Incidencia del Modelo Económico en la Educación Contable del Siglo XXI: Contexto Colombiano

June 15, 2017 | Autor: A. Salazar Barros | Categoría: Education, Accounting
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INCIDENCIA DEL MODELO ECONÓMICO EN LA EDUCACIÓN CONTABLE DEL SIGLO XXI: CONTEXTO COLOMBIANO

RESUMEN La educación contable en el ámbito nacional colombiano comenzó a ostentar la categoría de profesional a partir de la década de 1960, época donde el país comenzaba su despegue hacia la inserción del mundo moderno. Las primeras facultades formularon sus programas en la búsqueda tanto de una mayor participación del contador público en el desarrollo económico del país, como en la solución de su educación y formación profesional. En la actualidad, la educación contable se encuentra enmarcada dentro de las lógicas financiera y técnica, es decir, en la preocupación propia por el registro de las operaciones llevadas a cabo por las unidades económicas que tienen fines economicistas; de ahí que, teniendo en cuenta la incidencia del modelo neoliberal en el campo de la educación, se denote como marginada de

antemano la

posibilidad del desarrollo de la capacidad crítica-reflexiva de los estudiantes. Es en este sentido, que la formación profesional del estudiante de Contaduría Pública del siglo XXI se considera como supeditada por la lógica dominante, la cual desdeña de la necesidad que este tiene como ser pensante y social por naturaleza de generar conocimiento durante su paso por la universidad. En este texto se hará un análisis de la situación que enfrenta el estudiante de contaduría pública colombiano por la intervención que el modelo económico neoliberal ejerce en su formación, de qué manera lo perjudica y cómo lo limita en su desarrollo crítico, reflexivo e investigativo.

Palabras Claves: Modelo Económico, Universidad, Contabilidad, Educación Contable, Neoliberalismo.

“La educación, tal como ella existe en la actualidad, reprime el pensamiento, transmite datos, conocimientos, saberes y resultados que otros pensaron, pero no enseña ni permite pensar. A ello se debe que el estudiante adquiera un respeto por el maestro y la educación que procede simplemente de la intimidación” - Estanislao Zuleta -

“A UNICA, espacio de pensamiento y reflexión” “A David Barrios y Gabriel Velandia, por su incansable apoyo”

INTRODUCCIÓN A la luz de la modernidad, la educación en contabilidad ha sufrido cambios importantes dentro de su estructura. La nueva formación de los contables en Colombia que se encuentra enmarcada bajo el modelo económico neoliberal, comenzó a suplir los intereses del mismo sin que esto significara de ninguna manera alguna mejoría frente a las corrientes económicas que le precedían. Dicho sistema económico logró entonces crear un nuevo espacio que aparta al estudiante por completo de su capacidad de raciocinio, enmarcándolo generalmente dentro de un campo de lo conceptual que se han encargado de concebir como irremplazable. Las actuales políticas exteriores definidas y ejecutadas por el Estado colombiano bajo el precepto de “Internacionalización” de su economía, las cuales se denotan como imposiciones expresas por parte de la poderosa banca internacional como requisito para otorgarle grandes cantidades de dinero en préstamos, y que se encuentran implícitamente ligadas también con lo que se conoce comúnmente como tratados internacionales de libre comercio; además, teniendo en cuenta las intenciones agregadas que poseen países del primer mundo (E.E.U.U, Corea y Canadá), así como las poderosas comunidades políticas que conforman (Unión Europea, Grupo de los ocho –G8-, etc), no solo se circunscriben dentro de la lógica mercantilista de bienes y servicios; sino que también, se ven perjudicados otros sectores importantes: allí se encuentra la educación, en este caso la universitaria.

Los modelos IFAC-IAAER1, por ejemplo, son actualmente parte específica dentro del interés de grandes potencias económicas por implantarse y moverse dentro del campo educativo contable local; tanto así que se autoproclaman dentro del ejercicio de la educación contable en el ámbito internacional como “instituciones reguladoras”. Estas realmente no generan espacios de concertación entre estudiantes y profesionales en donde se logre determinar los pasos a seguir en el futuro de la educación en contabilidad. Estas fundaciones entonces entran en la expedición de normas de educación contables que se enmarcan dentro de la lógica neoliberal anteriormente dicha y que por lo tanto no ofrecen espacios de discusión donde se logre un avance consensuado del desarrollo científico de la profesión. Los anteriores modelos evidentemente responden a preocupaciones propias de intereses elitistas; las normatividades internacionales de contabilidad y auditoría son algunos ejemplos de estas preocupaciones que se hacen relevantes en la formación de los nuevos contadores públicos y su responsabilidad ante intereses sociales. Dicho lo anterior, los contadores según las fundaciones IFAC y IAAER conciben la profesión contable en general y los que la ejercen en particular, como servidoras de los intereses neoliberales. Partiendo de ahí, la crítica y el pensamiento por parte de los nuevos contadores públicos se dejan de lado, restándole importancia a la generación del conocimiento que permita el desarrollo científico de la profesión. El trabajo se divide en tres partes. En el primer punto se hace un estudio cronológico de los modelos económicos imperantes en Colombia (pre-apertura y post-apertura) dentro del contexto particular de la formación en contabilidad, a fin de delimitar este 1

