¿Imagología como método de trabajo del historiador?

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Eva Kubátová Universidad Carolina en Praga Facultad de Filosofía y Letras Centro de Estudios Ibero-Americanos Hybernská 3, Praga 1, 110 00, República Checa + 420 776 096 665 [email protected] ¿Imagología como método de trabajo del historiador?1 Palabras clave: imagología, Leyenda Negra, siglo XVII, América colonial, Caribe, WIC Planteamiento preliminar ¿Es posible aplicar la imagología de una manera realmente científica al estudio de las fuentes coloniales del siglo XVII? Esta ponencia es más bien un estudio polémico, el cual tiende a plantear los posibles enfoques metodológicos de las visiones de sí mismo y del otro aplicables a las relaciones coloniales español-neerlandesas en el Caribe. También está presentando por lo menos algunas de las preguntas que le están surgiendo un doctorando en la mente a la hora de concluir su estudio con la tesis. Lo que este texto no pretende, es hacer una compleja reseña de la imagología como método, ni tampoco resumir plenamente el periodo histórico implicado. Y mucho menos tiene la intención de llegar a las conclusiones de la futura tesis, la cual me llevó a resumir aquí mis dudas metodológicas. Éstas las estoy presentando al foro antropológico con la mejor intención de inculcar un posible debate sobre los puntos débiles (o dubitativos) de los caminos académicos actuales, que tienden a ser lo más ampliamente interdisciplinarios, novedosos y amplificadores. ¿Pero es realmente el mejor camino? Esta nota preliminar ya por sí misma está planteando varias preguntas a las cuales no es fácil responder. Espero entonces que el lector me permita que muchos de estos signos de interrogación se queden pendientes y sigan sustituyendo a los muchos puntos finales de las frases, que para un artículo serían, por supuesto, mucho más convenientes. Inmortalidad imagológica de Kundera Permítanme empezar este texto de una forma literaria, y eso mediante la novela Inmortalidad del escritor francés de origen checo Milan Kundera, el cual aquí presenta por primera vez el término de imagología en el contexto de sustituto de la ideología de una vez ya superada. “En cuanto a la comparación entre la ideología y la imagología, querría añadir lo siguiente: las ideologías eran como enormes ruedas tras el 1

Esta ponencia fue concluida a base de la investigación llevada a cabo en los años 2013-2014 con el tema de “La lucha hispano-neerlandesa en el Caribe del siglo XVII“ (Spanish-Dutch Struggle in the Caribbean of the 17th Century), apoyada por GA UK (Grant Agency of the Charles University in Prague). Número del proyecto: 540813.

escenario que daban vueltas y ponían en movimiento las guerras, las revoluciones, las reformas. Las ruedas de la imagología dan vueltas, pero esto no incide sobre la historia. Las ideologías luchaban unas contra otras y cada una de ellas era capaz de llenar con su pensamiento toda una época. La imagología organiza ella misma la alternancia pacífica de sus sistemas al ritmo veloz de las temporadas. Dicho con palabras de Paul2: las ideologías pertenecían a la historia, mientras que el gobierno de la imagología comienza allí donde termina la historia.” (Kundera, 1990, 91) Kundera publicó la novela de Inmortalidad en 1990 en francés bajo el título L’Immortalité. Después, como siempre se reservaba el derecho, él mismo empezó a trabajar en la traducción a su lengua materna, la cual fue publicada por primera vez hasta en 1993, siendo el último libro suyo publicado en checo3. Kundera así claramente señala su indignación por parte de su propia patria,4 dado que desde el año 1975 vive en Francia.5 Ya este hecho es para una doctoranda procedente de la República Checa un interesante punto de partida. La francesa Agnes, vive en un miedo eterno del mundo lleno de imágenes, y a la vez en incesante preocupación por no reflejar ninguna huella de sí misma en la historia. Está luchando contra la necesidad de otros por dejar marcas de su vida y así convertirse en inmortales. En la Inmortalidad, Kundera nos provee no sólo de una novela, sino de una meditación profunda por las diferentes maneras de la existencia humana. Los protagonistas están borrando los estereotipos tradicionales de los esquemas novelescos: no es posible dividirlos en positivos y negativos, buenos y malos o sensibles e insensibles, pero tampoco en principales y secundarios (excepto Agnes, la cual está presente en la mayoría de la novela, pero tampoco se puede decir que sea la protagonista per se, sino más bien un personaje movido por la trama). Kundera más bien está relativizando todos los valores universales, planteándolos como absurdos y superficiales, pero sobre todo está señalando la espantosa supremacía de la imagología, la cual absorbe toda la realidad. En el mundo de imagología, la gente se está encubriendo con una máscara y deja reducir el mundo nada más a una imagen, la cual va formando y está dejando el entorno que la vea y observe. A pesar de ser una novela publicada en el mero inicio de los años 90, incluso hoy en día nos podría sorprender por su actualidad. Pero también aplica para la(s) historia(s) coloniales, dado que la imagen fue el iniciador de muchos sucesos históricos. ¿Acaso no era la colonización misma en su mera esencia una intención de convertirse en eternos?

