II CONGRESO DE ARQUEOLOGÍA La Mancha Occidental y La Mesa de Ocaña. Escuela de Arqueología de Plaza de Moros

June 9, 2017 | Autor: Catalina Urquijo | Categoría: Edad Del Hierro, TICs aplicadas a la Educacion, Escuela de Arqueología - UNCa
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Descripción

II CONGRESO DE ARQUEOLOGÍA DE LA PROVINCIA DE TOLED.O Volumen 1

La Mancha Occidental y La Mesa de Ocaña

N

t

DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE TOLEDO

DIONISIO URBINA CATALINA URQUIJO Arqueólogos

EL PROYECTO PLAZA DE MOROS. VILLATOBAS (TOLEDO). UN EJEMPLO DE GESTIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO

Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora. A.

MACHADO

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EL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO. UNA REALIDAD OLVIDADA El término gestión del patrimonio es relativamente moderno en la historiografia española, se desarrolla de hecho con las transferencias de cultura a las Comunidades Autónomas. Sin embargo ya se ha convertido en una expresión aceptada y de uso corriente en los estudios arqueológicos. Viene a expresar una concepción más amplia que la de la investigación arqueológica tal y como se entendía hasta los años 80, en el sentido en el que engloba esa investigación, la recuperación de los restos exhumados y los programas de difusión, exposición y acondicionamiento de los yacimientos arqueológicos para el uso y disfrute del público en general. Las Consejerías de Cultura, Patrimonio o Educación y Cultura de las distintas Comunidades Autónomas asumieron con las transferencias las responsabilidades de la gestión de su patrimonio. Este hecho supuso un cambio de orientación que en pocos años, apenas una década, ha cambiado el panorama de la práctica y la profesión de la arqueología en nuestro país. Surge ya a finales de los 80 la figura del arqueólogo profesional, desligado de la universidad, trabajando para las empresas públicas o privadas que deben investigar los restos arqueológicos que sus obras afectan (lamentablemente, en la mayoría de los casos para ser después destruidos), de acuerdo con las normativas protectoras de los gobiernos autónomos. Pero la salvaguarda del patrimonio es un requisito para su gestión, no la gestión en sí misma. Por las mismas fechas el prototipo de arqueólogo por excelencia que habíamos conocido: el profesor universitario, se va relegando a sus funciones naturales ligadas a la enseñanza y se desvincula poco a poco de la 359

arqueología de campo. El porcentaje de excavaciones realizadas desde la Universidad es cada vez más pequeño en relación a las actuaciones de arqueólogos profesionales. Sin duda esta tendencia se relaciona con las escasas o nulas dotaciones económicas que la Universidad tiene o dedica a la investigación arqueológica de campo. Pero al mismo tiempo nace una nueva figura antes desconocida: el gestor cultural y, paradójicamente (o casualmente), se convierte en una de las escasas titulaciones que ofertan las universidades privadas, al tiempo que las públicas en vez de convertirlo en una nueva diplomatura o licenciatura, optan por lo común por la fórmula (sin duda más lucrativa) del curso especializado de postgrado o el master! . Tampoco la investigación arqueológica es en sí misma gestión. Acabamos de decir que junto a la conservación y la investigación, en la gestión subyace la necesidad de acercar al público (de cuyos bolsillos se extraen los impuestos que se dedican a la conservación e investigación arqueológicas) el patrimonio, en nuestro caso los resultados de las intervenciones o la propia arqueología en general". Obviamente, la gestión del Patrimonio se convierte en responsabilidad de las Comunidades Autónomas. En nuestro caso, en Castilla-La Mancha, los escasos recursos dedicados a la arqueología apenas son suficientes para garantizar la conservación del extenso patrimonio de la región. La investigación se centra en los cinco Parques Arqueológicos provinciales y la continuación de excavaciones en otros grandes yacimientos como Segóbriga, Ercávica, Saucedo o Carranque, excavados por medio de convenios con el INEM. No existe como tal, un proyecto de gestión integral del patrimonio arqueológico regional, aunque las iniciativas parciales comienzan tímidamente a aparecer. Esta situación no es exclusiva de nuestra comunidad, algo similar ocurre por ejemplo en Extremadura (con la excepción de Mérida) o Madrid. Por lo que se refiere a esta comarca oriental de la provincia de Toledo, el patrimonio en general y el arqueológico en particular, constituye todavía un aspecto invisible de la realidad. La situación apenas ha variado en decenios de modo que todavía predominan actitudes de desprecio nacidas

