Ilegitimidad y poder real: el empleo de los hijos de Alonso de Aragón, arzobispo de Zaragoza

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FAMILIA, CULTURA MATERIAL Y FORMAS DE PODER EN LA ESPAÑA MODERNA

III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna. Universidad de Valladolid 2 y 3 de julio del 2015

MÁXIMO GARCÍA FERNÁNDEZ (EDITOR)

III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna

FAMILIA, CULTURA MATERIAL Y FORMAS DE PODER EN LA ESPAÑA MODERNA Valladolid 2 y 3 de julio del 2015

MÁXIMO GARCÍA FERNÁNDEZ (EDITOR)

ISBN: 978-84-938044-6-6 © Los autores © De esta edición Fundación Española de Historia Moderna, Madrid, 2016. Editor: Máximo García Fernández. Colaboradores: Francisco Fernández Izquierdo, Mª José López-Cózar Pita, Fundación Española de Historia Moderna. [email protected] Fotografía de cubierta: Biblioteca Histórica Santa Cruz, Universidad de Valladolid. Entidades colaboradoras en la convocatoria y celebración del Encuentro:

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Ilegitimidad y poder real: el empleo de los hijos de Alonso de Aragón, arzobispo de Zaragoza Illegitimacy and royal power: the employment of the children of Alonso de Aragón, archbishop of Zaragoza Jaime ELIPE SORIANO Universidad de Zaragoza Resumen: La presente comunicación pretende abordar las distintas maneras en las que la Monarquía empleó a los hijos de don Alonso de Aragón, arzobispo de Zaragoza, para sus fines políticos. Estos hijos aparecen como piezas clave de las estrategias de Fernando el Católico para ampliar sus redes de poder, sobre todo en zonas más periféricas. De los cinco hijos conocidos de don Alonso, dos acabaron ocupando la sede de Zaragoza, una hija casó con el duque de Gandía, otra con el de Medina Sidonia y el benjamín fue embajador de Carlos V. Palabras clave: Alonso de Aragón, Fernando el Católico, poder real, bastardía. Abstract: This communications presents Monarchy's different ways to employ the sons and daughthers of Alonso of Aragon, archbishop of Zaragoza, for its political targets. Those children played outstanding roles in the complex power networks developed by Ferdinand the Catholic. Don Alonso had five known children and everyone of them had an important paper in politics. Two of them became archbishops of Zaragoza, one daugther married to de Duke of Gandía, other one to the Duke of Medina Sidonia. The last son was ambassador of Charles V. Keywords: Alonso of Aragon, Ferdinand the Catholic, royal power, bastardy.

1. Introducción Con toda seguridad, a finales de 1467, mientras el príncipe Fernando de Aragón ayudaba a su padre el rey Juan II en la guerra civil contra los catalanes, nació el que sería el primer fruto de sus amoríos: don Alonso de Aragón. Nacido de la noble catalana Aldonza Iborra, este niño llegaría a ocupar los lugares más elevados dentro de la Iglesia aragonesa como arzobispo de Zaragoza, mitra que administró desde 1478 hasta su muerte en 1520. El disfrute de tal cargo iba ligado a un gran poder espiritual, pero la influencia de Alonso de Aragón no quedó constreñida, como era habitual en la época, a la ciudad de Dios. Al contrario, que tuvo un peso fundamental en la política del momento, siempre solícito colaborador de su padre el rey quien depositó plena confianza en su hijo. De un rápido vistazo se puede apreciar que, a falta de investigaciones de mayor profundidad, fue nombrado lugarteniente general del reino de Aragón al menos siete veces –desde 1485 en adelante–; fue diputado nueve veces. Además, a su muerte en Madrigalejo Fernando el Católico, a día 22 de enero de 1516, mandaba redactar su testamento así como unas líneas para el príncipe Carlos; al día siguiente moría el rey. En estas últimas voluntades depositaba en su único hijo supérstite, Alonso de Aragón, lo siguiente: El presente trabajo ha sido desarrollado dentro del Grupo de Investigación Consolidado "Blancas" del Gobierno de Aragón y es parte de la tesis doctoral, en preparación, del autor. III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna Universidad de Valladolid - Fundación Española de Historia Moderna. 2015

