Igualdad educativa, diferenciación cultural: una perspectiva intercultural

June 22, 2017 | Autor: Diana Castro Ricalde | Categoría: Educación Intercultural
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Descripción

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ontenido Presentación.

Ernesto Nemer Alvarez

Condiciones para la incorporación de proyectos ecoturísticos en el municipio de Jilotzingo. Susana Esquivel Ríos Berenice Alva Gutiérrez

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El rol socioeconómico de la mujer en el municipio de San Mateo Atenco: un estudio de género.

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Un acercamiento al estudio de la vulnerabilidad social en la cuenca alta del río Lerma.

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Análisis de la desigualdad intrarregional en el municipio de Amatepec, 2000: estudio de factores causales asociados.

Rosalinda Gómez Gutiérrez

Efrain Peña Villada

Yara Macedo Domínguez

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Evaluación ambiental de un sistema de barrancas: Progreso Hidalgo, Estado de México.

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Crecimiento económico y deterioro ambiental de las localidades del Parque Nacional Nevado de Toluca.

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Igualdad educativa, diferenciación cultural: una perspectiva intercultural.

Ma. del Rosario Canales Vega

Miriam Juárez Vega

Diana Castro Ricalde

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Directorio Lic. Ernesto Nemer Álvarez Secretario de Desarrollo Social Mtro. Eriko Flores Pérez Director General Lic. Amanda Renée Romero Alarcón Lic. Rodolfo Juan Guia Planas Editores Annel Mayra Hernández Pérez Diseño Gráfico

La revista Páramo del Campo y la Ciudad es un espacio abierto a la reflexión y al debate. Los artículos contenidos son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente coinciden con la opinión de la institución. Páramo del Campo y la Ciudad, Órgano Informativo Cuatrimestral del Centro de Estudios sobre Marginación y Pobreza del Estado de México. D.R.© 2008. Gobierno del Estado de México. Tiraje 2000 ejemplares. Distribución Gratuita. CE: 215/5/01/08-01 Número de Reserva de Derechos de Autor: 04-2006-061412514600-102 Correspondencia dirigirse a: Hidalgo Pte. No. 1023, Col. San Bernardino, C. P. 50080. Toluca, Estado de México. Tels.: (01 722) 2 13 86 47 y 2 13 86 48. Correo electrónico: [email protected]

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Presentación

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a constante búsqueda de solución a los problemas sociales ha llevado a investigar a profundidad condiciones locales de la población, esta búsqueda, por demás exhaustiva, ha colocado a estudiantes, investigadores y personas interesadas en los temas sociales en un lugar especial en la toma de decisiones, con resultados concretos para el desarrollo. La Secretaría de Desarrollo Social a través del Centro de Estudios sobre Marginación y Pobreza convocó a investigadores, estudiosos e interesados en temas de desarrollo social a participar en el Premio CEMAPEM, con el afán de motivar su trabajo y darles un espacio de interrelación y expresión de sus investigaciones y opinión sobre los temas sociales. Esta edición ha sido la recolección de los más interesantes trabajos con análisis y enfoques locales que proporcionan información , principalmente socioeconómica y establecen propuestas de proyectos para mejorar las condiciones de los municipios de Jilotzingo, San Mateo Atenco, Amatepec, la cuenca del río Lerma, la comunidad de Progreso Hidalgo y las localidades cercanas al Parque Nacional Nevado de Toluca. La visión de los autores permite conocer de manera objetiva la realidad local, incluyendo la diferencia de género y su análisis, que comprueba la vulnerabilidad de las regiones. En algunos de los artículos se manifiesta la preocupación por los cambios ambientales, que el mismo poblador ha generado, asi como los elementos que se pueden utilizar a favor de una calidad de vida más elevada. Para mejorar la condición de los estratos más vulnerables, se debe conocer y aprovechar la información que se genera desde la comunidad y proponer soluciones para desarrollar capacidades a partir de sus propias características. Lic. Ernesto Nemer Alvarez Secretario de Desarrollo Social

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Condiciones para la incorporación de proyectos ecoturísticos en el municipio de Jilotzingo Susana Esquivel Ríos* Berenice Alva Gutiérrez**

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n México como en muchos otros países se ha buscado mi­ nimizar los efectos negativos ocasionados por el turismo, así como aprovechar al máximo los beneficios potenciales de cada uno de los recursos naturales y en su afán por mantener el equilibrio entre el medio ambiente y el turismo impulsa una nueva forma de realizar turismo, denominada ecoturismo. Sin embargo, esta nueva forma de hacer turismo en México aún es incipiente a pesar del potencial de nuestro país, puesto que éste cuenta con Áreas Naturales Protegidas (ANP) con posibilidad para su aprovechamiento ecoturístico. La Secretaría de Turismo ha insistido recientemente en que uno de sus objetivos básicos es la diversificación de la oferta global turística, para lo cual deberá tomarse en cuenta entre otras cosas, “las grandes oportunidades para disfrutar de la naturaleza” (Silva 1994: 201). Una ventaja del ecoturismo en nuestro país que hay que remarcar, es que no se presenta de una manera estacional, ya que puede realizarse durante todas las épocas del año, lo cual es conveniente para la industria turística, ya que puede contribuir a atenuar las temporadas bajas del turismo masivo tradicional. En México, los lugares más adecuados para la práctica del ecoturismo son las áreas naturales que cuentan con atractivos que le otorga la variedad y riqueza de climas y escenarios naturales, mismos que se encuentran reglamentados para garantizar su conservación, por lo

*Licenciada en Turismo por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y Primer Lugar del Premio CEMAPEM 2007 “Dr. Gustavo Baz Prada”, participando en la temática Desarrollo local y municipal. Actualmente se desempeña como Jefa del Departamento de Extensión y Vinculación y Profesora de asignatura de la Facultad de Turismo de la UAEM. **Licenciada en Turismo por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y Primer Lugar del Premio CEMAPEM 2007 “Dr. Gustavo Baz Prada”, parti­ cipando en la temática Desarrollo local y municipal.

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que se deben de considerar criterios de desarrollo social y económi­ co; además, la mayoría de estos sitios son considerados ANP, que permitirán a la población de las localidades adoptar estilos de vida diferentes siempre y cuando se respeten los límites de la naturaleza. Conforme a lo anterior, el presente artículo tiene por objetivo analizar las condiciones para la incorporación de un proyecto ecoturistico en el municipio de Jilotzingo, Estado de México, el cual, cabe destacar, es importante para sus vecinos del oriente (Naucalpan y Atizapan), por­ que les abastece de oxígeno y agua limpia, es una zona libre y limpia de contaminantes sin fábricas que dañen el ambiente; busca fomentar el ecoturismo para conservar sus ríos, bosques y manantiales. Con la presente investigación se pretende identificar la necesidades para implementar proyectos del ecoturismo desde el punto de vista legal y ambiental, a través de la determinación de los recursos natura­ les susceptibles de aprovechamiento ecoturístico, así como describir los servicios que ofrece para el desarrollo de la actividad ecoturística; asimismo, conocer el nivel de interés de la población de Jilotzingo para el desarrollo del ecoturismo; y por último, identificar las activi­ dades que se establecen en proyectos ecoturísticos. Jilotzingo se compone de cinco pueblos: Santa Ana (cabecera muni­ cipal), San Miguel Tecpan, Espíritu Santo, Santa María Mazatla y San Luis Ayucan. Cada uno cuenta con sus correspondientes barrios, que hacen un total de 28, cuatro ejidos, cuatro bienes comunales y tres ranchos. Dentro de estos cinco pueblos se encuentran 23 manantiales los cuales son ideales para la siembra de trucha, su venta y 12 ríos que lo cruzan entre los que se encuentran: el río Navarrete que descarga en el río Xinte, el río San Luis, el de la Cañada del Silencio y el río de Santa Ana que incrementa el caudal del río Cuautitlán; en su costado se pueden observar invernaderos y parques donde se practican de­ portes extremos como rappel, ciclismo de montaña y campismo. Las actividades que se llevan a cabo en Jilotzingo son: visitas a granjas ecológicas, las cuales ofrecen el servicio de renta de aviones a escala y caballos, pistas de moto cross y piscicultura con la cría de la trucha. Durante la administración municipal (2003-2006) se llevó a cabo el proyecto de una Unidad de Manejo Ambiental (UMA) para la cría del venado de cola blanca, lográndose consolidar la infraestructura que ac­ tualmente se encuentra en servicio; sin embargo, por falta de recursos económicos tanto del municipio como de sus habitantes no opera en su totalidad. Asimismo, no se ha buscado el apoyo del sector privado puesto que el principal interés de las autoridades municipales es que los recursos de Jilotzingo sean administrados por sus habitantes. La infraestructura turística ofrece restaurantes especializados en co­ mida mexicana, trucha, caracol y conejo; ranchos charros que ofrecen

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servicios de caballerizas y pistas para caballos, cabañas con asadores, estanques de truchas, huertos e invernaderos, jardines para eventos sociales, cabañas y posadas que ofrecen el servicio de hospedaje, áreas de acampado, salones de fiestas, áreas de convivencia con animales, ruedos para fiestas taurinas, entre otros. Como se puede observar, Jilotzingo cuenta con recursos naturales, atractivos y servicios, así como el interés por desarrollar proyectos ecoturísticos; las microempresas son otra forma de realizar la actividad turística; sin embargo, no se ha podido concretar, lo cual se puede deber a diferentes circunstancias como la falta de apoyo de los gobiernos estatal y municipal, así como de diferentes instituciones encargadas del fomento turístico. En el caso de la comunidad, aunque se han implementado algunas microempresas y han absorbido parte de los gastos pero falta mucho por hacer, por lo cual es necesario llevar a cabo estudio que permita ver la realidad y el potencial de Jilotzingo en el rubro y sus posibilidades de impulsarlo como un destino ecoturístico. El interés por realizar esta investigación es subrayar la importancia del ecoturismo en nuestros días, fomentar la participación de los residentes para ser prestadores de servicios en la materia y así convertir al ecoturismo en una fuente de desarrollo local y municipal. La realización de un proyecto ecoturístico en Jilotzingo puede ayudar a conservar y mejorar los recursos naturales, con la ayuda de un programa de manejo que permita asegurar el uso correcto de los recursos, evitando así actividades como la tala indiscriminada, incendios y contaminación del agua, entre otras; además se busca la realización de otra serie de actividades que fomenten la sustentabilidad de los recursos y que la comunidad sea beneficiada. Con esta propuesta se pretende demostrar que el cuidado y aprovechamiento, además de ser un beneficio para la comunidad, la diversificación del ecoturísmo puede conllevar un desarrollo local y municipal. Este artículo se compone de cuatro apartados; el primero es integrado por la concepción del turismo, en el cual se analizan los diferentes conceptos y elementos del turismo. Asimismo, se mencionan las etapas del turismo considerando la planificación, sustentabilidad y ecoturismo. En el segundo apartado se plantea el marco legal que regula la actividad ecoturística en nuestro país, en los ámbitos federal, estatal y municipal. En el tercer apartado se mencionan las posibilidades para el desarrollo de la actividad ecoturística en el municipio de Jilotzingo como son: situación geográfica, recursos naturales, atractivos turísticos, ANP, artesanías, infraestructura, facilidades y accesibilidad. El cuarto apartado, referente al turismo sustentable a través del ecoturismo, se analiza lo relacionado con sus recursos turísticos, infraestructura, instrumentos legales y existencia de ANP. Finalmente, se desarrollan las conclusiones derivadas del presente artículo.

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Concepción de turismo La conceptualización del turismo ha variado a través del tiempo, de acuerdo con la época y la percepción e intereses de cada uno de los autores. Es difícil abordar los diferentes y complejos aspectos del turismo en una sola definición, pero sí es posible caracterizar lo que hoy se entiende por este concepto. La forma más simple de decir qué es el turismo es: la afición a viajar por el gusto de recorrer el país (Ortuño, 1996). El turismo no se refiere solamente a las personas que viajan, sino que “Es un fenómeno social que consiste en el desplazamiento voluntario y temporal de individuos o grupos de personas que, fundamentalmente por motivos de recreación, descanso, cultura o salud, se trasladan de su lugar de residencia actual a otro, en el que no ejercen ninguna actividad lucrativa ni remunerada, generando múltiples interrelaciones de importancia social, económica y cultural” (De la Torre Padilla, 1985: 19).

De aquí se deriva que el turismo no se refiere sólo a las personas que viajan sino también a las personas, comunidades y sociedades que reciben a los turistas y a todo tipo de relaciones que se genera entre ellos. Cualquier mercado representa un acto de intercambio entre los que venden y los que compran. El turismo es una actividad que funciona bajo esta misma premisa. Para que un lugar pueda participar en el mercado turístico y atraer el mayor número de visitantes, las características de su oferta turística deben ser únicas, muy especiales o suficientemente atractivas para diferenciarse o destacar sobre otros destinos. La oferta turística es un conjunto de servicios y recursos (naturales, culturales o históricos), para ser disfrutados en un lugar y tiempo determinado; cuyo objetivo es lograr una experiencia única de viaje, satisfactoria para el turista Para hablar de la oferta turística a nivel municipal en el Estado de México, se debe tener un amplio conocimiento de la misma, pues la oferta constituye el capital o el activo principal de la industria llamada turismo. La belleza de un lugar es la materia prima del turismo, por eso sus recursos turísticos o atractivos son el principal soporte de la oferta turística, pero estos recursos naturales, históricos o culturales, por muy espectaculares o interesantes que sean, no son el único elemento de una oferta capaz de impulsar el desarrollo del turismo. La oferta turística de un lugar, incluye: • Los servicios (hoteles, restaurantes, agencias de viajes, transportes, información, etc.).

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• El equipamiento (centros de salud, centrales de autobuses, parques, zonas recreativas, instalaciones deportivas, etc.). • La infraestructura (carreteras, suministro de agua, de energía eléctrica, alcantarillado, tratamiento de basura, etc.). Asimismo, los recursos turísticos del municipio, son parte fundamental de la oferta turística dentro de las que podemos considerar: • Atractivos de tipo natural, cultural, histórico o monumental, que definen nuestra identidad. Otro elemento importante para el buen desarrollo del turismo, está conformado por la demanda turística, la cual es, en cierta forma, el complemento de la oferta, es decir, es el reverso de la moneda misma, si ofrecemos algo es porque a alguien le puede interesar, no se concibe la una sin la otra. Esto significa que si la oferta turística de un destino no responde a estas condiciones, simplemente no tiene futuro porque la demanda turística no irá allí. Cuando un municipio tiene vocación para ser turístico, la decisión de explotar este potencial implica un acuerdo de todas las partes, gobierno municipal, residentes y empresarios dispuestos a trabajar para el turista, si éste regresa satisfecho, la demanda turística se incrementa al igual que los ingresos (calidad de vida). Si regresa insatisfecho, la demanda bajará y los ingresos se disminuirán. Ser un municipio turístico significa optar por un modelo de desarrollo integral, ya que si el turista se siente bien la demanda aumentará y de igual modo los ingresos. Si queremos asumir este compromiso como alternativa económica de progreso para algún municipio o para nuestro país, debemos ser conscientes que un espacio turístico existe como tal en la medida en que existen sus clientes. En este rubro, el desarrollo del turismo se ha dado med iante diferentes etapas, sin embargo, es mucho más fácil su comprensión si se retoman los modelos de masas y alternativo de desarrollo del turismo. Con base a lo anterior, es importante decir que a través de este recorrido histórico, el turismo se ha tenido que adaptar a las condiciones propias del visitante, eso es lo que ha requerido que se transforme a través de este proceso de evolución, por lo tanto se identifican etapas muy específicas, donde las características de la oferta y la demanda lo han considerado como un modelo de desarrollo, que han permitido llegar desde el tradicional hasta el turismo sustentable. Lo anterior, debido a la creciente necesidad de conservar los recursos naturales y culturales en el mejor estado posible, con el fin de evitar su deterioro o, incluso, su pérdida, además de que día con día las

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personas están más interesadas por realizar actividades relacionadas con la naturaleza y donde exista una mayor cultura ambiental. Sin embargo, esto no se ha dado de manera inmediata, para que ocurriera fue necesaria la planificación turística, la cual consiste en asociar y relacionar constantemente un gran número de variables cuantitativas y cualitativas; significa metodizar para escoger los cursos de acción más racionales, que conduzcan de una situación actual no deseada a una futura, factible y deseada. Por lo tanto, se puede decir que el concepto de planificación es “Un proceso racional cuyo máximo objetivo consiste en asegurar el crecimiento o el desarrollo turístico. Este proceso implica vincular los aspectos relacionados con la oferta, la demanda y suma todos los subsistemas turísticos, en concordancia con las orientaciones del resto de los sectores de un país.”(Molina, 1997:38). Dado a que la planeación es la base de la actividad turística, se considera que las condiciones que afectan al turismo quedan de manifiesto en un proceso que no admite improvisación, ya que requiere de un desarrollo razonado y de la planificación en todos sus detalles. Pensar a futuro es la base de la planeación turística. El único modo de sustentar una economía a largo plazo basada en el turismo, es administrar los atractivos de cada municipio con criterios de sustentabilidad para evitar su agotamiento, ya que la sobre explotación lleva en sí misma el fracaso a corto plazo. En este sentido, la administración municipal, de acuerdo con la comunidad, tiene la responsabilidad de definir si el turismo es o no una materia prioritaria para todos. En caso afirmativo se debe emprender la planeación para construir las bases de un proyecto a futuro y seguro: a. Pensar en el desarrollo que queremos para el municipio, y expresarlo a través de objetivos. b. Reconocer las características de la oferta y la demanda turística. c. Definir qué turismo queremos y qué actividades concretas (ambientales, sociales, económicas, urbanas, etc.) deben ser gestionadas y controladas por la autoridad municipal. Solo a través de un ejercicio de planeación y el estricto seguimiento de sus resultados, se podrá: • Controlar los efectos nocivos que también trae consigo el turismo. • Transformar la calidad de vida para la población local. • Generar beneficios para todos, en un marco de sustentabilidad. Por otra parte, dentro de la actividad turística también es necesario retomar el tema de la sustentabilidad, ya que la integración de la misma al desarrollo turístico se ha convertido en uno de los requisitos que el mercado, y en específico la demanda, han impuesto para atraer a los segmentos interesados en las actividades asociadas a la naturaleza y a

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la cultura, resultando necesaria para aumentar la competitividad y la rentabilidad de las empresas turísticas. La situación social y política en México pide novedosas alternativas de desarrollo. La solución parece ser, en varios discursos, el ámbito local. Sin embargo, bajo este nombre se centran numerosas experiencias de muy diverso carácter, desde las instrumentales hasta las de construcción de capital social. Existe, con razón, cierta disconformidad con el uso y la práctica de esta categoría y forma de hacer. Desde nuestro punto de vista, el desarrollo local debe ser considerado una importante alternativa para generar desarrollo. Su gran potencialidad radica en que representa una estrategia integral para el desarrollo de una comunidad. México está fuertemente impactado por la globalización, con importantes crisis sociales, económicas y políticas, golpeado por experimentos de reformas estructurales de corte neoliberal, que no han reducido la pobreza ni la desigualdad; tampoco se ha mejorado la calidad de vida de la mayoría de la población. México, es un país que tiene uno de los mayores números en el rubro de la pobreza; el acceso a la educación y al empleo se restringe. Como señala Enríquez (2003-1): Si bien no somos los más pobres, somos parte del continente con la mayor brecha entre ricos y pobres, el Continente líder en desigualdades sociales y desequilibrios territoriales, y con increíbles inequidades de género, edad y etnia. Esta situación da sentido a la rediscusión de los modelos de desarrollo, al desarrollo local.

El desarrollo local visto como un factor de democracia y de sustentabilidad no surge por casualidad, sino como resultado del estado de situaciones anteriores, como una ruta diferente y alternativa nacional, regional y municipal. En relación al desarrollo en México, principalmente en municipios con poca productividad económica, se viven horas dramáticas respecto a la generación de empleo y la mejora de la calidad de vida. El desempleo no es un fenómeno nuevo en nuestra sociedad, lo que hace de él un hecho singular en los últimos tiempos y de manera creciente, son sus dimensiones y características. Estos aspectos lo convierten en una asignatura ineludible para la formulación de políticas que den cuenta de los mismos. Al volumen de desempleados, hay que sumar otro contingente de trabajadores que tienen serios problemas en la calidad de sus empleos, y otro que debe optar por la emigración para mejorar sus ingresos y vivir dignamente. El desempleo no se distribuye de manera uniforme entre las diferentes categorías de activos, sino que afecta de modo muy desigual a los diferentes grupos y territorios.

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En cualquier caso, queda pendiente definir cuál puede ser el rol de los gobiernos locales en este tema. Este discurso frecuentemente se ancla en lo social y no contempla líneas tendientes a mejorar la economía local. Es primordial trabajar simultáneamente en el crecimiento económico local y la construcción de capital social, en el entendido de que el primero es una variable dependiente del segundo. No habrá desarrollo económico si no se generan previamente las condiciones mínimas de desarrollo social a nivel local. El desarrollo local aparece como una nueva forma de mirar y de actuar en este nuevo contexto de globalización. El desafío para las sociedades locales está planteado en términos de insertarse en lo global de manera competitiva, capitalizando al máximo posible sus capacidades, por medio de las estrategias de los diferentes actores en juego. El desarrollo local es sobre todas las cosas, una nueva manera de comprender y construir cada país. Por una parte, se hace visible el territorio completo, todas sus regiones, municipios y comunidades, no sólo como problemas o como fuentes de diversas demandas, sino también, y principalmente, como sujetos y generadores de democracia. Es necesario entonces romper con los enfoques que ven al crecimiento local como parte de la reforma del estado o asociado a procesos de descentralización que, en definitiva, promueven el empobrecimiento de lo nacional y también de lo local. No entendemos el desarrollo local como compensación ante un “mal desarrollo” nacional, sino como una nueva forma de mirar y hacer. Algunos de los aspectos que consideramos claves a la hora de hablar de desarrollo local: • Se trata de un enfoque multidimensional e integrador • Se trata de un enfoque que se define por las capacidades de articular lo local con lo global • Se trata de un proceso que requiere actores de desarrollo, que se orienta a la cooperación y negociación entre esos actores. Esto significa que el desarrollo local es un proceso orientado. La cooperación entre actores públicos de diferentes niveles institucionales (locales, regionales, nacionales, internacionales), así como entre el sector público y el privado, son aspectos centrales del proceso. Para que éste sea viable, los actores locales deben desempeñar estrategias de cooperación y nuevas alianzas con actores extra locales. El desarrollo local, para cumplir con sus objetivos, debe resolver, desde el territorio, algunos ejes que hacen al devenir del mismo. En particular, el desafío pasa por tres tipos de temas: • La potenciación de lo existente (personas, recursos, empresas, gobiernos);

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• La obtención de recursos externos al territorio (personas, recursos, empresas); • La gestión del excedente económico que se produce en el territorio (cómo usamos los recursos generados en él). En términos más generales, podemos decir que el desarrollo local es un proceso de concertación entre los agentes —sectores y fuerzas— que interactúan en un territorio determinado, para impulsar la generación de crecimiento económico, equidad, cambio social y cultural, sustentabilidad ecológica, enfoque de género, calidad y equilibrio espacial y territorial, con la participación permanente, creadora y responsable de ciudadanos y ciudadanas, que integran un proyecto común de desarrollo con el fin de: • Elevar la calidad de vida de cada familia, ciudadano y ciudadana que vive en ese territorio, • Contribuir al desarrollo del país y enfrentar adecuadamente los retos de la globalización y las transformaciones de la economía internacional. Los impactos esperados con el desarrollo local, son la activación de la economía local, el aumento de ingresos y empleo, el aumento de la productividad y la calidad del empleo, el aumento de la recaudación municipal y, en un sentido más amplio, una mejor calidad de vida.

La sustentabilidad como estrategia de desarrollo local El desarrollo económico local es un proceso de transformación de la eficiencia y la eficacia en donde se aumenta la productividad individual y grupal. Significa un cambio en la estructura de la organización social, implica cambios culturales y permite elevar la calidad de vida. El desarrollo local puede definirse como un proceso participativo para reconocer y resolver los problemas socioeconómicos en un territorio determinado, que tiene por sus actores principales a los propios integrantes de la comunidad. El desarrollo local tiene por meta el mejoramiento continuo de los niveles de vida de la población, sin requerir de apoyos financieros externos y sin degradar la base de recursos naturales. Así, la estrategia para eliminar la pobreza consiste en cooperar con los sectores pobres para que ellos encuentren caminos autónomos para salir del subdesarrollo. En este sentido, se pretende aumentar las oportunidades de trabajo y la capacidad de incrementar los ingresos ya no sólo por las actividades agrícolas, aunque este rubro seguirá siendo la base esencial para gran parte de la población rural. Debe tener además un punto de partida, un fundamento que permita iniciar el impulso hacia el desarrollo, también

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debe poseer objetivos y metas, tanto a corto como a mediano y largo plazo. Uno de los puntos de partida para el despegue del desarrollo local puede ser la actividad turística en aquellos destinos favorecidos por condiciones geográficas, naturales o ambas. Al respecto de la sustentabilidad del turismo, la Unión Mundial para la Naturaleza define el concepto de desarrollo sustentable como: “Un proceso que permite que se produzca el desarrollo sin deteriorar y agotar los recursos que lo hacen posible. Este objetivo se logra, generalmente gestionando los recursos de forma que se puedan ir renovando al mismo ritmo que van siendo empleados o pasando de un recurso que se regenera lentamente a otro que tenga un ritmo más rápido de regeneración. De esta forma, los recursos podrán seguir manteniendo a las generaciones presentes y futuras” (citado por Gurría di Bella, 2000. Internet). Siendo el turismo un potente instrumento de desarrollo, puede y debe participar activamente en la estrategia del desarrollo sustentable. Una buena gestión del turismo exige garantizar la sustentabilidad de los recursos de los que depende.

Con relación a la sustentabilidad cabe destacar que el tan anhelado desarrollo sustentable debe ser diferenciado del simple crecimiento de los municipios. Por lo tanto, es necesario que a la par se satisfagan otras condiciones tales como: sustentabilidad económica, social, ecológica, energética y cultural, de tal forma que se alcance un mayor desarrollo humano y por supuesto, que sea continuo, ya que debe mejorar la vida de todas las personas, tanto de las que están vivas hoy como las que lo estarán mañana. Se dice que una comunidad se desarrolla cuando puede convertir o transformar su potencial latente en dinámico, es decir, utilizar correctamente sus recursos “dormidos”. Sin embargo, para que esto suceda se necesitan ciertas condiciones: por ejemplo, un cierto nivel educativo en la población, el reconocimiento de la comunidad sobre su propia situación, la existencia de personas capaces de tomar la iniciativa, la decisión del poder local de buscar y encontrar el camino del cambio, también es precisa la participación de la sociedad en su conjunto (Franco, s.f.). Al respecto de las inversiones económicas para lograr el desarrollo, la solución no está en el capital o simplemente con descubrir que un municipio tiene potencial para desarrollarse turísticamente, durante mucho tiempo se creyó que para lograrlo el aspecto económico era un factor determinante. Hoy en día se sabe, luego de un crecimiento desmesurado de la deuda externa latinoamericana, que no condujo a nada concreto con excepción de las crisis económicas y que el desarrollo tiene muchas dimensiones: económica, social, cultural, ambiental, etcétera. Una de las mejores posibilidades con que cuenta el medio rural para un desarrollo local efectivo, se encuentra en el turismo siempre desde

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el punto de vista sustentable, ya que el en el ámbito agrícola es simplemente el aumento y mejoramiento de la capacidad de producción por parte de los campesinos, sin tomar en cuenta sus necesidades personales sino de producción, con énfasis en las cosechas. Históricamente, ha sido la agricultura la productora de mayores ingresos. Así, se requiere un concepto de bienestar diferente que se base en una concepción más amplia, y sobre todo, compatible con el ambiente. Se persigue un desarrollo basado en los recursos propios de cualquier tipo y que se sustente en un modelo que perdure a lo largo del tiempo. Por el término turismo sustentable vamos a entender un conjunto de condiciones naturales, culturales, económicas y sociales, que generan productividad y renta en la industria turística para la comunidad local, manteniendo el nivel de satisfacción de los visitantes presentes y futuros (Sánchez González, M. y León, C. s.f.). El turismo es un motor de la economía en cualquier región en donde llega a desarrollarse, además de promover el intercambio cultural y social de las comunidades. El turismo sustentable bien administrado ayudará de manera importante al desarrollo sustentable de los pueblos, especialmente en aquellos lugares en donde otras formas de actividades tradicionales no ofrecen mayores perspectivas. Es además un instrumento clave en aquellas comunidades rurales que no poseen otra alternativa autónoma para su crecimiento, es un protector de la biodiversidad y del uso sustentable de los recursos naturales, así como de la preservación de los patrones culturales, además de generar ingresos sanos para la comunidad. El turismo en espacios naturales y rurales, se concibe como un factor importante para el desarrollo local a partir del respeto por el patrimonio cultural y natural y la participación directa de la comunidad. Por su propia naturaleza, dado el caso, el municipio debe promover el turismo sustentable tanto en su variante ecológica como en la rural, con el objetivo de alcanzar la revitalización social y económica y la preservación del medio en el marco de la teoría del desarrollo local integrado. Para encaminarse en el proceso de la sustentabilidad, una sociedad debe buscar, según lo que establece (Foladori, 2002), los siguientes aspectos: En lo ecológico: Mantener la diversidad de los ecosistemas, diversidad de las especies y diversidad genética, así como la permanencia y equilibrio dinámico de los ecosistemas, garantizar el funcionamiento adecuado de los ciclos ecológicos, adaptarse a los ritmos de la naturaleza, establecer un marco jurídico que garantice el respeto a las personas y el ambiente, adoptar y respetar las convenciones internacionales, realizar planes municipales y nacionales integrales, mantener niveles adecuados de calidad y disponibilidad de bienes como el aire, agua, suelo, clima y la energía.

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En lo económico: Generar riqueza en forma y cantidades adecuadas, fomentar un intercambio equitativo de recursos entre los diferentes sectores sociales, hacer uso eficiente de los recursos, aprovechar los servicios ambientales, reducir la dependencia de los recursos no renovables, descentralizar y diversificar la capacidad productiva. En lo social: Ejercer el ejercicio responsable de la libertad humana, adoptar valores que generan comportamientos armónicos con la naturaleza y entre los seres humanos, mantener un adecuado nivel de vida en la población, así como niveles satisfactorios de educación, capacitación y concientización. A nivel tecnológico y científico: Reducir al mínimo las distancias entre la localización y el procesamiento o uso de los recursos, así como entre la generación y el procesamiento de los desechos, buscar localmente la satisfacción de necesidades, reducir las de transporte y promover medios de transporte no contaminante, ecologizar y socializar la ciencia y la tecnología, difundir ampliamente el saber y el quehacer científico y tecnológico, promover la utilización de fuentes renovables de energía, desalentar el uso de la tecnología dañina o peligrosa, promover tecnología que sea apropiable por sectores de escasos recursos económicos, recuperar saberes y quehaceres tecnológicos tradicionales, así como incrementar el flujo de información. El ecoturismo es uno de los sectores de la industria turística de más rápido crecimiento en el mundo entero. Muchos turistas buscan nuevos destinos que ofrezcan atractivos distintos a los del turismo convencional, cuyos atractivos son: playas, cruceros, museos, ciudades, monumentos antiguos y restaurantes. En esta búsqueda los sitios con atractivos naturales y alejados de las rutas turísticas convencionales están tomando una importancia creciente, el turista se siente atraído a conocer sitios de gran belleza y atractivos no convencionales que otros turistas no visitan. La naturaleza ofrece una variedad de atractivos en muchos sitios del planeta que no han sido muy perturbados por las acciones del hombre moderno. Muchos de estos sitios son habitados por grupos herederos de culturas que han convivido y conservado la naturaleza. La presencia de estas culturas le da un valor turístico adicional a estos lugares lo cual permite que la industria ecoturística se esté desarrollando en muchos de estos sitios, ofreciendo visitas a grupos de turistas interesados en explorar nuevas alternativas. Para lograr concretar una oferta ecoturística exitosa, no bastan los sitios bellos o las culturas locales; se requiere tener todo un conjunto

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de servicios de calidad: información, guías, transporte, comida, seguridad y especialmente alojamiento apropiado. México tiene todo para ser un atractivo excepcional para el ecoturismo: bellezas naturales, flora y fauna única en el mundo. El ecoturismo en México debe estar ligado a las áreas protegidas, a zonas arqueológicas y a la presencia de algunas bellezas naturales, como pueden ser lagunas, enormes montañas o cenotes, por nombrar algunos ejemplos. Al hablar de ecoturismo, sin duda, debemos guiar nuestra mirada hacia la naturaleza con una actitud distinta, pero ¿qué es eso de ecoturismo? La UICN (Unión Mundial para la Naturaleza) define al Ecoturismo como: “Aquella modalidad turística ambientalmente responsable consistente en viajar o visitar áreas naturales relativamente sin disturbar con el fin de disfrutar, apreciar y estudiar los atractivos naturales (paisaje, flora y fauna silvestres) de dichas áreas, así como cualquier manifestación cultural (del presente y del pasado) que pueda encontrarse ahí, mediante un proceso que promueve la conservación, tiene bajo impacto ambiental y cultural; propicia un involucramiento activo y socioeconómicamente benéfico de las poblaciones locales. (Zamorano, 2002).”

Como hemos visto, el ecoturismo es en gran medida una estrategia de desarrollo sustentable, mediante la cual tanto las posturas de los recursos naturales como la comunidad local y el visitante obtienen beneficios de la actividad turística. Así pues, el ecoturismo tiene como meta promover y fomentar el respeto, el conocimiento más profundo de otras culturas, estimulando el establecimiento de las relaciones entre los anfitriones y los turistas que resulten beneficiosas para ambos. De todo lo anterior podemos decir que el ecoturismo debe procurar, de acuerdo con Zamorano, 2002: • La conservación y protección de la naturaleza a nivel local. • La comunicación de la historia natural en la que quedan contempladas las características culturales locales. • El bienestar de las culturas locales en el sentido de una mejor calidad de vida y no necesariamente un mayor nivel de vida. • El desarrollo sustentable de las presentes y de las futuras generaciones. El potencial que encierra el ecoturismo puede generar apoyos para los objetivos de conservación, tanto entre la comunidad como entre los propios visitantes, mediante el establecimiento y la consolidación de vínculos entre la industria turística, las comunidades locales y las zonas protegidas. Dado que los beneficios sociales y ecológicos son en esencia interdependientes, los beneficios sociales que las comunidades locales

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van acumulando como consecuencia de la incorporación del ecoturismo, pueden dar como resultado una mejora global del nivel de vida debido al estímulo económico localizado que proporciona el aumento de visitantes en la zona. Muchos turistas y especialmente muchos ecoturistas, perciben rápidamente y se preocupan por aspectos negativos que puede traer consigo el desarrollo como el empeoramiento de la calidad del agua y del aire, la pérdida de zonas de vegetación, la desaparición de especies de plantas y de animales silvestres y la erosión de suelo. Sin duda, el deterioro del entorno natural supondrá una reducción drástica en la demanda de visitantes a largo plazo, ya que los atributos naturales que tanto buscan los ecoturístas perderán buena parte de su atractivo y parecerán menos auténticos, es por ello que se debe fomentar la conservación de los mismos. Cabe destacar, que para que un destino se pueda desarrollar de manera satisfactoria la actividad ecoturística, debe de contar con los siguientes elementos: • Elementos distintivos de patrimonio natural y/o cultural que se encuentren en dicha área. Son aquellos rasgos intrínsecos de singularidad que mejor caracterizan a dicho sitio o región y el motivo fundamental por el cual los ecoturistas querrán visitarlo. • Elementos de patrimonio natural y/o cultural que se encuentren en un área determinada, pero que no poseen el grado de importancia o singularidad en cuanto a atracción turística de los atractivos. Constituyen motivos de interés adicional y valor agregado para el ecoturista, contribuyendo a una experiencia turística de mayor riqueza y diversidad, al inducir al visitante a que permanezca mayor tiempo en el área. También pueden contribuir a evitar concentraciones excesivas de turistas en un solo lugar y a un mismo tiempo, al propiciar el desplazamiento de los visitantes por diversos sitios del área correspondiente. • Elementos artificiales (instalaciones y servicios) que proporcionan al visitante diferentes satisfacciones, aquí se incluyen los alojamientos, restaurantes, senderos y miradores, servicios de paseo a caballo o a lancha, etc., dan sustento y servicio al visitante, pero nunca se tenderá a que constituyan el motivo total (principal) por lo cual el ecoturista visite un área respectiva siempre se agregan posteriormente. El ecoturismo implica promover actividades recreativas y culturales en íntima relación con la naturaleza; con la infraestructura necesaria para dar un servicio de excelencia sin impactar de forma negativa la naturaleza, es por ello que mencionaremos algunas de las actividades que se desarrollan en el ecoturismo (Alternativas para Hoy y Siempre Revista No. 1). • Talleres de educación ambiental • Observación de flora y fauna • Observación geológica

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Safari fotográfico Participación en programas de rescate de flora y fauna Natación en pozas naturales Observación de ecosistemas Observación de fenómenos y atractivos naturales Observación de fósiles Participación en proyectos de investigación biológica

Contexto jurídico del turismo Para abordar alguna de las modalidades del turismo, en este caso específico del ecoturismo, es necesario dar a conocer cuál es la estructura legal que apruebe a su existencia en México, como resultado del creciente interés por utilizar los recursos naturales de manera sustentable para el desarrollo de la actividad turística en nuestro país. Sin embargo, para poder hablar de ecoturismo es necesario hablar de la naturaleza y de las Áreas Naturales Protegidas (ANP), ya que éste no puede existir si no tiene áreas que presenten un régimen de protección que en conjunto con la planificación definan una estrategia para que se den las condiciones de desarrollo turístico, pero desde un esquema de desarrollo sustentable, para ello se requiere que se defina los instrumentos legales que permitan la existencia del ecoturismo en una zona determinada como lo es Jilotzingo. Con base en lo anterior, es necesario retomar la primera etapa de la planificación, la cual debe ser la formulación de objetivos sensatos y claros dentro de la estructura de la autoridad de manejo del área protegida, el plan de manejo, las leyes y reglamentos para la protección y manejo de las ANP, debe esbozar las acciones necesarias para lograr estos objetivos específicos, los costos de aplicación y justificarlos para la autorización presupuestal. Después de la aplicación, los resultados se evalúan y el proceso comienza de nuevo con la preparación de nuevos planes. Este mecanismo puede repetirse con diferentes niveles de detalle y cubrir periodos distintos. La planificación suele incluir la operación de una estrategia nacional, estatal o regional para la conservación, a largo plazo, de un sistema de áreas naturales protegidas, o bien, a escala menor, la elaboración de una sola operación de manejo en una ANP. (UICN/PNUMA, 1990). Las leyes, normas, decretos y planes de desarrollo municipales, así como el derecho positivo en general, tienen como finalidad establecer los derechos y obligaciones de los actores, entre otros, del proceso turístico en su relación con el entorno. Este paso debe partir desde un análisis macro jurídico, es decir, desde la legislación federal, estatal y municipal (incluidos acuerdos y planes de desarrollo).

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Con base a lo que se expuso en el primer apartado de esta investigación acerca de las dimensiones espaciales, es necesario identificar aquellos instrumentos que definan el desarrollo del ecoturismo en México a través de las ANP y específicamente analizarlo en el municipio de Jilotzingo.

Política

Instrumento A nivel federal • Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos • Ley general del equilibrio ecológico y medio ambiente • Normas oficiales mexicanas en materia ambiental

De mercado

A nivel estatal • Constitución Política del Estado Libre y Soberano de México • Libro cuarto del código administrativo del Estado de México • Ley de protección al medio ambiente para el desarrollo sustentable del Estado de México • Plan de manejo de áreas naturales protegidas A nivel municipal • Ley Orgánica Municipal del Estado de México • Plan de desarrollo urbano de Jilotzingo A nivel federal • Ley general de equilibrio ecológico y medio ambiente • Normas oficiales mexicanas en materia ambiental

Paternalista

A nivel estatal • Ley de protección al medio ambiente para el desarrollo sustentable del Estado de México • Libro cuarto del código administrativo del Estado de México A nivel municipal • Ley orgánica municipal del Estado de México A nivel federal • Ley general de equilibrio ecológico y medio ambiente.

Defensa del interés social

A nivel estatal • Ley de protección al medio ambiente para el desarrollo sustentable del Estado de México • Libro cuarto del código administrativo del Estado de México Municipal • Plan de desarrollo urbano de Jilotzingo

Como existen diferentes tipos de políticas es necesario agruparlas en diferentes rubros, con base a sus características, por lo que (Figueroa

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2000: 34) define a las principales tendencias de políticas públicas medioambientales en cuatro categorías: I. DE MERCADO.- Los recursos son materias de valor para el desarrollo de la sociedad, por lo que deben ser protegidos y los derechos de la propiedad asignados. II. LIBERTARIA.- Aboga por el derecho de los “otros”, las generaciones futuras. III. PATERNALISTA.- Defienden los sectores sociales afectados por las externalidades generadas por grupos de interés. IV. DEFENSA DEL INTERÉS SOCIAL.- Ambiente sano como valor político. Conforme a la clasificación de políticas que hace Figueroa, encontramos una similitud entre los aspectos que abarcan las categorías de mercado y libertaria, por lo cual en este trabajo solo utilizaremos las de mercado, paternalista y defensa del interés social, ya que éstas se enfocan más hacia nuestra investigación. Con el fin de tener una visión más acertada de los instrumentos que nos van a permitir definir el desarrollo del ecoturismo en México, a través de las ANP, se presenta una matriz, con las categorías antes mencionadas, las cuales abarcan los niveles: federal, estatal y municipal.

Condiciones para el desarrollo de la actividad turística Por otra parte, en este apartado se mencionan las condiciones para el desarrollo de la actividad ecoturística en el municipio de Jilotzingo, para esto es elemental identificar las condiciones que posee el municipio de Jilotzingo para el desarrollo del ecoturismo a través de algunos elementos que permiten su impulso, como lo son las ANP, las cuales de acuerdo a su particularidad permiten el desarrollo del mismo. En el municipio de Jilotzingo se declararon dos zonas sujetas a conservación ambiental, la primera denominada Parque Ecológico Turístico y Recreativo Zempoala la Bufa que se denominó “Parque Otomí Mexica del Estado de México”; y un ANP denominada “Espíritu Santo”, es objeto de investigación del presente trabajo, con lo que se pretende hacer un recuento de los recursos con posible vocación ecoturística. El Parque Otomí Mexica, por su gran extensión se localiza en los municipios de Isidro Fabela, Jilotzingo, Villa Nicolás Romero, Villa del Carbón, Jiquipilco, Lerma, Ocoyoacac, Otzolotepec, Temoaya, Xonacatlán, Huixquilucan, Naucalpan, Capulhuac, Xalatlaco, Tianguistenco, Ocuilán y San Bartolo Morelos; para poder tener una mayor visión de las características se elaboró la siguiente ficha descriptiva del mismo. Cabe destacar que en este parque sólo se protege lo que es el Centro. El Centro Ceremonial Otomí se localiza en el municipio de Temoaya,

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debido a su extensión de 85 km de longitud es difícil vigilarlo, existen asentamientos humanos dentro del área protegida, por lo cual se registra un descontrol en el crecimiento poblacional, además de que se desconocen los límites del parque ya sus límites oficiales se dan por cota.

Parque Ecológico Zempoala la Bufa, “Otomí - Mexica” Administración

CEPANAF

Área total

105,875 ha

Superficie protegida

57.57 ha

Clima

Varía de templado, de 12 a 14 ºC en las partes bajas a frío, de 8 a 12 ºC, en las partes altas

Altitud

3,200 msnm

Tenencia de la tierra

Particular, ejidal, comunal, estatal, municipal y federal

Uso del suelo

Agrícola, ganadero, agostadero, forestal, pastizal.

Fauna protegida

Conejo, ardilla, tusa, coyote, zorra, armadillo, liebre, aguililla, halcón, zopilote, aves canoras y de ornato, reptiles y anfibios de acuerdo al estatus de su ecosistema

Vegetación predominante

Bosque mesófilo de montaña, oyamel, pino, encino, tascate, y pastizal, y arbustos como vegetación secundaria

Atractivos naturales

Paisaje, Centro Ceremonial Otomí, albergue, auditorio, comedor, construcciones realizadas para el área

Servicios e instalaciones

Paseos, días de campo, campamentos, estacionamiento, recreación, turismo, fomento cultural, vigilancia

Ruta

A 25 km por la carretera Toluca - Temoaya, seguir por la carretera Temoaya - Santa Ana Jilotzingo, la cual se observa 5 Km. antes de llegar al parque

Afluencia

Más de 58,000 visitantes al año

Fuente: Pablo Contreras García

Para que este parque ecológico fuese creado conforme a lo que establece la Gaceta del Gobierno del Estado de México, se tomó en consideración lo siguiente: 1. Es indispensable conservar y mejorar la riqueza natural que representa la cadena de montañas comprendidas entre el Macizo de Zempoala y la Sierra de la Bufa, en una longitud de 85 km. aproximadamente. 2. La naturaleza forestal de esta sierra permite considerar además de su belleza para la recreación, el provecho de los habitantes de las tres zonas. 3. De acuerdo con las necesidades de recreo y combate a la contaminación, este parque habrá de permitir la integración de una infraestructura turística para servir fundamentalmente a los habitantes. 4. Responderá a un proyecto de integración de acuerdo con los programas de desarrollo que contemplan las reservas naturales como de gran valor ecológico.

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Por otra parte, se encuentra el ANP Espíritu Santo ubicada, en el ejido del mismo nombre, a diferencia del Parque Otomí - Mexica, ésta se encuentra en su totalidad ubicada dentro del municipio de Jilotzingo. Al igual que en caso anterior, también se elaboró una ficha descriptiva del ANP para mayor comprensión de sus características. Como ya se había mencionado, es un parque administrado por los ejidatarios y contempla un bosque de encino bien conservado, sin embargo en ocasiones existe tala clandestina de árboles y los incendios de temporada.

Zona Sujeta a Conservación Ambiental “Espíritu Santo” Administración

Ejido de Santa Ana Jilotzingo

Área total

234.01 ha

Superficie protegida

234.01 ha

Clima

Semifrío con temperaturas de 10 a 14 ºC

Altitud

2, 700 msnm

Tenencia de la tierra

Ejidal

Uso del suelo

Forestal y de aprovechamiento de recursos pétreos Conejo, liebre, murciélago, tejón, cacomixtle, tlacoyote, ratón de campo, halcón, lechuza, búho, zorzal, Fauna protegida carpintero, perchero, tapacaminos, víbora, lagartija, sapo y culebra Vegetación predominante Bosque de encino, y bosque mixto de pino- encin Atractivos naturales Bosque natural, laderas y lomeríos Servicios e instalaciones

Vigilancia, no tiene instalaciones, salvo las utilizadas para la extracción de materiales pétreos

A 25 km. de la ciudad de Toluca por la carretera que va a Xonacatlán No es representativa, sin embargo asisten visitantes Afluencia de las mismas comunidades a realizar actividades de convivencia familiar Fuente: Pablo Contreras García Ruta

De igual forma, para que esta zona sujeta a conservación ambiental fuera decretada conforme a lo que establece la Gaceta del Gobierno Constitucional del Estado de México, se tomó en cuenta lo siguiente: 1. La creación, fomento, conservación, protección y aprovechamiento de áreas boscosas, para establecer parques y reservas ecológicas que aseguren a la comunidad la preservación del equilibrio ambiental y el mejoramiento de sus condiciones de vida. 2. El establecimiento de una zona sujeta a protección ambiental en Jilotzingo es un reclamo social que permitirá a sus habitantes y a los de municipios vecinos, conservar sus recursos naturales y mantener el equilibrio ambiental de la zona.

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3. Los propietarios de ejidos ubicados en el cerro de Chiluca están de acuerdo en destinarlo a la creación de un ANP para conservar la superficies boscosa y aprovecharla racionalmente mediante proyectos de bajo impacto ambiental que les permitan obtener ingresos.

Turismo sustentable a través del ecoturismo en el municipio de Jilotzingo Como hemos visto el ecoturismo es en gran medida una estrategia de desarrollo sustentable, a través de la cual los recursos naturales, la comunidad local y el visitante, obtienen beneficios de la actividad turística. Así pues, el ecoturismo tiene como meta promover y fomentar el respeto y el conocimiento más profundo de otras culturas, estimulando el establecimiento de las relaciones entre los anfitriones y los turistas que resulten beneficiosas para ambos. El potencial que encierra el ecoturismo puede generar apoyos para los objetivos de conservación tanto en la comunidad, como entre los propios visitantes, mediante el establecimiento y la consolidación de vínculos entre la industria turística, las comunidades locales y las zonas protegidas, dado que los beneficios sociales y ecológicos son en esencia independientes. Los beneficios sociales que las comunidades locales van acumulando como consecuencia de la implementación del ecoturismo, pueden dar como resultado una mejora global de nivel de vida debido al estímulo económico localizado que proporciona el aumento de visitantes en la zona. Como resultado del creciente interés en la problemática ambiental y sus terribles consecuencias en la cultura, en la sociedad y además de la economía por parte de los países más desarrollados, ha crecido el interés por buscar servicios relacionados con una naturaleza más integra, misma que pueden encontrar sobre todo en las ANP y en algunos países en vías de desarrollo que cuentan con considerables extensiones, sin afectar tan dramáticamente éstas. Debido a las demandas que existen para una utilización eficiente e inmediata de los recursos naturales, surge la necesidad de contar con ANP, las cuales deben ser justificables; éstas deben diseñarse, además de manejarse de modo que traigan beneficios reales a las comunidades humanas, locales y nacionales. Tal es el caso de la denominada Espíritu Santo, que fue decretada en 1994 y cuya causa de utilidad es la protección, conservación y aprovechamiento de los recursos naturales, así como el control del desarrollo urbano en áreas de vocación agrícola y forestal, que permitan preservar el equilibrio ambiental de la zona. Esta área será destinada a conservar los recursos naturales del ejido, desarrollar proyectos productivos compatibles con el aprovechamiento racional de los recursos naturales renovables, por lo cual se declaró veda para el aprovechamiento forestal, caza y captura de fauna silvestre (Gaceta del Gobierno, Estado de México, 1994:3).

