Imagen mental y representación espacial: Externalización de estrategias manejadas por invidentes que son apoyados por medios compensatorios

June 15, 2017 | Autor: Editorial Upn | Categoría: Education, Blindness, Blind students
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Descripción

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COLECCIÓN TESIS DOCTORALES teS iS doctoR A L P R eS entA dA

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Catalogación en la fuente - Biblioteca Central de la Universidad Pedagógica Nacional

Sanabria Rodríguez, Luis Bayardo Imagen mental y representación espacial: externalización de estrategias manejadas por invidentes que son apoyados por medios compensatorios / Luis Bayardo Sanabria Rodríguez. – 1.a ed. – Bogotá : Universidad Pedagógica Nacional, 2015. 174 p. : il (Colección Tesis Doctorales) Incluye: Incluye : ISBN: ISBN: 1.

Bibliografía y referencias bibliográficas. Anexos 978-958-8908-09-0 (Impreso) 978-958-8908-10-6 (Digital)

Percepción Espacial – Invidentes. 2. Ciegos - Innovaciones Tecnológicas. 3. Ciegos - Aspectos Ambientales. 4. Ciegos - Dispositivos Tecnológicos. 5. Ciegos – Servicio Social. 6. Ciegos - Educación. 7. Educación Especial - Investigaciones. I. Luis Bayardo Sanabria Rodríguez. II. Tít.

371.911 cd. 21 ed.

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ADOLFO LEÓN ATEHORTÚA CRUZ R ectoR MARÍA CRISTINA MARTÍNEZ PINEDA V iceR R ectoR A A cA dÉ micA SANDRA PATRICIA RODRÍGUEZ ÁVILA V iceR R ectoR A de G eS tiÓ n U niV eR S itA R iA NYDIA CONSTANZA MENDOZA ROMERO diR ectoR A diV iS iÓ n de G eS tiÓ n de P R oY ectoS de L A U niV eR S idA d P edA G Ó G icA nA cionA L , ciU P ALEXANDER RUIZ SILVA cooR dinA doR doctoR A do inteR inS titU cionA L © UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL © LUIS BAYARDO RODRÍGUEZ SANABRIA ISBN Impreso: 978-958-8908-09-0 ISBN Digital: 978-958-8908-10-6 Primera edición, 2015 PREPARACIÓN EDITORIAL Universidad Pedagógica Nacional Grupo Interno de Trabajo Editorial Alba Lucía Bernal Cerquera cooR dinA doR A Maritza Ramírez Ramos editoR A Alejandra Muñoz coR R ectoR A de eS tiL o John Alexánder Cadavid Meza María Teresa Jiménez Padilla P

R A cticA nteS A P oY o editoR iA L

Mauricio Salamanca diS eÑ o Y diA G R A mA ciÓ n Impreso en Xpress Estudio Gráfico y Digital S.A. Bogotá, D.C., 2015

A Myriam, Nelson y Fernando

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R A decimientoS

Escribir este libro no hubiera sido posible sin el soporte de la Universidad Pedagógica Nacional y el trabajo gestado desde el grupo de investigación Tecnice, por lo cual expreso mi reconocimiento en primer lugar a la Universidad por darme la oportunidad de alcanzar este logro que hoy se hace realidad en esta publicación. En segundo lugar, al profesor Luis Facundo Maldonado por ser el gestor de esta iniciativa que comienza a partir del interés de investigar acerca del uso de las TIC para apoyar las limitaciones visuales en el grupo Tecnice, que fue la base para construir esta obra. Quiero agradecer a mis compañeros del Grupo Cognitek, quienes aportaron con sus iniciativas en el diseño del dispositivo y sus críticas constructivas en el desarrollo de la obra. Con este libro deseo dejar el camino despejado para aquellos investigadores que quieran seguir avanzando en la investigación y construcción de conocimiento sobre nuevas estrategias para apoyar el aprendizaje sobre la percepción espacial y el diseño de dispositivos que beneficien a los invidentes. Finalmente, nada de esto hubiese sido posible sin el soporte de mi familia, quienes me toleraron y supieron acompañarme en esta odisea. Gracias a todos por apoyarme y consentir mis caprichos para poder alcanzar mi doctorado.

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contenido

Agradecimientos

7

Índice de figuras

11

Índice de tablas

13

Prólogo

15

La búsqueda del dispositivo de navegación ideal para las personas invidentes

15

Prefacio

17

Introducción

19

Importancia del espacio para el ser humano

20

Mapeo cognitivo

20

Interés por investigar la representación espacial

22

Capítulo 1. Modelación, percepción y disposición del espacio: una revisión de la literatura

25

Modelando el espacio

25

Percepción y representación espacial

38

Capítulo 2. El problema de la representación espacial en invidentes

65

La representación espacial del entorno basada en entradas hápticas

65

Finalidad y validez de la representación espacial en invidentes

69

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Capítulo 3. Metodología para investigar la representación espacial de invidentes

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Enfoque cualitativo

73

Invidentes congénitos participantes en la exploración del entorno

74

Procedimiento para explorar el entorno

76

El escenario experimental de la representación espacial

78

El análisis de protocolos como técnica para identificar la configuración del espacio

80

Proceso de codificación y análisis de los protocolos

81

Dispositivos tecnológicos

85

Capítulo 4. Análisis de los procesos de representación espacial

89

Representación del espacio con estimulación táctil

89

Representación del espacio con mapas táctiles

121

Capítulo 5. Conclusiones derivadas de la representación espacial en invidentes

127

Los reportes verbales en la representación espacial

128

Posición de la representación espacial desde el punto de vista científico

128

Aportes a la confirmación de inferencias

130

Disposición del entorno en el espacio peripersonal

131

Aportes desde el punto de vista pedagógico

132

Prospectiva

133

Referencias

135

Anexos

147

Anexo 1. Segmentación del protocolo de un invidente

147

Anexo 2. Inferencias obtenidas del protocolo de un invidente

148

Anexo 3. Codificación de los protocolos de dos invidentes

150

Anexo 4. Segmentos de la actualización del espacio de dos invidentes

151

Índice onomástico

155

Índice temático

161

[ 1 1 ]

Índice

Figura 1.1.

de F iG

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Estructura del hipocampo

R A S

48

Figura 1.2. Sistema de referencia alocéntrico y egocéntrico

54

Figura 3.1. Pasos seguidos en el proceso de búsqueda

77

Figura 3.2. Disposición del entorno

79

Figura 3.3. Sistema DMREI

86

Figura 4.1. Mapa de la búsqueda de un objeto con indicación de las distancias

95

Figura 4.2. Mapa recorrido por un sujeto

95

Figura 4.3. Evolución de la atención en el proceso de anticipación perceptiva (sujeto)

97

Figura 4.4. Descripción del proceso de percepción de un sujeto

99

Figura 4.5. Operacionalización en la búsqueda de objetos

102

Figura 4.6. Representación de la dirección en la disposición de objetos con el dispositivo (DMREI)

103

Figura 4.7. Modelos de la disposición del espacio

105

Figura 4.8. Descripción del proceso de percepción con el bastón de un sujeto

111

Figura 4.9. Actualización en la búsqueda de objetos con el bastón

113

Figura 4.10. Representación de la dirección en la disposición de objetos con el bastón

114

Figura 4.11. Modelos de la disposición del espacio con el bastón

116

Figura 4.12. Exploración de mapas táctiles

122

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Índice

de tA B L A S

Tabla 4.1.

Convenciones de la codificación del protocolo

92

Tabla 4.2.

Niveles de atención

94

Tabla 4.3.

Caracterización de la percepción de los objetos y estrategias durante el aprendizaje del entorno de un sujeto

Tabla 4.4.

96

Síntesis de los patrones manejados durante la exploración con el dispositivo (DMREI)

101

Tabla 4.5.

Caracterización de la percepción del ambiente con el bastón (sujeto)

110

Tabla 4.6.

Síntesis de los patrones manejados durante la exploración

Tabla 4.7.

con el bastón

111

Diferencias entre el uso del bastón y el uso del dispositivo

118

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búSquEDA DEL DISpOSITI vO DE NAvEgACIÓN

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Hace ya dos décadas que con apoyo de CYTED se desarrollaba el Proyecto VII-4 de Nuevas tecnologías de la información para la autonomía personal de los limitados. En ese contexto comenzamos a desarrollar dispositivos para que las personas no videntes pudieran mejorar su capacidad de navegar en el espacio físico. El desarrollo de dos tipos de sensores, uno apoyado en las señales auditivas y otro en estímulos táctiles, nos llevó a adentrarnos en la naturaleza de los procesos cognitivos y tecnológicos implicados. Es la comprensión de los procesos cognitivos lo que va dando sentido a las alternativas tecnológicas y esto significa desarrollar tanto teoría como tecnología acorde con la teoría. Un día los ciegos dispondrán de dispositivos que les permitan identificar la distribución espacial de los objetos en su entorno, distinguirlos por su forma, color y tamaño, como lo hacen las personas videntes; podrán identificar los cuerpos en movimiento, su dirección, velocidad y fuerza, más aun, podrán identificar su masa, resistencia y otras propiedades. Estos dispositivos ayudarán a la persona a percibir, es decir, a predecir lo que puede suceder, cuándo y a qué velocidad. También podrán sugerirle a la persona qué hacer para asegurar su adaptación al entorno y su control. Cuando esto suceda, no será inusual que los videntes también usen los dispositivos de percepción de los ciegos, pues les pueden significar mejoramiento en las capacidades perceptivas.

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El trabajo de Luis Bayardo tiene origen en el desarrollo de dispositivos, pero es de naturaleza teórica y metodológica. Y la teoría es un proceso que integra antecedentes de investigación de manera coherente. Surgen, entonces, síntesis que convergen en nuevos desarrollos tanto de dispositivos como de evaluación de procesos cognitivos que se activan al usar los dispositivos. Sin duda alguna, los dispositivos mejoran progresivamente en la medida en que se integran con los procesos cognitivos. El dispositivo debe llegar a convertirse en una extensión del organismo de la persona y ella debe ser capaz de pensar con el dispositivo integrado a su sistema perceptivo. El libro es un esfuerzo valioso en esa dirección y una contribución positiva a la investigación futura. El logro de una solución satisfactoria al problema perceptivo de las personas no videntes no puede ser el resultado de un esfuerzo separado, sino de un conjunto integrado y encadenado de esfuerzos, como ha sucedido con otros campos de la tecnología. Los investigadores tienen a su disposición un trabajo muy valioso en esa dirección. Luis Facundo Maldonado Granados, Ph. D. Director Centro de Innovación Educativa Regional Universidad de los Llanos

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Un gran porcentaje de la población mundial sufre de algún tipo de limitación física. En particular, las personas con limitación visual están en desventaja, en cuanto a la representación espacial de su entorno, con respecto a la población vidente. En Colombia, el número de limitados visuales va en aumento, la mayoría de estas personas viven solas y tienen dificultad en la realización de tareas que requieren una organización espacial, tales como cambios de orientación en su movilidad, debido a la posición de los objetos. Para ellos la comprensión del espacio podría proveer vías para mejorar las habilidades de orientación y búsqueda del camino, proporcionando retroalimentación sobre conocimiento y estrategias de pensamiento. De la misma forma, esta retroalimentación permitiría a los docentes tener información sobre cómo enseñar estrategias más efectivas de pensamiento, y, a los diseñadores de dispositivos, puntos de referencia para medir el impacto y efectividad de las estrategias de entrenamiento y ayudas de movilidad (Kitchin y Jacobson, 1997). Trabajos como los realizados por el grupo Tecnice, de la Universidad Pedagógica Nacional, dan cuenta de modelos y dispositivos como un intento por mejorar las condiciones del invidente en cuanto a movilidad y representación del entorno. En síntesis, la forma como videntes e invidentes se representan el espacio genera una fuente de conocimiento que nos permite estudiar nuevas alternativas para orientar procesos de aprendizaje en la movilidad y orientación de personas que carecen de visión. Nuestra experiencia en el mundo y nuestra habilidad para funcionar en éste dependen de la capacidad que tenemos para obtener información del ambiente, cuando esa información es relevante para la tarea que estemos realizando (Gottesman e Intraub, 2003). La percepción es un proceso por el que el ser humano adquiere y procesa información con la cual puede reconocer objetos y moverse en

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el entorno. Este planteamiento origina el interés de comprender la percepción, los procesos cognitivos, el aprendizaje espacial y la fisiología de un área del cerebro responsable de la representación espacial como es el hipocampo. Las estrategias espaciales que se logren inferir en la fase experiencial, a partir del conocimiento de estos temas, podrían apoyar el desarrollo de habilidades en las personas invidentes para representarse el entorno. Estas personas necesitan saber tomar decisiones acerca de una ruta para mantener el curso de su desplazamiento, mientras esquivan los obstáculos que encuentran en su camino. Para ello requieren formas variadas de información que provienen del entorno y del cerebro, y se integran a las estrategias espaciales utilizadas. Las estrategias son útiles para la orientación de un ambiente dado; además, sirven para organizar y codificar la nueva información espacial que ingresa a la memoria (Thinus-Blanc y Gaunet, 1999). De esta forma, la construcción de la representación espacial es una tarea que el ser humano afronta a diario y la habilidad para realizarla es fundamental para su supervivencia. Un hecho que es importante mencionar en este proyecto es la necesidad que tienen los seres humanos de poseer mecanismos para desplazarse eficientemente en ambientes conocidos y desconocidos. Según Levitt y Lawton (1990), estos mecanismos necesitan responder a preguntas tales como: ¿dónde está la persona?, referida a la identificación y reconocimiento de un lugar; ¿dónde se encuentran otros lugares relativos a la persona?, relacionado con la representación del ambiente espacial (mapa espacial); ¿dónde está el objetivo?, concerniente a la determinación del objetivo, incluye la adquisición, representación e identificación de objetivos; ¿cómo hacer para alcanzar el objetivo desde el sitio donde se encuentra el sujeto?, se refiere a la planeación del camino; y, ¿cómo hacer para alcanzar lugares y objetivos?, tiene que ver con el aprendizaje espacial. La habilidad del aprendizaje espacial se resume en la capacidad para aprender, representar y actualizar lugares y objetivos (Balakrishnan, Bousquet y Honavar, 1998). El estudio de estos mecanismos centra el interés de investigar las acciones que realizan los invidentes para representarse el espacio y desplazarse en el entorno con ayuda de un dispositivo emisor de estímulos que se convierten en información táctil. Desde el punto de vista científico, el estudio de sistemas artificiales consolida el reemplazo parcial de órganos sensoriales y la adaptación de estos sistemas al funcionamiento normal del organismo humano; además, prevé el mejoramiento del desenvolvimiento de las personas en tareas de movilidad y orientación. El proyecto incluye la adaptación de estos sistemas, sirviendo como una extensión de los mecanismos sensoriales. Para la comunidad académica, se espera que este trabajo aporte nuevos conocimientos para la representación y percepción espacial mediante ayudas aumentativas. Su utilización se proyecta al desarrollo y potenciación de líneas de investigación que articulen lo pedagógico y tecnológico, en función de proponer nuevos desarrollos para la búsqueda de una mejor calidad de vida de las personas invidentes.

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La representación espacial llega a ser un requisito para que el ser humano pueda sobrevivir; sin este sistema, el hombre no podría interactuar de manera efectiva y eficiente en su entorno (Kamil, 1994; Shettleworth, 1998). En tareas como cruzar una avenida concurrida, localizar una dirección, evitar los riesgos de animales peligrosos al transitar por la selva, se necesita un medio confiable para predecir estos riesgos. En estos contextos se requiere que los elementos relevantes del entorno y las relaciones con el cuerpo humano puedan ser representados (Healy, 1998; Jacobs, 1995). El sistema representado, pensado como un modelo del ambiente, está restringido por la representación espacial o mapa cognitivo. Para construir una representación cognitiva adecuada del mundo, que contenga información necesaria para una navegación exitosa, el cerebro –y específicamente la formación del hipocampo– requiere información de diferentes modalidades sensoriales tales como: entradas visuales provenientes de la corteza occipital, información auditiva que proviene de las áreas de información temporal, información topográfica del sistema vestibular, retroalimentación propioceptiva acerca de músculos y articulaciones proveniente de las áreas somatosensoriales e información olfativa del bulbo olfativo. Esta integración de entradas sensoriales facilitaría una representación del espacio. Si faltara una entrada como es el caso de la visión en los invidentes, la pregunta que surgiría es: ¿qué efecto tendría la falta de esta modalidad sensorial en nuestro conocimiento del entorno, teniendo en cuenta que la percepción, como lo plantea Millar (1995), está relacionada con este conocimiento? Esta pregunta está dada en términos de procesamiento de información, lo cual nos lleva, a través de sistemas artificiales, a compensar en parte la modalidad faltante y a estudiar la representación que resulta como producto de la adaptabilidad de este sistema compensatorio.

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DEL ESpACIO pA R A EL SER hum A NO

El espacio es fundamental para la existencia del ser humano y tiene una gran influencia en el pensamiento (Jacobson, 1998). La gente vive e interactúa en un tiempo y espacio continuos; los individuos acceden y negocian el conocimiento espacial del mundo a través de sus sentidos. Acceder a la información espacial a través de mapas, diagramas y gráficos es fundamental para la educación y la movilidad del ser humano. Todo el proceso educativo y la visualización de la vida diaria son métodos importantes para comprender información compleja y navegar alrededor de información espacial estructurada (Jacobson, 2002). La calidad de vida, tanto en videntes como en invidentes, depende enormemente de su habilidad para deducir información de decisiones de su espacio territorial, dadas por el procesamiento y síntesis de la información espacial que se obtiene de una variedad de situaciones (Golledge, 1993). Para limitar estas variantes, el ser humano tiene un conocimiento espacial del entorno que lo rodea. El conocimiento de lugares en el mundo se da mediante una variedad de estimulación de nuestros sentidos. Las entradas sensoriales emergen del ambiente, donde los sentidos entran en percepción directa con los objetos cercanos. Los procesos cognitivos son generados a partir de la mediación entre las entradas sensoriales del ambiente y la información espacial. La experiencia sensorial, por medio de la observación, se transforma en conocimiento y comprensión, generando lo que se denomina mapeo cognitivo (Jacobson, 1998).

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COgNITI vO

La expresión “mapa cognitivo”, acuñado por Tolman (1948), se refiere, en este contexto, a la representación interna de una persona sobre las características percibidas del entorno y las relaciones espaciales acerca de los objetos que se encuentran en dicho espacio (Golledge, 1999). Un mapa cognitivo contiene imágenes como propiedades que le permiten a un individuo planear atajos y desvíos efectivos, y rápidamente estimar distancias y rumbos de una localización a otra (Peruch, Gaunet, Thinus-Blanc y Loomis, 2000). De acuerdo con Garling y Golledge (2000), estos mapas están conformados por líneas, puntos, áreas superficiales y direcciones que son aprendidas, experimentadas y registradas cualitativa y cuantitativamente. Para encontrar un camino se utilizan los mojones físicos que se definen como focos estratégicos hacia los cuales uno se dirige; también se consideran como focos intermedios ubicados en el trayecto y la ruta, que asisten a la elaboración de una decisión espacial (Golledge, 1999). Los mojones actúan usualmente como puntos de fijación para organizar información espacial en un trazado y, de esta forma, poder actuar como rasgos característicos de organización primaria en los mapas cognitivos (Couclelis, Golledge, Gale y Tobler, 1987). De acuerdo con Garling y

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Golledge (2000), el producto final de los procesos de selección de información basada en la ruta y el entorno, así como el camino de integración, son una representación de la memoria o mapa cognitivo de un ambiente en particular que integra este tipo de información. El mapeo cognitivo, como un proceso de razonamiento espacial, indica cómo se movilizan los invidentes y qué información se requiere en la movilidad, lo mismo que la manera como se distribuye esta información en el ambiente. Para estudiar estos comportamientos nos enfocamos en la exploración háptica como una forma de actuación que nos permite identificar la representación del ambiente. La exploración háptica consiste en utilizar el sentido del tacto para localizar los objetos y sus propiedades; esto le facilita al ser humano actualizar los lugares de desplazamiento. La representación mental de la ubicación de objetos y rutas que el sujeto elabora, le facilita movilizarse en el entorno. Investigaciones acerca de la forma como las personas invidentes codifican el espacio en tareas hápticas y de locomoción, evidencian diferencias en ciertas estrategias, relacionadas con la preferencia del marco de referencia, en relación con las empleadas por personas videntes (Millar, 1994; Zuidhoek, Kappers, Noordzij, Van der Lubbe y Postma, 2004). Millar (1994) argumenta que los ciegos tienden a codificar la información espacial, especialmente de grandes espacios, en la forma de una representación local, secuencial, basada en rutas, mientras que los videntes codifican información espacial en la forma de una representación global basada en el mundo externo. Jacobson (1992) plantea que, en la conceptualización de lugares a pequeña escala, los videntes e invidentes son capaces de percibir su ambiente cercano de manera simple con un mínimo uso de la memoria. Durante el mapeo cognitivo nosotros percibimos escalas locales y utilizamos grandes escalas cognitivas. Sin embargo, el límite escalar es muy difuso y difiere en videntes e invidentes. El umbral de área de nuestros sentidos es diferente y el sentido de la visión tiene un mayor umbral de área que los sentidos restantes. Uno puede ver más lejos que lo que puede percibir y oler. El ciego está forzado a percibir grandes espacios de manera secuencial, su imagen interna es de naturaleza conceptual y se confía a la memoria. Su ventana al mundo es más pequeña que para una persona que puede ver. Para ver un ambiente a gran escala, los videntes utilizan los mismos métodos de integración de imágenes que utiliza el ciego en ambientes pequeños. Jacobson (1998) sugiere cuatro razones para investigar las habilidades de invidentes en la generación de mapas cognitivos: 1. El mapeo cognitivo provee señales de cómo mejorar las habilidades de orientación y búsqueda del camino que influyen en la orientación, movilidad, independencia y calidad de vida de las personas invidentes.

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2. El mapeo cognitivo provee la base de conocimiento acerca de cómo los invidentes navegan, qué información se necesita en el proceso de navegación y cómo se presenta esta información (Kitchin, Blades y Golledge, 1997). 3. El conocimiento y la comprensión del mapeo cognitivo podría utilizarse en la planeación de ambientes que son fáciles de recordar. 4. El estudio de la cognición espacial de las personas con deficiencias sensoriales genera información valiosa, obtenida del rol de la experiencia sensorial en el mapeo cognitivo.

I NTER éS

pOR IN v ESTIgA R L A R EpR ESENTACIÓN ESpACI A L

El interés de este trabajo está centrado en estudiar la representación espacial del entorno, producida por el efecto de dispositivos tecnológicos que se adaptan al ser humano a través de sus mecanismos sensoriales. Específicamente, hace referencia a identificar las diferencias en cuanto a la representación espacial, en términos de estrategias con el uso de un sistema mecatrónico comparado con el uso del bastón clásico. El siguiente interrogante cobra cierta relevancia en el uso de estos dispositivos: si el hecho de suministrar información espacial apropiada, utilizando canales compensatorios (Lahav y Mioduser, 2001), podría contribuir a la representación espacial de las personas invidentes. La evidencia de estas ayudas estaría representada en la forma como estas personas disponen el espacio. En este sentido, la investigación desarrollada busca observar la disposición que una persona invidente hace del entorno y las estrategias utilizadas en la búsqueda de objetos, usando los dos medios tecnológicos. El aporte tecnológico de este trabajo pretende compensar el sentido de la visión con información háptica, suministrada por un sistema aumentativo denominado dispositivo mecatrónico para la representación espacial en invidentes (DMREI) que se integra al sistema perceptual del invidente a través de los sensores de la piel (López, Sarmiento, Sanabria, Ibáñez y Valencia, 2005). Con relación a los procesos educativos, esta investigación se plantea como una fuente de apoyo para docentes que planean nuevas estrategias para orientar procesos de aprendizaje en movilidad y orientación; respecto al diseño de ayudas en movilidad, es un proyecto que podría suministrar información para la construcción de nuevos dispositivos y para mejorar la funcionalidad de los que ya han sido elaborados. El proyecto está limitado al estudio de procesos en laboratorio. El escenario de la investigación es un ambiente construido en el laboratorio (recinto cerrado con iluminación controlada). El alcance del proyecto se propone en función de proporcionar estrategias de representación del entorno para mejorar las habilidades

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de orientación y movilidad de la población invidente. Los resultados del proyecto están encaminados a la adaptabilidad de sistemas artificiales y al mejoramiento de la representación que los sujetos se hacen del entorno con ayuda del dispositivo. Este mejoramiento se traduce en la riqueza de la variedad de información que puede suministrar el dispositivo a estas personas. El desarrollo de este estudio plantea cinco capítulos que contienen en detalle los elementos que componen esta investigación. El primer capítulo presenta una literatura sobre actualización, disposición, estrategias y mapeo del espacio, que nos ubica en un contexto sobre el cual podemos dar información acerca de los antecedentes que ha emprendido el estudio de la representación espacial en personas videntes y personas invidentes. De la misma forma, en este capítulo se presenta una definición del hipocampo como el principal órgano encargado de la representación espacial y se definen los conceptos de la percepción y los parámetros de la representación espacial que son relevantes en la exploración del espacio y sobre los cuales se apoya el estudio para analizar las estrategias manejadas en la exploración del entorno, la modelación y la anticipación perceptiva de las personas invidentes que intervienen en esta experiencia. El segundo capítulo se refiere al problema de investigación planteado desde la exploración háptica y los dispositivos tecnológicos que son utilizados como una ayuda aumentativa para que los invidentes exploren y se representen el espacio, direccionados por una estrategia de movilidad y orientación. Este capítulo hace un planteamiento de hipótesis para establecer las diferencias entre el uso del dispositivo mecatrónico (DMREI) y el bastón clásico que se obtienen en el transcurso del análisis cualitativo. La validez de este análisis incorpora la evaluación de estrategias de representación espacial que hacen parte de la modelación, tanto del investigador como de las personas que intervienen en el estudio. El capítulo también presenta el objetivo de la investigación y las perspectivas asumidas desde el punto de vista de los avances en la representación del espacio con el apoyo de estrategias más efectivas para los procesos de aprendizaje en movilidad y orientación de los invidentes. El tercer capítulo se refiere a la metodología que se acomete con el estudio cualitativo de casos, utilizando escenarios construidos en el laboratorio y asume la descripción de técnicas de procesamiento de información verbal y gráfica que explican los procesos de razonamiento seguidos por los invidentes cuando exploran el entorno. El cuarto capítulo hace un análisis de la externalización del raciocinio del invidente en su proceso de navegación e identificación de objetos en el escenario. Este análisis utiliza las técnicas verbal y gráfica, descritas anteriormente, para identificar las estrategias seguidas por los sujetos en la configuración del espacio cuando utilizan las ayudas aumentativas (medios tecnológicos). En este mismo

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escenario, se realiza un análisis complementario de la anticipación perceptual y la representación espacial del área explorada que diferencian el uso de dispositivos. El último capítulo hace una descripción de las conclusiones del estudio que permitieron determinar las diferencias en la representación espacial, confirmar los objetivos y las hipótesis planteadas en el estudio y proyectar sus resultados a la construcción de modelos pedagógicos, a la innovación técnica y científica para beneficio de los limitados visuales.

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EL ESpACIO

Actualización del espacio Loomis, Lippa, Golledge y Klatzky (2002) y Klatzky, Lippa, Loomis y Golledge (2003) investigan la habilidad de personas videntes e invidentes para codificar y aprender la disposición de múltiples localizaciones del espacio, relativas a un origen común, a fin de actualizar espacialmente su posición relativa a las localizaciones mientras ellos caminan. Los autores definen esta tarea como la actualización del espacio. Para ellos, el término se refiere a la habilidad de las personas para actualizar mentalmente la localización de un objeto visto, palpado o percibido previamente, desde un punto de observación estacionario. De otra forma, se refiere a la habilidad del individuo para cambiar su propia representación relativa a su ambiente, de tal forma que facilite su desplazamiento (Klatzky et al., 2003). Para realizar el experimento, los investigadores utilizaron entradas auditivas, lenguaje espacial, adicional al sonido y la visión generada por los objetos. Los participantes memorizaban la localización de objetos y luego realizaban pruebas de actualización espacial, practicando con un modelo visual. En el experimento, tanto las personas videntes con los ojos vendados como las personas

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invidentes, recibían estímulos auditivos -verbales y sonoros- relacionados con la ubicación de los objetos. Se buscaba que los videntes e invidentes transformaran los estímulos en imágenes espaciales para luego actualizarlas mientras se desplazaban caminando. Los registros tomados de la distancia y del acimut (coordenada que depende de la posición del observador), mostraron en los invidentes su capacidad para actualizar la ubicación de los objetos, teniendo muy pocas diferencias en relación con los videntes. Este resultado muestra que la experiencia visual no es un factor relevante para desarrollar habilidades en la actualización. Por otro lado, la actualización con los diferentes estímulos fue altamente similar, generando algunos sesgos y ruido en cuanto a la diferencia entre los estímulos sonoros y visuales y el lenguaje. Según los autores, la modalidad sonora y visual ofrece señales directamente a través de procesamiento perceptual, mientras que las descripciones verbales no espaciales deben ser convertidas a una representación que permita procesamiento espacial; esta conversión requiere más tiempo de aprendizaje (Klatzky et al., 2003). Con esto, las imágenes espaciales formadas a partir de la descripción verbal son más frágiles y requieren mayor capacidad de procesamiento para actualizarse. Esta demanda de capacidad podría influir en la calibración del movimiento del sujeto, lo cual produciría un sesgo en la dirección del recorrido. Otro resultado de esta experiencia es el sesgo alto en la actualización cuando se utilizan múltiples objetos del entorno. Esto se debe según los autores, a la demanda de memoria que en algún momento puede afectar la actualización, lo que indica que existe un mayor esfuerzo cognitivo para el caso de actualización múltiple. Con respecto a la percepción de distancia de manera auditiva, los resultados mostraron que tanto videntes como invidentes produjeron distancias lineales con muy poca diferencia; ello indicó que las funciones perceptuales no cambian significativamente con la experiencia. Para comprobar los resultados obtenidos por Loomis et al. (2002) y Klatzky et al. (2003), con respecto a la importancia de la experiencia visual, Noordzij y Postma (2005) evalúan la importancia de la experiencia visual en función de la habilidad de videntes e invidentes para formar una representación espacial o mapa cognitivo, después de escuchar descripciones elaboradas del espacio. Este proceso lo realizan con el fin de determinar si la experiencia visual desempeña un papel crucial en la construcción de modelos mentales espaciales, y si los invidentes muestran las mismas preferencias (nivel de realización de las tareas) que los videntes en el procesamiento del tipo de perspectiva empleado en la descripción espacial. Los resultados muestran que los videntes e invidentes con o sin experiencia visual forman un modelo mental espacial que incluye la codificación de la distancia entre los objetos. En la misma experiencia, los participantes, luego de percibir a través del tacto un modelo a escala de un escenario que contiene objetos distribuidos en el área, nombran la misma cantidad de ubicaciones correctas de los objetos. Esto sugiere que no existen diferencias en la habilidad para formar

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modelos mentales entre los dos grupos, lo cual confirma que existe una evidencia creciente respecto a que la experiencia visual no es una característica esencial en el desarrollo de representaciones espaciales. Otro resultado de esta investigación, muestra que las representaciones espaciales pueden ser construidas a partir de descripciones verbales complejas de configuraciones del espacio, desconocidas previamente por los invidentes y videntes, tales como objetos ubicados en una configuración circular del espacio. A partir de las anteriores experiencias, la investigación que se plantea en este proyecto se traduce en la continuidad del proceso estudiado por Loomis et al. (2002) y Klatzky et al. (2003), donde los estímulos auditivos verbales y sonoros especificaban la ubicación de objetivos para que los sujetos los convirtieran en imágenes espaciales. La tesis que se consolida con esta investigación apunta a la interpretación de las imágenes mentales producidas por los invidentes en la exploración de un escenario. Este proceso implica el estudio de la externalización de la imagen mental, a partir de la modelación háptica y la descripción verbal del invidente, quien utiliza un dispositivo que detecta información del medio y la convierte en estímulos táctiles. Con este objetivo, el concepto de representación se explica como el mapeo del ambiente, definido a partir de los mojones distribuidos espacialmente (Waxman, Seibert, Bernardon y Fay, 1993), con lo que se podrían determinar patrones para configurar el entorno explorado. Según Waxman et al. (1993), este acercamiento se constituye en un elemento similar al reconocimiento de objetos, aspecto que facilitaría la exploración de los detalles de un objeto desde una posición estratégica y la cuantificación de estas características en un conjunto finito de categorías correspondiente al objeto mismo. Esta posición es generalizable en la exploración del ambiente desde varios puntos estratégicos por medio de la cuantificación de los patrones espaciales, conformados por mojones que se clasifican en un conjunto finito de categorías de localización. En este sentido, la combinación y el reconocimiento de mojones y patrones espaciales de mojones habilitan una aproximación basada en experiencia visual para representar los objetos y el entorno. Similarmente, la transición de categorías de localización en el espacio podría producir un mapa cuyos parámetros espaciales estarían representados de manera egocéntrica o alocéntrica (Klatzky, 1997), facilitando las coordenadas para localizar los objetos en el entorno.

Disposición del espacio y geometría del ambiente Dos estudios relacionados con la representación de la disposición de los objetos y la geometría del ambiente soportan el interés de investigar acerca de la representación espacial de las personas invidentes. Uno se refiere a la exploración del espacio manipulatorio (peripersonal) (Lederman, Klatzky, Collins y Wardell, 1987), con lo cual se busca explorar una ruta y retornar al sitio de origen (Klatzky y Lederman, 2003). Este trabajo sirve como base para estudiar las estrategias de aprendizaje

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de personas invidentes cuando exploran un mapa táctil, caso considerado como complemento de esta investigación, cuya realización posterior consiste en recordar e imaginar la disposición del espacio explorado. El segundo estudio considera la exploración del espacio ambulatorio (extrapersonal) (Previc, 1990), en función de examinar las relaciones espaciales que se establecen cuando un individuo explora ambientes anidados (Wang y Brockmole, 2003). Con esta investigación se busca establecer una relación con el interés de dicho trabajo, en cuanto a la observación del comportamiento de los sujetos cuando exploran espacios desconocidos. Este caso se visualiza en la exploración de un escenario nuevo, con objetos dispuestos en el área y la comparación de los modelos representados por los invidentes que interactúan en este espacio. El primer estudio de Klatzky y Lederman (2003) investiga la representación de la disposición y localización espacial a partir de puntos de contacto cinestésico de los dedos para determinar la habilidad de las personas en volver a los sitios que habían percibido con el tacto y reportar su disposición en el espacio. Los autores se basan en la tesis de que cuando las personas exploran una región del espacio alcanzable por sus manos (espacio manipulatorio o peripersonal), retienen una variedad de superficies y objetos tangibles. Frecuentemente el contacto con uno o dos puntos de localización dispersos es suficiente para determinar la disposición de los objetos y guiar su alcance y manipulación. La finalidad de la experiencia consistió en determinar la naturaleza de la representación que se forman las personas de los puntos de contacto esparcidos en el escenario. Inicialmente, los dedos de los sujetos fueron guiados para localizar puntos en el espacio; luego los sujetos, sin guía, retrocedían ubicando sus dedos en los puntos aprendidos, hasta llegar a la posición inicial, reportando las propiedades métricas de la disposición espacial. Los investigadores toman como base la definición sobre representación espacial planteada por ellos mismos con respecto a valores paramétricos, enunciada en la siguiente sección y que retoma el sistema de referencia a partir del cual se definen estos parámetros. El problema que se plantea en la representación es definir el tipo de sistema de referencia utilizado para localizar los puntos de contacto y los parámetros derivados de la entrada cinestésica. En términos del sistema de referencia y los parámetros que se derivan de este mecanismo, Klatzky y Lederman distinguen tres clases de representación espacial relacionadas con el espacio manipulatorio: cinestésica, extrínseca y configuracional. Estas representaciones se encuentran definidas en un capítulo posterior. El objetivo del estudio de Klatzky y Lederman con relación a este sistema de representaciones fue probar el orden por medio del cual los diferentes niveles de representación se podrían dar, comparando el nivel de error. Los resultados obtenidos en esta investigación sugieren que una representación cinestésica se utiliza para reemplazar los dedos, mientras que cuando se calcula una representación

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configuracional, se puede estimar la distancia y el ángulo de nuevas localizaciones. Esta representación está orientada en un marco de referencia extrínseco y mantiene la forma del entorno con mayor precisión que la escala. Otros resultados de este trabajo concluyen que las personas se forman una o más representaciones a partir de localizaciones táctiles, derivando respuestas a preguntas de puntos contactados espacialmente. Estas representaciones son operativas dependiendo de las instrucciones de la tarea que se va a manejar. Para los autores, una representación cinestésica parece retener información de localización, soportando datos precisos de localizaciones que han sido percibidas previamente a través del tacto. Con esto, los reportes de distancia y ángulo como parámetros abstractos deben ser calculados. Un segundo estudio realizado por Wang y Brockmole (2003), explora las conexiones entre las relaciones espaciales nuevas aprendidas, relativas al conocimiento espacial existente, y los procesos fundamentales que guían a la gente cuando se desplaza de un ambiente a otro. Un primer experimento examina la relación entre el conocimiento espacial adquirido como nuevo y el sistema de conocimiento existente. Los sujetos con los ojos vendados se confrontan con un ambiente que no había sido experimentado antes (salón), anidado dentro de un ambiente más grande, conocido previamente por ellos (campus universitario). El interés de esta experiencia es indagar si el nuevo conocimiento espacial acerca del salón fue construido en la base o enlace del sistema de conocimiento espacial existente del campus para formar un sistema representacional conectado. Los sujetos localizaban varios objetos en el salón, indicando la dirección que podrían tener, caminando a su localización dentro de él y en el campus. Los resultados de esta primera experiencia muestran que los errores de configuración del salón fueron menores que el campus. Según los autores, probablemente estos errores se debieron a la representación espacial menos precisa del campus o a la degradación del conocimiento espacial en un ambiente nuevo. Con respecto al error de dirección, hubo diferencias entre la exploración del salón y la exploración del campus. Con relación al salón, los resultados sugieren que los sujetos mantienen un conocimiento preciso de su orientación relativa a los objetos, mientras que, con respecto al campus, los sujetos desalinean la representación que tienen del campus con la representación que tienen de la disposición espacial. Las diferencias entre los dos escenarios indican que los sujetos no establecen un enlace entre los dos ambientes, lo cual motiva a pensar que para codificar ambientes diferentes se utilizan marcos de referencia diferentes y que un sistema de navegación es una representación egocéntrica dinámica. Para investigar la dinámica de la representación espacial durante la navegación entre los dos ambientes, los investigadores plantean un experimento en función de medir el conocimiento de los sujetos con respecto a su posición relativa a los dos ambientes cuando van de uno a otro. El interés de esta experiencia indaga

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sobre cómo un sistema de representación múltiple guía la navegación. La siguiente pregunta direcciona este proceso: ¿qué conocimiento tenían los sujetos de la posición relativa de los ambientes antiguos de donde provenían? En esta experiencia, los sujetos caminan a lo largo de una ruta especificada desde el centro del salón; mientras ellos caminan, son interrogados acerca de la dirección de varios objetos en relación con ellos mismos. Antes de caminar, ellos aprenden la localización de los objetos, descubriéndolos con los ojos vendados. La experiencia mostró que los sujetos fueron capaces de responder correctamente a todos los objetivos. Los resultados sugieren dos posibles procesos mientras los sujetos navegan en dos ambientes separados cognitivamente: el primero indica que la navegación entre los dos ambientes involucra un proceso de cambio de mapa. De acuerdo con esto, la navegación humana es un proceso que actualiza la posición de una persona y la orientación relativa a un conjunto limitado de objetivos. De esta forma, los navegadores tienen que reorientarse ellos mismos en un ambiente cuando se aproximan a éste y, al mismo tiempo, procesar las localizaciones de los objetivos que ellos van dejando atrás. El segundo proceso se refiere a que los sujetos requieren cierta cantidad de tiempo para acceder a su conocimiento espacial y calcular la dirección de un nuevo objetivo. Como resultado final de esta investigación, se mostró que los humanos durante la navegación forman representaciones espaciales nuevas, pero no necesariamente las incorporan al sistema existente de conocimiento espacial. Los dos trabajos aportan al estudio y comparación de la representación de dos escenarios tratados en esta investigación: el mapa táctil y el área del salón con objetos dispuestos. Por un lado, se buscaría establecer si los invidentes son capaces de reportar la disposición de los objetos en el espacio; y, por otro, si los invidentes, explorando un ambiente real con un dispositivo, retienen la misma variedad y disposición de objetos en la reproducción de un modelo del ambiente en un mapa táctil. Esto supone que a través de la modelación que se realiza con la exploración peripersonal, se reproduce la exploración extrapersonal.