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Jaime ELIPE SORIANO “E porque entre tanto que el dicho Illustrisimo Principe viene por ausencia suya e ffasta haberlo el probeydo no se siga algun escandalo o inconuiniente en los dichos reynos confiando muy enteramente dela prudencia e integridad del Illustrisimo e muy Reuerendo Don Alonso de Aragon Arçobispo de Caragoça e de valencia nuestro muy caro e muy Amado fijo lugartiniente e Capitan general e del deudo e obligaçion que tiene al bien publico de los dichos Reynos seruiçio e stado del Illustrisimo Principe nuestro muy Caro nieto nombramos e señalamos al dicho Arçobispo de Caragoça nuestro fijo en nombre del dicho Illustrisimo Principe para que administre probeche y gobierne los dichos nuestros Reynos de la Corona de Aragon fasta tanto que el dicho Illustrisimo Principe lo probea como dicho es para que el dicho Illustrisimo Arçobispo faga en el dicho tiempo todas las coßas que el dicho Illustrisimo Principe e Gobernador General podria y sabria fazer […]1”.

Por lo tanto, hasta la venida del príncipe Carlos de sus estados en los Países Bajos, sería el "tándem" formado por el cardenal Cisneros y el arzobispo de Zaragoza los encargados del gobierno. Pese a que fue un personaje de gran relevancia, no existen estudios sobre su persona, debido en parte a la escasez de trabajos sobre su padre2. Estos se reducen al campo de la historia del arte y su labor como gran constructor de la catedral de la Seo de Zaragoza. Don Alonso, administrador de la archidiócesis de Zaragoza desde que tenía unos diez años de edad, se ordenó muy tardíamente en 1501 y se cree que únicamente por presiones de su madrastra la reina Isabel 3 . Pese a ser consciente de su dignidad eclesiástica e intervenir de manera activa en los asuntos de su mitra, no fue precisamente un ejemplo de continencia sexual. Tuvo cinco hijos conocidos, de los cuales cuatro fueron con Ana de Gurrea y el quinto de madre desconocida. Estos hijos los tuvo a partir de la década de 1490 y como veremos, tuvieron una importancia capital en los movimientos políticos de su padre el rey Fernando, con la connivencia como es lógico de Alonso, principal interesado en encumbrar a su progenie en los principales puestos. Como es bien sabido, la familia siempre ha sido una forma de obtener poder e influencia y más en una sociedad como la del Antiguo Régimen. La intención de esta comunicación es hacer brevemente un repaso de cómo se interesaron Alonso de Aragón y la monarquía –desde Fernando el Católico a Felipe II– por situar estratégicamente a sus hijos ilegítimos. Aunque la familia de los Trastámara acabó reduciéndose de facto a Juana por ser la única que acabó residiendo en España, existió una amplia parentela de origen ilegítimo, pero de sangre real, que colaboraron estrechamente con la Corona en sus intereses comunes por lograr la hegemonía. Por tratarse de un tema considerablemente extenso –y poco estudiado hasta ahora–, nos ceñiremos en este trabajo únicamente a los cinco hijos documentados del arzobispo de Zaragoza don Alonso de Aragón. La hipótesis principal que planteamos es que esta progenie de origen real e ilegítimo fue un recurso empleado en todo momento para el servicio del monarca y del poder real. La parte ilegítima de la familia fue usada por los Trastámara con inteligencia para conseguir distintos objetivos, que en este caso era ampliar el alcance del poder real. Considero que es más que evidente que esta familia, extensa y de orígenes ilegítimos, formaba un grupo de presión fortísimo, con un papel dominante en Aragón. Ha de tenerse en cuenta que no únicamente lo conformaban los hijos de don Alonso, sino 1