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Conclusiones Jilotzingo tiene las posibilidades para promover el desarrollo local a través del ecoturismo en el ANP Espíritu Santo, sin embargo para concretar dicha modalidad de turismo en la zona es necesario realizar cambios en la gestión de los recursos, infraestructura, reglamentación e ideología de la población, ahora bien, algunos de estos cambios se tienen que realizar a largo plazo, como consecuencia de la falta de presupuesto del municipio, por lo que resulta indispensable buscar y conseguir inversión privada, para tener en el futuro cercano la posibilidad de implementar dicha modalidad en el municipio. El ecoturismo sirve de vehículo para el desarrollo sustentable de la zona; distinguiendo claramente entre el ecoturismo y la sustentabilidad: el concepto de ecoturismo es una alternativa dentro de las modalidades de la práctica turística y que involucra al desarrollo local. El ecoturismo podría convertir a México en un destino importante, puesto que al aprovecharse las ANP, las comunidades cercanas a las mismas se beneficiarían a través de la obtención de empleos, además de adquirir la cultura de manejo de los recursos naturales, lo cual se reflejaría en la calidad de vida de los habitantes. Con la implementación del ecoturismo se tiene un bajo impacto ambiental, por lo que se le puede considerar fuente de recursos para mantener parques y reservas ecológicas, además promueve el trabajo y el desarrollo local. Se puede concluir que el ecoturismo combina la gestión de los recursos naturales con la sustentabilidad, se busca la protección del medio ambiente y el ordenamiento territorial con la acción productiva de la sociedad, generadora de empleos, ingresos, nuevos procedimientos, formas, técnicas de vida y de trabajo. Con base en lo anterior, el ecoturismo representa para el municipio de Jilotzingo una actividad económica, ambiental y cultural, que combate a la pobreza de la exclusión social y del abandono que arranca al habitante de una localidad de sus tradiciones. El ecoturismo contribuye a motorizar un desarrollo nacional y local, integral y sustentable. Las ventajas que pueden surgir a causa de la incorporación de proyectos ecoturísticos en el municipio de Jilotzingo, representan un mecanismo alternativo de desarrollo sustentable, asimismo colaborar, en la búsqueda de la sustentabilidad en la comunidad, ayuda a fortalecer las capacidades locales de gestión de los recursos, a mejorar las formas de relación además de la comunicación dentro y fuera de la comunidad, es decir, el ecoturismo no sólo considera el impacto productivo sino también el social, económico y ambiental. Sin embargo, en la actualidad existen escasas fuentes documentales que hablen acerca del ecoturismo en México, lo cual dificulta tener acceso

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a esta información. No obstante, existen algunos autores que ayudan a tener una visión más clara sobre este tema, como Zamorano (Turismo Alternativo: Servicios Turísticos diferenciados Animación, Turismo de Aventura, Turismo Cultural, Ecoturismo, Turismo Recreativo); así como Roberto Boullón (Ecoturismo: Sistemas Naturales y Urbanos). Sin embargo, es más factible encontrar esta información en Internet, pero está no es válida o fundamentada en estudios de carácter teórico, o sustentadas por algún autor, debido a que sólo se encuentran características de los lugares y no los elementos documentales del ecoturismo. Asimismo, es importante destacar que en nuestro país no se cuenta con una ley que se encargue de regular la actividad ecoturística, lo cual impide el correcto desarrollo del ecoturismo en lugares que cuenten con las condiciones óptimas para hacerlo; a pesar de esto, actualmente se lleva a cabo mediante la aplicación de otras leyes. Cada Área Natural Protegida (ANP) debe de contar con un programa de manejo que garantice la gestión de sus recursos naturales, con el fin de buscar su protección y buen estado; pese a esto, en el Estado de México existe un total de 85 ANP. Sin embargo, en la actualidad ninguna de éstas cuenta con un programa de manejo. “Espíritu Santo” tampoco cuenta con uno que funcione como herramienta para alcanzar la sustentabilidad en cada una de las zonas consideradas Área Natural Protegida. Debido a la problemática ambiental y sus consecuencias en la cultura, sociedad y economía, ha crecido el interés por buscar servicios relacionados con una naturaleza más integra, por parte de los países más desarrollados, misma que pueden encontrarse, sobre todo, en las ANP. De este interés se deriva la actividad ecoturística, la cual ha presentado un constante aumento en la demanda de los viajeros del mundo, debido a que el ecoturismo se basa en el respeto y la interacción con la naturaleza. Debido al creciente interés de los países más desarrollados en la problemática ambiental y sus consecuencias en la cultura, la sociedad y la economía, se están buscando alternativas de desarrollo que ofrezcan servicios relacionados con una naturaleza más integra, mismas que pueden encontrarse sobre todo en los programas anuales de las ANP. De este interés se deriva la actividad ecoturística, la cual se ha presentado un constante aumento en su demanda por parte de los viajeros del mundo, debido a que el ecoturismo se basa en el respeto y la interacción con la naturaleza. Conforme a los elementos que un lugar debe de tener para considerarse apto para desarrollar la actividad ecoturística, se puede decir que Jilotzingo cumple con estos elementos de la siguiente manera: • El primero de los elementos referente a la búsqueda de la singularidad en los recursos naturales y/o culturales, se refleja en el municipio, puesto que cuenta con dos Áreas Naturales Protegidas (Parque

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Ecológico Turístico y Recreativo Zempoala La Bufa “Otomí Mexica” y el ANP “Espíritu Santo”), además de una Unidad de Manejo Ambiental para la cría de venado de cola blanca, lo cual es motivo de interés para el visitante. • El segundo elemento se refiere a las expectativas y/o valor agregado para el ecoturista, el municipio cuenta con atractivos culturales como: las parroquias de cada pueblo, el arco del templo de San Miguel Techan. De igual forma, se encuentran atractivos naturales como: Piedra Gorda y Peñas de Mado, entre otros, lo cual ayuda a evitar concentraciones excesivas de turistas en un sólo lugar, fomentando así la actividad económica en otras comunidades. • Por último, el tercer elemento hace mención de la infraestructura, que se refiere a las instalaciones y servicios que debe contar el lugar para desarrollar la actividad ecoturística; el municipio cuenta con una diversidad de restaurantes, cabañas, áreas de acampado, así como senderos, miradores y renta de caballos durante los fines de semana además de otros servicios. La oferta turística es un conjunto de servicios y recursos (naturales, culturales o históricos), que han de ser disfrutados en un lugar y tiempo determinado y cuyo objetivo es lograr una experiencia única de viaje satisfactoria para el turista (Gunn; 2002:40). Sin embargo, aunque en teoría la oferta turística debe reunir componentes que son considerados importantes para que se de la actividad turística, en el caso de Jilotzingo no se cuentan con todos, y pese a la propia teoría, podemos decir que sin la presencia de algunos de los componentes se puede llevar acabo la práctica del turismo en el municipio, sin que esta situación afecte de manera considerable, puesto que es un municipio en vías de desarrollo turístico, además de que en el caso del ecoturismo, éste se lleva a cabo sin la existencia de infraestructura o servicios muy complejos y especializados. Para poder crear una oferta turística de calidad en Jilotzingo, particularmente en “Espíritu Santo”, que contribuya a preservar y a difundir los valores mediante los criterios de sustentabilidad, que eviten la degradación y depredación de los recursos naturales y culturales, se necesita que se tome en cuenta lo siguiente: • En cuanto a la oferta complementaria, cabe destacar que en Jilotzingo no es necesario contar con servicio de agencias de viajes, debido a que en la actualidad el tipo de turismo que se recibe es doméstico, lo que sí puede afectar a la actividad turística es la inexistencia de módulos de información que puedan facilitarle al visitante a decidir los lugares que visitará durante su estancia en el destino. • En materia de infraestructura, podemos decir que Jilotzingo no cuenta con el servicio de drenaje debido a la topografía del municipio, lo cual es un impedimento para que se establezca la actividad eco-

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turística en el mismo, debido a que las aguas negras producidas por la actividad diaria de los habitantes desembocan al río Navarrete, el cual se comunica con otros arroyos, provocando una contaminación directa al entorno ambiental, por lo cual los esfuerzos de la población por establecer fosas sépticas se ven aminorados ante la dimensión de tal problema. Por otra parte, el municipio tampoco cuenta con un servicio de tratamiento de basura, incluso no se tiene un servicio regular de recolección de basura en las áreas habitacionales, éste se da una vez a la semana o bien cada dos semanas, con el consecuente acumulamiento y peligro de convertirse en un foco de infección, cuando este servicio se llega a dar de manera completa la basura se lleva a los basureros localizados en el municipio de Naucalpan. • Otro elemento importante para el buen desarrollo del turismo está conformado por la demanda, la cual es, en cierta forma, el complemento de la oferta es decir, es el reverso de la misma moneda, y ya que, si ofrecemos algo es porque a alguien le puede interesar, no se concibe la una sin la otra. Cuando un municipio tiene vocación turística, la decisión implica un acuerdo de todas las partes, gobierno municipal, residentes y empresarios para trabajar para el turista, si éste regresa satisfecho, la demanda se incrementa al igual que los ingresos (calidad de vida). Si regresa insatisfecho, la demanda bajará, y los ingresos disminuirán. Ser un municipio turístico significa optar por un modelo de desarrollo integral. Por lo cual, en esta investigación se realizó un trabajo de campo, mediante la aplicación de instrumentos (cuestionarios y cédulas) que nos permitieron realizar un análisis sobre la vocación ecoturística del municipio. Como hemos visto, el ecoturismo es en gran medida una estrategia de desarrollo sustentable, mediante la cual tanto los recursos naturales como la comunidad y el visitante, obtienen beneficios. Así pues, el ecoturismo tiene como meta promover y fomentar el respeto y el conocimiento más profundo de otras culturas, estimulando el establecimiento de las relaciones entre los anfitriones y los turistas que resulten beneficiosas para ambos. Para que lo anterior se pueda dar en Jilotzingo se tomó como base para el análisis de los instrumentos, los siguientes objetivos que el ecoturismo persigue para su realización: • La conservación y protección de la naturaleza a nivel local. En este caso, la comunidad cuenta con dos ANP (Parque Recreativo “Zempoala la Bufa” y “Espíritu Santo”) dentro del municipio y una Unidad de Manejo Ambiental, encargada de la cría de venado de cola blanca, por lo cual se cumple con este objetivo de conservación de la naturaleza. Sin embargo, la comunidad no tiene un conocimiento específico sobre la existencia de estas áreas de conservación, su delimitación, así como

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el manejo que se le tiene que dar a los recursos, lo cual puede provocar un uso inadecuado afectando de manera significativa a los mismos y dificultando el desarrollo del ecoturismo en la entidad. • La comunicación de la historia natural en la que quedan completadas las características culturales locales. La comunicación de la historia natural, es un objetivo significativo para el desarrollo del ecoturismo, sin embargo, con los instrumentos en los que se basó esta investigación, no se encontraron elementos que permitieran el desarrollo de este objetivo, por lo cual es materia de preocupación, debido a que en varias ocasiones, el cuidado al entorno ambiental y su aprecio se debe a el interés que se transmite de generación en generación. • El bienestar de las culturas locales en el sentido de una mejor calidad de vida y no necesariamente un mayor nivel de vida. Este objetivo tiene que ver con las actividades económicas que realiza la población de manera cotidiana, por lo que la agricultura es aún una actividad importante para la población; sin embargo, con el tiempo, la actividad turística en el municipio ha dejado mayores beneficios, ya que las personas han visto un aumento en su calidad de vida, por lo cual han aceptado la realización de actividades turísticas en el municipio, permitiendo así el aumento de la afluencia y convirtiéndola en una fuente de trabajo para muchas personas. • El desarrollo sustentable de las presentes y de las futuras generaciones. Este objetivo se enfoca principalmente a la gestión que reciben los recursos naturales y culturales; conforme a los resultados obtenidos de la aplicación de los instrumentos, éstos no tienen una gestión totalmente satisfactoria debido a que en el municipio no se ha podido frenar la tala ilegal, así como el uso inadecuado del agua y los problemas derivados de la falta de servicios públicos como el drenaje, provoca que se ponga en riesgo la sustentabilidad del recurso, a pesar de que se realizan actividades de separación de basura, reforestación de bosques e instalación de fosas sépticas, impidiendo así el desarrollo ecoturístico.

Recomendaciones El desarrollo sustentable debe constituir la posibilidad de transmitir un mensaje educativo y de cooperación mutua para la toma de conciencia sobre el uso sustentable de los recursos, tanto por los visitantes como por las comunidades inmersas en las ANP y predispone para una mejor comunicación entre los seres humanos.

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Como ya se mencionó, el ecoturismo es en gran medida una estrategia de desarrollo sustentable, para que esto se pueda llevar a cabo en el municipio de Jilotzingo, particularmente en el ANP “Espíritu Santo”, hacemos mención de las siguientes recomendaciones basadas en los objetivos que persiguen la práctica del ecoturismo y que se pueden aplicar a este destino, de acuerdo a la investigación previamente realizada. La conservación y protección de la naturaleza a nivel local. • Proponer ante las instancias pertinentes una reglamentación práctica aplicable a nivel nacional de la actividad ecoturística como actividad del turismo alternativo. • Instaurar un proceso de planificación turística en Jilotzingo, con el fin de fijar las necesidades de este municipio que elige ser turístico, tal y como lo establezca la Secretaría de Turismo, donde se considere lo siguiente: ○ Formular de objetivos, es decir, ¿Qué queremos ser y a dónde queremos llegar? ○ Elaborar del diagnóstico ¿Quiénes somos y dónde estamos? ○ Desarrollar la estrategia ¿Cómo llegar? ○ Definir la acción ¿Qué necesitamos? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿A quién? ○ Realizar la gestión ¿Cómo aplicarlo? Lo anterior se debe de realizar con el único fin de brindar una oferta turística adecuada al visitante, para que de esta forma se fomente la actividad ecoturística o turística en el municipio, incrementando así la calidad de vida de sus habitantes, sin dejar de lado la protección y conservación de los recursos, los cuales son objeto de prioridad en esta investigación. • Debido a las demandas que existen en la actualidad para una utilización eficiente e inmediata de los recursos naturales, es importante dar a conocer a la población la existencia del Espíritu Santo y del Parque Ecológico Otomí - Mexica como áreas naturales protegidas, así como de la UMA para cría de venado cola blanca, con el fin de apoyar la preservación de los recursos con que cuenta cada una de estas áreas; lo anterior se puede llevar a acabo mediante: ○ La publicación de folletos informativos acerca de las áreas protegidas, así como de la UMA, donde se establezcan las actividades que se pueden llevar a cabo sin causar un impacto negativo a los recursos, así como su ubicación, extensión y horarios pertinentes de visita, además de los datos de las personas a cargo de las ANP. ○ La realización de asambleas y foros con la comunidad, con el fin de dar a conocer lo antes mencionado, a fin de conocer el interés de la población hacia estos recursos, resolviendo dudas que pudieran tener acerca del aprovechamiento y preservación de los recursos que conforman a las ANP.

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• Crear un programa de manejo y darlo a conocer a la población del área natural p rotegida “Espíritu Santo”, donde se establezca: ○ La descripción de las características físicas, biológicas, sociales, culturales e históricas del ANP, y el análisis de la situación que guarda la tenencia de la tierra en la superficie respectiva. ○ Las acciones a reali zar a corto, mediano y largo plazo, estableciendo su vinculación con los reglamentos correspondientes. Dichas acciones comprenderán: investigación y educación ambiental; protección y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, la flora y la fauna; para el desarrollo de las actividades recreativas, turísticas, obras de infraestructura; de financiamiento para la administración del ANP. ○ Establecer los objetivos específicos del ANP. ○ Identificar los inventarios biológicos existentes, así como los que se prevean realizar. La comunicación de la historia natural en la que quedan completadas las características culturales locales. • Realizar una campaña de difusión y promoción para dar a conocer la belleza e importancia de los recursos naturales al municipio, para que se valore el recurso. El bienestar de las culturas locales en el sentido de una mejor calidad de vida y no necesariamente un mayor nivel de vida. • Que las autoridades federales, estatales y municipales correspondientes, estimulen la creación de grupos de trabajo que coordinen y fomenten la actividad ecoturística creando programas específicos de planeación, gestión, reglamentación y seguimientos con los participantes de las partes interesadas. Con objeto de llevar a cabo lo anterior, es necesario que una vez que se hayan creado los grupos de trabajo, las autoridades municipales se encarguen de hacer llegar a la población la información necesaria sobre éstos, con el fin de no solo fomentar la actividad ecoturística sino involucrar a la población en la misma, de esta forma se hace posible el fomento de empleos y asociaciones o bien, si se da el caso, corregir los daños ambientales que pudieran ocasionar las micro empresas. • Crear campañas de concientización enfocadas a la administración pública, al sector privado, a asociaciones civiles y consumidores para contribuir al desarrollo del ecoturismo y así elevar el nivel de conservación del patrimonio natural y mejorar el nivel de vida de la región. • La impartición de cursos de capacitación a los prestadores de servicios sobre la atención al cliente, en calidad y el cuidado de los recursos naturales.

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• La creación de fosas sépticas adecuadas en las comunidades para evitar la constante contaminación de los ríos del municipio, así como impulsar el mejoramiento de caminos. • Establecer un acuerdo entre las autoridades de Jilotzingo, con las de Naucalpan para que la recolección de basura se lleve a cabo de manera periódica, por lo menos dos veces a la semana, para evitar la contaminación directa de los bosques del municipio, cabe resaltar que el ayuntamiento de Jilotzingo debe hacer conciencia para que la población separe la basura orgánica e inorgánica. • El municipio debe gestionar ante las autoridades correspondientes la vigilancia de los bosques, principalmente los que comprenden las ANP, con el fin de evitar la tala inmoderada, así como los incendios. El desarrollo sustentable de las presentes y futuras generaciones • Insistir en la cooperación de las autoridades municipales con las autoridades competentes en la materia, para que en conjunto se logren mejorar tanto instalaciones, mantenimiento y promoción de los recursos del ANP “Espíritu Santo”. Además, establecer convenios para lograr la capacitación de las presentes y futuras generaciones, con respecto a la gestión adecuada de los recursos naturales, con el fin de que sea la propia comunidad la encargada del manejo de las ANP, ya que de esta forma se puede asegurar que la población se involucre con los recursos de su municipio desde una temprana edad, asegurando así la trasmisión, de generación a generación, el interés y cuidado de los mismos. • Llevar a cabo una tarea de educación ambiental, que contribuya a la creación de una verdadera cultura a favor del medio ambiente, mediante las visitas continuas a las ANP, así como a la UMA, para que de esta forma la comunidad se vea involucrada directamente con el medio ambiente, y así se lleguen a involucrar más fácilmente a la actividad ecoturística e incluso pueden llegar a ser parte de ella. • Realizar una campaña de difusión que permita la transmisión de valores históricos y naturales de los recursos con los que cuenta el municipio, así como su importancia para la conservación del entorno.

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El rol socioeconómico de la mujer en el municipio de San Mateo Atenco: un estudio de género Rosalinda Gómez Gutiérrez*

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n el Estado de México el proceso de industrialización se vuel­ ve significativo a partir del crecimiento de la zona industrial Toluca-Lerma, durante la década de los años cuarenta y hasta nuestros días, provocando ciertos problemas como la desecación de la Ciénega de Chignahuapan y la contaminación del río Lerma. El municipio de San Mateo Atenco pertenece a esta área lacustre, en la que sus habitantes se dedicaban a la siembra de hortalizas; el proceso de urbanización se ha derivado del crecimiento industrial cercano al municipio. Necesariamente esta zona agrícola cambia a la actividad comercial e industrial, por lo que sus habitantes han debido imple­ mentar distintas alternativas de subsistencia. El cambio económico se apoya en la generación de fuentes de em­ pleo principalmente dentro de los primeros talleres iniciados con la participación de los miembros de la familia, que poco a poco fueron incorporando a otras personas (no necesariamente del núcleo fami­ liar) en la elaboración de diferentes artículos de piel. Más tarde en la década de 1970, se da impulso a la creación de fábricas que formaron parte del cambio de actividades en el municipio y que provocaron el inevitable deterioro de los recursos naturales. Ante las nuevas exigencias los habitantes combinaron o cambiaron completamente sus antiguas labores para adoptar otras que han caracterizado al municipio como netamente productor de calzado, permitiendo que no sólo los hombres de la familia trabajen, sino también las mujeres. Así es como la familia, considerada una forma de organización social, emprende un ciclo de permanencia en el que se afirman los valores, creencias, ideología y comportamiento de sus integrantes, en la cual surge este deber de ayuda mutua, es decir, la colaboración de sus miembros para su subsistencia,

* Licenciada en Antropología Social por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y Segundo Lugar del Premio CE­ MAPEM 2007 “Dr. Gustavo Baz Prada”, participando en la temática Análisis de las condiciones de los grupos vulnerables. Obtuvo la Presea “Ignacio Manuel Altamirano 2005”. Actualmente se desempeña como Coordinadora del Departamento de Difusión Cultural y Profesora de Asignatura en la Facultad de Antropo­ logía de la UAEM.

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y que por lo tanto ha recibido el nombre de unidad doméstica (Castellan,1985), en donde sus miembros en conjunto intervienen en estas nuevas actividades laborales. Han sido las mujeres quienes han tenido una participación importante en este cambio, tanto económico como social. El esquema de rol tradicional de la mujer se ha modificado; su deber de mantener el hogar y la crianza de los hijos se alternan debido a la situación económica. La mujer, conjuntamente con los miembros de la familia, adoptan nuevas estrategias de subsistencia que les permitan obtener mejores condiciones de vida y la satisfacción de sus necesi­ dades más próximas. En el municipio de San Mateo Atenco la participación de la mujer en el ámbito laboral la ha llevado a adoptar nuevos roles en su vida cotidiana, como madre, esposa y trabajadora; con ello surge la inte­ rrogante: ¿Cómo se presenta una nueva adopción de roles asignados a hombres y mujeres en San Mateo Atenco, una vez que las actividades domésticas y extradomésticas deben compaginarse en respuesta a la búsqueda de generación de ingresos para la solvencia económica al interior de la familia? ya que ambos, hombres y mujeres, han diver­ sificado sus roles. Independientemente de esta apertura laboral en la que han intervenido en las dos últimas décadas de manera activa, es posible denotar que ni siquiera ellas mismas se eximen de sus respon­ sabilidades en el hogar. En respuesta a la necesidad de la investigación y de las condiciones del lugar en las que se llevó a cabo, el estudio se abordó desde el enfoque de género, que nos permite comprender los mecanismos y procesos de las relaciones entre los sexos en el grupo social, primordialmente en el origen y persistencia de comportamientos asignados por la cultura, distinguiendo los roles que adoptan tanto hombres como mujeres. Por ende, desde la escuela francesa del género, justifico el estudio antropológico, buscando puntualizar los elementos para entender la posición de la mujer y el hombre, inmersos en un contexto sociocultural que les exige cada día po­ seer mayor nivel escolar y mayor participación activa en diferentes ámbitos laborales, así como la contraposición de roles que de ello se derivan. San Mateo Atenco comparte, al igual que los diferentes municipios que conforman al Estado de México, ciertos elementos que lo iden­ tifican y hacen representativo, entre ellos están las actividades reali­ zadas por sus habitantes, específicamente en la producción y venta de artículos elaborados en piel. Por lo tanto, en el municipio de San Mateo Atenco, el rol de la mujer se multiplica desde el momento en que interviene en las actividades económicas dentro y fuera del hogar, complementando las labores cotidianas con los sucesos laborales.

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Como investigadores y analistas sociales los antropólogos estamos siempre buscando elementos de cambio para establecer causas y con­ secuencias que nos permitan mayor entendimiento de las condiciones que enfrentan, en este caso, mujeres y hombres específicamente en el campo laboral. Como objetivo general, se plantea analizar el rol social y económico que desempeña la mujer en el municipio de San Mateo Atenco al incorporar­ se a la vida laboral, destacando como esta situación puede afectar la po­ sición del hombre y la mujer ante la diversificación de sus actividades. Los objetivos específicos son los siguientes: 1) Describir el rol que culturalmente han adoptado el hombre y la mujer en el municipio de San Mateo Atenco; 2) Analizar las actividades que el hombre y la mujer llevan a cabo al interior de la familia para satisfacer sus necesidades más próximas y cumplir cada uno con sus obligaciones; 3) Investigar las principales causas que impulsan a la mujer para implementar estrategias de trabajo fuera del hogar; 4) Entender de qué manera estos nuevos roles han provocado cambios en las actitudes y responsabilidades de los hombres y mujeres en el municipio de San Mateo Atenco. La hipótesis que guía la investigación es: El desenvolvimiento laboral del hombre y especialmente de la mujer parte de la necesidad que ésta tiene por incorporarse al trabajo asalariado o de autoemplearse mediante la adopción de diferentes estrategias de subsistencia para contribuir con sus ingresos económicos al bienestar familiar; las nuevas condiciones de trabajo les han permitido la extensión de sus roles socialmente aceptados alrededor de los cuales han organizado su vida laboral y familiar. La investigación se apoya en la revisión bibliográfica que da sustento teórico a la información obtenida en el trabajo de campo realizado a par­ tir del año 2002 y para contrastar el aspecto teórico con el práctico. Ade­ más del método etnográfico que consistió en describir detalladamente los aspectos físicos de la comunidad y los escenarios de los fenómenos sociales que ocurren en el mismo, el comparativo fue útil para establecer semejanzas y diferencias entre los sucesos presentados en distintos cua­ drantes de la comunidad que concentran elementos de interés para los fines de esta investigación. El universo de estudio se concentra principalmente en las mujeres y hombres que laboran en la U comercial, llamada así por los habitantes del municipio, la cual abarca las calles Venustiano Carranza, Independencia y Aldama; lugar en donde trabajan como vendedores de calzado, artículos de piel, mochilas y ropa, así como en los talleres de elaboración de calza­ do. La principal unidad de análisis es la mujer; sin embargo, no se puede suprimir la intervención del hombre y la familia, pues influyen de manera decisiva en sus actividades, así como la diversificación de sus roles dentro y fuera del hogar, es decir, en sus trabajo.

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Las técnicas empleadas fueron la observación directa y participante para obtener de manera directa datos considerados importantes y presenciarlos en el momento que suceden. La objetividad de la in­ formación se complementó con las siguientes herramientas: libreta y diario de campo, entrevistas informales guiadas por preguntas clave a treinta y dos familias originarias del municipio, de los cuales se deriva una muestra total de 54 mujeres y 46 hombres con quienes se trabaja­ ron fragmentos de historias de vida, mapas y croquis. Finalmente los testimonios quedaron plasmados de manera irrefutable como prue­ bas fieles de los fenómenos analizados al emplear los instrumentos: cámara fotográfica y grabadora de bolsillo (para voz).

El enfoque de género no se conforma sólo con haber conocido la vida cotidiana de las mujeres y su lucha social emprendida hace algunas décadas. Requiere entender completamente el géne­ ro, es decir, el conjunto de prácticas sociales entre los individuos de ambos sexos

El interés de los investigadores de diferentes disciplinas sociales por estudiar a la mujer desde los movimientos feministas, tuvo auge prin­ cipalmente en los Estados Unidos, en donde la antropología feminista se interesaba por el estudio de la llamada represión femenina a partir de la década de 1960. Los estudios de las diferencias sexuales incluían los sistemas de parentesco, la división sexual del trabajo y los roles de hombres y mujeres. El problema en este tipo de estudios feministas radica, principalmente, en la ausencia de fronteras entre el sexo y el género, debido a que enarbolaron la opresión de la mujer como la base de su identidad, reduciendo a los individuos en dos categorías de sexo cerradas y opuestas. El sexismo separa en dos grupos opuestos los sentimientos y actitu­ des de las mujeres, ya sea exaltando sus bondades o rechazando todo aquello considerado como “femenino” impuesto por la sociedad, denunciando su condición como una limitante que los hombres les asignaron para mantenerlas bajo su dominio, lo que Simone de Beauvoir (1989), desde el terreno simbólico, denominaría “un sistema de oposiciones entre el aspecto femenino y masculino”. El enfoque de género no se conforma sólo con haber conocido la vida cotidiana de las mujeres y su lucha social emprendida hace algunas dé­ cadas. Requiere entender completamente el género, es decir, el conjunto de prácticas sociales entre los individuos de ambos sexos; busca a su vez acabar con el estigma de la feminidad que ofrecía una imagen degradada de la mujer refiriéndose a ella como un símil de objeto sexual, objeto de violencia, madre y esposa. Busca no excluirlas sino vincularlas en los movimientos sociales y en el proceso de cambio que las sociedades han atravesado para darles nuevas oportunidades de desarrollo y el conse­ cuente cambio de roles que deben experimentar, pero nunca aisladas de la presencia y acción de los hombres, ya que ambos son seres comple­ mentarios que no pueden ser estudiados uno lejos del otro. Gracias a estos estudios, se difundió la imagen universal de inferiori­ dad que el mundo tenía sobre las mujeres, se buscaba entonces mitigar este abismo entre el hombre y la mujer. En la mayoría de las sociedades

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tradicionales gran parte de la vida adulta de la mujer transcurre dando a luz y criando a los hijos, razón por la cual se identificó a las mujeres con la vida doméstica y a los hombres con las actividades extradomésticas, políticas y militares. Abordar estás temáticas es indispensable para un mejor entendimiento del cambio sociocultural, reflejo de las condiciones actuales en las que interactúan ambos sexos, significa ver desde otro ángulo la imagen tradicional de la mujer estereotipada en contraposición con su inserción en las esferas sociales y económicas. Desde la vertiente francesa, los trabajos realizados por de Beauvoir (1989), Agacinski (1998), Lipovetsky (1999), entre otros, nos aportan los elemen­ tos simbólicos para explicar la construcción del género considerando a la mujer como el segundo sexo en su condición de mantenerse siempre en segundo plano, sea impuesto o voluntario. La escuela francesa explica la compaginación de roles entre hombres y mujeres que parten de lo bioló­ gico a lo cultural. Por otra parte, retomo algunos trabajos realizados desde la vertiente americana (interesados más por el papel de la mujer que se inserta en el campo laboral y la postura del hombre al respecto), como lo expresan Teresita de Barbieri (1984), Orlandina de Oliveira (1989) o Brígida García (1998), analizando el trabajo doméstico, la cotidianidad y la vida familiar, que son los campos de acción de las mujeres, y a partir de su incorporación al trabajo asalariado, resulta interesante el cambio de roles y la posición de los hombres. De esta manera ambas escuelas ofrecen ele­ mentos claves que se pueden complementar para explicar este fenómeno de estudio. Entre los conceptos claves a utilizar, desde el punto de vista antropológico enfocado al género, son: papeles o roles, género; símbolos de identidad femenina y masculina; división sexual y social del trabajo; familia; organización; cambio social, entre otros. Son las mujeres quienes han debido enfrentarse a barreras limitantes que han marcado su conciencia, su petición de reconocimiento a su esfuerzo, de no permanecer en el anonimato y que se tengan presentes sus deseos o anhelos de superarse cada día en los ámbitos domésticos y laborales. El trabajo dentro y fuera de casa, pagado o no, contribuye a la construcción de roles, implementa nuevos, se extienden e incluso se suprimen, aunque no completamente; las actividades que deben efectuar han influido en la organización de sus labores cotidianas así como los tiempos para reali­ zarlas, el esfuerzo implícito y las satisfacciones que para ambos pueden tener, casi siempre suceden dentro de la vida matrimonial en donde se encuentran los mayores beneficios, sacrificios y recompensas.

Consideraciones teóricas Los estudios de género: de la escuela americana a la francesa Se habla del surgimiento de un nuevo campo de estudio en antropolo­ gía referido a las mujeres y relaciones de género, como el resultado de

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trabajos precedentes realizados por feministas, quienes trataban de incorporar estos temas a los problemas teóricos del campo de las ciencias sociales. De acuerdo a Soledad González, la antropología se ha interesado con anterioridad en la sexualidad, el parentesco y las expresiones simbólicas de lo masculino y lo femenino en diferentes culturas; de ahí el interés que para las antropólogas causaron las pre­ guntas planteadas por el feminismo, por el aumento en la participación económica de la mujer. En ambos puntos confluye el acercamiento de la antropología y el feminismo (González, 1997:17).

El desarrollo social de cada persona atraviesa etapas, las mujeres tenían la función de ser esposas y madres, ahora lo complementan siendo mujeres que trabajan, formando en ellas la conciencia del “yo” que es parte de su identidad.

Lamas (2000) considera esta inquietud como la primera etapa del mo­ vimiento feminista que duró hasta más de la mitad de los 70 y llevó a la antropología a plantearse si en otras culturas o sociedades las mujeres también ocupaban una posición subordinada; ésto los llevó a un análisis sobre la universalidad de la subordinación femenina con­ juntando la teoría con la información antropológica. Muchas feministas trasladaron el debate de las diferencias entre hombres y mujeres fuera del terreno biológico. Lamas señala que compartían un error muy generalizado al pensar en lo biológico como inmutable y lo social como transformable, ya que situar la causa de la desigualdad social en la diferencia biológica volvía in­ útiles los esfuerzos por acabar con ésta, si lo biológico era inmuta­ ble, vayámonos a lo social, que es transformable. “El problema es esencial, la diferencia entre los hombres y mujeres radica en que esta diferencia biológica se interpreta culturalmente “como una di­ ferencia sustantiva que marcará el destino de las personas con una moral diferenciada” (Lamas, 2000:102,106). El desarrollo social de cada persona atraviesa etapas, las mujeres tenían la función de ser esposas y madres, ahora lo complementan siendo mujeres que trabajan, formando en ellas la conciencia del “yo” que es parte de su identidad.

La escuela francesa Pensar en lo femenino sin la existencia de lo masculino es imposible pues “la diferencia entre macho y hembra es evidente, que a las hembras se les adjudique mayor cercanía con la naturaleza (supuestamente por su función reproductora) es un hecho cultural, significa, entre otras cosas, que cuando una mujer se quiere salir de la esfera de lo natural, es decir, no quiere ser madre ni ocuparse de la casa se le tacha de antinatural (Lamas, 2000:102). De acuerdo a lo anterior, los modelos tradicionales de comporta­ miento masculino y femenino están cambiando, son parcialmente convencionales en cada cultura, son parte de un juego que se efectúa

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entre ambos, se transforman paulatinamente de acuerdo a las exigencias de los tiempos, se asume una identidad a la que ya es necesario “añadir”, para ser lo que representa ante la sociedad. El disfraz es una manera común de expresar la diferencia de los sexos, los hombres se visten en determinadas formas al igual que las mujeres, el hecho de usar zapatillas y maquillarse genera en la mujer el sentido de pertenencia a su sexo, de esta manera no se confunde con un hombre y se añade a sí misma lo que necesita para que otros la miren como un ser femenino. Si embargo, la identificación a un género se vuelve compleja si tomamos en cuenta que no solo el disfraz hace la diferencia, el comportamiento, las experiencias vividas y las expectativas de vida se mezclan en diferentes culturas. La diferencia de los sexos con base en aspectos biológicos se vuelve ob­ soleta si entendemos que la misma complejidad social y cultural ha mez­ clado lo que concierne a ambos. Agacinski considera que la diferencia se convierte en una cuestión de historia, cultura y vestimentas, la diferencia de los sexos es real y está por encima de los atributos físicos naturales, adquiere entonces su sentido cuando se cultiva, interpreta o disfraza “... podemos decir que la cultura, con sus vestimentas y sus prótesis, es el arte de cultivar las diferencias naturales...el hombre es por naturaleza un animal disfrazado. No existe sin hábitos ni costumbres, que son las formas de dar pliegues a la naturaleza” (Agacisnki, 1998:18). Lamas puntualiza: “si bien la antropología daba este sentido de construcción cultural a lo que llamaba papel o status sexual, perfilando lo que sería la nueva acepción de la categoría género, no fue ésta la disciplina que introdujo su utilización en las ciencias sociales en el sentido de construcción social de lo femenino y mascu­ lino. Al parecer, la primera disciplina que utilizó el concepto de género fue la psicología en su vertiente médica, quien establece ampliamente la diferencia entre sexo y género es Robert Stoller, justamente en Sex and Gender (1968), en donde estudia los trastornos de la identidad que se define con precisión este sentido de género” (Lamas, 2000:112).

Complementándolo con la perspectiva de Kay y Voorhies, la diferen­ ciación entre los comportamientos culturales depende del sexo que se define de dos tipos: el físico o fenotípico que diferencia macho y hembra anatómicamente, y el sexo social también conocido como género de cada persona, difiere en cada cultura y corresponden a lo masculino y femenino. En cada grupo se han presentado ciertas restricciones a sus miembros, la conducta cultural está inevitablemente controlada por las cualidades que la misma impone a hombres y mujeres provocando pre­ juicios en diferentes momentos históricos, por ejemplo, el poder y la autoridad han sido delegados a los hombres por muchos años debido a su condición física, pues su fuerza les permitía obtener alimentos para el grupo. A través del tiempo se ha presentado un cambio importante, las mujeres han orientado su trabajo en beneficio de la familia o grupo, por

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lo tanto existe una contraposición de roles sexuales y sociales actuales con respecto a los tradicionales, este es punto de interés para la antro­ pología desde la perspectiva de género (Kay y Voorgies, 1978:11).

En cada grupo se han presentado ciertas restricciones a sus miembros, la conducta cultural está inevita­ blemente controlada por las cualidades que la misma impone a hombres y mujeres provocando prejuicios en diferentes momen­ tos históricos

La diferencia de ambos es construida con base a la posición y el estatus que la sociedad les reserva. Se ha reinventado a la mujer para explicar que no es un hombre, la construcción se hace desde la infancia, les enseñan los roles que jugarán en la vida adulta pues generalmente se destinan hacia el matrimonio. En la pubertad, las enseñanzas pueden transformarse o reforzarse, pero desde que son niños a través de los juegos los padres enseñan a los hijos su posición en la familia y el resto de la sociedad, como son los modelos de identificación de gé­ nero que deben asumirse pertenecientes a lo femenino o masculino y enseñarlo a los hijos, diferenciar y a la vez mezclar puede hacer esta tarea compleja.

Las fronteras del género Tomando en cuenta la versión que nos ofrece la Escuela Francesa, cada vez se ha logrado una compleja y mayor comprensión del género como un fenómeno cultural, además los límites de los modelos de género varían de acuerdo a aspectos históricos y culturales. Para Conway, Bour­ que y Scout, las ideas que los individuos tienen acerca de su propia identidad de género y su sexualidad se manifiestan en sus negativas, reinterpretaciones o aceptaciones parciales de los temas dominantes: “Las fronteras del género, al igual que las de clase, se trazan para servir una gran variedad de funciones... económicas y sociales. Estas fronteras son a menudo movibles y negociables. Las normas del género no siem­ pre están claramente explicitadas; a menudo se transmiten de manera implícita a través del lenguaje y otros símbolos” (Lamas, 2000:24).

Para ellos en América del Norte, la modificación de fronteras se logró con los avances en la educación superior para las mujeres y la resultante aceptación de un trabajo remunerado fuera del hogar en la clase media, se crearon nuevas fronteras para separar las nuevas profesiones para mujeres relacionadas con la prestación de servicios como la enseñanza, la enfermería y el trabajo social de profesiones con mayor prestigio destinadas a hombres como son la ingeniería, el derecho y la investigación científica. Por lo tanto, en muchos pe­ riodos históricos, la percepcion popular respecto al temperamento del hombre y la mujer han cambiado signifcativamente y éstos cambios van acompañados por la reformulación de fronteras sociales (Lamas, 2000:24). De esta manera, la reformulación de fronteras sociales es inevitable ya que van a la par de los cambios sociales y culturales que experi­

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mentan tanto hombres y mujeres dependiendo del contexto en el cual se lleven a cabo, siendo éstas claramente presentes pero no conciente­ mente perceptibles.

Relaciones de género Actualmente el enfoque de género desde la escuela francesa nos permite analizar diferentes niveles: cultural, relaciones de poder, económico y social, en los cuales se construyen y operan las diferencias entre los sexos que habían colocado históricamente a las mujeres en posiciones de des­ ventaja o subordinación. Agacinski opina: “...las relaciones entre los sexos aparecían fuertemente jerarquizadas, y los hombres establecían su poder a la vez que lo legitimaban con fun­ damentos mitológicos, religiosos, ideológicos, filosóficos o científicos. Los fundamentos del poder, en general, no han sido casi cuestionados antes del Siglo de las Luces, y nunca por supuesto del poder masculino... Ellas se han doblegado al orden familiar, económico, político y religioso instaurado por aquellos que se reservaban el monopolio de los poderes. Un patriarcado ancestral ha apuntalado constantemente el poder efectivo de los hombres sobre una idea de subordinación pretendidamente natural de las mujeres” (Agacinski, 1998:35).

Esta era una relación de dueño y esclavo, la desigualdad conyugal se esta­ blece por el juego de poderes que se reflejan en la diferencia de edades, el hombre por lo general es mayor que la mujer, por lo tanto se le considera maduro y la mujer inexperta, los roles de ambos se han institucionalizado de acuerdo a las funciones que cada uno debe cumplir para asegurar la subsistencia y la descendencia familiar. Asignación de roles Continuando con la escuela francesa, González opina que en las décadas de 1930 y 1940, los estudios antropológicos sobre las identidades sexua­ les tuvieron un matiz muy diferente al de otras disciplinas, por ejemplo: los estudios de Margaret Mead (1935), los que procuraban mostrar que la identidad de hombres y mujeres es una construcción cultural a través de un proceso de socialización en el que intervienen los modelos de lo que la sociedad define como actitudes y conductas apropiadas para cada sexo (González,1997:27). De esta manera, el siguiente paso en el estudio de los roles sexuales fue el estudio de género, los roles son asignados en función a un género, es decir, la cu ltura con base en los atributos físicos de hombres y mujeres ha permitido la recreación modos de vivir el género. Mummert hace una división:

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• Los papeles sexuales: son comportamientos determinados por el sexo biológico de cada individuo. • Los papeles de género: son expectativas socialmente determina­ das de los comportamientos masculino y femenino (Gutiérrez, 2003:370).

la identidad de hombres y mujeres es una construcción cultural a través de un proceso de socialización en el que intervienen los modelos de lo que la sociedad define como actitudes y conductas apropiadas para cada sexo

Ambos papeles o roles se entrelazan en el sistema sexo-género que varia a través de la historia en diferentes culturas; estos son sistemas binarios que oponen lo masculino y lo femenino en términos jerár­ quicos: razón-intuición, cultura-naturaleza, público-privado, lo cual Foucault y Beauvoir nombran dualidades. De esta manera, la asigna­ ción del género se realiza en el momento del nacimiento, a partir de la apariencia externa de los genitales, hay veces que dicha apariencia está en contradicción con la carga cromosómica y si no se detecta esta contradicción, o se prevé su resolución o tratamiento, se generan graves trastornos según Lamas (Lamas, 2000:113). Mientras la identidad de género se establece más o menos a la misma edad en que el infante adquiere el lenguaje (entre los dos y tres años), siendo anterior a su conocimiento de la diferencia anatómica entre los sexos. Desde dicha identidad, el niño estructura todas sus mani­ festaciones: sentimientos o actitudes de “niño” o de “niña”, compor­ tamientos, juegos, etc. Después de establecida la identidad de género, cuando un niño se sabe y se asume como perteneciente al grupo de lo masculino y la niña al de lo femenino, ésta se convierte en un tamiz por el que pasan todas sus experiencias. Es usual ver a niños rechazar algún juguete porque es del género contrario, o aceptar sin cuestionar ciertas tareas porque son del propio género, “ya asumida la identidad de género, es casi imposible cambiarla” (Lamas, 2000:113). Sobre el concepto de familia y unidad doméstica “La familia se define como el ámbito social y cultural privado, como el espacio primario de pertenencia, definición y adscripción del sujeto, como una institución del Estado en la sociedad. La familia está confor­ mada por conjuntos de relaciones, instituciones, personajes y territorios” (Lagarde, 2001:371).

Es necesario hacer hincapié en la importancia de la familia en este estudio, debido a que en ella la mujer asume un papel esencial para la convivencia y mantenimiento de la misma. La composición de las familias pasó de ser predominantemente nuclear a extenderse cada vez más, dando lugar a las llamadas familias extensas en donde otros integrantes de la familia tienen en común la residencia en un lugar, hasta conformarse las unidades domésticas, García y de Oliveira lo explican como “... el peso de las unidades domésticas no nu­ cleares...ha incrementado de manera importante. Algunos autores interpretan este aumento como una respuesta de las familias a las

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crisis económicas”. Debido a las crisis económicas, la respuesta de la familia es la incorporación de sus miembros al campo laboral para ayudar a la subsistencia familiar. Sin omitir la participación de la mujer en estas actividades, su papel es importante al interior de la familia o unidad doméstica, pues adopta diferentes estrategias para la obtención de recursos monetarios vía el trabajo extradoméstico, con ello influye en la organización del consumo y conformación del ingreso familiar (García y de Oliveira, 1998:222). Mujer y roles tradicionales en la familia: el punto de vista de la escuela francesa De Acuerdo a de Beauvoir (1994), la historia ha dado muestra del poder del hombre sobre las mujeres y la más común de sus expresiones es el patriarcado, en el cual se ha mantenido a las mujeres en la inutilidad ha­ ciéndolas dependientes y vulnerables, pues muchas de las reglas y códigos considera van contra ellas, las limita y las niega mientras el hombre se ve beneficiado principalmente en el aspecto económico pues tener una mujer en casa es ahorro, ella hace el trabajo por el que no se le paga. Ve a la mujer como el “sueño encarnado” intermedio entre la naturaleza y su propia semejanza, es decir, el hombre tiene miedo a lo desconocido y misterioso que representa a la naturaleza y a la vez necesita de alguien semejante para comprender lo que le rodea y a sí mismo, entonces la mujer se ubica en un punto intermedio, es por ello que el hombre al no poder conquistar por completo a la naturaleza, sí ve en el dominio sobre la mujer un logro; se entra en la dialéctica del amo y el esclavo, el hombre domina a quien es tan semejante a él y ésto forma parte de la reciprocidad de las libertades. Cuando de Beauvoir (1994) habla de la mujer como el segundo sexo, hace referencia a lo otro, es decir, lo opuesto del hombre aunque sean semejantes, a lo que existe con base a la existencia del otro. En este caso, las mujeres no se plantean como sujetos sino como objetos, carecen de construcciones propias, todo se los ha impuesto el hombre y sueñan a través de los sueños del hombre ocupando un lugar secundario. La mujer es definida gracias a su relación con el hombre, ese otro es visto como el mal que se hace necesario para el bien y vuelve del mal al bien, todo lo que la mujer representa se resume siendo madre, esposa e idea, éstas se confunden, oponen y tienen una doble faz, el hombre es movimiento y la mujer en tanto es dotada de fecundidad es vista como una virtud pasiva. Lipovetsky señala que: “Se ha subrayado con frecuencia, y no sin razón, que el ideal de ama de casa contribuyó a confinar a las mujeres en el espacio cerrado de la familia, a separarlas de las funciones públicas, a desacreditar los estudios prolongados de las jóvenes” (Lipovetsky, 1999:199); sin embargo, con el paso del tiempo esta “reclusión” no impidió que las mujeres lograran, gracias a la educación, inculcar en

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ellas nuevos conocimientos científicos, descalificando la experiencia tradicional y enseñándoles nuevos conocimientos que podían aplicar en su vida cotidiana, como la puericultura e higiene o conocimientos de medicina que trataban de cambiar los modos de actuar y pensar heredados del pasado.

Roles tradicionales y símbolos de identidad femenina: matrimonio y maternidad

todo lo que la mujer representa se resume siendo madre, esposa e idea, éstas se confunden, oponen y tienen una doble faz, el hombre es movi­ miento y la mujer en tanto es dotada de fecundidad es vista como una virtud pasiva.

Desde la óptica de la escuela francesa, a partir de la construcción de la feminidad lo considerado femenino se atribuye al carácter biológico, el cual se ha derivado y encontrado su justificación en lo cultural. Los atributos que las mujeres adquieren se efectúan mediante actividades, comportamientos, actitudes, creencias e incluso lenguajes utilizados por las mujeres, ser madres o esposas es el resultado de este compor­ tamiento femenino, la sociedad pide a la mujer contraer matrimonio y procrear hijos a quienes deberá cuidar y dedicar su tiempo; sin embar­ go, debido a la dinámica social que vivimos, tales atributos pueden ser aplazados o anulados sin antes existir en la mujer que decide hacerlo, cierta presión social por parte de quienes le rodean. Para de Beauvoir: “Las condiciones de la vida moderna —menos estable y más incierta que antaño—, vuelven singularmente pasadas las cargas del matrimonio...El matrimonio supone comodidades materiales, sin duda...y también co­ modidades eróticas...libera al individuo de su soledad, le fija en el espacio y el tiempo a darle un hogar e hijos, y es, en síntesis, una realización definitiva de su existencia...El matrimonio expone su significado univer­ sal y abstracto, un hombre y una mujer son unidos de acuerdo con ritos simbólicos, a ojos de todo el mundo, pero en el secreto del lecho son individuos concretos y singulares que se enfrentan, y todas las miradas se desvían de su abrazo” (de Beauvoir, 1996:177,189).

De Beauvoir explica: el matrimonio es un destino que la sociedad propone tradicionalmente a la mujer, éste es un tipo de contrato de venta de cuerpos, en el que se supone existe una relación de reciprocidad, sin embargo, la condición desigual de hombre y mujer no permiten que ello sea recíproco, el hombre intentará dominar y controlar a la mujer y ésta lo permitirá, la venta de cuerpos se refiere a las obligaciones que la mujer adquiere una vez casada, es decir, las relaciones sexuales y la reproduc­ ción. La división de tareas se debe a la capacidad natural de la mujer de engendrar, su apego a la naturaleza le posiciona en este lugar y le define los roles que debe seguir, impuestos mediante la sociedad patriarcal que le había negado en los primeros años de su conformación, la decisión de escoger a su pareja, es a través de los hombres que este trato se cierra y a través de ellos que la mujer acepta la unión conyugal.

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Comentario Si bien los antropólogos siempre nos hemos interesado en otras socieda­ des y por comprender las diferencias culturales referentes a todo aquello en lo que interviene el hombre, no debemos perder de vista la valiosa aportación de los estudios de género que, a diferencia de las posturas feministas, busca este entendimiento en un contexto integral, preten­ diendo de manera relativamente armónica hacer un balance entre las diferencias que se plantean para hombres y mujeres. El género es el resultado de las diferencias de los sexos, cuando las ex­ plicaciones no pueden quedarse en el plano de lo biológico y pretender que definen el destino de hombres y mujeres y la explicación desde lo social y cultural se hace presente, por lo tanto, el género es una construc­ ción cultural hecha a partir de las diferencias sexuales macho/hembra, a la definición de comportamientos y actitudes, separando lo femenino de lo masculino y repartiendo de manera desigual el poder, esta relación de poder supone una jerarquía, el hombre toma la batuta y la mujer lo acepta real o simbólicamente, el género surge entonces de situaciones sociales en que la negociación entre hombres y mujeres se hace presente. Las mujeres son un grupo opuesto a los hombres, las características físicas y los atributos sociales les diferencian, la estrecha relación de ambos hacen necesario referirnos a los dos, la mujer es al hombre como el hombre es a la mujer, ambos se complementan y necesitan para vivir, es por ello que en esta investigación se considera la opinión de ambos, especialmente la de la mujer quien siendo nuestra unidad de análisis no puede ser tomada como un sujeto aislado. Las relaciones de género son el encuentro cotidiano de los roles mas­ culinos y femeninos, lo que un hombre y una mujer son y deben hacer, los cuales nos ayudan a comprender la construcción de género una vez que entendemos el contexto social y cultural, la relación de hombres y mujeres; así como el desempeño de sus funciones se encuentran en estrecha relación pues reafirman la identidad o sentido de pertenencia a un género, la cual se define desde el nacimiento con la asignación del género y en la infancia se adquiere la identidad, de esta manera no se confunde lo que es ser hombre/masculino con mujer/femenino pues cada sociedad define a ambos. El rol es la función o papel que hombres y mujeres desempeñan de acuer­ do a la pertenencia a su género, ambos son distintos, su comportamiento se diferencia por las actividades que desempeñan, éste se adquiere desde la infancia y cambia con la edad, ocupación, estado civil y posición que se juega en la familia, por lo tanto se diferencia el rol de una esposa y el de una hija o hermana, el grado de responsabilidad diferencia los roles, como padres, esposos, trabajadores o hijos, con base a la etiquetación de roles se cumplen ciertos papeles también llamados roles de género y cada uno tiene su campo de acción dentro y fuera del hogar.

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La etiquetación de roles de género, es lo que se esperan hombres y mujeres que realicen, mediante su desempeño cotidiano, sus actividades diarias social y culturalmente construyen un estereotipo de comportamiento, se etiqueta real y simbólicamente la función de cada uno, por ejemplo, entre las etiquetas de género tenemos el matrimonio y la maternidad como símbolos de identidad femenina, la masculinidad, la fuerza y virilidad como símbolos de identidad masculina siendo los parámetros que la propia sociedad define de acuerdo a cuestiones culturales.