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Un resumen de las ofertas existentes en la actualidad en nuestro país en Boletín del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, 31, junio, 2000, Sevilla, 33-43. Ver por ejemplo: VVAA. «Conservación arqueológica. Reflexión y debate sobre teoría y práctica». Cuadernos del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. I1I, Sevilla, 1994, o M. GONZÁLEZ et. al. «Turismo intelectual y arqueología: la aprehensión lúdica del pasado». Boletín del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, 32, septiembre, 2000, Sevilla, 74-80.

en muchos casos de la ignorancia y la visión general de que la arqueología es un mal necesario impuesto por la ley, que ocasiona inconvenientes, como retraso en las obras, o costes extra para pagar a los arqueólogos. Este panorama ha tenido nefastas consecuencias para algunos de los yacimientos de la comarca. Tal ha sido el caso, por ejemplo de los lugares en donde se levantan ermitas sobre yacimientos anteriores, realidad frecuente en todo nuestro país. Hace ya más de una decena de años que se realizaron unas campañas de excavación en el Cerro del Gollino, promontorio en medio de las primeras llanuras manchegas a occidente de la localidad de Corral de Almaguer. En una de las publicaciones sobre ellas se menciona de pasada' la existencia de un yacimiento con cerámica ática en el vecino cerro de la Virgen de la Muela, estribación oriental del alargado Cerro del Gollino. Ese curioso nombre lo debe a la existencia de una ermita dedicada a la Virgen de la Muela, de gran devoción en el pueblo de Corral. Se trata de una de las muchas vírgenes que están divinizando un espacio ocupado por el hombre antes de la llegada del cristianismo, fenómeno tan común en la geografia española. Al igual que común es la tendencia de los fieles, presta a ser satisfecha por las autoridades, a acondicionar sus espacios sagrados, máxime si se trata de lugares de romería en los que a la fiesta lúdica en un espacio abierto se une la religiosa, como es el caso de la Virgen de la Muela. Estos acondicionamientos del espacio implican por lo común (es el caso del espacio que nos ocupa) llevar agua corriente, la plantación de árboles y/o setos, la explanación del terreno para aparcamiento de vehículos o instalación de mesas, etc. Todas estas actividades significan alteraciones del subsuelo, en donde se conservan los vestigios arqueológicos, que resultan consecuentemente alterados o destruidos. En otros casos las obras son más ambiciosas, los acondicionamientos se extienden por un área mucho más extensa y las destrucciones de los restos arqueológicos son por ende mayores, tal y como sucede en la ermita de Nuestra Señora de la Esperanza, en Lillo, paraje donde un día estuvo el asentamiento medieval, romano y del Hierro II de Dancos. Aquí se acondicionó un espacio enorme con paseos, bancos y árboles recién plantados. Aún más. Como nos indica el cartel al efecto, una escuela taller se ocupó de restaurar la ermita excavando una explanada alrededor sobre un cerrete natural. Todavía son bien visibles los restos de cerámica de tipo

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SANTOS,l.A., PEREA,A. Y PRADOS,L. (1990). Primeros resultados de las excavaciones arqueológicas en el Cerro del Gollino (Corral de Almaguer). 1 Congreso de Arqueología de la provincia de Toledo. Toledo, 316.