Manejo de estrategias en la representación espacial e identificación de patrones La identificación de patrones fusionada con las estrategias manejadas en el reconocimiento de lugares y configuración del ambiente, conlleva a establecer diferentes mapas del área explorada por los invidentes. Una persona ciega, cuando navega en el espacio, podría inferir o imaginar zonas delimitadas por mojones. Estos parámetros de orientación la inducirían a recordar y representar la disposición del escenario explorado. A partir de los anteriores supuestos, se relacionan algunos estudios que se aproximan a la intención de poder identificar patrones de configuración del ambiente; estas investigaciones podrían servir como referente en la búsqueda de respuestas al problema de la representación espacial de personas invidentes.

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Hill, Rieser, Hill, Hill, Halpin y Halpin (1993) abordaron un estudio sobre la representación mental del espacio. Su investigación consistió en animar a personas invidentes a explorar libremente un espacio abierto limitado con el propósito de localizar cuatro objetos y recordar su posición. Los investigadores condujeron a los participantes a hacer una serie de juicios de dirección entre los sitios de ubicación de los objetos y la precisión de su respuesta recordada. Este proceso lo realizaron con el objeto de investigar la precisión de las respuestas de dirección en relación con el comportamiento exploratorio usado por los participantes. El ejercicio fue videograbado. Los patrones espaciales encontrados en la videograbación se codificaron en diferentes estrategias. Para alcanzar el objetivo del estudio, los investigadores clasificaron a los participantes en términos de su realización y compararon las estrategias empleadas por los mejores realizadores contrastados con los peores. Los autores encontraron que los mejores realizadores tendían a emplear una amplia variedad de estrategias. Asimismo, ellos utilizaban estrategias que facilitaban el desarrollo de relaciones alocéntricas. Gaunet, Martínez y Thinus-Blanc (1997), investigan la disposición de los objetos en un área determinada con el fin de identificar las estrategias utilizadas en tareas espaciales táctiles, conducen a adultos ciegos congénitos y tardíos y a personas videntes a explorar durante un minuto la disposición de cinco formas geométricas, ubicadas en un tablero cuadrado de un metro. Los patrones resultantes de la disposición de los objetos explorados son videograbados. Una vez que los participantes exploran la escena, el investigador altera la disposición de los objetos. Los participantes en seguida son llevados a identificar el nuevo escenario a partir de tres condiciones: con relación a ellos mismos y el escenario, moviéndose 180 grados alrededor del tablero y rotando el tablero 180 grados. A partir de la secuencia de visitas que realizaban los sujetos a las formas geométricas, los autores pudieron identificar en las grabaciones dos tipos de patrones exploratorios: un patrón cíclico que incluía visitas a diferentes figuras, y un patrón de exploración adelante y atrás que incluía el movimiento repetido entre dos figuras. Los autores encuentran que un alto número de patrones adelante y atrás se asocia a una mejor realización. De la misma forma, encuentran que los invidentes congénitos son los más influenciados a manejar patrones cíclicos. Por su parte, Arno, Vanlierde, Streel, Waned-Defalque, Sanabria-Bohórquez y Veraart (2001) investigaron el reconocimiento de patrones con videntes e invidentes. Para esta tarea utilizaron un ambiente computacional donde se mostraban diferentes patrones formados por líneas. Los sujetos portaban un par de audífonos conectados al computador. Su trabajo consistía en mover un bolígrafo óptico sobre una tableta graficadora mientras escuchaban sonidos que dependían de un código para orientar la dirección del movimiento de la mano. Este código identificaba los píxeles que formaban una línea recta, los cuales eran convertidos por el computador en sonidos armoniosos que se transmitían a los audífonos para

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que el sujeto identificara, a través de estos sonidos, la secuencia de puntos que él podía replicar con el bolígrafo o el cambio de dirección de esa secuencia de puntos de acuerdo con los cambios en el sonido que él recibía. La configuración de estas secuencias de puntos formaba diferentes figuras geométricas que establecían los patrones visuales en el computador. La acción del sujeto en la tableta graficadora, le permitía revelar verbalmente el tipo de patrón que lograba describir con el bolígrafo. Los resultados del experimento mostraron que tanto los videntes con los ojos vendados como los invidentes, quienes recibieron retroalimentación acústica en tiempo real, para relacionarla con el movimiento de sus manos, reconocen los patrones visuales producidos por el computador. Arno et al. (2001) concluyeron que el reconocimiento de patrones visuales con el dispositivo utilizado en su experimento implicaba la identificación de las líneas orientadas en diferentes direcciones y las relaciones espaciales entre éstas. Estos resultados apoyan el estudio de patrones, cuyos componentes son objetos dispuestos en alguna dirección, de tal forma que se puedan identificar sus relaciones espaciales.

Construcción de mapas cognitivos Jacobson (1998) ilustra tres estudios que exploran la habilidad de personas invidentes para construir mapas cognitivos. El primer estudio se refiere a la externalización de los mapas cognitivos a través de la elaboración de mapas táctiles con los cuales los invidentes representan el espacio. Un segundo estudio utiliza una estrategia de multianálisis y multitarea para investigar el conocimiento geográfico y el efecto de la representación de un mapa táctil de tres invidentes que viven en una región. Un tercer estudio se relaciona con la modelación del ambiente, utilizando señales auditivas y verbales. Estos tres estudios apoyan el análisis del proceso que siguen las personas invidentes en la construcción de una configuración del ambiente, representada en mapas táctiles, cuando utilizan un dispositivo de transducción de estímulos sensoriales, caso al cual hace referencia esta investigación. El primer estudio de Jacobson prueba que los mapas táctiles son una poderosa herramienta para la orientación y aprendizaje geográfico (Ungar, Blades y Spencer, 1997b). La investigación se realiza con tres personas invidentes que viven en un campus universitario. Para realizar este estudio, los participantes primero externalizan su conocimiento del mapa cognitivo del campus por medio de la construcción de bocetos que indican su nivel básico de conocimiento del entorno (Blades, 1990). Con este método el invidente puede discernir la estructura, orden y contenido de su propio conocimiento. Posteriormente, los sujetos estudian y completan sus propios bosquejos de mapas en una tableta de líneas táctiles que contenía lo que ellos habían dibujado. Una vez ellos finalizan sus mapas, se les da un mapa táctil del campus para que exploren y hagan preguntas. Después de una semana, los participantes realizan otro boceto del campus. Los resultados de esta experiencia revelan que los mapas dibujados antes de la experiencia con el mapa

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táctil muestran un orden y conceptualizan el campus de una manera holística y coherente. Los mapas dibujados después de la experiencia con el mapa táctil mejoran en detalles, adicionan algunos elementos derivados del mismo mapa y corrigen algunos errores. Las conclusiones de este estudio indican que la elaboración de bocetos de mapas puede proveer una herramienta útil para la documentación del desarrollo de mapas cognitivos de una persona, y el uso de mapas táctiles proporciona una visión panorámica del entorno. Con estos dispositivos, los ciegos crearon representaciones globales del espacio. Un resultado importante de este estudio es evidenciar que los ciegos son capaces de producir mapas bien ordenados y con bastante precisión a partir de sus ambientes familiares. Con esto podemos pensar que un aprendizaje en adquisición de conocimiento del ambiente, en el cual se desenvuelve el ciego, es un elemento importante para que esta persona pueda precisar su representación espacial y desenvolverse en su entorno. Este entrenamiento tendría la función de convertir el ambiente en un entorno familiar para los invidentes. Un segundo estudio utiliza una estrategia de multianálisis y multitarea para investigar el conocimiento geográfico y el efecto de la representación de un mapa táctil de tres invidentes que viven en una región. Los invidentes estudian durante cinco minutos un mapa táctil que indica la posición y la frontera de diez ciudades ubicadas en el área donde ellos viven. Los participantes emprenden tres tareas: la primera consistía en completar una prueba de respuesta de una señal espacial; los sujetos debían indicar, en un tablero táctil, la localización de las diez ciudades presentadas en el mapa táctil, ayudados por una señal espacial que consistía en conocer la ubicación y la frontera de dos ciudades. Los resultados muestran que los sujetos ubicaron las ciudades con precisión. Esta apreciación soporta la idea de que las personas ciegas son capaces de desarrollar conocimiento configuracional. De la misma forma, los resultados de este trabajo sugieren que el conocimiento de un mapa táctil, junto al conocimiento del mapa cognitivo, construido a través de la experiencia, es útil en el aprendizaje. La segunda tarea consistía en estimar las distancias relativas para una escala multidimensional. En esta tarea, los sujetos intentaron infructuosamente estimar distancias relativas utilizando escalado multidimensional. La tercera se relacionaba con completar una prueba de reconocimiento. Se les presentaron los tres mapas de forma aleatoria a los sujetos. Uno de los mapas tenía la orientación correcta y los otros mapas fueron rotados en diferente ángulo. Los resultados mostraron que todos los sujetos identificaron el mapa con la orientación correcta. Un tercer estudio se relacionaba con la modelación del ambiente utilizando señales auditivas. En la experiencia participaron ocho sujetos divididos en dos grupos. Todos los sujetos fueron movilizados en su entorno familiar utilizando

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técnicas del bastón antes de emprender la travesía de una ruta, donde se encontrarían con obstáculos que incluían entradas y cruces de calles principales. Uno de los grupos aprendía el recorrido de manera tradicional con ayuda de un instructor en movilidad. El otro grupo recibía las mismas instrucciones que el primero; pero éste podía conocer la ruta y el área ayudado por un dispositivo audio-táctil que le daba señales auditivas del ambiente mientras caminaba. Estas señales incluían iconos auditivos (earconos), tales como el ruido del tráfico, el ruido de cruce de peatones, el sonido de aviso de un cruce, etc. (Blattner y Sumikaua, 1989). Cada sujeto completaba un conjunto de valoraciones cualitativas y cuantitativas, las cuales incluían descripciones verbales y bocetos de la ruta. Unas horas después de finalizar el recorrido, se les presentó a los sujetos una tablilla de dibujo táctil para que describieran y dibujaran la ruta lo más detallada posible. Los sujetos podían indicar en una regla la longitud total de la ruta y la distancia a los mojones claves. Los dos grupos completaron la trayectoria de la ruta sin ayuda y fueron capaces de describirla verbalmente. Los mapas dibujados por el grupo que utilizó el dispositivo fueron mejores que los del otro grupo. Sin embargo, la distribución espacial de los lugares dibujados por los dos grupos mostró un alto grado de completitud y precisión, evidenciándose mayor precisión en el grupo del dispositivo, aunque no era significativa la diferencia. Las conclusiones del trabajo indican que los invidentes tienen una representación interna del espacio precisa, comparable con los videntes, aunque las representaciones de la persona ciega son cualitativa y cuantitativamente diferentes. Este estudio demuestra con claridad la necesidad de aproximarse a multitareas para analizar la habilidad de mapeo cognitivo de invidentes. Las anteriores investigaciones generan una base conceptual acerca de cómo las personas invidentes externalizan su conocimiento espacial a través de representaciones táctiles y cómo este conocimiento puede ser reutilizado por estas personas para reafirmar su aprendizaje. El proyecto que presentamos utiliza este mismo sistema para evidenciar los modelos mentales de los invidentes. Otro elemento importante que aportan estos estudios tiene que ver con el desarrollo de conocimiento configuracional. En el caso particular de la investigación que se lleva a cabo, el conocimiento configuracional sirve como marco de referencia para comparar la completitud de la representación que realizan las personas que han navegado a través de la disposición de objetos en el ambiente. Un último aporte de estos estudios tiene que ver con el objetivo central del proyecto que se refiere a la modelación del entorno con ayudas aumentativas. El trabajo de Jacobson, realizado con invidentes utilizando señales auditivas, es análogo a la propuesta de esta investigación, en la que se utilizan señales táctiles para dar información del entorno. Todo esto está en función de poder comparar la representación del entorno con el uso de dispositivos que generen este tipo de señales.

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Disposición y localización espacial en ambientes nuevos Fletcher (1980) introdujo a niños y adolescentes ciegos en el aprendizaje de la disposición de objetos en un salón, usando dos métodos: un modelo a escala de la disposición del salón y experiencia directa. La exploración del espacio se dio de manera guiada y no guiada. Durante la exploración del espacio se probó el conocimiento de la disposición del salón. Se utilizaron dos tipos de cuestionamientos: de ruta y de mapa. Los cuestionamientos de ruta probaban el conocimiento de los participantes con respecto a las relaciones espaciales experimentadas directamente en la exploración; los cuestionamientos de mapa requerían que los participantes recurrieran a su experiencia previa para inferir relaciones espaciales de los sitios no enlazados en la exploración. Los resultados mostraron que los niños ciegos congénitos tenían mayor precisión en la ruta que en el mapa. Esto indicó que los ciegos congénitos fueron capaces de integrar información de la disposición de objetos de manera global. Asimismo, Ochaíta y Huertas (1993) familiarizaron a niños y adolescentes invidentes con una ruta que vinculaba siete mojones en un ambiente real. Los invidentes recorrían la ruta una vez. A los tres días siguientes, cada participante seguía la misma ruta. Una vez finalizó la sesión, los participantes construyeron un modelo a escala del espacio, estimando la distancia entre los mojones. Los resultados muestran que no hubo diferencias entre los ciegos congénitos y los ciegos tardíos. Sin embargo, sí hubo diferencia entre los niños ciegos y los adolescentes, quienes mostraban evidencia de una representación coordinada del recorrido realizado en el ambiente. Los autores concluyen que aunque los ciegos congénitos lograron comprender el ambiente de manera coordinada, el establecimiento de cronologías, con relación a los niños videntes, duró mucho más tiempo.

Disposición del entorno con apoyo de dispositivos Los proyectos que se han venido desarrollando con dispositivos dan un nivel de importancia al uso de estos elementos tecnológicos en la exploración del espacio y la movilidad de personas invidentes. Cabe mencionar dos trabajos que se han desarrollado en Tecnice-UPN (Grupo de investigación de la Universidad Pedagógica Nacional) y que sirven como referencia para dar continuidad al estudio de la representación espacial en el medio colombiano. Sarmiento (2003), en su trabajo de investigación de tesis de maestría Ayudas aumentativas en limitados visuales aplicando las tecnologías de la información y las comunicaciones, diseña un dispositivo para el reconocimiento de objetos validado con invidentes. Los resultados de su investigación muestran que las personas con limitación visual que utilizan un dispositivo para el reconocimiento de objetos aumentan la anticipación perceptiva y están en capacidad de hacer

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mejores representaciones espaciales del entorno que los sujetos que utilizan el bastón tradicional. López, Sanabria, Sarmiento, Ibáñez y Valencia (2005) diseñan un dispositivo mecatrónico que articula visión artificial, lógica difusa, tratamiento de señales, circuitos electrónicos a escala VLSI, mecánica y software, capaz de percibir información del medio para detectar colores y objetos del entorno. La validación de este sistema se da en procesos de movilidad y orientación en ambientes cerrados como ayuda aumentativa de invidentes congénitos. El problema de esta investigación se relaciona con la medición de la eficacia del dispositivo mecatrónico como ayuda aumentativa en la representación que hacen los limitados visuales del entorno que les rodea. En este sentido, se hace necesario evaluar la arquitectura y capacidad del dispositivo tecnológico DMREI y su incorporación en el sistema de representación espacial del invidente. Los resultados muestran que la anticipación perceptiva que brinda el módulo de representación espacial del dispositivo, a través de los sensores, les permite a los invidentes localizar objetos en el espacio e identificar, con cierto nivel de precisión, la distancia a la cual se encuentran ubicados con respecto a él, constituyéndose en elementos fundamentales para la elaboración de las representaciones espaciales en un mapa. Los mapas que representan la ubicación de los objetos involucran la codificación de direcciones y relaciones de distancia entre ellos, independientemente de las trayectorias que los sujetos realizan. Las representaciones que los sujetos hacen del espacio guardan ciertas relaciones en cuanto a las posiciones de los objetos con respecto al problema original, mostrando un desarrollo significativo de la plasticidad, debido a que descansan en un marco de referencia alocéntrico alto. La identificación de colores de los objetos agrega una nueva dimensión a la base de conocimiento del sujeto que, articulada con los demás canales de percepción, le permite representarse de una forma más estructurada el entorno que lo rodea. Los anteriores trabajos son referentes del estudio que plantea la investigación desarrollada aquí, en la cual se utiliza el mismo dispositivo para la fase experiencial. Mientras los resultados de los trabajos de Sarmiento (2003) y López et al. (2005) prueban el potencial del dispositivo para aumentar la anticipación perceptiva y mejorar la representación del espacio, identificando objetos con cierto nivel de precisión, la investigación que se plantea en este proyecto profundiza en el proceso de anticipación perceptiva a partir del acercamiento del invidente al objetivo, que se logra con la medición de puntos de percepción que dirigen al individuo a un objetivo específico. Estos puntos se originan a partir de la percepción de estímulos, producidos por la vibración del dispositivo para indicarle al invidente la existencia de un objeto en el entorno explorado. De la misma forma, el proceso de investigación busca un avance en la identificación de las estrategias tanto en la exploración del espacio con el dispositivo tecnológico, como en la elaboración

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de modelos relacionados con la disposición del ambiente. Con estos avances se pretende hacer un estudio de grano fino de la representación espacial de las personas invidentes.

Importancia de los mapas táctiles Los mapas táctiles podrían ser un medio para resaltar marcos externos del ambiente que no son aprendidos por interacción directa con él. El conocimiento espacial se podría optimizar cuando se utilizan mapas táctiles junto a la experiencia directa con la exploración del entorno (Ungar, 2000). Estas suposiciones se confirman con dos estudios que recalcan el uso de los mapas táctiles para inferir la configuración del ambiente. Espinosa, Ungar, Ochaíta, Blades y Spencer (1998) condujeron a adultos ciegos a aprender una ruta a través de un ambiente nuevo, usando un mapa o la experiencia directa. Para probar el conocimiento que tenían estas personas de la ruta, ellos debían caminar sin guía e inferir el conocimiento de la disposición del entorno, haciendo estimaciones de la dirección entre los lugares. Los resultados de esta investigación muestran que se hicieron mejores las estimaciones cuando los participantes aprendieron la ruta, combinando los mapas táctiles y la experiencia directa. Los participantes que aprendieron la ruta por experiencia directa hicieron una estimación pobre. Estos resultados fueron similares a los estudios realizados por Bentzen (1972) y Brambring y Weber (1981), lo cual indica que los mapas táctiles pueden proveer al invidente una clara impresión de la disposición espacial de un ambiente. Los autores concluyen que la combinación de dos procedimientos: la experiencia directa y los mapas táctiles, constituyen un procedimiento útil que podría ser usado por instructores en orientación y movilidad. Los mapas táctiles pueden incrementar potencialmente la independencia y autonomía de personas invidentes, siendo una ayuda efectiva en el proceso de enseñanza acerca de la estructura espacial de áreas donde se desplazan estas personas. Ungar, Blades, Spencer y Morsley (1994) compararon la actuación de niños invidentes de 5 a 11 años de edad, quienes exploraban un ambiente real o un mapa táctil del mismo ambiente. El ambiente estaba conformado por un número de juguetes familiares para ellos, distribuidos aleatoriamente en el piso de un salón grande. Los mapas táctiles fueron construidos mostrando la distribución de todos los juguetes. Los resultados revelan que los niños fueron capaces de comprender y hacer uso de los mapas. Un resultado importante es que los niños aprendieron la disposición del ambiente con mayor precisión, utilizando un mapa, que con la exploración directa. Estos resultados demostraron la importancia de los mapas táctiles para ayudar a los invidentes a formarse una impresión del espacio alrededor de ellos. Los autores concluyen que las personas invidentes tienen un potencial para comprender y usar mapas táctiles, y quienes adoptan estrategias táctiles efectivas realizan tareas, iguales o mejores que las personas videntes.

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Estos estudios se suman a nuestra investigación, indicándonos la riqueza de conocimiento que aportan los mapas táctiles para extraer de ellos estrategias que podrían servir como elemento de análisis en la representación espacial y como base para definir modelos de aprendizaje en orientación y movilidad de personas invidentes.

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Goodale y Humphrey (1999) distinguen una característica que diferencia el sistema perceptual de los módulos visuomotores. Esta característica se refiere a la forma en que se representa el mundo visual en el cerebro. La representación es una de las ideas centrales de la percepción y la cognición. El objetivo de la percepción es la creación de una representación que es, en algún sentido, un modelo interno del mundo tridimensional. En este contexto, la representación es una reconstrucción del mundo (Ballard y Brown, 1992), que desempeña un papel crucial en actividades cognitivas relacionadas con el razonamiento espacial y el significado de objetos y escenas (Goodale y Humphrey, 1999), lo cual indica que ésta es una de las mejores funciones del sistema perceptual en la medida en que puede servir como sustrato para que un gran número de operaciones cognitivas, que están involucradas en su construcción, puedan ponerse en escena. Esta visión integradora de la percepción y la representación fundamenta el proceso de investigación que da razón de los modelos generados por los invidentes cuando exploran el espacio.

Sistema perceptual El sistema de percepción se considera íntimamente ligado a los procesos cognitivos, tal como la memoria de largo plazo. De esta forma, la percepción es un sistema de procesamiento de información que sirve para identificar los objetos y sus relaciones espaciales y temporales (Goodale y Humphrey, 1999). Esta posición coincide con el sistema de reconocimiento de Neisser (1994), quien afirma que los sistemas de reconocimiento median la identificación y clasificación de objetos a través de la acumulación de evidencias en relación con representaciones almacenadas. El reconocimiento siempre está definido como una relación de entradas presentes en el pasado, vinculada a información almacenada acerca de los objetos. En general, el sistema de percepción nos da la experiencia del mundo con sus objetos. Las personas, para desplazarse de manera independiente, deben alimentarse continuamente de información espacial. La habilidad requerida para movilizarse depende en alto grado de la naturaleza de la información espacial que proviene del funcionamiento del mecanismo perceptual. El alcance de la percepción se supedita al espacio observado en el entorno desde un punto y en un instante de tiempo, su cobertura se determina por el espacio inmediato que ocasiona un movimiento seguro y el espacio remoto, donde los mojones son detectados. Asimismo, esta

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área determina la medida, referida a la anticipación perceptual y la integración de hechos espaciales adquiridos en diferentes ocasiones, requeridos para la construcción de la representación del espacio en la memoria (Foulke, 1996). Foulke sugiere que la precisión y la forma como se realiza una tarea de movilidad obedecen a la información espacial suministrada por el sistema perceptual. Según el autor, la realización de una tarea de movilidad, requiere de las personas videntes e invidentes el conocimiento de las características espaciales estacionarias y el movimiento de los objetos. Este conocimiento es indispensable para anticipar las futuras posiciones de los objetos y las veces en que las posiciones extrapoladas podrían ser ocupadas, debido a que las decisiones acerca del movimiento, la dirección y la rapidez están basadas en la predicción. Llinás (2003) confirma el planteamiento de Foulke, incluyendo la percepción como la base de la predicción. Según este autor, la predicción se constituye en el centro de la función cerebral. A partir de la anticipación perceptual se ha podido demostrar que la habilidad para anticipar el peligro, observando las características de una situación, depende del tiempo que se tenga para preparar un plan de acción (Foulke, 1996). Una persona vidente que observa anticipadamente un hueco, tiene tiempo para preparar el plan de movimientos que le permitirán desviarse del peligro; mientras que una persona ciega tendría poco tiempo para esquivar el peligro, esto es debido al espacio pequeño de percepción que posee el invidente. La carencia de anticipación perceptual en el invidente podría ser reemplazada por lo que Foulke llama anticipación cognitiva. Desde los puntos de vista anteriores, se plantea la percepción como un elemento fundamental para la movilidad. Arbib (1972) afirma que la percepción del ser humano está basada en la necesidad de actuar. Llinás (2003, p. 4) comprende la percepción como “la validación de imágenes sensomotoras generadas internamente por medio de la información que ingresa a través de los sentidos, que se procesa en tiempo real y que proviene del entorno que rodea al animal”. El ser humano, a partir de la percepción, puede adquirir y procesar información con la cual reconoce objetos y se mueve en el entorno (Gottesman y Intraub, 2003). Gibson (1979) considera que la percepción y la acción conforman un ciclo, en el que la gente actúa para aprender acerca de su entorno y usa lo que ha aprendido para guiar sus acciones. Para Hommel (2005), la percepción sirve para registrar e identificar la entrada al sistema cognitivo, mientras que la acción es responsable de producir una apropiada salida. En este sentido, la percepción está ligada a procesos cognitivos, lo cual indica que los procesos perceptuales se constituyen en la entrada para la formación de modelos mentales espaciales. Para comprender estos procesos, se toma como base el estudio del control de la acción, la percepción del entorno y la atención como uno de los componentes de la percepción.

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Percepción y control de la acción La complejidad del procesamiento visual se ilustra a través de los caminos visuales del cerebro. Esta situación se refleja en la definición de dos sistemas: la percepción y el control de la acción. La evolución de estos sistemas se refleja en el procesamiento visual del animal, donde se cree que existe una similitud con el ser humano. Ungerleider y Mishkin (1982) identificaron dos flujos de procesamiento distinto en el cerebro del mono macaco: el flujo ventral, proyectado desde el córtex visual primario al córtex inferotemporal, y el flujo dorsal, proyectado desde el córtex visual primario al córtex parietal posterior. Los autores, basados en estudios electrofisiológicos realizados en estos animales, indican que el flujo ventral desempeña un papel crítico en la visión de objetos, habilitando al mono a identificarlos, mientras que el flujo dorsal está involucrado en la visión espacial, lo cual habilita al animal a localizar objetos en el espacio. Aunque hay cierta prevención para afirmar que existe una analogía con el ser humano, Goodale y Humphrey (1999) consideran que las proyecciones desde el córtex visual primario a los lóbulos temporal y parietal en el cerebro humano pueden involucrar una separación de los flujos ventral y dorsal, similar al cerebro del mono. Esta forma de ver de manera análoga los flujos ubica el interés de este proyecto en dos espacios importantes: la identificación del objeto y su respectiva localización, elementos que son fundamentales para la movilidad de las personas invidentes. En otro sentido, se podría pensar que el ser humano dispondría de dos zonas de procesamiento de información: una que lleva a localizar el objeto y otra que le permite identificarlo. Goodale y Milner (1992) han realizado una reinterpretación de las diferencias aparentes en el procesamiento visual de los dos flujos desde el córtex visual, en lugar de hacer énfasis en la diferencia de la información visual, como lo plantean Ungerleider y Mishkin. De acuerdo con los primeros, el flujo ventral desempeña el papel más importante en la construcción de la representación perceptual del mundo y los objetos que se encuentran en éste, mientras que el flujo dorsal es un mediador del control de acciones visuales dirigidas a estos objetos. Goodale y Humphrey (1999) explican esta tesis siguiendo el procesamiento del flujo ventral, lo cual le permite al mono reconocer un objeto como una fruta madura, mientras que el procesamiento del flujo dorsal provee información acerca de la localización, tamaño y forma de esa fruta que toma con precisión para llevarla a su boca. En este caso los atributos tamaño, forma, orientación y localización espacial son procesados por ambos flujos, pero la naturaleza del proceso es diferente. A partir de la evolución del procesamiento visual, se consideran algunas teorías con relación a la percepción y el control de la acción. Según Hommel (2005), las acciones se generan a partir de nuestra propia percepción. Esta línea de razonamiento es consistente con lo que se ha denominado la teoría ideomotora, planteada por James (1890), focalizada en el problema de cómo la conciencia puede

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adquirir información y ejercer control sobre el cuerpo humano (Stock y Stock, 2004). Aproximaciones modernas acerca de esta teoría han centrado sus estudios en la parte funcional y los mecanismos del cerebro que son la base del control ideomotor (Jackson y Decety, 2004; Prinz, 1990; Rizzolatti, Fogassi y Gallese, 2001) y en la representación cognitiva y cortical de la acción (Elsner y Hommel, 2001). Según Hommel (2005), el acceso cognitivo para el control de la acción está mediado por la percepción a través del uso de códigos que representan percepciones pasadas y anticipaciones que han sido construidas de las percepciones. Con esto se asume que los códigos y procesos que son responsables de fijar y ejecutar una acción particular están enlazados a códigos que representan los aspectos perceptuales de esta acción. Los códigos que generan la acción son estructuras que consisten en el ensamble de distintas células ubicadas en diferentes áreas del cerebro, cuya función permite codificar la dirección, la fuerza y la distancia de un movimiento del brazo (Georgopoulos, 1990; Kalaska y Hyde, 1985; Riehle y Requin, 1989). La codificación de estos parámetros genera los distintos patrones electrofisiológicos del cerebro (Bonnet y MacKay, 1989; Kutas y Donchin, 1980; Vidal, Bonnet y Macar, 1991). La planeación de una acción consiste en el ensamble de una serie de códigos que especifican las diferentes características de la acción. Las estructuras que median el control voluntario sobre las características de nuestra acción son unidades sensomotoras con una función determinada, tanto para la percepción, como para la planeación de la acción (Hommel, Müsseler, Aschersleben y Prinz, 2001). Estas estructuras sensomotoras tienen una potencialidad dual: primero, representan un evento sensorial como, por ejemplo, la experiencia que tiene un invidente de reaccionar girando su cuerpo ante un estímulo táctil; y, segundo, controlan la producción del evento sensorial correspondiente, por ejemplo, la acción de dar un paso al caminar en el sentido que le indica el estímulo. Esta potencialidad dual es un proceso anticipatorio que necesariamente cuenta con una cantidad de cualidades perceptuales de los efectos que van a ser producidos por la acción. Los efectos de la acción en el movimiento del pie de un invidente al dar un paso podrían comprender la experiencia cinestésica del movimiento del pie y la experiencia táctil de tocar el piso en el momento de dar el paso, sin tener en cuenta efectos distales (distantes) como, por ejemplo, tropezar con un obstáculo. Hommel (2005) denomina estas aproximaciones efectos próximos de las acciones. La generación de una base de datos de estos efectos requiere de un mecanismo de aprendizaje conformado por dos características: la primera es la capacidad de integrar los códigos motores que están involucrados en la producción de una acción particular con eventos perceptuales que la siguen. Esta integración incluye dos principios de aprendizaje: contigüidad y contingencia (Elsner y Hommel, 2004). La contigüidad es importante porque el mecanismo de integración no puede conocer por adelantado lo que se puede considerar como un efecto de una acción plausible. De esta forma, se puede utilizar una ventana de integración

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temporal y aceptar para la integración algún evento que siga la acción en un intervalo de tiempo. La contingencia es importante para excluir falsos eventos que puedan incidentalmente caer en el intervalo de integración. Con el incremento de la experiencia, estos eventos podrían sobrar en la integración de la acción que se produce por efecto de la misma experiencia. Una segunda característica del mecanismo de aprendizaje es la necesidad de crear asociaciones bidireccionales. Esto explica que el hecho de utilizar una asociación entre una acción y sus efectos necesariamente revierte el orden de los eventos experimentados cuando se realiza la asociación del aprendizaje. Otra explicación para esta asociación establece que nosotros aprendemos que la acción de mover el pie se sigue por la experiencia de alguna cosa que estamos sintiendo allí (por ejemplo, chocar con un obstáculo), lo cual implica una secuencia sensomotora; luego utilizamos la asociación que surge por activación del código sensorial (anticipación) para preparar el código motor (secuencia sensomotora), por ejemplo, girar el cuerpo para esquivar el obstáculo. Según Hommel, existe una forma de demostrar que existe el mecanismo de aprendizaje con estas dos características. Esta forma consiste en presentarle a la gente eventos nuevos distales (distantes) que son contingentes a sus acciones (por ejemplo, nuevos obstáculos). Si esto conduce a la creación de asociaciones bidireccionales entre los códigos motores de la acción y los códigos sensoriales de los nuevos eventos, el estímulo –que es similar a los nuevos eventos– podría ser lo que imprime de manera efectiva la correspondiente acción. Estudios de aprendizaje demuestran que los efectos próximos y distales de la acción se integran con las respuestas que ellos siguen. Estos efectos desempeñan un papel importante en el control de la acción. Para corroborar estos planteamientos se pensaría que un invidente entrenado en estrategias anticipatorias con un dispositivo que emita señales táctiles (efectos distales) a su cuerpo –que le indiquen la ubicación de obstáculos– estaría en capacidad de integrar estas señales al movimiento de sus extremidades (efectos próximos), llevándolo a tomar una decisión acertada en su desplazamiento. Esta posición sería objeto de estudio en alguna investigación posterior. En relación con nuestro trabajo, inferimos que la ubicación de objetos en un escenario y la utilización de estos dispositivos podrían ayudar al aprendizaje de planes de acción para el movimiento del cuerpo del invidente. Estos planes de acción podrían integrar su experiencia cinestésica y táctil para tomar decisiones tanto en movilidad como en localización de obstáculos. Percepción del entorno La percepción de nuestro entorno es muy rica y detallada. Sin embargo, gran parte de esta representación perceptual es virtual y se deriva de la memoria (McConkie y Currie, 1996). En el sistema de percepción, los módulos visuomotores del sistema de acción transforman directamente la información sensorial en salidas motoras,

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en lugar de utilizar reconstrucciones de escenas visuales. En este aspecto, Goodale y Haffenden (1998) consideran que existe una imprecisión en la detección del tamaño de los objetos y sus relaciones. Para solucionar este problema, ellos sugieren el uso de coordenadas, tomando como referencia el mundo. Por ejemplo, se puede ver una misma escena revelada en televisión o en una pantalla de cine, sin ser confundida por los cambios en el marco de coordenadas. En esta visión, únicamente la posición relativa, la orientación, el tamaño y movimiento de los objetos es lo que concierne a la representación perceptual. Las personas, de alguna manera, perciben y recuerdan un mundo coherente y continuo a pesar de que sus entradas sensoriales son discontinuas (Intraub, 2004). Intraub, Gottesman, Willey y Zuk (1996) han propuesto que estas proyecciones anticipatorias, en las cuales las personas recuerdan una porción del espacio esperado como si hubiera sido visto, se reflejan en la extensión del límite. La extensión del límite es un error espacial unidireccional que ocurre cuando se prueba la memoria a través del recuerdo, el reconocimiento o la reconstrucción de lo que se ha visto. Este proceso ocurre tan rápido como el desplazamiento de un estímulo en un segundo (Intraub et al., 1996). La extensión del límite es una instancia de los procesos anticipatorios de la percepción y la cognición (Intraub, 2002). La extensión del límite está ligada a la percepción de cuadros de escenas (Gottesman y Intraub, 2003). Tanto videntes como invidentes se inclinan a la tergiversación. Cuando recuerdan una escena, ellos tienden a recordar una visión más lejana de los bordes de la escena; esto ocurre en el caso en que un objeto sea o no recordado por su límite, para lo cual, los videntes recuerdan la escena, simplemente habiendo visto el fondo y extrapolando la disposición esperada de los objetos, los invidentes tienden a recordar la escena explorando sus límites; este proceso resume la extensión del límite, ubicándola como un componente fundamental de la cognición espacial (Intraub, 2004). Hochberg (1986) argumenta que durante el escaneo visual, las expectativas de lo que no ha sido visto, pero que es parte de la imagen, altamente predecible, están incluidas en la representación mental. Para el caso de los ciegos, esta representación anticipatoria del espacio podría servir para facilitar la integración de una escena con subsecuentes vistas (por ejemplo, para preparar la próxima disposición de la escena, Gottesman, 2003; Sanocki y Epstein, 1997) y la detección de discontinuidades inesperadas en una próxima escena (como cuando la próxima escena revela un objeto de otra manera en un piso homogéneo, según Intraub, 2004). Con estos planteamientos se podría esperar que la exploración de escenas por parte de los invidentes indique representaciones anticipatorias que les ayuden a prevenir obstáculos en su desplazamiento.