International Federation of Accountants por sus siglas en inglés (Federación Internacional de Contadores Públicos, en español). La IFAC es una organización creada en 1977 y su misión consiste en desarrollar y promover una profesión contable con estándares armonizados, capaces de promover servicios de alta calidad consecuente con el interés público. Por su parte, The International Association for Accounting Education and Research – IAAER- por sus siglas en Inglés, (Asociación Internacional para la Educación e Investigación en Contaduría, en Español). Es una Asociación que según sus precursores se encarga de promover la excelencia en la educación e investigación en contaduría en el contexto mundial.

trabajo en el contexto de la educación profesional de los contables y la afectación que dicha profesión ha tenido por la implementación del modelo económico neoliberal; en el siguiente punto se presentarán los nuevos cambios surgidos a causa de los nacientes tratados internacionales de libre comercio; y luego, como último, se expondrá cuál ha sido la incidencia del actual modelo económico dentro de la formación contable del siglo XXI. MODELOS ECONÓMICOS EN LA ECONOMÍA COLOMBIANA Para empezar en el esbozo y caracterización de la incidencia de las políticas de educación neoliberales dentro de la formación contable del siglo XXI en el contexto nacional colombiano, es importante conocer a qué se hace referencia cuando se habla de un modelo económico. Un modelo, Intuitivamente hablando, es una representación abstracta de cierta realidad. En general, los modelos se representan mediante un conjunto de objetos y un conjunto de relaciones entre los mismos. Los modelos económicos son construcciones teóricas para reflejar sistemas y procesos económicos. Generalmente ello se hace definiendo un conjunto de variables y un conjunto de relaciones definidas entre los entes representados por las variables (Plata; 2008: 2). Específicamente en Colombia, el modelo económico predominante dentro de los años anteriores al proceso de apertura económica, es decir, a partir del año 1950, fue el social, hasta en ese entonces inmiscuido dentro de una economía cerrada y estable que tenía poder de autorregulación aún con la gran sobreoferta de productos nacionales; esta no necesitaba con extrema urgencia la adopción de tendencias internacionales (por lo menos no sin un estudio previo de las características especiales con las que contaba la economía colombiana). Sin embargo, años más tarde, con el fracaso del socialismo en la república soviética, comenzaron a expandirse en firme las políticas neoliberales hasta finalmente llegar e implantarse en al ámbito local colombiano a finales del siglo XX. En los sectores más importantes de la economía colombiana y que se consideraban también de interés nacional (salud, laboral, tributario, aduanero, cambiario, etc), se

dieron cambios normativos conducentes a la aprobación por completo del auge y masificación de esas nuevas concepciones políticas dentro de la consigna de “economías abiertas” en los gobiernos de Ronald Reagan en Estados Unidos y la primer ministro Margaret Thatcher en Inglaterra, que justificaban

sus ideales

políticos reduccionistas ejemplificando al respecto de que al introducir un elemento de competitividad extranjera, la calidad de los productos internos y la innovación aumentaban, mientras que los costos tendían a bajar, de tal manera que eso le representaba un mayor beneficio para el consumidor (Skydmore; 2002: 4) En su proceso de expansión, las nuevas políticas económicas en Colombia (así como en la gran mayoría de los países latinoamericanos) giraron en torno a la adopción de las nuevas corrientes promovidas por los anteriores líderes mundiales, y posteriormente en la preocupación por la creación de los espacios propicios en la búsqueda infructuosa por la masificación de las utilidades de las élites empresariales; la educación pasó entonces a ser en gran parte servidora de los intereses privados2, faltando así a acciones tipificadas en la normatividad inmediatamente anterior al proceso de apertura, que las reconocía como inherentes a la responsabilidad del Estado. Así pues, dicho órgano comenzó a desestimar su función social en el campo de la educación que según la constitución política de 1886 ejercía dentro de la economía local, para permitir luego la llegada de capital foráneo con la premisa de que la labor que realizarían estos últimos sería mucho más eficiente y eficaz que la ejecutada por el sector público hasta ese entonces. La posterior apertura de la economía local y la misma participación que se le dio a capitales privados locales y extranjeros con el ánimo de reactivar la actividad económica de Colombia, no solo generó un período crítico de adaptación a la nueva corriente del mundo globalizado, sino que contribuyó a la crisis de sectores importantes dentro de la economía nacional tales como el textil, tabacalero, Para efectos de este escrito, se entenderá como “servidora de los intereses privados” a la nueva concepción de educación superior donde los currículos de estudios fueron reformados con la intención de moldear y crear nuevos “profesionales” con intereses eminentemente ligados a la racionalidad de la empresa, alejándose así de una formación que en otrora valoraba y determinaba la formación de personas al servicio del país. 2