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Marido de la protagonista de la novela, Agnes. A pesar de su procedencia Checoslovaca, ya no volvió a dar derechos de traducción al checo de ninguna de sus obras posteriores. Incluso en español salió la obra antes que en checo: en el año 1990 por la editorial Tusquets. 4 Kundera fue fuertemente perseguido durante la época comunista checoslovaca, lo cual lo hizo emigrar. Sin embargo, en los últimos años están apareciendo estudios que lo están enlazando con la policía secreta comunista, acusándole de colaborador. 5 Aunque él mismo coopera en traducciones de sus obras a diversos idiomas, en checo no están saliendo, dado que no confía en ningún traductor que no sea él mismo. Tampoco desde el año 1985 ha dado ninguna entrevista en la prensa. (Verecký, 2001) 3

A parte de eso, Kundera nos está planteando en esta cita una idea revolucionaria en cuanto al estudio histórico. ¿Realmente las ideologías pertenecían a la historia, mientras que el gobierno de la imagología comienza allí donde termina la historia?6 Búsqueda del marco metodológico La creación de imágenes, símbolos, íconos o cultos es de naturaleza humana. (Beller, 2007, 17) La formación de ideales y delimitación del papel propio de cada uno en el entorno del mundo. La imagología tiene sus orígenes en Platón y Aristóteles, siguiendo más tarde la línea de Neo-Platonismo, empirismo e idealismo, llegando hasta el enfoque crítico del idioma actual, o fenomenología (Beller, 2007, 3). Sin embargo, hasta los años 50 del siglo XX sólo formaba parte natural del proceso cultural y social, sin ser denominada formalmente como imagología. La imagología está principalmente enfocada en las características del otro (así pues hetero-imágenes) y de sí mismo (entonces auto-imágenes). El contexto siempre está enlazado con el reflejo del observador en el observado y viceversa. (Beller, 2007, xviii-xiv) Las caracterizaciones estereotipadas7 están reflejadas en su ambiente retórico, representando así las características discursivas, pero no realidades sociales. De esta forma llegamos a la conclusión de que la base de hechos analizados son imaginados (entonces no siempre directamente vividos). (Beller, 2007, xiv) Asimismo, la imagen es entonces una silueta mental del otro. (Beller, 2007, 27) La imagología per se surgió sobre todo a base de la necesidad por la descripción de caracteres nacionales y más tarde también por el determinismo cultural, junto con la sistematización de estereotipos étnicos. (Beller, 2007, 17-18) Como método ya lleva décadas siendo profundizada sobre todo en los Países Bajos, Alemania y Bélgica, donde desde los años 60 Hugo Dyserinck desarrolla los estudios imagológicos a base de la escuela francesa comparatista.8 Varios académicos9 también se dedicaron a la imagología en los campos de análisis sociológico, filosófico, filológico y teológico. La imagología se mostró exitosa también en la literatura comparativa y semiótica: en este lugar hay que mencionar por ejemplo el excelente trabajo de Tzvetan Todorov La conquista de América, la cuestión del otro, publicado en 1982. No obstante, como señala la hispanista checa Anna Housková (2012, online), en su enfoque a la visión del “otro” ni Todorov presta atención al punto de vista latinoamericano, sino únicamente Europeo, como tradicionalmente suele pasar en historiografía.10 6

A la transformación de ideología en imagología, como la plantea Kundera, se han dedicado en el marco teórico sobre todo Klinger (2001) en su artículo From Ideology to Imagology: Developing an Architecture of Argumentation, Simons (2000) en su artículo Ideology, imagology, and critical thought: the impoverishment of politics, o Soukup (2006). 7 Cómo señala Stanzel (1997, 12), el estereotipo combina la información mínima con significado máximo. 8 La escuela francesa cristalizó de la base en literatura comparativa en los años 50 bajo el nombre de imagología. Mientras que los críticos literarios estadounidenses la rechazaban, hasta hoy en día su popularidad en Europa crece. En este sentido, es interesante observar las páginas web www.imagologica.eu, que reúnen estudios y listas de literatura en cuanto al tema. 9 Entre otros hay que mencionar sobre todo Stanzel, Boerner o Diller en el campo de filologías individuales, o Boas, Benedict o Gorer en el campo antropológico (sin embargo, sobre todo con el enfoque en la etnicidad per se). (Beller, 2007, 22-23) 10 A este tema nos dedicaremos más profundamente en el capítulo Dificultades primordiales.

En cuanto a los campos de aplicación, Beller (2007, xiv-xv) ubica la frontera del uso de imagología en Europa de época postcolonial, aunque no duda en proyectar un futuro de la misma metodología en estudios interdisciplinarios, con enfoques transEuropeos trans-culturales e interdisciplinarios.11 Sin embargo, hoy en día la imagología se sigue centrando sobre todo en el tema de la identidad nacional, incluso de la época colonial, como bien demostró por ejemplo Neumann (2009), o aplicándola ante todo en el análisis de obras literarias como por ejemplo Zacharasiewicz (2010) o Sánchez Romero (2005)12. Beller (2007, 4) también señala que las diferencias culturales, procedentes de idiomas, mentalidades, hábitos diarios y religiosas van formando imágenes y juicios, sean negativos o positivos. A la autora de este texto le gustaría añadir a la enumeración de posibles causas de la formación de imagen todavía una cosa: hechos históricos13. Pero en este momento está saliendo otra de muchas preguntas de esta polémica - ¿son los hechos históricos realmente los causantes principales de discordias imaginadas o son nada más el resultado final de la combinación de características enumeradas por Beller? Pero volviendo al carácter polémico de este texto: el objetivo original de la autora en cuanto al estudio de los materiales archivísticos del siglo XVII era aplicar la imagología como un posible enfoque a las relaciones mutuas, pero sin la necesidad de seguirla como una metodología. Simplemente describir los resultados historiográficos con un mayor enfoque en las posibles razones de la toma de decisiones,14 enfocándose en microhistorias en vez de una historia total15. A pesar del peligro de envolver así un análisis que hubiera podido ser estrictamente descriptivo, y así correcto, en una red de más dudas, incertidumbres y conclusiones discutibles.16 ¿Pero realmente nos podemos permitir aplicar la imagología al análisis histórico colonial, y así extraerla de la ubicación metodológica de Beller y sus colegas? Plantémonos como ejemplo una pregunta historiográfica del inicio de la colonización neerlandesa: en 1634, cuando los neerlandeses formalmente ocuparon la isla de Curaçao, se deshicieron de toda la población nativa, porque por sus contactos previos con los españoles estaban perjudicados por el catolicismo (Goslinga, 1979, 109). Este hecho se podría dejar en breve descripción, igual añadiéndole citas de