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Un punto de interés que se plantea en nuestra investigación se traduce en la generación de escenas hápticas para identificar la extensión del límite de los invidentes. Estas escenas estarán conformadas por mapas táctiles y entornos reales, en los que las personas ciegas puedan entrenarse en la disposición de objetos en el espacio y su relación con otros. En estas condiciones se esperaría que, una vez se retiren los objetos de cada una de las escenas, el invidente pueda recordar la disposición del escenario, tomando como referencia los límites del entorno para ubicar los objetos que han sido memorizados en la exploración del ambiente. Esta forma de ver la capacidad del invidente para representarse el espacio a partir de los elementos que recuerda podría considerarse un proceso anticipatorio de la percepción, generado por la extensión del límite. Percepción y atención Otro elemento importante de la percepción es la atención. La atención hace parte del proceso perceptivo a medida que mejora o reduce el interés por las entradas sensoriales, de tal forma que algunas son atendidas mientras que otras no (Scott, 2001). La atención parece consistir en un conjunto de mecanismos que exhiben efectos diferentes, algunas veces opuestos. Muchas investigaciones han centrado la atención en el sentido visual; otras, en la percepción auditiva; alguna investigación combina tanto la percepción visual como la percepción auditiva (Scott, 2001). Técnicas como el escaneo y otras formas de observación del cerebro han permitido a los investigadores observar qué partes del cerebro actúan cuando los diferentes mecanismos de atención son activados. Los resultados muestran que la atención es dispersa y no se localiza en un lugar específico del cerebro (Luck y Girelli, 1998). Existen dos funciones principales de la atención en los humanos: la primera se refiere a prevenir la carga perceptiva. En este aspecto, los sensores humanos toman la cantidad de información que le es útil al cerebro de tal forma que la pueda procesar. La segunda se relaciona con el intento del cerebro de atender múltiples entradas a la vez; esto causa interferencia y degradación, lo cual se supera en la medida en que la atención ayuda a seleccionar la información más importante para ser procesada (Posner y DiGirolamo, 1998). Según Scott (2001), si una persona estuviera en capacidad de procesar toda la información que ingresa a su cerebro, podría estar expuesta a responder incoherentemente. La cantidad de información de entrada puede generar muchas respuestas potenciales que podrían agobiar a la persona, llevándola a tomar decisiones incoherentes. En este caso, la atención podría ayudar a seleccionar la información más relevante para responder a esta situación. Un aspecto importante en el aprendizaje de las personas invidentes es el entrenamiento en actividades que les permitan fijar su atención en elementos relevantes para su desplazamiento. Este proceso se lograría con el uso de dispositivos que puedan clasificar la información del entorno para enviarla al cerebro mediante

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estímulos. El reconocimiento del entorno a través de estos medios le permitiría al invidente decidir acerca de alguna acción respecto a su movilidad y orientación. Con esto se quiere plantear que la clasificación de información acerca de la ubicación de mojones, de señales dispuestas en el ambiente, etc., es un elemento fundamental en la atención del invidente que le ayudaría a ubicarse espacialmente.

Representación espacial A partir del conocimiento del proceso perceptual, el presente trabajo hace una distinción entre la representación mental que construye del ambiente una persona invidente y la externalización de esta representación, evidente en acciones tangibles. En este sentido, la representación espacial se supone como el razonamiento mental acerca del entorno. El resultado se traduce en las imágenes mentales, concebidas como las construcciones de la memoria de trabajo, estrechamente relacionadas con la percepción visual (Barkowsky, 2002). Estas imágenes se relacionan con los modelos mentales de Johnson-Laird (1983), incluyen información visual y espacial (Kosslyn, 1994). Estudios sobre características espaciales de los modelos mentales, han generado resultados consistentes acerca de la forma como las personas construyen modelos mentales espaciales, en cuya estructura se revela información acerca de relaciones y distancias espaciales entre los objetos (Rinck Williams, Bower y Becker, 1996; Bestgen y Dupont, 2003). La construcción de un modelo mental demanda la integración y transformación de varias piezas de información de manera expandida (Zwaan y Radvansky, 1998). El desarrollo de un modelo mental del mundo espacial inicia con la entrada sensorial de información del entorno. Los procesos a través de los cuales las entradas sensoriales se trasladan a una representación almacenada o modelo del ambiente se han denominado representaciones espaciales o estrategias espaciales (Roche, Mangaoang, Commins y O’Mara, 2005). Klatzky y Lederman (2003) definen la representación espacial a partir de un conjunto de valores paramétricos que describen la localización de puntos y regiones en el espacio, donde los parámetros se determinan con respecto a algún sistema de referencia. Roche y sus colegas usan la expresión “estrategias espaciales” para describir los procesos que corresponden a la codificación de la información de la memoria espacial. Según ellos, el término “estrategia” da cuenta de la naturaleza dinámica de inclusión de los procesos, y el término “representación” implica un modelo del espacio, estático o fijo, en lugar del tratamiento de procesos como formas de información organizada. El modelo mental se construye en un estado de recuperación de la memoria espacial. Roche et al. (2005) denominan este modelo “mapa neurocognitivo”, en razón a que combina un marco cognitivo para los estados de procesamiento involucrados en la representación espacial con un conjunto correspondiente de áreas neuroanatómicas que sostienen estas actividades cognitivas.

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Stevens y Coupe (1978), en un experimento que buscaba exteriorizar la estructura jerárquica de la memoria humana, indagaron a estudiantes de la Universidad de California acerca de la orientación relativa de dos lugares geográficos con relación a un sistema de referencia global. Las respuestas de los participantes hicieron suponer que ellos construyeron una imagen mental de la posición relativa de dos sitios a partir de alguna información disponible, lo cual indujo a los investigadores a demostrar que la localización relativa de los dos sitios se derivaba de la posición relativa de los estados donde se encuentran localizados (Barkowsky, 2001). Como ejemplo de ello se podría pensar en la ubicación de la universidad situada en la avenida Chile, al norte del parque Lourdes, que está localizado en Chapinero; esta inferencia supone que los modelos del entorno, construidos por personas invidentes, se asimilan a la externalización de sus imágenes mentales o modelos mentales. Con esta hipótesis podemos sugerir la construcción de mapas táctiles como una forma de externalización de la imagen mental, proceso mediante el cual se pretende realizar el estudio de la representación espacial de personas invidentes. En síntesis, el estudio presentado se apoya en las imágenes mentales de personas ciegas derivadas de los modelos que estas elaboran. Su relación con el aprendizaje espacial tiene en cuenta la acción de una parte del cerebro –el hipocampo-, comprometida con el procesamiento de información espacial. El estudio del hipocampo reviste un nivel de importancia, en la medida en que muestra cómo se procesa la información que ingresa al cerebro para dar respuesta a la localización y reconocimiento de lugares y objetos. En las personas invidentes, la acción del hipocampo es vital para procesar las señales que reciben por medio de todos sus canales sensoriales. El objetivo principal es tener una buena representación espacial que les permita orientarse y movilizarse en el ambiente. De la comprensión del hipocampo se deriva el conocimiento de estrategias espaciales que son, más adelante, objeto de estudio en la movilidad y representación del espacio de personas invidentes. Un aspecto por considerar en la codificación de estrategias espaciales tiene relación con los sistemas de referencia que se constituyen en los parámetros dimensionales, sobre los cuales se plantea el conocimiento del espacio de personas invidentes. El estudio de estos sistemas de referencia nos permite averiguar acerca de los marcos de referencia externos, sobre los cuales se estructuran las relaciones espaciales del ambiente. Memoria espacial y formación del hipocampo Algunas veces nos preguntamos por la ubicación de las cosas. Por ejemplo, una pregunta que siempre nos hacemos cuando dejamos parqueado nuestro vehículo en el parqueadero de un centro comercial es ¿dónde dejé mi automóvil? La respuesta está en la memoria espacial que es la base para reconstruir el mapa donde se encuentra el objeto. Este mapa nos permite movernos en el entorno para llegar al sitio donde está el vehículo. El centro de esta habilidad es el hipocampo.

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Una forma de caracterizar la función del hipocampo en la memoria se basa en la idea de que el hipocampo vincula al mismo tiempo características sensoriales de una situación o episodio para crear una representación unificada de la experiencia (O’Reilly y Rudy, 2000). El funcionamiento de esta parte del cerebro contribuye al desplazamiento en el entorno y la localización de los objetos. Una función del hipocampo es permitir la construcción de una representación de alta resolución de la localización espacial (Bilkey, 2004). La formación del hipocampo constituye uno de los más altos niveles de asociación en el cerebro y recibe información sensorial altamente procesada de las mayores áreas de asociación de la corteza cerebral (Churchland y Sejnowski, 1992). El hipocampo está especializado para memorizar eventos específicos de manera rápida; esta característica le permite asignar representaciones distintas a un estímulo, lo cual facilita el aprendizaje sin interferencias (Norman y O’Reilly, 2003). Proveer los medios para satisfacer las necesidades del ser humano depende, en gran medida, de su habilidad para moverse de un lugar a otro (Garling y Golledge, 2000). Para comprender la manera como se realiza el cambio de un lugar a otro, se hace necesario investigar acerca de la forma como el conocimiento del ambiente, representado en el cerebro, habilita a los seres vivos para planificar y desarrollar estos movimientos (Roche et al., 2005). En esta tarea, el hipocampo funciona, seleccionando los objetivos y estrategias de navegación apropiadas para alcanzarlos; otra región del cerebro es la que asigna el objetivo al hipocampo para que este se encargue de señalar, momento a momento, dónde está el cuerpo con relación al objetivo. De esta forma, la región del cerebro podría actualizar o cambiar el estado del cuerpo en la medida en que el ambiente lo demande (O’Mara, 1995). Broadbent, Squire y Clark (2004) comparan los efectos de lesiones de diferentes tamaños en el hipocampo sobre tareas de memoria espacial y memoria de reconocimiento en ratas. Este estudio muestra que el tejido del hipocampo es importante para la memoria espacial. De acuerdo con esto, existe evidencia de que la región del hipocampo es importante para la memoria espacial y la memoria de reconocimiento; pero la memoria espacial tiene un estatus especial con respecto a la función del hipocampo, debido a que es más vulnerable a la disyunción del hipocampo que la memoria de reconocimiento. Los autores concluyen que, bajo condiciones de prueba de laboratorio, la memoria espacial requiere mayor tejido del hipocampo para su desempeño que la memoria de reconocimiento. Estos estudios se relacionan con el interés de comprender el funcionamiento del hipocampo en el aprendizaje espacial y la localización de objetos, así como la ubicación de los individuos. Anatomía del hipocampo Roche, Mangaoang, Commins y O’Mara (2005) hacen una descripción de la formación del hipocampo. Estos autores lo consideran como una estructura bilateral, cortical, ubicada en el lóbulo temporal medio, conformada por el propio

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hipocampo, conocido como el cuerno de Ammon, cuyo cuerpo se divide en las áreas CA1 y CA3, el giro dentado y el subículum (figura 1.1). Bordeando la formación del hipocampo se encuentran las cortezas entorrinal, perirrinal y parahipocampal. La información sensorial ingresa a la formación del hipocampo desde las áreas perirrinal e hipocampal –a través de proyecciones directas e indirectas (Suzuki y Amaral, 1994; Naber, Witter y Lopes da Silva, 1999)–, a las cortezas entorrinales media y lateral (Witter y Groenewegen, 1992; Lopes da Silva, Witter, Boeijinga, y Lohman, 1990; Leung, Roth y Canning, 1995) y la corteza prefrontal. El giro dentado y el área CA3 reciben información sensorial indirecta a través de las células en la capa II y III de la corteza entorrinal. El giro dentado proyecta directamente esta información al área CA3 a través de las fibras de Mossy. El área CA3 contiene los colaterales recurrentes. Esta conectividad recurrente sirve primariamente para completar los patrones que provienen del giro dentado. Asimismo, esta área se proyecta a través de las fibras denominadas colaterales de Schaffer, enviando información del área CA3 al área CA1. El área CA1 proyecta la información de forma directa a la capa IV de la corteza entorrinal a través del subículum. Figura 1.1. Estructura del hipocampo

Fuente: traducido y adaptado de Roche, Mangaoang, Commins y O’Mara, 2005 y Hasselmo y Wyble, 1997 Las cortezas entorrinal, perirrinal y parahipocampal son los principales puertos de entrada de la formación del hipocampo y las principales salidas corticales a través de las proyecciones densas y recíprocas. De esta forma, las cortezas perirrinal y parahipocampal se constituyen en los principales enlaces de comunicación entre áreas extensas motoras y sensoriales, delimitadas, por un lado, por la neocorteza y, por otro, por la formación del hipocampo (Roche et al., 2005).

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De acuerdo con Norman y O’Reilly (2003), la corteza entorrinal es la interfase entre el hipocampo y la neocorteza; las capas superficiales de la corteza entorrinal envían patrones de entrada al hipocampo y las capas profundas reciben patrones de salida del hipocampo. Proceso de localización espacial Bilkey (2004) presenta el proceso que se sigue para responder a la pregunta: ¿Dónde está mi carro? La corteza entorrinal y el hipocampo localizados en el cerebro codifican la información espacial que está en la memoria para ubicar el carro en el parqueadero. Existe una conexión entre la corteza entorrinal y las subregiones del hipotálamo. Las regiones y las cortezas perirrinal y posrinal proveen entradas multimodales a la corteza entorrinal para generar las representaciones de la localización en el espacio del humano, independientes del contexto. Las representaciones de localización dependientes del contexto son generadas por el hipocampo. La región del hipocampo, que es la parte final de convergencia con el lóbulo temporal medio, recibe proyecciones de las cortezas perirrinal, posrinal y entorrinal. Si proyectamos el ejemplo de Bilkey (2004) en el esquema de Roche, Mangaoang, Commins y O’Mara, 2005 y Hasselmo y Wyble (1997), hipotéticamente se podría hacer una interpretación para transferir de manera análoga el proceso de localización espacial. En este proceso, la capa II de la corteza entorrinal presenta el recuerdo de los mojones que ayudan a configurar el espacio donde se encuentra el vehículo. Este tipo de recuperación se podría simular en las capas II y III de la corteza entorrinal. La señal del entorno (parqueadero) evoca la actividad del giro dentado y la región CA3, que es el sitio que corresponde al contexto. El giro dentado forma representaciones organizadas de cada patrón que ingresa por la corteza entorrinal de manera autónoma (rutas), pasando estas representaciones a la región CA3, donde se codifican y recuperan las asociaciones entre el contexto y los mojones. El proceso de formación de patrones ocurre cuando se activa un subconjunto de neuronas del giro dentado, debido a la fortaleza de las conexiones aleatorias de la corteza entorrinal. Las neuronas que fueron activadas desarrollan conexiones fuertes con las neuronas activas de la corteza entorrinal. El resultado de estas conexiones forma una representación del patrón. En la región CA3, la señal del contexto sirve para evocar los elementos memorizados de manera individual y las conexiones recurrentes son importantes en la completitud de los patrones. El recuerdo efectivo ocurre cuando el patrón de actividad en la capa IV de la corteza entorrinal, evocado por la señal de contexto, se aparea con uno de los elementos memorizados. La región CA1 compara la entrada directa de la capa II de la corteza entorrinal con la salida de la región CA3. Esta región actúa como un regulador de la forma como se aparea la recuperación de CA3 y la entrada directa. La capa IV de la corteza entorrinal almacena las asociaciones entre los patrones

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de entrada y las representaciones de la región CA1, permitiendo la recuperación total de los patrones. Función del hipocampo y la neocorteza en el aprendizaje y la memoria espacial El interés por comprender el papel del hipocampo y la neocorteza en el aprendizaje y la memoria espacial nos lleva a aceptar la idea que establece la labor del hipocampo y la neocorteza de manera separada, donde el hipocampo realiza un aprendizaje rápido de los contenidos arbitrarios de experiencias individuales, mientras que la neocorteza es responsable de un aprendizaje lento, integrado a múltiples experiencias, de las cuales se extraen generalidades (O’Reilly y Rudy, 2000). McClelland, McNaughton y O’Reilly (1995) argumentan que la función del hipocampo es aprender información nueva de manera rápida, mientras que la neocorteza integra información sobre muchas repeticiones de manera lenta, representando, de este modo, regularidades fundamentales del ambiente. La división de los dos sistemas se justifica en la medida en que un sistema unificado no puede adquirir información nueva de manera rápida y, a su vez, soportar representaciones de las regularidades del ambiente, porque el aprendizaje rápido produce interferencia con el conocimiento previo. McClelland et al. (1995) concluyen que esta interferencia refleja un intercambio fundamental en el aprendizaje: por un lado, los objetivos de extraer y representar propiedades generales del ambiente deben ser completos; y, por otro, una adaptación exitosa requiere que los organismos aprendan y recuerden muchos elementos específicos relevantes del mundo (por ejemplo, ¿dónde está parqueado su vehículo?, ¿con quién se encontró en ese momento?, ¿qué otros vehículos estaban a su alrededor?, etc.). Estos objetivos son incompatibles debido a que una representación no puede capturar simultáneamente generalidades y especificidades. Además, los mecanismos de aprendizaje requieren propiedades contradictorias para formar diferentes clases de representaciones. Cuando se adquieren generalidades se requiere un aprendizaje lento para integrar instancias específicas, mientras que cuando se adquieren especificidades se requiere aprendizaje rápido para guardar las instancias específicas por separado. En esta tarea, el papel de la neocorteza es extraer y representar las características generales del ambiente, y la función del hipocampo es representar lo específico. O’Reilly y Rudy (2000) afirman que cuando se guardan las representaciones de manera separada, el hipocampo puede aprender rápidamente, mientras evita la interferencia. Sin embargo, una representación eficiente de la estructura del ambiente requiere representaciones distribuidas y traslapadas que pueden ser desarrolladas únicamente con un aprendizaje lento como el que realiza la neocorteza. Esta perspectiva está relacionada con la idea según la cual la separación de representaciones que se requieren para un aprendizaje rápido toma lugar a través de la dispersión y las representaciones de conjunto elaboradas en el hipocampo.

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Los conjuntos de estímulos son adquiridos por los dos sistemas neuronales: el hipocampo y la neocorteza. De acuerdo con la caracterización de los dos sistemas, podríamos pensar que el comportamiento de los invidentes –como el principal objetivo de nuestra investigación– se centraría en el aprendizaje y recuerdo de lugares en su entorno, en el que el hipocampo desempeña un papel preponderante en la capacidad de aprendizaje de información específica, sin sufrir interferencia cuando existe información previamente aprendida. Por ejemplo, si una persona ciega recuerda lugares que han sido aprendidos en un tiempo anterior y lugares en un tiempo presente, se podría considerar que el hipocampo realizó una separación de patrones que le permitieron guardar las representaciones de los lugares por separado sin existir interferencia. Según O’Reilly y Rudy (2000), esto se logra utilizando representaciones de conjunto y dispersión, donde la selección de unas pocas unidades representa un patrón de entrada dado (el recuerdo de un lugar). El proceso de completar el patrón sucede cuando un conjunto de señales provenientes de la experiencia previa son utilizadas para activar o recuperar la memoria de esa experiencia (patrón almacenado). Este mecanismo toma un patrón de entrada parcial que es un subconjunto de la memoria almacenada y lo llena en las partes faltantes. De esta forma, cuando surge, por ejemplo, la pregunta: “¿Dónde se encuentra el salón?”, esta señal de entrada es suficiente para disparar el proceso de llenado de la memoria, habilitando a la persona a responder: “A la vuelta de la esquina”. La completitud de patrones se facilita con la fortaleza del conjunto de conexiones laterales de la región CA3, que habilita la actividad parcial de dispersión y llenado de las piezas faltantes. Este trabajo se proyecta al planteamiento de Foulke (1996), según el cual el invidente se debe entrenar para adquirir conocimiento sobre el ambiente, lo que constituiría una anticipación cognitiva, que es lo que necesita la persona ciega para recordar lugares y desplazarse en el entorno. La teoría de O’Reilly y Rudy (2000) plantea la necesidad de entrenar a los invidentes en tareas de representación alocéntrica, en donde la función del hipocampo en el proceso de aprendizaje se basa en la exploración de ambientes complejos en los que todos los puntos del espacio no pueden ser percibidos. En este caso, sería conveniente establecer escenarios para que el ciego logre un aprendizaje de la ubicación de objetos en estos entornos a partir de la relación que puedan tener con la ubicación de otros. Esta posición asume la teoría de Maguire, Frith, Burgess, Donnett y O’Keefe (1998), quienes argumentan que el mundo real comprende ambientes en los que todos los puntos del espacio no pueden ser percibidos directamente en un campo visual, requiriendo formar en los humanos representaciones cognitivas alocéntricas de disposiciones espaciales. En esta situación, la formación del hipocampo interactúa durante la navegación, codificando la representación espacial del ambiente de manera alocéntrica (O’Keefe y Nadel, 1978).

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Sistemas de referencia en la representación del espacio Según Kemmerer (1999), el cerebro contiene sistemas neuronales separados para representar el espacio cerca o peripersonal, demarcado de manera aproximada por el perímetro del alcance del brazo y el espacio lejos o extrapersonal, extendido más allá del círculo de acción potencial del comportamiento motor. El espacio cerca o peripersonal es el círculo en el cual el control visuomotor del brazo y los movimientos de la mano se mueven o toman sitio (Previc, 1990; Jeannerod, 1997; Wilson, 1998). El espacio lejos o extrapersonal es el círculo principal en el cual la búsqueda visual, el escaneo y reconocimiento de objetos toman sitio (Previc, 1990). Estas representaciones están asociadas a sistemas o marcos de referencia. Klatzky (1997) define un marco de referencia como un medio para representar las localizaciones de entidades u objetos en el espacio. En la representación del espacio cerca se distinguen tres sistemas de referencia: representación cinestésica, representación extrínseca y representación configuracional. En relación con el espacio lejos, existen dos sistemas de referencia: egocéntrico y alocéntrico. Estos sistemas nos permiten, por una parte, localizar un objeto o recorrer un camino lleno de obstáculos, y, por otra, establecer relaciones espaciales entre los objetos. Sistemas de referencia en la representación del espacio peripersonal Consideremos un escenario hipotético donde existen varios objetos: tenemos un tablero con varias formas geométricas, y la persona invidente con sus manos localiza dos objetos en este entorno. Esta acción genera una representación espacial que lo lleva a localizar de nuevo los objetos; al mismo tiempo, le permite conocer las relaciones entre ellos. Según Klatzky y Lederman (2003), este escenario podría evidenciar dos capacidades que se originan al tocar los objetos: una es conocer dónde están los objetos en el espacio, y la otra es conocer la configuración o disposición que forman, en términos de sus propiedades métricas, referidas a ángulo y distancia entre los puntos de contacto. Según estos autores, los parámetros de ángulo y distancia corresponden a dos componentes esenciales de la configuración, su escala y forma respectivamente. La habilidad de las personas para retornar a posiciones localizadas con el tacto y reportar su disposición, en función de determinar la representación, se confía, en primer lugar, al componente cinestésico del tacto. Para comprender los sistemas de referencia a fin de localizar puntos contactados de manera táctil y codificar sus propiedades espaciales, Klatzky y Lederman distinguen tres clases de representaciones espaciales: cinestésica, extrínseca y configuracional. La representación cinestésica egocéntrica provee un código de entradas sensoriales de músculos, tendones o articulaciones en términos del espacio interno. La presencia de este código le permite a la gente retornar a posiciones palpadas

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previamente en el espacio. Esto se evidencia con el cambio de un miembro o postura del cuerpo para alcanzar un punto en el espacio. La representación extrínseca se refiere a localizaciones en el espacio externo. Este tipo de representación puede ser egocéntrica o alocéntrica. El código espacial extrínseco que provee, podría permitir a la gente retornar a posiciones en el espacio sin cálculo de propiedades métricas. La representación configuracional localiza puntos salientes o mojones del entorno en términos relativos, indicando ángulos y distancias entre ellos. Los ángulos indican la forma del entorno, y las distancias indican su escala. Este tipo de representación centrada en el objeto no provee directamente información para retornar a puntos palpados. Los autores proponen un mecanismo múltiple, donde se conforme una sola representación en función de su operatividad. Para ello establecen una serie de relaciones entre las representaciones. Las señales que diferencian los puntos de contacto surgen de los receptores cinestésicos ubicados en músculos, tendones y articulaciones. Estas señales originan la representación de la postura del miembro (dedo) al tiempo del contacto. Mientras sucede esto, la representación que se está dando, no lleva directamente las relaciones métricas entre los puntos palpados y los elementos de referencia en el espacio externo. Para esta tarea, surgen la representación extrínseca y configuracional. La representación extrínseca puede funcionar como un estado intermedio, mientras que la representación configuracional puede formarse directamente de señales cinestésicas. Sistemas de referencia egocéntricos y alocéntricos A partir de la cognición espacial de los humanos se distinguen tres clases de representaciones: localización alocéntrica, localización egocéntrica y representaciones alocéntricas dirigidas; estas localizaciones determinan dos marcos de referencia: egocéntricos y alocéntricos (Klatzky, 1997). En un marco de referencia egocéntrico, la localización se representa con respecto a la perspectiva particular de un perceptor, mientras que en la referencia alocéntrica, los puntos de localización están en un marco externo al receptor de la representación e independiente de su posición. El sentido egocéntrico de un punto en el espacio podría definirse como un ángulo, determinado a partir de la medición que se hace en relación a un objeto ubicado en el espacio. El sentido egocéntrico se considera como un valor numérico particular que podría provenir de una representación alocéntrica o egocéntrica, proporcionando una información de entrada relevante (Klatsky,1997). Algunos conceptos son fundamentales para definir la representación espacial. A continuación se abordan las definiciones de Klatsky (1997) para tener claridad sobre este tema. Una primera instancia son los parámetros de la representación espacial, considerados como valores que pueden ser asignados de manera

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individual (localización de un punto) o conjunta (distancia entre dos puntos). Los parámetros que la representación espacial comunica directamente a todas las entidades incluidas en la representación son primitivos. Los parámetros que se calculan de primitivas se denominan derivados. Una segunda instancia es la representación que se enfoca en dos sentidos: la representación localizada y la representación dirigida. Una representación localizada contiene primitivas que comunican la ubicación de puntos en el espacio. Una representación dirigida contiene primitivas que comunican la dirección de objetos en el espacio. Un punto se refiere a la localización espacial, en donde los valores de los parámetros primitivos se conocen. Un objeto comprende múltiples puntos, organizados en una entidad coherente. Una tercera instancia se relaciona con la orientación y dirección de los objetos. El eje de orientación de un objeto es una línea entre los puntos del objeto, definida por una dirección que se ajusta en el espacio. El eje de orientación de un ser humano en el espacio coincide con el plano sagital. La dirección de un objeto en el espacio es el ángulo entre los ejes de orientación del objeto y alguna dirección de referencia externa al objeto. El sentido está definido con respecto a la dirección de referencia. El sentido entre dos puntos A y B es el ángulo entre la dirección de referencia y una línea que pasa por A y B. El término distancia se utiliza como una relación métrica entre puntos que corresponden a su separación en el espacio; esto típicamente se denomina distancia euclidiana. La distancia egocéntrica de algún punto B es la distancia de sí mismo respecto al punto B. Figura 1.2. Sistema de referencia alocéntrico y egocéntrico

Fuente: traducido y adaptado de Klaztky, 1997

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Las representaciones de localización alocéntrica y egocéntrica están relacionadas con las estrategias espaciales planteadas por O’Keefe y Nadel (1987) descritas más adelante. Estas representaciones llevan la disposición de puntos en el espacio por medio de un equivalente interno de un sistema de coordenadas. Las primitivas de cada una de estas representaciones son diferentes. La información de localización dispuesta por la representación alocéntrica está relacionada con el espacio externo del mecanismo perceptor de un individuo, mientras que la información suministrada por la representación egocéntrica se refiere al centro de sí mismo con un eje de orientación definido en el individuo. De manera particular, en la representación alocéntrica, las posiciones de los puntos se equiparan a las coordenadas cartesianas. La representación egocéntrica utiliza un sistema de coordenadas polares, en el cual, el origen es el centro del sujeto mismo y el eje de referencia es el eje de orientación de este contorno. Esta característica conduce a la localización de un punto a través de distancia y espacio egocéntrico (figura 1.2). La representación alocéntrica parte de un origen y una dirección de referencia. Al considerar un punto B, ubicado a una distancia respecto al origen, las coordenadas de este punto en la representación alocéntrica estarían dadas por do,β, donde do es la distancia desde el origen al punto B y β es el sentido del origen con respecto a la dirección de referencia. En la representación egocéntrica, un punto B ubicado distante del individuo que se mueve, tendría coordenadas dn,θ, donde dn es la distancia egocéntrica del punto B desde el navegador, y θ es su sentido egocéntrico. Cabe notar que el sentido egocéntrico está definido con respecto al eje de orientación del cuerpo del individuo, a diferencia de la representación alocéntrica, cuyo sentido está definido con respecto a la dirección de referencia. El estudio de la percepción alocéntrica asumiría algunos medios para establecer una dirección de referencia, independiente de la orientación del sujeto y relativa a lo que la dirección del sujeto podría indicar en el espacio. La dirección de referencia estaría definida por la geometría de un área determinada, por una dirección del recorrido o por la alineación de mojones salientes, mientras que la dirección del sujeto podría determinarse cuando este se encuentra parado o moviéndose. Algunos estudios establecen una dirección de referencia alineada al objeto meta con el eje de orientación del sujeto, que en algunos casos coincide con la dirección de su mirada (Berthoz, 1991; Bloomberg, Jones, Segal, McFarlane, & Soul, 1988). En este caso, el individuo cambia su posición en el espacio, accediendo a actualizar la dirección desde su habilidad para guardar la huella de su trayectoria (Berthoz, 1991). Las personas con limitación visual, que es el caso que nos ocupa, tienen la tendencia a pensar el mundo de manera egocéntrica, tanto que las descripciones de distancia y desplazamiento vienen asociadas con la movilidad y no con el entorno

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(Dodds, Howarth y Carter, 1982). Una persona de visión normal diría: “camino y atravieso el puente peatonal y continúo a la oficina”; mientras que una persona impedida visualmente diría “Camino veinte pasos hacia delante, luego camino diez pasos a la derecha de mi cuerpo y ahí está la oficina”. Esto podría indicar que la especificación de distancia y dirección no es exacta y la persona que se moviliza confía en una cantidad limitada de información para llegar al destino. Los invidentes dividen la distancia de desplazamiento en estados pequeños y la mayor parte del tiempo, ellos se orientan con estos desplazamientos cortos. Esta una de las razones por las cuales sus mapas mentales tienen una tendencia a ser egocéntricos. Dodds et al. (1982) sugieren que una retroalimentación adecuada para mejorar estas características podría mejorar el proceso de mapeo de las personas ciegas. Estrategias para la representación espacial La representación mental del espacio de personas invidentes está mediada por el empleo de estrategias. El manejo de estrategias facilita la codificación de relaciones espaciales y la localización de objetos en el entorno (Ungar, Simpson y Blades, 2004). Tversky (2000) sugiere que los seres vivos necesitan representarse mentalmente los lugares; esta representación depende de la visión global del espacio para determinar una ruta posible. La ruta está definida como un rastro de lo planeado o una secuencia de segmentos y ángulos de giro del camino que hay que seguir para desplazarse desde un punto de origen hasta un destino específico. El organismo necesita saber cómo negociar su ruta. Por ejemplo, cómo mantener el curso de su desplazamiento mientras esquiva los obstáculos que encuentra en su camino. Para ello requiere diferentes clases de información del entorno y del cerebro que se integran a través de la acción de estrategias espaciales. Estas estrategias son útiles en la orientación de un ambiente dado; además, contribuyen a la organización de la recolección y codificación de nueva información espacial que ingresa a la memoria (Thinus-Blanc y Gaunet, 1999). De esta forma, la construcción de la representación espacial es una tarea de todos los días, y la habilidad para realizarla es importante para la supervivencia. En relación con el significado psicológico del término “estrategia”, Ungar et al. (2004), distinguen dos definiciones para esta palabra: la primera se refiere a las estrategias de codificación que aluden a la manera como la información espacial se codifica en la memoria; este proceso se relaciona con los tipos de señales utilizados, lo que permite al individuo codificar las localizaciones respecto a su cuerpo (Millar, 1994). Una instancia de este tipo de estrategias son las señales espaciales egocéntricas y alocéntricas. Millar considera que los invidentes tienen tendencia a utilizar estrategias egocéntricas debido a su alta eficiencia en la realización de tareas espaciales. Para la autora, las estrategias son “formas opcionales de codificación” en razón a su intercambiabilidad. La segunda definición de la

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estrategia tiene que ver con la secuencia de actuaciones que revela una persona cuando explora la distribución del espacio en su entorno, junto a los juicios que asume y otras acciones metacognitivas de estas conductas (Thinus-Blanc y Gaunet, 1997; Ungar, 2000). El enfoque en este tipo de estrategias servirá como un medio para inferir diferencias en los modelos representados por los invidentes en este estudio. En estudios de representación espacial realizados en ambientes a pequeña y gran escala con invidentes congénitos y tardíos, Thinus-Blanc y Gaunet (1997) encontraron que la principal diferencia de los dos tipos de invidentes radica en las pruebas de inferencia espacial en un espacio locomotor. En la realización de tareas espaciales, donde los invidentes debían inferir ángulos, distancias o caminos a partir de una cantidad limitada de información espacial, la representación espacial de los invidentes tardíos fue mejor. Sin embargo, según los autores, existe un número de discrepancias reveladoras en los datos que, al parecer, se debieron a la variación de factores experimentales y a diferencias en las características de los participantes. Los autores sugieren que para explicar estas discrepancias se debe examinar la manera como las personas conocen su ambiente y solucionan problemas espaciales. Ellos relacionan este proceso con las estrategias comportamentales, usadas espontáneamente por los participantes en tareas espaciales. Gaunet y Thinus-Blanc definen una estrategia comportamental como “un conjunto de reglas funcionales, implementadas por una persona en varias fases del procesamiento de información que se supone es aplicable a un amplio rango de situaciones, lo cual le permite a esta persona alcanzar un nivel de representación aceptable, sin un esfuerzo cognitivo excesivo” (Gaunet y Thinus-Blanc, 1997, p. 2). Respecto a la investigación en la representación del espacio, los autores proponen tres pasos en la identificación de estrategias: 1) Identificar si algunas regularidades comportamentales pueden ser observadas consistentemente en las personas invidentes; 2) Identificar cuál de estos comportamientos correlacionan con la representación en varias tareas espaciales, y así meritar el nombre de “estrategia”; 3) Llevar a cabo un análisis fino de las estrategias para identificar los mecanismos cognitivos actuales, fundamentales para estas personas. Según los autores, esta aproximación puede generar potencialmente un conjunto de estrategias óptimas que podrían ser la base de programas de entrenamiento para la representación del espacio en los invidentes. Estrategias espaciales egocéntricas y alocéntricas O’Keefe y Nadel (1978) basados en el movimiento de los roedores, distinguen dos tipos de estrategias para explorar el espacio: egocéntricas y alocéntricas. Las estrategias espaciales egocéntricas diferencian un lugar geométrico en el espacio con referencia a la línea media del cuerpo de una persona. En el caso de los invidentes,

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la estrategia egocéntrica podría usar información auditiva, táctil u olfativa. Este sistema de procesamiento está ligado al funcionamiento del hipocampo y el córtex parietal (Aguirre, Zarahn y D’Esposito, 1998). La estrategia egocéntrica se utiliza de dos maneras. La primera se refiere a la codificación de posiciones espaciales de objetos distantes con referencia a un sistema de coordenadas egocéntricas. La segunda hace referencia a la relación que existe entre el observador y los objetos cercanos, particularmente, los objetos que están a una distancia alcanzable por el observador. El espacio egocéntrico, en esta situación, incluye la región del espacio central, en el cual los procesos sensoriales son sensitivamente más directos, y el uso de coordenadas egocéntricas habilita la identificación de lugares geométricos espaciales en relación con la línea media del cuerpo (Foreman y Gillett, 1997). Sin embargo, la línea media del cuerpo y el meridiano visual vertical están siempre cambiando, debido a que el organismo siempre está en movimiento y el sistema egocéntrico no produce un arreglo estacionario egocentrado, excepto en espacios de tiempo muy breves entre los movimientos sucesivos de los ojos. De esta forma, el procesamiento espacial puede ser más complejo cuando el organismo se mueve alrededor del espacio, lo cual involucra la memoria para interrelacionar los objetos en un marco más global denominado marco espacial alocéntrico. Las estrategias espaciales alocéntricas toman como referencia el ambiente. Los seres humanos, para su desplazamiento, requieren activar procesos alocéntricos y egocéntricos con lo cual adquieren un mejor conocimiento espacial de la relación entre la persona y el objeto que varía a medida que cambia el movimiento de la persona (egocéntrico) y una relación más estable entre un objeto y otro, donde la estrategia alocéntrica fija su mapa cognitivo (Sholl, 1996). El desarrollo del constructo alocéntrico involucra las mismas áreas utilizadas en la estrategia egocéntrica. Shelton y Gabrieli (2002) identifican algunas áreas del cerebro como el giro fusiforme, el giro temporal inferior y el córtex parietal inferior, que podrían incrementar la conexión con la formación del hipocampo y el giro hipocampal junto al giro lingual. Según Aguirre et al., (1998), la activación del giro lingual puntualiza la función lingüística en la representación espacial. Referente al uso de estrategias espaciales en la búsqueda, exploración y familiarización del ambiente, Roche et al. (2005) plantean dos formas de aprendizaje: conocimiento basado en la ruta y conocimiento basado en la configuración del ambiente. El conocimiento basado en la ruta se caracteriza como el conocimiento de la disposición del espacio desde la perspectiva de un observador que se desplaza en el entorno guiado por la disposición del terreno. Este conocimiento está determinado por información que se adquiere del entorno como un resultado del desplazamiento. El uso de la estrategia espacial egocéntrica genera la información

