Impuestos para sostener un déficit creciente

July 6, 2017 | Autor: Mateo Martinez | Categoría: Tax Law, Colombia, Impuestos y derecho tributario, Current Account Deficit
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Descripción

Impuestos para sostener un déficit creciente
La última reforma tributaria dejo entrever la necesidad del Estado cubrir sus gastos de funcionamiento y la inversión social. Si bien era previsible el déficit por la terminación de impuesto al patrimonio, lo cierto es que su discusión fue algo ajetreada (por presentarse sobre el tiempo) y muy conflictiva con los gremios económicos. Donde la discusión giro entorno a cubrir el déficit, porque de una u otra manera debía ser solventada esta necesidad de la nación. En el siguiente escrito comentare lo que llevo a la reforma tributaria del 2014, hare unas propuestas en materia de derecho fiscal y finalizare con una conclusión acerca de las necesidades fiscales y como armonizarlas con un esquema tributario distinto.
El gobierno del presidente Santos ya había presentado 2 reformas tributarias en lo que iba de su mandato (dos pequeñas reformas en 2010 1429-1430 y una reforma más amplia en 2012, Ley 1607). Bien, cumplía con su promesa de campaña de no aumentar las tarifas para generar más tributación, con la contraprestación de perseguir más la evasión y aumentar el recaudo por parte de la DIAN. El déficit de12 billones que causo la necesidad de la última reforma tributaria. Era previsible, por el término de vigencia del impuesto al patrimonio. Tradicionalmente este impuesto había sido prorrogado de forma sistemática por los anteriores gobiernos. Pero ahora, parecía haber una presión por parte del empresariado por acabarlo. Debido a que junto con otros impuestos (inconvenientes desde el punto de vista económico) como el Gravamen a los Movimientos Financieros (GMF), o el ya sepultado impuesto de timbre, debían irse desmontando del esquema tributario por sus innumerables reparos por parte de los expertos y los organismos multilaterales.
Aunque dicho lo anterior, la realidad es que la costumbre del Estado colombiano en los últimos años ha sido hacer las cosas en materia tributaria de a pedazos. Puesto que, los impuestos anteriormente descritos no se desmontan por completo o se terminan reinventando. Es así como, el GMF se amplió su vigencia con la excusa de girar los recursos para el campo colombiano, aunque se prometió que si se desmontaría para el año 2018. También, es importante tener en cuenta que el impuesto de timbre aún existe jurídicamente, aunque este al 0% es cualquier momento lo pueden revivir para cuadrar los desajustes de las finanzas públicas. En el mismo sentido le pasa al impuesto sobre el patrimonio, que le hacen un cambio de nombre y ahora se denomina "impuesto a la riqueza" pero debido a la necesidad de eliminarlo, la puja del gobierno con los empresarios termino en una aplicación que va disminuyendo a lo largo del tiempo hasta desaparecer para 2018. Lo anterior, en contraposición de un aumento progresivo del CREE que terminaría para el año 2018 con un impuesto a la renta del 43%. Una tarifa nunca antes vista por nuestra legislación y que sin duda prende las alarmas para las empresas que verán una progresiva pero fuerte reducción de sus utilidades.
Todo esto va en contravía con los principios constitucionales que se imponen a la administración tributaria, estos son la equidad, progresividad y eficiencia. Debido a que la estructura del impuesto a la renta en Colombia está establecida por montos, haciéndola claramente regresiva y muy en contra de la progresividad y la equidad que debería imperar en los tributos. De ahí que cualquier modificación al impuesto de renta en realidad termina imponiendo cargas muy altas a sectores que no necesariamente pueden solventarlas
Del mismo modo, recientemente la última edición de la revista Dinero título en su portada "impacto profundo" donde realiza una extensa revisión de la situación fiscal, economía y tributaria del país. Conviene extraer del análisis, la idea que seremos victimas de nuestro propio invento, debido a que las cargas tributarias excesivas para las empresas, junto con un gobierno que parece no ser muy austero y que además genera unos gastos sociales que son difícil de sostener en el tiempo, además de un esquema tributario que parece apretar mucho a unos pocos mientras deja exentos a otros tantos. Termina en una confluencia de factores que sumados a una situación económica apretada puede terminar en una desaceleración económica que se vea profundizada precisamente por nuestra propia regulación. Pero para abordar esta idea lo fundamental es hacer una revisión de cada elemento por aparte para entender de forma clara el análisis.
La situación fiscal, se lo primero advertir el hecho de que en la discusión del plan de desarrollo días antes de su presentación tuvieron que hacerle un recorte de cerca de 90 billones de pesos en inversión, esto debido a la caída de los precios del petróleo y la subida del dólar, que automáticamente generaban un recorte en materia de crecimiento económico a corto y mediano plazo. Así, el Ministro de Hacienda Mauricio Cardenas tuvo que bajar la meta de crecimiento del 4,7% al 4,2%. Cifras que aún están muy altas para las proyecciones de otros organismos nacionales e internacionales. Como el FMI que ubico el crecimiento de Colombia entre el 3,4% y el 3,9%, aún más baja, la proyección del Banco de la Republica ha venido bajando mes a mes hasta ubicarse en su última reunión cerca del 3,2%. Con un panorama así será muy difícil alcanzar la cifra promedio de 4,5% de crecimiento durante la vigencia del plan de desarrollo. Pero además de lo anterior, el plan de desarrollo tiene dentro de su paquete de inversiones un fuerte componente privado que por la desaceleración y las altas cargas impositivas es muy difícil que realmente pueda participar de la forma esperada dentro de la ejecución del plan, mucho más difícil será a participación de los privados si el Gobierno no logra vender ISAGEN, puesto que sin tal enajenación el cierre financiero para los proyectos de infraestructura de las "vías 4G" será imposible. Por lo anterior se tiene un plan desfinanciado, que claramente a futuro aprieta mucho más la situación del gobierno, donde un cambio estructural será inminente pues proponer reformas a corto plazo y tan nefastas como la del 2014 ya no parece ser sostenible en el tiempo por razones económicas.
Es relevante recordar que la estructura de impuestos se sostiene debido a que en general causan unos ingresos que el Estado aunque quisiera acabar algunos impuestos, ya no encuentra como sustituirlos. En este mismo sentido, a manera ilustrativa describiré los ingresos fiscales por impuesto en el año 2007, como forma de entender porque la estructura tributaria se cambia de a pedazos y no se puede eliminar impuestos de forma inmediata. De acuerdo al libro de Curso de Derecho Fiscal de la universidad externado de Colombia (2008), los ingresos se reparten así:
"el recaudo tributario representa el 48,2% de los ingresos del presupuesto nacional y el 15,6% del PIB del 2007.Por impuestos directos (de renta y de patrimonio) se obtienen 22,5 billones de pesos(6,6% del PIB) y por impuestos indirectos( IVA, GMF, Arancel, Combustibles, etc) se obtienen 30,1 billones de pesos (8,97% del PIB)" (2008, pg52)
Lo anterior ciertamente ha variado a lo largo de los años pero la necesidad de cada impuesto sigue siendo igual, por lo tanto es precisamente sobre esos rubros que debe repensarse el sistema tributario y buscar recaudar mucho más con relación al PIB, con la meta de llegar a tasas del 25%-30% del PIB como un país desarrollado.