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Como ejemplos de disciplinas combinables, Beller señala sobre todo psicología social, estudios [post]coloniales, antropología o historia. 12 Sánchez Romero se plantea preguntas parecidas que ofrece este texto, nada más que en vez de historia las está contextualizando con el campo de la teoría de la literatura. Su texto concluye que la imagología es una metodología que necesita más profundidad de estudio de ella misma para poderla aplicar correctamente en la práctica. 13 Como señala Herrero Sánchez (1999, 90): “En la Monarquía Hispánica el modo de percibir a los neerlandeses vario de manera sustancial en consonancia con la evolución de los acontecimientos internacionales.” 14 García Hernán (2011, 282) describe este avance historiográfico como un cambio de concepto de Historia cultural a “la concepción de ésta como un fenómeno amplio y global que incluía los modos de pensar, sentir y actuar de una determinada sociedad: la llamada Historia cultural de lo social”. 15 La tendencia a la microhistoria en vez de la historia total tradicional, también la menciona Raková (2005, 5). 16 Simplemente revolver la gran pregunta de George Lakoff (2008) ¿Por qué no puede entender la política del siglo XXI con un cerebro del siglo XVIII? y crear así una propuesta de intentar entender el siglo XVII con el cerebro del siglo XXI.

archivos, o estar buscando una razón más profunda de ¿por qué vengarse de los habitantes indígenas por sus previos contactos? Beller (2007, 7) plantea que la imagología no es una especialización científica nueva, sino que más bien es una visión fresca a las preguntas perpetuas. Igual que Todorov, Beller emana sus visiones imagológicas a base de textos literarios como ensayos, poemas o diarios de viaje17. Pero ¿qué pasa si los ponemos en contexto de material archivístico cotidiano? ¿A decisiones diarias de las instituciones coloniales? ¿Se nos ofrecerá una visión más profunda o caeremos en el “error de juzgar a los pueblos y a las nacionalidades por sus instituciones, calificando por ella la cultura, la civilización, la moralidad y el patriotismo del pueblo a quien pertenecen”, como declara Medina (1998, 21-22)?18 ¿Y si caemos en los topoi clásicos de colonizador y colonizado (Price, 1990, 4), quién es en las relaciones hispano-neerlandesas quién? Interpretaciones en el tiempo y las “leyenda(s) negra(s)” En el siglo XVII, los países coloniales pasaron por un período muy agitado. Las intenciones españolas de mantenerse sus pertenencias trasatlánticas, junto con la ansiedad neerlandesa, inglesa y francesa de penetrar en el comercio con el Nuevo Mundo y aprovecharse de las riquezas del continente, complicaron las relaciones ya bastante frágiles entre los imperios. Las interpretaciones de sí mismo y del otro razonablemente cambian a lo largo de los siglos, dependiendo de la postura y relaciones actuales. Como bien señaló Ferro (2007, 5), ¡cómo de honorable era el destino y cómo de meritorias eran las pesadumbres de los conquistadores! Pero hoy el tono cambió y la mala conciencia tomó la palabra. Sin embargo, si resumimos los resultados de la presencia francesa, neerlandesa o inglesa en las colonias, ni una naranja es impecable, ni una aceituna sin sabor acídulo.19. En el mismo hilo Ferro concluye, que la memoria histórica europea se reservó su último privilegio como expresión final de propio orgullo: hablar en tonos negros de sus propias hazañas coloniales. Este margen bien se puede percibir en el cambio de enfoque en la Leyenda Negra española. La mundialmente conocida Brevísima relación de la destrucción de las Indias20 del gran defensor de los nativos americanos, Bartolomé de las Casas, no requiere presentación. Todos conocen de sobra la fuerte crítica contra la conquista española, en la cual se basó la Leyenda Negra, la cual marcó los siguientes siglos y creó una imagen perdurable de los españoles. Los neerlandeses, en su momento, se aprovecharon de ella para justificar su propia entrada en el Nuevo mundo en una guerra de palabras contra los tiranos españoles (Schmidt, 2006, xxv), publicando series de panfletos y grabados que profundizaban la bipolaridad del bueno y el malo, como por ejemplo en la conocida caricatura de la (supuesta) quema de nativos en

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Sobre todo la primera mitad del siglo XVII en las Provincias Unidas de los Países Bajos, los diarios de a bordo (scheepsjournalen) y descripciones de viaje (rijsbeschrijvingen), vivieron un éxito espléndido. (Doedens, 2008, 10) 18 El mismo error menciona Ramos (2000, 888) en relación con los estudios sobre el Brasil colonial. En su opinión, la historiografía de las últimas décadas se ha concentrado demasiado en las fuentes oficiales, apartándose así del real portador del contexto - cultura popular. Por ejemplo, en vez de estudiar el instituto de la Inquisición, recomienda estudiar las propias vidas de las víctimas de la Inquisición. 19 Se trata de una traducción libre mía. 20 Por primera vez apareció en el año 1552.

