Nacional de Rosario. ISSN 2314-2634, en prensa. Palermo, Silvana (2011). “Género y ciudadanía política: algunos aportes en la agenda de investigación” en PolHis Boletín Bibliográfico Electrónico del Programa Buenos Aires de Historia

Política

Año

4.

Número

7,

UNdMO.

Primer

semestre

de

2011

http://historiapolitica.com/datos/boletin/PolHis_7.pdf Thompson, Edward (1981): “Lucha de clases sin clases”, en Tradición, revuelta y conciencia de clase, Barcelona: Cámotedra.

Leyes Ley N° 26150. “Ley de Educación Sexual Integral” Boletín Oficial de Argentina, 23 de octubre del 2006. Ley Nº 26.364 “Prevención y sanción de la trata de personas y asistencia a sus víctimas” Boletín Oficial de Argentina, 29 de abril del 2008. Ley N° 26485 “Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”. Boletín Oficial de Argentina, 1 de abril del 2009. Ley N° 26.618 “Matrimonio Igualitario”. Boletín Oficial de Argentina, 21 de julio del 2010. Ley Nº 26.842 “Prevención y sanción de la trata de personas y asistencia a sus víctimas”. Boletín Oficial de Argentina, 26 de diciembre del 2012. Ley Nº 26.844 “Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares” Boletín Oficial de Argentina, 03 de abril del 2013.

Ley Nº 26.862 “Reproducción médicamente asistida”. Boletín Oficial de Argentina, 25 de junio del 2013. Ley N° 26.873 “Lactancia Materna. Promoción y Concientización Pública.” Boletín Oficial de Argentina, 5 de agosto del 2013.

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