Hombres y mujeres asumen sus respon­ sabilidades en dos esferas, la pública y privada, que van de la mano con los esque­ mas tradicionales de comportamiento; la primera corresponde a los hombres, quie­ nes deben salir de casa a trabajar y ser principales pilares de la manutención, se relacionan con com­ pañeros de trabajo y su vida es socialmente fuera de casa

Hombres y mujeres asumen sus responsabilidades en dos esferas, la pública y privada, que van de la mano con los esquemas tradicio­ nales de comportamiento; la primera corresponde a los hombres, quienes deben salir de casa a trabajar y ser principales pilares de la manutención, se relacionan con compañeros de trabajo y su vida es socialmente fuera de casa, tratan de mantenerse alejados de las acti­ vidades domésticas; en cambio, la esfera privada corresponde a las mujeres, ellas guardan estrecha relación con el hogar por su capacidad reproductora y los cuidados que ofrecen a los miembros del hogar; de acuerdo a cuestiones de género se ha delegado a la mujer la función de cuidar a los hijos, atender al marido, administrar los recursos de la casa y mantenerla limpia; al hombre se le ha encomendado el sos­ tenimiento económico de una familia y la autoridad sobre la misma pues encabeza la jerarquía familiar, incluso los hijos varones pueden compartir tal jerarquía. Los tipos de trabajo mencionados son el doméstico, de carácter fami­ liar o reproductivo, que ha sido conferido a la mujer por su capacidad reproductiva, de tal manera que no es considerado como un trabajo sino como una obligación, las tareas reproductivas socialmente no son valoradas, a pesar del tiempo que requieren, lo mismo sucede con las actividades domésticas, mantener la casa limpia y los alimentos prepara­ dos significan un ahorro económico considerable, pagar a otra persona para realizarlo significa una inversión que no todos los maridos están dispuestos a hacer, al menos teniendo la solvencia económica necesaria con todo y el ahorro, no lo reconocen las propias mujeres pues forman parte de las etiquetaciones de género que han asumido y condicionado la posición de la mujer en la sociedad. El trabajo remunerado se realiza fuera del hogar, en áreas de trabajo específicas, en las cuales hombres y mujeres buscan mejorar sus condi­ ciones de vida, elevar su estatus socioeconómico y solventar los gastos diarios en la familia, ganar dinero fuera de casa es la principal causa de inserción de la mujer al trabajo extradoméstico, pues la situación económica familiar influye en esta toma de decisión,la división social y sexual del trabajo se hace presente, las condiciones de contratación, las actividades laborales y el pago por su desempeño son desiguales, las actividades están divididas con base en aspectos de género, pues

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los hombres se requieren para hacer esfuerzos físicos y las mujeres para actividades de habilidades manuales principalmente, tomando en cuenta que ambos tienen capacidades para realizar diferentes tipos de trabajo.

San Mateo Atenco: un municipio de artesanos Localización geográfica El municipio de San Mateo Atenco se localiza en el área centro del Estado de México, dentro del sistema urbano Toluca-Lerma y corresponde a la Región I Toluca, la cual se integra por 24 municipios. Geográficamente se encuentra entre las coordenadas 19°17´07” de latitud norte y 99°29´4” y 99°34´04” de longitud oeste, a una altitud de 2575 msnm de acuerdo al perfil topográfico. El municipio limita al norte con Toluca y Lerma; al sur con Metepec y Santiago Tian­ guistenco; al este con Lerma y al oeste con Metepec. Este municipio reclama una zona en litigio entre los municipios Lerma, Ocoyoacac y Capulhuac, la cual tiene una superfi­ cie de 6.5 km2. La superficie de San Mateo Atenco es de 12.5km2. El municipio está integrado por 19 localidades, de las cuales doce son barrios, seis colonias y un fraccionamien­ to. La cabecera municipal está integrada por 9 localidades: son los barrios de La Concepción, San Pedro, la Magdalena, San Juan, San Miguel, San Nicolás, San Francisco, Santiago y San Lucas, en tres de ellos se encuentran asentadas las unida­ des habitacionales Carlos Hank González, condominios San Miguel, Fraccionamiento San Francisco, y Villas de Atenco.

Fuente: Enciclopedia de los Municipios de México (2005), Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, Gobierno del Estado de México en www.e-local.gob.mx

Actividades Socioeconómicas de la familia en el municipio de San Mateo Atenco El tipo de familia prevaleciente en San Mateo Atenco se caracteriza por ser extensa, conformada por los padres, hijos y otros parientes que pue­ den ser hermanos, suegros o cuñados, ello puede variar. En este tipo de familias es importante la cooperación mutua para el trabajo, por ejemplo: en las familias que se dedican a la producción de calzado podemos ver que los miembros reparten sus actividades en el taller y en el trabajo doméstico al interior del hogar. Tradicionalmente y debido a cuestiones culturales e ideológicas, se ha conferido al trabajo familiar doméstico la característica de “poco valio­ so” por no generar resultados económicos palpables e inmediatos, carac­ terística que sí posee el trabajo extradoméstico, el cual adquiere calidad de valioso para los miembros de la familia y el resto de la sociedad. La

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actividad realizada por la mujer al interior de la familia no ha recibido un reconocimiento social para que los mismos habitantes consideren importante, de hecho, ha permanecido de alguna manera aislado o marginado cultural e ideológicamente, se ha concebido como una res­ ponsabilidad femenina con carácter de obligatorio. Es necesario en­ tonces, tomar en cuenta las funciones de la mujer en el hogar porque no se mantiene aislada, su vida gira en torno a las circunstancias que vive en casa, las cuales refleja una vez que sale de ésta para trabajar. Por lo tanto, le han adjudicado dicha tarea por su asociación biológica a ser “dadora de vida” y su capacidad maternal de criar a los hijos y ella ha aceptado esta encomienda por generaciones. En el municipio ha sido la mujer quien ha encabezado este proceso de cambio, ya que rompiendo los paradigmas de “ser mujer de su casa”, ha logrado insertarse en campos de trabajo que eran considerados exclusivamente de competencia masculina y hoy día son ocupados, cada vez más por mujeres. De esta manera no sólo han abierto nuevas oportunidades laborales, también ha extendido su papel sociocultural como madre, esposa y ahora trabajadora, implicando una doble jor­ nada laboral dentro y fuera del hogar, que se justifica como respuesta a la situación económica que se vive en el municipio y a nivel estatal y nacional, mismas que la han orillado a salir de su hogar para trabajar y proveer ingresos económicos conjuntamente con su pareja o hacerse cargo de la jefatura del hogar extendiendo sus roles y con lo que necesa­ riamente se han afectado las actividades de los miembros de la familia. Así, las mujeres del municipio han debido compaginar su papel cultural con el desarrollo de actividades complementarias e inevitablemente se ha modificado la manera de dividir las tareas para cada miembro de la familia, en donde el reparto de labores por género se flexibiliza de acuerdo al contexto que estamos viviendo. Por lo tanto, la mujer impul­ sa su salida del hogar con determinadas condiciones que debe cumplir para hacerlo, como aceptar la doble jornada de trabajo que implica rea­ lizar actividades domésticas y extradomésticas, de esta manera se puede observar un cambio en la división sexual y social del trabajo.

Causas de la incorporación de la mujer al trabajo extradoméstico La habilidad de las mujeres para implementar estrategias de subsis­ tencia ha permitido que salgan del hogar a trabajar, pues deben hacer rendir el dinero que consideran cada vez menor. Esencialmente la mujer también funge el papel de administradora de los recursos al interior de la familia, se espera de ella hacer rendir el dinero y la co­ mida, de no lograrlo puede ser criticada por la familia, ya que no sería considerada una “buena madre, ni buena esposa”. Ante esta presión social y en especial la económica, la mujer sale a buscar trabajo para

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completar el gasto diario y “mejorar” la situación que la familia atraviesa, buscando un trabajo asalariado o autoempleándose, complementando las labores domésticas con las actividades extradomésticas. Esta situación se presenta en los 32 casos de familias pertenecientes al municipio de San Mateo Atenco, las cuales registran múltiples razones por las cuales la mujer y otros miembros de la familia deciden incorpo­ rase al trabajo asalariado, de estos casos se desprende una muestra total de 54 mujeres y 46 hombres, quienes de manera específica son la base de los resultados estadísticos que más adelante se presentan. De las mujeres entrevistadas, tomo como referencia 54 casos particula­ res del total de las 32 familias, por lo tanto 49% son mujeres casadas, de las cuales solo un caso refiere ser llamada “madre natural”1, pues se hace cargo de los hijos del matrimonio anterior de su marido, por lo tanto es madre “adoptiva” y expresa su alegría al ser aceptada por éstos a pesar de tener tres hijos más con su marido; 32% corresponde a mujeres solteras, las cuales trabajan para ayudar a la economía familiar o por el gusto de recibir un pago, ya que invertir en artículos de belleza y uso personal les proporciona cierta satisfacción como lo mencionan; 9% corresponde a las madres solteras, quienes tienen como principal motivo trabajar para la manutención de sus hijos, incluso reciben ayuda de sus padres u otro familiar de manera temporal cuando ellas lo requieren. Del total 5% representa a las mujeres separadas no divorciadas, las cuales abandonaron la vivienda del marido, pero no han roto el vínculo matri­ monial, de este porcentaje un caso refiere “tener novio” pues ya no siente ninguna relación sentimental con su marido. El restante 5% de las muje­ res vive en unión libre, una de ellas menciona la necesidad que tiene de casarse con su pareja, pues él predica el evangelismo y este choque de creencias religiosas les ha impedido llevar a cabo la boda religiosa católica, esta boda representa la consumación del matrimonio para ella, teniendo mayor validez que el acto civil; sin embargo, al no llevarlo a cabo la familia de ambos muestran desagrado por la unión, en especial la de ella, pues les han negado su apoyo. Los porcentajes se muestran en la gráfica 1. Gráfica 1

Esta es una expresión utilizada por la entrevistada para referirse a la madre biológica.

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Fuente: Elaboración propia a partir de entrevistas, agosto, 2004.

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La principal causa de la incorporación de la mujer al trabajo asalariado se presenta cuando en el hogar se viven momentos de crisis económi­ ca, la respuesta de las 32 familias, es que las mujeres han sido capaces de implementar estrategias complementarias que le reditúen un apoyo económico al esposo y beneficien al resto de los integrantes del hogar. Consideran como otra causa la insuficiencia de dinero que el marido aporta para el gasto, por consiguiente se autoemplean ofreciendo sus servicios como empleadas domésticas o salen a la puerta de su casa a vender alimentos preparados como tacos dorados, enchiladas, que­ sadillas, rebanas de postre, etc. pues manifiestan que el dinero no les alcanza y es momento de hacer uso de su don natural de sazón para vender comida a diferentes horas del día, principalmente durante la noche, es decir, 40% del total de los casos (gráfica 2). Cuando el esposo abre un negocio la mujer decide ayudarlo para evi­ tar el gasto de pagar a una empleada, así ahorran y vuelven a invertir en mercancía para incrementar sus ingresos, lo mismo sucede con lo hijos, quienes deben ayudar desde los 10 años, aproximadamente, para inculcar en ellos el valor del trabajo en equipo, de acuerdo a lo que expresan 19% de las entrevistadas. Mientras 13% expresan la misma opinión dentro de los talleres de fabricación de calzado que son pro­ piedad del esposo y en donde también se encargan de participar con su trabajo (gráfica 2). Otra causa por la que deciden buscar trabajo fuera del hogar es para romper con la rutina diaria, así se abren campo en otras áreas y a la vez hay un cambio de lo cotidiano, representan el 9% del total de casos y trabajan como empleadas en comercios como: pastelerías, venta de ropa, bolsas y calzado (gráfica 2). La última respuesta presentada las mujeres que deciden buscar trabajo lo conforman 19%, pues tienen a su cargo la jefatura del hogar; entre las causas se encuentran el divorcio, la separación de unión libre o ser madre soltera; ante esta situación se ven obligadas a ser las principales proveedoras de satisfactores para sus hijos, sólo un caso de este porcen­ taje manifestó que trabaja fuera del hogar y su marido ayuda en el hogar porque está enfermo. Se emplean principalmente como vendedoras en la U comercial. Los porcentajes se registran en la gráfica 2. Gráfica 2

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevistas, febrero, 2004.

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Ante la misma situación de crisis económica, los miembros restantes como son los hijos, primos, nueras y yernos deciden apoyar con su traba­ jo a los principales proveedores del hogar. En este caso nos referimos a familias extensas en su mayoría y una mínima de familias nucleares. Los hijos se incorporan al trabajo de manera intermitente dependiendo del grado de crisis que afronta la familia, pueden ser por periodos relativa­ mente cortos o alargarse. El cometido de su participación es la satisfac­ ción de “ser útiles” para que sus padres puedan comprar lo necesario a sus hermanos. Los padres afirman que con ello los hijos conceptualizan la cualidad “difícil” de la vida, aprenden a aprovechar lo que tienen, se dan cuenta de la responsabilidad que implica ser un pilar en la familia o simplemente para ser responsables y aprender un oficio que les pueda servir en su vida futura si deciden dejar de estudiar.

División del trabajo por género al interior de la familia y actividades de la mujer en el municipio de San Mateo Atenco Como ya se ha mencionado, las 32 familias en estudio cambiaron o com­ plementaron los papeles tradicionales y culturales en el reparto de activi­ dades a cada miembro. De las familias abarcadas; 75% son consideradas familias extensas y 25% como familias nucleares. En la unidad doméstica o familia extensa, el trabajo conjunto de los miembros es primordial para su sostenimiento, se compone de padres, hijos y otros familiares que residen en el mismo lugar. El apoyo mutuo les ayuda a enfrentarse a situaciones de crisis económica y refuerza los lazos de convivencia y unión. La división del trabajo por género al interior de la unidad doméstica destaca la participación de los hombres en el trabajo extradoméstico y de las mujeres en el trabajo doméstico. El reparto de labores se realiza con base en la edad y sexo. Al interior del hogar las mujeres reafirman su labor con los quehaceres, se les infunde el sentido de responsabilidad como mujeres y futuras esposas para que no tengan problemas en su vida conyugal ni con su suegra. A los hombres se les inculca el cuidado de los hermanos menores y sus hermanas, además de la importancia de aprender un oficio para que cuando sean padres provean lo necesario para mantener a su familia. De acuerdo con base a la anterior división del trabajo por género, la familia transmite por generaciones el tipo de activi­ dades que consideran aptas para hombres y mujeres. Entre la comunidad de San Mateo Atenco el rol de género dentro del esquema tradicional y cultural del hombre y la mujer está en constante alternancia desde el momento en que ésta debe solicitar trabajo fuera de la casa, rompiendo con esquemas establecidos en su actividad rutinaria complementada con otro tipo de actividades a su estilo de vida diario. De esta manera 100% de las mujeres entrevistadas realizan actividades domésticas independientemente de trabajar o no fuera del hogar, lo

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Las mujeres del muni­ cipio están concientes de que el pago por su trabajo es menor que el percibido por los hombres, en parte por su condición de género que no les permiten realizar cierto tipo de actividades en los talleres y en los locales comerciales porque se les han conferido a los hombres y no protestan ante tal diferenciación de labores.

consideran su obligación y sienten satisfacción al realizarlas, pues cumplen con el papel que se les ha asignado culturalmente. Las actividades que realizan son: barrer, trapear, lavar trastes o ropa, escombrar la casa y preparar los alimentos. Lo realizan solas o con la ayuda del esposo e hijos, en su tiempo libre o cuando tienen un día de descanso en el trabajo, significa una doble jornada laboral que los miembros de la familia no perciben pues forma parte de la vida de una mujer y, por consiguiente, el papel que cultural e ideológicamente se les ha atribuido. Las mujeres del municipio están concientes de que el pago por su trabajo es menor que el percibido por los hombres, en parte por su condición de género que no les permiten realizar cierto tipo de actividades en los talleres y en los locales comerciales porque se les han conferido a los hombres y no protestan ante tal diferenciación de labores.

A manera de conclusión: ¿Cómo conjuntan sus actividades? Los habitantes del municipio de San Mateo Atenco han armo­ nizado sus diferentes actividades con la rutina diaria del trabajo doméstico y extradoméstico. Las mujeres han implementado, de manera hábil, mecanismos de regulación de labores y se han repar­ tido éstas entre los miembros de la familia conforme a la situación económica que atraviesa. Las mujeres del municipio realizan dos jornadas laborales a la vez, en el hogar y fuera de éste, distribuyen su tiempo en función de sus ocupaciones y administran los recursos económicos en gastos que consideran estrictamente necesarios, a su vez, esta manera de organi­ zación ha repercutido en el resto de la familia, ya que los hermanos mayores deben cooperar con ella en el cuidado de los menores, las hijas mayores, incluso, preparan la comida cuando la madre no tiene tiempo de hacerlo; además hombres y mujeres sustituyen la ausencia de los miembros realizando las actividades que quedan pendientes por espacios de tiempo definidos o indefinidos, todo depende de la situación económica y de la cuestión ideológico-cultural. Las actividades del hogar se realizan en los tiempos libres o de descan­ so, pero también otras actividades complementarias como las políticas y religiosas, en especial los festejos religiosos juegan un papel impor­ tante como factor de cohesión social de los miembros de la familia y la comunidad. Otro factor cohesionador de relaciones sociales es el trabajo, gracias a éste se extienden las relaciones de hombres y mujeres con otros miembros de la comunidad afianzando relaciones de amistad y parentesco. La coordinación de las actividades de cada miembro se realiza en un ambiente de mutua cooperación debido a su condición económica y perspectivas que pretenden alcanzar en conjunto.

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Cambio social: nuevos roles de la mujer en el municipio de San Mateo Atenco El esquema tradicional del rol de la mujer es la vida en el hogar de acuer­ do a los habitantes del municipio, su destino es el matrimonio y la futura crianza de los hijos, lo cual se ha convertido en un esquema de com­ portamiento a seguir y aparentemente salir de ello implica ir contra la naturaleza misma de su género; sin embargo, los cambios se han presen­ tado paulatinamente haciendo necesaria una alternancia de actividades que permitan la modificación del esquema tradicional; ahora se puede observar una extensión de los roles de hombres y mujeres; es decir, ser padres, esposos y trabajadores a la vez para hacer frente a situaciones económicas, las que han afectado socialmente tal esquema. Actualmente, ambos deben compaginar sus actividades y desempeñar roles de género que antaño no hacían, la mujer, al salir de casa para tra­ bajar, requiere la ayuda del resto de los miembros del hogar para efectuar las actividades que se posponen, de esta manera la mujer juega el rol del hombre como dotadora del recurso económico y el hombre toma por un momento el papel de la mujer al ayudarle en casa a limpiar o cuidar a los hijos aún cuando no lo realice diariamente, es sabida cuál es la función del padre en el municipio, ahora las nuevas funciones de la mujer son las que impactan las actividades del resto de la familia, considerando que el rol de la mujer está en estrecha relación al del hombre. En el municipio es común que el hombre prohíba o permita que la mujer trabaje, ella lo sabe desde el periodo del noviazgo y este proceso de predis­ posición a lo que va a suceder una vez contraído el matrimonio o al decidir vivir en unión libre, mantiene el esquema que ambos están dispuestos a re­ producir con sus actitudes y comportamientos, de esta manera los roles de ambos se extienden e incluso se intercambian porque el factor de cambio ha sido la inserción de la mujer a esferas laborales fuera de casa, principalmente como vendedoras o trabajadoras en los talleres de calzado. A partir de la década de 1980 en San Mateo Atenco, la mujer empieza a insertarse en el ámbito laboral, la actividad económica en el mismo periodo tiene mayor auge y se va consolidando el distintivo de “pueblo de zapateros”, logrando el éxito de los mercados actuales de artículos en piel, primordialmente el calzado. La mujer se vuelve un sujeto activo en el área comercial y de producción, la imagen que ofrece ante un mostrador era solicitada y preferida por los patrones para atraer clientes y atender­ los, mientras en los talleres el trabajo de adornadora implica el cuidado y toque femenino para el terminado del calzado, es decir, la presentación del mismo limpiándolo, abrillantando, pintando la suela, añadiendo to­ ques al diseño y empaquetarlo, toda vez que esta era considerada una actividad de mujeres que los hombres no hacía. De esta manera, es muy clara la división hecha por los pobladores en cuanto a la actividad laboral que desempeñan hombres y mujeres, concediendo a partir de la división

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del trabajo por género, las cualidades y características que estas tareas requieren, las realizadas por los hombres implican mayor uso de la fuerza física a diferencia de las mujeres que ofrecen su presentación y “toque femenino” para laborar.

En el municipio es común que el hombre prohíba o permita que la mujer trabaje, ella lo sabe desde el periodo del noviazgo y este proceso de predisposición a lo que va a suceder una vez contraído el ma­ trimonio o al decidir vivir en unión libre, mantiene el esquema que ambos están dispuestos a reprodu­ cir con sus actitudes y comportamientos

Ante ello, los roles de la mujer sufren ajustes debido a la actividad desempeñada, la repartición de tareas en distintos horarios por los tiempos empleados en el trabajo doméstico y extradoméstico, la ade­ cuación de las nuevas responsabilidades se unen a las condiciones laborales, las cuales no son las mismas para ambos. Para que la mujer pueda desarrollarse en el trabajo fuera del hogar, intervienen factores como la edad, sexo y estado civil, principalmente. En el municipio, la mujer soltera tiene preferencia sobre la casada para ser contrata­ da, pues al no estar unida a un hombre, los patrones consideran que ésta será responsable y constante, ya que cuando una mujer deja de presentarse en el trabajo sin previo aviso es porque se escapó con el novio y éste ya no la dejará regresar a laborar, por lo tanto, mientras es soltera hay una cierta seguridad de su asistencia al trabajo; una vez casada o viviendo en unión libre es de esperarse que no vuelva. Cabe mencionar, que en el municipio cada vez es mayor la importancia que dan los padres a el hecho de que sus hijos continúen estudiando, debido a la situación económica por la que atraviesa nuestro país y el mundo, lo cual necesariamente repercute en las familias del municipio, aunque es común encontrar familias en que se educa a las hijas para la vida matrimonial y a los hijos para la vida laboral inculcando en ellos el trabajo y un oficio. En el municipio las mujeres deben cargar con el “peso” de atender un hogar, es un deber y obligación a la cual están destinadas, pues de no realizarlo se les tacha de irresponsables, desobligadas y malas madres. Su destino es pues, la esfera privada que confiere las labores domésticas, el hogar y todo lo que en él se mueve. El comportamiento de la mujer responde a una serie de patrones adquiridos desde la infancia; su rol en la familia es proteger, cuidar, limpiar, cocinar y mantener la unidad de la familia, la convivencia ge­ neralmente se da en las horas de comida; aunque en el municipio este acto puede pasar por alto debido a los horarios de trabajo a cumplir, no obstante el momento de reunión se efectúa durante la cena. Las mujeres del municipio tienen una doble carga: a) el que provee cuidado y atención no sólo a los hijos, sino también a los esposos, ese comportamiento maternal ya referido, es una cualidad del género femenino y debe desarrollarlo de manera co­ tidiana desde los primeros años de infancia y hasta el momento anterior al matrimonio, etapa en la cual se supone han adquirido estos conocimientos en el núcleo familiar; b) el rol de esposa, en el cual debe mostrar una actitud cooperativa con el marido, tal es el caso de ayudar en las labores domésticas así

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como intervenir en lagunas labores que realizan los hombres cuando requieren su apoyo, por causas de salud, desempleo o excesiva carga de trabajo, las mujeres les ayudan a trabajar en sus talleres o negocios de venta, para ahorrar el contratar a otra persona o para que ella pase a ser el único sustento de la familia. En el municipio las mujeres que se hacen económicamente cargo del hogar —también llamadas jefas de familia—, no requieren mostrar la imagen de mujer comprensiva, por el contrario se sienten obligadas a asumir una actitud fuerte y valiente como ellas lo expresan, no sentir miedo a enfrentarse a los problemas que se supone se comparten en pareja, pues se ha estereotipado una mujer que no tiene un hombre a su lado para apoyarla difícilmente puede salir adelante cuando esta idea ha sido incluso reforzada por las mismas mujeres, quienes por razones culturales tienen de sí mismas una baja autoestima y miedo a enfrentarse solas a el mundo, pues la relación estrecha con la esfera privad a no les permite abandonarla por completo para ingresar a la esfera pública, al mundo de los hombres, por lo tanto simbólicamente la mujer sigue respetando la jerarquía y poder del marido. Cuando las carencias económicas en el hogar orillan a la mujer a integrarse al mundo laboral, pueden experimentar sentimientos de culpa por descui­ dar sus labores, lo que puede provocarle sensibilidad ante comentarios con respecto a esto, ya que se le reclama el abandono de las tareas domésticas, los hijos o el esposo y se puede convertir en una carga que la lleve a expe­ rimentar cierta frustración provocada por un asunto meramente cultural, aún cuando el cambio de actividades significaría un alivio, esta conducta, está presente y se manifiesta en el sentir de las entrevistadas. Existen casos en que esta nueva condición y cambio de actividades resulta ser una válvula de escape de las situaciones que registrán en el ámbito privado, pues de esta manera conocen a otras personas, se rela­ cionan fuera de casa y se motivan al hacer algo diferente aún cuando la carga de trabajo en el hogar y fuera de éste se incrementen, la sensación de ayudar y aportar dinero aunado al cambio de rutina es aliciente para llevarlo a cabo y coordinar sus actividades con el resto de la familia. En otros casos, las mujeres que ven en el trabajo una carga económica fuerte traducida en una responsabilidad por la manutención familiar, consecuencia de la situación económica, el trabajo les significa una condición imperante. Una mujer que culturalmente conciba su vida alrededor del hogar puede sufrir tensión social y emocional cuando por el trabajo lo abandona y enfrenta continuos desacuerdos con su pareja por las actividades desempeñadas bajo esta condición. El hecho de aportar dinero y utilizarlo en la adquisición de bienes de consumo secundario como son el calzado, ropa, maquillaje o paseos, les ayuda a aminorar la carga de culpa por descuidar el hogar y lo suplen con bienes materiales. En el caso de las mujeres que ayudan a su marido,

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ambos justifican el descuido de las labores domésticas por el tiempo requerido fuera de casa, porque el ahorro de salarios es importante; sin embargo, para las familias que cuentan con los recursos económicos necesarios para pagar por el servicio doméstico no tienen problema, de acuerdo a las entrevistadas. Si por el contrario, la mujer no trabaja con el marido y al dedicar más tiempo al trabajo que al hogar puede, a la larga, causar problemas por la desaprobación de su pareja y el reclamo de los hijos por su atención es a veces inevitable, ya que se ha relacionado a la mujer como una presencia constante en el hogar y como el vínculo amoroso que mantiene unida a la familia; la ausencia genera cambios que no siempre se asimilan rápidamente.

Cuando las carencias económicas en el hogar orillan a la mujer a integrarse al mundo laboral, pueden experimentar sentimientos de culpa por descuidar sus labores

En este nuevo comportamiento de mujer moderna, como respuesta a las carencias económicas la mujer requiere incorporarse a la vida laboral, en la que necesariamente hay una nueva adopción de roles; es decir, la mujer se relaciona con compañeros de trabajo, con el jefe o patrón, lo que le permite crear un mundo fuera de casa, le exige su arreglo personal que dentro de casa no realiza de la misma manera, buscando incluso destacar al mostrar sus habilidades como buena vendedora, buena trabajadora, porque cumple con su jornada y no causa problemasm, pues obedece siempre. El presentar la imagen de una mujer exitosa en el trabajo puede ser tomada como desobligada, que busca en el trabajo fuera de casa un pretexto para no estar en ella, va contra lo establecido socialmente y genera confrontación de ideas de lo considerado bueno o malo, sin embargo, no se le recrimina de la misma manera cuando trabaja para el esposo que cuando es para otra persona.

Nuevos roles del hombre en el municipio de San Mateo Atenco Para hablar de los nuevos roles es necesario retomar el esquema que tra­ dicionalmente recrea el hombre en su cotidiana interacción en relación con la familia, con otros hombres y mujeres. Nuestra cultura obedece a una configuración social patriarcal en la cual el poder se reparte de manera desigual entre los sexos, por lo tanto el rol recreado por los hombres se relaciona con ser jefe, significa a su vez ser padre que traba­ ja y ocupa la posición más elevada de la jerarquía familiar, es quien tiene voz y decisión, por la negociación con la pareja y por reproducción de un modelo de comportamiento adquirido desde la infancia, lo que tiene una serie de trasfondos que a continuación se desglosan. En el municipio, el rol del hombre con base en las características físicas adquiere una construcción cultural de lo que se denomina mas­ culinidad, que es el sello de un hombre (o quien se precie de serlo). Sin embargo este comportamiento masculino refiere a actos como

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es la recreación del patrón de comportamiento social y culturalmente aceptado construido a partir del estereotipo que los caracteriza como fuertes, valientes y viriles; es decir, ser fuertes física y emocionalmente por ser la cabeza de familia, no se les permite dudar cuando se debe tomar una decisión importante, la valentía se relaciona con su capacidad de mostrarse relativamente serios ante situaciones desconocidas para ellos, como es defender a su pareja o a sus hijos, enfrentarse con otros hombres cuando existen desacuerdos, mostrar ante la sociedad su dispo­ sición a hacer frente a circunstancias peligrosas o solidarizarse en riñas con otros hombres. La virilidad se muestra principalmente en la relación con las mujeres, desde el noviazgo es común e incluso bien visto que sea mujeriego, aún estando casados, establecen relaciones amorosas con dos y hasta tres mujeres a la vez, ante otros hombres, les provee orgullo y vanidad por­ que cada uno presume sus trofeos amorosos. La carga social de su rol se ve reflejada en esa cuestión de status y fuerza; esta serie de elementos se repiten y forman parte del modelo o patrón de comportamiento mascu­ lino relacionado con la pertenencia a su género. Es al hombre a quien tradicionalmente se le ha delegado el rol de provee­ dor, quien debe cuidar y dotar lo necesario a su familia independientemen­ te del lugar que asuma en ella, ya sea hijo, hermano o padre, se espera su colaboración, la cual es totalmente reconocida pues este acontecimiento le ha dotado de status y poder en la misma por ser la cabeza de la familia, el jefe, quien tiene el control que ejerce desde su posición dependiendo de su capacidad para mantener a una mujer y a los hijos que engendren. El hombre que no puede mantener a su mujer es visto, por la comunidad, como incapaz, se demerita su estatus y es sometido a calificativos como mantenido o mandilón. El juego del poder inicia con la independencia eco­ nómica, el hombre que tiene control económico tiene, a su vez, el control sobre la familia, por lo tanto, cuando se une en matrimonio con una mujer, impone ese control, prohibiéndole salir de casa para trabajar y al menos los primeros años del matrimonio, pues si la recién casada sale a trabajar pone en entre dicho la capacidad del hombre para el sostenimiento material y se le puede señalar de manera negativa por el resto de la sociedad, por quie­ nes lo conocen, considerando duras las críticas por parte de otros hombres quienes deben conservar el honor y orgullo y las mujeres, que lo ven con desagrado, aún cuando no perciben la remuneración económica suficiente, pero se mantiene encerrada; cabe recordar que esta situación es aceptada a pesar de que muchas mujeres lo rechacen. Sin embargo, es la propia madre quien orilla al hijo varón a la conducta machista, las madres los alejan de las actividades domésticas y les piden realizar tareas de hombres, que tienen que ver con la ayuda al padre cuando se involucra en el trabajo o el aprendizaje de un oficio, como zapatero, carpintero o cualquier otro.

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El hombre debe conocer un oficio si quiere dejar de estudiar, ya que es su responsabilidad y obligación la manutención, se le inculca el hábito del trabajo y el ahorro para adquirir alguna propiedad como un terreno para construir unos cuartos o comprar una vivienda o automóvil los hombres que provienen de familia de comerciantes o zapateros; cada uno debe forjarse su patrimonio, abrir su negocio o taller e incrementar su poder económico.

Es al hombre a quien tradicionalmente se le ha delegado el rol de proveedor, quien debe cuidar y dotar lo necesario a su familia independientemente del lugar que asuma en ella

El cambio en los roles del hombre no es tan evidente como en la mujer ya que ésta ha vivido confinada al hogar y el hombre fuera de éste, pero a partir de la década de 1980 se ha mostrado cómo al insertarse la mujer al trabajo asalariado, éste ha debido adecuarse a las nuevas exigencias, con cierta resistencia ya que no es fácil ser objeto de comentarios producto de la ideología de los entrevistados y que tratan de aminorar integrando a su pareja al trabajo conjunto. Hoy el hombre se ve en la necesidad de ayudar a la mujer en el hogar o en el cuidado a los hijos, así comparten e intercambian sus roles y de esta manera ambos trabajan pero él sigue siendo la cabeza de familia, aún le importa que la mujer no tome su lugar a pesar de que cada vez ésta se ha convertido en el prin­ cipal sostén económico del hogar, pero paulatinamente va asimilando que la situación económica lo exige; sin embargo, sigue prefiriendo que la mujer siga en casa y él provea el sustento. Los cambios de roles se manifiestan en el criterio para llevar a cabo la unión de pareja o la unión matrimonial, la reproducción y la separa­ ción. El rol de género se conforma mediante las normas establecidas por la sociedad y la cultura acerca del comportamiento masculino y femenino que cambian de manera generacional; además, pueden limi­ tar el potencial de hombres y mujeres al sólo conferirlos a un ámbito de la vida, hombre a lo público, mujer a lo privado. La subordinación y el poder deben moldearse a las situaciones actuales, por lo tanto se replantea la forma de entender la interacción de ambos generos, la implicación cultural, las nuevas actividades que llevan a cabo y que antes no realizaban como ahora la mujer en lo público y el hombre interviniendo en lo privado.

Contradicción de género El juego de poderes implica una relación de superioridad e inferio­ ridad, de jefes y subordinados que se ve amenazada cuando el que detenta el poder, como es el caso del hombre, permite que la mujer tenga mayor presencia cuando decide salir a trabajar fuera de casa. La relación poder-dinero genera independencia para quien lo gana y reparte, que una mujer trabaje significa invasión del espacio masculino, decisión y cierta autonomía, aquí podemos encontrar la contradicción de género cuando la mujer ya no está completamente subordinada a su papel tradicional en casa y se enfrenta al mundo de hombres y

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el hombre, quien tradicionalmente era el dotador material, se ve en la necesidad de compartir su responsabilidad teniendo en cuenta que su poder de decisión puede ser confrontado. No obstante, la mujer, de manera simbólica, deja que el hombre siga ocupando la esfera de poder aún cuando ella pueda tener mayor par­ ticipación en la familia. En los casos de madres solteras, divorciadas, separadas o viudas, ésto cambia y aún cuando no quieran esta responsa­ bilidad deben tomarla y mostrar una actitud de fuerza y valentía ante la situación que deben enfrentar. Cuando un hombre decide involucrarse más en lo doméstico y acepta que su mujer tome su lugar, socialmente crea una contradicción porque rompe el esquema, pues por género se le confiere al hombre salir y trabajar, no estar en casa haciendo la limpieza y criando a los hijos. En el municipio conciliar lo que hombres y mujeres hacen con lo que deben hacer puede crear una serie de confusiones y contradicciones para la sociedad, que no necesariamente lo son para las parejas que están inmersas en esta reorientación y reformulación de roles.

Fragmento de historia de vida: Esther Cuando era niña vivió con sus abuelos maternos hasta la edad de 12 años, sus padres se ausentaban por meses porque se iban a sembrar al monte. Con sus hermanos, ayudaba a cuidar a los borregos, para ella era agotador y por eso no tenía un buen rendimiento escolar. A la edad de 12 años se dedicó a trabajar en la casa de una maestra que vivía en Atlacomulco, hacía la limpieza y con ella aprendió a hacer tortillas y comida, pero no le gustaba como la trataban, le dejaban demasiado trabajo para ella sola, se sentía menos que esa familia por ser pobre y así se lo hacían saber. Al llegar a San Mateo Atenco, trabajó 15 años como vendedora en un negocio de prendas de piel, después en otro semejante con diferentes dueños y finalmente vendiendo ropa. Ella fue novia de Juan, con quien duró 6 años, aunque lo quería mucho terminaron su relación por falta de interés por parte de su novio. Empezó otra relación y también ter­ minaron, ahora se arrepiente haberse juntado con un muchacho de San Gaspar, que al verse obligada a irse con él por tener un mes y medio de embarazo no se dio cuenta de lo difícil que sería su vida con esta pareja. Se fueron a vivir a la casa de la familia de Roberto. No tenía suegra pero la hermana mayor asumía ese papel. No se sentía a gusto porque le de­ jaban todo el quehacer y la ponían a lavar trastes de todo el día en una casa, donde comían 15 personas, pero que al principio aceptó por amor a Roberto y por sentir que se ganaba un taco para comer y que no estaba recibiendo nada regalado. Sus discusiones con Roberto se debían a que la familia de él siempre se metía en su vida de pareja, en especial su suegro,

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quien le exigía a su hijos que le dieran gasto para la casa y a Esther solo le daba $100 pesos a la semana. La situación económica empeoraba pero él nunca aceptó que Esther volviera a trabajar, no le gustaba que se arreglara porque tenía celos de su hermano y la acusaba de coquetearle, no la dejaba salir a la calle a menos que fuera acompañada de él.

La relación poder­ dinero genera inde­ pendencia para quien lo gana y reparte, que una mujer trabaje significa invasión del espacio masculino,

El límite llegó cuando ella tuvo un aborto que pudo costarle la vida, pues su pareja argumentaba no tener dinero para que la llevaran al médico y se negaba, por orgullo, a ir con la familia de Esther a pedir ayuda de cual­ quier tipo. Sigue molesta de que la hiciera caminar largas distancias para ir con una partera y una doctora que ellos cono cían, ambas coincidieron en que reposara y no caminara pues estaba en proceso de aborto, indicación que se negaron a seguir y regresaron caminando desde la entrada de San Mateo hasta el Barrio de San Gaspar. El resultado al siguiente día fue una abundante hemorragia desde que despertó por la mañana hasta las 7:00 p.m. que la internaron en el Hospital Nicolás San Juan, lugar a donde la llevaron el esposo de su hermana y sus hermanos. Dice que los dolores eran muy fuertes y la calentura no se le quitaba. Esta experiencia marcó la relación de Esther y Roberto y fue causante de su separación, ella creía que no sería fácil porque amenazaron demandarla, pero no pasó nada porque no estaban casados y en la Presidencia Municipal el funcionario que la atendió le dió su apoyo. En estos momentos no tiene novio, ella tiene 30 años y su preocupación es llegar a casarse con un buen hombre y tener por lo menos un hijo, pero ya no tiene confianza en los hombres de aquí, pues piensa que todos son iguales a Roberto. Espera que cuando se case deje de trabajar pues ya se siente cansada y fastidiada, ahora quiere dedicarse a su hogar.

Conclusiones Lo cierto es que la mujer triplica su rol, el hombre logra incorporarse a los territorios en los cuales no se identificaba, aunque sea de manera temporal, los dictámenes culturales que la sociedad aplica a sus inte­ grantes conforman el vuelco que los destinos de hombres y mujeres deberán seguir. A través de la escuela francesa perteneciente a la teoría de género se pudo abordar, desde lo cultural, la significación de roles destinados al mundo femenino y masculino, cada sociedad construye lo que se espera que hombres y mujeres realicen, se mezclan pero no se confunden, la pertenencia a un género y la identificación con éste es una relación de poder que ambos están dispuestos a negociar, compaginar sus roles con actividades complementarias requiere la implementación de estrategias para alcanzar sus deseos y objetivos. En el municipio de San Mateo Atenco, la perpetuación de los roles tradicionales se ve enfrentada con las nuevas exigencias de la misma cotidianidad, entonces comprenderemos la lucha que enfrentan las mujeres para abrirse espacios. Esta herencia ideológica trae consigo

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un juego de poderes sobre el destino y libertad de hombres y mujeres, es una relación desigual pues establece jerarquías, el hombre ocupa el nivel superior, posee un estatus y posición sociales. La diferencias entre hombres y mujeres, sean reales o simbólicas, se man­ tienen en común acuerdo, es ella quien permite tal situación pues le es impuesta y después aceptada; las mujeres desde la vida familiar observan y dan a su padre y hermanos varones autoridad sobre las decisiones que se deben tomar, ellas pueden aceptar de buena manera mantenerse al margen, cuando se unen en matrimonio o en unión libre, vivir con la pareja también es recordar cuál es el lugar que han ocupado siempre, decidirse a cambiarlo o mantenerlo forma parte de lo que quieren vivir. De esta manera, las mujeres entrevistadas que conforman esta investiga­ ción muestran una posición parcialmente sumisa mientras conocen a su pareja, ya en lo rutinario es ella quien puede influir de manera decisiva en su pareja y tomar cierto poder que el hombre puede o no percibir. Las mujeres han sido depositarias del constante esfuerzo que el mante­ nimiento de un hogar requiere, tanto en las cuestiones domésticas como en el cuidado y educación de los hijos. Son quienes llevan a través de su rol la responsabilidad de mantener el funcionamiento de la esfera privada. El lugar jerárquico que ocupan en la familia, la designación de roles y tareas, así como el estado civil de mujeres y hombres intervienen de manera contundente en el comportamiento de los individuos, definen su ideología y aceptación de las reglas socialmente impuestas desde el ámbito cultural. Es el hombre quien tiene la autoridad de decidir sobre las actividades de la mujer y exigirle que realice lo que se considera pro­ pio de su género, de lo contrario existe una contradicción, la cual es cada vez mayor debido a la extensión de los roles de la mujer y el hombre, los que han debido compaginarse e incluso mezclarse en esferas públicas y privadas que se entretejen diariamente y han sido parte del cambio de roles tradicionales por lo que dictan las circunstancias actuales. El género es la construcción cultural de la personalidad de hombres y mujeres que como sello distintivo tiene la diferencia sexual en ambos. Así, a través de las cuestiones biológicas, se ha designado por siglos lo que un hombre es y hace a diferencia de una mujer, el género tiene que ver comportamientos, expresiones corporales y de lenguaje, modos de vida e incluso de pensamiento. Sin embargo, no todo lo que se considera propio de un género es la regla de oro que se debe seguir, los comporta­ mientos masculinos y femeninos son la pauta para aceptar o rechazar a quien sale del esquema, no se concibe una mujer que salga de lo femeni­ no y un hombre que no represente lo masculino, sin embargo ésta es una constante que se ha visto con mayor frecuencia en la sociedad, la mujer se vincula a la casa y el hombre al trabajo, mujer al encierro y hombre a la libertad, estas etiquetasson elementos que en este trabajo de investiga­ ción han conformado el punto clave para definir el rol socioeconómico de la mujer y lo que el hombre opina al respecto.

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Es aventurado sacar conclusiones generales que puedan parecer una verdad absoluta invariable, pero de acuerdo a la cantidad de entrevistas y a la información obtenida se ha llegado a las mismas, con las que es necesario responder las preguntas planteadas en la investigación ¿Cómo se enfrenta a situaciones que requieren la coordinación de sus diferentes actividades como madre, esposa y trabajadora que aporta ingresos para la solvencia económica a través del trabajo dentro y fuera del hogar? y ¿Cuál es la posición del hombre en respuesta a esta situación?.

La diferencias entre hombres y mujeres, sean reales o simbó­ licas, se mantienen en común acuerdo, es ella quien permite tal situación pues le es impuesta y después aceptada; las mujeres desde la vida familiar observan y dan a su padre y hermanos varones autoridad sobre las decisiones que se deben tomar

El cambio de actividades de la población y la mayor apertura a la educación y al trabajo, han propiciado paulatinamente un cambio de conducta por parte de los varones hacia sus esposas que trabajan, aún a la renuencia a dicha condición, ha sido necesario un mutuo acuerdo para aceptarlo con sus implicaciones. Podemos ponerlo de la siguien­ te manera: es un constate juego de poderes, de invasión de esferas e intercalamiento de responsabilidades que cada uno ejerce en relación al estereotipo que recrean como sexo fuerte o sexo débil, el constante juego y compaginación de ambos resulta interesante de analizar y es meritoria una reflexión al respecto. Entre las causas principales para que la mujer decida incorporarse al trabajo extradoméstico están la situación económica y los hijos, de acuerdo a los resultados de las entrevistas, las mujeres jóvenes cuando deciden casarse permanecen un tiempo sin trabajar porque sus maridos no las dejan, no es el caso de todas pero si predomina esta situación. Al término de esta investigación nos resta preguntarnos ¿cómo han debido hombres y mujeres complementar sus múltiples papeles dentro y fuera del hogar, en sus trabajos y vida familiar, en las cuales convergen un sin fin de situaciones que van delimitando su acción y respuesta a los cambios que la sociedad experimenta? Son las mujeres quienes han debido enfrentarse a barreras limitantes que han marcado su conciencia y la petición de reconocimiento a su esfuerzo, de no permanecer en el anonimato y que se tengan presentes sus deseos o anhelos de superarse cada día en los ámbitos domésticos, laborales e incluso académicos. Con base en los objetivos establecidos en la presente investigación, se analizó el rol social y económico que desempeñan las mujeres de San Mateo Atenco, se ha destacado como esta situación ha logrado un cambio en los roles de hombres y mujeres al momento de extenderse las actividades que realizan, se intercalan y complementan, cada uno cumple una o varias tareas buscando mejorar su nivel y calidad de vida. Las razones más frecuentes por las cuales las mujeres deciden salir a tra­ bajar son las económicas, nuevas estrategias para subsistir ha originado cambios en las actitudes y responsabilidades, el poder de decidir trabajar fuera de casa, casarse, o ser padres, es la constante negociación entre ambos, pues es un paso importante hacia la libertad que tanto anhelan hombres y mujeres y parte misma de la dualidad que los diferencia.

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A través de la teoría de género, en su vertiente de la escuela francesa, se ha enfatizado la relación que ambos recrean con base a la pertenencia a un género, las funciones de hombres y mujeres definen su comporta­ miento reflejado en esquemas tradicionales que deben ser modificados. Los habitantes del municipio de San Mateo Atenco comienzan a cons­ truir nuevos roles basados en la incorporación de la mujer al trabajo remunerado; ambos deben implementar estrategias que hagan posible la extensión de estos roles, experimentan cambios, se renuevan e intercam­ bian, de esta manera, en especial la mujer organiza y concilia la vida en el hogar con la vida laboral, todo ello en pro de mejorar las condiciones de vida familiares, pues no siendo un sujeto aislado debe ser estudiada bajo este contexto porque su íntima relación al ámbito privado lo exige. Las etiquetaciones de género en cada cultura dan como resultado la repar­ tición de roles a hombres y mujeres. En San Mateo Atenco es importante el rol que la mujer juega dentro del hogar, el contexto familiar es el lugar de acción para ella, los esquemas tradicionales cambian cuando agentes externos asumen su influencia, tal es el caso del trabajo extradoméstico, el objeto de estudio por lo tanto es la mujer, su sentir y actuar, todo ello resultado de una tradición ideológica dentro del esquema tradicional de comportamiento que opera en el municipio y resto del país; por lo tanto, esta investigación se conformó de las opiniones de hombres y mujeres que han experimentado el paulatino cambio de sus actividades diarias para dar lugar a la construcción de nuevos roles, la extensión de respon­ sabilidades y la doble jornada asumida por la mujer se relaciona al hogar y al tipo de educación adquirida desde la familia de procedencia. Al principio, esta investigación se tornó difícil, pues dentro de las áreas comerciales las mujeres no suelen entablar conversaciones con personas extrañas ya que sus patrones las regañan. Ganar su confianza es algo que aprecio y agradezco, esperarlas al término de su jornada laboral y acompa­ ñarlas a sus hogares para poco a poco ganar espacio en sus horas laborales, tratando de no perjudicarlas, fue un logro importante. Además, el hecho de establecer incluso lazos de parentesco me abrió las puertas para obtener información porque me presentaron con más personas, por ello la infor­ mación obtenida se realizó mediante pláticas, entrevistas informales y la convivencia con los entrevistados sin llevar a cabo un cuestionario rígido pero sí una guía de la información que deseaba obtener. Bibliografía

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Un acercamiento al estudio de la vulnerabilidad social en la cuenca alta del río Lerma Efrain Peña Villada*

Introducción

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ste trabajo forma parte de la línea de estudios sobre riesgos que desarrolla actualmente la Facultad de Geografía de la Universidad Autónoma del Estado de México, y tiene como propósito hacer un acercamiento al análisis de la vulnerabilidad social a inundaciones en una comunidad rural ubicada en la cuenca La Ciénega, perteneciente a la cuenca alta del río Lerma. Al igual que otras cuencas vecinas, La Ciénega es pequeña, en ella se manifiestan cambios significativos en el uso del suelo. Además, presenta características particulares por la forma torrencial en que se manifiestan sus escurrimientos y por los daños que anualmente originan a la población asentada en ella. En el estudio de los riesgos, la evaluación de vulnerabilidad es particularmente importante dado que permite conocer aquellos factores de tipo físico, socioeconómico y ambiental que hacen que una comunidad sea susceptible de sufrir daños ante la presencia de un fenómeno peligroso. Además, dadas las condiciones actuales de crecimiento de la población y el constante avance en la antropización de las cuencas hidrográficas, la información derivada de estos trabajos es fundamental para la toma de decisiones en materia de protección civil y de ordenamiento del territorio, ya que permite conocer el número de personas ubicadas en zonas de peligro, sus características socioeconómicas, infraestructura afectable, condiciones de sus viviendas, principales actividades productivas y su organización interna, entre otros aspectos. La vulnerabilidad, y particularmente la vulnerabilidad social, es considerada en este trabajo como una condición de la población, relacionada con aspectos físicos y socioeconómicos, que resulta en su exposición a las amenazas, en este caso a las inundaciones; su debi-

* Licenciado en Geografía por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), maestro en Geografía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Mención Honorífica en el Premio CEMAPEM 2007 “Dr. Gustavo Baz Prada”, participando en la temática Análisis de las condiciones de los grupos vulner ables. Actualmente se desempeña como Profesor de Tiempo Completo en Facultad de Geografía de la UAEM. Sus últimas publicaciones son: Los estudios hidrogeográficos en la ordenación del territorio; Desastres naturales o vulnerabilidad social; Las inundaciones: cada vez más frecuentes y destructivas; y Los estudios de pertinencia social en la UAEM.

lidad para actuar frente a situaciones de riesgo y su incapacidad para recuperarse ante la materialización de estos eventos peligrosos. De acuerdo con lo precedente, a través de este trabajo se pretende contribuir a la investigación diagnóstica en la temática de riesgos, particularmente del análisis de vulnerabilidad social frente al peligro por inundación en el valle de Toluca; promover la cultura de la prevención en zonas de riesgo y hacer conciencia entre los diversos actores sociales sobre la importancia y necesidad de estos estudios en la planeación del desarrollo.