América, hecha por el holandés21 Theodor de Bry, formando parte de la propaganda antiespañola por parte de los neerlandeses calvinistas22. (Herrero Sánchez, 1999, 89) Producción de panfletos con motivos de deshonra del otro y a la vez de elogio de sí mismo fueron consecuencias naturales de la lucha católico-protestante sobre la supremacía colonial.23

Pero situémonos un par de siglos más adelante, en específico al año 1914, cuando España estaba viviendo su época de imagen romántica, causada (no sólo) por la ópera Carmen de Georges Bizet24, contrastando con la fama que había tenido desde hacía siglos antes (Beller, 2007, 21). Y justo en este momento aparece la obra La leyenda negra de Julián Juderías, la cual la representa desde un punto de vista hasta por aquel entonces sin precedentes: (...) el ambiente creado por los relatos fantásticos que acerca de nuestra patria han visto la luz pública en todos los países, las descripciones grotescas que se han hecho siempre del carácter de los españoles como individuos y colectividad, la negación o por lo menos la ignorancia 21

En este momento, me gustaría añadir una breve nota en cuanto a la toponimia holandés versus neerlandés. El primer adjetivo, holandés, es aplicado rara vez en este texto, y eso a pesar de ser de uso más cotidiano que la denominación neeerlandés. Dados los contextos culturales y geográficos, holandés es únicamente un ser procedente de Holanda, conque de las provincias neerlandesas de Holanda del Norte y Holanda del Sur. Al contrario, neerlandés se refiere globalmente a todo lo que le pertenece a las Provincias Unidas de los Países Bajos (según la denominación estatal histórica) o Países Bajos actuales modernos. 22 De hecho, el calvinismo mismo, en su momento, se identificó con la resistencia contra la monarquía hispánica. (Mackenney, 2001, 193) 23 Maan (2011, 285) indica que las imágenes visuales eran especialmente pertinentes para la mentalidad protestante neerlandesa, la cual desde hacía tiempo producía imágenes como uno de sus elementos culturales más destacables. Asimismo, el alfabetismo imaginatorio gozaba de un gran nivel entre los neerlandeses, dándose bien cuenta del poder comunicativo de la imagen. 24 La ópera de Carmen, desarrollando el tema de apasionada gitana de Sevilla, se estrenó en París en 1875.

sistemática de cuanto es favorable y hermoso en las diversas manifestaciones de la cultura y del arte, las acusaciones que en todo tiempo se han lanzado sobre España fundándose para ello en hechos exagerados, mal interpretados o falsos en su totalidad, y, finalmente, la afirmación contenida en libros al parecer respetables y verídicos y muchas veces reproducida, comentada y ampliada en la Prensa extranjera, de que nuestra Patria constituye, desde el punto de vista de la tolerancia, de la cultura y del progreso político, una excepción lamentable dentro del grupo de las naciones europeas. (Juderías, 1914, 24)25 Juderías actuó patrióticamente indignado por la maliciosa desinterpretación de su nación en las manos de autores extranjeros, según resumió el caso Leersen (Beller, 2007, 21), denominando su obra como la variedad extrema de los estereotipos nacionales. Ni una naranja impecable, ni una aceituna sin sabor acídulo Haciendo alusión a la cita previa de Marc Ferro, las Leyendas Negras forman parte de las historias de ambos países interesados en este análisis. Al principio de su entrada en América, los neerlandeses se situaban a sí mismos en el papel de los redentores de los nativos americanos (Schmidt, 2006, xxvi), basando sus principios por la propia experiencia con el yugo bajo el dominio hispano. Sin embargo, la Compañía de la Indias Occidentales (West Indische Compagnie, más adelante sólo “WIC”), establecida en 1621, tenía el propósito dedesestablecer la posición del Rey de España mediante todos los medios posibles (Aller, 1994, 51), sea por ataques piratas26 o mediante guerras, las cuales fueron la raison d'être de la WIC.27 La Compañía muy pronto se convirtió en la mayor y más impactante arma contra el imperio español en el Nuevo mundo (Kopperman, 1987, 55). Sin embargo, los filibusteros neerlandeses diferían de piratas en general mediante dos rasgos principales: sus ataques se centraban únicamente en los buques y asentamientos españoles, y navegaban bajo la patente de corso, la cual supuestamente les prometía cárcel en vez de horca, en caso de ser capturados.28 Sin entrar en más detalles históricos, la presencia neerlandesa en América se puede resumir al hecho de que alrededor del año 1660, la zona del Caribe dejó de ser un dominio únicamente español (Kašpar, 2002, 66), aunque los orígenes ideológicos del 25

Esta cita viene de la publicación La leyenda negra y la verdad histórica: contribución al estudio del concepto de España en Europa, de las causas de este concepto y de la tolerancia política y religiosa en los países civilizados, Revista de Archivos, España. Esta obra recientemente fue reeditada en España por las Ediciones Atlas bajo el título de La leyenda negra. 26 En diciembre 1621 fue publicada una cédula real declarando las intenciones españolas de una guerra marítima, en cuyas consecuencias todos los barcos neerlandeses en las aguas españolas iban a ser consideradas desde este momento como piratas. (Stradling, 1992, 46) 27 Cómo declara Benton (2005, 706-707), el término pirata en el siglo XVII aplicaba para una gran variedad de actividades, siendo difícilmente trazable la línea divisora entre la piratería misma y la navegación bajo la patente de corso. Benton concluye que la legalidad de las actividades más bien dependía del estado del conflicto actual. 28 Por el otro lado, también hay que mencionar que a pesar de la patente, los filibusteros solían ser ahorcados de todas formas, algunos incluso con la propia patente de corso fijada en su pecho. La patente funcionaba como permiso mágico para todo, lo cual a veces resultaba incluso en situaciones ridículas causadas por el analfabetismo corriente entre los navegantes. Así por ejemplo pudo haber pasado que uno de los capitanes filibusteros saqueaba durante años la costa española con la patente de corso proporcionada por el rey danés, el cual le permitía cazar cabras en uno de los islotes caribeños. (Kašpar, 2002, 66)