ganadero, el agrícola y el cafetero; de igual manera se acrecentaron los índices de violencia venidos desde años anteriores, así como también se engrosaron los niveles de desempleo a cifras impensadas hasta ese entonces de dos dígitos, gracias a la carencia de mano de obra calificada para ocupar las nuevas vacantes que ofrecían las empresas que, tras acabar con gran parte de la industria manufacturera como producto su tecnificación y de la política neoliberal expansiva, comenzaban a radicarse en el país aprovechando las ventajas que éste les comenzaba a ofrecer (Londoño; 2004: 1). La educación pública en general y la superior en particular, no fueron ajenas a ese proceso sistemático de apertura económica, el cual comenzó a ser adoptado finalmente por el Estado colombiano en el mandato de César Gaviria, por lo cual la nueva reforma que reglamentaba los nuevos cambios resultantes del proceso de liberalización económica a la educación superior nacional (Ley 30 de 1992) respondió igualmente a esa necesidad imperiosa del Estado en la creación de nuevas políticas que en teoría se encaminarían en la consecución de estándares de calidad que le aseguraran al estudiante universitario colombiano una formación pertinente y consecuente dentro de la nueva y exigente competencia del mercado laboral, dejando de lado cualquier aspecto que no estuviera en sintonía con la nueva lógica empresarial y económica. Específicamente la educación profesional en Contabilidad, fundamentada y plagada a través de su trasegar histórico dentro de la lógica de la corriente nacionalista, que tuvo un proceso tardío de reconocimiento por parte del Estado en el proceso de volverla una profesión y que dicha acción apenas había empezado en firme con la expedición del decreto 2117 de 19623, tampoco escapó más tarde al proceso que ahormó la economía local colombiana a los intereses eminentemente empresariales. Aunque varias firmas de reconocidas multinacionales de contabilidad y auditoría ya se habían establecido en el país mucho antes de que la Contaduría Pública fuese 3

Se conoce como la primera reglamentación de un plan de estudios en contaduría pública.

declarada una profesión4, (de alguna manera vaticinando lo llamativo y rentable que se volvería Colombia para invertir en materia de asesorías contables, tributarias y auditorías), y aprovechando la poca adaptación que ésta tenía de cara al desarrollo económico, las corrientes políticas neoliberalizadoras de unas décadas más adelante marcaron una pauta totalmente distinta dentro del campo profesional de la Contaduría Pública. La nueva educación profesional de los contables colombianos supuso el establecimiento de modelos de calidad integral5 que formaran, incentivaran y por ende incrementaran sus capacidades intelectuales y profesionales; sin embargo, dichos parámetros de calidad se encontraban enmarcados dentro de las necesidades propias del modelo económico, características estas que supeditaron la educación contable a la corriente de la lógica empresarial, a la cual no le agrada la formación en áreas que motiven la capacidad de reflexión respecto a los contextos sociales y políticos, y del mismo modo el pensamiento crítico en los anteriores contextos. La educación se ocupa de preparar a los estudiantes para intervenir en las distintas formas de trabajo productivo en los diversos sectores de la economía. Así, la eficacia de la educación para preparar los futuros obreros, contabilistas, ingenieros, médicos o administradores, se mide por las habilidades que el individuo adquiera para realizar tareas, funciones u oficios dentro de un aparato productivo burocrático, Su eficacia depende también del dominio de determinadas técnicas, poco importa que la ejecución de las tareas productivas coincida con los proyectos o expectativas del hombre que las realiza. Se trata en esencia de prepararlo como un empleado del capital, por lo tanto, lo importante no es que piense o no piense sino que haya logrado manejar determinadas habilidades que permitan producir resultados determinados (Zuleta; 2001: 23).

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La primera multinacional de Contabilidad y Auditoría en establecerse en Colombia fue Price Water House & Co, en el año 1947. 5 Entiéndase por modelos de calidad integral, los definidos en el decreto 939 de 2002.

Las preocupaciones de educación de acuerdo al modelo económico giran principalmente en torno a la centralización del potencial en conocimiento, evidentemente inmersas en las necesidades de producción, distribución y consumo de los bienes y servicios que distribuyen y prestan las diferentes organizaciones. Al principio, la formación integral que apenas había comenzado a implementar el Estado ya presentaba inconvenientes, lo cual convertía una vez más a la normatividad y a la realidad como una falacia más de las políticas Estatales. La intención por lograr una armonía y tratar de solucionar un problema acrecentado por las nuevas reglamentaciones que apoyaban el creciente acecho de los intereses privados, no tuvo una repercusión instantánea en todo lo que se esperaba fuera la formación profesional de los contables. Según (Hernández; 2003: 4), los escasos claustros universitarios que ofrecían la formación profesional en contabilidad inmediatamente poco después de la entrada en vigencia de la ley de educación superior (Ley 30 de 1992), veían cómo sus contables se enfrentaban a disyuntivas tales como: 1. Tener un currículo totalmente disperso. 2. Tener una actividad investigativa muy baja. 3. Presentar áreas contables mal servidas, como la contabilidad de costos. 4. Centrar su enseñanza en un enfoque jurídico, en detrimento de su propia identidad. Así pues, se hacía necesario ejecutar cambios que condujeran a la resolución de las problemáticas surgidas en los años posteriores a la sanción de la ley de educación superior. Deseos que medianamente no se vieron materializados hasta la expedición de la nueva normatividad expresa para la educación profesional en contabilidad.6

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La resolución 3459 de 2003 fue la norma que expidió en Colombia el Ministerio de Educación Nacional para efectos de definición de las características específicas de calidad para los programas de formación profesional de pregrado en Contaduría Pública. Allí se precisaron las distintas áreas de conocimientos para la consecución de una formación realmente integral.