Archivo de la Diputación Provincial de Zaragoza (ADPZ), ff. 1497v–1498r. Aurora Egido y José Enrique Laplana (eds.), La imagen de Fernando el Católico en la Historia, la Literatura y el Arte, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2014, pássim. 3 Bartolomé Leonardo Argensola, Anales de Aragón [Prosiguen los Anales de Jerónimo Zurita desde 1516 a 1520], 1630, (ed. Javier Ordovás Esteban), Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 2013, pp. 139–140. 2

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bastardos varios de Juan II. Este clan, de decidido apoyo al poder real para lograr su propio acrecentamiento, fue empleado por el rey, el Católico sobre todo, para extender sus tentáculos de poder y conseguir llegar a zonas remotas en las que no podría actuar directamente. Antes de dar comienzo, es interesante reseñar que, aunque existe una carencia importante en los estudios sobre la bastardía y sobre todo en España, es destacable que la ilegitimidad cuando se trató de la sangre real en esta época jamás fue un impedimento para alcanzar grandes beneficios eclesiásticos o jugosos matrimonios. La prole del arzobispo de Zaragoza así lo demuestra. 2. Los hijos de don Alonso de Aragón 2.1 Juan de Aragón El mayor de los hijos de Alonso de Aragón fue Juan de Aragón y Gurrea, nacido posiblemente en 1492 estuvo desde su juventud en el ambiente cortesano. A la muerte de su padre, continuó la tradición de los arzobispos de la Casa Real siendo él mismo nombrado para la mitra cesaraugustana. Su preocupación por las cosas espirituales al parecer era más bien escasa, ya que únicamente fue diácono 4 ; estuvo bastante más preocupado de los placeres mundanos que de sus obligaciones eclesiásticas, si bien es cierto que a diferencia de su padre no se le conocen hijos5. Debido a estar siempre en la corte de su abuelo, se propagaron varios rumores sobre su futuro que se auguraba prometedor. Uno de ellos causó problemas en las relaciones hispanas con el emperador Maximiliano. Fue extendido por el rey Luis XII de Francia en 1512 cuando se encontraba fuertemente presionado por suizos y venecianos en Milán, buscando así la disensión entre los aliados de la Santa Liga. La idea, que según el monarca francés tenía del católico, era casar las dos hijas del Gran Capitán con su nieto Juan, futuro arzobispo de Zaragoza, y con el duque de Segorbe, sobrino suyo. Así, Juan de Aragón acabaría siendo rey de Nápoles6. Esto no parece ser del todo verosímil, ya que Fernando II mandó a su nieto a Flandes con el príncipe Carlos, pero es de importancia reseñar el valor que tenía, aunque solamente fuera una noticia espuria, el anuncio de un matrimonio de esta categoría. En la corte de su primo Carlos permaneció varios años hasta algo antes de la llegada de Carlos a España. Hay constancia de que a su llegada en 1513 fue recibido con todos los honores por el príncipe. Posiblemente se debiera tal recibimiento a que no dejaba de ser un personaje de la familia real y nieto de católico, si bien fue interpretado en su momento como un argumento más por los que podría ser Juan de Aragón investido como rey de Nápoles7.

4 Fray Diego Murillo, Fundación milagrosa de la Capilla Angélica y Apostólica de la Madre de Dios y excellencias de la Imperial Ciudad de Caragoça, Zaragoza, 1616, p. 244. 5 Martín Carrillo, Historia del glorioso San Valero obispo de la ciudad de Çaragoça. Con los Martyrios de San Vicente […] con catalogo de todos los prelados Arçobispos y abades del Reyno de Aragon, Zaragoza, 1615, p. 278: "Era muy aficionado a la musica: y ass tuuo gran capilla de cantores, y mucha casa de familia y gente." 6 Jerónimo Zurita, Historia del rey don Fernando el Católico. De las empresas, y ligas en Italia, (ed. electrónica José Javier Iso [coord.]), 2005, libro X, cap. III. 7 Ibidem, libro X, cap. LV: “Cuando don Juan de Aragón llegó a Flandes, el emperador, porque fue enviado a su recuesta, le mandó hacer gran recogimiento […] y como algunos señores estaban en Flandes, especialmente el duque de Sajonia, y el de Rabastán, se desdeñasen que les procediese, el emperador determinó, que pues le habían dado a entender, que el Rey Católico le quería hacer rey de Nápoles, y lo pudiera […].” III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna Universidad de Valladolid - Fundación Española de Historia Moderna. 2015