Un marco teórico metodológico para evaluar la vulnerabilidad social frente a las inundaciones El riesgo y la gestión del riesgo Existen diversos conceptos sobre los términos empleados para identificar las actividades que constituyen lo que se ha denominado Gestión, Manejo o Administración del Riesgo. Sin embargo, con el propósito de ubicar el desarrollo de esta investigación se presentan únicamente aquellos que se identifican con el tema y la perspectiva empleados. De acuerdo con Monkhouse (1978) una inundación es la sumersión de un área normalmente no cubierta de agua, por efecto de la subida temporal del nivel de un río, un lago o del mar. Las inundaciones por desbordamiento o fluviales, particularmente, “se producen cuando el gasto de una creciente es tal que el nivel del agua supera, en alguna sección del cauce, el nivel de las márgenes del río” (Domínguez, et. al., 1994:18); este tipo de inundación se caracteriza por presentar un alto riesgo en la zona de impacto, generalmente es más perjudicial y casi siempre es causada por las condiciones topográficas; además, a menudo es agravada por la intervención humana, que reducen el cauce de los ríos o la salida del escurrimiento. El riesgo es un concepto complejo, representa algo que parece irreal, en tanto que está relacionado con el azar, con la posibilidad, con algo que no ha sucedido, que sólo puede existir en el futuro. Se refiere, según Cardona (2001, 2003), a posibles consecuencias económicas, sociales y ambientales que pueden ocurrir en un lugar y en un tiempo determinado; pero además, se refiere a condiciones sociales, de organización e institucionales relacionadas con el desarrollo de una determinada región geográfica. Por tanto, el riesgo es la probabilidad de pérdidas resultado de la existencia de un peligro latente, asociado con características intrínsecas de un grupo social que lo predisponen a sufrir daños en diversos grados,

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los cuales están relacionados con sus niveles de desarrollo y su capacidad de modificar los factores de riesgo que potencialmente lo afectan. La gestión del riesgo constituye un “proceso social complejo que conduce al planeamiento y aplicación de políticas, estrategias, instrumentos y medidas de intervención orientadas a impedir, reducir, prever y controlar los efectos adversos de fenómenos peligrosos sobre la población, la infraestructura, los sistemas productivos, los bienes y servicios y el ambiente.” (Cardona, 2003: 34) La gestión del riesgo, según Cardona (2003), involucra tres dimensiones de la política pública: la identificación del riesgo, la reducción del riesgo mediante la prevención y la mitigación, y el manejo de los desastres a través de la respuesta y la recuperación. Su finalidad, como lo expresa Lavell (2000) es el de garantizar que los procesos de desarrollo impulsados en la sociedad se den en las mejores condiciones de seguridad posibles. Las acciones para eliminar o reducir la incidencia de un evento peligroso y aquellas para fortalecer las defensas y las capacidades de respuesta de un grupo social ante un determinado riesgo se ubican en la primera dimensión, es decir, antes del evento, en las acciones de prevención, mitigación y preparación. Esta fase implica comprender cómo percibe el riesgo la sociedad, los modos para su representación a través de modelos, índices, mapas y los procedimientos para medirlos. En esta fase se consideran dos acciones fundamentales: la prevención y la preparación. Peligro o amenaza En términos generales autores como Lavell (1996) y Gomariz, (1999) coinciden en que los peligros son de tres tipos: naturales, socionaturales y humanos o antrópicos. Los naturales se refieren a todos los fenómenos producto de la historia y dinámica terrestre, que por su ubicación, severidad y frecuencia tienen el potencial de afectar adversamente al ser humano, a sus estructuras y sus actividades. Las amenazas de carácter socionatural, son las que, para manifestarse requieren de un fenómeno natural, pero es la actividad humana sobre el medio la que influye en la magnitud de los efectos. Y las de origen antrópico son las atribuibles a la acción humana y pueden manifestarse sobre los elementos de la naturaleza o sobre el propio hombre, poniendo en riesgo su integridad física y la calidad de vida de los integrantes de una comunidad. En este trabajo se considera que una amenaza corresponde a la probabilidad de ocurrencia de un fenómeno de origen natural, socionatural o antrópico, en un sitio y momento determinados que pueden causar daño a la población, a sus bienes y a sus recursos.

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La evaluación de la amenaza por inundación constituye un proceso mediante el cual se determina la probabilidad de ocurrencia y la severidad de una inundación en un tiempo específico y en un área determinada. Representa, según Uribe (1999), la recurrencia estimada, la intensidad y la ubicación geográfica del evento. La vulnerabilidad social Autores como Castro y Bárcenas (1999), Wilches-Chaux (1998), Cardona (2001), Chardón y González (2002), y Gutiérrez (1999), coinciden en que la vulnerabilidad significa fragilidad, susceptibilidad a sufrir daño físico o moral. Además, precisan que la vulnerabilidad está asociada a factores de tipo físico, social, político, tecnológico, ideológico, institucional, cultural y educativo. Lavell (1996) y Wilches-Chaux (1998), establecen que la vulnerabilidad es una condición en continuo cambio y es producto de un proceso histórico en la sociedad. De acuerdo con este concepto, las modalidades de desarrollo social influyen directamente en la ocurrencia de desastres. Desde esta perspectiva, los desastres no solamente son productos sino procesos, ya que las vulnerabilidades se construyen históricamente. La vulnerabilidad social “se relaciona también con la falta de recursos, la indefensión ante cambios del entorno, desamparo institucional y la debilidad interna (personal o familiar) que le impiden actuar ante una situación de riesgo” (Busso, 2002: 10). La vulnerabilidad es una condición o conjunto de condiciones que hacen que una comunidad sea débil y quede expuesta a sufrir daño por el impacto de una amenaza. La vulnerabilidad es una condición particular de cada comunidad, incluso de cada individuo, cambiante en el tiempo y en el espacio, por lo que su estudio puede realizarse considerando diversas dimensiones o factores y niveles de análisis. Por tanto, la vulnerabilidad hace referencia a condiciones de debilidad e incapacidad de respuesta de una comunidad, producto de un proceso complejo en el que intervienen componentes diversos, tanto de origen físico, como socioeconómico, que hacen a una comunidad frágil ante la presencia de fenómenos peligrosos. De acuerdo con lo anterior, puede decirse que la vulnerabilidad es social en tanto que se refiere a una persona o a una comunidad. Entonces, la vulnerabilidad social debe ser entendida como una condición cambiante. Como lo expresa Macías (1992), como una condición dinámica y producto de un proceso complejo en el que intervienen componentes de origen físico y socioeconómico, en la que confluyen la exposición a

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riesgos, la debilidad e inseguridad frente a los peligros, la incapacidad de respuesta y la inhabilidad para adaptarse a su materialización. El estudio de la vulnerabilidad desde las ciencias sociales De acuerdo con Maskrey, A. (1998:10), “ En la teoría sobre los desastres y los riesgos se han incorporado gradualmente los aportes de las ciencias naturales, aplicadas y sociales, hasta llegar a modelos y conceptos más complejos y holísticos” empleados en su análisis. El enfoque social propone una redefinición de la vulnerabilidad, considerándola como una condición socialmente producida. Desde este punto de vista, la magnitud de un desastre no debe estar en función de daños y pérdidas generados por un evento, sino en función de la vulnerabilidad. En la década de los años setenta, los procesos causales de vulnerabilidad fueron investigados aprovechando las teorías sociales de marginalidad y dependencia. Los investigadores, “...plantearon que la vulnerabilidad es generada por determinados procesos económicos, sociales y políticos y, por tanto, la redefinieron como el grado en que factores socioeconómicos y sociopolíticos afectan la capacidad de una población para absorber y recuperarse del impacto de un evento asociado con una amenaza” ( Maskrey, 1998:14).

La vulnerabilidad, y por tanto el riesgo, son procesos dinámicos debido a que evolucionan como resultado de las interacciones de todos los factores que identifican a un grupo social. El reconocimiento de esta evolución ha sido considerado por varios autores, cuando exponen, desde el enfoque social, los modelos que enfatizan variables y procesos que configuran los patrones de vulnerabilidad y riesgo, algunos de éstos son: • Modelo sobre conductas de respuesta a los desastres. • Modelo de presión y liberación de los desastres. • Modelo de acceso a los recursos. Metodológicamente el análisis de las amenazas y la vulnerabilidad, “constituyen una herramienta de diagnóstico que facilita clasificar los problemas y deficiencias de desarrollo y priorizar las acciones de carácter político, económico, social y ambiental que deben realizarse para lograr un desarrollo equilibrado” (BID, 2003:3). Algunos de los procedimientos empleados para evaluar la vulnerabilidad, particularmente desde la óptica social, han sido desarrollados en estudios de vulnerabilidad sociodemográfica en espacios urbanos y rurales (CEPAL, 2002). Estos procedimientos incluyen información referente a servicios públicos a nivel local, identificación de problemas ambientales y organización de la comunidad.

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El enfoque de la Organización de Naciones Unidas (1976, 1977) considera los estudios de daños experimentados y de la Población y Usos del Suelo. Asimismo, los trabajos de Lavell (2000) incorporan en éstos las características y materiales de construcción de las viviendas. Ratick (citado en: Gomariz, 1999) al analizar la vulnerabilidad lo hace en términos de sus componentes (exposición, resiliencia y aprendizaje), considera que una comunidad expuesta al peligro de ciertas amenazas debe tener capacidades para evitar que su impacto se transforme en desastre. Las capacidades se refieren a la resistencia y la resiliencia para asimilar y recuperarse de un impacto, la capacidad de aprender de desastres ocurridos y de cambiar sus patrones de conducta a raíz de ellos. La exposición de una comunidad a una inundación depende de diversos factores: su localización, la forma de utilización de los diversos elementos de la naturaleza, sus condiciones económicas y sociales, entre otros; la confluencia de todos estos factores en una comunidad conforman lo que Wilches-Chaux (1998) denominó Vulnerabilidad Global. En Santa Cruz Pueblo Nuevo, es posible identificar indicios de adaptación y ajustes dadas las condiciones que imponen las características del abanico fluvial sobre el que está asentado. Por lo tanto, este trabajo retoma algunos aspectos del modelo referido a las conductas de respuesta a los desastres. Asimismo, del modelo propuesto por Blaikie (1996), se retoman aspectos particularmente relacionados con el modelo de Presión y Liberación. Además, se consideran las diferencias de acceso de la población a recursos, analizando en este renglón los aspectos de educación, vivienda e ingresos económicos. Se incorpora el análisis de los aspectos naturales, particularmente de las características físicas de la cuenca, ya que éstas combinadas con las actividades humanas hacen que el río La Ciénega presente condiciones de mayor peligrosidad. La distribución de las viviendas, cultivos y lugares públicos con relación a la localización actual del río, permite inferir que existen diferencias en la percepción del riesgo por inundación, la cual se analiza en función del género, de la edad y la escolaridad de la población. Las características socioeconómicas y su repercusión en las condiciones de vulnerabilidad se analizan a partir de información obtenida en campo, de acuerdo con Maskrey y Romero (1986); García y Bosque Sendra (1989). Los resultados se plasmaron sobre una cuadrícula de 107 metros de lado, trazada sobre una fotografía aérea escala 1:32000 Los estudios de percepción en geografía La percepción humana en la formación de las imágenes del mundo real, adquiere importancia como objeto de interés en los estudios

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geográficos en la década de los años sesenta con el surgimiento de la denominada revolución del comportamiento. Según ésta, las imágenes del mundo real “junto con las propias características objetivas del entorno, modelan el comportamiento de los perceptores, es decir, de sus decisiones espaciales” (García y Bosque 1989: 7). La geografía de la percepción y del comportamiento es una de las nuevas tendencias de la geografía. Se basa, dice Milton Santos (1990), en que cada individuo tiene una manera concreta de conocer el espacio y de evaluarlo. La geografía de la percepción y del comportamiento se fundamenta en el principio de la existencia de una escala espacial propia de cada individuo y con el significado particular del espacio que frecuenta. Lo anterior tiene implicaciones en la interpretación del funcionamiento del espacio y en su organización. La geografía de la percepción se basa en que los comportamientos personales y colectivos contribuyen a modelar el espacio. García, B. A. y Bosque Sendra J. (1989), mencionan que el conocimiento del entorno espacial, la forma en que se visualiza y se simboliza, es consecuencia de las experiencias del hombre en él y con él. Que las experiencias las obtiene de la acumulación de informaciones percibidas en sus desplazamientos cotidianos por razones de trabajo, satisfacción de necesidades, vivienda, etc. Asimismo, dicen que las imágenes se obtienen de tres modos: mediante una percepción operativa, a través de la percepción de respuesta y mediante percepción por deducción.

Características físicas de la cuenca La Ciénega La cuenca del río La Ciénega se ubica en la parte suroeste de la cuenca alta del río Lerma, es pequeña, endorreica, su superficie apenas llega a 30 km2. Se localiza en la vertiente oriental del Nevado de Toluca, es de forma alargada, con una longitud de 13.2 km, un ancho promedio de 2.5 km y su pendiente media es de 7 grados, aunque hay partes de la cuenca donde se registran valores entre 40 y 70 grados (figura 1). El río La Ciénega se origina en la parte alta del Nevado de Toluca, a 4 500 m.s.n.m, y en los manantiales del Cerro del Tepehuisco a 3 400 metros de altitud; a la vez, forma parte de los torrentes de la vertiente oriental y nororiental del Nevado de Toluca, Maderey y Jiménez (2001). En la parte baja el río forma un cono aluvial en el que se encuentra el poblado de Santa Cruz Pueblo Nuevo. Por su ubicación geográfica, sus condiciones de altitud y orografía, en la cuenca se identifican tres tipos de clima: •

A partir de la cota de los 4 000 m.s.n.m. hay un clima frío de altura (E(T)w), con temperatura media anual de 4.2°C, temperatura

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• •

media mensual del mes más frío de 2.8°C y la del mes más caliente de 5.8°C; lo caracteriza una precipitación total anual de 1 243 mm. La mayor parte de la cuenca tiene un clima Cw2wb’g, que es semifrío subhúmedo con lluvias en verano. La temperatura media anual oscila entre 4° y 12°C, y la precipitación es superior a 800 mm. La parte baja de la cuenca tiene clima Cb(w2)(W) i, templado subhúmedo con temperatura media anual de 13.4 °C y la precipitación anual de 808 mm. Con precipitación máxima de 1 406.9 mm anuales.

En la cuenca predominan los suelos Andosol, que se generaron a partir de una gran cantidad de cenizas y productos volcánicos. Son suelos muy ligeros con alta capacidad de retención de agua, con el lecho rocoso entre 10 a 50 cm. Son ricos en materia orgánica pero pobres en nutrientes, generalmente cuentan con una capa superior orgánica compuesta básicamente de hojarasca de pino- oyamel- encino en descomposición. Son de textura migajón-arenosa por lo que la alta porosidad y la susceptibilidad a la erosión son otras de sus características. Actualmente 14.2 km2, equivalen a 47.3% de la superficie de la cuenca, tienen uso forestal; 50.7% se utilizan en la agricultura; y 2% son de uso urbano. Con base en el estudio de Flores y Susano (1995), se advierte que en la cuenca se presentan diversos procesos geomorfológicos que impactan de forma directa en la infiltración y en el escurrimiento superficial, entre éstos se identifican: •





Erosión laminar, que consiste en la erosión superficial por desplazamiento de una capa de agua cuya escasa capacidad de transporte sólo puede mover partículas finas. En este caso, las áreas con erosión superficial corresponden a las laderas de los edificios volcánicos donde la fuerte pendiente facilita el desplazamiento del agua en la superficie. En las laderas norte y sur de Santa Cruz Pueblo Nuevo se presenta el desarrollo de cárcavas, uno de los principales procesos que originan la destrucción del suelo. Se origina por la poca cohesión del material geológico, la carencia de cubierta vegetal, pendientes de moderadas a fuertes, precipitación abundante y los cambios en los usos del suelo. El desarrollo de barrancos y la erosión remontante se deben a la potencia excavativa de las corrientes y a las características del sustrato geológico. Generalmente su desarrollo se ve acelerado en materiales delesnables, suelto o poco compactado, y por la falta de cubierta vegetal ya que las áreas de cultivo han sustituido en varias partes al bosque.

Las condiciones de la cuenca como su topografía, forma, pendiente, tipo de suelos, sus climas, entre otros, dan como resultado escurri-

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Figura 1 Ubicación de la cuenca La Ciénega en la cuenca alta del río Lerma

Cuenca Lerma-Toluca Cuenta Alta, Media y Baja Límite entre a,b,c Cuenca del río La Ciénega Corrientes superficiales Curva de nivel Límite municipal Límite de Región Hidrológica Límite estatal

RH12 Región Hidrológica Lerma Santiago RH12 Región Hidrológica río Balsas RH12 Región Hidrológica río Panuko Escala gráfica

Fuente: Elaborado con base en la Carta estatal de hidrología superficial. Esc. 1: 400 000

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mientos torrenciales, cuyos caudales máximos pueden provocar grandes destrozos a lo largo del torrente, y principalmente aguas abajo en el cono de deyección donde se encuentra el poblado de Santa Cruz.

Los habitantes del poblado de Santa Cruz Pueblo Nuevo, sus condiciones demográficas y socioeconómicas Según información del INEGI (1991, 2001), Santa Cruz, único asentamiento humano localizado en la cuenca con categoría de pueblo, contó con 1 005 y 1 426 pobladores en los años 1990 y 2000, respectivamente. Según el último censo de población 33% de sus habitantes son menores de 12 años, 40% tienen entre 13 y 30 años, 23% son habitantes entre 31 y 65 años de edad, y sólo 4% son adultos mayores. Pueblo Nuevo es una comunidad constituida por una población joven, 96% de los habitantes no habían nacido cuando el poblado fue destruido por el desbordamiento del río La Ciénega en el año de 1940. Este es un aspecto que influye de forma significativa en la manera de ver, entender y de utilizar los terrenos que están sujetos a inundaciones por el desbordamiento del río. En la actualidad, 20.13% de sus habitantes corresponden a la población económicamente activa (PEA). De ésta, 77% se desempeña en el sector primario, 6% labora en el sector secundario y 16% en el terciario. En términos generales, 91% de la PEA tiene ingresos máximos de dos salarios mínimos. Se identificaron en campo 276 viviendas ocupadas. Según el Consejo Estatal de Población (2002), 60% de ellas carecen de sanitario y 38 % tiene piso de tierra. Con respecto a los servicios públicos municipales, el 64.6% de las viviendas disponen de agua entubada, el 14.6% cuenta con drenaje y el 95% tiene energía eléctrica en su interior. Respecto de los servicios educativos, en la localidad hay instituciones de nivel preescolar, básico y medio básico. Los niveles básico y medio básico -por televisión- atienden 324 alumnos de 6 a 14 años. La población analfabeta es de 238 personas (25.6%) mayores de 15 años. Únicamente 6% de la población es derechohabiente de alguna institución de servicio médico (IMSS, ISSEMyM o ISSSTE), 94% no tiene esta condición. El único servicio médico que se ofrece en el pueblo es a través de una clínica rural dependiente del Instituto de Salud del Estado de México, la cual para el momento de la visita era atendida por un sólo médico. Como puede verse, Santa Cruz Pueblo Nuevo es una localidad rural que tiene carencias en materia de salud, servicios públicos y fuentes

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de empleo. De acuerdo con el COESPO (2002), la localidad está identificada con un grado de marginación alto. Testimonio del Señor Bardomiano Mejía sobre la inundación ocurrida el 24 de junio de 1940 ¡Así pasó..! “…aquel día el cielo no estaba totalmente nublado, había una que otra nubita, pero casi así estaba, como ahora. Y de ahí, cuando se vino, que bajó la avenida, este, pues le digo, comenzó a tronar el agua aquí pa’bajo, ahí por Santiago, por todos esos pueblos, por la loma, como para irse a México, y ya empezaron a correr las lluvias y por ahí de Santiago se vino una nube negra, así, de este lado vino ha sta acá a subir como por Zaragoza, pero pues no tronaba casi nada, uno que otro relámpago; pero en la nube se veía re’bien la cola de agua como se zangoloteaba, en partes casi se asentaba y en partes no. Pero quien iba a pensar que iba a bajar esa avenida, se veía que traía más piedras. Todo pasó, se sentía como temblaba la tierra entera. Mí papá tenía su casita hasta allá abajo, y yo por el ansia de ver la avenida y como también tenía a mi carnal, un chamaco chico todavía que no andaba bien, me lo agusané, me lo llevé acá pa’este lado donde baja el río, le digo que le nombraban rió grande, y desde ahí arriba daba la vuelta pa’ bajar el agua así. Llegamos al río donde estaba mi esposa con otras mujeres que estaban ese día lavando ropa; cuando llegué les dije ¿qué se hacen? ¿por qué están sacando las piedras?¿ qué no ven que baja la avenida y se las lleva? Ahí estábamos contestando, fijándonos pa’arriba, cuando que sale más arriba, veíamos que ya venia la punta de la avenida, las casas se caían antes de llegar el agua ¡Ahí viene! y entre más y más se fue extendiendo la avenida desde el pie de la loma ésta al pie de la otra loma. Todo se extendió, iba como quien va rastreando una milpa con un animal. Yo me agarré de vuelta a mi carnal y me lo volví a echar en el sobaco y le corrí pa’allá y ellas también para sus casas. ¡Córranle y váyanse para la ladera! Ya no se veían casas, no más las que quedarían que yo creo como unas diez. En la ladera ya estaba casi toda la gente y las casas que se escaparon, las que no tumbo el agua estaba llenas de lodo y eran buenas casas de piedra, así como ésta: abajo de piedra y arriba de adobe. Eran como las once de la mañana, aquí ya llovía bien fuerte, primero llovió allá arriba. Ya que había pasado la avenida, entonces cayó una lloviznita tranquila, pero ya de que sirvió si ya había tapado todo. Tuvimos la curiosidad de ver lo que había traído la avenida y se vislumbraban árboles de cerca de dos metros de grosor. Arrastró también trojes de maíz, pipiles, gallinas, animales de carga, las yuntas que había para trabajar. Algunas personas murieron como mi hermana con sus tres chamacos. Otras dos que las arrastró tambien,

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pero ellas luego luego lograron salir a la cerca, sin ropa, todas desnudas. No pues, sí estuvo feo. Todavía después de ese día de la mera avenida siguieron los aguaceros y casi diario, casi diario se formaban las colas de agua y subían aquí a la sierra y allá descargaba los aguaceros, y como aquí Pueblo Nuevo no tiene más escurrideros que éste, pues toda el agua bajó por aquí casi diario. El río a veces escurría por aquí a veces por allá, hasta que acá arriba fue haciendo más honda la barranca y ya agarró su ruta solita el agua, porque iba uno y le componía en un lado llegaba la avenida a descomponer y la echaba para otro lado y así estuvimos hasta que ya hizo barranca la avenida y ya agarró al pie de ahí de la loma. Antes de la avenida hubo otra pequeña, fue en 1930, y a diez años de esa baja esta grande. Ahora si bajan pero ya no como la del cuarenta. ¡No, Dios nos guarde de bajar avenidas como la de ese entonces! La gente ahora ya es pura muchachada de las nuevas, porque ya todos los señores grandes que estábamos ya murieron. Ahora les cuento lo que pasó y dicen ¿qué le crees si es viejo? y no nos han querido creer que así pasó. Los cerros cercanos estaban cubiertos de árboles, pero como se tapó aquí todo ya no teníamos donde sembrar y entonces a partir de la inundación se empezó a ocupar la parte del cerro, abrir más milpas porque estas tierras ya no iban a producir. No tiene mucho que comenzaron a sembrar flor pero ahora ya se siembra mucha, y yo les digo a mis hijos que francamente yo no le tengo confianza. Que sembremos maicito, aunque poquito que coseche pero por lo menos tiene uno la tortilla segura y no anda uno sufriendo porque ya se acabó el maicito. Ahora los que siembran flor si tendrán centavos pero haber que se coman, en dado caso, un manojo de flores; el maicito sí se come”.

Evaluación de la vulnerabilidad social inundaciones en la cuenca La Ciénega Factores físicos (exposición) Las condiciones físicas de esta cuenca originan escurrimientos de tipo torrencial que transporta en su caudal una carga sólida abundante de tamaños diversos, los cuales se depositan aguas abajo. Las crecidas de este río son súbitas y violentas. Además, su volumen, velocidad y carga hacen de ésta una corriente peligrosa para los habitantes del poblado de Santa Cruz Pueblo Nuevo. La parte inundable de la cuenca es de 280 hectáreas y corresponde a todo el cono aluvial. Al interior de éste se diferenciaron, por

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19° 05’ 30””

19° 16´

Figura 2 Áreas de inundación en el cono aluvial del río La Ciénega.

89° 40’ --------- Cono aluvial 1 Área de inundación poco frecuente 2 Área de inundación frecuente (4.5 años) 3 Área de inundación frecuente (anual) I I I o 0.2 0.6 I 1.0 km Escala gráfica

89° 38’ Límite entre las áreas de inundación 1 y 2 Límite entre las áreas de inundación 2 y 3 Río La Ciénega Cauce anterior del río Ubicación del poblado antes de junio de 1940 Base: Fotografía aérea IGECEM 2002

su frecuencia de inundación, dos áreas: el área de inundación poco frecuente (figura 2, zona 1) y el área de inundación frecuente (figura 2, zonas 2 y 3). La primera corresponde a la parte central del cono, es la parte más alta, su última inundación se registró en 1940 y tuvo una profundidad estimada de 2.0 metros. Actualmente es la de mayor importancia toda vez que en ésta se encuentra ubicado el núcleo poblacional de Santa Cruz Pueblo Nuevo. El área de inundación frecuente (AIF) constituye el resto del cono aluvial, tiene una superficie aproximada 196 ha, 70% de la superficie inundable, y se ocupa principalmente para cultivos de maíz y zanahoria. La población ubicada fuera del área de inundación es mínima, representa 5.6% del total, el resto, 94.4%, está permanentemente expuesta a sufrir daño en su persona o sus bienes como consecuencia del desbordamiento del río. La distribución geográfica de sus viviendas se muestra en los perfiles transversales de la figura 3; asimismo, en las figuras 4, 5 y 6 se representa, de forma aproximada, el cauce antiguo y actual del río La Ciénega, las viviendas (VVVV), y las partes libres, algunas destinadas a cultivos.

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19° 05’ 30”

19° 06’

Figura 3 Ubicación de perfiles transversales sobre el cono aluvial.

89° 40’

Cauce actual del río Cauce anterior del río Calle principal Perfil transversal

89° 38’

Ubicación original del poblado Base: Fotografía aérea IGECEM 2002 0 I

500 I

1000 m I

Escala gráfica

En muchos lugares, principalmente montañosos, los conos aluviales han sido ocupados para el establecimiento de poblados, sin embargo, generalmente se ubican en las partes externas, alejados de la desembocadura de la corriente. En cambio, una característica de Santa Cruz Pueblo Nuevo es que prácticamente la garganta del torrente coincide con la calle principal de la localidad sin que medie distancia alguna entre ambos (figura 3, sección A-B). En la parte media del poblado (figura 3, sección C-D), se ubican algunos de los edificios públicos más concurridos, como la escuela primaria, la delegación municipal, la iglesia, la clínica médica, el área principal de comercio y el auditorio del poblado que, de acuerdo con las autoridades y algunas de las personas entrevistadas, cumple las funciones de albergue. En la parte norte del abanico, sobre el cauce anterior del río y a lo largo de éste, se registra actualmente un proceso importante de ocupación del suelo para viviendas. Esta parte tiene, con respecto al centro del poblado, un desnivel aproximado de 4 a 5 metros que la hace más vulnerable ante la posibilidad de una inundación, ya que el cambio

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Figura 4 Construcciones en la parte poniente del cono aluvial.

Cauce actual del río (sur)

Cauce anterior del río (norte)

Figura 5 Construcciones en la parte central del cono aluvial. Escuela, Delegación Municipal, Iglesia, Clínica Médica y Auditorio

Cauce actual del río

Cauce anterior

Figura 6 Construcciones en la parte oriente del cono aluvial. Jardín de Niños y Telesecundaria Cauce actual del río

Cauce actual del río

de posición de un río sobre su abanico aluvial es común, sobre todo como es el caso del río La Ciénaga que se caracteriza por crecidas súbitas y violentas, típicas de los torrentes. Las condiciones actuales de riesgo que prevalecen en la localidad de Santa Cruz Pueblo Nuevo se remontan al origen mismo del poblado, su fundación y las causas de fondo que llevaron a sus primeros habitantes a establecerse en ese lugar. Esta condición generó, de origen, altos niveles

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Figura 7 Distribución de la vulnerabilidad de las viviendas según los materiales de construcción, Santa Cruz Pueblo Nuevo, México.

Vulnerabilidad Alta 6.7 a 1.0 Media 0.34 a 0.66

0 I

Baja 0.1 a .33 No inundable 0.0

0.3 I

1.5 km I

Escala gráfica Base: Fotografía aérea IGECEM 2002 Escala aproximada: 1:30 000

de vulnerabilidad de la población, puesto que todos los habitantes del poblad o construyeron sus viviendas en lugares propensos a inundarse. Posteriormente, el crecimiento de la población contribuyó a dar mayor presión al uso de los recursos naturales de la cuenca. La explotación del bosque continuó y el cambio de uso del suelo de forestal a agrícola se acentuó principalmente en lugares de fuertes pendientes, a la vez que la ocupación del cono aluvial para uso urbano aumentó. En la parte oriente del poblado (figura 3, sección E-F), la distancia entre el río y las viviendas es de aproximadamente 400 metros. Las construcciones se orientan a la parte norte del cono aluvial, hacia el cauce anterior del río. Aquí se construyeron dos centros escolares: un jardín de niños y una telesecundaria, sin que alguien objetara el sitio elegido para las obras. Características de la vivienda Los bajos ingresos económicos de la población se manifiestan en la construcción de viviendas precarias, hechas principalmente de madera que, si bien fueron suficientes para protegerlos de algunas condiciones ambientales, no ofrecen seguridad a sus ocupantes en caso de una crecida del río.

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Figura 8 Avance de la agricultura sobre terrenos que anteriormente estuvieron ocupados por bosque.

Santa Cruz Pueblo Nuevo es una comunidad rural en la que se reconstruyeron las viviendas afectadas en 1940 y, en su momento, también fueron reconstruidas las condiciones de vulnerabilidad. Esta particularidad se incrementó con el tiempo debido a las características de autoconstrucción que prevalecen. Durante el trabajo de campo se identificaron 692 construcciones, de las cuales 33% son viviendas habitadas, 93% de ellas está en la zona de inundación. Según los materiales de construcción 4.5% de las viviendas tienen una vulnerabilidad alta, 37.5% vulnerabilidad media, 41% son construcciones de baja vulnerabilidad y 7% se ubican fuera del área de peligro (figura 7). Factores ambientales: cambio de uso del suelo Por comunicación verbal de algunos habitantes, se estima que para la tercera década del siglo veinte, 80% de la superficie de la cuenca estuvo cubierta con vegetación arbórea (pinos, oyameles y encinos), con excepción de la parte alta y la llanura de inundación. Sin embargo, el proceso de deforestación ha sido intenso a partir del establecimiento del poblado de Santa Cruz Pueblo Nuevo y, como consecuencia de la inundación ocurrida en el año de 1940. A la fecha, la agricultura avanza sobre suelos forestales a razón de 14 hectáreas por año (figura 8). Hoy día, algunos habitantes aún se dedican a la explotación clandestina del bosque de la cuenca y comercializan la madera en las proximida-

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Figura 9 Distribución de la vulnerabilidad de la población según grupos de edad.

Alta, más de 100 hab/ha. Sitios públicos

Media, de 51 a 100 hab/ha.

Baja, hasta 50 hab/ha.

Fuera de la zona de inundación

Base: Fotografía aérea IGECEM 2002 Escala aproximada 1:30 000

des de la ciudad de Toluca. Además, elaboran vigas, tabla, tejamanil y piezas que se utilizan para elaboración de artesanías; de esta actividad se desconoce el volumen extraído semanalmente. Por otra parte, en muchas familias el uso de leña como combustible doméstico todavía es frecuente, de las 237 familias que integran el poblado 152 utilizan leña para la preparación de alimentos. Factores socioeconómicos: edad y densidad de la población Según su edad las personas tienen ciertas capacidades, destrezas, habilidades y como resultado de éstas son más o menos dependientes y, por tanto, vulnerables frente a condiciones adversas como puede suceder en el caso de una inundación repentina. En el área de estudio, 52.9% de los habitantes se ubican en el rango de vulnerabilidad baja, y 36.7% son altamente vulnerables (figura 9). En principio se considera que toda persona es, en algún grado, vulnerable a las inundaciones, sin embargo entre los valores cero y uno existen diversos niveles. El valor más alto, vulnerabilidad 1.0, corresponde a aquellas personas de extremo desvalimiento, con dificultades

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Figura 10 Distribución de la vulnerabilidad según la densidad de población.

Alta, más de 100 hab/ha. Sitios públicos

Media, de 51 a 100 hab/ha.

Baja, hasta 50 hab/ha.

Fuera de la zona de inundación

Base: Fotografía aérea IGECEM 2002 Escala aproximada 1:30 000

de orientación, que no han adquirido o ya perdieron en buena parte sus capacidades de movilización y por tanto necesitan de protección. Por el contrario, las personas con vulnerabilidad baja son aquellas que los caracteriza la resistencia, la energía y el buen funcionamiento de sus capacidades y destrezas. Con referencia a la densidad de población, actualmente de 67 habitantes por hectárea, los valores más altos de densidad y por tanto de vulnerabilidad se distribuyen a lo largo de la parte central del abanico aluvial, aunque es importante mencionar que en los últimos años los terrenos cercanos al cauce anterior del río, parte norte del abanico, se han ocupado paulatinamente para viviendas, incluso para servicios públicos, particularmente para jardín de niños y telesecundaria. Según los valores de densidad calculados, de los 667 habitantes 53.5% viven en condiciones de vulnerabilidad alta y 25.4% de vulnerabilidad media (figura 10). Actividades económicas y vulnerabilidad Santa Cruz Pueblo Nuevo es una localidad eminentemente rural. Su población vive fundamentalmente del cultivo y la comercialización de sus productos agrícolas. De su población económicamente activa

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77% trabaja en las actividades relacionadas con el campo; 6% se emplea en actividades secundarias y 16% en actividades terciarias. Un aspecto importante es que de la superficie disponible para la agricultura (18%) es potencialmente inundable. Esto pone en condiciones de desventaja a la población ya que esta superficie, quizá la más productiva, cada año queda expuesta a sufrir daño y a la pérdida de la cosecha. Como una medida precautoria, antes de la época de lluvias las autoridades realizan trabajos para desazolvar el cauce del río, con ello se sienten más seguros, protegen sus viviendas y sus cultivos. Sin embargo, aproximadamente 56 ha de cultivos de maíz se inundan anualmente. Flor, maíz y papa son los principales cultivos en las 1 560 hectáreas que corresponden a la zona agrícola, la mayor parte es de temporal, únicamente en 360 hectáreas, aproximadamente 12% de la cuenca sobre el abanico aluvial y en terrenos próximos al río, se tiene la posibilidad de riego. En los últimos años los agricultores han incorporado de forma significativa el cultivo de flor, estableciendo diferentes ciclos -estrategias- a fin de atender la demanda de la población en distintas fechas a lo largo del año. Así, la flor de nube se cultiva principalmente entre los meses de febrero a junio, con ello se tiene la posibilidad de cosechar y vender durante las fiestas de mayo. Con los cultivos de papa (enerojulio) y maíz (marzo-octubre) se cubre prácticamente el ciclo anual de trabajo agrícola, únicamente noviembre y diciembre son meses de descanso para las tierras de labor. En los últimos años el cultivo de maíz ha cedido paso al cultivo de flores de nube. En el año de 1976 los sembradíos de flores ocupaban sólo 156 hectáreas, 10% de la superficie agrícola, a la fecha se extiende en aproximadamente 1 248 hectáreas, equivalente a 80% de los terrenos. La decisión de introducir nuevos cultivos y establecer ciclos agrícolas en diferentes épocas del año, brinda a los agricultores más oportunidades de obtener una buena cosecha en periodos cortos y con ello más ingresos económicos. Representa, además, una buena estrategia precautoria para fortalecer sus mecanismos de defensa frente a los fenómenos naturales que constituyen un peligro para sus cultivos. Sin embargo, las heladas atraviesan todos los ciclos de los cultivos ya sea durante el crecimiento de las plantas o bien durante la cosecha. Los cultivos en general no están exentos de que en cualquier momento una helada termine con el trabajo, el esfuerzo y la inversión de los agricultores, máxime que en la parte baja de la cuenca las heladas ocurren, generalmente, durante ocho meses del año. Según los registros meteorológicos de la SARH (1988), anualmente la zona se ve afectada, en promedio, por 75 días con heladas, aunque pueden llegar a presentarse hasta 95.

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Por lo que respecta a las inundaciones, el peligro de que afecten a los cultivos está presente cada año. Actualmente cultivar flores implica una inversión aproximada de entre veintiún mil y veintiséis mil pesos por hectárea por concepto exclusivamente de siembra, de tal modo que las pérdidas totales anuales por inundación pueden ascender hasta cinco millones cuatrocientos mil pesos. Las heladas, inundaciones y los precios bajos de sus cosechas en el mercado, incrementan la vulnerabilidad de los habitantes y los expone a condiciones de mayor pobreza, marginación e inseguridad. Además de trabajar en sus cultivos, la población económicamente activa se ocupa como jornalero, en la explotación del bosque, y en otras tareas de acuerdo a sus posibilidades. Basados en el trabajo de campo, se encontró que 44% de la PEA obtienen un ingreso semanal menor a un salario mínimo; 32% logran obtener el equivalente a dos salarios mínimos y únicamente 24% tienen tres o más salarios mínimos. Percepción de la población y vulnerabilidad La percepción humana, según García y Bosque Sendra (1989); Santos (1990); y Laforge y Thouret (1991), desempeña un factor fundamental en la forma en que las personas utilizan y modelan el espacio geográfico como resultado de la organización de sus diferentes actividades. En este sentido, la comunidad estudiada, derivado de su percepción al fenómeno de las inundaciones, realiza acciones y toma decisiones que tienen que ver con la gestión de un espacio inundable, acciones y decisiones que repercuten en su nivel de vulnerabilidad ante estos eventos. Las inundaciones no son lo más preocupante, aunque si están presentes entre los tres principales problemas detectados, al parecer sus pocos efectos en la comunidad hacen que las ubiquen en un plano secundario. Las inundaciones en la comunidad son fenómenos que en las últimas seis décadas no han ocasionado daños significativos. Sus manifestaciones anuales en la parte baja de la cuenca ya son acontecimientos comunes, naturales; son parte del paisaje de la comunidad en verano y otoño, son parte de la vida cotidiana de los habitantes y más aún de los jóvenes que en su corta experiencia no las registran como eventos a los que se deba dar mayor importancia de la necesaria. Elección de sitios para la construcción de viviendas Ante la decisión de elegir un sitio donde preferentemente le gustaría que estuviera su casa, 53% de alumnos y 70% de las mujeres prefieren lugares céntricos donde, aún con las limitaciones de las comunidades rurales, existen más servicios, más actividad económica y social. En

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cambio, 47% de hombres y 30% de mujeres seleccionaron sitios altos fuera del alcance del río. Los sitios rechazados corresponden a áreas fuera de la localidad, sin servicios, y próximos al río. La gente adulta, en su mayoría, dice estar a gusto en el lugar donde tiene su casa, así lo manifestaron 211 personas entrevistadas (96%). Aunque, si se trata de cambiar de localidad, 112 (51%) de ellos están dispuestos a hacerlo. De estos últimos 7 de cada 10 son mujeres, el motivo principal que anteponen es la falta de servicios. Los resultados de la encuesta aplicada muestran que la población, en su mayoría, se siente segura en la localidad. No perciben que las inundaciones, en particular, puedan afectarlos, de ahí que 31 estudiantes (63%) de la telesecundaria prefieran vivir en la parte céntrica del pueblo; además, cuanto mayor de edad son las personas más rechazan la posibilidad de un desastre por inundación, y esa seguridad es trasmitida a sus hijos de ahí los resultados anteriores. La excepción son las personas mayores de 75 años que presenciaron el desastre en 1940 ya que en varias ocasiones manifestaron su preocupación porque se llegue a repetir, aunque de éstas sólo sobreviven dos, por tanto, su opinión es poco escuchada y mucho menos valorada. La educación escolar y la organización social en materia de riesgos, dos elementos fundamentales de la prevención Desde la perspectiva de la vulnerabilidad social, una de las manifestaciones en poblaciones con bajo nivel educativo es la dificultad de comunicación, principalmente la comunicación escrita. Además, las personas con baja o nula preparación educativa generalmente tienen dificultades y renuencia a participar en actividades de la comunidad. En la zona de estudio, aproximadamente 25% de la población es analfabeta y 33% de los habitantes no concluyeron el nivel básico. Esto es una condición de debilidad de la población originada por la carencia de conocimientos y capacitación en temas referidos al medio ambiente. Es claro que se desconoce la peligrosidad del río, de sus avenidas torrenciales y de la manera en que puede afectar a la población. Además, también es claro que las autoridades civiles no otorgan la importancia necesaria a las cuestiones de prevención, puesto que, como se mencionó con anterioridad, la escuela y un jardín de niños fueron construidos prácticamente sobre el cauce viejo del río. Todos estos factores incrementan la vulnerabilidad que Wilches-Chaux (1989) tipifica como vulnerabilidad social, la cual se manifiesta cuando existe poca o nula organización entre la población que vive en zonas de riesgo, de tal forma que se dificultan las acciones para prevenir, mitigar o actuar en situaciones de desastre. Los habitantes de la zona han diversificado el uso de sus recursos naturales: en el caso del bosque se especializaron en la elaboración de

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materiales utilizados para la construcción de sus viviendas y con fines comerciales; intensificaron el cambio de uso del suelo con propósitos agrícolas ampliando las zonas de cultivo aún en lugares con pendiente pronunciada, lo que aceleró los procesos erosivos al modificar el escurrimiento superficial, lo cual incrementaron su vulnerabilidad a los desbordamientos y a las inundaciones. En la actividad agrícola, diversificaron los cultivos, introdujeron nuevos en sustitución, incluso del maíz, con la finalidad de mejorar sus ingresos económicos, modificando con ello favorablemente sus condiciones de vulnerabilidad. Se han construido varias presas de gavión para controlar el transporte de sedimentos y reducir la velocidad de los escurrimientos cuando llegan a la altura del poblado. Sin embargo, aún cuando estas obras de protección han sido destruidas en varias ocasiones por la naturaleza del río, los habitantes las reconstruyen nuevamente para su mayor tranquilidad. En síntesis, la población, a través de la forma en que utiliza su territorio, que distribuyen espacialmente sus diversas actividades, manifiesta aceptación o rechazo a ciertas áreas de su entorno. Esto es resultado de lo que Santarelli y Campos (2002), relacionan con la percepción de la población, cuando establecen que el uso de un territorio está relacionado con las experiencias de la población ya que éstas orientan a los habitantes para tomar decisiones espaciales, mismas que resultan en una forma particular de gestión territorial.

Conclusiones Un análisis de vulnerabilidad social a inundaciones es un ejercicio que requiere de la convergencia de conocimientos y de información de índole físico y socioeconómico, a través del cual se busca identificar las condiciones que llevan a un grupo social a estar expuesto y débil frente a ese fenómeno y de ser incapaz de actuar -de responder- adecuadamente frente a una situación de riesgo. Brinda información a las personas y a las comunidades en términos de incrementar la sensibilidad personal, colectiva, institucional, para reconocer los riesgos y valorar las capacidades para enfrentarlos. Las condiciones de exposición a las que está sometida la comunidad estudiada se visualizan a través de los resultados obtenidos: 95% de sus habitantes y 93% de las viviendas se encuentran sobre el cono aluvial, expuestas a sufrir daños; 51% de las viviendas tienen una vulnerabilidad de media a alta atendiendo a los materiales de construcción. Asimismo, es de vulnerabilidad alta a consecuencia de la concentración espacial de su población.

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Tiempo y distancia fueron y continúan siendo decisivos en el crecimiento de este poblado, en su configuración, en la percepción y la exposición al riesgo que tienen sus habitantes. Esto se observa claramente en la forma y dirección del área urbanizada, en la distancia que media entre las construcciones y los cauces del río, en la localización de los diversos edificios públicos y, en general, en los diferentes usos del suelo que se le ha dado al cono aluvial. Existen zonas en el Estado de México que, por la escala con que se trabajan los Atlas de Riesgos, no aparecen identificadas como sitios susceptibles a desastres por inundaciones. Es necesario, por tanto, promover estudios más detallados, trabajos de escalas útiles para la planeación, donde se incluyan no únicamente áreas urbanas, sino todas aquellas zonas donde existan evidencias de afectación por fenómenos de origen natural y/o social; es conveniente además, identificar y analizar desde la perspectiva de la geografía las maneras en que la población enfrenta los diversos tipos de amenazas, cómo los percibe y cómo se organiza y utiliza los espacios de riesgo, para aportar elementos que permitan a los diferentes actores sociales incorporar en todas sus actividades acciones en favor de la seguridad de la sociedad.

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Fotografía Annel Mayra Hernández Pérez

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Análisis de la desigualdad intrarregional en el municipio de Amatepec, 2000: estudio de factores causales asociados Yara Macedo Domínguez*

Introducción

* Licenciada en Planeación Territorial por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y Mención Honorífica del Premio CEMAPEM 2007 “Dr. Gustavo Baz Prada”, participando en la temática Pobreza, marginación y desarrollo social en el contexto rural. Actualmente se encuentra cursando la Maestría en Estudios Urbanos y Regionales en la UAEM.

Un factor es un elemento con causa y una variable; es la magnitud que puede tener un valor cualquiera de los comprendidos en un conjunto. 2 Como el drenaje, el agua potable y la energía eléctrica. 3 Por factores socioterritoriales se entenderá: lo social implica el uso de variables como población, estructura económica y distancia entre las localidades, estando estas dos últimas en aspectos económico y territorial, los cuales son tomados para efectos de la investigación que se realiza. 1

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omo su título lo indica, este trabajo tiene como principal objetivo realizar un análisis acerca de los factores1 socioterritoriales que están asociados a la desigualdad en la distribución de servicios públicos en la vivienda2, el nivel de ingreso de la población y el acceso a los equipamientos educativos y de salud a nivel intrarregional, cuyo escenario tiene lugar en el municipio de Amatepec, Estado de México. De la amplia gama de factores causales que pueden influir en lo que aquí se denominará como desigualdad, se han seleccionado solamente aquellos factores, como el tamaño y la distribución poblacional, la estructura ocupacional y la distancia entre localidades del municipio. Tomando en cuenta que son elementos que influyen de forma decisiva dentro de un análisis sobre cómo se distribuye la infraestructura básica, lo que también permitirá analizar la conducta espacial en la prestación de servicios educativos y de salud y el nivel de ingresos que percibe la población del municipio. Pero al afirmar que aquí se hará un análisis sobre factores socioterritoriales3 que están asociados a la desigualdad, se hace necesario presentar algunas explicaciones sobre lo que esto significa. Como podrá constatarse a lo largo de este documento, existen diferentes posturas teóricas que hacen asociaciones causales entre los procesos de desigualdad socioeconómica y la forma en que se interrelacionan, por ejemplo, con los modos de producción en una formación social (Rofman, 1974); en tanto que las desigualdades también han sido analizadas y previstas como producto de un proceso histórico, que ha llevado a formar una estructura territorial a nivel regional, que tiende a separar a la gente en diferentes

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posiciones dentro de una división territorial del trabajo (Palacios, 1993). Y no faltarán, por supuesto, aquellos que defienden la asociación entre las desigualdades regionales y los procesos de recomposición del trabajo en la esfera internacional, en donde las regiones cobran nuevos papeles al ser los sitios donde se produce una buena parte de los artículos de mayor consumo a nivel mundial (Hiernaux, 1993).

Cabecera municipal de Amatepec

Los propósitos explicativos de la desigualdad, giran en torno a otro grupo de factores que han sido seleccionados pensando en aportar una explicación diferente que se inspira en las posturas analíticas de la regionalización, como la escuela francesa y la escuela alemana, en donde la distancia entre localidades puede ser un factor que influya de manera directa en la forma en que se ubican y distribuyen algunos satisfactores, sin olvidar que e l tamaño de la población dentro de una localidad es un elemento decisivo para la inversión por parte del Estado (Rodríguez, 1991), a quien puede resultarle más conveniente atender las necesidades de las localidades más pobladas, en donde el nivel de beneficio compartido puede ser más amplio, que si se aten­ dieran las necesidades de una comunidad en donde la cantidad de habitantes beneficiados sea menor. Esto es, que la idea de asociar dichos factores de lo que será consi­ derado como desigualdad intrarregional, lleva implícita la posibilidad de explicarlos como elementos, no precisamente estructurales, sino intrínsecos a las propias localidades analizadas, son factores que tam­ bién cuentan y están presentes en la forma en que se distribuyen los beneficios de un proceso de construcción y distribución de infraes­ tructura y de servicios que, previamente aquí se asume, no se realiza de manera equitativa entre las partes, sino de forma desigual. Por ello surge el presente título y del término empleado para deno­ minarla, porque de hecho, la desigualdad intrarregional puede ser vista y analizada por diferentes indicadores, sólo que aquí se acudirá a aquellos que están disponibles y que son de interés, por lo que se rescatarán los elementos que sirvan para explicar lo que se ha previsto como desigualdad y que tiene que ver con datos sobre el nivel y dis­ tribución de ingresos (medidos en salarios mínimos); disponibilidad de servicios básicos en la vivienda, como agua entubada, drenaje y energía eléctrica; número de escuelas en el área de estudio y número de hospitales, ya que la distribución y presencia de estos dos últi­ mos tipos de datos permitirá analizar el comportamiento o dinámica espacial en la ubicación de servicios que son indispensables para la población y que no pueden faltar en cualquier ejercicio que trate de medir la desigualdad en la distribución de algún factor social. Y una vez que se ha explicado la cuestión de las asociaciones causales, aún falta por explicar lo referente al nivel intrarregional en el análisis de este trabajo. Cierto es que el propio término, compuesto por las

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palabras intra y región, puede ofrecer algunas confusiones si no se aclara su significado. Primero, habría que afirmar que toda aquella dimensión territorial que está por debajo del nivel regional puede ser considerada como una parte de su interior, de ahí el uso de la palabra intra, que denomina lo que está adentro, porque el caso del municipio de Amatepec es el de un territorio que se encuentra dentro de una región, que para fines políticos, se constituye como la Región XII del Estado de México, comprendida por los municipios de Tlatlaya, Tejupilco, Luvianos y el propio Amatepec. Una de las razones que socialmente justifican la realización del presente trabajo, está directamente relacionada con el conocimiento de los factores que causan las desigualdades intrarregionales del municipio de Amatepec como objeto de estudio. Sin duda que el rumbo o dirección que tome esta investigación demostrará las condiciones de los entornos sociales que tienen diferentes escalas de desarrollo derivadas de factores que son inherentes, internos a sus propias condiciones sociales y geográficas. La realización de esta investigación radica en identificar los factores que originan la diferenciación de la calidad de vida de la población en doce localidades del municipio de Amatepec seleccionadas para el estudio, con la intención de analizar de forma interna la estructura de la desigualdad entre las localidades y del propio municipio, lo que permitirá determinar las causas y efectos que provoca en la población. Es por consiguiente que la investigación tiene como objetivo general rea­ lizar un análisis que relacione los factores socioterritoriales4, el tamaño de la población, la estructura ocupacional y a la distancia entre las localidades, como factores que inciden sobre el nivel y distribución del ingreso (núme­ ro de salarios percibidos mensualmente), distribución de servicios públicos (agua entubada, drenaje y energía eléctrica) y acceso a servicios educativos y de salud en doce localidades del municipio de Amatepec. Para cumplir con el objeto anterior, la investigación se desglosa en dar paso a cuatro objetivos específicos:

Los factores socioterritoriales que tendrá la investigación, serán aquellos elementos como densidad demográfica, el patrón territorial concentrado o disperso y la cerca­ nía o distancia con zonas urbanas, que correlacionadas con los niveles de bienestar, buscan construir deductivamente un análisis sobre cómo influye lo primero sobre lo segundo.

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1. Integrar un marco teórico conceptual que aborde conceptos relacio­ nados con la desigualdad intrarregional para explicarla en el municipio de Amatepec. 2. Elaborar un diagnóstico socioterritorial que involucre las variables del año 2000 para conocer las condiciones en las que vive la población del municipio de Amatepec. 3. Realizar un diagnóstico socioterritorial que involucre las variables del año 2000 de las doce localidades de estudio correspondientes a Amate­ pec cabecera, Cerro del Campo, Palmar Chico, San Simón Zozocolte­ pec, Salitre Palmarillos, El Rancho, La Goleta, El Fresno, La Mora, El

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Malpaso, Acatempan y El Platanal, para identificar la situación que se presenta en las localidades seleccionadas. 4. Realizar la correlación de las variables de causa y efecto de las doce localidades del municipio de Amatepec para el año 2000; las variables a correlacionar proceden de COESPO, para especificar cuales serán los elementos que conjuguen las desigualdades intra­ rregionales del municipio. El Fresno

Paralelamente, la hipótesis de trabajo de la investigación se divide en dos cláusulas, lo que permite asociar la condición de causa-efecto para el trabajo de investigación, la primera es la variable independiente (causa) que afirma que las causales de las desigualdades intrarregio­ nales en Amatepec son factores como el tamaño de población de las localidades, la estructura ocupacional y la distancia entre las localida­ des, lo cual influye en la variable dependiente (efecto) que afirma que esos factores influyen de manera directa sobre el nivel de ingresos, la distribución de servicios en las viviendas y el acceso al equipamiento de educación y salud en el municipio de Amatepec. Por lo tanto y una vez que se han expuesto los objetivos y la hipótesis del trabajo, aún resta por saber lo que contiene este documento. De ahí que este trabajo quedará estructurado a partir de cinco capítulos, los cuales son: El capítulo I, denominado: Fundamento teórico-conceptual de las desigualdades intrarregionales, incluye los fundamentos teóricos y conceptuales, además las razones del por qué surgen las desigualda­ des en el municipio de Amatepec. Desde la explicación en la cual se toman las concepciones convencionales sobre la región, en donde destacan las escuelas francesa y alemana y por el contrario las con­ cepciones avanzadas haciendo alusión en Rofman (1974) y Coraggio (1994). También se retoman autores que han abordado estudios de la regiones y que en especial explican las causas de las desigualdades a nivel intrarregional como Francisco Rodríguez (1991). En estos panoramas se expone el basamento de las desigualdades. También se concentra atención en conceptos relacionados a la investigación. En el Capítulo II, se abordad la situación actual del municipio de Amatepec, donde queda expuesto el panorama que con datos del año 2000 presenta Amatepec, por lo que se involucran las variables correspondientes a los entornos geográfico, social, económico y territorial. En el capítulo III, se expone la condición socioterritorial de las des­ igualdades, a nivel intraregional, de las doce localidades seleccionadas del municipio de Amatepec, la cual presenta su situación, en el con­ texto geográfico, social, económico y territorial en el año 2000.