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del entorno. El conocimiento basado en la ruta, además de contener información visual y auditiva, incluye conocimiento relacionado con distancia, ángulos, vectores y dirección; también como información topográfica sobre vertientes e inclinaciones del terreno e información propioceptiva. La representación interna de una ruta que ha sido recorrida contiene información acerca de varios segmentos y giros de la trayectoria seguida, así como mojones que pueden ser utilizados en subsecuentes pilotajes. Una perspectiva basada en la ruta consiste en conducir a los oyentes y lectores en un tour mental. Su marco de referencia egocéntrico le permite tomar a una persona que va a desplazarse en un ambiente, para darle información de la posición de mojones y objetos relativos al cambio de posición de esta persona (Noordzij y Postma, 2005). La información espacial relativa se transmite por expresiones tales como: “a la izquierda” y “a la derecha”. La descripción de la ruta tiene una organización secuencial, donde cada objeto nuevo se introduce para formar la secuencia. El conocimiento configuracional del ambiente se caracteriza por tener una visión panorámica del ambiente, así como por tener una perspectiva externa, tal como una visión de mapeo aéreo, lo cual permite un acceso directo a la disposición global del espacio. El conocimiento configuracional es una red de localizaciones o mojones bien conectados con múltiples caminos entre ellos (Darken, Allard y Achille, 1998). La información basada en la configuración del ambiente se asemeja a la estrategia espacial alocéntrica en la medida en que los elementos que componen el ambiente se asimilan a los observados de manera global en este contexto, independiente de la localización del observador. Al parecer la construcción de un modelo alocéntrico se deriva de un recorrido físico a través del ambiente. A medida que el conocimiento basado en la ruta se incrementa, se infiere un mapa alocéntrico conformado por información basada en el entorno. Una perspectiva basada en la vista panorámica del ambiente consiste en tomar un punto de vista que sirva como referente para tener una visión global a través de su marco de referencia alocéntrico; este proceso conduciría a describir los objetos en relación a otros, utilizando proposiciones como “A está al norte de B”, “B se encuentra al sur de C”, entre otras (Noordzij y Postma, 2005). Las descripciones están organizadas de manera jerárquica, esto permite dividir el entorno en áreas espaciales que se describen así mismo. Un tercer tipo de estrategia es la integración del camino, relacionada con la actualización de la posición tomando como referencia la información de velocidad, aceleración y tiempo (Gibson, 1950; Loomis, Klatzky, Golledge y Philbeck, 1999; Etienne, 1992; Mittelstaedt y Mittelstaedt, 2001). Este proceso se apoya en el flujo óptico y las características locales del ambiente, incluye: trayectorias visibles del entorno como punto de referencia (fijación de la luz solar, vista de la cordillera),

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entradas vestibulares y propiocepción (Tversky, 2000). El desarrollo de esta estrategia compromete algunas áreas del lóbulo temporal medio, especializadas en el procesamiento de información vestibular, específicamente las formaciones izquierda y derecha del hipocampo (Astur, Taylor, Mamelak, Philpott y Sutherland, 2002; Worsley, Recce, Spiers, Marley, Polkey y Morris, 2001). La integración del camino se forma a partir del reconocimiento de un origen y un destino. En el proceso de construcción del camino deseado se identifican algunos elementos distribuidos secuencialmente como los segmentos de la ruta y los ángulos de giro. Su representación es una abstracción, derivada de cálculos sobre la información de ruta que se actualiza constantemente. (Loomis et al., 1999). Roche et al. (2005) plantean que la integración del camino es un proceso paralelo a la estrategia egocéntrica que se da durante el recorrido a través del ambiente. Aunque existen pocos estudios sobre la integración del camino en humanos, Worsley et al. (2001) centraron su investigación en el rol del lóbulo temporal derecho e izquierdo incluyendo la región del hipocampo en la integración de los humanos. Ellos concluyeron que esta integración involucra un número de procesos claves, tales como: establecer un punto de referencia inicial, monitorear entradas relevantes del movimiento propio, procesar entradas del movimiento propio para derivar información acerca de la distancia y dirección recorridas, integrar la información de distancia y dirección para derivar un vector meta. Con relación a estos procesos, la actualización espacial utiliza expresiones mnemotécnicas que ayudan a recordar algún parámetro en el rastreo de la distancia y dirección del punto de referencia inicial, relativos a la posición del individuo. Maguire et al. (1998) examinaron la memoria espacial de choferes de taxi en el conocimiento de rutas complejas. En esta prueba, a los sujetos se les proveyó de un mismo estímulo, sin permitírseles codificar información nueva del ambiente durante el recorrido. Los individuos fueron examinados en la recuperación de información de mojones. Los resultados de este estudio confirman la activación de la formación hipocampal derecha durante la recuperación de la memoria espacial. Esto permitió concluir que hay una evidencia de que la formación hipocampal en los humanos contribuye a la codificación y recuperación de información espacial (topográfica). Las estrategias espaciales planteadas abren un campo de acción para investigar acerca de estrategias de movilidad y representación del espacio de personas invidentes. El entrenamiento de invidentes en la representación del espacio podría dar información sobre los procesos de planeación de rutas, representación del entorno, reconocimiento de objetos, etc. Estos elementos son fundamentales en el aprendizaje en movilidad y orientación de estas personas.

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Estrategias comportamentales de la disposición del entorno En relación con la manera como los invidentes aprenden la disposición de objetos en un escenario a gran escala, Hill et al. (1993) y Gaunet y Thinus-Blanc (1997) realizaron experiencias de laboratorio, en las que utilizaban un salón grande con cuatro objetos dispuestos en el área. En la observación del comportamiento de los participantes, pudieron identificar una serie de estrategias que los invidentes utilizaban en la exploración del entorno. A continuación se describen las estrategias reconocidas por Hill et al. (1993): •

Estrategia de perímetro. Consiste en explorar los límites de un área para identificar la forma del entorno, el tamaño y las características claves alrededor de su perímetro. Esta estrategia se evidencia cuando el sujeto camina cerca al borde del escenario.



Estrategia de rejilla. Consiste en investigar los elementos internos de un área para aprender acerca de sus relaciones espaciales. En esta estrategia el sujeto camina en línea recta de un lado a otro en el escenario.



Estrategia de objeto a objeto. Consiste en moverse repetidamente de un objeto a otro o percibir la relación entre un objeto y otro a través del tacto de los dedos o con el uso de algún dispositivo o el bastón clásico.



Estrategia de perímetro a objeto. Se refiere al movimiento del sujeto de manera repetida entre un objeto y el perímetro.



Estrategia de origen a objeto. Se relaciona con el movimiento repetido de una persona desde el punto de origen donde comienza la exploración hasta los objetivos para volver a buscar el punto de origen. Cuando el sujeto actualiza su posición, el objeto encontrado se convierte en un nuevo punto de origen para esta persona.

Gaunet y Thinus-Blanc (1997) identifican dos estrategias: cíclica y adelante-atrás: •

Estrategia cíclica. Consiste en visitar varios objetivos a la vez y volver al objetivo inicial.



Estrategia adelante-atrás. Se relaciona con el movimiento repetido de la persona de un objeto a otro.

Gaunet y Thinus-Blanc (1997) encontraron que los invidentes que utilizaron estrategias cíclicas tenían una pobre representación espacial, mientras que aquellos que utilizaron la estrategia de adelante-atrás lograban una buena representación. Los autores plantean que la exploración cíclica se inclina hacia la representación

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secuencial de la disposición de los objetos, mientras que la estrategia adelanteatrás, así como la estrategia objeto a objeto identificada por Hill et al. (1993) forman la base de una representación más integrada. Hill et al. (1993) encontraron que el uso de estrategias de perímetro y rejilla dan un buen conocimiento de la localización de un objeto; pero en la integración de conocimiento espacial en un mapa de la disposición de los objetos, los invidentes que utilizaron la estrategia de perímetro tienden a elaborar esta representación pobremente, mientras que los invidentes que combinaron estrategias objeto a objeto, de perímetro a objeto, de origen a objeto tendieron a realizar mejores representaciones. Las estrategias de Hill et al. y Gaunet y Thinus-Blanc y los resultados de sus estudios servirían de base para comparar las estrategias que usa un invidente cuando utiliza un dispositivo o cuando maneja el bastón clásico, dando respuesta al potencial de estos elementos en la representación del espacio. Para hacer una síntesis de este capítulo se hace referencia a los aportes de los diferentes estudios relacionados aquí que consolidan el interés de investigar la representación mental de un invidente con relación a su entorno. Esto conduce a la interpretación de las imágenes mentales producidas por los invidentes en la exploración del ambiente que los rodea. El diseño de un ambiente de laboratorio como el utilizado en el presente estudio, sirve como escenario para externalizar la imagen mental, representada en la disposición que el sujeto hace de los objetos en el espacio a partir del empleo de técnicas de mapeo y recuperación de información. Con esto, el estudio de la percepción y representación espacial se suman al análisis del proceso, cuyo propósito pretende identificar las estrategias de configuración del espacio por parte de los invidentes. Estas estrategias se traducen en el conocimiento de puntos claves del ambiente por parte del invidente que conforman su conocimiento previo para poderse desplazar. Foulke denomina esta comprensión del entorno como la anticipación cognitiva. Se pensaría que un invidente que aprende a desplazarse a través de estrategias anticipatorias, coordina con una mayor precisión el movimiento de sus extremidades y actúa con mejores reflejos cuando encuentra un obstáculo en su camino. Su actuación podría determinar la planeación de una acción (Hommel, 2005). Hipotéticamente, estos planes de acción se podrían mejorar con el uso de dispositivos que potencien su capacidad anticipatoria. Algunas estrategias anticipatorias como la extensión del límite (Intraub, 2004), permitirían recordar la ubicación de mojones que sirven como puntos claves para que el invidente se oriente. El entrenamiento de estas personas en mapas táctiles se considera una buena pedagogía para desarrollar la capacidad de identificar los límites del entorno con los cuales se puede hacer una representación del espacio. La investigación desarrollada en este estudio pretende utilizar,

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tanto el DMREI como los mapas táctiles para observar el comportamiento de los invidentes cuando exploran el entorno en función de analizar las estrategias que podrían ser aplicables en un proceso de aprendizaje en movilidad y orientación de estas personas.

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La representación espacial con estimulación táctil es el principal objeto de este estudio con lo cual se busca investigar la disposición del entorno de los invidentes. En este sentido, se busca comprender, primero, el sistema háptico como mecanismo de procesamiento de información; en seguida, las posibilidades de representación con la utilización de dispositivos tecnológicos como sistemas de extensión de los órganos sensoriales; y, por último, la representación con mapas táctiles derivados de la recuperación de la memoria espacial. El proyecto que se desarrolla aquí forma parte de la investigación en limitación visual. El campo de aplicación recae sobre la movilidad y orientación de personas invidentes. A partir del entendimiento de estos temas, el problema de investigación específicamente apunta al estudio de la externalización de la representación espacial del entorno con estimulación táctil utilizando dos sistemas tecnológicos: el bastón clásico y un dispositivo mecatrónico (DMREI) que convierte señales visuales en señales hápticas. Este dispositivo fue desarrollado y validado por López et al. (2005) en una investigación previa, que más adelante se explica de manera detallada. El proceso de investigación recurre a la disposición y modelación del ambiente como formas de representación espacial en limitados visuales. A partir de estos modelos se cuestiona la forma como el invidente configura su entorno cuando

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recibe información a través de señales generadas por dos medios: uno, el bastón y otro, el dispositivo mecatrónico DMREI; los cuales, estimulan algunos de sus órganos sensoriales no visuales. Para encontrar respuestas a este interrogante, conviene indagar inicialmente, lo relacionado con las diferencias de las representaciones espaciales de los invidentes a partir de las estrategias utilizadas en la exploración táctil, después de haber explorado el entorno, primero con el bastón y luego con el dispositivo. Posteriormente, investigar acerca de la riqueza de la representación a partir de la configuración y la variedad de información recuperada del entorno que ha sido explorado previamente por los invidentes, utilizando los dos medios de estimulación táctil. La comprensión de la disposición del espacio se fija en el sistema háptico, en los dispositivos que sirven como una extensión de los órganos sensoriales y el resultado de utilizar estos dispositivos en la navegación y movilidad del invidente que se proyecta en lo que denominan muchos autores el mapeo cognitivo. Con esta ubicación conceptual, el problema de investigación estaría dirigido a responder la siguiente pregunta: ¿Qué diferencias existen en la representación espacial del entorno -externalizada por invidentes congénitos a través de la descripción verbal y elaboración de mapas táctiles- en dos formas de estimulación háptica: una con un dispositivo mecatrónico (DMREI) y otra, generada con el uso del bastón clásico? De la anterior pregunta se derivan las siguientes hipótesis que podrían orientar el transcurso de la investigación, sin necesidad de ser comprobadas: 1.

La representación espacial derivada de la utilización de un dispositivo mecatrónico (DMREI) difiere de la derivada del uso del bastón clásico, por cuanto el dispositivo genera una representación más precisa del entorno.

2.

Con el uso del dispositivo (DMREI), el invidente maneja una mayor variedad de estrategias en la exploración del espacio.

3.

La anticipación perceptiva se amplía con la utilización del dispositivo (DMREI). Esta característica lleva al invidente a realizar una mejor representación espacial del entorno.

Con el objeto de dar sentido al problema central de la investigación, es necesario definir algunos conceptos que dimensionan el tema de investigación.

Sistema háptico para el reconocimiento de objetos El sistema háptico de los humanos está compuesto por la entrada sensorial, la entrada motora y los componentes cognitivos del sistema cerebral (Oakley, McGee, Brewster y Gray, 2000). En este sentido, la háptica se refiere a los sensores relacionados con el tacto. Según Fritz, Way y Barner (1996), la háptica comprende el tacto y la información cinestésica, de tal forma que la definen como un sentido de posición, movimiento y fuerza.

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La exploración háptica de una zona delimitada en una escena, realizada por una persona sin visión, origina una representación más fidedigna de los límites del entorno, reduciendo los errores unidireccionales que caracterizan la extensión del alcance de su brazo (Gottesman y Intraub, 2003). La modalidad háptica que involucra el tacto y el movimiento, provee al individuo con una sucesión de señales parciales que provienen de la visión de un mundo continuo; en este proceso, la representación mental refleja la coherencia y continuidad del espacio limítrofe (Intraub, 2004). La háptica estudia la manera como se combina el sentido del tacto con un mundo virtual. La información que se extrae mediante la háptica es intermodal, en razón a que integra, al menos, dos modalidades perceptivas: la propiocepción, que se refiere a toda la información sensorial acerca del estado del cuerpo (Oakley et al., 2000); esta modalidad informa de manera cinestésica acerca del estado del aparato esquelético-locomotor (tono muscular, posición del cuerpo, equilibrio, etc.) y la dermocepción o tacto que aporta información sobre la textura y la presión mecánica que se ejerce sobre la piel. La información cutánea se transfiere por la sensación de la piel cuando entra en contacto con un objeto. Un ejemplo se da con los actuadores vibrotáctiles del dispositivo utilizado en este estudio, cuando entran en contacto con la piel del invidente, transmiten información del entorno.

Dispositivos hápticos Con el objeto de obtener la descripción de la disposición del entorno por parte de personas invidentes, se ha recurrido al uso de medios tecnológicos como el bastón clásico y el dispositivo mecatrónico (DMREI) (López et al., 2005). Los dos dispositivos son medios hápticos que censan la posición de un objeto y, al mismo tiempo, estimulan el sentido del tacto a través de la aplicación de pequeñas fuerzas que afectan la superficie de la piel por acción de la presión que ejercen. El efecto que produce esta sensación combina los mecanismos del sistema háptico, en función de transmitir y procesar la información que recibe la persona para elaborar la representación espacial. Este proceso plantea un campo de interés para las ciencias, en el sentido de adaptar sistemas artificiales que se acoplan a órganos sensoriales (v. gr. la piel). La unión de los dos elementos se propone como una forma de reemplazar la carencia de otros órganos, como es el caso de la visión. La experiencia que se desarrolla aquí con las personas invidentes, utiliza estos medios tecnológicos para extender la acción de los órganos sensoriales de la piel con el objeto de recibir y procesar la información del entorno para reconocer objetos en el espacio circundante. Se espera que la inclusión del dispositivo que traduce señales visuales del medio en señales hápticas y el bastón clásico, permita observar diferencias en la manera como una persona invidente se representa el espacio. El dispositivo, como un mecanismo alterno que trata de incorporar otras señales que no son visuales al sistema perceptual del ser humano, es el medio de

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visión alternativa que se adapta a la acción de órganos sensoriales (p. ej., la piel). El sistema del dispositivo consiste en dos componentes funcionales: uno que determina la posición y orientación de los objetos en el espacio y otro que identifica el objeto. La interface del usuario está compuesta por un conjunto de transductores que capturan las señales visuales y las traducen en señales hápticas que luego son transmitidas por contacto vibratorio de un grupo de actuadores vibrotáctiles (Kaczmarek, Webster, Bach-y-Rita y Tompkins, 1991) con la piel del invidente. La piel es el órgano más grande del cuerpo, cubre todo el cuerpo, mide cerca de dos metros en los hombres (Montagu, 1971); aunque es una parte clave del sistema táctil, poco ha sido utilizada en procesamiento de información táctil. Los componentes cutáneos de la piel pueden ser utilizados como medios para comunicar información (Brewster y Brown, 2004). La percepción cutánea se refiere a los mecanorreceptores contenidos en la piel, e incluyen las sensaciones de vibración temperatura, dolor y sangrado. Para el caso de esta experiencia, se utilizan los mecanorreceptores localizados en la parte abdominal, los cuales reciben retroalimentación vibratoria del dispositivo táctil.

Mapas táctiles en la exploración del entorno Esta investigación está orientada a identificar las estrategias reveladas de manera verbal por los invidentes, cuando exploran un ambiente complejo, y los modelos elaborados en mapas táctiles que describen la imaginación de cómo ellos recuerdan la disposición de este ambiente. Palpar un mapa a través de un sentido de contacto como el tacto es un método que ayuda a mejorar el conocimiento del espacio de las personas ciegas (Andrews, 1983). Schneider (2000) define un mapa táctil como un medio estandarizado, utilizado para transmitir información geográfica a personas invidentes. La información geográfica se refiere a características físicas como elevaciones, marcas y objetos dimensionados a escala. Según Ungar (2000), un mapa táctil puede proveer una fuente vicaria de información espacial que preserva todas las interrelaciones entre los objetos en el espacio, pero presenta estas interrelaciones en uno o dos palmos de la mano. Millar (1995) sugiere dos beneficios de los mapas táctiles: a corto plazo, los mapas pueden emplearse para introducir a una persona ciega en un espacio particular; a largo plazo, estos pueden ser útiles para incentivar el uso de marcos de referencia externos, en función de estructurar las relaciones espaciales del ambiente, haciendo estas relaciones más accesibles entre las localizaciones. La interacción de personas invidentes con los mapas táctiles genera lo que se conoce como exploración háptica, que consiste, como se mencionaba anteriormente, en procesar las señales externas a través de los sensores propioceptivos y cinestésicos de las manos y los brazos de estas personas. El resultado de esta actividad se

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traduce en acciones que se reflejan en movimientos precisos de estos miembros. El movimiento de las manos en la exploración táctil permite investigar acerca de las estrategias manejadas en el aprendizaje de la configuración del entorno.

Movilidad y orientación Dentro del contexto de la investigación, existe el interés de analizar la movilidad del invidente en términos de sus estrategias espaciales y rutas de navegación o desplazamiento en el ambiente. Las señales táctiles de los medios tecnológicos, tales como el dispositivo y el bastón, proveen información que dirige el desplazamiento de estas personas. Foulke (1996) define la movilidad como la habilidad para moverse en el espacio de forma segura, sin requerir el conocimiento de dónde está ubicada la persona, hacia dónde va y cómo llega al destino. La movilidad puede ser considerada como la experiencia completa de desplazarse de un sitio a otro sin tener en cuenta, si el destino es conocido antes de iniciar el desplazamiento, o si el viaje no tiene un propósito (Harper y Green, 1999). Convencionalmente, la movilidad se divide en dos componentes: orientación y navegación (Brambring, 1984). La orientación se considera como el conocimiento de las relaciones espaciales básicas entre objetos que están dispuestos en el ambiente (Bentzen, 1979). Este término es útil para comprender el entorno de la movilidad o los objetos que relacionan la movilidad con el entorno. La orientación de una persona es crucial para su desplazamiento. La información acerca de posición, dirección, localización deseada, ruta, planeación de la ruta, entre otras, está ligada al concepto de orientación. La navegación sugiere la habilidad para moverse en un entorno particular (Farmer, 1979). La navegación puede darse a través de una planeación previa, conocimiento previo ya sea de mapas o lugares, o por navegación en el momento que, como tal, implica la valoración de objetos y obstáculos inmediatos, un conocimiento de la formación del terreno (huecos, escaleras, suelo embaldosado, etc.) y la evaluación de los peligros móviles y estacionarios para tomar una acción inmediata en el desplazamiento de la persona.

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Esta investigación busca establecer las diferencias entre la representación espacial del entorno de invidentes congénitos —externalizada mediante la descripción verbal y elaboración de mapas táctiles— que son estimulados de manera háptica con un dispositivo mecatrónico (DMREI) y la que es estimulada con el bastón clásico.

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Para alcanzar esta meta se plantean los siguientes objetivos: •

Analizar comparativamente la descripción verbal y la representación háptica de la configuración del ambiente en invidentes que utilizan el dispositivo mecatrónico y el bastón en función de determinar sus estrategias de representación espacial.



Determinar las estrategias de configuración del ambiente logradas en el terreno por el invidente para evaluar las diferencias con los dos medios de estimulación táctil.



Determinar las diferencias de los modelos elaborados por el invidente en un mapa táctil, una vez que ha explorado el entorno con el dispositivo mecatrónico (DMREI) y con el bastón.

En relación con el problema de esta investigación, se plantean los criterios fundamentales para alcanzar el rigor de validez del método investigativo al que apunta esta propuesta. Por un lado, la perspectiva de la investigación apunta a la diferenciación de la representación espacial; y, por otro, la validez se enmarca en las condiciones de la experiencia: la reproducción de mapas con la mayor fidelidad y su comparación con el análisis verbal.

Perspectiva de la configuración del espacio con el uso de dispositivos El estudio que se presenta está proyectado a que los invidentes, con el apoyo del dispositivo mecatrónico y el bastón, generen diferencias en cuanto a estrategias y configuración del espacio que permitan establecer nuevos modelos de entrenamiento apoyados en estos recursos tecnológicos. Por tanto, el logro de los objetivos planteados en el ámbito investigativo es una meta que permitirá identificar estas diferencias. Sobre la base del análisis de estrategias y la comparación de modelos táctiles, se busca establecer un esquema de diferenciación de los dos elementos en prueba, que conlleve a formular un avance en la representación del espacio con el apoyo de estrategias más efectivas para los procesos de aprendizaje, orientados por los docentes, en movilidad y orientación.

Validez de la representación espacial La reducción de las expresiones verbales a estructuras formales y la abstracción de modelos permiten la comparación que le da validez al estudio de la representación espacial. Esta investigación desarrolla un modelo de comparación entre la verbalización y la exploración física de una escena. La validez se da en la confrontación de la reproducción de una escena desde acciones reales de la videograbación con

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los datos verbales que manifiesta la persona invidente. Esta comparación combina tres situaciones: la descripción verbal de la escena por el invidente, la reproducción fiel del recorrido en mapas gráficos con señalamiento de puntos de encuentro por parte del investigador y la reconstrucción táctil del invidente. Las tres situaciones validan las estrategias generadas a partir del análisis verbal y las estrategias generadas a partir de los modelos obtenidos a nivel gráfico. Las estrategias que se infieren a partir de las estructuras derivadas de las expresiones verbales y su conexión con las estrategias inferidas a partir de los mapas reproducidos en la observación de la videograbación, tanto en la locomoción como en la exploración háptica, son el insumo para identificar las diferencias en la representación espacial manejadas por el invidente. En esta comparación, la transcripción de la reproducción obtenida de la videograbación le da validez a los patrones obtenidos del análisis verbal.

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Teniendo en cuenta que la mayoría de los estudios referenciados han investigado las diferencias de invidentes en cuanto a la precisión en la disposición espacial, utilizando la métrica como base para medir la distancia y el ángulo del lugar donde se encuentran los objetos, la investigación que se lleva a cabo aquí propone la identificación de estrategias, la recuperación de mapas descritos en el terreno y los modelos hápticos para determinar las diferencias en la representación espacial de personas invidentes congénitas. Esta posición enfoca la investigación a un estudio cualitativo descriptivo mediante el análisis de protocolos (Montero y León, 2002; Anyon, 1981). Este estudio se centra en el análisis cualitativo de datos que son cuantificables; para ello, se ha decidido utilizar como estrategia metodológica el análisis cualitativo de reportes verbales, siguiendo la guía práctica de Chi (1997) sobre análisis cualitativo de datos verbales y la obra de Ericsson y Simon (1993) sobre análisis de protocolos y el análisis gráfico de los mapas reproducidos en la exploración. La combinación de estas técnicas integran el método cualitativo y cuantitativo a través de una aproximación complementaria (Chi, 1997), que consiste en utilizar los datos extraídos de manera cuantitativa para confirmar el análisis cualitativo. El empleo de estas técnicas se sustenta en los estudios realizados

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por Ungar, Blades y Spencer (1997), quienes utilizaron estos procedimientos para identificar diferencias individuales en el uso de estrategias para explorar y organizar información generada por los invidentes, quienes aprendían sobre la distribución espacial de una ciudad para luego reconstruir un mapa con los datos que recordaban de su memoria. La aplicación sistemática de estas prácticas para análisis del reconocimiento espacial, accede por un lado, a identificar las estrategias seguidas por los invidentes que participan en el estudio; y, por otro, a comparar las representaciones imaginadas por estas personas cuando recapitulan el entorno explorado. El proceso incluye la descripción verbal, evidente en “informes verbales recurrentes”. La acción del individuo consiste en hablar en voz alta, mientras realiza alguna operación de búsqueda de objetos (Maldonado, 2001), en función de reconstruir la disposición de los objetos en un modelo a escala, a medida que este va recordando su ubicación, lo cual se podría considerar como la modelación de la configuración del escenario (Ochaíta y Huertas, 1993).

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Los individuos que participan en el proceso investigativo son cuatro personas invidentes congénitas del Centro de Rehabilitación de Personas Ciegas (CRAC), cuyas edades oscilan entre 15 y 20 años, de estrato social bajo, con formación académica de nivel medio. La selección de este número de personas se justifica en razón a que el análisis de protocolos se realiza sobre la minería de información obtenida de la verbalización de los sujetos en forma individual. Las categorías de análisis tomadas a partir de un esquema de codificación predeterminado por el interés del investigador se rastrean en la transcripción de este volumen de datos. Algunos estudios han utilizado grupos pequeños de personas como el propuesto en esta investigación (Jacobson, 1998; Gladstone, 1991; Wang y Spelke, 2000). Previamente, las personas ciegas han desarrollado habilidades en cuanto a orientación y movilidad con manejo del bastón, han adquirido habilidad para comunicarse con iguales y videntes, han recibido entrenamiento en el manejo de mapas táctiles, manejan cierta independencia para realizar actividades de la vida diaria. El proceso investigativo incluye un estudio individual, donde cada persona utiliza dos elementos tecnológicos para explorar el entorno: el dispositivo mecatrónico (DMREI) y el bastón. El aprendizaje de los invidentes que participan en el estudio está dado por dos condiciones: la habilidad para manejar el dispositivo táctil (DMREI) utilizado para el desplazamiento e identificación de objetos y la habilidad para reconocer figuras geométricas y explorar escenas en el ambiente dispuesto como laboratorio y en el mapa táctil. El invidente en su actividad de explorar el entorno utiliza los dos elementos tecnológicos.

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El reconocimiento de figuras geométricas por parte del invidente con el DMREI, se da con la estimulación táctil de los actuadores a través de la piel de la zona abdominal. Los invidentes reconocen el tipo de figura por la posición del transductor o actuador que vibra en el momento de detectar un objeto. El proceso del dispositivo consiste en detectar el color del objeto con la señal de luz que recibe la cámara del DMREI, procesar la señal con una tarjeta de procesamiento de señal (DSP), emitir el impulso eléctrico para activar el transductor que emite la vibración a la piel del sujeto. El trabajo del sujeto consiste en asociar la vibración que recibe a través de la piel con el tipo de objeto que encuentra en el entorno. El entrenamiento en el manejo del dispositivo (DMREI) incluye tres etapas: la primera consiste en la adaptación de las señales del dispositivo a la parte sensorial de la piel. En esta etapa el individuo adquiere cierta habilidad para identificar las vibraciones cuando los actuadores que se encuentran distribuidos en una matriz háptica, ubicada en la zona abdominal de su cuerpo, entran en contacto con su piel; la segunda etapa consiste en el manejo de movimientos precisos del cuerpo para seguir la dirección de las señales recibidas a través de las vibraciones de los actuadores cuando el sujeto mueve la cabeza; y la tercera se relaciona con la identificación de figuras geométricas. Para ello, el individuo, con ayuda de los sensores que lleva en su cabeza, rastrea la superficie de diferentes objetos que encuentra al frente suyo, con el fin de identificarlos en el momento que el sistema vibrotáctil envíe una señal del tipo de objeto. El aprendizaje en la fase de exploración de escenas relaciona el espacio extrapersonal que se refiere al espacio natural —en el que el área explorada requiere la locomoción del individuo para localizar los objetos dispuestos de manera aleatoria— y el espacio manipulatorio —que consiste en rastrear el mismo escenario a escala, sin cambiar la localización del cuerpo (Ungar, 2000)—. Para nuestro caso, se refiere a un tablero con la misma disposición de los objetos a escala. El objeto de estas formas de aprendizaje es la memorización de la disposición de los objetos y su relación con otros, y la configuración del entorno. Las personas invidentes que participan en esta experiencia realizan tres tareas que consisten en: •

Explorar inicialmente un escenario construido en el laboratorio cuando son estimulados de manera táctil por el bastón; luego, sin ningún tipo de ayuda, explorar el mismo escenario para indicar la localización de objetos; y, finalmente, reconstruir la configuración por medio de un mapa táctil.



Explorar inicialmente un escenario construido en el laboratorio cuando son estimulados de manera táctil por el dispositivo (DMREI); posteriormente, sin ningún tipo de ayuda, explorar el mismo

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escenario para indicar la localización de objetos; y, finalmente, reconstruir la configuración por medio de un mapa táctil. •

Explorar primero un escenario háptico a escala (EA), y, luego, reproducirlo.

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Para realizar esta investigación se tiene en cuenta el siguiente procedimiento: cada uno de los invidentes que hacen parte de la experiencia se enfrenta al desafío de buscar cinco objetos (formas geométricas), dispuestos en el área cuadrada de un salón limitado por cuatro paredes y aislado de ruidos. Esta distribución coincide con los escenarios utilizados en estudios realizados por Loomis et al. (1993) y Rieser et al. (1986), en relación con la cantidad de objetos utilizados y la forma de distribuirlos en el escenario. Los invidentes, primero, son instruidos para que hablen en voz alta lo que están pensando, mientras van recorriendo el escenario y localizando los objetos. Una vez que los sujetos son entrenados, inician de manera libre la exploración del escenario en un punto central, ubicado en uno de los extremos del área demarcada. Al mismo tiempo que el invidente se va movilizando en el escenario, debe indicar de forma verbal la dirección que sigue y la posición cuando encuentra un objeto, este proceso se repite hasta alcanzar el último objeto que está dispuesto en el área demarcada. Luego de que el invidente ha localizado todos los objetos, estos son retirados del escenario. En seguida, se conduce al invidente a explorar nuevamente el escenario sin objetos para que indique los sitios donde él cree que estaban los objetos; para ello se indaga acerca de la posición y su relación con otros. Los dos recorridos son videograbados con el fin de reconstruir el mapa de navegación y localización de objetivos con un alto grado de fiabilidad para el análisis posterior. La intervención final del invidente consiste en suministrarle un tablero que representa el escenario a escala y un conjunto de objetos a escala para que él construya un modelo de la escena que acaba de explorar, replicando la disposición de los objetos conforme a lo que ha memorizado (figura 3.1). El proceso en todas sus fases es realizado, primero, con el bastón y, luego, con el dispositivo (DMREI). Las acciones del sujeto, tanto en el escenario construido en el salón como en el mapa táctil, así como sus expresiones verbales, son videograbadas con una cámara de óptima resolución.

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Figura 3.1. Pasos seguidos en el proceso de búsqueda

Fuente: elaboración propia Como una forma de complementar el estudio y de comprobar los resultados, se le presenta al sujeto nuevamente el tablero con la ubicación correcta de los cinco objetos con el fin de que explore de manera táctil su ubicación. Esta distribución se apoya en Gaunet, Martínez y Thinus-Blanc (1997) y Ungar, Blades y Spencer (1997), quienes tienen experiencias con invidentes en la exploración de la disposición de cinco objetos organizados en el área de un tablero. Una vez que el sujeto ha explorado la disposición de los objetos, se procede a reemplazar el tablero por otro vacío para que el invidente reconstruya la escena que ha logrado memorizar. La fase principal de esta investigación, relacionada con la disposición del espacio, a partir de la exploración de un escenario construido en el laboratorio por parte de los invidentes que reciben estimulación táctil, se apoya en las investigaciones de Loomis et al. (2002) y Klatzky et al. (2003) quienes exploraron el aprendizaje de la disposición de múltiples localizaciones del espacio, relativas a un origen común y a la actualización espacial de la posición de los sujetos, relativa a las localizaciones mientras caminaban. De la misma manera, aplica el estudio de Wang y Brockmole (2003), quienes investigan los vínculos entre las relaciones espaciales nuevas aprendidas, relativas al conocimiento espacial existente, y a los procesos fundamentales que guían a la gente cuando se desplaza de un ambiente

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a otro. Para la investigación, interesa comparar la representación del entorno que describen los sujetos cuando se desplazan a través de un escenario y las estrategias que ellos manejan una vez que han aprendido acerca de la disposición de los objetos. El objeto de la comparación es observar las diferencias en la configuración espacial del invidente con el uso del dispositivo respecto a la configuración hecha a partir del uso del bastón. Esta parte del estudio se complementa con los modelos elaborados de manera háptica, lo cual retoma la investigación de Jacobson (1998). La fase complementaria respecto a la exploración táctil se apoya en el proceso seguido por Klatzky y Lederman (2003), en su investigación acerca de la representación de la disposición y localización espacial a partir de puntos de contacto cinestésico de los dedos para determinar la habilidad de las personas de volver a los sitios que habían percibido con el tacto y reportar su disposición en el espacio. Con esto se pretende identificar si los sujetos son capaces de recordar la disposición de los elementos en el área explorada de manera háptica y replicar esta distribución en un nuevo tablero. El análisis de la descripción verbal permitirá identificar las estrategias seguidas por el sujeto durante el proceso. Con la verbalización también se pretende caracterizar algunos patrones geométricos producidos por el manejo de conceptos espaciales y la disposición de objetos, lo cual sigue la investigación de Arno et al. (2001), quienes estudiaron el reconocimiento de patrones con videntes e invidentes. El análisis de los mapas reproducidos a partir de la observación de la videograbación permitirá inferir las estrategias manejadas por el invidente, tanto en el movimiento de sus pies, para el caso de la locomoción en el escenario, como el movimiento de sus manos, para el caso de la exploración háptica. Este razonamiento le da validez al conocimiento inferido a través del análisis verbal. En síntesis, todo el proceso llevará a determinar las diferencias de las representaciones recuperadas por el invidente cuando es estimulado de manera táctil tanto por el bastón como por el dispositivo.

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ESCENA R IO ExpER ImENTA L DE L A R EpR ESENTACIÓN ESpACI A L

El escenario donde se desarrolla la investigación está conformado por dos ambientes construidos de manera intencional. Uno es un entorno háptico construido a escala 1:10, compuesto por cinco objetos dispuestos en un tablero de 54 por 54 cm; y otro es un entorno construido en un laboratorio dispuesto en un salón con cinco objetos en tamaño real, distribuidos en un área cuadrada de 5,4 m por 5,4 m. Los dos entornos están demarcados por líneas perpendiculares equidistantes a 90 cm, que forman una rejilla (ver figura 3.2). La demarcación se realiza con el fin de poder identificar con exactitud los puntos de desplazamiento y movimiento de las manos del invidente; estos puntos se utilizan en la reconstrucción del mapa de

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navegación. El punto de origen desde donde empieza la exploración del escenario está localizado en la parte central de uno de los lados de la zona demarcada. El modelo del escenario ha sido tomado a partir de los estudios sobre actualización del espacio realizados por Loomis et al. (2002). Figura 3.2. Disposición del entorno

Fuente: elaboración propia Los objetos son sólidos geométricos regulares fabricados en materiales livianos. En el salón están suspendidos a una altura de 1,50 m y distribuidos aleatoriamente en el área cuadrada. En el mapa táctil se encuentran fijados a la superficie del tablero, conservando la misma distribución que en el salón. Los objetos tienen las siguientes formas geométricas: cubo, pirámide, cilindro y cono. Para la identificación de los objetos se utilizan colores que son procesados por el DMREI a través de una tarjeta de procesamiento de señales (DSP). En el desarrollo de la experiencia se utiliza el color amarillo para identificar el cono, el color rojo identifica el cilindro, el color azul identifica la pirámide y el color verde identifica el cubo. Estas formas han sido tomadas con base en la experiencia de Gaunet, Martínez y Thinus-Blanc (1997), quienes utilizaron formas geométricas para explorar la disposición del ambiente. Cada objeto tiene un color diferente en función de ser detectado por una cámara montada en las gafas que porta la persona invidente y que hacen parte del dispositivo. La cámara recibe la señal del entorno y, a través de la unidad de procesamiento del color, convierte esta señal en una vibración que se transmite a la piel de la parte abdominal de la persona invidente, utilizando un transductor en forma de actuador. De la ubicación de este transductor depende la comunicación del tipo de objeto que está enfocando la cámara. La descripción del dispositivo completo se verá más adelante.