colonialismo neerlandés en el siglo XVII suelen resultar en la opinión general que excepto las obras de Hugo Grocio29, no ha habido nada que se podría denominar como “ideología del imperio“. De hecho, se supone que hasta el siglo XIX los Países Bajos nunca han sido un poder imperial, ni se han considerado tales.30 (Weststeijn, 2012, 492) Entre tanto, el imperio español sufría de numerosos ataques a sus posesiones. Uno de los más impactantes, que me gustaría analizar brevemente, y después de la Leyenda Negra señalar la diferencia de visiones, es la toma de la flota española de plata por parte de Piet Heijn en 1628. Un tesoro de increíble valor, lleno de oro, plata, pieles, perlas, especies, colorantes como cochinilla o índigo, todo eso con valor de 12 millones de guldenes, de los cuales más de 7 millones quedaron como ganancia después de haber descontado los costos de la expedición misma (Blussé, 1983, 68). Los contemporáneos neerlandeses de Heijn lo admiraban31 por haberle robado al rey de España a su preciosa amante (Schmidt, 2006, xxvi), y se referían a su acción en comparación con las grandes hazañas de Eneas, Alejandro Magno, Aníbal o Julio César (Weststeijn, 2012, 497). Incluso siglos después, como en la Canción triunfante de la Flota de Plata (Een triomfantelijk lied van de Zilvervloot), compuesta en 1844 por J.P.Heije,32 admiraban sus hechos. ¿Han escuchado de la Flota de Plata de España, la cual fue tomada por los neerlandeses/Oranjes?33, empieza el texto con tono burlón, y después sigue narrando cómo los neerlandeses luchaban como leones, mientras que los españoles huían gritando34. El estribillo elogia a Heijn como un hombre con nombre corto/pequeño, pero hazañas enormes, el cual se ganó la Flota de Plata35. La canción termina con la exclamación de que nosotros de sangre neerlandesa, no somos un país grande, sin embargo nos hemos ganado la Flota de Plata.36 Mientras tanto, los españoles, cuya economía fue notablemente dañada por los hechos de Piet Heijn, protestaban en la poesía como sigue: (…) el holandés pirata, Tan rebelado a Dios como a su dueño, Y de ambición armado tanto leño, Sediento de oro y plata, 29

Hugo Grocio (o también conocido como Hugo de Groot o Hugo Grotius) fue un jurista, escritor y poeta neerlandés, cuya fama se empezó a escribir a principios del siglo XVII sobre todo con su obra Mare liberum (1609) cuya tesis principal consistía en que el mar es un territorio libre que no le pertenece a nadie, refiriéndose así críticamente al monopolio colonial español. 30 No obstante, Padfield (2000, 19) les declara a los neerlandeses como el primer real poder marítimo de la época moderna. 31 Como por ejemplo en un panfleto de Dionisyius Spranckhuysen, Triumphe van weghen de gheluckighe ende over-rijcke victorie teghen de Silver-vlote onser vyanden (Delft, 1629). 32 Citas tomadas de http://cf.hum.uva.nl/dsp/ljc/heije/zilver.htm (fuente original C.J. Aarts en M.C. van Etten (eds.), Domweg gelukkig in de Dapperstraat. De bekendste gedichten uit de Nederlandse literatuur. Bert Bakker, Amsterdam, 1996. 33 El término “Oranje” se refiere a los partidarios de Willem van Oranje, protagonista de la Gran Revolta neerlandesa, y también como sinónimo a los neerlandeses mismos en general. Texto de referencia: Heb-je van de Zilveren Vloot wel gehoord, / De zilveren Vloot van Spanje? / Die had er veel Spaanse matten aan boord / En appeltjes van Oranje! 34 Klommen niet de Jongens als katten in ’t want / En vochten ze niet haast als leeuwen? / Ze maakten de Spanjerds duchtig te schand, / Tot in Spanje klonk hun schreeuwen: 35 Piet Hein, Piet Hein, / Zijn naam is klein, / Zijn daden bennen groot: / Die heeft gewonnen de Zilvervloot! 36 'Wel! Neerlands bloed / Heeft nog wel moed! / Al bennen we niet groot, / We zouen nòg winnen een Zilvervloot!'

Que como fiero bárbaro ateista A precio de su sangre la conquista.37 De hecho, según Herrero Sánchez (1999, 90), la palabra holandés se convirtió en sinónimo de rebelde,38 hereje39 y contrabandista; “una triada de conceptos denigratorios que aparecería de un modo recurrente”. La Gran Revolta y más tarde las intervenciones neerlandesas en el Caribe cambiaron fundamentalmente la imagen de los españoles sobre los neerlandeses. Y justo aquí inicia la gran oposición imagológica: lo que para los neerlandeses era resistencia contra el abuso por parte de los españoles, para éstos era una rebeldía contra un rey gentil que nada más intentaba protegerles como a sus propios hijos. Los neerlandeses pronto se convirtieron en los ojos de los españoles en una plaga contra el Cristianismo y enemigos de la raza humana. (Rodríguez Pérez, 2007, 285-286) Un topos fue naturalmente sustituido por otro y los valores se bifurcaron40 y se quedaron así hasta después de la firma de paz entre las Provincias Unidas y España (Herrero Sánchez, 1999, 88-89).41 Naturalmente, estas discordias también se reflejaban en la zona del Caribe, como bien hemos podido notar en el ejemplo de Piet Heijn. Sin embargo, los neerlandeses, guiando sus pasos históricos a base de la Leyenda Negra española, poco a poco se fueron creando su propia Leyenda Negra. Y no sólo mediante los ataques al imperio español, sino por motivos de su propio comportamiento en sus posesiones coloniales insulares en el Caribe y en Surinam. A lo largo de su presencia en Américas, los neerlandeses se convirtieron en los mayores proveedores de esclavos desde África. Las clases cerradas de colonos blancos que poseían las tierras, poco a poco se convirtieron en una elite de explotadores, (Crespo Solana, 2010, 241) que se dejaban atender y abanicar (a veces incluso sin cesar durante todas las noches) por esclavos desnudos, y bañaban a sus propios hijos en vino importado para demostrar sus riquezas.42(Price, 1988, xiv) Pero incluso la paciencia de los esclavos surinameses tenía su límite y muchos de ellos prefirieron huir a la selva, a pesar de correr el peligro de pena de muerte en el 37