Para solucionar el hueco fiscal lo necesario es una reforma tributaria estructural, puesta que la situación tributaria en realidad está plagada de impuestos anti-técnicos y que por ser eficientes (como el IVA o GMF) en realidad están mal estructurados, el IVA está lleno de huecos y abierto a interpretaciones donde la astucia jurídica apremia. A pesar, de establecer el impuesto sobre el consumo como medida para evitar los vacíos que generaba el IVA, la realidad es que sus verdadero problema son sus variadas exenciones y exclusiones que lo hacen profundamente injusto para el conjunto de la economía, como o resalta el artículo de Dinero existen IVA para concreto y no para el asfalto siendo un impuesto mal distribuido y con realidades absurdas. Otro impuesto claramente anti-técnico es el GMF donde a pesar de ser de muy efectiva recaudación genera barreras para la bancarización y además grava de forma muy dañina el movimiento de capitales. Lo mismo pasa con casi todos los impuestos nacionales y es precisamente de allí la necesidad de una reforma estructural que amplié la base de tributación, elimine las exenciones y gabelas a distintos sectores, como también, establezca reglas de juego claras que generen confianza del ciudadano a la administración tributaria y al mismo tiempo permita a las empresas tener condiciones que les permita invertir y mover la economía.
Desde el punto de vista económico, debemos empezar a abrir nuestra economía desde adentro liberalizando el flujo de capitales por diversos sectores y potenciando los verdaderos motores de la economía, como son indudablemente: la industria, la tecnología e innovación y la educación. Esto debido a que en los últimos años hemos tenido un proceso de liberalización y de integración económica exterior pero que en realidad no ha solucionado los problemas de la economía interna del país. De ahí, que las exportaciones cada día bajen más mientras nos hacemos dependientes de los recursos naturales, al mismo tiempo, que somos inundados por importaciones de otro países donde nuestras tasas de colocación en vez de aumentar, como efecto de los acuerdos comerciales, lo que ha hecho es disminuir(como con EEUU). En medio de una situación económica con tanta incertidumbre, lo que debemos impulsar son los sectores que se pueden sostener en un futuro por sí mismos y generen más valor agregado a nuestra economía, la educación como sector estratégico que permita aumentar la productividad de las personas al tener capital humano mejor capacitado en el país y donde se pueden dar salarios más elevados, no por decreto, sino por el aumento en la productividad y la capacidad de dar valor agregado a los productos que se producen en el país si se tiene una industria fuerte que vaya más allá de los reglones manufactureros y permita generar los productos que la globalización demanda para hacer competitivo el país, todo lo anterior apoyado de un fuerte insumo de ciencia y tecnología que permita estar a la vanguardia con los países desarrollados y de esta manera generar ingresos sostenibles en el tiempo.
Por último, la recomendación de una estructura tributaria nueva y novedosa que impulse el desarrollo de los sectores estratégicos anteriormente mencionados, se plantea al ver que la economía nacional en realidad por la bonanza de los últimos años se venía inclinando a un modelo paternalista donde el Estado impulsaba la economía generando rentas especulativas a los privados y financiando programas sociales que en algunos casos mantienen estructuras de asistencialismo, que no permiten aumentar la producción nacional y generar la riqueza que se distribuya de forma equitativa dentro de la sociedad.









Referencias Bibliograficas
http://www.dinero.com/edicion-impresa/caratula/articulo/impacto-del-impuesto-riqueza-empresas-colombia/208506
http://www.eltiempo.com/economia/sectores/plan-de-desarrollo-colombia-recorte-del-presupuesto-nacional/15297361
http://jorgerobledo.com/robledo-en-todelar-el-pnd-esta-desfinanciado-audio-304/

Gómez, R. Et Al (2008). Lección 1, conceptos y contenido del derecho fiscal. In Curso de Derecho Fiscal (Primera ed., Vol. 1, p. 741). Bogotá: Universidad Externado de Colombia.






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ibidem

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