Es claro que de antemano se supo sobre la racionalidad misma que traía la nueva concepción “globalizada” respecto a la ejercida anteriormente por los contadores públicos. En este sentido, las prácticas que apenas se palpaban dentro del contexto educativo de la Contaduría Pública se distanciaban considerablemente de las ejercidas en años anteriores, con la gran diferencia de que en este momento se denotaba la racionalidad instrumental como única verdad dentro de la formación y el correcto paso a seguir con la única finalidad de servir a los intereses de las empresas. A propósito de ese distanciamiento supeditado por el establecimiento de corrientes eminentemente neoliberales en el campo de la educación superior en Colombia, la profesionalización que brinda actualmente la Universidad se realiza con fines de inserción de los individuos al mercado laboral desde un enfoque de productividad y competitividad. Todos formados con las mismas características que trae consigo la racionalidad productivo instrumental que alinea a los adolescentes a las prácticas de consumo que tanto incentiva la lógica mercantil. Se crean así sujetos cuadriculados sin ningún compromiso con el proyecto de transformación de las problemáticas propias de una sociedad como la nuestra (Acevedo; 2012: 2). Nuestra economía tan productiva demanda que hagamos del consumo nuestra forma de vida, que la compra y el uso de bienes se convierta en rito, que busquemos nuestra satisfacción personal y del ego en el consumo… Necesitamos que las cosas se consuman, se quemen y se reemplacen con una velocidad cada vez mayor. La educación, de acuerdo con la corriente neoliberal, se ha desdibujado del proyecto de la razón ilustrada, donde la liberación de la mente humana era el fin común de una sociedad a través del conocimiento como forma de emancipación, para entender la sociedad, su propia existencia y para proponer la transformación social. El ideal kantiano de la mayoría de edad ahora sí que se convierte en casi inalcanzable desde la educación universitaria. Se deja de percibir la realidad de los problemas sociales. De este modo, la dignificación de la vida humana tendrá algún

compromiso por parte del individuo que se forma en la Universidad (Acevedo; 2012: 5) Por lo anterior, se denota cómo en la actualidad la Contaduría Pública y en especial su contexto educativo se encuentra enmarcado dentro de las lógicas financiera y técnica, es decir, en la preocupación propia por el registro de las operaciones llevadas a cabo por las unidades económicas que tienen fines economicistas. Dejan de lado las humanidades y otras áreas importantes7 a la hora de explicar las relacionas de la contabilidad con otras disciplinas; de ahí que, teniendo en cuenta la incidencia del modelo neoliberal en el campo de la educación, se denote como marginada de

antemano la posibilidad del desarrollo de la capacidad crítica-

reflexiva de los estudiantes. Es en este sentido, que la formación profesional del estudiante de Contaduría Pública del siglo XXI se considera como supeditada por la lógica dominante, la cual desdeña de la necesidad que este tiene como ser pensante y social de generar conocimiento durante su paso por la universidad. El neoliberalismo ha confeccionado el ropaje con el que hoy se abriga la idea de la educación, le ha insuflado con su aliento el papel de formar la mano de obra que corresponda con la racionalidad instrumental del mercado que hoy se expresa en la competitividad, la productividad, la eficiencia y la eficacia; además de ello, a la educación se le ha incorporado el lenguaje de la empresa, debido a que, fundamentalmente, el contexto en el que chapotea el neoliberalismo debe estar armonizado (Cuevas; 2008: 20). STATUS QUO Y NUEVAS TENDENCIAS: TRATADOS DE LIBRE COMERCIO Y EDUCACIÓN CONTABLE La educación en general está siendo sometida a través de reformas por parte del Estado a los intereses del mercado mundial, borrando toda huella de autonomía que tenían los claustros académicos. Si en el pasado la orientación de la educación 7

La formación contable dista actualmente del enfoque humanístico, razón de ello es la carencia de asignaturas de humanidades que logren un lazo de reciprocidad respecto a lo que se aprende y a lo que se aplica con respecto a intereses sociales y no solamente empresariales.

superior obedecía a una relativa autonomía cultural de las comunidades académicas y las élites gobernantes de cada país, ejercida dentro de complejas relaciones de poder, en el presente, el principio rector de los cultores de las reformas es la adaptación funcional y subordinada de América Latina a la globalización mercantil y financiera (Múnera, 2008: 43). Ahora los intereses y los ideales han cambiado de forma aberrante hacia un nuevo fin: globalizar la economía. Si se globaliza la economía también se tendrá que globalizar la educación para complementar el crecimiento económico de las grandes industrias que manejan la aldea global. Las reformas a la educación superior en Colombia son una muestra clara de las pretensiones de un gobierno neoliberal que tiende a privatizar la educación pública en el país, a dejarla en manos de terceros y crear formas de endeudamiento para que las familias colombianas puedan acceder a la educación superior en forma de prestación de servicio que según la constitución es un derecho. Múltiples debates en torno a la importancia de la educación superior pública para las clases menos favorecidas han estado en el orden del día en el común de la sociedad. El impacto que causó el proyecto de ley de reforma a la ley 30 y su posterior retiro del congreso de la república dio a entender que los jóvenes colombianos están dispuestos a exigir una educación gratuita, con cobertura y de “calidad”. Se guarda la esperanza de que no sea una moda las marchas y las protestas y se convierta en un timón para resolver los grandes problemas que tiene este país desde la educación. Si bien, el debate por un nuevo modelo educativo comienza, el neoliberalismo, según sus intereses hará todo lo posible para consolidar su ideología en el sistema educativo, que se encuentra directamente permeado en la actualidad por él, pero donde existen vestigios de transformación, con ideas alternativas para la formación universitaria (Acevedo; 2012: 7) Al ser la educación Universitaria uno de los frentes por conquistar por el sistema dominante, estaríamos entonces asistiendo al nacimiento de la nueva Universidad. Una suerte de fábrica del conocimiento útil, coyunturalmente flexible de acuerdo con la demanda, funcional y acrítica, evaluada permanentemente en términos de