Poema de Lope de Vega, uno de los autores favoritos del Siglo de Oro español, cuyas obras tenían un fuerte impacto entre el público castellano. 38 Como bien señala Rodríguez Pérez (2007, 298), no todos los neerlandeses fueron entendidos como rebeldes al principio de la Revolta - las mujeres neerlandesas valientes, con valores pro-hispánicas, han tenido que enfrentarse a sus hermanos y padres que defendían intereses diferentes. 39 Pero como señala Greenleaf (1995, 12), los reales herejes en los dominios españoles en el Nuevo Mundo no eran solo los neerlandeses, sino en general los habitantes no-hispanos de los territorios de Carlos V., piratas de la época de Felipe II., y judíos españoles que se habían escapado al Nuevo Mundo. 40 Entre los valores primordiales que destacaron en la Gran Revolta neerlandesa y asimismo tanto en la literatura neerlandesa como más tarde fueron enfatizados por los historiadores modernos, hay que mencionar la libertad, sobre todo en el sentido religioso. (Israel, 1997, 241). Padfield (2000, 3) ofrece un punto más diciendo que la libertad fue uno de los marcos distintivos del poder comercial, dado que tanto los comerciantes mismos, como su gobierno, necesitaban el mayor nivel de información, el cual era posible de llegar a concluir sólo mediante la máxima libertad de opinión y expresión. 41 Mackenney (2001, 321) proporciona una interesante descripción de esta bipolaridad: los oponentes de España eran directamente tomados por oponentes al catolicismo, y los oponentes del catolicismo eran oponentes de España misma. Los rebeldes eran heréticos y los heréticos eran rebeldes. Y el descubrimiento de estos hechos fue un fuerte punto de unión de todo el tipo de enemigos neerlandeses del imperio español, los cuales igual no se hubieran unificado en otras circunstancias. 42 El comportamiento de los neerlandeses en la colonia de Surinam lo describe detalladamente Gabriel Stedman, de cuyo diario salió Price en su obra del año 1988.

caso de ser castigados. Durante las guerras por la independencia y libertad de los esclavos en el siglo XVIII (las llamadas Guerras de Saramaka, según la región en la cual tuvieron lugar), los neerlandeses no dudaban en denominar a los esclavos rebeldes con una gran variedad de nombres como plaga crónica, gangrena de la sociedad neerlandesa de plantación, pero también como serpientes, asesinos, ladrones, chusma perniciosa o simplemente gentuza. (Price, 1983, 1-2) Los papeles imagológicos de repente se invirtieron - de holandeses rebeldes, los cuales eran plaga para las colonias españolas y enemigos de la raza humana, de repente estamos viendo una analogía con los mismos rasgos, pero por parte de los neerlandeses en cuanto a los esclavos. Hoy en día, el pasado esclavista es percibido como uno de los períodos más negativos de la historia neerlandesa. Pero a esto está unida también una gran paradoja actual: en el año 2002, en Ámsterdam fue erigido el Monumento Neerlandés Nacional del Pasado Esclavista. Sin embargo, a pesar de toda la conciencia histórica actual, en el mismo país todavía hoy, más de 150 años después de la abolición de la esclavitud en las colonias americanas neerlandesas, igual se encuentran monumentos a los grandes personajes del comercio esclavista del siglo XVII, como por ejemplo la estatua del Almirante Michiel de Ruyter en la ciudad de Vlissingen (Vanvugt, 2002, 118), el cual generalmente es considerado uno de los héroes neerlandeses nacionales. Entonces, ¿cuál de las Leyendas Negras es más oscura? ¿La neerlandesa o la española? ¿Y cuáles son los rasgos válidos mediante los cuales sería posible evaluar esta imagen? Dificultades primordiales En un análisis de fuentes coloniales, hay que plantearnos directamente varias dificultades procedentes de la antigüedad de los textos e imposibilidad de creación de ideas a base del conocimiento total de la sociedad de aquel entonces. Primeramente, la narración historiográfica sobre el tema de la presencia neerlandesa en el Nuevo Mundo resulta ser problemática incluso para los propios compatriotas, como expresó uno de los académicos más admirados en este ámbito, Cornelis Goslinga, con las palabras de que su intención era narrar la historia fría- y balanceadamente, pero a pesar de haberlo intentado había demasiada sangre neerlandesa en sus venas. (Goslinga, 1971, xii).43 A eso vienen las siguientes preguntas: ¿basta con ser checa para tener suficiente distancia a los temas tratados y no preferir una u otra nación participante en la