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El papel que desempeñó fue como intermediario entre Alonso de Aragón y el príncipe Carlos de Gante. De hecho, se conservan misivas en las que el arzobispo de Zaragoza le da pormenorizadas instrucciones de qué ha de decirle al príncipe de su parte, en las que se ruega por su venida a sus estados peninsulares –tema muy manido– como por asuntos del entorno familiar del arzobispo de Zaragoza8. Como hemos dicho, a la muerte de su padre recibió el arzobispado de Zaragoza, prebenda que ocupó hasta su muerte en 1530. No podemos determinar por ahora si su carrera estaba destinada a la Iglesia desde un principio o no, pero sí es seguro que a la llegada del príncipe, antes de las cortes de Aragón de 1518, ya era eclesiástico. Esto es debido a una declaración de Carlos sobre la posible merced que le haría a su padre de un obispado que podría pasar a Juan de Aragón si lo quisiera. A diferencia de Alonso, no tuvo una residencia constante en la archidiócesis ya que sus deberes cortesanos le obligaron en varias ocasiones a desplazarse. A ello es debido que su fin llegara en la villa de Madrid, donde estaba por mandato imperial. 2.2 Hernando de Aragón El siguiente de los hijos varones habidos con Ana de Gurrea que tuvo don Alonso de Aragón fue Hernando. Este, al igual que su hermano Juan, también se crió lejos de su padre, cerca por lo general de la corte y de su abuelo Fernando II, quien debía de tenerle bastante aprecio. Hernando, a diferencia del resto de hijos del arzobispo de Zaragoza sí ha sido estudiado, si bien de forma general y únicamente su episcopado en particular9. En su juventud decidió huir del siglo e ingresar en un monasterio, aunque Carlos V lo presentó para el abadiado de Veruela y finalmente la mitra de Zaragoza, con lo que así concluía la saga de los arzobispos de la Casa Real de Aragón. En un principio, su abuelo tenía pensados para él diversos cargos en las Órdenes Militares. Disfrutaba al parecer desde los nueve años de importantes emolumentos y de un futuro prometedor, ya que gracias al regreso y coadjutoría de Montesa sería en un futuro maestre de la orden. También conocemos que recibía un sueldo por sus servicios en la corte. Moviéndose con Fernando II, estuvo con él en sus últimos momentos en Madrigalejo; como es conocido, el rey pensaba celebrar capítulo de la orden de Calatrava en Guadalupe. En esta junta, que jamás tuvo lugar por sobrevenirle la muerte al monarca, el católico pensaba otorgarle o la encomienda mayor o la clavería. Es decir, de haber podido llevar a cabo sus planes –con cierta facilidad por disfrutar del maestrazgo de la orden–, Hernando hubiera disfrutado en un futuro próximo el maestrazgo de Montesa y el segundo cargo más importante de Calatrava –con las rentas que conllevaba–. Cuando decidió retirarse del mundo, tomó el hábito de San Bernardo e ingresó en el monasterio de Piedra. De esta manera, a diferencia de sus familiares más cercanos, con 26 años había tomado las órdenes sagradas. En este estado de retiro y estudio vivió 8