su eficacia y rentabilidad económica y orientada a integrar los ámbitos locales y regionales al mercado global (Múnera, 2008: 46). Simplemente un centro de capacitación para el mercado laboral, profesionalizando con unos conocimientos básicos sin trasfondo intelectual que van a legitimar y a seguir consolidando el sistema dominante en el contexto actual, incentivando en el individuo la idea de que la sociedad banal, light es el fin supremo a conseguir a través del trabajo para pertenecer a ella. Si la escuela es un instrumento del bienestar económico, es porque se considera el conocimiento como una herramienta que sirve a un interés individual o a una suma de intereses individuales. Parece como si la institución escolar sólo existiera para suministrar a las empresas el capital humano del que estas últimas tienen necesidad (Laval, 2004: 18). La concepción del conocimiento como herramienta en el mundo del trabajo es cada vez más notable en la formación de los estudiantes. Ahora no se enseña para entender el origen de las disciplinas, sino que se busca someter la disciplina contable en el marco de la empresa, sin posibilidades de que el estudiante tenga otras percepciones de entender la Contabilidad en el entorno social. Por lo anterior, el modelo neoliberal está sometiendo a la educación a la lógica del mercado, convirtiendo el conocimiento en mercancía y en un negocio prospero manejar la Universidad como empresa. Acabando así con la cultura moderna, con la crítica, con las reflexiones propias del ser universitario, con la autonomía, con el compromiso social de las disciplinas frente a la sociedad. Le da otro sentido a las humanidades y demás áreas del conocimiento marginadas de la formación de los contables. Se crea así un nuevo modelo educativo el cual solo se encuentra acorde con las exigencias del mercado pero no con las necesidades de la sociedad. La decisión para determinar la adopción del modelo neoliberal al país se dio por un motivo especial, el cual en ese momento no tuvo un estudio previo y a pesar de que tiempo después sí se comenzó a evaluar todo este proceso, es sencillo darse cuenta que aún no se ha logrado la anhelada meta, es decir, el poder “estar a la

altura” del mercado internacional y por ende competir con la grandes potencias económicas. A pesar de que el tan luchado TLC entró en vigencia desde el año anterior, no es un misterio que Colombia no estaba preparada para tal acuerdo, ya que la palabra competitividad “se refiere a valor y no a cantidad, por lo tanto la competitividad no se mide en la cantidad o productividad sino en la cantidad de valor agregado que es posible crearse” (Barba, 2012). Se puede tomar como referencia, para hacer una comparación de lo afirmado anteriormente, a la educación que están recibiendo millones de estudiantes universitarios, ya que el único interés de las instituciones privadas en llenar sus aulas, no la calidad de estudiantes que preparan, los cuales más tarde serán los que tomen las riendas del país. Si bien, la educación es un derecho fundamental que está plasmado en nuestra constitución, y que tanto el Estado como las entidades dedicadas a educar y todo el pueblo están en la obligación de velar por el, no es este el punto que se quiere discutir, sino el hecho de que si va a cumplir un compromiso tan grande como lo es educar, debe hacer de manera intachable. Sin embargo, hoy en día se ha ido perdiendo el amor por enseñar; en los claustros universitarios no se encuentran “maestros”, sino profesionales que trasmiten mecánicamente lo que ellos años antes aprendieron de memoria. Los verdaderos objetivos de la educación han cambiado, ha perdido importancia el pensamiento de entregar a la sociedad personas capacitadas para desenvolverse íntegramente, donde no cualquiera podía obtener un título profesional, mientras que ahora se puede ingresar con un mínimo de requisitos, se cancela el valor correspondiente al semestre y ya con lo anterior se garantiza el egresar como un profesional apto para cumplir cualquier labor y así conseguir un empleo en una reconocida empresa, porque ese es el ideal que forman, entre mejor te prepares, mejores notas obtengas, más rápido y eficiente cumplas una tarea, así será el cargo que tendrás en el futuro por el cual recibirás una remuneración, no por lo que sabes sino por lo que haces. Es decir, ahora cualquier persona se puede hacer profesional si cuenta con el dinero suficiente, ya que la educación en el país se está tomando como una inversión y no como un derecho.

De esta manera se demuestra cómo funciona la educación en el país, donde muy pocos tienen oportunidades, donde las instituciones públicas en especial las universidades se han hecho pequeñas comparándolas con la cantidad de jóvenes que anualmente terminan sus estudios de bachillerato, y encuentran como única alternativa en muchos casos, solicitar créditos para poder acceder a institutos privados. Una posible solución brindada por el gobierno para este problema fue la creación del ICETEX.8 Con lo anterior queda demostrado que la educación colombiana dejó de ser un derecho fundamental y se ha convertido en una oportunidad que no cualquier ciudadano puede aprovechar. Este programa funciona de la siguiente manera: La persona que accede a estos créditos, tiene un tiempo determinado después de haber culminado sus estudios universitarios, para cancelar su deuda, pero un profesional recién egresado y sin experiencia es muy poco probable que comience a desempeñarse de manera inmediata en un buen cargo y menos aún, que inicie su propio negocio. Esto lleva a la necesidad de aprovechar cualquier empleo, sin importar en muchas ocasiones si está relacionado con la carrera profesional que la persona ha estudiado; donde les toca trabajar sin descanso, siguiendo órdenes y sin derecho a dar su punto de vista, ya que simplemente tienen la obligación de cancelar un servicio que en un momento fue una única oportunidad, pero que luego se convierte en una preocupación. Hace poco más de un año, miles de estudiantes universitarios se unieron para luchar en contra a la reforma a la educación. Entre algunos puntos de dicha reforma radica encontramos dos que quizás son los más relacionados con el tema a tratar: 1. La empresa privada podrá invertir en las universidades públicas. 2. Se crearán universidades con ánimo de lucro.