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En el capítulo IV, se muestra la discusión sobre la correlación de las variables socio-económicas-territoriales de Amatepec, se lleva a cabo la asociación entre indicadores de causa y efecto para analizar su compor­ tamiento, integrándose también un Análisis FODA del municipio. Y para concluir con la investigación se integra en el Capítulo V, un aná­ lisis general, conclusiones y recomendaciones de la investigación; este capítulo se divide en tres bloques. En el primero, después del estudio realizado, se denotan los alcances teóri­ cos conceptuales que arroja el trabajo realizado. Un segundo bloque, corres­ pondiente a las conclusiones finales, señala los resultados obtenidos, siendo éstos la parte medular de la investigación. En el tercer bloque se exponen una serie de recomendaciones, así como una cartera de proyectos con la finalidad de mitigar las desigualdades en el municipio de Amatepec. La metodología que se empleará en este documento se desarrolla a través de la obtención, revisión y análisis de información documental para el año 2000 de fuentes oficiales, tales como COESPO, INEGI, el Colegio Mexiquense, Monografía Municipal de Amatepec, Planes de desarro­ llo y Programas de desarrollo regional, los cuales son los insumos que permitirán integrar un diagnóstico de los factores determinantes de la desigualdad en Amatepec. El método que se utilizará para llevar a cabo las asociaciones entre indi­ cadores será el comparativo, con el que se pretende construir un cono­ cimiento de forma ordenada y organizada para analizar los factores que integrarán el análisis que se pretende hacer, a través del entrecruzamiento de las variables (tamaño de localidad y densidad demográfica, correlacio­ nada con niveles de bienestar, dispersión/concentración, correlacionada con niveles de bienestar distancia/cercanía con áreas o zonas urbanas y niveles de bienestar) para la obtención de información del municipio de Amatepec para realizar el análisis de desigualdad. Otro método que se aplicará en la investigación será el deductivo, pues el desglose de las fases de la investigación, partiendo de lo general para aterrizar en lo particular, que permitirá reconocer los factores que inter­ vienen en las desigualdades intrarregionales.

Fundamento teórico conceptual de las desigualdades intrarregionales La finalidad que se persigue con este capítulo, es construir un basamento teórico que aborde las diferentes posturas o concepciones que ahonden en el tema de investigación propuesto. Por consiguiente, se expone este capítulo como apoyo para explicar el proceso de la desigualdad en el ámbito intrarregional.

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Para efectos de la investigación es conveniente explicar los conceptos que son esenciales en torno a la desigualdad y que se encuentran di­ rectamente relacionados con el tema de estudio del presente trabajo, los cuales se mencionan a continuación:

El Platanal

Uno de los conceptos que aborda esta parte del presente capítulo es el de disparidad y desigualdad regional, y para entenderlo se retoma la idea de Cuadrado (1998), quien dice que el análisis de las desigualda­ des regionales es un tema central en la atención de los estudios de los problemas regionales. La existencia de disparidades regionales y su evolución a medio y largo plazo han sido, son y seguirán siendo un tema controvertido ya que se entrecruzan en él cuestiones de carácter ético-político, junto con argumentos de tipo económico, cultural e histórico. De acuerdo con este autor, las disparidades regionales existentes pueden permanecer e incluso ampliarse en el tiempo, si no se actúa para remover los obstá­ culos que impiden o frenan el desarrollo de las regiones atrasadas. Al respecto, Rodríguez (1991) explica que la existencia de las des­ igualdades regionales en el proceso de crecimiento y desarrollo, se expresa en las diferentes condiciones de bienestar de la población, pues una parte de esta permanece en la pobreza. La diferencia, a él concepto anterior, aportado por el mismo Rodríguez representa la condición en donde la población obtiene ingresos, cuyo monto no les permite satisfacer más que las necesidades de supervivencia, es decir, las necesidades básicas o esenciales (alimentación, educación, vivienda, salud, vestido, calzado, transporte, comunicación, servicios funerarios o legales, seguridad social, etc). Respecto a la definición de bienestar, puede encontrarse una diferen­ ciación entre bienestar económico y social. El primero se refiere a la satisfacción que la población sobre el consumo de bienes y servicios obtenidos mediante la compra y como disfrute de la dotación pública. El segundo, más amplio, comprende todos los elementos materiales y no materiales, objetivos y subjetivos que contribuyen a definir la calidad de la existencia humana (Rodríguez, 1991). Por otra parte, se entiende por bienestar social al grado de desarrollo alcanzado por una sociedad, cualquiera que esta sea, y se caracteriza, al mismo tiempo, por la desigualdad entre el nivel de bienestar (o marginación) que alcanzan los diferentes estratos de la población (Rodríguez, 1991). De agual manera, el mismo autor define como bienestar social la satisfacción que obtiene el conjunto de individuos de una sociedad y la forma en que llevan a cabo su existencia, es decir, el nivel de satisfacción de sus necesidades en lo cuantitativo y cualita­ tivo, que abarca el consumo y disposición de un amplio espectro de bienes, servicios y relaciones sociales.

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Una importante definición que aborda la investigación es el concepto de desigualdad y para Hiernaux (1995), las desigualdades son la capacidad diferente de acceder a los medios para construir su propio futuro. En términos tradicionales, se ha considerado que las desigualdades regiona­ les deben ser medibles y representadas a través de indicadores socioeco­ nómicos; mientras que, Rodríguez (1991) sostiene que en el análisis de la calidad de vida, tratan de incluir la totalidad de necesidades relevantes a nivel social; descarta sólo aquellos que no son más que deseos individua­ les y que no aportan elementos considerables en el bienestar colectivo. La desigualdad en el espacio se agrupa en diferentes escalas y ámbitos geográficos, los cuales se interrelacionan vertical y horizontalmente. La relación vertical resume la desigualdad existente en y entre las diferentes partes del territorio que constituyen una región, un país o un grupo de países, ofreciendo una estimación de la desigualdad global. La relación horizontal pone en evidencia la concentración de potencias y recursos en una porción del territorio respecto a la escasez en el resto de éste; siendo entonces las desigualdades aspectos del desarrollo (Rodríguez, 1991). Por otra parte, Celis (1988) describe que la homogeneidad es el grado de similitud o semejanza entre diversas unidades geográficas que permiten agruparlas para conformar regiones. Dicha similitud u homogeneidad pueden ser de naturaleza diversa, tales como las económicas (estructura de la producción, empleo, ingresos, niveles de consumo, índices de especiali­ zación, etc.) y geográficas (clima, suelo, topografía, hidrografía). Vargas (2005) define al desarrollo como un proceso multidimensional que implica cambios en las conductas y actitudes individuales que impac­ tan las estructuras institucionales de los sistemas económicos, sociales y políticos, cuya finalidad es la persecución del crecimiento económico y el desarrollo social mediante la reducción de la desigualdad y la reducción de la pobreza. El desarrollo es, pues, un proceso de cambios dinámicos inducidos, me­ diante las políticas y estrategias que son impulsadas por los diferentes actores políticos, fundamentado en la gobernabilidad institucional. El desarrollo regional pone en práctica estrategias para aprovechar los bene­ ficios sociales de cada región, para aliviar la pobreza; Cortés (2002) la define como la imposibilidad de tener acceso a la canasta de bienes y servicios por carecer de ingresos, los cuales se evalúan con precios de mercado, lo que provoca la insatisfacción de necesidades básicas medidas en carencias en una serie de aspectos: calidad de vivienda, inadecuación de las condiciones sanitarias, carencia de otros servicios básicos y bienes, manteniendo a la po­ blación en una exclusión social, denominada marginación. La región es resultado de un vínculo que reconoce factores geográficos, sociales, económicos y territoriales, o dicho con otras palabras, una

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síntesis de heterogeneidad y homogeneidad que se vinculan con los procesos socioeconómicos, y es aquel conjunto de elementos que entre sí mantienen una relación e interacción, que dado sus fun­ cionamientos, tienen distintas manifestaciones que se encuentran contenidas en cada una de sus partes.

Vialidades de la localidad de Acatempan

Los argumentos esenciales de este trabajo se centran en las posturas de las escuelas francesa y alemana, ya que de acuerdo con plantea­ mientos de las mencionadas escuelas, es posible identificar que cada territorio forma parte de una región. La primera fundamenta que a nivel interno son los factores geográficos los que constituyen una región; la escuela alemana plantea que son factores socioterritoriales (como la distancia entre las localidades) las que llevan a la consolida­ ción de una región. Existen pues, distintos elementos que dan paso a las desigualdades dentro de un territorio. De Mattos (1993) y Rodríguez (1991), aportan los elementos causales del proceso de desigualdad, los cuales están en función de la distribución del territorio, de los ritmos de crecimiento de la población, de la distribución económica del ingreso, espacial, de las condiciones para satisfacer sus necesidades, entre otros. Esta in­ vestigación refiere que algunos de los elementos expuestos dan paso a la desigualdad, por lo que con el desarrollo de éste trabajo quedarán comprobados y al final se expondrán. Carlos Garrocho (1992), comenta que son la distancia, la accesibi­ lidad y la centralidad los factores a tener en cuenta en la dotación o distribución de servicios. Por lo que en la presente investigación se pretende demostrar que la distancia es la causal de la desigualdad intrarregional en Amatepec. La idea del autor, sobre los sistemas de asentamientos es tomada en consideración como propuesta para la integración de las localidades de estudio, partiendo de que las caraterísticas de las vialidades dan pauta determinar la accesibilidad a un lugar y hacer posible la dota­ ción de los servicios. Alejandro Rofman (1974) plantea los antecedentes, la explicación y la descripción de la configuración espacial, pero posteriormente exami­ na conceptos como región y desequilibrio regional y concluye con la integración según características afines de los distintos modelos de las desigualdades regionales. La base fundamental de la explicación dada por el autor indica que cada unidad regional se comporta como una formación social inserta en el esquema del sistema nacional, partici­ pando y compartiendo características con ese sistema. De acuerdo con los criterios expuestos en torno a los tipos de región, autores como Bouldeville y Perroux (1995), elaboraron la teoría de

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los polos de crecimiento en la que describen que el crecimiento de los territorios no se da en los mismos términos, lo que ayuda a deducir que las desigualdades se presentan de manera heterogénea entre las doce localidades de estudio del municipio de Amatepec. Por ello, y con base en la antecedentes vistos en este capítulo, se confirma que el sentido de la investigación gira en torno al desarrollo de una discusión referente al fenómeno de desigualdad intrarregional que caracteriza a las localidades de estudio, pero no se detiene en la simple comprobación de las citadas desigualdades, sino que pretende estudiar los factores causales que las generan. En cuanto al basamento teórico y conceptual sobre la configuración del espacio regional, cuya exposición fue realizada en este marco teórico conceptual, es posible afirmar que las desigualdades intrarregionales se reconocen en cualquier espacio o territorio.

Situación actual del municipio de Amatepec El objetivo de este capítulo consiste en describir de manera general al municipio de Amatepec en el ámbito geográfico, social, económico y territorial, contextualizando la situación que presenta en el año 2000 y su problemática. Amatepec forma parte del distrito judicial y rentístico de Sultepec. Se en­ cuentra inscrito en la Región XII Tejupilco, con los municipios de Villa Luvianos, Tejupilco de Hidalgo y Tlatlaya, de acuerdo con la regionali­ zación económica, social y administrativa del Gobierno del Estado de México; limita geográficamente con Tejupilco de Hidalgo al norte, con Tlatlaya al sur, al oriente con Sultepec de Pedro Ascencio y al poniente con el Estado de Guerrero. El Consejo Estatal de Población (COESPO) señala que en Amatepec se encuentran inscritas 192 localidades, las cuales presentan un patrón de distribución disperso al interior del municipio. Los 30 141 habitantes del municipio se distribuyen en de 624.94 km2, que corresponden a la superficie del municipio, con una densidad de pobla­ ción que corresponde a 48 hab/km2, lo que significa que la población se encuentra dispersamente distribuida en Amatepec. La dispersión de la población está en relación con la extensión del territorio, propiciando una baja densidad poblacional, al igual que en el resto de la Región XII, cuya extensión es de 22 357 km2 y corresponde a 50 hab/km2 (INEGI, 2000). En el municipio de Amatepec hay un único centro urbano de población, de acuerdo con el registro de COESPO en el año 2000, lo habitaban 3 397 habitantes y corresponde a la localidad de Palmar Chico. La cabecera

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municipal es Amatepec, la cual tiene una población total de 2 123 habitantes, y al ser menor de 2 500 habitantes, no es considerada como un centro urbano de población. El XII Censo General de Población y Vivienda 2000 señala que en lo correspondiente a los grados de escolaridad, la Región XII tiene un promedio de 4.9 de años cursados; en Amatepec es de 4.8.

El Rancho

En la descripción de los aspectos del entorno geográfico de Amate­ pec se aprecia que, en relación al uso del suelo, la actividad agrícola es la predominante. Cabe señalar que en este aspecto, el suelo se ve seriamente afectado por el abuso de abonos químicos, plaguicidas e insecticidas para obtener mejores rendimientos, lo que aunado a la deforestación de áreas boscosas, la tala clandestina y la quema de chamizales como técnica de cultivo, han cambiado la vocación de los terrenos y los convierten en praderas o áreas de agostadero para el desarrollo de actividades pecuarias. Dentro del entorno social se identifica que Amatepec forma parte de los municipios con mayor grado de marginación, ocupa el 14º lugar a nivel estatal. La economía del municipio se sustenta con labores del sector primario, principalmente en actividades pecuarias; en las labores del campo se concentra la población económicamente activa del municipio. La po­ blación del municipio que no percibe un salario mínimo es de 40.59%; 11.10% menos de uno; 18.84% percibe de uno a dos salarios; 17.60% de dos a cinco; y tan sólo 4.99% reciben más de cinco salarios. En lo relativo a la cobertura de servicios de dotación de agua entubada sólo el 37.05% del total de viviendas habitadas cuentan con este ser­ vicio; la cobertura de drenaje es de 41.04%, originando situaciones de insalubridad; y se cubre 89.25% de viviendas, con energía eléctrica. En definitiva la dotación de los servicios públicos no se da en 100% de las viviendas. Una de las principales limitantes es la dispersión de la población que no favorece la instalación de los mismos, ya que los altos costos dificultan el suministro de los servicios. En cuanto al equipamiento educativo, el municipio cuenta con jardi­ nes de niños, escuelas primarias, escuelas secundarias, escuelas pre­ paratorias y escuelas para adultos, dentro del sistema estatal y federal. Sin embargo, se carece de equipamiento donde se pueda impartir educación superior. En relación con las vialidades, destaca que la red carretera se carac­ teriza por ser de terracería en más de 50%, por lo que se tiene que incrementar este servicio.

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Se observa en el diagnóstico de Amatepec que las características y condi­ ciones de desigualdad, se hacen evidentes en las condiciones de vivienda y situación económica de la población. A partir de la información recopi­ lada se deduce que existen condiciones de marginalidad y pobreza, insu­ ficiencia en la dotación de servicios, los hogares del territorio municipal presentan atraso y malas condiciones debido a la calidad de materiales con los que se construyen las viviendas. Un importante factor que contribuye a que el municipio conserve con­ diciones de marginalidad, pobreza y carencias de servicio, es sin duda alguna la dispersión que presenta la población. Las condiciones de las localidades en materia de vivienda y servicios, como se describe en el diagnóstico, indican que urge ejecutar medidas de apoyo que fructifiquen en el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de Amatepec.

Condición socioterritorial de las desigualdades aplicada a las doce localidades de estudio La finalidad que se persigue en esta parte de la invetsigación consiste en analizar, de manera particular, las doce localidades del municipio de Amatepec que fueron seleccionadas para este estudio: El Platanal, Aca­ tempan, La Mora, El Malpaso, El Fresno, La Goleta, Cerro del Campo, El Rancho, Salitre Palmarillos, San Simón Zozocoltepec, Amatepec y Palmar Chico. De acuerdo con información de la Junta de Caminos del Estado de México publicada en el año 2000, la localidad de Amatepec, cabecera municipal, se localiza en la porción sureste del municipio junto con las localidades de Cerro del Campo que se encuentra a 11 km; La Mora a 3 km; La Goleta a 23 km; Acatempan a 12 km; y El Platanal a 1 km. En la parte noreste del municipio, a 7 km de la cabecera, encontramos la localidad de San Simón Zozocoltepec; El Malpaso a 5 km; al noroeste del municipio se localiza Salitre Palmarillos a 14 km; Palmar Chico a 30 km. En la parte suroeste del municipio se encuentran las localidades de El Rancho a 13 km y El Fresno a 15 km. Amatepec tiene el grado de mayor escolaridad con 8.92; Cerro del Campo, 6.69; Acatempan, 6.35; Palmar Chico, 5.73; Salitre Palmarillos, 5.66; El Fresno, 5.19; El Rancho, 4.49; La Goleta, 4.18; La Mora, 4.16; San Simón Zozocoltepec, 4.09; El Malpaso, 3.91; y el de menor grado es El Platanal con 0. Estos grados de escolaridad se derivan de que en todas estas localidades hay un incremento de la población alfabeta sobre la analfabeta.

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Cuadro 1 Población total de las localidades de estudio Localidad

El Salitre Palmarillos

Población 2000

El Platanal

14 habitantes

Acatempan

58 habitantes

La Mora

181 habitantes

El Malpaso

263 habitantes

El Fresno

340 habitantes

La Goleta

433 habitantes

Cerro del Campo

532 habitantes

El Rancho

662 habitantes

Salitre Palmarillos

740 habitantes

San Simón Zozocoltepec

887 habitantes

Amatepec

2,123 habitantes

Palmar Chico

3,397 habitantes

Fuente: Elaboración propia con base en información del Consejo Estatal de Población (COESPO), 2000.

A continuación se mencionan los aspectos fundamentales que se pre­ sentan en las localidades de estudio. De acuerdo con la descripción geográfica de la distancia hacia la cabecera municipal de Amatepec, se destaca que la localidad más alejada es Palmar Chico, mientras que la más cercana es El Platanal. La localidad más poblada del municipio de Amatepec objeto de este estudio es Palmar Chico, y no la cabecera municipal. En las doce localidades predomina la población alfabeta y los grados de escolaridad que se presentan varían de 0 a 8 grados. De lo anterior, se de­ termina que 21.18% de la población es analfabeta, por lo que se concluye que predomina la población alfabeta sobre la analfabeta. En la localidad cuya población analfabeta predomina es en San Simón Zozocoltepec. Los índices5 de marginación que calcula el COESPO para el año 2000, muestran que van desde -1.5 a 3.3. Esta variación es resultado de los servicios con los que cuenta cada vivienda, así como de la población ocupada con ingresos de hasta dos salarios mínimos y el número de población analfabeta por lo que los grados de marginación son de bajo, medio, alto y muy alto. En las localidades de estudio, predomina su inserción en las activi­ dades primarias y terciarias, por lo que perciben de 1 a 5 salarios, de acuerdo con las actividades que realizan.

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Los servicios en las viviendas, en cuanto a cobertura, la energía eléctrica es el de mayor cobertura, seguido del servicio de drenaje y por último, el servicio de agua entubada como el de menor cobertura. Las vialidades que presentan las localidades de estudio, se consolidan como pavimentadas en una mayor parte, y siendo menos las vialidades en condiciones de terracería. El equipamiento de salud queda constituido por clínicas de salud que se localizan en las localidades de: El Malpaso, El Fresno, La Goleta, Ama­ tepec, Cerro del Campo, El Salitre, El Rancho, San Simón Zozocoltepec y Palmar Chico. Así mismo, las localidades cuentan con jardines de niños, escuelas pri­ marias, secundarias y escuelas preparatorias; carece de escuelas de edu­ cación superior. El grado de marginación, según indicadores socioeconómicos del CO­ ESPO, indica que el municipio de Amatepec tiene un índice muy alto de marginación. En cambio, las comunidades de estudio en donde so­ lamente Amatepec tiene un grado bajo y las cinco localidades restantes contemplan un grado medio de marginación. La inserción en la actividad primaria se presenta en las localidades de El Rancho y San Simón por lo que sus nivel de ingresos es de 1 a 2 salarios mínimos. En las actividades terciarias destacan: Cerro del Campo, Pal­ mar Chico y Salitre Palmarillos y su nivel de ingresos es mayor, de 2 a 5 salario mínimos. Por otra parte la situación de marginación social que padecen las loca­ lidades de Amatepec se refleja en carencias en la dotación de servicios públicos, educación, percepción de bajos salarios, lo que da origen a que algunas localidades queden al margen de los beneficios del desarrollo. A continuación se presenta en siguiente capítulo la situación causa-efecto al llevar a cabo la correlación de variables.

Discusión sobre la correlación socioeconómica­ territorial de las variables asociadas a la desigualdad en el municipio de Amatepec El índice es la unidad de medida que permite indicar los paráme­ tros en los cuales se mueve un objeto. En cambio el indicador es la manifestación concreta de una unidad de medida como cinco alumnos, diez localidades, etc.

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En este apartado se persigue el objetivo de llevar a cabo la correlación de las variables de los entornos geográfico, social, económico y territorial, en donde se pretenden describir las causas y los impactos de dichas va­ riables. Asimismo, se presentará un análisis FODA (Fortalezas, Opor­ tunidades, Debilidades y Amenazas) para reflejar las condiciones en las que se encuentra Amatepec.

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La correlación de variables sociales, económicas y territoriales tiene una relación causa-efectos positiva, esto quiere decir que la causa de una variable va a tener un efecto sobre otra, ya sea de su mismo entorno o de otro. Análisis FODA del municipio de Amatepec

La Mora

Fortalezas

Oportuni-dades

• El municipio de Amatepec tiene una extensión territorial considerable por lo que no presenta problemas de sobrepoblación en sus localidades. • Presenta una cobertura de 41% en dotación de drenaje, 37% de agua entubada y el 89% en energía eléctrica. • Las condiciones ambientales y orográficas del lugar permiten el des­ empeño de las actividades primarias. • Más de 50% de la población es alfabeta.

• La variedad de climas y suelos favorecen la actividad primaria • Es un municipio con condiciones favorables para el cuidado al medio ambiente. • El Índice de Especialización Local recae sobre las actividades primarias siendo en éstas donde la población del municipio de encuentra concentrada.

Debilidades

Amenazas

• El municipio ocupa el 14º lugar en el contexto estatal con un grado de marginación muy alto. • La PEI representa 41.24% de la población. • No hay concentración importante de población en el sector secundario. • 70% de la población percibe menos de 2 salarios mínimos. • La condición orográfica del muni­ cipio impide la dotación eficiente de infraestructura • Solo el 10% del total de las viviendas cuentan con la dotación de servicios de agua entubada, drenaje y energía eléctrica.

• La dispersión de la población provo­ ca la mala calidad de vida al carecer de servicios públicos e infraestructura. • El carecimiento de equipamiento educativo y de salud orilla a la población a recurrir a otros munici­ pios para satisfacer las necesidades correspondientes. • La red de carreteras al interior del municipio representa 76% en terrace­ ría y 24.5% pavimentadas.

Por lo tanto, al cruzar una variable social con una económica, el resultado del efecto será socioeconómica y así con cada una de las variables a correlacionar (socioterritorial, económica-territorial, etc.). Con la correlación presentada se concluye que efectivamente todo comportamiento, dentro de cualquiera de los entornos considerados en la investigación, tanto social, económico y territorial tienen que ver con la estructura de la población. Otra relación positiva tiene que ver con la distancia entre las localida­ des, la cual se correlaciona de manera positiva con el índice y grado de marginación que se manifiesta en cada una.

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La ocupación en la que se inscribe la población se correlaciona con grado de escolaridad y con el número de salarios percibidos.

Análisis general, conclusiones y recomendaciones de la investigación Este capítulo presenta el análisis y las conclusiones de la situación de los factores causales que se encuentran asociados con la expresión de desigualdad en el municipio de Amatepec. Se expone en tres grupos: el primero corresponde al análisis general del trabajo; el segundo integra las conclusiones a las que se llegaron una vez terminada la investigación propuesta; y en el tercer grupo se escriben las recomendaciones que surgen a raíz de la investigación realizada, lo que permite incentivar y mejorar las condiciones de vida de la población. El primer apartado corresponde a la integración del análisis general, se­ guido del estudio en donde se abordan los alcances teórico-conceptuales que arroja el trabajo realizado, al precisar los axiomas o los criterios que lo rigen. De igual forma, se presentan los alcances conceptuales en la que la presente investigación participa, y se explica cómo se constituye dentro de un enfoque teórico conceptual, derivado de la integración de un análisis del objeto de estudio seleccionado. El segundo apartado lo componen las conclusiones derivadas del actual trabajo de investigación en doce localidades del municipio de Amatepec. Se señala el resultado obtenido, ya que como parte medular de la inves­ tigación se considera si el planteamiento de la hipótesis se comprueba o no, las nuevas evidencias y los descubrimientos que arroja la investiga­ ción bajo un enfoque teórico y la influencia del método comparativo, es decir, se integran los resultados que se lograron con el trabajo realizado. En el tercer apartado se exponen los tiros de precisión que el Ayuntamiento de Amatepec debe considerar como recomendaciones para mejorar las condiciones de vida de la población residente del municipio de estudio. Es así como se inicia el quinto capítulo correspondiente al análisis ge­ neral y las consideraciones finales, que expone los alcances, hallazgos, limitaciones y resultados del trabajo. 1. Análisis general En ésta parte del presente capítulo se toman en consideración las convic­ ciones derivadas de los capítulos anteriores para dar paso a consolidar y formar la parte medular del capítulo quinto. En primer lugar, luego de la exposición del fundamento teórico- con­ ceptual tomado para esta investigación, de acuerdo a las concepciones de las escuelas francesa y alemana, que destacan los factores físicos y

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territoriales (geográficos) como elementos que permiten pensar en una regionalización, cuyo criterio es la homogeneidad de las partes que la conforman (Palacios, 1993).

San Simón Zozocoltepec

Bajo este criterio, la investigación realizada ha sido factor de crítica porque no percibe los elementos socioeconómicos como factores de regionalización. Se puede pensar que en el municipio de Amatepec, la forma en que se presentan sus factores físico-geográficos confirman la idea de homogeneidad, porque en términos generales, el municipio no contiene diferencias notables en cuanto a orografía, clima y tipos de suelo. Por lo que puede hablarse de una forma homogénea de región, refutando así la idea de pensar en un tipo de región con características homogéneas en cuanto al conjunto de los factores socioeconómicos, ya que dentro de estos se localizan los factores causales que están asociados con la desigualdad en Amatepec. Por ello, la evaluación que puede hacerse de las escuelas francesa y ale­ mana, en términos de su capacidad para explicar el proceso de regionali­ zación en Amatepec, bien puede quedar situada en factores geográficos, en donde ciertamente puede ser calificada como región homogénea, pero no así en cuanto a la dimensión que es objeto de análisis en este documento. Un aspecto que otras concepciones, como las que brindan Coraggio (1994) y Rofman (1974), se sitúan en la dimensión de los datos sociales y económicos que han sido presentados en el capítulo anterior. De acuerdo con los estudios abordados en el campo territorial sobre procesos regionales, en donde Juan José Palacios (1993), comprende a la región dentro del espacio en función a Coraggio (1994), el territorio es un espacio en el que interactúan y se ubican los procesos sociales, económicos y territoriales. Por lo que se da una situación de contra­ dicción entre sus relaciones en donde sus alcances de interacción se mantienen trazados en relación a sus funciones. Luego de haber reali­ zado la investigación, se corrobora que el diagnóstico realizado muestra que las condiciones socioeconómicas que ostentan cada una de ellas no corresponden en comparación con las demás, por lo que la formación de las regiones se lleva a cabo mediante un proceso de desigualdad, que para el autor mencionado se maneja bajo el término de contradicciones, cuya formación alcanza cualquier proceso. En el municipio de Amate­ pec se comprueba que se expresa en los procesos sociales, económicos y territoriales y expresándose así en el territorio. Por su parte, Rofman (1974) deduce que el problema de las disparida­ des, expresión que él emplea para su explicación en la formación de la región o desigualdades regionales, implica una desigual distribución geográfica, lo que plantea un factor decisivo en este trabajo. Al hacer referencia de los elementos o factores del proceso de des­ igualdad en Amatepec, como objeto de estudio, autores como De

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Mattos (1993) y Rodríguez (1991) determinan que la desigualdad es una característica estructural de las sociedades. En la investigación se cons­ tató que entre las localidades del municipio se encuentran expresadas, las desigualdades, principalmente en los entornos social, económico y territorial a diferentes escalas y en diversos aspectos. Los desniveles de desarrollo que existen entre las localidades de Amatepec, se deducen debido a que los potenciales de desarrollo y bienestar se confron­ tan y se concentran solo en algunas zonas, lográndolas poner en desventaja frente al resto, y solamente en algunas se ofrecen mejores condiciones de vida a la población. Es allí cuando se habla de desigualdad intraregional, objeto de investigación aplicado al municipio de Amatepec. Las desigualdades intrarregionales en el municipio se encuentran carac­ terizadas por los fenómenos socioeconómicos, que se concentran en las doce localidades de estudio, son atributos que permitirán señalar y deter­ minar su desequilibrio regional, reflejado en las condiciones y bienestar social de la población residente del municipio. Son pues, los factores causales que se encuentran asociados con el proce­ so de desigualdad los que ofrecen una correlación positiva, es decir, una situación tiene impacto o influencia con otra: la distribución poblacional, la estructura ocupacional y la distancia entre las localidades. Por lo tanto, esta parte del análisis será dividida en términos de las dife­ rencias en ingreso, acceso a servicios como energía eléctrica, drenaje y agua entubada. Posteriormente, se dará paso al análisis en particular de cada uno de los entornos trabajados en la investigación. La intención es realizar una correlación entre estas variables para analizar cómo influyen entre sí, con la finalidad de establecer, por ejemplo, si el nivel educativo influye sobre el ingreso; si el ingreso y el nivel educativo influyen sobre el acceso a servicios y el tipo de vivienda que tiene la población. Todo lo cual dará una idea más detallada sobre lo que se ha dicho en términos teóricos, ya que la dimensión de una región se mide por ser el ámbito de una contradicción, cuestión que hace de Amatepec el lugar idóneo para establecer cómo las contradicciones, vistas a nivel de sus desigualdades internas, son elementos que hacen pensar en que existe una región no homogénea, sino integrada por sus propias desigualdades internas y que están realmente bien identificadas a nivel municipal a partir del tamaño de las distintas comunidades analizadas. a) Ingreso socioeconómico Con base en los datos presentados en el capítulo III, las localidades menores a 100 habitantes, registran ingresos de 0 a 2 salarios mínimos; en cambio, las que tienen entre 100 y 200 habitantes perciben de 1 a 2 salarios; reciben de 1 a 2 salarios las de 400 habitantes; de 2 a 5 salarios en las de aproximadamente 500 habitantes; en tanto, en las de 600 pobla­ dores se registran de 1 a 2. Igualmente, reciben de 2 a 5 salarios mínimos

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quienes residen en localidades de 700 habitantes; en las de 800 su ingreso oscila entre 1 y 2 salarios; y, finalmente, en los de más de 1000 habitantes perciben de 2 a 5. De estos datos de desprende que las localidades en donde la población ocupada se inserta en las actividades propias del sector primario son las que perciben de 1 a 2 salarios, en cambio las localidades en donde la población recibe de 2 a 5 salarios se ocupan en el sector terciario. Cerro del Campo

Como conclusión señalamos que; la presente investigación corrobora que los ingresos dependen de actividad en que la población se inserta y que para Amatepec, la población con actividades del sector tercia­ rio son las que presentan mayor número de habitantes, mismas que registran mejores salarios. b) Nivel educativo Como se aprecia en lo expuesto en el capítulo III, en las localidades cuya población supera los 300 habitantes, se encuentran jardines de niños y escuelas primarias. En las que tienen 400 pobladores se cuenta con escuelas secundarias. La educación media superior de las escuelas preparatorias, se imparte a nivel municipal en cinco planteles, instalados en localidades mayores a los 500 habitantes. Por lo que el equipamiento educativo se localiza, principalmente, en las localidades con mayor número de población, esto se interpreta con la relación a mayor población, mayor número de escuelas. c) Nivel de salud Se rescata de los capítulos II y III, que en el rubro sobre equipamiento de salud, sólo existe atención médica (centros de salud rurales concentra­ dos, unidades médicas, centros de salud dispersos, consultorios móviles) en localidades donde la población total sobrepasa los 400 habitantes, por lo que es prioritario atender este servicio. Específicamente, como lo establece el Programa de Desarrollo Regional correspondiente a la Región XII Tejupilco 2003-2005, el servicio de salud resulta prioritario en Amatepec cabecera y en Palmar Chico, que son las localidades con mayor número de habitantes en el municipio, a donde acuden quienes no cuentan con el servicio en su lugar de residencia. d) Distribución de servicios públicos en las viviendas Según el análisis realizado en el municipio ninguna localidad cuenta al 100% en cobertura de los servicios de drenaje, energía eléctrica y agua entubada, por lo que representa un reto para la dotación completa de los servicios públicos o básicos. Es evidente, según la información expuesta en el capítulo III, que Amatepec es la que cuenta con mayor número de viviendas dotadas cerca del 100% en los servicios públicos. Las localidades cuyos grados de marginación corresponden a los muy altos, según indicadores del COESPO, son aquellas cuyas viviendas

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en su mayoría carecen de los servicios básicos como drenaje, energía eléctrica y agua entubada. Aquellas cuyos grados de marginación son bajos tienen cobertura entre 70% y 80% de los servicios básicos en las viviendas. Otro factor importante que tiene que ver con la desigualdad intrarregional en el municipio de Amatepec, tiene que ver con factores sociales, de tal manera que a mayor número de habitantes corresponden mejores condi­ ciones de vida que las que registraron menos población. Es una excepción la cabecera municipal, pues reúne mayores características de bienestar, pero no es la más poblada del municipio, aunque sí es en donde la población re­ sidente presenta mejores condiciones de vida y percibe salarios más altos. Es aquí en donde se concentran los servicios públicos, el equipamiento educativo y de salud; donde residen las autoridades administrativas del municipio y, por ende, adquiere un destino de interdependencia con las localidades restantes del municipio. El factor desigualdad en Amatepec queda estrechamente vinculado con el problema de las disparidades regionales, lo que implica distribución geográfica de cada territorio. Para el municipio de Amatepec esta rela­ ción de desigualdad queda particularmente relacionada con la calidad de vida de la población residente del municipio. De ahí puede verse que los beneficios de las actividades económicas tienden a concentrarse en de­ terminadas regiones, en perjuicio de las demás. Es por ello que en esta investigación se destaca que la situación de las localidades de Amatepec que presentan esta condición de desigualdad por haber localidades que sobresalen en materia de dotación de servicios, percepción de salarios, condiciones de marginación, lo que conduce a que las localidades con­ tengan diferentes condiciones de bienestar. Cualesquiera que sean las causas de las disparidades regionales sus efectos se manifiestan de manera clara en la población, ya sea que se enfoque en términos sociales, económicos o territoriales. En general, en el municipio de Amatepec, se considera que las desigualdades intrarre­ gionales se concentran en solo algunas de sus localidades, situación que está confrontada con los resultados del diagnóstico consumado para el presente trabajo. Tomando en referencia a la escuela francesa y alemana, cabe destacar al autor Palacios (1993), que hace alusión a August Lösch, el cual pretende, a través de la llamada fricción de la distancia, que la interacción se da en distribución a los alcances de las actividades cercanas que tienden a contraer una equidad entre las funciones a desempeñar, prevalecen en las localidades situaciones de rezago y éste en condiciones de aislamiento, como fue percibido en el análisis sobre la situación de las localidades de estudio, en donde se obtuvo que localidades aledañas a la cabecera municipal cumplen con condiciones marginales en las formas de vida

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de la población, que las que se encuentran a una distancia mayor a la cabecera municipal. El análisis concluye con la interpretación y justificación de los tres factores del planteamiento de la hipótesis, que son: la distribución ocupacional, la estructura poblacional y la distancia entre las locali­ dades, factores que se asocian directamente y expresamente están en función de la desigualdades que se expresan a nivel intrarregional en el municipio de Amatepec. Palmar Chico

A continuación se expresa la justificación a estos tres factores, causa­ les de las desigualdades, que quedan corroboradas con información expuesta en los capítulos anteriores que forman el trabajo. e) Distribución poblacional Las localidades con el mayor número de población son las que tienen mayor percepción de salarios, viviendas con mayor número de ha­ bitantes y la mejor dotación de servicios públicos (energía eléctrica, agua entubada y drenaje); así como también, estas localidades tienen el mejor equipamiento en cuanto a educación (jardín de niños, escuela primaria, secundaria y preparatoria) y también buen nivel de equipa­ miento en materia de salud (centros de salud rurales concentrados, unidades médicas, centros de salud dispersos, consultorios móviles) y su economía se concentra en actividades terciarias. f) Estructura ocupacional Con el análisis de los anteriores capítulos se precisa la estructura ocupacional como un factor causal de las desigualdades, ya que de la interpretación de la información se puede inferir que la población que se encuentra inserta en las actividades terciarias percibe mayores salarios y residen en las localidades con mayor población. Por el con­ trario, las dedicadas a las actividades del sector primario son las que perciben menor salario. Aunado a esta situación, son las localidades con mayor salario las que presentan una mayor cobertura en la dotación de los servicios públi­ cos, por lo que en aquellas en donde la población percibe menores salarios la dotación de servicios en las viviendas son menores. La investigación establece que la población inserta en las actividades terciarias son las que tienen mayores grados de escolaridad. Por el contrario en localidades con niveles bajos de escoralidad, los pobla­ dores se encuentran insertos en las actividades primarias. La estructura ocupacional es un factor que se encuentra asociado a la desigualdad en las localidades del municipio de Amatepec, ya que la dinámica que expresa la población es una causa para que se establezcan condiciones de heterogeneidad en un territorio, se destaca una serie de

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contradicciones o desigualdades, cuyo efecto se expresa principalmente en la adquisición de servicios, equipamientos y percepción de salarios. g) Distancia entre localidades Con base en la información de los capítulos anteriores, en donde se mencio­ nan las características que presentan las vialidades del municipio, se puede determinar que la distancia es un factor que no influye directamente en la desigualdad y por lo tanto no se asocia a nivel intrarregional en Amatepec. Las localidades que se encuentran a menor distancia de la cabecera mu­ nicipal, que es considerada como la central del municipio con relación a la función administrativa que desempeña, son pues las que presentan menores condiciones de rezago; a diferencia de las más lejanas en dis­ tancia que cuentan con menor número de habitantes, menores salarios, los grados de escolaridad más bajos, la menor dotación de servicios e incluso la nula existencia de equipamientos de educación y salud. Aunado con el factor que determina la distancia entre las localidades, predominan las vialidades a nivel municipal, que son pavimentadas, por lo que el acceso a éstas no es una condición para que continúen en situa­ ciones de rezago. Por otra parte, según la Junta de Caminos del Estado de México, las condiciones que presentan las vialidades son buenas, pues en su mayoría son pavimentadas y de escasa carretera de terracería. Esto hace constatar que el acceso a las localidades no son un factor que impide o condiciona el aislamiento, ya que se cuenta con el servicio de transporte público para poder tener acceso. Esta investigación de desigualdad abre puertas para llegar a nuevas expli­ caciones, ya que toda afirmación que derive de cualquier proceso de com­ probación, permite tener nuevas herramientas para afirmar o para refutar la idea. Por lo que la discusión de ésta, queda abierta a nuevos estudios de corte regional para la toma de decisiones en cualquier territorio. 2. Conclusiones Tras dar cumplimiento a los primeros cuatro objetivos específicos que se fijaron para llevar a cabo la investigación, el presente trabajo culmina con la exposición de las conclusiones que se obtuvieron del análisis de desigualdad intrarregional en el municipio de Amatepec. Una primera afirmación es que el aporte del presente trabajo, en ninguna circunstancia puede ser aplicado para otro territorio o espacio con dis­ tintos contextos, ya que los resultados obtenidos son propios del objeto de estudio, que desde un inicio quedó comprendido por el municipio de Amatepec; en particular, por las doce localidades en discusión, las cuales son: Amatepec cabecera, Cerro del Campo, Palmar Chico, La Mora, El

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Malpaso, La Goleta, El Rancho, El Fresno, San Simón Zozocoltepec, Acatempan, Salitre Palmarillos y El Platanal. El trabajo esta orientado al análisis de las desigualdades intrarregiona­ les en Amatepec, cuyo supuesto hipotético demuestra deductivamen­ te cómo una serie de factores tales como: la distribución poblacional, la estructura ocupacional y la distancia entre localidades, representan elementos que se asocian y conducen a la formación y reproducción de la desigualdad intrarregional en la que se encuentra el municipio. La Goleta

Todos esos elementos confirman que en el municipio de Amatepec se dan condiciones de heterogeneidad en las formas de acceso a servi­ cios, percepción de salarios y localización de equipamiento educativo y de salud que repercuten en la calidad de vida de la población. Lo anterior expresa que la hipótesis general del trabajo representa un parámetro de cumplimiento de un 70 por ciento. Esta afirmación se sustenta en el procesamiento de información y la presentación de re­ sultados de la investigación realizada, en la cual dos factores, como la población y la estructura ocupacional, sí están directamente asociados al proceso de desigualdad territorial en el municipio estudiado. El 30% de no cumplimiento de la hipótesis tiene que ver con la dis­ tancia entre las localidades, la cual no influye como un agente directo en las desigualdades intrarregionales que se expresen en Amatepec. Por ello, esta investigación concluye con un aporte para el descubri­ miento de los factores que se encuentran asociados directamente con el proceso de desigualdad, por lo que su análisis y expresión tiene relación directa con el comportamiento espacial de indicadores de bienestar y con el tamaño y estructura de la población. Como ha podido verse desde el primer capítulo, los estudios regionales se encuentran en discusión, con característica de multidisciplinarios por ser de interés para distintas ciencias: economía, sociología, geo­ grafía, entre otras. Para la Planeación Territorial es objeto de estudio, pero esta disciplina no sólo se limita a estudiarlo, sino a demostrarlo y sobre todo a entenderlo. Es por ello que todo estudio que comprenda a la planeación es un instrumento necesario para el desarrollo, pero cuando el territorio enfrenta problemas de desigualdad expresada en la dotación de servicios y acceso a infraestructura, que son las condi­ ciones que dan nivel a la calidad de vida de una población, es necesario identificar qué es lo que consolida el proceso de desigualdad, es decir, cuáles son los factores que lo originan. Como el estudio regional es amplio, esta investigación sólo se ha limi­ tado a culminar un proceso dentro del nivel licenciatura, pero queda abierto a la crítica y a darle seguimiento en estudios futuros como un tema de investigación que puede ser trabajo en otro momento.

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3. Recomendaciones de la investigación Una vez terminada la investigación propuesta para este trabajo y de­ tectados los principales problemas que se presentan en el municipio de Amatepec, a continuación se mencionan una serie de recomendaciones que se deben considerar para incentivar y mejorar las condiciones de vida de la población. En el Plan de Desarrollo municipal debe considerar los factores que in­ ciden en la desigualdad al interior de su territorio, mismos que fueron ya expuestos en el documento de investigación, que permitió demostrar que aspectos como la distancia influye, de manera variable, sobre los procesos de desigualdad intrarregional y podría dejar su efecto negativo a medida que se atienden las condiciones en que las carreteras han sido construidas. En cambio, otro aspecto que influye decisivamente sobre la desigual­ dad en Amatepec tiene que ver con el tamaño poblacional, variable totalmente ligada a la distribución de los servicios públicos en el muni­ cipio, pero que no puede ser cambiada en cuanto a la redistribución de la población. Por lo que una sugerencia oportuna al respecto sería que el Ayuntamiento no atendiera solamente las necesidades de las locali­ dades con un criterio de distribución equitativa con independencia del tamaño de su población. Sin embargo, de todos los procesos investigados en este documento so­ bresale el hecho de que las distintas variables analizadas no son homogé­ neas en cuanto al orden de prioridad que el Ayuntamiento de Amatepec debe atender. Al respecto las variables más urgentes son la dotación de servicios pú­ blicos (agua entubada, drenaje y energía eléctrica), espacios educativos y de salud, aumento a la percepción de ingresos de la población y me­ jores carreteras al interior del municipio, las cuales se abordaron en la investigación y que urge sean atendidas para dar solución al problema de desigualdad existente en el territorio mencionado. Por todo lo anterior, cabría preguntar, ¿cuáles son los aspectos de mayor rezago en materia de indicadores? • • • •

Servicios básicos en la vivienda Servicios educativos Servicios de salud Ingresos socioeconómicos

Indiscutiblemente, mejorar las condiciones de vida en la que se encuen­ tra la población de Amatepec representa para el gobierno local, que debe asumir en coordinación con el gobierno estatal para lograr erradicar o, en todo caso, atenuar las desigualdades mencionadas.

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El ejercicio de la planeación permite anticipar el devenir de los acon­ tecimientos para delimitar aquellos alcances que se obtendrán y dejar en claro los recursos que se pueden obtener. Haciendo uso de esta herramienta se vinculan las acciones que se han de trazar para condu­ cir al municipio por el camino del bienestar para alcanzar los anhelos de la población por tener mejores oportunidades y calidad de vida. El enfoque primordial de las recomendaciones que surgen con la presente investigación, como una palanca real de desarrollo en el territorio comprendido por Amatepec, se concentra siguiendo las siguientes estrategias: • Tecnificar la producción agropecuaria y acuícola. • Introducir infraestructura hidroagrícola. • Desarrollar pastizales inducidos. • Incrementar la oferta de empleo e ingreso para la población. • Ampliar la cobertura del equipamiento educativo • Mejorar los servicios de salud. • Ampliar la cobertura de los servicios de agua, drenaje, energía eléctrica. • Mejorar la calidad de la vivienda. • Crear empleos con niveles de ingreso acordes a las necesidades económicas y sociales de la población. • Realizar el mantenimiento a las instalaciones educativas. • Construir, en coordinación con los gobiernos estatal y federal, instalaciones educativas del nivel medio superior y superior. • Promover la alfabetización y la conclusión de estudios para la po­ blación adulta. • Realizar el mantenimiento a la red de carreteras y caminos. • Pavimentar los caminos de terracería con mayor tránsito. • Promover el otorgamiento de créditos para construcción y mejora­ miento de la vivienda. • Construcción, rehabilitación y equipamiento de los centros de salud. • Realizar campañas de vacunación. • Promover la cultura de prevención de enfermedades. • Implementar la infraestructura necesaria para desarrollar una agri­ cultura intensiva, en el sistema de riego por goteo. • Implementar el uso de semillas mejoradas y de fertilizantes de tipo biodegradables con el fin de disminuir la contaminación de los recursos. • Capacitar a los productores. • Implementar infraestructura para desarrollar pastizales inducidos. • Modernizar instalaciones pecuarias • Mejorar la genética del ganado bovino y ovino. • Desarrollar proyectos pecuarios integrales. • Controlar las enfermedades del ganado. • Crear un programa de bacheo y de las vialidades y carreteras. • Incrementar la cobertura de los servicios públicos para satisfacer las necesidades de la población.

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La atención de estas áreas de oportunidad permitirá aprovechar la posi­ ción estratégica de Amatepec para generar amplio potencial de desarrollo en las zonas en condiciones con rezago social. Sin duda alguna, la palanca del desarrollo de un territorio comprendi­ do en un municipio se encuentra en el crecimiento económico, y a su lado debe estar presente la gestión para mejorar, los servicios públicos existentes, incorporar nuevos servicios e integrar al territorio que se en­ cuentra marginado mediante de vías de comunicación, incorporación a los programas de desarrollo y con la gestión fluida entre los niveles de gobierno y la estrecha relación con la población. Bibliografía Cardoso S., Alfredo (2000), Monografía Municipal de Amatepec, Gobierno del Estado de México/AMECROM/Instituto Mexiquense de Cultura. Celis, Francisco (1988), Análisis Regional, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales. Coraggio, José Luis (1994), Territorios en transición, crítica a la planificación Regional en América Latina, Toluca, UAEM. Cortés, Fernando (2002), Consideraciones sobre marginalidad, marginación, pobreza y desigual­ dad en la distribución del ingreso, en: revista Papeles de Población, Nueva Época, Año 8, Número 31, Enero-Marzo de 2002, México. Cuadrado R., Juan (et. al) (1998), Convergencia regional en España, Hechos, tendencias y perspectivas, Colección Económica Española, España. De Mattos, Carlos (1993), “Paradigmas, Modelos y Estructura en la Práctica Latinoa­ mericana de Planificación Regional”, en: Héctor Avila Sánchez (compilador), Lecturas de Análisis Regional en México y América Latina, Universidad Autónoma de Chapingo, México. El Colegio Mexiquense A. C. (2000), Programa de Desarrollo Regional para el Estado de México. Garrocho, Carlos (1992), Localización de servicios en la Planeación Urbana y Regional. Aspectos básicos y ejemplos de aplicación, El Colegio Mexiquense, A.C. Zinacantepec, Estado de México. Gobierno del Estado de México, (2000), Consejo Estatal de Población (COESPO). Hiernaux Nicolás, Daniel (1993), “En la búsqueda de un nuevo paradigma regional”, en: Héctor Ávila Sánchez (compilador), Lecturas de Análisis Regional en México y América Latina, Universidad Autónoma de Chapingo, México, Hiernaux Nicolás, Daniel (1995), “Desequilibrios estructurales y desigualdades regionales: alternativas para el territorio mexicano”, en: José Luis Calva (et. al). Desarrollo Regional y Urbano, Ediciones Juan Pablo, México. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (2000), Sistema para la Consulta de Información Censal (SCINCE). Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (2000), XII Censo General de Población y Vivienda del Estado de México. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (2000), Información de la Integración Territorial (ITER). Palacios, Juan José (1993), “El Concepto de Región”, en: Héctor Ávila Sánchez (compilador), Lecturas de Análisis Regional en México y América Latina, Universi­ dad Autónoma de Chapingo, México. Rodríguez Hernández, Francisco (1991), Desarrollo, desigualdades regionales y bienestar social, Estado de México. Bienestar y Territorio, Colegio Mexiquense, A.C. Zinacante­ pec, Estado de México. Rofman, Alejandro (1974), Desigualdades regionales y concentración económica. El caso Argentino, Ediciones Siap, Planteos, Buenos Aires, Argentina. Vargas Hernández, José Guadalupe (2005), “Desarrollo multinivel: implicaciones macro regionales, locales y micro regionales”, en: revista Quivera, Nueva Época. Año 7, Número 2005, Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados en Planeación Territorial de la Facultad de Planeación Urbana y Regional, Toluca, UAEM.