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A Ná LISIS DE pROTOCOLOS COmO TéCNICA pA R A

IDENTIFICA R L A CONFIguR ACIÓN DEL ESpACIO

El análisis cualitativo de reportes verbales obtenidos de los protocolos de pensamiento en voz alta y el análisis gráfico producto de la reproducción videograbada se utilizan como estrategia metodológica en este estudio. La guía práctica de Chi (1997) sobre análisis cualitativo de datos verbales, y la obra de Ericsson y Simon (1993) sobre análisis de protocolos permiten una aplicación sistemática de la estrategia metodológica durante el proceso de investigación. Con esta técnica se intenta capturar las estrategias utilizadas en la exploración táctil y el conocimiento de la disposición espacial experimentada por el invidente a partir del manejo del dispositivo y el manejo del bastón clásico. La investigación seguirá un proceso progresivo de construcción teórica con lo cual se podría dar respuesta a interrogantes relacionados con las diferencias en la representación espacial del invidente, la construcción de la geometría del espacio, la influencia del dispositivo en la recuperación de información, entre otros. La estructura lingüística usada para describir las configuraciones del entorno es fundamental para la cognición espacial (Talmy, 1983; Lacoff, 1987; Herskovits, 1986). Jackendof (1983) plantea que la estructura conceptual es un nivel simple de representación mental en el cual la lingüística, la información sensorial y motora son compatibles. Estos argumentos apoyan el desarrollo conceptual del espacio descrito por el invidente a partir de los reportes verbales. El análisis cualitativo de datos verbales planteado por Chi (1997) es aplicable a reportes concurrentes y retrospectivos y otros tipos de codificación como los gestos y la videograbación. En esta investigación se tratan estos tipos de reportes como la información verbal que explicita el sujeto una vez realiza una acción. Asimismo, se trata la información que se obtiene de la videograbación y la interpretación de acciones del sujeto. El objetivo del análisis verbal es exponer una comprensión de la representación de conocimiento utilizada en acciones cognitivas y la manera como esa representación cambia con el aprendizaje (Chi, 1997). El análisis verbal es una técnica para codificar cualitativamente los contenidos de las expresiones verbales. En el análisis verbal se infieren relaciones entre las ocurrencias de las diferentes clases de expresiones en función de reducir la subjetividad de la codificación cualitativa. El análisis verbal permite ver si una explicación es una inferencia, una estrategia, un plan, un interrogante, una acción o un comentario irrelevante (Chi, 1997). Con esta metodología se hacen observaciones cualitativas en el contexto explorado. Este proceso intenta resolver lo que el invidente conoce del espacio que explora a partir de lo que dice, hace o manifiesta de alguna forma, tal como señalar o gesticular, y evidenciar cómo este conocimiento influye correcta o incorrectamente en la forma de razonar y representar el espacio. La clave está en analizar las expresiones del sujeto para capturar el conocimiento que puede

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fundamentar las categorías relacionadas con la representación espacial. La determinación de la información expresada por el invidente se registra a través de proposiciones, conceptos, afirmaciones, relaciones, objetivos o reglas. La validación de los patrones identificados en las expresiones verbales y no verbales se define a través del análisis cualitativo de las estructuras obtenidas en la transcripción y su correspondencia con otra forma de medición; para el caso de la investigación, se determina por los modelos gráficos obtenidos mediante la elaboración de mapas táctiles. El resultado del análisis de protocolos se resume en la representación del conocimiento que el invidente tiene del espacio.

p ROCESO

DE CODIFICACIÓN y A Ná LISIS DE LOS pROTOCOLOS

Para codificar y analizar los reportes verbales, se toman como referencia los pasos relacionados en la guía práctica de Chi (1997). Estos procesos se adaptan al interés del estudio propuesto. A continuación se relaciona cada uno de estos pasos, describiendo su aplicabilidad en el contexto particular de esta investigación.

Reducción del protocolo Una vez que los datos de la experiencia han sido recolectados y transcritos con la mayor fidelidad, se hace una codificación preliminar que nos permite reducir las expresiones verbales a proposiciones que se consideran unidades significativas. De la misma forma, las expresiones no verbales se convierten en proposiciones, teniendo en cuenta su significado con respecto al proceso que las generó. Un ejemplo de esta reducción está dado en la siguiente expresión: “Ah, estoy hacia el frente, uh, hay algo al frente, es un objeto”. Esta expresión genera la siguiente proposición: “Estoy al frente y hay un objeto al frente”.

Segmentación La segmentación se realiza para identificar una unidad de análisis, después de que el protocolo se ha codificado. La segmentación consiste en hacer cortes, donde se revelen unidades de análisis, tales como una proposición, una oración, una cadena de razonamiento o un episodio; estas unidades varían en tamaño de grano. Chi, de Leeuw, Chiu y LaVancher (1994) ilustran dos formas de codificación del tamaño de grano que se podrían adaptar al objetivo de esta investigación: una, está dirigida a la selección de un segmento completo para determinar, si existe una inferencia que constituya una explicación del punto de vista del invidente; otra, está

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referida a volver a segmentar el episodio en unidades más finas, para determinar una inferencia de cada unidad. La comparación de las dos formas de tamaño de grano podría garantizar mayor confiabilidad; la forma de grano grueso, como lo es el primer caso, es recomendable en función de establecer inferencias más generales. La selección del tamaño de grano depende de la investigación que se esté haciendo. Para el caso particular, donde los sujetos son invidentes, se prevé la utilización de las dos formas. El proceso seguido aquí incluye la clasificación de episodios como unidad de análisis; cada episodio se relaciona con la localización de un objeto. Un ejemplo de un episodio generado por un invidente en la búsqueda de un objeto es el siguiente: P1. Estoy hacia el frente y hay un objeto al frente. Está al lado izquierdo. P2. Sigo avanzando hacia delante y giro hacia el lado izquierdo y está vibrando el del lado izquierdo. P3. Sigo derecho y vibran los del frente. P4. Giro a la izquierda y vibran los del lado derecho. El primero del lado derecho. P5. Decido irme por el lado derecho. Está al frente. P6. Es un objeto. Es una pirámide. Sí, una pirámide. En este ejemplo el episodio termina cuando el invidente encuentra el objeto. A partir de esta unidad de segmentación, cada proposición constituye una inferencia. Las siguientes inferencias se deducen de las proposiciones anteriores. I1. Avanza al frente y localiza un objeto al frente a la izquierda. I2. Gira al lado izquierdo acercándose al objeto. I3. Avanza al frente y localiza otros objetos al frente. I4. Gira a la izquierda y localiza objetos a la derecha. I5. Gira a la derecha y localiza un objeto al frente. I6. Identifica el objeto como una pirámide. Estas inferencias son validadas a partir de la observación de la videograbación.

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Desarrollo o selección de un esquema de codificación Después de haber sido realizada la segmentación, se desarrolla una codificación correspondiente a un formalismo que pueda ser usado para representar el conocimiento. Las categorías desarrolladas por Chi y VanLehn (1994) para codificar explicaciones de estudiantes, se toman como base para proponer un formalismo que se acomode al interés de la investigación. Las categorías que conciernen a este trabajo tienen que ver con conceptos, sistemas de conocimiento y procedimientos técnicos. Todas se podrían manejar en la representación de conocimiento del espacio. Como conceptos, se codificarían entidades como la posición y la dirección, etc. Estas categorías podrían estar determinadas en una estructura de red semántica, donde los nodos representan los objetos y los enlaces representan las características de ubicación. Como sistemas se podrían codificar oraciones que relacionen entidades específicas como la ubicación de un objeto con respecto a otros; esto nos llevaría a representar sistemas de conocimiento como modelos mentales. Como procedimientos técnicos, se podrían codificar operaciones o acciones que indiquen el desplazamiento a un lugar o la búsqueda de un camino. Con esto se podría codificar cada segmento como un operador (Ericsson y Simon, 1993). Por ejemplo, en la búsqueda de la posición de un objeto, los operadores serían: avanzar, girar, localizar, etc. El esquema de codificación que se pretende aplicar aquí se apoya en la lógica de predicados, donde se combinan los operadores y los conceptos para formar sistemas. La lógica de predicados proporciona una forma precisa y natural de representar conocimiento (Parsaye y Chignell, 1988). Este tipo de lógica provee una forma de analizar las similitudes y diferencias entre las proposiciones. Por ejemplo, consideremos la siguiente proposición: “Localizo un objeto a la derecha”. Esta oración se podría descomponer en dos partes: el predicado y sus argumentos. El predicado típicamente se refiere a un verbo transitivo (la acción recae directamente sobre el objeto del verbo) “localizar” y los argumentos son el sujeto “objeto” y el objeto del verbo “derecha”. La combinación de un predicado con sus argumentos determina una cláusula. Una cláusula se define como una oración lógica que tiene un valor de verdad. Una cláusula puede tener más de un argumento. La siguiente notación muestra la construcción de una cláusula: Predicado (argumento1, argumento2, argumenton). Tomando esta notación, el ejemplo anterior adquiere la siguiente forma: localizar (objeto, derecha). Para el interés de nuestro trabajo se formalizan las siguientes notaciones como esquemas de codificación general: operador (concepto).

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operador (entidad, concepto). Los operadores se ubican dentro de los predicados y los conceptos o entidades son los argumentos. El siguiente ejemplo aplica este esquema de codificación: Proposición: “Gira a la derecha y localiza un objeto al frente”. Codificación: gira (derecha) ⇒ localiza (objeto, frente).

Descripción de la interpretación del esquema de codificación La descripción de la interpretación se podría dar a nivel gráfico como el caso de las redes semánticas o los grafos dirigidos o en formal tabular. Para el trabajo con los invidentes se prevé la utilización de tablas para determinar dirección y posición de los objetos. Estos datos nos permitirán describir, a partir de grafos dirigidos, la forma como explora el espacio el invidente y el mapa que sigue en su proceso de navegación.

Búsqueda de patrones en los datos descritos La búsqueda de patrones en los resultados es una tarea que permitiría ver algunas estrategias en la búsqueda de objetos y configuración del espacio. Un patrón se asimila a una estrategia o conjunto de estrategias que evidencian la manera como el invidente explora el espacio. La inferencia de un patrón consiste en ver si una misma estrategia manejada en la búsqueda de un objeto se repite en la búsqueda de otros. El interés de esta investigación está centrado en comparar los patrones visibles en la exploración del escenario con el uso del dispositivo y el uso del bastón clásico para ver las diferencias de la estructura de representación en ambos casos. Respecto a estas estrategias, interesa evaluar cuál es mejor en la configuración del espacio.

Interpretación y validez del patrón Los datos se interpretan en términos de estrategias y procesos seguidos en la configuración del entorno y, de la misma forma, en la estructura y contenido de la representación. La interpretación del patrón se da en función de las acciones repetidas durante el proceso de localización de objetos. La validez de la interpretación se da comparando los datos obtenidos en la reproducción de la navegación del sujeto y la codificación de los reportes verbales.

Operacionalización de la evidencia que se va a codificar La operacionalización de la evidencia consiste en decidir qué expresiones de los datos verbales constituyen evidencia para pertenecer a una categoría o para poder

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ser trasladadas a un código específico. Con relación a las categorías, se podría decidir que parte del contenido del protocolo constituye una evidencia para ser clasificado en una categoría que haga explícita la representación espacial del invidente. Existen otros elementos tales como el uso de palabras demostrativas como: acá, allá, atrás, adelante, lejos, cerca (Hutchins y Levin, 1981), que podrían revelar la perspectiva tomada por el invidente en términos de ubicar los objetos en el escenario. El análisis con ayuda de este tipo de palabras facilitaría la interpretación del modelo mental del individuo. Situaciones como la planteada en esta investigación nos permiten determinar un modelo que se va consolidando a medida que el sujeto acumula información de los objetos nuevos que va encontrando. Esta acumulación podría revelar la estructura de conocimiento que tiene el sujeto del entorno durante su proceso de aprendizaje. La solución de esta situación se produce, ampliando el margen de interpretación, ya sea analizando la síntesis que hace el invidente de la disposición de los objetos encontrados cuando los relaciona con un nuevo objeto, o tomando un mayor número de líneas de código para encontrar el significado de su modelo mental. El siguiente segmento nos indica la síntesis del modelo que va generando el sujeto: “La pirámide estaba al lado izquierdo; pero entonces hacia acá, a mano izquierda, estaba así en este sentido. El cubo estaba hacia atrás y en el mismo lugar, izquierdo”. Al hacer una inferencia de este segmento podemos deducir que existen dos objetos que están ubicados al lado izquierdo en sentido opuesto. Gráficamente se podría representar con dos vectores que indican la dirección donde están los objetos y la posición del sujeto. Un segundo aspecto de la operacionalización es el nivel de análisis de la representación del entorno en el mapa táctil para determinar patrones geométricos. En este proceso existe el interés de ver la manera como los sujetos comprenden la disposición de la escena explorada. La coherencia de la representación háptica se determina comparando, si esta representación predice lo que el sujeto describió en forma verbal y realizó a través de sus acciones en el proceso de aprendizaje.

D ISpOSITI vOS

TECNOLÓgICOS

Bastón clásico El bastón, como elemento principal de desplazamiento del invidente, es un dispositivo económico, confiable y duradero. Este instrumento permite la extensión del tacto y prevé una porción del espacio en frente de la persona que lo porta.

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Aunque este elemento ayuda al invidente en su desplazamiento, no podría ser tan ideal debido a que congestiona áreas de tránsito peatonal, generando obstáculos para la libre movilidad. Por esta razón se han diseñado algunos dispositivos que reemplazan este elemento. Esta investigación, además de utilizar el bastón, usa un dispositivo mecatrónico con el objeto de estudiar, interpretar y describir los diferentes procesos que siguen las personas ciegas cuando utilizan estos sistemas en la representación de su entorno.

Dispositivo mecatrónico (DMREI) López et al. (2005) diseñan un dispositivo mecatrónico que articula visión artificial, lógica difusa, tratamiento de señales, circuitos electrónicos a escala VLSI, mecánica y software, capaz de sensar información del medio para detectar colores y objetos del entorno y estudiar procesos de movilidad y orientación en ambientes cerrados como ayuda aumentativa de invidentes congénitos. Figura 3.3. Sistema DMREI

Fuente: elaboración propia El dispositivo mecatrónico para representación espacial de invidentes (DMREI) es un sistema mecatrónico diseñado y desarrollado en la Universidad Pedagógica Nacional con apoyo de Colciencias. Está compuesto por tres partes: a) módulo de percepción, b) módulo de procesamiento y c) interfaz háptica (matriz háptica) (figura 3.3). Su rediseño y adaptabilidad proveerá a los limitados visuales de señales hápticas para identificar objetos a diferentes distancias en entornos

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cerrados, elaborar mapas espaciales, reducir su carga cognitiva para explorar el entorno. El módulo de percepción está constituido por partes mecánicas y electrónicas que utilizan como bastidor unas gafas, donde van montados una microcámara de video y tres sensores que cumplen la función de sensar información acerca de objetos próximos ubicados en el entorno para transmitirla a la unidad de procesamiento. El módulo de procesamiento es un dispositivo electrónico, cuyo propósito es procesar las señales que son captadas a través de la cámara y los sensores para transmitirlas por medio de señales vibratorias a la matriz háptica (cinturón) ubicada en la parte inferior del abdomen del invidente. La interface háptica es una matriz compuesta por puntos activadores que vibran de acuerdo con la información enviada del procesador y le permiten al invidente percibir a través de la piel, las señales de la ubicación de objetos en el entorno. Esta matriz es una faja flexible que se ajusta al cuerpo en la región abdominal. Los puntos de vibración (actuadores) están ubicados de manera matricial a una distancia de 3 cm atendiendo a la tesis de Kenshalo (1968) sobre diferenciación de estímulos del ser humano.

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Este capítulo está fundamentado en el análisis cualitativo de reportes verbales y representaciones táctiles, considerados para el desarrollo de esta investigación. El proceso sigue los pasos mencionados en el apartado anterior. La validación del análisis se da con la reproducción gráfica de la disposición del escenario, producida tanto por el plano original del entorno como por la abstracción de la información mostrada en la videograbación.

R EpR ESENTACIÓN

DEL ESpACIO CON ESTImuL ACIÓN TáCTIL

El bastón y el dispositivo son dos elementos tecnológicos utilizados para estimular de manera táctil al invidente. Con las señales hápticas generadas por estos artefactos, se busca que el invidente externalice verbalmente lo que siente y construye mentalmente, cuando recibe estas señales por efecto de la detección de objetos u obstáculos. El proceso investigativo toma la información verbal para identificar la disposición que va realizando el sujeto a medida que avanza en la búsqueda de los objetos; esto constituye la externalización de la forma como se representa el

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espacio el invidente por acción de estímulos táctiles. El análisis de los resultados en las dos formas de estimulación se relaciona en seguida.

Representación con el DMREI Segmentación Por el tipo de decisiones como buscar cada objeto, se ha optado por segmentar el protocolo a partir de episodios, tomando como referencia el planteamiento de Ericsson y Simon (1983). Cada episodio implica la búsqueda de un objeto; por tanto, en el análisis se identifican cinco episodios. El anexo 1 muestra la segmentación de los cinco episodios clasificados del protocolo de uno de los invidentes. Una instancia de los episodios es la siguiente: P1. Estoy hacia el frente y hay un objeto al frente. Está al lado izquierdo, no. P2. Sigo avanzando hacia delante y giro hacia el lado izquierdo y está vibrando el del lado izquierdo. P3. Sigo derecho y vibran los del frente. P4. Giro a la izquierda y vibran los del lado derecho. El primero del lado derecho. P5. Decido irme por el lado derecho. Está al frente. P6. Es un objeto. Es una pirámide. Sí, una pirámide. Este ejemplo determina las expresiones verbales de un sujeto, convertidas en proposiciones. El segmento corresponde al proceso que sigue el invidente en la búsqueda de un objeto. Inferencias Una vez realizada la segmentación se procede a constituir inferencias a partir de cada proposición. El objetivo de esta abstracción es precisar el manejo del vocabulario con respecto a la tarea que el sujeto realiza (Ericsson y Simon, 1993). Para la investigación, interesa precisar los términos que utiliza el sujeto en cada expresión con respecto a la percepción de la localización de los objetos. La validez de las inferencias se da en función de la comparación que se hace con la disposición de los objetos en el escenario y el estímulo que recibe. Para el caso del dispositivo (DMREI), se tiene en cuenta la localización del estímulo en la matriz háptica. Por ejemplo, si el sujeto expresa la siguiente proposición:

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P1. Estoy hacia el frente y hay un objeto al frente. Está al lado izquierdo. La inferencia que se puede deducir de esta proposición es: I1. Está al frente y percibe objeto al frente y es un cono o un cilindro. Para explicar esta inferencia, se considera que el sujeto percibe un objeto al frente y la vibración que recibe es del lado izquierdo de la matriz háptica. Lo que quiere decir que en este lado están ubicadas las señales de dos objetos: una indica que es el cono, y, la otra, que es el cilindro. Por lo tanto, podemos deducir que al frente existe un cono o un cilindro. Para revalidar esta afirmación, se observa la videograbación de la escena en ese instante, con el fin de determinar qué objetos se encuentran ubicados al frente del individuo y se puede comprobar que precisamente los únicos objetos son los ya referidos. Esta forma de análisis le da un nivel de validez confiable a la inferencia. El anexo 2 muestra las inferencias obtenidas en uno de los protocolos. El siguiente ejemplo relaciona las inferencias obtenidas del segmento anterior. I1. Está al frente y percibe objeto al frente y es un cono o un cilindro. I2. Avanza en la misma dirección y gira a la izquierda y sigue percibiendo el cono o el cilindro. I3. Avanza y percibe que el cono o cilindro está al frente. I4. Gira a la izquierda y percibe una pirámide y un cubo. I5. Avanza y percibe que uno de los objetos está al frente. I6. Confirma que el tipo de objeto es una pirámide. Esquema de codificación A partir de la lógica de los predicados explicada anteriormente, se concibe un esquema de codificación que establece la relación entre la acción del sujeto y la percepción del objetivo. La siguiente notación es generalizable en la mayor parte del análisis: acción (dirección) ⇒ acción (objetivo, dirección).

La aplicación de esta notación se da en la codificación del episodio anterior como se muestra en seguida:

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E1. avanza (frente) ⇒ localiza (cono, frente); localiza (cilindro, frente).

E2. avanza (frente) ⇒ localiza (cono, izquierda); localiza (cilindro, frente). E3. avanza (frente) ⇒ localiza (cono, frente); localiza (cilindro, frente). E4. gira (izquierda) ⇒ localiza (pirámide); localiza (cubo). E5. avanza (frente) ⇒ localiza (pirámide); localiza (cubo). E6. avanza (frente) ⇒ localiza (pirámide).

En función de formalizar las cláusulas resultantes de la codificación del protocolo, se manejan las convenciones relacionadas en la tabla 4.1. Tabla 4.1. Convenciones de la codificación del protocolo Símbolo

Significado

Símbolo

Significado

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Fuente: elaboración propia La codificación se reduce a las siguientes formalidades: E1. A (fr) ⇒ L (co, fr); L (ci, fr). E2. A (fr) ⇒ L(co, iz); L (ci, fr).

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E3. A (fr), ⇒ L (co, fr); L (ci, fr). E4. G (iz) ⇒ L (pi); L (cu). E5. A (fr) ⇒ L (pi); L (cu). E6. A (fr) ⇒ L (pi).

En el anexo 3 se muestra la codificación de los protocolos, correspondientes a las personas invidentes que participaron en la experiencia utilizando el dispositivo. Descripción del esquema de codificación La descripción del esquema de codificación radica en el cálculo de las distancias, originadas en la posición del invidente hasta la ubicación de los objetos percibidos. Este patrón corresponde con el alcance del sistema perceptual planteado por Foulke (1996). La acción se realiza tomando como punto de referencia el lugar donde el sujeto expresa que ha percibido un objeto. Estos puntos están incluidos en cada cláusula del esquema de codificación. Los puntos se señalan en el mapa que ha sido reproducido de la videograbación (figura 4.2), donde se muestra la trayectoria seguida por el sujeto durante la exploración. Con el análisis de la distancia entre la percepción del objeto y la ubicación del invidente se infiere el comportamiento perceptual anticipatorio antes de lograr localizar el objeto; y a partir del cotejo de las cláusulas obtenidas del esquema de codificación en el protocolo se deduce la estrategia que está siguiendo el sujeto en la búsqueda de los objetos. El proceso de medición de la anticipación sensorial, dado por las distancias, desde donde la persona invidente recibe los estímulos del dispositivo (DMREI) para hacer un juicio sobre la ubicación de los objetos en el ambiente, se apoya en los planteamientos teóricos sobre anticipación sensorial y atención formulados por Foulke (1996), Hommel (2005), Llinás (2003), Goodale y Humphrey (1998) y Neiser (1994). Para analizar esta medición, se ha decidido tomar los últimos datos sombreados, correspondientes al seguimiento de cada objeto encontrado, basándose en la teoría de Posner y DiGirolamo (1998) —acerca de la selección de información para ser procesada por la atención— y la teoría de Scott (2000) —relacionada con las entradas sensoriales que son atendidas por el invidente en función de reducir su carga perceptiva—. Esta realización es un análisis fino de la atención, descrito en el proceso seguido por el invidente a partir del momento en que percibe un estímulo que lo conduce a centrar su atención en un solo objeto hasta que logra encontrarlo. Para propósitos del análisis se clasifica la atención en niveles. En función de determinar los niveles de atención, se consideran los puntos de percepción que orientan al invidente para alcanzar el objetivo, es decir, los eventos que centran

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el hallazgo del objeto. Los puntos de percepción, relacionados con el alcance de la percepción, son los lugares donde el sujeto percibe un estímulo del dispositivo (DMREI). Estos puntos se encuentran nominados en las tablas de caracterización de la percepción de todos los sujetos y se identifican con las letras P1, P2, P3,… Pn. Esta distribución sirve como referencia para determinar regularidades que indican el nivel de atención a partir de la clasificación realizada sobre los puntos de percepción. La tabla 4.2 muestra la clasificación de estos niveles con relación a los intervalos de las percepciones obtenidas de las tablas de caracterización de la percepción de los sujetos. La clasificación de los niveles alto, medio y bajo de atención han sido aproximados al momento en que el sujeto empieza a fijarse en un solo tipo de objeto. Por ejemplo, un nivel alto se establece por la manifestación verbal de la detección del mismo objeto desde una distancia mayor (más de 3 m), un nivel medio implica la fijación en la detección de un objeto desde una distancia intermedia (2 a 3 m) y el nivel bajo cuando el invidente se empieza a fijar en el objeto en el momento que está cerca a éste (0 a 2 m). Los parámetros de clasificación han sido determinados, teniendo en cuenta que la revelación verbal de los sujetos, ha conducido al cálculo de una distancia máxima de 3,5 m y una distancia mínima de 0 m de ubicación de un objeto. Tabla 4.2. Niveles de atención Intervalo de percepciones (m)

Nivel de atención

3 o más

Alto

2-3

Medio

0-2

Bajo

Fuente: elaboración propia Los datos no sombreados que aparecen en la tabla 4.3, aunque no son tenidos en cuenta para calcular el nivel de atención, se consideran útiles en la identificación de las estrategias que sigue el usuario en la exploración del entorno. La comparación entre los datos rastreados del invidente y las cláusulas originadas de la verbalización generan una primera validez del protocolo.

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Figura 4.1. Mapa de la búsqueda de un objeto con indicación de las distancias

Fuente: elaboración propia

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Figura 4.2. Mapa recorrido por un sujeto

Fuente: elaboración propia

En el ejemplo de la figura 4.1 se muestra el mapa que sigue un sujeto hasta ubicar el primer objeto, tal como se evidencia en la codificación del segmento que hemos venido analizando. Las líneas delgadas indican las distancias de cada uno de los objetos percibidos desde la posición del sujeto (posición egocéntrica), es decir, estas distancias indican el alcance del sistema perceptual, como lo sugiere Foulke (1996). Estas distancias han sido tomadas en una escala de 1:75 en el mapa. El proceso se repite para la búsqueda de todos los objetos, como se señala en el mapa de la figura 4.2, donde aparece todo el recorrido que hace el sujeto durante la exploración del ambiente. Las distancias y la dirección tomadas en la percepción de todos los objetos se reportan en la tabla 4.3 y corresponden al recorrido del sujeto (figura 4.2). De la misma manera, en la tabla 4.3 se relacionan las estrategias que se infieren del análisis de este proceso. Estas estrategias resultantes se consideran basándose en la clasificación de Gaunet y Thinus-Blanc (1997), y Hill et al. (1993).

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Tabla 4.3. Caracterización de la percepción de los objetos y estrategias durante el aprendizaje del entorno de un sujeto Episodio

1

Distancia (m) Punto Objeto Objeto Dirección Objeto Objeto percepción 1 2 1 2 P1



3,8

4,2

Cono

P2 P3 P4 P5

←↓ ↓ ← ↓

2,9 2,5 1,2 1,2

3,7 3,4 1,4 1,2

Cono Cono Cubo Cubo

e



---

0,4

---

Nivel de atención

2

P6 P7 P8 P9 P10 P11 e

→ → → ←↑ ↑ ↑ ↑

2,2 0,9 --1,8 -------

Nivel de atención

3

P12 P13 P14 P15 P16 P17 P18 P19 P20 P21 E

↓→ → →↑ ↑ ↑ ↑↓ ↓ ↓ ↓→ → →

2,3 0,5 4,0 3,0 2,7 3,2 2,5 1,5 -------

Nivel de atención

Medio

3,6 2,3 1,4 2,5 2,0 0,9 0,3

Cono Cono --Cono -------

Cilindro Tendencia del sujeto a reducir el espacio de búsqueda a Cilindro partir de la reducción de las Cilindro distancias al objeto y a sePirámide guir una trayectoria en una Pirámide sola dirección (frontal). El cambio de dirección se da Pirámide cuando pierde la señal. Los datos de distancia en la anticipación indican una aproximación sistemática con cambio de trayectoria para orientar la búsqueda hacia un objetivo. Cilindro Tendencia del sujeto a reduCilindro cir el espacio de búsqueda Cilindro centrado en un solo objeto y a cambiar de trayectoria, Cubo buscando una estrategia Cubo cíclica como lo indica la diCubo rección. Cubo Los datos de distancia en la anticipación indican una aproximación al objetivo con cambio de trayectoria y una variación mayor en los intervalos de las distancias.

Alto

3,4 3,0 2,7 ----3,0 2,7 --2,0 1,2 0,4

Alto

Estrategia inferida

Cono Cono Cono Cono Cono Cono Cono Cono -------

Cilindro Cilindro Cilindro ----Cilindro Cilindro --Cilindro Cilindro Cilindro

Tendencia a fijarse en un solo objetivo a partir de la señal del dispositivo hasta que desaparece la señal, como lo indican las distancias para retomar nuevamente otro objetivo. Por la forma de explorar, se visualiza la combinación de una estrategia cíclica y de rejilla. Las distancias en la anticipación indican un acercamiento con pérdida y recuperación de señal y variación mínima en los intervalos de las distancias.

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Episodio

4

Distancia (m) Punto Dirección Objeto Objeto percepción 1 2 P22 1,8 --↓→ P23 1,3 --→ P24 3,0 --→↑ P25 1,2 --→ E



0,4

Nivel de atención

5

---

Objeto Objeto 1 2 Cono Cono Cono Cono

---------

Cono

---

Alto

P26 P27 P28

→↓ ↓ ↓

2,2 1,3 0,9

-------

Cono Cono Cono

-------

E



0,4

---

Cono

---

Nivel de atención

Alto

[ 9 7 ]

Estrategia inferida Tendencia a reducir el espacio de búsqueda con cambios de dirección para recuperar la señal del dispositivo como lo indican las distancias. Se visualiza la combinación de dos tipos de estrategia: perímetro y cíclica. Las distancias en la anticipación indican una aproximación y alejamiento del objetivo. Tendencia a seguir sistemáticamente la búsqueda en una sola dirección. Según como viene explorando, se visualiza el manejo de una estrategia de rejilla. Los datos de distancia en la anticipación indican una aproximación progresiva al objetivo.

Fuente: elaboración propia En la figura 4.3 se mapea la evolución de la atención del sujeto anterior, en su proceso de búsqueda de cada uno de los objetos con base en los datos son obtenidos de la tabla 4.3. En la imagen, los números internos indican la cantidad de objetos percibidos en cada punto de percepción y cada curva indica el acercamiento o alejamiento al objeto que se está localizando. Figura 4.3. Evolución de la atención en el proceso de anticipación perceptiva (sujeto)

Fuente: elaboración propia

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Cabe anotar que la gráfica representa únicamente las distancias a los objetos que el sujeto encontró desde el momento que centra su atención en ellos. Los puntos de percepción que se indican en la figura son los puntos donde el sujeto recibe un estímulo del dispositivo (DMREI). En el análisis de la figura 4.3 podemos observar las distancias desde cada punto de percepción a los objetos encontrados. En el primer acercamiento para localizar el objeto 1, cuando el invidente inicia la exploración del ambiente, se observa una búsqueda del objeto al azar. Al iniciar el recorrido, el sujeto percibe dos objetos y luego se acerca a uno solo; probablemente, esto se deba a que el sujeto hasta ahora se está adaptando al dispositivo. En este momento, el sujeto trata de seguir una trayectoria que integra el movimiento de su cuerpo con los eventos perceptuales del dispositivo. Hommel (2005) define esta característica de aprendizaje como los efectos de la acción y la percepción. En el objeto 2, a pesar de que el sujeto inicia su exploración al azar (percibe dos objetos), en seguida centra su atención en un objeto; esto evidencia un afinamiento en el nivel de atención. El recorrido hacia el objeto 3 muestra una variación en el nivel de atención; inicialmente existe un acercamiento, luego, un alejamiento y, nuevamente, existe un acercamiento progresivo hasta lograr encontrar el objeto. Este comportamiento, probablemente, se deba a la actitud del sujeto de cambiar la dirección de su recorrido para luego retomarla con el estímulo recibido y centrar su atención para seguir una búsqueda sistemática del objeto. Nuevamente se observa un afinamiento en el nivel de atención. En el objeto 4 existe un acercamiento inicial, luego se da un alejamiento, para retomar nuevamente un acercamiento progresivo hasta alcanzar el objetivo. Este comportamiento evidencia un cambio de dirección en la búsqueda, sin perder el nivel de atención que está centrado en el objetivo. El acercamiento hacia el objeto 5 es más regulado en cuanto al manejo de la atención. Quizás este factor se deba a que únicamente se percibe un estímulo del dispositivo, debido a la menor cantidad de objetos. En general, se observa que el sujeto hace una búsqueda que inicia con un nivel de atención bajo, que luego aumenta para regularlo en la exploración de los siguientes objetivos. Si se analiza este comportamiento con la tesis de Hommel (2005), respecto del control y planeación de la acción, se puede deducir que el sujeto trata de construir trayectorias, integrando el movimiento de su cuerpo con las percepciones que recibe del dispositivo, lo cual le permite acercarse al objetivo. La descripción que se representa en el modelo de grafos dirigidos de la figura 4.4 indica el manejo de las estrategias observado en cada uno de los episodios (E1, E2, En) y los objetos percibidos (ci, pi, etc.).

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Figura 4.4. Descripción del proceso de percepción de un sujeto pi

E1

frontal

cu

E2

cíclica

ci

E3

rejilla

co

co

E4

E5

perímetro

Fuente: elaboración propia Una síntesis del análisis de la anticipación perceptiva a partir de los niveles de atención de las cuatro personas invidentes que participaron en la experiencia genera las siguientes inferencias: 1.

El afinamiento de la atención se da a partir del momento mismo en que el invidente se adapta al dispositivo; es decir, cuando adquiere alguna experiencia en el manejo del mismo. Este proceso de adaptación coincide con la integración del movimiento del cuerpo con los eventos perceptuales que siguen esta acción y que provienen del dispositivo, lo cual se suma al planteamiento de Hommel (2005), en lo que respecta a la planeación y control de la acción. La adaptación le permite ejercer un control en el manejo del nivel de atención.

2.

A medida en que el invidente avanza en la búsqueda de un objeto, existe un mayor afinamiento de la atención y la anticipación perceptual aumenta con la reducción de la distancia al objetivo.

3.

El recorrido del invidente evidencia dos procesos de atención: uno, cuando este percibe dos objetos; y otro, cuando percibe un objeto. Una explicación para el primer proceso haría suponer que existe un primer nivel de preparación; y, en el segundo, se daría una selección de la información que se procesa con la atención. Esto podría asimilarse a la contigüidad y contingencia planteadas por Hommel (2005), donde se asume inicialmente una integración de eventos perceptuales para luego excluir los eventos sobrantes y de esta forma, centrar la atención en un solo objetivo, lo cual se logra en la medida en que el sujeto va adquiriendo experiencia.

4.

Cuando se reduce la búsqueda a menos objetos en el escenario, caso de los dos últimos episodios, así como cuando un sujeto centra su atención en un solo objeto, se pensaría que existe un afinamiento en el nivel de atención; este resultado podría tener una explicación: en la medida en que aumenta el nivel de complejidad (mayor número de obstáculos), existe un mayor esfuerzo

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cognitivo y la atención aumenta, pero es más dispersa. Cuando se reduce el número de obstáculos, existe un menor esfuerzo cognitivo y aunque el nivel de atención se incrementa, se puede afirmar que se da un afinamiento de la atención. Esta inferencia supondría un mayor procesamiento cognitivo, cuando se exploran ambientes complejos, y en razón a este esfuerzo, el nivel de atención se haría más disperso. 5.

Al analizar el recorrido de todos los invidentes se observa una exploración inicial al azar que luego se mejora con el incremento en el nivel de atención, lo cual podría sugerir la generación de tres etapas en el proceso de anticipación perceptual con el dispositivo: una primera etapa de adaptación al dispositivo; una segunda, de regulación de la atención; y una tercera, de afinación, lo cual determina un acercamiento progresivo que precisa el reconocimiento de los objetos.

Para concluir el análisis, podemos afirmar que el uso del dispositivo (DMREI) mejora la afinación e incremento de la atención, facilitando la localización de los objetos. Este resultado indica el beneficio que ofrece el aparato para canalizar los estímulos que le permiten al invidente seleccionar la información, facilitar su procesamiento cognitivo y reducir su esfuerzo mental, como lo plantean las investigaciones de Sarmiento (2004) y López et al. (2005). Patrón identificado El patrón que se puede identificar en cada proceso se relaciona con las estrategias manejadas por los sujetos durante la tarea de exploración. En este caso, se refiere a la tendencia a utilizar un tipo de estrategia que el sujeto trata de conservar durante el proceso de búsqueda (ver tabla 4.3). Este referente se manifiesta en el comportamiento de cada sujeto. La tabla 4.4 muestra los patrones inferidos en la exploración de los sujetos que participaron en la investigación, usando el dispositivo (DMREI). La validez de estos patrones se evidencia en el análisis de los datos obtenidos en las tablas anteriores, que caracterizan la percepción de los objetos a través de las distancias y la dirección. Operacionalización de la descripción del ambiente La operacionalización toma como referente la descripción que el invidente realiza del ambiente a medida que encuentra nuevos objetos. En la verbalización se cuestiona al sujeto para que, una vez encuentre un nuevo objeto, haga la descripción de la localización, tanto del nuevo objeto como de los otros que ha encontrado previamente. La actualización del espacio que se logra con esta descripción, facilita el registro de la disposición de los objetos, con lo cual se revela el mapa que va construyendo el invidente en la medida en que explora el ambiente.