Un ejemplo lo tenemos en la extensa epístola que le manda el 7 de marzo de 1516 desde Zaragoza a su hijo, que es básicamente una radiografía de los problemas más acuciantes que tenía Alonso de Aragón en aquel momento; Manuel Fernández Álvarez, Corpus documental de Carlos V, tomo I, Salamanca, 1973, pp. 50–57. 9 El más estudiado de los arzobispos, Hernando de Aragón, cuenta con dos trabajos principales, de los cuales el más completo es, si bien una biografía divulgativa, Gregorio Colás Latorre, Isidoro Miguel García, Jesús Fermín Criado Mainar, Don Hernando de Aragón: arzobispo de Zaragoza y virrey de Aragón, Zaragoza, Caja de Ahorros de la Inmaculada de Aragón, 1998. Por su parte, centrado en el aspecto religioso del mismo, Isidoro Miguel García, Don Hernando de Aragón, Arzobispo de Zaragoza (1539–1575): índole pastoral y talante reformador del último arzobispo de la casa real de Aragón, Zaragoza, 1994.

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durante once años hasta que su primo el Emperador decidió proponerlo para el abadiado de Veruela, que ocupó en 1535. Esto lo obligó a entrar en la vida política al salir elegido como diputado; ya en 1539 tomó posesión de la mitra de sus antepasados. A lo largo de su pontificado, se dedicó a la reforma de los hábitos del clero, siguiendo el impulso tridentino, así como a dedicar gran parte de los recursos de la archidiócesis en reparar y mejorar las fábricas de los templos. Finalmente, su situación acabó por encumbrarse cuando en julio de 1566 Felipe II decidió nombrarlo lugarteniente general del reino. Como virrey fue partícipe de los principales asuntos del momento, como los problemas con la Inquisición y las leyes aragonesas, la defensa de la frontera con el Bearne o los temores surgidos tras el levantamiento de los moriscos granadinos10. 2.3 Juana de Aragón Además de los dos primeros varones, Alonso de Aragón, tuvo dos hijas. La mayor de ellas, Juana de Aragón fue casada en 1507 con Juan de Borja, III duque de Gandía. Fue la madre de Francisco de Borja, futuro jesuita y santo de la Iglesia católica. Antes de contraer matrimonio con el citado noble, fue Pedro Manrique de Lara, el I duque de Nájera quien intentó casarse con ella o al menos ofrecía tal posibilidad a cambio de regresar a la lealtad al rey, con quien estaba enemistado11. De hecho, la idea inicial del matrimonio de Juana de Aragón no fue esa, sino que se intentó con otros grandes potentados para aquietar facciones 12 . Posteriores investigaciones podrán arrojar luz sobre este caso, que no deja de tener cierto interés. ¿A qué fue debido este matrimonio, sobre todo cuando los Borja ya no ostentaban gran poder en Europa a la muerte del patriarca de la familia, Alejandro VI? Creo que posiblemente, la idea sería revertir de una manera u otra el dicho ducado en el patrimonio real, a donde había pertenecido de manera tradicional. 2.4 Ana de Aragón El siguiente caso se encuentra en relación con los grandes y ricos estados del sur hispano, especialmente los del reino de Sevilla. Es aquí precisamente cuando Ana de Aragón entra en escena, una de las dos hijas de don Alonso habidas con Ana de Gurrea. Aunque finalmente acabó casándose con el duque de Medina Sidonia, es necesario señalar que se inserta en la culminación de unas pautas comenzadas ya en la época de la Guerra Civil Castellana. En esos momentos entraron en escena por primera vez, si bien las negociaciones no llegaron a buen término, Juana y Alonso, los primeros hijos – ilegítimos– habidos por el joven Fernando13. La idea original del trato consistiría en casar a Juana de Aragón con un hijo de Juan Téllez–Girón, II conde de Ureña (¿quizás con Pedro Girón?). El conde era, además de otros dominios, señor de Osuna y, lo más importante, sobrino de Beltrán de la Cueva, gran maestre de Santiago. Este acuerdo tenía una segunda parte que incluía el matrimonio entre Alonso de Aragón y una hija de 10