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ibérico en los cortes practicados al cerro y los muros de piedra, algunos de casi un metro de grosor, seccionados por la excavadora (fig. 1). En otras ocasiones, las obras, aun siendo menores, afectan fuertemente a los restos arqueológicos, tal y como ocurrió en la ermita del Castellar, en Villarrubia de Santiago. Ubicada sobre el un antiguo castillo o torreón (el del Tormón), que lo hacía a su vez sobre un yacimiento amurallado del HIl, se dispone en el vértice de un frente de escarpe colgado sobre la vega del río Tajo. Allí, para practicar un espacio dedicado a aparcamiento de automóviles, se rebajó la superficie original del cantil en varios metros, destruyendo completamente en esa área cualquier vestigio arqueológico. En este caso, además, se unen otros dos factores de deterioro arqueológico. Por un lado la incidencia de los vertidos de yeso de una industria: FMClForet S.A., de otro los saqueos de piezas realizados por furtivos. Ambos fenómenos han afectado a otros lugares de la zona. Vayamos por partes. El control de la incidencia de las obras sobre los restos arqueológicos está legislado desde 1989 pero no siempre se contempla el impacto arqueológico en los estudios de impacto ambiental. Así sólo una casualidad hizo que pudiéramos intervenir en Hoyo de la Serna y Camino Viejo de Santa Cruz (ver comunicaciones en este mismo Congreso), amenazados por las obras de enterramiento de unos cables realizadas por Telefónica. Otras zanjas han cruzado la provincia de igual modo, citaremos las que cubrieron toda la vega del Tajo para llevar agua desde Bolarque hasta Ocaña, con ramales en todos los pueblos ribereños. En Ocaña se unen las zanjas que vienen del río Algodor y que afectaron a otra docena de municipios más al Sur. Por su parte, las cementeras como Asland y Valenciana de Cementos, amparadas en viejas concesiones, llevan años triturando el sub suelo en los términos de Ocaña y Yepes sin control arqueológico. Las actividades clandestinas en la comarca se centran en los yacimientos romanos del entorno de Ocaña: Los Villares, Camino de Yepes, Ciruelos y otros más alejados como Montealegre, en Villatobas. Se trata de búsqueda de monedas y otras pequeñas piezas de metal. Pero la avaricia de estos furtivos se cebó en un punto hace algunos años. A raíz de una intervención de urgencia para rescatar unas urnas de incineración de la Edad del Hierro en el paraje de Valdajos (Villarrubia de Santiago), se ha destruido casi por completo la necrópolis alta de este poblado amurallado sobre otro espolón de la vega del Tajo. El terreno se llegó incluso a roturar con grandes arados como vertederas o discos para extraer las urnas. Lo más doloroso del caso, es que el pueblo de Villarrubia no tiene la consciencia de haber perdido un patrimonio que era suyo. 362

Las predaciones de los furtivos motivaron igualmente las excavaciones en la necrópolis de Las Esperillas (Santa Cruz de la Zarza)", sin embargo, luego se abandonaron los restos de estructuras descubiertas una vez finalizadas las excavaciones a las inclemencias del tiempo, que se ocupó, como es lógico, de ellas. Hoy donde se suponían los vestigios de un templo en forma de H, no quedan más que rocas desnudas y desechos modernos, basura (fig. 2). Todavía los furtivo s merodean después de diez años y de tarde en tarde obtienen algún botín dentro de las propias cuadrículas.

EL PROYECTO DE PLAZA DE MOROS5 Con estos antecedentes no era fácil iniciar un proyecto de gestión de los restos arqueológicos en esta comarca de la Mesa de Ocaña. La falta de sensibilización general de la gente hacia inviable la obtención de recursos económicos de los ayuntamientos, menos aún de empresas de la zona. Tampoco se podía contar con la ayuda de la universidad, más necesitada de recibir recursos que de aportarlos. Tampoco mucho se podía esperar del gobierno autónomo. Y sin embargo, sabíamos, y nuestra experiencia a lo largo de varios años de práctica de la arqueología en lugares muy dispares así nos lo había confirmado, que los restos antiguos ejercen una gran fascinación entre el público. El contacto con la Asociación Comarcal Don Quijote de la Mancha, encargada de gestionar el programa Leader II en la Comarca de Ocaña, fue, en este sentido, decisivo y trascendental. Sin embargo, para entrar dentro del marco de las ayudas europeas (Leader) a zonas rurales deprimidas, era necesario elaborar un proyecto en el que la arqueología fuese más allá de la mera excavación, conservación e investigación de los restos. Se necesitaba un proyecto cuyos objetivos prioritarios fueran la creación de un foco de desarrollo local basado en un yacimiento arqueológico, esto es, en un recurso cultural endógeno. Se pretendía crear un centro de desarrollo cultural, educativo y turístico en la Comarca de Ocaña, orientado a un amplio espectro de interesados que abarca desde los escolares a

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A. GARCÍA,M. ENCINAS.La necrópolis de la Edad del Hierro de «Las Esperillas», Santa Cruz de la Zarza. Carpetania 1, Toledo, 1987. Queremos expresar nuestra gratitud a la Asociación Comarcal Don Quijote de la Mancha asícomo al Ayuntamiento de Villatobas, sin cuya ayuda este proyecto jamás se habría realizado.