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Goslinga desencadenó la investigación en el campo de la presencia neerlandesa colonial en las Américas, dado que hasta aquel entonces, los temas se centraban casi únicamente en las posesiones en Asia del Sur y Este. Cómo recientemente señalan historiadores, por ejemplo Weststeijn (2012, 492), el enfoque temático se va poco a poco dirigiendo más en América. Enthoven (2006, 228-229) provee una más detallada descripción de los académicos que se centran en estos temas: en general son expatriotas neerlandeses formados en las universidades en los Países Bajos como Wim Klooster, Marjoleine Kars, Mark Meuwese o Ernst Pijning, y por otro lado son estadounidenses como Benjamin Schmidt, Jonathan Schorsch, Linda Rupert, Christian Koot, Chris Elbert, Noah Gelfand o Sebastian Barreveld. No obstante, la historia atlántica sigue siendo casi un tabú en la academia neerlandesa. Enthoven concluye con que parece que el campo está dominado por historiadores que ejercen su investigación fuera de los Países Bajos

discordia (no sólo) caribeña?44 ¿Y cómo esquivar el europeísmo historiográfico, siendo yo misma europea? Y finalmente, pero no menos importante ¿cómo apartarse de los matices de preferencia, a pesar de que la imagología permita las premisas de subjetividad?45 La subjetividad es un fenómeno base problemático del trabajo del historiador, dado que cómo bien señala González Cruz (2011, 356-359), sobre todo en los periodos de conflictos bélicos, las instituciones oficiales fuertemente censuraban la información, parcialmente por razones estratégicas. Y en el mismo artículo sigue planteando la idea de que la dosificación de la difusión de las novedades en estas épocas contemplaba el impacto que solían tener en la opinión pública las victorias o derrotas de las propias fuerzas armadas o de los ejércitos enemigos. (González Cruz, 2011, 364-365) Sobre todo hay que mencionar las Relaciones de sucesos, que en su momento en la España del Siglo de Oro tuvieron mucho éxito y gran número de lectores. Tanto en las Relaciones, como en otros materiales publicados, había suficiente espacio para una propaganda dirigida desde los estratos del poder (elites dominantes) hacia la población general. Sin embargo, a pesar de toda la subjetividad evidente, las obras tenían que contener por lo menos una base mínima de verosimilitud 46 (García Hernán, 2011, 287), sobre la cual se podía construir la idea deseada de comunicar. Otra gran fuente de información son los panfletos que especialmente durante los siglos XVI y XVII formaron la opinión pública, pero más tarde fueron reemplazados por la prensa periódica. En sus tiempos se trataba de la mejor y más rápida fuente de noticias (Crespo Solana, 2002, 777-778), pero a la vez, estaba dotada por un ángulo especial que pretendía presentar los acontecimientos desde el punto de vista deseable. (Sawyer, 1990, 7) En la búsqueda de metodología aplicable, llegamos al grano de la imagología, la cual no forma parte de la sociología, sino más bien tiende a preferir a entender el discurso que la sociedad misma. Pretende entender la subjetividad retórica en todos sus aspectos, saliendo de la premisa que este esquematismo forma parte inseparable del análisis imagológico (Beller, 2007, xiii). En el apartado del coautor de la misma publicación, Leersen (Beller, 2007, 27) añade, que todas las fuentes son subjetivas y su subjetividad no puede ser ignorada, más bien tiene que formar parte inseparable de la descripción, en nuestro caso histórica. Otro momento crucial del análisis histórico son las fuentes per se, y con ellas enlazada la pregunta de la información faltante. Por ejemplo, el archivo de WIC desapareció después de una subasta gubernamental en el 1821 y nunca más se ha 44

También esta premisa está incluida en la imagología según Leersen (Beller, 2007, 28-29), dado que muchas veces se puede tender a vacilar entre extrema apreciación y desprecio, por ejemplo a base de los caracteres nacionales. Leersen, muy pertinentemente, lo compara en el ejemplo de Alemania de poetas y filósofos versus tiranos tecnócratas extremadamente exactos. 45 Suny (2002, 1478-1488) plantea la idea de que el observador no es capaz de mantener distancia, dado que la cultura no puede ser explicada de otra forma que mediante una construcción artificial de sentidos y sus rasgos llamativos. Leersen (Beller, 2007, 28) desarrolla la idea de que la subjetividad se puede naturalmente incorporar en el análisis, siempre que el contexto de ésa esté saliendo del carácter de texto (y todos sus matices culturales, semióticos o sociales) que está siendo analizado. 46 García Hernán en la misma página concluye que la falta de verosimilitud incluso se podía volver contra el autor, debido a que la trama argumental demasiado fantástica desconectara al lector de la intención comunicativa. García Hernán lo llama explícitamente que no se podía falsear lo demasiado evidente.

podido completar en su originalidad. (Raková, 2005, 48). Entonces habrá que enfocarnos nada más en lo que está disponible en los archivos o en lo que otros autores ya se habían centrado en su momento, cuando igual sí disponían de las fuentes. Pero en este momento, ya estamos llegando a la duplicación (o incluso multiplicación) de pensamientos imagológicos, y con lo tanto también a la deformación de la realidad que ya no se puede verificar. Volvamos en este momento a las palabras literarias de Kundera: La realidad era más fuerte que la ideología. Y precisamente en este sentido la imagología la superó: la imagología es más fuerte que la realidad (…) (Kundera, 1990, 90) Enemigos cooperadores (en vez de conclusión) Hagamos uso de un ejemplo microhistórico - del ingeniero hidráulico Adrian Boot.47 A pesar de todas las discordias hispano-neerlandesas y el transcurso actual de la Guerra de 80 años, el rey español Felipe III decidió resolver los problemas hidráulicos en la capital de Nueva España, la cual sufría de fuertes inundaciones sobre todo en las épocas de lluvia, mediante la invitación de un especialista neerlandés.48 Boot llegó a la ciudad de México en 1613 y empezó a evaluar el desagüe (originalmente precolombino, pero recientemente con intentos reparadores por parte de los españoles). Resumiendo la historia en brevedad absoluta - Boot propuso cambios en el sistema fluvial que igual hubieran podido ayudar, y a la vez se ocupó por el mejoramiento de las fortificaciones costeras. Sin embargo, llegó un momento cuando las intervenciones por parte de un enemigo neerlandés ya no estaban bienvenidas y los hechos históricos de su época49 así influyeron también en su propia historia personal. De un invitado especial con el amparo del rey, en 1636, Boot se convirtió en preso del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Nueva España (Marley, 1983, 76), acusado por ser partidario y hereje de la diabólica y falsa secta de Calvino, por mantener contactos con los corsarios neerlandeses, ser blasfemo50 contra la fe cristiana, pero sobre todo por ser enemigo encubierto del reino de España (todo AGN, IV, Inquisición, caja 5574, Exp. 057), aunque él mismo se declaraba cristiano convertido. Como solía ser corriente, toda la acusación estaba basada en denuncias anónimas, dado que los tribunales inquisitoriales no requerían evidencias notables (Ramos, 2000, 892). Boot fue perseguido por la Inquisición hasta