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Es una entidad del Estado que se encarga de promover la Educación Superior a través del otorgamiento de créditos educativos y su recaudo, con recursos propios o de terceros, a la población con menores posibilidades económicas y buen desempeño académico

Está claro como la educación colombiana ha cambiado y simplemente con estos dos ejemplos se puede definir la incidencia del modelo económico neoliberal y como por ende el Estado se halla aliado con los poderosos gremios económicos, los cuales únicamente piensan en engrandecerse y obtener beneficios, porque si estos cambios a la reforma los afectara, seguramente no se dieran. El reciente proyecto de ley 077 de 2012 que cursa actualmente en el congreso de la república y que tiene una gran promoción por parte por el INCP9 atenta al ejercicio de la profesión contable y por ende a la futura enseñanza de la misma, a seguir sumergiendo aún más a los Contadores Públicos en su ejercicio como mecánicos que como pensantes, (estos cambios indiscutiblemente intentan coadyuvar en el establecimiento de una nueva y dependiente mentalidad en los contadores), así como en imponerles severos requisitos para el ejercicio de la profesión que actualmente están determinados por organismos internacionales; es decir, que la nueva ola de incidencia de las élites empresariales en Colombia responde más que todo a cambios que ya se han dado en las naciones más poderosas, como consecuencia de la expedición de normatividades por organismos de interés “internacional” creados por ellos mismos. El aparente buen momento por el que pasa la economía nacional colombiana también puede ser determinante en el increíble acecho que tienen las multinacionales en establecer las normas a su modo, quizá este sea la “segunda apertura económica”. El reciente registro calificado otorgado por el CNA10 al nuevo programa de Contaduría Pública de la Universidad del Norte denota la poca rigurosidad que ejerce dicho órgano institucional dentro del establecimiento del devenir de la nueva formación contable; así, dejan de lado la normatividad que rige dentro de la

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A juicio de su propia autodenominación, El Instituto Nacional de Contadores Públicos de Colombia – INCP – es una organización sin ánimo de lucro de tipo gremial, que con criterios de racionalidad económica y propiciando la relación intersectorial, genera oportunamente valor agregado a sus grupos de interés, a través de la investigación, la difusión del conocimiento, la representación gremial, la orientación técnica y la generación de beneficios, productos y servicios de calidad. 10 Es una entidad de carácter pública adscrita al Sistema Nacional de Acreditación delMinisterio de Educación de Colombia, creado por la Ley 30 del 28 de diciembre de 1992. Su objetivo es garantizar que las instituciones y programas que se acreditan cumplen los más altos niveles de calidad.

educación universitaria para permitir el funcionamiento de nuevos programas de Contaduría Pública sin distingo de fundamentación en cada una de sus asignaturas. De esta manera se evidencia el sigiloso ingreso que hacen las nuevas políticas neoliberales, en este caso inmersas dentro de la fundación ICAEW11, la cual anteriormente suscribió un convenio con la Universidad del Norte con el precepto de lograr que ésta pudiese ofrecer un diplomado en Normas Internacionales de Contabilidad y permitir por ende la movilidad de docentes internacionales en la enseñanza de dicho diplomado. El plan de estudios de dicho claustro universitario evidencia un alejamiento rotundo de la formación humanística, resultado de implementar una “flexibilidad” fundamentada en llevar al estudiante a optar por terminar en un tiempo más reducido su formación. Asignaturas como la metodología, la investigación contable y la evaluación de proyectos se dejan de lado, para darle paso a la llegada de asignaturas como la contabilidad internacional en virtud de la eliminación de la contabilidad colombiana y la pública. INCIDENCIA DEL MODELO ECONÓMICO EN LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL CONTADOR PÚBLICO DEL SIGLO XXI: CONTEXTO COLOMBIANO Luego de haber esbozado el gran entramado de donde se desprende la formación profesional en general y la de los contables en particular, es evidentemente palpable que el nuevo giro que se le dio a las políticas educativas a partir de la entrada en vigencia del proceso de apertura económica ha coadyuvado en la masificación de contadores al servicio de la empresa con un marcado desapego a la formación como personas, es decir, en áreas tan importantes e imprescindibles como la literatura, la filosofía12 y la sociología. Actualmente se denota un ser con

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El ICAEW (The Institute of Chartered Accountants in England and Wales por sus siglas en ingles), (Instituto de Contables Colegiados de Inglaterra y Gales en español). Es la mayor organización de contables profesionales en Europa y cuenta con más de 132.000 miembros que dirigen y asesoran a las empresas de todos los sectores económicos, abarcando 165 países y contando entre sus miembros con directores ejecutivos de FTSE CEOs y FDs. 12 Entiéndase por filosofía la posibilidad de pensar las cosas, de hacer preguntas, de ver contradicciones.