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Tabla 4.4. Síntesis de los patrones manejados durante la exploración con el dispositivo (DMREI) Participante

Patrón inferido

Sujeto 1

Tendencia a manejar dos tipos de estrategia: cíclica y de rejilla. Se infiere la atención en una sola señal del dispositivo, lo que indica que el individuo concentra la búsqueda a un solo objetivo.

Sujeto 2

Tendencia a manejar la estrategia de rejilla con algún apoyo en el perímetro.

Sujeto 3

Predominio en el manejo de la estrategia de rejilla con apoyo en el perímetro para precisar la localización de los objetos.

Sujeto 4

Tendencia a combinar la estrategia cíclica con la estrategia de perímetro a objeto.

Fuente: elaboración propia La segunda fase de análisis planteada en este proceso deja ver la representación de la disposición que hace el sujeto del ambiente en dos etapas: una es la representación que se abstrae de la verbalización del sujeto durante el aprendizaje, y la otra se relaciona con la precisión en la indicación que hace el sujeto en el ambiente y la elaboración de un modelo a escala de la disposición del ambiente después de que ha sucedido el aprendizaje. Esta última fase se refiere a la externalización del mapa cognitivo del sujeto, tal como lo experimentó Jacobson (1998) en uno de sus estudios. A continuación, se hace referencia al proceso de verbalización, donde se muestran los segmentos que han sido transcritos de la videograbación de uno de los invidentes durante el proceso de actualización del espacio (Loomis et al., 2002; Klatzky et al., 2003), una vez que el sujeto ha encontrado cada uno de los objetos dispuestos en el ambiente. Las expresiones del invidente se identifican por la letra inclinada, y los comentarios que aparecen entre paréntesis corresponden a las observaciones que se hacen viendo la videograbación. •

Segmento que sintetiza los dos primeros objetos:

“La pirámide estaba al lado izquierdo (indica el lugar de estimulación en la matriz); pero entonces hacia acá, a mano izquierda, estaba así en este sentido. El cubo estaba hacia atrás y en el mismo lugar, izquierdo (indica la activación de la matriz)”. •

Segmento que sintetiza los tres objetos encontrados:

“La pirámide estaba acá, al lado izquierdo (indica el lugar de estimulación en la matriz), pero hacia al frente (indica la dirección). El cubo estaba más atrás de la pirámide. El cilindro estaba al lado derecho

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(indica el lugar de estimulación en la matriz), en la derecha, en la parte de arriba (indica la dirección), en la derecha”. •

Segmento que sintetiza cuatro objetos encontrados:

“La pirámide estaba al lado izquierdo (señala el lugar de estimulación), de frente, así (señala la dirección). El cubo estaba acá (señala la dirección), al lado izquierdo también (señala el lugar de estimulación). El cono estaba ahí; no, perdón. El cubo no, era el cilindro. El cilindro estaba acá, derecho y derecho (señala el lugar de estimulación)”. •

En el siguiente segmento, el sujeto hace un balance de toda la trayectoria que recorrió durante la búsqueda de los objetos. Esta descripción permite observar la configuración que realiza del ambiente cuando finaliza su proceso de búsqueda:

“El primer objeto era una pirámide que estaba acá (indica la dirección). Luego había encontrado un cubo que estaba acá, acá atrás (indica la dirección). Luego había girado hacia la derecha y había encontrado un cono que estaba acá (señala el lugar de estimulación) y luego había encontrado un cilindro que estaba acá (señala el lugar de estimulación) y luego había otro cilindro que estaba acá (indica la dirección)”. Figura 4.5. Operacionalización en la búsqueda de objetos

Fuente: elaboración propia

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En el anexo 4 se relacionan los segmentos y la representación a través de vectores de la actualización del espacio de los invidentes que participaron en la experiencia utilizando el dispositivo (DMREI). La figura 4.5 es una representación del proceso de actualización que realiza un invidente cada vez que encuentra un objeto. Esta gráfica reproduce la imagen de la videograbación y compara la verbalización del sujeto expuesta en cada segmento con la imagen de las acciones del sujeto, que han sido tomadas del video. Los vectores representan: la dirección señalada por el invidente respecto de los objetos, el lugar donde el invidente recibe el estímulo en la matriz háptica, y la trayectoria y posición del invidente en el instante que encuentra el objeto y verbaliza su disposición en el escenario. En el análisis de la representación de la disposición espacial del invidente, mostrada en el plano de la figura 4.5, se identifican dos situaciones: una, la actualización de la posición en el espacio por parte del invidente, donde recupera de su memoria la posición de los objetos que ha encontrado previamente (Loomis et al., 2002; Klatzky et al., 2003); esta recuperación es lo que le permitiría orientarse en el entorno; y otra, es el manejo de dos esquemas de codificación: el primero hace referencia a la codificación de la disposición del entorno, que indica la dirección de la ubicación de los objetos que va encontrando; y el segundo se relaciona con la codificación de los estímulos que recibe del dispositivo (DMREI), con lo cual va recordando la distribución de los puntos actuadores que le indican el objeto encontrado. Si se compara la actualización de la disposición del espacio en cada mojón que iba encontrando, se puede considerar que el sujeto hace una buena representación del entorno, salvo alguna equivocación, caso de la actualización en el tercer mojón (figura 4.5), donde se puede atribuir este error al cambio de posición de su cuerpo. Figura 4.6. Representación de la dirección en la disposición de objetos con el dispositivo (DMREI)

Sujeto 1

Fuente: elaboración propia

Sujeto 2

Sujeto 3

Sujeto 4

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La figura 4.6 muestra la síntesis de la representación (a través de vectores) de la descripción que hacen los sujetos cuando han terminado la exploración con el dispositivo (DMREI). Esta representación ha sido obtenida de la videograbación. Su análisis permite inferir el comportamiento de cada sujeto en la actualización del espacio. En el análisis del primer sujeto se visualiza que reconstruye la disposición del espacio, y actualiza, de manera correcta, la dirección de la localización de los objetos. Esto es un indicador que muestra que el sujeto recupera la información para realizar una buena representación espacial del entorno con el uso del dispositivo. En la verbalización se infiere que el sujeto arma su esquema mental a partir de la ubicación de las estimulaciones táctiles. El segundo sujeto muestra una reconstrucción correcta del espacio, indicando la dirección de los objetos. La disposición muestra que el sujeto recuerda la ubicación de los objetos, basándose en una representación configuracional del ambiente, como se deduce de la verbalización. Esta inferencia permite aplicar la estrategia alocéntrica de O’Keefe y Nadel (1978) y asume el planteamiento de Sholl (1996) y Roche et al. (2005) respecto a la configuración del espacio. El conjunto de vectores del tercer sujeto representa la disposición de los objetos que esta persona recuerda. En la verbalización se observa que él se apoya en las coordenadas del ambiente para recordar la localización de los objetos. Esta estrategia le permite ubicarse espacialmente. El cuarto sujeto muestra un sentido de orientación correcto, pero la localización de los vectores se reduce a indicar la posición en una sola dirección; de otra forma, restringe la localización a una sola dirección. Comparando las cuatro representaciones (figura 4.6), se observa que los sujetos actualizan la representación del espacio en cualquier posición de su cuerpo; y, además, con el uso del dispositivo (DMREI), el invidente establece relaciones entre los objetos. Este hecho facilita el manejo de una estrategia alocéntrica (Klatzky, 1997), con la cual se podría realizar una representación de la disposición del espacio explorado por el invidente. La segunda etapa de operacionalización —hecha a través de la indicación de la posición de los objetos, recorriendo el ambiente sin el dispositivo, y la elaboración de modelos a escala— nos permite confirmar la disposición que realiza el invidente del ambiente explorado. Esta etapa se soporta en el planteamiento de Waxman et al. (1993) acerca del mapeo del ambiente y en la experiencia de Gaunet y Thinus-Blanc (1997) y de Hill et al. (1993) relacionada con la modelación de ambientes a escala. Los mapas reproducidos de la videograbación (figura 4.7) muestran la configuración de la disposición de los objetos en el escenario en los dos casos. Las líneas gruesas indican el recorrido del sujeto en el ambiente y el movimiento de las manos en el modelo háptico. Las líneas delgadas indican la

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distancia del objeto desde la posición dispuesta por el experimentador hasta la posición dispuesta por el sujeto. Figura 4.7. Modelos de la disposición del espacio Disposición de objetos en el ambiente

Modelo a escala

Sujeto 1

Sujeto 1

Sujeto 2

Sujeto 2

Sujeto 3

Sujeto 3

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Disposición de objetos en el ambiente

Modelo a escala

Sujeto 4

Sujeto 4

Fuente: elaboración propia Analizando los dos mapas del sujeto 1, se observa una disposición correcta de los objetos, esto confirma la disposición espacial que hace el invidente en el escenario. Este resultado predice la capacidad del invidente para representar la disposición del espacio (Roche et al., 2005). En relación con la precisión de la representación, donde los puntos amarillos simbolizan la disposición de objetos antes de la exploración y los objetos representan la disposición que el sujeto realiza terminada la exploración, se observan errores en el cálculo de distancias, lo cual hace pensar que el invidente no maneja una métrica precisa en la exploración del espacio. Al comparar los dos mapas, se observa que el invidente ajusta la posición de los objetos en la realización el modelo tactil. Probablemente, esto se deba a que el invidente maneja una mayor precisión en el espacio peripersonal —como lo experimentaron Klatzky y Lederman (2003)— y a los límites del entorno que le sirven como parámetros para lograr una mejor ubicación de los objetos en el mapa que elabora. Esto último se asimila a la extensión del límite planteada por Intraub (2004). El sujeto 2 deja ver una disposición muy parecida al sujeto anterior, en la medida en que recuerda la distribución de los objetos en la escena, logrando representar el espacio de una manera coherente, sin manejar una mayor precisión en el cálculo de distancias. El modelo evidencia un ajuste en la ubicación de los objetos, acercándose a la posición original en algunos casos. Además de ver una organización referente a la ubicación, también se visualiza una organización en el orden de colocar los objetos; este factor también se observa en el sujeto anterior, lo cual indica que el sujeto recupera la información de su memoria de forma secuencial para mantener un orden en la manera de organizar los objetos, tal como lo afirma Millar (1994) y lo comprueban Ochaíta y Huertas (1993) cuando investigan acerca de la habilidad que tienen los invidentes para recordar cronológicamente la

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disposición de los objetos. Esta posición es característica del conocimiento basado en la ruta (Roche et al., 2005). Los modelos del sujeto 3, aunque conservan la disposición del espacio, son menos precisos en cuanto al manejo de distancias. Sin embargo, se visualiza que el sujeto organiza una disposición correcta del espacio. El modelo replica la disposición lograda en el ambiente con algunos ajustes en la distribución de los objetos. El sujeto 4 muestra una distribución de los objetos en el espacio que coincide con la orientación dada en la escena propuesta. El manejo de distancias es un inconveniente que se repite, igual que con los sujetos anteriores. Esto lo lleva a reducir el espacio de configuración. En general, si comparamos los modelos y la disposición de objetos en el ambiente de todos los sujetos, se podría pensar que las personas invidentes son capaces de hacer una buena representación del espacio cuando utilizan dispositivos tecnológicos como el considerado en esta investigación. Esta inferencia permite un acercamiento a la representación configuracional del ambiente (Roche et al., 2005). A pesar que los invidentes no manejan con precisión las distancias, la interacción con mapas táctiles para la modelación del espacio, al parecer, ayuda a corregir esta debilidad, lo mismo que a precisar la dirección de localización de los objetivos, tal como lo demostraron Espinosa et al. (1998) y Ungar et al. (1994) en sus investigaciones con el uso de mapas táctiles.

Representación con el bastón clásico La exploración con el bastón se realiza a partir de los estímulos hápticos que recibe el invidente cuando el bastón entra en contacto con algún objeto o con un obstáculo. En este proceso de aprendizaje, el individuo hace barridos con el movimiento del brazo en forma circular de tal forma que pueda explorar con sus manos los objetos que va encontrando en la medida en que recibe señales táctiles del entorno. En este caso, el bastón se convierte en una extensión de su sistema propioceptivo. Así como en el caso anterior, la persona va hablando en voz alta mientras explora el ambiente. Las acciones realizadas y la verbalización son grabadas en función de reproducir todo el proceso gráfico y el reporte verbal. Con la verbalización del sujeto, se busca determinar las estrategias seguidas en el proceso de aprendizaje durante la exploración del entorno con el uso del bastón. La labor de investigación consiste: primero, en analizar las decisiones del sujeto para realizar alguna acción en su desplazamiento, ya sea girando en algún sentido o siguiendo el mismo camino; y, segundo, en establecer los puntos donde el sujeto percibe de manera táctil y encuentra los objetos. A continuación se muestra el análisis de los reportes verbales de uno de los invidentes (Chi, 1997), siguiendo la misma lógica que se utilizó en el análisis con el dispositivo (DMREI).

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Segmentación Tal como en el caso anterior, la segmentación en episodios facilita el análisis de los reportes verbales. Cada episodio representa el proceso que sigue el invidente para encontrar un objeto. Con la misma disposición de objetos en el escenario que en el caso del dispositivo, la segmentación se divide en cinco episodios, correspondientes a los cinco objetos que están dispuestos en el ambiente. El siguiente ejemplo muestra un episodio que identifica la búsqueda de un objeto. P1. Estoy de frente. P2. Giro hacia el lado izquierdo y sigo derecho. P3. Creo que llego a la pared. No, hay un objeto. P4. Es un cubo, es un cilindro. Las proposiciones de este segmento corresponden al proceso que sigue el invidente en la búsqueda de un objeto. Inferencias Tomando las proposiciones anteriores, se procede a constituir inferencias. A partir de la observación de la videograbación, se ajustan las inferencias para ser completadas y validadas. Las proposiciones del ejemplo anterior determinan las siguientes inferencias: I1. El sujeto avanza de frente. I2. El sujeto hace un giro a la izquierda y sigue derecho. I3. Detecta un objeto. I4. Identifica el objeto como un cilindro. Esquema de codificación La lógica de predicados utilizada como base para la codificación establece el mismo esquema que se utilizó para el protocolo con el dispositivo. La siguiente codificación corresponde al episodio anterior: E1. avanza (frente). E2. gira(izquierda) ⇒ localiza ( objeto, frente).

E3. localiza (objeto) ⇒ identifica (objeto, cilindro).

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Con la inclusión de las convenciones de la tabla 4.1, el episodio se abstrae al siguiente formalismo: E1. A (fr) E2. G(iz) ⇒ L(ob, fr)

E3. L(ob) ⇒ I (ob, ci)

Descripción del esquema de codificación La descripción del esquema de codificación con el bastón únicamente se fija en la trayectoria que sigue el sujeto para localizar un objeto. A diferencia del uso del dispositivo (DMREI), con el bastón no existen señales que le indiquen al invidente que existe un objeto cerca o lejos. El hecho de encontrar un objeto se limita a percibirlo en el instante en que este lo toca con el bastón. Esta diferencia le da una ventaja al dispositivo, en tanto que ayuda a anticipar la percepción del objeto, como queda demostrado en las investigaciones de Sarmiento (2003) y López et al. (2005) y se confirma con el estudio de la anticipación perceptual en esta investigación. El fenómeno de la anticipación perceptual es importante, por cuanto el invidente necesita conocer las características espaciales estacionarias y el movimiento de los objetos, lo cual es indispensable para predecir su posición, como lo plantea Foulke (1996) y lo reafirma Llinás (1993), en su concepto sobre la percepción, y Hommel (2005) en su teoría de la percepción y la acción. La trayectoria descrita en cada cláusula del esquema de codificación se señala en el mapa que ha sido reproducido de la videograbación, donde se muestra todo el recorrido seguido por un invidente durante la exploración en el proceso de aprendizaje. La inferencia en el mapa, le da validez a las expresiones que el sujeto manifiesta verbalmente. Esta primera fase de análisis permite confrontar los datos obtenidos del mapa con las cláusulas obtenidas del esquema de codificación en el protocolo, para inferir la estrategia que está siguiendo el sujeto en la búsqueda de los objetos. Las estrategias resultantes toman como referencia la clasificación de Gaunet y Thinus-Blanc (1997) y Hill et al. (1993).

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Tabla 4.5. Caracterización de la percepción del ambiente con el bastón (sujeto) Episodio 1

Episodio 2

Episodio 3

Episodio 4

Episodio 5

C

D

O

C

D

O

C

D

O

C

D

O

C

D

O

P1



---

P4



bo

P7



Bo

P11



Bo

P19



bo

P2

→↓

pa

P5



pa

P8



Bo

P12

→↑

Pa

P20

↓→

bo

P3

→↓

cu

P6



pi

P9

↓←

Bo

P13



Bo

P21

E



ci

E



co

P10

↓→

O

P14

←↑

Pa

P22

↑←

o

E



Co

P15

↓←

Bo

e



cu

P16



Bo

P17



Bo

P18



O

e



Pi

Estrategia episodio 1

Estrategia episodio 2

Estrategia episodio 3 Estrategia episodio 4

Estrategia episodio 5

bo

Tendencia del sujeto a buscar los bordes para reducir el espacio. Tendencia del sujeto a explorar los bordes y regresar al punto de partida. La dirección de desplazamiento indica que el sujeto maneja dos tipos de estrategia: origen a objeto y perímetro. Tendencia a seguir explorando los bordes (estrategia perimetral). Tendencia a seguir explorando el perímetro pasando por el punto inicial. Acá se infiere que el sujeto combina dos tipos de estrategia: perimetral a objeto y cíclica. Tendencia de este episodio a basarse en el perímetro para luego avanzar en la búsqueda del objeto. Este modo de orientación se ubica en la estrategia perímetro a objeto.

Fuente: elaboración propia La tabla 4.5 relaciona la dirección del recorrido (D) y los objetos o mojones encontrados (O), lo mismo que las estrategias que se infieren del análisis del proceso de aprendizaje en todos los invidentes participantes. Cada episodio lo conforman las cláusulas (C) que corresponden a la búsqueda de un objeto. El mapa reproducido de la videograbación representa el recorrido del sujeto.

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La descripción que se representa en el modelo de grafos dirigidos de la figura 4.8 indica el manejo de las estrategias en cada uno de los episodios (E1, E2, En) y los objetos percibidos (ci, pi, etc.) por el invidente. Figura 4.8. Descripción del proceso de percepción con el bastón de un sujeto

ci

co

co

pi

cu

E1

E2

E3

E4

E5

frontal

origen a obj.

perímetro

perím. a obj.

cíclica

Fuente: elaboración propia Patrón identificado De la misma manera que el uso del dispositivo (DMREI), el patrón identificado en el proceso de exploración de cada invidente, utilizando el bastón, está relacionado con la tendencia a manejar un tipo de estrategia (ver tablas de caracterización de los objetos). Los mapas reconstruidos de la videograbación validan el uso de estrategias. La tabla 4.6 muestra los patrones inferidos en la exploración de los invidentes. Tabla 4.6. Síntesis de los patrones manejados durante la exploración con el bastón Participante

Patrón inferido

Sujeto 1

El manejo de la estrategia de perímetro a objeto prevalece en el desarrollo de la exploración. Esto indica que la persona se apoya en los límites del entorno para orientar su proceso de búsqueda.

Sujeto 2

La exploración aleatoria de esta persona evidencia el uso de una estrategia cíclica apoyada en el perímetro. La prevalencia de la búsqueda está en la exploración circular con un aumento del radio de acción.

Sujeto 3 Sujeto 4

La fijación en el proceso de exploración de estos dos individuos es muy similar. Su comportamiento deja ver una estrategia perimetral, lo cual hace suponer que la persona recupera la posición del punto de partida y se apoya en los mojones limítrofes; esto también sería un indicador del manejo de una estrategia cíclica.

Fuente: elaboración propia

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Operacionalización de la descripción del ambiente En la exploración con el bastón, se cuestiona al invidente de la misma forma que se hizo con el dispositivo (DMREI) para que haga la descripción de la localización de los objetos. El registro de esta descripción revela el mapa que va construyendo en la medida en que explora el ambiente (Waxman et al., 1993). Este proceso se incluye en la actualización del espacio (Loomis et al., 2002 y Klatzky et al., 2003), donde el sujeto va actualizando su representación a medida que descubre un nuevo objeto. Esta segunda fase de análisis, al igual que en el dispositivo, se explicita de dos formas: una es la representación que se abstrae de la verbalización del invidente durante el aprendizaje; y la otra se relaciona con la precisión, tanto en la ubicación de los objetos en el escenario real, como en la elaboración de un modelo a escala, después del proceso de aprendizaje. Para esta fase, el sujeto externaliza su conocimiento sobre el ambiente (Jacobson, 1998). Un ejemplo de la transcripción de los segmentos de uno de los invidentes se describe a continuación: •

Segmento que describe el primer objeto encontrado:

“De frente, girando hacia el lado izquierdo, estaba el cilindro”. •

Segmento que sintetiza dos objetos encontrados:

“El cono estaba girando a la izquierda. El cilindro estaba al lado izquierdo”. •

Segmento que sintetiza tres objetos encontrados:

“Por el centro, hacia el lado izquierdo, estaba el cono. El cilindro y el otro cono estaban al otro lado”. •

Segmento que sintetiza cuatro objetos:

“Al frente estaba la pirámide. El cubo estaba al lado izquierdo. Las otras figuras estaban en el lado izquierdo”. •

En el siguiente segmento, el sujeto hace un balance de toda la trayectoria que recorrió durante la búsqueda de los objetos. Esta descripción es una síntesis que realiza el sujeto de la configuración del ambiente:

“La pirámide se encontraba al frente, el cubo a la izquierda, el cilindro y un cono estaban al lado izquierdo. Por el centro estaba el otro cono”.

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Figura 4.9. Actualización en la búsqueda de objetos con el bastón

Fuente: elaboración propia La figura 4.9 muestra la actualización que hace el invidente durante el proceso de búsqueda. Esta gráfica ha sido reproducida de la videograbación y corresponde a los segmentos anteriores. Los vectores representan la dirección que señala el sujeto de los objetos y la trayectoria y posición del sujeto en el momento en que encuentra el objeto y verbaliza su disposición. Al analizar la representación de la disposición espacial de la figura 4.9, se puede inferir que el invidente maneja la orientación de la disposición de los objetos de acuerdo con la dirección que lleva en su desplazamiento. Esto hace suponer que la actualización del espacio se da en función de la posición del cuerpo (egocéntrico), es decir, la ubicación de los objetos depende de parámetros egocéntricos (Klatzky, 1997; O’Keefe y Nadel, 1978). Además, el conocimiento que maneja está basado en los obstáculos que encuentra en su camino; esto se asimila a las características del conocimiento basado en la ruta (Roche et al., 2005) y retoma la importancia de los mojones para organizar información espacial, como lo plantean Golledge (1999) y Couclelis et al. (1987). La figura 4.10 muestra la síntesis de la actualización que hacen los invidentes cuando han terminado la exploración. Esta representación ha sido obtenida de la videograbación. El análisis de estas representaciones permite inferir el comportamiento de cada sujeto en la disposición espacial del ambiente.

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Figura 4.10. Representación de la dirección en la disposición de objetos con el bastón

Sujeto 1

Sujeto 2

Sujeto 3

Sujeto 4

Fuente: elaboración propia En el análisis del primer sujeto, se visualiza que reconstruye la disposición del espacio, señalando algunos errores en la dirección de la localización de los objetos. Este indicador muestra que el sujeto actualiza la disposición de los objetos basándose en la posición de su cuerpo (conocimiento de ruta), sin tener en cuenta la configuración del ambiente (conocimiento configuracional). El segundo sujeto indica la dirección de los objetos desde la posición de su cuerpo. A pesar de haber hecho una búsqueda al azar, como lo indica el mapa de navegación, el sujeto recuerda el sentido de los objetos, como quedó demostrado en las investigaciones de Loomis et al. (2002) y Klatzky et al. (2003) respecto a la actualización del espacio, donde se demuestra que los invidentes son capaces de actualizar el espacio. Con relación al ángulo de posición de los objetos, existen ciertos sesgos, lo cual hace suponer que esto se deba a la forma de procesamiento de información, como lo demostraron los estudios de Loomis et al. (2002) y Klatzky et al. (2003), donde se evidenció que el tipo de procesamiento podría influir en la calibración del movimiento del invidente. El mapa del tercer sujeto maneja bien el sentido donde se encuentran los objetos, apoyándose en mojones conocidos como el punto de inicio. Esto plantea el manejo de una estrategia de integración del camino, mediante la cual, el sujeto es capaz de reconocer el punto de destino, reconstruyendo los segmentos que establece en cada actualización para identificar mojones conocidos previamente y orientarse en su desplazamiento (Loomis et al., 1999; Etienne, 1992; Mittelstaedt y Mittelstaedt, 2001). Tal como el sujeto anterior, tiene ciertos sesgos en el ángulo de posición de los objetos. Este factor, una vez más, confirma que el sujeto es capaz de actualizar el espacio.

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El cuarto sujeto actualiza el espacio tomando como referencia la posición de su cuerpo. Se observa que el sitio donde encuentra el último objeto le sirve como referencia para orientarse e indicar la posición de otros objetos. Existen errores en la dirección de algunos objetos. Probablemente, esto se deba a la rotación de la posición de su cuerpo. Al comparar las cuatro representaciones, se observa que los sujetos reconstruyen la disposición de los últimos objetos encontrados. El uso del bastón los limita a encontrar los objetos únicamente cuando los tocan. No existe un manejo de la anticipación perceptual que les permita orientarse en el desplazamiento. Las pocas relaciones que establecen entre objetos se dan con un conocimiento previo de mojones que les sirven como puntos de referencia. La actualización del espacio se da en función de los últimos objetos que el sujeto recuerda. Este hecho evidencia una representación egocéntrica.3 La segunda etapa de operacionalización, a través de la elaboración de modelos a escala y la reconstrucción de la disposición en el ambiente, evidencia la representación que recuerda el sujeto. Los mapas muestran las dos formas de configuración de la disposición de los objetos en el ambiente. Tras analizar la configuración del espacio en los mapas reconstruidos por el sujeto 1 (figura 4.11), se visualiza una imprecisión tanto en el manejo de distancia como en la localización de algunos objetos. La caracterización coincide con la descripción verbal, lo cual confirma que la disposición espacial del invidente se basa en su posición egocéntrica. Este resultado hace pensar que una persona, cuando explora el ambiente, tomando como referencia su cuerpo, es menos precisa en la actualización del espacio. De la misma manera, coincide con los resultados de Jacobson (1998), en el sentido de que existe mayor eficiencia en cuanto a precisión para el manejo de la configuración del espacio con el uso de dispositivos, a diferencia de la utilización del bastón. Probablemente, esto se deba a que existe mayor información con la anticipación perceptiva que genera el dispositivo, lo cual genera una mejor representación del espacio. El segundo modelo del sujeto 2 se aproxima a hacer configuraciones parciales del entorno. Los mapas evidencian el manejo de la disposición de máximo dos objetos. De manera probable, se pensaría que el sujeto hace una configuración del espacio con los últimos objetos que recuerda. Por otro lado, existe el supuesto de que su actualización del espacio se relaciona con la última información que tiene en su memoria, lo cual podría indicar que este sujeto no construye una representación configuracional.

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Figura 4.11. Modelos de la disposición del espacio con el bastón Disposición de objetos en el ambiente

Modelo a escala

Sujeto 1

Sujeto 1

Sujeto 2

Sujeto 2

Sujeto 3

Sujeto 3

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Disposición de objetos en el ambiente

Modelo a escala

Sujeto 4

Sujeto 4

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Fuente: elaboración propia El tercer sujeto mejora considerablemente su representación. Al parecer, su actuación coincide con la forma de exploración de la escena y la disposición de los objetos. Se puede apreciar que el sujeto maneja una estrategia de perímetro en el proceso exploratorio del entorno real, lo cual le permite identificar los límites y los mojones que encuentran cercanos. Esto quedó demostrado en la reproducción del mapa de navegación. El recuerdo de este marco de referencia alocéntrico (Klatzky, 1997), le permite ubicarse espacialmente para realizar una mejor representación. Se observa que el recorrido que hace para reconstruir la escena se basa en los límites del entorno, lo cual confirma la tesis de Intraub (2004), en lo que se refiere a la extensión del límite para recordar escenas exploradas anteriormente. El cuarto sujeto, a pesar de realizar una exploración del entorno con el manejo de una estrategia perimetral, su reconstrucción en el escenario y en el mapa táctil, se distancia de la configuración real de la escena. Al igual que el sujeto 2, este individuo realiza una configuración parcial, ubicando de manera correcta un máximo de dos objetos. Se deduce que el hecho de que hubiese utilizado la misma estrategia del sujeto 3, no lo llevó a hacer una buena representación. Probablemente, esto se debe a la forma de reconstruir la escena; mientras que el sujeto anterior replica la estrategia que utilizó en la fase exploratoria para reconstruir la escena, este sujeto cambia de estrategia, lo cual lo lleva a diferenciar su representación respecto del sujeto 3.

Diferencias entre el uso del bastón y el uso del dispositivo El manejo de la anticipación perceptiva es un factor relevante en la configuración del espacio; este manejo es diferente en los dos dispositivos. Mientras que el DMREI ayuda a anticipar los obstáculos en el entorno y el resultado, en cuanto a la configuración del espacio, es mejor; con el bastón existe una anticipación percep-

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tiva muy baja que se creería, obedece al recuerdo de mojones y, por tanto, se prevé que existe una representación espacial menos precisa. Probablemente, cuando el invidente anticipa su entorno, existe un mayor procesamiento de información que genera un mejor aprendizaje, es decir, existe una mejor compilación del conocimiento del ambiente. Cercano a los trabajos de Loomis et al. (2002) y Klatzky et al. (2003), las imágenes espaciales formadas con el uso del bastón podrían ser más frágiles, razón por la cual requerirían mayor procesamiento de información para actualizarse. Esta demanda podría influir en el mejoramiento de la representación espacial del invidente, lo cual originaría un sesgo en la disposición de los objetos. El uso del dispositivo resulta ser una ayuda para organizar la manera de configurar el ambiente el sujeto. Los estímulos emitidos por este sistema que indican la presencia de mojones en el entorno, son memorizados por el invidente de tal forma que, al recordarlos, se puede hacer una mejor configuración del espacio; esto queda demostrado en la elaboración de los mapas y el análisis de la verbalización. El manejo de estrategias es un componente importante en la representación del espacio que diferencia la utilización del dispositivo respecto de la utilización del bastón. Las investigaciones de Gaunet, Martínez y Thinus-Blanc (1997) y Hill et al. (1993), mostraron que el manejo de una variedad de estrategias consolida una mejor representación del espacio. Basados en estos resultados, y de acuerdo con el análisis de los mapas de navegación y los reportes verbales, se logra probar que el uso del dispositivo genera el manejo de una mayor variedad de estrategias a diferencia del bastón. Tabla 4.7. Diferencias entre el uso del bastón y el uso del dispositivo Diferencias Característica

Posición teórica

Dispositivo (DMREI)

Anticipación perceptual (Foulke, 1996; Llinás, 1993; Hommel, 2005).

La anticipación perceptual se mide a partir del alcance del espacio observado de manera inmediata y el espacio remoto que determina la detección de mojones. La construcción de la representación del espacio se da a partir de la integración de las percepciones seriales de hechos espaciales.

Existe un aumento de la anticipación perceptiva debido a los estímulos recibidos de la detección de objetos. Esta ventaja le permite al invidente seleccionar una ruta determinada para acercarse a objetivos próximos.

Bastón clásico La anticipación depende del recuerdo de mojones que sirven como puntos de referencia tales como bordes, esquinas, etc.

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Diferencias Característica

Posición teórica

Dispositivo (DMREI)

Estrategias comportamentales (Gaunet, Martínez y Thinus-Blanc, 1997; Hill et al., 1993).

Las estrategias comportamentales se relacionan con la manera como las personas conocen su ambiente y solucionan problemas espaciales. Esta conducta se manifiesta en la secuencia de comportamientos, decisiones y actividades metacognitivas de la persona cuando explora la disposición espacial del entorno.

Transfiriendo la clasificación de estrategias se evidencia el manejo de una variedad de estas.

La estrategia más común es la exploración cíclica y de perímetro, lo cual es una limitante en la modelación del espacio.

Estrategias de codificación (O’Keefe y Nadel, 1978; Klatzky, 1997; Millar, 1994).

Las estrategias de codificación establecen la forma como la información espacial es codificada en la memoria. Este proceso tiene que ver con los tipos de señales que son utilizados, casos en los cuales las localizaciones se codifican respecto al cuerpo del individuo, relativas a la localización de una señal simple o en relación a un marco de referencia espacial externo.

Aunque existe una dependencia al aparato (estrategia egocéntrica), se evidencia el manejo de relaciones espaciales entre los objetos y una configuración más precisa del ambiente, lo cual se acerca a una estrategia alocéntrica.

La estrategia egocéntrica es característica de la actualización del espacio.

Variedad de información en la representación espacial (ThinusBlanc y Gaunet, 1999; Golledge, 1993; Jacobson, 2002).

La habilidad para inferir información de decisiones espaciales depende del procesamiento y síntesis de la información espacial de una variedad de situaciones a diferentes escalas. La variedad de información que es transferida por el uso de mapas táctiles y señales de dispositivos conlleva a lograr mejores realizaciones en lo relacionado con representación configuracional y manejo del espacio.

Los estímulos recibidos generan una mayor variedad de información en cuanto a dirección y orientación al objetivo.

La información es reducida y se limita al contacto con el objeto o mojón que va descubriendo en el camino.

Disposición del entorno (Wang y Brockmole, 2003; Fletcher, 1980; Ochaíta y Huertas, 1993).

La disposición del espacio depende del conocimiento preciso de la orientación con relación a los objetos.

La disposición del entorno es más precisa y reconstruye la localización de los objetos.

Existe un sesgo en la configuración del entorno en razón a que los objetos se distancian del punto original.

Bastón clásico

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Diferencias Característica

Posición teórica

Dispositivo (DMREI)

Actualización del espacio (Loomis et al., 2002; Klatzky et al., 2003).

La actualización del espacio se relaciona con la habilidad de las personas para codificar y aprender la disposición de múltiples localizaciones del espacio, relativas a un origen común y entonces actualizar espacialmente su posición relativa a las localizaciones mientras ellos caminan.

Se orienta con las señales del dispositivo, con lo cual existe una recuperación de la posición de la mayoría de los objetos.

La actualización se limita a recordar los últimos objetos encontrados.

Procesamiento de información (Goodale y Humphrey, 1998).

La percepción es un sistema de procesamiento de información que sirve para identificar los objetos y sus relaciones espaciales y temporales. Esta posición se adapta al procesamiento de estímulos que provienen de los medios tecnológicos y transportan información del entorno.

Existe un mayor procesamiento de información debido a la anticipación perceptual.

La información procesada por el invidente está limitada al descubrimiento de los objetos y mojones que esta persona va encontrando en la exploración del entorno.

Estímulos recibidos (Golledge, 1993).

El conocimiento de lugares en el ambiente se da a través de una variedad de estimulación de nuestros sentidos.

Los estímulos se incrementan en razón a la detección de objetos producto del enfoque del dispositivo.

El estímulo táctil del bastón es el único elemento que transfiere información del entorno.

Bastón clásico

Fuente: elaboración propia La variedad incluía el manejo de estrategias de rejilla, adelante-atrás, perímetro a objeto, cíclicas, entre otras. En la utilización del bastón predominó el manejo de estrategias cíclicas y de perímetro. Con el dispositivo se observó la tendencia a combinar una mayor variedad de estrategias. Esto confirma la tesis de Gaunet et al. (1997) y Hill et al. (1993), según la cual las mejores realizaciones se logran con el manejo de diversas estrategias, tarea que se logra con el dispositivo. A partir de la clasificación de O’Keefe y Nadel (1978), y Klatzky (1997), respecto al manejo de estrategias alocéntricas y egocéntricas, se puede observar que, a pesar de que los invidentes son egocéntricos, como lo afirma Millar (1994), el manejo del dispositivo por parte de los invidentes mejora la posibilidad de establecer relaciones entre los objetos. Esta característica hace parte de una estrategia alocéntrica. Al parecer, el uso del dispositivo ayuda a consolidar el manejo de estrategias alocéntricas.

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La variedad de estímulos que el invidente recibe del dispositivo genera un mayor procesamiento de información, lo que probablemente implica una mejor codificación del espacio explorado. Como consecuencia de esto, existe una disposición de los objetos más precisa cuando se utiliza el dispositivo, tal como quedó demostrado en la reconstrucción de los mapas de los invidentes. En relación a la actualización del espacio tratada por Loomis et al. (2002) y Klatzky et al. (2003), el uso del dispositivo (DMREI) ayuda al invidente a localizar correctamente los objetos. Esto se suma a la cantidad de objetos reconocidos en cada punto de actualización. La tabla 4.7 resume las diferencias entre el uso del dispositivo y el uso de bastón.