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universitarios o profesores y el público en general. En definitiva, un proyecto de gestión del patrimonio arqueológico. Desde finales de 1997 comenzamos a trabajar en el desarrollo de ese proyecto, cuya aportación económica de carácter privado sería finalmente asumida en las dos primeras ediciones por la propia Asociación Don Quijote, y del que queremos resaltar especialmente cuatro aspectos. 1) Elección del lugar Es en esta zona norma (y en muchas otras) que las excavaciones arqueológicas se produzcan a consecuencia de la aparición casual de restos debidas a obras, labores agrícolas, agentes naturales o actividades clandestinas: Las Esperillas, Cerro del Gallina, son buenos ejemplos. En nuestro caso la elección del yacimiento debía estar en consonancia con el desarrollo futuro del proyecto y exigía combinar los intereses arqueológicos con otros como la accesibilidad del lugar, su entorno, el municipio en el que se ubicaba, etc. La prospección arqueológica realizada desde fines de 1993 en la Mesa de Ocaña, nos ofrecía un conocimiento exhaustivo y de primera mano a este respecto. La primera elección se refería a la época del asentamiento. Nadie duda de la dificultad de transmitir al público complejos culturales de tan escasos restos materiales como los que existen en la zona de la Edad del Bronce. De hecho, no parece casual que los yacimientos mejor conocidos y más excavados de la Meseta Sur (incluyendo los parques arqueológicos) sean todos de época romana: Carranque, Complutum, Ercávica, Tolmo de Minateda, Sauceda, Segóbriga, Sisapo, Valeria, o posterior: Alarcos, Calatrava la Vieja, Recópolis. Tan sólo en Albacete o Guadalajara yacimientos anteriores, de la Segunda Edad del Hierro adquieren protagonismo, aunque en ambos casos se trata esencialmente de necrópolis con rICOSajuares. Los restos materiales de las ciudades romanas las convierten en los objetivos prioritarios de los proyectos de puesta en valor de los conjuntos arqueológicos, sin duda por la monumentalidad de los mismos, porque son de fácil interpretación para el profano que reconoce de un vistazo una columna, un templo, un teatro. Pero por lo mismo, toda oferta que se oriente en ese sentido contará con mayor competencia o repetirá esquemas ya aplicados en otros lugares, ofreciendo una visión uniforme y reducida del pasado humano. Por otra parte, la comarca de Ocaña se encuentra muy próxima a restos romanos de la importancia de los de Segóbriga, que desaconsejaban la elección de ese modelo. Tras los restos romanos y medievales los yacimientos visitables mayormente elegidos son los de la Edad del Hierro, sin duda debido a los 364

buenos ejemplos con que se cuenta en el litoral mediterráneo y el auge de los estudios sobre el mundo ibero de la última década. Valorando los conjuntos arqueológicos de la comarca no había duda de que los yacimientos de esta época representaban una opción atrayente, que contaba con antecedentes de excavaciones. Pero en ningún momento se planteó la excavación de una necrópolis, ya que la idea del yacimiento-cantera era algo reñido con nuestra concepción de la gestión de los recursos arqueológicos. Una necrópolis, aporta por lo común materiales más o menos vistosos, pero que se deben exponer en un lugar diferente (museo, centro o aula de interpretación, etc.) al de su ubicación original, debido a la pobreza estructural de los cementerios de la Edad del Hierro. El yacimiento arqueológico se convierte de este modo en un espacio vacío, al que se le ha robado su significado y acaba convertido en tierra de labor, erial, linde o basurero. Por el contrario, un poblado permite musealizar los propios restos en su lugar original, de forma que el público puede participar de la experiencia de los arqueólogos que excavan el sitio, y de alguna manera de la experiencia de los antiguos habitantes del lugar, por medio del paisaje en el que se emplaza el asentamiento. Si, además, tenemos en cuenta que la investigación arqueológica en poblados de este período en la zona es escasa, la elección parece adecuada. Entre los poblados de la Edad del Hierro existen dos tipologías básicas en la Mesa de Ocaña" : una con núcleos en llano sin estructuras defensivas y otra sobre cerros testigos y espolones de borde de páramo y de frente de escarpe, con murallas y fosos. Ya hemos insistido en otros lugares? sobre el grado de arrasamiento que ofrecen los restos arqueológicos ubicados en tierras de cultivo actuales sobre suelos de escasa potencia, como es el caso de amplias regiones de Castilla-La Mancha. En la Mesa de Ocaña no queda ni uno sólo de estos lugares sin restos arqueológicos gravemente alterados, lo cual desaconsejaba su elección (amén de otras reflexiones para las que aquí no tenemos espacio). Quedaban tan sólo los recintos amurallados, tipología bien conocida en el Mediterráneo español, pero apenas documentada mediante excavaciones en nuestra zona. Unas estructuras