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Inspirado por el estudio histórico preliminar basado en la futura tesis de la autora de este texto, recientemente publicado en la antología de la conferencia De Nederlandstalige cultuur internationaal. Centraal Europa en de Lage Landen (Kubátová, 2015). 48 Este caso no fue único en la historia: ya en la época de Felipe II, muchos de los presos procedentes de las Provincias Unidas o Inglaterra no fueron entregados a la Inquisición como debió de haber pasado, sino que las instituciones coloniales decidieron aprovecharse de la mano de obra calificada y en vez de ejecutarlos, les dieron trabajo. (Kašpar, 2002, 63) 49 Sobre todo se trataba del ya mencionado hecho de Piet Heijn, el cual en 1628 robó la flota de plata, entre tanto también Nueva España sufrió numerosos ataques por parte de los filibusteros neerlandeses como por ejemplo el de Joris van Spielbergen en 1615 a la ciudad de Acapulco. 50 La acusación contenía una larga lista de blasfemias (supuestamente) declaradas por el mismo Boot. Por ejemplo se puede mencionar que Boot se había burlado de la hostia, la cual es tan pequeña que Jesús no puede caber en ella, o que no sabía ni santiguarse, fingiendo ser un buen cristiano, o que se alegraba por las derrotas españolas y a los neerlandeses los llamaba como guerreros valientes.

el año 164451, pero desafortunadamente aquí los materiales archivísticos terminan, sin poder concluir la historia. Entonces, siguiendo el hilo polémico de este texto: ¿se puede permitir un historiador completar la historia por un contexto global si en efecto faltan materiales? ¿Se puede contar en este caso con la premisa de que una parte inseparable de imperios es también la corrupción52, avaricia y ambiciones, como menciona Weststeijn (2012, 491), lo cual nos puede ayudar a crear un marco contextual de los hechos históricos?53 ¿Y dónde termina la historia real y empieza un cuento de hadas? Y volviendo a las tesis fundamentales de Kundera, ¿acaso no tiene razón diciendo que la imagología comienza allí donde termina la historia, convirtiéndose el resultado del análisis histórico en una creación de contextos artificiales? 54 Y finalmente, ¿no es la intención de aplicar la imagología nada más que búsqueda de excusas para esquivar una metodología más cuantitativa, y entonces claramente demostrable? Fuentes citadas Aarts C.J., M.C. van Etten (eds.) (1996), Domweg gelukkig in de Dapperstraat. De bekendste gedichten uit de Nederlandse literatuur. Bert Bakker, Amsterdam (tomado de http://cf.hum.uva.nl/dsp/ljc/heije/zilver.htm, consultado 11/9/2015) AGN (Archivo General de la Nación): citas exactas de legajos en el texto Aller, H. B. (1994), Van kolonie tot koninkrijksdeel. De staatkundige geschiedenis van de Nederlandse Antillen en Aruba van 1634 tot 1994. Dissertatie-serie vakgroep Staatsrecht. Wolters-Noordhoff bv Groningen, Groningen, 631 pp. Beller, Manfred, Joep Leerssen (2007), Imagology. The cultural construction and literary representation of national characters. A critical survey. Rodopi, Amsterdam, New York, 476 pp. Benton, Lauren (2005), “Legal Spaces of Empire: Piracy and the Origins of Ocean Regionalism”, en Comparative Studies in Society and History vol. 47, núm. 4, octubre 2005, pp. 700-724 Blussé, Leonard, Jaap de Moor (1983), Nederlanders overzee. De eerste vijftig jaar 1600-1650. Uitgeverij T. Wever. B.V., Franeker, 256 pp. Crespo Solana, Ana (2008), “Holanda en el Caribe desde la perspectiva comparada. Aportación al debate sobre los modelos de expansión en los siglos XVII y XVIII”, en CATHARUM Revista de Ciencias y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, núm. 9, 2008, pp. 39-48

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Como se puede entender en la carta de Juan Gomes, pidiéndole al Virrey de Nueva España una nueva revisión del desagüe y la posible revaluación de las capacidades hidráulicas y profesionales de Boot. (AGN, IV, caja 6648, exp. 011, f. 1). 52 De corrupción por supuesto no es posible hablar sólo desde el punto de vista y contexto español, también en la WIC formaba una parte inseparable del funcionamiento de la Compañía, como concluye Aller (1994, 55). 53 Leersen (Beller, 2007, 23) declara a base de otros científicos que la tarea del historiador consiste en analizar el proceso de la construcción de los contextos de la humanidad y sus creaciones. También señala que la tendencia actual es ver la conciencia histórica como un constructor y no como una condición objetiva. 54 Unas opiniones interesantes al respecto provee Raková (2005, 5), la cual señala la problemática de la investigación actual, la cual está inseparablemente ligada a la financiación por parte de instituciones académicas bajo el pretexto del descubrimiento incesante de temas nuevos. Raková critica que la participación en el discurso académico innovativo inicia y termina con la aplicación de terminología conveniente, pero después sigue con el cuerpo de investigación tradicionalmente narrativo, como en las obras historiográficas antiguas.

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