R EpR ESENTACIÓN

DEL ESpACIO CON m A pA S TáCTILES

Una forma complementaria de ver la disposición que una persona hace del espacio tiene que ver con la exploración de modelos hápticos. El desarrollo de esta investigación incluye la exploración háptica en modelos a escala. El trabajo del invidente consiste en el entrenamiento sobre un mapa táctil y la integración del conocimiento adquirido, en función de abstraer la disposición del mapa para replicar este modelo en un plano o tablero. Esta forma de ver la representación que hace una persona invidente, permite comparar el nivel de precisión con respecto a la representación espacial, lograda en la exploración del espacio real (extrapersonal) y que se visualiza a través del modelo a escala realizado por el invidente, una vez ha terminado la exploración de este espacio real. Para hacer el análisis, se emplean las representaciones de los cuatro sujetos que participaron en la experiencia con el dispositivo (DMREI) y el bastón. La figura 4.12 muestra la reproducción del proceso de aprendizaje y la recuperación de la memoria de los sujetos. Los mapas son reproducidos de la videograbación. El estudio que hacen los invidentes de los mapas táctiles ofrece una posibilidad de análisis, donde se visualizan algunas estrategias que se aproximan a la manera como los sujetos aprenden acerca de la disposición espacial. Este tipo de estrategias se clasifican teniendo en cuenta la definición de Hill et al. (1993) y Gaunet y Thinus-Blanc (1997) con respecto al manejo de estrategias en la exploración del espacio. Al observar las reproducciones de la figura 4.12, se pueden identificar algunos patrones del movimiento de las manos.

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Figura 4.12. Exploración de mapas táctiles Proceso de aprendizaje

Proceso de recuperación

Sujeto 1

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Sujeto 2

Sujeto 2

Sujeto 3

Sujeto 3

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Proceso de aprendizaje

Proceso de recuperación

Sujeto 4

Sujeto 4

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Fuente: elaboración propia El sujeto 1 evidencia el manejo de dos tipos de estrategia en su proceso de aprendizaje: adelante-atrás y perímetro a objeto. De acuerdo con el movimiento de sus manos, se apoya en la posición de un objeto para calcular la posición de otros objetos. Esta acción podría considerarse dentro del marco de referencia cinestésico planteado por Klatzky y Lederman (2003), según el cual, el invidente regresa a posiciones aprendidas para alcanzar nuevas posiciones. El manejo de parámetros configuracionales, también considerados por Klatzky y Lederman, es otro aspecto que se demuestra, teniendo en cuenta que existe una mínima variación de la distancia con relación a la posición original de los objetos y su dirección. Esto se hace evidente en el modelo de recuperación de la disposición del espacio del invidente, donde el individuo es capaz de hacer una representación global del espacio con sesgos menores en cuanto a distancia y dirección de ubicación. El estudio de Jacobson (1998) muestra esta capacidad de las personas ciegas en el aprendizaje geográfico del espacio. Un aspecto final en la representación es el manejo de los límites del entorno para calcular la posición de los objetos (Intraub, 2004). Al parecer, esta estrategia le permite al individuo recordar la posición de los objetos, como lo muestra el mapa que reconstruye la invidente. El sujeto 2 maneja una estrategia cíclica combinada con una estrategia de adelante-atrás. En algunos casos acude a los límites del entorno. A partir de esta visión se puede inferir que esta forma de explorar el escenario, le permite al invidente reafirmar su aprendizaje, lo cual se evidencia en la precisión que maneja al reconstruir la escena. Su marco de referencia cinestésico nuevamente se caracteriza por los continuos movimientos adelante-atrás de sus manos que le sirven como apoyo para repasar la disposición de la escena. Al igual que el caso anterior, esta

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persona es capaz de recordar los lugares con bastante precisión, enmarcando su modelo en el manejo configuracional del espacio. La reproducción del sujeto 3 muestra la utilización de un mayor número de estrategias que los casos anteriores. Este invidente combina varias estrategias que dispone a través de la exploración del entorno. El rastreo de la escena deja ver el manejo de estrategias como la cíclica que se combina con los límites del entorno en el proceso de localización. De la misma manera, el individuo utiliza la estrategia de origen a objeto y adelante-atrás para regresar al punto de partida, donde se ubica espacialmente. Esta persona reconstruye con mayor precisión la disposición de la escena que los invidentes anteriores. Probablemente, esto se deba a la variedad y al tipo de estrategias manejadas, como lo plantean en su investigación Hill et al. (1993), quienes encontraron que los mejores realizadores tendían a emplear una amplia variedad de estrategias en la representación mental del espacio. El sujeto 4 maneja estrategias muy parecidas a las del sujeto 1, en cuanto a que utiliza los límites del entorno para el aprendizaje de la ubicación de los objetos. En algunos casos combina esta estrategia con el movimiento de sus manos adelante-atrás, lo cual hace pensar que el manejo de una menor variedad de estrategias, sea menos eficiente para la disposición de objetos en el escenario, suposición que podría confirmar la hipótesis del sujeto anterior. En general, si observamos los mapas de todos los sujetos, se puede inferir que el uso de mapas táctiles faculta a los invidentes a crear representaciones globales del espacio con bastante precisión. Esto reafirma lo demostrado por Jacobson (1998) en que las personas ciegas son capaces de desarrollar conocimiento configuracional utilizando este tipo de herramientas. Otro elemento importante en el análisis con el uso de mapas táctiles es que los sujetos manejan sistemas de referencia cinestésicos y extrínsecos para precisar la localización de los objetos. Esto se observa en la manera de explorar el entorno, donde manejan procesos cíclicos y repasan la ubicación de objetos a partir del cálculo de posición que logran con el contacto de sus dedos, cuando repiten varias veces el movimiento de sus manos, desde la posición de un objeto hasta la posición de otro que se encuentra más cercano. El análisis se compara con el planteamiento de Klatzky y Lederman (2003), quienes confirman que la representación cinestésica lleva al invidente a retener información precisa de la ubicación de los objetos, lo cual ayuda a recuperar la disposición del espacio. Con relación al manejo de los límites del entorno, como lo señala Intraub (2004), se puede ver de manera general que los invidentes utilizan este conocimiento para ubicarse espacialmente y, de esta forma, poder calcular con precisión la localización de los objetos. La recuperación de la disposición de los objetos, centrada en la extensión del límite, es un proceso que se evidencia en la reconstrucción de los mapas mostrados en la figura 4.12.

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Respecto a la geometría del espacio manejada en la exploración de mapas táctiles, los sujetos consideran conceptos de linealidad que les sirven como patrones para establecer relaciones entre objetivos. La caracterización de estos patrones geométricos se da con la exploración táctil, donde se indaga a los sujetos para que manifiesten de manera verbal la relación espacial que conserva la posición de los objetos. Una primera instancia de estos patrones es el manejo del concepto de diagonal y línea recta para establecer la relación entre dos objetos. El siguiente segmento del protocolo correspondiente al sujeto 1, indaga acerca de la posición de dos objetos: “Esto es un cono y está diagonal al cilindro”. Un ejemplo del manejo del concepto de línea recta se da en la siguiente proposición del sujeto 3: “El cono con respecto al cilindro estaba en línea recta, por la misma línea, o sea, estaba un poco más arriba. El cubo y el cono estaban en diagonal”. Una segunda instancia usa el concepto de vértice o esquina para manejar la posición de un objeto. El siguiente párrafo del sujeto 3 incluye el manejo de este concepto: “Entonces, acá en la esquina derecha hay un cilindro, al frente hay un cono. Sigo por la derecha, hay otro cono. Volteo así diagonal, hay otro cubo. Luego sigo por la parte de arriba, hay una pirámide”. Una tercera instancia se refiere a la configuración geométrica del espacio a partir de la ubicación de los objetos y el manejo de distancias. El siguiente ejemplo ha sido tomado de la indagación que se realizó al sujeto 2, una vez finalizó su exploración del mapa táctil. “El cono, con respecto a la pirámide, está como en diagonal. El cubo está al frente de la pirámide. El otro cono está diagonal al cubo. El cilindro, con respecto al cubo, está en diagonal, a una distancia grande. Las otras distancias son también grandes, pero yo creo que la más retirada es la distancia del cubo y el cilindro, después sigue la distancia del cilindro a la pirámide, después sigue la distancia del cilindro al cono, después está la distancia del cilindro al otro cono. La más cercana es esta última”. Una cuarta instancia define la posición de los objetos en función del espacio libre. Un ejemplo de esta instancia se evidencia en la descripción que hace el sujeto 4 de la posición de un objeto:

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“Cuando uno tiene memorizado la posición de una figura, uno ve cuánto espacio queda, uno explora cuánto espacio queda en el tablero. Depende del espacio, uno lo coloca ahí y para que usted se oriente, por ejemplo, esta pirámide se pone aquí, va en sentido diagonal, o sea, queda así. Usted se imagina su diagonal y la diagonal es así hacia el fondo”. La caracterización de estas instancias, producida por el manejo de conceptos espaciales, tipifica la capacidad de los invidentes de reconocer patrones geométricos, como lo demostraron Arno et al. (2001) en su experiencia con el computador y el dispositivo óptico. Con la exploración del mapa táctil, se puede hacer una comparación que incluya el entorno real. Esta comparación define dos ambientes diferentes: la exploración de un entorno real y la exploración del mapa táctil. A partir de esta comparación, se evidencia que el aprendizaje es más efectivo con la utilización del mapa, como lo demuestran las investigaciones de Espinosa et al. (1998) y Ungar et al. (1994). De la misma forma, si observamos la elaboración de modelos como resultado del proceso de exploración del entorno y el proceso de exploración del mapa táctil, podemos observar que no existe una transferencia de conocimiento de un ambiente a otro y, por tanto, la representación espacial en ambos casos es diferente, lo cual coincide con la investigación de Wang y Brockmole (2003) con respecto al manejo de escenarios anidados.

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Los resultados generales de esta investigación se resumen en la comparación de las representaciones espaciales del entorno que externalizan invidentes congénitos a través de la descripción verbal y elaboración de mapas táctiles, cuando son estimulados de manera háptica con un dispositivo mecatrónico (DMREI) y con el bastón clásico. Los resultados del análisis dejan ver que se obtiene una representación espacial con la ayuda del bastón clásico; esta representación es aumentada con la ayuda del DMREI. En este enfoque existe una comparación entre el uso del bastón y el uso del dispositivo mecatrónico DMREI en la representación espacial del invidente. Las conclusiones se centran en estos resultados para demostrar que existen diferencias en la manera como las personas invidentes representan el espacio, utilizando los medios tecnológicos ya referidos. Estos hallazgos se sustentan en una serie de estudios relacionados con literatura específica que muestra una articulación entre la investigación de procesos mentales de personas invidentes y las teorías sobre representación espacial. Cabe mencionar los resultados obtenidos en esta investigación sobre el proceso de actualización y disposición espacial que coinciden con los estudios de Loomis et al. (2002), Klatzky et al. (2003), Noordzij y Postma (2005), Wang y Brockmole (2003), Fletcher (1980), Ochaíta y Huertas (1993); el análisis de los mapas obtenidos de la videograbación sobre la disposición del entorno asimilables a los estudios de López et al. (2005), Jacobson

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(1998), Gaunet, Martínez y Thinus-Blanc (1997), Hill et al. (1993); el razonamiento sobre el uso de mapas táctiles que toman parámetros de las investigaciones de Klatzky y Lederman (2003), Espinosa et al. (1998), Ungar et al. (1994); el análisis de la anticipación perceptual apoyado en las tesis de Foulke (1996), Llinás (1993), Hommel (2005); y la identificación de estrategias en el proceso de exploración del ambiente por parte del invidente que se identifican con las experiencias y aportes teóricos de O’Keefe y Nadel (1978), Klatzky (1997), Millar (1994), Gaunet, Martínez y Thinus-Blanc (1997) y Hill et al. (1993).

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Para responder al objetivo de la investigación con relación a las diferencias en la representación espacial lograda, por un lado, con el uso del bastón y, por otro, con el uso del bastón más el dispositivo, se acude al desarrollo metodológico y al análisis del proceso seguido por los invidentes en la exploración del entorno diseñado para esta experiencia. Por una parte, se toma como elemento de análisis el estudio de la descripción verbal; y, por otra, el estudio de la descripción gráfica. Comparados estos dos elementos, se pudo concluir que uno convalida al otro. Mientras se piensa que la descripción verbal se asimila a la subjetividad del análisis de los datos, la reproducción gráfica reduce el nivel subjetivo de estos, para aproximarse a un grado de consistencia válido en el estudio. Esta manera de convalidar el proceso metodológico aplica las estrategias de Ericsson y Simon (1993), Chi (1997), y los trabajos de Maldonado (2001) y López et al. (2005), relacionados con el análisis de reportes verbales en el estudio de la representación espacial. Los pasos del método se asimilan al desarrollo de dos etapas de análisis: la primera se relaciona con la codificación y tabulación de distancias para describir el proceso de anticipación perceptual y definir las estrategias comportamentales, seguidas por el invidente en el proceso de exploración del ambiente; la segunda se refiere a la operacionalización de las reproducciones obtenidas de la videograbación para determinar el estado de actualización del espacio y comparar la representación del espacio en la reconstrucción que el invidente hace de la escena, tanto en el ambiente como en el mapa táctil. Esta transferencia del método de análisis de reportes verbales al análisis de la representación espacial como resultado de esta investigación, se proyecta como un aporte significativo en el campo metodológico.

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DE L A R EpR ESENTACIÓN ESpACI A L

DESDE EL puNTO DE v ISTA CIENTíFICO

El marco científico de esta investigación se refiere al estudio de la representación espacial a partir del procesamiento de información en el cerebro, resaltando órganos como el hipocampo que cumple una función relevante en el proceso mental de

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los invidentes. Una instancia del rol del hipocampo se da en la actualización del espacio, donde la persona invidente integra los elementos que va encontrando en su camino para elaborar el recuerdo del lugar explorado y, de esta forma, actualizar su posición en el entorno. Este comportamiento evidenció la manera como los invidentes recordaban lugares y objetos. Otro aspecto que fundamenta el estudio de la representación espacial es el funcionamiento del sistema de percepción para suministrar información espacial, formulado por Goodale y Humphrey (1999), y Foulke (1996). En esta tarea, el estudio de la anticipación perceptiva puso en evidencia que el uso del dispositivo DMREI es un elemento eficaz en los procesos de anticipación del invidente, lo cual se acerca a la hipótesis sobre el aumento de la anticipación perceptual. Desde la anticipación perceptiva surge un aspecto importante que es necesario resaltar como una conclusión de esta investigación: es el proceso de afinamiento de la atención, visto en el análisis de las distancias, lo cual le permite al invidente acercarse al objetivo. De acuerdo con la teoría de Hommel et al. (2005) sobre planeación y control de la acción, se pudo inferir en el análisis que el sujeto integra los movimientos de su cuerpo a los estímulos recibidos del dispositivo (DMREI). En este sentido, se considera que existe una extensión de sus sentidos propioceptivos generada por el aparato para producir una acción que conduce al invidente a localizar los objetos. Este planteamiento se considera una hipótesis plausible. Los datos sobre distancia mostraron que existe una exploración inicial, al azar, que luego se va afinando hasta lograr un acercamiento en el que el sujeto reconoce el objeto. Este comportamiento sugiere el desarrollo de tres etapas en el proceso de anticipación perceptual: una de adaptación al dispositivo, una de regulación del proceso y una de afinamiento de la atención. Analizando los datos sobre reconocimiento de objetos, se podría pensar que la etapa de afinación se desarrolla en dos fases: una fase de aprestamiento o preparación y una fase de selección de objetivos. Estas observaciones llevan a concluir que hipotéticamente existe un proceso de aprendizaje que se logra con la integración de eventos perceptuales en el proceso de afinamiento de la atención y que se va consolidando en la medida en que el sujeto adquiere experiencia. Esto coincide con los dos principios de aprendizaje: contigüidad y contingencia, planteados por Hommel (2005) en la integración de los códigos de la acción y los eventos perceptuales. Con relación a la carga cognitiva, se pudo evidenciar que, en la medida en que aumenta el nivel de complejidad (mayor número de obstáculos), existe un mayor esfuerzo cognitivo y la atención aumenta, pero es más dispersa. Cuando se reduce el número de obstáculos, existe un menor esfuerzo cognitivo, y, aunque el nivel de atención se incrementa, se puede afirmar de manera hipotética que se da un afinamiento de la atención. Esta inferencia supondría un mayor procesamiento cognitivo, cuando se exploran ambientes complejos y, a causa de este esfuerzo, el nivel de atención se haría más disperso.

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Una conclusión importante de esta investigación centra su atención en la diferencia entre el uso del bastón clásico y el uso del dispositivo (DMREI). Mientras el bastón se convierte en un elemento que transfiere información por un solo canal, a partir de una distancia equivalente a su longitud, el dispositivo, con su alcance, transfiere información por varios canales, enriqueciendo la variedad de estímulos para ser procesados por el invidente. El logro de representaciones más precisas del espacio de invidentes, utilizando el dispositivo (DMREI), es un aporte importante a la primera hipótesis considerada en los siguientes términos: la representación espacial derivada de la utilización de un dispositivo mecatrónico (DMREI) difiere de la derivada del uso del bastón clásico, por cuanto el dispositivo genera una representación más precisa del entorno. Esta diferencia se hace visible en el mayor flujo de información que le permitió al invidente precisar el mapeo del espacio. Este resultado quedó demostrado en la estimulación táctil que provenía del dispositivo, indicando la presencia de objetos a varias distancias, lo cual confirma lo hallado en los trabajos desarrollados por Sarmiento (2003) y López et al. (2005), cuyas experiencias fueron realizadas con el mismo medio tecnológico. Como una síntesis de esta conclusión, podemos considerar a manera de hipótesis que con el uso del dispositivo se pueden canalizar los estímulos que le permiten al invidente seleccionar la información, facilitar su procesamiento cognitivo y reducir su esfuerzo mental. Para acercarnos a la segunda hipótesis, donde se manifiesta que con el uso del dispositivo (DMREI), el invidente maneja una mayor variedad de estrategias en la exploración del espacio, se constata en el análisis de la información codificada que la utilización del dispositivo difiere del uso del bastón, por cuanto el primero genera el manejo de una mayor variedad de estrategias. Basados en los resultados de las investigaciones de Gaunet, Martínez y Thinus-Blanc (1997), y Hill et al. (1993), este estudio demuestra que el manejo de una variedad de estrategias consolida una mejor representación del espacio. Se puede concluir que el uso del dispositivo posibilitó al invidente para manejar una variedad de estrategias que lo condujeron a hacer mejores realizaciones respecto a la disposición del espacio. Esta variedad incluía el manejo de estrategias de rejilla, adelante-atrás, perímetro a objeto, etc. En la utilización del bastón predominó el manejo de estrategias cíclicas y de perímetro, con lo cual se evidenció una representación de la disposición del espacio menos precisa por parte del invidente. Esto confirma las tesis de Gaunet et al. y Hill et al., en el sentido de mostrar que una mejor representación del espacio se logra con la utilización variada de estrategias. Respecto al manejo de estrategias alocéntricas y egocéntricas, definidas por O’Keefe y Nadel (1978) y Klatzky (1997), se puede concluir que el manejo del dispositivo por parte de los invidentes genera una mayor posibilidad para establecer

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relaciones entre los objetos, lo cual se acerca a una estrategia alocéntrica. Con el uso del bastón se confirma la tesis de Millar (1994), donde las personas invidentes, para explorar el espacio, manejan estrategias egocéntricas. La anticipación perceptiva con la utilización del dispositivo (DMREI) se hace evidente en la precisión de la configuración espacial que se manifiesta por el ordenamiento de la escena, visible en la modelación del invidente, lo cual permite inferir que la organización de estímulos recibidos del dispositivo se proyecta en la dirección de una mejor representación espacial del entorno. Esta posición fortalece la tercera hipótesis referida a que la anticipación perceptiva se amplía con la utilización del dispositivo (DMREI); es decir, el DMREI lleva al invidente a realizar una representación espacial del entorno más precisa. La tesis de Foulke (1996) acerca de la integración de la percepción serial de hechos espaciales que se requieren para la construcción de la representación del espacio en la memoria, fundamenta los hallazgos en cuanto a la riqueza de estímulos y su efecto en la construcción de la representación espacial utilizando el dispositivo. En relación a la actualización del espacio planteada por Loomis et al. (2002) y Klatzky et al. (2003), se puede concluir que el uso del dispositivo (DMREI) orienta al invidente hacia el manejo de una dirección de localización correcta de los objetos, mientras que con el uso del bastón se observan ciertos sesgos en este direccionamiento. De la misma forma, se observa que en el proceso de actualización, los invidentes, con el uso del dispositivo, indican un mayor número de objetos en la dirección correcta de orientación, mientras que con el uso del bastón indican de manera correcta, únicamente, los últimos objetos que ellos recuerdan. Estos resultados dependerían hipotéticamente de un mayor procesamiento de información con el dispositivo en la medida en que existe un mayor número de estímulos recibidos durante la exploración del entorno.

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DEL ENTOR NO EN EL ESpACIO pER IpER SONA L

Referente al estudio complementario, donde los invidentes se entrenan en la disposición del entorno, explorando un mapa táctil que luego reconstruyen a partir de lo que ellos recuerdan, se puede concluir que el uso de mapas táctiles facilita la creación de una representación global del espacio con bastante precisión. Esto coincide con lo demostrado por Jacobson (1998), con respecto a la capacidad de las personas ciegas para desarrollar conocimiento configuracional con el uso de mapas. De acuerdo con la tesis de Klatzky y Lederman (2003), se considera una hipótesis plausible en el sentido de que los invidentes manejan sistemas de referencia cinestésicos y extrínsecos para precisar la localización de los objetos. Al observar la forma de explorar el entorno, los invidentes manejan procesos cíclicos y repasan la ubicación de objetos a partir del cálculo de posición que logran con el contacto de

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sus dedos, cuando repiten varias veces el movimiento de sus manos desde la posición de un objeto hasta la posición de otro que se encuentra más cercano. Con relación al manejo de los límites del entorno, como lo señala Intraub (2004), se puede ver que los invidentes, explorando el escenario real y el mapa táctil, utilizan este conocimiento para ubicarse espacialmente y, de esta forma, calculan con precisión la localización de los objetos. Si se hace una comparación de la reproducción de disposición del ambiente en los dos casos, tanto en la exploración del escenario real con el uso del dispositivo (DMREI) y el bastón clásico como en el escenario háptico (modelo táctil), se puede vislumbrar que existe una mayor precisión en el manejo peripersonal de la disposición del espacio, como lo han comprobado en su investigación Ungar et al. (1994). Esto lleva a proponer un método de entrenamiento en el manejo de distancias a partir de la interacción con mapas táctiles. Un sesgo que se ha podido comprobar en esta investigación, y que lo ha demostrado en su segundo estudio Jacobson (2003), es que los invidentes no manejan una métrica precisa en la distancia de ubicación de los objetos. Probablemente, la propuesta de entrenarlos en manejo de distancia con el uso de mapas táctiles, antes de enfrentarse a un entorno real, sea una alternativa de aprendizaje que habría que investigar para mejorar la localización de objetivos.

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DESDE EL puNTO DE v ISTA pEDAgÓgICO

Al considerar, finalmente, el punto de vista pedagógico, el estudio ofrece un importante aporte en la medida que muestra una estrategia que se construye a partir de la investigación empírica que se origina en los estudios del grupo Tecnice de la Universidad Pedagógica Nacional para lograr obtener un sistema de entrenamiento, donde el invidente desarrolle su aprendizaje en cuanto a percepción del espacio y desplazamiento, esto permite concluir que el entrenamiento de ejercicios de atención, como lo evidencia la búsqueda de objetos, sería un factor a tener en cuenta para que el invidente desarrolle en cierto grado la anticipación perceptiva. En el mismo sentido, el entrenamiento con el uso de mapas táctiles ayudaría a la identificación de lugares en contextos reales. Este estudio deja abierta la posibilidad de diseñar dispositivos que le permitan al invidente actuar con una mayor base de conocimiento, producto de la información que reciben a través de la estimulación táctil. El uso del dispositivo demostró que esta propiedad es importante para aumentar los estímulos que darían mayor información al invidente en su tarea de localizar objetivos y representar el espacio para tener una mejor movilidad. Respecto a las estrategias identificadas en este estudio, se deja abierta la posibilidad de diseñar escenarios de aprendizaje que adapten este tipo de métodos

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para el entrenamiento en orientación y movilidad de las personas invidentes. Se considera a manera de hipótesis que el entrenamiento en este tipo de escenarios podría mejorar la movilidad de estas personas. Según Balakrishnan et al. (1998), la habilidad del aprendizaje espacial se resume en la capacidad para aprender, representar y actualizar lugares y objetivos. El desarrollo de estas competencias propondría un reto para la pedagogía para limitados visuales. En este sentido, la investigación que se ha desarrollado aquí podría proveer aportes al docente en movilidad sobre el manejo de estrategias, el estudio de la anticipación perceptiva y el manejo del espacio, tanto en los procesos de actualización, como de localización de objetivos. Esto ayudaría a resolver las preguntas de Levitt y Lawton (1990) acerca de la identificación y reconocimiento de un lugar, la representación del ambiente espacial, la representación e identificación de objetivos y la planeación de rutas.

p ROSpECTI vA La investigación que se ha desarrollado en este estudio deja abierta la posibilidad de realizar nuevos estudios en el campo de la anticipación perceptiva como un componente fundamental de la movilidad de limitados visuales. En este aspecto, indagar acerca de procesos de clasificación de objetos, para tomar decisiones en la determinación de rutas de desplazamiento, es una de las tareas pendientes de investigar, lo cual aportaría al diseño de estrategias de movilidad. Otro campo de estudio es la transferencia de estrategias en el proceso de aprendizaje de orientación y movilidad de los invidentes. Ello permitiría, por una parte, investigar la adaptación de estrategias y su efecto en los procesos de navegación y mejoramiento de la anticipación perceptiva de las personas invidentes; y, por otra, estudiar sus procesos cognitivos y metacognitivos cuando manejan este tipo de estrategias. Por otro lado, el desarrollo de competencias para orientarse con una buena representación del entorno es una tarea que requiere aplicar modelos de aprendizaje donde se experimente este tipo estrategias. En este sentido, la disposición y actualización del espacio podría proveer la aplicación de estrategias para que el invidente se oriente durante la navegación. Un aspecto importante en el procesamiento y síntesis de la información es la variedad de datos, lo cual facilita la construcción de la representación espacial a partir de la identificación de objetos y sus relaciones espaciales y temporales. Para compensar esta minería de datos, se sugiere el diseño de otros medios tecnológicos que se adapten a los órganos sensoriales con mayor eficiencia y eficacia para transferir información al cerebro. Esta es una tarea incipiente, proyectada a nuevos estudios que aportarían al futuro de la población invidente.

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Anexo 1. Segmentación del protocolo de un invidente Episodios

Primer objeto

Segundo objeto

N.º

Transcripción de la proposición

P1

Estoy hacia el frente y hay un objeto al frente. Está al lado izquierdo, no.

P2

Sigo avanzando hacia delante y giro hacia el lado izquierdo y está vibrando el del lado izquierdo.

P3

Sigo derecho y vibran los del frente.

P4

Giro a la izquierda y vibran los del lado derecho. El primero del lado derecho.

P5

Decido irme por el lado derecho. Está al frente.

P6

Es un objeto. Es una pirámide. Sí, una pirámide.

P7

Sigo hacia el lado izquierdo, sigo avanzando y hay un objeto al frente (pared).

P8

Me guío por el borde. Allá al frente hay un objeto creo, espero.

P9

Encuentro un objeto.

P10

El tipo de objeto es del lado derecho. Éste es un cilindro. Sí, es un cilindro.

P11

Sigo hacia el lado, de frente. No encuentro el objeto. Está de frente. No, ya me aleje de él.

P12

Sí, es un cubo. No, no es un cubo.

P13

Sigo derecho. Ah, el objeto está acá.

P14

Es un cubo. Estoy segura. Claro esto es un cubo.

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Episodios

Tercer objeto

Cuarto objeto

Quinto objeto

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N.º

Transcripción de la proposición

P15

Sigo de frente, derecho y giro hacia la derecha, porque me está vibrando el de la derecha.

P16

Giro en el mismo sentido. Vibra el del frente, que está al frente el objeto y el del lado derecho.

P17

Sí, vibra este. Éste es una, ¿un cono? Sí, es un cono. Estoy segura.

P18

Nada, seguir de frente y girar hacia la derecha. Me vibra el de la derecha.

P19

Me vibra el del frente. Siento el de la derecha que está acá.

P20

Vibra el de la derecha. Siento el de la derecha.

P21

No, está vibrando el de la izquierda.

P22

Un cono. Sí, sí es un cono. ¿Sí? Sí, es un cono. Estoy segura.

P23

Está vibrando el del lado izquierdo.

P24

Al lado derecho.Vibra el del lado derecho.

P25

Sí, sí es un cono. Estoy segura.

P26

Vibra el del lado izquierdo.Vibra el del lado de acá, derecho.

P27

Un cilindro. Estoy segura.

P28

Vibra el del lado derecho acá, el segundo. Sí, el del lado derecho.

P29

Vibra el del lado derecho.

P30

Vibra al frente.

P31

Hay un objeto al frente. Sí está a la derecha.

P32

Un cono. Sí, sí es un cono.

P33

¿Hay más objetos? Sí.

P34

Que vibra el del lado derecho.Vibra el del lado derecho.

P35

Estoy de frente. Es un cono, no. Es una pirámide, sí.

P36

Sí, es una pirámide. Sí, porque vibra a la derecha.

P37

Es un cono porque vibra este de aquí.

Fuente: elaboración propia Anexo 2. Inferencias obtenidas del protocolo de un invidente Episodios

Primer objeto

N.º

Transcripción de la inferencia

I1

Está al frente y percibe objeto al frente y es un cono o un cilindro.

I2

Avanza en la misma dirección y gira a la izquierda y sigue percibiendo el cono o el cilindro.

I3

Avanza y percibe que el cono o cilindro está al frente.

I4

Gira a la izquierda y percibe una pirámide y un cubo.

I5

Avanza y percibe que uno de los objetos está al frente.

I6

Confirma que el tipo de objeto es una pirámide.

imA eX

G en mentA L

Y

R eP R eS entA ciÓ n eS P A ciA L

teR nA L iZ A ciÓ n de eS tR A teG iA S mA neJ A dA S P oR inV identeS Q U e S on A P oY A doS P oR medioS comP enS A toR ioS

Episodios

Segundo objeto

Tercer objeto

Cuarto objeto

Quinto objeto

N.º

[ 1 4 9 ]

Transcripción de la inferencia

I7

Avanza a la izquierda y percibe la pared al frente.

I8

Percibe el objeto guiada por el borde y es un cono o un cilindro.

I9

Encuentra objeto en el borde, un cono.

I10

Identifica el objeto como un cilindro.

I11

Avanza a la izquierda de frente y percibe un objeto al frente, cubo o cono.

I12

Avanza y afirma que es un cubo.

I13

Avanza y localiza la posición del cubo.

I14

Confirma que el objeto es un cubo.

I15

Avanza de frente y gira a la derecha. Percibe un cono o un cilindro.

I16

Al frente sigue percibiendo un cono o un cilindro.

I17

Al frente localiza un cono.

I18

Avanza de frente y gira a la derecha. Percibe un cono o un cilindro.

I19

Al frente sigue percibiendo un cono.

I20

Sigue percibiendo el cono.

I21

Ahora percibe una pirámide o un cubo.

I22

Nuevamente percibe un cono.

I23

Percibe nuevamente la pirámide o el cubo.

I24

Ahora percibe un cono o un cilindro.

I25

Localiza un cono.

I26

Percibe una pirámide o un cilindro a la derecha.

I27

Localiza un cilindro.

I28

Percibe un cono.

I29

Sigue percibiendo un cono.

I30

Al frente percibe el cono.

I31

Sigue percibiendo el cono al frente.

I32

Localiza un cono.

I33

Percibe más objetos.

I34

Percibe un cono.

I35

Al frente suyo percibe un cono o una pirámide

I36

Relaciona la pirámide con el estímulo recibido.

I37

Precisa el estímulo y lo relaciona con la localización del cono.

Fuente: elaboración propia

[ 1 5 0 ] L

U iS

B

A Y A R do

S

A nA B R iA

R

odR ÍG U eZ

Anexo 3. Codificación de los protocolos de dos invidentes Objeto

1

2

3

4

5

Sujeto 1

Sujeto 2

A(fr) ⇒ L (co,fr), L(ci,fr) A(fr) ⇒ L(co,iz), L(ci,fr) A(fr) ⇒ L(co,fr), L(ci,fr) G(iz) ⇒ L(pi), L(cu) A(fr) ⇒ L(pi), L(cu) A(fr) ⇒ L(pi)

A(iz) ⇒ P(cu, iz), P(pi) A(fr) ⇒ L(co, iz)

G(de) ⇒ P(co,de), P(ci,de) A(fr) ⇒ P(co,fr), P(ci,fr) G(dr) ⇒ P(co,fr), P(ci,fr) A(fr) ⇒ P(co,fr) A(fr) ⇒ P(pi,fr), P(cu,fr) G(iz) ⇒ P(co,iz), P(ci,iz) A(fr) ⇒ P(co,fr), P(ci,fr) A(fr) ⇒ P(co, fr) G(de) ⇒ P(ci, de) A(fr) ⇒ P(ci,fr) A(fr) ⇒ L(ci,fr)

G(iz) ⇒ P(cu, iz), P(pi,iz) G(de) ⇒ P(cu, de) A(fr) ⇒ P(cu,fr) A(fr) ⇒ P(cu,fr) G(de) ⇒ L(cu,fr)

G(de) ⇒ P(co,de) A(fr) ⇒ P(co,fr) A(fr) ⇒ P(co,fr) A(fr) ⇒ L(co,fr)

G(iz) ⇒ P(o,iz) G(de) ⇒ P(o,de) A(fr) ⇒ P(co,fr) A(fr) ⇒ L(co,fr)

A(iz) ⇒ P(pa,fr) A(bo) ⇒ P(co,bo), P(ci,bo) A(bo) ⇒ P(bo,co), P(bo,ci) A(bo) ⇒ P(co,bo) A(iz) ⇒ P(cu,fr), P(co,fr) A(iz) ⇒ P(cu,fr) A(fr) ⇒ L(cu,fr) A(fr) ⇒ L(cu,fr)

G(de) ⇒ P(ci, iz) A(iz) ⇒ L(ci, iz)

G(de) ⇒ P(co,de) A(fr) ⇒ P(co,fr) G(iz) ⇒ P(co,iz) A(fr) ⇒ P(co,fr) A(fr) ⇒ L(co,fr)

A(fr) ⇒ P(pi,de) A(fr) ⇒ P(pi,fr) A(fr) ⇒ L(pi,fr)

Fuente: elaboración propia

Nota: Para la codificación se consideran las convenciones de la tabla 4.1.

imA eX

G en mentA L

Y

R eP R eS entA ciÓ n eS P A ciA L

teR nA L iZ A ciÓ n de eS tR A teG iA S mA neJ A dA S P oR inV identeS Q U e S on A P oY A doS P oR medioS comP enS A toR ioS

[ 1 5 1 ]

Anexo 4. Segmentos de la actualización del espacio de dos invidentes Segmento

Sujeto 1 Transcripción

Sujeto 2 Gráfico

Transcripción

Objeto 1

“Vibra el primero del lado derecho. Está al frente un objeto. ¿Qué es? Es una pirámide. Sí, una pirámide. Ay, sí es una pirámide”.

“Es un cono y lo encontré a mi izquierda”.

Objeto 2

“La pirámide estaba al lado izquierdo, pero entonces hacia acá, a mano izquierda, estaba así en este sentido. El cubo estaba hacia atrás y en el mismo lugar, izquierdo”.

“El cono estaba al mismo lado izquierdo y di como diez pasos para encontrar la otra figura”.

Objeto 3

“La pirámide estaba acá, al lado izquierdo, pero hacia el frente. El cubo estaba más atrás de la pirámide. El cilindro estaba al lado derecho, en la derecha, en la parte de arriba, en la derecha”.

“Encontré un cono, un cilindro, un cubo. El cono lo encontré allá, el cilindro para allá y el cubo acá”.

Objeto 4

“La pirámide estaba al lado izquierdo, de frente así. El cubo estaba acá, al lado izquierdo también. El cono estaba… ¡ay, no, perdón! El cubo, no; era el cilindro. El cilindro estaba acá, derecho y derecho”.

Objeto 5

“El primer objeto era una pirámide que estaba acá. Luego había encontrado un cubo que estaba acá, acá atrás. Luego había girado hacia la derecha y había encontrado un cono que estaba acá y luego había encontrado un cilindro que estaba acá y luego había otro cilindro que estaba acá”.

“He encontrado un cubo, un cono, un cilindro y una pirámide. El cubo estaba allá, la pirámide acá, el cilindro allá y el cono allá”.

“He encontrado un cubo, una pirámide, un cilindro y dos conos. Un cono estaba aquí y el otro estaba por allá, el cubo estaba por allá, la pirámide estaba por allá y el cilindro estaba por allá”.

Gráfico

[ 1 5 2 ] L

U iS

Segmento

B

A Y A R do

S

A nA B R iA

R

odR ÍG U eZ

Sujeto 3 Transcripción

Sujeto 4 Gráfico

Transcripción

Objeto 1

“El primero es el cilindro. Lo encontré por ahí a unos diez o quince pasos de donde inicié”.

“Encontré el objeto al lado izquierdo. Es un cubo”.

Objeto 2

“He encontrado el cilindro y el cono. El cilindro lo encontré allá saliendo, saliendo de la ventanita de donde partimos y el cono en el centro. Llevo dos objetos”.

“Sí, pirámide y la encuentro al lado, al centro, el objeto central. Atrás está el cubo”.

Objeto 3

“El cubo lo ubiqué un poco después de, haber esto es como, ¿qué será esto?, como el centro también, después de la esquinita. El primero que encontramos fue el cilindro, luego el cono y ahora el cubo. El cilindro estaba saliendo de la ventanita y el cono estaba en el centro y el cubo aquí, o sea después de la otra esquinita. Entonces llevaríamos las tres figuras, el cubo, ah, no, el primero que encontramos allá fue el cilindro, luego el cono y ahora el cubo”.

“Me está vibrando el cono. Se encuentra al lado derecho. Por ahí al lado izquierdo estaba el cubo y la pirámide”.