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D. URBI A. La Segunda Edad del Hierro en el Centro de la Península Ibérica. Un estudio de Arqueología Espacial en la Mesa de Ocaña, Toledo, España. BAR lnt, Ser. 855 Oxford. 2000. Ibidem, y «La Segunda Edad del Hierro en la Mesa de Ocaña. Un estudio regional de Arqueología del Paisaje». 5. o Coloquio Internacional de Arqueología Espacial. Arqueología del Paisaje. Teruel, 1998.

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defensivas poseen además la ventaja de la relativa monumentalidad de sus restos en el mismo sentido que las de los asentamientos romanos. De los diecisiete recintos amurallados de la Edad del Hierro conocidos en la comarca de Ocaña se eligió el de Plaza de Moros, en Villatobas por varias razones. Una de ellas fue la colaboración ofrecida desde el primer momento por el ayuntamiento de la localidad, que se tradujo en la cesión de las infraestructuras necesarias para el desarrollo de las campañas de excavación. Otra su estado de conservación, pues aunque nos temíamos que algunas partes sufrieron los efectos del cultivo, se encuentra desde hace varios años sin labrar. Las excavaciones posteriores confirmarían ambos supuestos, tanto las destrucciones como la relativa buena conservación de otras zonas. También influyó su aislamiento, pues garantizaba de alguna manera unos rasgos más propios, más indígenas si se quiere, de los antiguos pobladores, a la vez que una mejor conservación del entorno. El entorno como parte vital del yacimiento, por contraposición al yacimiento cantera, era una de las premisas del proyecto. Plaza de Moros posee en este sentido un entorno privilegiado, ya que se encuentra en una de las escasas zonas de toda la comarca que todavía posee atractivos paisajísticos, al tiempo que la vegetación sólo ha sido alterada parcialmente, de modo que podemos contemplar un horizonte semejante al que debió existir hace 2000 años (fig. 3) (los análisis antracológicos y de improntas vegetales sobre adobes quemados, están confirmando estos supuestos incluso más allá de 10 que habíamos supuesto en principio). 2) Excavación arqueológica y municipio de Villatobas Una de las causas de la indiferencia o el desprecio por los restos arqueológicos se deriva del propio carácter que las actuaciones arqueológicas tenían para los habitantes del municipio o de la zona en que se realizaban. Asimiladas como una necesidad impuesta desde el poder (y por tanto incontestable), el ciudadano de estos municipios observaba los trabajos con desconfianza, con el miedo todavía latente a una expropiación y con una profunda incomprensión. Los arqueólogos y sus ayudantes (en su mayor parte estudiantes) provenían de un entono distinto y se comportaban de manera diferente. Rara vez se explicaban los resultados de las excavaciones y sus motivaciones a los habitantes de la zona y, finalmente, un día desaparecían dejando unos hoyos inexpresivo s en el suelo y llevándose consigo los materiales (los tesoros) a lugares ignotos (usualmente museos provinciales en donde sólo de tarde en tarde veían la luz expuestos en vitrinas). 366