G. Colás Latorre, I. Miguel García, J. F. Criado Mainar, Don Hernando de Aragón, pp. 27–37. J. Zurita, Historia del rey don Fernando, libro VI, cap. XXVIII. 12 Ibidem, libro VIII, cap. IX: “Entonces, por asegurar más al duque de Alburquerque en su servicio, que era muy deudo, y confederado con el condestable, trató el rey que casar don Beltrán de la Cueva su hijo mayor con doña Juana de Aragón hija del arzobispo de Zaragoza: y aunque esto no se efetuó, tuvo el rey tan cierto al duque en su servicio, como al condestable, y doña Juana de Aragón casó con don Juan de Borja duque de Gandía.” Nótese que no era la primera vez que Fernando II intentaba emparentar con el linaje de La Cueva, si de bien la vez anterior hacía treinta años. 13 José Ángel Sesma Muñoz, Fernando de Aragón. Hispaniarum Rex, Zaragoza, Gobierno de Aragón, 1992, pp. 260–263. 11

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Beltrán de la Cueva; no cabe duda de que estas medidas tenían como objetivo sujetar a la Casa de Alburquerque14. Al no llegar a buen puerto estas negociaciones, el rey Juan II rehízo su estrategia. Se mantuvo como línea de trabajo intentar unir a su estirpe la casa de la Cueva mediante el matrimonio de la hija de don Beltrán. Sin embargo, esta vez lo intentó con su propio hijo Juan I de Aragón, el arzobispo de Zaragoza, quien no había tomado órdenes sagradas. En esta ocasión, la oferta matrimonial tampoco acabó por fructificar15. Retomando el hilo de los hijos de Alonso, treinta años más tarde esta estrategia destinada a extender los intereses de la monarquía en el sur empezaba a dar sus frutos. En el año de 1506 daban comienzo los problemas que se alargarían más de un decenio en Andalucía. Juan Alonso Pérez de Guzmán y de Ribera, III duque de Medina Sidonia, intentó manu militari hacerse con Gibraltar; lugar que más allá de su vital importancia por su posición, era posesión de la Corona16. A este problemático duque se vino a sumar la montaña de problemas que surgieron con su muerte. Pedro Girón –del que anteriormente hemos hablado–, hijo del conde de Ureña, estaba casado con la hermana del IV duque titular de Medina Sidonia, Enrique Pérez de Guzmán y Fernández de Velasco. Pedro Girón ejercía un tutelaje sobre su cuñado y al parecer tenía poderes suficientes para hacer y deshacer a su antojo. Por ello mismo, quiso casar a su hija con el citado Enrique Pérez de Guzmán, algo a lo que el rey Fernando se opuso, alegando “que no se entremetiese en el gobierno de aquella casa; diciendo que tenía al duque opreso”17. Evidentemente, el católico tenía otras ideas para el joven duque; para zanjar definitivamente los problemas en el sur andaluz pensó en casarlo con su nieta Ana de Aragón, hija del arzobispo de Zaragoza. Sin embargo, en un golpe de audacia Pedro Girón secuestró al duque y lo llevó a Portugal; pero a la muerte del IV duque, el rey Fernando consiguió finalmente casar a su nieta con el V duque, Alonso Pérez de Guzmán, hermanastro del anterior. Se llevó a cabo el referido matrimonio en noviembre de 1515 en Palencia, estando presente el rey 18 . Su matrimonio fue anulado posteriormente y el noble apartado del gobierno de sus estados debido a sus desarreglos psíquicos, pasando estos a su hermano, con quien casó después Ana de Aragón. Como cabía de esperar en esta embrollada cuestión, el asunto no quedó ahí. Debido a que los dos hermanos eran de otro matrimonio del III duque, para el cual parecía que no había habido dispensa papal, Pedro Girón contraatacó. Esgrimiendo la nulidad de dicho enlace, reclamó lo que consideraba la herencia de su mujer, ya que según sus presupuestos, sus cuñados eran de origen ilegítimo. La muerte de Fernando, acaecida dos meses después de la boda, fue el inicio que esperaba para comenzar las hostilidades. Reunió gente de guerra en abundancia y decidió tomar los estados que debían pertenecer a su mujer por la fuerza. Al menos en marzo de 1516 ya está constatado, debido a que don Alonso de Aragón se quejaba por esas fechas amargamente tanto al gobernador Cisneros como al príncipe Carlos. Dos años más tarde, el asunto aún estaba candente, aunque finalmente Pedro Girón desistió de su empresa. 14