más responsabilidades académicas, pero con menos capacidad para razonar sobre su accionar profesional. En primer lugar, la imposición de planes de estudios eminentemente plagados de asignaturas inútiles por la eliminación de las de formación humanística en el ejercicio de la profesión contable, así como también el desapego a la contratación de mejores docentes, al igual que la pobre fundamentación de cada una de las asignaturas, y por último las nefastas políticas de inclusión, que si bien son necesarias en la consecución de mejores niveles de vida y acceso a la educación a las personas con menores oportunidades, vuelve a las aulas de clase como un espacio sobrepoblado, más que de seres pensantes, de repetidores y masificadores de la misma información de hace algunos años atrás. En la educación existe una gran incomunicación. Yo tengo que llegar a saber algo, pero ese “algo” es el resultado de un proceso que no me enseña. Saber significa entonces simplemente repetir. La educación y los maestros nos hicieron un mal favor: nos ahorraron la angustia de pensar (Zuleta; 2001: 19). En las siguientes tablas del SNIES13 puede conocerse de una forma mejor ilustrativa las cifras de cobertura, por un lado, y de gestión, por el otro, en las universidades colombianas desde poco después de la entrada en vigencia de la ley 30 de 1992:

Es un filósofo el hombre que quiere saber; el hombre que aspira a que el saber sea la realización de su ser; el hombre que quiere saber por qué hace algo, para qué lo hace, para quién lo hace; el hombre que tiene una exigencia de autonomía. 13 El Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES), es un sistema de información que ha sido creado para responder a las necesidades de información de la educación superior en Colombia. Este sistema como fuente de información, en relación con las instituciones y programas académicos aprobados por el Ministerio de Educación Nacional, consolida y suministra datos, estadísticas e indicadores relevantes, confiables y oportunos.

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Respecto a la anterior tabla, es evidente el gran incremento del número de personas matriculadas en programas de pregrado, sin que esto evidencie la misma tendencia marcada dentro del crecimiento en la infraestructura física; esto demuestra que los nuevos profesionales se forman cada vez más en espacios más reducidos. De otro lado, es importante anotar el rubro correspondiente al reconocimiento de grupos de investigación en COLCIENCIAS, que si bien es positivo y sigue presentando esa tendencia, no es desde ningún punto de vista consecuente con el incremento de los estudiantes matriculados. Lo anterior evidencia de manera contundente cómo la lógica que supone el modelo económico neoliberal dentro de

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Estas cifras corresponden a la situación global de los programas de formación profesional y no sólo a la situación particular de la formación contable, sin que esto determine de ninguna manera una situación completamente distinta dentro de ella. Con la explicación de estas cifras se pretende mostrar desde una perspectiva holística el trasegar de la educación profesional en general a partir del año 1993, es decir, un año después de la expedición de la ley de educación superior.

la educación superior colombiana, se circunscribe en la formación de personas que se interesen solamente por masificar y transmitir los conocimientos con la intención de ponerlos al servicio de ella. El índice de progreso y desarrollo de toda disciplina profesional debe ser directamente proporcional al grado de investigación que en ellas realiza. En consecuencia, una profesión que carece de innovaciones está condenada al anquilosamiento cuando no a la permanencia en el error. Pero tal parece que la contaduría pública en nuestro país ha ignorado esta sentencia, pues se sospecha que su índice de investigación es bajo, si toma en cuenta el número de miembros activos de la profesión contable. Siguiendo con el hilo principal del presente trabajo, se anota como de común conocimiento que desde la imposición de planes de estudios al servicio de la empresa comienza a tejerse una problemática más coyuntural y adversa a los intereses de los contables del siglo XXI. La investigación contable, por ejemplo, es una problemática realmente importante dentro de la formación que reciben y que imparten las universidades a sus estudiantes. La carencia de fundamentación metodológica, de espíritu lector, de relaciones con problemáticas sociales, etc., sin duda alguna una incalculable cantidad de factores que si bien no son responsabilidad exclusiva dentro de las arcas de la formación universitaria, sí le son expresas a la formación básica y media, también supeditada a la lógica neoliberal inmersa desde la promulgación de la ley general de educación. El extenso el campo del conocimiento que se propone al estudiante y él aprende, aprende y aprende; pero nunca hay un espacio para pensar, un espacio para preguntarnos el por qué, un espacio para definir, un espacio para cuestionar. Mientras que no haya epistemología en la universidad se continuará en la contabilidad técnica, así el nombre que le pongamos sea el de Educación Superior. (Bermúdez; 1998: 10).

Apoyándose en la concepción mexicana sobre la formación profesional de sus contables (Suárez; 1992: 21), la cual no se aleja del contexto Colombiano, se determina que la educación colombiana y, por tanto, la educación contable colombiana, está padeciendo siete pecados capitales, a saber: 1. Domesticación de los alumnos, en cambio de fortalecer su identidad y creatividad. 2. Repetición de contenidos, ignorando los avances de la disciplina contable. 3. Teorización excesiva por parte de los docentes, incapaces de exponer el saber contable en el marco de las realidades económico – sociales del mundo y de nuestro país. 4. Academismo exagerado, consistente en un desprecio de la educación no universitaria. 5. Burocratización de la academia contable, lenta para adoptar toda clase de decisiones. 6. Improvisación de la enseñanza, producto del exiguo tiempo dedicado por los docentes a la preparación de experiencias de aprendizaje. 7. Elitización de la educación, como consecuencia de los procedimientos de selección y del aumento de las matrículas. Se debe luchar contra las personas que quieren aprender a hacer la contabilidad y contra las escuelas universitarias que para enseñar la contabilidad ponen a las personas a hacer. Varias veces me han dicho, ¿cómo vas a hacer para que los estudiantes trabajen?. Eso es una realidad grandísima. Es que si no trabajan no pueden estudiar: un círculo; pero eso está haciendo que las personas piensen que la contabilidad es una mecánica, que la contabilidad es una forma de llenar unas hojas, una forma de hacer una contrapartida, en lugar de pensar que la contabilidad es una forma de pensar (Bermúdez; 1998: 11). CONSIDERACIONES FINALES Luego de haber diseminado y discernido de forma cronológica sobre los cambios en la educación a causa de los modelos económicos, se entiende que el prototipo