En Plaza de Moros desde el comienzo se procuró acercar la arqueología al público, que todos conociesen desde su inicio el proyecto que se quería llevar a cabo. Concebida como un factor de desarrollo local, la intervención arqueológica era a la postre una empresa que podía afectar positivamente a todos. Ya en la campaña de 1998, al tiempo que se desarrollaban los trabajos de excavación se explicó a la gente del pueblo u de otros lugares que se acercaban por allí, el significado de las ruinas que estaban viendo. Desde el comienzo, el proyecto de Plaza de Moros ha tenido muy en cuenta la población del municipio de Villatobas. A tal efecto se han venido realizando desde el comienzo de las excavaciones unas exposiciones de carácter didáctico en el Centro Cultural Cervantes de esa localidad. Cada año se van añadiendo los datos de esa campaña de excavaciones de modo que la exposición es como un espejo del proceso de investigación. En vez de presentar la información plenamente elaborada, se realizó una introducción a la ciencia arqueológica para mostrar las técnicas de trabajo al público, al tiempo que cada año se van añadiendo las nuevas conclusiones que se derivan de los hallazgos así como las hipótesis que generan. De esta forma el público asiste al desarrollo de la investigación, la confirmación de teorías expresadas anteriormente o ve cómo se corrigen los supuestos no confirmados por los nuevos hallazgos. Desde 1999 se organiza un día de puertas abiertas que se traduce en viajes de la gente del pueblo (subvencionados por el ayuntamiento de la localidad) al yacimiento donde se realizan visitas guiadas por los arqueólogos. Esta es una de las experiencias más enriquecedoras y más difíciles para los monitores, ya que se han de inventar nuevos lenguajes de transmisión de ideas entre un público con una educación cultural diferente a la actual y universitarios. Esta implicación se ha traducido en un vivo interés por el proyecto arqueológico, tanto del público como de las autoridades locales. Al mismo tiempo que el sentimiento de desprecio inicial por unos trabajos que no entendían, se ha transformado en el orgullo de sentirse poseedores de restos importantes o dé interés. Los resultados de estos enfoques se traducen en la implicación (también económica) cada vez mayor del Ayuntamiento de Villatobas con el proyecto. El número de alumnos en los veranos de 1999 y 2000, las visitas de los escolares y la divulgación del proyecto en los programas de las fiestas patronales, prensa, radio y televisión, han creado un clima solidario entre los habitantes del municipio y el proyecto Plaza de Moros. Fruto de estas actividades es que hoy son ya muchos los que piden que la exposición sea permanente, e incluso la creación de un museo arqueológico en el pueblo y, naturalmente, cuentan con la continuidad del proyecto para años siguientes. 367

3) Arqueología y Educación El proyecto Plaza de Moros se contempla como un método para aprender y acceder a los hechos históricos por medio de la arqueología, y ayudar a identificar los restos arqueológicos como el reflejo de la diversidad cultural de los pueblos del pasado, incidiendo en la lucha contra las actitudes racistas e intransigentes que se manifiestan no sólo con respecto al exterior sino en las propias regiones mediante las consabidas rencillas y actitudes localistas. Para ello desde el primer momento se está en contacto con los colegios e instituciones educativas de la comarca a fin de relacionar el proyecto con la educación ofreciendo unos modelos para ayudar al docente de Enseñanzas Medias, Primarias o Superiores, a preparar nuevos enfoques metodológicos y nuevos procedimientos en el área de las Humanidades. Sirve también como modelo para desarrollar el interés y el respeto por el Patrimonio de la comarca, promocionando sus valores entre los alumnos al tiempo que desarrolla el aprendizaje para su estudio y adecuada conservación. En los meses de noviembre de 1998 y abril de 2000 se celebraron unas Jornadas con el título de Aproximación a la Arqueología. El entorno como recurso didáctico (fig. 6), en colaboración con el Centro de Profesores de Ocaña (CPR). Además de dar a conocer el Proyecto Plaza de Moros, se realizó una visita piloto al yacimiento, que sirviera de guía al diseño de futuras visitas con alumnos. Las Jornadas sirvieron para el desarrollo de un nuevo proyecto integrado dentro del proyecto global de Plaza de Moros. Se trata de un programa de visitas guiadas al poblado. Estas se llevaron a cabo en el mes de mayo de 1999 y 2000 (fig. 5). Participaron los colegios de los municipios de la comarca de Ocaña, en un programa subvencionado igualmente por la Iniciativa Leader 11. En total más de 1.000 alumnos tuvieron ocasión de acercarse al yacimiento y aprender los postulados elementales de la Arqueología y del Patrimonio. Las visitas se diseñaron en forma de recorridos guiados por el yacimiento con explicación de los restos arqueológicos, un paseo por los alrededores apreciando el paisaje y la vegetación (fig. 4) con descanso en la Mata Gorda de Portillo Rubio, antiguo y peculiar ejemplar de encina con más de 20 m. de copa. Finalmente, se complementaban los conocimientos con la explicación de la exposición ubicada en el Centro Cultural Cervantes de Villatobas, mediante la proyección de transparencias y diapositivas relacionadas con el yacimiento y la Arqueología en general y la participación de una alfarera que enseñó a los niños la fabricación de las vasijas de barro. 368