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Evaluación ambiental de un sistema de barrancas: Progreso Hidalgo, Estado de México Ma. del Rosario Canales Vega*

Resumen

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l resurgimiento de la preocupación por el impacto de las actividades del hombre en el ambiente durante la década de los sesenta, así como el agotamiento de los recursos de la tierra, han originado el estudio de dichos problemas y la propuesta de una evaluación ambiental en el sistema de barrancas, donde se ubica la localidad de Progreso Hidalgo, plantea el manejo adecuado de los recursos que se traduzca en un elemento que permita contribuir a mejorar las condiciones de vida de los pobladores. Uno de los conceptos básicos del estudio es la cultura, planteada desde un enfoque holístico, donde los componentes son estructural y funcionalmente interdependientes. Se puede afirmar que las políticas de desarrollo sustentable no siempre consideran la perspectiva cultural, sin embargo, por lo menos en el papel, se ha establecido la importancia de dicho concepto en el desarrollo sostenido.

Introducción La presente investigación se realizó en el Sistema de Barrancas, formado por el Río Calderón y el San Jerónimo, encontrándose al centro de dicho sistema la comunidad de Progreso Hidalgo, Estado de México. Esta región fue seleccionada al realizar una visita de campo para observar las condiciones en las que se encuentran las barrancas, así como el uso que hacen los pobladores de ellas. Se cuenta con elementos paisajísticos importantes, aunque la comunidad realiza un manejo empírico de los recursos, tanto de los que se encuentran al interior de las barrancas como los utilizados en la zona agrícola y el poblado. Los recorridos de campo se realizaron en el periodo comprendido del 15 de junio de 2004 al 15 de marzo de 2005, utilizando materiales cartográficos, fotografías aéreas, equipo de medición, así como cámara fotográfica y de video.

* Licenciada en Geografía y maestra en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y Mención Honorífica del Premio CEMAPEM 2007 “Dr. Gustavo Baz Prada”, participando en la temática Desarrollo local y municipal. Actualmente se desempeña como Coordinadora del departamento de Difusión Cultural y Profesora de asignatura en la Facultad de Turismo de la UAEM.

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El Sistema de Barrancas La Barranca de Calderón se encuentra en la zona sur del Estado de México, en los límites de Villa Guerrero e Ixtapan de la Sal, el Río Calderón es el límite municipal. La zona de estudio se encuentra entre las coordenadas 18°51’N y 18°48’N, de latitud y de longitud 99°38’W y 99°36’W. La localidad cuenta con una posición geográfica estratégica en relación a las cabeceras municipales de Villa Guerrero, Tenancingo y Zumpahuacan, la cual se ve favorecida por la disponibilidad de agua proveniente del volcán y suelo fértil y para la realización de actividades agrícolas y pecuarias. Además de ello, la región se encuentran en la zona de transición, que desde el punto de vista biogeográfico, divide al territorio del Estado de México en dos reinos. Precisamente entre estos dos reinos se localiza el ecotono con gran diversidad ecológica de acuerdo a las condiciones geológicas, edafológicas, climáticas y de vegetación presenta características que también hacen posible la diversidad tanto cultural como de los cultivos agrícolas con fines de subsistencia y comerciales. Desde el punto de vista político y administrativo, la comunidad se asienta en la parte sur del municipio de Villa Guerrero, pero de acuerdo a la tenencia de la tierra, pertenece al municipio de Ixtapán de la Sal, recibe el nombre de Ejido de Santa Ana Xochuca, ambos municipios pertenecientes al Estado de México. Progreso Hidalgo es una comunidad productora de fresa de importancia regional, porque ha sido la primera en dedicarse a esta actividad en el Estado de México. Esta comunidad fue seleccionada por sus características ambientales y por las condiciones de adaptación sociocultural generadas por sus pobladores para el manejo de los sistemas naturales de relieve: las mesetas, las barrancas y las zonas inundables, conformando una forma de organización social que parte de una economía agrícola al establecer una diversidad y combinación de cultivos con fines de autoconsumo (maíz, fríjol y verduras) y con cultivos que tienen como fin el comercio regional y nacional (fresa, gladiola, tomate, camote). Esta combinación de agricultura tradicional con moderna y el manejo de los recursos naturales permiten la subsistencia de la población y genera formas de colaboración e intercambio entre los pobladores de la comunidad y la región. La familia campesina es el elemento fundamental dentro de la comunidad, a partir de ello funciona el sistema productivo y el consumo, el manejo de los recursos naturales y los sistemas agrícolas en la comunidad. La escasez de dinero en determinadas épocas del año genera varias formas de organización de la fuerza de trabajo, el manejo de los sistemas agrícolas y los recursos naturales disponibles en el medio. El trabajo familiar, la fuerza de trabajo asalariada y el manejo de los recursos naturales permite a los pobladores de Progreso Hidalgo una

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subsistencia adecuada y la satisfacción de sus necesidades básicas durante el año; sin embargo, si no fuese por el conocimiento que los pobladores tienen de los recursos naturales (suelo, agua, vegetación, fauna y cultivos) y su manejo, no podrían subsistir; la recolección de flores, frutos, tallos, hojas, semillas, tubérculos; la pesca de ranas, mojarras, ajolotes y la cacería de algunas especies de herbívoros y aves que juega un papel fundamental. La comunidad se ha adaptado a las condiciones geográficas, ambientales, ecológicas y socioeconómicas gracias a la agricultura, el conocimiento y manejo de los recursos naturales disponibles. La sociedad empieza a reconocer en el ambiente un valor importante, por tanto se plantea la necesidad de rescatar un esquema de desarrollo equitativo, capaz de preservar y aprovechar los recursos de la naturaleza con la finalidad de mejorar las condiciones de bienestar de las comunidades locales. Tal es el caso de los pobladores que habitan en las zonas adyacentes a la Barranca, donde la evaluación ambiental sustentada en principios de una gestión participativa y efectiva de los pobladores, coadyuvará en el manejo de la diversidad biológica, agro ecológica y cultural teniendo como objeto terminal una concepción alternativa del desarrollo, proponiendo escenarios acordes con las características de la región, cabe destacar que fue seleccionada por la importancia ecológica que representa como zona de transición ecológica o ecotono, pues divide al territorio del Estado de México en dos reinos: 1) neotropical, localizado en la parte sur del Estado de México y 2) neártico, que se encuentra en la porción norte del territorio estatal (INEGI, 2002). La planificación esta orientada hacia actividades sostenibles del cuidado y manejo del territorio con la finalidad de lograr la conservación ecológica y el manejo de los componentes bióticos y abióticos en la región de la barranca. El reto radica en asegurar que el manejo de las barrancas no perjudique el estado actual de los recursos naturales, sino por el contrario, los preserven a través de la evaluación ambiental, estableciendo mecanismos de manejo favorable para el hábitat de las especies, así como el establecimiento de áreas propuestas a su decreto y conservación. Por parte de la Comisión Estatal de Parques Naturales y de la Fauna, existe la propuesta de declararla como área sujeta a conservación. Sin embargo, hasta el momento no se cuenta con ningún documento o acción que permita la protección de la zona, la cual cuenta con recursos naturales paisajisticos y una diversidad biológica importante, al encontrarse en la zona de transición (región mesoamericana), con un ecosistema de selva baja caducifolia, la cual no esta siendo aprovechada por los habitantes de las localidades cercanas y, por el contrario, es subutilizada como zona de potrero, practicándose el libre pastoreo, limitando la renovación del bosque y desplazando a la fauna silvestre de su hábitat natural. El estudio contempla el sistema de Barrancas que ocupa la localidad de Progreso Hidalgo, la cual es considerada rural y donde la actividad prin-

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cipal es la agricultura de riego con cultivos primordiales de fresa y maíz. Debido a las condiciones y al tipo de cultivo, el uso indiscriminado de fertilizantes es palpable en la zona, ya que a lo largo de los campos agrícolas se visualizan los envases de productos agroquímicos responsables de la contaminación del suelo y por residuos sólidos. Las barrancas que se encuentran en la zona han sido utilizadas como tiraderos de basura, lo que ha generado una contaminación directa por los lixiviados y su aporte directo al río, el cual, a su vez es, utilizado para la descarga de aguas residuales sin un manejo previo. Cabe señalar que a los pobladores de Progreso Hidalgo, las barrancas les sirven de resguardo alimenticio en la época en que no tienen dinero debido a los malos manejos de sus recursos (Juan, 2003). Por lo tanto es importante la valoración de los recursos con los que cuenta la región a fin de dar el mejor aprovechamiento y con ello poder diversificar las actividades productivas en beneficio de la población. Para la evaluación ambiental, fue necesaria la utilización de diversas metodologías relacionadas con el análisis territorial (unidades ambientales, unidades de gestión ambiental, valoración funcional de las zonas, tipología del territorio y niveles de protección, entre otros), sistemas de información geográfica, cartografía, fotointerpretación, el enfoque del marco lógico (EML) y la inclusión del marco teórico metodológico de la ecología cultural para el análisis de la variable cultural. Esto permitió conocer y evaluar las condiciones reales y actuales de la región y a la vez lograr un desarrollo endógeno ecológicamente sustentable, socialmente equitativo, regionalmente equilibrado y económicamente sostenible. La visión integral (enfoque holístico) de la planificación del territorio será de utilidad para asignar o fomentar en forma controlada los cambios directos de uso de las zonas del sistema de barrancas, de tal manera que los usos propuestos se realicen aprovechando la aptitud natural manteniendo el potencial y calidad del ambiente y satisfaciendo las expectativas mínimas de los habitantes de la región. Uno de los elementos básicos de la investigación fue el trabajo de campo, para el cual se elaboró un transecto y un perfil altitudinal con la localización geográfica, distancias recorridas, vías de acceso, relieve, altitudes, tipos de ecosistemas naturales, características de la vegetación, de los sistemas agrícolas y tipos de cultivos, lo que sirvió para conocer y describir las características fisiográficas de la zona. La región se delimitó mediante el análisis de elementos geográficos, espaciales, hidrológicos, ecológicos, agrícolas y socioculturales; básicos para delimitar regiones de estudio, las condiciones en las que se encuentra, el uso y manejo que tienen los recursos por parte de los pobladores, además de determinar las variables a considerar y observar la importancia que representa para los habitantes de Progreso Hidalgo.

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Los resultados obtenidos muestran un manejo adecuado de los recursos naturales de las barrancas por los pobladores de Progreso Hidalgo considerando que son utilizados en la época en la que los pobladores no cuentan con ingresos económicos provenientes de la actividad agrícola. Por otro lado, muchas de las costumbres y tradiciones de la comunidad y se basan en el uso de plantas, rocas, maderas, etc., que son extraídas tanto de las barrancas como de las laderas y cuerpos de agua que se encuentran en la localidad, con lo que definimos que la comunidad toma los elementos que encuentra en su medio y los incorpora a su cultura. Así mismo la región cuenta con una diversidad ecológica que debe ser manejada de acuerdo a sus características, ofreciendo otras alternativas económicas dentro de las que destaca la actividad turística y la forestal, que asegura la conservación de los recursos y la recuperación de las zonas que han sido dañadas, en equilibrio con la .generación de recursos económicos para los pobladores. Con base en lo anterior se puede concluir que la preservación del patrimonio natural y cultural debe hacerse compatible con el mantenimiento de la función socioeconómica, incluyendo el mejoramiento de la calidad de vida de los pobladores de la región. La gestión ambiental adecuada del territorio permite que espacios agrícolas, forestales, hídricos, paisajísticos, ecológicos y culturales se mantengan mediante la relación entre ambiente, sociedad, cultura, tecnología, demografía y recursos naturales (Steward;1959). Tipología y análisis territorial Una nueva acepción de desarrollo local implica, además del progreso productivo y la mejora en algunos indicadores de la calidad de vida de la población rural, el fortalecimiento de la sociedad civil y de la democracia, al afianzamiento de un sistema político local, el desarrollo territorial policéntrico, la conservación de los recursos naturales y el respeto por la diversidad cultural (Chiriboga y Plaza, 1993). Las corrientes principales que derivaron posteriormente son: desarrollo rural endógeno, desarrollo integrado y desarrollo con enfoque local. Las tres perspectivas se complementan y buscan como finalidad incrementar el bienestar de la población rural con base en los recursos humanos y materiales propios, se hace hincapié en la integración de todas las potencialidades de aprovechamiento de los recursos existentes en la zona, el sustento es el acceso equitativo a los medios de producción y a una más justa distribución de la renta. Estos enfoques en su perspectiva integrada, incluyen al sector agrícola, pero en esencia buscan la formulación de una política global que incluya aspectos de descentralización administrativa, organización de la población, ordenación del territorio y dotación de infraestructura y servicios; etcétera. En dichos enfoques sobresale la planificación y la ordenación del territorio como herramientas de prospectiva y organización del futuro

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territorio. Con ello, se pretende contribuir al progreso permanente de la comunidad local con criterios de equidad socio territorial, y acortar distancias entre áreas económicamente fuertes y otras desfavorecidas, así como a reducir las disparidades regionales y territoriales. Los modelos persiguen incrementar el bienestar social, la autonomía productiva, reforzamiento de la identidad colectiva, crecimiento y generación de empleo, conservación del medio natural y desarrollo cultural de la comunidad. Estos objetivos concilian con el enfoque de la sostenibilidad que abarca cuatro aspectos: ecológico, económico, social y territorial, que permite que el sistema mantenga sus principales características para su supervivencia a largo plazo. En el presente trabajo, se parte de que no existe un único modelo de desarrollo local, hay tantos modelos como experiencias, las que constituyen realidades autónomas que requieren de metodologías y criterios específicos para su estudio. La filosofía del desarrollo sostenible aporta elementos teóricos para el estudio del desarrollo local, los que se encuentran débilmente cohesionados con metodologías e instrumentos operativos. Por su parte, la planificación y el ordenamiento territorial aportan los elementos operativos para el estudio del desarrollo local; sin embargo, uno de los problemas que se ha identificado es la diversidad de enfoques, metodologías y criterios para el estudio de la realidad nacional, regional o local. En los últimos años se han generado propuestas para el estudio del desarrollo local, sin embargo, en las propuestas poco se han trabajado los aspectos económicos, sociales y culturales, dándoles mayor peso a los elementos biofísicos. Metodología propuesta El sistema de barrancas del río Calderón posee características especiales naturales, sociales, económicas y culturales, como se ha visto en capítulos anteriores. Para poder mantener esas condiciones y poder aprovechar de manera adecuada los recursos existentes en la zona de estudio, fue básico establecer un modelo que permita avanzar en el binomio conservación– desarrollo. Para ello, fue necesario realizar una revisión de diversas metodologías para adecuarlas al objetivo de la investigación. El primer paso fue establecer la Zonificación Ambiental (ZA). Posteriormente, se definieron cuatro modelos de idoneidad y potencialidad –constructiva, agropecuaria, forestal y turístico recreativa– considerando la valoración ambiental y funcional del territorio. El resultado permite por un lado, la protección de especies silvestres y sus hábitats; y una armónica distribución de las actividades socioeconómicas, su aprovechamiento racional y su regulación conforme a su capacidad. Los diferentes espacios naturales han sido tradicionalmente contemplados como una limitación al desarrollo socioeconómico. Sin embargo,

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en muchos casos la gestión tradicional del territorio ha permitido que espacios agrarios y forestales se mantengan, aún hoy, en una relación de comensalismo con el medio natural que los sustenta. Estas prácticas ancestrales o el retraso de la tecnificación de las actividades agrarias y forestales son las responsables de niveles medio altos de diversidad biológica, como es el caso del Sistema de Barrancas, objeto de este estudio. Pese a ello, las áreas naturales se ven amenazadas por fenómenos aparentemente contradictorios pero complementarios: la intensificación de las actividades agroforestales, el urbanismo, el uso recreativo incontrolado y el abandono del medio rural o la pérdida de vitalidad económica y demográfica están alterando los equilibrios seminaturales alcanzados por la gestión tradicional de agricultores, ganaderos y silvicultores. La ubicación del sistema de barrancas, involucra a la comunidad de Progreso Hidalgo, donde existe un aprovechamiento tradicional de los recursos naturales, tecnología, herramientas, actividades, etc. Por tanto, la propuesta de declarar el sistema de barrancas como una zona sujeta a conservación afectará los intereses de la población local, los cuales son los responsables de su estado actual de conservación. Por ello, la propuesta es hacer compatible la conservación del patrimonio natural con el mantenimiento de la función social, económica, cultural y la mejora de la calidad de vida de los pobladores del sistema. El trabajo considera la valoración del Sistema de Barrancas como importantes ambientes de desarrollo, en coherencia con las nuevas orientaciones de diversificación productiva y el aprovechamiento de potencialidades en el medio rural. Por tanto, la planificación está orientada a reducir la intensidad de las actividades, buscando o reorientando hacia aplicaciones sostenibles en el uso del territorio, a fin de restaurar y conservar ecosistemas naturales. El reto radicará en asegurar que los aprovechamientos socioeconómicos no perjudiquen el estado de conservación favorable de los hábitats y especies presentes en cada lugar. La reciente incorporación de las cuestiones socioeconómicas a la preocupación central de la conservación de la naturaleza ha conducido a considerar el bienestar de la población local, así como al reconocimiento y la valoración de una relación positiva entre aprovechamiento económico y el mantenimiento de sus valores naturales. Los planes de ordenación de recursos naturales o cualquier otro instrumento de ordenación y gestión deben considerar estos ambientes como centros difusores de nuevas estrategias de desarrollo. En ese orden de ideas, la declaración y correcta gestión del sistema de barrancas, puede ser un motor de desarrollo que permita su revitalización social y económica. Es evidente que el mantenimiento de la población, de las actividades económicas tradicionales y el fomento de otras nuevas compatibles con los objetivos de la conservación son fundamentales y viables en la zona de estudio con presencia humana tradicional.

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La metodología desarrollada, permite compatibilizar desarrollo y conservación en las barrancas. La primera acción fue realizar la valoración integral que permita conocer, por un lado, las áreas de mayor interés natural y, por otro, la potencialidad-idoneidad de los aprovechamientos actuales. Sin duda, este objetivo permitirá superar la visión de las barrancas como limitadores al desarrollo socioeconómico. Al mismo tiempo, esta metodología permite el mantenimiento del estado de conservación favorable de los hábitats y las especies a proteger. Además, ayudará a mantener las actividades socioeconómicas que sean compatibles y modificar las nocivas mediante una planificación integrada conforme al paradigma del desarrollo sostenible (DS). La metodología consta de cuatro etapas fundamentales, figura 1. El primer paso fue establecer una zonificación ambiental (ZA) que permita la conservación de la fauna y hábitats. A continuación, se estableció la valoración funcional del territorio (VFT), que permitió conocer las potencialidades del sistema de barrancas, para las principales actividades socioeconómicas. Posteriormente el cruce de la ZA con las actividades humanas potenciales mostrará, por un lado, las incompatibilidades con los objetivos de conservación; y, por otro, evaluará la viabilidad de los usos actuales para armonizar el doble objetivo de la conservación de la naturaleza y el desarrollo económico. Todo este proceso proporcionará información y una cartografía apropiada de especial interés para la toma de decisiones y la ordenación de las actividades socioeconómicas presentes y futuras. La zonificación del sistema de barrancas y su cartografía es un paso previo y que permitió visualizar alternativas que median entre la conservación con el desarrollo. Resultó primordial disponer de una información detallada y manejable de las condiciones biogeográficas, su calidad y su estado de conservación. La elaboración de un método cartográfico que permitió integrar los datos relativos a la flora y fauna fue crucial para su ordenación. La metodología busca, en primer lugar, la delimitación de unidades espaciales homogéneas que permitan identificar las áreas de mayor interés o establecer los niveles de protección. Con ello, asegurar la conservación de las características biofísicas, protegiendo las zonas de acuerdo a su valor natural, así como de las funciones desempeñadas por la fauna y flora silvestre, dentro de la comunidad. Dentro del proceso de evaluación ambiental resulta necesario identificar las áreas naturales con características relevantes y aquellas cuya preservación es justificable atendiendo a criterios de vegetación y fauna. La ZA permite que se tome en consideración y que se desarrolle en ellas una gestión correcta, articulada con otros tipos de usos del suelo. La delimitación de zonas homogéneas, detectando necesidades compartidas en cuanto a la gestión de recursos, constituye un paso fundamental para la propuesta de ordenación. La ZA permitió la localización y valoración de áreas conforme a la calidad biofísica. Por tanto, cada espacio de

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Figura 1 Diseño Metodológico

Zonificación Ambiental

Valoración funcional del territorio

Idoneidad y potencialidad del territorio

Evalución ambiental Zonificación ambiental Fuente: Romero Calcerrada (2002) y adecuación propia.

interés está geográficamente delimitado y es reconocido por su importancia conforme a los fines de la conservación; y, por ello, se considera que debería ser objeto de medidas de gestión y manejo tendientes a preservar esos atributos. Sin duda, la ZA proporcionó una medida y un valor de referencia. La ZA, es resultado del siguiente proceso, figura 2. 1. La definición de las áreas naturales homogéneas se realizará sobre la base de la consideración de un conjunto de indicadores que atienden a la biodiversidad, estado de conservación, el manejo por parte de la población, etc. Para el caso particular, que nos ocupa, se otorga algo más de valor a los biotopos vegetales al mostrar: por un lado, los espacios mejor conservados, de mayor interés o singularidad vegetal, etc; y por otro indicar, de manera indirecta, aquellos que reúnen mejores condiciones como sustento de la fauna o que son un buen indicador de las características ambientales del medio. 2. La ZA nos permitió asignar a cada zona el grado de protección más adecuado según sus valores naturales dependiendo de las características intrínsecas de cada una de ellas. La zonificación organiza el territorio en función del valor de los recursos encontrados en el sistema, con el fin de minimizar los impactos negativos y de asegurar un uso del espacio compatible con la conservación. Para hacer el mapa operativo se definieron tres categorías valor alto, valor medio y valor bajo. Las diferentes áreas definidas, representan aquellos espacios con un valor ambiental alto, con una mayor fragilidad y necesidad de conservación, hasta aquellos con un escaso interés para la

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Figura 2 Zonificación Ambiental Valoración de los biotopos vegetales Zonificación ambiental

Valoración de los biotopos faunísticos

Valor 5: Valor muy alto Valor 4: Valor alto Valor 3: Valor medio Valor 2: Valor bajo

Fuente: Romero Calcerrada (2002)

conservación. De esta forma se obtuvo la siguiente distribución territorial: espacios de alto valor donde predominarán los objetivos de conservación; otros donde se tenderá a mantener las actividades tradicionales; y por último, los susceptibles de soportar los usos de mayor impacto. Valoración Funcional del Territorio La Valoración Funcional del Territorio (VFT) consistió en hacer referencia a la utilidad del territorio desde el punto de vista del posible uso, es decir, el tipo de actividad que puede generar y las características de su aprovechamiento. Sin duda, con esta información se pueden mantener, e incluso regenerar o conservar sus características al asignar los usos según su aptitud, evitando que se dañen los recursos y previniendo la degradación o pérdida definitiva de sus cualidades. La VFT sólo es abordable con el desarrollo de metodologías cuantitativas y cualitativas apoyadas en cartografía para la ubicación espacial de sus características. Por otro lado, el uso cartográfico de la VFT permite ubicar en el espacio valores relativos al medio natural, social y económico en la planificación del territorio, de tal manera que ayuda a establecer un diagnóstico de las áreas que cumplen los criterios de sostenibilidad y aquéllas que deben mejorar. Identificándose la potencialidad del territorio para una serie de actividades socioeconómicas seleccionadas (soporte de edificaciones e infraestructuras, actividades agrícolas, forestales y turísticas), exponiendo una metodología para su valoración funcional. Por tanto, se valorarán las condiciones que ofrece el medio como sustento de las actividades de mayor proyección y las que proporcionarán mayores expectativas en el

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territorio según los expertos y la población local consultada. Considerando las siguientes potencialidades: a) b) c) d)

Potencialidad e idoneidad constructiva Evaluación agro–ecológica del terreno Evaluación de la aptitud forestal del terreno Valoración de los recursos turísticos–recreativos

Escenarios propuestos Los elementos hasta el momento descritos constituyen verdaderos sistemas con alto valor de atracción y un alto sentido estético según las nuevas tendencias de aprovechamiento de los recursos naturales y culturales. Los paisajes constituyen sistemas que integran conjuntos de condiciones ambientales distribuidas en un espacio y tiempo determinados. Sintetizan casi siempre a partir de las formas del relieve, las características de geología, clima, suelo, tipos de vegetación, hidrología y las actividades económicas como la agricultura y la ganadería, denominándolas como unidades y subunidades según la predominancia de sus atributos. En la comunidad el elemento importante es la agricultura, en sus modalidades de riego y de secano. Para el primer caso el cultivo de la fresa, gladiola y la asociación de fresa con maíz; para la segunda modalidad, el cultivo específico de diversas especies de maíz, además de las condiciones agrícolas se consideran los rasgos hidrográficos, el relieve, la vegetación y la situación de la comunidad en un ecotono. El paisaje en su mayor superficie corresponde a un sistema de mesetas con agricultura subtropical, que se encuentra entre 1 800 y 1 900 msnm y en menor proporción se encuentra un sistema de lomeríos con bosques tropicales caducifolios, que se presenta en los límites de las zonas agrícolas con las barrancas y cañadas. Estos dos elementos son también característicos en la región, y en una asociación importante con las mesetas, otorgan a la vista del visitante una imagen sin igual. Las áreas de cultivo, en las mesetas al igual que las porciones de llanura no cultivada, junto con las formas caprichosas formadas por las corrientes de agua, desde pequeños escurrimientos hasta las impresionantes cañadas y barrancas hacen de la región un lugar incomparable ya sea observando los planos generales desde los sitios más elevados, o específicos como es el caso del curso de las barrancas con sus acantilados o paredes verticales en ciertos sitios, regularmente angostos, aunque no faltan pequeñas porciones de mayor amplitud sobre todo en las áreas de confluencia de dos o más cauces.

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Cuadro 1 Escenarios propuestos y modalidad de uso Región

Idoneidad y Potencialidad

Construc- Agropetiva cuaria Lomeríos limitada alta Laderas limitada limitada Barrancas nula nula Fuente: Elaboración propia.

Forestal nula moderada limitada

Turísticarecreativa moderada alta alta

Uso y manejo alto moderado moderado

Existe una zona sujeta a conservación ecológica cuyo propósito en la región, está relacionado con uno de los objetivos propuestos por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN) que dice: “Mantener grandes áreas como muestras representativas de cada región biogeográfica importante del territorio en su estado inalterado, para asegurar la continuidad de los procesos evolutivos, incluyendo la emigración animal y el flujo genético”. En este sentido la zona sujeta a conservación es la Barranca de Calderón, localizada en el municipio de Ixtapán de la Sal, la cual forma parte del sistema de barrancas, mismas que, a pesar de lo abrupto del terreno, se puede apreciar las condiciones actuales en las que se encuentran, existiendo ya señales de la presencia del hombre, donde se distingue aún el agua cristalina en el fondo de la barrancas aunado a la diversidad ecológica que se observa, así como la tranquilidad y posibilidades de relajación y esparcimiento. Condiciones ambientales La agricultura es una de las actividades más importantes en la región y tiene una estrecha relación con las condiciones del ambiente. La agricultura comercial, por su propia naturaleza, utiliza grandes cantidades de agroquímicos que de manera directa e indirecta inciden en la calidad del ambiente. Por ejemplo, en las orillas de las parcelas, en las barrancas, en los canales y en los cuerpos de agua es común encontrar envases de estos productos, que sin ningún manejo son abandonados, consecuencia, sin duda, de la ignorancia de los habitantes o de la mala o nula información de los comerciantes y por ende provocan la contaminación del suelo y del agua, afectan la calidad estética del paisaje y posiblemente incidien en la salud de la población. Aunado a esa problemática, existen otros tipos de residuos sólidos en la comunidad y la región, tal es el caso de envolturas de plástico y papel, envases de metal y vidrio, animales domésticos muertos y residuos agrícolas. En algunas orillas de la comunidad debido a que no cuentan con ningún sistema de drenaje, se observan excrementos humanos que son retirados de las casas mediante tuberías de corta

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longitud. A esto hay que agregar el excremento de animales domésticos y la incineración de residuos sólidos -orgánicos e inorgánicos- que en conjunto provocan olores desagradables en determinadas horas del día (trabajo de campo, 2004 y 2005). La vegetación natural de la región ha sido afectada en forma significativa por la influencia del pastoreo, las quemas no controladas, la tala selectiva de algunas especies y el hecho de que algunos ejidatarios tratan de incrementar la superficie limítrofe de sus parcelas, abriendo nuevos espacios naturales para el pastoreo y para el cultivo de especies agrícolas. Muchos pobladores cortan árboles que son utilizados para la construcción de casas, para hacer postes, como combustible y para elaborar herramientas agrícolas; en fin, la población hace uso de los materiales que la naturaleza le brinda sin percatarse de los consecuentes perjuicios que los hechos le traen consigo. Es importante destacar, que la problemática ambiental que se ha referido y no es exclusiva de las áreas habitadas o de las zonas de cultivo, y eso es lo preocupante, a pesar de la distancia y su relativa incomunicación, producto de la falta de accesibilidad, las barrancas también registran serios problemas que evidentemente requieren de atención, según los distintos recorridos de campo, entre los que más destacan, está el exceso de residuos como envases y bolsas de plástico, productos múltiples de unicel y latas; todas ellas de distintos tamaños y en diferentes proporciones, con ligero predominio en las áreas más accesibles, aunque cabe aclarar que en la época de lluvias, las propias corrientes arrastran los materiales, incluso a las áreas más alejadas de las barrancas, por lo que se requiere impulsar acciones a favor de la conciencia ciudadana para evitar o, al menos, disminuir esta problemática, la cual no se puede adjudicar sólo a los pobladores de las comunidades cercanas o de Progreso Hidalgo, ya que la corriente lleva aguas abajo residuos que provienen de la parte alta de la cuenca. También es conveniente señalar que los pobladores de Progreso Hidalgo hacen uso de los recursos que se encuentran en las barrancas, como la madera, que utilizan en la construcción o en la elaboración de herramientas de trabajo; la extracción de diferentes elementos: rocas, algunas epifitas, carrizos, palmas, heno, utilizados de manera indistinta, entre los que destacan la elaboración de nacimientos en la época decembrina. Recursos naturales Un recurso es cualquier elemento biótico o abiótico que obtenemos del ambiente para satisfacer nuestras necesidades y deseos. Los recursos pueden ser clasificados como tangibles (materiales) o intangibles (no materiales). De acuerdo con los planteamientos de Miller un recurso material o tangible es aquél cuya cantidad puede medirse y cuyo abastecimiento es limitado. Un recurso no material, o intangible, es aquél cuya cantidad no puede ser medida. Algunos recursos materiales están

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disponibles directamente para su uso. Son ejemplo el aire puro, el agua pura de corrientes y lagos, el suelo fértil y las plantas comestibles que crecen naturalmente. Aunque al respecto, en la actualidad habría que valorar el hecho de las expresiones como “aire puro o agua pura”, toda vez son más difíciles de encontrar. Por otra parte, el propio autor refiere que la mayoría de los recursos materiales, como el petróleo, el hierro, el agua freática y los cultivos modernos, no están disponibles directamente. Llegan a ser recursos sólo cuando usamos nuestro ingenio para hacerlos disponibles a precios accesibles (Miller; 1994). No cabe duda que el estudio de los recursos es diverso y depende de estudios o investigaciones y el enfoque de que se trate. Se cuenta con distintas clasificaciones relacionadas con su abundancia, presencia, pertenencia, origen, regeneración, utilización, localización, medio, administración, etc. Para el caso del sistema de barrancas los recursos existentes se pueden estudiar y analizar de acuerdo al uso y manejo de los pobladores. En materia de recursos naturales se aprecia una enorme diversidad, que es utilizada por las comunidades para satisfacer sus necesidades. En este caso se puede mencionar el suelo fértil utilizado en la actividad agrícola con cultivos de secano destinados al autoabasto y la agricultura comercial, además del establecimiento de invernaderos para la producción de flores y legumbres. El agua se encuentra en ríos, arroyos, escurrimientos superficiales, presas, bordos, estanques, canales, sanjones naturales y zonas inundables; pero dónde están? y ¿cómo están? El vital líquido, también se almacena mediante redes de conducción y redes de distribución (canales) en distintas áreas de la comunidad. Los usos que se le dan a este recurso están relacionados con las necesidades de los habitantes entre las que destaca la alimentación, el uso doméstico, la práctica de riego en la agricultura de cultivos comerciales y el cultivo de especies acuáticas. En zonas tanto terrestres como acuáticas, existen diversas especies de plantas silvestres que son utilizadas por los habitantes en la preparación de alimentos, para la construcción de viviendas, como combustible, como forraje para los animales domésticos, para el tratamiento y curación de enfermedades, con fines ceremoniales y rituales. Como ejemplo, se cita al pericón (Tagetes florida) (uso ceremonial y como condimento), planta herbácea, con las hojas y flores amarillas forman una cruz; que es colocada durante las primeras horas de la noche del día 28 de septiembre en las puertas de las casas, en la parte anterior de los vehículos y en el centro de los cultivos con fines de protección. La presencia de plantas domésticas en espacios y solares de las casas es importante, son utilizadas por los habitantes con fines de alimentación, ornamentales, estéticos, medicinales y de protección. Ejemplos de estas

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especies son los árboles de limón y ciruelo, así como rosas, geranios, hierbabuena, ajenjo, cedro, colorín, eucalipto y casuarina. En los terrenos ejidales y de propiedad privada se encuentran diversas especies agrícolas, hortícolas, florícolas y frutícolas como maíz, fríjol, cebolla, calabaza, gladiolos de diversos colores, crisantemos, aguacate y guayaba. Los animales silvestres, pertenecientes a los grupos de mamíferos, reptiles, aves, peces, anfibios e insectos son utilizados por las familias como complemento en su alimentación. Entre los mamíferos silvestres, se aprovechan el zorrillo y el coyote con fines medicinales, pues se les atribuyen ciertas propiedades curativas para el tratamiento de enfermedades. El venado cola blanca, cada vez más escaso, es cazado por el sabor de su carne. Entre los reptiles un recurso para los pobladores es la víbora de cascabel, cuya carne es considerada con propiedades para el tratamiento de enfermedades como el cáncer, mermando así, el número de individuos de esta especie. Entre las aves existe enorme variedad de especies consideradas útiles, desde los pequeños colibríes hasta los grandes zopilotes. Algunas familias capturan y cazan especies como la paloma arroyera, gallina silvestre, codorniz y güilota; animales que son utilizados para complementar la alimentación, principalmente durante la época de escaso trabajo en las comunidades. En los cuerpos de agua las especies que capturan y siembran los pobladores son mojarras y carpas. La captura se puede hacer con distintas técnicas, las más utilizadas en la comunidad son: a) arrastre de hilo, b) atarraya, c) caña y anzuelo y d) punzón. Este último consta de un otate o madero de aproximadamente un metro de longitud con una aguja en la punta. El periodo de pesca comprende principalmente de noviembre a abril, aunque se pesca durante todo el año. Prefieren pescar mojarras por su tamaño y por no tener tantas espinas en comparación con la carpa. En el mismo ambiente acuático también se capturan ranas y ajolotes. Las cuatro especies son utilizadas en la alimentación, principalmente en los días de cuaresma y en los meses de escasez de trabajo y de dinero. En menor proporción se capturan cangrejos de río (crustáceos), especie utilizada para fines medicinales. Es importante mencionar que la captura y caza de especies animales, ya sea con fines alimentarios o medicinales, también se realiza como recreación o deporte, principalmente en las barrancas y ríos. Los recursos naturales utilizados por los pobladores de Progreso Hidalgo son fundamentales en la época donde el dinero es escaso y cuando la agricultura no produce ni comida ni dinero. Esto ocurre cada año, entre los meses de julio y noviembre. En las diferentes unidades edáficas existen diversos tipos de vegetación constituida por pastizales inducidos, bosque de pino-encino y selva baja caducifolia. Su uso es fundamentalmente forestal. En la región se les encuentra principalmente en las pendientes pronunciadas de los terrenos

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y en las barrancas, por consecuencia su uso es limitado. Además de la limitante restrictiva para su uso y manejo que representa la profundidad, también está la pendiente donde se encuentran (mayores de 15%), así como la pedregosidad y los afloramientos rocosos superficiales. El PH oscila de ácido a ligeramente alcalino, pueden variar desde pobres hasta ricos en materia orgánica y de color claro a oscuro, para el caso de la región son grisáceos, cafés y negros. En términos generales son suelos con buen drenaje, propios de características derivadas de la roca madre que los ha originado, que pueden ser ígneas o metamórficas. Las observaciones del trabajo de campo, realizadas en los terrenos de cultivo y los comentarios de los agricultores en relación con las características del suelo, coinciden con la información de las fuentes como la Síntesis Geográfica del Estado de México y su Anexo Cartográfico, refiriendo que el suelo de la región es barro negro, pegajoso y chicloso “muy bueno” para cultivar especies de fresa, pepino, calabaza, tomate, frijol y gladiola. Si bien es cierto que todas estas especies pueden ser cultivadas, no cabe duda que la fresa ha sido hasta el momento la de mayor importancia, no sólo por el volumen de producción y el personal ocupado, sino también por el tiempo que tiene de producirlo y todas las relaciones de mercado que implica, incluso que ha derivado.

Discusión teórica La presente investigación se ha enfocado a hacer la evaluación ambiental del sistema de barrancas del río Calderón, el manejo de los recursos existentes en esos ambientes, su relación con los sistemas agrícolas y la organización social de los pobladores. Las barrancas son ambientes naturales donde los pobladores usan y manejan distintos recursos agrícolas y naturales a lo largo del año. La economía campesina de Progreso Hidalgo es resultado de una adaptación sociocultural a través de varios componentes que incluyen: una agricultura con cultivos de riego cuyos productos se destinan al comercio supralocal; una agricultura con cultivos de secano destinados al autoabasto familiar; la recolección de plantas silvestres en las barrancas, las orillas de bordos y canales, las laderas, las zonas de cultivo y las tierras de uso común, también la captura de animales comestibles, tanto terrestres como acuáticos. El manejo del sistema de barrancas y su hinterland debe entenderse dentro de un ciclo anual y con relación a los sistemas agrícolas, la organización social de las familias y los componentes culturales. El ciclo agrícola inicia en junio con la preparación de los terrenos de riego y del maíz (secano). Los campesinos carecen de recursos monetarios y para sobrevivir recurren a la recolección (en este momento los recursos

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naturales existentes en las barrancas son importantes para las familias, no significa que solamente sean importantes en estos meses, sino que su uso es más intensivo); otros migran para trabajar fuera de la comunidad, a veces de la entidad, para conseguir dinero. Entre junio y septiembre, con la estación lluviosa, hay poca actividad agrícola, la economía se mantiene en un ritmo muy bajo, al mismo tiempo se acentúa la recolección de plantas y la captura de animales comestibles (nuevamente los recursos de las barrancas se vuelven importantes). Como en este periodo del ciclo agrícola no hay dinero para pagar salarios a los peones, los campesinos inician la macoa, un tipo de ayuda mutua donde el trabajo se realiza sin pago monetario, pero que posteriormente será devuelto. A finales de agosto y principios de septiembre comienza la siembra de estolones de fresa y se hace un segundo deshierbe al maíz. La carencia de dinero continúa, pero el campesino requiere de recursos para pagar peones, comprar plantas y adquirir agroquímicos, por lo que se inician las peticiones de préstamos monetarios que tienen altos intereses. También se hace uso de la macoa. Nuevamente las barrancas son importantes para la subsistencia de las familias y el establecimiento de cultivos comerciales. La alimentación de los pobladores se basa en tortillas, frijoles y salsa, se ve complementada con los primeros elotes, quelites, verdolagas y flores de calabaza. Disminuye la actividad recolectora en las barrancas aunque continúa la captura de animales comestibles (en este periodo los recursos renovables de las barrancas se recuperan para volver a ser utilizados el próximo ciclo agrícola). A partir de septiembre, se reparan los ranchos, escardan y deshierban los cultivos de fresa, se aplican fertilizantes y plaguicidas, se construyen trojes y se organiza la macoa, para la cosecha de maíz que tendrá lugar al siguiente mes. También se inicia la siembra de gladiola, flor de terciopelo y camote, que llegarán a su maduración para las fiestas dedicadas a los muertos y que serán vendidas en el mercado. Octubre y noviembre se destinan a la cosecha de maíz, a su clasificación, limpieza, desgranado y almacenaje. También se hace el primer corte de fresa, que permite iniciar el ahorro para el pago de prestamos en agosto. Se organizan las familias para aplicar los riegos y agroquímicos a los cultivos de fresa, cosechar los frutos y comercializarlos. Los terrenos de la parcela donde se establecieron cultivos de secano entran en descanso. Entre noviembre y mayo se realizan los cortes de fresa, hay dinero y mucha dinámica comercial y demográfica en la comunidad y la región. Se participa en las fiestas de la región y del pueblo, en las peregrinaciones, en las fiestas de la familia y en eventos sociales. En este período la recolección y la captura de animales silvestres en el sistema de barrancas y sus ambientes no es una necesidad , como lo muestra la grafica 1 (continúa el periodo de recuperación de los recursos naturales renovables), se modifica el sistema alimentario que abunda en productos industriales y que son adquiridos en las tiendas de la comunidad.

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Gráfica 1 Dinámica de la actividad agrícola y el uso de los recursos naturales en el sistema de barrancas

Fuente: Elaboración propia, con base en trabajo de campo.

Como se muestra en la gráfica anterior, las actividades agrícolas, la disponibilidad de dinero en las familias, la dieta alimenticia y, como consecuencia, el manejo del ambiente de las barrancas se relaciona estrechamente con las condiciones ambientales, principalmente durante el periodo de lluvias, donde las barrancas cobran importancia, al momento en que los pobladores extraen los recursos para satisfacer las diferentes necesidades de la comunidad. En los meses de diciembre a mayo, las condiciones cambian totalmente debido al manejo de los recursos económicos generados por la actividad agrícola, donde las necesidades son abastecidas por elementos no propios de la comunidad, y los recursos utilizados durante el periodo de poca actividad agrícola, se renuevan evitando con ello, su deterioro. Lo importante de este ciclo anual es que combina elementos y recursos tanto de la actividad agrocomercial y de autoabasto como del conocimiento de la naturaleza y de los recursos que puede aportarles. Estos tres componentes son fundamentales porque la agricultura convencional por sí misma es insuficiente para alimentar y pagar el costo de reproducción de las familias campesinas durante todo el año. La agricultura tradicional y el manejo de los recursos naturales de las barrancas subsidian la agricultura comercial (aquí es importante, hacer notar como los recursos naturales existentes en las barrancas favorecen la práctica de diversos cultivos comerciales, pues sin este apoyo, la agricultura no proporcionaría ganancias a los campesinos. Sin la recolección de plantas silvestres y la captura de animales comestibles las familias de Progreso Hidalgo no podrían subsistir exitosamente. Esta combinación de actividades y organización de las familias es factible porque existen ambientes utilizables (barrancas, laderas, cuerpos de agua) por los campesinos.

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Gráfica 2 Uso de los ambientes del sistema de barrancas

Fuente: Elaboración propia, con base en trabajo de campo.

Es importante considerar que en el marco de la economía globalizada y ante las presiones del medio urbano, las áreas rurales están siendo nuevamente objeto de consumo mediante distintas prácticas; primero por su valor histórico y cultural, segundo por su calidad estética del paisaje y después por la tranquilidad y seguridad que ofrece, factores que, de manera independiente o interrelacionada, motivan el desplazamiento de la población urbana haciendo distintos tipos de escala, que van desde las visitas de paso, hasta el establecimiento de segundas residencias, pasando por toda una serie de alternativas. Por ello, es de suma importancia reconsiderar el alto valor del medio rural en el marco del mundo globalizado, mediante la práctica turística. Derivado de lo anterior, el medio rural y en este caso Progreso Hidalgo, puede ofrecer desde sus actividades tradicionales; como la producción de flor, fresa y maíz, hasta las actividades alternativas como la cabalgata, caminata, senderismo, entre muchas otras, con visitantes tanto locales como grupos foráneos cada vez más numerosos, que sin lugar a dudas, pueden transformar y alterar dichos espacios. Sin embargo, haciendo un balance de los beneficios derivados de la adecuada combinación entre las actividades tradicionales con las de tipo alternativo, es fundamental impulsar la práctica de la actividad turística como una función complementaria del uso tradicional del espacio a través de un sistema de planificación integrado en beneficio de la comunidad y del propio visitante. Según lo observado en el trabajo de campo, además de la investigación bibliográfica, el área rural ha estado sujeta a la buena voluntad de sus pobladores para estimular su propio desarrollo, ya que existen limitaciones significativas entre las que destacan la inaccesibilidad al sistema de créditos oportunos y acordes a sus necesidades específicas, no se dispone del asesoramiento necesario que permitiría desarrollar un sistema productivo mucho más dinámico y eficiente, entre otras. No cabe duda que la actividad turística y especialmente el turismo rural, puede ser una estrategia adecuada que sustente el proceso de reconversión

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productiva y que vincule tanto oferta como demanda en la propia comunidad; sin embargo, para ello se requiere de una verdadera planificación integral. Es urgente aprovechar y potenciar el dinamismo que posee la comunidad de Progreso Hidalgo, además de su alta disposición al trabajo colectivo y de ser necesario incorporar a otros grupos y organizaciones locales al proceso productivo que ha marcado la pauta del desarrollo comunitario o buscar y consolidar otras formas de cooperación para garantizar una mayor rentabilidad en volumen, calidad y tiempo, a fin de acortar los periodos de vacío, sin dinero y sin trabajo que se registran en la comunidad y se traducen en expulsión de la población en determinadas épocas del año. Ante la crisis que enfrenta el medio rural, urge reconsiderar las políticas y estrategias de impulso que hasta el momento se han implementado, ya que no han logrado incidir de manera significativa ni mejorar la calidad de vida de las personas se requiere no solo diversificar la actividad agrícola, como se hace en Progreso Hidalgo, sino de una verdadera diversificación económica que responda y de sentido a las demandas locales, pero sobre todo que rescate, valore y potencialice los recursos y valores propios de la comunidad.

Conclusiones Dentro de cualquier proyecto, ya sea de investigación o productivo, uno de los elementos importantes lo constituye la población, ya que de acuerdo a Cernea (1995) la gente hace una reflexión de los diferentes proyectos en los cuales la población ha sido el detonante para que se lleven a cabo o no, y en el caso de la comunidad de Progreso Hidalgo ha demostrado, a lo largo de su historia, la importancia que la población tiene para la obtención de ayuda, así mismo la organización social hace que la propuesta del manejo de sus recursos se pueda desarrollar. Soslayando de manera importante la cohesión social y los niveles de confianza que existe entre la población del lugar; aspectos fundamentales en el desarrollo local. La organización social parte de una economía agrícola, al establecer una diversidad y combinación de cultivos con fines de autoconsumo y con cultivos que tienen como fin terminal el comercio regional y nacional. Esta combinación de agricultura tradicional con convencional (comercial) así como la recolección de plantas y captura de animales, permite la subsistencia de los pobladores y genera formas de colaboración e intercambio entre las familias del ejido. Elementos muy importantes en la cultura alimenticia y en la cohesión social. El espacio del sistema de barrancas está conformado por un conjunto de elementos naturales (clima, suelo, agua, relieve, vegetación y fauna), con importancia científica y educativa: paisaje, biodiversidad, microclimas, recursos, agrodiversidad, entre otros factores; que en forma progresiva

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y constante están siendo modelados y transformados por sus habitantes a consecuencia de la interacción entre los grupos humanos y ese sistema físico-biológico, el cual no es estático, sino por el contrario se dinamiza cada vez más. El resultado de esa interrelación produce el espacio geográfico que, ha sido modificado a través del tiempo y donde es necesario llevar a cabo una serie de estrategias que permitan potencializar el uso y manejo de los recursos, así como fortalecer una relación hombrenaturaleza-cultura, que de manera armónica brinde beneficios comunes a la sociedad, su cultura y su medio, potencializando su importancia ecológica, cultural, alimentaría y económica. Debido a ello, el análisis del territorio nos permite realizar un estudio espacial de forma integral, ya que en él se visualizan los distintos procesos de la dinámica socioeconómica y el impacto de las políticas de desarrollo, identificando los procesos de transformación tecnológica y los resultados económicos de las actividades productivas. Las barrancas constituyen ambientes importantes y no sólo se les debe considerar como tierras inhóspitas, ya que en el caso del sistema de barrancas, además de ser un espacio que alberga un sin número de ecosistemas, pero además, es un resguardo alimenticio para los pobladores de Progreso Hidalgo en la época de escasez de dinero, lo que les permite que exista un manejo y cuidado de los recursos con los que cuenta las barrancas. Asimismo, permiten la diversificación de actividades económicas, concretamente turísticas-recreativas, las cuales se pueden desarrollar en los diferentes escenarios identificados. Específicamente en la comunidad de Progreso Hidalgo se desarrolla principalmente la actividad agrícola en sus dos modalidades de temporal, donde los productos extraídos de ella son destinados para el autoconsumo familiar y por otro lado la agricultura de riego, que se desarrolla de una manera intensiva teniendo a la vez dos o tres cultivos en una sola parcela, con la finalidad de aprovechar al máximo los recursos y cuya producción es destinada a la comercialización. Además de ello, el manejo que hacen de las barrancas para extraer alimentos y material para la elaboración de implementos y herramientas de trabajo ponen de manifiesto la interrelación que existe entre estos componentes, donde cada uno juega un papel importante, distinguiéndose una serie de lazos o relaciones que permiten la existencia de cada uno de ellos y si uno es afectado, como consecuencia se afectará otro. Es por ello que de su conservación y manejo adecuado depende el desarrollo económico, social, cultural y ambiental del sistema de barrancas. El modo campesino de producción, que combina la agricultura tradicional con la convencional, permite el fenómeno de inmigración hacia el ejido; es decir, genera fuentes de trabajo estacional. El modelo no expulsa fuerza de trabajo y en sus momentos de escasez monetaria se articula con el manejo del ambiente natural.

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La agricultura convencional llega al ejido con el establecimiento de cultivos comerciales y se ha extendido a todas las parcelas, produciendo una dependencia de mercado. Esto se observa en la adquisición de vehículos automotrices, bombas para conducción de agua, instalación de sistemas de riego por goteo, compra de agroquímicos, construcción de viviendas con materiales modernos y establecimiento de nuevas plantaciones con fines comerciales. Es importante señalar que en casos como este, donde los campesinos quieren pasar de una agricultura tradicional a una convencional -que no es sustentable- y no existen subsidios económicos de instituciones estatales o federales, la inversión es realizada por los propios productores. La ecología cultural proporcionó los elementos teóricos y metodológicos que facilitaron la comprensión de la importancia del sistema de barrancas desde una visión holística, teniendo presente las relaciones existentes entre los componentes del ambiente natural, la sociedad y la cultura; elementos que no deben analizarse de manera independiente cuando se realizan investigaciones de elementos tan complejos como el ambiente. De la misma forma, la ecología cultural es una herramienta cuyos conocimientos derivan de materiales empíricos, con un marco teórico que permite la comparación intercultural a través de los niveles de integración sociocultural (González; 1997:182). Estos niveles permitieron ubicar al sistema de barrancas dentro de un contexto complejo, en donde cada uno de los niveles cumple una función específica que, por la misma lógica del sistema, se encuentran interrelacionados, afectando sus condiciones ambientales y generando una serie de problemas, que afectan al propio sistema. Asimismo, se identificaron las relaciones que tiene la comunidad de Progreso Hidalgo y su ambiente, a partir de un conocimiento empírico, generando ellos mismos una serie de estrategias adaptativas que permiten el uso y manejo de los recursos. Las campesinos de Progreso Hidalgo hacen un manejo racional de los diferentes recursos encontrados dentro del sistema de barrancas, propiciando un alto grado de conservación, sin embargo, es necesario consolidar una serie de estrategias para fomentar el uso y manejo adecuado de los recursos debido a que se empiezan a visualizar diferentes acciones (como la reforestación en la zona de laderas con árboles de cedro), que pueden llegar a dañar algunos de los componentes del sistema y con ello generar problemas ambientales a futuro. La relación sociedad-naturaleza, es el elementos básico dentro de los estudios ambientales, ya que al partir de ahí conocemos las características y condiciones sobre cómo el hombre actúa y se relaciona con su espacio geográfico, las consecuencias de dicha interacción y por su puesto, lograr que se realice de una manera armónica, evitando con ello tanto el deterioro ambiental como la generación de impactos sociales, y económicos. Debido a las condiciones que presenta la comunidad de

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Progreso Hidalgo, es posible, lograr que esa relación se de en equilibrio, sin embargo, es necesario realizar acciones que permitan lograr el objetivo, definiendo las condiciones y características de las actividades desarrolladas en el sistema de barrancas. Es claro que el origen de los habitantes y sus limitaciones históricas han motivado el aprovechamiento racional de los recursos y la multifuncionalidad de la familia campesina en Progreso Hidalgo, como una estrategia de sobrevivencia en regiones relativamente pobres, sin embargo, no es sólo su pasado histórico común sino el reciente proceso de articulación o “cohesión social” que se va fortalecido paulatinamente, como consecuencia de los diferentes factores sociales, culturales y ambientales que le imprimen un sello característico a la zona de estudio. Un estudio de ciencias ambientales tiene diversas aristas y es necesario abordar cada una de ellas y para ser estudiadas de manera integral, y no solamente generar estudios parciales de una realidad compleja. Asimismo, otro de los aspectos necesarios son los estudios diacrónicos, ya que con ellos se definen muchas de las características actuales que presentan los diferentes territorios a estudiar. Finalmente, es conveniente señalar que esta evaluación ambiental permitió conocer que el sistema de barrancas cuenta con elementos físicos, naturales, socioeconómicos y culturales, únicos en su tipo. Sin embargo, no es suficiente la disposición de la gente y la disponibilidad de recursos para su óptimo aprovechamiento, aunque si bien es cierto se realiza de manera empírica y se realiza bien, lo que ha hecho posible la conservación de los recursos existentes en la zona; a pesar de ello, hace falta en la región apoyo técnico y financiero, así como orientación y capacitación a los pobladores de Progreso Hidalgo, para fortalecer y manejar sus recursos a fin de diseñar, de manera conjunta, estrategias encaminadas a lograr el desarrollo local sin el consecuente deterioro de sus recursos.