Jerónimo Zurita, Anales de Aragón, vol. 7, (ed. Ángel Canellas López), Zaragoza,Institución Fernando el Católico, 1977, p. 637. 15 J. Zurita, Anales de Aragón, vol. 8, p. 41. 16 J. Zurita, Historia del rey don Fernando, libro VII, cap. XXIV. 17 Ibidem, cap. XXV. 18 J. Zurita, Historia del rey don Fernando, libro X, cap. XCVIII: “Allí se celebraron las bodas de doña Ana de Aragón su nieta, con don Alonso de Guzmán duque de Medina Sidonia, no embargante que ya se tenía alguna noticia de la inhabilidad, y demencia del duque.”

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2.5 Alonso de Aragón El último de sus hijos debió de tenerlo ya en torno a 1515, ya que no aparece en la escena política en ningún momento dentro de la vida de Alonso de Aragón. Posiblemente lo tuvo con otra mujer distinta de Ana de Gurrea –con la que amancebado y era madre de sus otros hijos–; conocemos actualmente bastante poco. Llamado Alonso de Aragón también, no recibió grandes prebendas de su primo el Emperador pero sí responsabilidades. Tal y como apunta brevemente M. Carrillo: "Don Alonso, que fue Arcidiano de Zaragoça: de quien el Emperador Carlos Quinto hizo mucha cuenta, y le nombro en Embaxador de Venecia y Abad de Monteraragon"19. 3. Conclusiones Viendo estos cinco casos, desde el mayor de los hijos de don Alonso hasta el benjamín, puede observarse como todos ellos –en mayor o menor medida– fueron piezas importantes dentro de la política de la Corona, ya fuera con los Trastámara o los Habsburgo. Se emplearon tanto para controlar una de las diócesis más importantes de la Península, servir de alter nos del rey, casarse con la alta nobleza o como embajador: la prole del arzobispo de Zaragoza desempeñó un importante papel de servicio a la monarquía. Los dos hermanos mayores, Juan y Hernando siguieron en buena medida la estela de su padre, pero Ana de Aragón, creo que es posible adelantar en espera de nuevos datos al respecto, que tuvo un papel de primer orden en conservar la paz en el sur andaluz. Era la única manera que tenía el rey –el este caso el Católico– de introducir una pieza de su familia en un lugar tan alejado de su radio de acción. Por último, si bien el caso de Alonso de Aragón como embajador de Carlos V es el menos llamativo es también significativo ya que al final toda la familia acabó al servicio de la Corona de una manera u otra. Es también de interés observar que poco interesaba el hecho de que fueran nietos ilegítimos, lo substancial es que estos tenían sangre real por parte de padre. Dado que la calidad de ésta se transmitía por vía masculina, no importaba tan apenas que fueran doblemente ilegítimos. Eran una preciada pareja, por el entroncamiento con la familia real y prebendas que podía suponer, en sentido ascendente. En el contrario, era el acceso directo por parte del rey a un linaje ajeno a los intereses de la monarquía y en ocasiones contrarios. Por lo tanto, creo que puede quedar demostrado cómo los hijos ilegítimos del arzobispo de Zaragoza don Alonso de Aragón fueron piezas clave en la política de acrecentamiento del poder de la Corona a finales del siglo XV y principios del XVI.

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Martín Carrillo, Historia del glorioso San Valero obispo de la ciudad de Çaragoça. Con los Martyrios de San Vicente […] con catalogo de todos los prelados Arçobispos y abades del Reyno de Aragon, Zaragoza, 1615, p. 277. III Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna Universidad de Valladolid - Fundación Española de Historia Moderna. 2015

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Descendencia de Alonso de Aragón.

Árbol genealógico de los Medina Sidonia

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