Ésta fue una ocasion inigualable para inculcar en los escolares el sentimiento de Patrimonio Histórico como un bien de carácter público que hay que respetar y cuidar. Igualmente, se aprovechó para dar a conocer el Proyecto Arqueológico de Plaza de Moros como un ejemplo de desarrollo local que utiliza bienes endógenos de la comarca poco valorados anteriormente. Además del disfrute de la excursión y los contenidos propios relacionados con el yacimiento y el entorno, los pequeños descansos realizados en el parque de Villatobas, propician el intercambio y el conocimiento entre jóvenes de las localidades que realizaban el viaje y estudiantes de Villatobas. Al igual que ocurría con respecto del público en general, se pudo comprobar el escaso conocimiento que los más jóvenes tenían sobre el patrimonio, muy a menudo traducido en una actitud claramente negativa o directamente de desprecio por los vestigios de sus antepasados. = - -- - --------------=-====------------------- -- ------------------------------------ -==- Este aspecto educativo del programa se continúa con la convocatoria del curso: La práctica de la arqueología como experiencia didáctica para profesores de E.s.o. y Bachillerato, en colaboración con el Colegio de Licenciados (CDL) de Castilla-La Mancha. Curso de cuarenta horas en el que se acerca la arqueología al docente, por medio de su participación directa en las excavaciones del yacimiento. 4) La Escuela de Arqueología Plaza de Moros La excavación del yacimiento se planteó como una Escuela de Arqueología que sirviera como instrumento técnico del aprendizaje práctico de la disciplina para estudiantes o licenciados especializados. La excavación es por tanto un proceso de formación, muy útil para aquellos universitarios que pretendan hacer de la arqueología su profesión. Cada año se realiza un programa de cursos de verano en donde pueden tomar parte licenciados o estudiantes, a quienes se les ofrece la posibilidad de una formación práctica en arqueología de campo, más escasa a la par que necesaria cada día, como complemento indispensable de la formación teórica impartida en las universidades. Genera la concurrencia al municipio de Villatobas de numerosos alumnos durante el período de dos meses al año que duran los cursos. De este modo la integración entre el municipio de Villatobas y los alumnos es cada vez más intensa. El Ayuntamiento cede las dependencias para el alojamiento de los alumnos del curso, así como unos pases gratuitos a la piscina municipal. Por su parte, el Colegio Público de Villatobas cede un laboratorio y dos aulas a los Cursos, así como un local para guardar herramientas y materiales. Los habitantes del municipio, esperan cada año con ilusión la reanudación de las excavaciones y los cursos. 369

Muro del HII Seccionado por las obras. Figura l.-Efectos

de la remodelación de la ermita de Nuestra Señora de la Esperanza sobre los restos arqueológicos de Dancos, LilIo. 1998.

Figura 2.-CuadrÍcula en la necrópolis de Las Esperillas convertida en basurero. Santa Cruz de la Zarza. Diciembre, 1998.

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Figura 3.-Perfil de las laderas de Plaza de Moros con la vegetación típica: encinas, coscojas, quejigos, romero, tomillo, esparto, y carrizo en la cañada.

Muralla

I

Poblado de Plaza de Moros

Figura 4.-Panel explicativo en el recorrido de las visitas de escolares a Plaza de Moros. Este panel se ubica en la posición desde la que fue tomada la fotografía, y todas las especies vegetales contenidas en él pueden ser contempladas por los niños al natural. 371

Figura 5.-Visitas

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de escolares a Plaza de Moros. Mayo de 2000.

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