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Crecimiento económico y deterioro ambiental de las localidades del Parque Nacional Nevado de Toluca Miriam Juárez Vega* Introducción

P

ara elaborar el presente estudio fue necesario recopilar información que hablara sobre el tema de crecimiento económico y deterioro ambiental de las localidades del Parque Nacional Nevado de Toluca (PNNT). Sin embargo, la búsqueda fue complicada, debido a que existe muy poca información dentro de este rubro, tenemos el libro publicado por el Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria (FONTAGRO) con apoyo del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (RIMISP), el cual lleva por nombre “Relaciones entre pobreza rural y deterioro ambiental en América Latina”. En cuanto a la consulta bibliográfica a nivel nacional, la mayoría de trabajos que se realizan dentro de las Áreas Naturales Protegidas (ANP’s), están relacionados a la conservación de recursos faunísticos y florísticos, mientras que en los Programas de Manejo de las Áreas Naturales Protegidas, en el contexto socioeconómico sólo se nombran las localidades, su población y las actividades a las que se dedican, por lo que es muy limitada la información que contienen.

* Licenciada en Geografía y Ordenación de Territorio por la Universidad Autónoma de Estado de México (UAEM) y Mención Honorífica del Premio CEMAPEM 2007 “Dr. Gustavo Baz Prada”, participando en la temática Análisis de las condiciones de los grupos vulnerables. Actualmente colabora en la empresa SIGSA en el área de restitución.

Esta importante área natural protegida ha venido sufriendo un considerable deterioro ambiental. Existe una fuerte contradicción entre los preceptos de la conservación y las demandas de la población local, por aprovechar los recursos naturales y contar con los satisfactores necesarios para mejorar sus condiciones de vida. Al aumentar las localidades, tanto de tamaño como en número, se transforma el medio, pues se utilizan en mayor medida los recursos naturales existentes que están disponibles; para las múltiples formas de uso como la construcción de casas, el cambio de uso de suelo

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como las parcelas u otro uso pecuario por citar algunos; como ejemplo de esto, es la falta de alimentos lo que ha llevado y permitido implantar modelos agrícolas en lugares no adaptables con rendimientos bajos, la expansión de la agricultura se produce a costa de la deforestación indiscriminada y también por la necesidad de utilizar leña como combustible, los factores anteriores traen como consecuencia la degradación de los suelos por el agotamiento de materia orgánica y minerales que lo constituyen. La realización de este trabajo nos permite comprender la situación socioeco­ nómica que mantiene actualmente el PNNT y la degradación ambiental que sucede en él, ya que en este caso se ha observado, tanto en trabajo de campo como en gabinete, que las localidades con mayor población afectan más al medio ambiente debido al cambio de uso de suelo, ya que pasa de forestal a agropecuario o habitacional. Sin embargo, se profundiza más en la cues­ tión socioeconómica, analizando específicamente la relación entre deterioro ambiental y crecimiento económico, determinando en primer lugar los indi­ cadores que nos permitan obtener la selección de la información y proceder con la investigación, describiendo el comportamiento de cada una de ellos y su respectiva figura. Ya que este trabajo permitirá conocer el comportamiento de la población con el propósito de aportar elementos al estudio de los efectos del deterioro ambiental, así como de los de indicadores socioeconómicos.

Objetivo general El objetivo del estudio se orienta a analizar las características socioeconómi­ cas de las localidades ubicadas dentro del Parque Nacional Nevado de Toluca (PNNT) y en su zona de influencia inmediata, comparándolas en términos de crecimiento económico y del probable deterioro ambiental.

Marco conceptual En este apartado se plantea una revisión de los conceptos utilizados durante la investigación, como es el caso del deterioro ambiental y el crecimiento econó­ mico, la relación entre ambos y la población, las variables e índices realizados, así como la metodología usada para dicho estudio: Deterioro ambiental Para efectos de la presente investigación, el deterioro ambiental se concibe como la posible afectación de elementos del medio natural, principalmente el suelo y los ecosistemas forestales, como resultado de intervención humana. Al respecto, Provencio (1998) señala que: “los procesos de deterioro ambiental ocasionados por esta concepción de desa­ rrollo, que crecieron de manera acelerada en las últimas cuatro décadas, hicieron vulnerables —y siguen mermando— las bases naturales y las posibilidades del

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desarrollo de largo plazo, por un lado, al afectar la capacidad productiva y, por otro, al ocasionar que el mantenimiento y la recuperación de estas bases resulte en extremo costosas”.

Los procesos de deterioro han llevado a una situación en la cual la calidad de los recursos naturales se ha visto muy disminuida, sobre todo en regiones críticas; por ejemplo, la problemática asociada a la degradación del suelo constituye uno de los temas ambientales más graves a los que se debe hacer frente actualmente, debido a los niveles de erosión que registran los suelos del país (80% de la superficie se encuentra afectada por algún grado de erosión), así como a los tiem­ pos de recuperación natural del suelo (Adame, 2001). De esta forma, se tienen procesos de deterioro ambiental complejos que requieren de intervenciones con técnicas, métodos y mecanismos muy costosos; ya no digamos para controlar y restaurar, simplemente para frenar su dinámica, estas intervenciones muchas veces tienen su origen en las diferentes formas de degradación del suelo. Crecimiento Económico y Deterioro Ambiental Se refiere al incremento del producto nacional sin que implique nece­ sariamente mejoría en el nivel de vida de la población, se expresa en la expansión del empleo, capital, volumen comercial, consumo en la economía nacional y al aumento de la producción de bienes y servicios de una sociedad en un periodo determinado. El crecimiento económico se define, generalmente, como el resultado que se obtiene, por ejem­ plo, al relacionar el valor del Producto Interno Bruto de un periodo respecto a otro u otros periodos anteriores. Para los países en vías de desarrollo, en este caso México, existe la noción de que el crecimiento económico trae consigo un grave deterioro del medio ambiente, de hecho, son múltiples los ejemplos de situaciones concretas en que el progreso económico aparece asociado con una mayor contaminación y daño ecológico. Sin embargo, hoy día se discute el que esta relación represente una característica estructural del crecimiento económico. El análisis de las causas que originan muchos de los problemas de degradación ambiental muestra que existen fallas económicas repre­ sentadas por mercados que no pueden funcionar eficientemente por condiciones de ellos mismos y/o por fallas de políticas y programas que los afectan. En general, en la esencia de estas fallas hay recursos productivos que no tienen una adecuada valoración, en el sentido que ésta no refleja el verdadero costo de estos recursos para la sociedad. En específico, estas fallas se originan por problemas tales como: la inexistencia de derechos de propiedad, dificultades para hacerlos valer, limitaciones en su especificación, títulos poco claros, recursos sin precios, factores exógenos generados por el uso de recursos a precios de mercado, existencia de subsidios, cuotas y otros esquemas distorsionadores de los precios de los recursos y otras.

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La Evaluación Multicriterio Discreta (EMD) La Evaluación Multicriterio (EMC) es una técnica que ha cobrado especial relevancia en el análisis del territorio y, muy particularmente, en la valoración de los problemas ambientales. A diferencia de otras técnicas como el análisis costo-beneficio, se trata de un conjunto de procedimientos que permiten integrar, dentro de un mismo ambiente de trabajo, información geográfica muy diversa. En particular, es muy útil para incorporar variables cualitativas. Dado que en la presente investigación se buscó hacer un análisis interpreta­ tivo de indicadores poblacionales y ambientales, la EMC resultaba la técnica más apropiada. La EMC se refiere a un “…conjunto de técnicas orientadas a asistir en los procesos de toma de decisiones” (Barredo, 1996: 47). Su objetivo es “…investigar un número de alternativas de elección bajo la luz de múltiples criterios y prioridades en conflicto” (Voogd, 1983: 21). La decisión multicriterio puede ser discreta, cuando parte de analizar un nú­ mero finito de alternativas, o continua (de programación lineal con criterios múltiples) cuando se analiza un número infinito de alternativas (Barba-Romero y Pomerol, 1997: 1). La EMD parte de construir una matriz que “…refleja las características de un conjunto dado de alternativas de elección a partir de una serie de criterios” (Voogd, 1983: 28). Dicha matriz es llamada matriz de decisión por BarbaRomero y Pomerol (1997).

Técnica de Proximidad al Punto Ideal La obtención para la base de datos de crecimiento económico de las locali­ dades y deterioro ambiental que producen las Localidades, se realizó por “La Técnica de Proximidad al Punto Ideal”, la cual “es un método compensatorio que basa su funcionamiento en el cálculo de las distancias al punto ideal. El cálculo de una distancia de orden p entre cada alter­ nativa y una solución ideal situada en un espacio multidimensional se obtiene mediante la ecuación:

Ecuación de la Proximidad al Punto Ideal

Donde: dMp (αi) vij vj M p

la distancia al punto ideal de la alternativa i el valor normalizado de la alternativa i en el criterio j el valor máximo normalizado en el criterio j métrica de distancia

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En este caso, la mejor alternativa será aquella que presente una mayor proximidad al punto ideal” (Franco, 1998; 68-69).

Ecuación de la normalización de valores de criterios Los criterios deben expresarse en una escala de medida numérica. Sin embargo, aunque “…el valor de los criterios se encuentre expresado en escalas de razón, estos valores son mutuamente incompatibles dado que la mayoría de las unidades de medida diferirán entre sí” (Voogd, 1983: 77). Por tal motivo, “…es deseable que los criterio sean evaluados sobre escalas comparables en tipo, rango de extensión, uni­ dad de medida, eventual posición del cero, dispersión, entre otros”. (Barba- Romero y Pomerol, 1997: 66). Esta normalización resulta realmente importante cuando el método EMD a utilizar produce una compensación entre los diferentes valores obtenidos por una misma alternativa respectos a criterios diferentes. Tal es el caso de la suma ponderada o el cálculo de la distancia al punto ideal.

Metodología El cumplimiento del objetivo general de la investigación implicó aplicar una serie de procedimientos que, de otro modo, se pueden agrupar en las siguientes etapas: a) Identificación y ubicación de las localidades dentro del PNNT y en su zona de influencia a partir de la cota 2 mil 800 msnm; Mapa 1

Fuente: XII Censo General de Población y Vivienda, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), 2000.

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b) Definición de las variables para la caracterización socioeconómica de las localidades; Tabla 1 Variables censales seleccionadas para la caracterización de las localidades Identificador

Descripción

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31

Número del Municipio Nombre de la Localidad Población Total Población de 6 a 14 años Población de 15 años y más Población Masculina Población Femenina Población con derecho al IMSS Población con derecho al ISSSTE Población Nacida en la Entidad Población de 6-14 años que no saben leer Población de 15 años y más analfabeta Población de 15 años y más alfabeta Promedio de Grado Escolaridad Población Económicamente Activa Población Ocupada Población Económica Ocupada en el Sector Primario Población Económica Ocupada en el Sector Secundario Población Económica Ocupada en el Sector Terciario Población que no percibe ingresos Población que percibe un salario mínimo Población que percibe entre 1 y 2 salarios mínimos Población que percibe entre 2 y 5 salarios mínimos Población que percibe entre 6 y 10 salarios mínimos Promedio de ocupantes por vivienda Total de Viviendas particulares ocupadas Viviendas donde se cocina con leña Viviendas que cuentan con agua entubada Viviendas que cuentan con drenaje Viviendas que cuentan con electricidad Viviendas que cuentan con los 3 servicios básicos (agua entubada, drenaje y electricidad) Total de Hogares Hogares con Jefatura Femenina

MUN NOMLO C POBTOT POB 6_14 POB 15_ POBMASC POBFEM PDERIMSS PDERISTE PNACENT P6_14NLEEN P15_ANALF P15_ALF GDOESC PECOACTIV POCUPADA POCUSECP POCUSECS POCUSECT POCUNINGR P_1SM P1_2SM P2_5SM P6_10SM PROOVP TOTVIVPAROC VIVCOCLEÑA VIVAGENT VIVDREN VIVELECT VIVIAGDREL

32 TOTHOG 33 HOGJEFFEM

Fuente: XII Censo General de Población y Vivienda, INEGI, 2000.

c) Con base en este listado de variables, fue posible definir índices para la caracterización socioeconómica, los cuales se muestran en la siguiente tabla:

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Tabla 2 Índices utilizados para la caracterización socioeconómica de las localidades Indicador

Descripción

INDMASC IESS IEPNE IEALFINF IEAALFAD IGPEA IEPOC IEPSP IEPSS IEPST IEPM1SM

Índice de Masculinidad Índice General de población con Servicios de Salud Índice General de Población Nacida en la Entidad Índice Específico de Alfabetismo Infantil Índice Específico de Alfabetismo Adulto Índice General de Población Económicamente Activa Índice Específico de Población Ocupada Índice Específico de la Población del Sector Primario Índice Específico de la Población del Sector Secundario Índice Específico de la Población del Sector Terciario Índice Específico de la Población que gana menos de un salario mínimo Índice Específico de Población que gana más de 2 salarios mínimos Índice General de Viviendas que cocinan con leña Índice General de Viviendas que cuentan con agua entubada Índice General de Viviendas que cuentan con drenaje Índice General de Viviendas que cuentan con electricidad Índice General de Viviendas que cuentan con los 3 servicios Índice General de Hogares que tienen jefatura femenina

IEPM2SM IEVHUL IEVCAE IEVCD IEVCE IEV3S IEHJF

Fuente: XII Censo General de Población y Vivienda, INEGI, 2000.

d) Procesamiento de la información estadística; e) Definición de los modelos de análisis para medir el crecimiento económico y del probable deterioro ambiental generado por cada localidad y; f) Aplicación de técnicas de Evaluación Multicriterio para el análisis integral y la obtención de resultados.

Resultados Una vez procesada la información se llegó a las siguientes conclusio­ nes, resumiéndolas de la siguiente manera: Población Total - Las localidades estudiadas presentan un grado de población total significativa, ya que se encontró que para la parte norte, noreste y este,

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presentan un rango de 5 mil a 10 mil 800 habitantes, integrada por 36 localidades, lo cual quiere decir que existe una dinámica constante de población en estas zonas, sin embargo en las otras laderas que integran el PNNT, el porcentaje de habitantes es más bajo por lo tanto los movimientos de población son menores. Índice de masculinidad - Para el Índice de Masculinidad se encontró un total de 26 localidades hacia la parte sur y oeste con un rango que va de 108% a 133% y 134% a 167%, representando una excesiva expulsión de hombres. Una característica que determina su expulsión puede deberse a distintos factores como por ejemplo laborales y/o de servicios y buscar mejores oportunidades de trabajo y a veces mejores formas de vida. Sin embargo el mejor equilibrio respecto al porcentaje de sexos se ubica en la parte noreste con un rango que va de los 97% a 107%, quiere decir que en estas localidades presentan la misma problemática pero es muy bajo el rango de expulsión de hombres. Población nacida en la entidad - Para este índice se obtuvo que la ladera norte y noreste integrada por 24 localidades, es lo más sobresaliente, porque muestra un rango que parte de 98% a 100% de la población que nació y reside en su mismo lugar de origen; esto quiere decir que la problemática de la migración es baja debido a distintas circunstancias que orillan a la gente a abandonar sus lugares de origen y migran a otras partes del estado, república y/o extranjero.

Fotografía tomada en el trabajo de campo.

Localidades que integran la parte norte del PNNT. municipio de Zinacantepec Hogares con jefatura femenina - La zona más representativa es la parte oeste conformada por 8 localidades, mostrando un rango que va de 29 a 37% de hogares con jefatura femenina, el cual nos permite decir que existen distintos procesos, como es la migración tanto para los hombres como para las madres solteras, lo que ha llevado a conformar a las mujeres como jefes de familia y responsabilizarse tanto de gastos como de la educación de su familia por sí solas, sin que dependan de la ayuda del sexo masculino.

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Población Económicamente Activa (PEA) - En cuanto al estudio de la PEA se observa un total de 24 de lo­ calidades que integran la parte sur y oeste del parque, representado los rangos más altos que van de 50% a 65% y de 66% a 71%, dando como respuesta que la población que lo habita se encuentra en edad de trabajar y que por lo regular se ocupan en alguna actividad laboral. Las localidades de Cerro Gordo y la Rosa, son las únicas que cuentan con un alto porcentaje de PEA que corresponde aquellos que realizan una actividad remunerada o bien tiene la intención de realizarla.

Fotografía tomada en el trabajo de campo.

Localidades que integran el PNNT, municipios de Coatepec Harinas y Temascaltepec Población Económicamente Ocupada (PEO) - En lo que respecta al estudio de las localidades dentro de la pobla­ ción ocupada resalta que para la zona oeste y sur se encuentran un total de 24 poblaciones que presentan lo s más altos porcentajes de la PEO 57 a 64%; por otro lado, las laderas norte y este son más signi­ ficativas por la población que la compone, ya que refleja un equilibrio en esta zona porque en su mayoría se encuentra en los rangos medios de ocupación. Al hacer una comparación entre la PEA y la PEO nos damos cuenta del porcentaje de personas que trabajan con respecto a la primera, sino que hay localidades en donde varían, ya que en la mayoría de ellas la población que obtiene un sueldo por su trabajo se ve disminuida, ésto se debe a que son personas que se dedican a estudiar o simplemente no tienen una actividad que realizar.

Población ocupada de acuerdo a su sector económico: primario, secundario y terciario Promedio de grado de escolaridad Para este indicador, la zona noreste del PNNT presenta una mejor distribución educativa debido a que cuenta con el mayor número de

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Mapa 2 Distribución de las localidades de la población ocupada de acuerdo a su sector económico

Fuente: XII Censo General de Población y Vivienda, INEGI, 2000.

localidades que registran un elevado promedio de grado escolar, ya que se ubica en los rangos de 60 a 79% y 80 a 99%, sin embargo, de manera general el parque mantiene un bajo grado escolar (40 a 59%) ya que son 35 localidades las que se encuentran en este rango. En lo que respecta al primer par de rangos, nos sirve para analizar que en estas localidades las escuelas están desa­ rrollando su trabajo, que están siendo aprovechadas por la población, además de que se trata de localidades cercanas entre sí. Pero sucede algo muy peculiar, ya que en la localidad de La Loba que se ubica al centro-sur del PNNT, tiene el grado escolar más alto de toda la zona de estudio; ésto es quizá porque se trata de una localidad de reciente creación ya que solamente cuenta con 13 habitantes, lo cuales pudieron haber llegado de otro lugar con un grado de estudio alto. Promedio de ocupantes por vivienda En los resultados obtenidos en cuanto a este indicador, se presenta un promedio predominante de cinco personas, en este caso se tiene una distribución espacial un tanto homogénea por encontrarse en la parte norte, noreste y sur del parque, ya que no hay una zona en donde se concentre con mayor atención, además se debe al porcentaje de población total que debe estar entre los rangos de 2 mil 500 a 4 mil 999 y de 5 mil a 10 mil 800 habitantes. Por otro lado, todavía existen localidades en donde se encuentra un promedio de seis personas, pero éstas se concentran en el norte del parque en donde se supone que hay más información acerca de las ventajas que se tienen en cuanto al control natal, debido a que son los lugares que tienen mayor acceso a los servicios de salud, sin embargo se observa una disminución en este rubro.

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Mapa 3 Distribución de localidades de acuerdo al promedio de grado de escolaridad

Fuente: XII Censo General de Población y Vivienda, INEGI, 2000.

Viviendas con los tres servicios básicos (agua entubada, electricidad y drenaje) Esta variable es una recopilación de las tres anteriores, ya que en ella es posible observar una mejor distribución de las localidades de acuerdo con sus posibilidades económicas, físicas del lugar en donde viven y la cercanía que tienen con otros centros urbanos. Sin embargo, es necesario reafirmar que estas zonas tienen los mejores servicios y beneficios; principalmente son las localidades que cuentan con mayor número de población cuyos rangos parten de los 2 mil 500 a 4 mil 999 y de 5 mil a 10 mil 800 habitantes, además de ser en su mayoría poblaciones urbanas. Esto quiere decir que han sido mejor planeadas, por lo que sus habitantes y autoridades han colaborado para la ob­ tención de mejores resultados en materia de distribución de los tres servicios básicos.

Fotografía tomada en el trabajo de campo.

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Mapa 4 Distribución de localidades de acuerdo con el índice específico de viviendas con los tres servicios básicos

Fuente: XII Censo General de Población y Vivienda, INEGI, 2000.

Índice de marginación Se presenta un índice de marginación muy bajo debido a la cercanía que se tiene con la zona urbana de la ciudad de Toluca. En la zona circulan una gran cantidad de automóviles debido a la presencia de la carretera Toluca – Valle de Bravo – Sultepec, una referencia para la gente pueda proveerse de alimentos y dirigirse hacia los otros lugares turísticos del sur del Estado de México, o a los estados de Michoacán o Guerrero. Por el lado contrario, se observa de manera general que el parque tiene un alto grado de marginación, lo que nos da a resumir que en todas estas localidades se les deberían de crear programas de Bienestar, tanto social como económicos, para mejorar la calidad de vida, claro, sin perjudicar los recursos naturales que cada vez de la población son menores.

Análisis integral de las variables (evaluación multicriterio) Características de las localidades con base en su crecimiento económico De acuerdo con los resultados obtenidos con la metodología utilizada, gran parte del parque tiene un bajo crecimiento económico, esto como resulta­ do de los índices obtenidos con las variables estudiadas. Nos podemos dar cuenta que la única localidad que tiene un muy alto crecimiento económico es San Juan de las Huertas, de tal manera que se presentó como el punto de comparación debido a que es la frontera entre la zona urbana de la ciudad de Toluca y la zona rural, además de que debido a su cercanía se ha incre­ mentado la población y la construcción de viviendas, porque los terrenos más próximos a la ciudad de Toluca son más caros. Otra ventaja que tiene

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Mapa 5 Distribución de localidades de acuerdo al índice de marginación

Fuente: Cálculos del Índice de Marginación en el Estado de México, Consejo Estatal de Población, COESPO, 2000.

la localidad es la presencia de la carretera que se dirige hacia Valle de Bravo o al sur del Estado, ya que es paso de turistas, por lo que se ha incrementado el número de establecimientos de comercio y comida, como sucede al norte del parque, en donde las localidades se han de­ sarrollado en torno al turismo al atender a los visitantes del Nevado de Toluca. La zona con menor desarrollo es la sur, esto es debido a que son localida­ des muy retiradas de grandes centros de población, además de que a los municipios a los que pertenecen tampoco tienen un gran crecimiento y desarrollo económico para poder apoyar a estos pequeños poblados que por cierto, muchos son de reciente creación, ya que la población que alber­ gan es muy pequeña y los servicios básicos son muy limitados, debido al alto costo que requiere la infraestructura para su prestación. Características de las localidades con base en su posible incidencia en el deterioro ambiental Dentro de la caracterización, se halló que en la ladera norte se ubican cuatro localidades con el porcentaje más elevado (116 a 122). En el mu­ nicipio de Zinacantepec se encuentran: la colonia Morelos, colonia 2 de Marzo, La Herradura y Dos Caminos, en la parte este sólo se localiza Loma Rancho Juan Méndez; y en la ladera sur dos localidades: La Loba y Sabanillas. Sin embargo, en la parte norte se concentran las localidades que perjudican y dañan más al PNNT, ya que existe mayor actividad de aprovechamiento tanto de servicios, comercios, viviendas, infraestruc­ tura, etc., como consecuencia del continuo incremento de la población. Mientras la población no respete el medio en el que vive, seguirá apro­

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Mapa 6 Distribución de localidades de acuerdo a su crecimiento económico

Fuente: XII Censo General de Población y Vivienda, INEGI, 2000; COESPO, 2000

piándose y consumiendo los recursos que estén a su alcance, ocasionando un deterioro ambiental. El resto de las localidades se encuentran en un rango medio de incidencia —parte este, oeste y sur— que no afectan tanto por la explotación de recursos del parque debido a que son localidades pequeñas y con muy poca población y además de que no cuentan con los suficientes servicios y sólo obtienen lo necesario del medio ambiente para poder sobrellevar su vida cotidiana. Esto no quiere decir que se desaprovechen todos los recursos, sino que también existe población dedicada a la actividad agrícola y al pastoreo que tratan de obtener los beneficios que les brinda el suelo; sin embargo, las herramientas o la forma de aplicar la actividad no es la más adecuada, provocando una disminución de flora y fauna, degradación de sue­ los fértiles y pérdida de masa vegetal que es la fuente de vida para que el bosque se regenere, también se presenta la necesidad de usar leña como combustible, como es el caso de las localidades que no cuentan con la infraestructura, ni buenas vías de acceso para poder contar con servicios adecuados y así poder buscar otras formas de cocinar su alimento y de contar con provisiones en temporadas de invierno cuando las temperaturas bajan de manera extrema. Análisis comparativo entre crecimiento económico y deterioro ambiental Uno de los argumentos centrales que guiaron la investigación radica en el supuesto de que un mayor crecimiento económico de las localidades implicaba un incremento en el deterioro ambiental del entorno natural. Con base en los criterios de análisis utilizados no fue posible corroborar dicha situación. En el caso de San Juan de las Huertas, que presenta lo indicadores más elevados de crecimiento económico, se ejerce una importante influencia negativa en la explotación de los recursos naturales del parque nacional.

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Mapa 7 Distribución de localidades de acuerdo a su deterioro ambiental

Fuente: XII Censo General de Población y Vivienda, INEGI 2000; COESPO, 2000.

Esta relación sin embargo, no es totalmente lineal en el sentido de que existen otras localidades con menor dinamismo económico y poblacio­ nal que muestran indicadores de deterioro más elevados, por ejemplo las colonias Morelos y 2 de Marzo que se ubican al este de San Juan de las Huertas. Con lo que respecta a algunas localidades ubicadas al inte­ rior del área natural protegida, como Dos Caminos y La Loba, existen indicios estadísticos que permiten suponer un alto grado de deterioro ambiental en condiciones de bajo crecimiento económico. En este con­ texto, el crecimiento económico parece depender, fundamentalmente, de la dinámica poblacional de cada localidad y de su localización estratégica en el contexto regional. El deterioro, por su parte, parece relacionarse con aspectos exógenos tales como la demanda de productos específicos, la conformación de grupos para la producción agropecuaria en con­ diciones de ilegalidad y la estructuración de redes de comercialización clandestina de productos del bosque. Existen algunas localidades como El Curtidor, Santa María del Monte y Loma de San Francisco, ubicados en el norte del PNNT, que cuen­ tan con rangos medios (93 a 103) de crecimiento, pero con altos ni­ veles de deterioro ambiental. En esta misma situación se encuentran La Guacamaya, Plan de Vigas, Labor las Cabras y Potrero Redondo, ubicados al sur del área natural protegida. Ahora bien, la localidad de Sabanillas constituye un caso extremo en el sentido de presentar un crecimiento económico muy bajo y un deterioro ambiental muy alto, indicativo de una región sujeta a altos grados de marginación y relativo aislamiento geográfico.

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Como esta investigación está en conjunción con la tesis Regionalización So­ cioeconómica Automatizada del Parque Nacional Nevado de Toluca y su relación con el deterioro ambiental, en donde la autora por medio de su trabajo, determinó que las zonas con mayor nivel de presión e impacto ambiental (NPEIA) y grado de presión e impacto ambiental (NPEIA) son el noreste y este, también ha sido demostrado en esta tesis, ya que son geosistemas de clase antrópicos en donde se encuentran áreas urbanas e industriales; por lo tanto, nuestros resultados corresponden, en cierta manera a lo mismo, por lo que se puede concluir que las zonas urbanas deterioran más a las zonas naturales. Con respecto a las zonas que tienen un menor deterioro ambiental, se ubica­ ron las del sur y las del oeste, ya que son geosistemas naturales y seminaturales, además de estar rodeadas por geosistemas similares. Una de las situaciones importantes a destacar, es que de acuerdo con los geosistemas que rodean a la zona de estudio pueden perjudicar o ayudar, por que de ello depende del tipo de utilización de la misma, trayendo como consecuencia los resultados que se dieron en los párrafos anteriores. Otro punto de referencia son los casos de localidades que no causan un im­ pacto ambiental importante, pero estan en las mismas zonas en donde el resto de las si lo hacen, por lo que tienden a ser absorbidas por estas últimas. Existe también el caso contrario, en donde en las zonas con un bajo deterioro se en­ cuentra una localidad que tienen un alto grado de deterioro ambiental, como pasa en la zona sur del parque, específicamente en la localidad de Sabanillas, que está rodeada por localidades con un bajo deterioro ambiental que trae consecuencias negativas a esta, volviéndola una zona heterogénea.

Conclusiones En cuanto a la metodología, este trabajo es uno de los primeros que se desa­ rrolla respecto al área socioeconómica, ya que solamente ha sido trabajado por Candeau (2005), sus logros más interesantes fueron que en su regionalización, las zonas que tienen un deterioro ambiental muy alto están cercanas a las zonas con deterioro ambiental muy bajo o bajo, por lo que estas últimas deben de ser protegidas para reducir las daños causados o no alterar su orden. Ahora, con respecto al método utilizado, la evaluación multicriterio discreta, se definieron las variables para realizar los índices que permitieron realizar una comparación entre éstos. La interpretación de la información obtenida mues­ tra que pueden existir localidades con poca población y presentar porcentajes más altos en comparación con una localidad grande, pero con su valor relativo bajo, por lo que es aconsejable revisar las respectivas cifras. Con la propuesta de la metodología utilizada, se logró a una aproximación de lo que sucede en el PNNT, por lo tanto, fue más de carácter exploratorio, tratando de entender la problemática que vive actualmente esta área natural protegida de acuerdo con la relación existente entre crecimiento económico

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y deterioro ambiental, dando paso a trabajos más detallados en cual­ quiera de estas dos áreas analizadas. Sobre los resultados cabe señalar que la población se establece con base a sus características económicas y sociales, ya que generan dis­ tintos comportamientos como en la parte noreste del parque, donde la mayoría de las localidades estudiadas se ubican en el rango más elevado que va de 5 mil a 10 mil 800 habitantes, influyendo las locali­ dades urbanas a las rurales, siendo atractivas para la población de los alrededores, principalmente por la actividad económica. Respecto a la composición de la población por sexo, existe también una desigualdad de distribución debido a que en la parte sur y oeste del PNNT, se presenta una excesiva expulsión de hombres, obligados a salir de sus lugares de origen para tener otra fuente de ingresos y no quedarse rezagados en su comunidad, trayendo como consecuencia que aumenten las jefaturas femeninas, las cuales se hacen responsa­ bles de la familia. La PEA de las localidades que integran el parque se encuentra en los ran­ gos que van de 50 a 65% (medio) y 66 a 71% (alto), dando como resulta­ do que la población que habita en dichas zonas, está en edad de trabajar y que, por lo regular, se ocupan en alguna actividad laboral “remunerada”. De acuerdo con los rangos que se citan anteriormente, la población que está en posibilidades de trabajar asciende a 42 mil 116 personas, de las cuales sólo 17 mil 646 trabajan que representan 41.90 por ciento. Se puede considerar que las laderas norte y este son las más importan­ tes por la población que las integran y que reflejan un equilibrio en esta zona, porque en su mayoría se ubican en los rangos medios de ocupa­ ción. Al realizar una comparación entre la PEA y la PEO nos damos cuenta qué cantidad de personas trabajan y esto en razón de 40.32% de personas ocupadas que obtienen un sueldo por su trabajo. La actividad económica se basa mayoritariamente en el sector pri­ mario, debido a que una significativa parte de la población de estas localidades rurales, se dedica a interactuar con los recursos naturales y la extracción de cualquier materia prima. Acerca de los hogares que cocinan con leña, esta actividad se efec­ túa más en la zona sur y noroeste del PNNT, la cual concentra a la población que percibe bajos ingresos, por lo que la utilización del gas es muy limitado. Parece que la población ha tomado conciencia sobre la importancia de la conservación de los árboles, porque en los lugares con una alfabetización alta se ha disminuido la utilización de este recurso natural, sin embargo, en el caso de las localidades que se dedican al sector primario, se sigue explotando la madera lo que permite extender sus fronteras agrícolas para la obtención de alimentos.

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Respecto a las localidades que cuentan un alto nivel de alfabetismo, indica que tienen una mayor posibilidad de desarrollar actividades por su propia cuenta, ésto se puede observar concretamente en las localidades cercanas a las carreteras importantes, como lo son Toluca-Valle de Bravo y Toluca-SultepecTemascaltepec. En materia de población adulta alfabeta, la mayor cantidad de localidades se encuentran en la zona norte del PNNT, las cuales están muy cercanas entre sí, por lo que existen muchas posibilidades de cursar los estu­ dios en localidades vecinas y de un mejor aprovechamiento escolar. Para el caso de la integración de los tres servicios o equipamiento básico se puede apreciar una mejor distribución de los mismos en las localidades que tie­ nen una cercanía con los centros urbanos; la parte sureste del PNNT presenta altos porcentajes de viviendas que cuentan con los tres servicios básicos. Un punto de suma importancia dentro de los resultados logrados para el ín­ dice de marginación —mediante la aplicación de la técnica de proximación al punto ideal— fue el de resaltar la creación de programas de bienestar social y económico, pero sin dejar a un lado el nivel de vida que mantiene cada individuo que integra cada una de las localidades del parque, el cual, le va a permitir conservar o cuidar su medio generando un nivel de vida más óptimo o simplemente continuar explotando y degradando más el medio natural que habita e incrementando el deterioro si no se toman medidas adecuadas que permitan la conservación del área natural protegida. De acuerdo con los resultados de la metodología, gran parte del parque pre­ senta un bajo crecimiento económico. Nos podemos dar cuenta que la única localidad que tiene un muy alto crecimiento económico es San Juan de las Huertas, gracias al impulso que se le asigna, ya que es frontera entre la zona urbana de la ciudad de Toluca y la zona rural y a la construcción de viviendas. Otra ventaja que tiene la localidad es que cuenta con el paso de las carreteras que se dirigen hacia Valle de Bravo o al sur del estado, incrementado el número de establecimientos comerciales. La zona con menor desarrollo es la sur debido a que cuenta con localida­ des muy retiradas de los grandes centros de población, además de que los municipios a los que pertenecen tampoco presentan un gran crecimiento y desarrollo económico. Dentro de la metodología propuesta, se abarcaron temas que fueron funda­ mentales para nuestra investigación y nuestros objetivos, sin embargo, todavía se pueden realizar mayores especificaciones por lo que se deja abierto para que en un futuro se puedan desarrollar temas más específicos. Es recomendable desarrollar aún más la metodología, porque en este caso se realizó un trabajo para comprobar lo observado en campo y dar así inicio en la investigación del PNNT tanto en aspectos físicos como en aspecto socioeconómicos. Finalmente, es necesario tener en cuenta que toda investigación jamás va a ser finita; nuestro estudio es la consolidación de un conocimiento aprendido en

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el aula y puesto en práctica directamente en campo. La búsqueda de nuevas formas de investigación permite diversificar el pensamiento y alcanzar diversos objetivos en beneficio de nuestras sociedades. Referencias bibliográficas Adame, M. S. (2001), “Conservación de suelos en México, Encuentro Nacional sobre Cambios Territoriales, Facultad de Planeación Urbana”, en: Peña G. R. y M. S.Adame (2003), Evaluación de los criterios de valoración del suelo en los instrumentos de planeación del territorio, UAEM, Toluca, México Barba, R. S. y Pomerol J. (1997), Decisiones Multicriterio. Fundamentos teóricos y utilización práctica, Colección de Economía, Universidad de Alcalá, España. Barlowe R. (1986), Economía de la Utilización del Suelo, Herrero, México. Barredo, C. J. (1996), “Sistemas de Información Geográfica y Evaluación Multicri­ terio en la ordenación del territorio”, en: Franco M. S. (1998), Metodología para la localización de Centros Integrales para la gestión de desechos industriales peligrosos; Universidad de Alcalá de Henares, Tesis Doctoral, España. Candeau, D. R. (2005), Regionalización Socioeconómica Automatizada del Parque Nacional Nevado de Toluca y su relación con el Deterioro Ambiental, Tesis, Universidad Autónoma del Estado de México, México. Carreño, M. F, et. al. (2003), Planeación del Territorio y Ambiente en América Latina, Tomo I, UAEM, Toluca, México. CONAPO (2000), Proyecciones de la Población en México 2000-2030, México. DIE/INEE, (2000), Estimaciones a partir del Cuestionario Ampliado y los Tabulados del XII Censo General de Población y Vivienda, 2000, México. Franco M. S. (1998), Metodología para la localización de Centros Integrales para la gestión de desechos industriales peligrosos, Universidad de Alcalá de Henares, España, Tesis Doctoral. Gómez, O. D. (2002), Ordenación Territorial, Mundi Prensa, España. IGECEM, (1997), Carta Geográfica del Estado de México, Toluca, México. INEE, (2004), Panorama Educativo de México. Indicadores del Sistema Educativo Nacional. México. INEGI, (2000a), XII Censo General de Población y Vivienda, INEGI, México. INEGI, (2000b), Tabulados del XII Censo General de Población y Vivienda, INEGI, México. INEGI (2000c), Cartas Topográficas Digitales, INEGI, México. Ley de Responsabilidad Civil por el Daño y el Deterioro Ambiental, 2002. México. Massiris, C. Á. (2003), Segundo Curso de Ordenamiento Territorial, Inédito, UAEM, México. Munguía, S. F. J. (1997), Efectos de la última reforma al Artículo 27 Constitucional en la zona rural del municipio de Toluca, Tesis, UAEM, México Munk, H. (2002), “Pobreza y Degradación Ambiental en las Laderas de Nicara­ gua”, en: G. Escobar (2003), Pobreza y Deterioro Ambiental en América Latina, RIMISP, Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria (FONTAGRO), Chile. Peña, G. R. y Adame M. S. (2003), “Evaluación e los criterios de valoración del suelo en los instrumentos de planeación del territorio”, en: Carreño M. F. et al (2003), Planeación del Territorio y Ambiente en América Latina, Tomo I, UAEM, Toluca, México. Pineda, T. M. (1999), Estudios de mercado para seta (Pleurotus spp.) en la Región I Toluca, del Estado de México, Tesis, UAEM, México.

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Fotografía Miriam Juárez Vega Annel Mayra Hernández Pérez

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Igualdad educativa, diferenciación cultural: una perspectiva intercultural Diana Castro Ricalde*

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as nociones de la identidad y de la diferencia han cobrado es­ pecial fuerza en los últimos años, convirtiéndose en uno de los discursos predominantes y más complejos de la sociedad actual toda vez que, conocer cómo piensa la colectividad, cómo percibe o le da un lugar en el tiempo y en el espacio a los “otros”, constituye un buen camino para identificar las claves de cómo se va integrando el devenir de “nosotros”, el futuro de nuestra nación. Los cambios que se han ido dando en el entramado estructural de las instituciones educativas, han propiciado el encuentro en sus aulas de una multiplicidad de culturas que conviven día a día con los grupos hegemónicos, que pretenden continuar ejerciendo su poder —tácito, involuntario, las más de las veces—, sobre las minorías o los llamados grupos vulnerables. Este “poder” se ha traducido en actitudes de indiferencia, falta de re­ conocimiento, desdén o anulación de la identidad, entre otras manifes­ taciones de intolerancia y discriminación con las que la mayor parte de los estudiantes que asisten a una institución educativa tienen que lidiar cotidianamente con el fin de poder concluir exitosamente una carrera profesional, como ocurre en especial con los alumnos indígenas de la entidad que cursan sus estudios en el nivel superior.

* Licenciada en Turismo por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), maestra en Comunicación y Tecnologías Educativas por el Instituto Latinoamericano del la Comunicación Educativa (ILCE) y Mención Honorífica en el Premio CEMAPEM 2007 “Dr. Gustavo Baz Prada”, participando en la temática Pobreza, marginación y desarrollo social en el contexto urbano. Actualmente se encuentra adscrita a la Coordinación General de Centros Universitarios de la (UAEM), y se desempeña como Docente en la Facultad de Turismo de la misma universidad.

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A través de testimonios y percepciones subjetivas obtenidos de varios segmentos de la comunidad académica de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), que aquí se presentan, se pretende eviden­ ciar las actitudes de intolerancia y los procesos de exclusión que tienen cabida de forma cotidiana en espacios educativos —al igual que en múl­ tiples terrenos sociales—, así como el discurso que los propios sujetos discriminados han elaborado para poder adaptarse y sobrevivir en la cotidianeidad, corriendo el riesgo de perder su identidad en el intento. Porque se considera que conociendo y entendiendo este tipo de actitudes es como se puede evitar la discriminación y favorecer la construcción y reconocimiento del “yo” desde la propia autodefinición e identificación de cada cultura y por ende, de los alumnos universitarios que pertene­ cen a estos grupos étnicos. Con base en estos planteamientos se espera propiciar el reconocimiento y respeto de la diversidad, de las múltiples culturas que convergen en nuestra sociedad, así como el fortalecimiento de la identidad de los distintos grupos indígenas que pueblan la entidad.

El reconocimiento del “yo” y del “otro” La misión de las instituciones de educación superior (IES) mexicanas, como es el caso de la Universidad Autónoma del Estado de México es, en términos generales, impartir educación superior; llevar a cabo fun­ ciones de investigación humanística, científica y tecnológica; y difundir y extender los avances del humanismo, la ciencia, la tecnología, el arte y otras manifestaciones de la cultura. Este deber y/o querer ser de las universidades públicas, que se va de­ finiendo con matices particulares fundados en los principios y valores de cada institución educativa, parece ser todavía una utopía toda vez que en dichos espacios existen múltiples manifestaciones de indiferencia, intolerancia y exclusión hacia las diversas culturas y, por ende, hacia los individuos que convergen en sus aulas. Los estudiantes indígenas han sido identificados en la Univer­ sidad Autónoma del Estado de México a partir del año 2002, con base en tres criterios antropoló­ gicos: a) Lugar de procedencia (que provengan de comunidades mayoritariamente indígenas); b) ascendientes directos (que padres o abuelos sean indígenas); y c) dominio de lengua indígena. Cabe destacar que en el Estado de México coexisten cinco etnias predominantes: mazahua, matlatzinca, otomí, náhuatl y tlahuica-ocuilteco.

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En la mayor parte de dichas instituciones, el modelo educativo, los pla­ nes de estudio y los procesos de enseñanza y aprendizaje, ofrecen pocas oportunidades de expresión y de orgullo por la cultura propia; soslayan actividades para el reconocimiento y fortalecimiento de la identidad personal. Porque suele darse por sentado que la cultura occidental es la mejor, si es que no la única, predominando el monólogo del grupo mayoritario o más fuerte, tal y como se evidencia en los siguientes tes­ timonios de alumnos indígenas universitarios —voces de algunas de las culturas presentes en la Universidad1—: “Mis profesores no le toman mucha importancia a esto de lo indígena; en­ tran, dan su clase y luego se van. Con trabajo y saben nuestros nombres, menos se enteran de nuestros orígenes” (estudiante indígena, Facultad

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de Ingeniería). “No se hace nada, porque no se habla del tema y no se exortan (sic) a actividades relacionadas” (estudiante indígena, Facultad de Economía)2.

De hecho, múltiples docentes universitarios no propician el conocimiento personal de los individuos que asisten a clases cotidianamente, ni fomen­ tan la expresión cultural de sus diferentes integrantes; se limitan a impartir su clase, ignorando incluso que las características culturales influyen —de forma determinante en algunos casos— en los procesos de asimilación y adquisición de nuevos saberes por parte de los estudiantes: “No he notado que mis profesores propicien manifestaciones culturales, porque he tenido maestros muy profesionales que sólo se dedican a impartir sus clases (estudiante indígena, Facultad de Contaduría y Administración). Nunca se ha dado el caso de que me toque manifestar o expresar mi cultura indígena, pero supongo que los maestros no se oponen a ello” (estudiante indígena, Facultad de Ciencias Políticas).

En México, 500 años de relaciones desiguales y de desvalorización de lo diferente, han configurado una percepción del otro como alguien infe­ rior a quien debe asimilarse o rechazarse, pero no alguien para entablar un verdadero conocimiento y, por consiguiente, un diálogo en igualdad de condiciones y oportunidades. Y este trato de inferioridad y de fre­ cuente negación de las culturas, y en especial, de las etnias indígenas, ha sido una constante desde la época de la Colonia, problema causado por la incomprensión de una realidad social pluricultural y de un deseo de poder y sometimiento hacia el otro. Porque una forma ancestral de eliminar las prácticas cotidianas de los grupos indígenas que permiten su diferenciación de los demás, ha sido la homologación de las mismas. De acuerdo con algunos profesores y tutores académicos de la UAEM —opinión que seguramente compartirán muchos lectores—, no debe existir un trato diferenciado hacia los estudiantes indígenas o hacia los alumnos pertenecientes a otras culturas, distintas a la hegemónica: “Yo trato a mis alumnos como iguales; a mí no me interesa si son o no indígenas (profesor, Facultad de Odontología). Me parece que es mejor no poner en evidencia a los muchachos, porque decirles indígenas es etique­ tarlos, y luego sus compañeros se burlan de ellos. Yo prefiero ignorar sus orígenes y concentrarme en lo que es más importante, la asignatura que imparto” (profesora, Facultad de Contaduría y Administración).

Sin embargo, hoy en día debe destacarse que la personalización de la educación se perfila como uno de los principales retos de los sistemas educativos contemporáneos, ya que un número importante de estudian­ tes procedentes de otras culturas, suelen tener problemas de aprendizaje e integración. O simplemente, cada persona aprende de una forma es­ pecífica, a un ritmo diferente, toda vez que nuestros procesos cognitivos

Estos testimonios fueron reco­ gidos durante el año 2004, como parte de un estudio realizado en la Unidad de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas de la UAEM, departamento creado en 2002 bajo el auspicio de la Fundación Ford, la Asociación Nacional de Universidades e Ins­ tituciones de Educación Superior (ANUIES) y la propia UAEM.

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son distintos: “… en el campo de la educación cada día sumamos más los profesores que comprendemos que las influencias educativas no operan linealmente ni de manera igual para todos los sujetos y que por tanto no pueden ser estandarizadas” (Sobrado, 1993). Pero ancestralmente hemos sido educados desde la perspectiva de la igualdad, y por el grupo dominante; por el conjunto de personas que ha evitado cambiar el orden de cosas y, por ende, su status quo. La educación ha sido diseñada e instrumentada por quienes detentaban el poder, y dictaban qué era lo que se debía enseñar y por consecuencia, lo que se debía aprender. Antes, los “diferentes” eran sistemáticamente marginados y reprimidos, tanto los de fuera (extranjeros, procedentes de otras culturas o grupos étnicos) como los de dentro (pobres, discapacitados, protestantes); ahora, la diversidad es la regla y la educación diferenciada la tendencia. “Actualmente, muchos de los problemas se centran en el alumno: cómo conseguir motivar a los alumnos desmotivados, cómo mantener una atención continuada, cómo conseguir que el alumno integre los objetivos culturales, cómo utilizar metodologías o estrategias didácticas que hagan la clase más atractiva, o cómo atender a la diversidad de los alumnos” (De la Torre, 1995).

A pesar de este incipiente reconocimiento de los “otros” en los ámbitos sociales y educativos, continúan predominando el racismo y la discriminación, prácticas caracterizadas por el prejuicio y el trato de desprecio e inferioridad a los que son sometidos los grupos culturales más débiles, como en el caso de los indígenas, que aquí se ejemplifica: “Los pueblos indígenas se pueden definir por su situación de colonizados y excluidos del proyecto de la sociedad nacional que desconoce las características étnicas diferenciales. La categoría del grupo dominante se postula como superior…” (INI, 2003: 2). Estas jerarquías establecidas tácitamente en la escuela, denotan cierta superioridad física, intelectual o cultural, y se manifiestan inconscientemente ya que forman parte intrínseca de nuestra formación y educación, transmitida de generación en generación: “No los trato diferente, o tal vez sí, pero no me doy cuenta y no puedo evitar notar que son indígenas: normalmente son morenos, traen ropa muy humilde, y también son tímidos; se quedan atrás, en segundo plano, esperando que tú les hables o les des la palabra; incluso bajan la cabeza y no te miran a los ojos porque les da pena” (profesora, Facultad de Contaduría y Administración).

De acuerdo con el autor Martin Hopenhayn, filósofo latinoamericano, en América Latina y el Caribe los conflictos del multiculturalismo se vinculan históricamente a la “dialéctica de la negación del otro”. Ese otro que puede ser indio, negro, mestizo, zambo, campesino, mujer o

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marginal urbano. Entendida en términos étnicos y culturales, la negación del otro se remonta al período de descubrimiento, conquista, colonización y evangelización, y recorre la relación entre la metrópoli (España y Portu­ gal) y la periferia (América Latina y el Caribe). “En este sentido, podemos decir que Iberoamérica está marcada desde sus orígenes por el problema multicultural, en la medida que la diferencia se constituye en el eje del poder, el disciplinamiento y la expropiación” (Hopenhayn , 2002). Esta demostración de poder, de superioridad, tal vez no se manifiesta abiertamente a través de la utilización de términos como “indio”, “naco”, “topil”, etc. (que son usados de forma despectiva en la cotidianeidad de la convivencia social) , pero sí se evidencia en la vida diaria del salón de clases: los alumnos “diferentes”, los de otro estado, los “becados”, los “indígenas”, son tratados de forma diferente o su condición es puesta en evidencia de forma irónica o peyorativa: “Tengo un profesor que sencillamente no se dirige a mí durante las clases, y cuando no le queda de otra, invariablemente hace mención a mi condición de estudiante `fuereño`. Y si llego tarde a su clase —para colmo es la pri­ mera del día, a las siete de la mañana, pero precisamente esos días realmente me esfuerzo por llegar temprano—, comenta algo irónico al respecto, como el día que dijo que se me durmió mi gallo, u otra vez que preguntó si no alcancé el burro de las seis…; claro, a los demás les da risa, pero a mí no” (estudiante indígena, Facultad de Turismo).