de educación tiende a cambiar respecto a las necesidades mismas de un selecto grupo de mercaderes. A raíz de esto, se precisa en el contexto local colombiano cómo las condiciones tanto de la educación como de los demás sectores de la economía no sólo se vuelven dependientes de los intereses empresariales, sino que cada vez se ven envueltas en situaciones que ameritan a la reflexión de sus hacedores y su incansable defensa de los intereses de la sociedad. El campo de la educación, en otrora vedado a los inversionistas privados, ha sido influenciado desde poco más de veinte años en el contexto particular colombiano. Desde

ese

momento

se

han

evidenciado

cambios

importantes en

la

fundamentación de los programas de pregrado del país con el fin de moldearlos, cada vez más, a los intereses de estos y a la masificación de los conocimientos sin distingo de la racionalidad que posean. Formar seres reproductores de información es la finalidad de este tipo de políticas al servicio de la empresa. El establecimiento de una formación integral debe ser incluyente desde los mismos hacedores de esta, es decir, hacia los docentes y estudiantes. La carencia de este proceso y el marcado desconocimiento del placer que logra la lectura y la escritura por parte de los docentes y estudiantes, no son sino vistas como vacíos que conllevan a que el giro y los nuevos cambios de la educación en contabilidad conlleven justamente al favorecimiento de los intereses de las élites. El contador en formación debe ser consciente de su educación y está llamado, además, a involucrarse en las luchas que buscan el establecimiento de una formación que abarque todo su quehacer profesional y personal. Los docentes, también permeados por la lógica del consumo tendrán que reflexionar sobre los conocimientos que dan a sus estudiantes; si son verdaderamente objetivos y pertinentes para la transformación de problemáticas sociales (Acevedo; 2012: 20). El continuo avance de políticas que pretenden justificar la llegada de capital privado a la educación superior, no deben ser los únicos espacios coyunturales que propicien la defensa de la educación superior en Colombia, sino que, aún en la

ausencia de estas políticas, se debe igualmente ejercer protección propia con la educación profesional como determinante en la consecución de futuros niveles de vida propicios y por ende en el favorecimiento de la sociedad colombiana. Debemos oponernos a todos los proyectos educativos y a las políticas de educación que consideran al hombre como un ser que debe insertarse sin formación al mundo empresarial, y que a su vez, considere que es posible que los seres humanos vivan alejados del arte, de las letras y de la escritura como actividades que poco contribuyen a encontrarle un sentido a la vida misma. Educar y formar se dignifican a sí mismos cuando permiten que los hombres miren más allá de sus meras ambiciones y, sin descuidar su deseo de vivir decentemente, consideren que la educación instrumental desvirtúa la razón crítica de la Universidad (Rojas; 2009: 206). Sólo en la mano de los estudiantes está la defensa de su educación. Son simplemente ellos quienes deben, casi que por naturaleza, comenzar a valerse de sus intereses para ser partícipes de su propio aprendizaje, en aras de contrarrestar la poderosa intervención de la racionalidad de la empresa en cada una de las áreas del saber. Para esto es importante crear espacios de construcción desde la academia; entender que la situación particular de la formación básica es la más urgente en la formación de seres pensantes al servicio del país, y no simplemente en masificadores de conocimientos. Para terminar, se dejará un mensaje entre comillas, que pronunció Juan Pablo II el 17 de Diciembre de 1991 en la Basílica de San Pedro ante los estudiantes de Roma, oportunidad en la cual se estaban preparando para la Navidad. En esa ocasión Juan Pablo II dedicó su homilía a la educación. Es claro que Juan Pablo II puso bien en su momento el dedo en la importancia de una educación de los valores, en una educación de actitudes. En un país como el nuestro, donde eso es cada día más

importante, creemos que este mensaje, con el que queremos cerrar este trabajo, nos viene muy bien a todos. Dijo en esa oportunidad15: “(...) Conjugar, libertad y verdad: he aquí un desafío de gran importancia para los hombres de cultura y de ciencia de nuestro tiempo. La fragmentación actual del saber, una visión instrumental de las cosas y de la misma persona -manifestaciones que se hayan presentes en algunas expresiones del pensamiento moderno-, os obligan a vosotros, profesores, investigadores y estudiantes, a reflexionar valientemente sobre la naturaleza y las finalidades de las tareas de la universidad en orden al bien común. Las nuevas generaciones tienen necesidad de ayuda para crecer como personas libres, amantes de la verdad y fieles a ella. La búsqueda de la verdad, de la belleza y de la bondad, no es un compromiso pragmático, sino cultural y ético: un servicio a la promoción del hombre y un camino hacia la evangelización (...)”.

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Véase La voz del Papa, Revista VNIVERSITAS, número 82, junio de 1992, Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Ciencias Jurídicas, Bogotá.

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