Objeto 4

“He encontrado cuatro objetos, primero encontramos el cilindro, segundo el cono, luego el cubo y otro cono. El cilindro estaba saliendo de la ventanita, luego estaba un cono en el centro, el cubo que lo encontramos aquí donde estaba la esquinita y en este lugar encontramos el otro cono”.

“Objeto central, objeto lado derecho. Es un cilindro. Las otras figuras estaban a la izquierda”.

Gráfico

imA eX

G en mentA L

Y

R eP R eS entA ciÓ n eS P A ciA L

teR nA L iZ A ciÓ n de eS tR A teG iA S mA neJ A dA S P oR inV identeS Q U e S on A P oY A doS P oR medioS comP enS A toR ioS

Objeto 5

“El cilindro lo encontré saliendo, o sea después de haber salido de la ventanita, ahí lo encontré, luego encontré, haber creo que fue un cono, que fue por el centro, como por el centro, luego encontré un cubo, luego encontré, ah, sí, otro cono y la pirámide. Como por allá en la esquina esa, creo que había el otro cono y la pirámide aquí. Son cinco”.

Fuente: elaboración propia

“Sigo derecho y luego giré aquí derecho y encontré un cono y por acá encontré un cubo y aquí encontré la pirámide y acá encontré otro cono. Más allá encontré el cilindro y no encontré más”.

[ 1 5 3 ]

[ 1 5 5 ]

Índice

A Achille, L. B., 59

onomáS tico

Berthoz, A., 55 Bestgen, Y., 45 Bilkey, D. K., 47, 49

Aguirre, G. K., 58

Blades, M., 22, 32, 37, 56, 74, 77

Allard, T., 59

Blattner, M. M., 34

Amaral, D. G., 48

Bloomberg, J., 55

Andrews, S. K., 68

Boeijinga, P. H., 48

Anyon, J., 73

Bonnet, M., 41

Arbib, M. A., 39 Arno, P., 31, 32, 78, 126 Aschersleben, G., 41 Astur, R. S., 60

Bousquet, O., 18 Bower, G. H., 45 Brockmole, J. R., 28, 29, 77, 119, 126, 127 Brambring, M., 37, 69

B Bach-y-rita, P., 68 Balakrishnan, K., 18, 133 Ballard, D. H., 38 Barkowsky, T., 45, 46

Brewster, S., 66, 68 Broadbent, N. J., 47 Brown, C. M., 38 Brown, L. M., 68 Burgess, N., 51

C

Barner, K. E., 66 Becker, E. S., 45 Bentzen B. L., 37, 69 Bernardon, A. M., 27

Canning, K. J., 48 Carter, D. C., 56 Chi, M. T. H., 73, 80, 81, 83, 107, 128

[ 1 5 6 ] Índice onomáS

tico

Chignell, M., 83

Foreman, N., 58

Chiu, M. H., 81 Churchland, P., 47

Foulke, E., 39, 51, 62, 69, 93, 95, 109, 118, 128, 129, 131

Clark, R. E., 47

Frith, C. D., 51

Collins, R., 27

Fritz, J. P., 66

Commins, S., 45, 47, 48, 49

G

Couclelis, H., 20, 113 Coupe, P., 46

Gabrieli, J. D. E., 58

Currie, C. B., 42

Gale, N., 20

D D’esposito, M., 58

Gallese, V., 41 Garling, T., 20, 47

Darken, R. P., 59

Gaunet, F., 18, 20, 31, 56, 57, 61, 62, 77, 79, 95, 104, 109, 118-121,128, 130

De leeuw, N., 81

Georgopoulos, A. P., 41

Decety, J., 41

Gibson, J. J., 39, 59

Digirolamo, G. J., 44, 93

Gillett, R., 58

Dodds, A. G., 56

Girelli, M., 44

Donchin, E., 41

Gladstone, M., 74

Donnett, J. G., 51

Golledge, R. G., 20-22, 25, 47, 59, 113, 119, 120

Dupont, V., 45

E

Goodale, M. A., 38, 40, 43, 93, 120, 129 Gottesman, C. V., 17, 39, 43, 67

Elsner, B., 41

Gray, P., 66

Epstein, W., 43

Green, P., 69

Ericsson, K. A., 73, 80, 83, 90, 128

Groenewegen, H. J., 48

Espinosa, M. A., 37, 107, 126, 128

H

Etienne, A. S., 59, 114 Haffenden, A., 43

F

Halpin, J., 31 Halpin, R., 31

Farmer, L. W., 69

Harper, S., 69

Fay, D. A., 27

Hasselmo, M. E., 48, 49

Fletcher, J. F., 35, 119, 127

Healy, S., 19

Fogassi, L., 41

Herskovits, A., 80

Índice onomáS

Hill, E. W., 31, 61, 62, 95, 104, 109, 118-121, 124, 128, 130 Hill, M., 31

tico

[ 1 5 7 ]

Kappers, A. M. L., 21 Kemmerer, D., 52 Kenshalo, D. R., 87

Hill, M. M., 31

Kitchin, R. M., 17, 22

Hochberg, J., 43 Hommel, B., 39-42, 62, 93, 98, 99, 109, 118, 128, 129

Klatzky, R. L., 25-28, 45, 52, 53, 59, 77, 78, 101, 103, 104, 106, 112-114, 117-121, 123, 124, 127, 128, 130, 131

Honavar, V., 18

Kosslyn, S. M., 45

Howarth, C. I., 56

Kutas, M., 41

Huertas, J. A., 35, 74, 106, 119, 127

L

Humphrey, G. K., 38, 40, 93, 120, 129 Lacoff, G., 80

Hutchins, E. L., 85

Lahav, O., 22

Hyde, M. L., 41

I Ibáñez, J., 22, 36 Intraub, H., 17, 39, 43, 62, 67, 106, 117, 123, 124, 132

J

Lavancher, C., 81 Lawton, D., 18, 133 Lederman, S. J., 27, 28, 45, 52, 78, 106, 123, 124, 128, 131 León, O. G., 73 Leung, L. S., 48 Levin, J. A., 85

Jackendof, R., 80

Levitt, T., 18, 133

Jackson, P. L., 41

Lippa, Y., 25

Jacobs, L. F., 19

Llinás, R. R., 39, 93, 109, 118, 128

Jacobson, R. D., 17, 20, 21, 32, 34, 74, 78, 101, 112, 115, 119, 123, 124, 127, 131, 132

Lohman, A. H. M., 48

James, W., 40

Loomis, J., 20, 25-27, 59, 60, 76, 77, 79, 101, 103, 112, 114, 115, 118, 120, 121, 127, 131 Lopes da Silva, F. H., 48

Jeannerod, M., 52 Johnson-laird, P. N., 45

López, O., 22, 36, 65, 67, 86, 100, 109, 127, 128, 130

Jones, G. M., 55

Luck, S. J., 44

K

M

Kaczmarek, K., 68

Macar, F., 41

Kalaska, J. F., 41

Mackay, W. A., 41

Kamil, A. C., 19

Maguire, E. A., 51, 60

[ 1 5 8 ] Índice onomáS

tico

Maldonado, L. F., 7, 16, 74, 128

O’mara, S. M., 45, 47-49

Mamelak, A. N., 60

O’reilly, R. C., 47, 49-51

Mangaoang, M. A., 45, 47-49

Oakley, I., 66, 67

Marley, J., 60

Ochaíta, E., 35, 37, 74, 106, 119, 127

Martínez, J. L., 31, 77, 79, 118, 119, 128, 130

P

Mcclelland, J. L., 50 Mcconkie, G. W., 42

Parsaye, K., 83 Peruch, P., 20

Mcfarlane, S., 55

Philbeck, J. W., 59

Mcgee, M. R., 66 Mcnaughton, B. L., 50

Philpott, L., 60 Polkey, C., 60

Milner, A. D., 40 Millar, S., 19, 21, 56, 68, 106, 119, 120, 128, 131

Posner, M. I., 44, 93 Postma, A., 21, 26, 59, 127

Mioduser, D., 22

Previc, F. H., 28, 52

Mishkin, M., 40

Prinz, W., 41

Mittelstaedt, H., 59, 114

R

Mittelstaedt, M. L., 59, 114

Radvansky, R. A., 45

Montagu, A., 68

Recce, M., 60

Montero, I. 73

Requin, J., 41

Morris, R. G., 60

Riehle, A., 41

Morsley, K., 37

Rieser, J. J., 31, 76

Müsseler, J., 41

N Naber, P. A., 48 Nadel, L., 51, 55, 57, 104, 113, 119, 120, 128, 130 Neisser, U., 38

Rinck, M., 45 Rizzolatti, G., 41 Roche, R. A. P., 45, 47-49, 58, 60, 104, 106, 107, 113 Roth, L., 48 Rudy, J. W., 47, 50, 51

Noordzij, M. L., 21, 26, 59, 127 Norman, K. A., 47, 49

O O’keefe, J., 51, 55, 57, 104, 113, 119, 120, 128, 130

S Sanabria, L. B., 22, 36 Sanabria-Bohórquez, S., 31 Sanocki, T., 43

Índice onomáS

[ 1 5 9 ]

U

Sarmiento, V. L., 22, 35, 36, 100, 109, 130 Schneider, J., 68

tico

Scott, M., 44, 93

Ungar, S., 32, 37, 56, 57, 68, 74, 75, 77, 107, 126, 128, 132

Segal, B., 55

Ungerleider, L. G., 40

Seibert, M., 27

V

Sejnowski, T., 47 Shelton, A. L., 58

Valencia, N., 22, 36

Shettleworth, S. J., 19

Van der Lubbe, R. H. J., 21

Sholl, M. J., 58, 104

Vanlehn, K. A., 83

Simon, H. A., 73, 80, 83, 90, 128

Vanlierde, A., 31

Simpson, A., 56

Veraart, C., 31

Soul, J., 55

Vidal, F., 41

W

Spelke, E. S., 74 Spencer, C., 32, 37, 74, 77 Spiers, H. J., 60

Waned-Defalque, N. C., 31 Wang, R. F., 28, 29, 74, 77, 119, 126, 127

Squire, L. R., 47

Wardell, J., 27

Stevens, A., 46

Waxman, A. M., 27, 104, 112

Stock, A., 41

Way, T. P., 66

Stock, C., 41

Weber, C., 37

Streel, E., 31 Sumikaua, D. A., 34 Sutherland, R. J., 60 Suzuki, W. A., 48

Webster, J., 68 Willey, E. V., 43 Williams, P., 45 Wilson, F., 52

T

Witter, M. P., 48

Talmy, L., 80

Worsley, C. L., 60

Taylor, L. B., 60

Wyble, B. P., 48, 49

Z

Thinus-Blanc, C., 18, 20, 31, 56, 57, 61, 62, 77, 79, 95, 104, 109, 118, 119, 121, 128, 130

Zarahn, E., 58

Tobler, W., 20

Zuidhoek, S., 21

Tolman, E., 20

Zuk, I. J., 43, 48

Tompkins, W., 68

Zwaan, G. A., 45

Tversky, B., 56, 60

[ 1 6 1 ]

Índice

A Acción, 32, 39, 41, 42, 45, 46, 52, 56, 60, 62, 67-69, 74, 80, 83, 91, 93, 98, 99, 107, 109, 111, 123, 129 de estímulos táctiles, 90

temático

anidado, 28 cerrados, 36, 86 complejo(s), 51, 68, 100, 129 computacional, 31

códigos de la, 129

configuración del, 30, 32, 37, 58, 59, 70, 112, 114

control de la, 39, 40-42, 99, 129

disposición del, 37, 79, 101, 132

Actualización, 23, 26, 103, 113, 114, 120, 121, 127, 131, 133

exploración del, 27, 44, 62, 95, 98, 128 geometría del, 27

del espacio, 25, 79, 100, 101, 103, 104, 112-115, 119-121, 128, 129, 131, 133, 151

mapeo del, 27, 104

de la posición, 59, 103

relaciones espaciales del, 46, 68

espacial, 25, 60, 77 Adaptación, 15, 18, 50, 99, 100, 129

modelación del, 32, 33, 65

Análisis, cualitativo, 23, 73, 80, 81, 89

de estrategias, 133

de estrategias, 70

de las señales, 75

de la anticipación perceptual, 24, 128

de sistemas artificiales, 67

de la representación, 85, 103, 128

Ambiente(s), 17-22, 25, 27, 29, 30, 33-35, 37, 45-47, 50, 51, 56-60, 62, 68, 69, 74, 77, 78, 93, 100-102, 104-108, 110, 112-120, 126, 128, 133

de las distancias, 129 de los mapas, 78, 118, 127 de protocolos, 73, 74, 80, 81

[ 1 6 2 ] Índice temático

gráfico, 73, 80

de la posición, 83

verbal, 70, 71, 78, 80

de objetos, 22, 74, 84, 102, 113, 132

Anticipación, 96, 97, 99, 100, 109, 115, 118, 120, 128, 129 cognitiva, 39, 51, 62 perceptiva, 23, 35, 36, 66, 97, 99, 115, 117, 118, 129, 131, 132, 133

de patrones, 84 del camino, 17, 21 del objeto al azar, 98 sistemática, 98 visual, 52

sensorial, 93 Aprendizaje, 17, 18, 22, 23, 26, 27, 33-35, 38, 41, 42, 44, 46, 47, 50, 51, 58, 60, 63, 70, 74, 75, 77, 80, 85, 96, 98, 101, 107, 109, 110, 112, 118, 121, 122, 123, 126, 129, 132, 133 de la configuración del entorno, 69 de la ubicación, 51, 124 geográfico, 32, 123 Atención, 39, 44, 93, 94, 97-101, 129, 130, 132 del invidente, 45

C Canales, 130 compensatorios, 22 de percepción, 36 sensoriales, 46 Cerebro, 18, 19, 38, 40, 41, 44, 46, 47, 49, 52, 56, 58, 128, 133 humano, 40 del mono, 40 Cinestésico(s), 123, 124, 131

en niveles, 93 nivel de, 94, 96-100, 129

de las manos, 68 de los dedos, 28, 78

Ayuda(s), aumentativa, 23, 36, 86 de los sensores, 75 de un instructor, 34

del tacto, 52 Codificación, 41, 45, 46, 56, 60, 74, 80, 81, 83, 84, 91, 92, 93, 108, 109, 119, 121, 128, 150

del bastón, 127

con el bastón, 109

del DMREI, 127

de direcciones, 36

efectiva, 37

de posiciones espaciales, 58

en movilidad, 17, 22

de relaciones espaciales, 56

B Bastón clásico, 22, 23, 61, 62, 65-67, 69, 80, 84, 85, 107, 118, 119, 120, 127, 130, 132 Búsqueda a un solo objetivo, 101

de la disposición del entorno, 103 de la distancia, 26 de los estímulos, 103 de los reportes verbales, 84 del episodio, 91 del espacio, 121

Índice temático [ 1 6 3 ]

del protocolo, 92

tiempo del, 53

del segmento, 95

sentido de, 68

Componente(s), 32, 43, 52, 69, 118, 133

vibratorio, 68

cinestésico, 52

Contigüidad, 41, 99, 129

cognitivos, 66

Contingencia, 41, 42, 99, 129

cutáneos, 68

Control, 15, 40, 41, 98,

de la percepción, 39

de la acción, 39-42, 99, 129

funcionales, 68

ideomotor, 41

Configuración, 29, 30, 32, 37, 52, 53, 58, 59, 66, 70, 74, 75, 76, 78, 102, 104, 107, 112, 114, 115, 117, 119, 125, 131

visuomotor, 52 voluntario, 41

D

circular, 27 de la disposición de los objetos, 104, 115

Dermocepción, 67

del entorno, 69, 75, 84, 119

Descripción, 23, 24, 47, 84, 93, 98, 100, 102, 104, 109-112, 125

del espacio, 23, 62, 70, 84, 104, 115, 117, 118 Conocimiento, 17, 18, 19, 20, 22, 29, 30, 32, 35, 37, 38, 39, 46, 47, 51, 58-60, 62, 68, 69, 78, 80, 81, 83, 85, 112, 113, 114, 118, 119, 121, 124, 126, 132 basado en la ruta, 58, 59, 107, 113 configuracional, 33, 34, 59, 114, 124, 131

espacial, 26 de la disposición del entorno, 67 de la localización, 100, 112 de la ruta, 59 del ambiente, 100, 112 del dispositivo, 79 del proceso, 99, 111

de lugares, 20, 46, 120

gráfica, 128

del entorno, 19, 32

verbal, 26, 27, 66, 69-71, 74, 78, 115, 127, 128

del proceso perceptual, 45 del sujeto, 36 espacial, 20, 29, 30, 34, 37, 58, 62, 77

Desplazamiento, 18, 21, 25, 42-44, 55, 56, 58, 69, 74, 78, 83, 86, 107, 110, 113, 115, 132

geográfico, 32, 33

de un estímulo, 43

previo, 50, 62, 69, 115

del invidente, 85

Contacto, 28, 67, 75, 107, 119, 124, 131 cinestésico, 28, 78 con la piel, 67 puntos de, 28, 52, 53, 78

en el entorno, 47 rutas de, 133 Detección, 43, 94 de discontinuidades, 43

[ 1 6 4 ] Índice temático

de mojones, 118

señales del, 75, 120

de objetos, 89, 118, 120

táctil 68, 74

Dirección, 15, 16, 19, 29-32, 39, 54-56, 59, 60, 69, 76, 83, 85, 91, 96-98, 100-104, 110, 113-115, 119, 123, 131, 148

Distancia(s), 20, 29, 35, 36, 52-60, 73, 87, 93-96, 98-100, 105, 107, 123, 125, 129, 130, 132

codificar la, 41

a los mojones claves, 34

de desplazamiento, 110

al objeto, 96

de la localización, 104, 114

cálculo de, 106

de las señales, 75

de un movimiento, 41

de objetos, 54

egocéntrica, 54, 55

de referencia, 54, 55

en entornos cerrados, 86

del movimiento, 31

entre los objetos, 26

del recorrido, 26, 55, 110

entre los puntos, 52

del sujeto, 55

espaciales, 45

error de, 29

euclidiana, 54

estimaciones de la, 37

lineales, 26

juicios de, 31

manejo de, 107, 115, 125, 132

Disposición del espacio 27, 58, 66, 77, 103, 104-107,114, 119, 124, 130, 132 del invidente, 123

percepción de, 26 relativas, 33 tabulación de, 128

con el bastón, 116

E

explorado, 28, 104 Dispositivo(s), 15-18, 22-24, 27, 30, 32-36, 42, 61, 62, 65-70, 75, 78-80, 84, 86, 87, 89, 93, 96-100, 104, 107, 108, 112, 115, 117-121, 128, 130-132

Entorno, 15, 17-23, 26, 27, 29, 32, 33, 36, 38, 39, 42, 44-46, 51-53, 55-59, 61-63, 65, 66, 69, 70, 74-76, 78, 80, 84-87, 103, 104, 107, 115-119, 126, 130-132

adaptación al, 100, 129

aprendizaje del, 96

audio-táctil, 34

conocimiento espacial del, 20

en la navegación, 66

exploración del, 23, 37, 61, 68, 74, 94, 107, 117, 120, 124, 126, 128, 131

hápticos, 67 mecatrónico (DMREI), 22, 23, 36, 65-67, 69, 70, 74-76, 79, 85, 86, 90, 93, 94, 98, 100, 101, 103, 104, 107, 109, 111, 112, 118-121, 127, 129-132 óptico, 126

desplazamiento en el, 47 disposición del, 35, 37, 61, 65, 67, 79, 103, 119, 127, 131 familiar, 33

Índice temático [ 1 6 5 ]

información del, 34, 44, 45, 56, 67, 120 háptico, 78 límites del 44, 62, 67, 106, 111, 117, 123, 124, 132 modelación del, 34 mojones en el, 118 objetos en el, 27, 56, 87 percepción del, 39, 42 plano original del, 89 posición en el, 129 representación del, 17, 22, 34, 60, 78, 85, 103, 133 señal del, 49, 79 Entrada(s), 19, 34, 38, 39, 44, 48, 50, 51, 53, 60 al hipocampo, 49 auditivas, 25 al sistema cognitivo, 39 cinestésica, 28 directa, 49 hápticas, 65 motora, 66 multimodales, 49 procesar, 60 puertos de, 48 sensoriales, 19, 20, 43-45, 52, 66, 93 señal de, 51 visuales, 19 Error(es) 29, 33, 114, 115 al cambio, 103 de configuración, 29 de dirección, 29 espacial, 43

en el cálculo, 106 nivel de, 28 unidireccionales, 67 Escala(s), 21, 29, 36, 52, 53, 57, 61, 68, 76, 78, 86, 95, 119 ambientes a, 104 cognitivas, 21 escenario a, 75, 76 del espacio, 35 locales, 21 modelo a, 26, 35, 74, 101, 104-106, 112, 115-117, 121 multidimensional, 33 objetos a, 75, 76 Escena(s), 31, 38, 43, 44, 67, 70, 71, 74, 75, 77, 91, 107, 117, 123, 124, 128, 131 disposición de la, 43, 85, 123, 124 hápticas, 44 modelo de la, 76 objetos en la, 106 visuales, 43 Escenario(s), 22-24, 26-31, 42, 44, 51, 52, 61, 62, 75-79, 84, 85, 89, 90, 99, 103, 104, 106, 108, 112, 117, 123, 124, 126, 132, 133 configuración del, 74 locomoción en el, 78 Esfuerzo, 99, 100, 129, 130 cognitivo, 26, 57, 100, 129 mental, 100, 130 Espacio, 17, 18, 20-23, 25-28, 30-34, 36-40, 43-45, 49, 51-59, 62, 67-70, 75, 78-81, 84, 85, 90, 96, 97, 100, 101, 103, 104, 106 107, 110, 112-120, 123-133, 151 aprendizaje geográfico del, 123

[ 1 6 6 ] Índice temático

codificación del, 121 conocimiento del, 46, 68, 83 disposición del, 27, 28, 58, 66, 77, 103107, 114, 116, 119, 123, 124, 130, 132 egocéntrico, 55, 58 en tareas hápticas, 21 escala del, 35 exploración del, 23, 27, 28, 35, 36, 66, 106, 121, 130

adelante-atrás, 61, 62, 120, 123, 124, 130 alocéntrica, 58, 104, 119, 120, 130, 131 cíclica(s), 61, 96, 101, 111, 119, 120, 123, 130 comportamentales, 57, 61, 119, 128 de aprendizaje, 27 de objeto a objeto, 61 de origen a objeto, 61, 124

geometría del, 80, 125

de perímetro, 61, 62, 117, 120, 130

localización en el, 27, 49

de perímetro a objeto, 61, 101, 111

locomotor, 57

de rejilla, 61, 97, 101, 120, 130

mapeo del, 23, 130

egocéntrica(s), 56, 58, 60, 119, 131

objetos en el, 30, 36, 40, 44, 52, 54, 62, 67, 68, 107

espacial(es), 18, 45, 46, 55-60, 69

puntos en el, 28, 54, 55 representación del, 19, 23, 36, 39, 46, 52, 57, 60, 62, 70, 104, 107, 115, 118, 128, 130, 131 Esquema, 49, 108 de codificación, 74, 83, 84, 91, 93, 103, 108, 109 de diferenciación, 70 mental, 104

táctil(es), 37 Extensión, 16, 18, 67, 107, 129 de los órganos, 65, 66 del límite, 43, 44, 62, 106, 117, 124 del tacto, 85 Externalización, 23, 45, 46, 89 de la imagen mental, 27, 46 de la representación espacial, 65 de los mapas cognitivos, 32, 101

Estímulo(s), 18, 26, 27, 32, 36, 42, 45, 47, 51, 60, 87, 90, 93, 98, 100, 103, 107, 118, 119, 120, 121, 129, 130, 131, 132, 149 del dispositivo, 93, 94, 98 desplazamiento de un, 43 localización del, 90 táctil(es), 15, 27, 41, 90, 120 Estrategia(s), 17, 18, 21-23, 27, 30-33, 36, 38, 42, 45, 47, 56, 57, 59, 60-63, 66, 68, 69-71, 73, 74, 78, 80, 84, 93-98, 100, 104, 107, 109-111, 114, 117-121, 123, 124, 128, 130, 132, 133

F Flujo(s), 40 de información, 130 dorsal, 40 óptico, 59 ventral, 40 Formas, 18, 65, 79, 81, 82, 112 de aprendizaje, 58, 75 de configuración, 115

Índice temático [ 1 6 7 ]

I

de estimulación, 66, 90 de información, 45 de observación, 44 geométricas, 31, 52, 76, 79 opcionales de codificación, 56

H Habilidad(es), 17, 18, 20, 25, 26, 28, 32, 38, 39, 46, 52, 55, 56, 74, 78, 106, 119, 120

Imagen(es), 20, 26, 27, 39, 43, 45, 103, 118 de las acciones, 103 interna, 21 mental, 27, 45, 46, 62 Información, 15, 17-23, 34-36, 38-41, 44-46, 48, 50, 51, 53, 55, 56, 58-60, 66-69, 74, 80, 81, 87, 89, 93, 99, 100, 104, 106, 115, 119, 120, 124, 130, 132, 133

de invidentes, 21

auditiva, 19, 58

de orientación, 17, 21, 22

basada en la ruta, 21

de mapeo, 34

clasificación de, 45

para moverse, 47, 69

codificada, 130

para comunicarse, 74

cutánea, 67

para identificar, 75

de la disposición, 35

del aprendizaje espacial, 18, 133

de la memoria, 45

Háptica(s), 21, 22, 27, 65-69, 78, 86-89, 127

de la posición, 59

escenas, 44

de los objetos, 85

exploración, 21, 23, 67, 68, 71, 78, 121

de localización, 29, 55

modalidad, 67

del medio, 27, 36, 86

matriz, 75, 86, 90, 91, 103

en el ambiente, 21

representación, 70, 85

en la representación, 119

Hipocampo, 18, 23, 46, 47, 48, 49, 50, 51, 58, 60, 128, 129

espacial, 18, 20-22, 38, 39, 46, 49, 56, 57, 59, 60, 68, 113, 119, 129

anatomía del, 47

geográfica, 68

disyunción del, 47

háptica, 22

en el aprendizaje espacial, 47

olfativa, 19

entrada al, 49 formación del, 19, 46-48, 51, 58 región del, 47, 49, 60 salida del, 49

procesamiento de, 19, 23, 38, 40, 46, 57, 60, 65, 68, 114, 118, 120, 121, 128, 131 propioceptiva, 59 recuperación de, 60, 62, 80 sensorial, 42, 47, 48, 67, 80 temporal, 19 topográfica, 19, 59

[ 1 6 8 ] Índice temático

L

variedad de, 23, 66, 119 verbal, 23, 80, 89 vestibular, 60 visual, 40, 45, 59 Interface del usuario, 68 Interpretación, 40, 49, 84, 85 de acciones, 80 de las imágenes, 27, 62 del esquema, 84 del modelo mental, 85 del patrón, 84 validez de la, 84 Invidente(s), atención del, 45 capacidad del, 44, 106 comportamiento de los, 51, 63 configuración espacial del, 78 congénitos, 31, 36, 57, 66, 69, 86, 127 desplazamiento del, 85 entrenado, 42 entrenamiento de, 60 espacio de los, 103 información procesada por el, 120 límite de los, 44 mapeo cognitivo de, 34 modelación del, 131 modelos mentales de los, 34 movilidad de los, 133 orientación de los, 23 proceso mental de los, 128 representación espacial en, 22, 23 tardíos, 57 visión en los, 19

Laboratorio, 22, 23, 74, 75, 77, 78 ambiente de, 62 experiencias de, 61 prueba de, 47 Localización(es), 20, 25, 29, 30, 33, 40, 46, 49, 52-56, 59, 62, 68, 69, 77, 82, 90, 100, 101, 104, 107, 112, 114, 115, 119, 120, 124, 131, 132, 133, 149 a una sola dirección, 104 alocéntrica, 53, 55 categorías de, 27 de objetos, 25, 47, 56, 75, 76, 84 de obstáculos, 42 de puntos, 45 de una señal, 119 del observador, 59 del cuerpo, 75 del estímulo, 90 descripción de la, 100, 112 egocéntrica, 53 en el espacio, 27, 49, 53 espacial, 28, 35, 40, 47, 49, 54, 78 información de, 29, 55 puntos de, 28, 53 Locomoción, 21, 71 del individuo, 75 en el escenario, 78

M Mapa(s), 18, 20, 27, 30, 32-37, 46, 56, 62, 68-71, 73, 74, 76, 78, 84, 93, 95, 100, 106, 109, 110, 111, 112, 114, 115, 117, 118, 121-124, 127, 131

Índice temático [ 1 6 9 ]

alocéntrico, 59 cognitivo, 19, 20, 21, 26, 32, 33, 58, 101

a escala, 26, 35, 74, 101, 104, 105, 106, 112, 115-117, 121 alocéntrico, 59

espaciales, 87

de aprendizaje, 38, 133

gráficos, 71

de comparación, 70

neurocognitivo, 45

de entrenamiento, 70

reproducidos, 71, 73, 78, 104

de grafos, 98, 111

táctil(es), 28, 30, 32, 33, 37, 38, 44, 46, 62, 63, 65, 66, 68, 69, 70, 73, 74, 75, 76, 79, 81, 85, 107, 117, 119, 121, 123, 124, 125, 126-128, 131, 132

de recuperación, 123

Mapeo, 59

de la escena, 76 de la disposición, 105, 116 del ambiente, 19, 30, 45

cognitivo, 20, 21, 22, 34, 66

del espacio, 45

del ambiente, 27, 104

del sujeto, 107, 115

del espacio, 23, 130

hápticos, 73, 121

proceso de, 56

interno, 38

técnicas de, 62

mentales, 26, 27, 34, 39, 45, 46, 83

Mecanismo(s), 18, 28, 38, 41, 44, 51, 55, 65 alterno, 67 cognitivos, 57 de aprendizaje, 41, 42, 50 de atención, 44 del cerebro, 41 del sistema háptico, 67 múltiple, 53 sensoriales, 18, 22 Mecanorreceptores, contenidos en la piel, 68 localizados, 68 Método, 32, 68, 70, 128, 132 cualitativo, 73 cuantitativo, 73 Modelo(s), 17, 28, 37, 38, 46, 57, 68, 70, 71, 78, 79, 81, 85, 104, 106, 107, 126

táctiles, 70 Mojón(es), 20, 27, 30, 34, 35, 38, 49, 59, 103, 110, 113-115, 117-120 detección de, 118 distribuidos, 27 del entorno, 53 en un ambiente real, 35 físicos, 20 información de, 60 limítrofes, 111 salientes, 55 ubicación de, 45, 62 Movilidad, 17, 18, 20, 21, 34, 37, 39, 40, 42, 45, 46, 55, 65, 69, 70, 74, 86, 132, 133 aprendizaje en, 22, 23, 60, 63 ayudas en, 22 de personas, 35, 38 de la población, 23

[ 1 7 0 ] Índice temático

del invidente, 66, 69

percibidos, 93, 95, 97, 98, 111

estrategias de, 23, 60, 133

posición de los, 17, 84, 103, 104, 106, 114, 115, 123, 125

entorno de la, 69 procesos de, 36, 86

próximos, 87 relaciones espaciales entre los, 52, 119

tarea de, 39

N Navegación, 29, 30, 51, 69, 79, 84, 133 dispositivos en la, 66 estrategias de, 47

representar los, 27 tamaño de los, 43 ubicación de, 21, 42, 51, 87, 124, 131, 132 Órganos sensoriales, 18, 65-68, 133

P

mapa de, 76, 114, 117, 118 exitosa, 19

Patrón(es), 27, 30-32, 41, 48-51, 71, 78, 81, 84, 85, 93, 100, 101, 111, 121, 125, 126

humana, 30 proceso de, 22, 23, 84, 133

almacenado, 51

rutas de, 69

de entrada, 51

sistema de, 29

inferido(s), 101, 111

O Objetos, 15, 17, 20, 23, 25, 26-32, 35, 36, 38-40, 43-47, 52, 56, 58-62, 66-69, 73-79, 82-85, 90, 91, 93, 95-115, 117121, 123-125, 129-133, 148, 149, 152 búsqueda de, 22, 74, 84, 102, 113, 132 cercanos, 20, 58 clasificación de, 38, 133 detección de, 89 dirección de los, 54, 104, 114 disposición de los, 27, 28, 30, 31, 34, 35, 44, 61, 62, 74-78, 85, 90, 100, 103108, 113, 114, 116-118, 121, 124 en el escenario, 23, 85, 90, 99, 104, 108, 112, 124 en el entorno, 27, 56, 87 localizar los, 21, 27, 75, 129 movimiento de los, 39, 43, 109

interpretación del, 84 representación del, 49 tipo de, 32 validez del, 84 Percepción, 15, 17, 18, 19, 38-44, 55, 62, 86, 87, 90, 93-100, 109, 110, 111, 118, 120, 132 auditiva, 44 canales de, 36 conceptos de la, 23 componentes de la, 39 cutánea, 68 de distancia, 26 de estímulos, 36 de los sujetos, 94 del objetivo, 91 del entorno, 39, 42

Índice temático [ 1 7 1 ]

del ser humano, 39

Reconocimiento, 18, 38, 43, 47, 74, 100, 133

directa, 20

de figuras, 75

puntos de, 36, 93, 94, 97, 98

de lugares, 30, 46

serial, 131

de mojones, 27

sistema de, 38, 42, 129

de objetos, 27, 35, 52, 60, 66, 129

visual, 44, 45,

de patrones, 31, 32, 78

Piel, 67, 68, 75, 79, 87

de un origen, 60

de la zona abdominal, 75

del entorno, 45

del invidente, 67, 68

prueba de, 33

por acción, 67

sistemas de, 38

sensores de la, 22 Planeación, 18, 41, 69, 98, 99, 129 de ambientes, 22 de una acción, 41, 62 de rutas, 60, 133 Precisión, 29, 31, 33, 34, 37, 39, 40, 43, 62, 107, 112, 115, 123, 124, 131, 132 de la configuración, 131 de la representación, 106 de las respuestas, 31 en el cálculo, 106 en el espacio, 106 en la disposición espacial, 73 en la indicación, 101 en la ruta, 35

análisis de los, 107, 108 codificación de los, 84 Representación espacial, 17-19, 22-24, 26-30, 33, 35, 45, 46, 51-53, 56, 57, 61, 62, 65-67, 69-71, 73, 80, 81, 85, 86, 118, 121, 126-131, 133 análisis en la, 38 clases de, 28 dinámica de la, 29 del entorno, 22, 65, 66, 69, 104, 131 del dispositivo, 36 de las personas, 22, 27, 37 estrategias en la, 30 información en la, 119 lingüística en la, 58

nivel de, 36, 121 Propiocepción, 60, 67

R Razonamiento, 23, 40, 78, 128 cadena de, 81 espacial, 21, 38 mental, 45

Reportes verbales, 73, 80, 81, 89, 118, 128

parámetros de la, 23, 53, 54 sistema de, 36 Retroalimentación, 17, 56 propioceptiva, 19 acústica, 32 vibratoria, 68

[ 1 7 2 ] Índice temático

S Segmentación, 81-83, 90, 108, 147 en episodios, 108

de referencia, 28, 45, 46, 52-54, 124, 131 del dispositivo, 68 egocéntrico, 58

Sensar información, 86, 87

mecatrónico, 22, 86

Sentidos, 20, 21, 39, 54, 120, 129

neuronales, 51, 52

Señal(es), 21, 26, 34, 42, 45, 49, 51, 53, 56, 65-67, 75, 79, 86, 87, 89, 91, 96, 109, 119

perceptual, 22, 38, 39, 67, 93, 95 propiocetivo, 107

auditivas, 15, 32, 33, 34

representado, 19

cinestésicas, 53

unificado, 50

de entrada, 51

vestibular, 19

del entorno, 49, 79

vibrotáctil, 75

del dispositivo, 75, 96, 97, 101, 120

T

de luz, 75 dirección de las, 75 espacial(es), 33, 56, procesar las, 46, 68, 87 táctiles, 34, 42, 69, 107 tratamiento de, 36, 86 visuales, 65, 67, 68 Sistema(s), 16, 18, 19, 28-30, 34, 36, 38, 40, 42, 50-52, 65-68, 83, 85, 86, 118, 129, 132 artificiales, 18, 19, 23, 67 aumentativo, 22 cerebral, 66 cognitivo, 39 compensatorio, 19 de conocimiento, 29, 83 de coordenadas, 55, 58 de navegación, 29 de procesamiento, 38, 58, 120 de reconocimiento, 38

Táctil(es), 15, 27, 28-34, 37, 38, 41, 42, 44, 46, 52, 58, 62, 63, 65, 66, 68-70, 71, 74-79, 81, 85, 89, 90, 104, 107, 117, 119-122, 124-128, 130-132 estrategias, 37 experiencia, 41 exploración, 66, 69, 78, 80, 125 información, 18, 68 modelo(s), 70, 106, 132 señales, 34, 42, 69, 107 sistema, 68 Tacto, 26, 28, 29, 52, 66-68, 78, 85 de los dedos, 61 sentido del 21, 67 Transducción de estímulos, 32

U Ubicación, 26, 31, 33, 36, 46, 51, 54, 66, 74, 77, 79, 83, 93, 94, 103, 104, 106, 112, 113, 123-125, 132 de los individuos, 47

Índice temático [ 1 7 3 ]

de las estimulaciones, 104

de información, 23, 66, 119

de mojones, 45, 62

de situaciones, 20, 119

de objetivos, 27

de superficies, 28

de objetos, 21, 42, 51, 87, 124, 131

Vibrotáctiles, 67, 68

de obstáculos, 42

Visión, 17, 19, 21, 25, 43, 59, 67, 68, 123

dirección de, 123

artificial, 36, 86

distancia de, 132

con información, 22 de objetos, 40

Umbral, 21

V Variedad, 30, 119-121, 124, 130, 133 de estimulación, 20, 120 de estrategias, 31, 66, 118, 120, 124, 130

espacial, 40 global, 56, 59 integradora, 38 normal, 56 panorámica, 33, 59

imA eX

G en mentA L

Y

R eP R eS entA ciÓ n eS P A ciA L

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