Otras manifestaciones obvias por parte del grupo dominante, es que los alumnos indígenas —en este caso, el ejemplo utilizado— son se­ gregados o excluidos de los trabajos en equipo, so pretexto que faltan a las reuniones de trabajo, carecen de equipo de cómputo, etc. Incluso, esta situación muchas veces es propiciada por los propios estudiantes originarios, quienes también suelen apartarse de las prácticas recreativas y deportivas colectivas: “Hay unos que resulta evidente que son indígenas, y aunque los quiero tratar como a todos los demás, no puedo, porque ellos mismos no se dejan. Cuando hago alguna dinámica con todo el grupo, ellos se juntan aparte. Incluso el otro día que fuimos a una excursión a Malinalco, mien­ tras todos estábamos juntos comiendo y jugando, había un grupito en el que todos eran indígenas, siete u ocho, que se iban para todas partes juntos. Estaban cerca del grupo general, pero tomaban su distancia, y la otra vez leí que eso es una característica de los indígenas, que buscan a sus iguales y se juntan en un principio únicamente con los que conocen” (profesora, Facultad de Turismo).

Por otro lado, ha sido notorio que en los espacios académicos universi­ tarios, los alumnos indígenas han dejado de lado o han tratado de borrar su condición cultural. Una vez que los estudiantes de algún grupo étnico inician su formación en un nivel de educación superior, pareciera que

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adoptan otra personalidad: la del universitario, la del joven que ya no pertenece al conjunto cultural de sus ancestros. Así lo muestran los siguientes ejemplos: “Los alumnos no se expresan porque no quieren; o porque no tienen expresiones, ya han perdido su identidad” (tutor académico de estudiantes indígenas, Facultad de Turismo). “No, desafortunadamente no se dan esas expresiones, porque los alumnos no se acercan, no lo piden; no se dan esas prácticas” (tutora académica de estudiantes indígenas, Facultad de Arquitectura).

En una clase común de un día cualquiera es frecuente observar que el estudiante indígena ya no habla su idioma; su lengua materna ha caído en desuso: “¿para qué usarla? A nadie le importa cómo se dice ‘qué’ en mazahua” (estudiante de la Facultad de Ciencias). Su forma de vestir se ha “occidentalizado”, su apariencia ha adoptado la del común denominador de los demás, “Pues uno ya no sabe si son indígenas o no. De hecho, si tú los ves en el salón, ni te imaginas que son indígenas, llegan con el pelo pintado de rubio, o con mechones de otro color; visten con mezclilla o minifaldas, e incluso algunos usan “braquetts” (frenillos), ya dejaron de ser indígenas” (profesor, Facultad de Turismo). Sus costumbres, tradiciones y creencias, son practicadas únicamente cuando regresan a casa con los suyos. Sin embargo, algunos jóvenes indígenas comienzan a ver estas prácticas desde afuera, como si los miembros de su familia fueran parte de un grupo étnico importante, pero él no. El estudiante entonces comienza a ayudar a su familia para incorporarse a la cultura dominante como él ha logrado hacerlo para evitar así las etiquetas y los señalamientos despreciativos por parte del conglomerado urbano al cual ahora pertenece. Pero estos tipos de discriminación, ya sea propia o impuesta, proceden realmente de la ignorancia, del desconocimiento de lo que se juzga; pero también proceden de la falta de capacidad y disposición para propiciar el conocimiento y el intercambio de experiencias con los demás. Y esta incapacidad para convivir con los “otros” conlleva en sí no únicamente el reto personal que es necesario superar con miras al enriquecimiento tanto individual como profesional, sino que también constituye uno de los mayores desafíos de la sociedad actual, en orden de poder desarrollar y avanzar hacia un futuro promisorio. “Los retos, pues, se refieren a si las sociedades desarrolladas van a ser capaces de superar los problemas que se les presentan, rompiendo la lógica homogeneizadora imperante hasta la fecha y estableciendo en su lugar el diálogo enriquecedor que promovería otra forma de desarrollo de los pueblos. Esto significaría, en primer lugar, la necesidad de hacer explícita la aceptación de la diversidad, y el acabar con la política de la ignorancia,

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en el mejor de los casos, cuando no de la opresión, hacia la diferencia” (Dossier, 2001: 18).

Hoy por hoy, es necesario promover no el enfrentamiento sino el en­ cuentro cultural. Entender que sólo “el otro” me constituye como per­ sona; que sin el tú, no tendría lugar el yo personal, pues “el otro” es un momento necesario para la plena constitución de la conciencia de uno mismo. Ambos se complementan y se determinan. De acuerdo con el filósofo cubano Raúl Fornet- Betancourt: “… lo decisivo para el mundo intercultural que queremos, y debemos cons­ truir, es precisamente superar lo aprendido en la educación de la cultura hegemónica para aprender de nuevo en y con la gente, es decir, trabajando con la gente, compartiendo sus miedos y preocupaciones, asimismo sus esperanzas y sus muchas iniciativas en favor de una vida digna, justa y, por tanto, de convivencia” (Fornet, 2004: 81).

Entonces, la educación intercultural que se debe promover en las es­ cuelas, en las instituciones de educación superior —tema que se aborda más adelante— tiene que ir permeada por el “aprender a convivir” que planteó Jacques Delors en su Informe sobre la Educación para el Siglo XXI para la UNESCO (1995), en el cual se hace énfasis en la posibilidad de concebir una educación que fomente el conocimiento de los demás, de su cultura, e incluso de su espiritualidad, porque sólo el diálogo entre culturas en un mismo nivel de oportunidades y condiciones nos permitirá crecer no sólo como personas, sino y prioritariamente como sociedad.

La aceptación de la propia identidad Para lograr instaurar un programa intercultural en los espacios educati­ vos y que esta permee a los demás terrenos sociales, siempre se tendrá que partir del reconocimiento del propio “yo”, para transitar hacia el entendimiento del “otro”, proceso que va más allá de lo físico o de lo étnico; se trata de propiciar el encuentro con la misma realidad humana, dejando de lado la necesidad inherente de la absorción o apropiación cultural de los demás. Porque precisamente este reconocimiento consti­ tuye la base del respeto y la convivencia armónica entre las personas, y la consiguiente renuncia al deseo de poder y dominio sobre los demás. Así lo señala la UNESCO: “En un periodo de transición y de transformación acelerada, caracterizada por la expresión de la intolerancia, las manifestaciones de odio racial y étnico, el recrudecimiento del terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, la discriminación, la guerra y la violencia hacia ‘el otro’ y las disparidades cada vez mayores entre ricos y pobres, tanto en el plano internacional como en el nacional, las estrategias de acción deben apuntar a garantizar las libertades fundamentales, la paz, los derechos humanos y la democracia, y a fomentar

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al mismo tiempo el desarrollo económico y social sostenible y equitativo, ya que se trata de componentes esenciales de la construcción de una cultura de paz. Esto exige la transformación de los estilos tradicionales de la acción educativa” (UNESCO, 1994).

Pero aún cuando resulta necesario trabajar en torno a las cuestiones de pluralidad y democracia, no se debe perder de vista al individuo y dejar de reconocer la individualidad de cada persona, ya que “No se puede crear el sentido de comunidad interracial sin el respeto a la individualidad” (Dossier, 2001: 28). Porque para poder entender al ente personal, resulta necesario abordar el concepto de identidad, que a su vez adquiere sentido a través del análisis que la colectividad hace de sí misma, toda vez que inicia cuando el individuo se cuestiona sobre su existencia, y se identifica o se diferencia de los otros, de aquellos quienes le rodean. En un plano ontológico, este proceso es una forma de preguntarse quiénes somos, convirtiéndose en un conjunto de fases dinámicas que se van modificando con base en el tiempo y el espacio; que transitan entre las particularidades de cada sujeto hasta lograr la integración, ya sea total o parcial con el todo. Este proceso permite ir desvaneciendo las tensiones lógicas que suelen ir manifestándose entre los integrantes de una sociedad, toda vez que el individuo va adquiriendo la propia conciencia personal y la va contrastando con la colectiva, ya que cada ser posee un deseo intrínseco de “encajar” dentro del sistema comunitario y, por tanto, de circunscribirse a una normatividad aceptada con el fin último de lograr la cohesión y solidaridad social. Y es precisamente la definición de la propia identidad la que va logrando este objetivo: ser socialmente aceptado y reconocido por el grupo al cual pertenece, o pretende pertenecer, por ello “La identidad es inseparable de la socialización y su eficacia. Mientras más compleja y más dinámica es la sociedad, más se concibe al proceso de la identificación, como un elemento central de orden social(…)”. “La identidad encarnará el principio de unidad de las orientaciones normativas, más allá de la diversidad de los roles” (Portal, 1997: 48). Entonces la identidad se inscribe en un proceso continuo de diferenciación, al mismo tiempo que de integración, el que va evolucionando, cambiando y modificándose a medida que pasa el tiempo, o se cambia de lugar (dentro de un marco de migración que suele ser común en las comunidades indígenas). Existe una reconstitución permanente de la sociedad que permite ir definiendo no únicamente la propia existencia, sino también ir justificando y garantizando la propia permanencia de la sociedad. Al respecto, Rojas señala que: “La identidad constituye la dimensión subjetiva de los actores sociales, de transformar un dato en valor, trasmutar lo que es, en lo que cada quien ve de sí mismo” (Rojas, 2004: 111).

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Por ello puede afirmarse que la identidad nace y se desarrolla como producto de un proceso de interacción social cotidiana, en el cual el individuo se va reconociendo a sí mismo pero en función de los otros; es decir, se va viendo —o no— reflejado en los demás. Y en la medida en la que este reflejo sea más parecido, más fiel a lo que se es, en esa medida la persona se va sintiendo aceptada, acogida, reconocida. Por lo tanto, la identidad puede considerarse no únicamente como un medio, sino también como un producto de la propia interacción social que se constituye en un entramado complejo de actuaciones y relaciones, de representación de roles circunscritos a valores, normas y códigos culturales compartidos históricamente por un grupo de individuos. El concepto de identidad, de acuerdo con el sociólogo Sandoval Forero: “… tiene valores de uso social, cultural y artístico que, de una manera u otra, implica cambios y transformaciones, al igual que repeticiones de cier­ tos patrones… Si estos mecanismos de adaptación no estuvieran presentes, con seguridad (estos grupos) no sobrevivirían y tampoco mostrarían la tenacidad con que los pueblos se aferran a ciertas creencias y tradiciones” (Sandoval, 2004: 38-39).

Se trata de una construcción del presente que se proyecta hacia el fu­ turo. La identidad se tiene que ir construyendo, porque es una cualidad que nos hace “ser” y nos dice quiénes somos. Es parte de nuestro “yo” interno que de acuerdo con nuestros valores, nos indica qué debemos hacer, decir. Se construye cotidianamente con todo lo que aprendemos, escuchamos, observamos, conocemos, “Es como un mapa que nos in­ dica dónde estamos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Es como una brújula que siempre apunta hacia un punto básico, inamovible, para que no perdamos el rumbo y éste no deje de manifestarse donde quiera que estemos” (Chapela, 2001: 7). De acuerdo con esta autora, dos partes fundamentales forman la identidad: 1) Nuestra historia, raíces (antepasados), lengua, costumbres, valores familiares. 2) Nuestros deseos, anhelos, ilusiones: ¿qué quiero ser? ¿qué deseo lo­ grar? ¿cómo quiero ser conocido? Con base en estas partes que nos conforman los demás nos perciben, nos reciben y reaccionan ante nosotros. Si yo sé de dónde vengo, quién soy y quién quiero ser, los demás nos identifican por ello y nos tratan en consecuencia. Si yo estoy consciente y orgulloso de ser lo que soy, puedo propiciar el respeto y el reconocimiento de los demás. Pero hay que tener cuidado, porque los “otros” pueden ayudarnos a fortalecer o a perder la identidad; si una persona o el grupo al cual pertenecemos juzga que es malo ser así, o que la persona no puede ser o hacer tal o cual cosa, la identidad se puede ir debilitando y el sujeto puede comenzar a privarse del placer que le da ser así.

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En términos de la práctica educativa cotidiana se ha podido observar que los alumnos indígenas universitarios que se consideran como tales suelen adoptar tres actitudes distintas respecto a la identidad étnica: existe el grupo de los estudiantes que ya no se sienten indígenas, porque paulatinamente han perdido su lengua y sus costumbres; un segundo grupo, involucra a quienes manifiestan que de alguna forma son indígenas por sus ascendientes —no por ellos mismos— y, por lo tanto, ven “desde afuera” la cuestión de la identidad; y el tercer grupo, en el cual se ubican quienes sí se identifican y se sienten orgullosos de pertenecer a un pueblo indígena. Entre los testimonios de los estudiantes universitarios que ya no se sienten o se consideran indígenas se encuentran los siguientes: “Cuando empecé a salir de mi comunidad fui conociendo otras cosas y cultura, y he perdido esa identidad porque me he alejado de todo lo que me permite valorar mi etnia” (estudiante indígena, Facultad de Química). “No me considero indígena, porque soy igual que los demás” (estudiante indígena, Facultad de Humanidades). “Reconocerme como indígena no me ha servido de nada, por el contrario, ha provocado que me traten de otra manera y a mí eso no me gusta” (estudiante indígena, Facultad de Economía).

Con base en estas opiniones, se evidencia que las manifestaciones cotidianas de las distintas culturas indígenas no son valoradas, y que las propias prácticas de exclusión o dominio social traducidas en actitudes de desprecio e indiferencia, propician la falta de reconocimiento hacia estas culturas. O bien, los propios estudiantes indígenas al no reconocerse como tales, provocan dichas actitudes negativas en los demás miembros del grupo con el cual conviven. No puede afirmarse que comenzó primero, si la negación de la propia identidad indígena para evitar el rechazo de los demás, o bien, el no reconocimiento personal, el desconocimiento de quién se es, que puede haber propiciado la falta de valoración social. Los estudiantes indígenas que “ven desde afuera” la cuestión de la identidad, han manifestado: “Creo que hay otras personas que en verdad son indígenas, pero de cierto modo sí me siento indígena pues mi madre y su familia hablan un dialecto (estudiante indígena, Facultad de Humanidades). No me considero indígena, pero sí me siento identificado con todo lo relacionado a lo étnico, por la ascendencia de mi mamá, además de que forma parte de mi cultura” (estudiante indígena, Facultad de Química).

En otra entrevista se señala: “Pues a veces me siento indígena y hasta cierto punto incómoda ya que a veces no sé pronunciar de manera adecuada algunas palabras, además creo que soy de las pocas que tienen aún unas costumbres, creencias y valores,

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se podría decir ‘anticuadas’ para la mayoría de mis demás compañeros. Sin embargo, esto lo he sabido sobrellevar ya que mi forma de vestir es lo contrario a indígena y por eso hasta cierto punto para la gente que me ve superficialmente (físico-vestimenta) no se imagina lo que soy” (estudiante indígena de la Facultad de Ciencias de la Conducta).

Estas manifestaciones ponen en evidencia que los alumnos universita­ rios consideran que los miembros de su familia sí forman parte de un grupo étnico importante, pero ellos no; incluso algunos estudiantes tra­ tan de ayudar a sus parientes a irse incorporando a la cultura dominan­ te, como ellos han logrado hacerlo, para que puedan ser considerados parte de la sociedad y, por lo tanto, puedan también ser tratados como “iguales”. Pero cuando se habla de la expresión indígena en términos de igualdad, no se está haciendo referencia a que todos los estudiantes sean tratados de la misma forma, sin importar sus orígenes; por lo que se está pugnando es que reciban similar reconocimiento que los demás, los pertenecientes al grupo hegemónico, por su pertenencia a un grupo étnico. Que si se habla en castellano en el salón de clases, que ellos sientan —cuando así sea pertinente— la confianza de expresarse en su lengua materna, por ejemplo. O que se sientan en la libertad de ir vestidos a la escuela con trajes típicos de su región, sin que ello pueda prestarse a burla o desprecio por parte tanto de sus profesores, como de sus compañeros. Entonces, se trata de propiciar la igualdad pero en términos de equidad, de que a todos los estudiantes sin importar su origen, raza, religión, etc., se les dé las mismas oportunidades de expresión, de manifestación; pero también, se les otorguen las condiciones para “igualarse” a los demás compañeros, sobre todo en términos de formación educativa, de pre­ paración profesional. Porque no puede equipararse de la misma forma la educación recibida en un medio rural, a la impartida en un ambiente urbano —y no porque los profesores sean mejores o peores—, ya que las situaciones o circunstancias son diferentes y puede afirmarse que más favorecedoras en un medio que en otro. Porque desafortunadamente, la intolerancia y la discriminación implican relaciones desiguales, sin ningún respeto a la diferencia. Pero no hay que perder de vista que los prejuicios y la falta de reconocimiento hacia el “otro” son actitudes sociales propagadas, precisamente, por el grupo dominante; por aquella colectividad que no considera necesario hacer modificaciones en el aula, en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Quienes sí se identifican como indígenas, manifiestan de múltiples ma­ neras su orgullo por pertenecer a alguna comunidad étnica, e incluso participan activamente en las diversas actividades que se organizan ya sea por instancias gubernamentales, por organizaciones sociales o por los propios espacios académicos, las cuales se dirigen a la celebración y valoración de los pueblos indígenas.

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“Por supuesto que me considero indígena, mis padres lo son y vivo en un lugar en donde prevalecen muchas costumbres indígenas” (estudiante indígena, Facultad de Ciencias de la Conducta). “Me siento indígena deseoso de preservar algunas costumbres y claro el dialecto que traemos de raíz. … creo que para los que llevamos la sangre de indígenas no es necesario un gran apoyo, sólo necesitamos que nos ayuden a hacer crecer la valoración de nuestros pueblos” (estudiante indígena, Facultad de Ingeniería).

Y como señalan otros testimonios recogidos de los alumnos procedentes de diversas etnias, ante el cuestionamiento de sí se sienten indígenas o no: “No me siento indígena, soy indígena, creo que las personas como nosotros, que provenimos de las raíces de nuestra tierra debemos mostrar con orgullo lo que somos y demostrar que podemos y sabemos hacer las cosas” (estudiante indígena, Facultad de Química). “Me siento indígena, y me relaciono con lo étnico, porque creo que nunca debemos renegar de nuestra proveniencia (sic), y claro soy indígena y no me avergüenzo de serlo, al contrario me da mucho gusto pertenecer a mis costumbres, etc.” (estudiante indígena, Facultad de Humanidades).

Con base en estas opiniones puede afirmarse que cuando hay un claro sentido de identidad en la persona, de pertenencia a un grupo cultural, la integración social o adaptación al ambiente, la interacción y convivencia con otros grupos e individuos, incluso con los propios procesos de enseñanza y aprendizaje, resulta más fácil y menos problemática porque se propicia la inclusión y se evita el choque cultural, sentando las bases para una verdadera relación armónica entre los individuos diferentes, entre culturas y con su propio entorno.

El fortalecimiento de la identidad ética Con base en estos planteamientos, surgen las interrogantes: ¿cómo ayudar a un individuo a fortalecer su identidad? ¿Cómo hacer que un estudiante indígena —en este caso— se sienta orgulloso de su origen étnico? Si bien es cierto que las identidades son diferentes, únicas, y que cada uno de nosotros es distinto, incomparable al “otro”, también es cierto que esta condición desigual no nos hace menos o peores. Simplemente diferentes. Y cada identidad diferente, cada cultura distinta, es la que conforma la diversidad de nuestro mundo. Y esto es lo que tenemos que inculcar en los niños, en los jóvenes, en la propia sociedad: que afortunadamente existen mundos distintos que ven la misma vida y las mismas situaciones desde puntos de vista diferentes; pero que precisamente cuando se mira con diferentes ojos, la vida misma se enriquece y todos podemos ampliar nuestros horizontes. Para llevarse la comida a la boca, unas culturas usan los dedos de las manos, otras usan tortillas, otras cucharas, otras palitos… pero ¿cuál es

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la mejor manera de comer?, ¿quién puede juzgar ésto?, ¿quién establece los criterios? De aquí la importancia de reconocer la diversidad como la máxima expresión de la libertad y de la autonomía y como un derecho que posee cada uno de nosotros, como algo necesario para engrandecer nuestra vida en común. Esta diversidad propicia la convivencia de gru­ pos culturales distintos, de etnias que poseen rasgos culturales distinti­ vos que permiten diferenciarlas de las demás. Sus miembros comparten una cultura y valores sociales que les permiten ser identificados, y a un mismo tiempo, diferenciados de los demás entes que conforman una comunidad de la misma categoría u orden. “Por tanto, lo que realmente importa para explicar la etnicidad, no es tanto el contenido cultural de la identidad, sino los mecanismos de interacción que, utilizando cierto repertorio cultural de manera estratégica y selectiva, mantienen y cuestionan las fronteras colectivas; este repertorio cultural consta de una tradición archivada en la memoria colectiva, en la reivindica­ ción permanente de sus territorios ancestrales, de la valoración del lenguaje, del parentesco, y de un complejo religioso-ritual que actualiza, reafirma y renueva la identidad del grupo.” (Rojas, 2004: 112).

En consecuencia, una identidad étnica puede irse construyendo, ali­ mentando, modificándose o incluso disfrazándose, en la medida en que continúe el reconocimiento con los otros y la distinción de uno mismo. Entonces, la identidad no se pierde, ya que en ese continuo proceso de recreación se acomoda a las necesidades y funciones que socialmente van surgiendo (Valiñes, 1996). En este sentido, el término etnia “se uti­ liza como un concepto global e histórico que se refiere a la otredad, al diferente de Occidente” (Leyva, 1996: 22). “Una etnia, es una nación desterritorializada, es decir, una comunidad cultural disociada real o simbólicamente de su territorio; colectividad cultural (generalmente mi­ noritaria) consecuentemente marginal y discriminada, cuyo aspecto lo diferencia del de nación” (Reina, 2000: 53). De hecho, la identidad étnica se construye con base en las tradiciones, entendidas como auténticas representaciones de nuestros antepasados indígenas. Un grupo étnico conserva y defiende la forma de vivir de sus ancestros, gracias a un sistema integrador que debe irse dando en el pro­ ceso de la relación interétnica. Porque el proceso de reconstitución étnica, encuentra su fundamento en el inconsciente colectivo de querer seguir siendo indio (o por lo menos en términos deontológicos, así debería ser). De acuerdo a la reflexión anterior, “La identidad étnica, no puede ser definida en términos absolutos, sino únicamente en relación a un siste­ ma de identidades étnicas, valoradas en forma diferente, en contextos específicos, o en sistemas particulares” (Oliveira en Leyva, 1996: 28). Y en esta relación confluyen tanto la autopercepción, como la percepción de los otros, lo que se traduce en que esta identidad depende tanto del miembro de la comunidad, como de sus relaciones con los demás.

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Ahora bien, una parte fundamental de la identidad, y que se considera como el mayor indicador de la misma, es el dominio de alguna lengua indígena. De hecho, en el Artículo 4º apartado A, fracción IV de nuestra Carta Magna, se establece la necesidad de preservar y enriquecer las lenguas, conocimientos y todos los elementos que constituyen la cultura e identidad de los pueblos indígenas (...) además de promover el uso de las lenguas indígenas en todos los contextos sociales. Lo anterior deja claro que en la lengua encontramos un sólido recurso de identidad que sirve de base y forma de expresión de la conciencia social. Su función esencial es la de actuar como mecanismo de cohesión entre los actores que pertenecen a una comunidad, ya que constituye el canal de comunicación por excelencia. “La lengua es una marca de identidad, lo que significa ya no ser nombrado por el otro, sino por sí mismo; el lenguaje es una forma de codificar el pensamiento y una forma de memoria histórica” (Valiñes, 1996: 45). Cabe señalar que en diversos pronunciamientos de parte de organismos internacionales se ha expresado una gran preocupación por la situación que viven actualmente las etnias de todo el mundo. Esta demanda se relaciona con el derecho que los grupos étnicos exigen de poder expresarse en sus respectivas lenguas, en todos los actos de su vida pública; ante esto, los estados están obligados a dictar las reformas legislativas correspondientes, tendientes al reconocimiento intrínseco de este derecho. Como ejemplo: “Se busca oficializar estas lenguas, y destacar que por tratarse de vehículos de expresión de maneras particulares de pensar y actuar, presuponen también una determinada concepción del mundo y de la vida, por ello su enseñanza y difusión en las instituciones educativas es tarea insoslayable de todos los actores involucrados, pero tomando en cuenta siempre esta cosmovisión” (CREFAL, 1980).

Para quienes luchan por el fortalecimiento de la identidad, queda claro que cualquier iniciativa que se ponga en marcha y que tenga que ver con la cultura y con valores tan importantes como la lengua, deberá contemplar el seguimiento estricto de lo que se establece en la Carta Magna, no sólo como obligación jurídica, sino también como la respuesta de la sociedad que desde su surgimiento ha estado caracterizada por una diversidad cultural que representa el soporte fundamental de la identidad de nuestro estado y en un sentido más amplio, de México. “Ser o no ser indígena, representa un acto de afirmación o de negación lingüística y cultural, que excluye la pertenencia a un fenotipo racial particular. Asumir una filiación étnica, supone entonces, en uno de sus niveles, superar los estereotipos denigrantes adjudicados a la condición indígena; esta es una de las concepciones retomadas para significar a las etnias en la modernidad,

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donde se les valora sólo desde sus formas lingüísticas, donde se es o no indígena, dependiendo del lenguaje” (Bartolomé, 1997, 23-24).

Pero en conjunto con la lengua, numerosas instituciones pugnan por reconocer la identidad indígena a través de la conciencia y las actitudes, ya sean individuales o colectivas, lo que implica que los indígenas ten­ drían que asumirse como integrantes de una unidad social, económica y cultural, asentada en un territorio en particular y gozar además de un reconocimiento de autoridades propias a partir de sus usos y costum­ bres. Y este reconocimiento de la libertad de conciencia y de expresión, constituye el fundamento central de la tolerancia.

Aprendiendo a convivir Hoy en día son innumerables las organizaciones, tanto gubernamentales como civiles que se encuentran dedicadas a la atención de los derechos humanos de los grupos vulnerables, marginados, excluidos. Incluso la misma Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el año 1995 como Año Internacional de la Tolerancia, el cual pretendía poner de relieve, en su momento, este derecho tanto individual como social, a la coexistencia pacífica. “Aceptación y aprecio de la diversidad, capacidad de vivir y dejar vivir a los demás, capacidad de tener sus propias convicciones, aceptando que los otros tengan las suyas. Capacidad de gozar de derechos y libertades sin vul­ nerar los del prójimo, la tolerancia siempre ha sido considerada como una virtud y como el fundamento de la democracia y los derechos humanos. La intolerancia en las sociedades multiétnicas, multirreligiosas o multiculturales conduce a la violación de los derechos humanos, la violencia y la guerra” (UNESCO, 1995).

De hecho, cotidianamente los medios de comunicación informan, de manera constante y repetida, acerca de actos relacionados con el tema: manifestaciones, eventos culturales y artísticos; protestas, llamados a la paz y a la justicia, etc. Y esta abundancia y variedad de expresiones, evi­ dencia una progresiva solidaridad y un serio llamado de atención tanto a autoridades como a la sociedad civil, por el reconocimiento de los grupos indígenas. Sin embargo, muchas veces estas muestras o llamados también ponen en evidencia la antidemocracia; la intolerancia genera discriminación y ésta a su vez, contribuye a perpetuar dicha falta de respeto y reco­ nocimiento; y si a esto se agrega el racismo y la xenofobia3 que sufren cotidianamente los grupos marginados, se convierte en urgente e in­ dispensable la manifestación de su identidad, de la forma en que lo hacen. ¿Cuántos de nosotros nos sentimos en la necesidad de expresar, de forma constante y repetida, que somos occidentales o mestizos?

El término xenofobia es definido en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE, 2004) como el odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros. En términos más amplios, se concibe, de acuerdo con los planteamientos del proyecto “Construyendo la Paz” del Ayuntamiento de Madrid, como “…una ideología del rechazo y exclusión de toda identidad cultural ajena a la propia” (2007). Esta conducta se diferencia del racismo por proclamar la segregación cultural y aceptar a los extranjeros e inmigrantes únicamente a través de su asimilación sociocultural.

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De acuerdo con Dossier, la asimilación cultural debe ser entendida como “… el contacto cultural entre grupos diferentes, que influye en los patrones de una o ambas culturas(…)significa la aceptación y adopción de los comportamientos de la cultura con la que se interactúa” (Dossier, 2001: 29).

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¿Cuántos de nosotros pedimos respeto y reconocimiento público hacia nuestras personas o grupos? Si quienes pertenecemos a un grupo étnico diferente al indígena, no necesitamos un reforzamiento de nuestra identidad, este reconocimiento a nuestra cultura y origen, ¿por qué los demás, en este caso los grupos indígenas, sí han de necesitarlo? Ello pone en evidencia la necesidad de promover, tanto en la sociedad como en las Instituciones de Educación Superior —que constituyen los espacios idóneos para el cambio—, actitudes y valores de tolerancia, solidaridad, respeto, y reconocimiento hacia “el otro”. Porque para fortalecer la identidad cualquiera que ésta sea, resulta indispensable saber perfectamente quiénes somos y cuáles son nuestros orígenes tanto culturales como étnicos, así como reconocer la experiencia histórica que podemos aportar a la comunidad; porque una falta de identidad, o una débil posición identitaria es propicia a la asimilación4, a la invención de símbolos ajenos a la propia cultura o lo que es peor, a la exclusión. Pero conocer y entender la cultura propia no resulta suficiente. Hay que conocer y comprender las culturas de los demás para poderlas respetar. Esta comprensión debe llevar también a la valoración de lo que cada grupo cultural aporta a la sociedad en su conjunto. Tanto el crecimiento social y económico de un país o región tienen que estar acordes con su desarrollo moral. Y en una cultura como la nuestra, marcada por el mestizaje y la diversidad, tenemos que fomentar el respeto hacia la persona en sí misma, sea cual fuere su origen o procedencia; debemos aceptar el pluralismo de nuestra propia cultura y promover valores dedicados a ayudar a construir el proyecto de vida individual de cada quién, el entramado identitario de cada uno, que le hace ser quien es. “Si las identidades, que son la base del multiculturalismo y de las reivindicaciones de las minorías se diluyen, entonces también la tolerancia y sus formas de institucionalización, se difuminan” (Martínez, 2001: 91). Porque una sociedad caracterizada por la tolerancia, la equidad y la inclusión, es aquella donde se valora la propia identidad y se reconoce la importancia de los “otros”. No es en realidad una cuestión de principio, sino que se trata de una estrategia inteligente y oportuna que tendríamos que estar considerando en orden de “aprender a convivir” todos “nosotros”, en las comunidades plurales a las cuales pertenecemos. Así, la atención a la diversidad como una práctica democrática en las instituciones educativas, no consiste en una serie de consejos que pueden ser tomados por algunos académicos, adoptados por ciertos profesores y aceptados por muchos alumnos en momentos y espacios determinados; se trata de una práctica permanente, aplicable a todos, y que tiene que permear no únicamente en un aula, durante una clase, sino en toda la comunidad universitaria, y por ende, en la sociedad en general.

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Se trata de apoyar el principio de que en el sistema educativo, la atención hacia la diferenciación y la sensibilización en torno a la identidad indíge­ na en específico, debe ser un proceso integrador, incluyente, que única­ mente podrá funcionar si se aplica a todos los involucrados. Porque una sociedad plural, en la que se encuentren representados todos los grupos y sectores que la integran, debe estar basada en valores democráticos, y por lo tanto, en esquemas comunes, en perspectivas multi e intercul­ turales que son las características de las comunidades contemporáneas, altamente heterogéneas y compuestas por grupos interraciales. Jacques Delors, en el Informe sobre la Educación Superior al cual se ha hecho referencia líneas arriba, formula que uno de los pilares de la edu­ cación debe ser “Aprender a convivir”, o aprender a vivir juntos. “Es una tarea ardua, ya que, como es natural, los seres humanos tienden a valorar en exceso sus cualidades y las del grupo al que pertenecen, y alimentar prejuicios desfavorables hacia los demás” (Delors, 1995: 89-102). En este sentido, Delors postula que en cualquier institución educativa, no resulta suficiente favorecer el contacto entre miembros de grupos culturales diferentes —lo que ahora se denomina multiculturalidad—, sino que es necesario, incluso indispensable, propiciar que la relación entre culturas se establezca en un contexto de igualdad y con base en objetivos comunes —interculturalidad—. Porque el diálogo y el inter­ cambio entre puntos de vista diferentes, entre grupos étnicos distintos, siempre será necesario no únicamente a favor de la convivencia, sino del enriquecimiento de los propios procesos de enseñanza y aprendizaje. Pero este tipo de relaciones igualitarias de convivencia armónica, tendrían que fundarse en el descubrimiento del “otro” y a un mismo tiempo, en el respeto hacia su cultura; lo que iría simultáneamente ligado también, al conocimiento de uno mismo. “Para desarrollar en el niño y el adolescen­ te una visión cabal del mundo, la educación (…) primero debe hacerle descubrir quién es” (ibid, p. 100). Esta formación integral del individuo, fin último de la educación, inicia con este descubrimiento interior, para después transitar hacia la revelación de los “otros” sujetos que, al igual que “yo”, conformamos la sociedad. Otro tema obligado en la agenda de las escuelas para poder conseguir este objetivo, de acuerdo con los planteamientos de Delors (1995), de­ bería ser la participación en proyectos comunes, toda vez que la formu­ lación de objetivos que involucran a todo un grupo de personas, suele superar el egoísmo e individualismo que prevalecen en las instituciones educativas, y propiciar la convergencia de puntos de vista y el desarrollo de actitudes colaborativas. Porque es a través del reconocimiento de los “otros” y del trabajo en equipo, que se puede dotar a los individuos que se forman en las aulas de los elementos mínimos indispensables que les permitan comprender el mundo que les rodea, y trabajar a favor de él, de manera justa y equitativa.

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Jacques Rousseau (1712-1778), también postulaba algo similar al “Aprender a convivir” de Delors, pero lo hacía en su Discurso sobre el Origen de la Desigualdad, a través del énfasis primario en las cuestiones de identidad personal, para después transitar a lo social. Este escritor y filósofo suizo, postulaba que conocer al hombre implica entender el origen de las desigualdades que lo van separando de los demás; la búsqueda del bienestar individual nunca estará completa sin el encuentro del bien común. Si se saben combinar estos dos principios —el individual y el colectivo—, se podrá alcanzar la satisfacción personal. Y el papel que juega la educación en este proceso, es propiciar la interdependencia recíproca entre el individuo y su medio físico y social, de tal forma que “Diferencia de estructura, identidad funcional; diferencia de medios, pero comunidad de fines” (en Juif y Legrand, 1997: 71). Esta afirmación hace referencia a que la escuela debe formar a los individuos para la vida en común. Por ello Rousseau también postulaba que cada experiencia, cada conocimiento personal, debe dar paso al enriquecimiento progresivo del individuo, pero propiciando a su vez el ajuste a su propio entorno, a la sociedad. La realidad es que existe un alto índice de intolerancia, discriminación y exclusión, no sólo en el entorno urbano, sino también en las instituciones educativas de todos los contextos. En las escuelas cotidianamente se habla castellano, incluso inglés y otros idiomas extranjeros, pero náhuatl y otomí no, a pesar de que se trata de lenguas igualmente importantes en nuestro país. Se impide a los alumnos hablar su lengua nativa en el salón de clases, porque se considera una “falta de respeto” hablar en público en un idioma que se desconoce; se les niega a los estudiantes la posibilidad de acudir vestidos con alguna indumentaria propia y distintiva de su cultura, porque “no se celebra ninguna fecha especial”.

De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (2004), el término aculturación puede ser considerado como sinónimo de asimilación, toda vez que implica la recepción e incorporación de elementos culturales de un grupo humano por parte de otro.

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De aquí la urgencia de crear programas educativos que reconozcan la diversidad en un marco de tolerancia, toda vez que los miembros de una comunidad académica tenemos el derecho de expresión, de ser respetados, reconocidos e incluidos en experiencias educativas diferenciadas, que nos permitan enriquecer nuestra formación tanto personal como profesional. Entonces, una institución educativa o una universidad, debe convertirse en el espacio que propicie y celebre la transmisión, intercambio y difusión de valores y representaciones distintos, de tal forma que los procesos de socialización se conviertan en prácticas permanentes y puedan ser utilizados para reforzar a las culturas presentes, no para debilitarlas o perderlas. La idea subyacente de las escuelas multiculturales es la utilización de estos programas y procesos de socialización, para inculcar la noción de equidad entre sus integrantes, y así enriquecer la calidad de la enseñanza y el aprendizaje al incorporar diversas perspectivas culturales a la currícula. Al respecto, Chapela señala: “De esta forma, se les da a todos los

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estudiantes la misma oportunidad para desarrollar sus potencialidades o capacidades, sin importar cuál sea su origen” (Chapela, 2001, 29). Pero he aquí el gran dilema de estos espacios multiculturales: ¿cómo lograr hacer accesible y equitativa la educación a los grupos que han sido ancestralmente excluidos o absorbidos por la cultura hegemónica o dominante? Porque éste es el peligro de las sociedades multicultura­ les: continuar perpetuando el patrón y caer en la tentación de ordenar y controlar a sus miembros hasta el punto de dominarlos y propiciar su amalgamiento a la cultura más fuerte. Entonces, los grupos minoritarios o más débiles van perdiendo el poder de identificarse o de mantener su identidad, convirtiendo así la noción de multicultura, en un problema para los excluidos. Desafortunadamente, estos procesos de aculturación5 están presentes de manera continua en las escuelas; la aculturación o asimilación cultural debe ser entendida, de acuerdo con Dossier, como “el contacto cultural entre grupos diferentes, que influye en los patrones de una o ambas culturas…”; “significa la aceptación y adopción de los comportamientos de la cultura con la que se interactúa” (Dossier, 2001: 29). Pero este proceso resulta siempre negativo para los grupos más des­ favorecidos y, por lo tanto, marginados. Por su parte, Sills postula que la asimilación es un proceso por el cual: “… las personas de diferentes etnias y razas interactúan sin restricciones, en el seno de una comunidad más amplia. Es un proceso de una sola direc­ ción en el que los miembros de una etnia abandonan su cultura de origen y son absorbidos por la cultura dominante” (Sills, 1968).

Es decir, para poder ser aceptados en la colectividad, los miembros de otras culturas comienzan a actuar de acuerdo con los patrones estable­ cidos, con lo que “se espera de ellos” para no alterar la vida comunita­ ria, sin importar sus propias características individuales. Aparte de esta asimilación o aculturación, un problema común cuando se habla de multiculturalidad, es denominar a los grupos étnicos grupos minorita­ rios en términos cualitativos cuando simplemente se trata de un sentido cuantitativo, que no hay que confundir. Si se les denomina grupos minoritarios en términos cualitativos, se está haciendo referencia a una condición discriminatoria que los considera “menos” o no iguales o mejor que el grupo dominante. Si se les llama así en términos cuantitativos, se hace referencia a la relación que presentan estos grupos respecto al grupo mayoritario o con un mayor número de miembros, sentido que aplicaría si fuere el caso. Irónicamente, los “excluidos” no son una parte minoritaria de la población de América Latina y el Caribe; en ciertos países de la región los pueblos indígenas constituyen la mayoría. De acuerdo con el Banco Interamericano de De­ sarrollo, “Cerca de 40 millones de indígenas viven en América Latina y el Caribe, constituyendo el 10% de la población de la Región, y 25% de la población pobre” (BID, 2007).

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En nuestro país, los alumnos de cualquier nivel educativo que pertenecen a algún grupo étnico, si no son discriminados o segregados de manera natural por la comunidad hegemónica, o por sus mismos compañeros de clases —repitiendo así la historia, los patrones culturales de dominio cultural ancestral—, sí por el propio sistema educativo, el cual se encarga automáticamente de esta tarea: numerosos alumnos indígenas son tratados en las mismas condiciones que sus compañeros que pertenecen a otras culturas, y que viven en un entorno urbano, sin ofrecerles un tipo de educación compensatoria. En el nivel superior, resulta una escena común ver por ejemplo, que los alumnos indígenas no lleguen a tiempo a sus sesiones de clases porque viven en una comunidad apartada del centro de la ciudad, y porque diariamente tienen que viajar más de una hora, sujetos a los horarios de los servicios de taxis y autobuses disponibles en su poblado. A pesar de ello, los profesores suelen impedirles la entrada a la sesión del día, toda vez que desconocen sus condiciones, o bien, prefieren ignorar sus motivos o circunstancias personales, que suelen ser diferentes a las del resto del grupo. Otro ejemplo común, es que algunos estudiantes —en este caso no únicamente los indígenas— incumplen en tiempo con sus asignaciones escolares, por tener que trabajar o realizar actividades extracurriculares que les generen un ingreso extra. Algunos más no prestan la debida atención en clases por tener problemas de salud, los más frecuentes ocasionados por desnutrición o una mala alimentación; así lo señalan algunos autores como O’Brien: “Los estudios demuestran que los niños con privaciones nutricionales experimentan dificultades entre moderadas y severas en áreas de su desarrollo emocional y cognitivo” (O’Brien, 2001: 31). Sin embargo, estas condiciones particulares de algunos estudiantes y de los alumnos que pertenecen a un grupo cultural diferente, y que constituyen una marcada diferencia con las circunstancias en las que viven y se desarrollan los alumnos de la cultura predominante, son ignoradas o, por el contrario, puestas como un ejemplo negativo para los demás discentes por parte de los profesores. Y así como estas conductas podrían citarse más, que cotidianamente contribuyen a la marginación y al rechazo en las aulas universitarias; que a un mismo tiempo ponen en evidencia la desventaja social a la cual se enfrentan los jóvenes indígenas que logran acceder al nivel de educación superior, por el simple hecho de pertenecer a una etnia. Pero estos casos también denotan los múltiples ajustes culturales y lingüísticos que deben realizar para poder ingresar, estudiar y permanecer en la universidad. Sin embargo, estos ajustes no suelen ser tomados en cuenta por profesores, compañeros y académicos en general, que esperan —y exigen— que el desempeño escolar y la actuación cotidiana de estos jóvenes, sea igual o similar a los del grupo mayoritario a pesar de sus condiciones diferentes.

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Este modelo educativo que desconoce la diversidad e incluso trata de anu­ larla, ha sido perjudicial no únicamente para la cultura, sino para la propia educación. El principio que reza “igualdad de oportunidades educativas”, únicamente podrá alcanzarse cuando se considere dentro de las currículas escolares, la presencia de otras culturas y, por tanto, de otras manifesta­ ciones, usos y costumbres e incluso lenguas, en un mismo nivel de im­ portancia. Y éste constituye un caso bastante representativo en términos de discriminación en las escuelas mexicanas. No se trata de quedar “fuera del juego” en términos de los procesos de globalización y competitividad mundial en la formación de los futuros profesionales. Por supuesto que los alumnos y egresados deben dominar una segunda lengua como el inglés, el alemán o el italiano —las predominantes en la actualidad—,pero tam­ bién se les debe dar la oportunidad de aprender —en algunos casos o de reforzar en otros— su idioma nativo, ése que los identifica esencialmente como parte de un grupo étnico, ya que también los puede ayudar a ser detonadores del desarrollo en su propia comunidad. El dominio de su propia lengua, puede favorecer que el profesional re­ torne a su comunidad, a su grupo cultural, y comunique a sus semejantes –o los ayude a entender-, en un mismo nivel de igualdades, todo aquello que se requiere para alcanzar el bien común de manera general o en un área de conocimiento específica, por lo que: “El sistema escolar debe responder no sólo a la tradición cultural de su contexto, sino también a las variables culturales de las diversas comunidades que están presentes en la sociedad en general, y que deben ser incluidas como contenidos alternativos en el currículum” (Gimeno, 2001: 24).

Sin embargo, el modelo de educación multicultural e intercultural aún no ha sido adoptado por numerosas instituciones educativas. Si bien es cierto que existe algún tipo de reconocimiento hacia los grupos cu ltu­ rales que convergen en estos espacios —multiculturalidad—, también es cierto que todavía prevalecen actitudes racistas y discriminatorias hacia los mismos. O lo que es igualmente dañino, conductas indiferentes y de no reconocimiento a la diversidad. Porque este encuentro en espacios interculturales, se ha convertido en “desencuentros” que se han ido manifestando en dos sentidos: uno, en el que las distintas identidades culturales se han tratado de ”borrar” para garantizar el predominio de contenidos y prácticas ajenos a lo “indígena”; y otro, en el que sí se ha tratado de revalorar lo “indio” pero como parte del folklore y la tradición subordinada a la cultura dominante. Con base en los planteamientos anteriores, se considera pertinente enfa­ tizar que la educación multicultural debe comenzar a permear en todos los centros escolares, pero entendiendo ésta como: “... el conjunto de identidades culturales que convergen en espacios simbó­ licos o materiales, algunos valores, representaciones, conocimientos, signi­

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ficados y prácticas de una identidad cultural, que pueden ser compartidos por otras identidades culturales. Puede decirse que en esa posibilidad de compartir sin perder la identidad, radica la existencia cotidiana que es la base de la humanización del sujeto social…” (Outón, 1989: 27).

Porque una vez que se comprenda el concepto de multicultura, que se adopten las prácticas multiculturales cotidianas en las escuelas, se podrá avanzar hacia una educación que respete la diversidad, que sea incluyente y tolerante, como la educación intercultural, toda vez que este tipo de educación puede constituirse en la respuesta necesaria para el futuro próximo, en términos de afrontar la complejidad de la sociedad contemporánea y establecer así un equilibrio entre la atención a la diversidad y el fortalecimiento de la propia identidad. Con estos planteamientos se pretende enfatizar la necesidad de integrar a los pueblos indígenas al desarrollo social, a través de la formación de profesionales e intelectuales de alta calidad, comprometidos con el progreso de su propia comunidad en un marco de educación intercultural. Para ello, las instituciones educativas requieren establecer mecanismos que permitan asegurar que los estudiantes indígenas contarán con suficientes elementos académicos (becas, tutorías, programas de movilidad académica, etc.), para acceder, permanecer y egresar exitosamente del nivel superior, pero en un marco de respeto y reconocimiento hacia la diferencia.

Reflexiones finales En México, el sistema educativo ha pugnado tradicionalmente por la igualdad de oportunidades y la equidad en el ingreso a las instituciones de educación superior (IES), propiciando con ello la convergencia de distintas perspectivas y el establecimiento de relaciones de todo tipo entre culturas diferentes. Sin embargo, aún cuando se ha logrado cierto reconocimiento y respeto hacia la cultura indígena a través de la legalidad constitucional, todavía no se ha podido garantizar su desarrollo académico pleno, dentro de un marco de interculturalidad. Tradicionalmente la escuela ha sido, en la mayoría de los casos, un espacio que ha descalificado a los grupos étnicos minoritarios; un lugar donde los padres de familia han esperado que sus hijos dejen de ser indígenas y donde los mismos alumnos indígenas han aprendido a dejar de serlo. La cultura dominante ha logrado por momentos, estigmatizar y devaluar a los pueblos indígenas, hasta casi hacerlos desaparecer. Sin embargo, el ancestral problema cultural que no había sido resuelto en nuestro país, alzó su voz en Chiapas hace catorce años y comenzó a ser escuchado, reconocido, revalorado. Con el movimiento zapatista y el proceso de globalización mundial, los términos pluralismo, multiculturalidad e interculturalidad comenzaron a cobrar importancia creciente. Los mismos cambios económicos,

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demográficos y sociales están generando comunidades plurirraciales, multilingüísticas y, por consiguiente, multiculturales. Esta tendencia se ha ido manteniendo e incluso incrementando, por lo que el propio sistema educativo se ha visto en la necesidad ineludible de establecer políticas enmarcadas en la perspectiva multi e intercultural. Sin embargo, dichas políticas no han permeado por completo a los di­ ferentes sectores y tampoco se han arraigado en el sistema educativo, ya que resulta evidente que las manifestaciones cotidianas de las distintas culturas indígenas no son propiciadas en los salones de clases, debido en gran parte a la indiferencia que existe en torno a la presencia indígena en las universidades o bien, por la falta de reconocimiento y respeto hacia estas culturas. En algunos espacios académicos sí existe apertura, libertad de expresión; pero normalmente no se solicita ni se propicia la participación de los estudiantes como parte de un grupo indígena, y por lo tanto —lo cual también se encuentra íntimamente relacionado con el problema de la identidad—, ellos tampoco evidencian sus orígenes a través de expresión alguna. El intento de construir la igualdad en las aulas por parte tanto de profesores como de alumnos, se relaciona directamente con la expresión de los elemen­ tos básicos que conforman cualquier cultura, como la lengua, su forma de vivir cotidiana, la ascendencia, entre otros. Pero cuando a un estudiante se le niega la posibilidad de expresarse en su propia lengua indígena en un salón de clases; cuando se evita la manifestación de sus tradiciones y costumbres —a excepción de días festivos y fiestas de guardar— en una institución edu­ cativa, se está negando también el derecho a la identidad, y se está ignorando la presencia y pertenencia de los pueblos indígenas. Y como resulta evidente, esta negación puede expresarse en numerosas formas: indiferencia, falta de reconocimiento, de respeto, etc. Pero todas ellas, cualquiera que sea su nombre o expresión, son signos de intoleran­ cia, discriminación y exclusión. No se puede afirmar rotundamente que exista una actitud discriminatoria abierta por parte de todos los docentes o de la comunidad universitaria en general hacia los alumnos indígenas, pero lo que sí se ha podido observar es que a los estudiantes pertene­ cientes a alguna etnia se les trata igual que a todos, como si no existieran diferencias entre ellos; se actúa bajo el esquema de que todos son iguales, o se asumen estas diferencias sin intentar compensarlas. Y en términos de integración social a través de la educación intercultural, se requiere reconocer que los jóvenes indígenas —aunque en general, todos los estudiantes— sí presentan condiciones económicas, sociales y cultura­ les, distintas a los demás, como rezago educativo, deficiencia alimenticia y por lo tanto de atención; dificultad en el aprendizaje por cuestiones de lengua, etc., factores que son necesarios abordar y comprender en térmi­ nos de propiciar la igualdad de oportunidades educativas, tal y como se establece en los principios de democracia y equidad en nuestro país.

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Ante este panorama, las instituciones educativas en todos los niveles de formación, necesitan abordar y abrazar el compromiso que implica formar a los distintos grupos e individuos que acuden a sus aulas; deben propiciar la interacción y el diálogo, el encuentro entre culturas y evitar el monólogo y la asimilación cultural. “… Lo que realmente deseamos es que no se nos trate peor ni mejor que a los demás integrantes de la sociedad, ya que eso nos llevaría a sentirnos aislados en ghetos, en los cuales sólo seríamos objetos de exposición, sino simplemente aceptarnos como somos, ya que supongo la mayoría de nosotros está más que habituada a sentirse dividido entre dos culturas, las cuales hemos aprendido a sobrellevar, sin tener roces con ninguna, aunque eso es demasiado difícil y en algunos momentos nos vemos obligados a abandonar algunos elementos que nos identifican con las etnias de nuestro estado. Yo insisto en que se debe seguir propiciando el encuentro entre los propios indígenas y de éstos con los demás, y seguir organizando alguna que otra actividad que no nos haga sentir fuera de lugar” (estudiante indígena, Facultad de Humanidades).

Esta formación que se requiere, debe ser parte de la educación necesaria para afrontar la complejidad de la sociedad contemporánea; debe atender a la diversidad cultural y a los contenidos básicos que articulan dichas sociedades. En este sentido, la educación multicultural ha sido el postulado que mayor aceptación ha tenido en las instituciones escolares, aunque hoy en día, no resulta suficiente para reconocer y valorar la presencia de los grupos indígenas en las aulas, sobre todo en el nivel superior de enseñanza, en el cual ya debe pugnarse por la interculturalidad. Porque una institución educativa es un elemento clave para el desarrollo social; por lo tanto, es su responsabilidad abordar el compromiso de ofrecer sistemas plurales, multi e interculturales, para propiciar el diálogo y el intercambio que, a su vez, generen verdaderas escuelas y comunidades interraciales, en las que prevalezca la igualdad en las oportunidades educativas, pero dentro de un marco de diferenciación cultural.

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